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DEFENSA

Independientemente de qué le correspondía hacer a cada


uno de los tribunales recurridos a fin de que las
resoluciones de la prórroga de la medida cautelar se
notificaran correctamente a la defensa del imputado, lo
cierto es que se constata que, debido a una
descoordinación administrativa, el tutelado fue dejado en
un estado de indefensión respecto a la solicitud de
prórroga de su prisión preventiva, por cuanto dicha
petitoria no le fue notificada a su defensor, lo que impidió
que este ejerciera su defensa técnica y pudiera -si a bien
lo tenía- impugnar la determinación de extender la
medida cautelar. Así las cosas, se impone declarar con
lugar el recurso por la lesión al derecho de defensa del
tutelado, advirtiendo a las autoridades accionadas que
deberán adoptar las medidas necesarias y coordinar lo
pertinente para que, en lo sucesivo, no se vuelva a
incurrir en la conducta que dio mérito a esta estimatoria.
Sentencia 18764-17

De conformidad con lo expuesto por el legislador en la


exposición de motivos del proyecto que dio origen a la
Ley No. 7425 (No. 11349), la condición contenida en la
norma referida a que el defensor deberá estar debidamente
acreditado en el proceso como requisito para que las
comunicaciones con su cliente estén protegidas por el
derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones tiene
como fin, por una parte, garantizar la defensa técnica del
imputado y, por otra, evitar que con ese pretexto no se
puedan intervenir otras comunicaciones cuyo contenido
puede ser ajeno al relacionado con la defensa propiamente
dicha. Es claro que, en el caso puntual de esta Ley, el
legislador solamente quiso tutelar la confidencialidad de la
comunicación del imputado con su defensor; no así, la
comunicación de aquel con cualquier otro abogado
(relación que podría estar protegida por otros derechos).
Así, la norma resguarda la función propia del defensor,
que para los efectos de esta ley, no es cualquier
profesional en derecho, sino solo aquel que ha sido
debidamente acreditado en el proceso penal conforme a las
reglas procesales del caso. Sentencia 14650-17
“Pese a lo indicado por la recurrida, en el sentido de que el
cese de la tutelada se debió a su deficiente desempeño en
el puesto y a las quejas en su contra interpuestas por otros
funcionarios del tribunal, la Sala tiene como demostrado
que no se le concedió audiencia previa alguna, para que
ejerciera su derecho de defensa por estas presuntas faltas,
ni se le impusieron sanciones disciplinarias que consten en
el expediente personal de la amparada. De manera que, al
no haberse concedido al menos tal audiencia de previo al
cese de la prórroga del nombramiento de la recurrente, se
le impidió ejercer su derecho de defensa por las faltas
endilgadas, por lo que este Tribunal estima que procede la
estimatoria del recurso, por la violación al derecho
fundamental al debido proceso y el derecho defensa”.
Sentencia 9574-17
“IV.- Sobre la afectación al derecho al debido proceso y el
derecho a recurrir la resolución que le impone la prisión
preventiva. El recurrente acusa que el Tribunal Penal de
Liberia declaró inadmisible el recurso planteado contra la
resolución del Tribunal de Flagrancia de ese mismo
circuito, que ordenó el encarcelamiento preventivo por tres
días de los amparados, en virtud del principio de
taxatividad de los recursos en materia penal y la
imposibilidad de que un Tribunal conozca en alzada la
resolución de un Juez de igual rango, lo que lesiona sus
derechos y garantías constitucionales. Si bien es cierto esta
Sala ha avalado en su jurisprudencia que la inexistencia de
recurso de apelación para las resoluciones de prisión
preventiva dictadas en flagrancia -aún en casos en los que
luego se dicta la incompetencia- (ver sentencia 2015-
001917 de las 9:05 horas del 11 de febrero de 2015), bajo
una mejor ponderación, se rectifica ese criterio y se ordena
admitir el recurso de apelación de la prisión preventiva
dictada por un juez de flagrancia, en aquellos casos en que
esa medida se adopta luego de que éste se declare
incompetente y remita la causa al juez ordinario. Lo
anterior porque es lógico que si la causa se estima
"ordinaria", tenga acceso a la mismas reglas de esa
instancia, incluido el recurso de apelación de la prisión
preventiva. Lo contrario sería dejar a los imputados en un
limbo jurídico, con lo peor de los dos sistemas, es decir,
sin la celeridad de la flagrancia porque su causa ya no se
tramitará bajo esas reglas, y sin la amplitud de la vía
recursiva de la vía ordinaria, dónde sí se reconoce una vía
recursiva más amplia para las causas tramitadas bajo ese
procedimiento. Al haber dictado un juez una medida de
prisión preventiva declarándose incompetente para
conocer la causa en flagrancia, no es razonable aplicar las
restricciones que establece la ley para el trámite de
flagrancias, si la causa no pertenece a esa instancia. Lo
contrario significaría que una causa que se tramita ante la
jurisdicción penal ordinaria, tiene reglas distintas para los
imputados cuyas causas se remiten por incompetencia,
respecto a los que tienen el mismo procedimiento desde el
inicio; trato a todas luces irrazonable y desigual, contrario
a lo establecido en nuestra Constitución Política en su
artículo 33 y en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en su artículo 24. Aplicar las limitaciones de
acceso al recurso de apelación de la prisión preventiva de
la materia de flagrancias a un caso que se tramitará bajo el
procedimiento ordinario previsto en el Código Procesal
Penal, únicamente porque el juez que dictó la medida
cautelar es un juez de flagrancias declarado incompetente,
es a todos luces un trato discriminatorio de los imputados
frente a la ley. En consecuencia, se ordena al Juzgado
Penal de Liberia, que admita como en derecho
corresponda, el recurso contra la prisión preventiva
interpuesto por la defensa de los imputados, en un plazo
no mayor a 72 horas -ver en similar sentido la sentencia
2016-009525 de las nueve horas cuarenta y cinco minutos
del ocho de julio de dos mil dieciséis-. Sentencia 9520-17

entre la fecha de notificación de la convocatoria de la


diligencia y el día en que esta se efectuó, medió un lapso
de 8 días hábiles, plazo irrazonable para la adecuada
preparación de la defensa y que incumple lo preceptuado
por el artículo 311 de la Ley General de la Administración
Pública. Sentencia 6974-17

es en cada caso concreto donde la Administración o


eventualmente el Juez debe ponderar si puede acogerse o
no una causal eximente invocada por la parte en tal
sentido; sin embargo, al negar el criterio jurisprudencial
impugnado tal posibilidad, independientemente del caso
que le sea sometido, se lesiona el derecho de defensa, el
principio de razonabilidad y proporcionalidad. Tal
violación surge a partir del momento en que la Sala
Primera hace la distinción entre los supuestos
establecidos en el artículo 86 referido, al reconocer la
discrecionalidad de la administración para imponer dicha
sanción en el primer supuesto “-Cuando los sujetos
pasivos o declarantes reinciden en no emitir facturas ni
comprobantes debidamente autorizados por la
Administración Tributaria o no entregárselos al cliente en
el acto de compra, venta o prestación del servicio”; y
darle una lectura imperativa al segundo de ellos, “-
Cuando pese a la prevención de la administración para
que presenten las declaraciones que hayan omitido, o
ingresen las sumas que hayan retenido, percibido o
cobrado; en este último caso, cuando se trate de los
contribuyentes del impuesto general sobre las ventas y
del impuesto selectivo de consumo, no lo hagan dentro
del plazo concedido al efecto”. Sentencia 639-17

“la recurrente acusa que el amparado quedó en


indefensión, toda vez que no fue llevado a la hora correcta
a la audiencia de conciliación y recepción de pruebas, la
cual se llevó a cabo sin su presencia. Tras analizar los
autos, la Sala tuvo por acreditado que el amparado
efectivamente no fue presentado a la audiencia por las
autoridades. Asimismo, la Sala tuvo por acreditado una
divergencia en las horas, pues se observa que la hora de
presentación establecida por el Juzgado en la orden de
remisión eran las 9:00 horas del 4 de noviembre de 2015,
mientras que la resolución respectiva había fijado la
audiencia para las 13:30 horas de ese día. Según manifestó
la Jefatura de la Sección de Cárceles, fue a causa de este
error que el amparado no pudo hacerse presente a la hora
de la audiencia. La Sala constató el error apuntado, lo que
ocasionó que el amparado no pudiera presentarse en la
audiencia de conciliación y recepción de prueba, en
perjuicio de sus derechos. En consecuencia, se declara con
lugar el extremo, se anula la audiencia realizada y se
ordena su reprogramación para el plazo máximo de un
mes”. Sentencia 18821-15

“en el marco de la oralidad del proceso, “aun cuando se


grabe la audiencia, el juez debe consignar en el acta, de
forma adecuada y suficiente (…) los fundamentos de su
resolución” (Sentencia N° 2009-10895, énfasis añadido).
De esta manera, aunque esta Sala ha venido sosteniendo
que la resolución no debe confundirse con su registro o
respaldo tecnológico (véase, entre otras, la Sentencia N°
2009-3117), también ha señalado que esto no exime a los
juzgadores de su deber de garantizar la existencia de dicho
respaldo, toda vez que este se constituye en una
herramienta imprescindible para el ejercicio del derecho a
la defensa por parte de los tutelados. De ahí que tampoco
resulte admisible la forma en que la recurrida indica haber
subsanado el yerro, realizando una resolución por escrito
sin la participación de las partes, 6 días después -7 de
octubre-, en la que indica haber anotado las
argumentaciones que consideró, subjetivamente, fueran las
más relevantes, la cual no se ha notificado a las partes, ni
consta que con ella se pretendiera restituir el plazo para
impugnarla”. Sentencia 16000-15
la falta de acceso al expediente completo supuso una
amenaza al ejercicio del derecho de defensa del tutelado,
considerando, incluso, el plazo breve que tenía para
impugnar el acto. Sentencia 13109-15

Se desprende, del informe dado por parte de la


representante de la Federación recurrida, que está dentro
de las atribuciones de la Asamblea General Extraordinaria
acordar la destitución de los miembros de la Junta
Directiva, de la Fiscalía o de cualquier otro órgano de la
Federación, cuando así lo considere convenientes
(Articulo XIV, inciso a). Asimismo, queda debidamente
demostrado que la asamblea se convocó para conocer las
actuaciones de la recurrente, de lo que esta quedó
enterada en la sesión en que se decidió convocar a la
asamblea. Bajo esta perspectiva, se observa que sí se ha
mantenido enterada a la amparada que la Asamblea
General Extraordinaria, era para conocer sus actuaciones.
No obstante, no niega esta Sala la potestad de la
Asamblea de destituir a los miembros de la Junta
Directiva, no se observa que en la Asamblea General
Extraordinaria del 25 de julio de 2015, se haya concedido
a la amparada el derecho a defenderse de los cargos que
se le atribuyen; ni que se le haya dado la oportunidad de
ser escuchada o hacer su descargo. Tampoco consta que
se le haya concedido la posibilidad legal correspondiente
de impugnar la Asamblea General Extraordinaria, una vez
llevada a cabo o de recurrir ante el Registro Nacional de
Asociaciones y en apelación ante el Tribunal
Administrativo Registral, cualquier decisión que se
adopte. Sentencia 12538-15

“no se observa en autos —ni así fue informado por el


Decano de la Facultad Derecho, silencio que, conforme el
artículo 45 de la ley que rige esta jurisdicción, permite
tener por cierto el hecho— que hubiere mediado una
comunicación hacia el recurrente, informándole las
razones por las cuales no se le nombró como profesor del
curso de Derecho Constitucional I en el primer semestre
de ese año. En criterio de esta Sala, esa omisión resulta
lesiva de su derecho de defensa. En efecto, reiteradamente,
se ha sostenido que esa comunicación sirve como garantía
de defensa, de modo que, al ser impuesto de las razones
que motivan el acto, el afectado pueda —si así lo estima—
impugnar lo decidido”. Sentencia 10523-15

en un caso similar al de estudio, en que un defensor


solicitó copia de la grabación de las cámaras al
administrador del Segundo Circuito Judicial de San José,
precisamente para los efectos solicitados por el
recurrente en el sub examine, con el objeto de utilizarlo
en un proceso judicial y se le indicó que debía ser
gestionada por la autoridad judicial, este Tribunal rechazó
por el fondo el recurso en sentencia No. 2014-11831 de
las 9:05 horas del 18 de julio de 2014. Sentencia 9499-15

“al no tener el recurrente a su disposición y con suficiente


antelación, la prueba que resultó determinante para
sancionar a la empresa amparada, se vio impedido para
formular los alegatos de descargo que estimara pertinentes
y, por ende, ejercer una adecuada defensa no sólo de
previo a que se dictara el respectivo acto final del
procedimiento, sino con posterioridad a la emisión de este
último. Bajo dicha inteligencia, este Tribunal
Constitucional no tiene duda que, en la especie, se han
vulnerado, flagrantemente, los derechos fundamentales a
la defensa y al debido proceso”. Sentencia 8594-15

“existe una obligación por parte del Órgano Director de


extender las citas a los testigos de descargo que se
ofrezcan y acepten, cuando así se les solicite, por cuanto, a
pesar de que no siempre, en algunos casos, sí la requieren
para pedir permiso en su lugar de trabajo y poder
comparecer ante la Administración a declarar. Tal
confusión produjo que no recibiera el testimonio de la
persona ofrecida y que el amparado se quedara sin prueba
testimonial en el procedimiento seguido en su contra, lo
que es inaceptable, pues ello sí incide negativamente en su
derecho de defensa. Esta Sala ha considerado que en
materia de debido proceso, únicamente, se revisan en sede
constitucional, aquellas omisiones que vacíen de contenido
la posibilidad de ejercer el derecho de defensa, lo que en el
caso concreto ocurrió, ya que el amparado no presentó la
única testigo aceptada”. Sentencia 8530-15

“procede estimar el amparo por violación al derecho de


defensa de los amparados y al debido proceso, toda vez
que sin haber iniciado el procedimiento disciplinario
dispuesto en su contra y darles la oportunidad de ejercer su
derecho de defensa, se dictó una medida cautelar ante
causam por 5 meses, que constituye el resto de su período
como integrantes del Comité en cuestión, lo que la
convierte en una remisión anticipada de su mandato. Se
reitera, la administración puede adoptar este tipo de
medidas cuando excepcionalmente se requiera de previo a
iniciar el procedimiento disciplinario en cuestión, pero
únicamente por 15 días; y ya una vez iniciado, las puede
dictar por plazos mayores a ese, siempre que resulten
proporcionados y debidamente justificados. En este caso,
al tratarse de una medida ante causam que no reúne los
requisitos establecidos, implica estimar el amparo, ordenar
la nulidad del acuerdo impugnado únicamente en cuanto a
la imposición de dicha medida y restituirles la condición
que ostentan en el Comité en cuestión, sin perjuicio de que
posteriormente la administración, de considerarlo
pertinente, ajuste su actuación a derecho y tome las
medidas que estime convenientes en el marco señalado”.
Sentencia 8168-15

“el proceso penal, toda persona acusada de un delito tendrá


derecho a disponer del tiempo y de los medios adecuados
para la preparación de su defensa. Para el efectivo
ejercicio del derecho de defensa en el proceso, se
contempla el acceso irrestricto a las pruebas de cargo y la
posibilidad de combatirlas. Se ha entendido que la prueba
de cargo o incriminatoria, es aquella dirigida a demostrar
la culpabilidad del encartado en un hecho delictivo y, en el
caso concreto, se estableció que al imputado se le otorgó
audiencia para que se refiriera a una prueba que se estaba
allegando al proceso, que consistía en un expediente
médico original, muy voluminoso, por lo que su defensor
particular solicitó obtener fotocopias con el fin de
examinarlo y contratar un consultor técnico, pero ello le
fue denegado por la fiscalía recurrida. Esta denegatoria,
considera la Sala, es violatoria del derecho de defensa del
amparado, por cuanto crea una limitante innecesaria que
perjudica su ejercicio pleno. En efecto, si el acceso a la
referida prueba ya había sido establecido, tanto para el
defensor, como para el perito o consultor técnico que se
nombrara para esa diligencia, y así cumplir con la
audiencia que se le otorgó, en lo cual está implícita la
eventual responsabilidad por el mal uso o divulgación
inapropiada de la información privada contenida en el
expediente de referencia, al negar las copias del
expediente se obliga a la defensa, en un plazo muy corto, a
buscar un consultor que se sujete al horario del despacho,
para poder tener acceso al expediente y estudiar, en ese
lugar, exclusivamente, la citada prueba. El hecho de que se
permita obtener las copias del expediente, o que se haya
otorgado el acceso limitado, como se hizo, no releva, en
ninguno de los dos casos, a las partes de la responsabilidad
por el uso que se haga de la información privada que
contiene. En relación con esto, es evidente que para que la
defensa del imputado pueda referirse a la prueba que se
puso en su conocimiento, se debe imponer sobre su
contenido, por lo que la restricción, en apariencia, para
resguardar la información privada, resulta ilegítima e
ineficaz”. Sentencia 7841-15

“este Tribunal entiende las razones por las cuales se limitó


el acceso al amparado a su computadora institucional, lo
cierto es que dicha situación no limitaba la posibilidad de
que un funcionario del ICODER vigilara al tutelado al
momento en que recabara la información de su interés, o
adoptara alguna otra medida de seguridad tendiente a que
el amparado pudiera ejercer su derecho de defensa, sin que
ello conllevara a que se diera el riesgo de que se alteraran
los elementos probatorios existentes. Así, en virtud de lo
anterior, lo procedente es acoger el recurso en cuanto a
este extremo”. Sentencia 7839-15

“la negativa a reproducir los datos que como se indicó, no


comprometen los derechos e intereses de la menor
ofendida, sí restringe ilegítimamente el derecho de defensa
del imputado” Sentencia 6661-15

“en este asunto sí existe una lesión a los derechos de la


tutelada, pues consta que la autoridad recurrida procedió a
aplicar a ésta la multa prevista en el cartel de licitación
pública número 2012-LN-000012-01, sin que de previo se
otorgara a la empresa amparada la posibilidad de ejercer
su derecho de defensa, lo que resulta ilegítimo conforme lo
señalado en el voto número 2013-6639. En ese sentido,
conviene aclarar que si bien la autoridad accionada
procedió a dar audiencia a la amparada con anterioridad a
la notificación de la resolución de curso de este recurso de
amparo, lo cierto es que dicha situación no enmendó la
violación a los derechos de la empresa tutelada, pues ya se
había impuesto a ésta la multa por el supuesto
incumplimiento en sus obligaciones contractuales, siendo
que los efectos de dicha sanción todavía se mantenían al
momento en que la recurrida rindió su informe”.
Sentencia 5861-15

“La prohibición de ingresar discos en formato DVD a un


centro penal se encuentra respaldado en medidas de
seguridad institucional. Los privados de libertad que
decidan hacer uso de su derecho de defensa mediante el
recurso de casación, tienen la posibilidad de hacerlo por
medio de su defensa pública –aspecto que se le comunicó
al amparado en el oficio de cita–. El abogado defensor
puede ingresar una computadora portátil y se esa forma el
amparado puede observar los videos que reclama. El
amparado tiene a su disposición la copia de las actas del
debate en donde se describe lo sucedido durante el juicio.
Por lo anterior se concluye que no es cierto que la
negación del ingreso de a los centros penales de equipos
de DVD por políticas de seguridad, sea irrazonable y,
menos aún, que limite su derecho de defensa, porque tal y
como se indicó supra existen otros medios idóneos para
hacer tener acceso al material probatorio y de esa forma
presentar el proceso de revisión”. Sentencia 5487-15

“al analizar los argumentos planteados por el actor en esta


oportunidad, la Sala estima que no son de recibo y, por
ende, no es inconstitucional el artículo 159 del Código
Procesal Contencioso Administrativo. En efecto, en lo que
respecta a la alegada vulneración del derecho de defensa,
así como al proceso debido, la Sala estima (a diferencia de
lo que sostiene el actor) que la audiencia, por 3 días
hábiles, que se confiere al funcionario, en lo personal,
para lo que tenga a bien señalar u oponerse de previo al
dictado de la sanción de multa, satisface plenamente las
exigencias del derecho al debido proceso, en los términos
en que ha sido proclamado por los artículos 39 y 41 de la
Constitución Política y en el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos. Acerca del particular, es preciso
advertir que en la especie nos encontramos en la etapa de
ejecución, donde ya existe una sentencia de un Órgano
Jurisdiccional que ha declarado la existencia de una
situación contraria al ordenamiento jurídico, y en la cual el
funcionario multado ya ha tenido ocasión de defenderse,
ampliamente, en el proceso principal. Nótese que la
sanción de multa va dirigida al funcionario que incumple
sin justa causa cualquiera de los requerimientos del juez
ejecutor tendiente a la efectiva ejecución del fallo, con lo
que la audiencia va únicamente dirigida ha valorar el
cumplimiento o no de dicho “requerimiento”. De modo
que no se aprecia en el caso presente ninguna infracción
del derecho de defensa y del debido proceso a propósito de
la norma impugnada”. Sentencia 3095-15

“la estudiante amparada cursó los niveles de séptimo y


octavo año en el Colegio Monseñor Rubén Odio Herrera.
Para el curso lectivo 2015, realizó el trámite de matrícula y
aportó la documentación correspondiente. No obstante, el
día de inicio de lecciones –10 de febrero de 2015– la
institución le comunicó por escrito que no iba a continuar
estudiando en ese centro, por cuanto se había detectado
una supuesta alteración de notas en la documentación
presentada en el proceso de matrícula. A partir del cuadro
fáctico anterior, la Sala considera que la actuación del
centro educativo lesionó los derechos fundamentales de la
menor amparada, ya que del estudio de los elementos
probatorios no se observa que previo a la comunicación de
interrupción del proceso educativo, se hubiera garantizado
el debido proceso y derecho de defensa de la estudiante. Si
bien, el artículo 16 del Reglamento de Matrícula y
Traslados de los Estudiantes establece que la matrícula que
se realice con base en documentos o información falsa
suministrada por el alumno o padre de familia, será
absolutamente nula, en la especie no se acredita que la
supuesta alteración de documentos hubiera sido
comprobada mediante la realización de un debido proceso
en el que se garantizara el derecho de defensa de la
estudiante y sus encargados, tal y como manda el Derecho
de la Constitución. Sin duda, la omisión apuntada vulneró
los derechos fundamentales de la tutelada, ya que ocasionó
que, por una lado, se viera sometida a un estado de
indefensión y, por otro, que se interrumpiera
ilegítimamente su derecho a la continuad del proceso
educativo”. Sentencia 2855-15

“quedó constando que el interesado hizo gestiones para


que se le diera un mínimo de intervención y que nada
obstaba para que como paso final al cierre de la
investigación se le escucharan las observaciones que
tuviera, más aún cuando, en el caso concreto el propio
recurrente señala que no pretendía que se le diera acceso a
las pruebas y a los nombres de las declaraciones y
actuaciones protegidas por el velo de la confidencialidad
y  solamente solicitó que se le admitiera aportar prueba de
su imposibilidad física para cometer las faltas que se le
estaban atribuyendo.- Se demostró entonces que se le negó
dicha posibilidad pues ni en la resolución final, ni en
ninguna otra actuación dentro del expediente, constan las
razones que tuvo la Administración para rechazar la
solicitud planteadas por el recurrente, para ser tomado en
cuenta y aportar la citada prueba que permitiera la
realización de un informe y una investigación más
equilibrada. Con ello se afectó ese derecho de intervención
-limitada pero igualmente fundamental- al que se han
referido los Magistrados Armijo Sancho y Jinesta Lobo,
pues al recurrente se le impidió poder aportar elementos de
juicio favorables a su posición, máxime en un proceso en
el cual, como en este caso, la decisión final puede
afectarle, pues existía la posibilidad, tal y como ocurrió,
que el proceso se enviara al Ministerio Público y sirviera
de base para el inicio de un proceso penal. De allí que la
negativa de la Administración a atender las gestiones del
recurrente sin motivo alguno y dejar de atender la prueba
pedida bajo el argumento de que se trataba una
investigación preliminar, sin justificar, ni motivar tal
proceder, ni explicar en qué podría afectar su intervención
a la calidad de la investigación, constituye una trasgresión
al derecho de defensa y, en específico, al derecho de
intervención”. Sentencia 1784-15

“En cuanto a la pretensión punitiva que echa de menos el


recurrente, queda claro de los autos que lo pretendido con
la instauración de tal procedimiento es el resarcimiento por
responsabilidad civil, por lo que si bien no se puede alegar
desconocimiento del fin que se persigue, lleva razón
respecto a que no se concretiza una suma estimada que
supondría se deriva de los hechos en que se vio inmerso el
tutelado. Debe tener claro la Administración que al
instaurarse el procedimiento con una única finalidad
pecuniaria, obligatoriamente, se tiene que definir un
quantum aproximado del daño a resarcir, que, finalmente,
puede ser menor o mayor, pues no tiene porque ser un
monto fijo, pero que sí permita al acusado saber a que
posiblemente se le estaría condenando a pagar. Tal
omisión se estima que ha incidido en su derecho de
defensa, razón por la que se considera procedente el
amparo en cuanto a este extremo”. Sentencia 942-15

“la prórroga de la prisión preventiva dictada por el


Tribunal del Segundo Circuito Judicial de la Zona
Atlántica Guápiles se llevó a cabo sin otorgar audiencia a
los abogados defensores de los tutelados -la prórroga de la
medida cautelar se dispuso en el caso de los señores
[NOMBRE002], [NOMBRE003] y [NOMBRE004] hasta
el 9 de diciembre del 2015, y en el caso de
[NOMBRE005] hasta el 18 de noviembre del 2015,
completando el plazo máximo de la prisión preventiva
ordinaria establecida en la legislación para casos de
tramitación compleja-. De manera que tal omisión, sea la
realización de la audiencia para conocer de la medida
cautelar de prisión preventiva gestionada por el Ministerio
Público sin la participación de los defensores de los
tutelados, lesiona los principios del debido proceso,
defensa, contradictorio o la bilateralidad de la audiencia, y
por ende repercute en la libertad personal de los tutelados.
En consecuencia, lo procedente es declarar con lugar el
recurso, sin ordenar la libertad de los amparados”.
Sentencia 459-15

“… el principio de defensa, que informa la relación entre


las personas y los órganos del sistema represivo estatal y
obliga a que le sea garantizada al ciudadano en todo
momento la posibilidad de defenderse en forma amplia y
efectiva de los cargos que contra ella hayan sido
formulados…” Sentencia 8872-11

“La Sala únicamente está facultada para determinar los


alcances del principio constitucional del debido proceso y
su derivado, el derecho de defensa, sin calificar, ni valorar
las circunstancias del caso concreto, aspecto que
corresponde dilucidarlo a la autoridad consultante.”(texto
aplicable para consulta judicial preceptiva eliminada por
ley 9003 de 2001) Sentencia 7958-05

“Debe indicarse que esta Sala ha venido perfilando el


contenido del debido proceso, haciendo la distinción entre
infracciones al proceso legal – o violaciones “in
procedendo” - que pueden ser corregidas a través del
curso del procedimiento administrativo o ante la
jurisdicción ordinaria, y las infracciones sustanciales a ese
procedimiento, que inclusive pueden ir más allá del
contenido de las normas procesales y cuyo irrespeto
provoca verdadera indefensión, siendo este un vicio que sí
debe ser analizado por la Sala Constitucional a través del
recurso de amparo.” Sentencia 10735-02

La defensa en juicio conlleva el efectivo ejercicio de ese


derecho por parte del encausado y quien le represente, en
el caso en examen el reproche se fundamenta en la alegada
falta de probidad del profesional que tuvo a su cargo los
intereses del imputado, pero no se logra establecer, en la
forma en que se plantea el reproche, que en realidad
existiera quebranto al principio de defensa en juicio en
relación a su ejercicio, pues el encausado dispuso
libremente sobre quién defendería sus intereses en juicio y
si a quien se les confió, no lo hizo, ello no lo fue por razón
atribuible a los órganos jurisdiccionales, sino a su propia
falta de diligencia para abogar por la defensa de sus
intereses. La defensa en juicio, cuando se ve afectada,
produce quebranto a las normas que garantizan el debido
proceso, pero en el caso en examen, según lo alegado por
el recurrente, dicho quebranto no se ha producido, pues la
mala escogencia que el hizo respecto al profesional al que
encargó sus intereses en juicio, sólo incide en su relación
para con él y no repercute en la garantía en comentario, si
quien lo hizo está debidamente autorizado para representar
en juicio y no se ha reconocido judicialmente que haya
sido infiel en su patrocinio".-Sentencia: 4244-01

“La simple discrepancia del recurrente con su defensor no


es motivo para estimar que se ha violado el debido proceso
y el derecho de defensa, pues es precisamente a su
defensor, profesional en derecho, al que corresponde
determinar la posibilidad y oportunidad de presentar una
incidencia y, de cualquier modo, el interesado tiene la
posibilidad de nombrar a otro abogado defensor.”
Sentencia 568-95

"Tampoco se ha violado el principio del debido proceso,


por cuanto la Corte Plena, al nombrar los jueces no ejercita
una competencia de carácter sancionatorio. El principio
del debido proceso garantiza que ningún derecho subjetivo
puede ser restringido ni eliminado sin previa garantía de
defensa del eventual perjudicado. En el presente caso, por
carecer los jueces de un derecho subjetivo a la reelección,
es evidente que la Corte Plena puede discrecionalmente no
reelegirlos, ya que, (como se dijo), no se trata del ejercicio
de una potestad de carácter sancionatoria...Sentencia 634-
94

“El derecho de defensa debe ser no sólo formal, sino


también material, es decir, ejercido de hecho, plena y
eficazmente, lo cual implica además, como aspecto de
singular importancia, el derecho a hacer uso de todos los
recursos legales o razonables de defensa, sin exponerse a
sanción ni censura algunas por ese ejercicio, así como la
necesidad de garantizar al imputado y a su defensor
respeto, al primero en virtud de su estado de inocencia
hasta no haber sido condenado por sentencia firme, al
segundo por su condición de instrumento legal y moral al
servicio de la justicia, cualquiera que sea la causa que
defienda, la persona del reo o la gravedad de los hechos
que se le atribuyan.” Sentencia 1739-92
El principio de defensa, como garantía constitucional
fundamental, tiende a resguardar la libertad del individuo
ante la posibilidad de que se le imponga indebidamente
una pena, por ello, no puede ni debe ser restringido en
forma alguna, sino más bien resguardado celosamente por
el legislador, el juez y el gobernante. El ordenamiento
procesal penal en vigencia, en su artículo 198 recepta el
principio ahora imperante de que todo se puede demostrar
y por cualquier medio ilícito, si ello es así nuestro
legislador ya ha optado, para que conforme al principio
constitucional de necesaria demostración de culpabilidad
irrestricta para ejecutar la defensa, se puede acreditar
cualquier hecho de importancia para la fijación de la
responsabilidad o no del encartado en el hecho delictivo
que se le atribuye. El principio de defensa debe
garantizar que el imputado cuente con el tiempo razonable
para la adecuada preparación de su defensa; lo que debe
valorar el juez en cada caso particular y el que el
procedimiento de acción privada haya estado reservado
históricamente a delitos contra el honor y la propaganda
desleal, cuya pena es de multa, al utilizarse en delitos de
acción pública sancionados con pena privativa de libertad,
violenta el principio de derecho a la defensa y al
procedimiento. Sentencia: 412-90, 5582-94, 104-95

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