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"Ciencia sin religión esta ciega, religión sin ciencia, esta coja" Albert Einstein
La intención del autor no es escribir otro libro más sobre la vida de Jesús de
Nazaret. Mi objetivo, dice, es "ver" los sufrimientos durante su pasión y muerte
y "mostrarlos" al lector al escribirlos en su respectiva historia médica o clínica.
Se escogió a Jesús de Nazaret, por ser la persona que ha vivido más discutida,
debatida y escrutinisada en la historia de la Humanidad. Jesús fue un hombre
que irrumpió en el mundo hace dos mil años y desde entonces, como
personaje histórico, despierta todo tipo de interrogantes: Ha pesar de que nació
humildemente en una cueva y no en un palacio, que su madre vivió en un
villorrio de Israel y estuvo desposada con un humilde carpintero; que no tuvo
dinero ni posesiones; que no fue gobernante, que no fue conquistador, ni tuvo
amigos de gran influencia. ya que en su mayoría eran pescadores y gente
común; que fue rechazado por los lideres religiosos y la élite política de su
comunidad; que su vida pública fue muy corta y de que murió crucificado a los
33 años y sufrió la tortura más cruel, degradante y humillante de la época; el
impacto que produjo sobre la Humanidad fue de tal intensidad, que es el origen
de un considerable acontecimiento histórico, el nacimiento del cristianismo.
Es la pregunta que sobre estos sufrimientos se hizo el autor de este libro. Para
responder la es indispensable disponer de la mayor honradez intelectual
posible, por lo tanto se debe evitar ilusiones, fanatismo, sentimentalismos,
durante el proceso de búsqueda de la verdad, sea cual sea esta, me guste o
no, como al escribir los hallazgos obtenidos en su respectiva Historia Médica.
Esta es la historia médica de un hombre que ante la pregunta. Tú eres el
Mesías, el hijo de Dios bendito, contesta:
Yo soy, y van a ver cómo este hombre toma asiento a la derecha del
Todopoderoso y cómo viene de entre las nubes del cielo.
Los mitos señalan el despellejamiento vivo del Dios encarnado "Y mientras
gritaba, le iban arrancando la piel hasta dejarlo convertido en una única herida,
corre por todas partes la sangre, afloran los músculos al descubierto y las
venas, sin protección alguna, culebrean palpitando".
Las escrituras anuncian que al Mesías lo van a azotar.
Isaías De la planta del pie hasta la cabeza, no queda parte ilesa: llagas,
moretones, heridas recientes, nadie las ha curado, ni vendado ni aliviado con
ungüentos.
Los evangélicos confirman Que Jesús fue flagelado por los romanos antes de
ser crucificado.
La flagelación de Jesús
Jesús fue llevado sin resistencia de su parte, al patio abierto donde va a ser
sometido al triple castigo de la flagelación:
El dolor es insoportable, los latigazos, cual arados, abren grandes surcos sobre
su cuerpo, que es desgarrado en pedazos. Es conveniente detenerse y meditar
en la carnicería sangrienta que fue la flagelación de Jesús de Nazaret.
Su cuerpo quedó como una sola llaga sangrienta deformado por los
hematomas, desgarrado desde la cabeza a los pies, los músculos destrozados
y hasta algunos huesos al descubierto.
Salmista, voy encorvado y encogido, todo el día camino sombrío, tengo las
espaldas ardiendo , no hay parte ilesa en mi carne.
Los Evangelios confirman que a Jesús le clavaron sobre su cabeza, una corona
hecha de ramas de espinos.
LOS ESPINOS
Las ramas del poterium son flexibles y maleables. sus espinas son largas y
afiladas y penetran fácil y profundamente el cuero cabelludo, hasta llegar al
hueso, donde se clavan.
LA CORONA
Al penetrar, las espinas perforan todo el espesor del cuero cabelludo hasta 1
legar al hueso y actúan como cuchillos internos que cortan y desgarran todo a
su al rededor con cualquier movimiento de la corona y de la cabeza, y Jesús
recibió continuos golpes sobre la corona, no solo al ponérsela, si no también a
cada momento hasta morir en la cruz.
Jesús se encuentra vestido con una capa roja de soldado y para colocarle la
túnica con la que caminaría al Gólgota, tuvieron que arrancarle con fuerza la
corona de espinas.
Al jalarla, se levanta el cuero cabelludo, esto hizo que las espinas clavadas en
el periostio, en el hueso y en los músculos, se movieran al salir, lo que aumentó
el desgarramiento, el sangramiento y exacerbó el fiero dolor.
Cuando llegaron al lugar de la crucifixión, lo desnudaron para crucificarlo,
nuevamente le arrancaron la corona y como la tenía puesta cuando murió, se la
volvieron a colocar. En cada colocación o coronación, el cuero cabelludo es
penetrado por 30 a 50 espinas que llegan hasta el hueso y causan un dolor
inenarrable.
Ecce homo, fue la frase que utilizó Pílalos al presentar a Jesús a la multitud.
Juan. salió Jesús llevando la corona de espinas y el manto de color rojo Ecce
homo, "ahí tienen al hombre".
Mateo, Pilatos les preguntó, ¿que hago con Jesús a quien llaman Mesías?.
Contestaron todos, que lo crucifiquen.
LA CRUCIFIXIÓN ROMANA
Incluye todo lo que pueda desear el torturador más ardoroso: la muerte segura
por asfixia destilada lentamente, gota a gota, y bajo los mayores dolores y
sufrimientos físicos posibles, unidos a la degradación y humillación extrema de
la víctima.
Es menester reflexionar sobre el indescriptible dolor que Jesús tuvo que sentir
con cada paso rumbo al Gólgota, al tener todo el cuerpo adolorido por la
flagelación y la coronación de espinas, cualquier movimiento, aunque leve,
exacerbaba sus dolores.
LAS CAIDAS
Al chocar la frente contra el piso, se le entierran aun más las espinas ahí
clavadas y el madero al golpearlo fuertemente, rompe , dobla y entierra las
espinas aún más. Quedan la cara, la cabeza, el tórax aplastados entre el suelo
y el patibulum.
LO DESNUDARON
Al llegar Jesús al Gólgota, han transcurrido dos o tres horas, desde que ocurrió
la flagelación y le pusieron sus vestiduras, tiempo más que suficiente para que
la túnica se encuentre pegada al cuerpo por la fibrina y los coágulos de las
heridas, igual que sucede con la gasa que se coloca en las heridas y
especialmente en los quemados; para cambiarlas hay que despegarlas,
operación que se hace usualmente bajo anestesia debido al intenso dolor que
se produce.
LO CLAVARON
Las escrituras anuncian que al Mesías lo van a clavar por los miembros.
Debido a lo frágil de sus tejidos, las palmas de las manos no son capaces de
sostener el peso de un hombre colgando de una cruz. Barbel revisó en la
imagen de la sábana de Turín el lugar por el que pasaron los clavos y encontró
que las perforaciones están situadas en las muñecas y no en las palmas. En
este sentido la imagen de la sábana contradice la costumbre "artística" de
representar los clavos de Jesús en las palmas de las manos.
Estiraron uno de sus pies hasta que la planta toco el madero, en esta posición
del pie, hace que sobresalga el hueso astrágalo y resalta el espacio que separa
el segundo del tercer dedo, que divide al pie en dos partes casi iguales, este es
el lugar por el que pasaron el clavo a golpe de martillo. Fijado este pie pasan el
otro clavo a nivel del dorso del otro pie y al salir por la planta es fijado sobre el
primero y lo clavan atravesándolo hasta llegar al madero.
Jesús lo sabía ya en el huerto y quizás mucho tiempo atrás cuando leía las
escrituras.
Con un clavo que atraviesa cada muñeca, otro en el pie izquierdo y dos en el
derecho, el hombre de la sábana y probablemente Jesús, quedaron fijados a la
cruz con cuatro clavos uno de ellos atravesando ambos pies.
Para poder expulsar el aire y renovar lo por otro nuevo, es necesario elevar el
cuerpo unos 18 centímetros.
Los clavos de las manos raspan los huesos de las muñecas y comprimen el
nervio mediano. El dolor es insoportable.
esta lucha contra la asfixia y el dolor indescriptible, la realiza el crucificado
durante horas, conciente de que la muerte es la única escapatoria posible a
este sufrimiento.
DESNUDO EN LA CRUZ
Los evangelios confirman que Jesús fue levantado en alto y expuesto desnudo
y de frente ante la muchedumbre que lo observa.
SU SED
Los evangelios confirman que Jesús tuvo sed. Se ha dicho que morir de sed es
peor que morir de hambre.
Habló
MURIO
Jesús murió el día 3 de abril del año 33, después de haber sido traicionado,
abandonado, insultado, escupido, avergonzado, golpeado salvajemente,
flagelado, coronado de espinas, desnudado, humillado y crucificado.