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La Autoestima

La autoestima está relacionada con la evaluación que una persona hace de sí misma. Cuando esa
evaluación es positiva, decimos que tiene una alta autoestima, mientras que si esa evaluación es negativa,
decimos que su autoestima es baja.

La autoestima consiste en una serie de pensamientos, conductas y emociones dirigidas hacia uno
mismo. Lo que pienses de ti en cada momento, cómo te hables a ti mismo, cómo te trates, lo que haces
cuando cometes un error, cuando alguien te critica, cuando triunfas, cuando te halagan, cuando fracasas…
Todo eso va conformando tu autoestima.

La autoestima tiene que ver con tu actitud hacia ti mismo, con tus ideas preestablecidas, con tus
normas autoimpuestas. Si eres una persona rígida e inflexible, que se impone duras normas de
comportamiento, y excesivamente perfeccionista, te resultará mucho más difícil mantener una autoestima
saludable que si eres más tolerante contigo mismo, tus errores y tus fracasos.

Una baja autoestima crea para ti un mundo muy diferente del que crearía una autoestima
adecuada.

La baja autoestima te impide hacer muchas cosas que desearías hacer, te hace temer los riesgos y
esperar el fracaso, te lleva a esperar el rechazo de los demás, cometer errores, creer que no eres capaz; te
lleva a fracasar en aquello en lo que podrías tener éxito y, en definitiva, te lleva a construirte una vida muy
diferente de la que llevarías si tuvieras una buena autoestima. La buena noticia es que si tú has creado tu
baja autoestima, también tú puedes crear una autoestima alta.

Ten en cuenta también que la autoestima no necesariamente es algo general, que se dé en todos
los aspectos de lo que eres. Tu autoestima puede ser alta a nivel profesional, por ejemplo, pero muy baja
cuando se trata de buscar pareja. O tal vez te consideras competente para relacionarte con los demás, pero
incompetente y fracasado en el trabajo.

Cómo se forma la autoestima

La autoestima empieza a formarse en la infancia, a través de las experiencias vividas, y puede variar
conforme pasan los años, para bien o para mal, en función de los éxitos y fracasos, de cómo nos tratan los
demás y de nuestros propios esquemas de pensamiento.

Si en tu infancia tus padres y otras personas significativas te escuchan, te tratan bien, te hacen
sentir valioso por ti mismo (no por tus logros), te dan cariño y apoyo cuando lo necesitas, reconocen tus
triunfos y aceptan tus fracasos sin darles demasiada importancia, entonces vas a crecer teniendo una
autoestima adecuada.

Por el contrario, ser criticado, ignorado, ridiculizado, despreciado o maltratado puede mermar


enormemente tu autoestima. Así mismo, si los demás han esperado que seas perfecto, te han hecho sentir
que fracasar es algo que te convierte en un fracaso como persona y no te han querido o aceptado tal como
eres sino tan solo cuando has logrado algo o te has comportado como ellos desean, es muy probable que
hayas desarrollado una autoestima más baja.

Todas esas experiencias van creando un modo de pensar acerca de ti que puede ser muy negativo si
dichas experiencias han sido malas. Así, el esquema de pensamiento que una persona crea sobre sí misma
puede estar diciéndole continuamente: “No eres lo bastante bueno, no mereces que te salgan bien las
cosas, mereces lo peor, no sabes hacer nada bien, no gustas a nadie, nadie te querría si te conociera de
verdad, eres un fraude…”

Por el contrario, si tus experiencias han sido positivas, tu modo de pensar acerca de ti será muy
diferente; en vez de criticarte, despreciarte o infravalorarte, pensarás que no pasa nada por cometer errores
o hacer algo mal, que eres digno de amor y de respeto, que tienes cosas buenas que ofrecer a los demás,
aunque no seas perfecto, que aunque hay muchas cosas que no sabes hacer, las importantes son las que sí
sabes hacer, que no hay que hacer las cosas perfectas sino tan solo intentar hacerlo lo mejor que puedas… El
efecto que este modo de pensar tiene en ti es, evidentemente, muy diferente al del párrafo anterior.

Características de la persona con baja autoestima

 Se critica o desprecia a sí misma.

 No tiene en cuenta sus cualidades positivas, sino que solo ve lo negativo. Tampoco tiene en cuenta
sus logros sino que tiende a recordar más sus fracasos.

 Se considera inferior o peor persona que los demás.

 Se describe de manera negativa: feo, idiota, indeseable…

 Se culpa por las cosas que salen mal sin tener en cuenta la influencia de otros factores o personas.

¿Qué diferencia a alguien con baja autoestima de alguien con autoestima alta?

  Una persona con una alta autoestima (y al decir “alta” me refiero a una autoestima sana y
adecuada, no exagerada o excesiva) no solo pensará mejor acerca de sí misma, sino que interpretará sus
experiencias de un modo diferente, pensará de un modo diferente y se comportará de un modo diferente al
de una persona con autoestima baja.

Una diferencia muy importante es que la persona con alta autoestima tiene una opinión de sí misma que es
bastante independiente de las cosas que le suceden.

Es decir, puede seguir manteniendo un buen autoconcepto a pesar de ser rechazada, fracasar en
algo o cometer un error. Por el contrario, una persona con baja autoestima depende constantemente de sus
experiencias. Para usar una metáfora, podemos imaginar que todos tenemos un pequeño saco en cuyo
interior llevamos nuestra autoestima. El saco de la persona con baja autoestima está roto, de manera que su
autoestima se escapa constantemente y necesita llenarlo cada día con experiencias positivas como ser
elogiado, destacar en su trabajo, sacar notas altas en los exámenes, etc. Por el contrario, el saco de la
persona con alta autoestima no está roto, de manera que permanece siempre lleno, suceda lo que suceda.
Tal vez fluctúe un poco y haya días que está más lleno que otros pero, por lo general, está lo bastante lleno,
independientemente de las experiencias positivas o negativas que viva en su día a día, como para sentirse
siempre bien consigo misma.

Así pues, la persona con baja autoestima necesita constantemente tener experiencias positivas que
contrarresten los pensamientos y sentimientos negativos que tiene acerca de sí misma. Por el contario, las
experiencias negativas pueden dejarle el saco totalmente vacío y afectarle enormemente.
La autoestima alta está basada en la aceptación de uno mismo. Se produce cuando una persona se
conoce, es consciente tanto de sus puntos fuertes como sus puntos débiles o imperfecciones y se acepta tal
y como es, con todos sus defectos y sus virtudes.

Consecuencias de tener una baja autoestima

La baja autoestima puede tener consecuencias negativas y empeorar la calidad de vida de una persona,
con problemas como:

 Emociones negativas como depresión, ansiedad, culpa, vergüenza, etc.

 Problemas en las relaciones. La persona que se desprecia a sí misma puede sentir también
desprecio o ira hacia los demás, se siente frustrada a menudo y puede tender a esperar lo peor de
los otros. A veces, no te abres a otros porque piensas que si te conocen realmente te rechazarán. O
bien, puedes tolerar abuso y maltrato por parte de los demás porque crees que para ti no puede
haber nada mejor.

 Miedo al fracaso porque dudas de tus habilidades y te crees poco competente, de modo que puede
que ni siquiera intentes hacer ciertas cosas que podrían mejorar tu vida.

 Conducta autodestructiva. Por ejemplo, beber en exceso, autolesionarse, no cuidar bien de sí


mismos, abuso de drogas, etc.

Cómo mejorar tu autoestima

Para aumentar la autoestima, hay dos cosas que necesitas hacer especialmente:

1. Cambia tu modo de pensar. En su libro Autoestima. Cómo derrotar al crítico interior, el psicólogo


Matthew McKay enseña cómo cambiar tu pensamiento para mejorar y mantener tu autoestima y cómo
derrotar al “crítico interior”, el responsable último de que tu autoestima no sea todo lo buena que podría
ser.

2. Practica la autocompasión. La baja autoestima va acompañada de una gran falta de compasión y


de empatía por uno mismo. La persona con baja autoestima es crítica, despreciativa y hasta despiadada
consigo misma. Por tanto, si comienzas a practicar para aumentar la compasión hacia ti mismo, estarás
aumentando tu autoestima al mismo tiempo. En vez de evaluarte y criticarte, reconoce que lo estás pasando
mal y sustituye esos pensamientos de desprecio por pensamientos de compasión, amabilidad y perdón hacia
ti mismo. Siente por ti la misma compasión que sentirías por un amigo que lo está pasando mal y evoca esos
sentimientos con frecuencia a lo largo del día.

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