principios
y prácticas liberales. Este artículo destaca las diferencias entre la
1 práctica liberal hacia
Kant, legados liberales, y
asuntos exteriores, parte 1 *
I contribuido a una confusión excepcional en la segunda. Apreciar estos legados
¿Qué diferencia hacen los principios e instituciones liberales en la conducción de
los asuntos exteriores de los Estados liberales? Una maraña de juicios
contradictorios sugiere que los legados del liberalismo no han sido claramente
apreciados. Para muchos ciudadanos de los Estados liberales, los principios e
instituciones liberales han absorbido tan plenamente la política interna que su
influencia en los asuntos exteriores tiende a pasarse por alto o, cuando se
percibe, a exagerarse. El liberalismo se convierte en patriótico o inherentemente
"pacífico". Para muchos estudiosos y diplomáticos, las relaciones entre los
Estados independientes parecen diferir tan significativamente de la política
interna que se niega o denigra la influencia de los principios liberales y las
instituciones liberales internas. Juzgan que las relaciones internacionales se rigen
por las percepciones de la seguridad nacional y el equilibrio de poder; los
principios e instituciones liberales, cuando se inmiscuyen, confunden y
perturban la búsqueda de una política de equilibrio de poder. 1
Aunque el liberalismo es malinterpretado desde ambos puntos de vista, cada uno
de ellos capta un aspecto crucial del legado liberal. El liberalismo es una
ideología y un conjunto de instituciones distintos que han conformado las
percepciones y capacidades de las relaciones exteriores de las sociedades
políticas que van desde el bienestar social o la socialdemocracia hasta el laissez
faire. Desafía gran parte del contenido del nacionalismo liberal patriota.
El liberalismo parece interrumpir la búsqueda de políticas de equilibrio de poder.
Por lo tanto, sus relaciones exteriores no pueden ser explicadas adecuadamente
(o prescibidas) por una sola confianza en el equilibrio de poder. Pero el
liberalismo no es intrínsecamente "amante de la paz"; ni tampoco es
constantemente restringido o pacífico en sus intenciones. Además, la práctica
liberal puede reducir la probabilidad de que los Estados ejerzan con éxito la
moderación constante y las intenciones pacíficas que una paz mundial bien
puede requerir en la era nuclear. Sin embargo, la intención pacífica y la
moderación que el liberalismo manifiesta en aspectos limitados de sus relaciones
exteriores anuncia la posibilidad de una paz mundial a este lado de la tumba o de
la conquista mundial. Ha fortalecido las perspectivas de una paz mundial
establecida por la constante expansión de una paz separada entre las sociedades
liberales.
La recopilación de estas piezas aparentemente contradictorias (pero, de hecho,
compatibles) del legado liberal comienza con un debate sobre la gama de
14 Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1
otras sociedades liberales y la práctica liberal hacia las sociedades no liberales.
Sostiene que el liberalismo ha logrado un éxito extraordinario en la primera y ha
liberales requiere otra mirada a uno de los más grandes filósofos liberales,
Immanuel Kant, ya que es una fuente de perspicacia, política y esperanza.
II
El liberalismo se ha identificado con un principio esencial: la importancia de la
libertad del individuo. Sobre todo, es la creencia en la importancia de la libertad
moral, del derecho a ser tratado y el deber de tratar a los demás como sujetos
éticos, y no sólo como objetos o medios. Este principio ha generado derechos e
instituciones.
El compromiso con un triple conjunto de derechos constituye la base del
liberalismo.
El liberalismo exige libertad frente a la autoridad arbitraria, a menudo llamada
"libertad negativa", que incluye la libertad de conciencia, la libertad de prensa y
de expresión, la igualdad ante la ley y el derecho a poseer, y por tanto a
intercambiar, bienes sin temor a la incautación arbitraria. El liberalismo también
pide los derechos necesarios para proteger y promover la capacidad y la
oportunidad de la libertad, las "libertades positivas". Así pues, entre los derechos
liberales figuran derechos sociales y económicos como la igualdad de
oportunidades en la educación y los derechos a la atención de la salud y al
empleo, necesarios para una autoexpresión y participación efectivas. Un tercer
derecho liberal, la participación o representación democrática, es necesario para
garantizar los otros dos. Para garantizar que las personas moralmente autónomas
sigan siendo libres en aquellos ámbitos de la acción social en los que se necesita
la autoridad pública, la legislación pública tiene que expresar la voluntad de los
ciudadanos que hacen leyes para su propia comunidad.
Estos tres conjuntos de derechos, en conjunto, parecen responder al desafío que
Kant identificó:
Organizar un grupo de seres racionales que exijan leyes generales para su
supervivencia, pero de los que cada uno se incline por eximirse, y establecer su
constitución de tal manera que, a pesar de que sus actitudes privadas se opongan,
estas actitudes privadas se impidan mutuamente de tal manera que [su]
comportamiento público sea el mismo que si no tuvieran tales actitudes
malvadas. 2
Pero el dilema dentro del liberalismo es cómo reconciliar los tres conjuntos de
derechos liberales. El derecho a la propiedad privada, por ejemplo, puede
confluir con la igualdad de oportunidades y ambos derechos pueden ser violados
por la legislación democrática. Durante los 180 años transcurridos desde que
Kant escribió, la tradición liberal ha desarrollado dos caminos elevados hacia la
libertad individual y el orden social; uno es el laissez-faire o liberalismo
"conservador" y el otro es el bienestar social, o liberalismo socialdemócrata o
"liberal".
las que han compartido el gobierno político del mundo moderno.
Los éxitos internos del liberalismo nunca han sido tan evidentes. Nunca se ha
incluido a tanta gente en el orden liberal y se ha aceptado su hegemonía interna;
nunca han sido liberales tantos de los principales Estados del mundo, Cuadro 1.1
Regímenes liberales y la unión pacífica (por fecha "liberal") Período
y la unión pacífica (por fecha "liberal")a Total

Ambos reconcilian estos derechos de confluencia (aunque de maneras número

diferentes) organizando con éxito a los individuos libres en un orden político. Siglo XVIII, Cantón de Suiza
El orden político de los liberales del laissez-faire y de la asistencia social se 3
caracteriza por un compromiso compartido con cuatro instituciones esenciales.
En primer lugar, los ciudadanos poseen la capacidad jurídica República Francesa 1790-1795
Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1 15 Estados Unidosb 1776-
igualdad y otros derechos cívicos fundamentales como la libertad de religión y 1800–1850
de prensa. En segundo lugar, los soberanos efectivos del Estado son legislaturas
representativas que derivan su autoridad del consentimiento del electorado y que Confederación Suiza, Estados Unidos
ejercen su autoridad sin ninguna restricción, salvo el requisito de que se
preserven los derechos cívicos básicos. 3 Lo que es más pertinente para el 8
impacto del liberalismo en los asuntos exteriores, el estado no está sujeto a la
autoridad externa de otros estados ni a la autoridad interna de prerrogativas Francia 1830-1849
especiales que tienen, por ejemplo, los monarcas o las castas militares sobre la
política exterior. En tercer lugar, la economía se basa en el reconocimiento de Bélgica 1830-
los derechos de propiedad privada, incluida la propiedad de los medios de
producción. Gran Bretaña 1832-

La propiedad se justifica por la adquisición individual (por ejemplo, por el Países Bajos 1848-
trabajo) o por el acuerdo social o la utilidad social. Esto excluye el socialismo de Piamonte 1848-
estado o el capitalismo de estado, pero no tiene por qué excluir el socialismo de
mercado o las diversas formas de la economía mixta. Dinamarca 1849-
En cuarto lugar, las decisiones económicas están determinadas 1850–1900
predominantemente por las fuerzas de la oferta y la demanda, tanto a nivel
nacional como internacional, y no están sujetas a un control estricto por parte de Suiza, Estados Unidos, Bélgica, Gran Bretaña, Países Bajos 13
las burocracias.
Piamonte -1861, Italia 1861-
Con el fin de proteger la oportunidad del ciudadano de ejercer la libertad, el
liberalismo del laissez-faire se ha inclinado hacia un papel muy limitado del Dinamarca -1866
Estado y un papel mucho más amplio de la propiedad privada y el mercado. Con
el fin de promover la oportunidad del ciudadano de ejercer la libertad, el Suecia 1864-
liberalismo del bienestar ha ampliado el papel del Estado y ha restringido el
papel del mercado. 4 No obstante, ambos aceptan estos cuatro requisitos ( Continúa al dorso )
institucionales y contrastan notablemente con las colonias, los regímenes 16 Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1
monárquicos, las dictaduras militares y las dictaduras del partido comunista con
1.1 Continuación Austria 1918-1934
Período Estonia 1919-1934
y la unión pacífica (por fecha "liberal")a Total Finlandia 1919-
número Uruguay 1919-
Grecia 1864- Costa Rica 1919-
Canadá 1867- Checoslovaquia 1920-1939
Francia 1871- Irlanda 1920-
Argentina 1880- México 1928-
Chile 1891- Líbano 1944-
1900–1945 1945c−
Suiza, Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia, Canadá 29 Suiza, Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia, 49
Grecia -1911, 1928-1936 Canadá, Australia, Nueva Zelandia, Finlandia, Irlanda, México Uruguay -1973
Italia -1922 Chile -1973
Bélgica -1940 Líbano -1975
Países Bajos -1940 Costa Rica -1948, 1953-
Argentina -1943 Islandia 1944-
Francia -1940 Francia 1945-
Chile -1924, 1932 Dinamarca 1945-
Australia 1901- Noruega 1945-
Noruega 1905-1940 Austria 1945-
Nueva Zelanda 1907- Brasil 1945-1954, 1955-1964
Colombia 1910-1949 Bélgica 1946-
Dinamarca 1914-1940 Luxemburgo 1946-
Polonia 1917-1935 Países Bajos 1946-
Letonia 1922-1934 Italia 1946-
Alemania 1918-1932 Filipinas 1946-1972
India 1947-1975, 1977-

Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1 17 Fuentes: Arthur Banks y W. Overstreet, editores.., The Political Handbook of
the World , 1980 (Nueva York: McGraw-Hill, 1980); Foreign and
Sri Lanka 1948-1961, 1963-1977, 1978- Commonwealth Offi ce, A Year Book of the Commonwealth 1980 (Londres:
HMSO, 1980); Europa Yearbook, 1981 (Londres: Europa, 1981); W. L. Langer,
Ecuador 1948-1963, 1979- An Encyclopedia of World History (Boston: Houghton-Miffl in, 1968);
Departamento de Estado, Country Reports on Human Rights Practices
Israel 1949- (Washington, DC: Government Printing Offi ce, 1981); y Freedom at Issue , no.
Alemania Occidental 1949- 54 (enero a febrero de 1980).

Perú 1950-1962, 1963-1968, 1980- Notas

El Salvador 1950-1961 a. He elaborado esta lista aproximada de "regímenes liberales" según las cuatro
instituciones descritas como esenciales: economías de mercado y de propiedad
Turquía 1950-1960, 1966-1971 privada; políticas que son soberanas en el exterior; ciudadanos que poseen
derechos jurídicos; y gobierno "republicano" (ya sea republicano o monárquico),
Japón 1951- representativo. Este último incluye el requisito de que el poder legislativo
desempeñe un papel efectivo en la política pública y sea elegido formal y
Bolivia 1956-1969 competitivamente, ya sea potencial o efectivamente. Además, he tenido en
cuenta si el sufragio masculino es amplio (es decir, el 30%) o está abierto al
Colombia 1958- "logro" de los habitantes (por ejemplo, a los contribuyentes o a los hogares) del
territorio nacional o metropolitano. El sufragio femenino se concede en el plazo
Venezuela 1959- de una generación a partir de su exigencia; y el gobierno representativo es
soberano internamente (por ejemplo, incluyendo y especialmente sobre los
Nigeria 1961-1964, 1979- asuntos militares y exteriores), así como estable (con una existencia de al menos
Jamaica 1962- tres años).

Trinidad 1962- b. Existen variaciones internas dentro de estos regímenes liberales. Por ejemplo,
Suiza era liberal sólo en ciertos cantones; los Estados Unidos eran liberales sólo
Senegal 1963- al norte de la línea Mason-Dixon hasta 1865, cuando se volvieron liberales en su
totalidad. Estas listas también excluyen las antiguas "repúblicas", ya que ninguna
Malasia 1963- parece encajar con los criterios de Kant. Véase Stephen Holmes, "Aristippus in
and out of Athens", American Political Science Review 73, Nº 1 (marzo de
Corea del Sur 1963-1972 1979).
Botswana 1966- c. Lista selecta, excluye los regímenes liberales con poblaciones inferiores a un
millón.
Singapur 1965-
ya sea como repúblicas o como monarquías constitucionales. En efecto, el éxito
Grecia 1975- del liberalismo como respuesta al problema de los hombres sin amo en la
sociedad moderna se refleja en el crecimiento del número de regímenes liberales
Portugal 1976- de los tres que existían cuando Kant escribió a los más de cuarenta que existen
España 1978- hoy en día. Pero no debemos quejarnos de los asuntos internos de los Estados
liberales. Los problemas prácticos son significativos

18 Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1
República Dominicana 1978-
Entre ellas se encuentran el aumento de la participación ciudadana en las grandes (junto con numerosas disputas sobre los derechos de los barcos británicos contra
democracias, la distribución de "bienes posicionales" (por ejemplo, puestos de el bloqueo del norte) llevaron a Gran Bretaña y a los estados del norte al borde
prestigio), el control de la burocracia, la reducción del desempleo, el pago de una de la guerra, pero nunca pasaron de ese borde. A pesar de la intensa rivalidad
demanda creciente de servicios sociales, la reducción de la inflación y el logro colonial anglo-francesa, las crisis como la de Fashoda en 1898 se resolvieron sin
de una reestructuración a gran escala de las industrias en respuesta a la creciente ir a la guerra. A pesar de sus rivalidades coloniales, la Francia y la Gran Bretaña
competencia extranjera. 5 No obstante, estos problemas internos han sido liberales formaron una entente antes de la Primera Guerra Mundial contra la
ampliamente explorados, aunque no están en absoluto resueltos. El historial del Alemania antiliberal (cuyas relaciones exteriores estaban controladas por el
liberalismo en el extranjero es más oscuro y merece más consideración. Kaiser y el Ejército). Durante 1914-15 Italia, la liberal
Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1 19
III
1.2 Guerras internacionales enumeradas cronológicamente*
En los asuntos exteriores el liberalismo ha mostrado, al igual que en el ámbito
interno, serias debilidades. Pero a diferencia del ámbito interno del liberalismo, Británico - Maharattan (1817-1818)
sus asuntos exteriores han experimentado éxitos sorprendentes pero menos
apreciados. Juntos conforman un dilema no reconocido, ya que tanto estos éxitos Mahdista (1882-1885)
como estas debilidades provienen en gran parte de la misma causa: las
implicaciones internacionales de los principios e instituciones liberales. Griego (1821-1828)
El postulado básico de la teoría internacional liberal sostiene que los estados Sino-Francesa (1884-1885)
tienen derecho a estar libres de la intervención extranjera. Dado que los
ciudadanos moralmente autónomos tienen derecho a la libertad, los estados que Franco-español (1823)
los representan democráticamente tienen derecho a ejercer la independencia Centroamérica (1885)
política. El respeto mutuo de estos derechos se convierte entonces en la piedra de
toque de la teoría liberal internacional. 6 Cuando los estados respetan los Primer anglo-birmano (1823-1826)
derechos de cada uno, los individuos son libres de establecer lazos
internacionales privados sin interferencia del estado. Los intercambios de mesa Serbo-búlgaro (1885)
entre comerciantes y los intercambios educativos entre académicos crean
entonces una red de ventajas y compromisos mutuos que refuerzan los Javanés (1825-1830)
sentimientos de respeto público.
Sino-Japonés (1894-1895)
Estas convenciones de respeto mutuo han formado una base cooperativa para las
relaciones entre las democracias liberales de un tipo notablemente efectivo. Ruso-persa (1826-1828)
Aunque los estados liberales se han visto envueltos en numerosas guerras con
estados no liberales, los estados liberales constitucionalmente seguros aún no Franco-Madagascar (1894-1895)
han entrado en guerra unos con otros. 7
Ruso-turco (1828-1829)
Nadie debería argumentar que tales guerras son imposibles; pero las pruebas
preliminares parecen indicar que existe una predisposición significativa contra la Cubano (1895-1898)
guerra entre los estados liberales. De hecho, las amenazas de guerra también se Primer polaco (1831)
han considerado como ilegítimas. Se ha mantenido y ampliado una zona de paz
liberal, una unión pacífica, a pesar de numerosos conflictos particulares de Italo-etíope (1895-1896)
interés económico y estratégico.
Primer sirio (1831-1832)
Durante el siglo XIX, Estados Unidos y Gran Bretaña negociaron la frontera
norte de los Estados Unidos. Durante la guerra civil estadounidense, los vínculos Primera filipina (1896-1898)
comerciales entre la economía algodonera de Lancashire y el sur americano y los
vínculos sentimentales entre la aristocracia británica y la plantocracia del sur Tejano (1835-1836)
Greco-turco (1897)
El primer Británico-Afgano (1838-1842)
Hispanoamericano (1898)
Segundo sirio (1839-1840)
Segunda Filipinas (1899-1902)
Franco-Argelino (1839-1847)
Bóer (1899-1902)
Peruano-boliviano (1841)
Rebelión de los boxeadores (1900)
El primer sij británico (1845-1846)
Ilinden (1903)
México-Americano (1846-1848)
Ruso-Japonés (1904-1905)
Austro-Sardo (1848-1849)
Centroamérica (1906)
Primer Schleswig-Holstein (1848-1849)
Centroamérica (1907)
Húngaro (1848-1849)
Español-Marroquí (1909-1910)
Segundo Británico-Sij (1848-1849)
Italo-turco (1911-1912)
República Romana (1849)
Los primeros Balcanes (1912-1913)
La Plata (1851-1852)
Segundo Balcán (1913)
Primer Turco-Montenegrino (1852-1853)
Primera Guerra Mundial (1914-1918)
Crimea (1853-1856)
Nacionalidades rusas (1917-1921)
Anglo-Persa (1856-1857)
Ruso-polaco (1919-1920)
Sepoy (1857-1859)
Húngaro - Aliados (1919)
Segundo Turco-Montenegrino (1858-1859)
Greco-turco (1919-1922)
Unifi cación italiana (1859)
Riffi an (1921-1926)
Español-Marroquí (1859-1860)
Druso (1925-1927)
Italo-Romano (1860)
Sino-Soviético (1929)
Italo-Siciliano (1860-1861)
Manchuria (1931-1933)
Franco-Mexicano (1862-1867)
Chaco (1932-1935)
Ecuatoriana-Colombiana (1863)
Italo-etíope (1935-1936)
Segundo polaco (1863-1864)
Sino-Japonés (1937-1941)
Español-Santo Dominicana (1863-1865)
Changkufeng (1938)
Segundo Schleswig-Holstein (1864)
Nomohan (1939)
López (1864-1870)
Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
Español-Chileno (1865-1866)
Ruso-Finlandés (1939-1940)
Siete semanas (1866)
Franco-tailandés (1940-1941)
Diez años (1868-1878)
Indonesio (1945-1946)
Franco-Prusiano (1870-1871)
Indochina (1945-1954)
Holandés-Achino (1873-1878)
Malgache (1947-1948)
Balcanes (1875-1877)
Primera Cachemira (1947-1949)
Ruso-turco (1877-1878)
Palestina (1948-1949)
Bosnio (1878)
Hyderabad (1948)
Segundo Británico-Afgano (1878-1880)
Coreano (1950-1953)
Pacifico (1879-1880)
Argelino (1954-1962)
Británico-Zulú (1879)
Ruso-húngaro (1956)
Franco-Indochina (1882-1884)
Sinaí (1956)
( Continúa al dorso )
20 Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1
1.2 Continuación
Tibetano (1956-1959)
Turco-chipriota (1974)
Sino-Indio (1962)
Etíope-Eritreo (1974-)
Vietnamita (1965-1975)
Vietnamesa-Camboyana (1975-)
Segunda Cachemira (1965)
Timor (1975-)
Seis días (1967)
Sahariano (1975-)
Israelí-Egipcio (1969-1970)
Ogaden (1976-)
Fútbol (1969)
Ugandesa-Tanzana (1978-1979)
Bangladesh (1971)
Sino-Vietnamita (1979)
Filipinas-MNLF (1972-)
Russo-Afgano (1979-)
Yom Kippur (1973)
Irán-Iraqi (1980-)
* La tabla se reimprime con permiso de Melvin Small y J. David Singer de
Resort to Arms (Beverly Hills, CA: Sage Publications, 1982), págs. 79-80. Esta
es una lista parcial de las guerras internacionales que se libraron entre 1816 y
1980. En los Apéndices A y B de Resort to Arms , Small y Singer identifican un
total de 575 guerras en este período; pero aproximadamente 159 de ellas parecen
ser en gran parte guerras internas, o guerras civiles.
Esta defi nición de guerra excluye las intervenciones encubiertas, algunas de las
cuales han sido dirigidas por regímenes liberales contra otros regímenes
liberales. Un ejemplo es el esfuerzo de los Estados Unidos por desestabilizar las
elecciones chilenas y el gobierno de Allende. No obstante, es significativo
(como se verá más adelante) que esas intervenciones no se lleven a cabo
públicamente como política reconocida. La campaña de desestabilización
encubierta contra Chile se relata en el Congreso, el Senado y el Comité Selecto
para el Estudio de las Operaciones Gubernamentales con respecto a las
Actividades de Inteligencia, Acción Encubierta en Chile, 1963-73, 94º Congreso,
1er período de sesiones (Washington, DC: Imprenta del Gobierno de los Estados
Unidos, 1975).
El argumento de este artículo (y de esta lista) también excluye las guerras
civiles. Las guerras civiles difieren de las guerras internacionales no en la
ferocidad del combate sino en los temas que las generan. Dos naciones que
podrían soportarse como vecinos independientes separados por una frontera
podrían ser el mayor enemigo si se les obligara a vivir juntos en un estado,
decidiendo conjuntamente cómo recaudar y gastar los impuestos, elegir a los
líderes y legislar sobre cuestiones fundamentales de valor. A pesar de estas
diferencias, ninguna guerra civil que yo recuerde altera el argumento de la
pacificación liberal.
miembro de la Triple Alianza con la Alemania y Austria antiliberal, optó por no
cumplir con sus obligaciones bajo la Triple Alianza de apoyar a sus aliados o
permanecer neutral. En su lugar, Italia, un régimen liberal, se unió a la alianza
con Francia y Gran Bretaña para evitar que tuviera que enfrentarse a otros
estados liberales, y declaró la guerra a Austria y Alemania, sus antiguos aliados.
Y a pesar de generaciones de tensión anglo-estadounidense y de las restricciones
británicas al comercio estadounidense, los Estados Unidos se inclinaron hacia
Gran Bretaña y Francia de 1914 a 1917. En ningún lugar se proclamó más
claramente esta paz especial entre los estados liberales que en el "Mensaje de
Guerra" del Presidente Woodrow Wilson del 2 de abril de 1917: "Nuestro
objetivo ahora, como entonces, es vindi-atar los principios de paz y justicia en la
vida del mundo frente al poder autocrático y autofísico y establecer entre los
pueblos realmente libres y autogobernados del mundo un concierto de propósito
y acción que asegure la observancia de esos principios." 8
Estadísticamente, la guerra entre dos estados cualesquiera (en un solo año o en
otro corto período de tiempo) es un acontecimiento de baja probabilidad. La
guerra entre dos estados adyacentes cualesquiera, considerada durante un largo
período de tiempo, puede ser algo más probable. La aparente ausencia de guerra
entre los Estados más claramente liberales, ya sean adyacentes o no, durante casi
doscientos años tiene, pues, cierta importancia. Tal vez lo más significativo
políticamente sea que, cuando los Estados se ven obligados a decidir, por la
presión de un
Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1 21
guerra mundial, en qué lado de la contienda mundial se encontrarán, los estados
liberales terminan todos en el mismo lado, a pesar de la complejidad real de los
factores históricos, económicos y políticos que afectan a sus políticas exteriores.
Históricamente, debemos recordar que la Europa medieval y la temprana Europa
moderna eran las cabinas de guerra de los estados, en las que Francia e Inglaterra
y los Países Bajos se enfrentaron en una lucha casi constante. Luego, a finales
del siglo XVIII, empezaron a surgir regímenes liberales. En un primer momento
vacilante y confuso, y más tarde claro y confiado, a medida que los regímenes
liberales adquirían cimientos internos más profundos y una mayor experiencia
internacional, se estableció una unión pacífica de estos estados liberales.
El modelo realista de relaciones internacionales, que ofrece una explicación
plausible de la inseguridad general de los estados, ofrece poca orientación para
explicar la pacificación del mundo liberal. El realismo, en su formulación
clásica, sostiene que el Estado es y debe ser formalmente soberano,
efectivamente sin límites de derechos individuales a nivel nacional y, por lo
tanto, capaz de determinar su propio ámbito de autoridad. (Esta determinación
puede hacerse de forma democrática, oligárquica o autocrática). En el plano
internacional, el Estado soberano existe en una sociedad anárquica en la que es
radicalmente independiente; no está limitado ni protegido por el "derecho" o los
tratados o deberes internacionales y, por lo tanto, es inseguro. Hobbes, uno de
los fundadores del enfoque realista en el siglo XVII, señaló las implicaciones
internacionales del realismo cuando argumentó que la existencia de la anarquía
internacional, la propia independencia de los Estados, es lo que mejor explica la
competencia, el miedo y la tentación de la guerra preventiva que caracterizan las
relaciones internacionales. La política entre las naciones no es un combate
continuo, pero en este punto de vista es un "estado de guerra...". ...un período de
tiempo en el que la voluntad de luchar en la batalla es suficientemente
conocida". 9
En la teoría de las relaciones internacionales, tres "juegos" explican el miedo que
Hobbes vio como una raíz de conflicto en el estado de guerra. En primer lugar,
incluso cuando los estados comparten un interés en un bien común que podría
alcanzarse mediante la cooperación, la ausencia de una fuente de ley y orden
mundial significa que ningún estado puede contar con el comportamiento
cooperativo de los demás. Por lo tanto, cada estado tiene un incentivo racional
para desertar de la empresa cooperativa, aunque sólo sea para perseguir un bien
cuyo valor sea inferior a la parte que se habría obtenido de la realización exitosa
de la empresa cooperativa (este es el "dilema del ciervo" de Rousseau). En
segundo lugar, aunque cada Estado sabe que la seguridad es relativa al nivel de
armamento de los posibles adversarios y aunque cada Estado trata de reducir al
mínimo su gasto en armamento, también sabe que, al no tener ninguna garantía
global de seguridad, ser sorprendido sin armas por un ataque sorpresa es peor
que soportar los costos de armamento. Cada uno por lo tanto arma; todos están
peor (este es el "dilema de seguridad", una variante del
"El dilema del prisionero"). En tercer lugar, los estados fuertemente armados
confían en su prestigio, su credibilidad, para disuadir a los estados de probar la
verdadera calidad de sus armas en la batalla, y la credibilidad se mide por un
registro de éxitos. Una vez que se asume una postura de confrontación,
retroceder, aunque sea racional para ambos juntos, no es racional (lo mejor) para
ninguno de los dos individualmente si hay alguna posibilidad de que el otro
retroceda primero (el juego de la "gallina"). 10
Las guerras específicas, por lo tanto, surgen del miedo cuando un estado que
busca evitar un ataque sorpresa decide atacar primero; de la emulación
competitiva cuando los estados que carecen de un
22 Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1
imponen la jerarquía internacional de la lucha por el prestigio para establecer su
lugar; y de los confl ictos de interés directos que escalan a la guerra porque no
hay un soberano mundial que impida a los estados adoptar esa forma definitiva
de resolución de los confl ictos. Aquí yace la trinidad de Tucídides de
"seguridad, honor e interés propio"
y la "dificultad", "gloria" y "competencia" de Hobbes que llevan a los estados a
confluir en el estado de guerra internacional. 11
Al comprobar que todos los Estados, incluidos los liberales, sí entran en guerra,
el realista concluye que los efectos de los distintos regímenes internos (sean
liberales o no) quedan anulados por la anarquía internacional en la que viven
todos los Estados. 12 Así pues, Hobbes no se molesta en distinguir entre "algún
consejo o un hombre" cuando habla del soberano. Los diferentes regímenes
internos sí afectan a la cantidad de recursos de que dispone el Estado, como
muestra Rousseau (un realista del siglo XVIII) en su debate sobre Polonia, y
Morgenthau (un realista del siglo XX), demoníaco en su debate sobre la moral.
13 Pero los fines que configuran el estado de guerra internacional son decretados
para el realista por la anarquía del orden internacional y la búsqueda
fundamental de poder que dirige la política de todos los Estados,
independientemente de las diferencias en sus regímenes internos. Como sostuvo
Rousseau, la paz internacional depende, por lo tanto, de la abolición de las
relaciones internacionales, ya sea por la consecución de un Estado mundial o por
un aislacionismo radical (Córcega). Los realistas juzgan que ninguna de las dos
cosas es posible.
En primer lugar, a nivel de la toma de decisiones estratégicas, los realistas
sostienen que una paz liberal podría ser simplemente el resultado de una
diplomacia prudente. Algunos, incluyendo a Hobbes, han argumentado que los
soberanos tienen el deber natural de no actuar en contra de "las razones de la
paz". 14 Los individuos establecieron (es decir, deberían establecer) un soberano
para escapar de las brutalidades del estado de la naturaleza, la guerra de todos
contra todos, que se deriva de la competencia por los bienes escasos, las luchas
por el prestigio y el temor al ataque de otros cuando no hay un soberano que
provea una adquisición legal o una conducta social regularizada o una seguridad
personal. "Los dominios se constituyeron por el bien de la paz, y la paz se buscó
por el bien de la seguridad"; el deber natural del soberano es, por tanto, la
seguridad del pueblo. Sin embargo, una política prudente no puede ser un
derecho exigible de los ciudadanos porque los soberanos hobbesianos, que
permanecen en el estado de naturaleza con respecto a sus súbditos y otros
soberanos, no pueden ser ellos mismos súbditos.
Sin embargo, la condición interestatal no es necesariamente la brutalidad
original que sólo ahora se ha trasladado a las fronteras. El soberano está
personalmente más seguro que cualquier individuo en el estado original de la
naturaleza y los soldados también son por naturaleza timoratos. A diferencia de
los individuos, los estados no son iguales; algunos viven más expansivamente
por el predominio, otros deben vivir sólo por el sufrimiento. Sin embargo, una
política de seguridad no es una garantía de paz. La condición internacional para
Hobbes sigue siendo un estado de guerra.
La seguridad exige una política prudente de preaviso (espionaje) y de previsión
para aumentar la seguridad frente a otros soberanos que, al carecer de toda
seguridad de que usted no está tomando estas medidas, también las toman. La
seguridad también requiere (moralmente) tomar acciones "que parezcan conducir
a la disminución del poder de los extranjeros de los que [el soberano] sospeche,
ya sea por medio de la fuerza o la ligereza". 15 Si las guerras preventivas son
prudentes, la prudencia de los realistas obviamente no puede explicar
Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1 23
más de un siglo y medio de paz entre los estados liberales independientes,
muchos de los cuales se han amontonado en el centro de Europa.
Las recientes adiciones a la teoría de los juegos especifican algunas de las
circunstancias en las que la prudencia podría llevar a la paz. La experiencia, la
geografía, las expectativas de cooperación y los patrones de creencia, y los
diferentes beneficios de la cooperación (paz) o el conflicto asociado a varios
tipos de tecnología militar parecen influir en el cálculo. 16 Pero cuando se trata
de adquirir las técnicas de interacción pacífica, las naciones parecen ser lentas, o
al menos erráticas, en su aprendizaje. El equilibrio de poder (más abajo) se
considera una lección primaria en la cartilla realista, pero siglos de experiencia
no impidieron que Francia (Luis XIV, Napoleón I) o Alemania (Guillermo II,
Hitler) intentaran conquistar Europa, dos veces cada una. Sin embargo, algunos
estados africanos negros, muy nuevos, parecen haber logrado un sistema de
veinte años de normas de tolerancia mutua impresionantemente eficaces. Estas
normas no son completamente efectivas (como en la invasión de Tanzania a
Uganda); pero han confundido las expectativas de una lucha para redividir
África. 17 La geografía -"seguridad insular" e "inseguridad continental"- puede
afectar a las actitudes de la política exterior; pero no parece determinar el
comportamiento, como sugieren los registros belicosos de Inglaterra y el Japón.
Las creencias, expectativas y actitudes de los líderes y las masas deben influir en
el comportamiento estratégico. Una encuesta sobre las predisposiciones de
actitud del público estadounidense indica que una inclinación pacífica se vería
aumentada si se tuviera al frente de la estrategia a una mujer de cuarenta y cinco
años, negra, pediatra de fe protestante o judía, residente en Bethesda, Maryland.
18 No obstante, sería difícil determinar si los líderes liberales han tenido
actitudes más pacíficas que los líderes que dirigen estados no liberales. Pero
incluso si uno hiciera ese descubrimiento, también tendría que explicar por qué
estas actitudes pacíficas sólo parecen ser efectivas en las relaciones con otros
liberales (ya que las guerras con los no liberales no han sido uniformemente
defensivas).
Se han hecho contribuciones más sustanciales en la lógica de la decisión de la
teoría de juegos bajo diferentes tecnologías militares. Estas tecnologías pueden
alterar los beneficios del "dilema de seguridad": hacer que los costos de la falta
de cooperación sean elevados, reducir los costos de no estar preparado o de ser
sorprendido, reducir los beneficios de los ataques por sorpresa o aumentar los
beneficios de la cooperación. En particular, Jervis ha examinado recientemente
los diferentes efectos de las situaciones en las que la ofensiva o la defensa tienen
la ventaja y en las que las armas ofensivas se distinguen o no de las defensivas.
Cuando la ofensiva tiene la ventaja y las armas son indistinguibles, el nivel de
inseguridad es alto, los incentivos para el ataque preventivo son
correspondientemente fuertes. Cuando las armas ofensivas no tienen ventaja y
las armas ofensivas son distinguibles, los incentivos para el ataque preventivo
son bajos, al igual que los incentivos para las carreras de armamentos. Capaces
de señalar con claridad una intención no agresiva y de garantizar que otros
Estados no supongan una amenaza estratégica inmediata, los estadistas deberían
ser capaces de adoptar políticas pacíficas y negociar las controversias. Pero, esta
no puede ser la explicación para la paz liberal. Las tecnologías militares pasaron
de ser ofensivas a defensivas y de ser distinguibles a no distinguibles, pero la
unión pacífica persistió y sólo persistió entre los estados liberales. Además,
incluso los mensajes técnicos más "claros" aparecen
24 Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1
...sujeto a las tergiversaciones. El período anterior a 1914, que objetivamente
representaba un triunfo de la defensa distinguible (ametralladoras, alambre de
púas, guerra de trincheras) sobre la ofensiva, subjetivamente, como señala Jervis,
era un período que parecía a los dirigentes militares poner primas excepcionales
a la ofensiva y por lo tanto a la guerra preventiva. 19
En segundo lugar, a nivel de los determinantes sociales, algunos podrían
argumentar que las relaciones entre cualquier grupo de estados con estructuras
sociales similares o con valores compatibles serían pacíficas. 20 Pero de nuevo,
la evidencia de las sociedades feudales, las sociedades comunistas, las
sociedades fascistas o las sociedades socialistas no apoya esta conclusión.
Las guerras feudales eran frecuentes y un deporte de los monarcas y la nobleza.
No ha habido suficientes poderes fascistas verdaderamente totalitarios (ni han
durado lo suficiente) para probar de manera justa su compatibilidad pacífica;
pero los poderes fascistas en el sentido más amplio de las dictaduras
nacionalistas, capitalistas y militares lucharon entre sí en el decenio de 1930. Las
potencias comunistas han participado en guerras más recientemente en Asia
Oriental.
Y no hemos tenido suficientes sociedades socialistas para considerar la
relevancia de la pacificación socialista. La categoría más abstracta del pluralismo
no es suficiente.
Ciertamente, Alemania era pluralista cuando entró en guerra con los estados
liberales en 1914; Japón también en 1941. Pero no eran liberales.
Y tercero, a nivel de las relaciones interestatales, ni los atributos regionales
específicos ni las alianzas o amistades históricas pueden explicar el amplio
alcance de la paz liberal. La paz se extiende hasta, y no más allá de, las
relaciones entre los estados liberales, sin incluir los estados no liberales en una
región por lo demás liberal (como el Atlántico Norte en el decenio de 1930) ni
excluir los estados liberales en una región no liberal (como América Central o
África).
A este nivel, Raymond Aron ha identificado tres tipos de paz interestatal:
imperio, hegemonía y equilibrio. 21 Un imperio generalmente logra crear una
paz interna, pero esto no es una explicación de la paz entre estados liberales
independientes. La hegemonía puede crear la paz sobreexcitando a los rivales
potenciales. Aunque está lejos de ser perfecta y ciertamente precaria, la
hegemonía de los Estados Unidos, como señala Aron, podría explicar la paz
interestatal en Sudamérica en el período de posguerra durante el apogeo del
conflicto de la Guerra Fría. Sin embargo, la paz liberal no puede ser atribuida
simplemente a la eficacia de la policía internacional por un hegemón
predominante -
Gran Bretaña en el siglo XIX, los Estados Unidos en la posguerra. Aunque un
hegemón puede tener interés en imponer la paz por el bien del comercio o las
inversiones o como medio de aumentar su prestigio o seguridad; los hegemones
como la Francia del siglo XVII no eran policías pacificadores, y la paz liberal
persistió en el período de entreguerras cuando la sociedad internacional carecía
de un poder hegemónico predominante. Además, esta explicación sobrestima el
control hegemónico en ambos períodos. Ni Inglaterra ni los Estados Unidos
pudieron evitar los desafíos directos a sus intereses (competencia colonial en el
siglo XIX, diplomacia en el Oriente Medio y conflictos por el comercio con el
enemigo en la posguerra). ¿Dónde estaba entonces la capacidad de impedir todos
los conflictos armados entre regímenes liberales, muchos de los cuales eran
remotos y otros insignificantes desde el punto de vista estratégico o económico?
La hegemonía y el liderazgo liberales son importantes (véase la sección V infra),
pero no son suficientes para explicar una paz liberal.
Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1 25
La paz a través del equilibrio (el equilibrio de poder clásico multipolar o la
"Guerra Fría" bipolar) también se basa en fuentes prudenciales de paz. Se
argumenta que la conciencia de la probabilidad de que los intentos agresivos de
hegemonía generen oposición internacional debería disuadir estas guerras
agresivas. Pero la estabilidad bipolar desalienta las guerras polares o de
superpotencias, no las guerras por poder o de pequeñas potencias. Y el equilibrio
multipolar de poder también fomenta la guerra para apoderarse, por ejemplo, de
territorio para la profundidad estratégica contra un rival que amplía su poder a
partir del crecimiento interno. 22
Ninguno de los dos da cuenta fácilmente de la paz general o de la paz liberal.
Finalmente, algunos realistas podrían sugerir que la paz liberal refleja
simplemente la ausencia de profundos conflictos de intereses entre los estados
liberales. Las guerras ocurren fuera de la zona liberal porque los conflictos de
interés son más profundos allí. Pero este argumento no hace más que plantear la
cuestión de por qué los estados liberales tienen menos o menos fundamentales
confl ictos de interés con otros estados liberales que los estados liberales con los
no liberales, o los estados no liberales con otros no liberales. Por lo tanto,
debemos examinar el funcionamiento del liberalismo entre los de su propia clase
- una pacificación especial del "estado de guerra" que descansa en el liberalismo
y nada más específico o más general.
IV
La mayoría de los teóricos liberales han ofrecido una orientación inadecuada
para comprender la naturaleza excepcional de la pacificación liberal. Algunos
han argumentado que los estados democráticos serían intrínsecamente pacíficos
simple y únicamente porque en esos estados los ciudadanos gobiernan el sistema
de gobierno y soportan los costos de las guerras. A diferencia de los monarcas,
los ciudadanos no son capaces de satisfacer sus pasiones agresivas y tienen las
consecuencias que sufren otros. Otros liberales han argumentado que el
capitalismo del laissez-faire contiene una tendencia inherente al racionalismo y
que, como la guerra es irracional, los capitalismos liberales serán pacíficos.
Otros aún, como Montesquieu, afirman que "el comercio es la cura para los
prejuicios más destructivos", y "la paz es el efecto natural del comercio". 23
Si bien estos acontecimientos pueden ayudar a explicar la paz liberal, no
explican el hecho de que los estados liberales son pacíficos sólo en las relaciones
con otros estados liberales. Francia e Inglaterra libraron guerras expansionistas y
coloniales a lo largo del siglo XIX (en los decenios de 1830 y 1840 contra
Argelia y China); los Estados Unidos libraron una guerra similar con México en
1848 e intervinieron de nuevo en 1914
bajo el Presidente Wilson. Los estados liberales son tan agresivos y propensos a
la guerra como cualquier otra forma de gobierno o sociedad en sus relaciones
con los estados no liberales.
Immanuel Kant ofrece la mejor guía. "Paz perpetua", escrita en 1795, predice la
cada vez más amplia pacificación de la unión pacifista liberal, explica esa
pacificación, y al mismo tiempo sugiere por qué los estados liberales no son
pacificadores en sus relaciones con los estados no liberales. Kant argumenta que
la Paz Perpetua será garantizada por la aceptación cada vez más amplia de tres
"artículos desafiantes" de paz.
Cuando todas las naciones hayan aceptado los artículos desafiantes en un
metafórico "tratado" de paz perpetua que él les pide que firmen, la paz perpetua
habrá sido establecida.
El primer artículo de la Defi nitivación sostiene que la constitución civil del
estado debe ser republicana. Por republicano, Kant se refiere a una sociedad
política que ha resuelto el
26 Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1
problema de combinar la autonomía moral, el individualismo y el orden social.
Una propiedad basicamente privada y una economía orientada al mercado
abordaron parcialmente ese dilema en la esfera privada. La esfera pública, o
política, era más preocupante.
Su respuesta fue una república que preservó la libertad jurídica - la igualdad
legal de los ciudadanos como sujetos - sobre la base de un gobierno
representativo con una separación de poderes. La libertad jurídica se preserva
porque el individuo moralmente autónomo es por medio de la representación un
auto-legislador que hace leyes que se aplican a todos los ciudadanos por igual,
incluido él mismo. Y se evita la tiranía porque el individuo está sujeto a leyes
que no administra también. 24
Las repúblicas liberales establecerán progresivamente la paz entre ellas por
medio de la "unión pacífica" descrita en el Segundo Artículo de la Paz Eterna.
La unión pacífica se limita a "un tratado de las naciones entre sí"
que "se mantiene a sí misma, evita las guerras y se expande constantemente". El
mundo no habrá logrado la "paz perpetua" que proporciona el último garante de
la libertad republicana hasta "muy tarde y después de muchos intentos fallidos".
Entonces las concepciones correctas de la constitución apropiada, la gran y triste
experiencia, y la buena voluntad habrán enseñado a todas las naciones las
lecciones de la paz. Hasta entonces los individuos no disfrutarán de los perfectos
derechos republicanos o de la plena garantía de una paz global y justa. Pero
mientras tanto, la "unión pacífica" de las repúblicas liberales "se expande
constantemente [mi énfasis]" trayendo dentro de ella más y más repúblicas (a
pesar de los colapsos republicanos, retrocesos y desastres de guerra) y creando
una paz separada siempre en expansión. 25
La unión pacifica no es un tratado de paz que termine con una guerra, ni un
estado mundial o estado de las naciones. El primero es insuficiente; el segundo y
el tercero son imposibles o potencialmente tiránicos. Kant no desarrolla ninguna
organización de este tratado, y presumiblemente no encuentra la
institucionalización necesaria. Parece tener en mente un pacto de no agresión
mutua, tal vez un acuerdo de seguridad colectiva, y la ley cosmopolita
establecida en el tercer artículo de defensa. 26
El Tercer Artículo Defi nitivo de la Paz Eterna establece una ley cosmopolita
para operar en conjunto con la unión pacifica. La ley cosmopolita "se limitará a
las condiciones de hospitalidad universal". En esto pide el reconocimiento del
"derecho de un extranjero a no ser tratado con hostilidad cuando llega al suelo de
otro [país]", que "no se extiende más allá de las condiciones que les permiten [a
los extranjeros] intentar el desarrollo del coito [comercio] con los antiguos
habitantes". La hospitalidad no requiere que se extienda el derecho a la
ciudadanía a los extranjeros ni el derecho al asentamiento, a menos que los
visitantes extranjeros perezcan si son expulsados. La conquista y el saqueo
extranjeros tampoco encuentran justificación en este derecho. La hospitalidad sí
parece incluir el derecho de acceso y la obligación de mantener la oportunidad
de que los ciudadanos intercambien bienes e ideas, sin imponer la obligación de
comerciar (un acto voluntario en todos los casos según las constituciones
liberales). 27
Kant explica entonces cada uno de los tres artículos desafiantes para una paz
liberal. Al hacerlo, desarrolla tanto un relato de por qué los estados liberales
mantienen la paz entre ellos y de cómo se producirá (por implicación, ha) que la
unión pacífica se expanda. Su afirmación central es que una evolución natural
producirá
"una armonía de la misma desarmonía de los hombres contra su voluntad." 28
Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1 27
La primera fuente deriva de una evolución política, de una ley constitucional.
La naturaleza (la providencia) se ha encargado de que los seres humanos puedan
vivir en todas las regiones donde se han visto obligados a establecerse por las
guerras. (Kant, que una vez enseñó geografía, informa sobre los lapones, los
samoyedos, los pescheras.) La "sociabilidad social" reúne a los hombres para
satisfacer las necesidades de seguridad y bienestar material, ya que los lleva a
conflictos sobre la distribución y el control de los productos sociales. Esta
violenta evolución natural tiende hacia la paz liberal porque la "sociabilidad
social"
conduce inevitablemente hacia los gobiernos republicanos y los gobiernos
republicanos son una fuente de la paz liberal.
La representación republicana y la separación de poderes se producen porque
son los medios por los que el Estado está "bien organizado" para prepararse y
hacer frente a las amenazas extranjeras (por la unidad) y para domar las
ambiciones de los individuos autocríticos y agresivos (por la autoridad derivada
de la representación, por las leyes generales y por la administración no poética).
Los Estados que no están organizados de esta manera fracasan. Los monarcas
ceden así derechos de representación a sus súbditos para reforzar su apoyo
político o para obtener ingresos fiscales. Este argumento proporciona una
conexión plausible y lógica entre el confl icto, interno y externo, y el
republicanismo; y pone de relieve asociaciones interesantes entre el aumento de
la incidencia de la guerra internacional y el creciente número de repúblicas.
Sin embargo, la preparación constante para la guerra puede realzar el papel de
las instituciones militares en una sociedad hasta el punto de que se convierten en
los gobernantes de la sociedad. Los conflictos civiles pueden llevar a golpes
pretorianos. A la inversa, un entorno de seguridad puede proporcionar un clima
político para debilitar el Estado mediante restricciones constitucionales. 29
Significativamente, los estados más afectados por la guerra no han sido
repúblicas liberales. 30 Lo que es más importante, el argumento es tan indistinto
que sólo sirve como una hipótesis muy general: la movilización de personas
interesadas en la vida política de los Estados en un mundo inseguro acabará por
generar presiones para la participación republicana.
Kant no necesita más que esto para sugerir que el republicanismo y una paz
liberal son posibles (y por lo tanto una obligación moral). Si es posible, entonces
en algún momento en el curso de la historia puede ser inevitable. Pero intentar
que su fecha de realización sea predecible -proyectando una tendencia constante-
sugiere, puede ser pedir demasiado. Anticipa el retroceso y las guerras
destructivas, aunque éstas servirán para educar a las naciones en la importancia
de la paz. 31
Kant muestra cómo las repúblicas, una vez establecidas, conducen a relaciones
pacíficas. Sostiene que una vez que los intereses agresivos de las monarquías
absolutistas son domesticados y una vez que el hábito de respeto de los derechos
individuales es enraizado por el gobierno republicano, las guerras aparecerán
como el desastre para el bienestar del pueblo que él y los otros liberales pensaron
que eran. La razón fundamental es ésta: Si se requiere el consentimiento de los
ciudadanos para decidir que se declare la guerra (y en esta Constitución no
puede ser de otra manera), nada es más natural que sean muy cautelosos al
iniciar tan pobre juego, decretando por sí mismos todas las calamidades de la
guerra. Entre estas últimas estarían: tener que luchar, tener que pagar los costos
de la guerra con sus propios recursos, tener que reparar dolorosamente la
devastación que la guerra deja atrás, y,
28 Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1
para llenar la medida de los males, cargarse con una pesada deuda nacional que
amargaría la paz misma y que nunca podrá ser liquidada a causa de las
constantes guerras en el futuro. Pero, por otra parte, en una constitución que no
es republicana y en la que los súbditos no son ciudadanos, una declaración de
guerra es lo más fácil de decidir en el mundo, porque la guerra no requiere del
gobernante, que es el propietario y no un miembro del Estado, el menor
sacrificio del placer de su mesa, la persecución, sus casas de campo, sus
funciones en la corte, y similares. Puede, pues, resolver sobre la guerra como
sobre una fiesta de placer por las razones más triviales, y con perfecta
indiferencia dejar la justificación que la decencia requiere al cuerpo diplomático
que siempre está dispuesto a proporcionarla. 32
Se podría añadir a la lista de Kant otra fuente de pacificación específica de las
constituciones liberales. La rotación regular de cargos en las políticas
democráticas liberales es un dispositivo no trivial que ayuda a asegurar que las
animosidades personales entre los jefes de gobierno no proporcionen una fuente
de tensión duradera y creciente.
Estas restricciones republicanas domésticas no ponen fin a la guerra. Si lo
hicieran, los estados liberales no serían belicosos, lo cual está lejos de ser el
caso. Ellos introducen el sistema de Kant
"precaución" en lugar de capricho monárquico. Las guerras liberales sólo se
libran con fines populares y liberales. Para ver cómo esto elimina la ocasión de
las guerras entre estados liberales y no las guerras entre estados liberales y no
liberales, necesitamos cambiar nuestra atención del derecho constitucional al
derecho internacional, la segunda fuente de Kant.
Complementando la garantía constitucional de precaución, el derecho
internacional añade una segunda fuente: la garantía de respeto. La separación de
las naciones que fomenta la sociabilidad social se refuerza con el desarrollo de
idiomas y religiones separados. Éstas garantizan aún más un mundo de estados
separados, condición esencial para evitar un "despotismo global sin alma". Sin
embargo, al mismo tiempo, también integran moralmente a los estados liberales
"a medida que la cultura progresa y los hombres se acercan gradualmente hacia
un mayor acuerdo sobre los principios de paz y entendimiento". 33 A medida
que surgen las repúblicas (la primera fuente) y que la cultura progresa, entra en
juego la comprensión de los derechos legítimos de todos los ciudadanos y de
todas las repúblicas; y esto, ahora que la cautela caracteriza a la política,
establece los fundamentos morales de la paz liberal. En consecuencia, el derecho
internacional destaca la importancia de la publicidad kantiana. En el plano
interno, la publicidad contribuye a que los funcionarios de las repúblicas actúen
de acuerdo con los principios que dicen ser justos y con los intereses de los
electores que dicen representar. En el plano internacional, la libertad de
expresión y la comunicación efectiva de las concepciones precisas de la vida
política de los pueblos extranjeros es esencial para establecer y preservar el
entendimiento del que depende la garantía de respeto. En resumen, las repúblicas
justas en el plano nacional, que se basan en el consentimiento, presumen que las
repúblicas extranjeras también son consensuales, justas y, por lo tanto,
merecedoras de acomodación. La experiencia de la cooperación ayuda a
engendrar un mayor comportamiento cooperativo cuando las consecuencias de la
política estatal no son claras pero (potencialmente) son mutuamente
beneficiosas. 34
Por último, el derecho cosmopolita, añade incentivos materiales a los
compromisos morales. El derecho cosmopolita de la hospitalidad permite que el
"espíritu de comercio" tarde o temprano
Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1 29
para apoderarse de todas las naciones, impulsando así a los estados a promover
la paz y tratar de evitar la guerra.
La teoría económica liberal sostiene que estos lazos cosmopolitas se derivan de
una división internacional cooperativa del trabajo y del libre comercio según la
ventaja comparativa. Se dice que cada economía está en mejor situación de lo
que hubiera estado bajo la autarquía; cada una de ellas adquiere así un incentivo
para evitar las políticas que llevarían a la otra a romper estos lazos económicos.
Dado que el mantenimiento de la apertura de los mercados se basa en la
suposición de que el próximo conjunto de transacciones también estará
determinado por los precios y no por la coerción, es fundamental que exista una
sensación de seguridad mutua para evitar la búsqueda de la autarquía económica
por motivos de seguridad. Así pues, evitar que se ponga en peligro la seguridad
de otro Estado liberal o incluso mejorar la seguridad de los demás mediante una
alianza sigue naturalmente a la interdependencia económica.
Otra fuente cosmopolita de paz liberal es que el mercado internacional elimina
las difíciles decisiones de producción y distribución de la esfera directa de la
política estatal. Así pues, un Estado extranjero no parece ser directamente
responsable de esos resultados; los Estados pueden mantenerse al margen y, en
cierta medida, por encima de esas polémicas rivalidades de mercado y estar
dispuestos a intervenir para resolver las crisis. Además, la interdependencia del
comercio y las conexiones de las oficinas estatales ayudan a crear vínculos
transnacionales transversales que sirven como grupos de presión para la
adaptación mutua.
Según los estudiosos liberales modernos, los fi nancieros internacionales y las
organizaciones transnacionales, burocráticas y nacionales crean intereses a favor
de la acomodación y han asegurado con su variedad que ningún confl i c t o
único agriete toda una relación. 35
Ninguna de estas fuentes constitucionales, internacionales o cosmopolitas es
suficiente por sí sola, pero juntas (y sólo cuando están juntas) conectan de forma
plausible las características de las políticas y economías liberales con una paz
liberal sostenida. Los Estados liberales no han escapado al "dilema de seguridad"
de los realistas, la inseguridad causada por la anarquía en el sistema político
mundial considerado en su conjunto. Pero los efectos de la anarquía
internacional han sido domados en las relaciones entre los estados de carácter
igualmente liberal. Se han roto las alianzas de interés estratégico puramente
mutuo entre Estados liberales y no liberales, los lazos económicos entre Estados
liberales y no liberales han demostrado ser frágiles, pero el vínculo político de
los derechos e intereses liberales ha demostrado ser un fundamento notablemente
firme para la no agresión mutua. Existe una paz separada entre los estados
liberales.
V liberalismo podrían caer. O, si la rivalidad económica internacional siguiera
Donde el internacionalismo liberal entre los Estados liberales ha sido desafiante
es en la preservación de sus condiciones previas básicas bajo circunstancias
internacionales cambiantes, y particularmente en el apoyo al carácter liberal de
sus Estados constituyentes. En ocasiones, como ocurrió con Alemania en el
decenio de 1920, no ha logrado prestar apoyo económico internacional a los
regímenes liberales cuyos fundamentos de mercado estaban en crisis. En el
decenio de 1930 no prestó ayuda militar ni mediación política a España, que se
vio desafiada por una minoría armada, ni a Checoslovaquia, que se vio atrapada
en el dilema de preservar la seguridad nacional o reconocer las reivindicaciones
30 Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1
(fomentado por la Alemania de Hitler) de la minoría de los Sudetes a la
autodeterminación.
El orden internacional liberal sólo ha proporcionado medidas de visión de futuro
y constitutivas cuando un Estado liberal se ha mantenido preeminente entre los
demás, preparado y capaz de tomar medidas, como hicieron los Estados Unidos
después de la Segunda Guerra Mundial, para sostener económica y políticamente
los cimientos de la sociedad liberal más allá de sus fronteras. Luego, medidas
como el Préstamo Británico, el Plan Marshall, la OTAN, el GATT, el FMI y la
liberalización de Alemania y Japón ayudaron a construir los cimientos del orden
liberal internacional. 36
Por lo tanto, el declive del liderazgo hegemónico de los Estados Unidos puede
suponer un peligro para el mundo liberal. Este peligro no es que los Estados
liberales actuales permitan que su competencia económica se convierta en una
espiral de guerra, sino que las sociedades del mundo liberal ya no podrán
prestarse la asistencia mutua que podrían necesitar para sostener los órdenes
internos liberales frente a las crecientes crisis económicas.
Estos peligros vienen de dos direcciones: la militar y la económica. Su
combinación es particularmente amenazante. Una es la continua asimetría de la
defensa, con los Estados Unidos (en relación a su PNB ) soportando una porción
indebida de la carga común. Sin embargo, los establecimientos de defensa
europeos y japoneses independientes y más sustanciales plantean problemas para
la cooperación liberal. La dependencia militar de los Estados Unidos ha sido uno
de los vínculos adicionales que han ayudado a transformar una paz liberal en una
alianza liberal. Eliminarla, sin crear una organización dirigida y financiada
multilateralmente entre las democracias industriales liberales, amenaza con
aflojar un vínculo importante. Las inestabilidades económicas podrían hacer que
esta ausencia de un vínculo de seguridad multilateral fuera particularmente
peligrosa al convertir las diferencias en hostilidad. Si el colapso de la economía
nacional siguiendo la pauta de la propagación mundial de las depresiones en el
decenio de 1930 volviera a producirse, los fundamentos políticos nacionales del
aumentando, los consiguientes intentos de debilitar la interdependencia
económica (estableciendo bloques comerciales y monetarios cerrados)
romperían una importante fuente de acomodación liberal. 37 Estos peligros se
harían más significativos si se establecieran fuerzas militares independientes y
sustanciales. Si desaparecen las suposiciones liberales de la necesidad de
cooperar y acomodarse, los países podrían ser presa de una rivalidad corrosiva
que destruye la unión pacífica.
Sin embargo, los liberales pueden haber escapado del único y mayor peligro
tradicional del cambio internacional: la transición entre los líderes hegemónicos.
Cuando una gran potencia comienza a perder su preeminencia y a deslizarse
hacia la mera igualdad, es excepcionalmente probable que se produzca una
resolución bélica de la jerarquía internacional. Las nuevas potencias desafían el
viejo prestigio, los compromisos excesivos se enfrentan a nuevas exigencias; así,
Esparta se sintió obligada a atacar Atenas, Francia se enfrentó a España,
Inglaterra y Holanda lucharon con Francia (y entre sí), y Alemania e Inglaterra
lucharon por el dominio de Europa en la Primera Guerra Mundial. 38 Tras la
derrota de Alemania, Gran Bretaña aceptó finalmente, aunque no sin pesar, su
sustitución por los Estados Unidos como hegemón comercial y marítimo de los
Kant, legados liberales y asuntos exteriores, parte 1 31
mundo liberal. La promesa de una transición pacífica puede ser, por lo tanto, uno
de los factores que ayudan a moderar las rivalidades económicas y políticas entre
Europa, Japón y los Estados Unidos.
Por consiguiente, las disputas con los aliados liberales que asolaron las
administraciones de Carter y Reagan no deben atribuirse únicamente a las
debilidades personales de los dos presidentes o sus secretarios de estado.
Tampoco deben atribuirse a simples fallos de coordinación administrativa o a la
idiosincrasia de los aliados americanos. Estos son los trabajos normales de una
alianza liberal de repúblicas independientes. No hay indicios de que supongan
una disolución de la unión pacífica; pero todo indica que, tras el declive de la
preponderancia estadounidense, los Estados liberales podrán hacer poco para 4 y 12 para las referencias.
restablecer la unión si la interdependencia económica internacional que los une
se disuelve y si se derrumban los cimientos internos y liberales de sus miembros
centrales. Pero si estos fundamentos republicanos y las fuentes comerciales de
interdependencia se mantienen firmes, la promesa de legados liberales entre los
regímenes liberales es una paz continua, incluso cuando la dirección del mundo
liberal cambie de manos.
Cuando en "Las Nieves del Kilimanjaro", Julian (F. Scott Fitzgerald) le dice a su
amigo (Hemingway), "Los muy ricos son diferentes a ti y a mí", su amigo
responde,
"Sí, tienen más dinero." Pero los liberales son fundamentalmente diferentes. No
es sólo, como los realistas podrían argumentar, que tienen más o menos recursos,
mejor o peor moral. Su estructura constitucional los hace - realistas -
...diferente. Han establecido la paz entre ellos. Pero las mismas características
que hacen que sus relaciones con los compañeros liberales difieran del estado de
guerra que todos los demás estados habitan también hacen que sus relaciones
con los no liberales difieran del cálculo prudente y estratégico que los realistas
esperan que informe la política exterior de los estados en un mundo inseguro.
Estos fallos son el tema de la segunda parte de este artículo.

Notas
* Esta es la primera mitad de un artículo de dos partes. El artículo se ha
beneficiado de las extensas críticas de William Ascher, Richard Betts, William
Bundy, Joseph Carens, Felix Gilbert, Amy Gutmann, Don Herzog, Stanley
Hoffman, Marion Levy, Judith Shaklar, Mark Uhlig, y los Editores de Filosofía
y Asuntos Públicos. También he tratado de tener en cuenta las sugerencias de
Fouad Ajami, Steven David, Tom Farer, Robert Gilpin, Ernest van den Haag,
Germaine Hoston, Robert Jervis, Donald Kagan, Robert Keohane, John Rawls,
Nicholas Rizopoulos, Robert W. Tucker, Richard Ullman, y los miembros de un
Seminario Especial en el Instituto Lehrman, 22 de febrero de 1983. El ensayo no
puede interpretarse como un consenso de sus opiniones.
1 La opinión liberal-patriótica fue reiterada por el Presidente Reagan en un
discurso ante el Parlamento británico el 8 de junio de 1982. Allí proclamó "una
campaña mundial para el desarrollo democrático". Esta "cruzada por la libertad"
será la última campaña de una tradición que, según él, comenzó con la Carta
Magna y se extendió en este siglo a través de dos guerras mundiales y una
Guerra Fría. Añadió que las políticas exteriores liberales han demostrado
"moderación" e "intenciones pacíficas" y que esta cruzada fortalecerá las
perspectivas de un mundo en paz ( New York Times , 9 de junio de 1982). Los
académicos y diplomáticos escépticos representan la interpretación realista
predominante de las relaciones internacionales. Véase ns.