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La Nación en el Cadalso.

Pena de Muerte y
Politización del Patíbulo en Colombia: 1800-1910
José Wilson Márquez Estrada*

Resumen

Este artículo analiza la práctica de la pena de muerte en Colombia como semiología del castigo y
del teatro punitivo desde finales del régimen colonial hasta principios del siglo XX. Igualmente
examina las transformaciones del ordenamiento jurídico penal que posibilitaron la práctica patibu-
laria en Colombia y su implementación como instrumento de control social. Se analiza su abolición
temporal en el periodo del régimen Radical, su resurgimiento durante el régimen de la Regenera-
ción y su utilización política como instrumento de eliminación del enemigo en conflictos como la
Guerra de los Mil Días. Se resalta el manejo de la práctica patibularia por parte del Estado como un
instrumento de disuasión simbólica de la población y de la oposición en una verdadera pedagogía
del terror en un periodo fundamental en la historia de la formación del Estado y de la Nación en el
siglo XIX y hasta su eliminación definitiva en la reforma constitucional de 1910.

Palabras clave
Pena de muerte, ordenamiento jurídico, Estado-Nación, teatro punitivo, semiología del castigo,
código penal.

Abstract

This article discusses the practice of death penalty in Colombia and semiology of penalty and
punitive theater since the end of colonial rule until the early twentieth century. Also examines the
changes in the criminal justice system that allowed the practice gallows in Colombia and its im-
plementation as an instrument of social control. It analyzes the temporary abolition of the radical
regime period and its resurgence during the reign or Regeneration and use politics as an instrument
of elimination of the enemy in conflicts like the War of Thousand Days. It highlights the manage-
ment practice by the state gallows as a deterrent symbolic of the population in a genuine teaching
of terror in a critical period in the history of state formation and nation century XIX and up to final
disposal in constitutional reform of 1910.

Key words
Death penalty, Jude order, Nation-State, Theater punitive, Semiotics of punishment, Penal code.

* Magíster en Historia de la Universidad Nacional de Colombia. Historiador de la Universidad Nacional de


Colombia. Abogado de la Corporación Universitaria de la Costa. Profesor Asistente del Programa de Historia,
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad de Cartagena de Indias (Colombia), y miembro del grupo de in-
vestigaciones Frontera, Sociedad y Cultura del Caribe y Latinoamérica (categoría A-1 clasificación de Colcien-
cias). Este artículo hace parte de un proyecto de investigación titulado Administración de Justica en Colombia
en el siglo XIX. jmarqueze@unicartagena.edu.co
Universidad del Atlántico, Revista Amauta, Barranquilla (Col.) No. 17, Ene-Jun 2011

Introducción con todo rigor la pena de muerte.3 Un


En el antiguo derecho español el Liber documento de 1789 reseñado en un
Iudiciurum o Fuero Juzgo aplicaba la estudio hecho sobre el Chile colonial4
pena de muerte en forma relativamen- nos revela cómo operaba el ritual de
te moderada. Se preveía para el homi- la pena de muerte:
cidio doloso, para el parricidio, robo
de noche, matrimonio después de ha- (…) se hace la intimación por el
ber sido forzada la mujer por el varón Escribano de Cámara que en con-
o haber sido raptada por un siervo, el sorcio del Sr. Alguacil Mayor de
infanticidio y el aborto; también para Corte pasa a la Real Cárcel, des-
los atentados contra el Rey, circunci- pués que el segundo ha dado aviso
sión de un cristiano por un hebreo y al Prelado del Convento de predi-
prácticas contra la religión cristiana. cadores del Sr. Santo Domingo,
En el siglo XIII la horca fue el pro- y este ha despachado religiosos
cedimiento más utilizado.1 También auxiliantes a dicha Real Cárcel,
fue utilizado el enterramiento en vida, quienes habiendo ya dispuesto,
el despeñamiento, descuartizamiento, y preparado el ánimo del reo, o
lapidación, muerte en la hoguera o por reos con sus exhortaciones, entra
hambre. En España opera la recep- el Sr. Alguacil Mayor y Escribano
ción del derecho romano en las Siete de Cámara, y mandándole al reo
Partidas de Alfonso X el Sabio, con postrarse de rodillas, se le intima
fuerte influencia del derecho canóni- la sentencia (...). La ceremonia
co. Adquieren fuerza legal en 1348 proseguía cuando el reo tomaba
con carácter supletorio por el Orde- la sentencia, la besaba y la ponía
namiento de Alcalá. Y posteriormente sobre su cabeza, lo que indicaba
fue adoptado por los juristas prácticos su aceptación. De inmediato debía
en la Edad Moderna, rigiendo hasta ser trasladado desde el calabozo en
principios del siglo XX. Las Partidas que se encontraba, a una habita-
tienen una lista de penas capitales, ción acondicionada para tal efecto,
como cortar la cabeza con espada o la capilla. Esta era probablemente
cuchillo.2 poco más que un lugar cerrado y
provisto, además de una cama y
En el periodo colonial las autorida- una mesa, de un altar. Allí quedaba
des españolas trasladaron estas insti- aislado del resto de los prisione-
tuciones jurídico-penales y aplicaron
3. Rodríguez Sánchez, Ángel (1994). “La soga y el
fuego. La pena de muerte en la España de los siglos
1. Pessano, Yrides María (2010). Pena de muerte. XVI y XVII”. Cuadernos de Historia Moderna, N°
Tesis de Grado. Universidad Abierta Interamerica- 15, Madrid: Editorial Complutense. pp. 13-19.
na, Rosario (Arg.). p. 38. 4. Arancibia Floody, Claudia y Cornejo Cancino,
2. Barbero Santos, Marino (1985). Pena de muer- José Tomás (2009). Pena de muerte en Chile colo-
te, el ocaso de un mito. Buenos Aires: Editorial De nial. Cinco casos de la Real Audiencia. Santiago:
Palma. p. 95. Ril Editores.

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ros, a cargo de una guardia espe- cuasi subconscientes a las masas. La


cial y con el auxilio religioso de simbología relacionada con el poder
los dominicos o los Hermanos de es inmensa, como vasto es su campo
la Caridad. En este lugar perma- de actuación. Los íconos relacionados
necía hasta el momento del cum- con él son a la vez reflejo de quien los
plimiento de la pena, alrededor de utiliza y medio para provocar inten-
tres días.5 cionadamente una reacción en los que
los ven.7
El protocolo de participación de las
autoridades coloniales en el proceso Esta simbología se visibiliza en este
de la imposición de las penas y de la caso en toda una ritualidad de la muer-
ejecución de las mismas consistía en te que no es más que una ritualidad del
un verdadero teatro punitivo con una poder y se manifestaba de la siguien-
fuerte carga simbólica que penetraba te manera: “un escribano informaba
en el imaginario colectivo buscando del debido cumplimiento de la eje-
un claro efecto intimidatorio y de so- cución, como también de los hechos
metimiento. Esta simbología del cas- imprevistos que hubieran ocurrido.
tigo y de la aplicación de la práctica El Alguacil Mayor o subalterno debía
patibularia en el periodo estudiado la obligatoriamente acudir, acompañado
entendemos como el ejercicio simbó- por un grupo de soldados que variaba
lico del poder construido a partir de en número. Al menos un sacerdote iba
toda una parafernalia de signos y sím- acompañando al reo desde la salida de
bolos que conforman todo un ritual de la cárcel. Todo el grupo hacía un reco-
la muerte y del terror. Poder entendi- rrido por las calles públicas acostum-
do como la capacidad de hacer que bradas, hasta el lugar donde estuviera
los demás actúen en una dirección u el patíbulo. Generalmente, se ubicaba
otra bajo diferentes mecanismos de en la Plaza Mayor de cada ciudad, o
presión que también invade el campo bien en un lugar visible, como una co-
de lo simbólico y que penetran en los lina en las afueras. Durante el trayec-
cuerpos y direcciona las conductas de to, un pregonero o a veces el mismo
los sujetos.6 El poder siempre se ha verdugo anunciaba a viva voz quién
rodeado de símbolos que pretenden era el reo, cuál era su delito y cuál el
influenciar de forma disimulada en castigo que se le impondría, en nom-
los demás, transmitiendo mensajes bre de la justicia del rey.”8 Luego el
cadáver del ajusticiado permanecía
por varias horas en la horca, siendo
5. Expediente formado sobre el cumplimiento de
una R. C. dada en Madrid a 30 de diciembre de
1788, que dispone informe la Real Audiencia acerca
de la práctica que observa para notificar las senten- 7. Verón, Eliseo (2009). Semiosis de lo ideológico y
cias de muerte al señor Presidente y Capitán General del poder. Buenos Aires: Editorial Eudeba.
y a los reos. 1789., R. Audiencia, vol. 669, pieza 18. 8. Lavaggi, Abelardo (1975). “Las penas de muerte
Citado por Arancibia y Cornejo, p. 29. y aflicción en el derecho indiano rioplatense”. Re-
6. Foucault, Michel (1979). Microfísica del poder. vista de Historia del Derecho, Nº 3. Buenos Aires.
Madrid: Ediciones la Piqueta. pp. 108-133.

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bajado durante la tarde. Entonces se La pena de muerte es por excelencia


procedía a seccionarle algún miembro el instrumento de control social más
(generalmente cabeza y manos) para extremo que un Estado imponga a sus
exposición pública, o bien era entre- asociados.11
gado a los Hermanos de la Caridad.
Ellos eran los encargados de dar se- El control social es el conjunto de
pultura cristiana a los desamparados, medios sociales que buscan ordenar
en un funeral que contrastaba con el y regular el comportamiento huma-
boato fúnebre de las exequias de per- no externo en muy diversos aspec-
sonas distinguidas.9 tos, estableciendo los límites de la
libertad, buscando socializar a sus
Sin duda alguna, la pena de muerte es miembros. El control social puede ser
la sanción más grave y antigua de la ejercido por diversos medios, ya sea
historia. Seguramente por ello, es la de manera difusa o a través de instru-
que ha producido, y sigue haciéndolo mentos institucionales; el objetivo es
en la actualidad, un mayor debate o crear hábitos colectivos de conducta:
discusión. La pena de muerte también prácticas sociales, usos, costumbres,
es un homicidio, también implica la creencias, convicciones. La familia,
muerte de un ser humano por otro ser la escuela, los medios de comunica-
humano. Pero se trata de un homici- ción, el derecho, el aparato judicial, el
dio amparado, defendido y secunda- sistema penitenciario, el Estado, las
do por el derecho. La pena de muerte asociaciones privadas, las organiza-
implica que una determinada persona ciones religiosas, etc., se constituyen
es acusada de haber cometido un de- como un conjunto de instrumentos y
terminado delito, es llevada ante la técnicas dirigidos a presionar a los in-
autoridad judicial, es sometida a jui- dividuos para obtener de ellos la con-
cio y, por último, es hallada culpable formidad de su comportamiento con
y condenada a muerte de conformidad ciertas reglas de conducta y proteger
con un ordenamiento jurídico estable- los intereses fundamentales para la
cido. Luego, determinadas personas, convivencia en comunidad. Entre los
siempre amparadas por el derecho, se medios sociales de control social se
encargarán de ejecutar la sentencia: le encuentra el derecho, y entre el de-
aplicarán una inyección letal, la ahor- recho, el más incisivo es el derecho
carán, la electrocutarán, la lapidarán o penal, pues las sanciones penales son
la fusilarán. En fin, de alguna manera las más drásticas de que dispone el
se encargarán de que no viva más.10 orden social y los comportamientos

9. Arancibia Floody, Claudia y Cornejo Cancino,


José Tomás. Pena de muerte en Chile colonial. Cin- Dikaiosyne No. 19. Mérida, Venezuela: Universidad
co casos de la Real Audiencia. p. 30. de los Andes. pp. 122-128.
10. Rodríguez Ferrara, Mauricio (2007). “De cómo 11. Robles, Gregorio (1977). Sociología del dere-
los latinoamericanos percibimos la pena de muerte”. cho. Madrid: Editorial Civitas. p. 165.

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a los que vienen aparejados son los cas tribales primitivas, indican que
más intolerables para la convivencia la pena de muerte ha sido parte de
humana en sociedad. Control social los sistemas judiciales prácticamente
punitivo institucionalizado, que se desde el principio de la existencia de
ejerce sobre la base de la existencia los mismos.14
de un conjunto de agencias estatales
denominado sistema penal. Entonces El propósito de este estudio es mos-
el derecho penal positivo opera en trar la práctica de la pena de muerte
la sociedad como el máximo instru- en Colombia como una semiología
mento de control social, compuesto del castigo y del teatro punitivo des-
por un conjunto de normas jurídicas de finales del régimen colonial hasta
que asocian al delito (conducta puni- principios del siglo XIX; teatro pu-
ble) penas y/o medidas de seguridad nitivo entendido como toda la coreo-
o de corrección a título de consecuen- grafía, el montaje y el ritual escénico
cia jurídica. El derecho penal se ha
que envuelve una ejecución pública,
constituido en la modernidad como
decorado por todo el simbolismo del
una de las condiciones básicas para
poder. También se intentará revelar
asegurar el orden social y como uno
las transformaciones del ordenamien-
de los instrumentos más efectivos
to jurídico-penal republicano que
para controlar a la sociedad.12 En sín-
posibilitaron la práctica patibularia
tesis, la pena de muerte o pena capital
en Colombia, su abolición tempo-
se ha constituido en la historia como
el mecanismo de control social más ral durante el régimen Radical y su
extremo que un Estado impone a sus restauración durante el periodo de la
ciudadanos y que trae como conse- Regeneración, como también su utili-
cuencia ser la pena que más polémica zación política como instrumento de
y resistencia ha suscitado.13 Entendi- eliminación del contradictor político.
da esta como la ejecución de un con- Finalmente se pretende resaltar el ma-
denado por parte del Estado, como nejo de la pena de muerte por parte
castigo por un delito, establecido en del Estado como un instrumento de
la legislación; delito que se denomina poder y sometimiento simbólico de la
crimen o delito capital. El uso de la población, convirtiéndose en toda una
ejecución formal como castigo se re- pedagogía del terror en un momento
monta prácticamente a los principios crucial del proceso de formación del
mismos de la historia escrita. Muchos Estado-Nación en Colombia a finales
registros históricos, así como prácti- del siglo XIX y principios del XX.

12. Velásquez Velásquez, Fernando (2004). Manual


de derecho penal. Bogotá: Editorial Temis. p. 4. 14. Cario, Robert (1996). La pena de muerte en el
13. Terragni, Marco Antonio (1990). Muerte, pri- umbral del tercer milenio. Madrid: Edersa. Barbero
sión y otras sanciones penales. Rosario, Argentina: Santos, Marino (1978). La pena de muerte: 6 res-
Editorial Zeus. puestas. Madrid: Espasa-Calpe.

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El texto está dividido en tres partes: bitrariedad del dominio español. La


en la primera parte se analiza la legis- Junta Suprema de Gobierno, cuando
lación penal en el orden republicano, se dio el grito de independencia, que
en la segunda parte se hace referencia luego fue ratificado por la Constitu-
al teatro punitivo de la pena de muer- ción de Cundinamarca, abolió el uso
te en los inicios de la República y en legal de la tortura y en 1821, el vice-
la tercera parte se analiza la pena de presidente de Cundinamarca abolió el
muerte y su aplicación en el régimen Tribunal de la Inquisición.15
de la Regeneración. Finalmente el
texto concluye con unas considera- Solo hasta 1837 fue sancionado el
ciones finales. primer código penal colombiano.
Después, a mediados del siglo XIX,
La legislación penal en el orden re- con la llegada al poder de una nueva
publicano generación política se introdujeron re-
formas para borrar de un solo tajo las
Con relación a la transición en el ám- instituciones judiciales heredadas del
bito de la legislación penal del anti- viejo orden colonial, es así como se
guo régimen colonial al orden repu- introducen cambios revolucionarios
blicano, nos permitimos afirmar que en los procedimientos judiciales y en
la legislación penal española continuó los dispositivos de castigo, bajo el in-
rigiendo por algunas décadas después flujo de las corrientes modernizadoras
de la independencia, mientras se or- del derecho penal de origen europeo,
ganizaba el poder judicial republica- especialmente francés. En esta pers-
no, en este sentido se estableció que pectiva, se deroga la pena capital, la
tanto en materia penal como en la ci- pena de vergüenza pública y se im-
vil rigieran las leyes y decretos que en pone la pena de destierro para delitos
lo sucesivo dictare el nuevo Congreso políticos en sustitución de las penas
Republicano. En este periodo de tran- de trabajos forzados, presidio, prisión
sición, las nuevas leyes republicanas e infamia. La abolición de la pena
coexistieron con las pragmáticas cé- capital fue la reforma más significa-
dulas y leyes españolas vigentes has- tiva de esta nueva corriente de reno-
ta 1810. Con relación a las sanciones vación del derecho penal, marcando
penales, subsistieron la pena capital, una definitiva ruptura con el derecho
la de azotes, la de vergüenza pública, penal colonial.16 Primero se consagró
la prisión, la confiscación, los trabajos en las normas penales de los Estados
forzados, el confinamiento, la priva- y luego en la Constitución de 1863,
ción o pérdida del oficio, y las mul-
tas, entre otras. Después se fueron to-
mando medidas tendientes a suprimir 15. Aguilera Peña, Mario (2002). “Las penas”. Re-
prácticas penales que se consideraban vista Credencial Historia. Bogotá-Colombia: Edi-
ción 148. pp. 8-12.
oprobiosas y que simbolizaban la ar- 16. Ibídem.

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que inicia su vigencia con la amnistía dentro del cual se enmarca, nació el
y el indulto tanto para delitos políti- primer código penal que se conoció
cos como comunes. Posteriormente se en este periodo: el Código Penal de
promulgaron nuevos códigos penales 1837.* Este código entiende el daño
en los diferentes Estados de la Unión, causado al sujeto pasivo de la acción
que desarrollarían el mandato consti- penal a partir de un acto externo, rea-
tucional de la eliminación de la pena lizado por un ser consciente que actúa
capital. Estos nuevos códigos penales conforme a su libre albedrío, quien
se diseñarían con base en el Código permite que un sujeto realice la con-
Penal de 1837, que como se anotó an- ducta o se abstenga de hacerlo.18 Con
teriormente, fue la primera expresión relación a la concepción del derecho,
del proceso codificador del derecho este se fundamenta en el derecho na-
republicano y que marcaría el inicio tural.19 Este nuevo código esboza una
de un nuevo sistema jurídico penal propuesta ilustrada del derecho en
en la Nueva Granada. En síntesis, la ruptura con el derecho criminal colo-
pena de muerte continuó aplicándose nial, planteando una separación tajan-
en la Nueva Granada hasta la instala- te entre delito y moral, lo que permite
ción del régimen federal radical que que la separación entre pecado y deli-
la suprimió de su ordenamiento jurí- to desaparezca; establece igualmente
dico penal, para luego ser reinstalada que la función de la pena debe apar-
y aplicada con rigor en el régimen tarse de la idea de la expiación del
regenerador. Es decir, prácticamente delincuente y esté orientada a la pre-
la pena de muerte no desapareció del vención del delito.20 El Código Penal
panorama punitivo republicano en el de 183721 se publicó el 25 de junio de
siglo XIX y hasta 1910, a excepción 1837, incorporando un cuerpo nor-
de la pausa en su aplicación que im- mativo de 918 artículos constituyén-
pusieron los radicales. dose en la normatividad sustantiva de

En la Constitución Política de Cúcuta


* Los siguientes son los Códigos Penales que se han
se establecieron varias disposiciones producido en nuestro ordenamiento jurídico republi-
de carácter penal, tanto sustancial cano: El primero fue el Código Penal de 1837, el
segundo es el Código Penal de 1890, el tercero fue
como procesal.17 En pocas palabras, el Código Penal y Penitenciario de 1936, el cuarto
fue el Código Penal de 1980 y el quinto es el Código
nos permitimos aseverar que la pri- Penal de 2000 (Ley 599 de 2000) que aún nos rige.
mera etapa de la historia de la legisla- 18. Velásquez Velásquez, Fernando. Manual de de-
recho penal. p. 160.
ción penal en Colombia, dentro de la 19. Carrara, Francesco (1956). Programa de dere-
doctrina de la Escuela Clásica italiana cho criminal. Parte general, Vol. 1. Bogotá: Edito-
rial Temis. p. 45.
20. Bernate Ochoa, Francisco (noviembre de 2004).
“El Código Penal de 1890”. Revista de Estudios
Socio-Jurídicos. Vol. 6, N° 2. Bogotá. pp. 537-558.
17. Restrepo Piedrahita, Carlos (Comp.) (2003). 21. Peñas Felizzola, Aura Helena (2006). “Utilita-
Constituciones políticas nacionales de Colom- rismo y tradicionalismo en la legislación penal re-
bia. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. publicana: el Código de 1837”. Revista Colombiana
p. 298. de Sociología, N° 26. pp. 9-42.

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lo penal en la Nueva Granada.22 Con descrita en una norma jurídica y como


relación a las penas y su ejecución el principio de legalidad en dicha norma
código divide las sanciones en penas debe estar prescrita la sanción, en esta
corporales y no corporales, igualmen- perspectiva, el delito en la República
te regula lo relativo a los delincuentes, se produce por una acción voluntaria
estableciendo que deben ser castiga- e intencionada de violación de la ley.26
dos no solo los autores, sino los cóm- En cuanto a la culpa esta es definida
plices, auxiliadores y encubridores.23 como la violación imputable pero no
Vale la pena decir que lo planteado en maliciosa de la ley y esta debe probar-
este código fue luego confirmado en se ya que ante la comisión de un deli-
las constituciones de 1843 y 1853.24 to este se entiende realizado en forma
Con relación al tema del presidio, el dolosa. Igualmente establece las for-
código establecía que el condenado mas de participación en la ejecución
debía ser puesto en la cárcel, cuartel, de un delito. Se estipularon como
casa municipal o cualquier edificación penas corporales: la muerte, trabajos
adecuada para tal efecto, es así como forzados, presidio, reclusión en casa
luego con la ley del 30 de mayo de de trabajo, vergüenza pública,27 pri-
1838 se establecen las casas de cas- sión, expulsión del territorio de la Re-
tigo, que luego serán reglamentadas pública, confinamiento en un distrito
por el decreto del 17 de abril de 1839, parroquial y destierro.28 El ritual de
estableciendo el régimen disciplinario ejecución de la pena de muerte se rea-
de estos establecimientos. Por ejem- lizaba en plaza pública y la ejecución
plo, si el reo no cumplía con este régi- era el garrote o la horca.29
men disciplinario se le imponían cas-
tigos dentro del penal como el encie- La fuerte discusión ideológica entre
rro solitario, la privación de la cama, liberales y conservadores por la abo-
el cepo, disminución de alimentos y lición de la pena de muerte, se había
los golpes de látigo.25 Con relación al iniciado desde el año de 1849, cuan-
delito, este código lo concibe como
do fue abolida esta pena para los de-
una infracción a una conducta típica
litos políticos de rebelión, sedición,
traición, conspiración, pero se seguía

22. Ramírez Bastidas, Yesid (2003). El juicio oral.


Bogotá: Ediciones Doctrina y Ley. p. 138. El Código
Penal en 1837, fuertemente influenciado por el espa- 26. Artículo 1° de la Ley del 27 de junio de 1837.
ñol de 1822 y por francés napoleónico de 1808. 27. Este tipo de pena fue abolida a través del artículo
23. Artículo 95 de la Ley del 27 de junio de 1837, en 5° de la Ley del 26 de mayo de 1849.
Codificación Nacional. Años 1836-1837. 28. Artículo 19 de la Ley del 27 de junio de 1837, en
24. Constitución Política de 1843, Arts. 152-167. Codificación Nacional. Año 1837.
Constitución Política de 1853, Art. 5°. 29. Hernández Velasco, Héctor Elías (2007). La
25. Escobar Villegas, Juan Camilo y Maya Sala- pena de muerte en Colombia 1821-1910. Bucara-
zar, Adolfo León (2008). “Legislar y codificar en manga: Editorial Limitada. Aguilera Peña, Mario.
la Nueva Granada. Historia de una cultura política “Condenados a la pena de muerte”. Revista Creden-
mundializada en el siglo XIX”. Revista Co-heren- cial Historia, Edición 16 de abril de 1991, Biblio-
cia, Medellín, Vol. 5, N° 8 (enero-junio). pp. 149- teca Virtual Banco de la República, Publicado en la
181. red en mayo 16 de 2005.

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aplicando para los delitos comunes de presidencia, anunció la abolición de


parricidio, asesinato, envenenamien- la pena de muerte y la fundación de
to, piratería y cuadrilla de malhe- una Casa Nacional de Penitencia.33
chores. Para estos delitos solamente
sería abolida tal pena para 1863 con Para este periodo de efervescencia de
la Constitución de Estados Unidos de las ideas liberales, se evidencia una
Colombia. tendencia en la historia colombiana a
fundar el vínculo nacional, no ya en
En esta perspectiva, a mediados del la tradición sino en las relaciones ju-
siglo XIX, los cambios políticos die- rídicas que posibilita el derecho. Esta
separación entre nación-religiosa-
ron lugar a algunas transformaciones
católica y derecho-liberal-utilitarista
en el sistema de penalidades, como la
propició que las instituciones políticas
supresión de la pena de muerte para evolucionaran hacia formas liberales,
los delitos políticos, la abolición para a pesar que la sociedad colombiana
todos fue rechazada por el Senado en aún se mantenía fundamentalmente
abril de 1851. El Código de 1837 fue asentada en los valores religiosos ca-
modificado sustancialmente por los tólicos.34 Esta situación fue un motivo
radicales, con base en los fundamen- más para que en la segunda mitad del
tos y los principios de la Constitución siglo XIX, la influencia del Radicalis-
de 1863. Las penas fueron humani- mo llevó al arraigo de las institucio-
zadas considerablemente, sus princi- nes jurídico-penales liberales en las
pios, se anticipaban en muchos años mentalidades, pero la sociedad no se
a los que iban a sostener la moderna vinculó definitivamente con este pro-
política criminal.30 Fueron abolidas yecto y no se liberalizó en el sentido
completamente la pena de muerte y de fundamentarse en el vínculo legal,
ni penetraron hondo los derechos in-
las penas infamantes, se redujeron las
dividuales en la conciencia jurídica de
corporales a máximo 10 años de pre-
la nación, que se mantuvo al margen
sidio; a 8 años máximo de reclusión;
de la práctica de formas instituciona-
máximo 5 años de prisión: máximo lizadas de solución de conflictos.
10 años de expulsión del territorio
de la República; máximo 5 años de En este sentido, la Constitución Polí-
confinamiento.31 El general José Ma- tica de los Estados Unidos de Colom-
ría Obando,32 al tomar posesión de la bia de 1863, que llevó a su máxima
expresión los ideales y anhelos de los

30. Pérez, Luis Carlos (1975). Tratado de derecho


penal. Bogotá: Editorial Temis. p. 265. 33. Pérez, Luis Carlos. Tratado de derecho penal.
31. Codificación Nacional. Tomo VI. 1836-1837. p. 265.
32. Zuluaga, Francisco. “José María Obando. Omi- 34. Peñas Felizzola, Aura Helena. “Utilitarismo y
sión, traición y rebelión”. Revista Credencial Histo- tradicionalismo en la legislación penal republicana:
ria, Edición 19, julio de 1991, pp. 2-4. el código de 1837”.

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liberales radicales, tomó una posición raíces en lo más lejano de los tiempos
bien clara y definitiva frente al tema precolombinos y de dominación espa-
de la pena de muerte y en la Sección ñola, y que ni siquiera con la Indepen-
2° Garantía de los Derechos Funda- dencia y el proceso de construcción
mentales, estipulaba: republicana se logró desterrar.36

Art. 15. Es base esencial e invaria- El teatro punitivo de la pena de


ble entre los Estados, el reconoci- muerte en los inicios de la Repú-
miento y la garantía por parte del blica
Gobierno general y de los Gobier-
nos de todos y cada uno de los Es- El proceso de ejecución de una pena
tados, de los derechos individuales de muerte más recordado en el imagi-
que pertenecen a los habitantes y nario del pueblo neogranadino de fi-
transeúntes en los Estados Unidos nales del siglo XVIII y principios del
de Colombia, a saber: XIX, por ser un referente y un sím-
1. La inviolabilidad de la vida hu- bolo de la violencia del poder español
mana; en virtud de lo cual el Go- en América,37 fue el proceso que llevó
bierno general y el de los Estados a la muerte de José Antonio Galán,
se comprometen a no decretar en cuya sentencia decía:
sus leyes la pena de muerte.35
Condenamos a José Antonio Ga-
En conclusión, la práctica patibula- lán a que sea sacado de la cárcel,
ria en la historia de Colombia ha sido arrastrado y llevado al lugar del
concomitante con el proceso de for- suplicio, donde sea puesto en la
mación del Estado Nación y con ex- horca hasta cuando naturalmen-
cepción de la Constitución liberal de te muera; que, bajado, se le corte
1863, las demás cartas políticas que la cabeza, se divida su cuerpo en
fueron expedidas durante el siglo XIX, cuatro partes y pasado por las lla-
1821, 1830, 1843, 1853, 1858 y 1886, mas (para lo que se encenderá una
y sus códigos penales nacionales de hoguera delante del patíbulo); su
1837 y 1890 incluyeron y legalizaron cabeza será conducida a Guaduas,
la aplicación de la pena de muerte por teatro de sus escandalosos insul-
parte del Estado en Colombia. Sola- tos; la mano derecha puesta en la
mente hasta la expedición del Acto plaza del Socorro, la izquierda en
Legislativo N° 3 de 1910, se puso la villa de San Gil; el pie derecho
término final a esta práctica patibula- en Charalá, lugar de su nacimien-
ria, que en nuestro medio hundía sus
36. Hernández Velasco, Héctor Elías. La pena de
muerte en Colombia 1821-1910. p. 11.
35. Constitución Política para los Estados Unidos 37. Phelan, Jhon Leddy (2009). El pueblo y el rey.
de Colombia. Universidad Externado de Colombia. La revolución comunera en Colombia: 1781. Bo-
Bogotá. 1977. gotá: Universidad del Rosario.

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to, y el pie izquierdo en el lugar de a funcionar el Consejo Permanente de


Mogotes; declarada por infame su Guerra, el Tribunal de Purificación,
descendencia, ocupados todos sus la Junta de Secuestros y volvió de
bienes y aplicados al fisco; asolada nuevo el Tribunal de la Inquisición.
su casa y sembrada de sal, para que Las penas más severas se aplicaron a
de esa manera se dé olvido a su in- los patriotas considerados “insurgen-
fame nombre y acabe con tan vil tes traidores al Rey”, quienes fueron
persona, tan detestable memoria, condenados sin fórmula de juicio, al
sin que quede otra que la del odio cadalso, a la tortura del grillete, a tra-
y espanto que inspiran la fealdad y bajos forzados, al destierro y a la in-
el delito.38 cautación de sus bienes.40

La Nueva Granada heredó en materia La pena de muerte se aplicó como


de las penalidades, la dureza y cruel- medida de castigo extremo en el pe-
dad del derecho español, que poco a riodo de la Guerra de Independencia,
poco fue suavizado por la influencia debido en parte a la anarquía que pro-
de las ideas liberales en la vida repu- dujo el conflicto como tal.41 Se aplicó
blicana. Algunas cartas constituciona- sistemáticamente la pena de muerte
les en tiempos de la primera Repúbli- para frenar las conductas que se con-
ca, se pronunciaron en contra de las sideraban peligrosas para el orden
prácticas punitivas degradantes del ser social y político: ladronzuelos, trai-
humano, por ejemplo, la Constitución dores, conspiradores y delincuentes
del Estado de Cundinamarca (30 de de cuello blanco. Estos últimos, como
mayo de 1811), en su artículo 35, de- los malversadores de la Hacienda Pú-
creta la abolición de la tortura “aún en blica eran sometidos a juicio sumario
los delitos más atroces”; la de Tunja y ejecutados. La medida contra los
(8 de diciembre de 1811) prohíbe todo delincuentes de cuello blanco fue ini-
tormento, la pena de infamia, la pri- ciativa del general Francisco de Paula
sión sin pruebas o sospechas de fuga; Santander en octubre de 1819, pues
la de Antioquia (21 de mayo de 1812), consideraba más traidor al ladrón de
prohibía también en el artículo 1°, “la los bienes de la patria que al que se va
bárbara cuestión del tormento”.39 En a campamento enemigo.42
el proceso de la Reconquista española
la aplicación de la pena de muerte fue
40. Pérez, Luis Carlos. Tratado de derecho penal.
sistemática y generalizada y entraron pp. 252-253. Guerra, Francisco-Xavier (1992).
Modernidad e independencias. México: Editorial
Mapfre-Fondo de Cultura Económica.
41. Ocampo López, Javier (1989). El proceso políti-
38. Arciniegas, Germán (1981). 20.000 Comuneros co, militar y social de la Independencia. En: Nueva
hacia Santa Fe. Bogotá: Editorial Pluma. p. 87. Historia de Colombia 2, Era Republicana. Bogotá:
39. Pérez, Luis Carlos. Tratado de derecho penal. Planeta.
pp. 249-250. Tascón, Tulio Enrique (1953). Historia 42. Aguilera, Mario. “La administración de justicia
del derecho constitucional colombiano. Bogotá: en el siglo XIX”. Revista Credencial Historia, Edi-
Editorial Minerva. ción 136, abril 2001, p. 9.

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El Código Penal de 1837 contempla ba de la cárcel, en las horas de más


las formalidades para aplicar la pena afluencia de la gente en las calles. Se
del garrote, resultan por su sorpren- le ataban las manos, la cabeza descu-
dente frialdad, bordeando el sadismo bierta y montado en un burro, al salir
y que le daban forma a todo un teatro y llegar a un lugar previamente desig-
punitivo de alto contenido intimidato- nado, se leía un pregón en donde se
rio. El cadalso, pintado o forrado de daba el nombre del reo, su origen, su
negro, el vestuario del reo y del ver- delito y pena.44
dugo, el primero si era un asesino, con
una túnica blanca y ensangrentada, si La pena de muerte o pena capital,
parricida, la túnica ensangrentada y cuya ejecución consiste en provocar
despedazada y descalzo. la muerte o asesinar a un condenado
por parte del Estado, como castigo
Desde la prisión hasta el cadalso, el por un delito establecido en la legisla-
reo sería acompañado por el toque a ción, adquiere para el caso de nuestra
plegaria en todos los templos de la pa- legislación una connotación simbólica
rroquia. Al salir de la prisión y llegar muy fuerte acompañada de una ritua-
al patíbulo, se pregonaría el delito “en lidad teatral igualmente impactante.
nombre de la República y por autori- Los delitos por los cuales se aplicaba
dad de la ley, N.N., natural de N, y reo esta sanción se denominaban “delitos
de N. delito, ha sido condenado a la capitales”. Este teatro punitivo y su
pena de muerte que va a ejecutarse: contenido de sangre y terror no van
los que levantan la voz pidiendo gra- a ser ajenos a la carga ideológica que
cia o que de cualquier otra manera detenta del poder. Todo lo contrario,
ilegal intentaren suspender la ejecu- es una palmaria muestra de la justicia,
ción de la justicia, serán castigados es el espectáculo que de forma más
como reos de sedición” (Artículo 35). clara y contundente va a plasmar el
El condenado iba acompañado de su fin de los disidentes y marginados, de
propio séquito de riguroso luto: sacer- los que traspasan lo que el poder o las
dotes, un subalterno de la justicia, el leyes consideran justo y recomenda-
escribano, los alguaciles y la escol- ble. Los cuerpos de los reos, atormen-
ta.43 tados y mutilados, se convertirán en
su redención y en el aviso a sus con-
Este ritual infamante se aplicó tam- géneres. También en una válvula de
bién para otras penas como la pena de escape para una sociedad atemorizada
vergüenza pública: al reo se le saca- por pestes y guerras. En este orden de
ideas, la pena de muerte a fin de que
sea efectiva, si se toma como un cas-
43. Rey Vera, Gloria Constanza (2006). Administra-
ción de justicia y sistema penitenciario en el Esta-
do de Santander: 1857-1878. Tesis de Maestría en
Historia. Bucaramanga: Universidad Industrial de
Santander. p. 727. 44. Ibídem, p. 728.

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tigo ejemplar, tiene que ser pública y poder supranacional de la iglesia ca-
en el escenario del poder decimonó- tólica –en vista del patronato de 1824
nico en Colombia, debe ser también y del agudo laicismo del alto libera-
ejemplarizante. De lo contrario dicha lismo– como en contra del poder sub-
ejemplaridad quedaría reducida a una nacional del segmentarismo del anti-
mera venganza. Entonces, la pena de guo régimen, pues el dominio feudal,
muerte considerada como un castigo la propiedad comunal y los derechos
ejemplar por los poderosos, debía particulares de las comunidades rura-
ser por lo tanto, de visión obligada. les estaban hacia 1885 en un pasado
Teatro punitivo que tiene sus raíces lejano.46
en la Edad Media y que merecía el
siguiente concepto de Huizinga: “Lo La Constitución de la República de
que nos sorprende en la crueldad de Colombia de 1886 siguió el lema
la administración de justicia en la úl- autoproclamado de la Regeneración,
tima Edad Media, no es una perversi- entendido como la remodelación del
dad morbosa, sino el regocijo animal Estado-nación según los tres ideales
y grosero, el placer de espectáculo de antiliberales del unitarismo, el catoli-
feria que el pueblo experimenta con cismo y la hispanidad. La orientación
ella.”45 retroactiva, sugerida en la sílaba re,
reflejó la idea de retomar varios ele-
La pena de muerte y su aplicación mentos claves de la primera fase del
en el régimen de la Regeneración constitucionalismo hispanoamerica-
no, precisamente de las constitucio-
En el año 1885, Colombia había sido nes colombianas de 1821 a 1843, eli-
por más de tres decenios el centro del minando así todo aprecio hacia la fase
liberalismo americano con un perfil del alto liberalismo. Por supuesto, no
garantista, laico y federal. Si se quiere se dio realmente una restauración del
caracterizar como tal el grado de es- sistema de 1843, sino más bien la for-
tatalidad alcanzado, debe destacarse mación de un nuevo compromiso del
una población de tan solo 2,4 millo- constitucionalismo republicano en el
nes de habitantes en un territorio muy espíritu general de finales del siglo
extenso, con total ausencia de institu- XIX.47
ciones estatales en la mitad surorien-
tal del territorio reclamado, hogar de La Regeneración se autolocaliza y au-
sociedades prestatales que no tenían
idea alguna sobre el significado de
46. Marquardt, Bernd. “Estado y Constitución en la
la palabra Colombia. El poder estatal Colombia de la Regeneración del Partido Nacional:
se había impuesto tanto en contra del 1886-1909”. Ciencia Política N° 11, ene-jun 2011,
pp. 57-81.
47. Bushnell, David (2004). Colombia, una Nación
a pesar de sí misma. De los tiempos precolombinos
45. Huizinga, Johan (1978). El otoño de la Edad a nuestros días. Bogotá: Editorial Planeta. pp. 198-
Media. Madrid: Alianza Editorial. pp. 34-35. 199.

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tosimboliza como la única propuesta sería el auxilio que vendría a conso-


sistematizadora de un orden que tra- lidar una forma específica de socie-
duce el verdadero “espíritu nacional”, dad, de instituciones, de ciudadanos
como el único proyecto que en la his- y de hacer la política que negaba la
toria política de Colombia había lo- intromisión de la modernidad secular,
grado una consonancia entre el orden es decir, de la separación de poderes,
estatal y la nación colombiana. En ese de ampliación de la participación y
sentido el discurso regeneracionista representación política, de la división
conservador, opacó la historia de pro- entre lo sagrado y lo profano, entre el
yectos y creatividad política que tuvo poder civil y el poder político en úl-
lugar en el siglo XIX, naturalizando timas.49
la concepción de Estado-Nación que
propugna desde su discurso guberna- La Carta Constitucional de 1886 exal-
mental y ponderando unas caracte- ta el sentido de la autoridad como la
rísticas inamovibles –profundamente matriz del orden y en esa perspectiva
enraizadas en la historia– de la socie- se expide un nuevo código penal,50
dad colombiana.48 que sería su garante. El antecedente de
este nuevo proyecto codificador fue el
La Constitución de 1886, denominada proyecto elaborado por Demetrio Po-
la Regeneración, programa jurídico y rras, quien se guió por el código pe-
constitucional, del derecho al servi- nal de Zanardelli y Manzini en Italia
cio de los postulados eclesiales y re- y Silvela en España, que seguían los
ligiosos que garantizaba la tradición postulados de la escuela clásica que
colombiana de la moral y propiciaba fundaba la responsabilidad penal en el
la purificación política de todos los libre albedrío y comprendía el delito
males, aquellos que fueron impulsa- como una infracción legal. El Códi-
dos por los incómodos y molestos e go Penal Colombiano de 1890 –que
impertinentes liberales radicales de- terminó siendo una reproducción del
nominados del “Olimpo Radical” que Código Penal de 1837– responde a la
se convertían en soldados defensores corriente filosófica conocida como la
de la Carta Constitucional de Rione- propuesta ilustrada del derecho pe-
gro de 1863. nal, que representa un cambio en el
paradigma frente a lo que era el dere-
La peculiaridad del compromiso ad- cho penal autoritario, su antecesor.51
quirido por la Regeneración fue im-
poner la alianza entre la moral cristia-
49. Jaramillo Uribe, Jaime (1996). Pensamiento co-
na y el poder estatal. Esta asociación lombiano en el siglo XIX. Bogotá: Planeta.
50. Bernate Ochoa, Francisco. “El Código Penal
Colombiano de 1890”. Estudios Socio-Jurídicos,
Vol. 6, N° 002, pp. 535-558.
48. Aguilera Peña, Mario y Vega Cantor, Renán 51. Prieto Sánchez, Luis (2003). La filosofía penal
(1998). Ideal democrático y revolución popular. de la ilustración. México: Instituto Nacional de
Bogotá: Cerec. Ciencias Penales.

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Definía el delito como “Art. 1°. El de- 19 de 1890).53 Con relación a los tipos
lito es la voluntaria y maliciosa vio- de homicidio y a su proceso de ejecu-
lación de la ley, por la cual se incurre ción, dice Aguilera que:
en alguna pena.” Y en su Art. 20 seña-
la: “(…) serán castigados conforme a La denominación de parricida
este Código, sin que sirva de disculpa cobijaba al que diera muerte al
la ignorancia de lo que él prescribe.”52 ascendiente, descendiente o cón-
A pesar de todo el barniz ilustrado que yuge, a sabiendas de la existencia
caracteriza a este Código, no fue más del “vínculo expresado”. El reo
que una copia del Código Penal de condenado a muerte en sentencia
1837, y vuelve a la aplicación de las de primera instancia podía apelar
penas extremas que habían sido aboli- ante el Tribunal Superior de Distri-
das por el ordenamiento penal radical. to en su respectivo Departamento
En este sentido, el Código Penal de y, en caso de no resultar favorable
1890 significó un verdadero retroce- la providencia, tenía derecho al
so, restableciendo las penas extremas recurso de casación ante la Cor-
como la pena de muerte, que la prohí- te Suprema de Justicia. Entre los
be para delitos políticos, pero la impo- años 1887 y 1889, en los que pa-
ne para la traición a la patria en guerra rece ubicarse la mayor proporción
extranjera, el parricidio, el asesinato, de ejecuciones del periodo tratado,
el incendio, el asalto en cuadrilla de la Corte Suprema examinó 90 so-
malhechores, la piratería y “ciertos licitudes de casación. De ellas, 65
delitos militares definidos por las le- fueron afirmativas en cuanto a la
yes del ejército”. Respecto de tales aplicación de la pena capital; en
delitos, merece tenerse en cuenta que las restantes hubo nulidad proce-
la legislación entendía por asesinato: sal o confirmación de los fallos
el crimen “grave o atroz”, es decir, el de los tribunales, acompañadas de
homicidio premeditado en circunstan- peticiones al Ejecutivo para que
cias de “alevosía o traición”; colocar dispusiera la conmutación de la
a la víctima en estado de indefensión; pena. De los casos consultados a
preparar un siniestro en cualquier me- este alto organismo, 69 correspon-
dio de transporte; el homicidio ejecu- dían al delito de asesinato, 15 al de
tado con el fin de cometer otro delito parricidio y 6 a crímenes de doble
o en virtud de “dones y promesas”; autoría en que la relación con la
mediante la aplicación de torturas o víctima hacía que se juzgara a un
bebidas venenosas (artículo 586, ley reo por asesinato y a otro por pa-
rricidio. En 48 casos las víctimas

52. Cancino Moreno, Antonio José (1999). Institu-


ciones penales colombianas y su evolución a partir 53. Aguilera Peña, Mario. “Condenados a la pena de
del código de 1837. Bogotá: Ediciones Jurídicas muerte”. Revista Credencial Historia N° 136, abril
Gustavo Ibáñez. de 2001, pp. 2-10.

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murieron a causa de heridas pro- Comprendo que mi voz nada vale,


ducidas por armas cortopunzantes; pues al haceros esta súplica, me
12 fueron sacrificadas con armas escudo con las venerables canas
de fuego. En términos regionales, de la digna matrona, orgullo de la
más de la mitad de los 90 asesina- sociedad bogotana, a quien debéis
tos atroces del periodo procedían el ser, y por ella os pido que libréis
de los departamentos de Antioquia de la desesperación a la noble e in-
y Cauca, con 26 y 22, respectiva- teresante señora madre del reo.56
mente.54
Este recurso llamado “gracia presiden-
El condenado contaba con una última cial” fue duramente criticado porque
oportunidad de salvar su vida solici- casi siempre favorecía a los miembros
tando la conmutación al presidente de la alta sociedad pero que ninguna
de la República. Si el presidente de la opción ofrecía a los miembros de los
Republica la concedía, la pena capi- sectores populares.
tal era conmutada por la del máximo
presidio (20 años), pero si se trataba Con relación al ritual de la ejecución
de un menor se le aplicaba el tope de pública, fue creciendo entre las gentes
reclusión (15 años). Para lo anterior el rechazo a este tipo de prácticas y
se necesitaba del concepto previo del esto se visualizaba en la escasa concu-
Consejo de Estado, el cual era obli- rrencia a este tipo de “espectáculos”,
gatorio en el evento en que fuera fa- en ocasiones las poblaciones queda-
vorable; si era adverso, la vida del ban casi desiertas, pues los vecinos
reo podía depender del buen humor se retiraban anticipadamente para no
del presidente, de la petición de una ver este degradante teatro punitivo.
autoridad religiosa, de las circuns- Al respecto dice Aguilera Peña: “el
tancias de orden público, de la pre- rechazo social a la pena de muerte fue
sión de la prensa, de la solicitud de la en aumento debido a que los verdu-
Primera Dama, de la apelación a los gos prolongaban torpemente el supli-
sentimientos filiales o paternales del cio, por causa de la pésima puntería
presidente...55 de los soldados que necesitaban dis-
parar hasta tres descargas, de varios
Aguilera Peña trae a colación un ejem- rifles cada una, para lograr la muerte
plo sobre la conmutación de la pena a del reo.”57 La espontánea censura so-
un prestante miembro de la sociedad cial a todo lo que encerraba el ritual
bogotana, quien en carta pública di- sangriento del patíbulo significaba
rigida al vicepresidente Miguel Anto- que los dos propósitos que tradicio-
nio Caro argumentaba lo siguiente: nalmente pretendieron los partidarios

54. Ibídem. 56. Ibídem.


55. Ibídem. 57. Ibídem.

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de la pena capital se quedaron sin so- ejemplo, durante la Guerra de los


porte, es decir, su valor intimidatorio Mil Días, una de las medidas en tal
y edificante. Era evidente que ya no sentido, para justificar la aplicación
intimidaba sino que producía despre- de la pena de muerte a los enemigos
cio y repugnancia popular y ya no edi- políticos de la Regeneración, fue la
ficaba sino que por el contrario produ- de comprender en el delito de trai-
cía el desprecio por su condición de ción a la patria a quienes participaran
degradación del ser humano. Como en invasiones al territorio nacional;
las gentes no asistían a tan desprecia- se pretendió así reprimir a las tropas
ble espectáculo, para darle público al del general Uribe Uribe que había in-
ritual de la ejecución se les obligaba vadido al país desde Venezuela. Otro
a los presos del panóptico municipal mecanismo fue el tratamiento de de-
asistir a tal ceremonia. En una ocasión lincuentes comunes que recibieron al-
el vicepresidente Caro y sus ministros gunos de los guerrilleros liberales du-
autorizaron que se juzgara a un reo en rante esa contienda.59 Veamos cómo
consejo de guerra. Al amanecer del lo ilustra Aguilera Peña:
24 de enero de 1893, ya estaba con-
denado. Lo dejaron dormir un poco, (…) sobre el particular, es ilus-
luego de recibir auxilio religioso de trativa la circular del jefe conser-
tres sacerdotes, y a la 1:30 de la tarde
vador Aristides Fernández a los
estaba en el patio norte del panóptico
gobernadores, fechada el 15 de
frente al pelotón de fusilamiento. Los
septiembre de 1902: “Tengo el
300 reclusos habían sido obligados a
honor de comunicaros que hoy a
presenciar el suplicio y se hallaban
las 6 a.m. fueron pasados por las
llorosos en medio de soldados del ba-
armas en El Espinal los rebeldes
tallón Vargas. Murió después de tres
Cesáreo Pulido, Gabriel María
descargas. Luego se alzó una gran
Calderón, Anatol Barrios, Rogelio
bandera negra anunciando a la ciudad
la muerte del reo.58 Chaves, Germán Martínez, Clíma-
co Pizarro y Benjamín Mayorca,
A pesar de las críticas permanentes en cumplimiento de la sentencia
a la pena de muerte, esta se mantuvo del Consejo de Guerra que los
contra todo tipo de argumentos hasta condenó a esa pena como respon-
1910. Lo más grave de la aplicación sables de los delitos de traición a
de la pena de muerte por el régimen la patria y asalto en cuadrilla de
de la Regeneración fue su utilización malhechores...”60
como instrumento de represión de-
nominado “el cadalso político”. Por
59. Rueda Rueda, Eduardo y otros (2003). La Gue-
rra de los Mil Días en letras santandereanas. Buca-
ramanga: Alcaldía de Bucaramanga. p. 39.
60. Aguilera Peña, Mario. Condenados a la pena de
58. Ibídem. muerte.

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Consideraciones finales dores en el artículo 29 de la Constitu-


ción de 1886:
A principios de junio de 1909, cuando
realizaba en Santa Marta una de sus Art. 29. Solo impondrá el legisla-
acostumbradas “excursiones presi- dor la pena capital para castigar,
denciales”, el presidente Rafael Re- en los casos que se definan como
yes tomó a medianoche un barco y se más graves, los siguientes delitos,
fue del país, presionado por la opinión jurídicamente comprobados, a sa-
pública y por la creciente oposición ber: traición a la Patria en guerra
política que había unido a liberales extranjera, parricidio, asesinato,
y conservadores en una coalición de- incendio, asalto en cuadrilla de
nominada Unión Republicana.61 El malhechores, piratería, y ciertos
congreso nombró al general Ramón delitos militares definidos por las
González Valencia como presidente leyes del ejército. En ningún tiem-
interino y este convocó de inmediato po podrá aplicarse la pena capital
a una Asamblea Constituyente me- fuera de los casos en este artículo
diante decreto del 25 de febrero de previsto.63
1910.62 Luego en el Acto Legislativo
No. 3 del 31 de octubre de 1910 Refor- La pena de muerte o pena capital ha
matorio de la Constitución Nacional, existido siempre a la par con la hu-
se prohibió en forma tajante la pena manidad. Los romanos se destaca-
de muerte de la siguiente manera: “En ron por su vasta jurisprudencia y los
el nombre de Dios, fuente suprema de griegos por ser grandes filósofos, bi-
toda autoridad, la Asamblea Nacio- nomio que hizo surgir la filosofía del
nal de Colombia, decreta: Título III, Derecho. De ahí la regulación de las
artículo 3°. El legislador no podrá relaciones entre los hombres y el Es-
imponer la pena capital en ningún tado, así como su consecuente castigo
caso”. Este es el acto legislativo más a quienes cometen violaciones a las
trascendental y esperado con relación leyes impuestas por este último. En
a la historia de la práctica patibularia Roma el primer delito castigado con
en Colombia, que marca la abolición la pena de muerte fue el de Perdue-
en nuestro país de la pena de muerte llio, traición a la patria; más adelante,
como castigo judicial. Dicha sanción en las XII Tablas, se reglamentó tam-
había sido impuesta por los Regenera- bién para otros delitos y era esta, la
pena imperante; un tiempo después y
aunque sin ser abolida cayó en desu-
61. Vélez, Humberto. “Rafael Reyes, o los inicios so, restableciéndose posteriormente
del Estado moderno en Colombia”. Lecturas de con los emperadores. Así pues esta
Economía No. 21. Medellín, sept.-dic. 1986, pp.
59-80.
62. Henao Hidrón, Javier (2004). Panorama del
derecho constitucional colombiano. Bogotá: Edi- 63. Diario Oficial N° 6758 y 6759, Bogotá 7 de
torial Temis. p. 39. agosto de 1886, pp. 801-807.

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sanción es conocida desde los prime- y político fue una estrategia de cho-
ros tiempos de la humanidad, y pue- que aplicada por las clases dirigentes.
de decirse que en todas las culturas, Su carga simbólica y su ritual público
teniendo algunas variantes como por buscaron crear en el imaginario de los
ejemplo el tipo de delitos por los que sectores populares una connotación
se imponía, siendo el más común el de miedo y respeto a las autoridades y
delito de homicidio. Las formas de al poder político vigente. La intimida-
ejecución de la pena fueron muy va- ción a través de la ejecución pública
riadas de acuerdo a los usos y costum- estaba orientada a crear en los secto-
bres de los diferentes pueblos. Había res populares todo un sentimiento de
entre otras: la lapidación, la rueda, el sumisión ante las clases dominantes.
garrote y la hoguera.64 Igualmente ante los sectores políticos
disidentes la pena de muerte tenía un
La justificación de su práctica es la efecto de disuasión, que hacía pensar
búsqueda de la disminución de la cri- dos veces cualquier acción política o
minalidad pero en Estados Unidos militar contra el régimen imperante,
una investigación demostró que los aunque su utilización generalizada en
estados que aplican la pena de muer- los momentos críticos de la República
te, en su conjunto, no tienen una me- muestra su inutilidad en ese sentido.
nor incidencia de homicidio criminal
que los estados que no la aplican. En En Latinoamérica, la pena de muerte
Nueva York por ejemplo, entre 1907 comienza a desaparecer a mediados
y 1964 se llevaron a cabo 692 ejecu- del siglo XIX, al punto de que ya hoy
ciones. En promedio, en este periodo solo dos países la mantienen y muy
de 57 años, una o más ejecuciones en poco la aplican: Guatemala y Cuba.
un mes añadieron un incremento neto En nuestro país, la pena de muerte fue
de 2 homicidios con respecto al mes abolida por ley para todo delito en la
anterior.65 Constitución de 1863, fue restableci-
da por el régimen de la Regeneración
En Colombia se aplicó la pena capi- para luego ser abolida definitivamente
tal durante trescientos años de vida en la reforma constitucional de 1910.
colonial y durante cien años de vida Nuestra Constitución Política de 1991
republicana. Con excepción de los con relación a este tema textualmente
años del periodo radical, en nuestro establece:
país la práctica patibularia fue una
constante y su implementación como Artículo 11. Derecho a la vida. El
mecanismo extremo de control social derecho a la vida es inviolable. No
habrá pena de muerte.66
64. Koestler, Arthur y Camus, Albert (1960). La
pena de muerte. Buenos Aires: Editorial Emecé.
65. Amnistía Internacional. Datos y cifras sobre la
pena de muerte, 2007, Londres, abril de 2007, www. 66. Constitución Política de Colombia. Bogotá: Edi-
amnesty.org torial Nueva. 2007.

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De este precepto constitucional se idea de justicia con las de igualdad y


desprende que el derecho a la vida en universalidad, y ya estamos a un paso
Colombia comprende básicamente la de la formulación de la existencia de
prohibición absoluta dirigida al Esta- derechos naturales. El argumento de
do y a los particulares de disponer de que la disuasión, más que la retribu-
la vida humana y, por consiguiente, ción, es la principal justificación del
supone para estos el deber positivo de castigo es un hito en la teoría de la
asegurar que el respeto a la vida física elección racional y se debe a Cesare
sea el presupuesto constitutivo esen- Beccaria quien se convierte en el pri-
cial de la comunidad. Esta faceta de mer filósofo y jurista que condena en
la vida, bajo la forma de derecho fun- forma taxativa tanto la tortura como
damental, corresponde a un derecho la pena de muerte, quien planteó que
fundamental cuya aplicación no se lo que más disuade a los ciudadanos
supedita a la interposición de la ley.67  de violar la ley no es la exagerada gra-
vedad de la pena, sino la inexorabili-
dad de la justicia.69 La modernización
Igualmente a nivel constitucional la
del derecho penal conlleva una nue-
vida es el primero de los derechos de
va forma de ver la teoría de los bienes
la persona humana; además es un va-
jurídicos tutelados y de entenderlos
lor constitucional de carácter superior
bajo la doctrina de los pensadores del
y su respeto y garantía aparece consa-
derecho moderno, pero pesaron más
grado como un principio del ordena- los intereses políticos y la conserva-
miento jurídico político. Asegurar la ción de los privilegios del poder, que
vida, no es solo el derecho subjetivo hicieron que los grupos poderosos se
que se tiene sobre la vida, sino la obli- olvidaran de la doctrina moderna del
gación de los otros a respetar el de- derecho penal y conservaran insti-
recho a seguir viviendo. Por eso una tuciones tan debatidas y criticadas
de esas metas del Estado, y quizás la como la pena de muerte para proteger
primera, es garantizar la vida, como y salvaguardar sus intereses. Para el
derecho irrenunciable, que está por caso colombiano vemos una reiterada
fuera del comercio aunque en deter- utilización de la práctica patibularia
minados casos obliga reparar el daño contra el contradictor político y una
que se le ocasione, pero, la finalidad aplicación sistemática en momentos
de toda sociedad es mantener la vida de crisis de los regímenes políticos y
en su plenitud.68 fueron razones políticas las que origi-
naron su permanencia e implementa-
El siglo XVIII presencia el ascenso de ción como fueron igualmente razo-
los conceptos de Estado, Nación y de nes políticas las que propiciaron su
Ciudadanía, lo que lleva a asociar la desaparición.

67. Sentencia Unificada (SU-111 de 1997). 69. Beccaria, Cesare (2009). De los delitos y las pe-
68. Sentencia T-232 de 1996. nas. Buenos Aires: Editorial Heliasta.

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En conclusión, aunque a primera vista más amplia sobre esta temática que
pudiera parecer lo contrario, no fue- nos permita desarrollar una historio-
ron razones humanas, ni caritativas, grafía en Colombia sobre la historia
ni jurídicas, ni religiosas, ni filosófi- de la pena de muerte más ambiciosa
cas las que dieron lugar a la abolición y completa.
de la pena de muerte en Colombia.
Para el caso colombiano es necesario Bibliografía
resaltar que la pena capital se comen-
zó a abolir simplemente por razones Aguilera Peña, Mario. “Condenados a
políticas y porque en el momento en la pena de muerte”. En: Revista Cre-
que se prohibió el país vivía una nue- dencial Historia. Edición 16 de abril
va coyuntura histórica y política, don- de 1991. Biblioteca Virtual Banco de
de este mecanismo extremo de con- la República, Publicado en la red en
trol social quedaba fuera de contexto. mayo 16 de 2005.
La pena de muerte que se utilizó en
su momento por los regeneradores Aguilera, Mario. “La administración
como instrumento para acabar con el de justicia en el siglo XIX”. Revista
enemigo político ya no tenía razón de Credencial Historia. Edición 136,
ser y en ese sentido hubo un consen- abril 2001. pp. 9-16.
so por parte de las élites gobernantes
con relación a su abolición. Más tarde Aguilera Peña, Mario. “Las penas”.
aparecerían las razones humanas y los Revista Credencial Historia. Bogotá-
sentimientos cristianos. Colombia. Edición 148. 2002. pp.
8-12.
Por último queremos agregar que se
hace necesario ampliar la esfera de Aguilera Peña, Mario y Vega Cantor,
sentido historiográfica, con relación a Renán (1998). Ideal democrático y
este tema, e indagar por la historia de revolución popular. Bogotá: Cerec.
las prácticas patibularias en América
Latina70 y en otras partes del mundo Arancibia Floody, Claudia y Cornejo
occidental,71 para tener una visión Cancino, José Tomás (2009). Pena de
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la Norteamérica colonial, los delincuentes fueron de 1780, fue considerado por muchos como una re-
ahorcados ante grandes multitudes en los rituales liquia feudal incompatible con el progreso humano,
elaborados que incluyen sermones y oraciones. To- resultando reformas penales que redujeron significa-
dos los delitos graves: el robo, el incendio, la falsi- tivamente el uso de la pena capital.

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