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Universidad popular del César

Facultad: de derecho, ciencias políticas y sociales

Estudiante: Isaac David Bautista Lea

Materia: derecho penal especial

Grupo:01

Valledupar cesar
DELITOS CONTRA PERSONAS Y BIENES PROTEGIDOS POR EL DERECHO INTERNACIONAL

HUMANITARIO

El propósito de este análisis, es adentrarnos en el interesante tema del derecho


internacional humanitario (DIH), tomando su origen, concepto, naturaleza, desarrollo y
lo más importante su inclusión en el ordenamiento jurídico Colombiano, como un
capitulo especial dentro del nuevo código penal, ya que en tiempos pasados se hacia
referencia a él, se tipificaban algunos delitos contra el derecho internacional
humanitario, pero no existía un capítulo exclusivamente dedicado a su tipificación y
penalización.

La entrada en vigencia de una constitución Política, en donde se consagran un nuevo


criterio de estado, con instituciones, principios y valores acordes con el contexto social,
política, y jurídica, que actualmente rige y se aplican en las sociedades democráticas
más avanzada, donde imponen un sistema normativo que tiene como base la
normatividad sustantiva parte de las regulación de las garantías penales materiales,
apuntando a los principios en donde el derecho a la vida pasa a se el bien jurídico
protegido más importante , la protección de los derechos fundamentales, donde ha
avanzado nuestro sistema jurídico, de esta manera los nuevos bienes de naturaleza
colectiva apreciado por la sociedad colombiana en su proceso de evolución, tiene que
tener también su respaldo, lo mismo que su tipificación de las conductas punibles
relacionados con ellos.

Unas de las más importante novedades que presenta el código penal de 2000, de cara
agravamiento del conflicto armado interno, lo constituye, sin lugar a dudas, la inclusión
de un título dedicado, exclusivamente, a las personas y bienes protegidos por el
derecho internacional humanitario (DIH). En efecto, una interpretación histórica del
código penal nos indica que unas de las mayores preocupaciones de nuestros
legisladores fue la de adecuar la normatividad penal interna a los compromisos
internacionales asumidos, de tiempo atrás, por el Estado colombiano. En otros términos
se alegaba que nuestro país, a pesar del importante tiempo transcurrido, había omitido
ejecutar legislativamente un conjunto de tratados internacionales referentes a DIH y a
derecho internacional de los derechos humanos (DDIH), o bien los tipos penales
existentes en Colombia, no eran acordes con la gravedad y particularmente que
presentan las infracciones a la legalidad internacional. Así pues, las especiales
circunstancias de modo, tiempo, lugar que rodean la Comisión de ciertas infracciones al
DIH y las violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos, ya que su extrema
gravedad y lesividad a bienes jurídico tan caro a la sociedad internacional, ameritaban
un tratamiento punitivo especial, vale decir, se aludía al principio de proporcionalidad ,
el cuál está llamado a regir la relación de un hecho delictivo determinado y la pena
correspondiente a imponer.

Por lo anterior vale recordar que las normas humanitarias que establecen prohibiciones
a los combatientes son de aplicación indirecta es decir, requieren del concurso del
legislador interno para poder ser aplicadas por los fiscales y jueces nacionales. Sin duda,
se trata de normas incompletas que se limitan a proscribir ciertos comportamientos
ejemplos: la toma de rehenes, los actos de terrorismo, etc.

Un análisis detallado del título II del C.P. arroja como resultado que existe un elenco de
diversos bienes jurídico tutelados por las normas penales que lo integran. En esencia, el
fin último del citado titulo II del C.P. es brindarle una protección siquiera mínima al ser
humano en situaciones de extrema anormalidad, y por ende se busca proteger aquellos
derechos que, emanan de la dignidad humana, ya que estos suelos corres graves
peligros en caso de conflicto armado, sea este internacional o interno. Estos hacen
alusión al derecho a la vida, a la integridad personal, al debido proceso, así como a
diversas libertades públicas ( individual, de locomoción y sexual).

Ahora bien, dado que el DHI es una normatividad que articula y hace la distinción entre
combatientes, miembros de la población civil y combatientes fuera de combate. Está
no propende por una protección en abstracto del hombre, tal como sucede en él ámbito
del DIDH, sino en los miembros de una colectividad, a saber, la población civil. Por tal
razón se penalizan determinado comportamientos delictivos de aquellos que afectan
gravemente la vida, la integridad física y mental, así como la libertad individual de los
integrantes de estas categorías particulares de sujestos protegido por la legalidad
internacional. En esta dirección se apunta a los tipos penales de homicidio en persona
protegidas ( art.135 C.P.), lesiones en persona protegidas ( art.136 C.P.), tortura en
persona protegidas ( art 137 C.P), acceso carnal violentos en persona protegida ( art.
138 C.P.), actos sexuales violentos en persona protegida ( art.139 C.P.), prostitución
forzada o esclavitud sexual ( art. 141 C.P.), actos de discriminación racial ( art.147 C.P.),
toma de rehenes ( art.148 C.P.), detención ilegal y privación del debido proceso (art.
149 C.P.), deportación, expulsión, traslado de población civil (art.159 C.P.) y
reclutamiento ilícito ( artc.162 C.P.

Existen ciertas conductas de los combatientes que pueden llegar a poner en grave
peligro la existencia de un conglomerado social. Estas conductas se trata de actos de
guerras que por su Naturaleza, necesariamente, colocan en extremo riesgo, no ya la
vida y la libertad individual de una persona ajena al conflicto Armado, si no la
supervivencia de un grupo amplio de individuos protegidos.
Además estas conductas ponen en riesgo a los bienes indispensables para la existencia
de la población civil como son: la destrucción de bienes e instalaciones de carácter
sanitario y la destrucción del medio ambiente. Ya que estos métodos de guerra afectan
gravemente a la comunidad , estos actos de terrorismo que utilizan medios ilícito dé
guerra en caminadas a privar a los no combatientes de los medios necesarios para
sobrevivir, (atentados a la subsistencia y la devastación), a la destrucción de bienes
protegidos por el DHI que comporta grave peligro para la sociedad civil, como es en el
caso de ataques contra obras e instalaciones que contienen fuerzas peligrosas, así como
las omisiones dolosas de adoptar medidas de protección indispensables para garantizar
La integridad de la población civil que se encuentra en medio del conflicto armado, la
omisión de medidas de socorro y asistencia humanitaria y la obstaculización de tareas
sanitarias y humanitarias . En pocas palabras, se lesiona la protección a la población
civil cuando sus miembros, o sus bienes esenciales, son atacados directamente por los
combatientes , o cuando no se limitan los efectos de las operaciones militares que
pueden afectar a los no combatientes o se omiten tomar medidas eficaces para
ponerlos al margen de las hostilidades. En el primer caso se da la violación por acción y,
en el segundo violación por omisión.

En otros casos, la actividad bélica de los combatientes afectan gravemente la integridad


de los bienes culturales y de los lugares de cultos , estas normas trata por tanto proteger
las edificaciones, las instalaciones educativas, los monumentos y las obras de artes que
conforman el patrimonio espiritual, histórico y cultural de los pueblos. En esta dirección
se orienta, sin lugar a dudas, el artículo 156 del nuevo C.P .

Además de los integrantes de la población civil, los combatientes que hayan depuesto
las armas, se encuentren enfermos, heridos o náufragos también son considerados
personas protegidas por el DHI. Al tal punto que sus vidas deben ser respetada, su
integridad física y al debido proceso y en todos los casos deben recibir siempre un trato
digno por parte de sus captores.

Podemos decir, que el DHI busca proteger, ante todo, a los miembros de la población
civil de los rigores de la guerra, estos esfuerzos normativos están encaminados,
principalmente, en tal dirección. Además, iría contra la naturaleza de las cosas intentar
amparar determinados bienes jurídicos cuya titularidad se encuentran en cabeza de los
combatientes, como es el caso del derecho a la vida o la integridad personal.

Pero también las normas humanitarias acuerdan, de igual manera, un cierto amparo a
quienes participan activamente en las hostilidades. En otras palabras estas normas
busca prohibir el empleo de determinado armamento ( medio de combate) o el uso de
éste de determinada manera, así como también busca evitar determinadas practicas
tácticas de guerra ( método de combate). En esta dirección se encaminan los tipos
penales de utilización de medios y método de guerra ilícitos (art. 142 C.P.). Y la perfidia
( art. 143 C.P.)
Podemos concluir que el título II del C.P. muestra aquellos comportamientos imputables
a los combatientes, que lesionan gravemente los derechos fundamentales de las
personas protegidas o ponen en peligro la supervivencia misma de la colectividad

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