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El giro antropológico: Pico della Mirandola

Sin lugar a dudas, el Renacimiento fue una etapa de


auge para el espíritu humano y para el desarrollo de la
ciencia. Los cambios hacia una nueva visión del mundo
se hacían palpables a través de la pintura, la ciencia, la
filosofía, la literatura, etc. pues era importante abrir
nuevos panoramas que lograran el cambio y no se
estaba dando una ruptura total con el pensamiento
cristiano, antes bien se optaba por nuevas
interpretaciones de los textos antiguos.

Para hablar de un hombre se hace difícil la tarea cuando éste no lleva una vida
conforme a su pensamiento, sin embargo, el personaje que aquí entra a juego no
es por supuesto el caso.

Giovanni Pico della Mirándola, fue un humanista y


pensador del renacimiento. Nació en Mirándola en
1463 y falleció en Florencia en 1494. Su vida fue tan
corta, como profunda. Su erudición fue reconocida
muy pronto en Europa, lo llamaron “El Fénix de su
tiempo” o el “Príncipe encantador del Renacimiento”

se distingue de los demás pensadores


contemporáneo por centrar su atención en el estudio
y conocimiento de los textos primarios hebreos, la
llamada Cábala.

Así es él precursor del Cábala Cristiana, la cual pretende sustentar los misterios
mismos de Cristo a partir de textos judíos secretos.

“Podemos distinguir en la historia del espíritu humano épocas en que el hombre


tiene aposento y épocas en que está a la intemperie, sin hogar. En aquéllas, el
hombre vive en el mundo como en su casa, en las otras el mundo es la intemperie,
y hasta le faltan a veces cuatro estacas para levantar una tienda de campaña.
En las primeras el pensamiento antropológico se presenta como una parte del
cosmológico, en las segundas ese pensamiento cobra hondura y, con ella,
independencia” (Buber, Martin. ¿Qué es el hombre? 

Una de las ideas centrales, y quizá de las más trascendentes, es lo que Pico
explica acerca de la naturaleza del hombre, idea que desarrolla en una de sus
obras más importantes: Discurso sobre la dignidad del hombre.

La naturaleza del hombre no puede ser del mismo


orden que la de las cosas no humanas. Todas las
cosas tienen una naturaleza establecida y obedecen a
leyes fijas; el hombre, en cambio, puede elegir para sí
su propio puesto en el cosmos: su naturaleza es
libertad. Esta idea apunta ya en el ramoso Discurso
sobre la dignidad del hombre de Pico della Mirandola.
Desde entonces el hombre es visto como un sujeto
autónomo, abierto al mundo, para transformarlo según
sus proyectos y su trabajo. Más tarde se presentará
como autor de su propia historia, constructor de su
sociedad, legislador de su propia ley moral.

Dentro de su impresionante precisión,


las Conclusiones contienen, sin embargo, algunas
imprecisiones dignas de mención. En las Conclusiones
según la primitiva doctrina del egipcio Hermes
Trismegisto que, como hoy sabemos, es una doctrina
más griega que egipcia, Pico habla de diez enemigos
en nosotros, cuando en el Corpus
Hermeticum aparecen doce. El texto de Pico dice así:

«Dentro de cada uno de nosotros hay diez enemigos: la ignorancia, la


tristeza, la inconstancia, el deseo, la injusticia, la lujuria, la decepción, la
envidia, el fraude, la ira, la temeridad y la malicia»

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