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LA GESTACIÓN DEFINE LO QUE SOMOS

Dr. NICOLÁS ENRRIQUE ROMERO MURILLO, MD

Históricamente ha existido desigualdad en la distribución de los ingresos


económicos que llevan a unas diferencias importantes en la calidad de vida de las
personas, lo que incluso ha dividido a las regiones en subgrupos de países
desarrollados que cuentan con gran tecnología, industrialización y que ofrecen
ingresos per cápita altos. Así mismo, sus habitantes tienen acceso a servicios
públicos como educación y salud de alta calidad, mientras que otros países
considerados subdesarrollados o en vía de desarrollo, adolecen del cubrimiento en
ocasiones de las necesidades más básicas.

El momento histórico que atraviesa el planeta, en el que aparecieron cambios


medioambientales, con épocas de sequías extremas y otras de inundaciones,
conllevan a falta de seguridad alimentaria, obliga a realizar ajustes por parte de los
gobiernos, y es obvio que los países pobres tienen menos capacidad de responder
de forma adecuada a estas contingencias, en comparación con los países
desarrollados, lo que incrementa aun más, la brecha de la desigualdad.

A pesar de que se han realizado inmensos esfuerzos por mejorar las condiciones
de vida de las personas en estos países, no se visualiza una ruta de acción que
pueda transformar y homogenizar la sociedad en términos de equidad. Ha sido un
objetivo de los dirigentes políticos y de organizaciones internacionales, aumentar el
ingreso económico de las personas y mejorar su acceso a la educación entre otras
metas, pero estas no se cumplen. En el caso particular colombiano, mediante la
constitución de 1991; se proclamaron derechos fundamentales en salud, educación,
vivienda digna y empleo, intentando mitigar las malas condiciones de una gran parte
de la población, sin embargo, el no disponer de suficientes recursos para invertir en
estos programas, establece un reto para la utilización eficiente de los mismos, lo
que en muchas ocasiones no se logra por carecer de adecuadas estrategias, que
permitan que en realidad se transformen las condiciones de las personas de estas
regiones, lo que ha impedido obtener los resultados esperados.

Entonces surge la pregunta ¿qué se debe hacer para producir un cambio que sea
real, sostenible en el tiempo, y que asegure el desarrollo humano en las regiones
que hoy se encuentran en condiciones desfavorables?

La respuesta la puede tener el premio nobel de economía del año 2000 James
Heckman, que en uno de sus trabajos logra demostrar, que la inversión a más
temprana edad, tiene tasas de retorno económico mucho mayor que cualquier otra
inversión social.

Otra conclusión interesante de los estudios de Heckman, es que la intervención en


primera infancia es la que mayor impacto tienen sobre el desarrollo cognitivo de
los niños y niñas, mientras que las intervenciones durante la adolescencia pueden
tener mayores efectos en habilidades de tipo no cognitivo como en la personalidad,
estado de salud y autoestima.

Por otro lado, las conclusiones científicas, establecen como el principal patrimonio
humano en el desarrollo social a la salud y la inteligencia, superando a la riqueza
o incluso el grado educativo, sin los cuales, no es posible romper con el círculo
vicioso de la pobreza y el atraso. Una publicación que presenta una revisión
sistemática de los antecedentes que vinculan la pobreza con el desarrollo cerebral,
muestra el papel decisivo del entorno social en el desarrollo cognitivo y estructural
cerebral de los niños (Johnson et al 2016).

Entonces, ¿cómo lograr una primera infancia saludable e inteligente?

Los estudios de David Barker en los años 80s(3) en los cuales identificó una zona
geográfica específica en el Reino Unido (Hertfordshire Engl. 1911 a 1930) en los
que se presentaba un número importante de defunciones por enfermedad coronaria,
y al revisar los datos de los nacimientos de esas generaciones afectadas en los
libros de registro de las atenciones de los partos, pudo establecer una correlación
directa entre el bajo peso al nacer y la aparición de enfermedad coronaria en
personas en etapa adulta temprana.

Estos hallazgos le permitieron plantear una teoría en la que los fetos podían
programarse en el útero para presentar un mayor riesgo cardiovascular en la edad
adulta temprana, y posteriormente estableció el mecanismo por el que aparecen
estas condiciones, basado en los cambios histológicos vasculares que ocasionaban
la presentación de la enfermedad coronaria en las personas que en su nacimiento
se les detectó bajo peso. Concepto novedoso si se tiene en cuenta que siempre se
había pensado que el feto estaba protegido en un espacio herméticamente sellado
y no podía ser afectado por las condiciones medioambientales y culturales a los que
se exponía la madre.

Otro estudio realizado en la zona de Bristol Inglaterra, ALSPAC (Estudio longitudinal


Avon de Padres e Hijos) (7) también conocido como estudio de los niños de los años
90, donde se involucra a más de 14.000 madres embarazadas, a sus parejas y
niños, se convirtió en uno de los estudios líderes del mundo para la obtención de
datos, que permiten conocer las contribuciones ambientales y genéticas a la salud
y el desarrollo de las personas, ha revelado un importante hallazgo en relación a la
posibilidad de que los niños cuyas madres padecieron estrés como consecuencia
de eventos traumáticos experimentados durante la gestación, tenían una mayor
posibilidad de presentar alteraciones emocionales tales como: depresión,
esquizofrenia, déficit de atención que afectan el rendimiento escolar y más tarde el
laboral impactando en la economía familiar y en la social.

Estos estudios muestran que existen factores preponderantes durante la gestación


que pueden influir de forma negativa en el desarrollo cognitivo, emocional y en la
salud de las personas a temprana edad y en su etapa adulta. Dos de ellos son el
estrés y la malnutrición de la gestante que puede afectar el peso del recién nacido
y han demostrado que su presencia antenatal marcan al bebé, para determinar qué
condiciones patológicas pueden aparecer posteriormente en la vida.

El estrés materno de acuerdo al artículo publicado por el Dr. Rodrigo Aguirre y col
(estrés prenatal y sus efectos, fundamentos de la intervención temprana en
neuroprotección infantil) y sustentado en diversos estudios establecen una relación
directa estos factores y la dificultad de aprendizaje de los niños.

Existen diferentes fuentes generadoras de estrés para la madre. Algunas de ellas


están relacionadas con la convivencia con el cónyuge, el entorno laboral, el
abandono, limitación económica entre otras, pero probablemente la más importante
tiene que ver con su núcleo familiar; en especial con la pareja como generadora de
maltrato, motivadas por condiciones culturales, alcoholismo y machismo.

Este enunciado “la gestación define lo que somos” tiene un sólido respaldo científico
a la luz de la evidencia actual, el entendimiento reciente de que la expresión
genética se puede modificar en el útero, como consecuencia de la influencia de las
condiciones que rodean al embrión o al feto en su ambiente inmediato dentro de la
madre, o como resultado de la exposición de ella a situaciones estresantes, malos
hábitos alimenticios entre otros, de tal manera, que lo que ocurra a la madre en esta
etapa de la vida embrionaria y fetal, va a definir la expresión de los genes en el
futuro, determinando si hay o no predisposición a enfermedades cardiovasculares y
/o mentales o por el contrario será una persona sana e inteligente.

El termino Epigenética se comenzó a utilizar por Waddington en 1939, (1) quien la


definió como “el estudio de todos los eventos que llevan al desenvolvimiento del
programa genético del desarrollo” o el complejo “proceso de desarrollo que media
entre genotipo y fenotipo”(2). En términos sencillos esto describe que el gen, como
unidad fundamental de la herencia, puede expresarse de diferente forma sin que se
altere su estructura, dependiendo de la influencia de factores externos
medioambientales. Los individuos pueden tener una carga genética normal y
expresar una anormalidad. Incluso, dicha condición puede heredarse hasta por dos
generaciones.

Algunos ejemplos de cómo se evidencia todo este concepto en situaciones reales,


se encuentran consignados en diferentes estudios epidemiológicos longitudinales
que muestran una clara asociación entre la condición nutricional anormal materna
durante la gestación y las alteraciones en el crecimiento fetal, del tipo restricción del
crecimiento dentro del útero (RCIU) y en el largo plazo, con la aparición de
enfermedades metabólicas como diabetes y obesidad o cardiovasculares, como
enfermedad coronaria e hipertensión arterial.(3) También existe evidencia de la
existencia de cambios bioquímicos tales como, la metilación del ADN y de
modificaciones de unas proteínas denominadas histonas, que pueden explicar la
presentación de estas enfermedades.(4,5,6)

Esta evidencia nos ha permitido comprender porque, algunos fetos genéticamente


sanos en etapas posteriores de su ciclo vital, pueden presentar enfermedades no
transmisibles, como hipertensión, obesidad, diabetes, esquizofrenia, alteraciones
de la conducta, labilidad emocional entre otras.

En Boyacá, de los niños que se encuentran en el grupo menor de 6 años (primera


infancia), alrededor del 66% han estado expuestos durante la gestación o en etapas
tempranas de su vida, por lo menos a una de las noxas que se consideran
generadoras de alteración cognitiva, lo que supone un riesgo para presentar algún
grado de compromiso, que conlleve a déficit en el aprendizaje, al fracaso escolar y
posteriormente al fracaso laboral con la consecuente perpetuación de la pobreza.

Si comprendemos que la mejor herencia que se puede ofrecer a las generaciones


futuras es la inteligencia y la salud y tenemos el conocimiento de que los
mecanismos por los cuales los fetos se pueden afectar desde el útero, y que estos
están relacionados con el medioambiente materno; es lógico concluir que
protegiendo a los embriones mediante un enfoque de salud preventiva, en el que se
encaminen los esfuerzos a disminuir aspectos negativos como el estrés y la mal
nutrición materna, con políticas claras de protección y de una adecuada
alimentación, podemos darle la oportunidad a nuestra futuras generaciones de tener
las condiciones y herramientas para que logren transformar la sociedad en el
mediano plazo en una de primer mundo.

Estos hallazgos no solo deberían acercar a los científicos, actores de diferentes


sectores de la salud y a las personas de otros segmentos de la sociedad, sino que
además los datos que ofrece la ciencia hoy, le podrían permitir a los dirigentes
políticos y a funcionarios de los estamentos de una comunidad, la elaboración de
estrategias claras que al ser ejecutadas realmente muestren impacto positivo en la
disminución de la enfermedades que en este momento son una importante carga,
en detrimento de los recursos disponibles y se pueda demostrar una mejora de las
condiciones económicas y de salud de la población.

En resumen, podemos establecer que, protegiendo al bebé dentro del útero, con
acciones dirigidas a la madre y mejorando las condiciones de su entorno, tendremos
una opción de que los niños, manifiesten un potencial de desarrollo cognitivo y de
salud adecuados, con mayores posibilidades de éxito escolar y al crecer una
superior adaptación laboral, lo que contribuirá a mejorar las condiciones de su
núcleo familiar y social. Esta secuencia garantizaría la ruptura del circulo vicioso de
pobreza y retraso que sume a gran parte de nuestra población boyacense.

1. Rev Med Chile 2010; 138: 366-372 Aportes de la epigenética en la


comprensión del desarrollo del ser humano - P. Bedregal et al.
2. Waddington H. Development as an epigenetic process En: An introduction
to modern genetics. Allen and Unwin: London, 1939.
3. Barker D. In utero programming of chronic disease. Clin Sci 1998; 95: 115-
28.
4. Drake AJ, Walker BR. The intergenerational effects of fetal programming:
Non-genomic mechanisms for the inheritance of low birth weight and
cardiovascular risk. J Endocrinol 2004; 180: 1-16.
5. 1. Golding J, Pembrey M, Jones R. ALSPAC: el estudio longitudinal de
padres e hijos de Avon. I. Metodología de estudio. Paediatr Perinat
Epidemiol. 2001; 15 : 74–87
6. Meaney MJ, Szyf M, Seckl JR. Epigenetic mechanisms of perinatal
programming of hypothalamic-pituitaryadrenal function and health. Trends
Mol Med 2007; 13: 269-77
7. Teicher MH, Andersen SL, Polcari A, Anderson CM, Navalta CP.
Developmental neurobiology of childhood stress and trauma. Psychiatric
Clinics of North America 2002; 25: 397-426.

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