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Escuela de Teología para Seglares

Evangelios Sinópticos

Jesus es ungido en Betania Marcos 14,1-9

Juan Alberto Hernández Blonden


2018-1910
Profesor: P. Félix Martínez

Abril año 2020


INTORDUCIÓN

El texto la unción en Betania o Jesús es Ungido en Betania según San Marcos 14,1-9, es
un texto que al aparecer en los cuatros evangelios con varios elementos que los distinguen,
ha causado ciertas cuestionantes entre los estudiosos de la Biblia. Otro aspecto que
resaltan los estudiosos es, sobre quien era en realidad la mujer que en este evangelio se
presenta como un personaje anónimo. Pero en este trabajo vamos a ver algunos detalles
sobre lo antes mencionado, aunque, lo que me interesa a mi en este trabajo es la esencia
del texto, su contenido, los hechos relatados en él, analizarlos desde los diferentes puntos
de vista, ¿cuál es la enseñanza que nos deja este texto en estos tiempos presentes?; Tratar
de entenderlo, reflexionarlo, ponerme en el papel de cada uno de los personajes, ¿porque
actuaron como tal manera?, ¿cuál era su punto de vista? etc.
EVANGELIO DE MARCOS 14, 1-9
I. LECTURA Y RESUMEN

1. Faltaban dos días para la Pascua y los Ázimos. Los sumos sacerdotes y los escribas
buscaban cómo prenderle con engaño y matarle.

2. Pues decían: «Durante la fiesta no, no sea que haya alboroto del pueblo.»

3. Estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, recostado a la mesa, vino una mujer
que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, de mucho precio; quebró el
frasco y lo derramó sobre su cabeza.

4. Había algunos que se decían entre sí indignados: «¿Para qué este despilfarro de
perfume?

5. Se podía haber vendido este perfume por más de trescientos denarios y habérselo dado
a los pobres.» Y refunfuñaban contra ella.

6. Mas Jesús dijo: «Dejadla. ¿Por qué la molestáis? Ha hecho una obra buena en mí.

7. Porque pobres tendréis siempre con vosotros y podréis hacerles bien cuando queráis;
pero a mí no me tendréis siempre.

8. Ha hecho lo que ha podido. Se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura.

9. Yo os aseguro: donde quiera que se proclame la Buena Nueva, en el mundo entero, se


hablará también de lo que ésta ha hecho para memoria suya. (Jerusalen, 2018)

Resumen

En este evangelio Marcos nos presenta parte de la última semana que el Señor Jesucristo
pasó en Jerusalén, ya cerca de la pascua los judíos buscan un motivo el momento oportuno
para prenderle. Y justamente aquí Marcos nos muestra un particular episodio donde el
Señor Jesús es ungido por una mujer de Betania con un perfume carísimo, este hecho
genero muchas criticas entre los fariseos, alegando el por qué el despilfarro, cuando este
podía ser vendido y repartido a los pobres, sin embargo, Jesús alaga y defiende la
actuación de la mujer y les dice: “pobres tendréis siempre con vosotros y podréis hacerles
bien cuando queráis; pero a mí no me tendréis siempre”. Y da a conocer la profecía que
esta mujer sin haberse dado cuenta había revelado: “Ha hecho lo que ha podido. Se ha
anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura”. Y por la obra de esta gran Mujer
Jesús la premia con el reconocimiento de este hecho como parte fundamental de su obra
de salvación en el mundo.
II. ESTUDIO DEL TEXTO

En este Evangelio marcos presenta los siguientes personajes:

Jesús: Es el hijo de Dios, redentor y salvador de toda la humanidad, es Dios hecho


hombre.

En principio de este texto Jesús es presentado como víctima en persecución, ya ha medida


que va avanzando el evangelio, Marcos lo va presentando como el Mesías, el Cristo,
también lo presenta como Rey y Profeta.

En este texto Jesús habló para defender a la mujer: “Dejadla. ¿Por qué la molestáis? Ha
hecho una obra buena en mí”. Y añade: “Porque pobres tendréis siempre con vosotros y
podréis hacerles bien cuando queráis; pero a mí no me tendréis siempre. Ha hecho lo que
ha podido. Se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Yo os aseguro:
dondequiera que se proclame la Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también de
lo que ésta ha hecho para memoria suya”.

Simón el leproso: conocido así por haber tenido antes la enfermedad y además del
nombre de Jesús, es el único nombre revelado por Marcos en este texto. Con este hecho
marcos nos quiere llevar al relato donde Jesús le cura de esta terrible enfermedad y nos
muestra a un Jesús compasivo y que tiene el poder de hacer milagros.

El Sumo Sacerdote, jefe de todos los judíos de Palestina y del extranjero, responsable
principal del templo, administrador, presidente, por oficio, del Sanedrín o Gran Consejo.
Era el único mortal que entraba en la parte más íntima, sagrada e importante del Templo:
el "Sancta Santorum": tres veces, un solo día al año, el "Día de la Expiación" (el Yom
Kippur. o día de penitencia instituido por Dios).

Los Escribas: El término latín «scriba» y el hebreo «so-fer» transmiten la idea de un


secretario, copista o escribano, y asimismo de una persona instruida intelectualmente. La
labor de los escribas era considerada muy amplia e importante, y ellos eran vistos como
maestros.

Estos personajes en este texto del evangelio de Marcos son presentados, como
persecutores, verdugos o victimarios, enemigos de Jesús y de su obra de salvación.

Según este texto del evangelio de Marcos estos buscaban cómo prenderle con engaño y
matarle. Pues decían “Durante la fiesta no, no sea que haya alboroto del pueblo”. Se
referían a que no podían arrestar a Jesús en público.
La mujer de Betania: aunque el evangelio de Marcos no dice quién es esta mujer, se
puede afirmar que es María la hermana de Marta y Lázaro por la relación que existe entre
este texto bíblico y Juan (Jn 12:1-8. Marcos la presenta como un personaje mudo, pero su
actuación es profética y nos indica que Jesús es el Mesías el Cristo, Rey y salvador de
toda la humanidad.

Aparecen algunos personajes anónimos que dicen: ¿Para qué este despilfarro de
perfume?; Se podía haber vendido este perfume por más de trescientos denarios y
habérselo dado a los pobres.» Y refunfuñaban contra ella. Marcos no revela la identidad
de estos personajes, pero si analizamos este texto con la continuación de este evangelio y
su relación con los textos de Mt 26, 6-13 y Juan 12,1-8. Mateo identifica a estos
personajes como los discípulos, aunque Juan es mucho mas directo que Mateo y Marcos,
no pluraliza este personaje, sino que lo identifica como Judas el que traicionaría a Jesús.

Betania: literalmente, parece significar casa del pobre, o bien casa de Ananías, que
significa protegido por Dios. Orígenes derivaba el nombre de bet’bara, casa de la
preparación. Era una Aldea ubicada en la falda oriental del Monte de los Olivos, a unos
2,5 km al este de Jerusalén, en el camino de Jerusalén a Jericó. Aquí fue donde Jesús
muestra su humanidad al llorar a su amigo Lázaro, al cual en esta misma ciudad le revivió,
fue el lugar donde Jesús hizo afectos de amistad. Y aquí inicia su camino triunfal hacia
Jerusalén.

Destinatario: Este texto al igual que el resto del evangelio de Marcos va dirigido a una
comunidad en Crisis en estado de sufrimiento por las constantes persecuciones de los
primeros cristianos, para este tiempo ya Pedro y Pablo habían sido Martirizado, y Marcos
se dirige a ellos con el propósito de ayudarles a prepararse para la venida del hijo del
hombre.

Problema que se ve en el texto:

El Hecho de que la Mujer de Betania derramara un frasco de perfume de nardo tan caro
en la cabeza de Jesús, esto causó polémicas entre algunos de los presentes. Pero Jesús le
responde que a los pobres lo tendrán siempre. Marcos presenta todo este episodio como
un hecho difícil de entender para las personas de esa época, este acto solo es comprendido
luego de la resurrección del Señor.

Palabras claves

• Alabastro
• Nardo
• Pobres
• Buena Nueva

Verbos principales:

• Embalsamar:
• Sepultar.
• Proclamar

Frases

“A los pobres tendréis siempre con vosotros y podréis hacerles bien cuando queráis;
pero a mí no me tendréis siempre”

Para entender bien este hecho entorno a esta respuesta de Jesús hay que tener presentes
algunas opiniones judías. El judaísmo tenía en gran estima la limosna y las obras de
misericordia; entre éstas se valoraban más aquellas en las que un hombre hacía
efectivamente algo en favor de otro, le dedicaba el esfuerzo de sus manos, que no la
simple entrega de dinero. Entre las obras de misericordia se contaba también el enterrar
a los muertos (recuérdese al anciano Tobías: Tob 1,17ss; 2,3-7), y es posible que la acción
de la mujer se considere aquí como tal servicio de misericordia: mediante la unción Jesús
recibe ya de antemano una honrosa sepultura. En tal caso, las palabras de Jesús, que
coinciden con la mentalidad judía, supondrían un elogio y explicación: la mujer ha hecho
una obra de misericordia superior a la limosna (versículo 6); ha llevado a cabo una acción
misericordiosa, que pronto no tendrá oportunidad de realizar (versículo 7), se trata de la
obra de misericordia de enterrar a los muertos (versículo 8). Entendida así, la observación
de Jesús aparentemente dura de que los judíos siempre tendrán pobres entre los que
puedan hacer el bien, pierde su dureza.

“Se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura”

Para la comunidad cristiana las palabras de Jesús tienen además otra significación: la
mujer ha demostrado a Jesús su alta consideración y merece elogios. Se ha pensado que
con este acto de la unción Jesús viene reconocido por rey, pues la unción regia era una
imagen familiar para los hombres de aquel tiempo. En Marcos y en Mateo, la mujer
derrama el precioso perfume sobre la cabeza de Jesús, en Juan sobre sus pies (Jn 12,3),
por lo que se convierte más bien en un acto de amor humilde. Pero la idea de una unción
regia no viene sugerida de ningún otro modo; la mirada se centra en el hecho de que el
cuerpo de Jesús ha sido ungido para la sepultura. Recuérdese que, según Mc 16,1s, la
mañana de pascua las mujeres van al sepulcro con perfumes para embalsamar el cadáver
de Jesús, sin que tengan ya ocasión de hacerlo; así se comprende la idea de la comunidad:
la mujer ha tributado a Jesús un honor que también hubieran deseado prestarle los
cristianos después de pascua, el honor adecuado que correspondía a Jesús como Hijo de
Dios. Es, si se quiere, el fundamento de una veneración cúltica a Jesús, de un culto al
Señor que había muerto ignominiosamente, pero a quien Dios había resucitado.

“Donde quiera que se proclame la Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también
de lo que ésta ha hecho para memoria suya”.

Esta frase se refiere primero a la mujer que con un sentimiento sincero ha tributado a
Jesús ese servicio amoroso. La expresión traducida “para recuerdo suyo” los judíos
podían pensar que era para que Dios se recuerde de ella en el juicio; más bien se trata del
recuerdo que la comunidad hará de ella y de su acción, que aun sin ella saberlo, encerraba
un significado tan profundo. Pero el pensamiento de la predicación del Evangelio en todo
el mundo, es al mismo tiempo una visión consoladora y de triunfo para la humanidad. La
tumba de Jesús no es el acontecimiento último; su mensaje no sucumbe, su Evangelio
penetra en todo el mundo. Pero donde el Evangelio es anunciado hay siempre un
pensamiento sobre sus días en la tierra, sobre su ministerio terrestre, sus padecimientos y
su resurrección. Es sobre todo en las celebraciones eucarísticas cuando se piensa en la
actividad de Jesús, en el establecimiento de la nueva alianza con su sangre (cf. 14,24; Lc
22,19; l Cor 11,25), en su comunión permanente con la comunidad. Tal es seguramente
también el lugar originario del recuerdo de la mujer, que ungió su cuerpo de antemano
para la sepultura convirtiéndose en modelo de todo aquel que se convierta y crea en el
evangelio de nuestro señor Jesucristo. La historia demuestra que la Iglesia primitiva, pese
a todas sus obligaciones de misericordia con los pobres, que procuraba cumplir, no menos
preció la veneración cúltica de su Señor, ciertamente que no de un modo aislado a la
manera de las comunidades cúlticas de aquel tiempo, sino como expresión de la comunión
con su Señor crucificado y resucitado, de la cual le llegaba la fuerza para actuar en el
mundo y para soportar los padecimientos y persecuciones.

El hilo conductor de este texto es el anuncio de la pasión, de la buena nueva de Jesucristo


el hijo de Dios. Así lo afirma el centurión ya casi al final del evangelio: “Realmente este
hombre era hijo de Dios” (Mc 15,39). (MERCABA, 2016)

Para comprender este mensaje hay que tener un encuentro con el salvador, ese encuentro
que nos hace vivir como hermanos, servir con humilde entrega, anunciarlo con el coraje
de los profetas, enfrentar las incomprensiones de los hombres y ayudarlos a estar
contentos de poder servir siempre y del modo que sea al muy amado Señor Jesús.

Las palabras que mas se repiten son: Frasco, Perfume y Pobres. El frasco era de Alabastro
en ese tiempo era de mucho valor, el perfume hecho de las raíces de la planta de Nardo
que también era muy caro. Y los pobres a los cuales se utilizan en este evangelio para
cuestionar a Jesús.

Contexto del texto: la realidad social entorno a este episodio es que había diferentes
clases sociales, donde las donde las leyes mosaicas eran vigentes. El pueblo era suprimido
por el poder político, el poder religioso y las clases altas de la época. En ese entonces la
región estaba bajo la autoridad del imperio Romano y Judea era gobernada por Poncio
Pilato quien era considerado como un hombre cruel y despiadado. Los sacerdotes,
conductores religiosos del pueblo, constituían una verdadera casta cerrada, dirigidos por
el sumo sacerdote, figura clave y muy mezclada con la política, estos imponían al pueblo
cargas que ni ellos mismos cumplían y distorsionaban a sus antojos la Ley. Es por esto
que el pueblo esperaba un Jesús político y se sorprenden al ver que Jesús deja que la mujer
de Betania derrame el perfume sobre su cabeza. El poder político y religioso estaba muy
mezclado con el poder político. El sumo sacerdote era secundado por el Sanedrín el cual
ejercía una especie de gobierno interno. Los fariseos (conservadores), Los Saduceos (ala
liberal), Los Herodianos (ala monárquica idumea), Los Zelotes (movimiento de
resistencia armada) eran grupos que representaban el poder político-religioso de la época.

Este hecho de la mujer de Betania que unge a Jesús, se sitúa en los tiempos cercanos a su
pasión, puesto que pudo ser aproximadamente a finales del año 32 y los comienzos de los
años 33 D.C

En este texto encontramos algunas palabras claves que según la RAE su significado es el
siguiente:

Alabastro: Piedra blanca, translúcida y compacta, fácilmente tallable, que se utiliza en


escultura y en la fabricación de objetos ornamentales.

Nardo: Planta herbácea de hojas radicales y flores blancas muy olorosas, que se cultiva
en jardines y se usa en perfumería.

Pobres: Del lat. pauper, -ēris. Necesitado, que no tiene lo necesario para vivir.

Buena Nueva: En la doctrina cristiana, el evangelio. Los apóstoles extendieron la buena


nueva.
Embalsamar: Perfumar, aromatizar. Llenar de sustancias balsámicas las cavidades de
los cadáveres, como se hacía antiguamente, o inyectar en los vasos ciertos líquidos, o bien
emplear otros diversos medios para preservar de la putrefacción los cuerpos muertos.

Sepultar: Poner en la sepultura a un difunto o enterrarlo.

Proclamar: Publicar en alta voz algo para que se haga notorio a todos; Declarar
solemnemente el principio o inauguración de un reinado u otra cosa. (RAE, 2019)

El sujeto de este Texto y de todo el evangelio de Marcos es Jesús. Y todas estas palabras
antes definidas tienen un significado teológico entorno a la persona de Jesús que trataré
de explicarlo de forma general. Este recipiente de alabastro que contenía el perfume de
nardo simboliza el cuerpo humano de Jesús que había de destruirse con su muerte para
que se esparciese el nardo y desde la cabeza, desde Cristo resucitado empapase así a todo
el cuerpo de la Iglesia, haciéndola apta para ser ungida y consagrada como cuerpo real y
sacerdotal de Cristo. Había de romperse este vaso para que el ungüento celestial pudiese
llenar los recipientes vacíos de la Iglesia; su aroma debía llenar toda la casa y enriquecer
a los "pobres".

Como bien sabemos los judíos preparaban a sus muertos con perfumes, ungüentos y óleos
aromáticos, envolviéndolos luego con lienzos blancos, antes de ser depositados en sus
tumbas. La mujer de Betania citada en este texto del evangelio de Marcos, con perfume
de Nardo prepara el cuerpo de Jesús para la sepultura, si analizamos el texto de Marcos
15,42-47, nos damos cuenta que el cuerpo de Jesús fue enterrado sin preparar según las
costumbres judías, José de Arimatea según este evangelio tomo el cuerpo de Jesús lo
envolvió en sabanas y lo sepultó, no dice que fue embalsamado, ungido o preparado. Lo
vuelve a confirmar en Marcos 16, 1 cuando las Marías van después del sábado a ungirlo,
quiere decir que San Marcos presenta a esta mujer como la que unge y prepara a Jesús
para la sepultura.

La Buena Nueva es Dios encarnado, muerto y resucitado para la salvación de toda la


humanidad. Y el relato de esta mujer de Betania es parte de los relatos que giran en torno
al relato de la pasión de nuestro señor Jesucristo resucitado. Ella sin darse cuenta profetiza
el hecho que cambió la historia de la humanidad. El mismo Jesús reconoció este hecho
cuando dijo: “Yo os aseguro: donde quiera que se proclame la Buena Nueva, en el mundo
entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho para memoria suya”. Esta mujer pudo
reconocer al Mesías que vino a este mundo a redimirnos. el Hecho de esta mujer de
Betania causo ciertas polémicas entre los presentes utilizando a los pobres como excusas
ya que en aquel tiempo los pobres eran obligados a cargar cargas pesadas impuestas por
el poder político y religioso de la época, y estos eran los que más deseaban la llegada del
Mesías porque tenían la esperanza de que este cambiara la realidad social en la que se
encontraban, pues pensaban que el reino del Mesías era terrenal. Imagino que esta mujer
a pesar de su acción profética en este hecho, también pensaba lo mismo. En la lectura de
todo el Evangelio nos damos cuenta que Jesús siempre mostró mucha atención por los
pobres pues eran y siguen siendo hoy víctimas de las injusticias y la marginación, es por
esto que él mismo en las bienaventuranzas les promete el reino de los cielos Lc 6,20.

Este hecho de esta mujer podemos encontrarlos en otros textos de la biblia, y el cual ha
sido recogido por todos los evangelistas, estos admiten sin embargo una gran variación
en función del texto seguido. Para Mateo y Marcos es una mujer, anónima, con un frasco
de alabastro lleno de ricos ungüentos, la que se acerca a la casa de Simón el leproso (en
Betania), en que está Cristo, y lo derrama sobre su cabeza. Los discípulos critican esta
actitud pues dicen que con el dinero de los perfumes se podría haber ayudado a los pobres.
Sin embargo, Cristo sale en su defensa y dice derramando este ungüento sobre mi cuerpo,
me ha ungido para mi sepultura.

Lucas es el que más se distancia de los relatos anteriores y dice que Cristo come en casa
de Simón el fariseo. Afirma también que la mujer es una pecadora y que no sólo derrama
los ungüentos sobre él, sino que además con sus lágrimas baña sus pies, que los enjuga
con sus cabellos, y que los besa. Simón critica esta actitud porque la mujer es una
pecadora y Cristo le explica lo siguiente: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa y no me diste
agua a los pies, más ella ha regado mis pies con sus lágrimas y los ha enjugado con sus
cabellos. No me diste el ósculo; pero ella, desde que entré, no ha cesado de besarme los
pies. No ungiste mi cabeza con óleo, y ésta ha ungido mis pies con ungüento. Por lo cual
te digo que le son personados sus muchos pecados, porque amó mucho. Pero a quien poco
se le perdona, poco ama. Después Cristo le perdona los pecados a la mujer. No se hace
alusión a la sepultura.

Juan da una versión bastante distinta. Sostiene que Jesús va a Betania, a comer a casa de
Lázaro y sus hermanas Marta y María. Entonces María tomando una libra de ungüento de
nardo legítimo, de gran valor, ungió los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos. Judas
Iscariote critica esta actitud, este derroche de dinero que podría haberse dado a los pobres.
Jesús, refiriéndose a la María, le contesta a Judas: déjala, lo tenía guardado para el día de
mi sepultura. Porque pobres siempre los tenéis con vosotros, pero a mí no me tenéis
siempre. Juan y Lucas parecen dar a entender que la mujer derrama el ungüento sobre los
pies de Cristo y no sobre su cabeza.

Otro elemento es la protesta que Mateo pone en boca de los discípulos, mientras Juan la
pone en boca de Judas, personalizando así la relación que tiene éste con Jesús. Si Marcos
utiliza una indeterminación hablando de los personajes con la expresión “Algunos de los
presentes”, Juan, en su estilo único, prefiere resaltar la relación muy personal con Jesús,
nombrando a los personajes por su nombre.

El texto de “la unción en Betania” no se cita explícitamente en el antiguo testamento, pero


sí que se puede ver que hay una cierta influencia del Cantar de los cantares 1,12, Cant 7,6
y de Jr 25,10.

Este relato de la unción de Betania trajo muchas polémicas entre los padres de la Iglesia
al tratar de identificar quien era la mujer de Betania, debido a que este episodio se
encuentra en los cuatro evangelios, pero para mi el punto importante no es quien era la
mujer sino el mensaje teológico que subyace en este hecho. Veamos lo que pensaban
algunos padres de la Iglesia, Papas o Teólogos:

San Agustín

De entre todos los Padres de la Iglesia, la interpretación de san Agustín fue la que más
impacto tuvo en Occidente. Para el autor (De consensu evangelistarum, II, LXXXIX, 154)
hubo dos unciones diferentes, la de Mateo, Marcos y Juan por un lado, y la de Lucas por
el otro, pero que fueron llevadas a cabo por la misma María en dos momentos sucesivos:
“Hace falta comprender que no es otra mujer la que, según San Lucas, se aproxima a los
pies de Cristo, los besa y los lava con sus lágrimas, sino que es la misma María que hace
dos veces el mismo gesto”.

El sentido de este pasaje se ilumina con aquellas palabras del Apóstol: «A los unos en
verdad olor de muerte para muerte; y a los otros olores de vida para vida» (2Cor 2,16).
Finalmente, verás aquí cómo este bálsamo es para un precioso olor que da la vida, y para
otros, olor corrompido que produce la muerte.

Este hecho, que se repitió en Betania, no es el mismo que el que refiere San Lucas; pero
San Juan, San Mateo y San Marcos lo refieren de la misma manera. Que San Mateo y San
Marcos digan que fue la cabeza de Jesús la que ungió con el perfume y San Juan diga que
los pies, debemos entenderlo en el sentido de que ungió la cabeza y lo pies. San Mateo y
San Marcos, recapitulando aquel día, que era el sexto antes de la Pascua, se refieren
nuevamente a Betania, y narran lo que San Juan sobre la cena y el perfume (cons. evang.,
2, 79).

Gregorio Magno

Papa desde 590 hasta 604, pues este hizo de la pecadora anónima, María de Betania
(hermana de Lázaro) y María Magdalena la misma persona. Así, en el año 591, en la
basílica de San Clemente de Roma, dio la que se conoce como la Homilía XXXIII sobre
Lucas 7, 36-50, en la que dijo de la Magdalena: La mujer que Lucas llama la pecadora y
que Juan llama María, creemos que es la misma mujer de la que Marcos nos dice que el
Señor había sacado siete demonios. ¿Y qué significan estos siete demonios sino todos los
vicios? Está claro, hermanos, que la mujer usó previamente el ungüento para perfumar su
carne en actos prohibidos. Lo que entonces ella exhibió de forma escandalosa, ahora lo
estaba ofreciendo a Dios en una forma más loable. Había codiciado con sus ojos
terrenales, pero ahora a través de la penitencia éstos se consumían en lágrimas. Había
mostrado su cabello para hacer resaltar su cara, pero ahora su pelo secaba su llanto. Había
hablado con orgullo a través de su boca, pero ahora, al besar los pies del Señor, plantaba
sus labios en los pies del Redentor. Por tanto, por cada deleite que había tenido, ahora se
inmolaba. Convirtió así el cúmulo de sus faltas en virtudes, con el fin de servir por
completo a Dios en penitencia, en igual medida que antes, equivocadamente, lo había
despreciado. (Hernando, 2014)

Tomás de Aquino

Tomás de Aquino esboza un principio de solución, basándose en la autoridad de los


Padres, pero al mismo tiempo muy coherente con el contexto de cada evangelio. Parte del
hecho que, tanto para Agustín como para Gregorio, sólo hay dos unciones, siendo la
misma mujer la de la unción de Lucas, durante la vida pública del Señor, como la de la
unción actual, en la inminencia de su Pasión: «Por lo tanto, idéntico es el episodio narrado
aquí, y en los evangelios de Mateo y Marcos. En lo que respecta a la diferencia de tiempo,
responde, con San Agustín, que Juan respeta la narración en su orden cronológico,
mientras que Mateo y Marcos, en base a sus recuerdos, incorporan este hecho, sucedido
antes de la traición de Judas, poco antes de referirse a esta, pues la unción había dado la
ocasión al respecto. En cuanto a la diferencia de lugar, puede pensarse que la casa de
Simón el leproso fuese también la de Marta y María, y que Simón fuese el jefe de la
familia. Se lo llama así porque lo había sido, y fue curado por Jesús. En cuanto a la
diferencia en el modo de ungir, puede pensarse que la mujer derrama el perfume sea sobre
los pies que sobre la cabeza de Jesús» (PEREIRA, 2020)
Juan Pablo II, papa

Ecclesia de Eucharistia, Encíclica, 17-04-2003

Quien lee el relato de la institución eucarística en los Evangelios sinópticos queda


impresionado por la sencillez y, al mismo tiempo, la «gravedad», con la cual Jesús, la
tarde de la Última Cena, instituye el gran Sacramento. Hay un episodio que, en cierto
sentido, hace de preludio: la unción de Betania. Una mujer, que Juan identifica con María,
hermana de Lázaro, derrama sobre la cabeza de Jesús un frasco de perfume precioso,
provocando en los discípulos –en particular en Judas (cf. Mt 26, 8; Mc 14, 4; Jn 12, 4)–
una reacción de protesta, como si este gesto fuera un «derroche» intolerable, considerando
las exigencias de los pobres. Pero la valoración de Jesús es muy diferente. Sin quitar nada
al deber de la caridad hacia los necesitados, a los que se han de dedicar siempre los
discípulos –« pobres tendréis siempre con vosotros » (Mt 26, 11; Mc 14, 7; cf. Jn 12, 8)–
, Él se fija en el acontecimiento inminente de su muerte y sepultura, y aprecia la unción
que se le hace como anticipación del honor que su cuerpo merece también después de la
muerte, por estar indisolublemente unido al misterio de su persona…

Como la mujer de la unción en Betania, la Iglesia no ha tenido miedo de «derrochar»,


dedicando sus mejores recursos para expresar su reverente asombro ante el don
inconmensurable de la Eucaristía. No menos que aquellos primeros discípulos encargados
de preparar la «sala grande», la Iglesia se ha sentido impulsada a lo largo de los siglos y
en las diversas culturas a celebrar la Eucaristía en un contexto digno de tan gran Misterio.

III. HERMENÉUTICA

En el estudio de este texto podemos resaltar varios elementos:

Primero: según San Marcos este relato marca el inicio de la historia de la pasión, pues le
sigue el relato de la traición de Judas y según el Marcos solo faltaban dos días para la
cena de la pascua y ya los sumos sacerdotes y los letrados buscaban oportunidad para
darle muerte. En el nivel superficial se trata de la “pascua judía” y a nivel profundo se
trata de la celebración de la Pascua de Jesús, que se presenta como el cordero que se
sacrifica por los pecados.

Segundo: Según Marcos el lugar de la acción es asimismo Betania (casa del pobre), en
casa de Simón el Leproso (Mc 14,3). Betania representa el lugar de la comunidad
cristiana, es allí donde se celebra la fiesta, la Pascua de Jesús. También lo podemos
considerar como el lugar de la vida, porque allí está también Lázaro que Jesús resucitó.
Bethabara (Betania), era el lugar donde estaba Juan bautizando”. El bautismo de
penitencia del bautista, que se interpreta como el paso de la muerte del pecado a la vida
nueva, tiene su paralelo en la figura de Lázaro que ha pasado de la muerte a la vida nueva.
Así que Betania es el lugar ideal de la comunidad cristiana. Esta comunidad es la de Jesús,
donde la vida ha vencido a la muerte.

Tercero: la acción de la mujer. Con su obra que es difícil de entender por los presentes,
por lo que causó asombro e indignación entre ellos, Marcos no explica que hacían en casa
de Simón el leproso, pero según San Mateo, estaban cenando. A lo mejor Simón estaba
agradeciendo a Jesús por haberlo curado de la lepra debido. La acción de la mujer causa
indignación entre los presentes debido a que en estas cenas las mujeres solo servían, no
participaban de la mesa y segundo derramaba un perfume de nardo carísimo sobre la
cabeza de Jesús. Según San Marcos el perfume había costado trescientos denarios, lo que
equivalía a casi un año de salario de un obrero, por lo que no es raro que los allí presentes
se escandalizasen por el derroche. Pero es que no entendían que con esta acción la mujer
se adelanta a preparar el cuerpo del señor para la sepultura, y lo hace con un perfume
como este, ya sea consciente e inconscientemente revelando así la grandeza de Dios
encarnado que se encontraba allí con ellos.

Esta mujer acierta al reconocer el reinado de Dios, que empieza a ser ya una realidad en
Jesús y en su comportamiento, posiblemente por la apertura en ella a esos valores. La
unción de la cabeza de Jesús revela que ella simbólicamente le reconoce como el mesías
esperado. La unción en la cabeza era hecha por los profetas a la hora de entronizar a los
reyes; y Jesús acoge con gusto el gesto de la mujer. La humanización pasa por los gestos,
por la demostración de amistad, de aprecio, de reconocimiento. La persona humana
precisa de ello para vivir tanto como del pan o del agua.

Los presentes indignados utilizan a los pobres como excusas para cuestionar la acción de
esta mujer que según Marcos es anónima, y refunfuñando contra ella. decían: “¿Para qué
este despilfarro de perfume?, Se podía haber vendido este perfume por más de trescientos
denarios y habérselo dado a los pobres”.

Cuarto: Respuesta de Jesús: el maestro sale a la defensa de la mujer y dice: a los pobres
lo tendrán siempre, per a mi no siempre me tendrán. Para entender la respuesta de Jesús
hay que conocer ciertas leyes judías. El judaísmo tenía en gran estima la limosna y las
obras de misericordia; entre éstas se valoraban más aquellas en las que un hombre hacía
efectivamente algo en favor de otro, le dedicaba el esfuerzo de sus manos, que no la
simple entrega de dinero. Entre las obras de misericordia se contaba también el enterrar
a los muertos (recuérdese al anciano Tobías: Tob 1,17ss; 2,3-7), y es posible que la acción
de la mujer se considere aquí como tal servicio de misericordia: mediante la unción Jesús
recibe ya de antemano una honrosa sepultura. Jesús no desecha con esto el amor y servicio
a los pobres, sino que es a través de él que podemos amar a plenitud. Sino le amamos a
el no podremos amar a nadie más. Él es la fuente inagotable de amor, el es el amor y sin
él no podemos amar.

Estamos viviendo en una etapa de nuestro tiempo donde el desamor está consumiendo
nuestra humanidad. Donde a pesar de la amplitud de los medios de propagación del
evangelio, el ser humano sigue distante de Dios y se continúa alejando. Hoy en día en los
banquetes y fiesta, la oración a Dios se ha convertido mayormente en solo un acto
protocolar, perdiéndose así la esencia del acto (hablar con Dios y encomendarlo todo a su
voluntad). Hoy en día los cristianos estamos llamados a cristianizar las fiestas y
banquetes, a ser como esta mujer de Betania que sin importar las consecuencias rompió
el protocolo de aquel tiempo para reconocer la grandeza de Dios, aun corriendo el riesgo
de que los indignados que cuestionen el hecho sean los mismos que profesen la fe cristiana
y que están llamados a llevar esta buena noticia a todos los rincones de la tierra. La Iglesia
a través de la historia y todavía hoy hace todo lo posible para que los pobres reciban a
través de ella el amor desbordante de Jesús que se entregó, murió y resucito por todos.
Pero también allí debemos llevar estas respuestas de Jesús, para que amemos y sirvamos
al necesitado, no por amor propio que busca satisfacer su ego en el reconocimiento de los
demás, sino más bien, en el amor desinteresado a Jesús a través de los mas pobres de entre
los pobres. Madre Teresa de Calcuta fue un vivo ejemplo de amor Jesús a través de los
más necesitados y marginados de la sociedad.

Los cristianos estamos llamados a evangelizar la cultura no a suprimir a los pueblos en


sus practicas interculturales, con la evangelización de las manifestaciones culturales, los
pueblos mismos con la ayuda de Jesús que transforma y libera saldrán de sus errores
culturales. Los cristianos debemos actuar como Cristo, el cual participaba de las mayorías
de fiestas culturales de la época, es por esto que, él se entrega para que por su amor
manifestado en la cruz la humanidad pueda arrepentirse de sus pecados y vuelvan su
mirada a Dios. El papel de los cristianos en estos tiempos es esencial pues somos la voz
de Dios que habla y lleva la buena noticia a los hombres; somos los oídos de Dios, capaces
de escuchar con amor a todos de manera especial a aquellos que nadie escucha ante las
injusticias de este mundo; Somos los ojos y manos de Dios que vemos la necesidad del
pobre en todos los sentidos y acudimos a obrar como si fuéramos el mismo Cristo.
Debemos dejar que Cristo obre en nosotros por el bien de toda la humanidad.
Al estudiar este texto en lo personal me he llevado una gran lección he podido analizar lo
siguiente:

A) Las veces que he sido el maestro de la ley o Escriba que persigue a Jesús a través de
la persecución a sus enviados.
B) Las veces que no he sabidos agradecer como Simón cada milagro recibido en mi
vida, y no solo eso, sino que no he podido darme cuenta de los constantes milagros
que Dios obra en mi vida y en mi familia.
C) Que cuantas veces por temor he dejado de anunciar el evangelio o hacer la voluntad
de Dios por temor al que dirán, o por temor a equivocarme. Esta mujer su valor y su
capacidad de responder al amor de Jesús le dio el valor de reconocer al Mesías y
manifestárselo a los demás aun ellos no entendieran.
D) También las veces que he sido de los que cuestionan las buenas obras de los fieles
cristianos, muchas veces catalogándole de locos porque hacen lo correcto.
E) Aprendí la gran lección que, Dios le dió a los presentes y con ellos a todos los
hombres y mujeres que lean este evangelio. Que no puedo dejar que el
intelectualismo me ciegue al amor de Dios. Que no puedo pasar indiferente ante el
pobre, el desvalido que sufre, ante las injusticias de este mundo, y ante la corrupción
que esta de modas en este tiempo.
F) Y por último amar a Jesús de manera incondicional si quiero poder amar a alguien
verdaderamente.

Me comprometo a amar sin limites y a convertirme en un verdadero cristiano en medio


de la sociedad corrompida y dañada en las que estamos viviendo.
Bibliografía
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