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ÍNDICE
1. Introducción
4. Comunicación no verbal
4.1. La mirada
4.4. El vestuario
6. Ejemplos
7. Referencias bibliográficas
1. Introducción
En el ámbito académico y laboral cada vez se valora más la capacidad de poder
hacer un discurso oral. No obstante, generalmente se considera que saber hablar
es una competencia fundamental poco enseñada (Santasusana i Castellà, 2014:
15), ya que, como la lengua oral se aprende sin esfuerzo, las instituciones
educativas se centran en el aprendizaje de la escritura y dejan a un lado la
enseñanza de la competencia oral. Por eso, hemos considerado que es realmente
importante una entrada del site enfocada al discurso oral.
❖ Ventaja:
❖ Inconvenientes:
El segundo tipo de discurso se caracteriza porque el texto tiene que estar escrito y
el orador lo pronuncia leyéndolo.
❖ Ventajas:
❖ Inconvenientes:
❖ Ventaja:
❖ Inconvenientes:
❖ Inconveniente:
❖ La introducción
Asimismo, una vez escogido el tema conviene delimitar su alcance. Un error común
en la preparación de un discurso es escoger un tema general y no realizar la
delimitación pertinente. Sin embargo, la delimitación es un paso imprescindible para
preparar un buen discurso. Por eso, hay que determinar la amplitud del tema y
ajustarse estrictamente a los límites marcados.
❖ La documentación
Cuando se llega a tener una gran cantidad de información sobre el tema, hay que
seleccionarla, extraer las ideas principales, jerarquizarlas y organizarlas para darle
forma al discurso; es decir, para estructurarlo. En este punto recordamos que la
estructura del discurso tiene que incluir los apartados siguientes: introducción,
planteamiento y conclusión. (véase § 3.1) Asimismo, a la hora de planificar y
organizar el discurso es importante aportar, como orador, pensamientos propios
respecto el tema. Según, Carnegie (2001: 42- 52), preparar y organizar un discurso
significa reunir pensamientos propios, ideas propias, convicciones propias,
necesidades propias para crear, en la medida de lo posible, un discurso en el cual
se complemente aquello “ajeno” con aquello “propio”.
Hay que delimitar el objetivo principal, determinar cuál es la manera más adecuada
para hacer llegar el mensaje a la audiencia y, finalmente, dejar reponer el guion
para poder añadir las mejoras posteriormente con más claridad. Para consultar más
información sobre la preparación del guion podéis consultar el punto siguiente.
(véase § 3.3)
Para poder hacer una buena práctica se recomienda pronunciar el guion en voz
alta, siguiendo la estructura de las ideas y practicar hasta que las ideas y las
palabras se encadenen en el orden adecuado, de manera natural. Asimismo,
también es aconsejable repasar mentalmente y en voz alta el discurso
prescindiendo del guion para asegurar que las ideas han quedado fijas en la mente.
Finalmente, es importante destacar que en el ensayo hay que tener presente una
imagen mental de la audiencia.
Como hemos indicado, llamar la intención del público es uno de los diez objetivos
del discurso oral. “En el momento de hablar en público, todo orador se tiene que
proponer un objetivo previo: captar la atención de la audiencia durante el tiempo
que dure la intervención. Pero será difícil que lo consiga si el contenido de la
exposición no pasa de un cúmulo de datos desordenados y poco relacionados con
la audiencia y el contexto. Una buena exposición tiene que partir de un punto para
llegar a un final. La elaboración del guion permite trazar ese camino a partir de las
relaciones que se establecen entre las ideas.” [Argumenta, 2016]
Un guion es como un mapa (o para los más modernos, un GPS) que nos guía por
el camino de la buena retórica. Si no disponemos de uno que sea entendedor y esté
actualizado nos perderemos en el desorden absoluto. Pero, ¿cuáles son los pasos
que debemos seguir para elaborar un buen guion?
Por lo tanto, el guion incluirá todos los puntos a tratar durante la exposición, que
demostraran que el orador ha conseguido sus objetivos. Sin embargo, el contenido
de la exposición oral es diferente del texto escrito, ya que es solo un resumen del
estudio, escrito o situación del que queramos hablar. Así pues, no es necesario
incluir en el guion todos los datos de nuestra metodología ni toda la bibliografía
existente, sino que tenemos que de seleccionar meticulosamente aquellas ideas
que se pretenden desarrollar, que incidirán sobre la temática concreta.
4. Comunicación no verbal
El 65% de la información que se comunica en el discurso forma parte del lenguaje
no verbal. Por eso, consideramos que en el momento de hacer un discurso oral hay
que tener muy en cuenta los elementos no verbales.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la comunicación no verbal no siempre
es voluntaria. Incluso la mayoría de veces no nos damos cuenta de que nuestra
actitud o estado de ánimo nos delatan y que la comunicación no verbal puede
complementar la verbal o, incluso, sustituirla.
Acompañar nuestra exposición con gestos ayuda a transmitir los contenidos con
más claridad y facilita la comprensión del mensaje. La expresión corporal transmite
ideas de manera inconsciente, lo que se acostumbra a interpretar como un síntoma
de sinceridad. Sin embargo, es mejor no abusar de la gestualidad. Contrariamente,
lo mejor es mirar y sonreír al público mostrándose uno mismo.
Nuestra actitud frente a la audiencia delata una serie de pensamientos que también
hay que tener en cuenta al hacer nuestro coloquio. La tabla siguiente, extraída del
Manual de consulta Técnicas de comunicación y presentación en público de la
Diputació de Barcelona, incluye una muestra de algunos ejemplos concretos:
Actitudes
SINCERIDAD
• Tener las manos abiertas hacia arriba
• Desabrocharse la chaqueta
4.1. La mirada
Por eso, es importante que intentemos mirar a todas y cada una de las personas
asistentes y evitar fijar la mirada en un solo punto o un individuo concreto. Al mismo
tiempo, tenemos que mirarlos a la cara, con los ojos lo suficientemente abiertos
para que puedan observar la franqueza de nuestras palabras y dotarlas de
confianza. Además, se tiene que intentar no desviar la mirada cuando se cruza con
alguien del auditorio, ya que muestra una cierta inseguridad por parte del orador.
Dicho esto, deberíamos suprimir todos aquellos tics gestuales que denoten
nerviosismo, como por ejemplo tocarse el pelo o colocarse bien las gafas muchas
veces o jugar con el lápiz o cualquier otro objeto que podamos tener entre las
manos. Tampoco se tendrían que hacer movimientos bruscos, sino que tendrían
que ser más bien pausados.
Además, hay que usar gestos abiertos. Por ejemplo, mostrar las manos y la cara (si
es necesario, sacar los objetos que dificulten la visibilidad de estas partes del
cuerpo) y no dar la espalda al público. En definitiva, hacerse visible a todo el mundo.
Finalmente, tenemos que hacer gestos que faciliten la comprensión de nuestro
discurso, como por ejemplo señalar un dato o mostrar los dedos de la mano
necesarios para referirnos a un número concreto, entre otros.
Puede ser una anécdota o un cuento, personal o de otra persona, que contenga
alguna enseñanza y que no dure más de 2 minutos. Las bromas también pueden
ser útiles
Los números dan credibilidad y resumen una tendencia rápidamente. Hay que
buscar nombres sorprendentes o, mucho mejor, alarmantes. Generar una inquietud
en el auditorio justo empezar es una muy buena técnica para llamar su atención.
4. Mostrar LA fotografía:
Tenemos que escoger la que mejor represente el tema tratado. Hay quien dice que
“una imagen vale más que mil palabras” y, a veces, este refrán se cumple. Se
tendría que apostar por algo que haga pensar a la audiencia.
6. No leer el guion:
No traer preparado el tema denota una falta de interés total por parte del
conferenciante. El orador debe mirar a la audiencia para llamar y mantener su
atención, y tiene que contagiar su interés al público que le observa.
Hoy en día es casi imposible separarnos de las TIC, pero verdaderamente resultan
muy útiles al hacer un parlamento. Una presentación Prezi o PowerPoint o un vídeo
de Youtube también puede ayudar a la audiencia a captar su atención y a seguir
nuestro discurso.
La improvisación es uno de los pecados del mal comunicador. Sin embargo, que no
se trate de un discurso totalmente espontáneo no significa que no pueda ser
sencillo. Hay que usar nuestras propias palabras, un tono de voz que cambie en
función de aquello que queramos remarcar, haciendo las pausas necesarias para
que el público siga el coloquio fácilmente i con claridad.
Sabemos que, para tener éxito en la venta de un producto, tenemos que creer en
las propiedades, como si se tratara del mejor del mercado. El producto es nuestro
texto y nadie mejor que nosotros lo puede defender y “venderlo” al auditorio. Nos
tenemos que creer nuestras propias palabras para que lleguen a todo el mundo.
De la misma manera que el texto tiene que tener una introducción, también tiene
que tener unas conclusiones relevantes. Estas, además de recapitular todo lo que
se haya dicho hasta el momento, también pueden orientarse hacia la posteridad y
generar en la audiencia ganas de querer volver a escuchar al orador en una otra
ocasión.
6. Ejemplos
6.1. Ejemplo no recomendable
Comentario: Según nuestro criterio nos encontramos ante una oradora que no
capta la atención del público y que lee constantemente el guion de su discurso sin
mirar a la audiencia. Tampoco utiliza recursos prosódicos, como la modulación de
la voz, para resaltar los puntos clave de su exposición.
7. Referencias bibliográficas
ABC Color. (2008). El discurso oral. Recuperado de de
http://www.abc.com.py/articulos/el-discurso-oral-1086359.html