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Primero, lee esto hasta el final.

Te voy a contar algo, estoy cansado de los hiper realizadores, que es el nombre que
les he dado a estos motivadores que parece que no tienen un maldito día malo.

Parece que son perfectos.

Tienen todo y lo han logrado todo muy rápido. Tienen un súper auto, tienen una
novia que podría modelar ropa interior para Victoria Secret y tienen una mansión en
Miami.

Me cansan por una razón: y es que sus estándares no se corresponden con el del
hombre y la mujer comunes y corrientes.

Me preguntarás, “pero Naxos, ¿Quién quiere ser común y corriente cuando tu mismo
dices que hay que vivir una vida extraordinaria?”

Pues bien, déjame decirte algo, tu puedes vivir una vida increíble y extraordinaria
teniendo en cuenta que tienes que honrar tus propios deseos, no lo que otros
quieren que desees.

Y te pondré algunos ejemplos:

Un joven me dice, “Naxos, a mí me gustan las mujeres con unos kilitos de más, pero
me da pena presentarlas a mis amigos, porque ellos quieren mujeres flaquitas”
Una persona me dice: “me canso mucho, tengo baja energía y me frustra mucho
aquellos que dicen que tienes que trabajar sin parar y sin cansarte, me canso y voy
lento, es mi ritmo ¿Qué hago?”
Un lector me escribe: “Naxos, no tengo un propósito claro, siento que estoy
desperdiciando mi vida, quiero ser un súper emprendedor y conocer el mundo y me
siento absolutamente infeliz porque me comparo con los grandes emprendedores y no
soy nada”
Y otro me dice: “Naxos, tengo ambiciones normales, no quiero ser un mujeriego, sólo
quiero una mujer y tener una familia, quiero una casa cómoda, quiero poner tener
para vivir y sentirme tranquilo ¿Estoy mal? ¿Tengo que desear ser un playboy y
tener un Ferrari porque sino soy un conformista perdedor?”
Un hombre en sus 45 me dice “tengo un negocio, me va bien, no soy millonario, pero
no me falta absolutamente nada, pero escucho a Gary Vaynerchuk y me siento como un
mediocre de mierda ¿Es real una persona tan infatigable?”
Pues bien, en todos los casos vemos que las personas suelen compararse y sentirse
terriblemente mal con versiones de personas que rompen el molde, por decirlo menos,
o personas que no te graban videos motivacionales los días en que se sienten como
una mierda o que utilizan “ayuditas narcóticas” para tener una energía imparable
24/7, que no te cuentan cuando enferman, cuando pasan por una situación complicada,
de esas que le pasan a todos los seres humanos.

Y tu te comparas con unas versiones de súper hombres y súper mujeres que han
logrado dominar el mundo, tener lo que desean y aún quieren más.

Te comparas con aquello que ellos quieren mostrarte de lo que supuestamente es su


vida.

Que son incansables, siempre motivados, siempre energéticos y con estándares de


vida muy altos.

Y esos contenidos te están generando ansiedad porque al compararte te sientes como


un minúsculo gusano, te sientes mal por no aspirar a ello, te sientes cansado
porque trabajas durísimo, y tienes que lidiar con tus malos días y con las cosas
con las que lidian los seres humanos a nivel mental, emocional y personal.
¿Acaso te tienen que gustar un cierto tipo de mujeres?

¿Acaso eres un fracasado si no eres un millonario?

¿Es acaso tu propósito ser un líder de masas, tener un millón de seguidores y ser
absolutamente exitoso en todo?

¿Acaso necesitas “ayuditas extra” para ser incansable físicamente y hackear el


sueño y la fatiga?

¿Acaso TIENES que ser feliz todo el tiempo?

¿Acaso TIENES que salir con la mujer más atractiva, manejar un Lamborgini y tomarte
selfies en la piscina de tu mansión, con tu chica atrás en un bikini diminuto
mientras al fondo se ven fajos de billete en una mesa para declararte un hombre
exitoso, un alfa o un emprendedor?

Mi amigo, te voy a dar una clase de vida real:

No todos tenemos los mismos estándares


No todos tenemos los mismos gustos estéticos
No todos tenemos las mismas ambiciones
Los seres humanos se cansan
Los seres humanos se fatigan
Los seres humanos tienen días buenos y otros malos
No está mal que no quieras ser un millonario
Los seres humanos luchamos con nuestra mente y emociones todos los días
Conócete a ti mismo. Una mente entrenada requiere tiempo y disciplina, de
observarse, practicar, repetir y aprender a pensar. Una mente entrenada implica
entrenar también las emociones. Sí, esas mismas emociones que te estancan porque
vives con miedo, con contradicciones, con apegos, con obsesiones, con
comparaciones, con negativismo, con culpa, con vergüenza.

El conocimiento de ti mismo te permite diferenciar tu identidad (quién eres) de las


ficciones de lo que supuestamente TIENES que hacer para tener valor.

Mi amigo, tu YA tienes valor.

Ya eres una persona de valor.

No te conviertas en lo que las tendencias te piden: un sediento de aprobación, de


likes de aplausos por ser un adicto al trabajo.

Deja la pregunta por el propósito y en lugar de ella vive.

Busca disfrutar de tu vida, tal cual la tienes ahora.

No compartes tu ambición con la ambición de los otros. No te avergüences por lo que


te gusta ni tampoco por lo que quieres, sea mucho, o sea poco.

Hoy día se expande en la mayoría de personas una ansiedad ante todo, un afán y una
lucha contra el tiempo, una comparación constante, una vergüenza por no conseguir
lo que quieren, una crítica constante.

Y esta ansiedad no te permite ver lo simple que puedes celebrar en tu vida. No te


permite ver a las personas que te quieren y te aprecian, no te permiten ver que
respiras, que vives.
Deseas ir a tal velocidad que no te has puesto a mirar el fabuloso paisaje que hay
a ambos lados de tu camino.

Tienes tu pareja y no dejas de compararla con la mujer más hermosa viviente (la que
sea). Tienes tu trabajo y no dejas de compararte con el gran súper emprendedor-
inversionista- motivador (el que sea).

Busca aquello que tú consideres lo mejor para ti, pero también entiende la
naturaleza humana, trabaja tu mente y tus emociones, pero busca hacerlo a la vez
que disfrutas de la vez, a la vez que cultivas amabilidad y paciencia contigo
mismo, al mismo tiempo que buscas desarrollar un espíritu alegre y de gratitud, y
al mismo tiempo que tomas consciencia de lo que ya tienes, de lo que ya disfrutas,
en lugar de pensar que tu realización sólo está cuando tengas el mundo a tus pies.

Ahora te respondo las preguntas iniciales:

¿Qué hacer si no tengo mi propósito claro? Trabaja y vive, entendiendo vivir como
respirar, dormir, comer, caminar, conocer, leer, querer, y un gran etcétera que
puedes hacer y para las cuales no necesitas “el propósito”.

¿Qué hacer si no tengo ambición? Espera, no te compares, estimula tu curiosidad y


explora el mundo a través de los medios que dispongas, si puedes viajar viaja, si
puedes leer lee. La ambición surge cuando exploras y decides que algo te gusta,
luego quieres más de eso y más de eso. Allí está tu ambición.

¿Qué hacer si tienes energía baja? No te compares con quienes tienen energía alta o
son extrovertidos. Entiende que tu organismo tiene una lógica y una forma de ser
acorde a todo el conjunto de lo que eres, conoce tu organismo, investiga sobre
alimentación, sobre ejercicio, sobre cómo aprovechar tu configuración para tener lo
que quieres. Los seres humanos somos diferentes, no tienes que ser como otro,
tienes que ser como tú eres, debes aprender y con tu diseño vivir la vida en tus
términos, no según los términos de otro.

¡Es el momento de vivir una vida extraordinaria!

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