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1 El síndrome de burnout
Según Maslach y Jackson (1986), la palabra denominada burnout llegó a tener una gran
acogida social, ya que las personas que presentaban los síntomas se sentían
identificados con este término (Carlin, M., 2014).
Por otro lado, en los años 80, el burnout se fue haciendo conocido no solo en Estados
Unidos, sino también en otras partes del mundo como Canadá, Gran Bretaña, Italia,
Polonia, España, Suecia, Francia, Alemania e Israel. Todos los países mencionados
anteriormente adaptaron los instrumentos que fueron creados inicialmente en los Estado
Unidos, como el Maslach Burnout Inventory; que fue creado por Maslach y Jackson
(Barría, J., 2002).
Para Gilmonte y Peiró (1997), ese síndrome se empezó a investigar solo en trabajadores
que están en contacto con las áreas de salud, tales como médicos y enfermeras, tiempo
después ampliaron la investigación a otras profesiones que están relacionadas con la
salud, como psicólogos, psiquiatras y auxiliares de enfermería (Barría, J., 2002).
Además, según Mingote Adán (1998), asociaba los síntomas de este síndrome con
profesiones que trabajaban directamente con personas y se llegaban a involucrar
emocionalmente con el cliente. De la misma manera, en el trabajo recibían muchas
exigencias por parte de sus supervisores y tenías dificultades de llevar el control (Carlin,
M., 2014).
Maslach y Jackson (1981), definen al burnout como un síndrome que está conformado
por tres dimensiones, estas son: agotamiento emocional, despersonalización y baja
realización personal. En primer lugar, se encuentra el agotamiento emocional, esta
dimensión se caracteriza por un sobre esfuerzo físico y la perdida de recursos
emocionales (Rubio, J.,2003).
En los estudios de Maslach de 1976, 1978 y 1982, determinó que este síndrome solo se
podía dar en personas que trabajan en puestos de ayuda, como lo son profesionales
sanitarios o profesores que siempre están prestando servicio al público. Por otro lado,
Bril (1983), señaló que el burnout puede desarrollarse en todo tipo de profesiones
(Rubio, J.,2003).
Además, para Pines y Aronson (1988) pudieron descubrir que en las profesiones que
están relacionadas con el comercio, la política o los puestos de dirección, pueden llegar
a desarrollar el síndrome, gracias a la excesiva demanda psicológica que les demanda el
puesto de trabajo (Rubio, J.,2003).
Pines, Aronson y Kafry (1981), en sus investigaciones llegaron a descubrir que este
síndrome está relacionado con un agotamiento físico, emocional y mental, esto causado
por situaciones que lo afectan emocionalmente en un largo periodo de tiempo. De esta
manera Pines y Kafry (1978), crearon el término “tedium” para diferenciar dos tipos de
estados de presión. El burnout es causado por la presión emocional, por otro lado el
tedium es causado por la presión crónica física, emocional y mental (Rubio, J.,2003).
El tedium según Pimes y Kafry presenta síntomas de depresión, por ello la persona se
siente vacía emocionalmente, tiene una actitud negativa de la vida, siente deseo de
querer “machacarse así mismo”. Para los autores, el síndrome de burnout está
relacionado con los profesionales de las áreas de salud y servicio de ayuda de personas,
a diferencia del tedium que la padecen las demás profesiones (Rubio, J.,2003).
A pesar de haber varias definiciones del síndrome del burnout, según Smith, Watstein y
Wueshler (1986), llegan a afirmar que la descripción de los síntomas, conductas y
actitudes del burnout varía de acuerdo a la persona, por esto es consolidado el poder
definir un concepto definitivo para este síndrome (Rubio, J.,2003).
Las conductas que se han podido observar al momento del aislamiento por parte
de los trabajadores son: absentismo laboral, ausencia de reuniones, resistencia a
la atención de personas, actitud fría, alejada y despreciativa (Pacheco, S., 2016).
En otras palabras, si las personas se dan cuenta que están dando más de su
esfuerzo y de su persona; y reciben menos pueden desarrollar este síndrome
(López, V., 2013).
Desde el punto de vista de Cherniss (1980), el burnout se produce a partir del estrés
laboral, por medio de un proceso en el cual el trabajador busca estar psicológicamente
cómodo en el ambiente de su trabajo, esto se distingue por medio de las siguientes
fases:
Los factores individuales más importantes que vale la pena mencionar son los
siguientes: factores sociodemográficos (edad, sexo, estatus social, etc), factores
intrapersonales (tácticas de afrontamiento) y factores interpersonales (soporte social).
Los factores se subdividen en dos grandes temas, los factores intrapersonales y factores
interpersonales (López, V., 2013).
Continuando con lo anterior, el primer tema son los factores intrapersonales, enfocados
en las propias características de la persona, como por ejemplo su personalidad, forma
de pensar, sexo, tiempo en el puesto de trabajo, etc. Todas estas características están
enfocadas únicamente en el área personal del trabajador, por ello se excluyen las
demás (López, V., 2013).
3.1.5.1.2 Género
En todos estos años de estudio se han realizado una gran cantidad de
investigaciones acerca de la relación entre el género y el burnout. Sin
embargo, se muestran diferentes resultados entre estas variables. Por
un lado, si se llega a afirmar que el síndrome de burnout es más
propenso a que lo padezcan las mujeres que los hombres y por otro
lado señalan todo lo contrario (Sharma, R. & Cary, S., 2017).
Para Smith, Birch & Marchant (1984), han podido afirmar que los
empleados al padecer el síndrome no tienen que ver con el estado civil,
sino con el apoyo emocional y social que reciba por parte de su pareja
y familiares. Este apoyo emocional que recibe la persona por parte de
sus seres queridos le sirve como una barrera y evita que contraiga el
síndrome (López, V., 2013).
Para Johnson y Hezlett (2008), las personalidades que más son propensas a
sufrir el síndrome de burnout son: neuroticismo, personalidad resistente, locus de
control, personalidad de tipo A, tipos de personalidad, autoeficacia y autoestima
(Sharma, R. & Cary, S., 2017).
3.1.5.2.1 Neuroticismo
Según la información recopilada de Cooper y Marshall (1978), los
primeros estudios que utilizaron Minnesota Multiphasic Personality
Inventory (MMPI) y el Cattell´s 16 Personality factors Scale (16 PF),
señalaron que las personas con enfermedades al corazón tienden a
tener un estrés severo, indicando puntajes altos de neuroticismo. Sin
embargo, las personas que no presentan problemas de salud pueden
tener neuroticismo, inestabilidad emocional y ser personas introvertidas
(Sharma, R. & Cary, S., 2017).
Por otro lado, el locus de control externo se enfoca en creer que las
experiencias que el individuo experimenta no se relacionan con sus
acciones, sino con variables externas tales como la suerte, la
coincidencia o cosas del destino (López, V., 2013).
Autoestima
Para el ámbito laboral está presente un tipo de autoestima que solo
aparece en el trabajo, se llama Autoestima Profesional. Para Camel
(1997), cuando un individuo tiene una autoestima profesional alta
puede afrontar con mayor facilidad las causas de estrés (López, V.,
2013).
Autoeficacia
Leiter (1992), afirma que la presencia de una baja Autoeficacia en los
profesionales aumenta las posibilidades de contraer el síndrome de
burnout. Dependiendo de la conciencia de Autoeficacia que tenga el
trabajador respecto a sus responsabilidades, determina si el síndrome
de burnout se desencadenará (López, V., 2013).
Causas Laborales.
Relaciones Interpersonales.
La principal causa del burnout en el ambiente organizacional son los conflictos
interpersonales. El sentirse como parte del grupo de trabajo diminuye las probabilidades
de contraer el síndrome, también el mantener una relación de amistad con los
compañeros de trabajo genera un ambiente eficaz en el ámbito laboral (Gonzales, M. et
al, 2008)
Las dificultades que se pueden presentar al trabajar en equipo son las siguientes:
problemas de comunicación entre tus compañeros de trabajo, ambigüedad de rol en la
responsabilidades, rivalidad entre algunos colegas de trabajo, conflictos interpersonales,
calidad de trabajo desigual y disputa de beneficios individuales y generales (Gonzales,
M. et al, 2008)
Falta de estímulos.
El profesional propenso a contraer el síndrome de burnout, es aquel se encuentra
desmotivado y desesperanzado respecto a su trabajo, no utiliza de una forma adecuada
y racional los recursos que tiene a su alcance, se reducen las ganas de querer competir
con otros y se vuelve susceptible. Ademas, presenta una baja tolerancia a la frustración;
contagia desesperanza e indiferencia, generando tensión en el grupo de trabajo
(Gonzales, M. et al, 2008)
Las causas específicas del síndrome de burnout en la enfermería son las siguientes: la
sobrecarga en el trabajo, trabajo constante con pacientes que están deprimidos, sienten
impotente frente a algunos enfermos de gravedad, horarios nocturnos, contratos
temporales, falta de energía para realizar las actividades y alto grado de responsabilidad
en el trabajo (Gonzales, M. et al, 2008)
3.1.9 Consecuencias del síndrome de burnout
El síndrome de burnout es más propenso de ser contraído por profesionales del sector
sanitario, ya que se caracterizan por cuidar poco de su salud y adolecer de problemas
de salud; que no son afrontados de la mejor manera (Rodriguez, L. Y Gómez, X., 2008)
Las consecuencias que se llegan a generar por el síndrome están relacionada una con
otras, por eso es mejor clasificarlas para poder identificarlas mejor. Estas son físicas,
psicológicas, conductuales y organizacionales (Rodriguez, L. Y Gómez, X., 2008)
Según Gutek, Searle y Klepa (1991) se determinaron dos elementos que forman parte
del conflicto: World Interferes Family (WIF), sucede cuando las demandas del trabajo se
interponen con las familiares; y Family Interferes Work (FIW), sucede lo opuesto
(Andrade, L., 2015).
En el ámbito laboral existen investigaciones que hablan acerca de las causas del
conflicto trabajo-familia. Tepper (2000), pudo encontrar que una de las causas
principales del conflicto trabajo-familia en los trabajadores es el abuso por parte de sus
supervisores. De la misma manera, las personas que tienen adicción al trabajo tienden
ha desarrollar este conflicto con mayor facilidad (Andrade, L., 2015).
3.2.4 Impacto del conflicto familia - trabajo en la salud, familia y vida personal
Un estudio realizado por Frone (2000), confirma que las personas con
un conflicto trabajo-familia, son más vulnerables a tener problemas de
trastorno de animo, padecer ansiedad o dependencia a las drogas y el
alcohol. Así mismo, las mujeres son mas propensas a padecer el
trastorno de ánimo o sufrir de ansiedad; en cambio, los hombres tienen
una tendencia a presentar adicción por las drogas y el alcohol (St-
Amour, N. et al, 2017)
Una de las causas por las cuales las familias no comparten las
comidas, es la falta de tiempo y la sobrecarga de horarios. Por ello, las
comidas son consideradas como un momento para poder comunicarse
entre la familia, pudiendo trasmitir las culturas nutricionales. Según el
Consejo de Asesores Económicos de Estados Unidos (2000), él tener
una comida con la familia genera una relación de emociones positivas
entre padre e hijos (St-Amour, N. et al, 2017).
Allen, Herst, Bruck y Sutton (2000), muestran en su análisis que los empleados
con problemas al momento de equilibrar el trabajo y su familia, prefieren cambiar
de trabajo y son mas propensos a ceder al agotamiento profesional. En un
estudio realizado por St-Onge, Renaud, Guérin y Caussignac (2002), se
descubrió que mientras los empleados tengan un conflicto trabajo-familia, mayor
convencimiento tienen de un desempeño desfavorable en el trabajo.
Según Casas, Repullo y Lorenzo (2002), las tácticas de afrontamiento componen los
esfuerzos conductuales y cognitivos que surgen por parte del trabajador, para poder
disminuir o afrontar el estrés generado por las experiencias que ha pasado. Esto quiere
decir, que cada persona afronta de manera diferente las situaciones estresantes que se
le presentan, utilizando recursos cognitivos. Muñoz (2005), señala que algunos
individuos no pueden tolerar ningún inconveniente o contratiempo que se les presente,
siendo intolerantes a la frustración (Guerrero, R. & Gil, N., 2016)
Las estrategias familiares también son muy importantes para poder reducir el conflicto
trabajo-familia en los trabajadores. En la familia es indispensable que siempre este
presente el afecto entre los miembros de la familia, ayudarse entre todos, distribuirse
las responsabilidades de la casa y apoyo en el cuidado de los hijos (Guerrero, R. & Gil,
N., 2016)
Por ello, Roca (2006) confirma que para una persona, la familia es el principal apoyo
social a lo largo de la vida. Por ello, se considera como una de las estrategias más
utilizadas para poder afrontar las adversidades de la vida (Guerrero, R. & Gil, N., 2016)
3.2.7.1 Personalidad
McCrae (1992) señala que el modelo de los cinco factores de los rasgos de
personalidad están compuesto por cinco dimensiones, estas son: extroversión,
amabilidad, conciencia, neuroticismo y apertura a la experiencia. Un estudio
realizado por Robbins (2011) y Wayne (2004), se enfocó en analizar el vinculo
que existe entre los cinco rasgos de personalidad y el conflicto trabajo familia
(Mizabur, M., et al, 2017).
3.2.7.2 Bienestar
Según Ryff and Singer (1996), el bienestar siempre intenta esquivar los rasgos
psicológicos positivos, tales como: la autoaceptación, la felicidad, la esperanza y
el optimismo. Wilkinson (2014) revela en un estudio, que el género también es
un conciliador entre el equilibrio trabajo-familia y el bienestar (Mizabur, M., et al,
2017).
Un estudio realizado por Baltes (1999), encontró que los horarios flexibles están
estrechamente relacionados con el aumento del rendimiento en el trabajo, la
satisfacción laboral, satisfacción con el horario de trabajo y la disminución del
absentismo (Baltes, B., Clark, M. & Chakrabarti, M., 2009)
Según Dunhan, Pierce y Castañeda (1987); Ralston (1989); Roehling & Meen
(2001), los horarios flexibles están relacionados con una mayor lealtad por
parte de los empleados hacia la empresa, una mejor coordinación de
responsabilidades en el trabajo y una disminución del conflicto trabajo-familia
(Baltes, B., Clark, M. & Chakrabarti, M., 2009)
Saltzstein (2001) encontró que los horarios comprimidos permiten que los
trabajadores experimenten mayor satisfacción entre el trabajo y la familia.
También, pudo determinar que las semanas de trabajo solo sirven de apoyo a
quienes son ayudados con las responsabilidades de la familia, como lo. es el
cuidar a los hijos (Baltes, B. et al, 2009).
3.2.8.3 Telecommuting
El teletrabajo se le define como trabajar desde casa o fuera de la oficina,
gracias a los avances de la tecnología de telecomunicaciones e información.
Para Batt y Valcour (2003) y Hill, Ferris y Martinson (2003), el teletrabajo esta
directamente relacionado con una mejora en el equilibrio de la vida la moral y
la personal, a diferencia de los arreglos laborales clásicos (Baltes, B. et al,
2009).
Kossek, Lausch y Eaton (2006) señalan que el teletrabajo produce una mayor
conflicto entre el trabajo y la familia, ya que las áreas del trabajo y la familia
suelen chocar entre sí se trabaja desde el hogar (Baltes, B. et al, 2009).