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República Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para A Educación Superior


Universidad Bicentenaria De Aragua
Facultad De Ciencias Administrativas Y Sociales
Escuela De Psicología
Extensión Estado Táchira, San Cristóbal

CÓDIGO DEONTOLÓGICO DEL PSICÓLOGO EN VENEZUELA


Análisis

Estudiante:
Mariangeles Huiza, C.I. 27353084
Ética del Psicólogo
Facilitador: Psic. Víctor Raúl Castillo
Sección T2
Trimestre VIII
https://youtu.be/kc0m9CzvpQU
En el ejercicio profesional del psicólogo en Venezuela, se requieren cumplir una serie de

normas ya establecidas y plasmadas en un código deontológico, el cual es una edición del

año 1981, que consta de 12 capítulos que hablan de los deberes éticos en las distintas áreas

en donde se puede desenvolver el profesional de la salud mental. Entonces partiendo de

esta premisa, la ética del psicólogo respecta a todos los deberes morales que este debe

cumplir en su área de trabajo e inclusive, en su vida profesional y personal, en donde se

plantea una obligación a ejercer las reglas propuestas en el código de ética, sin opción a

flexibilidad o blandura al momento de llevar a cabo el ejercicio profesional.

Si bien esta serie de reglas velan por la cientificidad y confiabilidad de todo lo que

respecta al ámbito profesional del psicólogo, y apoyan la importancia de la

confidencialidad y el respeto a la dignidad del otro, el código en su totalidad está construido

a partir del debeísmo, de una estructura rígida en modo de obligación, en donde no hay más

que exigencias que el profesional debe cumplir, de lo contrario este no actuará con bases

éticas y tendrá su respectiva sanción. Son imposiciones y ordenes que el profesional

amerita obligatoriamente cumplir, y de no ser así se ve envuelto en el juicio y crítica a su

desarrollo como profesional viéndose afectada su imagen en el área laboral.

En efecto, el “deber ser” o debeísmo es por ende, en donde se encuadra la moralidad

con las continuas obligaciones, lo cual respecta a la estructura rígida del deber acerca de “lo

que hay que hacer” o lo que se tiene que pensar y lo que se tiene que sentir ante una

situación determinada, sin opción a otra alternativa; esto nos lleva actuar sin conciencia,

creando juicios previos que bloquean el proceso de sumergirnos en el flujo natural de

experiencia, llevándonos muchas veces a tener expectativas sobre la realidad futura, o

viviendo en el pasado; el debeísmo es una expresión de nuestro intento por mantener el


control sobre las situaciones. Es una estructura de prohibiciones y órdenes, que nos provoca

sentimientos de malestar y culpa cuando decidimos no seguirlos, los cuales desaparecen al

momento de hacer concientes estos conflictos. Así pues, nos lleva a trabajar en el “darse

cuenta”, que es el primer paso para la conciencia, la cual es la base de la autenticidad.

En este sentido, la autenticidad, en opinión personal, es un valor importante a tomar en

cuenta a la hora de ejercer profesionalmente, que nace a partir de la verdad, la autonomía y

la originalidad, en el momento en que una persona se hace conciente de todo lo que es, de

lo que piensa, de lo que siente y de sus acciones, entendiendo esto como un todo y

aceptando cada parte de sí mismo, siendo responsable de sus sentimientos y conductas,

partiendo del autoconocimiento. Es así como la toma de conciencia de lo que ocurre a nivel

de mente, cuerpo y emoción requiere ser una referencia interna en todo momento, y por

supuesto el querer hacer algo con las cosas de las cuales somos concientes, en donde lo

mejor que se puede hacer es darnos el permiso de comprender todo aquello que es parte de

nosotros y finalmente aceptarlo y trabajarlo para reinventarnos y poder seguir construyendo

nuestro crecimiento personal y profesional.

Es así como, siguiendo la línea de la autenticidad, está la conciencia, y para dar lo mejor

de mi misma en el ejercicio como psicóloga, requiero primero hacerme conciente de las

acciones que voy a ejecutar, claro que siguiendo de esta manera la ética profesional, pero

en un sentido flexible y plasmando las normas con conciencia, pudiendo elegir entre lo que

está en mi capacidad de llevar a cabo, y lo que en algún momento no quiera accionar por

motivos personales, sabiendo que esto no me hará una mejor profesional ni tampoco actuar

de manera inadecuada, sino que, de este modo, puedo ejecutar mi profesión de manera

conciente y auténtica. Es así como hablamos de autenticidad, no como una cualidad de la


persona, sino como actitud de vida, en donde me hago responsable de mí mismo, siendo así

importante desarrollarla y trabajar en ella para actuar con el principio de la verdad y

sinceridad con nuestro ser, y consecuentemente con el otro.

No obstante, muchas de las normas propuestas en dicho código no van acorde a la

autenticidad, de la cual se ha hablado anteriormente, siendo parte del debeísmo, obligando

de cierto modo al profesional a cumplir una serie de ordenamientos, llegándolo a actuar de

manera “automática”. De modo que es requerido tomar en cuenta que la psicología es una

ciencia amoral, que no admite discriminación entre raza, sexo o religión, que no actúa bajo

juicio a las opiniones y perspectivas de los demás, en donde se es libre de pensar lo que se

quiera pensar, y de sentir lo que se quiera sentir, y esto la convierte en una ciencia que parte

de la autenticidad, llevando a cabo los actos con conciencia.

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