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LUIS ALONSO RICO PUERTA

Magistrado ponente

STC18982-2017
Radicación n.º 11001-02-03-000-2017-02958-00
(Aprobado en sesión de quince de noviembre de dos mil diecisiete)

Bogotá, D.C., quince (15) de noviembre de dos mil


diecisiete (2017).

Decide la Corte la acción de tutela promovida por


Jorge Luis Borrego Fuenmayor contra la Sala Civil
Familia Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Riohacha, integrada por los Magistrados
Carlos Villamizar Suárez, Roberto Arévalo Carrascal y
Hoover Ramos Salas, trámite al que fueron citados el
Juzgado Segundo Civil del Circuito de la nombrada ciudad
y las partes e intervinientes en el proceso ordinario de
responsabilidad médica No. 2014-00106-00.

ANTECEDENTES

1. El interesado, quien actúa a través de apoderado


judicial, reclama la protección de los derechos
Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

fundamentales al debido proceso, defensa, igualdad, acceso


a la administración de justicia, y «buena fe constitucional y
legal», presuntamente vulnerados por la Corporación
accionada en la sentencia de 5 de julio de 2017, en la que
incurrió en «defectos en la apreciación probatoria y fáctica»
(f. 23), además que, «de manera INJUSTIFICADA Y
CAPRICHOSA emitió un fallo en 2o Instancia TOTALMENTE

ALEJADO DE LA REALIDAD PROBATORIA DEL PROCESO » (f. 25,

negrilla y mayúscula fija en texto).

Pide, que se «SE DECLARE LA NULIDAD Y/O DEJE SIN


EFECTO EL ANTERIOR FALLO, Y SE ORDENE AL AD-QUEM, QUE
PROFIERA UNA NUEVA SENTENCIA CONCORDANTE CON LAS

PRUEBAS RECAUDADAS Y PRACTICADAS EN EL PROCESO» (f.

27, mayúscula fija y negrilla en texto).

2. En sustento de la inconformidad aduce, que el hijo


de José Martínez Belilla nació el 10 de julio de 2012 en las
instalaciones del Centro Diagnóstico de Especialistas -
Cedes, y el parto fue atendido por el Dr. Jorge Luis Borrego
Fuenmayor; valorado el 13 del mismo mes y año por otro
médico le diagnosticó «1. RNT AEG, 2. Sospecha de Sepsis
Neonatal Temprana, 3. Ictericia acentuada sin incompatibilidad 4.

Parálisis de ERB Duchenne-brazo izquierdo», y en posterior


evaluación realizada en la Clínica General del Norte, le
dictaminaron trastorno del plexo braquial y pese al
tratamiento no se logró recuperar la movilidad de su brazo
izquierdo, por lo que promovió demanda ordinaria de
responsabilidad médica en contra de Cedes de la que

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

correspondió conocer al Juzgado Segundo Civil del Circuito


de Riohacha.

Agrega que notificado el demandado procedió a


contestar y llamó en garantía a Jorge Luis Borrego
Fuenmayor, quien se opuso a los hechos y pretensiones y
solicitó diferentes pruebas, entre ellas, un dictamen pericial
rendido por médico especialista en ginecología y obstetricia.

Manifiesta que la tesis que planteó la defensa de


Borrego Fuenmayor consistió en demostrar que el trastorno
o lesión del plexo braquial es un riesgo inherente a un
parto difícil; la madre del menor «cerró las piernas durante el
periodo expulsivo del trabajo de parto, lo que provocó una retención de

hombros en el producto» y que, la atención del parto estuvo

ajustada a la lex artis.

Sostiene que adelantadas las etapas procesales


correspondientes, el Juzgado de conocimiento profirió
sentencia el 25 de agosto de 2016 en la que encontró
probadas las excepciones de inexistencia de culpa y nexo
causal, negó las pretensiones y absolvió a los demandados
y al llamado en garantía.

Complementa que apelado el fallo por el demandante,


el Tribunal luego de admitirlo, fijó en auto de 9 de febrero
de 2017 fecha para la audiencia de sustentación y fallo, y
además, de oficio decretó un peritaje y la comparecencia
del representante legal del Centro Diagnóstico de
Especialistas y del médico Jorge Luis Borrego Fuenmayor

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

«a fin de interrogarlos, toda vez que el ad-quem encontró que no se


había agotado el interrogatorio exhaustivo y obligatorio en primera
instancia».

Explica que luego de varios aplazamientos la


audiencia se llevó a cabo el 5 de julio de 2017 y en ella
luego de que se practicaron las pruebas decretadas, se
profirió la sentencia en la que revocó la de primera
instancia «en una decisión abiertamente CAPRICHOSA, ARBITRARIA
Y CONTRARIA AL DEBIDO PROCESO, DESCONOCIENDO TODAS LAS
REGLAS DE LA SANA CRÍTICA EN LA VALORACIÓN DE LAS

PRUEBAS», y en consecuencia resolvió condenar al Centro

Diagnóstico de Especialistas «señalando que podría solicitar el


reembolso del 50% de los dineros objeto de condena al Dr. JORGE

LUIS BORREGO FUENMAYOR, en su calidad de llamado en garantía» .

Adiciona que «las consideraciones INENTENDIBLES,


VIOLATORIAS DEL DEBIDO PROCESO Y CONTRARIAS A LAS
PRUEBAS OBRANTES EN EL PROCESO para revocar la sentencia de
primera instancia por parte de los magistrados que componen la sala
de decisión, fueron las siguientes:

(i). «Entendimiento equivocado de la atención médica


dispensada por el Dr. JORGE LUIS BORREGO FUENMAYOR,
concretamente en lo relacionado con la maniobra de Ritgen y
maniobra de rotación de hombros, en consideración a las

pruebas practicadas en el proceso», conclusión a la que llegó

a partir de una literatura consultada en internet, y sin


darle el valor probatorio debido a los dictámenes periciales
rendidos por la perito y por el Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses, desplazando estas
pruebas «mediante una literatura médica (que no fue nunca fue

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

sometida a contradicción) y la cual interpretan sin tener una formación


académica en ciencias de la salud».

(ii) «La literatura médica no prevé el cierre de piernas


como causa para la lesión del plexo braquial o retención de
hombros. Para llegar a esta conclusión imprecisa, el Tribunal Superior
de la Guajira incurrió en ostensibles errores procesales y
hermenéuticos».

(iii) «Supuestamente teniendo en cuenta las reglas de la


experiencia, concluye esta corporación, que si la señora madre
del menor se encuentra en posición de litotomía sujeta a la
cama de parto para lo cual usa sostenes de piernas y estribos,
y el menor ya había sacado la cabeza, y si el médico está
ubicado frente a ella, mal puede cerrar las piernas de tal forma

que impida el parto» (…) «Llama poderosamente la atención, como


encontrándonos en un proceso de responsabilidad médica,
concretamente de gineco-obstetricia, el ad- quem, sala la cual está
conformada por abogados (todos hombres), cometen la ligereza de
HACER ALUSIÓN A REGLAS DE LA EXPERIENCIA EN UN TEMA
CIENTÍFICO TAN PARTICULAR COMO LO ES LA ATENCIÓN DE UN
PARTO, pero además sustentan gran parte de la sentencia en esta
equivocada conclusión».

(iv) «Se ha indicado por la literatura médica que la


flexión y la maniobra de Ritgen actúan en contra del

mecanismo normal del parto». Esta conclusión o argumento

que fue mencionado en la parte motiva de la sentencia, fue


tomado una página de internet.

(v) «No se detalla cuál de las dos maniobras de Ritgen se


empleó». (…) «Son este tipo de conclusiones, las que dejan en
evidencia el nulo entendimiento de las circunstancias fácticas del caso,
y la poca importancia que le dieron los Magistrados a las pruebas

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

periciales y a las explicaciones que dio la perito ginecóloga Dra. ANA


AMALIA CARBONELL, creyendo aquellos tener mejor criterio científico
que los peritos».

(vi) «La credibilidad de la historia clínica genera dudas,


por lo que debe ser entendido como indicio grave».

Concluye que, «en el caso concreto, existieron evidentes


DEFECTOS JUDICIALES de la entidad accionada, en el sentido de
omitir la adecuada valoración de las pruebas obrantes en el proceso y
que resaltan la adecuada practica médica de mi prohijado Dr. JORGE
LUIS BORREGO FUENMAYOR, violentando así los derechos
fundamentales de mi prohijado (…) De igual manera, la accionada
ARBITRARIAMENTE se aleja de los precedentes jurisprudenciales de
la Corte Suprema de Justicia y viola abiertamente la ley procesal, pues
se valió de criterios de interpretación y valoración probatoria
totalmente inverosímiles para proferir una sentencia que no es
congruente con el acervo probatorio debidamente recaudado», además
que, «que SI se presentaron irregularidades procesales, como lo es
dictar sentencia a partir de las reglas de la experiencia, a las cuales
no era posible acudir en consideración a la naturaleza del proceso
(verbal de responsabilidad médica), pero que además NO tienen el
carácter de pruebas, y SOLO ES POSIBLE DICTAR SENTENCIA CON
APOYO EN PRUEBAS».

Indica que como en razón de la cuantía no es


procedente el recurso extraordinario de casación, acude
a la acción de tutela para solicitar el restablecimiento
de las prerrogativas que le fueron vulneradas (ff. 11 a
28, mayúscula fija y negrilla en texto).

RESPUESTA DE LOS ACCIONADOS

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

Hasta el momento de radicar el proyecto de sentencia


no se había recibido ninguna manifestación.

CONSIDERACIONES

1. La reiterada jurisprudencia ha sostenido, en línea


de principio, que este amparo no es el mecanismo idóneo
para censurar decisiones de índole judicial; sólo,
excepcionalmente, puede acudirse a esa herramienta, en
los casos en los que el funcionario adopte alguna
determinación «con ostensible desviación del sendero normado, sin
ecuanimidad y apoyado en el capricho o en la subjetividad, a tal punto

que estructure vía de hecho», y en el entendido que el afectado

concurra dentro de un término razonable a formular la


queja, y de que «no disponga de medios ordinarios y efectivos para
lograrlo» (ver entre otras, CSJ STC, 3 mar. 2011, rad. 00329-

00, reiterada entre muchas en STC683-2016).

2. Estudiada la queja con vista en la prueba


documental allegada al expediente, observa la Sala lo
siguiente:

2.1. José Martínez Belilla instauró demanda


declarativa de responsabilidad civil médica en contra del
Centro Diagnóstico de Especialistas - Cedes, en la que
pretendía obtener el resarcimiento de los perjuicios por los
daños acaecidos a su hijo menor de edad, al momento del
nacimiento ocurrido el 10 de julio de 2012, de la que
correspondió conocer al Juzgado Segundo Civil del Circuito

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

de Riohacha y adelantado el trámite al que fue convocado


Jorge Luis Borrego Fuenmayor como llamado en garantía
por la parte demandada en audiencia de 25 de agosto de
2016 profirió sentencia en la que negó las pretensiones y
declaró probadas las excepciones denominadas «ausencia de
culpa» y «la de inexistencia de la relación causal entre el daño alegado
por el demandante y la actuación del médico Jorge Luis Borrego

Fuenmayor», alegadas respectivamente, por el Centro Medico

de Especialistas Cedes y el apoderada del llamado en


garantía.

2.2. Recurrida la decisión en apelación por el


apoderado judicial de la parte demandante, el Tribunal
Superior de Riohacha la revocó mediante sentencia de 5 de
julio de 2017.

Del audio que contiene la audiencia que resuelve la


apelación del fallo de segundo grado, encuentra esta Sala lo
siguiente:

En primer término puntualizó el Tribunal, que en


esencia el problema planteado por el apelante único
radicaba en una indebida valoración probatoria, luego
delimitó el tema a definir, esto es, que las partes no
cuestionaron el daño que sufre el menor, empero sí el
elemento culpa y nexo causal, posteriormente se ocupó de
las pruebas y su análisis - que es lo que constituye la queja
constitucional-, y en relación con las mismas afirmó que
«luego de hacer un recorrido por las distintas páginas de internet que
están disponibles y trae los conceptos del parto humano, también

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

llamado nacimiento, es la culminación del embarazo humano, hasta el

periodo de salida del bebé del útero. (Wikipedia)», - las que refirió -;

de especificar que en nuestro país, «con más detalle está la


NORMA TÉCNICA PARA LA ATENCIÓN DEL PARTO, en el año 1999
y la resolución 412 del año 2000, en la cual se destacan las

atenciones según las diferentes fases del parto»; señalar las

fuentes que fueron consultadas en la literatura médica


para resolver el asunto; hacer relación a «la prueba pericial
practicada el día de hoy a la Doctora Medico – Ginecóloga» , de la que

resaltó algunas de las respuestas, y referir puntualmente a


la historia clínica de la madre y el menor, concluyó lo
siguiente:

De la prueba pericial estableció que:

«no existe ni está documentado en la literatura médica que el


cierre de pierna como causa de lesión del plexo braquial,
además conforme a la historia clínica lo practicado por el Doctor
Fuenmayor, fue la maniobra de ritgen. De otra parte teniendo
en cuenta la regla de la experiencia concluye esta Corporación,
que si la señora madre del menor se encuentra ubicada en
posición de litotomía, sujeta a la cama de parto para lo cual
usan sostenes de piernas y ya el menor había sacado la
cabeza y el médico está ubicado en frente a ella, mal puede
cerrar las piernas de tal forma que impida el parto, además le
asiste razón al apelante, pues la enfermera que fue llamada a
declarar, la señora Milenis Nasmile Mercado Rúa, no aparece
interviniendo en la historia clínica, así se pregunta, - ¿si la
gestante estaba en esta posición podía cerrar las piernas? Y la
respuesta es que - No.

Con lo expuesto se concluye que sí se deriva responsabilidad


civil de las demandadas según las pruebas analizadas en
conjunto, permiten determinar que fue la atención médica
recibida en la Clínica Cedes por el médico Gineco-Obstetra la
que origina la lesión del plexo braquial del menor Juan
Esteban, lesión cuya existencia no ha sido discutida en el
presente asunto, y de la literatura médica que se acopió en

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

esta sentencia se sabe que la primera maniobra que se tiene


que realizar es la de MCROBERT.

Además según la historia clínica se practican dos


procedimientos la Episiotomía y la maniobra de RITGEN que se
usan como técnicas perineales durante este periodo de parto
como lo aclaró la perito en el interrogatorio sobre el particular ».

De la literatura médica y el estudio de la historia


clínica, reveló que se podía establecer,

«son múltiples las maniobras que se deben realizar, según sea


el caso, incluso, se detalla la fractura de clavícula de manera
intencional, empero desde el punto de vista de lo contemplado
en la historia clínica se ha indicado que la flexión y la
maniobra de RITGEN, actúan contra el mecanismo normal del
parto en el cual el feto naturalmente angula sobre la actitud
más apropiada para pasar a través del canal del parto. Sobre
la histórica clínica se omite dejar las expresas razones
médicas por las cuáles se escoge la maniobra de RITGEN,
incluso sin detallar cuál de las dos maniobras de RITGEN que
detalla la literatura médica se empleó. Así estos hechos
probados en el proceso determinan que no hubo registro
suficiente, de la información sustancial en la historia clínica y
esa omisión permite derivar una conducta procesal que en
principio se valorará o considerada como indicio grave en
contra.

Así, como se detalla en la literatura médica citada, no existe


únicamente la MANIOBRA DE RITGEN, sino que el gineco-
obstetra tiene las diferentes maniobras listadas, empero, en la
historia clínica no existe registro del uso de ninguna de esas
técnicas, a cambio se habla de la maniobra de RITGEN,
conclusión de lo anterior emerge un indicio grave en su contra
por no haber consignado en la historia clínica cómo estaba
conformado el equipo médico y paramédico y sin tomar en
cuenta la testigo Milenis Nasmile Mercado Rúa, en razón de no
haber sido mencionado en la historia clínica».

En cuanto a la historia clínica, abordó el marco


conceptual, la normativa que la regula y en especial,

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

profundizó en aquellos aspectos que de manera obligatoria


deben ser consignados en la misma, seguidamente analizó
los elementos probatorios presentes en el expediente, para
determinar de todo lo anterior, si la entregada al
demandante reflejaba la realidad de lo ocurrido en el parto
y si efectivamente hubo una valoración probatoria de la
misma por parte del a quo.

Entonces encontró que en el expediente obraban


diferentes copias de la misma que habían sido aportadas
por: el demandante, folios 19 a 21; la clínica Centro
Diagnóstico de Especialistas - Cedes, folios 85 a 90 con la
contestación de la demanda; la del cuaderno del llamado en
garantía Jorge Luis Borrego, folio 19 a 27 del cuaderno del
llamado en garantía por Cedes; la obrante a folios 3 a 23
del cuaderno de pruebas; y la de folios 14 a 26, y al
cotejarlas observó:

«La edad es diferente en la historia clínica de La Previsora


aparece 27 años y en la de Jorge L. Borrero, aparece 28 años.
Ver folio 19; Coinciden las del llamado en garantía La Previsora,
y la del médico, folios 19 al 21 y folios 7 al nueve (médico
llamado en garantía). En la del médico está el ingreso a
urgencias, que obra en tres folios.

En suma, dando alcance a las normas que regulan las historias


clínicas, específicamente a las citadas precedentemente se
evidencia que aparecen con registro de información diferente, en
la edad, en la dirección de la madre, no aparece digitado el
campo de sexo, en la historia de la epicrisis aportada por la
demandada y corroborada con las historias aportadas por los
llamados en garantía se observa que se escribe "PART SIN
COMPLICACIONES" y en la descripción de las notas del médico
ginecoobstetra que atendió el parto según se lee, hubo doble
circular, se presentan episiotomía del recién nacido reporta
llanto fuerte, lo cual permite inferir que existió un parto con

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complicaciones, que contradice totalmente la otras anotaciones


que obran en el expediente, así, la credibilidad de éstas genera
dudas, además las notas de enfermería que la madre del menor
(XXX) estuvo interna por orden del médico tratante, anotación no
registrada en las historias clínicas, ver folios 11 a 23,
información que no es registrada ni aparece consignada en la
historia clínica de urgencias, ni del ingreso hospitalario.

Tampoco se aportan estos documentos, en conclusión la historia


clínica, permite deducir un indicio grave en contra de los
demandados. Así dando alcance a la Sentencia de la Corte
Suprema de Justicia, citada especialmente la de la Doctora
Margarita Cabello; se puede deducir conforme a las reglas de la
experiencia, el sentido común de la ciencia y de la presunciones
relativas a la culpa galénica las que aquí se han detallado, no
solamente del análisis de las maniobras realizadas al momento
del parto si no por lo decidido y anotado en las diferentes
historias clínicas plenamente observadas, además quiero referir
finalmente en el tema de las historias clínicas que respecto al
tratamiento por parte de la pediatra al menor, el parto ocurre en
horas de la mañana leo textualmente "a las 8:20 de la mañana
horas conpagar 6:10 al min/10 y a los cinco (5) minutos," eso quiere
decir que el menor nació a las 8:20 y el registro de la historia
clínica no es cierto que el padre se haya dado cuenta al día
siguiente, en la historia clínica sí hay un registro de la doctora
me refiero al folio 15 para hablar de la hora del parto y estoy
hablando del folio 19 del cuaderno de pruebas del Doctor Jorge
Luis Borrego para referirme a la atención por parte de la
pediatra Fadilli Curiel Smaya, registro médico 389 que registra
la atención a las 9:08 de la noche, es decir 12 horas después de
que cuando se presenta el alumbramiento, es decir hay otra
anotación al empezar la mañana, pero realmente se percibe
también allí que no hubo la remisión al pediatra y que esta
remisión se hace tardíamente, en razón de lo consignado en la
historia clínica».

Posteriormente se agregó al analizar las excepciones,


«En el presente caso, sí está demostrada la culpa, pues así se
evidencia de la historia clínica analizada según se detalló al
responder el problema principal. Aunque debe precisarse que la
responsabilidad que se deduce se deriva de todo el conjunto de la

atención médica, de la falta oportuna de la comunicación ».

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3. Luego, de los medios de convicción obrantes en


las presentes diligencias, de cara al derecho al debido
proceso, anticipa la Corte la procedencia del amparo
deprecado y, por ende, la revocatoria de la decisión de
segundo grado, dado que el Tribunal accionado soportó
protagónicamente su fallo en información que no es medio
de prueba y además pretermitió efectuar la valoración de
todos y cada uno de los elementos de confirmación
adosados en el plenario.

En efecto, si se repara en la motivación de la decisión,


puede advertirse que la misma desatiende el principio de
necesidad de la prueba, conforme al cual «Toda decisión
judicial debe fundarse en las pruebas regular y oportunamente

allegadas al proceso» (artículos 164 del Código General del

Proceso y 174 del Código de Procedimiento Civil), lo que


además implica la proscripción de suplir el convencimiento
que deben generar los medios de convicción regularmente
aportados al proceso, con el conocimiento personal o
privado del fallador.

Es ineludible destacar que aunque la motivación de la


sentencia cuestionada refirió a algunos mecanismos de
convicción del plenario, terminó cimentando el veredicto en
una preponderante estimación de literatura médica
obtenida, previo «recorrido por las distintas páginas de internet que
están disponibles y traen los conceptos del parto humano (…)» ,

desconociendo que tal revisión bibliográfica sólo es


admisible como «criterio hermenéutico del material probatorio en

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aquellos casos en los que éste no resulta suficientemente conclusivo» ,

tal cual ha resaltado esta Sala:

«La sana crítica no es ni puede ser medio de prueba, pues


su función radica en servir de marco de referencia
(hermenéutico) para la valoración razonada de las
pruebas, es decir que contribuye a la conformación del
contexto de significado que permite al juez interpretar la
información contenida en los medios de prueba legal y
oportunamente allegados al proceso. Por ello no se
producen, practican, valoran o controvierten como se hace con
los medios de prueba; aunque las partes tienen la posibilidad
de aportar todos los elementos de prueba legalmente
admisibles para aclararlas, explicarlas, ampliarlas o limitar su
aplicación.

Al respecto, la jurisprudencia contencioso–administrativa ha


explicado:

«Es menester aclarar que la apertura definitiva del espectro


probatorio para la acreditación del daño a la salud puede
generar circunstancias en las que, como en el caso sub lite, se
pueda acreditar la existencia de un cierto tipo de alteración
psicofísica, sin que ello comporte certeza sobre su naturaleza,
intensidad y duración. En estos casos, bien puede el juez
acudir a la literatura científica para complementar e interpretar
las pruebas obrantes en el proceso. Esta afirmación debe ser
cuidadosamente distinguida de la aceptación de que la
literatura científica pueda ser tenida como reemplazo absoluto
de las pruebas concernientes a los hechos singulares
discutidos en el proceso, como lo son la historia clínica, o
demás pruebas documentales o testimoniales. Lo que se
afirma, más bien es que la literatura científica se acepta como
criterio hermenéutico del material probatorio en aquellos casos
en los que éste no resulta suficientemente conclusivo». 1
(SC9193-2017, 28 jun. 2017, rad. 2011-00108-01; destacado
fuera de texto).

1
Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera,
sentencia de unificación jurisprudencial del 28 de agosto de 2014, Exp. 28804,
M.P. Stella Conto Díaz del Castillo. Actor: Amparo de Jesús Ramírez Suárez.
Demandado: Hospital San Vicente de Paúl de Lorica y otro.

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De otra parte, el tratamiento probatorio dado a la


literatura aludida condujo a desatender el principio de
unidad, el cual exige que «Las pruebas deberán ser apreciadas en
conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana crítica, sin perjuicio de
las solemnidades prescritas en la ley sustancial para la existencia o

validez de ciertos actos», situando en el Juez la concreta labor

adicional de exponer «siempre razonadamente el mérito que le


asigne a cada prueba» (artículos 176 C.G.P. y 187 C.P.C.).

4. Lo consignado impone conceder el resguardo del


derecho fundamental al debido proceso del accionante,
dejando sin valor ni efecto alguno la sentencia de 5 de julio
de 2017 proferida por el Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Riohacha, para que proceda a resolver lo
pertinente atendiendo las anteriores consideraciones.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE

Primero: CONCEDER la protección constitucional del


derecho del debido proceso deprecado por Jorge Luis
Borrego Fuenmayor contra la Sala Civil Familia Laboral del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Riohacha.

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

Segundo: Dejar sin efecto la sentencia de 5 de julio de


2017, así como las actuaciones que de esta se desprendan.

Tercero: Ordenar a la Sala accionada, que en el


término de diez (10) días, contados a partir del momento en
que reciba el expediente del Juzgado Segundo Civil del
Circuito de Riohacha, adopte las medidas pertinentes para
desatar nuevamente el recurso de apelación interpuesto por
la parte demandante frente al fallo de 25 de agosto de 2016
proferido por el Juzgado nombrado, todo ello de
conformidad con los planteamientos atrás señalados. Por
Secretaría, envíeseles copia de ésta decisión.

Cuarto: Ordenar, para el cumplimiento del fallo, al


Juzgado Segundo Civil del Circuito de Riohacha, que
dentro del término de las 48 horas siguientes a la
notificación de esta providencia, proceda a remitir el
proceso a que se refiere la queja constitucional al Tribunal
accionado.

Quinto: Notifíquese lo así decidido, mediante


comunicación telegráfica, a todos los interesados y de no
ser impugnado, remítase oportunamente el expediente a la
Corte Constitucional para efectos de la eventual revisión.

LUIS ALONSO RICO PUERTA


Presidente de Sala

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Rad. No. 11001-02-03-000-2017-02958-00

MARGARITA CABELLO BLANCO

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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