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1[1]
Bourdieu, P.“Espacio social y espacio simbólico”, en Capital cultural, escuela y espacio social, S. XXI,
México, 1997.
Tenemos entonces, una conceptualización de espacio social como una trama
intensa y dinámica, de relaciones de fuerzas de un campo de batalla donde se delimitan
posiciones sobre la base de diferencias en la “distribución de las formas de poder
eficientes” 2[2] que están presentes en el espacio en un momento dado.
El espacio social así constituido como red de posiciones y relaciones entre esas
posiciones puede ser estudiado de dos maneras complementarias:
Por medio de las posiciones objetivas y las relaciones entre esas posiciones
producidas en torno a la apropiación y monopolio de ciertos bienes fundamentales
(estudio de los capitales y campos) 3[3].
Por medio de las representaciones y distinciones con que las personas organizan sus
prácticas, optan por nuevas posesiones e interpretan las elecciones que otras personas
realizan. Este es el espacio simbólico cuya condición de posibilidad, está dado por el
espacio de posiciones objetivas, pero sobre el cual se actúa precisamente, a través de las
prácticas que orienta.
Los principios de diferenciación objetiva en el espacio social con los que Bourdieu
propone estudiar las posiciones objetivas que ocupan las personas, son “distintas
especies de capital”4[4]o “poderes eficientes” que dan lugar al espacio social y que, al
tiempo que permiten distanciar a las personas por la posesión de determinados bienes
sociales, permite a la vez agrupar en torno a la similitud de esas posesiones-propiedades
a las mismas personas en determinados “polos” o “clases de condiciones de existencia
social”.
Cada clase se configura en relación a las demás, en lucha frente a las demás y
cada transformación de la condición de una clase es sólo un momento de la
transformación en la condición de las otras clases, y por tanto, de sus luchas. Las luchas
de clases son por ello, el momento fundante de la construcción de las clases, por lo que
2[2]
Bourdieu, P. Razones prácticas, Anagrama, Barcelona, 1997, pág.42.
3[3]
Bourdieu, P. La distinción, Cap. “Economía de las prácticas”, Taurus, España, 1999.
4[4]
Bourdieu, P. El sentido práctico, Taurus, España, 1991, Libro 1.
cualquier persona o grupo social al interior del espacio, de manera objetiva habrá de
ubicarse por sus propias propiedades portadas en función de las propiedades eficientes
del espacio en una posición de diferenciación con una fuerza y en unas luchas de
posiciones, de enclasamientos, que están definidos de manera objetiva con
independencia del criterio o deseo que al respecto pudiera tener el grupo o la persona. Se
trata sin duda de un auténtico efecto de campo que se “impone a los agentes que se han
adentrado en él”.
En conjunto, tres son los niveles conceptuales con los cuales Bourdieu arma la
categoría de clase social en las sociedades modernas y con los cuales logra articular la
dimensión objetiva, incluido su devenir histórico, con la dimensión mental, simbólica,
práctica, corporal, cultural. Estos tres niveles de la realidad son:
Bourdieu habla del capital6[6]como una "relación social" que asigna eficacia
competitiva a determinados factores en el espacio social, son todos aquellos bienes
sociales, materiales e inmateriales, que siendo escasos y susceptibles de acumulación
5[5]
“El campo es un sistema magnético, un sistema estructurado de fuerzas objetivas, una configuración
relacional dotada de una gravedad específica capaz de imponerse a todos los objetos y agentes que penetran
en ella.”, P. Bourdieu, Respuestas para una antropología reflexiva, Grijalbo, 1995.
6[6]
Para Bourdieu, capital, no es el trabajo abstracto (valor) que se autovaloriza, como propone Marx, sino un
bien social cuya propiedad puede otorgar algún tipo de beneficio en el sentido más general del término.
dan lugar a una economía particular de producción, circulación y consumo, de
conservación, conquista, de valoración y desvalorización, etc.
En estado objetivado, como los libros, cuadros, máquinas, y otros medios culturales
objetivos en los que ha quedado cristalizado un trabajo cultural previo y que poseen un
poder negociable en el mercado cultural.
Hay tantas illusios o comprensiones del sentido del “juego social” como campos
existen, a la vez que internamente este interés específico varia en cada campo según la
posición que se ocupe en él.
Hay por tanto según Bourdieu una razón, un sentido, un “interés” en todas las
acciones humanas incluidas aquellas en que se presenta el “interés por el desinterés”.
Una forma particular del “interés”, es el beneficio estrictamente económico; pero otros
campos generan otro tipo de interés en el que más bien la búsqueda de beneficios
económicos está desaconsejado y la “acumulación”, la ganancia se la obtiene por la
capacidad de “dar”, de ser generosos, desinteresados sin necesidad de que ello haya sido
calculado o conscientemente producido.
El interés por el desinterés por lo general puede ser vivido como un hecho de
gratuidad satisfactoria, de generosidad espontánea, prerreflexivo; eso no quita sin
embargo la concordancia de una serie de actos sociales en un campo social donde la
gratuidad es recompensada simbólicamente, dando lugar a la distribución de clases de
honor, respetabilidad, prestigio, autoridad y otras formas de poder simbólico.
Para Bourdieu, “la mayor parte de las acciones de los sujetos son económicas
objetivamente, sin ser económicas subjetivamente, sin ser el resultado de un cálculo
económico racional”. Se trata ciertamente de una reinterpretación de la dialéctica histórica
de los fines y de la ampliación de una interpretación materialista de las prácticas sociales
en torno al concepto de “economía de los bienes simbólicos” en la que la ganancia
económica queda en suspenso o reprimida pero en tanto otros beneficios simbólicos
emergen como recompensa de la actitud antieconómica (generosa), y más aún si ella es
desplegada al margen de cualquier cálculo consciente o deliberado. La economía de los
intercambios domésticos, el campo artístico, literario, científico, son lugares que pueden
ser estudiados a partir de las reglas de una economía de bienes simbólicos.
7[7]
Habitus es la traducción latina que Aquino y Boecio dan al concepto aristotélico de hexis Héxis es un
concepto fundamental de la ética aristotélica y fue traducido de diversas maneras: 'modo de ser', 'hábito',
'tenencia', 'disposición permanente'. La variación semántica no es caprichosa; en efecto, el verbo écho
significa tanto 'tener' y 'poseer', como 'ser de un cierto modo', 'hallarse' o 'estar', en cuyo caso va acompañado
de un adverbio. Bourdieu refiere el 'estar dispuesto' o 'ser de un modo' propio del habitus en tanto "estructura
estructurante" a las diversas posiciones de sujeto del agente en cuestión.
tienen de si mismos en el. En el porte, los gestos, la manera de presentar y trabajar el
cuerpo, definen una “fisonomía social del cuerpo”, en los que están depositadas las
disposiciones más básicas y vitales del habitus pues en esa hexis corporal las personas
expresan el aprendizaje de su lugar en el mundo y su manera objetiva de ser en el
mundo. En la cara, los brazos y las piernas están depositados los imperativos y valores
sociales aprendidos en el pasado y que ahora están hechos cuerpo ; por lo que con la
hexis corporal, el habitus se expresa como el más amplio “conocimiento por cuerpos”.
El estudio del habitus tiene por tanto una doble importancia para el estudio de las
clases. En primer lugar, permite entender la distribución del poder de generación de
representaciones, de disposiciones, de apreciaciones y valoraciones con el que las
personas emprenden acciones prácticas para conservar o modificar el orden social
objetivo del mundo que los ha producido a ellos.
Las propiedades de las personas, de sus acciones, mediante las cuales afirman y
despliegan su posición de clase en el espacio de las condiciones de existencia, son
entonces, también, signos, discursos, lenguajes que expresan en el terreno de lo
simbólico las posiciones, las diferencias de clase y las luchas simbólicas que en este
espacio simbólico se despliegan por el control y el monopolio del poder simbólico que está
en juego.
El habitus aparece
como un «sistema
socialmente constituido de
disposiciones
estructuradas y
estructurantes que es
adquirido en la práctica y
constantemente orientado
hacia las funciones prácticas»8[8] . El habitus es, por lo tanto, el conjunto de los esquemas
de percepción, de apreciación y de acción inculcados por el medio social en un momento
y en un lugar determinado; es decir, es un conjunto de disposiciones socialmente
adquiridas mediante el aprendizaje. En las siguientes fotos podemos observar lo
anteriormente citado y además podemos hacer referencia a los cambios en la vestimenta
según la época y las prácticas.
8[8]
P. Bourdieu, Réponses, Op. Cit. p.97
Las fotografías muestran entre otras cosas como se visten los jóvenes de la ciudad
de Dolores para ir a bailar, los jóvenes en las dos fotografías tienen edades que oscilan
entre los 15 y 25 años. En la fotografía de la izquierda es de 1991, un gran grupo tanto de
chicas como de chicos con características similares tanto en la vestimenta como en la
imagen. La fotografía de la derecha es de este año (2001), las jóvenes tienen entre 17 y
20 años. Se notan diferencias en la presentación ante el público entre las fotografías, hay
cambios y permanencias. Las texturas de las prendas son diferentes, el vinílico, los
colores brillantes, las transparencias, y la texturas de las telas al tacto han cambiado. En
la fotografía del 2001 el cuerpo luce mas esbelto y delgado, los modelos al vestir son más
estilizados y pegados al cuerpo, los cabellos son mayoritariamente lacios, previa visita a
la peluquería. En la foto de 1991 las chicas se hacen bucles y rulos en su cabello sin duda
es “el boom de la permanente”, que menciona una peluquera entrevistada mas adelante.
Esto es muy importante tomar en cuenta por cuanto hay una propensión de cierta
etnohistoria a asignar como peculiaridad andina la formación de identidades sociales
emblemáticas expresadas a través, por ejemplo de la ropa o el idioma. En realidad, toda
identidad social es emblemática; todo grupo o clase de condiciones de existencia afirma
sus condiciones de vida diferentes a las otras clases de condiciones de existencia
mediante sus gustos, sus elecciones estéticas, que vinculan sus posibilidades objetivas
con sus necesidades y deseos habilitados por su posición en el espacio social. En los
Andes como en Francia, en Australia como aquí en Uruguay, el espacio de los estilos de
vida manifiestos en los alimentos, la vestimenta, las celebraciones de casamiento, los
ritos mortuorios, las formas del cuerpo, etc., son momentos de distinción, de
diferenciación social mediante los cuales, cada segmento afirma su ser difiriendo de las
otras formas de ser y las otras maneras de ser validan su diferenciación exhibiendo
simultáneamente su distinta manera de gustar y elegir.
Pero a la vez, este gusto que dirige las elecciones en los estilos de vida y que
expresa hasta que punto la clase se ha hecho cuerpo y cosa, permite percibir los cuerpos
y cosas de otras clases de estilos de vida que no son los propios. Se trata ciertamente de
una lectura de la posición social y las cualidades objetivas a través de las cosas en que se
expresa esa posición social.
La objetivación en las cosas de las relaciones sociales9[9] entre las personas como
si se tratara de relaciones sociales entre las cosas estudiada como fetichismo social por
Marx y hasta cierto punto por Baudrillard, toma aquí una presencia plena en la medida en
que las personas y las clases de personas se diferencian y buscan diferenciarse de otras
clases, especialmente si la estructura patrimonial de su capital es menor, a través de las
cosas, al tiempo que las otras clases la distinguen en su posición social a través de las
mismas cosas optadas.
9[9]
Como Durkheim: las prácticas sociales no se explican recurriendo a la conciencia de los actores: suponen
un sistema de relaciones que escapa a su aprehensión.
una fuerza de existencia completa mientras no sea reconocida y por tanto acatada,
percibida como legítima.
EL CULTO AL CUERPO
Entendida como consumo cultural, la práctica del 'culto al cuerpo' se coloca hoy
como preocupación general, que atraviesa todos los sectores, clases sociales y períodos
etarios, apoyada en un discurso que ahora hecha mano de la cuestión estética, ahora
muestra preocupación por la salud. Con todo, en cuanto preocupación general el culto al
cuerpo está presente en todos los segmentos sociales, la forma como este se establece
en el interior de cada grupo es diversificada. La elección de la modalidad deportiva, de
gimnástica, de danza y del gimnasio en que se practicará, esta asociada, probablemente,
a las demás esferas de la vida y a las demás elecciones realizadas en el mercado de
bienes.
"El cuerpo es la más irrebatible objetivación del gusto de clase, que se manifiesta de
diversas maneras. En primer lugar, en lo que en apariencia parece más natural, esto es,
en las dimensiones (volumen, estatura, peso) y en las formas (redondas o cuadradas,
rígidas y flexibles, rectas o curvas, etc...) de su conformación visible, pero que se expresa
de mil maneras toda una relación con el cuerpo, esto es, toda una manera de tratar al
cuerpo, de cuidarlo, de nutrirlo, de mantenerlo, que es reveladora de las disposiciones
más profundas del hábitus".10[10]
10[10]
BOURDIEU, P. La Distinción: criterios y bases sociales del gusto. p. 188.
de diversiones, el parque Medina, boliches, patinaje, paseos y carreras en bote,
natación, saltos ornamentales, masajes, saunas, la maratón de San Fernando,
recitales en la plaza del Vigía, eventos en general en las principales ciudades, toda la
semana.
En Punta del Este en verano todo los eventos giran en torno a la estética, a la
diversión, al show_off, a la prensa, todo se mediatiza, existe un relajamiento de la moral, y
son aceptadas las reglas de la moda tanto en el día como en la noche, los cuerpos se
pasean muy sueltos de ropa, fragancias muy sugestivas acompañan el glamour del
balneario. La práctica del culto al cuerpo está asociada a la idea de la modernidad: Por
detrás de todo eso, la filosofía es: ser joven, deportista, vestirse y saber danzar los ritmos
de moda y ser moderno, y además apreciar la estética en general.
11[11]
Los "Olimpianos" son definidos por Edgar Morin como los seres transformados en sobrehumanos por la
cultura de masas. Son los astros y estrellas de cine, los campeones deportivos, gobernantes, pintores y
escritores célebres. La prensa sería la responsable por "revestirlos de un carácter mitológico" y, por otro lado,
por buscar "bucear en sus vidas privadas a fin de extraer de ellas la substancia humana que permite la
identificación."
contracultura y al "hippismo" coadyuvaron a situar a la corporeidad como una dimensión
importante en el contexto contestatario que caracteriza a la época. El cuerpo es colocado
en escena por la contracultura como lugar de transgresión, de delirio y de "trance", a
través de experiencias con drogas y sexo.
Los años ochenta pueden ser entendidos como un momento importante para la
temática, en la medida en que en esa década la corporeidad se hizo notar como nunca
antes, en términos de visibilidad y espacio en el interior de la vida social, pues si en el
período anterior los cuidados del cuerpo se reconocían durante su exposición en los
veranos, a partir de la década de los ochenta las prácticas física pasan a ser más
regulares y cotidianas, manifestándose en la expansión de gimnasios por todos los
centros urbanos. Paralelamente a este proceso vemos el nacimiento de la llamada
"Generación Salud", a partir de los años ochenta, representativa de cierta postura frente a
la vida que, en cierta medida en oposición al modelo de comportamiento representativo de
la generación de sus padres, levantan la bandera anti-drogas, con especial énfasis en el
tabaquismo y el alcoholismo, junto a la defensa del medio ambiente, del naturalismo y del
llamado "sexo seguro" 12[12]que en algunos casos significa la revalorización de la virginidad
femenina, aunque no del casamiento, sino más bien de la certeza de que la primer
relación sexual puede significar un compromiso afectivo prolongado con la pareja.
En primer lugar, esa intensificación está ligada a la propia historia de la moda, que
puede ser entendida como las imágenes sociales del cuerpo, el espejo de una
determinada época y en ese sentido es interesante recordar que en el siglo XIX el
camisón de dormir sólo podía ser usado en la intimidad y cualquier referencia a él en
público, era motivo de vergüenza.
12[12]
Fenómeno también fuertemente relacionado con la aparición del SIDA
En una de las fotos vemos como se diferencian los trajes
de baño en el final del siglo XIX y el siglo XX. En otra, vemos
un grupo de jóvenes en 1948 disfrutando en las costas del río
Uruguay.
13[13]
higiene personal, cosméticos y perfumería
14[14]
Featherstone, 1993, p. 178
El cine de Hollywood ayudó a crear nuevos modelos de apariencia y exhibición
físicas, llevando a un público masivo la importancia del "looking good". Hollywood difundió
nuevos valores de la cultura de consumo y proyectó imágenes de estilos de vida
glamorosos hacia el mundo entero. Las estrellas de cine ayudaron a conformar un ideal
de perfección física, introduciendo nuevos tipos de maquillaje, cuidados del cabello,
técnicas para corregir imperfecciones.
Las historias giran alrededor del universo adolescente - juvenil, tratando temas
como la virginidad, la sexualidad, los pros y los contras en la decisión de casarse, las
relaciones entre pares, drogas, deportes,etc.
15[15]
Analizando el fenómeno bajo otra perspectiva, Edgar Morin trabaja la hipótesis de que el interés por la
vida privada de los astros y estrellas está relacionado con los mecanismos de proyección e identificación
accionado, capaces de introducir el imaginario del público receptor.
torsos, ombligos y colas perfectamente esculpidos, entre los vivos colores de bikinis y
mallas de baño.
Esta idea nos lleva a pensar que la imagen de la juventud, asociada al cuerpo
perfecto e ideal -que comprende las nociones de salud, vitalidad, dinamismo y, por sobre
todo, belleza- atraviesa contemporáneamente, los diferentes géneros, todas las fases
etarias y clases sociales, sobrepasando y componiendo, de manera diferenciada, diversos
estilos de vida.
Es curioso observar que esta época en la que el culto al cuerpo gana espacio
dentro de la vida social es, coincidentemente, cercano al señalado como el punto de
inflexión de las sociedades capitalistas occidentales, que pasaron a tener una nueva
conformación. Si la modernidad entra en una nueva etapa y avanza sobre espacios
diferenciados, lo mismo ocurre con el culto al cuerpo, o la relación de los individuos con
sus cuerpos, pues si el desarrollo técnico tuvo gran influencia sobre la vida social en esta
etapa contemporánea de la era moderna, lo mismo puede ser dicho en relación a la
corporeidad.
La técnica impactó en gran medida la relación de los individuos con sus cuerpos
en la sociedad contemporánea. La posibilidad de modelar o de diseñar su propio cuerpo
se sitúa como algo que favorece para cada uno estar lo más cercano posible a un modelo
de belleza que está establecido globalmente; finalmente las leyes del mercado de la moda
son internacionales.
Los entrevistados
El entrevistado Nº1
Hombre de 43 años, luce muy jovial, atlético, con 18 años de profesión.
Barrio “La Cuchilla” – Estilo Coiffeur – estilista.
El salón es amplio y funcional, tiene muy buena iluminación natural y artificial. Hay
2 cuadros abstractos muy grandes. Tiene plantas interiores, una jaula con tres cardenales
que cantan y música funcional. Los muebles son reciclados y patinados en tonos pastel.
También hay un muestrario de productos reconocidos químicos y naturales. Los sillones y
las sillas son de rattán, las butacas donde se sienta el cliente son modernas, y enfrente de
cada una de las dos hay un espejo. El entrevistado expresa que su comercio está lanzado
a un público amplio, a la Familia y al público masculino joven.
“... es un salón donde entra la familia, por ejemplo hoy vino un padre con
sus dos hijos y los 3 se cortaron el pelo...”
“...en San Carlos la gente es muy conservadora. Cuando realizo una tinta
violeta a un joven, el que espera lo observa demasiado y cuando sale, lo
miran con cara rara, por más que esté de onda ese color y el chico lo
sepa llevar...”
Los niños y los hombres en su mayoría sólo se cortan el cabello. El corte en las
mujeres es muy variado. Generalmente son cortos y melenas. Con respecto a los cortes
en los hombres, el corte hongo en los niños y algunos jóvenes es el más aceptado junto
con la media americana. En adultos los cortes son clásicos y en los adolescentes
desmechados.
“...yo corto sin patrón, doy forma, sólo cuando utilizo la máquina tengo
patrones a seguir”.
Los colores que más se aplican son el caoba, los cobrizos, tonos ciruelas, rojos y
pocos rubios. Hace muchos claritos y agrega:
“...hay que jugar con los colores. El caoba tiene vida, es difícil que quede
mal. El rubio se usa. Ya no es tan frecuente, se hace una base rubia y se
le hacen mechas rojizas. Bajo ningún concepto aplico tintas negras. El
negro endurece las facciones y no queda bien ni en natural. En cambio
los demás colores tienen vida. Hay que jugar con los colores”.
El estilista agrega:
Los precios
“...hace tres años que los precios están iguales. No hay que lucrar tanto.
Relativamente trabajo bien durante todo el año y en verano el trabajo
aumenta un poco”.
Corte $ 90
Tinta en cabellos cortos $ 160
Tinta en cabellos largos $ 190
Claritos $ 280
Reflejos $ 280
Brushing $ 90
El entrevistado Nº 2:
Los precios
Corte $ 55
Tinta en cabellos cortos $ 130
Tinta en cabellos largos $ 160
Claritos en cabellos cortos $ 200
Claritos en cabellos largos $ 300
Laciado en cabellos cortos $ 200
Laciado en cabellos largos $ 280
BIBLIOGRAFÍA
Aportes del seminario: D e Reagan a Clinton – La política Exterior de USA por el Prof.
Fernando López Alvez.
BOURDIEU, P. La distinción, Cap. “Economía de las prácticas”,y ”El habitus y los estilos
de vida”, Taurus, España, 1999
GUTIERREZ, Alicia B. Los fundamentos de las Ciencias del Hombre, “Pierre Bourdieu: las
prácticas sociales”, Centro Editor de América Latina. Buenos Aires. 1994