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CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCION
Es con la Ley u Orden Ejecutiva No. 511 del 1 de julio de 1920 del Gobierno de
Ocupación Norteamericana, que surge en nuestro país el Tribunal de Tierras y con ella
nace la Jurisdicción Catastral y es con ella que, por primera vez se instituye el Fiscal
ante el Tribunal de Tierras, que fue el germen llamado a evolucionar en el futuro como
Abogado del Estado y Fiscal ante el Tribunal de Tierras.
La Orden Ejecutiva No. 511, es la que le sirvió de base al legislador dominicano, para
crear la Ley No. 1542 o Ley de Registro de Tierras, de fecha 7 de noviembre de 1947,
publicada en la Gaceta Oficial No. 6707, es con esta que surge definitivamente y
formalmente el órgano y Oficina del Abogado del Estado y Fiscal ante el Tribunal de
Tierras. Esta Ley nos da el concepto, la competencia, la función exclusiva y parte de las
atribuciones del Abogado del Estado. El Abogado del Estado es el guardián del
Certificado de Titulo de la propiedad inmobiliaria, lo que quiere decir que de él depende
en gran medida la paz social, el desarrollo económico y el progreso de nuestro país.
Durante los primeros años de vigencia de la Orden Ejecutiva No. 511, en el Tribunal de
Tierras solo se hablaba de Fiscal para referirse a lo que hoy llamamos Abogado del
Estado. A finales de los años veinte se produjo un caso muy particular, fue designado un
abogado para ocupar el cargo de Fiscal ante el Tribunal de Tierras. Tanto se molesto
éste señor porque entendía que era merecedor de un mejor puesto y el Presidente de la
Republica en ese entonces, Horacio Vázquez, para contentarlo procedió a cambiarle el
nombre de Fiscal por Abogado del Estado. Con esto, el abogado se sintió satisfecho,
porque entendió que le habían dado un mejor cargo.
La Ley 1542 fue modificada por el Legislador Dominicano por la Ley 108-05 de fecha
23 de marzo del 2005, la cual recibió, a su vez, modificación por la Ley 51-07.
El Articulo 11 de la Ley 108-05 de Registro Inmobiliario, modificada por la Ley 51-07
del 23 de abril de 2007 define al Abogado del Estado de la manera siguiente: El
Abogado del Estado es el representante del Estado ante la Jurisdicción Inmobiliaria.
Como mínimo habrá tantos Abogados del Estado como Tribunales Superiores de
Tierras, y tendrá los abogados adjuntos que fueren necesarios para asistirlo en el
correcto desempeño de sus funciones por ante los tribunales de la Jurisdicción
Inmobiliaria.
El Abogado del Estado deberá participar en todas las audiencias, en representación del
Estado, en todos los procesos de saneamiento y adjudicación de títulos de propiedad en
los que tenga interés o aparente tenerlo, no pudiendo hacerlo en nombre de ninguna otra
persona moral o física. En este sentido el articulo 26 párrafo 3 de la Ley de Registro
Inmobiliario, modificado por la Ley 51-07 del 23 de abril del 2007, dispone lo
siguiente: “el tribunal apoderado debe poner en conocimiento al Abogado del Estado del
inicio del proceso judicial del saneamiento e informarle la fecha de la primera
audiencia, para que éste emita su opinión.
De esta manera hacemos esta pequeña introducción con el fin de reseñar un poco la
historia de esta figura jurídica, con funciones claramente establecidas en la Ley 108-05
sobre registro inmobiliario, también los reglamentos para los tribunales superiores de
tierras y tribunales de jurisdicción original.
Con la Orden Ejecutiva No. 511 de 1920 se crea el Tribunal de Tierras en nuestro país y
con ella se instituye por primera vez la figura del Fiscal de Tierras, que posteriormente y
en la actualidad conocemos como el Abogado del Estado.
Con la entrada en vigencia de la Ley No. 108-05 de Registro Inmobiliario, que derogo
la Ley de Registro de Tierras No. 1542, la figura del Abogado del Estado desapareció y
fue sustituido por el de la Comisión Inmobiliaria, que al ser definida por la citada ley en
el artículo 11, lo hace en estos términos: La Comisión Inmobiliaria es un organismo
colegiado ante la Jurisdicción Inmobiliaria y estará conformada por tres miembros, un
miembro nombrado por el Poder Ejecutivo, un miembro nombrado por la Suprema
Corte de Justicia y un miembro nombrado por el Congreso Nacional de la República. La
Comisión Inmobiliaria dispone para el cumplimiento de sus dictámenes el auxilio de la
Fuerza Pública.
El referido artículo 11 de la Ley de Registro Inmobiliario fue modificado por la Ley No.
51-07 de fecha 23 de abril del 2007, restableciendo la figura del Abogado del Estado,
expresando que “El Abogado del Estado es el representante del Estado ante la
Jurisdicción Inmobiliaria”.
Dentro de esta modificación a la Ley de Registro Inmobiliario hecha por la Ley No. 51-
07 se encuentra el artículo 2, en el sentido de que los órganos que integraban la
Jurisdicción Inmobiliaria eran cuatro, en la actualidad fueron reducidos a tres (3), es
decir, el Abogado del Estado ante la Jurisdicción Inmobiliaria o Tribunal de Tierras dejo
de ser un órgano.
Norte, con asiento en la ciudad de Santiago de los Caballeros; y Noreste, con asiento en
la Ciudad de San Francisco de Macorís. Pero solo existen dos oficinas del Abogado del
Estado, una en Santo Domingo y la otra en Santiago.
El principio III de la Ley de Registro Inmobiliario, así como el principio básico del
sistema Torrens, es considerar al Estado como dueño original de todos los terrenos que
conforman el territorio de la República Dominicana; y es a este que se le debe probar,
por todos los medios de pruebas, que es propietario de determinada porción de terreno,
en consecuencias en caso de que ningún particular o reclamante pueda probar su
derecho de propiedad sobre el inmueble, el mismo debe adjudicarse al Estado
Dominicano.
El Abogado del Estado deberá participar en todas las audiencias, en representación del
Estado, en todos los procesos de saneamiento y adjudicación de títulos de propiedad en
los que tenga interés o aparente tenerlo, no pudiendo hacerlo en nombre de ninguna otra
persona moral o física. En este sentido el artículo 26 párrafo 3 de la Ley de Registros
Inmobiliario, modificado por la Ley 51-07 del 23 de abril de 2007, dispone lo siguiente:
el tribunal apoderado debe poner en conocimiento al Abogado del Estado del inicio del
proceso judicial de saneamiento e informarle la fecha de la primera audiencia, para que
este emita su opinión. La falta de comparecencia o falta de opinión del Abogado del
Estado se considera como la falta de interés y la no objeción del Estado al proceso de
Saneamiento.
La falta de opinión del Abogado del Estado no impide, sin embargo, que el inmueble
sea adjudicado. Como puede apreciarse, solo puede intervenir en representación del
Estado, existiendo una prohibición expresa de que no puede representar a nadie más, ya
sea persona física o moral.
Actuando como Fiscal, está en el deber de someter ante los Tribunales de la Jurisdicción
Inmobiliaria a los autores de las infracciones castigadas por la Ley de Registro
Inmobiliario. En el recurso de revisión por causa de fraude actúa como ministerio
publico para defender las regulaciones del procedimiento de saneamiento.
El Estado, a través del Abogado del Estado ante el Tribunal de Tierras, no tiene que
producir ninguna prueba para establecer el derecho de propiedad de que está investido
en virtud de la Ley; son los reclamantes en un saneamiento por ante el Tribunal de
Tierras lo que están obligados a aportar la prueba de que el inminente derecho del
Estado ha sido aniquilado. B.J. 484, Pag. 1146, noviembre de 1950.
Podrá dirigirse la querella al Abogado del Estado contra los autores de las infracciones.
Una vez recibida, el Abogado del Estado la enviara al Tribunal de Jurisdicción Original
territorialmente competente, para que conozca de la misma.
Dentro de las competencias atribuidas de manera específica por la Ley No. 108-05 sobre
Registro Inmobiliario, modificado por la Ley No. 51-07, al Abogado del Estado debe
citarse a las audiencias que conozcan del recurso de revisión por causa de fraude.
Para ser Abogado del Estado se requiere ser dominicano, mayor de veinticinco años, en
pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos, licenciado o doctor en Derecho, por
lo menos cuatro años de ejercicio de la abogacía, o que haya sido Juez de cualquier
tribunal o corte, por dos años a lo menos; es decir, se requieren las mismas condiciones
que para ser ministerio publico ante la Corte de Apelación en la jurisdicción ordinaria.
El Abogado del Estado podrá ser representado por los abogados adjuntos que fueren
necesarios para asistirlo en el correcto desempeño de sus funciones por ante los
Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria, quienes deben reunir las mismas condiciones
requeridas para el titular.
Y en este sentido nuestra Suprema Corte de Justicia ha dicho que “las disposiciones del
artículo 258 de la Ley de Registro de Tierras que se refieren al desalojo de terrenos
saneados, no dejan dudas de que para realizar este procedimiento es indispensable que
al Abogado del Estado, a quien corresponde ejecutarlo, se le provea del Certificado de
Titulo del terreno objeto del procedimiento en desalojo” Cas. 14 de Noviembre de 1984,
B-J. 886, Pág. 2381.
Una vez vencido el plazo de los quince días, es una costumbre del Abogado del Estado
citar a las partes a los fines de que comparezcan, ya sea personalmente o mediante
representación de abogados; se examinan los documentos presentados por las partes y se
procede a determinar si la persona contra la cual se persigue el desalojo es intrusa pura y
simplemente, o si está en posesión de ese inmueble en virtud de algún derecho
adquirido o que ha sido otorgado por el persiguiente, y otro copropietario; en el caso
que compruebe que la persona es un ocupante ilegal o intruso, el Abogado del Estado
ordenara el desalojo, que deberá ser realizado por acto de alguacil mediante proceso
verbal de desalojo en un plazo no mayor de treinta (30) días, según el párrafo II del
artículo 48 de la Ley de Registro Inmobiliario.
Los copropietarios son aquellas personas titulares de un inmueble o de algún bien real
inmobiliario, el cual se encuentra registrado en comunidad, es decir, a nombre de dos o
más personas.
Frente a esta situación el Abogado del Estado debe sobreseer el asunto hasta tanto se
produzca el deslinde o subdivisión de la parcela; ya que existe una cuestión prejudicial,
esto es, cuando un punto de derecho de la cuestión prejudicial debe ser juzgado por otra
jurisdicción que aquella que conoce del asunto principal, es decir, el Abogado del
Estado debe desestimar la solicitud de desalojo, en virtud de las disposiciones del
articulo 47 párrafo I de la Ley de Registro Inmobiliario que dispone que “no procede el
desalojo de un copropietario del mismo inmueble contra otro en virtud de una
constancia anotada”.
Ahora bien, frente a un intruso sin título o sin derecho para actuar, el Abogado del
Estado debe proceder a ordenar el desalojo con el solo hecho de presentarle ante el una
constancia anotada en el certificado de titulo, ya que la misma tiene fuerza ejecutoria
por aplicación el artículo 91 de la Ley de Registró Inmobiliario; y bajo el criterio de que
el intruso sin calidad no puede obstaculizar el libre ejercicio de uso y disfrute al tenedor
de un derecho registrado.
El Abogado del Estado puede ordenar una inspección para determinar si la persona que
se dice ocupante ilegal del inmueble registrado está realmente ocupando el mismo; y
para ello requerirá de los servicios de agrimensores privados pagados por una de las
partes, y cuyo trabajos podrán ser supervisados por la Dirección Regional de Mensura
Catastral del departamento correspondiente; o pueden solicitarle la medida directamente
a la Dirección Regional de Mensura Catastrales; y con ello se comprobaran los
elementos esenciales de que el ocupante ilegal esta dentro de la parcela o solar que
pretende desalojar el titular del derecho.
Dicho proceso de comprobación se realiza con una solicitud formulada por el Abogado
del Estado, de oficio o a petición de una de las partes, a la Dirección Regional de
Mensura Catastrales, a los fines de que esa dirección comisione un inspector, quien
deberá trasladarse al terreno en conflicto, previa verificación de los planos
correspondientes al mismo, determinar topográficamente, comprobando con los linderos
de la parcela, si el demandado ocupa o no la parcela en cuestión. Una vez concluido los
trabajos de campo el inspector procederá a rendir un informe a la Dirección Regional de
Mensura Catastrales, quien lo remitirá al Abogado del Estado, el cual estudiara el
resultado y decidirá en base a este informe el conflicto.
Esta resolución que emite el Abogado del Estado otorgándole un plazo de 15 días al
ocupante, antiguamente una práctica establecida por la costumbre, ya que el único plazo
que establece la derogada Ley de Registro de Tierras, era el plazo previo de quince días,
establecido en el artículo 260 de la ley que establece que “antes de proceder al desalojo
el persiguiente intimara al ocupante, por acto de alguacil, para que haga abandono de los
lugares en un plazo no menor de 15 días, que se contara a partir de la notificación del
referido acto a persona o a domicilio. Pasado este plazo, sin que el ocupante haya hecho
abandono de los lugares, procederá el interesado al desalojo inmediato a sus expensas”.
En la actualidad está legalmente establecido en los párrafos I y II del artículo 48 de la
Ley de Registro Inmobiliario.
La comprobación de la ejecución de desalojo por parte del Abogado del Estado está
supeditada a que el alguacil actuante en el mismo proceda a depositar en la Secretaria de
la Oficina del Abogado del Estado, la copia del acto de ejecución, de conformidad con
lo que dispone el párrafo II del artículo 48 de la Ley de Registro Inmobiliario, con lo
cual oficialmente, y el tenor del referido texto legal, finaliza el procedimiento de
desalojo por ante la oficina del Abogado del Estado.
El propietario de un inmueble registrado, amparado en su Certificado de Título o
Constancia Anotada puede requerir el Abogado del Estado el auxilio de la Fuerza
Pública para proceder al desalojo del ocupante o intruso.
El propietario se proveerá de una autorización emitida por el Abogado del Estado que
será notificada al intruso por acto de alguacil, de la misma jurisdicción, conjuntamente
con el Certificado de Título, intimándole para que en el plazo de quince (15) días
abandone el inmueble ilegalmente ocupado. Vencido este plazo, el Abogado del Estado
mediante oficio que será notificado mediante acto de alguacil concederá un último plazo
de quince (15) días para que abandone el inmueble o deposite sus alegatos por ante
dicha institución.
Para ser Abogado del Estado o adjunto del Abogado del Estado se requieren las mismas
condiciones que para ser Ministerio Publico ante la Corte de Apelación en la
Jurisdicción Ordinaria. Como mínimo habrá tantos Abogados del Estado como
Tribunales Superiores de Tierras, dicho funcionario tendrá los abogados adjuntos que
fueren necesarios para asistirlo en el correcto desempeño de sus funciones por ante los
Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria.
El Abogado del Estado tiene las funciones de representación y defensa del Estado
Dominicano en todos los procedimientos que así lo requieran ante la Jurisdicción
Inmobiliaria, a la vez que ejerce las funciones de Ministerio Publico ante esta
Jurisdicción. Es competente para someter ante la jurisdicción que corresponda a los
autores de las infracciones castigadas por esta ley para que se les impongan, si procede,
las sanciones establecidas, emite dictámenes, opiniones, mandamientos y todas las
demás atribuciones que como Ministerio Publico le correspondan, emite su opinión en
el proceso de saneamiento, y participa como Ministerio Publico en el proceso de
revisión por causa de fraude.
Corresponde, al Abogado del Estado el sometimiento penal a los autores de las
infracciones castigadas por la Ley No.108-05, sobre Registro Inmobiliario, a los fines
de que sean aplicadas las sanciones correspondientes y presentara informe y
conclusiones en todas las causas penales de que conozca por ante los Tribunales de la
Jurisdicción Inmobiliaria, en virtud de los artículos 113 y 114 de la citada Ley; podrá
dictar todos los mandamientos de conducencia, arresto o prisión que sean procedente de
conformidad con la Ley de Registro Inmobiliario; asimismo, dentro de sus funciones
como fiscal, le corresponde la ejecución de las sentencias penales dictadas por los
Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria y de las ordenes que sean susceptibles de
ejecución forzosa, pudiendo para ello requerir el auxilio de la fuerza pública.
BIBLIOGRAFIA.