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Objeto Ilícito

Hemos visto que para la existencia del acto jurídico se requiere de un objeto, y que
para la validez de dicho acto se requiere que además el objeto sea lícito. El artículo 1445
del Código Civil exige que el objeto sea lícito, pero no entrega ninguna definición de ese
requisito. Para Víctor Vial, el concepto de objeto lícito carece de relevancia, siendo lo
importante establecer cuándo el objeto es ilícito. En tal sentido, Víctor Vial señala algunos
casos de objeto ilícito: a) Actos que contravienen el derecho público chileno; b) Pacto sobre
sucesiones futuras; c) Enajenación de las cosas enumeradas en el artículo 1464; y d) Actos
contrarios a la ley, a la moral, al orden público o a las buenas costumbres.

a) Actos que contravienen el derecho público chileno: El artículo 1462 del


Código Civil dispone que hay objeto ilícito en todo lo que contraviene el
derecho público chileno, señalando como ejemplo la promesa de someterse en
Chile a una jurisdicción no reconocida por las leyes chilenas. La discusión se
centra en la posibilidad que existe de que las partes puedan someterse a una
jurisdicción extranjera, hay quienes niegan valor a tales pactos toda vez que
dicha estipulación desconocería las normas de competencia y jurisdicción que el
Código Orgánico de Tribunales da a los tribunales sobre las controversias
judiciales de orden temporal e infringiría, por lo mismo, el derecho público
chileno (así ha fallado la Corte Suprema). Sin embargo, hay quienes consideran
que las jurisdicciones extranjeras sí se encuentran reconocidas por las leyes
chilenas, y que por lo tanto la estipulación por la que las partes contratantes se
someten a una jurisdicción extranjera es perfectamente legítima dentro del
ámbito del derecho internacional privado.

b) Pacto sobre sucesiones futuras: El artículo 1463 del Código Civil establece
que el derecho de suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser
objeto de una donación o contrato, aun cuando intervenga el consentimiento de
la misma persona y que las convenciones entre la persona que debe una legítima
y el legitimario, relativas a la misma legítima o a mejoras, están sujetas a las
reglas especiales contenidas en el Titulo de las Asignaciones Forzosas. De lo
anterior se puede extraer que el derecho de suceder por causa de muerte a una
persona no puede ser objeto de contrato alguno, sea gratuito u oneroso. Además,
la única convención expresamente autorizada en éste artículo entre la persona
que debe una legítima y el legitimario, y no en lo relativo a la legítima, sino que
a mejoras, es el denominado pacto de no disponer de la cuarta de mejoras a que
se refiere el artículo 1204 del Código Civil. Finalmente, la ley prohíbe

c) Enajenación de las cosas enumeradas en el artículo 1464: El artículo 1464


del Código Civil establece: “Hay un objeto ilícito en la enajenación: 1° de las
cosas que no están en el comercio; 2° de los derechos o privilegios que no
pueden transferirse a otra persona; 3° de las cosas embargadas por decreto
judicial, a menos que el juez lo autorice o consienta en ello; 4° de las especies
cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce en el litigio”. La
enajenación es sinónimo de tradición (de dominio o de cualquier otro derecho
real). Primero, las cosas que no están en el comercio son aquellas que no son
susceptibles de dominio o de posesión por los particulares, por ejemplo, las
cosas comunes a todos los hombres y los bienes nacionales de uso público.
Segundo, el Código se refiere en el N°2 del artículo 1464 a los derechos
personalísimos, que son aquellos que no pueden transferirse a otras personas,
por ejemplo, los derechos de uso y habitación (art. 819) y el derecho a pedir
alimentos (art. 334). Hay algunos que consideran que esta disposición es
redundante, ya que los derechos y privilegios que no pueden transferirse a otros
estarían fuera del comercio (por lo tanto, en el N°1 del 1464), pero esta
interpretación es errónea debido a que estos derechos y privilegios sí son
susceptibles de dominio o posesión por los particulares. Tercero, se encuentran
las cosas embargadas por decreto judicial, que tanto la doctrina como la
jurisprudencia coinciden que tienen la calidad de embargada no solamente la
cosa con respecto de la cual se ha trabado el embargo en un juicio ejecutivo,
sino que también aquella que se encuentra afectada por una medida precautoria
de prohibición de celebrar actos y contratos o de gravar y enajenar. Por último,
la enajenación de las especies cuya propiedad se litiga sin permiso del juez que
conoce del litigio, esto es, los cuerpos ciertos, muebles o inmuebles, cuyo
dominio o propiedad se discute en juicio. Es importante no confundir la
enajenación de una especie cuya propiedad se litiga con la enajenación de un
derecho litigioso (art. 1911 y ss.).

d) Actos contrarios a la ley, a la moral, o a las buenas costumbres: Dice la


última parte del artículo 1465 que la condonación del dolo futuro no vale, esto
es, la aceptación y perdón de la conducta dolosa que pudiera tener una de las
partes en el porvenir, sea que dicha condonación constituya una cláusula de la
convención en que el acreedor se compromete con el deudor a no pedir más en
razón de una cuenta que ha sido aprobada, o que constituya una cláusula de
cualquiera convención o contrato. Ahora, de acuerdo con la primera parte del
artículo 1466, hay objeto ilícito en las deudas contraídas en juegos de azar.
También, de acuerdo con el artículo 1466, hay objeto ilícito en la venta de libros
cuya circulación es prohibida por autoridad competente, de láminas, pinturas y
estatuas obscenas y de impresos condenados como abusivos de la libertad de
prensa. Y, por último, hay objeto ilícito en los contratos prohibidos por ley, por
ejemplo, la compraventa de cosas cuya enajenación la ley prohíbe, o la
compraventa entre cónyuges.
Artículo 1464 Carlos Peña

El artículo en análisis declara que "hay objeto ilícito en la enajenación" de las cosas
que, enseguida enumera, a saber: 1º. De las cosas que no están en el comercio; 2º. De los
derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona; 3º. De las cosas
embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor consienta en
ello; 4º. De especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce en el litigio.

El artículo declara que hay objeto ilícito no en todos los actos jurídicos que versen
sobre las cosas que en él se enumeran, sino sólo en aquellos actos jurídicos que equivalgan
a enajenación. En la enumeración de ese artículo es posible distinguir dos situaciones:
aquellas respecto de las cuales en ningún caso y bajo ningún respecto es posible la
enajenación (números 1 y 2 del artículo 1464) y aquellas respecto de las cuales en principio
no es posible la enajenación, siendo ella posible si se satisfacen los requisitos que se
enumeran en los números 3 y 4 del Art. 1464. Se puede afirmar que los preceptos
contenidos en los numero 1 y 2 del artículo son prohibitivos, mientras que los de los
números 3 y 4 son imperativos.

La palabra “enajenación” puede ser entendida en un sentido restringido y en un


sentido amplio. En conformidad al sentido restringido, ha de entenderse que constituyen
enajenación los actos jurídicos que imparten un traspaso o transferencia en la titularidad del
dominio. Por otro lado, en conformidad al sentido amplio de esa misma expresión,
constituirán enajenación no solo aquellos actos que importen transferir o traspasar la
titularidad del dominio, sino, también, todos aquellos que imparten una desmembración o
limitación del dominio (constitución de una servidumbre, de un derecho de uso o
habitación, de una hipoteca). Se utiliza el sentido amplio de la palabra enajenación, esto es,
comprensiva no sólo del traspaso de la titularidad del dominio, sino comprensiva también
de la constitución de derechos reales que son desmembraciones o limitaciones del dominio.
Cabe establecer. que los contratos no son actos que equivalgan a enajenación y que, por
consiguiente, y en principio, la mera contratación sobre alguna de las cosas enumeradas por
el articulo 1464 no adolece de objeto ilícito.
El nº1 del art. 1.464 establece que la enajenación de una cosa incomerciable adolece
de objeto ilícito y es, por consiguiente, nula de nulidad absoluta (Claro Solar plantea la
inexistencia). En el n°2 el precepto - salta a la vista- es redundante: Los derechos que no
pueden transferirse a otra persona por ser inalienable, como los de la personalidad u otros
derechos personalísimos como el uso, la habitación, el derecho de alimentos- están, por lo
mismo, fuera del comercio, de la intermediación económica y ya habían quedado
comprendidos en la hipótesis del nº1. Para entender el n°3 del artículo es necesario
esclarecer qué se entiende por embargo. Se entiende por embargo en sentido restringido a la
aprehensión real o ficta de los bienes del deudor que practica un ministro de fe y que tiene
por objeto realizarlos con posterioridad para, así, satisfacer un derecho que consta de un
título ejecutivo. Por otra parte, en un sentido amplio, se entiende que no sólo es
comprensiva de la aprehensión de bienes del deudor en juicio ejecutivo, sino también
comprensiva de cualquier medida que, adoptada por el juez, tenga por objeto retener bienes
del deudor, aprehenderlos o impedir su disposición a fin de asegurar el resultado de un
juicio o el cumplimiento de una obligación. Con todo, no basta que exista un embargo
decretado judicialmente y conocido de quienes contratan para que haya objeto ilícito, pues
ocurrir que la enajenación haya sido autorizada por el mismo juez que decretó el embargo y
con consentimiento del acreedor que solicitó y obtuvo el embargo. Y, por último, para
entender el n°4 de este precepto es menester no confundir los conceptos de especie o cosa y
derecho litigioso. La enajenación de derechos litigiosos es lícita y está regulada en los
artículos 1911 a 1914 del C.C.; la enajenación de especies litigiosas configura, en cambio,
objeto ilícito.

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