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De los templos a las calles

Catolicismo, sociedad y política en Santa Fe


(1900 -1937)

Diego Mauro
De los templos a las calles
Catolicismo, sociedad y política en Santa Fe
(1900 -1937)

Diego Mauro

Rosario, 2018
Diego ALeJANDRo MAuRo
De los templos a las calles
Catolicismo, sociedad y política en Santa Fe
(1900-1937)

2a edición corregida - Rosario : Prohistoria ediciones, 2018.


216 p.; 22,5x15,5 cm.
(iglesias y Religiosidades / Miriam S. Moriconi; 5)

iSBN 978-987-3864-82-7

1. Historia. 2. Historia Argentina. 3. Historia de la iglesia.


i. Título.
CDD 270.09

Colección iglesias y Religiosidades: dirigida por


Miriam S. Moriconi
Diseño de colección: Miriam Barriera y Miriam Moriconi

Composición y diseño: mbdiseño este libro recibió evaluación académica y su


edición: Prohistoria ediciones publicación ha sido recomendada por reconocidos
imagen de tapa: Procesión frente al Palacio de los especialistas que asesoran a esta editorial en la
Leones (Sede del Poder ejecutivo Municipal de Rosario) selección de los materiales.
y la iglesia Catedral. Comienzos del siglo XX. Colección
Soriano. gentileza del Archivo de Fotografía de la escuela
de Museología de Rosario.
Diseño de Tapa: mbdiseño

ToDoS LoS DeReCHoS ReSeRVADoS


HeCHo eL DePÓSiTo Que MARCA LA LeY 11723

© Diego Alejandro Mauro

© de esta edición: este libro se terminó de imprimir en


www.prohistoria.com.ar Multigraphic, Buenos Aires, Argentina,
email: prohistoriaediciones@gmail.com en el mes de febrero de 2018.
impreso en la Argentina
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra,
incluido su diseño tipográfico y de portada, en cualquier
formato y por cualquier medio, mecánico o electrónico,
sin expresa autorización del editor.

iSBN 978-987-3864-82-7
ÍNDiCe

SIGLAS Y ABREVIATURAS MÁS UTILIZADAS ........ 11

ACLARACIONES Y AGRADECIMIENTOS (2017) ..... 13

AGRADECIMIENTOS (2010) ....................................... 15

PRÓLOGO A LA PRESENTE EDICIÓN


Con la frescura de la buena historia social
por Miranda Lida ............................................................. 17

INTRODUCCIÓN
La “aparición” de 1921 y las multitudes católicas.............. 21

Primera Parte
POStaLeS De UNa iGLeSia
eN CONStrUCCiÓN .................................................. 29

CAPÍTULO I
TEMPLOS Y CURAS A COMIENZOS DEL
SIGLO XX.................................................................. 31
Imágenes y retratos del Centenario a la década de 1930.... 41

CAPÍTULO II
EL CATECISMO EN LA ENTREGUERRAS ................ 49
El catecismo desde los colegios católicos........................... 60
Los rostros del catecismo. Catolicismo y cultura popular .. 67
Diego Mauro

SeGUNDa Parte
CatOLiCiSmO, POLÍtiCa Y eStaDO .................. 71

CAPÍTULO III
ENTRE LA POLÍTICA PARTIDARIA
Y LA ACCIÓN CATÓLICA ARGENTINA
Los laicos y la curia tras un partido católico, 1914-1921... 73
De los Círculos de Obreros a los Comités de Acción
Católica ...................................................................... 78
La Acción Católica en Santa Fe, 1929-1934 ..................... 93
La Acción Católica Argentina y los “mares embravecidos”.. 97

CAPÍTULO IV
CONFLICTOS Y DEBATES
EN TORNO A LA ENSEÑANZA RELIGIOSA....... 101
Discursos e imágenes especulares...................................... 101
Teología, historia y política en Ramón Doldán ................. 106
De las palabras a las realizaciones. El nuevo plan de
estudios y la gestión de Doldán en el Consejo ............. 108
La “nación católica” en el discurso oficial del Consejo de
Educación, 1925-1930 ................................................ 114
La hora del laicismo. Los católicos frente a la nueva ley de
educación de 1934 ...................................................... 116
La intervención y la anulación de la ley de 1934 .............. 120

terCera Parte
LaS mULtitUDeS CatÓLiCaS ............................. 127

CAPÍTULO V
LA DEVOCIÓN GUADALUPANA EN LAS
PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX ................. 129

CAPÍTULO VI
LA POLÍTICA Y LAS CALLES CATÓLICAS TRAS
GUADALUPE............................................................ 143
La Coronación de la Virgen de Guadalupe y las marcas de
un catolicismo de masas .............................................. 150

8
De loS teMploS a laS CalleS

CAPÍTULO VII
EL CATOLICISMO DE MASAS EN LA DÉCADA
DE 1930..................................................................... 159
Entre el Congreso Eucarístico Diocesano de Rosario y la
Coronación de la Virgen de los Milagros ..................... 163
La devoción guadalupana en la década de 1930 ................ 173

CONCLUSIONES
DE LOS TEMPLOS A LAS CALLES. LAS
MULTITUDES CATÓLICAS EN LA
ENTREGUERRAS: RELIGIÓN, POLÍTICA,
CONSUMO Y CULTURA DE MASAS .................... 179

EPÍLOGO
SOBRE LA “APARICIÓN” DE 1921.............................. 187

ARCHIVOS, FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA ................. 191

ÍNDiCe De imÁGeNeS

I - 1 Antigua capilla del Santuario de la Virgen de la


Guadalupe. Comienzos del siglo XX. .......................... 45
I - 2 Construcción del Colegio de la
Inmaculada Concepción, 1912 .................................... 46
I - 3 Iglesia y Colegio de la Inmaculada Concepción.
Santa Fe, comienzos del siglo XX ................................ 47
I - 4 Santuario Guadalupano. Década de 1920 ................. 48

II - 1 Niños de Alto Verde en su primera comunión.


Década de 1920 .......................................................... 66
II - 2 Procesión en Alto Verde. Década de 1920 ............... 67

III - 1 Edificio del Círculo de Obreros de Rosario,


construido en la década de 1920 ................................. 92

IV - 1 y 2 Procesión con la imagen de Santa Rosa


de Lima a fines de la década de 1930........................... 124-125

9
Diego Mauro

V - 1 Entre 1904 y 1910 se construyó el nuevo templo del


santuario guadalupano ................................................ 139
V - 2 Venta de postales en el Santuario de Guadalupe. ...... 140
V - 3 Santuario Guadalupano. Década de 1920 ................ 141
V - 4 Tres jóvenes vestidas a la moda se fotografían frente
al nuevo tempo del santuario guadalupano a
mediados de la década de 1920 ................................... 142

VI - 1 Procesión de Semana Santa. Santa Fe, década de


1920 ........................................................................... 149
VI - 2 y 3 Coronación de la Virgen de Guadalupe.
Santa Fe, 1928. ........................................................... 155
VI - 4 En medio de la muchedumbre un grupo de
técnicos filma y fotografía la Coronación de la Virgen
de Guadalupe. Santa Fe, 1928 ..................................... 156
VI - 5 Como otros actos de masas, la Coronación de la
Virgen de Guadalupe contó con una imponente
formación coral acompañada por bandas de música. .... 157

VII - 1 Primer Congreso Eucarístico Diocesano de


Santa Fe realizado en Rosario en 1933 ........................ 167
VII - 2 Organigrama empleado durante el
Congreso Eucarístico Diocesano de Santa Fe .............. 168
VII - 3 Manifestación de antorchas frente a la Iglesia
Catedral durante el Primer Congreso Eucarístico
Diocesano de Santa Fe, Rosario, 1933 ........................ 169
VII - 4 Homenaje a la Bandera durante el Congreso
Eucarístico Diocesano de Santa Fe, Rosario, 1933. ..... 170
VII - 5 Concentración final durante el Primer Congreso
Eucarístico Diocesano de Santa Fe. Rosario, 1933 ...... 171
VII - 6 y 7 Misa Pontifical en el predio de la
Sociedad Rural de Rosario .......................................... 172
VII - 8 La diadema para la coronación de Nuestra Señora
de los Milagros se exhibe en procesión por el centro de
la ciudad de Santa Fe, 1936......................................... 173
VII - 9 Procesión de Corpus Christi en Gessler.
Santa Fe, finales de la década de 1930. ........................ 177

10
SiglaS Y aBreViaturaS
MÁS utiliZaDaS

ACA Acción Católica Argentina


AES Affari Ecclesiastici Straordinari
AHASFVC Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Santa Fe
de la Vera Cruz
AGSF Archivo General de la Provincia de Santa Fe
ALSF Archivo de la Legislatura de Santa Fe
ASV Archivio Segreto Vaticano
BEDSF Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Santa Fe
COR Círculo de Obreros de Rosario
COSF Círculo de Obreros de Santa Fe
PDP Partido Demócrata Progresista
UCR Unión Cívica Radical
UCRSF Unión Cívica Radical de Santa Fe
UEC Unión Electoral Católica
aClaraCioNeS Y agraDeCiMieNtoS
(2017)

L
a versión original de este libro resultó ganadora del Premio de Ensayo
“Juan Álvarez”(2008) conforme a la decisión de un jurado integrado
por Omar Acha, María Pía López y Daniel Campione. Por tal motivo,
fue publicada en la Colección Los Premios de la Universidad Nacional del
Litoral y el Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe en 2010.
La presente edición incorpora una serie de notas a pie de página omi-
tidas en aquella oportunidad e incluye nuevas referencias a investigaciones,
por entonces en curso o inéditas, que dialogan y debaten estrechamente con
los argumentos del trabajo. En ambos casos, dichas notas se presentan entre
corchetes para diferenciarlas de las referencias bibliográficas incluidas en la
versión original.
Agradezco muy especialmente a Miranda Lida por su generosa predis-
posición para prologar esta nueva edición del libro, a mis colegas de la Red
de Estudios de Historia de la Secularización y la Laicidad y del PICT 1556
(2013) Roberto Di Stefano, Ana Rodríguez, José Zanca, Martín Castro e
Ignacio Martínez, a Miriam Moriconi por incluirlo en la colección Iglesias y
Religiosidades de Prohistoria Ediciones, y a Darío Barriera por su confianza y
apoyo para que esta edición llegue a buen puerto.
agraDeCiMieNtoS
(2010)

E
ste libro es una reelaboración de mi tesina de licenciatura, presenta-
da hace ya algunos años en la Facultad de Humanidades y Artes de
la Universidad Nacional de Rosario. La presente versión, que supone
además de una reescritura una reinterpretación, se realizó en el marco de mi
investigación doctoral financiada por el Consejo Nacional de Investigaciones
Científica y Técnicas (CONICET) a través de una beca interna de posgrado.
Muchas han sido las personas que han contribuido académica e intelec-
tualmente en la factura de este libro. Mis principales deudas en este sentido
las he contraído con mi directora, la Dra. Marta Bonaudo –con quien me he
formado como historiador y docente– y con Miranda Lida, cuya dedicación y
empeño han sido decisivos en el recorrido realizado estos últimos años. Asi-
mismo, la colaboración de María Pía Martín, quien además de leer partes del
libro discutió generosamente conmigo sus hipótesis, fue en todo momento
de suma valía. Debo agradecer también a Luis Alberto Romero quien en di-
ferentes encuentros contribuyó a enriquecer significativamente mis enfoques;
y a Diego Roldán, Hernán Uliana e Ignacio Martínez por leer con dedicación
diferentes versiones del texto aportando siempre observaciones pertinentes.
Por último, en el marco de congresos y jornadas, he recibido valiosos co-
mentarios de Valentina Ayrolo, Gardenia Vidal, Ana Virginia Persello, Darío
Macor, Susana Piazzesi, Oscar Videla, Adriana Pons, Alejandro Cattaruzza,
Martín Castro y María Sierra.
En términos documentales, la posibilidad de consultar ampliamente los
materiales, series y colecciones del Archivo del Arzobispado de Santa Fe ha
Diego Mauro

sido fundamental para el desenvolvimiento de la investigación, y en esa direc-


ción mis deudas con su director, el pbro. Edgar Stoffel, recientemente falleci-
do, son innumerables. Sus trabajos y observaciones, además, han sido cruciales
en varios tramos del presente libro. En Rosario, la Biblioteca del Círculo de
Obreros también me abrió generosamente sus puertas, y en particular debo
reconocer la atenta dedicación de su bibliotecaria, quien puso a mi servicio
todo su conocimiento y formación en estos menesteres.
A Nora –del Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe y de la Edi-
torial de la Universidad Nacional del Litoral– por su colaboración y consejo
durante el trabajo de edición.
A mis amigos (todos) por ayudarme a “salir” de mis obsesiones de his-
toriador y obligarme a seguir con la costumbre de patear con poca puntería,
entregar malos pases y aún peores paredes.
A mis abuelas Carmen, Lidia y Ángela por los recuerdos legados.
A mi “nono” Juan por su maravillosa compañía, por encuadernar algunas
de las fuentes utilizadas y por sus anécdotas de juventud que informalmente
tiñen algunas de estas páginas.
A mis padres Silvi y Luigi y a mi hermana Luchi por “estar siempre” y
entregarme palabras de aliento y afecto a cada momento.
Finalmente a mi esposa Trilce, sin cuyo amor y compañía nada tendría
sentido.

16
prÓlogo a la preSeNte eDiCiÓN

Con la frescura de la buena historia social

P
ensado y escrito sin anteojeras de ningún tipo, este libro de Diego Mau-
ro ocupa un puesto merecido entre la buena investigación histórica.
Mauro deja hablar a los actores y a los archivos, que explora con in-
tensidad, de ahí que su libro sea coral. No hay una sola voz, a saber, la de los
católicos; están ellos y sus rivales, también están sus amigos más cercanos, así
como los más tibios, o los indiferentes, pero también sus competidores y riva-
les, e incluso los cronistas de su tiempo que intentaron retratarlos con “objeti-
vidad” –si tal cosa es posible. Y están también los contrastes entre lo regional y
lo nacional, la provincia y las grandes metrópolis, el mundo rural y el urbano.
Son voces que no hablan en el vacío, sino que lo hacen en una geogra-
fía concreta. Como muchos textos clásicos –recordemos a Fernand Braudel–
Mauro comienza por la geografía y traza en la primera parte del libro las pos-
tales de una iglesia en construcción, la de la provincia de Santa Fe. Es un mapa
imprescindible y, a la vez, un escenario en el que va a desplegar el drama que
sucede en las páginas siguientes, cuando los actores se pongan en movimiento.
Una decisión acertada. La primera parte marca el tono del libro y lo coloca –
bien plantado– en la historia social. No se necesita más que esta andadura para
seguir la hoja de ruta que nos propone el libro.
Le sigue, como el lector ya imaginará, la presentación de los actores. Ahí
Mauro despliega su savoir faire en el campo de la historia política para mostrar
cómo un actor que parece milenario –el catolicismo– es en verdad un producto
de una construcción histórica contemporánea y por ende es necesario explicar-
lo en ese terreno. La formación de un partido político católico no es algo que
pueda naturalizarse o darse por sobreentendido; no lo fue para los actores que
Diego Mauro

participaron de los sucesivos ensayos por constituirlo y tampoco para quienes


desde fuera lo miraban con aprensión. Tanto es así que fue objeto de debates
y disputas para los propios católicos. Y no faltaron –como en cualquier otro
partido político, fuere o no confesional– rencillas internas y luchas por el li-
derazgo. Había banderas que los amalgamaban como la enseñanza religiosa,
pero el faccionalismo amenazaba con dividirlos, como a cualquier otra fuerza
política. Mauro mira de cerca a los católicos santafesinos cuando analiza sus
debates internos, pero a la vez aparta la mirada y la pone en perspectiva –lo
más importante– para que el lector se lleve la impresión de que por ser católi-
cos los actores estudiados, las herramientas analíticas no han de ser diferentes
a las de cualquier otro movimiento social y político.
La tercera parte es la que mejor despliega al catolicismo en acción en la
vida social y política santafesina de las décadas de 1920 y 1930. Luego de la
ley Sáenz Peña, la política adquirió un ritmo que fue volviéndose cada vez
más intenso, bajo el signo de la creciente participación de las masas. Y los
católicos de la provincia de Santa Fe no fueron una excepción. Para una fuerza
política conservadora como la aquí estudiada, la movilización de masas podía
despertar –como es de imaginar– prevenciones y desconfianzas de todo tipo:
las masas católicas podían volverse tan peligrosas para el orden público como
cualquier otra, dado que estaban expuestas a escaramuzas e incidentes. De las
peregrinaciones reguladas por las autoridades eclesiásticas a las movilizaciones
impulsadas por el catolicismo de base a través del laicado –Círculos de Obre-
ros, por ejemplo– podía haber un enorme trecho. Sin embargo, a la Iglesia no
se le pasó por alto que las movilizaciones “desde abajo” le daban al catolicis-
mo una vitalidad que de otra forma no hubiera podido alcanzar. Igualmente,
aceptó con realismo que el esparcimiento era tan importante como el adoctri-
namiento, si lo que se quería era engrosar las filas católicas. Las masas católicas
fueron una puesta en escena en la que todos los actores del campo católico
tuvieron que hacer concesiones para que el catolicismo de masas tuviera real
capacidad de presión. Definitivamente, puede concluirse que el catolicismo
aprendió los códigos de la política de masas y los puso en práctica en cada
elección (municipal, provincial, nacional) en la que tuvo oportunidad de hacer
valer sus aspiraciones, con consignas que podían volverse de una militancia ra-
dicalizada y virulenta, pero en las que no faltaban todos los artefactos propios
de la política de masas. Una modernidad reaccionaria.
Con la frescura de la buena historia social, el libro de Diego Mauro invi-
ta así a pensar qué pasa en otras latitudes del país y del continente, salvando

18
De loS teMploS a laS CalleS

las distancias impuestas por la diferencia de escala entre grandes metrópolis,


ciudades, pueblos o aldeas rurales. Es también un buen ejemplo de cómo la
historia regional, enlazada con la historia más amplia del período en el que se
trabaja, que Mauro no pierde de vista en ningún momento del texto, permite
una dialéctica enriquecedora entre la provincia y la nación, lo particular y lo
general, lo local y lo global.

Miranda Lida

19
iNtroDuCCiÓN

La “aparición de 1921” y las multitudes católicas

“No olvidéis que esta Madre dulcísima, ante cuya


imagen se postran hoy profundamente conmo-
vidos, es la misma que hace dieciséis años […]
detenía el ímpetu de las aguas que invadían ya
las calles y plazas de esta ciudad […] Una nue-
va inundación, un nuevo desbordamiento, no de
nuestros caudalosos ríos sino de un torrente de
ateísmo e impiedad que ha venido formándose al
amparo de nuestro descuido […] amenaza hoy
arrasarlo todo en el orden religioso y moral y de-
rribar hasta los cimientos del grandioso edificio
de cristiana civilización y cultura que levantaron
nuestros padres...”
Juan A. Boneo,
10 de abril de 1921, Plaza San Martín, Santa Fe1

D
urante 1921 sesionó en la ciudad de Santa Fe una convención cuyo
objetivo era reformar la Constitución provincial de 1900. Un pro-
yecto que las dos principales fuerzas políticas provinciales, el Partido
Demócrata Progresista y la Unión Cívica Radical, llevaban como parte de sus

1 La Verdad, Rosario, 01/05/1921.


Diego Mauro

programas de gobierno desde hacía casi una década. Conformadas las comi-
siones en noviembre de 1920, el inicio de las sesiones se aplazó hasta marzo de
1921, con el objetivo de afinar los diversos proyectos de constitución y evitar,
en lo posible, el sofocante calor que durante enero y febrero azota las húmedas
tierras santafesinas.
A las pocas semanas de iniciadas las sesiones, se hizo evidente que las
posiciones de los grupos reformistas liberales, que entre otras cosas pretendían
avanzar en la laicización del Estado, gozaban de un consenso mayoritario. Los
temores que la curia diocesana había abrigado desde mediados de la década
pasada se hicieron realidad y los reformistas, impugnados ya a fines de 1920
en una pastoral diocesana,2 se hicieron fuertes en el recinto. En vano, los con-
vencionales católicos, tanto dentro del PDP como de la UCR, arremetieron
con extensos discursos. Por largas horas, Antonio Cafferata y Francisco Ca-
siello defendieron la invocación a Dios en el preámbulo, el juramento en su
nombre y la enseñanza religiosa. Cafferata se refirió largamente al “clero de la
revolución” y San Martín, Belgrano, Rivadavia, Mitre y Sarmiento fueron pre-
sentados como paladines indiscutibles de la “nación católica”.3 Casiello, por su
parte, advirtió a los reformistas, recordando los sucesos de la Semana Trágica,
que la religión era el único basamento posible de la sociedad. No faltaron
apelaciones a la tesis aristotélica del “motor inmóvil” en su versión tomista y
la descripción de supuestas muestras de fe de avezados hombres de ciencia.4
Lejos de convencer a los reformadores, las prolongadas intervenciones
católicas tuvieron efectos entre hilarantes y soporíferos en la mayoría de ellos.
Sólo Luis Bonaparte –vinculado al librepensamiento en Santa Fe y miembro
de la logia masónica Armonía– asumió con seriedad el debate planteado. A lo
largo de varias sesiones, respondió una a una las intervenciones católicas, de-
sarrollando una aguda crítica de la religión basada en una lectura sui géneris de
la obra de Nietzsche y en una reivindicación iluminista del poder “liberador”
de la ciencia positiva.5
El 10 de abril de 1921, cuando la discusión en el recinto aún estaba en
pañales, el centro de la ciudad de Santa Fe fue escenario del desfile de una nu-
merosa columna que alcanzó las diez cuadras. La movilización, supuestamente

2 Tribuna, Rosario, 14/08/1920 y El Deber, Rosario, 23/10/1920.


3 Diario de Sesiones de la Convención Constituyente,Tomo I, Santa Fe, 1921: 224.
4 Diario de Sesiones de la Convención Constituyente,Tomo I, Santa Fe, 1921: 434 ss.
5 Diario de Sesiones de la Convención Constituyente,Tomo I, Santa Fe, 1921, sesión del
23/04/1921: 265-280. Una síntesis de las posiciones liberales en Bonaparte, 1920.

22
De loS teMploS a laS CalleS

integrada por más de 10.000 personas y acompañada por la banda de música


del colegio San José de Rosario, confluyó en la plaza San Martín. El obispo
Juan A. Boneo encabezó la celebración de la Virgen de Guadalupe y comparó
a los reformistas con las aguas que en 1905 habían inundado la ciudad de
Santa Fe. Poco después, en la explanada de la Legislatura, varios militantes de
organizaciones católicas – algunos de ellos venidos desde Rosario– dieron vida
a “un acto de protesta” en el que se solicitó detener las reformas laicizadoras
en nombre del “pueblo católico”.6
La movilización sorprendió a los reformistas y de hecho a los propios
dirigentes del laicado, que habían dudado del éxito de la convocatoria. Por
entonces, desde los diarios se oyeron expresiones de “sorpresa” similares a las
que, años después, acompañarían las crecientes multitudes católicas reunidas a
lo largo y a lo ancho del país, durante los Congresos Eucarísticos de la década
de 1930.
Los impulsores de las posiciones reformistas-liberales recibieron el acto
como un verdadero “golpe”. De hecho, esa fue la conclusión a la que arribó
uno de sus voceros periodísticos más importantes, el diario Santa Fe.7 Se im-
pugnaron los números de asistencia propuestos por los organizadores y la cu-
ria –entre 12.000 y 15.000 personas– pero se aceptó, de todos modos, que la
muchedumbre había sido importante y que los había tomado desprevenidos.
Peor aún, la movilización de los reformistas llevada a cabo una semana des-
pués logró niveles de asistencia aparentemente menores, algo indirectamente
reconocido por los propios organizadores que se justificaron en nombre de la
“brevedad” con la que habían tenido que organizar el acto.
Los reformistas insistieron entonces en que quienes habían marchado por
la ciudad el 10 de abril, lo habían hecho sólo por su fidelidad a la devoción
guadalupana y no en contra de la laicización del Estado. En otras palabras, la
naturaleza de la movilización había sido “religiosa” y no “política”. Según el
Santa Fe, buena parte de los supuestos manifestantes eran mujeres y niños que
habían asistido a la tradicional peregrinación y que desconocían el carácter de
las reformas.8

6 Algunas invitaciones y crónicas desde el punto de vista de los organizadores católi-


cos en Nueva Época, Santa Fe, 08/04/1921; 11/04/1921.
7 Santa Fe, Santa Fe, 11/04/1921.
8 Santa Fe, Santa Fe, 16/04/1921.

23
Diego Mauro

Los organizadores católicos no hicieron esperar sus respuestas. Reivindi-


caron la movilización del 10 abril, la “más grande que hubiera visto Santa Fe”,
y cuestionaron la legitimidad de la movilización reformista. Según el diario
Nueva Época, los manifestantes congregados el 16 de abril habían sido “po-
cos”. Se argumentó, además, que se trataba de empleados de la administración
pública “presionados por sus jefes” y de “niños” e “imberbes sin importancia”
acaudillados por la Federación Universitaria.9
Al margen del debate en torno a lo que se ha dado en denominar “mani-
festaciones de papel”, la prensa coincidió, con alarma o satisfacción, en que el
catolicismo había sacado a relucir un perfil militante, hasta entonces mayor-
mente desconocido.10 No es extraño, entonces, que las principales investiga-
ciones realizadas sobre el conflicto se acercaran a la coyuntura destacando la
“aparición política” del catolicismo. Desde esa perspectiva, la movilización de
1921 fue explorada minuciosamente a partir de conceptos claves de la histo-
ria política reciente, como el de “irrupción”, “aparición”, “actor” y “sistema
político”.11
El presente libro parte de estos trabajos, pero se propone pensar la “apa-
rición católica” a partir de interrogantes sensiblemente diferentes, cuyo eco
resuena más allá de las relaciones entre catolicismo y política. Se trata de pre-
guntas en cierto sentido más llanas pero cuyas respuestas permanecen, aún
hoy, mayormente en penumbras. ¿De dónde venían los hombres, mujeres y
niños que se congregaron en la plaza ese 10 de abril? ¿Cómo llegaron allí? ¿De
dónde provenía la banda de música y los oradores? ¿Quiénes habían impreso
los volantes y panfletos? Dejando de lado la siempre dudosa eficacia social de
los discursos,12 como bien resaltaban los reformistas, ¿qué motivaciones tenían
aquellos hombres? ¿Qué ocurría al calor de la multitud? ¿Qué vínculos se te-
jían en las calles? ¿Qué rol jugó, finalmente, la devoción guadalupana? Cabe
preguntarse también ¿qué cosas tenían en común la “aparición de 1921”, las
precarias peregrinaciones y procesiones de comienzos de siglo y las multitudes
católicas que desde fines de la década de 1920 irrumpieron cada vez con ma-

9 Nueva Época, Santa Fe, 17/04/1921.


10 [Sobre el concepto de “manifestaciones de papel”: Favre, 1990]
11 Desde esta perspectiva: Macor, 1994, 2005 y Mauro, 2007. Sobre el discurso cató-
lico en la coyuntura y el rol de la prensa: Mauro, 2008a.
12 En qué medida las palabras de los oradores impactaban en sus audiencias es más
un misterio que una premisa. Interesantes reflexiones sobre la cuestión en Debray,
1995.

24
De loS teMploS a laS CalleS

yor fuerza, frecuencia y esplendor? En otras palabras ¿cuáles eran las agencias y
las historias de una multitud católica en las primeras décadas del siglo XX?13 Y,
por supuesto, ¿qué papel jugaron dichas dinámicas en la “aparición de 1921”?
El estudio en sí de las “movilizaciones” ha pasado un tanto desapercibido
en la historiografía reciente, a pesar de que las muchedumbres, principalmente
a través de las imágenes del Congreso Eucarístico Internacional de Buenos
Aires, se convirtieron en una de las postales más representativas de la década
de 1930. En la provincia de Santa Fe alcanzaron sus picos de asistencia duran-
te el Congreso Eucarístico Diocesano, realizado en Rosario en 1933, y en la
Coronación de la Virgen de los Milagros en 1936 en Santa Fe. Multitudes que,
antes del peronismo, volverían a congregarse en la provincia en los albores de
la década siguiente, durante el cierre del III Congreso Eucarístico Nacional
en 1940 y en ocasión de las fiestas de coronación de la Virgen del Rosario en
1941.14 No obstante, más allá de estos hitos y por cierto de las singularidades
de la movilización de 1921, las “calles católicas” fueron una presencia casi
constante si se recorren las innumerables ocasiones que con motivo de actos,
celebraciones, procesiones, inauguraciones y peregrinaciones se congregaron
en calles y plazas desde la primera década del siglo.
Las magnitudes, por supuesto, cambiaron y efectivamente entre media-
dos de la década de 1920 y la primera mitad de la de 1930, las multitudes cató-
licas ganaron en número, frecuencia y visibilidad.15 Empero, una vez acordado
el carácter masivo del fenómeno, las calles y plazas han sido mayormente con-
sideradas la “escena” de relaciones trabadas fuera de ellas, antes que instancias
productivas en sí mismas: de poder, de vínculos, de relaciones, de experien-

13 El concepto de agencia apunta a resaltar las dificultades halladas para estudiar las multi-
tudes católicas y el catolicismo desde una “física social”, según criterios epistemológicos
estrictamente causalistas o intencionalistas. El concepto de agencia, que remite al debate
del estructuralismo genético contemporáneo, así como a ciertas vertientes constructivis-
tas, se adopta en esta investigación para conjugar dinámicas intencionales y no inten-
cionales, procesos centrados en la volición de determinados actores y procesos “ciegos”
que remiten a factores “causales” mucho más complejos y sinuosos. Sobre la cuestión:
Archer, 1997 y Crespi, 1997. [Para una crítica del “intencionalismo” en la historia de la
Iglesia: Lida, 2009a]
14 [Un estudio de caso sobre el Congreso Eucarístico Nacional de 1940 en: Mauro, 2017]
15 Sobre el “renacimiento católico” de la década de 1930: Zanatta, 1996. En una perspec-
tiva más general: Di Stefano y Zanatta, 2000. Desde una mirada sociológica: Mallimaci,
1988.

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Diego Mauro

cias.16 Las multitudes católicas de la década de 1930, de ese modo, se han visto
e interpretado antes que como multitudes como supuestas exteriorizaciones
de la alianza entre la cruz y la espada, uno de los nudos problemáticos más
explorados.17 Resta entonces estudiar con más dedicación los significados, las
historias y las diversas agencias asociadas a estas multitudes, concebidas como
instancias “productivas” en sí mismas, como realidades sociales sui géneris, cu-
yos “centros” se abren en direcciones diversas y, a veces, contrastantes. Algo
sobre lo que la historiografía ha comenzado a interrogarse en estos últimos
años.18
El presente libro propone entonces situar la movilización de 1921 y las
multitudes católicas de la década de 1930, en la perspectiva de una historia
social del catolicismo y, en particular, una historia social de la devoción guada-
lupana y las multitudes. El recorte no es azaroso ya que los propios reformistas
consideraban que la Virgen había sido la “clave” de la movilización de 1921 y
una “astuta” jugada política de la curia diocesana. Pero, ¿qué había de cierto
en eso? ¿Quiénes habían decidido realizar el acto luego de la celebración? ¿Qué
vínculos, relaciones o interacciones –si las hubo– se fueron tejiendo entre Gua-
dalupe y la política partidaria?
El trabajo propone, de este modo, partiendo del análisis de interrogantes
de una coyuntura concreta, el ensayo de un estudio sobre las “multitudes ca-
tólicas” y los vínculos entre catolicismo, política y sociedad en el primer tercio
del siglo XX.
El libro se divide para ello en tres partes. Las dos primeras proponen
según la lógica del montaje, la exploración entre comienzos de siglo y media-
dos de la década de 1930, de algunos de los procesos puestos en marcha en el
marco de una “Iglesia en construcción”. En sucesivos capítulos, se analiza de
manera introductoria el levantamiento de templos, la expansión de la estructu-
ra parroquial y las relaciones entre catecismo y sociedad. En la Segunda Parte
se ofrece un estudio de las acciones militantes de las organizaciones del laicado

16 Sobre la dimensión “productiva” de las calles pueden hallarse interesantes reflexiones en


el sugerente trabajo de Sigal, 2006.
17 [Para el debate teórico acerca de los conceptos de movilización, manifestación y multi-
tud en el estudio del catolicismo: Mauro, 2011 y 2015a; Lida, 2009b, 2010 y 2015].
18 Lida, 2010. [En los últimos años se han llevado a cabo numerosas investigaciones: Lida,
2011 y 2015; Fogelman, Ceva y Touris, 2013; Rodríguez y Funkner, 2013; Mauro,
2009b y 2017. Para el caso uruguayo: Monreal, 2016; Greising, 2016. Sobre las devo-
ciones marianas europeas, entre otros: Fattorini, 1997; Harris, 1999; Kaufman, 2005;
Di Stefano y Ramón Solans, 2016].

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De loS teMploS a laS CalleS

a partir de 1910 y sus relaciones con las iniciativas políticas de la curia entre
1915 y 1935. Asimismo, a partir del seguimiento de los acalorados debates en
torno a la enseñanza religiosa, se exploran los vínculos entre Estado provincial
e Iglesia Católica, durante las décadas de 1920 y 1930.
En la Tercera Parte, el libro explora frontalmente algunas de las historias
y las agencias de las multitudes católicas. Se toman como eje las celebraciones
de la Virgen de Guadalupe, cuya centralidad diocesana se alcanzó paulatina-
mente a lo largo de las décadas de 1920 y 1930. A través de ella, y al hilo de
los capítulos, se intenta construir un ángulo, un punto de apoyo para estudiar
más de cerca los diferentes factores puestos en juego en calles y plazas desde
principios del siglo XX. De ese modo, a través de la reconstrucción de las mul-
titudes se abordan algunos de los vínculos, préstamos y solapamientos entre el
catolicismo, la política y las gramáticas de una cultura y una sociedad de masas,
gestadas al calor de las transformaciones de la entreguerras.19

19 En esta perspectiva: Romero, 1995: 173-193; 1998: 89-104; 2006. [En una perspec-
tiva que se desplaza del concepto de sectores al de clases populares para abordar las
transformaciones del período: Karush, 2013; Adamovsky, 2009. Desde una perspectiva
teórica ver: Laclau, 2005].

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