Independientemente de qué le correspondía hacer a cada
uno de los tribunales recurridos a fin de que las resoluciones de la prórroga de la medida cautelar se notificaran correctamente a la defensa del imputado, lo cierto es que se constata que, debido a una descoordinación administrativa, el tutelado fue dejado en un estado de indefensión respecto a la solicitud de prórroga de su prisión preventiva, por cuanto dicha petitoria no le fue notificada a su defensor, lo que impidió que este ejerciera su defensa técnica y pudiera -si a bien lo tenía- impugnar la determinación de extender la medida cautelar. Así las cosas, se impone declarar con lugar el recurso por la lesión al derecho de defensa del tutelado, advirtiendo a las autoridades accionadas que deberán adoptar las medidas necesarias y coordinar lo pertinente para que, en lo sucesivo, no se vuelva a incurrir en la conducta que dio mérito a esta estimatoria. Sentencia 18764-17
De conformidad con lo expuesto por el legislador en la
exposición de motivos del proyecto que dio origen a la Ley No. 7425 (No. 11349), la condición contenida en la norma referida a que el defensor deberá estar debidamente acreditado en el proceso como requisito para que las comunicaciones con su cliente estén protegidas por el derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones tiene como fin, por una parte, garantizar la defensa técnica del imputado y, por otra, evitar que con ese pretexto no se puedan intervenir otras comunicaciones cuyo contenido puede ser ajeno al relacionado con la defensa propiamente dicha. Es claro que, en el caso puntual de esta Ley, el legislador solamente quiso tutelar la confidencialidad de la comunicación del imputado con su defensor; no así, la comunicación de aquel con cualquier otro abogado (relación que podría estar protegida por otros derechos). Así, la norma resguarda la función propia del defensor, que para los efectos de esta ley, no es cualquier profesional en derecho, sino solo aquel que ha sido debidamente acreditado en el proceso penal conforme a las reglas procesales del caso. Sentencia 14650-17 “Pese a lo indicado por la recurrida, en el sentido de que el cese de la tutelada se debió a su deficiente desempeño en el puesto y a las quejas en su contra interpuestas por otros funcionarios del tribunal, la Sala tiene como demostrado que no se le concedió audiencia previa alguna, para que ejerciera su derecho de defensa por estas presuntas faltas, ni se le impusieron sanciones disciplinarias que consten en el expediente personal de la amparada. De manera que, al no haberse concedido al menos tal audiencia de previo al cese de la prórroga del nombramiento de la recurrente, se le impidió ejercer su derecho de defensa por las faltas endilgadas, por lo que este Tribunal estima que procede la estimatoria del recurso, por la violación al derecho fundamental al debido proceso y el derecho defensa”. Sentencia 9574-17 “IV.- Sobre la afectación al derecho al debido proceso y el derecho a recurrir la resolución que le impone la prisión preventiva. El recurrente acusa que el Tribunal Penal de Liberia declaró inadmisible el recurso planteado contra la resolución del Tribunal de Flagrancia de ese mismo circuito, que ordenó el encarcelamiento preventivo por tres días de los amparados, en virtud del principio de taxatividad de los recursos en materia penal y la imposibilidad de que un Tribunal conozca en alzada la resolución de un Juez de igual rango, lo que lesiona sus derechos y garantías constitucionales. Si bien es cierto esta Sala ha avalado en su jurisprudencia que la inexistencia de recurso de apelación para las resoluciones de prisión preventiva dictadas en flagrancia -aún en casos en los que luego se dicta la incompetencia- (ver sentencia 2015- 001917 de las 9:05 horas del 11 de febrero de 2015), bajo una mejor ponderación, se rectifica ese criterio y se ordena admitir el recurso de apelación de la prisión preventiva dictada por un juez de flagrancia, en aquellos casos en que esa medida se adopta luego de que éste se declare incompetente y remita la causa al juez ordinario. Lo anterior porque es lógico que si la causa se estima "ordinaria", tenga acceso a la mismas reglas de esa instancia, incluido el recurso de apelación de la prisión preventiva. Lo contrario sería dejar a los imputados en un limbo jurídico, con lo peor de los dos sistemas, es decir, sin la celeridad de la flagrancia porque su causa ya no se tramitará bajo esas reglas, y sin la amplitud de la vía recursiva de la vía ordinaria, dónde sí se reconoce una vía recursiva más amplia para las causas tramitadas bajo ese procedimiento. Al haber dictado un juez una medida de prisión preventiva declarándose incompetente para conocer la causa en flagrancia, no es razonable aplicar las restricciones que establece la ley para el trámite de flagrancias, si la causa no pertenece a esa instancia. Lo contrario significaría que una causa que se tramita ante la jurisdicción penal ordinaria, tiene reglas distintas para los imputados cuyas causas se remiten por incompetencia, respecto a los que tienen el mismo procedimiento desde el inicio; trato a todas luces irrazonable y desigual, contrario a lo establecido en nuestra Constitución Política en su artículo 33 y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos en su artículo 24. Aplicar las limitaciones de acceso al recurso de apelación de la prisión preventiva de la materia de flagrancias a un caso que se tramitará bajo el procedimiento ordinario previsto en el Código Procesal Penal, únicamente porque el juez que dictó la medida cautelar es un juez de flagrancias declarado incompetente, es a todos luces un trato discriminatorio de los imputados frente a la ley. En consecuencia, se ordena al Juzgado Penal de Liberia, que admita como en derecho corresponda, el recurso contra la prisión preventiva interpuesto por la defensa de los imputados, en un plazo no mayor a 72 horas -ver en similar sentido la sentencia 2016-009525 de las nueve horas cuarenta y cinco minutos del ocho de julio de dos mil dieciséis-. Sentencia 9520-17
entre la fecha de notificación de la convocatoria de la
diligencia y el día en que esta se efectuó, medió un lapso de 8 días hábiles, plazo irrazonable para la adecuada preparación de la defensa y que incumple lo preceptuado por el artículo 311 de la Ley General de la Administración Pública. Sentencia 6974-17
es en cada caso concreto donde la Administración o
eventualmente el Juez debe ponderar si puede acogerse o no una causal eximente invocada por la parte en tal sentido; sin embargo, al negar el criterio jurisprudencial impugnado tal posibilidad, independientemente del caso que le sea sometido, se lesiona el derecho de defensa, el principio de razonabilidad y proporcionalidad. Tal violación surge a partir del momento en que la Sala Primera hace la distinción entre los supuestos establecidos en el artículo 86 referido, al reconocer la discrecionalidad de la administración para imponer dicha sanción en el primer supuesto “-Cuando los sujetos pasivos o declarantes reinciden en no emitir facturas ni comprobantes debidamente autorizados por la Administración Tributaria o no entregárselos al cliente en el acto de compra, venta o prestación del servicio”; y darle una lectura imperativa al segundo de ellos, “- Cuando pese a la prevención de la administración para que presenten las declaraciones que hayan omitido, o ingresen las sumas que hayan retenido, percibido o cobrado; en este último caso, cuando se trate de los contribuyentes del impuesto general sobre las ventas y del impuesto selectivo de consumo, no lo hagan dentro del plazo concedido al efecto”. Sentencia 639-17
“la recurrente acusa que el amparado quedó en
indefensión, toda vez que no fue llevado a la hora correcta a la audiencia de conciliación y recepción de pruebas, la cual se llevó a cabo sin su presencia. Tras analizar los autos, la Sala tuvo por acreditado que el amparado efectivamente no fue presentado a la audiencia por las autoridades. Asimismo, la Sala tuvo por acreditado una divergencia en las horas, pues se observa que la hora de presentación establecida por el Juzgado en la orden de remisión eran las 9:00 horas del 4 de noviembre de 2015, mientras que la resolución respectiva había fijado la audiencia para las 13:30 horas de ese día. Según manifestó la Jefatura de la Sección de Cárceles, fue a causa de este error que el amparado no pudo hacerse presente a la hora de la audiencia. La Sala constató el error apuntado, lo que ocasionó que el amparado no pudiera presentarse en la audiencia de conciliación y recepción de prueba, en perjuicio de sus derechos. En consecuencia, se declara con lugar el extremo, se anula la audiencia realizada y se ordena su reprogramación para el plazo máximo de un mes”. Sentencia 18821-15
“en el marco de la oralidad del proceso, “aun cuando se
grabe la audiencia, el juez debe consignar en el acta, de forma adecuada y suficiente (…) los fundamentos de su resolución” (Sentencia N° 2009-10895, énfasis añadido). De esta manera, aunque esta Sala ha venido sosteniendo que la resolución no debe confundirse con su registro o respaldo tecnológico (véase, entre otras, la Sentencia N° 2009-3117), también ha señalado que esto no exime a los juzgadores de su deber de garantizar la existencia de dicho respaldo, toda vez que este se constituye en una herramienta imprescindible para el ejercicio del derecho a la defensa por parte de los tutelados. De ahí que tampoco resulte admisible la forma en que la recurrida indica haber subsanado el yerro, realizando una resolución por escrito sin la participación de las partes, 6 días después -7 de octubre-, en la que indica haber anotado las argumentaciones que consideró, subjetivamente, fueran las más relevantes, la cual no se ha notificado a las partes, ni consta que con ella se pretendiera restituir el plazo para impugnarla”. Sentencia 16000-15 la falta de acceso al expediente completo supuso una amenaza al ejercicio del derecho de defensa del tutelado, considerando, incluso, el plazo breve que tenía para impugnar el acto. Sentencia 13109-15
Se desprende, del informe dado por parte de la
representante de la Federación recurrida, que está dentro de las atribuciones de la Asamblea General Extraordinaria acordar la destitución de los miembros de la Junta Directiva, de la Fiscalía o de cualquier otro órgano de la Federación, cuando así lo considere convenientes (Articulo XIV, inciso a). Asimismo, queda debidamente demostrado que la asamblea se convocó para conocer las actuaciones de la recurrente, de lo que esta quedó enterada en la sesión en que se decidió convocar a la asamblea. Bajo esta perspectiva, se observa que sí se ha mantenido enterada a la amparada que la Asamblea General Extraordinaria, era para conocer sus actuaciones. No obstante, no niega esta Sala la potestad de la Asamblea de destituir a los miembros de la Junta Directiva, no se observa que en la Asamblea General Extraordinaria del 25 de julio de 2015, se haya concedido a la amparada el derecho a defenderse de los cargos que se le atribuyen; ni que se le haya dado la oportunidad de ser escuchada o hacer su descargo. Tampoco consta que se le haya concedido la posibilidad legal correspondiente de impugnar la Asamblea General Extraordinaria, una vez llevada a cabo o de recurrir ante el Registro Nacional de Asociaciones y en apelación ante el Tribunal Administrativo Registral, cualquier decisión que se adopte. Sentencia 12538-15
“no se observa en autos —ni así fue informado por el
Decano de la Facultad Derecho, silencio que, conforme el artículo 45 de la ley que rige esta jurisdicción, permite tener por cierto el hecho— que hubiere mediado una comunicación hacia el recurrente, informándole las razones por las cuales no se le nombró como profesor del curso de Derecho Constitucional I en el primer semestre de ese año. En criterio de esta Sala, esa omisión resulta lesiva de su derecho de defensa. En efecto, reiteradamente, se ha sostenido que esa comunicación sirve como garantía de defensa, de modo que, al ser impuesto de las razones que motivan el acto, el afectado pueda —si así lo estima— impugnar lo decidido”. Sentencia 10523-15
en un caso similar al de estudio, en que un defensor
solicitó copia de la grabación de las cámaras al administrador del Segundo Circuito Judicial de San José, precisamente para los efectos solicitados por el recurrente en el sub examine, con el objeto de utilizarlo en un proceso judicial y se le indicó que debía ser gestionada por la autoridad judicial, este Tribunal rechazó por el fondo el recurso en sentencia No. 2014-11831 de las 9:05 horas del 18 de julio de 2014. Sentencia 9499-15
“al no tener el recurrente a su disposición y con suficiente
antelación, la prueba que resultó determinante para sancionar a la empresa amparada, se vio impedido para formular los alegatos de descargo que estimara pertinentes y, por ende, ejercer una adecuada defensa no sólo de previo a que se dictara el respectivo acto final del procedimiento, sino con posterioridad a la emisión de este último. Bajo dicha inteligencia, este Tribunal Constitucional no tiene duda que, en la especie, se han vulnerado, flagrantemente, los derechos fundamentales a la defensa y al debido proceso”. Sentencia 8594-15
“existe una obligación por parte del Órgano Director de
extender las citas a los testigos de descargo que se ofrezcan y acepten, cuando así se les solicite, por cuanto, a pesar de que no siempre, en algunos casos, sí la requieren para pedir permiso en su lugar de trabajo y poder comparecer ante la Administración a declarar. Tal confusión produjo que no recibiera el testimonio de la persona ofrecida y que el amparado se quedara sin prueba testimonial en el procedimiento seguido en su contra, lo que es inaceptable, pues ello sí incide negativamente en su derecho de defensa. Esta Sala ha considerado que en materia de debido proceso, únicamente, se revisan en sede constitucional, aquellas omisiones que vacíen de contenido la posibilidad de ejercer el derecho de defensa, lo que en el caso concreto ocurrió, ya que el amparado no presentó la única testigo aceptada”. Sentencia 8530-15
“procede estimar el amparo por violación al derecho de
defensa de los amparados y al debido proceso, toda vez que sin haber iniciado el procedimiento disciplinario dispuesto en su contra y darles la oportunidad de ejercer su derecho de defensa, se dictó una medida cautelar ante causam por 5 meses, que constituye el resto de su período como integrantes del Comité en cuestión, lo que la convierte en una remisión anticipada de su mandato. Se reitera, la administración puede adoptar este tipo de medidas cuando excepcionalmente se requiera de previo a iniciar el procedimiento disciplinario en cuestión, pero únicamente por 15 días; y ya una vez iniciado, las puede dictar por plazos mayores a ese, siempre que resulten proporcionados y debidamente justificados. En este caso, al tratarse de una medida ante causam que no reúne los requisitos establecidos, implica estimar el amparo, ordenar la nulidad del acuerdo impugnado únicamente en cuanto a la imposición de dicha medida y restituirles la condición que ostentan en el Comité en cuestión, sin perjuicio de que posteriormente la administración, de considerarlo pertinente, ajuste su actuación a derecho y tome las medidas que estime convenientes en el marco señalado”. Sentencia 8168-15
“el proceso penal, toda persona acusada de un delito tendrá
derecho a disponer del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa. Para el efectivo ejercicio del derecho de defensa en el proceso, se contempla el acceso irrestricto a las pruebas de cargo y la posibilidad de combatirlas. Se ha entendido que la prueba de cargo o incriminatoria, es aquella dirigida a demostrar la culpabilidad del encartado en un hecho delictivo y, en el caso concreto, se estableció que al imputado se le otorgó audiencia para que se refiriera a una prueba que se estaba allegando al proceso, que consistía en un expediente médico original, muy voluminoso, por lo que su defensor particular solicitó obtener fotocopias con el fin de examinarlo y contratar un consultor técnico, pero ello le fue denegado por la fiscalía recurrida. Esta denegatoria, considera la Sala, es violatoria del derecho de defensa del amparado, por cuanto crea una limitante innecesaria que perjudica su ejercicio pleno. En efecto, si el acceso a la referida prueba ya había sido establecido, tanto para el defensor, como para el perito o consultor técnico que se nombrara para esa diligencia, y así cumplir con la audiencia que se le otorgó, en lo cual está implícita la eventual responsabilidad por el mal uso o divulgación inapropiada de la información privada contenida en el expediente de referencia, al negar las copias del expediente se obliga a la defensa, en un plazo muy corto, a buscar un consultor que se sujete al horario del despacho, para poder tener acceso al expediente y estudiar, en ese lugar, exclusivamente, la citada prueba. El hecho de que se permita obtener las copias del expediente, o que se haya otorgado el acceso limitado, como se hizo, no releva, en ninguno de los dos casos, a las partes de la responsabilidad por el uso que se haga de la información privada que contiene. En relación con esto, es evidente que para que la defensa del imputado pueda referirse a la prueba que se puso en su conocimiento, se debe imponer sobre su contenido, por lo que la restricción, en apariencia, para resguardar la información privada, resulta ilegítima e ineficaz”. Sentencia 7841-15
“este Tribunal entiende las razones por las cuales se limitó
el acceso al amparado a su computadora institucional, lo cierto es que dicha situación no limitaba la posibilidad de que un funcionario del ICODER vigilara al tutelado al momento en que recabara la información de su interés, o adoptara alguna otra medida de seguridad tendiente a que el amparado pudiera ejercer su derecho de defensa, sin que ello conllevara a que se diera el riesgo de que se alteraran los elementos probatorios existentes. Así, en virtud de lo anterior, lo procedente es acoger el recurso en cuanto a este extremo”. Sentencia 7839-15
“la negativa a reproducir los datos que como se indicó, no
comprometen los derechos e intereses de la menor ofendida, sí restringe ilegítimamente el derecho de defensa del imputado” Sentencia 6661-15
“en este asunto sí existe una lesión a los derechos de la
tutelada, pues consta que la autoridad recurrida procedió a aplicar a ésta la multa prevista en el cartel de licitación pública número 2012-LN-000012-01, sin que de previo se otorgara a la empresa amparada la posibilidad de ejercer su derecho de defensa, lo que resulta ilegítimo conforme lo señalado en el voto número 2013-6639. En ese sentido, conviene aclarar que si bien la autoridad accionada procedió a dar audiencia a la amparada con anterioridad a la notificación de la resolución de curso de este recurso de amparo, lo cierto es que dicha situación no enmendó la violación a los derechos de la empresa tutelada, pues ya se había impuesto a ésta la multa por el supuesto incumplimiento en sus obligaciones contractuales, siendo que los efectos de dicha sanción todavía se mantenían al momento en que la recurrida rindió su informe”. Sentencia 5861-15
“La prohibición de ingresar discos en formato DVD a un
centro penal se encuentra respaldado en medidas de seguridad institucional. Los privados de libertad que decidan hacer uso de su derecho de defensa mediante el recurso de casación, tienen la posibilidad de hacerlo por medio de su defensa pública –aspecto que se le comunicó al amparado en el oficio de cita–. El abogado defensor puede ingresar una computadora portátil y se esa forma el amparado puede observar los videos que reclama. El amparado tiene a su disposición la copia de las actas del debate en donde se describe lo sucedido durante el juicio. Por lo anterior se concluye que no es cierto que la negación del ingreso de a los centros penales de equipos de DVD por políticas de seguridad, sea irrazonable y, menos aún, que limite su derecho de defensa, porque tal y como se indicó supra existen otros medios idóneos para hacer tener acceso al material probatorio y de esa forma presentar el proceso de revisión”. Sentencia 5487-15
“al analizar los argumentos planteados por el actor en esta
oportunidad, la Sala estima que no son de recibo y, por ende, no es inconstitucional el artículo 159 del Código Procesal Contencioso Administrativo. En efecto, en lo que respecta a la alegada vulneración del derecho de defensa, así como al proceso debido, la Sala estima (a diferencia de lo que sostiene el actor) que la audiencia, por 3 días hábiles, que se confiere al funcionario, en lo personal, para lo que tenga a bien señalar u oponerse de previo al dictado de la sanción de multa, satisface plenamente las exigencias del derecho al debido proceso, en los términos en que ha sido proclamado por los artículos 39 y 41 de la Constitución Política y en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Acerca del particular, es preciso advertir que en la especie nos encontramos en la etapa de ejecución, donde ya existe una sentencia de un Órgano Jurisdiccional que ha declarado la existencia de una situación contraria al ordenamiento jurídico, y en la cual el funcionario multado ya ha tenido ocasión de defenderse, ampliamente, en el proceso principal. Nótese que la sanción de multa va dirigida al funcionario que incumple sin justa causa cualquiera de los requerimientos del juez ejecutor tendiente a la efectiva ejecución del fallo, con lo que la audiencia va únicamente dirigida ha valorar el cumplimiento o no de dicho “requerimiento”. De modo que no se aprecia en el caso presente ninguna infracción del derecho de defensa y del debido proceso a propósito de la norma impugnada”. Sentencia 3095-15
“la estudiante amparada cursó los niveles de séptimo y
octavo año en el Colegio Monseñor Rubén Odio Herrera. Para el curso lectivo 2015, realizó el trámite de matrícula y aportó la documentación correspondiente. No obstante, el día de inicio de lecciones –10 de febrero de 2015– la institución le comunicó por escrito que no iba a continuar estudiando en ese centro, por cuanto se había detectado una supuesta alteración de notas en la documentación presentada en el proceso de matrícula. A partir del cuadro fáctico anterior, la Sala considera que la actuación del centro educativo lesionó los derechos fundamentales de la menor amparada, ya que del estudio de los elementos probatorios no se observa que previo a la comunicación de interrupción del proceso educativo, se hubiera garantizado el debido proceso y derecho de defensa de la estudiante. Si bien, el artículo 16 del Reglamento de Matrícula y Traslados de los Estudiantes establece que la matrícula que se realice con base en documentos o información falsa suministrada por el alumno o padre de familia, será absolutamente nula, en la especie no se acredita que la supuesta alteración de documentos hubiera sido comprobada mediante la realización de un debido proceso en el que se garantizara el derecho de defensa de la estudiante y sus encargados, tal y como manda el Derecho de la Constitución. Sin duda, la omisión apuntada vulneró los derechos fundamentales de la tutelada, ya que ocasionó que, por una lado, se viera sometida a un estado de indefensión y, por otro, que se interrumpiera ilegítimamente su derecho a la continuad del proceso educativo”. Sentencia 2855-15
“quedó constando que el interesado hizo gestiones para
que se le diera un mínimo de intervención y que nada obstaba para que como paso final al cierre de la investigación se le escucharan las observaciones que tuviera, más aún cuando, en el caso concreto el propio recurrente señala que no pretendía que se le diera acceso a las pruebas y a los nombres de las declaraciones y actuaciones protegidas por el velo de la confidencialidad y solamente solicitó que se le admitiera aportar prueba de su imposibilidad física para cometer las faltas que se le estaban atribuyendo.- Se demostró entonces que se le negó dicha posibilidad pues ni en la resolución final, ni en ninguna otra actuación dentro del expediente, constan las razones que tuvo la Administración para rechazar la solicitud planteadas por el recurrente, para ser tomado en cuenta y aportar la citada prueba que permitiera la realización de un informe y una investigación más equilibrada. Con ello se afectó ese derecho de intervención -limitada pero igualmente fundamental- al que se han referido los Magistrados Armijo Sancho y Jinesta Lobo, pues al recurrente se le impidió poder aportar elementos de juicio favorables a su posición, máxime en un proceso en el cual, como en este caso, la decisión final puede afectarle, pues existía la posibilidad, tal y como ocurrió, que el proceso se enviara al Ministerio Público y sirviera de base para el inicio de un proceso penal. De allí que la negativa de la Administración a atender las gestiones del recurrente sin motivo alguno y dejar de atender la prueba pedida bajo el argumento de que se trataba una investigación preliminar, sin justificar, ni motivar tal proceder, ni explicar en qué podría afectar su intervención a la calidad de la investigación, constituye una trasgresión al derecho de defensa y, en específico, al derecho de intervención”. Sentencia 1784-15
“En cuanto a la pretensión punitiva que echa de menos el
recurrente, queda claro de los autos que lo pretendido con la instauración de tal procedimiento es el resarcimiento por responsabilidad civil, por lo que si bien no se puede alegar desconocimiento del fin que se persigue, lleva razón respecto a que no se concretiza una suma estimada que supondría se deriva de los hechos en que se vio inmerso el tutelado. Debe tener claro la Administración que al instaurarse el procedimiento con una única finalidad pecuniaria, obligatoriamente, se tiene que definir un quantum aproximado del daño a resarcir, que, finalmente, puede ser menor o mayor, pues no tiene porque ser un monto fijo, pero que sí permita al acusado saber a que posiblemente se le estaría condenando a pagar. Tal omisión se estima que ha incidido en su derecho de defensa, razón por la que se considera procedente el amparo en cuanto a este extremo”. Sentencia 942-15
“la prórroga de la prisión preventiva dictada por el
Tribunal del Segundo Circuito Judicial de la Zona Atlántica Guápiles se llevó a cabo sin otorgar audiencia a los abogados defensores de los tutelados -la prórroga de la medida cautelar se dispuso en el caso de los señores [NOMBRE002], [NOMBRE003] y [NOMBRE004] hasta el 9 de diciembre del 2015, y en el caso de [NOMBRE005] hasta el 18 de noviembre del 2015, completando el plazo máximo de la prisión preventiva ordinaria establecida en la legislación para casos de tramitación compleja-. De manera que tal omisión, sea la realización de la audiencia para conocer de la medida cautelar de prisión preventiva gestionada por el Ministerio Público sin la participación de los defensores de los tutelados, lesiona los principios del debido proceso, defensa, contradictorio o la bilateralidad de la audiencia, y por ende repercute en la libertad personal de los tutelados. En consecuencia, lo procedente es declarar con lugar el recurso, sin ordenar la libertad de los amparados”. Sentencia 459-15
“… el principio de defensa, que informa la relación entre
las personas y los órganos del sistema represivo estatal y obliga a que le sea garantizada al ciudadano en todo momento la posibilidad de defenderse en forma amplia y efectiva de los cargos que contra ella hayan sido formulados…” Sentencia 8872-11
“La Sala únicamente está facultada para determinar los
alcances del principio constitucional del debido proceso y su derivado, el derecho de defensa, sin calificar, ni valorar las circunstancias del caso concreto, aspecto que corresponde dilucidarlo a la autoridad consultante.”(texto aplicable para consulta judicial preceptiva eliminada por ley 9003 de 2001) Sentencia 7958-05
“Debe indicarse que esta Sala ha venido perfilando el
contenido del debido proceso, haciendo la distinción entre infracciones al proceso legal – o violaciones “in procedendo” - que pueden ser corregidas a través del curso del procedimiento administrativo o ante la jurisdicción ordinaria, y las infracciones sustanciales a ese procedimiento, que inclusive pueden ir más allá del contenido de las normas procesales y cuyo irrespeto provoca verdadera indefensión, siendo este un vicio que sí debe ser analizado por la Sala Constitucional a través del recurso de amparo.” Sentencia 10735-02
La defensa en juicio conlleva el efectivo ejercicio de ese
derecho por parte del encausado y quien le represente, en el caso en examen el reproche se fundamenta en la alegada falta de probidad del profesional que tuvo a su cargo los intereses del imputado, pero no se logra establecer, en la forma en que se plantea el reproche, que en realidad existiera quebranto al principio de defensa en juicio en relación a su ejercicio, pues el encausado dispuso libremente sobre quién defendería sus intereses en juicio y si a quien se les confió, no lo hizo, ello no lo fue por razón atribuible a los órganos jurisdiccionales, sino a su propia falta de diligencia para abogar por la defensa de sus intereses. La defensa en juicio, cuando se ve afectada, produce quebranto a las normas que garantizan el debido proceso, pero en el caso en examen, según lo alegado por el recurrente, dicho quebranto no se ha producido, pues la mala escogencia que el hizo respecto al profesional al que encargó sus intereses en juicio, sólo incide en su relación para con él y no repercute en la garantía en comentario, si quien lo hizo está debidamente autorizado para representar en juicio y no se ha reconocido judicialmente que haya sido infiel en su patrocinio".-Sentencia: 4244-01
“La simple discrepancia del recurrente con su defensor no
es motivo para estimar que se ha violado el debido proceso y el derecho de defensa, pues es precisamente a su defensor, profesional en derecho, al que corresponde determinar la posibilidad y oportunidad de presentar una incidencia y, de cualquier modo, el interesado tiene la posibilidad de nombrar a otro abogado defensor.” Sentencia 568-95
"Tampoco se ha violado el principio del debido proceso,
por cuanto la Corte Plena, al nombrar los jueces no ejercita una competencia de carácter sancionatorio. El principio del debido proceso garantiza que ningún derecho subjetivo puede ser restringido ni eliminado sin previa garantía de defensa del eventual perjudicado. En el presente caso, por carecer los jueces de un derecho subjetivo a la reelección, es evidente que la Corte Plena puede discrecionalmente no reelegirlos, ya que, (como se dijo), no se trata del ejercicio de una potestad de carácter sancionatoria...Sentencia 634- 94
“El derecho de defensa debe ser no sólo formal, sino
también material, es decir, ejercido de hecho, plena y eficazmente, lo cual implica además, como aspecto de singular importancia, el derecho a hacer uso de todos los recursos legales o razonables de defensa, sin exponerse a sanción ni censura algunas por ese ejercicio, así como la necesidad de garantizar al imputado y a su defensor respeto, al primero en virtud de su estado de inocencia hasta no haber sido condenado por sentencia firme, al segundo por su condición de instrumento legal y moral al servicio de la justicia, cualquiera que sea la causa que defienda, la persona del reo o la gravedad de los hechos que se le atribuyan.” Sentencia 1739-92 El principio de defensa, como garantía constitucional fundamental, tiende a resguardar la libertad del individuo ante la posibilidad de que se le imponga indebidamente una pena, por ello, no puede ni debe ser restringido en forma alguna, sino más bien resguardado celosamente por el legislador, el juez y el gobernante. El ordenamiento procesal penal en vigencia, en su artículo 198 recepta el principio ahora imperante de que todo se puede demostrar y por cualquier medio ilícito, si ello es así nuestro legislador ya ha optado, para que conforme al principio constitucional de necesaria demostración de culpabilidad irrestricta para ejecutar la defensa, se puede acreditar cualquier hecho de importancia para la fijación de la responsabilidad o no del encartado en el hecho delictivo que se le atribuye. El principio de defensa debe garantizar que el imputado cuente con el tiempo razonable para la adecuada preparación de su defensa; lo que debe valorar el juez en cada caso particular y el que el procedimiento de acción privada haya estado reservado históricamente a delitos contra el honor y la propaganda desleal, cuya pena es de multa, al utilizarse en delitos de acción pública sancionados con pena privativa de libertad, violenta el principio de derecho a la defensa y al procedimiento. Sentencia: 412-90, 5582-94, 104-95