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La extracción de tierras raras y su impacto ambiental es un tema muy estudiado diversos grupos

defensores del ambiente, los cuales se oponen a esta actividad por las graves consecuencias que
genera Durante la explotación y procesamiento de estas tierras se crean cantidades considerables
de desechos (tóxicos, radiactivos, gases y polvos). La obtención de una tonelada de tierras raras
producirá alrededor de 9.000 y 12.000 metros cúbicos de gases, ricos en polvo concentrado,
conformado por ácido sulfúrico, dióxido de azufre y ácido fluorhídrico, cerca de una tonelada de
restos radioactivos y resultarán más de 75.000 litros de agua acidificada. en el terreno donde se
lleva a cabo. tierras raras es el nombre común de 17 elementos químicos: escandio, itrio y los 15
elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario,
europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio). Hay que señalar que en
esta clasificación no se considera la serie de los actínidos.

Aunque el nombre de «tierras raras» podría llevar a la conclusión de que se trata de elementos
escasos en la corteza terrestre, algunos elementos como el cerio, el itrio y el neodimio son más
abundantes. Se las califica de "raras" debido a que es muy poco común encontrarlos en una forma
pura, aunque hay depósitos de algunos de ellos en todo el mundo. El término "tierra” no es más
que un vocablo arcaico que hace referencia a algo que se puede disolver en ácido. Dicho de otro
modo, "tierra" es una denominación antigua de los óxidos.

La extracción de tierras raras en su etapa de explotación genera altos niveles de contaminación


ambiental por medio del desecho de materiales radioactivos producidos del subsuelo, como lo son
el torio y el uranio, dañando los suelos aledaños, incapacitándolos para su producción agrícola y
animal, lo que representa un gran impacto social dentro de las comunidades cercanas a las minas.

Los materiales radioactivos y ácidos utilizados para extraer y procesar las tierras raras contaminan
las fuentes de agua cercanas a la mina, causando enfermedades en los seres humanos y animales
que las consumen, además, los cráteres creados para su producción generan un gran impacto
visual, pudiendo disminuir la vistosidad de un paisaje entero.

Debido a que la explotación de estos recursos naturales se lleva a cabo en minas a cielo abierto,
los polvos generados no pueden ser tratados ni controlados, siendo expulsados directamente a la
atmósfera, causando la intoxicación de plantas, animales, aguas y seres humanos expuestos a los
mismos.

Debido a la gran utilidad y diversidad de aplicaciones que se le pueden dar a estas tierras, su
explotación será cada vez mayor, por lo que se debe trabajar en conjunto con las autoridades para
asegurar que se ejecuten de la manera más segura y menos dañina para el ambiente, es necesario
crear conciencia sobre el uso de estas, con el objetivo de lograr una disminución en la demanda de
extracción de tierras raras.

¿Qué son las tierras raras?

Según la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada, las tierras raras son un conjunto de
diecisiete elementos químicos conformados específicamente por los quince lantánidos, el
escandio y el itrio.
Para q sirven

En la actualidad, las tierras raras se han convertido, gracias al avance de las nuevas tecnologías, en
elementos insustituibles al emplearse también en aparatos comunes de nuestra vida diaria, como
teléfonos móviles, ordenadores o auriculares, y en las denominadas tecnologías verdes, tales
como coches eléctricos, aerogeneradores, paneles fotovoltaicos, iluminación LED, etc.

¿Cómo combatir su contaminación?

Los expertos recomiendan:

- Reciclar todo lo posible para luchar contra el daño ambiental de las tierras raras.

- Utilizarlas solo en aplicaciones realmente útiles y que puedan reciclarse. Su uso en


aerogeneradores, coches eléctricos o lámparas de bajo consumo merece la pena, porque además
de ser positivos para el medio ambiente, estos aparatos contienen la cantidad suficiente de tierras
raras que justifica su posterior reciclado y recuperación.

- No caer en el consumismo del usar y tirar, y evitar el derroche. Cambiar cada poco tiempo de
teléfono para estar “a la última” o utilizar aparatos como auriculares de baja calidad que apenas se
emplean una vez no debería estar en la cabeza de un consumidor responsable. Incluso, en caso de
necesidad, optar por el cambio de piezas obsoletas en lugar del aparato entero.
- Disminuir su cantidad y sustituirlos por otros materiales o aplicaciones. Los fabricantes, para no ser tan
dependientes de las tierras raras chinas, trabajan en nuevos modelos con la menor cantidad posible o
incluso sin ellas.

A la búsqueda de sustitutos

La volatilidad de los precios y la incertidumbre en torno al suministro han motivado que algunos empiecen a
buscar materiales alternativos. Un ejemplo es Ford Motor Company, quien ha reducido a la mitad el uso de
disprosio en sus nuevos modelos híbridos Fusion y C-MAX adoptando baterías de iones de litio y eliminando
la necesidad de neodimio, que se utilizaba en modelos anteriores con baterías de níquel-hidruro metálico.

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