Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Introducción
Hemos visto en el tema anterior la forma habitual que tienen los haces láser y lo
relacionada que está con el tipo de cavidad en el que se generan. El tamaño, la
divergencia, el número de modos, etc. son parámetros muy importantes a la hora de
utilizar el láser en aplicaciones concretas, pues de ellos dependerá finalmente la calidad
del resultado. También en el anterior tema vimos cómo se propaga un haz gaussiano a
través de una lente delgada, que es el elemento básico de control espacial. En este tema
profundizaremos en cómo se propaga el haz a través de distintos elementos y cómo
podemos controlarlo de la mejor forma posible para nuestros propósitos.
Un haz láser real no será nunca un haz gaussiano puro y ello debido a múltiples
factores como son la existencia de varios modos en la cavidad, las pérdidas por
difracción, efectos del medio activo, etc. Cuanto más parecido a un haz gaussiano sea
uno real, mejores serán sus características en la propagación a través de un sistema
óptico. Para cuantificar esa semejanza se define el parámetro M2 como el cociente entre
la divergencia de un haz real y de uno gaussiano que tengan el mismo tamaño e idéntica
posición de la cintura. Este parámetro será igual a la unidad en haces gaussianos puros y
mayor que uno en otro tipo de haces. Cuanto mayor sea, peor será la calidad del haz en
cuestión pues su divergencia será muy alta.
Para medir el valor de M2 se determina en primer lugar la posición de la cintura
y su tamaño. A continuación se mide el diámetro del haz en diferentes puntos para
calcular la divergencia.
En el tema anterior vimos que un haz gaussiano tras pasar por una lente de
distancia focal f’ situada en la posición de la cintura (que es la óptima, pues ahí el frente
de ondas es plano) se enfoca a un radio mínimo de tamaño aproximado w0 ' ≈ λ f ' π w0
de la lente y f #
= f ' D la llamada apertura relativa o número f. Por tanto, aun en el
caso de que el tamaño de la cintura sea teóricamente muy pequeño, no podremos bajar
nunca del límite de difracción. Como no se puede trabajar con lentes de número f mucho
menores que uno, el radio al que puede estar enfocado un haz no será menor que la
longitud de onda.
2 APf ' 2 dn
∆f ' = −
π KD L2 dT
Expansores de haz
f '2 d 2
=
f '1 d1
Otro tipo de expansor sigue el esquema del telescopio de Galileo, con una lente
divergente y otra convergente. Tiene la ventaja de que no focaliza el haz, evitando
problemas en láseres muy intensos.
Filtros espaciales
Una forma de mejorar la calidad de los haces es filtrarlos. Un haz real en lugar
de tener un perfil suave de intensidad tendrá uno irregular, debido a reflexiones en las
paredes del medio activo, difracción en los elementos que atraviesa o en pequeños
obstáculos como motas de polvo, arañazos, etc. En muchas aplicaciones (holografía, por
ejemplo) hay que limpiar todo ese ruido para tener buenos resultados. Esto puede
conseguirse con un filtro espacial, que no es más que un sistema telescópico en cuyo
foco central colocamos una pequeña abertura o pinhole. Como el ruido no entrará
alineado con el eje óptico se concentrará no en el punto focal sino en zonas periféricas
de ese plano, por lo que no atravesará el pinhole y a la salida el haz será más limpio.
Sistemas compuestos
Espejos
Elementos difractivos
Otra alternativa a espejos y lentes son los elementos ópticos difractivos, hechos
de redes de distinta geometría que permiten dirigir el haz a voluntad según su diseño. El
uso de estos elementos puede reducir peso y tamaño y mejorar el rendimiento
(reduciendo por ejemplo las aberraciones) en determinados casos y cada vez se usan
más.
Sistemas de barrido
Muchas veces se utilizan fibras ópticas para llevar el haz láser a puntos de difícil
acceso directo. Las fibras deben soportar irradiancias muy altas puesto que su diámetro
va desde unas pocas micras a algún milímetro, concentrando en esa superficie toda la
energía del láser. Los materiales de los que están hechas son muy transparentes y por
eso pueden soportar intensidades de varios kilovatios en la zona del visible y el
infrarrojo cercano, por eso se utilizan en sistemas con láseres de Nd:YAG, diodo, etc., y
mucho menos con láseres de CO2. La mayoría de las fibras utilizadas son de sílice muy
( )
inferior al máximo α = arcsen n0−1 n12 − n22 y un diámetro inferior al del núcleo de la
fibra pues en otro caso habrá pérdidas. El parámetro que suele utilizarse es la abertura
numérica, A.N . = n0 sen α , que en aire toma valores entre 0.17 y 0.25 en fibras de sílice,
es decir, ángulos de entrada de hasta 28º. Para un buen acoplamiento se usan sistemas
telescópicos y se prepara muy bien la cara de entrada de la fibra, pues su calidad es
crítica.
Hemos repetido varias veces que la calidad de un haz monomodo es mejor que
la de otro compuesto de varios modos transversales. Es importante entonces poder
actuar sobre un haz dado para hacerlo lo más monomodo posible.
Puesto que los modos de orden alto tienen radios mayores que los de orden bajo, la
técnica más sencilla de selección de modos transversales consiste en colocar una
abertura circular dentro del resonador de forma que las pérdidas por difracción para los
modos altos sean mayores que la ganancia que les aporta el medio. De esta forma es