Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
DESARROLLO
Crítica de El fundador, el drama empresarial sobre los orígenes de McDonald's
filmado por John Lee Hancock y protagonizado por Michael Keaton y Laura Dern.
La justicia poética existe y a veces viene empacada en forma de película para
resarcir las grandes injusticias de la historia. ¿Quién no conoce McDonald's? Ni
siquiera el documental Super Size Me consiguió rebajar el nivel de popularidad de
una de las cadenas de alimentación rápida más extendidas por el planeta y todo
un símbolo nacional estadounidense. John Lee Hancock bucea en El fundador por
sus comienzos para descubrirnos una pequeña sorpresa: los iniciadores del
negocio que le dieron su apellido a su restaurante no son quienes se han lucrado
de su inmensa expansión y su increíble éxito comerciaLa película, inspirada en
hechos reales, nos desplaza a los años 50 cuando Raymond Kroc no es más que
un viajante de poca monta que recorre Estados Unidos tratando de vender
batidoras. Un pedido inusual le lleva al sur de California. Allí conoce a los clientes
que le han encargado media docena de batidoras, son los hermanos Dick y Mac
McDonald. Ambos dirigen una innovadora hamburguesería que tiene gran
afluencia de público. Se trata de un autoservicio con un menú limitado a
hamburguesas, patatas fritas, refrescos y batidos, y cuyo servicio es ultrarrápido:
hamburguesas perfectas en 15 segundos. Su calidad y su trato es excepcional y el
sistema supone revolución a nivel de atracción de clientela ya que consigue la
atención de las familias. Kroc queda impresionado y ve una gran posibilidad de
negocio. Calcula las ganancias de poner franquicias a lo largo del país, claro que
los McDonald no están interesados en hacerlo ellos mismos. Así que Kroc les
compra los derechos exclusivos para vender el método McDonald’s. Con una
combinación de ambición, perseverancia y crueldad, Kroc consigue convertir esta
franquicia en el imperio mundial de comida rápida que es hoy y, finalmente,
sacudirse a los verdaderos iniciadores del negocio de encima. Si se le puede
poner un, pero a El fundador es que se echa en falta la asunción de más riesgos
formales, porque de hecho las pequeñas animaciones de fotografías y las
concesiones que la narración hace al lenguaje audiovisual son las que contribuyen
a darle un toque de color a una trama mucho más oscura de lo que parece en un
principio.
"Un contrato es como un corazón, se puede romper"
Nos hallamos ante el retrato de un empresario carente de escrúpulos y
obsesionado con alcanzar el éxito al que da vida un impecable (y antipático)
Michael Keaton. Él 02/06/2019 es Ray Kroc, el hombre que conoció a los
hermanos Richard y Maurice McDonald mientras regentaban su revolucionaria
hamburguesería en San Bernardino y que terminó arrancándoles de las manos lo
que habían ido construyendo a lo largo de los años con unos estándares de
calidad inigualables para la época. "Si viera a mi enemigo ahogándose le metería
una manguera en la boca y abriría el grifo", es una de las frases que le oímos
pronunciar. ¿Se puede ser más explícito? La lectura política, ahora que un
empresario lidera los Estados Unidos, es escalofriante. Nick Offerman y John
Carroll Lynch funcionan de lujo como parte agraviada en esta situación, en la que
funcionan como el polo opuesto a su antagonista: representan el trabajo duro, la
experiencia, el proceso de ensayo-error que les lleva a la fórmula del éxito de la
que se apropia otro.
"McDonald's será la nueva iglesia norteamericana"
Y es que Michael Keaton contribuye a crear a uno de los personajes más
moralmente censurable de los últimos tiempos en el cine: al principio queremos
creer en él, queremos que triunfe, pero al final de la película da muestras de una
crueldad y una ambición tan desmesurada que nos rompe los esquemas. Como
poco, El fundador hará a más de uno consumir su Big Mac con cierto
remordimiento de conciencia al no saber a quién le está llenando los bolsillos. Al
final el capitalismo salvaje es el que se lo zampa todo: puedes pensar que el
vencedor en esta pugna empresarial es Ray Kroc pero lo cierto es que más allá
del individuo está el sistema que tolera que gente como él se lucre del esfuerzo
ajeno y le arrebate hasta su seña de identidad, ¡su propio apellido!, en pro de
crear un eslogan eficiente y con el paso del tiempo en un símbolo nacional y un
emblema de la globalización. Demoledora.
CONCLUSION
El fundador muestra la perversión del sueño americano con un drama empresarial
muy bien desarrollado en el que Michael Keaton encarna a la perfección al
triunfador con cadáveres en el armario. Lo mejor es el tratamiento de la historia, la
captación de atmosfera de los años 50 y la forma en la que se desmonta el ilusorio
sueño americano y lo peor es la crítica al capitalismo desaforado queda
demasiado suavizada una vez identificamos a Jay Kroc como héroe transfigurado
en villano.