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Pablo Fuentealba C.

Advertencia: el presente apunte es sólo un borrador destinado para el uso interno de la


asignatura, el cual debe ser complementado con los temas tratados en la clase.

Los contenidos presentados en este borrador, así como muchos de los ejemplos presentados
han sido construidos considerando los siguientes textos:

Horton y Hunt: Sociología; Anthony Giddens: Sociología; Bruce Cohen: Introducción a la


sociología.

“Personalidad, identidad y socialización”

En esta unidad, trataremos un tema de especial importancia desde el punto de vista sociológica.
Este tema es de la personalidad y socialización.

1.- La personalidad ¿qué es la personalidad?

Muchas veces afirmamos que una persona es agradable, o es agresiva, o es antipática, o es


miedosa, etc. Cuando calificamos a alguien de esa forma, estamos intentando describir lo que
desde nuestro punto de vista constituye un rasgo de su personalidad. Es decir, constituye una
forma característica y regular de comportarse. Es decir, vemos que la persona posee un patrón
de conducta similar cuando se producen ciertas situaciones. Esto es lo que entendemos
comúnmente por personalidad.

Pero intentemos definir de modo un poco más técnico el término. Por personalidad entendemos
“la totalidad del comportamiento de un individuo con un sistema de determinado de tendencias
que interactúan con una secuencia de situaciones”.

Una definición un poco más clara nos dice que “la personalidad es un conjunto de características
o patrones que definen a una persona, es decir, los pensamientos, sentimientos, actitudes y
hábitos y la conducta de cada individuo, que de manera muy particular, hacen que las personas
sean diferentes a las demás.” Millon definió la personalidad como “un patrón complejo de
características psicológicas profundamente enraizadas, en su mayor parte inconscientes y
difíciles de cambiar, que se expresan de forma automática en casi todas las áreas del
funcionamiento del individuo”.

Como vemos, la personalidad puede ser entendida como el conjunto de características y rasgos
representativos de la conducta de una persona. La personalidad incluye los patrones de
pensamiento y sentimiento, las actitudes, la mentalidad y los hábitos y comportamientos
manifiestos. Pero además la personalidad plantea la idea de que es difícil de modificarse porque
hace referencia a un sistema de tendencia o patrones relativamente estable. Pero estos
comportamientos, sentimientos, siempre se gatillan o se expresan en situaciones. De alguna
manera están como tendencias potenciales en nosotros y se manifiestan o aparecen en
situaciones concretas (por ejemplo, cómo actúo en la fila del supermercado, ante un problema
porque se demoraron en entregarme algo, ante un conflicto, con mi familia, etc.)

Finalmente, la personalidad, guarda estrecha relación con la identidad, con el “quienes somos”
o “quién es la persona”, ya que a partir de estas características que nosotros tenemos, se va

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construyendo la consciencia que tenemos de nosotros mismos, nuestra imagen (o autoimagen)


y vamos comprendiendo lo que nos diferencia del resto. En este sentido, “la identidad se
correspondería a quién es, como se ve esa persona como diferente del resto; la personalidad se
correspondería a cómo se comporta.” Siempre la identidad es un conflicto entre la similitud y la
diferencia, entre lo igual y lo distinto (por ejemplo, soy evangélico al igual que muchos, pero no
soy judío ni soy católico; me gusta el futbol, pero no me gusta el tenis ni el basquetbol); en parte
sabemos quiénes somos en función lo que nos identifica con otros, pero también con aquello
que nos diferencia.

Por ello la personalidad se va relacionando con nuestra identidad.

2.- Factores que influyen en el desarrollo de la personalidad.

Nos centraremos en la personalidad y más adelante en las concepciones sociales de la identidad


personal.

Una de las grandes preguntas que se formulan los psicólogos, psicólogos sociales, sociólogos y
antropólogos culturales es la que se relaciona con el desarrollo de la personalidad y los factores
que a se asocian a este desarrollo. ¿Cuáles son los factores que condicionan el desarrollo de una
determinada personalidad? ¿Son las características del entorno sociocultural o la personalidad
es algo innato que tiene un origen biológico? Existe una gran discusión sobre este tema. Sin
embargo, existe coincidencia en el hecho de que se considera de son múltiples factores los que
actúan en este proceso (factores psicobiológicos, ambientales, culturales, experiencias
individuales, etc.). Evidentemente queda abierta la discusión sobre cuáles son los aspectos que
tienen más influencia aunque se reconoce importancia significativa que tienen los factores
socioculturales.

Esta es la controversia naturaleza-educación que ha apasionado durante tantos siglos. Es decir


si es la experiencia la que determina la personalidad o es la base biológica. Hoy debe
considerarse que ambos aspectos interactúan.

Los factores que influyen en el desarrollo de la personalidad son a) la herencia biológica, b) el


medioambiente físico (o natural), c) la experiencia social y d) la experiencia individual.

2.1.- Herencia biológica

Algunos rasgos de nuestra personalidad tienen su origen en la herencia biológica. Es decir, son
aspectos que se relacionan con nuestra constitución biológica y que, por lo tanto, serían
prácticamente innatos.

Una casa no puede construirse sin ladrillos y, en este sentido, la herencia biológica proporciona
la materia prima de la personalidad, la cual, evidentemente puede modelarse de muchas
maneras.

Si bien todos los hombres poseemos ciertas características biológicas comunes (dos manos,
cinco sentidos, etc.), la herencia biológica es también única, en el sentido de que ninguna
persona (excepto un gemelo idéntico) tiene exactamente las mismas características físicas
heredadas.

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Hace algún tiempo se consideraba que las diferencias biológicas individuales eran la causa de
ciertos rasgos de personalidad. Se creía que la honradez, la perseverancia, la ambición, la
criminalidad, la desviación sexual, tenían su origen en predisposiciones hereditarias. Pero hoy
pocos aceptan esta idea y se considera que la mayor parte de nuestra personalidad se va
desarrollando a través de la experiencia (social, cultural e individual). Sin embargo, como
señalamos, la herencia biológica proporciona la materia prima sobre la cual se desarrolla la
personalidad y debemos afirmar que ambos factores interactúan entre sí.

a) Coeficiente intelectual y las aptitudes: En general, existen aptitudes innatas que poseerían
su base biológica (o genética) y que corresponden a estas habilidades heredadas que nos
facultan para realizar ciertas actividades. Entre ella está el coeficiente intelectual (IQ)
constituye un rasgo heredado. Es decir, si bien este puede desarrollarse a través de la
experiencia, si existe “un piso” y un “límite” de CI que puede alcanzarse.

Independientemente de lo que entendamos por inteligencia, éste constituye un factor


importante en la personalidad del individuo, ya que condicionará su capacidad para planificar,
para resolver problemas, condicionará sus grados de éxito o fracaso en la educación formal y
también la calificación por parte de sus pares como persona inteligente o tonta dependerá de
su nivel de CI (IQ).

b) Temperamento: el temperamento

No todas las personas tienen el mismo temperamento y el cual posee una base biológica. El
temperamento corresponde a la parte de la personalidad que posee un origen biológico.

Las variaciones hormonales, la depresión endógena, corresponden a aspectos biológicos que se


encuentran en la base de las conductas de las personas. También existirían ciertos
temperamentos agresivos, melancólicos etc. que podrían tener un origen biológico.

c) Definición social y cultural de las características físicas: cada persona nace con una serie de
características físicas individuales y únicas. Algunos hombres son de piel oscura, otros de
piel clara, algunos pelirrojos, otros altos y otros bajos, etc.

Este conjunto de características físicas que poseen los individuos contribuye indirectamente al
desarrollo de la personalidad, porque la sociedad asocia ciertas ideas a dichas características.
Existen muchas creencias asociadas a las características físicas de las personas y estas creencias
condicionan el desarrollo de su personalidad.

Por ejemplo, se cree que las personas de frente ancha son inteligentes, que los pelirrojos son
más agresivos. También ocurre que personas con ciertos rasgos físicos son consideradas en
algunas sociedades como personas atractivas, mientras que esa misma persona, en otra
sociedad puede ser considerada como un “patito feo”.

Lo relevante es que la sociedad trata muchas veces a las personas de acuerdo a las definiciones
mentales ya las creencias que tiene sobre sus características físicas.

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Por ejemplo, se realizó un estudio para determinar si los pelirrojos son más agresivos que el
resto de las personas y, efectivamente, los resultados mostraron que porcentualmente los
pelirrojos tenían más episodios agresivos que el resto de la población. Sin embargo, este estudio
no demuestra que los pelirrojos se encuentren genéticamente más dispuestos a tener conductas
agresivas o violentas ¿por qué? Porque existe una explicación sociocultural para estos
resultados. Efectivamente, como culturalmente existía la creencia de que los pelirrojos eran más
agresivos que el resto de la población, entonces la sociedad es mucho más permisiva con ellos
frente a episodios violentos. El niño pelirrojo, cuando golpea a un amigo recibe una menor
sanción por parte de sus padres o maestros que otro niño que tiene esa misma conducta, porque
se entiende “que es algo natural a él porque es pelirrojo”. Ahora este sistema de trato social es
el que finalmente hace que los pelirrojos sean más agresivos. Por lo tanto, no es la predisposición
genética o biológica la que se encuentra en la base de este tipo de conductas, sino que son las
definiciones y creencias que la sociedad establece de acuerdo a ciertas características físicas de
los individuos las que pueden encontrase en la base de sus comportamientos.

Lo mismo ocurrió en EEUU cuando se consideraba que la población negra era inferior
intelectualmente y que por esos motivos tenían un menor rendimiento escolar. Sin embargo,
hoy los negros tienen igual rendimiento académico que la población blanca. El bajo rendimiento
anterior se habría producido porque la discriminación hacia los negros habría producido en ellos
un autoconcepto extremadamente, una muy baja autoestima que finalmente repercutió en los
resultados académicos. Es decir, el trato de la sociedad hacia quienes tenían piel color negro
tuvo efectos en el desarrollo de su personalidad (inseguridad, baja autoestima) provocando
bajos resultados académicos.

d) Maduración biológica y personalidad:

El individuo dentro de su desarrollo biológico va atravesando una serie de etapas


progresivamente siguiendo de este modo un proceso de maduración biológica. Los individuos
sólo pueden aprender ciertas cosas de acuerdo a su etapa de desarrollo (un niño de dos años no
puede aprender a leer, un niño de 7 años no puede aprender a realizar operaciones matemáticas
con símbolos y un niño de 9 años no puede resolver adecuadamente ciertos dilemas morales,
etc.) Es decir parte de la personalidad de un individuo está en concordancia con su etapa de
desarrollo o maduración biológica.

2.2.- Medio ambiente físico (geográfico)

Esta es quizás la variable o el factor que presenta una menor incidencia en el desarrollo de la
personalidad. Históricamente muchos autores intentaron dar explicaciones relativas a las
características culturales de un pueblo y a la personalidad de su población recurriendo a causas
ambientales (naturales-geográficas).

Es decir se creía que las condiciones geográficas y naturales del medio determinabas las
características culturales y de personalidad de un pueblo. Sin embargo, esta es una de las formas
de explicación menos relevante, ya que muchos pueblos en condiciones muy similares
desarrollan culturas y estructuras de personalidad muy disímiles.

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Por ejemplo, los samoanos necesitan pocos minutos al día para recolectar sus alimentos,
mientras que los campesinos australianos han tenido que luchar mucho para sobrevivir. Los
Turnbull son descritos como uno de los pueblos más egoistas del mundo, al punto de que luchan
por sus alimentos y llegan, incluso, a quitarles el alimento de su boca a los niños para sobrevivir,
producto de la escasez de medios para la preservación.

Aquí vemos que en ciertas situaciones, el medio natural, incluido el clima, pueden tener alguna
incidencia en la personalidad de un pueblo.

2.3.- Experiencia social: la socialización

La experiencia social y cultural que tenemos con nuestra sociedad es quizás el factor de mayor
relevancia dentro del proceso de creación de la personalidad de un individuo. A través del
proceso de socialización y de la interacción con los grupos en la sociedad, el individuo construye
su personalidad y crea su autoconcepto (o imagen de sí mismo).

La mayoría de los rasgos de nuestra personalidad son el resultado de nuestra experiencia social
(con nuestra cultura, subcultura, nuestra familia, nuestros amigos y otros grupos).

Sobre este punto nos extenderemos más adelante cuando tratemos el tema de la socialización
y de la construcción del concepto de sí mismo.

2.4.- Experiencia individual única

Los individuos nunca tienen experiencias idénticas a otros individuos. Las experiencias son
siempre similares, pero nunca idénticas, nunca son exactamente iguales. Por ello, las personas
nunca desarrollarán una misma personalidad, a pesar de vivir en una misma sociedad, compartir
una misma cultura (y subcultura), tener una misma familia, porque siempre existirán algunas
diferencias.

Los amigos quizás no sean exactamente los mismos, el primer hijo recibirá un trato diferente al
del segundo o al del tercer hijo en una familia. Es decir, la experiencia individual única (sumado
a las diferencia heredadas biológicamente) hace que nunca las personas posean una estructura
de personalidad exactamente igual a la de otra.

A continuación nos referiremos a un proceso social de suma relevancia que es el proceso de


socialización.

3.- La socialización ¿Qué es la socialización?

El ser humano, al momento de nacer, no posee un repertorio de respuestas dado por su base
biológica. Es decir, no posee una capacidad instintiva lo suficientemente desarrollada que le
permita responder a su imperativa necesidad de sobrevivir. Por lo tanto, el hombre debe crear
su propio repertorio de respuestas que sea capaz de reemplazar sus falencias instintivas.

Este repertorio de respuestas creado por el hombre es la cultura. El hombre inventa una forma
de vida propia que le permita vincularse al medio natural. La cultura entonces reemplaza al
instinto biológico entregándole un repertorio de respuestas artificiales para poder vivir. Como
los hombres deben inventar su forma de vida se van generando las diferencias culturales y cada

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pueblo o sociedad inventa su propia forma de vida. Es decir, su propia forma de vida (Creencias,
valores, conocimientos, normas, lenguaje, artefactos, etc.)

El hecho de que la cultura sea un producto humano que posee una función adaptativa para el
hombre, implica que el hombre no nace conociendo la cultura, sino que esta debe inventarse y
luego aprenderse. Es decir, las nuevas generaciones, los niños, no nacen conociendo la cultura
del pueblo en el cual desarrollarán su vida. Es decir, nadie nace conociendo cuáles son las
creencias, los valores, las normas de la sociedad, el sistema de símbolos (lenguaje corporal,
hablado o escrito), ni la función ni el modo de uso de los objetos (o artefactos) culturales.

El individuo biológico debe, por lo tanto aprender su cultura, es decir, debe aprender e
interiorizarla forma de vida de su sociedad (sus normas, creencias, valores, lenguaje, etc.)
porque sólo de este modo puede convertirse en una agente social activo capacitado para poder
vivir en comunidad.

Este proceso de internalización de la cultura es lo que se denomina socialización, tema sobre el


cual nos referiremos a continuación.

 Discusión Herencia- Medio ambiente

Considerando los puntos que se han revisado anteriormente, podemos ver que aquí se presenta
la clásica contraposición entre herencia y medio ambiente. Es decir cuánto de lo que nosotros
somos, de nuestra personalidad corresponde a algo heredado y natural en nosotros, innato y
cuánto corresponde al medio ambiente físico-geográfico, pero esencialmente al medio
ambiente cultural, sub-cultural y a las experiencias individuales (que podría llamarse
aprendizaje). Las perspectivas más biologicistas intentan considerar que parte importante de
nuestro comportamiento tiene una raíz biológica y que podría explicarse de este modo. Pero la
mayoría de estas perspectivas resultan estar algo obsoletas. Si bien existe una base biológica,
existen tendencias importantes, en la vida, el aspecto cultural y social (como veremos ahora)
termina sobreponiéndose a las tendencias genéticas. Por ello, las perspectivas culturalistas
consideran que si bien la biología juega un rol importante, es finalmente la cultura ya la sociedad
la que termina explicando la mayor parte de lo que es nuestra forma de pensar, de sentir, de
comportarnos, nuestras costumbres, etc.

Pero debe señalarse que la discusión y el debate entre ambas posiciones se encuentra abierto,
y muchas veces, uno de los grandes problemas se produce por el hecho de que las ciencias
naturales (la biología o ciencias que estudian el comportamiento animal) no trabajan
conjuntamente con las ciencias sociales y de la cultura. Al no producirse esta integración entre
ambas perspectivas, ambas desarrollan un conocimiento aislado, pero que no logra conectarse
y cada una busca explicaciones parciales pero no integradas.

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3.1.- ¿Qué es la socialización? Definición:

La socialización1 es un “proceso de interacción social por medio del cual el individuo internaliza
los elementos propios de su cultura creando su personalidad y convirtiéndose en un miembro
activo de la sociedad”.

Otra definición nos indica que la socialización es un “proceso de interacción por medio del cual
el individuo internaliza y aprende el conjunto de ideas, creencias, costumbres, conocimientos,
normas, valores, símbolos y uso de objetos de su sociedad, convirtiéndose de este modo en una
persona apta para vivir dentro de su sociedad.”

Es decir, la socialización o endoculturación es el proceso por medio del cual la generación más
antigua transmite sus conocimientos, costumbres, tradiciones, reglas, etc., a la generación más
joven.

La socialización es un proceso social fundamental, ya que permite la reproducción cultural y, por


lo tanto, permite la continuidad de la sociedad. A través de la socialización la sociedad se
reproduce culturalmente porque permite la continuidad social. El proceso de endoculturación
(socialización) constituye el nexo o el vínculo fundamental entre una generación y otra, puesto
que los individuos no socializados de las nuevas generaciones reciben la herencia cultural y se
pueden convertir en miembros activos de la sociedad.

La socialización o educación permite la continuidad social porque a través de ella la sociedad


transmite la tradición cultural a as generaciones siguientes sin que se pierda la continuidad del
proceso social. La socialización es lo que permite que exista la herencia cultural desde una
generación hacia la siguiente. Si no existiese la socialización, la sociedad perdería su continuidad,
puesto que cada generación nueva tendría que inventar su propia forma de vida desde cero. 2

En el proceso de socialización el individuo dotado de impulsos animales va poco apoco


doblegándose, adaptándose y poco a poco la conducta del individuo (no socializado, como un
cuasi-animal) va siendo modelada por la cultura de su sociedad. De este modo los impulsos
humanos no socializados, mediante este proceso, van poco a poco sometiéndose dentro de este
proceso de aprendizaje para convertirse en un sistema de respuestas socialmente modelado,
pero a la vez casi natural y espontáneo.

El proceso de socialización es tan lento e irreflexivo que los individuos no se dan cuenta de que
es un proceso de adiestramiento, de aprendizaje y de sometimiento a determinadas pautas
sociales. La socialización logra que los individuos acepten su cultura, que crean en sus valores,
en sus normas, en sus creencias, en sus tradiciones. Logra que “quieran” el orden cultural dentro
del cual han sido socializados. La cultura propia que han internalizado se constituye en una

1
El concepto de socialización puede usarse como sinónimo de endoculturación (o enculturación).

2
Esto hace que la educación (socialización) sea inherentemente conservadora, porque es la generación
adulta la que, de acuerdo a su propia experiencia, determina los contenidos que deben transmitirse
dentro de este proceso a las siguientes generaciones. Esto sin embargo no impide el cambio cultural, ya
que las nuevas generaciones son las que más adelante pueden cuestionar su cultura y modificarla en
ciertos aspectos.

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“segunda naturaleza”, en el sentido de que el individuo llega a considerar a las formas de sentir,
de pensar, las normas, las costumbres y tradiciones de su sociedad como algo natural y obvio.
Por ello, se desarrolla una actitud etnocéntrica que nos lleva creer que nuestra cultura es la
correcta y la natural, mientras que las otras culturas, por ser diferentes son inferiores. El hombre
cree y ama a su cultura porque constituye su segunda naturaleza, su forma aparentemente
espontánea de vivir olvidando quela cultura es algo creado y aprendido, pero necesaria para la
vida del hombre.

- Algunas características de la socialización:

Como se aprecia, en primer lugar, vemos no es algo que se realice en un determinado momento
de forma instantánea, sino que es un proceso. Es decir es un conjunto de complejos eventos o
acontecimientos que se suceden a través de etapas en el tiempo. Es decir, la internalización de
la cultura no se produce “de un día para otro”, sino que es un complejo proceso que se desarrolla
en el tiempo.

Además, es un proceso de interacción social, lo cual significa que se produce como resultado del
contacto y de la comunicación con el resto de los miembros de la sociedad. La interacción
implica que existe un proceso de influencia los agentes que interactúan. Es decir, el resto de las
personas influye en el individuo que se socializa. Entonces, la socialización se produce como
resultado de la experiencia social.

Que el individuo internalice, implica que éste aprende el sistema cultural (normas, valores,
creencias, etc.) externo para volverlo interno. Es decir, el sistema cultural posee inicialmente
una existencia externa y objetiva, en el sentido de que preexiste al individuo. Nacemos y en la
sociedad ya existen determinadas creencias, normas, valores, conocimientos, lenguaje, etc. Es
decir, estos elementos están “fuera” del individuo, están “en la sociedad”, por lo tanto el
individuo debe aprenderlos, internalizarlos para volverlos suyos y convertirse en un miembro
habilitado para vivir en sociedad. Es una suerte de “software” o “programa computacional” que
contiene la cultura de una sociedad (lenguaje, normas, conocimientos, creencias, lenguaje, etc.)
y que el individuo debe introducir para volverse apto para vivir en la sociedad.

En este sentido, sólo una vez que el individuo ha internalizado la cultura se convierte en una
agente que puede vivir dentro de esa sociedad. Es decir, sólo una vez que conocemos los valores
de una sociedad, que conocemos sus normas, que dominamos su lenguaje, que conocemos sus
creencias, podemos relacionarnos adecuadamente con el resto de los miembros de esa
sociedad. Si no conocemos el lenguaje no podremos comunicarnos, si no conocemos las normas
seremos sancionados continuamente por desviarnos de las normas sociales, etc.

Mediante la socialización, el individuo biológico humano, se convierte en una persona social.

Individuo Persona
Biológico social

En la película “El pequeño salvaje” (l´enfant sauvage), que trata sobre un niño salvaje
encontrado y que prácticamente no ha tenido contacto la sociedad, con sus semejantes, se
muestra claramente como sería un individuo salvaje, no socializado. En la película se muestra

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claramente la diferencia entre un individuo no socializado y los individuos que si han tenido la
experiencia social y que han internalizado una cultura. El pequeño salvaje, a través del proceso
de socialización va aprendiendo e internalizando las normas, los valores, las pautas de
comportamiento de la sociedad, conociendo el uso de los distintos objetos o artefactos
culturales y poco a poco comienza a desarrollar su capacidad para relacionarse con el resto de
los hombres.

3.2.- Socialización informal y formal

El proceso de socialización (de enseñanza o de transmisión cultural) se realiza de modo informal


y formal.

La enseñanza formal se realiza en establecimientos especialmente diseñados para estos


objetivos (escuelas, salas cuna, universidades, cursos de capacitación, etc.) y que poseen
reglamentos, contenidos definidos, etc.
Pero, además, la socialización se realiza informalmente a través de agentes como los grupos
(familia, pares, etc.), porque de modo espontaneo y no intencionado se produce el aprendizaje
cultural. A través de la interacción con la familia, internalizamos inconscientemente el lenguaje,
las normas sociales, las creencias, aprendemos a usar los artefactos culturales, aprendemos los
roles sociales sin que reparemos en ello.

3.2.- Metas de la socialización

a.- Principal: enseñanza de los elementos de la cultura que son necesarios para vivir en sociedad

b.- Específicas: enseñanza de…

1.- Habilidades necesarias para vivir en sociedad (Uso de objetos): a través de la socialización,
el individuo aprende la función y la forma de uso de los objetos y artefactos culturales. Por lo
tanto, se transmiten los conocimientos necesarios para que individuo pueda interactuar con los
objetos que forman parte de la cultura material.

No nacemos sabiendo para qué son los cuchillos, los tenedores, la manilla de la puerta, el celular,
el televisor o la ropa. Debemos aprender a ponernos los zapatos, a ver la hora en un reloj, a abrir
un frasco, etc. Todo ello es algo que aprendemos dentro del proceso de socialización

2.- Sistema de símbolos y comunicación simbólica (lenguaje verbal, no verbal y escrito):

Los niños aprenden el lenguaje de su sociedad que nos permite comunicarnos con el resto de
los miembros de la sociedad. En primer lugar aprendemos el lenguaje hablado, luego
aprendemos el lenguaje corporal (gestos) y finalmente el escrito.

Además, aprendemos el significado de otros sistemas de símbolos (colores de los semáforos,


ceda el paso, uniformes, etc.)

3.- Conjunto de ideas, creencias y valores de la sociedad:

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Internalizamos las creencias (redondez de la tierra, Dios, etc.) los conocimientos (matemáticas,
física, biología, a cultivar, etc.).

Además internalizamos los valores de la sociedad. En este sentido, cada sociedad le asigna un
significado a la libertad, a la justicia, al respeto, etc., y estos significados pueden variar de una
sociedad a otra. No todas las sociedades poseen la misma idea de lo que sea justo o lo que sea
el respeto y, el individuo debe internalizar los significados de los valores.

4.- Normas, pautas de comportamiento social y diferentes status y roles sociales

El individuo debe internalizar el conjunto de pautas de comportamiento social. Toda sociedad


establece un conjunto normas sociales (reglas de vestir, reglas de saludo, reglas de aseo,
prohibición de robar o de matar, normas para pedir las cosas a otros, reglas de cortejo, etc.). El
individuo debe internalizar y aprender el sistema de normas de su sociedad para ajustar su
conducta a este sistema de reglas y no incurrir en comportamientos desviados (conductas que
se apartan de las normas). Pedir “por favor” algo, combinar adecuadamente los colores de la
vestimenta, no invadir el espacio personal de una persona en un ascensor (cuando no hay más
personas en él) etc., son todas ellas reglas de comportamiento social.

Además, el individuo debe aprender el sistema de roles sociales. Es decir, debe comprender los
roles (comportamiento esperado) asociados los diferentes status que existen en la sociedad. Se
aprende el comportamiento esperado del status de adulto (trabajar y ser autosuficiente), del
policía (vigilar y proteger), se aprenden los roles sexuales (las vestimentas que propias de cada
género, los roles de cada sexo dentro del juego del cortejo, los roles de marido y mujer, etc.)

5.- Control del impulso biológico de forma socialmente aceptable

El impulso biológico debe traducirse en respuestas socialmente aceptables que se encuentren


en conformidad con las normas sociales.

Aunque una persona tenga muchas ganas de orinar, no orinará en una oficina delante de sus
compañeros de trabajo en una reunión, sino que “irá al baño”.

Una persona no volcará su cabeza sobre un plato para comerse directamente con la boca la
comida, sino que usará el cuchillo, el tenedor o la cuchara para comer.

El impulso biológico se traduce en una conducta modelada por pautas culturales.

En este sentido, orinar no es una conducta social, sino biológica. Pero “ir al baño” para orinar es
una conducta social, porque el impulso biológico se ha traducido en un comportamiento
socialmente aceptable.

Del mismo modo, comer no es una conducta social (o cultural) porque los animales también
comen. Pero comer con cuchillo y tenedor es una conducta cultural porque responde a las
normas de la sociedad.

De algún modo, comer con cuchillo y tenedor usando un plato, “ir al baño” (aunque esté sólo en
mi casa) son comportamientos sociales (o culturales), porque es la sociedad la que se encuentra

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en la base de ese comportamiento, en la medida en que son comportamientos aprendidos como


resultado de la socialización, de la internalización de la cultura en el individuo.

3.3.- Tipos o fases de socialización: primaria y secundaria

Tal como se señaló, la socialización es un proceso y que se da, por lo tanto, en el tiempo y a
través de etapas. Por ello, “se puede afirmar que la socialización nunca termina. En una biografía
normal (en una trayectoria normal de vida), lo que sucede simplemente es que disminuye la
intensidad: la socialización disminuye después de la primera infancia.” [Berger & Berger,
Sociology. A biographical aproach, 75].

Por este motivo, se diferencia entre socialización primaria y secundaria. Por socialización
primaria entendemos el proceso mediante el cual el niño, en los primeros años de su vida,
consigue interiorizar otra realidad subjetiva (creencias, valores, conocimientos, normas,
representaciones) que le permitirá convertirse en miembro participativo de su sociedad,
fundamentalmente, a través del contacto con el grupo familiar que es el grupo con el que tiene
contacto; por socialización secundaria entendemos todos los procesos posteriores mediante los
cuales el individuo es inducido a participar en unos mundos sociales específicos, en submundo,
mundos sub-culturales diferentes..

La etapa primaria (de los infantes y niños) es sumamente importante, ya que posee una alta
carga afectiva y porque los individuos se encuentran mucho más predispuestos para el
aprendizaje, pero básicamente porque aquí se interactúan con otros altamente significativos
(personas que poseen una importancia afectiva y emocional importante en el proceso de
socialización e influyen). Esto tiene como consecuencia que los individuos internalizan de
mucho más intensamente los rasgos de su cultura en esta etapa. Por lo mismo, parte importante
de la personalidad se desarrolla en esta fase y se crean los rasgos de personalidad que
difícilmente abandonarán al individuo en el resto de su vida. Puede decirse, que aquí “el
individuo crea su primer mundo interiorizado y que se arraiga con fuerza en el individuo que
resulta ser incuestionablemente real, un mundo sólido donde no hay lugar para la desconfianza
ni la duda. El individuo se convierte aquí en un miembro efectivo de la sociedad, ya que ha
internalizado y aprendido los elementos básicos que son necesarios para poder relacionarse con
la sociedad.” Berger y Luckmann, La construcción social de la realidad.

La socialización primaria finaliza cuando el concepto del “otro generalizado” (que veremos más
adelante) se ha establecido en la conciencia del individuo.

La socialización secundaria corresponde a cualquier proceso posterior a la socialización primaria


y que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores de su sociedad. El individuo descubre
que el mundo de sus padres no es el único cuando comienza a interactuar con otros grupos e
instituciones (escuela, amigos, grupos de trabajo, etc.). ineluctable

En la socialización secundaria las relaciones sociales pueden ser mucho más formales,
institucionalizadas y anónimas. Una de las consecuencias de esto es “atribuir a los contenidos
de lo que se aprende en la socialización secundaria una ineluctabilidad (ineludibilidad,
necesariedad) subjetiva mucho menor de la que poseen los contenidos de la socialización
primaria. Por tanto, el acento de la realidad de los conocimientos interiorizados en la

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socialización secundaria es más fácil de cuestionar; o dicho de otra manera, la sensación


subjetiva de la realidad de las interiorizaciones es menos sólida. Son precisas unas
transformaciones muy profundas para desintegrar la sólida realidad que se ha interiorizado
durante la primera infancia, mientras que las realidades interiorizadas más tarde se pueden
destruir fácilmente.” [Berger y Luckmann: La construcción social de la realidad]

La socialización secundaria es posterior en el tiempo a la primaria, siendo ésta la que tiende a


permanecer; las nuevas interiorizaciones deberán adaptarse a las formas del pasado y sólo
minimizan las transformaciones que se hubiesen producido en la base a través de la
socialización primaria.

En la socialización primaria -la primera y la más intensa - el niño adopta los roles y las actitudes
de los “otros significativos”, del grupo primario con el que tuvo el primer contacto e interacción
que es su familia; se identifica con ellos y hace suyos estos roles y actitudes aprendidos pero
bajo una identificación afectiva. En cambio, en la socialización secundaria la interiorización no
tiene por qué ir necesariamente acompañada de una identificación afectiva con otros
significativos, sino que el individuo puede interiorizar realidades diferentes sin identificarse con
ellas. En consecuencia, si en el transcurso de la socialización secundaria se produce la aparición
de un mundo alternativo o nuevo (a través del contacto e interacción con nuevos sub-mundos),
el individuo puede escogerlo manipulativamente: el individuo interioriza la nueva realidad, pero
no para hacerla suya, sino para servirse de ella con unas finalidades determinadas o sumamente
prácticas o instrumentales. El individuo puede representar un papel o rol deliberadamente, pero
manteniéndose subjetivamente distanciado y, por tanto, sin necesariamente identificarse con
ellos.

Si tomamos el ejemplo del aprendizaje de un idioma, podemos ver las diferencias entre ambas
etapas:

“Un individuo aprende una segunda lengua mediante la construcción sobre la realidad, dada por
sobreentendida, de la “lengua materna”. Durante mucho tiempo, se retraduce constantemente
a esta lengua original todo lo que se aprende del idioma nuevo. Y así la nueva lengua comienza
a adquirir una cierta realidad. Pero cuando esta realidad ya se ha establecido, poco a poco el
individuo deja de retraducir y es capaz de “pensar en” el idioma nuevo. Sin embargo, pocas veces
una lengua aprendida en la edad adulta consigue alcanzar el grado de realidad inevitable y
evidente que tiene siempre la lengua que se ha aprendido de pequeño. Así, vemos que la
cualidad afectiva que tiene la lengua materna es clara. Pues bien, lo mismo podríamos afirmar,
aproximadamente, de las otras secuencias de aprendizaje de la socialización secundaria:
encontraríamos también aquel “ir construyendo” sobre la realidad más “familiar”, aquel “ir
encontrando identificaciones”, antes de poder deshacer finalmente el vínculo.” [Berger &
Luckmann, La construcción social de la realidad, 2001]
La socialización es un proceso que posee etapas más significativas que otras, más intensas, pero
es un proceso que no termina nunca.

3.2.- Agentes del proceso de socialización

La socialización se produce a través de una serie de agentes sociales

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Pablo Fuentealba C.

• Cultura y personalidad: experiencia social común y personalidad modal

• Subcultura y personalidad

• Familia y personalidad

• Escuela y personalidad

• Grupo de pares (etarios) y la pandilla

• Otros grupos de referencia

• Medios de comunicación

1.- Experiencia social común y la personalidad modal (cultura y personalidad)

Todos los individuos que viven dentro de una misma sociedad, poseen una experiencia cultural
común, ya que todos comparten la cultura de su sociedad. El proceso de socialización hace que
los miembros de la sociedad internalicen los aspectos más generales de su cultura.

Esto lleva a la configuración de lo que se ha denominado personalidad modal.

La personalidad modal se entiende como la “configuración característica de la personalidad que


es típica de muchos miembros de una sociedad y que deriva de la experiencia social común”
(Horton y Hunt).

El concepto de modal proviene del término estadístico de “moda” que corresponde al valor que
más o con mayor frecuencia se repite. En consecuencia, el concepto de personalidad modal hace
referencia a las características de personalidad que con mayor frecuencia se repiten entre los
miembros de una sociedad como producto de una experiencia social común.

Por ejemplo, existen sociedades en las que su población es sumamente desconfiada y poco
amable, mientras que en otras sus miembros son confiados y amables. En algunas sociedades
las personas son muy generosas y hospitalarias con los extranjeros, mientras que en otras son
sumamente egoístas con ellos y poco hospitalarios.

El hecho de que estas características de la personalidad se repitan en la mayor parte de la


población, por el hecho de que existe una cultura en esa sociedad que ha sido internalizada por
medio del proceso común de socialización, de tal modo que se generan personalidades
relativamente homogéneas en ciertos ámbitos.

A continuación exponemos un claro ejemplo de lo que es la personalidad modal extraído del


texto Sociología de Horton y Hunt, en el cual se muestran dos tipos de sociedades, dos tipos de
cultura que marcan en sus miembros dos tipos de personalidades modales, características
típicas de sus miembros que se repiten.

 El Dobuan o Angustiado. (Fortune, 1982; Benedic, 1934, cap 5)

Si el niño de la tribu dobuana, en Melanesia, hubiera podido tener alguna elección en el asunto
antes de venir a este mundo, lo hubiera pensado dos veces. Entra en una familia donde el único
miembro que está dispuesto a cuidar de él es su tío, hermano de su madre, del cual es heredero.

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Su padre, que está interesado en los hijos de su propia hermana, ordinariamente lo toma a mal,
porque debe esperar hasta el destete para reanudar las relaciones sexuales con la madre. Con
frecuencia tampoco es deseado por su madre, y el aborto es cosa común. En Dobu espera al niño
poco calor o afecto.

El niño Dobuano aprende pronto que vive en un mundo regido por la magia. Nada ocurre por
causas naturales; todos los fenómenos están controlados por hechicerías y sortilegios. Las
enfermedades, los accidentes y la muerte son prueba de que se ha utilizado contra ellos la
brujería, y exige que algún pariente los vengue. Las pesadillas se interpretan como episodios de
hechicería en los que el espíritu del durmiente tiene pocas formas de escapar de los espíritus
hostiles. Todos los héroes y villanos legendarios están todavía vivos como seres sobrenaturales
activos capaces de ayudar o dañar a la gente. Los cultivos crecen solo si largas horas de canticos
mágicos tienen éxito en atraer los productos del campo ajeno. Aun el deseo sexual no surge sino
como respuesta al encantamiento amoroso de otra persona, el cual guía los pasos de uno hacia
ella o hacia él, aunque los encantamientos amorosos de uno cuentan para su propio éxito.

La mala voluntad y la traición son virtudes en Dobu y el temor domina la vida de los indígenas
dobuanos. Todo dobuano vive en constante temor de ser envenenado. Los alimentos son
cuidadosamente vigilados mientras se preparan, y hay pocas personas con las que el dobuano
pueda comer. La pareja dobuana vive un año en el pueblo de la esposa y un año en el pueblo del
marido, de modo que uno de ellos es siempre un forastero humillado y del que se desconfía, que
vive a diario en espera de ser envenenado o de recibir otro daño. En todo momento cada poblado
alberga a los cónyuges visitantes de varios poblados diferentes, y ninguno de estos visitantes
puede confiar en sus huéspedes o en los otros. De hecho, nadie puede ser de toda confianza; los
hombres se encuentran nerviosos por alguna posible hechicería de sus mujeres y temen a sus
suegras.

Para los dobuanos, todo éxito debe obtenerse a expensas de alguien, del mismo modo que las
desgracias son causadas por la magia malévola de otros. La magia eficaz es la clave del éxito, y
robo y la seducción. El adulterio es prácticamente universal, y el adultero con éxito, igual que el
ladrón hábil, es admirado.

En la superficie las relaciones sociales en Dobu son cordiales y educadas, aunque austeras y
desprovistas de buen humor. Hay muy pocos pleitos, porque ofender a alguien o ganarse un
enemigo es peligroso. Pero los amigos también son peligrosos; una muestra de amistad puede
ser el preludio de un envenenamiento, o la recolección de materiales (cabello, uñas) útiles para
una brujería.

¿Qué tipo de personalidad se desarrolla en un ambiente cultural semejante? Los dubuanos son
hostiles, suspicaces, desconfiados, celosos, sigilosos y mentirosos. Estas son reacciones raciales,
porque los dobuanos viven en un mundo lleno de mal, rodeados por enemigos, brujas y
hechiceros. Finalmente están seguros de que serán destruidos. Mientras tanto buscan
protegerse mediante su propia magia, pero nunca pueden disfrutar de una seguridad
confortable. Una mala pesadilla puede mantenerlos en cama durante días. Medidos con los
conceptos occidentales de higiene mental, todos los dobuanos serían paranoides en un grado
tal que exigiría psicoterapia. Pero llamarlos simplemente paranoides sería incorrecto, porque
sus temores están justificados y no son irracionales; los peligros que afrontan son auténticos, no

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imaginarios. Una persona verdaderamente paranoide imagina que las otras personas están
tratando de causarle daño, pero en Dobu las otras personas están tratando en realidad de
dañarlo a uno. La que es normal y útil para la cultura.

 Los Serviciales Zuñi. (Cushin, 1822; Stevenson, 1901; Benedict, 1934, cap 4; Bruzell, 1938;
Kluckhohn y Strodtbeck, 1938; Vogt y Albert, 196; Crampton, 1977).

Los zuñi de Nuevo México son un pueblo tranquilo en un mundo no perturbado emocionalmente.
Los niños son acogidos con cariño, tratados con tierno afecto y reciben mucha atención. La
responsabilidad respecto al cuidado del niño es difusa; un niño puede ser ayudado o recogido
por cualquier adulto presente. Ante un frente unido de adultos, los niños rara vez se portan mal
y pueden ser reprendidos, pero muy raramente son castigados. La vergüenza es el control más
importante, y lo más frecuente es que sea provocada por un desconcierto en presencia de otro.
La opinión de los otros, más que la conciencia, es lo que controla la conducta entre los zuñi.

El comportamiento violento y agresivo es desaprobado severamente, y a los zuñi se les enseña a


controlar sus emociones a una edad temprana. Los pleitos abiertos son casi desconocidos. Por
ejemplo, una mujer se cansó de los muchos amoríos de su marido. “De modo que”, dijo, “no
lavaré su ropa. Entonces él supo que yo sabía lo que todos sabían, y dejó de salir con esa
muchacha”. (Benedict, 1934, p.108). Sin una sola palabra el problema se arregló.

Los valores zuñi hacen hincapié en la armonía, la cooperación y la ausencia de competitividad,


agresividad o avaricia. Se ridiculiza cualquier tipo de intemperancias y se acostumbra rechazar
el alcohol porque alienta un comportamiento inmoderado. (Este control se ha debilitado, y el
alcoholismo es ahora un problema.)

La propiedad se valora por el uso directo, pero no prestigio o poder. Aunque los zuñi no carecen
de ambición, ganan poder mediante su conocimiento de los rituales, cánticos y fetiches. Un
hombre “pobre” no es el que no tiene propiedades, sino que el que carece de conexiones y
recursos ceremoniales.

El ceremonialismo satura todos los aspectos de la vida zuñi. Aunque estén rodeados por fuerzas
sobrenaturales, éstas se consideran generalmente como seres amables que quieren que la gente
sea feliz. La hechicería está presente y se considera la causa primaria de la muerte y de otros
problemas. Los procesos contra las brujas son brutales y pueden conducir a la ejecución, pero lo
más común es que lleven a la humillación y al ostracismo. El más terrible de los rumores es el de
ser sospechoso de ser brujo.

Cualquier comportamiento peculiar o agresivo puede levantar tales sospechas, en tanto que una
conducta conspicua o la riqueza pueden atraer la atención y provocar los celos de los brujos. Sin
embargo, la vida zuñi no está dominada por la hechicería como ocurre entre los dobuanos. El
culto es la actividad dominante.

La magia sacerdotal se centra en el control del clima, la fertilidad humana y las ceremonias
curativas. El éxito proviene de un exacto cumplimiento de los rituales, da un sentimiento de
seguridad y de control sobre el medio ambiente.

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La cooperación, la moderación y la ausencia de individualismo se evidencian en todo el


comportamiento de los zuñi. Las posesiones personales no tienen importancia y fácilmente se
prestan a los demás. Los miembros de la familia matrilineal trabajan juntos con un grupo, y las
cosechas se almacenan en una bodega común. Se trabaja por el bien del grupo, no por la gloria
personal.

Las funciones de liderazgo rara vez se buscan y más bien deben imponerse. Normalmente los
problemas y desacuerdos no se resuelven mediante una apelación a la autoridad, un despliegue
de fuerza o un debate de confrontación, sino mediante un largo y paciente dialogo. Una decisión
simplemente mayoritaria no resuelve un problema en forma satisfactoria; se necesita el
consenso y se desea un acuerdo unánime.

La personalidad normal, entre los zuñi esta en agudo contraste con la de los dobuanos. Donde
éstos son suspicaces y poco dignos de confianza, los zuñi son confiados y confiables; donde el
dobuano es aprehensivo e inseguro, el zuñi es seguro y sereno. El zuñi típico tiene una
disposición condescendiente y es generoso, educado y servicial. El zuñi es irreflexivo y
habitualmente conformista, porque ser notablemente diferente es algo que disgusta mucho al
individuo y al grupo. Es evidente que esto sirve para controlar el comportamiento sin el sentido
de pecado y los complejos de culpa que se encuentran en muchas sociedades, incluso en la
nuestra.

Como se puede apreciar claramente, la vida o la pertenecía a una sociedad o a otra marcará en
cierto grado el tipo de personalidad que desarrollen los individuos, porque contribuirá a la
conformación de la personalidad modal. Nuestras creencias, nuestras opiniones, nuestras
formas pensar, de percibir, de sentir y de actuar en el mundo se encuentran condicionadas (no
determinadas)3 por la cultura dentro de la cual hemos vivido y dentro de la cual nos hemos
socializado.

2.- Subcultura y personalidad

Pero además, si bien existen ciertos aspectos de la personalidad de quienes viven en una
sociedad que no son extensivos a toda la sociedad, sino que se presentan en ciertos sectores de
ella. Esto se explica porque, dentro de las sociedades existen subculturas. En este sentido
subcultura genera un tipo de personalidad modal que comparte aspectos de la personalidad
modal de la cultura dominante, pero que posee otros aspectos que la diferencian.

Por ejemplo, los isleños (los habitantes de Isla de pascua) comparten muchos aspectos de su
personalidad con el resto de los chilenos, pero poseen muchos otros que lo diferencian. Del

3
La diferencia entre determinar y condicionar es importante de establecer. Cuando se habla de
determinación (determinar), señalamos que un factor inevitablemente va a afectar a otro,
necesariamente lo hará como una ley de causa-efecto. Sin embargo, cuando se habla de
condicionamiento, sólo señalamos que existen o pueden existir influencias significativas e importantes,
pero que no son necesarias. La cultura en la cual vivimos no nos determina a ser como somos, sólo nos
condiciona o nos influye en cierto grado y hasta cierto punto. No estamos en ese sentido condenados,
porque los seres humanos somos seres que poseemos conciencia, que podemos modificar a veces
nuestras creencias, nuestros comportamientos y ser libres, aunque la mayoría de las veces tendamos a
actuar en conformidad con los patrones aprendidos.

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mismo modo, los habitantes del sur del país son más afectivos que los habitantes de la ciudad
de la capital.

3.- La familia y la personalidad

 En la familia comienza el proceso de socialización (socialización primaria)

A través de la familia, el niño internaliza el conjunto de normas de la sociedad. La familia


constituye el primer agente dentro del proceso de socialización, ya que es el primer grupo con
el cual nos relacionamos. Por lo tanto, en el contacto con la familia comienza la socialización
primaria

 Se transmiten los valores, las normas y las creencias propias del grupo familiar

La familia se constituye en un agente a través del cual la sociedad transmite su cultura a las
nuevas generaciones. La cultura de la sociedad se presenta “filtrada” por este agente que es el
grupo familiar, ya que la forma de vida de un pueblo (su cultura) no se transmite de forma directa
y pura, sino que siempre se transmite de forma mediada o mediatizada por el sistema familiar.

Las creencias, las normas, los valores, las costumbres de una sociedad se transmiten, dentro del
proceso de socialización, por medio de la familia inicialmente.

El individuo internaliza la “cultura familiar”. Es decir, internaliza la cultura de su familia (normas,


valores creencias). Pero a través de la cultura familiar se transmiten muchos aspectos de la
cultura de su pueblo, porque la cultura familiar es una réplica (aunque no exacta) de la cultura
social.

Muchos de los rasgos de la personalidad de los individuos, tienen su origen en la cultura familiar.
La forma de ver el mundo, de actuar en la sociedad, de responder ante determinadas
situaciones, etc., está influenciada por las características de la cultura familiar.

 Primera imagen de sí mismo

Pero además, en la familia, el niño adquiere la primera “imagen de sí mismo” o su primera


autoimagen. La familia ve al niño de una determinada forma (bonito, feo, agradable,
desagradable, inteligente, tonto, etc.) y lo tratará de acuerdo a la imagen que tenga de él. El
niño, según el trato que reciba, se formará una imagen de sí mismo.

4.- La escuela

La escuela constituye una institución que constituye la primera instancia de socialización formal.
En la escuela, el individuo comienza a relacionarse con otros individuos que poseen
características de personalidad diferentes a las de él, porque provienen de culturas familiares
diferentes. Aquí comienza el contacto con otros grupos distintos a l grupo familiar de origen.

Pero lo fundamental es que transmiten los conocimientos (se transmite la herencia cultural de
la sociedad), se refuerzan los aspectos aprendidos en la familia (normas, valores, la disciplina,
etc.) y se inicia, como señalamos, el contacto con otros grupos.

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5.- Grupos de pares (etarios) y la pandilla

El niño pronto comienza a relacionarse con otros grupos, fundamentalmente con individuos que
tienen una edad similar a la de él y comienza a formar su primer grupo de amigos (o pandilla).
Pero los grupos de amigos constituyen una subcultura propia (poseen normas, gustos, valores,
opiniones propias) de modo que el individuo comienza a internalizar elementos culturales
nuevos que no ha aprendido de su familia ni de la escuela.

El grupo de pares etarios (y la pandilla) constituye un importante grupo de referencia


fundamentalmente en la niñez y en la adolescencia y contribuye de modo significativo al
desarrollo de la personalidad.

El grupo de pares de edad homogénea al ser uno de los grupos de referencia fundamentales, se
constituirá en el modelo de comportamiento, de pensamiento, de gustos para los adolescentes.
Los individuos buscan la aprobación de sus pares y por ello tenderán a comportarse de acuerdo
a las expectativas de sus pares.

Muchas veces las normas del grupo de pares podrán encontrase abiertamente contra las normas
familiares, pero los jóvenes preferirán responder a las expectativas de sus pares antes que a las
de su familia.

Si los jóvenes a los 14 años están tomando, fumando e iniciando sus relaciones sexuales, los
individuos intentarán comportarse de acuerdo de a ese modelo establecido por sus pares,
aunque su familia desapruebe esas conductas. Como señalamos, el grupo de pares constituye
un grupo de referencia fundamental en la adolescencia.

Veamos este caso:

“Trece arrestos”!! el juez movió su cabeza sobre mi expediente. “luchas entre pandillas,
disparos, hurtos, robo de un automóvil”…no sé qué hacer contigo! Tus padres son
trabajadores, gente religiosa, en una buena situación económica. Tu IQ (Coeficiente
intelectual es extraordinariamente alto ¿Por qué haces estas cosas?”

Yo me encogí de hombros ¡vaya pregunta tonta! Todos los muchachos que conozco
hacen lo mismo. Quizás yo he hecho cosas de esas y mejor.”

El caso que mostramos, muestra de modo sumamente claro el grado de influencia que el grupo
de pares de edad homogénea puede ejercer sobre los individuos (sobre todo adolescentes),
influencia que muchas veces puede ser superior a la que ejerce el grupo familiar.

Los adolescentes constituyen una subcultura con sus propias normas, valores, reglas de
comportamiento, opiniones, etc. que influyen en los individuos. La personalidad de los
individuos se encontrará fuertemente condicionada por los valores, las pautas de
comportamiento, los gustos y las creencias de su grupo de pares etarios.

6.- Otros grupos de referencia

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Por otra parte, tenemos los ciertos grupos de referencia con los cuales las personas se topan
durante el transcurso posterior de sus vidas y que influirán en el desarrollo de su personalidad.

Por ejemplo, las personas tendrán nuevos grupos de trabajo, de canto, de deporte que
contribuirán al desarrollo de su personalidad aunque de modo menos intenso a como ocurre en
los otros grupos.

Si el resto de los trabajadores de la empresa en la que trabajo, no son muy orientados hacia la
eficacia y la eficiencia y trabajan lo menos posible. Probablemente, ese grupo, en el mediano o
largo plazo se transformará en mi grupo de referencia (modelo a seguir) y terminaré actuando
del mismo modo. En cambio, si mis compañeros de trabajo son muy eficientes y muy orientados
hacia la realización de trabajos bien hechos, probablemente adquiriré esos valores y seguiré ese
modelo de comportamiento en mi trabajo.

7.- Los medios masivos de comunicación

Hoy en día, los medios de comunicación han jugado un papel importante dentro del proceso de
socialización. La mayoría de las personas en las sociedades actuales dedican parte importante
de su tiempo diario a leer periódicos, escuchar radio, ver televisión o navegar en internet.

Los medios masivos de comunicación son un agente socializador en la medida en que pueden
contribuir a reforzar normas o valores sociales, aunque también pueden fomentar
comportamientos que están en abierta oposición con el orden social.

Se han realizado muchos estudios que establecen los efectos que produce la televisión en el
comportamiento de los niños y adolescentes que, actualmente, pasan más horas frente al
televisor que en la escuela. Las series de televisión, los dibujos animados se constituyen en
modelos de comportamiento para muchos jóvenes contribuyendo de este modo a la
configuración de su personalidad.

El desarrollo de la identidad:

“Frank Jones, al referirse al pintor contemporáneo Marshall Glasier, escribe: "Se ha dicho que
cada uno es tres personas: lo que piensa que es, lo que otros piensan que es, y lo que él piensa
que otros piensan que es. La cuarta (lo que realmente es) es desconocida: posiblemente no
existe.” (H. Gerth & C. Wright Mills, 1963)

Cuando se hace referencia al concepto o a la noción de identidad, nos estamos refiriendo al


“quienes somos” entendidos como alguien distinto de los demás, pero también que posee algo
en común con los demás.

Han existido dos perspectivas generales sobre la identidad. Por una parte, se encuentran las
perspectivas internalistas y, por otra, las perspectivas sociales de la identidad. Para las
perspectivas internalistas (individualistas) la base de la identidad se encuentra únicamente en
el individuo y éste podría alcanzar esta conciencia de sí mismo, su autoimagen autónomamente

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(psicoanálisis, fenomenología, biologicismo). En cambio, para las perspectivas sociales de la


identidad, la autoimagen se construye como resultado de un proceso de interacción. La
“identidad” se manifiesta entonces, en una de sus formas como “identidad social”. La identidad
–social- no es entonces anterior a las relaciones sociales, sino que es posterior y surge en base
a éstas y durante el transcurso de las relaciones e interacciones sociales. Por ello, depende del
colectivo para poder surgir.

-Cooley y la identidad por adscripción

¿Cómo construimos el concepto de nosotros mismos?

El sociólogo norteamericano Charles Cooley intentó explicar cómo las personas forman el
concepto que poseen de sí mismo (el autoconcepto o la autoimagen) y desarrolló la teoría de la
identidad por adscripción.

Esta teoría considera que el autoconcepto constituye una representación que construimos como
resultado del proceso de interacción social y que, por lo tanto, requerimos de la ayuda de los
otros para poder generar nuestro autoconcepto.

Cooley elaboró el concepto de looking glass self, que corresponde a la idea del espejo social del
yo. Cooley postula que la interacción con otros miembros de la sociedad nos permite conocer
las reacciones que los otros poseen frente a nosotros. Los otros y sus reacciones se constituyen
en una suerte de espejo social que nos permite determinar cómo la sociedad (o los grupos con
los cuales nos relacionamos) nos ve a nosotros.

En este sentido, del mismo modo que un espejo de baño nos permite conocer nuestras
características físicas, las reacciones del resto son como una suerte de espejo que nos permite
conocer la definición social que se tiene sobre nosotros.

En una primera instancia nuestra identidad podemos definirla de acuerdo a los diferentes roles
que desempeñamos en la sociedad y en las interacciones sociales que se desarrollan a partir de
ellos (por ejemplo, soy padre, hermano, policía, profesor, alumno, pololo, abuela, etc.) Todo
esto va conformando mi identidad, porque va definiendo mi posición social que es única y
exclusiva. En cada uno de estos roles vamos siendo tratados de distintos modos (bien o mal, de
forma simpática o antipática, somos aceptados o rechazados) y a partir de esto se genera la
imagen de nosotros mismos como resultado de esas interacciones continuas.

Por ejemplo, una niñita que es tratada como una niña inteligente, simpática y bonita por sus
padres y si este trato se repite continuamente en otras situaciones, por sus profesores, por parte
de otros grupos, esa niña elaborará una autoimagen que se encuentra en consonancia con las
reacciones que ha percibido por parte de los otros hacia ella. Creará una imagen de sí misma
como una niña inteligente, simpática y bonita y tendrá altos niveles de autoconfianza.

En cambio si una niña es tratada como una niña poco inteligente, “feucha” y desagradable,
generará un autoconcepto negativo.

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Si cada vez que llego a un lugar, las personas se acercan a conversarme, percibiré que soy una
persona agradable y simpática. Pero si cada vez que llego a un lugar las personas dejan de hablar
y se alejan del lugar, me daré cuenta de que no soy una persona agradable para las personas.

Las respuestas que los demás nos ofrecen a nuestro comportamiento así como las respuestas
que nosotros damos a los demás, conforman lo que se entiende por “Identidad”. Mead (influido
por Cooley y su noción de espejo social), dice que los otros reflejan a modo de espejos las
imágenes que nosotros damos, y es, a partir de esta imagen, donde generamos la
“identidad/self”.

Como se observa, las reacciones de los otros constituyen la base o el material sobre el cual
construimos nuestra autoimagen o autoconcepto.

Sin embargo, debe señalarse que no necesariamente existe una correspondencia entre mi
autoconcepto y el concepto que los otros poseen sobre mí. Esto porque nuestro autoconcepto
lo construimos no tanto sobre la base de las reacciones de los otros, sino más bien sobre la
interpretación que nosotros hacemos de las reacciones ajenas. Por lo tanto si interpretamos
inadecuadamente las reacciones ajenas, generaremos un autoconcepto que no posee
correspondencia con el concepto que socialmente se tiene de nosotros.

Evidentemente, en este proceso, la imagen de nosotros mismos generada en la etapa primaria


y a partir de los “otros significativos”, posee una intensidad mucho más fuerte que aquella que
pueda desarrollarse en las etapas de la socialización secundaria.

-George Herbert Mead y el “otro generalizado”

El sociólogo y psicólogo social, para poder explicar el comportamiento de los individuos en


sociedad, elaboró el concepto teórico del “otro generalizado” que corresponde al compuesto de
expectaciones que una persona cree que los demás tienen respecto a ella.

El concepto del otro generalizado es fundamental para poder vivir en sociedad. Nuestro
comportamiento dentro de la sociedad es posible porque constantemente tenemos presente
(aunque casi inconscientemente) la noción del “otro generalizado”. El otro generalizado nos
permite actuar conforme a las expectativas de la sociedad.

Cuando alguien dice “es que se espera de mi que haga esto”, “todos esperan que haga tal cosa”,
se está aludiendo al concepto del otro generalizado.

Veamos un ejemplo más concreto. Si un día de mucho calor alguien me preguntara por qué ando
vestido, probablemente no sabría cómo responder de forma precisa esa pregunta. Respondería
que “hay que andar vestido”, “hay que usar ropa”, “es obvio que hay que vestirse”. Pero de
alguna forma, en esas respuestas está contenido el concepto del otro generalizado, porque en
el fondo estamos respondiendo que “la sociedad en abstracto, espera que circulemos vestidos
por las calles” ¿alguien en concreto (juanito, pedrito) espera que andemos vestidos en la calle?
No, es la sociedad la que espera eso, es ese concepto abstracto como ellos esperan que ande
vestido. Todos y nadie en particular esperan de mí un comportamiento. Ese “todos y nadie” es
el otro generalizado.

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Esta es una descripción de Berger del Otro generalizado:

"A medida que la socialización avanza, el niño empieza a comprender que las actitudes y roles
particulares remiten a una realidad más general. Es el momento en que el niño empieza a
comprender, por ejemplo, que no sólo su madre se enfada cuando se hace pipí encima, sino que
este enojo es compartido por cualquiera de los otros significativos adultos que él conoce, e,
incluso, por cualquier persona adulta del mundo en general. En este momento, el niño aprende
a relacionarse no sólo con los otros significativos específicos, sino con un otro generalizado (otra
expresión meadiana) que representa la sociedad. Este importante paso se puede contemplar
fácilmente en el lenguaje. En las fases iniciales, es como si el niño se dijera a sí mismo (y de
hecho en ocasiones lo hace): "mamá no quiere que me haga pipí encima". Después de descubrir
al otro generalizado, la frase se transforma en: "los niños no se hacen pipí encima". La actitud
particular se ha transformado en universal. Las órdenes y prohibiciones específicas de otros
individuos se han transformado en normas generales." [Berger & Berger, Sociology. A
biographical aproach, 67-68]

En las palabras del propio George Herbert Mead, “en la forma del otro generalizado, los procesos
sociales influyen en la conducta de los individuos involucrados en ellos y que los llevan a cabo.
Es decir, que en esta forma la comunidad ejerce su control sobre el comportamiento de sus
miembros individuales; porque de esta manera el proceso o comunidad social entra, como
factor determinado, en el pensamiento del individuo. En el pensamiento abstracto el individuo
adopta la actitud del otro generalizado hacia sí mismo, sin referencia a la expresión que el citado
otro generalizado pueda asumir en algún individuo determinado; y en el pensamiento concreto
adopta esta actitud en la medida en que es expresada, en las actitudes hacia su conducta, por
parte de aquellos otros individuos junto con los que está involucrado en la situación o acto social
concretos. Pero sólo adoptando la actitud del otro generalizado hacia él -en una u otra de estas
maneras- le es posible pensar, porque sólo así puede darse el pensamiento. Y sólo cuando los
individuos adoptan la actitud o actitudes del otro generalizado hacia sí mismos, sólo entonces
es posible la existencia de un universo de raciocinio, como el sistema de significaciones sociales
o comunes que el pensamiento presupone." [George H. Mead, Espíritu, persona y sociedad
(Buenos Aires: Paidós, 1972), 184-186]

El otro generalizado se desarrolla a través de tres etapas que corresponden al aprendizaje de


roles:

Primera etapa (1-3 años): el niño aprende a imitar el comportamiento de otros, pero lo imita
sin ningún grado de comprensión. Por ejemplo, una niñita abraza a una muñeca e imita a su
mamá. Pero esa conducta es sólo una copia de las acciones de la madre, pero la niña no
comprende que la muñeca es su hija y que ella cumple el rol ficticio de madre. Por esa razón, la
niñita luego puede usar esa misma muñeca para golpear a su hermano.

Segunda etapa (3-4 años): en la segunda etapa, el niño comprende los roles que desempeña.
Juega al policía, al bombero, al astronauta, etc. y comprende los roles a los que juega. Sin
embargo, se trata de roles concretos (policía, bombero), pero además hay un juego irregular con
los roles. El niño juega al policía y cinco minutos después juega al bombero.

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Lo importante es que el niños (que posee un status o posición de niño con su respectivo rol de
niño) aquí es capaz, en el juego, de ponerse en el lugar de otros. Es decir, desarrolla la capacidad
de imaginarse mentalmente asumiendo roles diferentes al rol propio. Puede comprender que
existen otras posiciones diferentes y jugar a ser esas otras posiciones (status) y desempeñar los
respectivos roles.

Tercera etapa: deporte (4-5 años en adelante) la tercera y penúltima etapa es la del deporte.
En el deporte (en equipos) constituye una actividad en la cual el individuo debe comprender las
posiciones y los roles de los otros jugadores para poder desempeñar adecuadamente su propio
rol en el juego. El individuo por lo tanto es capaz tener una representación mental de todo el
sistema de posiciones (que ocupan los jugadores) del juego y desempeñar su propio rol teniendo
presente siempre todo el sistema de posiciones que ocupa el resto de los jugadores.

El individuo, para desempeñar adecuadamente su rol como jugador, debe tener


constantemente presente una noción de lo que “el equipo” espera de él.

En el deporte el individuo desarrolla la capacidad de imaginarse no sólo en otro rol concreto y


particular, sino que es capaz de tener una representación abstracta y simultánea de todo el
conjunto de roles implicados con las expectativas que los otros (otro abstracto, general) esperan
de él.

Una vez que el niño ha pasado por la etapa del deporte, después de esto, se desarrolla el
concepto del otro generalizado, que es un “compuesto de los roles que otras personas
desempeñan y de las expectativas que tienen respecto de nosotros” o un “Compuesto de
expectaciones que una persona cree los demás tienen respecto a ella”.

Éste es el concepto del “otro generalizado”, un conjunto de expectaciones abstracta que una
persona cree que los demás tienen respecto a ella. El individuo desempeña su tarea, su rol
teniendo presente este conjunto de expectaciones que es el otro generalizado.

En la etapa previa del deporte el individuo desarrolla esta capacidad que lo prepara para “otro
generalizado” se refiere a la idea abstracta de “la sociedad en su conjunto y las expectativas que
esa idea de sociedad abstracta posee respecto a nosotros.

El otro generalizado es una noción, una representación sumamente general y abstracta, pero
que nos acompaña durante todo el transcurso de nuestras vidas. Cada vez que nos vestimos en
las mañanas, tenemos presente al “otro generalizado”, cada vez que realizamos nuestro trabajo
estamos respondiendo al “otro generalizado”, etc. El otro generalizado es como dijimos, “todos
y nadie a la vez”. Nos vestimos porque la sociedad (en general) espera que nos vistamos, nos
duchamos, nos aseamos y nos afeitamos porque el otro generalizado (la sociedad, todos y nadie)
espera que circulemos aseados y afeitados por las calles. El otro generalizado está siempre
presente en nuestras mentes y casi siempre estamos respondiendo a él.

Por ello, la formación de este otro generalizado en la conciencia significa que el individuo ya no
se identifica únicamente con otras personas concretas (y con sus roles y expectativas concretas),
sino con una generalidad de otros, es decir, con una sociedad entendida abstractamente. En
este sentido “Existen dos etapas generales en el completo desarrollo de la persona. En la primera
de estas etapas, la persona individual está constituida simplemente por una organización de las

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Pablo Fuentealba C.

actitudes particulares de otros individuos hacia el individuo y de las actitudes de unos hacia los
otros, en los actos sociales específicos en que aquél participa con ellos. Pero en la segunda etapa
del completo desarrollo de la persona del individuo, esta persona está constituida no sólo por
una organización de las actitudes de estos individuos particulares, sino también por una
organización de las actitudes sociales del otro generalizado, o grupo social, como un todo, al
cual pertenece.”

El concepto del “otro-significativo”:

Existe además el concepto del otro significativo que se utiliza para referirse a aquellos individuos
que poseen una significación especial dentro del proceso de socialización. Peter Berger,
refiriéndose a Herbert Mead en la perspectiva interaccionista señala que “Mead denomina a los
principales protagonistas del proceso de socialización como los otros significativos…Son las
personas con quienes el niño interactúa con más frecuencia, con quienes tiene una importante
relación emocional, y cuyas actitudes y roles son cruciales en este proceso. Obviamente, es muy
importante -para todo lo que se sucede al niño- determinar quiénes son estos “otros”. Con ello,
no sólo nos queremos referir a sus particularidades individuales o excentricidades, sino a su
posición dentro de la sociedad. En las fases iniciales de la socialización, sean cuales sean las
actitudes y roles tomados por el niño, los toma de estos otros significativos. En un sentido
bastante real, ellos son el mundo social del niño.” [Peter L. Berger & Brigitte Berger, Sociology. A
biographical aproach (Nueva York: Penguin Books, 1976), 67]

No todas las personas con las que nos relacionamos en nuestras vidas poseen la misma
relevancia, sino que hay personas que son más significativas que otras. A los “otros
significativos” buscamos agradarles e intentamos responder a sus expectativas porque son
importantes para nosotros. El otro significativo posee un alto grado de influencia en el desarrollo
de las actitudes, pensamientos y formas de comportarse de los individuos. Otro significativo
puede ser el padre, algún maestro en la escuela, algún tío, etc.

Peter Berger señala que “los otros significativos [...] son aquellos a los que la persona presta
atención y cuyas evaluaciones se reflejan en sus propias evaluaciones; denominaremos otros
autoritarios a aquellos otros significativos cuyas evaluaciones sancionan nuestras conductas y
deseos”. Aquí reconoce dentro de los otros significativos a otros autoritarios y diferencia al otro
significativo del otro generalizado al decir que “El otro generalizado está compuesto por una
integración de las evaluaciones y valores de los otros significativos de la persona, y
especialmente de los autoritarios.”, pero que esta integración es en último término una
abstracción construida desde los otros significativos, pero que no es otro significativo concreto
o particular.

Esta idea sirve para explicar fenómenos de identidad y personalidad de los individuos. Por
ejemplo, por lo general, quienes nacen dentro de una clase social baja, tienden a permanecer
dentro de ella. Sin embargo, existen ciertos casos excepcionales en los que ciertos individuos, a
pesar de encontrase en situaciones socioeconómicas y culturales sumamente adversas logran
salir adelante. Muchas veces esto ocurre porque estas personas han tenido a “otros
significativos” que han ejercido una influencia positiva en sus vidas. Algún maestro en el colegio

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que los motivó a salir adelante, algún pariente que se constituyó en otro significativo porque
desarrolló en él actitudes de perseverancia, de esfuerzo, le hizo valorar el conocimiento, etc.

8.3.- Freud y el yo (self) antisocial

Tanto la teoría de Cooley como la de Mead poseen una concepción armónica de la relación que
posee el individuo con la sociedad. Es decir, la persona se constituye como resultado de la
interacción con otros individuos. Para ellos, la persona en abstracto no existe, no se puede
poseer una personalidad fuera del mundo social. Freud en cambio posee una postura diferente
que considera que el individuo se encuentra en pugna o conflicto con la sociedad.

Freud intentó analizar la estructura del self. Consideró que el self poseía tres dimensiones o tres
partes: el ello, el ego y el superego.

 Ello (id): el ello se encuentra compuesto por los deseos e impulsos instintivos que son
el deseo sexual y los impulsos agresivos que posee el hombre.

 Superego: por otra parte, tenemos los ideales y valores de la sociedad. Tenemos todo
el ordenamiento moral de la civilización. El superego (los ideales y valores de la
civilización) se opone al ello, es decir, se opone a los impulsos agresivos y sexuales que
se encuentran en las partes más profundas de la naturaleza humana.

 Ego: finalmente tenemos la parte racional, el ego, que supervisa y que busca mantener
el control entre el ello y el superego. Busca que el superego logre contener al ello. El
ego es una suerte de policía que controla que el ello se reprima y respete los valores, los
ideales y las normas de la civilización o sociedad).

Como vemos para Freud, el individuo puro posee una dimensión que está en constante conflicto
con la sociedad, con la civilización y la vida social es posible solamente porque el hombre ha
aprendido a reprimir sus impulsos y deseos más profundos.

Las conductas desviadas (violencia y perversiones sexuales) se producen porque existe una falla
en la labor del ego que no logra controlar al ello permitiendo que los impulsos agresivos o los
deseos sexuales superen al superego y se manifiesten conductas agresivas o en desviaciones
sexuales.

Para Freud, la sociedad es posible porque superego doblega y reprime al ello. Por ello, Freud nos
dice que “el primer humano que insultó a su enemigo, en vez de tirarle una piedra, fue el
fundador de la civilización”.

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Pablo Fuentealba C.

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