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Los
contenidos son de carácter sumamente general.

Es importante comprender la relación de los paradigmas con la práctica científica y las diferencias
que existen entre cada uno de los tres paradigmas que serán estudiados, ya que la investigación
científica presupone la adhesión a algún paradigma, de modo explícito o implícito.

Los principales paradigmas en Cs. Sociales: positivista, interpretativo-hermenéutico y crítico

¿Qué es un paradigma en investigación o en ciencia?


Una Paradigma puede entenderse como una forma de ver el mundo por parte de una comunidad
científica. Para Th. Kuhn es “una concepción general del objeto de estudio de una ciencia, de los
problemas que deben estudiarse, de los métodos que deben emplearse en la investigación, y de las
formas de interpretar, explicar y comprender, según el caso, los resultados obtenidos por la
investigación”

Pero además, un paradigma conlleva, a) un sistema teórico compuesto por teorías, leyes, conceptos,
principios y b) y presupuestos filosóficos o presupuestos no-científicos que funcionan como principios
o supuestos de base del paradigma y de sus teorías. En este sentido, conlleva una concepción
antropológica (acerca del hombre, acerca del bien del hombre), una concepción acerca de la
realidad, acerca del conocimiento y sus posibilidades, modos de conocer, presupuestos sobre el
pensamiento, etc.

La adhesión a un paradigma conlleva o dirige las investigaciones que realiza una comunidad
científica que ha adherido a dicho paradigma. Dentro de los principales paradigmas en Ciencias
sociales (sociología) encontramos el positivista, interpretativo-hermenéutico y el crítico.

Es importante indicar que en muchos aspectos un paradigma con otro, pueden tener aspectos en
común, puntos de concordancia, pero que en su núcleo y aspectos fundamentales y formas de
pensar, presentan diferencias lo suficientemente fundamentales como para poder ser
diferenciadas.

Paradigma positivista

Sus antecedentes remotos están en Hume, Kant y otros, pero el padre fundador es A. Comte.
También alcanza un notable desarrollo a comienzos del siglo X con el Circulo de Viena que fue un
círculo de epistemólogos e intelectuales positivistas, que se dedicaron a la epistemología (filosofía
de la ciencia)

El paradigma positivista tiene su origen en las ciencias naturales y se extrapola a las ciencias
humanas, ya que considera que los mismos métodos y modelos de las ciencias de la naturaleza
deben emplearse para el estudio de los fenómenos culturales.. Específicamente en un comienzo, se
plantea como modelo a la física (fisicalismo), en sus métodos, técnicas y modelos. Por ello, se
plantea que no existiría diferencia esencial entre el mundo de la naturaleza y el mundo humano,
razón por la cual no debería diferir la ciencia encargada de los fenómenos naturales de la ciencia
encargada de la ciencia encargada del estudio de la sociedad y la cultura.

Existe una postura objetivista, al suponer que la realidad externa es “objetiva” al sostener que ella
y sus propiedades tienen existencia con independencia de quien la estudia (independencia sujeto-
objeto).

Además, el positivismo se centra en el estudio de aquello que es observable empíricamente (que


requiere de los sentidos). Es decir, susceptible de observación directa o indirecta, y rechaza la
especulación. Se llega al conocimiento por sentidos, razón científica y por los instrumentos usados
para realizar observaciones (microscopios, telescopios, etc.).

Además, el positivismo aspira a la predicción de los fenómenos e identifica la predicción con la


explicación. Una vez que es posible establecer causas-efectos, y se logra la predicción, se entiende
que un fenómeno se encuentra adecuadamente explicado.

El positivismo se caracteriza, además, por adherir a la vía nomotética (descubrimiento de leyes,


similares a las leyes de la física, que deben ser universales y necesarias, aplicables a todo contexto
y situación), al intentar establecer leyes universales (busca las semejanzas más que las diferencias)
que relacionan los diversos fenómenos. Ciencia describe hechos y relaciones constantes entre
hechos expresadas mediantes leyes que permiten su previsión.

Se complementa con una concepción atomista y simplificada de la realidad que considera que los
fenómenos pueden ser descompuestos y aislados para su explicación (se realiza un análisis, una
descomposición), recurre a la descomposición o separación y a la explicación parcial (por ejemplo,
tal causa produce tal efecto sin que se consideren aspectos más globales).

Para precisar la previsión y la explicación, recurre a modelos matemáticos-estadísticos (por eso se


identifica con el enfoque cuantitativo, aunque debe indicarse que hay cierta corriente cualitativa
positivista), con los cuales se modela la realidad para intentar explicar con precisión los fenómenos
estudiados.

Si se suma su carácter nomotético y su carácter empiricista, es posible comprender que el


positivismo promueve el método inductivo que consiste en extraer premisas generales (las leyes
científicas) como resultado de la observación de casos particulares. Es decir, se postula que la
observación sistemática de casos particulares debería permitir extraer las semejanzas,
regularidades y leyes sociales, que permitirían inferir enunciados generales para explicar el
funcionamiento de la sociedad.

La ciencia es la única vía aceptable para alcanzar el conocimiento y se niega valor cognoscitivo
(conocimiento) a cualquier otra disciplina (por ejemplo, filosofía, arte, la literatura).

Además, en el positivismo hay neutralidad valorativa para el proceso de conocimiento (sujeto y


objeto son independientes). Se niega valor cognoscitivo a los juicios de valor y enunciados
normativos, en el sentido de que el investigador debe prescindir de sus juicios personales juicios de
valor o de opiniones que prescriban u orienten la conducta en el sentido de un deber ser. Se
excluyen, por lo tanto, las críticas sociales, por ejemplo, como parte de los juicios científicos.

Paradigma interpretativo-hermenéutico (comprensivista).

El paradigma hermenéutico interpretativo proviene de las ciencias del espíritu y se ha tenido como
fuentes principales, la sociología comprensiva de Weber y el historicismo alemán de Dilthey, el
interaccionismo simbólico (Blumer, Mead), la fenomenología (Husserl, Shultz) y la hermenéutica
(Gadamer).

Por una parte, considera que la realidad es subjetiva y, desde ese punto de vista, no existiría una
observación de la realidad que sea independiente del sujeto, sino que el sujeto construye la realidad
a través de su pensamiento. En este sentido, la conciencia del hombre (sus estructuras cognitivas,
su razón, los condicionamientos socioculturales) inciden en la forma de captar la realidad que
siempre es captada por los agentes sociales desde cierta perspectiva condicionada desde estas
estructuras de conciencia y de condicionamientos socioculturales desde los cuales se ha construido
y que han influido en su forma de entender la realidad. El investigador también cuenta con estas
estructuras de conciencia y, por lo tanto, también observa su objeto (acciones humanas, la sociedad,
la cultura) desde su subjetividad, sin que exista nunca una separación sujeto objeto, ni siquiera
dentro del campo de la investigación científica.

La realidad es considerada como estructural o sistémica. Desde este punto de vista, los distintos
elementos de la realidad no pueden ser comprendidos atómicamente (como unidades simples o
aisladas), sino que deben comprenderse en su relación con las demás (porque cada parte está en
relación con el todo, el todo el relación con la parte y las partes en relación entre sí). Por ello,
siempre aspira a la comprensión “holística” o sistémica de la realidad social que implica entender a
la parte dentro del todo (es decir, del contexto).

La realidad, además es compleja, ya que está compuesta no solamente de unidades físicas


observables, sino que además, está compuesta de individuos humanos con conciencia, capaces de
otorgar interpretaciones y sentido a sus acciones y al mundo. El ser humano puede crear
significados, símbolos, creencias, no observables directamente, etc. Esto es lo que muchas veces y
en general se ha llamado el sentido, que corresponde a esta dimensión subjetiva que se encuentra
detrás de la acción humana y que la motiva, sin la cual no es posible comprenderla y que tiene su
origen en la conciencia humana.

Además, el paradigma interpretativo-hermenéutico, considera que la realidad no puede ser


explicada, sino que debe ser interpretada (o comprendida como señala Weber), lo cual implica que
debe existir un procedimiento intelectivo mediante el cual la investigación logre dar cuenta de las
acciones, del comportamiento social, recurriendo a la interpretación de motivaciones subjetivas que
puedan estar en la base de dichas acciones (por ejemplo, las creencias, significados, símbolos,
interpretaciones sobre el mundo, etc.) y situarlas en sus contextos para comprender el
comportamiento. En investigador al ser un agente humano, y ser poseedor de conciencia, tiene la
capacidad de ponerse en el lugar del otro, y puede comprender e interpretar las acciones humanas,
precisamente, porque puede reconstruir sus sentidos o motivaciones subjetivos al “ponerse
intelectualmente en el lugar de los sujetos investigados o estudiados” y de este modo entender por
qué actúan de una determinada manera al comprender los elementos subjetivos que guían sus
acciones.

La idea anterior se complementa por la idea holística o sistémica, que considera que un elemento o
acción, sólo se comprender en relación a las partes o al todo (contexto o situación) que ayuda a
comprender el sentido, puesto que toda comprensión no puede ser simple o analítica, sino que debe
ser compleja, sistémica y holística al vincular los elementos.

La perspectiva comprensiva-interpretativa, considera que cada caso es único e irrepetible, que si


bien hay ciertos aspectos generales o comunes, también existen muchas diferencias entre cada
contexto, cultura, grupo humano. Por ello, la comprensión de los comportamientos no puede
generalizarse a todas las sociedades a través de leyes universales o generales con independencia de
las características particulares.

Respecto a al tema de los valores en la investigación, hay posturas contrapuestas. Hay quienes
sostienen que los valores no deben influir en el proceso, pero que influyen aunque no podamos

Paradigma crítico

Antecedentes remotos del paradigma crítico pueden encontrarse en Kant, Hegel y Marx (aunque
muchos de ellos también pueden catalogarse como fundadores positivistas y/o comprensivistas en
algunos aspectos). Sin embargo, el desarrollo del paradigma crítico más sistemático se encuentra
en la escuela de Frankfurt con Horkheimer, Marcusse, Benjamin, Habermas entre otros.

Dentro de los principales postulados que es posible encontrar dentro del paradigma crítico,
encontramos que considera que la realidad social se encuentra constituida por relaciones de poder,
en la cual sujetos establecen relaciones de dominación sobre objetos y sobre otros sujetos.

Por lo tanto, aquí subsiste una idea conflictual de la realidad social en la cual no existirían
simplemente relaciones de causa-efecto, ni siquiera armónicas, sino que existen relaciones de
conflicto muchas veces dadas por estas relaciones de poder escondidas por principios de hegemonía
y dominación.

En este sentido la realidad es un sistema de dominación, pero a la vez de liberación, porque si bien
existen sujetos que dominan, también existe resistencia, en la medida en que dentro de estas
relaciones antagónicas de los sujetos dominados buscan liberarse de estas relaciones de poder bajo
las cuales se encuentran subordinados.

La realidad desde el paradigma crítico está compuesto por acciones y que son los observables para
este paradigma, éstas son sus unidades observables y que corresponden a acciones de dominación
(para ejercer el poder sobre objetos o sobre otros sujetos), o bien por acciones tendientes hacia la
emancipación, es decir a liberarse y a terminar con las acciones de dominación. Por ello, las unidades
que se observan no son realidades estáticas, sino que son un fluir dinámico compuesto por acciones
constantes en tensión de dominación y resistencia para la liberación.

Un fenómeno se encuentra adecuadamente explicado o comprendido cuando da cuenta del


conjunto de acciones que son utilizadas como mecanismos de dominación y/o de liberación por
parte de los sujetos dentro de estas relaciones de poder. Por ello, los movimientos sociales, las
revoluciones, los atentados, la resistencia, las ideologías, constituyen objetos de estudio por
excelencia del paradigma crítico en la medida en que dan cuenta de tensión existente en este
sistema compuesto por relaciones de poder-dominación.

El paradigma crítico, no adhiere específicamente a ningún enfoque de investigación, ya que puede


ser cuantitativo y/o cualitativo dependiendo de lo que se busque estudiar.

Respecto a la relación entre valores e investigación, los valores del investigador pueden estar
presentes en la investigación, puesto que inciden en los procesos investigativos. No existe la
neutralidad valórica. Muchas veces la ciencia económica o la ciencia política, e incluso las ciencias
naturales, responden a intereses o valores de ciertos grupos sin que exista neutralidad.

Tal como se señaló, la realidad se encuentra compuesta por acciones y estas acciones al encontrarse
dentro de las tramas de las relaciones de poder (dominación-liberación) generan transformaciones
en la sociedad. La investigación y la ciencia (investigación científica) son también acciones y, por lo
tanto, son realizaciones prácticas que también pueden generar transformaciones. En este sentido,
la ciencia no es independiente de la praxis, sino que puede contribuir a transformar la realidad social
al desentrañar y mostrar las relaciones de poder, al desentrañar y desenmascarar estas tramas. Por
ello, la ciencia no es independiente de la práctica y tiende cumplir funciones emancipatorias o
liberadoras.

Ahora, el paradigma crítico, al concebir estas relaciones de dominación, también concibe que la
ciencia (o ciencia positiva) constituye una forma de saber hegemónica que se ha impuesto como
forma de saber y que ejerce un poder sobre el resto de los saberes al invalidarlos o deslegitimarlos.
Por ello, el paradigma crítico, también busca rescatar y otorgarle validez a otras formas de saber
tales como la filosofía, el arte, la literatura e incluso los saberes de sentido común y de esta moda
luchar en contra de la hegemonía de la razón científica propia del positivismo.

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