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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DE FALCÓN
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
CARRERA DE DERECHO

EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Realizado Por:
Siuling Pereira
C.I.V.-17.350.475

Kelvin Miquilena
C.I.V.-24.624.829

Punto Fijo, Febrero de 2020


El Conocimiento Científico

Muchos autores han coincidido en el criterio de que desde principios de la


civilización, el ser humano se ha preocupado por conocer el mundo que lo
rodea, el cual se sabe que está compuesto principalmente por la naturaleza y
en segunda instancia por los individuos que a través de la interacción con
éstos se convive en la sociedad, la cual, desde tiempos remotos es la forma
de organización característica de la humanidad.
En tal sentido, Carbonelli y Otros (2017) afirman que “el ser humano
posee una orientación hacia el conocimiento de una realidad que se
desdobla en múltiples dimensiones: sociales, naturales, físicas y que a su
vez se encuentra enmarcada en el tiempo” (p.17). Es por ello que, se podría
afirmar que el primer conocimiento que se obtiene es el sentido común, es
decir, ese convivir de la vida cotidiana a partir de la interacción y contacto
con la realidad que se rodea, dicho de otro nombre, de esa experiencia con
la realidad que forma parte de la vida de los seres humanos.
De ahí que, esa forma de conocimiento a criterio de la autora se va
aplicando en la vida cotidiana y a su vez se traslada a otras personas para
solucionar determinados problemas e inquietudes que puedan suscitarse en
el entorno en el cual se desenvuelven los seres humanos en la comunidad,
todo ello se resume a una experiencia de la cual se aprende y que de alguna
forma se va aplicando por otra persona para seguir resolviendo problemas
que se le presenten, denominado esto por muchos autores como el “sentido
común”, que no es más que ese conjunto de saberes que surgen de la vida
cotidiana a partir del contacto y la experimentación de la realidad que se
caracteriza por su constante aplicación, es decir, por el traslado de los
saberes obtenidos en la experiencia particular a la solución de problemas e
inquietudes que conforman la vida cotidiana. (Carbonelli y Otros, 2017, p.18).
No obstante, este conocimiento derivado del sentido común posee
inconvenientes por su carácter disperso, asistemático y fragmentado y es
por ello que a través del tiempo y con la llegada de la modernidad surge un
conocimiento basado en la razón, que contrario al sentido común es un
conocimiento más sistemático que busca explicar o conocer los fenómenos
tanto naturales como sociales a partir del uso de la razón, denominado
Conocimiento Científico.

El Conocimiento como Problema

Tal y como se estableció en párrafos anteriores, en el convivir diario o


rutinario y de esa interacción social que tienen los individuos se adquieren
conocimientos de diversa índole, tal y como lo afirma Sabino (1992):

En nuestra vida cotidiana, en el trabajo, los estudios o la constante


interacción social, adquirimos y utilizamos una inmensa cantidad de
conocimientos, tan variados como el universo mismo: sabemos cuál
es la llave que abre la puerta de nuestra casa y cómo cambia el
semblante de la persona que amamos, aprendemos cuantos
electrones orbitan en un átomo de helio o la fecha en que fue
fundada nuestra ciudad. El conocimiento se nos presenta como algo
casi natural, que vamos obteniendo con mayor o menor esfuerzo a lo
largo de nuestra vida, como algo que normalmente aceptamos sin
discusión, especialmente cuando lo adquirimos en la escuela o a
través de medios escritos de comunicación.

Sin embargo, sigue afirmando el autor mencionado que en algunas


ocasiones los individuos descubren que todo no es tan simple y que
hay afirmaciones que son refutables o sencillamente falsas. Ello,
podemos percibirlo por ejemplo cuando una persona relata hechos o
afirmaciones que no ha comprobado o cuando se sacan conclusiones
erradas por basarse en datos incompletos o equivocados.
Reflexionando lo expuesto por Sabino (1992), la autora del presente
ensayo infiere que todo surge de una interrogante y esa interrogante no
es más que ¿cómo se comprueba lo que se sabe? ¿Cómo se afirma
algo si no se tiene la información completa al respecto? ¿Qué tan
seguro se está de lo que diariamente se ve, se oye o se siente?
Partiendo de todas estas interrogantes es donde se puede visualizar el
problema del conocimiento, ya que la verdad de lo que se cree conocer
no se evidencia claramente ante los investigadores, sino que se debe
indagar por medio de trabajos relacionados a la temática que queramos
estudiar.
El Conocimiento como Proceso

En su interés por conocer, los seres humanos han intentado descubrir el


sentido de lo que existe a su alrededor. De ahí que, Sabino (1992) establece:
“Desde que la especie humana empezó a crear cultura, a modificar y
remodelar el ambiente que la rodeaba para sobrevivir y desarrollarse, fue
necesario también que comprendiera la naturaleza y las mutaciones de los
objetos que constituían su entorno”.
Partiendo de la idea expuesta, el hecho de conocer surge estrechamente
relacionado a esa interacción del hombre con el medio ambiente desde lo
más surreal como lo era el cosmos y el sentido de la vida, es allí donde se
comienza a trabajar en el conocimiento y donde se intenta explicar desde el
área religiosa hasta la filosofía.
Vale decir entonces que el conocimiento no llega a los seres humanos de
un día para otro, y tampoco se conoce inmediatamente la verdad de lo que
se investiga o se pasa directamente de la ignorancia al conocimiento, sino
que todo conlleva un proceso, si se quiere investigativo y de indagación o
descubrimiento a todas esas teorías o hipótesis que se van planteando.
Diferentes tipos de Conocimiento

Sabino (1992) establece que existen diversos tipos de conocimiento que


van desde sistemas religiosos y filosóficos, pensamiento mágico y otras
creaciones culturales del hombre que no pueden ser desestimadas a pesar
de sus errores ya que deben ser tomadas en cuenta como parte de un
proceso de afirmación confiable. En tal sentido, el autor mencionado concibe
al hombre como un ser complejo que tiene capacidad de raciocinio, pero
también de una poderosa afectividad, por lo que existirán diversas maneras
de aproximarse a los objetos de su interés desde diferentes perspectivas,
poemas, filosofía, novela, entre otros.
Sin embargo hay diversas aproximaciones igualmente legítimas hacia un
mismo objeto y que lo que diga el poema no es toda la verdad, pero a nivel
psicológico existe otra percepción pero desde un nivel emocional, más no por
raciocinio. De ahí que, el conocimiento científico es la vía más útil y capaz de
dar una respuesta a las interrogantes que se puedan plantear ya que es el
más objetivo y no es invadido por ningún tipo de emoción.

El Conocimiento Científico y sus Características

Como se ha explicado en párrafos anteriores, y tal como lo expresa el


autor Sabino (1992), el conocimiento científico o la ciencia, es el resultado
del gran esfuerzo del ser humano con la finalidad de tener conocimientos
concretos acerca de una determinada realidad. Todo ese esfuerzo como ya
se ha dicho conlleva un proceso dirigido y encaminado a un fin, que es el
obtener un conocimiento verificable sobre los hechos que lo rodean.
Dentro de esas características esenciales de la ciencia o conocimiento
científico, es que es considerada como una actividad social que ha tenido
una evolución histórica que se ve reflejada desde la época del Renacimiento
hasta la actualidad, es decir, existe un cambio, una transformación en antes
y después, antes era el conocimiento vulgar y ahora un conocimiento o
pensamiento riguroso y ordenado. Ahora bien, dentro de esas cualidades
específicas de la ciencia, existen otras de las que se pueden mencionar:
Objetividad: dentro del conocimiento científico la palabra objetividad a
criterio de la autora, es la más importante, ya que es lo que hace que el
conocimiento científico sea válido. Dentro del proceso de conocer a nivel
científico no deben existir prejuicios ni opiniones personales, por ello es
importante que lo que se vaya a afirmar sea algo verificable no sólo por quien
desea conocer, sino por otros sujetos que estudien la misma temática, es
decir, que sea comprobado y demostrado en la realidad.
Racionalidad: esta característica, a criterio de la autora, se relaciona
mucho con la objetividad. A través de la razón se trabaja con teorías,
conceptos, razonamientos ya establecidos, dejando totalmente de lado las
sensaciones, imágenes o impresiones.
Sistematicidad: dentro de la actividad del conocimiento científico debe
existir un orden. Se deben expresar las ideas de manera coherente y
describir minuciosamente todos los datos investigados.
Generalidad: esto tiene mucho que ver con la sistematicidad, si bien es
cierto, el investigador explica un solo objeto de estudio, pero se requiere
conocer datos generales, amplios para tener un mayor alcance o
comprensión de la temática que indaga.
Falibilidad: con esto se quiere decir que nadie es dueño de una verdad
absoluta, ya que toda investigación o afirmación puede estar sujeta a cambio
o puede modificada para mejorarla o perfeccionarla.

Clasificación de las Ciencias

Sabino (1992) clasifica las ciencias de la siguiente manera:


Ciencias formales: se ocupan de objetos ideales, y en las que se opera
deductivamente, como las matemáticas o la lógica.

Ciencias Fácticas: se ocupan de los hechos del mundo físico como la


física, la química, la biología, la sociología, etc.

Ciencias humanas, ciencias sociales o ciencias de la cultura: tratan


de los seres humanos, de su conducta y de sus creaciones son, en principio,
también ciencias fácticas. Entre ellas cabe mencionar a la psicología, la
historia, la economía, la sociología y muchas otras.

Ciencias puras: son las que se proponen conocer las leyes generales de
los fenómenos estudiados, elaborando teorías de amplio alcance para
comprenderlos y desentendiéndose al menos en forma inmediata de las
posibles aplicaciones prácticas que se puedan dar a sus resultados.

Ciencias aplicadas: concentran su atención en estas posibilidades


concretas de llevar a la práctica las teorías generales, encaminando sus
esfuerzos a resolver las necesidades que se plantean los hombres.

A manera de conclusión, se puede afirmar que con la investigación,


indagación, interpretación y análisis del presente ensayo se pudo conocer
todo el proceso del conocimiento científico y de su importancia en el
quehacer investigativo. Se pudo descubrir cómo va evolucionando el
concepto de ciencia y de cómo debe ser llevado a cabo una investigación a
través de un sistema organizado, sistematizado y objetivo.
Lista de Referencias

Carbonelli, M. y Otros (2017). Introducción al Conocimiento Científico y a la


metodología de la Investigación. Artículo publicado en la Universidad
Nacional Arturo Jauretche. Buenos Aires, Argentina.
Sabino, C. (1992). El Proceso de Investigación. Editorial Panapo, Caracas
1992. Publicado también por Ed. Panamericana, Bogotá, y Ed. Lumen,
Buenos Aires.

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