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Diego Mauro
De los templos a las calles
Catolicismo, sociedad y política en Santa Fe
(1900 -1937)
Diego Mauro
Rosario, 2018
Diego ALeJANDRo MAuRo
De los templos a las calles
Catolicismo, sociedad y política en Santa Fe
(1900-1937)
iSBN 978-987-3864-82-7
iSBN 978-987-3864-82-7
ÍNDiCe
INTRODUCCIÓN
La “aparición” de 1921 y las multitudes católicas.............. 21
Primera Parte
POStaLeS De UNa iGLeSia
eN CONStrUCCiÓN .................................................. 29
CAPÍTULO I
TEMPLOS Y CURAS A COMIENZOS DEL
SIGLO XX.................................................................. 31
Imágenes y retratos del Centenario a la década de 1930.... 41
CAPÍTULO II
EL CATECISMO EN LA ENTREGUERRAS ................ 49
El catecismo desde los colegios católicos........................... 60
Los rostros del catecismo. Catolicismo y cultura popular .. 67
Diego Mauro
SeGUNDa Parte
CatOLiCiSmO, POLÍtiCa Y eStaDO .................. 71
CAPÍTULO III
ENTRE LA POLÍTICA PARTIDARIA
Y LA ACCIÓN CATÓLICA ARGENTINA
Los laicos y la curia tras un partido católico, 1914-1921... 73
De los Círculos de Obreros a los Comités de Acción
Católica ...................................................................... 78
La Acción Católica en Santa Fe, 1929-1934 ..................... 93
La Acción Católica Argentina y los “mares embravecidos”.. 97
CAPÍTULO IV
CONFLICTOS Y DEBATES
EN TORNO A LA ENSEÑANZA RELIGIOSA....... 101
Discursos e imágenes especulares...................................... 101
Teología, historia y política en Ramón Doldán ................. 106
De las palabras a las realizaciones. El nuevo plan de
estudios y la gestión de Doldán en el Consejo ............. 108
La “nación católica” en el discurso oficial del Consejo de
Educación, 1925-1930 ................................................ 114
La hora del laicismo. Los católicos frente a la nueva ley de
educación de 1934 ...................................................... 116
La intervención y la anulación de la ley de 1934 .............. 120
terCera Parte
LaS mULtitUDeS CatÓLiCaS ............................. 127
CAPÍTULO V
LA DEVOCIÓN GUADALUPANA EN LAS
PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX ................. 129
CAPÍTULO VI
LA POLÍTICA Y LAS CALLES CATÓLICAS TRAS
GUADALUPE............................................................ 143
La Coronación de la Virgen de Guadalupe y las marcas de
un catolicismo de masas .............................................. 150
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De loS teMploS a laS CalleS
CAPÍTULO VII
EL CATOLICISMO DE MASAS EN LA DÉCADA
DE 1930..................................................................... 159
Entre el Congreso Eucarístico Diocesano de Rosario y la
Coronación de la Virgen de los Milagros ..................... 163
La devoción guadalupana en la década de 1930 ................ 173
CONCLUSIONES
DE LOS TEMPLOS A LAS CALLES. LAS
MULTITUDES CATÓLICAS EN LA
ENTREGUERRAS: RELIGIÓN, POLÍTICA,
CONSUMO Y CULTURA DE MASAS .................... 179
EPÍLOGO
SOBRE LA “APARICIÓN” DE 1921.............................. 187
ÍNDiCe De imÁGeNeS
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SiglaS Y aBreViaturaS
MÁS utiliZaDaS
L
a versión original de este libro resultó ganadora del Premio de Ensayo
“Juan Álvarez”(2008) conforme a la decisión de un jurado integrado
por Omar Acha, María Pía López y Daniel Campione. Por tal motivo,
fue publicada en la Colección Los Premios de la Universidad Nacional del
Litoral y el Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe en 2010.
La presente edición incorpora una serie de notas a pie de página omi-
tidas en aquella oportunidad e incluye nuevas referencias a investigaciones,
por entonces en curso o inéditas, que dialogan y debaten estrechamente con
los argumentos del trabajo. En ambos casos, dichas notas se presentan entre
corchetes para diferenciarlas de las referencias bibliográficas incluidas en la
versión original.
Agradezco muy especialmente a Miranda Lida por su generosa predis-
posición para prologar esta nueva edición del libro, a mis colegas de la Red
de Estudios de Historia de la Secularización y la Laicidad y del PICT 1556
(2013) Roberto Di Stefano, Ana Rodríguez, José Zanca, Martín Castro e
Ignacio Martínez, a Miriam Moriconi por incluirlo en la colección Iglesias y
Religiosidades de Prohistoria Ediciones, y a Darío Barriera por su confianza y
apoyo para que esta edición llegue a buen puerto.
agraDeCiMieNtoS
(2010)
E
ste libro es una reelaboración de mi tesina de licenciatura, presenta-
da hace ya algunos años en la Facultad de Humanidades y Artes de
la Universidad Nacional de Rosario. La presente versión, que supone
además de una reescritura una reinterpretación, se realizó en el marco de mi
investigación doctoral financiada por el Consejo Nacional de Investigaciones
Científica y Técnicas (CONICET) a través de una beca interna de posgrado.
Muchas han sido las personas que han contribuido académica e intelec-
tualmente en la factura de este libro. Mis principales deudas en este sentido
las he contraído con mi directora, la Dra. Marta Bonaudo –con quien me he
formado como historiador y docente– y con Miranda Lida, cuya dedicación y
empeño han sido decisivos en el recorrido realizado estos últimos años. Asi-
mismo, la colaboración de María Pía Martín, quien además de leer partes del
libro discutió generosamente conmigo sus hipótesis, fue en todo momento
de suma valía. Debo agradecer también a Luis Alberto Romero quien en di-
ferentes encuentros contribuyó a enriquecer significativamente mis enfoques;
y a Diego Roldán, Hernán Uliana e Ignacio Martínez por leer con dedicación
diferentes versiones del texto aportando siempre observaciones pertinentes.
Por último, en el marco de congresos y jornadas, he recibido valiosos co-
mentarios de Valentina Ayrolo, Gardenia Vidal, Ana Virginia Persello, Darío
Macor, Susana Piazzesi, Oscar Videla, Adriana Pons, Alejandro Cattaruzza,
Martín Castro y María Sierra.
En términos documentales, la posibilidad de consultar ampliamente los
materiales, series y colecciones del Archivo del Arzobispado de Santa Fe ha
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prÓlogo a la preSeNte eDiCiÓN
P
ensado y escrito sin anteojeras de ningún tipo, este libro de Diego Mau-
ro ocupa un puesto merecido entre la buena investigación histórica.
Mauro deja hablar a los actores y a los archivos, que explora con in-
tensidad, de ahí que su libro sea coral. No hay una sola voz, a saber, la de los
católicos; están ellos y sus rivales, también están sus amigos más cercanos, así
como los más tibios, o los indiferentes, pero también sus competidores y riva-
les, e incluso los cronistas de su tiempo que intentaron retratarlos con “objeti-
vidad” –si tal cosa es posible. Y están también los contrastes entre lo regional y
lo nacional, la provincia y las grandes metrópolis, el mundo rural y el urbano.
Son voces que no hablan en el vacío, sino que lo hacen en una geogra-
fía concreta. Como muchos textos clásicos –recordemos a Fernand Braudel–
Mauro comienza por la geografía y traza en la primera parte del libro las pos-
tales de una iglesia en construcción, la de la provincia de Santa Fe. Es un mapa
imprescindible y, a la vez, un escenario en el que va a desplegar el drama que
sucede en las páginas siguientes, cuando los actores se pongan en movimiento.
Una decisión acertada. La primera parte marca el tono del libro y lo coloca –
bien plantado– en la historia social. No se necesita más que esta andadura para
seguir la hoja de ruta que nos propone el libro.
Le sigue, como el lector ya imaginará, la presentación de los actores. Ahí
Mauro despliega su savoir faire en el campo de la historia política para mostrar
cómo un actor que parece milenario –el catolicismo– es en verdad un producto
de una construcción histórica contemporánea y por ende es necesario explicar-
lo en ese terreno. La formación de un partido político católico no es algo que
pueda naturalizarse o darse por sobreentendido; no lo fue para los actores que
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Miranda Lida
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iNtroDuCCiÓN
D
urante 1921 sesionó en la ciudad de Santa Fe una convención cuyo
objetivo era reformar la Constitución provincial de 1900. Un pro-
yecto que las dos principales fuerzas políticas provinciales, el Partido
Demócrata Progresista y la Unión Cívica Radical, llevaban como parte de sus
programas de gobierno desde hacía casi una década. Conformadas las comi-
siones en noviembre de 1920, el inicio de las sesiones se aplazó hasta marzo de
1921, con el objetivo de afinar los diversos proyectos de constitución y evitar,
en lo posible, el sofocante calor que durante enero y febrero azota las húmedas
tierras santafesinas.
A las pocas semanas de iniciadas las sesiones, se hizo evidente que las
posiciones de los grupos reformistas liberales, que entre otras cosas pretendían
avanzar en la laicización del Estado, gozaban de un consenso mayoritario. Los
temores que la curia diocesana había abrigado desde mediados de la década
pasada se hicieron realidad y los reformistas, impugnados ya a fines de 1920
en una pastoral diocesana,2 se hicieron fuertes en el recinto. En vano, los con-
vencionales católicos, tanto dentro del PDP como de la UCR, arremetieron
con extensos discursos. Por largas horas, Antonio Cafferata y Francisco Ca-
siello defendieron la invocación a Dios en el preámbulo, el juramento en su
nombre y la enseñanza religiosa. Cafferata se refirió largamente al “clero de la
revolución” y San Martín, Belgrano, Rivadavia, Mitre y Sarmiento fueron pre-
sentados como paladines indiscutibles de la “nación católica”.3 Casiello, por su
parte, advirtió a los reformistas, recordando los sucesos de la Semana Trágica,
que la religión era el único basamento posible de la sociedad. No faltaron
apelaciones a la tesis aristotélica del “motor inmóvil” en su versión tomista y
la descripción de supuestas muestras de fe de avezados hombres de ciencia.4
Lejos de convencer a los reformadores, las prolongadas intervenciones
católicas tuvieron efectos entre hilarantes y soporíferos en la mayoría de ellos.
Sólo Luis Bonaparte –vinculado al librepensamiento en Santa Fe y miembro
de la logia masónica Armonía– asumió con seriedad el debate planteado. A lo
largo de varias sesiones, respondió una a una las intervenciones católicas, de-
sarrollando una aguda crítica de la religión basada en una lectura sui géneris de
la obra de Nietzsche y en una reivindicación iluminista del poder “liberador”
de la ciencia positiva.5
El 10 de abril de 1921, cuando la discusión en el recinto aún estaba en
pañales, el centro de la ciudad de Santa Fe fue escenario del desfile de una nu-
merosa columna que alcanzó las diez cuadras. La movilización, supuestamente
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De loS teMploS a laS CalleS
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yor fuerza, frecuencia y esplendor? En otras palabras ¿cuáles eran las agencias y
las historias de una multitud católica en las primeras décadas del siglo XX?13 Y,
por supuesto, ¿qué papel jugaron dichas dinámicas en la “aparición de 1921”?
El estudio en sí de las “movilizaciones” ha pasado un tanto desapercibido
en la historiografía reciente, a pesar de que las muchedumbres, principalmente
a través de las imágenes del Congreso Eucarístico Internacional de Buenos
Aires, se convirtieron en una de las postales más representativas de la década
de 1930. En la provincia de Santa Fe alcanzaron sus picos de asistencia duran-
te el Congreso Eucarístico Diocesano, realizado en Rosario en 1933, y en la
Coronación de la Virgen de los Milagros en 1936 en Santa Fe. Multitudes que,
antes del peronismo, volverían a congregarse en la provincia en los albores de
la década siguiente, durante el cierre del III Congreso Eucarístico Nacional
en 1940 y en ocasión de las fiestas de coronación de la Virgen del Rosario en
1941.14 No obstante, más allá de estos hitos y por cierto de las singularidades
de la movilización de 1921, las “calles católicas” fueron una presencia casi
constante si se recorren las innumerables ocasiones que con motivo de actos,
celebraciones, procesiones, inauguraciones y peregrinaciones se congregaron
en calles y plazas desde la primera década del siglo.
Las magnitudes, por supuesto, cambiaron y efectivamente entre media-
dos de la década de 1920 y la primera mitad de la de 1930, las multitudes cató-
licas ganaron en número, frecuencia y visibilidad.15 Empero, una vez acordado
el carácter masivo del fenómeno, las calles y plazas han sido mayormente con-
sideradas la “escena” de relaciones trabadas fuera de ellas, antes que instancias
productivas en sí mismas: de poder, de vínculos, de relaciones, de experien-
13 El concepto de agencia apunta a resaltar las dificultades halladas para estudiar las multi-
tudes católicas y el catolicismo desde una “física social”, según criterios epistemológicos
estrictamente causalistas o intencionalistas. El concepto de agencia, que remite al debate
del estructuralismo genético contemporáneo, así como a ciertas vertientes constructivis-
tas, se adopta en esta investigación para conjugar dinámicas intencionales y no inten-
cionales, procesos centrados en la volición de determinados actores y procesos “ciegos”
que remiten a factores “causales” mucho más complejos y sinuosos. Sobre la cuestión:
Archer, 1997 y Crespi, 1997. [Para una crítica del “intencionalismo” en la historia de la
Iglesia: Lida, 2009a]
14 [Un estudio de caso sobre el Congreso Eucarístico Nacional de 1940 en: Mauro, 2017]
15 Sobre el “renacimiento católico” de la década de 1930: Zanatta, 1996. En una perspec-
tiva más general: Di Stefano y Zanatta, 2000. Desde una mirada sociológica: Mallimaci,
1988.
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cias.16 Las multitudes católicas de la década de 1930, de ese modo, se han visto
e interpretado antes que como multitudes como supuestas exteriorizaciones
de la alianza entre la cruz y la espada, uno de los nudos problemáticos más
explorados.17 Resta entonces estudiar con más dedicación los significados, las
historias y las diversas agencias asociadas a estas multitudes, concebidas como
instancias “productivas” en sí mismas, como realidades sociales sui géneris, cu-
yos “centros” se abren en direcciones diversas y, a veces, contrastantes. Algo
sobre lo que la historiografía ha comenzado a interrogarse en estos últimos
años.18
El presente libro propone entonces situar la movilización de 1921 y las
multitudes católicas de la década de 1930, en la perspectiva de una historia
social del catolicismo y, en particular, una historia social de la devoción guada-
lupana y las multitudes. El recorte no es azaroso ya que los propios reformistas
consideraban que la Virgen había sido la “clave” de la movilización de 1921 y
una “astuta” jugada política de la curia diocesana. Pero, ¿qué había de cierto
en eso? ¿Quiénes habían decidido realizar el acto luego de la celebración? ¿Qué
vínculos, relaciones o interacciones –si las hubo– se fueron tejiendo entre Gua-
dalupe y la política partidaria?
El trabajo propone, de este modo, partiendo del análisis de interrogantes
de una coyuntura concreta, el ensayo de un estudio sobre las “multitudes ca-
tólicas” y los vínculos entre catolicismo, política y sociedad en el primer tercio
del siglo XX.
El libro se divide para ello en tres partes. Las dos primeras proponen
según la lógica del montaje, la exploración entre comienzos de siglo y media-
dos de la década de 1930, de algunos de los procesos puestos en marcha en el
marco de una “Iglesia en construcción”. En sucesivos capítulos, se analiza de
manera introductoria el levantamiento de templos, la expansión de la estructu-
ra parroquial y las relaciones entre catecismo y sociedad. En la Segunda Parte
se ofrece un estudio de las acciones militantes de las organizaciones del laicado
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De loS teMploS a laS CalleS
a partir de 1910 y sus relaciones con las iniciativas políticas de la curia entre
1915 y 1935. Asimismo, a partir del seguimiento de los acalorados debates en
torno a la enseñanza religiosa, se exploran los vínculos entre Estado provincial
e Iglesia Católica, durante las décadas de 1920 y 1930.
En la Tercera Parte, el libro explora frontalmente algunas de las historias
y las agencias de las multitudes católicas. Se toman como eje las celebraciones
de la Virgen de Guadalupe, cuya centralidad diocesana se alcanzó paulatina-
mente a lo largo de las décadas de 1920 y 1930. A través de ella, y al hilo de
los capítulos, se intenta construir un ángulo, un punto de apoyo para estudiar
más de cerca los diferentes factores puestos en juego en calles y plazas desde
principios del siglo XX. De ese modo, a través de la reconstrucción de las mul-
titudes se abordan algunos de los vínculos, préstamos y solapamientos entre el
catolicismo, la política y las gramáticas de una cultura y una sociedad de masas,
gestadas al calor de las transformaciones de la entreguerras.19
19 En esta perspectiva: Romero, 1995: 173-193; 1998: 89-104; 2006. [En una perspec-
tiva que se desplaza del concepto de sectores al de clases populares para abordar las
transformaciones del período: Karush, 2013; Adamovsky, 2009. Desde una perspectiva
teórica ver: Laclau, 2005].
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