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UN POETA MILANÉS

     Ettore Fobo (seudónimo de Eugenio Cavacciuti) nació en Milano en el 1976. Publicó dos
libros de poemas en la Editorial Kipple Officina Libraria: La maya de los nocturnos (2006) y
Bajo una luna en pólvora (2010). Algunas de sus poesías aparecieron en la antología
“SuperNeXT” (Kipple Officina Libraria, 2011), “Immagini” (Pagine, 2012) y en "Las escrituras
inéditas del Premio Internacional Luzi 2012”.

En su creación poética, Ettore Fobo busca realizar un compromiso entre el arte poético
modernista y un arte poética neoclasicista, con resultados que muestran a un poeta auténtico y
maduro, que superó con éxito la fase experimental. Normalmente, uno de los temas principales
que cruzan como un hilo rojo sus textos están en relación con la condición humana: "Nuestra
materia es un hilo que pende del infinito, / una ráfaga de viento la rompe" (Mareo).

Si bien el poeta es un simple “fingitore” (simulador) y si no se puede saber más con absoluta
certeza, el autor milanés destaca por autenticidad. Él asume honestamente la condición de poeta
de los tiempos actuales (que, por varias razones, no es la mejor de las posibles condiciones) y,
como aspecto particular de la condición humana genérica, muestra una preocupación específica
para su propia condición de poeta. Ya que el mundo contemporáneo no se muestra muy cordial
con él y no demuestra mucha comprensión o receptividad hacia su obra, el autor siente siempre
la necesidad de aclarar para él mismo el problema de la justificación de su acción creadora. Tal
como lo afirmó en su época el gran poeta romántico Mihai Eminescu (1850 – 1889) en “Venere
şi Madonă”, el acto de la creación poética es una forma de alquimia, que se basa sobre el
proceso de trasfiguración artística. Así es como el poeta italiano lo anota en sus versos: “Escribo
para convertir la desilusión en una / forma de oro, para tapar el aburrimiento, para trucar el
partido de la vida" ("Otras mentiras sobre la nada"). El poeta milanés toma una actitud estética
defensiva, pero otras veces el mismo autor muestra una energía desbordante, al hablar de un
nuevo tipo de poesía, una poesía compuesta no por palabras (o no solamente por palabras), sino
por realidades materiales y por procesos dinámicos: "Ésta no es una poesía. / Es la errupción de
un volcán / tras dos mil años de silencio. / Es una página en blanco en la que / es esbozada la
sangre del profeta" ("Ésta no es una poesía").

La dimensión modernista de esta poesía se puede ver en varios textos inspirados por el
presente, por la existenia desordenada (decadente) de unos protagonistas de libros, de películas,
de música rock: "Miro muchachas de ojos vidriosos, / me inyecto en las venas drogas mensuales,
/ y canto sobre el escenario toda la disolución / de esta época fúnebre y glacial. / Todos han leído
en los periódicos / la falsa noticia de mi falsa muerte. / Tiene que ser cruel de todos modos /
pasear sin dar autógrafos, / fijando la mueca de odio / de los adeptos del linchamiento" ("La
última estrella rock"). Todo este moderno y maldito “mal de siècle” se concentra aquí, en este
texto, hablando en primera persona primero de una manera tan dramática, como si fuera una
confesión ! Es malo ser un inmigrante rumano - artista o no - en un país extranjero, pero ser una
"estrella rock" americana no es menos dramático.

No podemos cerrar esta corta presentación sin mencionar "Alejandro el Grande", uno de los
mejores textos del autor milanés, de una ardiente expresión y combustión poética, que hace del
famoso rey macedónico un contemporáneo nuestro: "...marchando bajo la pesadilla de un sol
extraño, / en noches de pánico rojo sangre / para devastar misteriosas fortalezas, / para
asegurarme un infame pedazo de carne; / todo esto es para mí un deber / que mi rango divino me
impone"... Entre el modernismo y el neoclasicismo, el autor italiano crea una relación de
equilibrio estético.

Ettore Fobo es colaborados honorífico de la revista "Horizonte literario contemporáneo"


desde el año 2012.

 
Los maestros del olvido
 
"Siguiendo de igual manera de día/
con la ropa arrugada, sentados/
a una mesa alumbrada por una bombilla/
los maestros del olvido trabajaban duramente."
Mark Strand
 
Puedes hacer casi cualquier cosa cuando eres invisible,
enloquecer, huir, flirtear con las nubes.
Les puedes tender una trampa a las sombras,
puedes jugar al ajedrez con la Muerte,
sin que ella nos pueda hacer jaque mate,
y cada acción puede ser imprevista, como un diluvio universal,
teniendo en cuenta que nadie nos ve, no tenemos existencia
ni tampoco las consecuencias de la difícil acción.

Ser invisibles significa estar solos,


mientras el mundo grande es indiferente hacia nosotros y hacia todo,
los maestros del olvido nos borran.
Después de nosotros, el universo.
Y antes de nosotros
toda noción de infinito.

Y ya no habrá más Leopardi


frente a la colina,
nunca hubo. 
 
No te duermas
 
No te duermas en esta tarde aburrida,
puramente humana en la palpitación salpicada
con tres mil heridas, millones de rasguños.

No te duermas en este sonido hondo


de eucaliptos ya tocados por el viento,
entre sus piernas está un secreto
que hay que cosechar y después por su culpa morir.

No te duermas entre las espigas de la palabra yo,


en el aire flota el llamado de la aguanieve,
que está brillando muy fuerte y usa
la energia secreta y descuidada del viento.
 
No te duermas en este relámpago imaginario
de versos ronroneados por una diosa y por un dragón,
despierta, llegó la hora de marcharnos
hacia la tierra donde podemos volver a empezar.

Espera, no te duermas,
en este morado amanecer de mundo,
bajo la luz de este neón
no dejes el arrepentimiento,
aférrate al desprecio,
eres un ser humano, levántate
en contra del alegre comienzo
de este fin de mundo,
elimina toda decepción,
reflexiona con la semilla de tu pensamiento.
No ahogues a Orfeo
en el sonido del tambor
crea hasta la forma que te mata
la que te enaltece, juega
con todas las deformidades de la mente
y descansa, duerme, olvida, respira.
 
 
Preguntas

¿Dónde está el gemido oscuro de la selva?


¿La respiración de hielo del oso blanco?
¿Dónde está la luna amarilla?
¿Dónde están los misterios de las grutas dormidas?
¿Quién mezcló el silencio con el alarido?
¿Dónde desaparecieron las dulces canciones?
Ay, desaparecieron las olas
de aquel mar adolescente.
¿Quién se queda?
¿Quién conoce la nada?
¿Quién se atreve al viaje?
Ninguna tierra no puede alojar el grito
del que no tiene casa en el tiempo.
Ningun cielo me puede rasguñar, ningun llanto.
El animal tierra está en la espera.
El que molesta el sol acaba de nacer.
No me va a faltar la odisea de los recuerdos.
Cae el olvido. En todas partes
estoy en casa.
 

Palabras secretas
 
Sed de viento para soñar
con este reino que se asoma
desde hace infinitas efimeridades
que el sol de los poetas antiguos evapora
en la sangre la estrella
de la mañana disolvida.
Venus muda
de un charco nacida
lo que en pólvora se ha convertido
al infinito contempla
lo que nunca vio la luz, y desapareció.
Arquetipo de eterna
soledad para velar
sobre nuestros hechos inconcientes
bajo el implacable silencio
de algunas estatuas, extranjera, abrázame
espantosa desnudez que apresuras
con tu velo de palabras secretas.

 
Antes del sol
 
El alba vibra de oscuridad
y la espera florece.
Formidable sendero hacia la cima,
la cima es trastorno de piedra.
¿Recuerdos?
Los escribí un tiempo.
Vivía otro sueño
que esta inmensa vibración.
Más allá del vuelo el águila sueña,
más allá de la canción el grillo
se mete en el sueño del águila.
En todos lados está escrita la ausencia de Dios,
en todos lados geme el mundo y hay silencio.
El clavo del tiempo en cada celda,
el nacimiento está en todos lados,
otro mundo que me inspecciona antes de nacer
desde aturdidores llantos sin explodar.
El nacimiento es una inmensa canción.
El tiempo entero está aquí: universo.
El universo entero es tiempo a la carrera.
No es Big Bang, sino música.
Más allá del tiempo, yo, perdido.
Nacido ahora por la belleza
inestimable de un anochecer.
Alimentado con besos,
odiando los milenios
con una servitud mecánica.
Orígen del silencio, el tiempo
se curva en la canción del asombro.
Se me olvida...
El nacimiento está en todas partes,
en todas partes nazco.
La montaña acuerda al mundo
antes del sol.

Otras mentiras sobre la nada


 
“El poeta descubre y crea su propia máscara por decepción, al héroe por derrota".
William Butler Yeats
 
Escribo para convertir la desilusión en una
forma de oro, para tapar el aburrimiento, para trucar el partido de la vida.

Lo admito, mentiré también sobre los detalles, les


contaré que todo brilla y que estoy a un paso de una revelación misteriosa.
Despertaré el mecanismo del destino y, al pronunciar destino, ya he anulado la razón
de mi malestar.

Les escribo desde una inmensidad océanica, apuesto


que se les hará extraña mi prosa, que no
utiliza el constreñimiento de hoy en día, pero que
se resbala en una vieja herida.

De igual manera, los índios huelen en el aire la huella


del enemigo, como un perro, yo me úno a
mi perra interior, a mi sombra
que conoció y cazó a Dios
en su desierto y en su cárcel.

Como consecuencia de esta destrucción, el tiempo vaga


en una espiral y se hunde en el interior de cada
segundo, para implantarse el clavo
de la perdida - Esta vez es la desaparición de la intención, la intención de toda desapareción, la
nada que yace en la palabra "yo".

Les robé el mecanismo de la estrella y no hice


el río de despedida. Con todo y eso, seguiré
atormentando el silencio, se lo juro.

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