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Presentación
El sicariato: ¿Un homicidio calificado? ....................................................................................... 7-9
Fernando Carrión M.
Editorial
Sicariato y crimen organizado: temporalidades y espacialidades ........................... 10-19
Daniel Pontón
Resumen
................................................................................................................................................................... 20-27
Investigación
Reseña
Vallejo, Fernando (2000). La virgen de los sicarios: Bogotá, Colombia. Grupo Santillana de Ediciones, S. A.
.............................................................................................................................................................................................. 145-146
Edwin Madrid
Carlo, Philip (2007). El Hombre de hielo: confesiones de un asesino a sueldo de la mafia. Madrid: Editorial
Edaf .................................................................................................................................................................. 149-151
Noemí López P.
Aridjis, Homero (2007). Sicarios. México, D.F.: Santillana Ediciones Generales, S.A. ............................ 152-155
Amapola Naranjo
Bibliografía y enlaces
.............................................................................................................................................................. 162-165
Política editorial
.............................................................................................................................................................. 166-167
Índice
Contents
Presentation
Contract killings: a qualified homicide? .................................................................................... 7-9
Fernando Carrión M.
Editor’s note
“Sicariato” and organized crime: temporal and spatial ............................................... 10-19
Daniel Pontón
Summary
.................................................................................................................................................................. 20-27
Investigation
Wage earners of the death. Sicariato and criminality in Colombia .......................... 61-74
Alexander Montoya Prada
Comparative section
by Lorena Flórez Holguín y Jaime Erazo Espinosa
.......................................................................................................................................................................... 118-135
Interview
Book reviews
Vallejo, Fernando (2000). La virgen de los sicarios: Bogotá, Colombia. Grupo Santillana de Ediciones, S. A.
.............................................................................................................................................................................................. 145-146
Edwin Madrid
Carlo, Philip (2007). El Hombre de Hielo: confesiones de un asesino a sueldo de la mafia. Madrid: Editorial
Edaf .................................................................................................................................................................. 149-151
Noemí López P.
Aridjis, Homero (2007). Sicarios. México, D.F.: Santillana Ediciones Generales, S.A. ............................ 152-155
Amapola Naranjo
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Drugs, narcocorridos and narconovelas:
Political economy of contract killers and their
visual and acoustic representation
Alex Schlenker1
Resumen
En este ensayo se abordan las distintas facetas de las dimensiones económicas del sicariato y sus
autores — materiales e intelectuales. Al mismo tiempo se analiza la representación de este tipo
de asesinato en los denominados narcocorridos y en algunas obras televisivas. A través del análisis
de los lenguajes empleados se busca mapear las relaciones de poder que, entre crimen organizado
y sectores del estado moderno, se han producido en los últimos años. ¿Qué tipo de economía
desarrollan los carteles de la droga y qué función cumplen por lo tanto los asesinos a sueldo que
trabajan para estas u otras organizaciones?
Palabras clave: sicariato, sicarios, drogas, carteles, narcocorridos, violencia, crimen orga-
nizado.
This article discusses the economic aspects of drug cartels and the visual and musical represen-
tation of the so-called sicarios or contract killers in popular Mexican songs called narcocorridos
and Colombian soap operas. The analysis of the depicted languages will be of enormous impor-
tance to the attempt of mapping the relationship between organized crime and the modern state.
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What kind of economy do drug-cartels develop and what is the role of the hitmen recruited by
these or other organizations?
Keywords: contract killers, sicarios, drugs, drug cartels, organized crime, violence.
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no de los negocios ilí- ejército. Entre 1999 y 2000, en diversas tandas,
citos más prósperos cambiaron de cliente y pasaron a vender sus ser-
es, sin duda alguna, vicios a un empresario privado de drogas, Osiel
el narcotráfico, acti- Cárdenas Guillén. En otras palabras, privatizaron
vidad acompañada su clientela.
usualmente de sujetos
contratados para asesinar a los adversarios Surge así otro ejemplo de las múltiples para-
del cartel2. Uno de los géneros musicales más dojas inscritas en las economías ilegales: una
difundidos en la zona norte de México es el guerra en la que el Estado se enfrenta con
de los corridos norteños, con su polémico sus unidades anti-drogas a los hombres que
subgénero: el narcocorrido. Se trata de can- entrenó en un inicio para combatir el narco-
ciones que fueron compuestas para rendir tráfico: “de la lista de 31 elementos que ori-
culto y eternizar a la figura del patrón, jefe de ginalmente formaron a Los Zetas, 13 eran
determinados carteles mexicanos de la droga: de las Fuerzas Armadas”(Medellín, 2005: 1).
Soy del grupo de los zetas El asesinato por encargo se ve convertido así
que cuidamos al patrón en una mercancía que se somete a las leyes
somos 20 de la escolta de oferta y demanda del mercado: quien
pura lealtad y valor ofrece libremente sus servicios homicidas en
dispuestos a dar la vida el mercado lo hace al mejor postor: el patrón
para servir al señor (Quintanilla, 2009). que es capaz de pagar veinte veces lo que el
Estado ofrece como remuneración. Aún así,
Esta estrofa del popular cantante de corridos, el pago económico no es el único interés.
Beto Quintanilla3, relata en tono de homilía Ser parte de un cartel parece haberse con-
la escandalosa privatización de una unidad vertido en símbolo de un estatus especial. El
de élite del ejército mexicano. Se trata del sicario goza de privilegios dentro del cartel y
fuera de él. Temas como el honor, el temor
& 8 #5 & '& que se infunde y el poder que se adquiere
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Si el negocio del sicariato, tal y como fue Esta relación remite, por un lado, a la
concebido y desarrollado por los carteles4 de riqueza a ser protegida, y por el otro, a la
la mafia en Colombia o México, surge con la necesidad de exhibir efectivamente el poder
finalidad de proteger los intereses económicos económico visibilizado en el poder violento.
de los patrones del negocio ilegal de la droga, El patrón del cartel debe y quiere ostentar su
el narcocorrido surge como una forma de poder. El poder visible alerta a sus enemigos
narración épica que busca legitimar y eternizar naturales: las fuerzas públicas del Estado
la figura del patrón del cartel. Protección, inti- y los carteles rivales. Catalizadores de estos
midación, venganza y eliminación de adver- procesos son sin duda alguna los medios de
sarios son entonces las principales tareas del comunicación, que sensacionalizan y espec-
sicario, cuya importancia aumenta proporcio- tacularizan los hechos de sangre5 y los pro-
nalmente con el crecimiento de la ganancia ductos culturales, tales como películas, series
que proviene del narcotráfico. Ignacio Escolar de TV o canciones populares que circulan en
(Escolar, 2005: 1) narra la efectividad de los el día a día.
sicarios del narcotráfico mexicano ante la Se establece una relación directa entre
amenaza del Estado: las economías políticas del negocio ilícito y
Luis Donaldo Colosio Murrieta se pasó de la raya. de la representación mediática/cultural. Un
Lo mataron en marzo de 1994, encuestas, y había paso significativo en la aproximación a estos
hecho de la lucha contra el narcotráfico su principal fenómenos pasaría por preguntarse acerca de
bandera electoral. la función que cumplen las representaciones
Más sonado aún fue el asesinato, seis meses después, del poder — ilícito y oficial — en la lógica
de José Francisco Ruiz Massieu, el secretario general de la consolidación del poder por parte de
del PRI. Massieu era uno de los principales rivales estas estructuras del crimen organizado. Los
políticos del anterior presidente, Carlos Salinas de carteles desafían al Estado, el cual se ve debi-
Gortari, y ex marido de su hermana, Adriana Salinas, litado y poco operativo en la defensa de su
de la que se había separado en un sonado divorcio. El poder. Una suerte de poder popular, basado
hermano de José Francisco Ruiz Massieu era el fiscal en enormes fortunas y pequeños ejércitos
antidroga, pero estaba a sueldo de los narcos. personales, desestabiliza al gobierno central
Años después, Raúl Salinas de Gortari, hermano de turno. Las distintas batallas que estos
mayor del presidente, fue condenado a 50 años dos frentes libran casi a diario son narradas
de cárcel como responsable de este asesinato. En paralelamente desde los ámbitos mediático y
el juicio se demostró que Raúl Salinas de Gortari cultural.
también cobraba de los cárteles de la droga. El 22 de octubre de 2009, una noticia
del diario El Universal de México (Uni-
A mayor capital, mayor ganancia; a mayor versal, 2009) daba cuenta del asesinato del
ganancia, mayor riesgo frente al Estado y a fiscal Etzel Maldonado a manos de sicarios
las otras mafias; a mayor riesgo, mayor segu- de un cartel de droga: “Asesinan a ex fiscal
ridad —preventiva y coercitiva- a cargo del de Chihuahua”. Esta relación violenta entre
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sicario. Hay por lo tanto una relación directa el Estado y los grupos del crimen organizado
entre el número efectivo de sicarios a cargo ha sido narrada ampliamente en distintos
de la seguridad de un determinado “tra- narcocorridos. La banda de corridos “Banda
queto” y el capital acumulado por éste. Astilleros” hizo un homenaje al narcotrafi-
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por que todo mundo goce un momento dado, se produjo una mayor
y que México y Colombia oferta de productos para el sicariato, por
sigan manteniendo el roce […] ejemplo de armas, dicha (sobre) oferta bajó
ahorita ya no hay moquillo los respectivos precios? Me inclino a creer
gracias al doctor del pueblo que la magnitud —ética y penal— del ase-
que estudio en el bajo mundo, sinato por encargo fijaba siempre precios
se gradúo en mercado negro altos en los suministros debido al riesgo, lo
si padecen de esta gripa cual no necesariamente elevaba el precio de
pues tendrán que ir a verlo (Tucanes de Tijuana, s/f.) la muerte contratada.
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al cartel es parte de una compleja cadena de la mafia, según Gilberto Medina Franco
de instancias productivas encargadas de “asociado al despegue de la economía de
cultivar, cosechar, extraer, preparar, trans- la droga a nivel internacional” (Medina
portar, traficar y vender las distintas drogas Franco, 2006: 186), tuvo una caída sig-
destinadas principalmente al consumo en nificativa, provocada principalmente por
los mercados clandestinos de los países de las políticas antidrogas, la presión interna-
capitalismo avanzado del Norte. cional —fundamentalmente de los Estados
El sicario se convirtió de esta manera Unidos — y el aparecimiento de otros car-
en un proveedor de servicios que — depen- teles dentro y fuera del país.
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Esta crisis afectó directamente a los rrollada por las mafias del narcotráfico. Existe
sicarios al servicio de los jefes de la droga. en nuestras sociedades latinoamericanas una
Cuando al principal cartel de Medellín le fue peligrosa tendencia a la solución violenta de
decapitada su “cabeza”, los sicarios pasaron los diferentes conflictos entre las personas. El
rápidamente a ofrecer sus servicios a través paso del sicario de la droga al sicario inde-
de intermediarios que vendían sus servicios pendiente es un virulento síntoma de los ele-
a los diferentes clientes que requerían de vados niveles de violencia e intolerancia que
asesinatos por encargo. Las distintas orga- sin mayor problema atraviesan hoy en día
nizaciones de la droga y otros grupos delic- nuestra cotidianidad.
tivos dieron así paso al aparecimiento de las El uso relativamente generalizado de
llamadas “oficinas”, centros de operaciones prácticas de violencia como el sicariato
desde los cuales se vendían los servicios obliga a volver la mirada sobre la moder-
de los sicarios a prácticamente cualquier nidad de Occidente. La escasa legitimidad
cliente, y para el asesinato de quien fuera. del Estado frente a la creciente legitimidad
Las “oficinas” gestionaban de esta de la violencia instrumentalizada para
manera la venta de la fuerza de trabajo del determinados fines privados o incluso esta-
sicario para operaciones que de ninguna tales, evidencian la fragilidad de la moder-
manera estaban ya vinculadas a los carteles nidad emprendida con un acto violento
de la droga. Aquellos asesinos que no eran fundacional: la Revolución Francesa. Terry
tomados en cuenta por las “oficinas” sim- Eagleton advierte una “desmemoria” que
plemente trabajaban de manera individual impide el recuerdo de los inicios violentos
y espontánea, obteniendo sus encargos de los Estados de Occidente que hoy pre-
a través de distintos contactos que desa- sentan una violencia — el sicariato como
rrollaban en la calle, en la que pasaban la parte de ella — “incontrolable”. Si se
mayoría del tiempo. Las “oficinas” rápida- entendiese al sicariato y al terrorismo como
mente se convirtieron de esta manera en prácticas similares, las palabras de Eagleton
representantes y (re)vendedores del ase- adquieren plena vigencia en el contexto del
sinato por encargo, alternando sus activi- sicario latinoamericano:
dades entre los contratos ocasionales con los Occidente, hundido en sus fantasías de omni-
carteles y aquellos clientes que nada tenían potencia al modo de Fausto, no ha conseguido
que ver con el narcotráfico. Medina Franco hasta ahora aprender […] que la única cura para
sostiene que la crisis de los carteles no sig- el terror es la justicia, y el terror surge cuando la
nificó la crisis para el negocio del sicariato, legitimidad se desmorona. Por el momento parece
sino meramente un replanteamiento de la no poder discernir una imagen de su propio rostro
forma en que se ofertaría en adelante el ser- monstruoso, en la furia encolerizada que está a
vicio del asesinato por encargo: “las bandas sus puertas, y ve cómo esa furia es, entre otras
de oficina siguen operando, como siempre, cosas, sus propias acciones en forma ajena. Por el
al servicio del narcotráfico […] y como hace momento, Occidente sólo es capaz de sentir terror
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años, exportan sicarios para otros sitios del pero no piedad (Eagleton, 2006: 37).
país” (Franco, 2006: 186).
El negocio de la muerte surgió como Mientras las condiciones sociales y en
herramienta estratégica de los carteles de la especial las oportunidades de desarrollo
droga, pero se diversificó e independizó de los real —entendido como la posibilidad de
mismos una vez que vio amenazada su fuente mejorar sus condiciones de vida a través
de ingresos. Dicho desarrollo histórico deja de su trabajo y no por cuenta de bonos de
entrever una “cultura de la violencia” que pobreza— de la gran mayoría de hombres
trasciende las fronteras de la violencia desa- y mujeres de escasos recursos económicos
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nómico del sicario colombiano y de su una suerte de “grandes ligas”, un top seven
homólogo mexicano pudieran ser similares, del narcotráfico en México. El listado de los
las jerarquías alcanzadas, y por lo tanto siete cárteles más importantes de México
sus funciones y responsabilidades, son dis- incluye los nombres de los jefes y el terri-
tintas. Cada organización tiene claramente torio que tienen bajo su mando:
identificados los significados inscritos en la tel Cártel de Tijuana de los hermanos Arellano
palabra sicario. Félix
En el cartel de Medellín, Pablo Escobar tel Cártel de Colima de los hermanos Amezcua
tenía su escolta personal, grupos de hombres Contreras
armados que cumplían las funciones de tel Cártel de Juárez de los hermanos Carrillo
guardias y guardaespaldas, tanto del jefe del Fuentes9
cartel, como de sus propiedades. Los ase- tel Cártel Sinaloa de Joaquín “El Chapo”
sinatos por encargo en cambio eran come- Guzmán y Héctor “El Güero” Palma
tidos por los jóvenes-sicarios reclutados y tel Cártel del Golfo de Osiel Cárdenas Guillén
entrenados en las comunas de Medellín. La tel Cártel de Pedro Díaz Parada “El Cacique
autoría material era de esta manera alejada Oaxaqueño”
del cartel, y el sicario se veía avocado a tel “Cártel del Milenio” de los hermanos
operar de manera casi solitaria; siendo la Valencia
motocicleta con conductor y “gatillero” la
combinación usual. La relación entre el Estos cárteles heredan —y se dividen en
sicario y el cartel era sumamente compleja feroces disputas— el territorio que quedará
y contradictoria. El asesino debía mantener luego de ser desmantelados los tres cár-
la mayor exclusividad de trabajo con el teles originales que operaban la droga en la
cartel, pero al mismo tiempo no era parte década de 1980 y “que tenían como líderes
directa del mismo, una suerte de proveedor a Miguel Ángel Félix Gallardo (detenido en
“exclusivo” —servir a toda hora sin ser 1989), Ernesto Fonseca Carrillo (detenido
parte—. en 1985) y Juan Nepomuceno Guerra
Los carteles mexicanos tienen una (fallecido en el 2000)” (Ruiz, 2005). El
genealogía y un mapa delictivo mucho más periodista José Luís Ruiz del diario El Uni-
complejo que el del caso colombiano. No versal de México resume dicha herencia en
sólo se trata de carteles más grandes, con un mapa delictivo de la siguiente manera:
territorios más amplios, sino que además De estos tres núcleos criminales se dieron las pri-
estos grupos han ido adquiriendo una meras recomposiciones y reposicionamientos: de
enorme infraestructura para sus opera- la organización de Félix Gallardo se derivaron la
ciones. El periodista Francisco Reséndiz del de los hermanos Arellano Félix, la de Joaquín El
diario La Crónica publicó en diciembre de Chapo Guzmán y la de Héctor El Güero Palma,
2005 el listado de los principales carteles en tanto que Ernesto Fonseca Don Neto cedió su
identificados por el Gobierno de México liderazgo a Amado Carrillo Fuentes El Señor de
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como “cárteles de la droga que operan en los Cielos (fallecido en 1997), independizándose
territorio nacional y que se han asociado de este último la organización de Luís Valencia
’de una u otra forma’ a células de colabora- Valencia. (Ruiz, 2005)
dores, ‘que operan con cierta independencia
económica’ en distintos niveles” (Reséndiz,
2005). El listado, al tiempo que nombra ! '& ' C -
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a los más importantes y poderosos grupos
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investigados por la Procuraduría General """ &# '0I II&'
de la República de México, los convierte en 2 Zc&iDo i&'&
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(Castaño, 2006: 51). Un testimonio similar tares o policiales de tipo profesional, la gran
es recogido por Salazar: “recibido el billete, mayoría de ellos son nacidos una década
armamos rumba en el barrio. […] En una antes que los jóvenes-sicarios de Medellín.
nochebuena anticipada, compramos un El patrón mexicano entiende claramente el
chanchito, cajas de cerveza y aguardiente, costo de la lealtad de esta guardia personal.
instalamos el equipo de sonido en la calle El sicario mexicano, con una jerarquía muy
y armamos parche hasta la madrugada” superior a la de su colega de Medellín, es un
(Salazar, 2008: 27) En estas celebraciones, importante miembro del cartel, un coman-
la concepción del tiempo de la vida juega dante de matones que cuenta con privilegios
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y con un pago muy elevado. Dicho dinero le colombianas en que dos sujetos en moto per-
permite mejorar su condición económica en seguían y asesinaban a una persona han dado
general, y además dentro del cartel. paso a escenas cinematográficas de distintos
Aunque en ninguno de los casos es escenarios mexicanos en que varias docenas
posible trabajar con cifras capaces de reflejar de hombres armados irrumpen en un espacio
las enormes ganancias de los carteles de determinado para asesinar a la víctima selec-
Colombia y de México respectivamente, cionada: “Alberto Capella Ibarra asumió la
pienso que los cárteles mexicanos gastan jefatura de Policía en [Tijuana] plagada por
sumas mayores en sus sicarios. Resultaría la violencia. […] Veinte pistoleros vestidos
muy interesante, si en algún momento de negro irrumpieron en su patio en medio
fuera posible, calcular los porcentajes que de la noche y él se batió con ellos, dispa-
en relación a la ganancia total paga cada rándoles con un fusil automático” Marosi,
cartel a sus sicarios. Lastimosamente, al 2008: 1).
ser el narcotráfico un negocio ilegal, y con- El narcotráfico en México se ha con-
secuentemente clandestino, no es posible vertido en los últimos años en un problema
acceder a los datos que permitirían entender de dimensiones inimaginables. Los asesi-
los montos ganados en las diferentes opera- natos recientes — de septiembre de 2009 —
ciones de cada cártel. Ello hace imposible en el Estado de Morelia confirman la tesis de
saber por el momento qué porcentaje sería Jean Meyer, director de la División de His-
percibido respectivamente por el sicario toria del Centro de Investigación y Docencia
colombiano y el mexicano. Aún así, al ser Económicas (CIDE), que ya debemos
el sicario mexicano parte importante de la hablar de narcoterrorismo. Meyer advierte en
jerarquía del cartel, es de suponer que su los grupos de narcotraficantes una violencia
pago supera considerablemente al de su que obedece a una necesidad estratégica,
similar de Medellín, a quien se contrata pero también aquella otra violencia que se
ocasionalmente y quien, sin lugar a dudas, ha enraizado en el placer y el gusto por la
es parte de una significativa sobreoferta de violencia. El investigador cree que frente a
“mano de obra” regada por los numerosos los intentos por parte del Estado por com-
barrios de la ciudad, lo que baja considera- batir el narcotráfico, los cárteles “a estas
blemente su precio. Para hacerse una idea de alturas matan por necesidad, ciertamente,
las sumas gastadas por un cártel de la droga pero también, creo yo, por gusto”(Meyer,
en México se puede investigar el valor de 2008). Son varias décadas de tolerancia al
un grupo de élite, como el de “Los Zetas”, narcotráfico y a la violencia perpetrada por
comprado en su momento —incluidos los sus sicarios. Lo preocupante del combate
equipos militares y de transporte— por el al narcotráfico no debe ser la derrota del
jefe del Cártel del Golfo. Una operación Estado, sino, contradictoriamente, su vic-
que a Osiel Cárdenas Guillén debió haberle toria. En ese caso, la sociedad mexicana
costado varios cientos de miles de dólares, o tendrá a miles de sicarios entrenados y
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