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SALA CONSTITUCIONAL
Expediente N° 07-0312
El 23 de abril de 2007, la representación judicial del Comité de Tierras de Aguas
Negras y de los Sectores Macagua, La Coromoto y San Javier, solicitó la continuación
de la causa.
Por auto N° 860 del 29 de mayo de 2008, fue declarada improponible en derecho
la recusación presentada por el ciudadano Andrés Ramón Rodríguez Figueroa.
ANTECEDENTES
Celebrada la audiencia constitucional, el Juzgado estimó necesario el uso del
lapso de cuarenta y ocho (48) horas para el análisis de los elementos y pruebas aportado
por las partes.
El 6 de marzo de 2007, fue remitido nuevamente el expediente y anexos, toda
vez que los anteriores presentaban un error en la foliatura, siendo recibidos por esta Sala
el 8 de marzo de 2007.
II
Que “(…) presentamos ante (…) los Tribunales Civiles (…) acción de amparo
(…) en nombre y representación de Agrícola San Juan, C.A., Inversiones MT84, C.A.,
Alvaro Ramos Alfonso, sucesores de Ángel Alonso Suero, Desarrollos Río Aroa, C.A.,
Ganadería Palma Sola, C.A. y Agropecuaria Vitulano, contra la decisión judicial
constituida por mandamiento de ejecución forzosa dictado por el Juzgado Primero de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la Circunscripción
Judicial del Estado Yaracuy, actuando como Tribunal con competencia agraria (…)”.
Que “(…) para evitar que se puedan dictar sentencias contradictorias, siendo el
mismo acto el que afecta a unos y otros de nuestros representados, emanado del mismo
tribunal agraviante y siendo las mismas infracciones (…) solicitamos (…) se ordene,
una vez admitida la presente acción de amparo, su acumulación al expediente que
conformaba la precitada acción de amparo (…)”.
Que “(…) en el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil,
del Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Yaracuy (…)
conociendo como tribunal agrario, se tramitó un juicio con motivo de la interposición
de una acción que por ‘Dotación de Tierras’ incoaron los ciudadanos venezolanos
(…)”, los cuales enumera acompañado con sus números de cédulas de identidad
(Negrillas de la parte accionante).
Que “(…) en virtud de que no les fue conferida la dotación solicitada, fue la
razón por la que procedieron a demandar al Instituto Agrario Nacional, para que se
las dotara o si éste se negare, fuese condenado a dotárselas (…)”.
Que “(…) dicha decisión judicial quedó definitivamente firme y las actuaciones
(…) fueron remitidas al Tribunal de la Primera Instancia en el Estado Yaracuy, para su
ejecución. Por auto de dicho Juzgado (…) se fijó plazo para que la parte demandada,
Instituto Agrario Nacional, hoy INTI, diera cumplimiento voluntario a la sentencia, sin
que tampoco, se ordenara la notificación de la Procuraduría General de la República
ni del Procurador Agrario Nacional o Regional, en violación de lo dispuesto en el
artículo 97 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, en el
primero de los casos, y en el segundo, por cuanto a pesar de haber sido suprimida la
Procuraduría Agraria Nacional, no ha sido creada aún la Defensoría Especial Agraria
a la que se refiere (…) la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario”.
Que “(…) para sorpresa, tales nombres de adjudicatarios no coinciden con los
de los demandantes, a favor de quienes se declaró con lugar la acción en la sentencia,
con excepción de veintiséis de ellos, pero el solicitante de ejecución forzosa advirtió
que las adjudicaciones se harían a los que, para ese momento eran miembros del
Comité de Tierras Agua Negra, en nombre de quien dice actuar, sin que en algún
momento tal Comité hubiese sustituido procesal y legalmente, a los demandantes,
accionantes a título personal” (Negrillas de la parte accionante).
Que “(…) a pesar de que la sentencia dictada (…) no ordenó la entrega de bien
inmueble alguno (…) el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil,
del Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Yaracuy, dictó en
fecha 27 de marzo de 2006, el mandamiento de ejecución forzosa tal como lo solicitó
el ciudadano Andrés Rodríguez, en los siguientes términos: a.- Ordenó hacer las
adjudicaciones en los señalados cuarenta y tres (43) fundos (…), sin verificar si los
ocupantes y dueños de esos fundos eran los terceros cuyos derechos quedaron a salvo
en el Decreto; b.- Indicó el Tribunal que dichas tierras pertenecen al INTI, según
documento protocolizado (…), ordenando insertar el contenido del acta (mandamiento
de ejecución) y estamparle la nota marginal correspondiente; c.- (…) La Oficina
Subalterna de Registro Inmobiliario de los Municipios San Felipe, Independencia,
Cocorote y Veroes estampó la nota marginal a TODOS los documentos de propiedad
de los 43 fundos (…); d.- El 9 de mayo de 2006, el Tribunal de Primera Instancia
ordenó trasladarse y constituirse el día 11 de mayo de 2006, en el primer fundo que
aparece en el mandamiento de ejecución: Fundo Guaremal, a los fines de materializar
la adjudicación de lotes de terreno (…), haciendo uso de una cizalla para cortar la
cadena que cerraba la reja de acceso al fundo y procedió a poner en posesión a los
ciudadanos a quienes les fue adjudicado el mencionado fundo donde se encontraban
trabajadores del mismo y maquinaria (…); e) Que acordaba oficiar a la Guardia
Nacional a los fines que se mantuviera la medida de protección y resguardo del
Tribunal otorgada por ese Cuerpo para continuar con la efectividad de la ejecución
realizada (…)” (Mayúsculas y negrillas de la parte accionante).
Que “(…) se está pretendiendo ejecutar la sentencia sobre bienes que no son
propiedad del Instituto demandado, lo que constituye una violación al derecho
constitucional a la defensa y al debido proceso (…). No pudieron nuestros mandantes
alegar ni probar que esas tierras no eran las trabajadas por los demandantes, ni que
esas no eran las tierras del Instituto Agrario Nacional (…)” (Negrillas de la parte
accionante).
Que “(…) de los documentos de propiedad (…) puede advertirse las notas
marginales (…) como consecuencia del mandamiento de ejecución dictado por el
Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la
Circunscripción Judicial del Estado Yaracuy. Nuestros mandantes se encuentran
afectados en su derecho de propiedad (…), no pudiendo ejercer ningún acto de
disposición sobre ellos (…) lo cual viola el derecho de propiedad (…)”.
Que “(…) las tierras de los Fundos propiedad de nuestros mandantes (…)
conforman con todas sus instalaciones, cultivos y animales, fincas en plena producción,
en inminente riesgo de ser privadas de la posesión, en ejecución de la decisión del juez,
por parte de los adjudicatarios a los que se refiere el mandamiento de ejecución (…).
Al cumplirse la ejecución ordenada sobre los Fundos Agropecuaria El Guamal, C.A. y
La Maldereña (…) también se estaría incumpliendo con el deber del Estado de
promover el desarrollo armónico de la economía nacional, con el fin de generar
fuentes de trabajo (…), y de garantizar la seguridad jurídica, así como la
sustentabilidad, permanencia y equidad del crecimiento de la economía (…), la
seguridad alimentaria de la población (…)” (Negrillas de la parte accionante).
Que “(…) en ninguna parte de la sentencia que quedó firme en dicho juicio
ordenó las adjudicaciones, ni las superficies de las mismas, ni que lo fueran a personas
distintas que las que figuran como demandantes, ni que se ejecutara sobre bienes
propiedad de terceros, mucho menos que se obviara el procedimiento previsto en la Ley
de Tierras y Desarrollo Agrario, pues lo que decidió fue que el Instituto demandado
acometiera (…) las adjudicaciones según el procedimiento previsto en la Ley de
Tierras y Desarrollo Agrario (…)” (Negrillas de la parte accionante).
Que “(…) el confiscar los fundos, pues en forma alguna se prevé indemnización
por los bienes que la conforman, impediría a nuestras mandantes cubrir la cuota de la
seguridad alimentaria que está satisfaciendo (…)”.
Que “(…) la adjudicación (…) es un acto administrativo que debe emanar del
Instituto Nacional de Tierras, previo el cumplimiento del procedimiento
administrativo pautado y constituye la materialización de la adjudicación
permanente, que transfiere la posesión legítima de las tierras con el uso y goce de las
mismas, constituyéndose en una forma de tenencia especial, sin configurar
propiamente el derecho de propiedad de las mismas (…)” (Negrillas de la parte
accionante).
Que “(…) si bien los demandantes a título individual fueron los mismos a
quienes la sentencia definitivamente firme benefició con la acción declarada con lugar,
al momento de solicitarse la ejecución forzosa de la sentencia, el peticionario dice
actuar en nombre de un Comité de Tierras de Agua Negra, que aparece sustituyendo a
los demandantes a título personal en nombre de quien su mandatario actuó. Pero, en
forma por demás insólita, este Tribunal acordó tales adjudicaciones, como el
representante de dicho Comité según Acta de Asamblea Extraordinaria donde se
‘actualizaron’ los miembros para ese momento. Tal sustitución no era ni es legal
procesalmente posible”.
Que “(…) no puede tener valor la cosa juzgada de la sentencia dictada a esos
nuevos ‘miembros’ pues sólo coinciden en número de 26 de los demandantes (…) que
constituyen la parte actora en juicio, demandando a título personal e individual y no
puede resultar válida la solicitud de ejecución forzosa a nombre de una persona
jurídica que no es la misma que demandó”.
III
El 29 de enero de 2007, el Juzgado Superior Tercero Agrario de la
Circunscripción Judicial del Estado Yaracuy, declaró con lugar la acción de amparo
constitucional ejercida, en los siguientes términos:
IV
DE LA COMPETENCIA
En este orden de ideas, debe advertirse que para la época en que se interpuso el
recurso de apelación de autos se encontraba vigente Ley Orgánica del Tribunal Supremo
de Justicia de 2004, aplicable rationae temporis al presente caso, la cual en el cardinal
19 del artículo 25 establece como una de las competencias de la Sala Constitucional
“(…) conocer las apelaciones contra las sentencias que recaigan en los procesos de
amparo constitucional autónomo que sean dictadas por los juzgados superiores de la
República, salvo contra las de los Juzgados Superiores en lo Contencioso
Administrativo (…)”.
Que “(…) se declara con lugar los amparos accionados por los terceros
intervinientes, como acción sobrevenida de un proceso anterior de solicitud de
dotación de tierras y reconocimiento de los derechos de dotación de tierras pretendido
por integrantes del Comité de Tierras de Agua Negra (…) cerrando con su declaratoria
el ciclo procesal cuyo fin inicial es y ha sido la adjudicación de tierras del Estado
Venezolano a favor de ciudadanos que legalmente la reclaman. No se indicó reposición
de la causa y en consecuencia el juicio de origen del Tribunal de Primera Instancia
queda sin definición procesal, alterando el fondo de la litis y sacrificando la justicia
pretendida de los demandantes”.
Que “(…) el Tribunal de Primera Instancia del Estado Yaracuy (…) conoce
desde 1996 las acciones legales que el Comité de Tierras de Agua Negra y sus
asociados han gestionado para demandar al IAN y ahora al INTI, en su pretensión de
lograr la dotación o adjudicación de tierras por parte del Estado”.
Que “(…) el juez Humberto Brito actuó conforme a derecho, tuvo una actuación
legal para el bien de la justicia social hacer cumplir un derecho, conforme a las
facultades legales y la potestad normativa que como autoridad judicial le compete. No
usurpó funciones de otra autoridad pública porque actuó por su propia facultad
jurisdiccional para decidir. (…) la adjudicación de tierras por vía de decreto judicial
es ciertamente inédita y excepcional, más sin embargo no podía el Tribunal sustraerse
del cumplimiento de su obligación que era hacer efectivo el derecho”.
Que “(…) aún así, el juez titular del Tribunal Superior generaliza y se excede
en su decisión al declarar con lugar las acciones de amparo y anular totalmente el auto
dictado (…), sin dictaminar recomposición de la sentencia por vía de revisión o por
reposición de la causa si se hubiere demostrado la titularidad plena de la propiedad de
la tierra, dejando firme la sentencia sobre el resto de lotes adjudicados, sacrificando la
justicia pretendida por el colectivo del Comité de Tierras (…)”.
Que “(…) en fecha 23 de octubre de 1925 fue presentado por ante el Registro
Subalterno de San Felipe (…) el documento de adjudicación de 20.400 hectáreas de
tierras baldías hechas por el Ejecutivo Nacional a favor de 102 campesinos del
Municipio (…). En el mismo acto de presentación se incorporaron el Registro de las
operaciones de ventas hechas por los adjudicatarios a favor de José Rosario Moreno
(12.000 hectáreas) y Pedro Manuel Pérez (6.000 hectáreas), en fechas 23 y 24 de julio
de 1925 (…). Es en estos documentos donde se aprecia claramente la nulidad de los
actos en ellos contenidos. En primer lugar es clara la presunción de que los
compradores (…) procedieron con simulación o fraude al utilizar interpuestas personas
para adquirir dichas tierras ya que directamente no podían adquirirlas o comprarlas
porque la ley de tierras baldías y ejidos de esa fecha no lo permitía (…). Este vicio en
el consentimiento ab initio invalida el acto, lo hace nulo totalmente (…)”.
Que “(…) considerando que la sentencia del Tribunal Superior Tercero Agrario
de fecha 29 de enero de 2007, es jurídicamente ineficaz, sostengo el recurso de
apelación y solicito se declare nula y se suspenda los efectos de la misma y que (…) se
dictamine lo conducente para la definitiva solución al conflicto planteado entre el
Instituto Nacional de Tierras y este Comité de Tierras y sus integrantes (…) que se
declaren nulos el acto contenido en el Decreto del 10 de julio de 1925 registrado bajo
el N° 15 en el Registro Subalterno de San Felipe y los actos contenidos en los
documentos (…) de fechas 23 y 24 de julio de 1925, y consecuentemente se declare que
todos los actos que de ellos se deriven sean también nulos, sin efecto legal y por tanto
no demostrativos de la propiedad de la tierra que alegan los amparistas, propiedad
estas que se ha demostrado que fueron tierras de origen baldío y pertenecen a la
República bajo la administración, prerrogativas y privilegios que le otorga la Ley al
Instituto Nacional de Tierras (…)”.
VI
Que “(…) la sentencia recurrida debe ser confirmada (…) por la improcedencia
de la vía jurisdiccional para obtener los demandantes originales en el juicio principal
la dotación mediante títulos individuales y permanentes de terrenos, en razón de que
por vía administrativa los solicitantes no obtuvieron respuesta del Instituto
demandado (…)” (Negrillas de la parte).
Que “(…) la inclusión en el mandamiento de ejecución de los inmuebles
propiedad y posesión confesadas por el solicitante de la ejecución forzosa, de
nuestros mandantes dentro de las tierras a repartir como adjudicaciones en este juicio,
procedimiento judicial donde ellos no fueron parte, ni llamados por medio alguno para
intervenir (…), por lo que alegamos se estaba pretendiendo ejecutar la sentencia sobre
bienes que no son propiedad del Instituto demandado, lo que constituía una violación
al derecho constitucional a la defensa y al debido proceso, pues al no ser parte o
haber sido llamada nuestra representada a intervenir, se le impidió ejercer el derecho
a la defensa de las tierras ocupadas por ellas y que son de su propiedad, constituidas
por los fundos indicados (…), ni probar que esas tierras no eran las trabajadas por los
demandantes, ni que esas tierras propiedad del Instituto Agrario Nacional que se
encuentran dentro de las poligonales establecidas en el Decreto de 1963 que señala las
28.625 hectáreas” (Negrillas de la parte).
Que “(…) la vía ordinaria que sería la tercería (…) además de no estar
contemplada en (…) la de Tierras y Desarrollo Agrario (…), no resultaría el medio
idóneo, eficaz y breve para resolver la situación, ante la gravedad de las violaciones de
derechos constitucionales alegada, pues al proponerse sería contra las partes en el
juicio y los ‘adjudicatarios’ entre quienes el mandamiento de ejecución ordena repartir
los fundos no figuran como demandantes, por lo que estarían fuera del alcance de la
decisión en que dicha intervención se dictase (…)”.
Que “(…) pedimos que se confirme la sentencia que declaró con lugar las
acciones autónomas de amparo que (…) ejercimos para impugnar la validez y eficacia
de la decisión judicial constituida por el mandamiento de ejecución forzosa, que es el
que lesiona los derechos de nuestra representada, pretendiendo, como pretendemos,
evitar que se les afecte por el mandamiento de ejecución forzosa de una sentencia
dictada en juicio del cual no formó parte (…)” (Negrillas de la parte).
Que “(…) mi representada NUNCA fue parte del proceso, no siendo sino hasta
el momento en que el Juez encargado de ejecutar la sentencia definitivamente firme de
fecha 9 de septiembre de 2004, dicta su mandamiento de ejecución forzosa,
SORPRESIVAMENTE incluyendo en el mismo los fundos ‘LA PALMA’ y ‘EL
ROCÍO’, propiedades de mi representada, ADJUDICÁNDOLES las mismas a personas
que no han sido poseedoras de dichas tierras y que no fueron siquiera parte del
proceso (…)” (Negrillas y mayúsculas de la parte).
Que “(…) en el presente caso (…) el Juez actuó fuera de su competencia al
dictar un auto y mandamiento de ejecución sobre bienes que nunca fueron objeto del
litigio y atribuirse la competencia para adjudicar tierras a personas ajenas al juicio
principal y a personas que ni siquiera son residentes de la zona”.
VII
Visto lo anterior, pasa esta Sala a decidir las presentes apelaciones, y al respecto
observa lo siguiente:
Asimismo, señaló que se desprende del análisis de las actuaciones del Juzgado
Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la
Circunscripción Judicial del Estado Yaracuy, que el mismo “(…) incurrió en
usurpación de funciones, toda vez que la Ley no le permitía realizar adjudicaciones de
tierras y como consecuencia de ello violó el artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, es decir, el debido proceso y el derecho a la
defensa ya que las partes agraviadas no fueron parte en el juicio en donde se determina
el derecho de adjudicación a los ciudadanos allí señalados y que la ejecución de la
sentencia proferida por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil, del Tránsito y Agrario del Estado Yaracuy, recayó sobre parcelas que
estaban ocupadas con antelación por los querellantes (…)”.
En primer lugar, advierte esta Sala que ante el Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial
del Estado Yaracuy, se tramitó -conociendo como Tribunal agrario- un juicio por
dotación de tierras, incoado el 8 de octubre de 1996, por la abogada Dulce Arduo
González, en representación de un gran número de ciudadanos que se desempeñaban
como agricultores. Ello así, del escrito contentivo de esta acción por dotación de tierras
se desprende lo siguiente:
“(…) les deben ser adjudicadas por el Instituto Agrario Nacional las tierras
que se indican en la dispositiva; (…) en caso de no ser el Instituto Agrario
Nacional, propietario de dichas tierras, debe proceder a su adquisición por
vía amistosa o expropiatoria; (…) el régimen de dotación correspondiente
(gratuito u oneroso, individual o colectivo) debe ser determinado por el
propio Instituto Agrario Nacional (…); (…) la Delegación Agraria del
Estado Yaracuy a través del Departamento Local de Dotaciones tiene
noventa (90) días desde que esta sentencia quede firme para remitir el
expediente administrativo a la sede central del Instituto Agrario Nacional;
(…) el Departamento de Dotaciones del Instituto Agrario Nacional en un
término de treinta (30) días desde la recepción del expediente, debe poner
en posesión de las tierras a los beneficiarios mediante la entrega de los
títulos correspondientes. Los lapsos indicados (…) se corresponden con los
establecidos en los artículos 96 y 97 de la Ley de Reforma Agraria, por lo
que no tiene aplicación el término general de sesenta (60) días señalados
por el ciudadano Juez de la causa; (…) no puede el Instituto Agrario
Nacional ni sus oficinas Regionales desechar a alguno de los dotarios
nombrados o aducir (…) técnicas relacionadas con el inmueble sub litis,
porque con el proceso judicial precluyó toda oportunidad de hacerlo; (…)
debe el Instituto Agrario Nacional proceder a ocupar previamente dichas
tierras, dando cumplimiento a las disposiciones legales aplicables, entre
ellas el pago por las bienhechurías y derechos que pertenezcan a terceros
(…)”.
“(…) se infiere que el artículo 307 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela establece que los campesinos o campesinas y
demás productores o productoras agropecuarios tienen derecho a la
propiedad de la tierra, en los casos y formas especificados por la Ley
respectiva. Esto implica el reconocimiento material por parte del Estado
de ese derecho subjetivo tutelado, que esencialmente no es otra cosa sino
el derecho a ser ‘dotado’ de tierras económicamente aptas para la
producción, está vinculado al previo cumplimiento por los beneficiarios de
ese derecho, de una serie de requisitos establecidos en la Ley y que da
inicio a un procedimiento administrativo, que como tal, concluye con un
acto administrativo que lo niega o lo acuerda y se materializa mediante el
otorgamiento del Título de Dotación.
Sin embargo, resulta evidente que no puede el Tribunal ordenarle al hoy
suprimido Instituto Agrario Nacional, que cumpla una prestación ‘de
hacer’ violando las normas y preceptos contenidos en la nueva Ley de
Tierras y Desarrollo Agrario, y con prescindencia de los requisitos legales
y reglamentarios establecidos para ello (…), pues caso contrario, ello
implicaría una violación directa de lo preceptuado en el artículo 307 in
fine de la Constitución vigente (…).
Aprecia este Juzgador que las tierras peticionadas en dotación bajo el
esquema de la Ley de Reforma Agraria, deben formar parte integral del
patrimonio del Instituto Agrario Nacional (…).
(…) se observa que el escrito presentado por la apoderada de la
demandada [Instituto Agrario Nacional] de fecha 07 de enero de 1997,
relacionado con la falta de culminación del proceso administrativo no tiene
validez en cuanto a la cuestión previa, lo que viene a constituir una
confesión judicial en relación a la omisión de tramitación del proceso
administrativo, por lo que surge que efectivamente el procedimiento
administrativo no fue tramitado a pesar del tiempo transcurrido (…).
… omissis …
(…) este Tribunal considera que la acción resulta procedente, que al
Instituto Agrario Nacional en su oportunidad le correspondía la
tramitación debida del procedimiento administrativo y en consecuencia
proceder a la dotación conforme a los principios rectores establecidos en la
Ley de Reforma Agraria, actualmente derogada. Más, sin embargo (…)
resulta procedente que la JUNTA LIQUIDADORA DEL INSTITUTO
AGRARIO NACIONAL o el INSTITUTO que al efecto haya designado el
Ejecutivo Nacional, se acometa al procedimiento de adjudicación,
conforme lo previsto en (…) la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario (…).
(…) En relación a la medida de secuestro sobre el bien sub litis, dictada en
la sentencia por el ciudadano Juez de Primera Instancia Agrario del Estado
Yaracuy, se observa que siendo un principio elemental de defensa implica
que sea dictada oportunamente y en el fuero agrario debe evitarse tales
medidas, porque ello supone la entrega del bien a un secuestratario
diferente a las partes a quien nadie provee de fondos suficientes para
explotar la tierra, lo que obra contra el interés colectivo. En tal sentido, se
SUSPENDE la medida dictada por el a quo (…).
(…) no hace pronunciamiento alguno respecto a la tercería propuesta, por
considerarlo inoficioso (…).
En base a las consideraciones precedentes (…) DECLARA SIN LUGAR la
apelación interpuesta por la apoderada del Instituto Agrario Nacional (…)
contra la sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia con
competencia Agraria de la Circunscripción Judicial del Estado Yaracuy, de
fecha 17 de junio de 1998 (…).
SE DECLARA CON LUGAR LA ACCIÓN DE LOS DEMANDANTES
(…). SE ORDENA AL INSTITUTO AGRARIO NACIONAL o al INSTITUTO
que al efecto designe el Ejecutivo Nacional, se acometa al procedimiento de
adjudicación, conforme lo previsto en el Capítulo V contenido en los
artículos 62 y siguientes de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. SE
SUSPENDE LA MEDIDA DE SECUESTRO dictada por el Juzgado a
quo. SE MODIFICA la sentencia dictada por el a quo.
(…) Por cuanto la presente sentencia se publica fuera del lapso establecido,
notifíquese a los accionantes y a la JUNTA LIQUIDADORA DEL
INSTITUTO AGRARIO NACIONAL o al INSTITUTO que haya designado
el Ejecutivo Nacional (…)” (Mayúsculas y negrillas del original).
Ello así, dicho Juzgado ordenó notificar al Director del Instituto Nacional de
Tierras del Estado Yaracuy, a la Dirección Regional del Fondo de Desarrollo
Agropecuario, Pesquero, Forestal y Afines (FONDAFA) del Estado Yaracuy, a la
Dirección Regional del Ministerio del Popular para la Economía Comunal (MINEP) del
Estado Yaracuy, a los fines de exhortar sobre la existencia de un litigio en la zona
mencionada y, en consecuencia, se abstuvieran de otorgar documentación y créditos que
recaigan sobre las tierras involucradas en el juicio.
Por tanto, al no existir esa afectación personal, debe concluirse que tampoco se
le causa un gravamen al Juez que dictó la sentencia anulada con el amparo, toda vez que
dicho funcionario al dictar su decisión no lo hace con un interés propio, sino, se insiste,
en nombre de la República Bolivariana de Venezuela.
De manera que, reitera esta Sala, que en principio los Jueces carecen de
legitimación para impugnar una decisión de amparo que consideren adversa, por el
hecho que se haya declarado con lugar la pretensión de la parte actora al finalizar el
procedimiento de amparo, en primera instancia, salvo que se vea comprometida su
responsabilidad disciplinaria.
Ahora bien, de dicho fallo se desprende que fue acordada la dotación de tierras
solicitada por un grupo de ciudadanos y, tanto en su motiva como en el dispositivo, el
citado Juez Superior Agrario precisó que resultaba procedente que la Junta Liquidadora
del Instituto Agrario Nacional o el Instituto que al efecto designare el Ejecutivo
Nacional “(…) se acometa al procedimiento de adjudicación, conforme lo previsto en
el Capítulo V contenido en los artículos 62 y siguientes de la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario (…)”.
Ello así, se advierte que el auto que acuerda dicho mandamiento de ejecución, es
del tenor siguiente:
En tal sentido, debe esta Sala advertir que el Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial
del Estado Yaracuy, al pronunciar el referido mandamiento de ejecución, lejos de
adecuarse a lo acordado en el fallo dictado por el citado Juzgado Superior Agrario el 9
de septiembre de 2004, se extralimitó, pues asumió como propias, competencias
directamente atribuidas al Instituto Nacional de Tierras, por el Decreto con Fuerza de
Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, toda vez que no sólo acordó la adjudicación de
tierras sino que acordó la entrega de Títulos Permanentes.
Ahora bien, esta Sala considera advertir que en la presente acción de amparo
constitucional, no se encuentra en discusión la titularidad de las tierras objeto de
adjudicación, toda vez que el eje central de la pretensión se refiere a la vulneración de
los derechos constitucionales a la defensa y al debido proceso, por la extralimitación en
la que incurrió el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del
Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Yaracuy, al acordar a
través del mandamiento de ejecución dictado el 27 de marzo de 2006, la adjudicación y
la entrega de Títulos Permanentes, actuando de esta manera fuera del ámbito de sus
competencias, según lo dispuesto en el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales.
“(…) Del estudio de las actas que conforman el expediente se constata, que
la decisión de última instancia proferida por el Juzgado Superior Tercero
del Estado Lara, se verificó el 9 de septiembre del año 2004, bajo el rigor
del entonces Decreto con Fuerza de Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, a
pesar que su fundamentación se correspondió con las instituciones y
principios de la Ley de Reforma Agraria y la Ley Orgánica de Tribunales y
Procedimientos Agrarios. En ese sentido y los fines de la solicitud de
ejecución peticionada, debe esta sentenciadora en atención al marco
jurídico aplicable RATIONE TEMPORIS, de conformidad con lo
establecido en el artículo 9 del Código de Procedimiento Civil, establecer
algunas consideraciones de interés.
… omissis …
Así las cosas, la sentencia definitivamente firme recaída en el presente
juicio ordenó a la Junta Liquidadora del Instituto Agrario Nacional o al
ente encargado de la dotación de tierras cumplir con la dotación de tierras
a favor de los demandantes y especificó los lotes de dicha dotación las
cuales son: sitio denominado Aguas Negras, fundo Macagua, Sectores
Macaguita, San Javier y la Coromoto, con una extensión aproximada de
TRESCIENTAS OCHENTA Y CINCO HECTÁREAS CON
CUATROCIENTOS DOS METROS CUADRADOS ( 385 ha con 402mts2),
en el sector San Javier; Macaguita con TRESCIENTAS CINCO
HECTÁREAS CON NOVECIENTOS QUINCE METROS CUADRADOS
( 305 ha con 915 mts2); Macagua con MIL DOSCIENTOS TREINTA Y
SEIS HECTÁREAS CON DOSCIENTOS CUARENTA METROS
CUADRADOS (1236 Has con 240 mts2) y La Coromoto con MIL
TRESCIENTOS NOVENTA HECTÁREAS CON QUINIENTOS OCHENTA
METROS CUADRADOS (1390 Has con 580 mts2); dentro de los siguientes
linderos NORTE: Línea del antiguo Ferrocarril Bolívar; SUR: Río
Yaracuy; ESTE: Línea del antiguo ferrocarril Bolívar; OESTE: Con la
finca del sr Fermín Bello, asi como también los terrenos de Alambique
Boca de Aroa, Yaracuy la Hoya, todo esto según aclaratoria de sentencia
del fallo del Juzgado Superior Tercero Agrario del Estado Lara, fecha 16
de septiembre del año 2004.
… omissis …
Por todos los argumentos anteriormente expuestos, este Juzgado Primero
de Primera Instancia Agraria del estado Yaracuy continuando con la
ejecución del fallo dictaminado por el Juzgado Superior Tercero Agrario
del Estado Lara en fecha 9 de septiembre del año 2004, instruye
suficientemente al ciudadano JUAN CARLOS LOYO, Presidente del
INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS y la OFICINA REGIONAL DE
TIERRAS DEL ESTADO YARACUY, a realizar lo siguiente: PRIMERO:
Iniciar en un lapso no mayor de veinte días (20) hábiles los procedimientos
de adjudicación de las tierras en los lotes de terreno: ubicadas en el sitio
denominado Aguas Negras, fundo Macagua, Sectores Macaguita, San
Javier y la Coromoto, con una extensión aproximada de TRESCIENTAS
OCHENTA Y CINCO HECTÁREAS CON CUATROCIENTOS DOS
METROS CUADRADOS ( 385 ha con 402mts2), en el sector San Javier;
Macaguita con TRESCIENTAS CINCO HECTÁREAS CON
NOVECIENTOS QUINCE METROS CUADRADOS ( 305 ha con 915
mts2); Macagua con MIL DOSCIENTOS TREINTA Y SEIS HECTÁREAS
CON DOSCIENTOS CUARENTA METROS CUADRADOS (1236 Has con
240 mts2) y La Coromoto con MIL TRESCIENTOS NOVENTA
HECTÁREAS CON QUINIENTOS OCHENTA METROS CUADRADOS
(1390 Has con 580 mts2); dentro de los siguientes linderos NORTE: Línea
del antiguo Ferrocarril Bolívar; SUR: Río Yaracuy; ESTE: Línea del
antiguo ferrocarril Bolívar; OESTE: Con la finca del sr Fermín Bello, asi
como también los terrenos de Alambique Boca de Aroa, Yaracuy la Hoya,
todo esto según aclaratoria de sentencia del fallo del Juzgado Superior
Tercero Agrario del Estado Lara, fecha 16 de septiembre del año 2004; A
favor de los ciudadanos y ciudadanas IGNACIO BARBOZA, ANDRÉS
RODRÍGUEZ, RICARDO BARBOZA, BAUCILIO GUTIÉRREZ, MINERVA
GUTIÉRREZ LÓPEZ, SEILA MARIBEL PEROZA CASTILLO, JOSÉ
LOURDES ORTEGA, DANILO ORTEGA ILARRAZA, ESTALIN
GUTIÉRREZ, TARCIDA MARÍA VARGAS RAMONES, DELIO BOLÍVAR,
MÉLIDA GUTIÉRREZ, JOSÉ PÍO BARBOZA, CONCEPCIÓN
GUTIÉRREZ, BELYS BARBOZA LANDINEZ, YEISON JOSÉ GRATEROL
BARBOZA, BURELYS BARBOZA LANDINEZ, RAÚL LÓPEZ CAMPO,
JOSÉ VIRGILIO LANDINEZ BOLÍVAR, ELEAZAR NAVAS ORTEGA,
FRANCISCO BOLÍVAR, RICARDO LÓPEZ, MARÍA DE JESÚS TORRES,
BAUCILIO GUTIÉRREZ LÓPEZ, JOSÉ WILFREDO LÓPEZ LANDINEZ,
ONORIO LANDINEZ, ANDRÉS SATURNO SILVA LÓPEZ, WUISMAN
LANDINEZ, ELADIO RENGIFO LANDINEZ, CIRILO BOLÍVAR, JESÚS
MARÍA LANDINEZ BOLÍVAR, ROGELIO JOSÉ BOLÍVAR BARBOZA,
EUSEBIO BAUTISTA LARA MAÍZ, GUERMIN VIRGILIO BARBOZA
ORTEGA, NELSON GARCÍA GUTIÉRREZ, ALLINSON GARCÍA
RENGIFO, AGRICEL NADALY MANOTA BARBOZA, VALENTÍN DEL
CARMEN VENTURA SÁNCHEZ, SEBASTIÁN GARCÍA GUTIÉRREZ,
JOSÉ ADIMIL LÓPEZ BARBOZA, FRANZ ILARRAZA RENGIFO,
ELIZABETH LANDINEZ, EUDES BARBOZA LANDINEZ, ANA LÓPEZ,
JOSÉ ÁNGEL BARBOZA ORTEGA, INOVEVA RENGIFO, DEGLAMADA
BARBOZA, THOMAS ALEXANDER ARSENIJEVIC LENZ, MÁXIMO
BOLÍVAR, JOSÉ DE LA CRUZ GRATEROL, RÓMULO ILARRAZA,
SEGUNDO RENGIFO, KLAY ANACLETO MONTERO SUÁREZ, JESÚS
LANDINEZ BOLÍVAR, ELENA MARÍA QUIÑONES, TOMASA GIUOMAR
DÍAZ LÓPEZ, ALIRIO RUPERTO GARCÍA SÁNCHEZ, CHERRY
GRATEROL, ADOLFO REYES PACHECO, CASTOR SUÁREZ, MARÍA
SEGUNDA LÓPEZ BARBOZA, ALICIA MONTERO SUÁREZ,
GERÓNIMO RENGIFO, DELIO JOSÉ BOLÍVAR LÓPEZ, EMMY
LANDINEZ, JULIO CÉSAR RENGIFO GUTIÉRREZ, ADELMIRA
ESCALONA ROJAS, YANETZY GARCÍA LANDINEZ, YUDITH DARIA
LANDINEZ, MILTON LANDINEZ, JOSÉ RAMÓN ESPINOZA ILARRAZA,
BENERDINO MONTERO, JOSÉ REINO LÓPEZ, EUCLIDES FERNANDO
ILARRAZA BARBOZA, JOSÉ RAFAEL MEJÍAS, RICARDO LANDINEZ
BARBOZA, FÉLIX LEONES INFANTE, JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ
DURÁN, JOSÉ GONZALO RODRÍGUEZ PARRA, FELÍCITA
GUTIÉRREZ, JUANA RAMONA CHIRINOS, LIBERT OSWALDO
ZAMBRANO ORTEGA, RITA QUINTINA RAMOS, JONNY WILFREDO
LEAL, JUAQUÍN PERALTA, TORIBIO CARDOZO LEÓN, TOMAS
ELIESER EREU, FRANCISCO JAVIER PERALTA, GLORIA MARINA
GUTIÉRREZ PACHECO, CARLOS LUIS TORREALBA, LEYLA
QUERALES MARTÍNEZ, YRMA ZULAY MARTÍNEZ MATERÁN,
GERARDO ANTONIO RAMÍREZ LÓPEZ, JULIETA GRATEROL, LUIS
FRANCISCO RODRÍGUEZ, RICHARD JOSÉ VERASTEGUI BANDEZ,
CARLOS AUGUSTO VELASQUEZ IBRAHIN, PEDRO LUIS CHOPIN
GRATEROL, CARLOS RUFINO ALFONZO FREITES, JOSÉ RAFAEL
CASTILLO RENGIFO, JUANA TERESA GONZÁLEZ, ENRIQUE JOSÉ
RIVERO HERNÁNDEZ, FREDY BARBOZA SUÁREZ, ANA RAFAELA
OBISPO, MARÍA ESTELA VÁSQUEZ LUCENA, JOSÉ FROILÁN
VÁSQUEZ, ALFREDO ANTONIO OCHOA RAMÍREZ, AURELIANO
VÁSQUEZ, FÉLIX ANTONIO SALAZAR, JASMÍN JOSEFINA PEROZA
YEPEZ, DILIA ISABEL CARRERA PARRA, EMILIA GUEVARA
CAPDEVILLA, CARMEN YOLANDA CARO, EDGAR ELPIDIO PÉREZ
GIMÉNEZ, OLGA EFERINA GALLO TRAVIESO, ELIZABETH GUEVARA
CAPDEVILLE, JAIME ENRIQUE PACHECO BARROSO, HUGO RAMÓN
RODRÍGUEZ PARRA, CARLOS EDUARDO CASTILLO GUEVARA,
ALEXIS LANDINEZ GARCÍA, BENIGNO ARMANDO PÁEZ ÁLVAREZ,
ALBERTO JOSÉ CASTILLO GUEVARA, JOSÉ PÉREZ CASTILLO,
ANDRY ADELYS MENDOZA PARADAS, JACINTO RAMÓN ZAVALA,
PEDRO MANUEL GIMÉNEZ, TIRSO DAVID ROJAS, HIPÓLITO
ANTONIO ZABALA, SIMÓN BARBOZA, TERESA LANDINEZ, ABELARDI
BOLÍVAR BARBOZA, JOSÉ ALEX LANDINEZ, LUIS MUJICA
ORDÓÑEZ, ANDRÉS RICARDO LUGO COLMENAREZ, ALCIDES
ANTONIO SIVIRA ADJUNTA, JUAN FRANCISCO PERALTA JIMÉNEZ,
JOSÉ LEONARDO CARRERA PARRA, YRVIN GUSTAVO YLARRAZA
GRATEROL, JOSÉ EUSTOQUIO OCHOA, LERVYS JOSÉ ZAMBRANO
ORTEGA, RUDY GARCÍA LANDINEZ, IVES IYERLIN GARCÍA GAFARO,
ALEJANDRO TIMAURE, JERÓNIMO GAUNA PEROZO, FRANYERMI
ANTONIO FREITES VÁSQUEZ, JOSÉ ELMIN ILARRAZA, ALIRIO
NABOR CHIRINOS PERAZA, ELISA MARÍA CHIRINOS, ANA
ALVARENGA, LUIS ALBERTO SARABIA SÁNCHEZ, EMILIO JOSÉ
GONZÁLEZ, WILLIANS ALBERTO RODRÍGUEZ CAMACARO,
RICARDO RENGIFO, MARÍA ELAIDA RENGIFO, REINALDO JOSÉ
RZEMIEN FREYTEZ, AURA ROSA SÁNCHEZ VARGAS, JOSÉ
CONTRERAS, WUILLIANS LANDINEZ GRATEROL, MARIO RAFAEL
SEQUERA MUJICA, REIMUNDO MORA VILLEGAS, JORGE ERNESTO
COLINA MARTÍNEZ, ALEXIS ESCALONA, JOSEFINA ORTEGA, ELIO
RAMÓN SUÁREZ, MARÍA BALDONIA ESCALONA, RUTILIA SÁNCHEZ
GARCÍA, NAUDY GERÓNIMO GARCÍA MONTERO, RAFAEL ANTONIO
FREYTEZ VÁSQUEZ, NERIO ALÍ MÉNDEZ BLANCO, PEDRO LUIS
RODRÍGUEZ NAVARRO, CRUZ MARIO PEROZO QUINTERO, RAFAEL
ROMARI MAGO, EDGAR SEQUERA, JULIO ENRIQUE DÍAZ ZERPA,
LUISA MERITA PARRA DE DÍAZ, OLINDO PLÁCIDO GALLO
TRAVIEZO, JOSÉ CLEMENTE MORALES, RAFAELA DEL CARMEN
LUCENA DE VÁSQUEZ, MERVIN YANINO GARCÍA RENGIFO, ÁNGEL
ALBERTO TORREALBA, JOSÉ NATIVIDAD SÁNCHEZ, TOMAS
ESTILITO EREU, JOSÉ DE LA TRINIDAD BOBADILLA CAMACHO,
ORLANDO JOSÉ RUMBOS FIGUEROA, ELADIO ISMAEL SAVEDRA
CASTILLO, ALEXAS LANDINEZ DE LARA, CÉSAR AUGUSTO RAMOS
BRITO, JUAN FRANCISCO GARCÍA, MARÍA CELESTINA GONZÁLEZ
DE FREITEZ, MIRIAM ROSA CHOPIN DE ALFONZO, BÁRBARA MARÍA
BARRETO DE MORALES, RAMÓN JOSÉ HERRERA BARRAGÁN, JOSÉ
MANUEL PORTELA BUSTAMANTE, OSWALDO APOSTOL BRITO,
MANUEL MORALES MÉNDEZ, TEÓFILA RAMONA RODRÍGUEZ DE
CHIRINOS, HIPÓLITA LÓPEZ DE GARCÍA, NELIS OSUNA DE LÓPEZ,
ISOLINA CARIDAD FRASQUILLO DE ORTÍZ, IRIS RAFAELA PEROZO
DE PÉREZ y ALBERTO RODRÍGUEZ, titulares de las cedulas de
identidad Nros. 822.054, 2.835.039, 3.455.439, 574.279, 7.993.685,
8.519.726, 2.106.755, 10.372.449, 5.459.854, 15.109.212, 3.455.619,
6.546.975, 2.574.923, 2.572.026, 10.856.969, 14.919.061, 7.554.192,
7.504.248, 7.590.454, 7.908.672, 5.457.005, 14.209.007, 7.509.865,
6.869.424, 8.517.545, 11.649.700, 3.457.045, 4.966.873, 7.587.087,
4.127.124, 2.106.930, 11.649.830, 10.855.189, 4.309.160 11.650.116,
4.479.965, 7.101.836, 10.374.217, 4.971.229, 4.481.708, 7.558.668,
10.373.921, 4.479.974, 5.457.271, 6.656.054, 13.179.386, 3.455.382,
3.706.297, 7.145.144, 2.566.905, 3261.439, 7.908.673, 3.709.219,
7.593.501, 10.366.334, 6.652.739, 3.307.613, 7.590.682, 11.277.905,
7.578.278, 3.708.966, 7.917.690, 7.915.818, 4.480.015, 11.277.411,
4.123.808, 14.709.259, 8.597.017, 10.373.451, 4.477.321, 4.968.221,
6.093.347, 2.570.291, 3.258.880, 7.917.859, 3.305.919, 3.457.828,
7.578.423, 8.515.242, 7.906.148, 7.575.475, 10.853.327, 8.515.328,
3.257.035, 7.303.650, 3.261.859, 887.464, 9.610.242, 7.913.964, 3.318.017,
9.311.113, 4.123.851, 7.582.764, 7.559.109, 10.858.782, 1.378.050,
7.587.326, 4.382.598. 7.585.433, 3.891.854, 7.513.116, 5.458.275,
6.881.284, 6.138.437, 7.905.911, 13.196.392, 3.458.791, 7.554.976,
3.706.971, 2.208.565, 9.550.580, 4.964.965, 4.476.810, 7.518.537,
4.380.021, 4.123.681, 5.465.458, 4.420.916, 7.016.827, 14.209.516,
11.654.990, 10.856.717, 12.936.132.1.770.692, 8.516.160, 3.676.704,
12.728.922, 12.725.319, 4.970.522, 4.479.971, 3.472.578, 11.227.297,
4.968.220, 2.710.333, 10.856.990, 11.647.308, 12.281.316, 824.767,
13.184.015, 7.914.097 820.573, 12.277.447, 10.368.954, 12.726.299,
5.317.414, 1.402.200, 4.968.881, 5.462.246, 12.278.275, 6.652.727,
6.388.351, 6.659.331, 4.461.180, 9.608.951, 5.618.307, 6.180.166,
4.964.045, 10.773.627, 7.783.292, 10.856.681, 11.275.247, 3.257.527,
4.966.475, 10.373.725, 6.102.503, 2.565.408, 7.579.823, 4.965.197,
3.261.776, 12.277.025, 4.968.882, 7.914.049, 11.809.826, 7.391.208,
1.130.148, 1.856.513, 3.186.121, 1.459.731, 6.572.918, 5.438.489,
7.554.093, 5.495.502, 3.709.015, 1.436.426, 4.967.573, 4.860.267,
5.193.731, 4.477.320, 7.007.023, 2.574.102, 3.457.405, 5.457.536,
7.513.421, 1.368.671, 1.553.404, 588.865, 11.550.760, 2.566.851,
5.456.646, 7.519.100, 8.616.397, 4.067.155 y 706.705, quienes deberán
concurrir a la Oficina Regional de Tierras del Estado Yaracuy a los fines
de iniciar dicho procedimiento, cumpliendo asi con todos los requisitos de
ley, todo ello conforme a los artículos 59 y siguientes de Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, ello sin menoscabo del otorgamiento de otros
instrumentos de participación campesina establecido en la ley así como
decretos del Ejecutivo Nacional; SEGUNDO: Como consecuencia del
particular anterior se ordena la Notificación del Presidente del Instituto
Nacional de Tierras, ciudadano JUAN CARLOS LOYO, en la sede central
de dicho instituto, entendiéndose que el lapso anteriormente indicado se
computará una vez se halla consignado dicha notificación al expediente.
TERCERO: En consideración a que ha trascurrido entre la interposición
de la demanda y el presente auto, dicho procedimiento deberá contener un
estudio socio económico de cada uno de los ciudadanos indicados en el
particular primero que muestren interés en trabajar la tierra de acuerdo a
los principios rectores contenidos en la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario; CUARTO: Realizar todas las gestiones necesarias a los fines de
la obtención de créditos y demás incentivos a las personas que resulten
adjudicadas dándoles preeminencia a las mujeres cabeza de familia que
tenga el trabajo de la tierra como su oficio y ocupación principal.
QUINTO: Realizar un levantamiento topográfico de las áreas a ser
adjudicadas, vale decir el área establecida y determinada en la sentencia
definitivamente firme de fecha 9 de septiembre del año 2004, proferido por
el Juzgado Superior Tercero Agrario del Estado Lara, las cuales son:
TRESCIENTAS OCHENTA Y CINCO HECTÁREAS CON
CUATROCIENTOS DOS METROS CUADRADOS ( 385 ha con 402mts2),
en el sector San Javier; Macaguita con TRESCIENTAS CINCO
HECTÁREAS CON NOVECIENTOS QUINCE METROS CUADRADOS
( 305 ha con 915 mts2); Macagua con MIL DOSCIENTOS TREINTA Y
SEIS HECTÁREAS CON DOSCIENTOS CUARENTA METROS
CUADRADOS (1236 Has con 240 mts2) y La Coromoto con MIL
TRESCIENTOS NOVENTA HECTÁREAS CON QUINIENTOS OCHENTA
METROS CUADRADOS (1390 Has con 580 mts2); dentro de los siguientes
linderos NORTE: Línea del antiguo Ferrocarril Bolívar; SUR: Río
Yaracuy; ESTE: Línea del antiguo ferrocarril Bolívar; OESTE: Con la
finca del sr Fermín Bello, asi como también los terrenos de Alambique
Boca de Aroa, Yaracuy la Hoya, todo esto según aclaratoria de sentencia
del fallo del Juzgado Superior Tercero Agrario del Estado Lara, fecha 16
de septiembre del año 2004. SEXTO: Se deberá respetar la ocupación
legítima de personas que ocupen actualmente las tierras que hayan sido
objeto del presente juicio; SEPTIMO: El incumplimiento de lo aquí
ordenado se entenderá como DESACATO A LA AUTORIDAD JUDICIAL Y
LA MAJESTAD DEL PODER JUDICIAL y a la sentencia de la sala de
Casación Social con Ponencia del Magistrado Omar Mora Díaz, de fecha
18 de mayo de 2010, que entre otros particulares ordenó la continuación de
la ejecución de la sentencia y la resolución de lo peticionado en autos por
los demandantes (Ejecución) a este tribunal (…)” (Mayúsculas y negritas
del original).
Es importante resaltar, que el Instituto Nacional de Tierras tiene por objeto la
administración, redistribución de las tierras y la regularización de la posesión de las
mismas. En este sentido, dicho cuerpo normativo contempla una serie de
procedimientos de regularización de la tenencia de la tierra, entre los cuales se
encuentra el Titulo de Adjudicación de Tierras.
En este sentido, el Estado por órgano del Ministerio del Poder Popular para la
Agricultura y Tierras a través del INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS,
estableciéndose en su artículo 117, la competencia de dicho Instituto para la
administración, redistribución de las tierras y la regularización de la posesión de las
mismas, de conformidad con la presente Ley, su Reglamento y demás leyes aplicable;
en su artículo 59 y siguientes, lo relativo al procedimiento de adjudicación; y en su
artículo 197, se suprimió lo referido a la dotación de tierras como una competencia
exclusiva de los Tribunales de Primera Instancia Agraria.
Por ello, esta Sala insta a todos los jueces a evitar situaciones como la de autos,
ya que la función de defensa de los fallos corresponde a las partes y no a quien los dicta.
VIII
DECISIÓN
Por las razones anteriormente expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela por autoridad de la ley, declara:
2.- SIN LUGAR la apelación ejercida por la representación judicial del Comité de
Tierras de Aguas Negras y de los Sectores Macagua, La Coromoto y San Javier del
Municipio Veroes del Estado Yaracuy, contra el fallo del 29 de enero de 2007, dictado
por el Juzgado Superior Tercero Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado
Yaracuy, mediante el cual declaró con lugar la acción de amparo constitucional ejercida
por las abogadas Norma Graciela Delgado Aceituno, Antonia Izaguirre Aguilar y
Carmen Yubirí Ramírez García, inscritas en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo los Nros. 30.935, 40.284 y 9.643, respectivamente, actuando con el
carácter de apoderadas judiciales de las sociedades mercantiles AGROPECUARIA EL
GUAMAL, C.A., AGRÍCOLA SAN JUAN, C.A., INVERSIONES M.T. 84, C.A.,
DESARROLLOS RÍO AROA, C.A, GANADERÍA PALMA SOLA, C.A.,
AGROPECUARIA VITULANO, C.A., AGROPECUARIA MIZACHI, C.A., ya
identificadas, y de los ciudadanos FILIBERTO MALDERA, GIUSSEPPE
MALDERA, ÁLVARO RAMOS AFONSO, titulares de las cédulas de identidad
Nros. 8.813.774, 8.725.826 y 7.909.925, respectivamente, así como en representación
de la comunidad sucesoral integrada por MARÍA ALONSO DE ALONSO, MARÍA
ALONSO ALONSO, GLADYS ALONSO ALONSO, ÁNGEL ALONSO ALONSO
y MARÍA CRISTINA ALONSO, titulares de las cédulas de identidad Nros. 985.461,
10.368.543, 10.861.494, 12.728.322 y 12.936.374, respectivamente, contra el
mandamiento de ejecución dictado por el Juzgado de Primero de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado
Yaracuy, el 27 de marzo de 2006, causa a la cual se acumularon las acciones de amparo
constitucional ejercidas por los abogados Felicia Escobar Vásquez, Ingrid Fajardo Pinto,
Magditere Chirinos Peña y Ximena Alegría, inscritos en el Instituto de Previsión Social
del Abogado bajo los Nros. 39.874, 85.478, 90.021 y 90.094, respectivamente, en su
carácter de apoderados judiciales de la sociedad mercantil GANADERÍA LA
PRADEÑA, C.A.; por el abogado Héctor León Escalona González, inscrito en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N° 94.815, en su carácter de
apoderado judicial de la sociedad mercantil AGROPECUARIA LORIFER, C.A.; por
el abogado Neskens Enrique Maita La Grave, inscrito en el Instituto de Previsión Social
del Abogado bajo el N° 71.061, en su carácter de apoderado judicial de la sociedad
mercantil SOCIEDAD DE EXPLOTACIONES PECUARIAS Y AGRÍCOLAS
(SEPECA), C.A. y la ejercida por el abogado Pedro José Boissiere Perruelo, inscrito en
el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N° 76.686, en su carácter de
apoderado judicial de la ciudadana SUAD JIHA, titular del pasaporte norteamericano
N° 402898480.
El Vicepresidente,
Los Magistrados,
Ponente
El Secretario,
Exp.07-0312
LEML/