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EL PARO EN USA

El cese de actividades del gobierno implica que alrededor de


800.000 mil empleados públicos se vean forzados a vacaciones
sin goce de sueldo. Además, numerosos centros públicos deberán
cerrar sus puertas con las únicas excepciones de los servicios de
emergencia y los encargados de la seguridad del país.

Asimismo se prevé también el cierre de los parques y museos


nacionales, aunque se mantendrán vigentes algunos servicios
básicos como el correo, el control de tráfico aéreo, los cheques de
pensiones o la actividad de los agentes de seguridad.

En la Casa Blanca el 75 % de los empleados regresarán a sus


hogares sin goce de sueldo hasta que termine la medida. Algo
similar ocurrirá en el Departamento del Tesoro, en donde un 88%
de los empleados quedará temporalmente sin trabajo.

En tanto, en lo que atañe al Departamento de Defensa la mitad de


los 800.000 empleados civiles del Pentágono serán enviados a
casa, mientras que todos los militares -alrededor de 1,4 millones-
seguirán trabajando. Para ello Obama firmó ayer una ley que
permitirá que todos los militares sigan recibiendo sus cheques
durante el cierre del Gobierno.

Sin embargo, la parálisis prevé algunas excepciones: la justicia, la


seguridad nacional y los servicios considerados esenciales para la
seguridad y la protección del país no serán alcanzados por estas
medidas.

En tanto, el impacto que tendrá el cese de actividades sobre la


economía podría alcanzar consecuencias en lo que refiere a la
caída del Producto Interno Bruto del cuarto trimestre del año, que
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bajaría en 0,3 puntos, según algunos economistas de ese país,


aunque la economía se recuperaría en el curso de los primeros
tres meses de 2014.

Los más de 800.000 empleados públicos que se estima se


quedarán en casa sin paga, equivalentes a toda la plantilla de la
industria automotriz, podrían costar a la economía unos 1000
millones de dólares a la semana sólo en pérdida de poder
adquisitivo vía salarios. Si se prolonga durante tres semanas, se
elevaría a 1,4 puntos. Moody's cifra el costo en 55.000 millones si
dura tanto tiempo.

La situación en los mercados puede volverse, por lo tanto, más


volátil e, incluso, violenta a medida que se llegue a la fecha
guillotina del 17 de octubre, cuando Washington no contará con
efectivo para cubrir sus obligaciones. “Las estamos agotando”,
dice la misiva enviada a los líderes de los dos partidos en el
Capitolio. Estos instrumentos tratan de contener que la deuda
rebase el límite actual de los 16,7 billones de dólares, límite que
expira el 17 de octubre. Por eso les emplazó de nuevo a alcanzar
una solución los antes posible. “Si no disponemos de efectivo
suficiente, será imposible para EE UU cumplir con todas sus
obligaciones por primera vez en la historia”, señala.

Al Tea Party se le podrá acusar de muchas cosas excepto de


incoherencia. Defiende el aislacionismo en política internacional, y
se plantó en el Congreso contra la intervención militar en Siria. Se
opone a los anticonceptivos, el aborto y el matrimonio
homosexual, y obstruyen cualquier avance en esa dirección en
cualquier instancia de poder a la que acceden. Abominan del
Gobierno, y lo paralizan.
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Cinco claves de la reforma sanitaria de


Obama
¿Cómo funciona la salud pública en Estados Unidos? Existen dos
programas de asistencia estatal: Medicare, que ayuda a jubilados y
discapacitados, y Medicaid, que ayuda a los indigentes. Medicare provee
medicamentos, servicios médicos y residencias geriátricas para unos 60
millones de ciudadanos. ¿Quiénes acceden al programa? Los mayores de
65 años y los discapacitados. Medicaid atiende a 40 millones de
norteamericanos. Sin embargo, esta asistencia no siempre cubre la
totalidad de los costos médicos y, en algunas oportunidades, se les cobra
coseguros a los indigentes.

¿Cuál es el problema del sistema norteamericano? De los 300 millones de habitantes


de Estados Unidos, unos 46 millones no tienen cobertura médica y unos 25 millones
tienen una cobertura inadecuada. Además, en la última década, el costo de los seguros
médicos se duplicó. A nivel estatal, el país invirtió el 16% de su PBI en salud en 2007, casi
el doble de la inversión de otros países desarrollados.

¿Cuáles son los objetivos de la reforma? En primer lugar, pretende


brindar una mayor y mejor cobertura. Sin embargo, esta reforma no
incluye a los 10 millones de inmigrantes ilegales. La mejora en la
asistencia médica, según los demócratas, será una consecuencia de la
competencia que genere el actor estatal dentro del mercado sanitario.
Bajar los altos costos de la industria es otro de los principales objetivos.

¿Qué propone Obama? Los demócratas elaboraron un proyecto para establecer un plan
de seguro sanitario público que brinde asistencia médica a los ciudadanos que no tienen
cobertura de sus empleadores o que no pueden acceder a Medicaid. Pero además, se
elaboró otro proyecto, que también establecería la obligación de que todo ciudadano
cuente con un seguro, aunque en lugar de la opción pública se crearían cooperativas
médicas para competir con las aseguradoras privadas.

¿En qué situación está la reforma? La intención de Obama es aprobarla


antes de fin de año, aunque la resistencias políticas amenazan un posible
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acuerdo. En la actualidad, los borradores presentados por el Comité de


Salud y por el Comité de Finanzas del Senado (proyectos antes
descriptos) serían tratados a partir del 8 de septiembre, fecha en que el
órgano legislativo vuelve a sesionar tras el período de receso. .

El 85% de la población tiene ya algún tipo de asistencia sanitaria, bien


porque es pagada por sus empresas, bien porque es cubierta por el
Gobierno (pobres y jubilados). El 15% restante es el que a partir de este
martes comenzó a contratar seguros privados subvencionados, tanto los
que no tenían ninguno como los que ya contaban con un seguro pero
ahora desean la ayuda económica federal (salvo quienes tienen altos
ingresos).

Divididos

El hecho de que la ley obliga a adquirir una póliza privada a quienes no


tienen seguro fue uno de los argumentos esgrimidos para denunciar la
inconstitucionalidad de la ley, dado que el Estado no debería obligar a
comprar un producto.

Los republicanos, además, critican el creciente papel público en un sector


que, en su opinión, corresponde a la iniciativa privada, así como la
inclusión obligatoria de servicios de anticoncepción en las prestaciones
de los seguros pagados por los empresarios, algunos de los cuales se
niegan alegando objeción de conciencia.

A pesar de esas objeciones, la ley fue avalada por el Supremo. Los


estadounidenses están divididos sobre la reforma sanitaria. El 47% la
rechaza y el 45% la apoya, según un sondeo de Quinnipiac. Otro estudio
de la cadena ABC indica que los ciudadanos desaprueban el papel jugado
por los republicanos (63%).

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