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Bienvenidos a este rincón de la red para los que quieran entrar en el fascinante mundo de la
construcción de maquetas o modelos a escala.
Novedades (Febrero/2015)
Empezamos una serie dedicada a las maquetas en escalas pequeñas. En el apartado Mejora
y detallado está el primer artículo:
Desde el mapa del sitio se puede acceder al índice temático de los artículos publicados
hasta la fecha.
Novedades (Enero/2015)
Estrenamos el nuevo año con la ayuda de una serie de artículos donde su autor nos explica
cómo conseguir una zona de trabajo transportable para hacer nuestras maquetas, y que
podremos llevar a nuestro rincón preferido; algo muy útil para los que no disponen de un
espacio permanente. Además se incluyen unos extras que podemos hacer, con o sin zona de
trabajo transportable.
Es una pena decirlo, pero de nuevo nos vemos forzados de nuevo a realizar una larga pausa.
Novedades (Octubre/2014)
Pese a lo comentado el mes pasado, se han revisado, corregido erratas, y ampliado el tema
más básico sobre las escalas de las maquetas, dando un vistazo a lo que se ofrece en el
mercado.
Novedades (Septiembre/2014)
Con lo que se publica este mes, damos por terminado el tema más básico sobre las escalas
de las maquetas.
Novedades (Agosto/2014)
Este año no paramos por vacaciones. Continuamos el capítulo dedicado a los temas más
básicos, reflexionando sobre el tema de las escalas de las maquetas.
Novedades (Julio/2014)
En esta ocasión abrimos un breve capítulo dedicado a los temas más básicos, reflexionando
sobre el tema de las escalas de las maquetas.
Novedades (Junio/2014)
Estamos de vuelta.
Ha pasado un largo período de tiempo sin novedades, por motivos de fuerza mayor. Y
ahora, presentar el primer artículo de la nueva temporada.
Desde aquí se quiere ayudar y dar las bases para cualquier aficionado, sea del tema que sea
y trabaje con el material que prefiera, aunque el mercado se orienta en su mayor parte a las
maquetas de plástico.
A través de los distintos apartados se darán a conocer las técnicas básicas para el trabajo
con todo tipo de materiales, las herramientas y su uso, los pegamentos, las pinturas, etc.
Cómo realizar el montaje de los modelos básicos de maquetas y como mejorarlas, pues tal y
como salen de la caja tienen piezas de tamaño excesivo y con frecuencia carecen de
numerosos detalles. Además de cómo pintarlas y darles un buen acabado.
Se dedica un apartado exclusivo para el tema de las figuras y otro para la construcción de
dioramas donde exponer las maquetas.
Lo + básico
¿MAQUETISMO O MODELISMO?
Para empezar se intenta explicar cómo denominar este (nuestro/vuestro) hobby. Para ello se
transcribe un artículo aparecido en el foro de Panzernet.
Esto no está sacado de ningún libro en concreto pero este es el concepto básico que se
estudia en una universidad de Bellas Artes:
En una escala de «realismo» del 1 al 10, considerando que el objeto real es «1» y una
interpretación abstracta en 2 dimensiones es «10», un modelo a escala puede ocupar la
posición 4 o 5 en esta escala de valores, siendo una reproducción realista del modelo el
valor más cercano a «1».
Por ejemplo, una maqueta de una urbanización donde solo se representan las calles y
volúmenes, o una maqueta de la estructura de un edificio.
Por lo tanto, podemos deducir que lo que hacemos todos los días con nuestros modelos de
Tamiya o Italeri es maquetismo y no modelismo.
Tan solo hacen modelismo aquellas personas que hacen modelos para ser utilizados como
un original, es decir, los que hacen masters.
Cuando compramos una caja de Tamiya deberíamos decir «hemos comprado una
maqueta» y no un modelo.
El modelo seria el master que tiene Tamiya en su fábrica.
Cuando usamos una pieza para usarla de modelo para hacer una maqueta, realmente
deberíamos decir que estamos usando un original para hacer un modelo que quizás después
sirva para hacer maquetas a partir del modelo.
Aunque hoy en día, todos estos términos se utilizan de maneras muy diversas para definir
distintas cosas, pero desde un punto de vista artístico lo correcto es lo anteriormente citado.
Cuando nos referimos como «modelo» a una chica o chico que visten de moda en una
pasarela, nos referimos que «modelo» es el referente a seguir para después producir la
moda de la temporada.
Si el modelo que hacemos es en una escala diferente al del original, entonces hablaríamos
de modelismo a escala.
Si de ese modelo a escala se obtienen «copias» diríamos que esas copias del modelo son
maquetas del original.
Mig Jiménez
Comentario final:
En los casos en que es necesario realizar una investigación histórica para construir una
pieza estaríamos realizando un modelo. Toda la información así obtenida, incluyendo
planos, datos técnicos, y el propio modelo constituirán una guía para la construcción
posterior de maquetas que pueden reproducir todo o parte de los diferentes aspectos del
modelo.
ANTES DE EMPEZAR...
El montaje y la pintura de maquetas y figuras son aficiones que nos pueden hacer pasar
horas muy entretenidas y crear, con el paso del tiempo, una colección de maquetas, figuras
y dioramas. Pero para poder disfrutar de esta afición hay que tener en cuenta determinadas
precauciones.
Utilizaremos sustancias con componentes químicos que son tóxicos. Las pinturas, el polvo
que suelta la resina cuando es tratada, los disolventes como el alcohol o el aguarrás, que
preparan las pinturas para su uso con aerógrafo o a pincel, o incluso las gotas de pintura en
suspensión que quedan en el aire mientras se utiliza el aerógrafo... Todo esto lo podemos
respirar y puede ser muy perjudicial para la salud. Para evitar todo ello hay que trabajar en
lugares abiertos y con buena ventilación. Cuando se esté pintando con aerógrafo o
utilizando resina, es recomendable ponerse una mascarilla de tal manera que al respirar no
traguemos esas sustancias.
Evitar fumar o encender fuego cerca del lugar donde se esté trabajando. Algunas sustancias
que se utilizan son inflamables y, por ello, peligrosas.
Lavarse las manos después de trabajar. Si es posible, utilizar guantes de plástico o látex.
Cubrirse los ojos con gafas, sobre todo cuando se esté cortando, limando o utilizando
materiales metálicos.
En general hay que usar, como siempre en la vida, el sentido común y evitar los peligros de
cualquier actividad, incluida el maquetismo.
No es querer meter miedo ni quitar las ganas de disfrutar haciendo maquetas, es sólo
advertir sobre las precauciones que hay que tomar para poder disfrutar plenamente de esta
afición.
LA INMENSIDAD DEL MERCADO
Hace años la producción de maquetas a escala estaba controlada por unas pocas marcas que
ofrecían maquetas de plástico inyectado, y dado que el número de novedades no eran
demasiadas, el aficionado podía adquirir los modelos específicos para su «colección» sin
problemas. Eso ya es historia.
Las orugas de eslabón individual y los fotograbados junto a los nuevos materiales como
vinilos, provocaron en los establecimientos especializados una incapacidad para adquirir
todo el producto ofertado; además, el apartado de pinturas siguió un rumbo similar.
El resultado fue un auténtico caos y falta de información, que ha llegado hasta nuestros
días. Nunca se sabe del todo qué productos se pueden adquirir y en muchos casos no se
encuentran fácilmente, sólo un peregrinaje de tienda en tienda permite recopilar lo
necesario, incluso contando con la ayuda de Internet.
Prácticamente todos los vehículos o aviones que se nos ocurran están fabricados en algún
tipo de material, o lo estarán pronto.
La calidad ha subido hasta alturas casi insuperables (y aún existen casos contrarios, con
productos de baja calidad para el exigente mercado actual); también los precios han seguido
caminos paralelos (y eso antes de la dichosa «crisis».).
Prácticamente se pueden encontrar todos los elementos necesarios, tanto para completar las
maquetas como para confeccionar cualquier diorama; solo hace falta que la capacidad
económica del aficionado sea suficiente para soportarlo.
DIFÍCIL CONVIVENCIA
Todo aficionado, una vez inmerso en esta afición, va adquiriendo conciencia de lo difícil
que resulta mantener las maquetas en buen estado de presentación, limpieza y su
mantenimiento periódico, que incluye muchas veces alguna reparación, alguna restauración
integral o reconstrucción, o dar pie a una aventura de mayor envergadura (entrar en el
mundo del «scratchbuilding», o dicho en cristiano, el «hágaselo usted mismo»).
Los principales y a veces condicionantes aspectos para mantener una buena colección
podrían resumirse en los siguientes:
Tener un lugar apropiado para trabajar (tema tratado primero en Técnicas básicas > El
lugar de trabajo, y después en la serie Lo + básico > Maquetismo en cualquier lugar).
Un lugar para la exposición, bien sean estanterías (abiertas o cerradas), vitrinas, etc.
Mantener todo ello en orden y limpio... y mucha «habilidad» para protegerlo de las
«manitas» de los pequeños (hijos, sobrinos, nietos, etc.) y de las mascotas, según el caso.
Y también de cualquier persona (esposa, pareja, madre,...) que en un intento de mostrar
buena voluntad hacia nosotros se ofrecen para limpiar y ordenar estos «espacios».
Cuestión de sexo...
Pese a pecar de «machista», la verdad es que no abundan las féminas maquetistas si lo
comparamos con el total (no conozco a ninguna personalmente, aunque haber, hay). Y por
supuesto, se puede aplicar lo mismo a los varones no-aficionados.
¿Quién no ha quedado desolado al ver a una de sus piezas más queridas rota en varias
partes, algunas de ellas desaparecidas por la enérgica acción de un... plumero?
¿Quién no ha recordado a Herodes cuando alguno de los pequeños tomó por «juguete» una
vieja maqueta descatalogada y difícil de encontrar?
Ese es el momento cuando hay que explicar amablemente a la «autoridad familiar» que se
le permita a uno mismo mantener la limpieza y el orden de estos «espacios»; cuando hay
que educar convenientemente al «peque» en la idea de que tal «juguete» no lo es, y que se
trata de algo «valioso» para nosotros.
Y también, en su caso, la mascota debe ser advertida, como corresponda, para que se aleje
de estos lugares; mejor aún, evitar que pueda acceder a ellos (aplicable también a los
«peques»).
Ante todo esto, también surge el problema de escoger adecuadamente el espacio para el
montaje y la exposición, como si de un museo se tratara. Así iremos organizando el espacio
disponible, nunca suficiente, exponiendo piezas que estarán por un tiempo a la vista, para
luego pasar a ser guardadas cuidadosamente en cajas.
Nada mejor que seguir algunos consejos elementales para facilitar la convivencia:
1. Respecto a la zona de trabajo, terminada la labor, guardar todo sobre lo que se esté
trabajando en cajas, lejos del acceso de «visitas» no deseadas.
La ubicación de las piezas dependerá del grado de «tolerancia» que se consiga ante la
«autoridad familiar».
Es importante reconocer aquí que variar la exposición de forma periódica permite mantener
una rotación de toda la colección, aprovechando para pasar una inspección y limpieza para
luego ser guardada para una posterior exposición.
Los lugares de exposición deberán ser considerados «de acceso restringido», sobre todo
para que no lleguen los «peques» ni las mascotas.
3. Respecto a la limpieza, debe hacerse con extremado cuidado. Es una oportunidad para
examinar detalladamente las maquetas y ver qué necesidades de mantenimiento o refuerzo
necesitan.
La limpieza se hará inicialmente «soplando» aire para luego, con un pincel viejo, pasarlo
por los rincones más inaccesibles. Por último volver a «soplar».
No debe descartarse un lavado. En este caso hay que prestar atención a que las calcas se
hallen debidamente protegidas y utilizar una solución de agua y detergente (mejor jabón de
glicerina, pues los detergentes comunes suelen contener productos químicos muy agresivos
que pueden afectar a la pintura) para lavar todos los detalles con un pincel. Tras enjuagar
detenidamente, se secará bien al sol, o bien con un secador de pelo a mínima potencia.
Por último realizar una revisión exhaustiva para detectar alguna pieza despegada o rota para
poder repararla adecuadamente.
Con todo ello podremos disfrutar, además de nuestra afición, de los «peques», de las
mascotas y del entorno familiar en general.
Nota:
Hay que tener en cuenta que las muestras de color de esta página son solo aproximaciones
de los colores reales, y también influirá la calidad gráfica del ordenador.
Para responder esta pregunta debemos recordar que las maquetas son copias de objetos
reales. Es cuestión de perspectiva. Por ejemplo, un modelo a escala 1/35 visto desde 30 cm.
debería verse como el objeto real desde una distancia de 10'5 metros. Y así mismo, un
modelo a escala 1/48 o uno a escala 1/72 vistos a 30 cm. de distancia deberían verse como
si el objeto real estuviese a 14'4 y 21'6 metros, respectivamente.
En un día cualquiera, las imágenes que percibimos en nuestros ojos nos dan una impresión
visual de tamaño, distancia y color. Al mirar objetos a gran distancia nos da la impresión de
que tales objetos, en cierta forma, han cambiado sus colores. Este efecto es conocido como
«perspectiva atmosférica». La atmósfera no es totalmente transparente. Vemos las cosas
mirando a través de un filtro, por así decirlo.
Los objetos vistos desde lejos no son perfilados y claros. Aplicándolo a las maquetas,
mientras más pequeña es la escala, más lejana parece. A escalas como 1/144, la
«perspectiva atmosférica» contribuiría a la «des-intensificación» del color. En las escalas
mayores, como 1/24, el color sería más cercano al real.
Para un purista, debería añadirse gris para rebajar la «intensidad» de un color dado. Sin
embargo, si uno intenta rebajar la «intensidad» de un color sutil, como un azul cielo claro,
el gris tendería a desbaratar el delicado equilibrio del color y posiblemente alterar el
«matiz».
Debe tenerse en cuenta que existen varias clases de gris y que algunos de estos también
darían un efecto discrepante en cuanto al color final. El problema se resuelve mejor
utilizando el color blanco como medio de «des-intensificación».
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A primera vista parece que por añadir blanco se alteraría el valor (la claridad o la
oscuridad) y no la «intensidad»; o sea, que realmente no se «des-intensifica» el color. Ésta
es una posibilidad. Sin embargo, los colores de camuflaje tienen una «intensidad» muy
baja. Básicamente esto quiere decir que la mayoría de colores de camuflaje están ya en el
lado más gris de la escala. Por consiguiente, sumar gris no es la solución a la «des-
intensificación».
Si el color en escala real ya contiene un exceso de gris, añadiendo blanco en lugar de gris se
añade una sombra más ligera al gris, lo cual a su vez reduce la «intensidad» del color. La
adición de blanco no cambia el color real («matiz»). El blanco reduce el valor del color,
pero esta es su ventaja.
Se sabe que las grandes áreas de color a la luz del día tienden a verse más claras que las
pequeñas porciones del mismo color, a causa de que las áreas mayores reflejan más luz.
Todos estos factores tienden a surtir efecto ventajosamente en el «escalado» del color.
La cantidad de blanco necesario para lograr el resultado deseado puede variar de persona a
persona, pero daremos una referencia bastante cercana al ideal:
para la escala 1/32 (y su equivalente 1/35), un 7%
para la escala 1/48, un 10%
para la escala 1/72 (y su equivalente 1/76), un 15%
para la escala HO (y su equivalente 1/87), un 20%
Hay que remarcar que los ejemplos citados corresponden principalmente a colores de
camuflaje.
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El color blanco puede ser utilizado directamente sin más cambios. Debido a la
yuxtaposición, los colores claros darán la apariencia de ser algo más oscuros cuando estén
situados al lado de colores oscuros. Si uno pinta totalmente de blanco un modelo, por poner
un ejemplo, sería mejor «romper» el color blanco con gris añadido aquí y allá. Si no, se
obtendría un resultado final monótono, que técnicamente puede ser correcto pero
ópticamente poco real.
La misma situación se aplica a las superficies de aluminio. Sirve el mismo ejemplo dado
para el color blanco; añadiendo gris al aluminio se obtendrán mejores resultados que
añadiendo blanco. A parte de estos dos ejemplos, todos los demás colores pueden ser «des-
intensificados» de forma segura añadiendo el color blanco.
Más o menos...
Los porcentajes y los ejemplos de pintura de esta página son para dar una guía práctica. Es
responsabilidad de cada uno realizar sus propias pruebas antes de la aplicación real de la
pintura.
BUSCANDO LA PERFECCIÓN
LAS MAQUETAS (o KITS) DE PLÁSTICO
El nivel de acabado que podemos encontrar en las maquetas de plástico es notable. Basta
con echar una mirada a alguna página web o revista especializada para darnos cuenta de la
perfección a la que se ha llegado, con técnicas de pintura muy depuradas en las que se
consiguen acabados de gran realismo y fidelidad. Incluso los más pequeños detalles quedan
fielmente reflejados gracias a la perfección del fotograbado.
Muchos aficionados principiantes quedan un tanto perplejos al observar la perfección que
presentan determinadas maquetas. Semejante realidad les lleva a dos actitudes: la de
renuncia o la de curiosidad.
Nunca debemos optar por la primera; hay siempre que pensar que si lo ha logrado una
persona, uno también es capaz de hacerlo.
Para ello lo primero que necesitamos es sentir curiosidad; experimentar los sistemas o
procedimientos que se han seguido en esa obra, pensando que el maquetismo o modelismo,
aunque exige unas habilidades manuales (y artísticas) innegables, no es una actividad sólo
abierta a unos pocos privilegiados. Con interés y trabajo todo se puede alcanzar; sólo hay
que seguir los consejos y cumplir etapas por las que ya han pasado esos aficionados.
Por muy complicado que nos parezca una tarea, no hay que desanimarse. Hay que seguir un
proceso lógico: investigar sobre planos el desarrollo; qué materiales se han utilizado; ser
meticulosos en el montaje; y, ante un reto importante, investigar que herramientas existen
para solucionar determinados problemas.
MANIPULACIÓN DE MATERIALES
El tradicional defecto que venía representado por la irrealidad de algunas piezas ahora está
resuelto con la gran oferta de complementos y añadidos, sean en plástico, en resina o en
metal. Además, la buena calidad de las piezas para conversiones, realizadas en resina y/o
metal, propician la realización de múltiples variaciones sobre los mismos modelos.
También es cada vez más frecuente encontrarse con transformaciones muy notables. El
aprendizaje del manejo de las planchas de plástico como material base para todo tipo de
trabajo es esencial. Contribuye a ello la notable oferta de diferentes accesorios en plástico
inyectado, en resina y en metal, de modo que apenas es necesario complementarlos con
diferentes tipos de alambres de distintos metates: hilos de cobre, latón o acero, con los que,
bien manipulados, podremos conseguir cualquier pieza.
Las facilidades de que actualmente gozan los aficionados son muchas, pero un buen
detallado en fotograbado exige un trabajo extra de gran precisión; una resina, por muy
buena que sea, siempre podrá mejorarse con piezas añadidas por nosotros.
Latón...
Un material ideal para la realización de piezas pequeñas y fácilmente maleables es el latón
con el que se realizan los collarines de algunas botellas de vino y cava/champán.
HACIA LA PERFECCIÓN
Aunque el superdetallado y la transformación sean los tipos de trabajo más habituales una
vez superado el nivel de aprendizaje, cada vez es más frecuente encontrar piezas
enteramente construidas por los aficionados.
Una buena norma que el aficionado debe seguir es no tirar nunca una pieza, sino guardarla
adecuadamente almacenada, ya que en el momento más inesperado puede surgir la
necesidad de su uso. También es una buena medida recopilar kits que otros amigos no
quieran por viejos; siempre se les podrá sacar algún partido.
No hay que volverse loco buscando y discutiendo sobre los colores perfectos de «tal» o
«cual» camuflaje (sea avión, carro de combate, barco, uniforme, etc.) ya que debido a las
condiciones ambientales, dilución y origen de la pintura, métodos de aplicación, etc. estos
podrán variar de un vehículo a otro.
Incluso en vehículos civiles (automóviles, motocicletas, etc.) podemos discutir si tal color
«Rojo Ferrari» es, o no, suficientemente rojo.
Para los maquetistas interesados en la Segunda Guerra Mundial, los vehículos de combate
alemanes constituyen una fuente casi inagotable de material.
Este tipo de sentimientos se ven alimentados no solo por la compleja variedad de patrones
de Zimmerit (ver el artículo Mejora y detallado > El zimmerit. Patrones) utilizados por el
ejército Alemán durante la guerra, sino probablemente también debido a la confusión
generada por la gran cantidad de maquetistas que proclaman el haber encontrado el modo
más fácil y los materiales más adecuados para simular el Zimmerit a escala, mostrando unos
montajes espectaculares.
Desde ese mismo momento uno empieza a preguntarse qué método seguir (en Mejora y
detallado > El zimmerit. Cómo reproducirlo. Opciones pueden verse unas cuantas formas
de reproducirlo, cada una con sus propias ventajas e inconvenientes).
Uno hace pruebas con plastilina, engrudo, arcilla, etc. y se llega hasta la locura de intentar
hacerlo con cualquier cosa cuya textura asemeje patrones de Zimmerit.
Al final, con una profunda frustración, uno decide tratar de conseguir alguno de los
productos que algunas marcas comercializan para los patrones de Zimmerit, pero la realidad
es que en algunos casos es difícil de conseguir, y en otros muchos sale caro, sumado al
hecho que el acabado y el resultado final que se obtiene no siempre es suficientemente
realista, según la opinión de algunos aficionados experimentados (opiniones no siempre
bien intencionadas).
Si bien es cierto que es muy importante la calidad y las características de los materiales con
que se trabaje, no lo es menos la facilidad con que uno se adapte al uso de los mismos. Así
tenemos que con los mismos materiales que un maquetista consigue trabajos
espectaculares, otro maquetista encuentra serias dificultades para realizar un trabajo
aceptable.
Cuando todo falla...
Y si al final uno acaba demasiado estresado, puede recurrir al «kit de emergencia»:
CONCLUSIÓN
Solo queda decir que este breve artículo no pretende descalificar las técnicas y los
productos conocidos (y en ese caso, ¿para qué molestarse haciendo este sitio web?), sino
simplemente animar a todo maquetista a desarrollar sus propias técnicas y a tener
curiosidad por probar cosas nuevas.
Maquetas de plástico
Vehículos militares
Las maquetas de vehículos militares (carros de combate, vehículos blindados, etc.) gozan
de una enorme popularidad, siendo objeto de las primeras experiencias por parte de los
maquetistas noveles.
Aunque...
...antes de que nadie diga nada, sí, las maquetas de aviones también tienen mucha
popularidad y hablaremos de ellas también, pero personalmente soy más «fan» de los
vehículos militares.
Generalmente, se empieza con las escalas más pequeñas: 1/72 o 1/76, para después fijarse
casi definitivamente en 1/35, con alguna incursión en otras escalas como la 1/48 o la 1/25.
Las opciones existentes dan lugar a diversos niveles de acabado. Se pueden realizar
magníficas maquetas con sólo montar y pintar bien tal y como vienen en la caja. Con la
experiencia acometeremos tareas más difíciles empleando los fotograbados de latón y las
resinas.
Tratamientos específicos
Es esencial al iniciar la construcción de una maqueta de un vehículo militar tener muy claro
el fin de la misma, pues de ello dependerá el tratamiento a realizar.
Normalmente suelen darse dos supuestos: El primero sitúa el vehículo como un elemento
aislado para ser exhibido en colección.
A estas maquetas se les suelen dar «envejecimientos» y algo de polvo, pero sin pasarse,
pues lo importante es el vehículo en sí y sus formas características.
Pintura y deterioro
Un efecto muy extendido es hacer grandes manchas o churretes de óxido en los carros y en
algunos vehículos; esto es contraproducente. Sólo se producen manchas de aceite,
combustible o grasa.
Para que una parte oxidada de los vehículos chorree tiene que haber permanecido durante
mucho tiempo al aire libre, como les ocurre a los situados en frentes de guerra estáticos en
épocas de lluvia; a los depositados en almacenes de chatarra; o a los vehículos destruidos y
abandonados en medio del campo, que incluso pueden haber sido presa del fuego. Estos sí
son presa fácil del óxido que de forma abundante invade el metal desprotegido.
Queremos empezar una nueva maqueta, y ya no es la primera, pero ¿qué escala vamos a
escoger? Dependerá del tema del modelo a reproducir; también dependerá de qué
características uno encuentra más interesantes.
Algunos aficionados prefieren trabajar con una única escala de forma permanente, incluso
sin tener en cuenta la temática. Esto permite las comparaciones de tamaño y deja combinar
varios modelos en un diorama. También reduce el tiempo que uno puede perder buscando
una maqueta al visitar cualquier tienda o catálogo, pero solo uno mismo puede decidir si
eso es una ventaja o no.
Asimismo, aunque muchos suelen construir un diorama pequeño con una maqueta o dos,
pocos son los que construyen escenas grandes con gran cantidad de maquetas.
Algunos aficionados, sin embargo, prefieren trabajar con una escala u otra, según sus
preferencias en ese momento, y esa es también una decisión correcta. A diferencia de los
aficionados a los ferrocarriles o al radio-control, todas las maquetas no necesitan ser de la
misma escala. A muchos suele gustarles el cambio ocasional de escala, lo cual da más
variedad y aumenta las opciones, pues hay más modelos donde elegir y se puede
aprovechar lo mejor de cada escala.
Escalas "equivalentes"
Aquí ofreceremos algunas opiniones, sin tener en consideración el tema del precio, porque
aparte de ser muy subjetivo, las maquetas de escalas mayores muchas veces cuestan menos
si tenemos en cuenta las horas de trabajo, comparadas con sus equivalentes en escalas
pequeñas, simplemente porque las maquetas de escalas más grandes tienden a ser más
complicadas y ofrecen más oportunidades de superdetallarlas. Por ello el precio final no es
probablemente un factor tan importante como pueda parecer. Lo realmente importante es
durante cuánto tiempo disfrutaremos al construir, modificar y pintar cada una de nuestras
maquetas.
Claro que sí. Que sea más grande no es siempre que sea mejor, y que sea pequeño puede ser
incluso más que atractivo, puede ser lo más práctico.
Veamos una comparativa sencilla. En la foto se pueden ver distintas maquetas de un mismo
avión (un N.A. P-51 Mustang), creadas por un mismo autor, que muestran con mucha
claridad las grandes diferencias que se producen al utilizar distintas escalas. Desde delante
hacia atrás, las escalas de la maqueta son: 1:144, 1:72, 1:48, 1:32, y 1:24.
ESCALA 1:24
Pros: Maquetas grandes, realmente grandes. Con espacio de sobra para los detalles. Las
piezas son más fáciles de manipular que en las escalas más pequeñas. Quedan
impresionantes cuando se han terminado. Se pueden combinar con maquetas de automóvil
o ferroviarias en un diorama (si es que tenemos el espacio suficiente para uno de ese
tamaño)
En resumen: Grande, si tenemos espacio y el modelo que uno desea está disponible en el
mercado.
Pros: El tamaño es espectacular. Las piezas son más fáciles de manipular que en la escala
1:48. Tienen posibilidades de combinarse en dioramas con maquetas a escala 1:35, si uno
es un poco flexible en la exactitud de la escala y se escoge con cuidado el modelo. Las
maquetas a escala 1:35 encajan perfectamente, por supuesto.
Contras: Las maquetas terminadas son un poco grandes para el tamaño estándar de
muchos modelos de estanterías y muebles. Hay relativamente pocos accesorios para
superdetallar o decorar. La cantidad de maquetas es algo limitado.
En resumen: Lo mismo que para la escala anterior, grande si tenemos espacio y el modelo
que uno desea está disponible en el mercado.
ESCALA 1:48
Pros: A menudo algo más fácil para manipular que a escala 1:72, y hay más detalles a esta
escala. Se dispone de mucha variedad de figuras y de accesorios para dioramas. Es la escala
preferida de los aficionados, sobre todo con experiencia. Existen maquetas de la mayor
parte de modelos de Mono motores, y de muchos multimotores. El mercado de accesorios
de superdetallado y de calcomanías es grande y sigue creciendo. Da facilidades para
realizar dioramas.
En resumen: Si no uno no tiene decidida una escala para la próxima maqueta de avión, la
escala 1:48 es probablemente una elección segura, a no ser que el modelo elegido sea muy
grande. Además, como los kits suelen ser de fabricación más reciente que sus iguales a
escala 1:72, el detallado y ensamblado a menudo son más correctos y fáciles.
ESCALA 1:72
Pros: Es donde hay más variedad de modelos disponibles, y por un amplio margen.
Relativamente fácil de almacenar y exhibir. Especialmente con kits más nuevos, menos
necesidad de añadir detalles comparados con sus equivalentes a escalas más grandes. Un
mercado muy grande de accesorios de superdetallados y de calcomanías. Puede combinarse
con figuras y vehículos a escala 1:72 en dioramas. Hay una amplia cantidad de kits para
principiantes.
Contras: Algunas piezas muy pequeñas suelen estar reproducidas demasiado gruesas y
fuera de escala. El trabajo de superdetallado puede ser una tarea muy delicada. Muchas
maquetas viejas (y algunas de nuevas) presentan problemas de ajuste de las piezas.
Pros: Hay mucha variedad en aviones de líneas comerciales y otros modelos de aeronaves
muy grandes. Fáciles de almacenar y exhibir. Buena cantidad de calcomanías para aviones
de líneas comerciales disponibles en el mercado.
Contras: El detallado y el trabajo de pintura tienen sus problemas. Las maquetas tienen
pocos detalles. Opciones limitadas a la hora de construir dioramas. Nivel relativamente bajo
de superdetallado, a menos que uno tenga habilidades casi de cirujano.
En resumen: Las escalas pequeñas son geniales para entusiastas de los aviones de línea y
entusiastas de aeronaves realmente grandes, pero exigen ser mucho más hábiles en el
montaje y la pintura.
Pros: Las maquetas a esta escala son muy grandes, enormes, impresionantes. Grandes
posibilidades para hacer superdetallado. Dan la opción de realizar dioramas con maquetas
de automóviles o aviones, pero habrá que contar con mucho espacio. Algunos modelos
pueden tener piezas móviles, ser motorizados e incluso ser utilizados como modelos de
radio-control (RC).
Contras: Será necesario construir uno mismo las piezas para el superdetallado en la
mayoría de ocasiones. Muy pocas opciones en el mercado a la hora de elegir una maqueta.
En resumen: Como pasa con la escala más grande de los aviones (ver artículo anterior),
uno debe asegurarse de tener el suficiente espacio para manipularlo y exponerlo. Puede ser
necesario fabricarse algunas partes de la maqueta.
ESCALA 1:35
Pros: La escala con mayor variedad de maquetas y accesorios disponibles. Cuenta con un
enorme mercado de piezas para superdetallado, transformación, accesorios, calcomanías,
etc. De tamaño grande, pero suficiente como para superdetallar, pero lo bastante pequeña
como para exhibir en un estante.
Contras: Mayoritariamente es una escala en la que solo hay carros de combate y vehículos
militares, así es que mientras en el mercado hay muchas opciones para realizar dioramas,
hay poca relación con otros tipos de maquetas, excepto por una compatibilidad limitada con
la aviación a escala 1:32 y 1:35.
En resumen: Es elección más sencilla para construir la mayoría de maquetas sobre temas
militares, y un excelente compromiso entre lo suficientemente grande como para verlo y lo
bastante pequeño como para exhibirlo. Hay que tener cuidado con las maquetas más
antiguas, algunas permiten un acabado fantástico, pero muchas son imposibles de conseguir
un buen montaje.
ESCALA 1:48
Pros: Ofrece excelentes posibilidades para realizar dioramas, especialmente por la gran
variedad de piezas creadas para aficionados a los ferrocarriles a escala 1:48 (escala O).
Tiene un potencial aceptable para el superdetallado.
Pros: Buena variedad de modelos. Es una escala muy popular, sobre todo en Europa. Tiene
un potencial excelente para hacer grandes dioramas, especialmente en la escala 1:87, donde
se pueden encontrar construcciones y vehículos a escala HO utilizados en el modelismo
ferroviario, que pueden ser modificados o adaptados fácilmente.
Contras: El superdetallado en esta escala es difícil y requiere de mucha habilidad. Hay un
mercado menor de piezas para el superdetallado y accesorios que en la escala 1:35.
También es una escala con pocos aficionados fuera de Europa.
En resumen: Buena escala para aficionados con el espacio limitado. Y, porque no decirlo,
pueden hacerse dioramas en más cantidad y de mayor tamaño con estas escalas.
Pros: Las maquetas a esta escala son espectaculares. Tienen mucho potencial para crear
réplicas superdetalladas.
Contras: Muy pocas opciones en el mercado a la hora de elegir una maqueta. A la hora de
pintar se requieren habilidades más exigentes. También exige un alto nivel de
superdetallado para conseguir un buen acabado, pero en muchas ocasiones será necesario
construirse uno mismo las piezas.
En resumen: Como suele pasar con las escalas más grandes, si se tienen las habilidades
suficientes para un buen superdetallado y acabado de pintura, se pueden obtener resultados
asombrosos en estas escalas.
Pros: Es en estas dos escalas donde hay la mayor variedad de maquetas. Por su tamaño
permiten realizar un buen superdetallado, y son lo bastante pequeñas como para exhibir una
pequeña colección. Pueden combinarse en dioramas con aviones a escala 1:24. Es la mejor
elección para los aficionados noveles.
Contras: La confusión que provocan dos escalas tan cercanas, pero que representan una
diferencia de tamaño de un 4% (cuatro por ciento), lo que quiere decir que hay que ser muy
cuidadoso a la hora de intercambiar o combinar piezas entre ambas escalas.
En resumen: Son las escalas de referencia para los aficionados a las maquetas de
automóviles y otros vehículos civiles.
ESCALA 1:43
Pros: Hay una buena selección de distintos modelos, temas y épocas, así como también
equipos para realizar transformaciones, superdetallado, etc. Es el mejor tamaño a la hora de
tener una colección extensa en exhibición.
Contras: Para los noveles, que sean mayoría las maquetas de resina en lugar de plástico
inyectado puede ser un pequeño problema a la hora de montarlas y superdetallarlas. La
oferta de modelos es menor en relación a las escalas 1:24 y 1:25.
En resumen: Es una buena elección si se dispone de poco espacio, pero se necesita mayor
habilidad y trabajo que en las escalas 1:24 y 1:25.
¿Y la escala 1:48?...
En esta lista podría incluirse esta escala para los vehículos militares derivados de vehículos
civiles, fácilmente transformables, en una escala que empieza a tener su éxito, pero con los
mismos pros y contras que ya se han comentado.
Pros: Permiten realizar dioramas espectaculares, combinados con otras maquetas Hay una
buena selección de distintos modelos, sobre todo camiones, maquinaria pesada y similares.
Contras: Muy poca oferta. Las piezas pueden ser diminutas. Muy difícil lograr una buena
fidelidad de escala, sobre todo por problemas con el grosor del material en que se moldean
las piezas.
Pros: Las maquetas a esta escala son espectaculares. Tienen mucho potencial para crear
réplicas superdetalladas.
Contras: Muy pocas opciones en el mercado a la hora de elegir una maqueta. A la hora de
pintar se requieren habilidades más exigentes. También exige un alto nivel de
superdetallado para conseguir un buen acabado, pero en muchas ocasiones será necesario
construirse uno mismo las piezas.
En resumen: Como suele pasar con las escalas más grandes, si se tienen las habilidades
suficientes para un buen superdetallado y acabado de pintura, se pueden obtener resultados
asombrosos en estas escalas.
ESCALA 1:12
Pros: Es en esta escala donde hay la mayor variedad de maquetas. Por su tamaño permiten
realizar un buen superdetallado, y son lo bastante pequeñas como para exhibir una pequeña
colección. Es la mejor elección para los aficionados noveles.
ESCALA 1:18
Pros: Hay una buena selección de distintos modelos. Es el mejor tamaño a la hora de tener
una colección extensa en exhibición.
En resumen: Es una buena elección si se dispone de poco espacio. Es la única escala que
puede combinarse con automóviles.
¿Y otras escalas?...
Sí, hay más escalas, pero en esta serie de artículos solo se han escogido las más comunes.
Como ya se ha comentado en el artículo anterior (Automóviles) podrían incluirse algunos
vehículos militares (motocicletas y similares) fácilmente transformables como vehículos
civiles.
Pros: Dejando un lado lo espectacular de su tamaño, y que nos puede ocupar todo el
tiempo disponible, es la oportunidad de construir una verdadera réplica del modelo original.
Contras: Muy pocas opciones disponibles en el mercado. Se necesita mucho espacio desde
el mismo momento de iniciar el proyecto, y el exigente superdetallado puede llegar a ser
complejo.
En resumen: Como suele pasar con las escalas más grandes, si se tienen las habilidades
suficientes para un buen montaje, superdetallado y acabado de pintura, se pueden obtener
resultados asombrosos en estas escalas. Así que si se dispone del espacio, del tiempo y del
talento suficiente, uno se debería poder a prueba al menos en una ocasión. Los grandes
barcos bien construidos son dignos de exposiciones y de museos, y es ahí donde muchos
deberían terminar.
ESCALA 1:350
En resumen: Siguen siendo impresionantes una vez terminadas, y son más manejables que
las escalas mayores.
Pros: En estas dos escalas hay una buena variedad de maquetas. Su tamaño es el mejor
para ser exhibidas o realizar dioramas.
Contras: Son suficientemente grandes como para querer hacer el superdetallado, pero el
trabajo de superdetallado puede resultar difícil por la cantidad de pequeñas piezas.
En resumen: Si uno no está del todo convencido de querer construir un barco, vale la pena
fijarse en la oferta en estas escalas. Si uno quiere hacerse con una colección de barcos, debe
escoger la escala 1:700.
Pros: El tamaño excelente para dioramas, colecciones, incluso para "wargames" (juegos de
guerra).
Contras: Algunas maquetas suelen tener acabados muy pobres o fuera de escala, dado el
tamaño de las piezas y la dificultad para hacer el superdetallado.
En resumen: Encontraremos maquetas de barcos y similares a escalas poco usuales,
simplemente por el tamaño final de la maqueta una vez terminada, así que es mejor no
dejarse llevar por la escala sinó por el gusto de realizarla.
¿Y otras escalas?...
En esta lista podrían incluirse las escalas 1:35, 1:48 y 1:72, sobre todo por ser las escalas
preferentes en vehículos militares y carros de combate. En estas escalas podemos encontrar
algunos barcos de pequeño tamaño (lanchas torpederas, lanchas de salvamento marítimo,
lanchas de desembarco, etc.), y no tan pequeños (submarinos de distintos tipos y tamaños),
con los que confeccionar espectaculares dioramas.
De plástico...
Recordar que estamos hablando de maquetas de plástico. Si entramos en el tema de barcos
de madera, la variedad de escalas y tamaños aumentaría considerablemente.
A modo de ejemplo mostramos esta foto de una maqueta del portaaviones USS Enterprise,
a escala 1:72 (lo que representa una maqueta de algo más de 3,5 m de longitud), construida
utilizando piezas y accesorios de otras maquetas. Fue realizada por 28 aficionados
norteamericanos, y se necesitaron unas 7.000 horas de trabajo. Su destino final: ser
exhibida en un museo en Estados Unidos.
Pros: Ofrecen la posibilidad de conseguir magníficas figuras con un acabado muy realista y
detallado.
Contras: Pese a las pocas opciones disponibles, los dioramas son demasiado grandes. Pero
dentro del maquetismo ferroviario hay piezas a ciertas escalas que pueden ser utilizadas. La
oferta del mercado es limitada.
En resumen: Estas figuras pueden ser absolutamente fantásticas. Son lo bastante grandes
como para mostrar unos increíbles detalles y un acabado de pintura de experto. Su tamaño
ayuda a la hora de pintar, pero hay que tener mucha práctica a la hora de hacer
modificaciones o autoconstruir algunas partes.
Bustos...
Dejamos a un lado los bustos de figuras.
ESCALA 1:32 (54 mm) Y 1:35 (51 mm)
Pros: Hay una gran oferta de figuras, en especial en temas militares. Muchas opciones para
realizar magníficos dioramas.
Contras: A la hora de pintas los ojos o detallar la piel no es suficientemente grande. Hay
que tener práctica a la hora de pintar, en especial telas estampadas, camuflajes y detalles.
En resumen: Es el tamaño ideal para realizar dioramas, pero es pequeña para mostrar
figuras solitarias.
Pros: Hay mucha oferta de figuras, en especial en temas militares. Muchas posibilidades a
la hora de realizar dioramas grandes.
Contras: Pintar caras que resulten realistas es difícil. Muchos de los detalles son
demasiado grandes para esas escalas.
En resumen: Las escalas para los dioramas más grandes, para desplegar grandes ejércitos
de cualquier época, y con muchos accesorios disponibles.
Ya hemos visto que al hablar de figuras se utiliza normalmente una medición en milímetros
(mm). Esta escala se basa en la altura de una figura humana erguida, de 170 cm de altura,
medidos desde los ojos hasta el suelo.
20 mm (1:76, 1:72)
54 mm (1:35)
70 mm
80 mm
90 mm
110 mm
120 mm (1:16)
150 mm (1:12)
200 mm (1:9)
Veamos un resumen de lo que nos ofrece el mercado, teniendo siempre en cuenta que solo
se trata de una orientación, pues las ofertas de los fabricantes cambian y se amplían con el
paso del tiempo.
Escala (en paréntesis, el
Tipos de maquetas Principales fabricantes
tamaño de una figura en mm)
En este artículo su autor da ideas para preparar una zona de trabajo transportable para
realizar nuestras maquetas en cualquier lugar.
Para la mayoría esto es nada más que un deseo, sobre todo en el caso de vivir en un piso
muy pequeño o que nunca hayan tenido un espacio adecuado donde poder construir y pintar
una maqueta.
Muchos aficionados disponen del tiempo para hacer alguna maqueta, pero mucho menos
del que les hubiera gustado por la falta de un espacio adecuado para ello.
El único lugar disponible suele ser la mesa del comedor, espacio que suele ocupar la familia
y que solo queda libre después de la hora de comer o de cenar. Para hacer allí alguna
maqueta se debe primero dejar el espacio libre, después poner algo que proteja la mesa, y
realizar media docena de viajes a la habitación donde está el mueble en que se guardan la
maqueta en que estemos trabajando, las herramientas, etc.
Si se necesita hacer cualquier trabajo de pintura, después habrá que sacar las pinturas,
pinceles, diluyentes, llenar botes con agua, buscar trapos o papel de cocina para limpiar,
etc.
Algunas veces nos dará la impresión de que perdemos más tiempo en preparativos, o
recogiendo y guardando todo, que trabajando en la maqueta. El proceso entero suele tener
tantos inconvenientes que muchas veces uno ni se tomará la molestia de hacerlo.
Comprar una casa más grande no es una solución práctica. Apropiarse de una habitación o
una parte de ella para uso permanente puede ser causa de conflictos familiares, y tampoco
suele dar resultado.
Así pues, solo queda una solución: construirse una zona de trabajo transportable para
realizar nuestras maquetas. La idea es tener algo que permita empezar y dejar de trabajar en
pocos minutos y en cualquier parte de la casa. Para reducir el coste se puede utilizar
maderas y otros materiales sobrantes que tengamos en casa o que se pueden conseguir a
bajo precio.
Un diseño básico
El resultado de la idea de realizar una zona de trabajo transportable puede verse en la foto.
Básicamente es una plancha de madera aglomerada delgada que tiene una tira de madera
alrededor de tres bordes para retener cualquier pieza que pueda caerse, y una tira gruesa de
madera que cubre la parte trasera donde, gracias a los agujeros realizados con un taladro, se
sujetan las herramientas y una lupa con luz.
Es un diseño muy simple, y hay cosas que se podrían hacer mejor o solamente de manera
distinta. Su autor nos explica como la se hizo en el próximo artículo.
O sea, que cada uno tiene que adaptar estas medidas a sus posibilidades. Solo recordar que
la zona de trabajo tiene que poder ser desplazada de un lugar a otro de la casa. El grosor de
la madera también puede ser más fino si se utiliza madera contrachapada y así ahorrar algo
de peso.
Un error que tiene este diseño, y que solo se detectó una vez terminado, es que la tira
delantera estorba a la hora de trabajar con herramientas de corte, por lo que es
recomendable que este borde no tenga más de 10 mm de altura.
Éste listón es clave para la zona de trabajo. En él se han taladrado casi 50 agujeros de
diámetros y profundidades distintos, que servirán para sujetar las herramientas que
normalmente se utilizan.
Inicialmente había muchos menos, pero con el tiempo se han añadido de manera que ahora
están casi todas las herramientas en la zona de trabajo y ya no hay que ir a buscarlas a la
caja de herramientas.
Solo hay un inconveniente, con tantas herramientas cuesta mucho más levantar la tabla. Así
que cada uno deberá encontrar el compromiso correcto entre tener las herramientas que
puede necesitar y mantener el peso de la zona de trabajo dentro de lo razonable.
El hueco más importante está en el centro, que se ha hecho del tamaño adecuado para
sujetar una lupa con luz.
Añadir mejoras
En cuanto a la lupa con luz, el cordón eléctrico era demasiado corto y para enchufarlo a una
toma de corriente se necesitaba utilizar un cable alargador. La solución fue sustituir el cable
original por otro mucho más largo. Esta tarea puede hacerla uno mismo si tiene
conocimientos básicos de electricidad, o puede pedir ayuda a un electricista. Hay que
utilizar un cable de igual o mayor calidad que el cable original.
También se han colocado dos clavos grandes, uno en cada extremo del listón, para enrollar
el nuevo cable eléctrico y quede así bien recogido.
Se ha forrado la parte inferior de la tabla con una plancha autoadhesiva de fieltro, con lo
que se puede poner la zona de trabajo sobre cualquier mesa o superficie plana. Así ya no es
necesario usar un mantel o similar como protección.
Y para terminar, se han añadido dos pequeñas asas para ayudarse a la hora de cargar con la
zona de trabajo, aunque al final no han resultado ser útiles.
La mayoría de las veces cuando quiero trabajar con alguna maqueta, simplemente saco la
zona de trabajo del estante de la parte superior del armario donde está guardada, y la pongo
sobre una mesa. Normalmente es la mesa del comedor, pero si está ocupada, puede
colocarse en algún otro rincón de la casa.
En esta otra foto se puede ver el aspecto general de la zona de trabajo, con todo el material
listo para el traslado hasta el lugar de trabajo.
Antes de empezar solo será necesario colocar la lupa con luz en su lugar, enchufarla y ya
estará todo preparado para trabajar.
La experiencia enseña qué herramientas se usan más a menudo y les buscaremos un lugar
en la zona de trabajo. El resto de herramientas, menos utilizadas, se guardarán en una
pequeña caja de herramientas para tenerlas a mano cuando se necesiten. Las pinturas y el
resto de material relacionado también se guardan en otra caja. Y ambas están almacenadas
en el mismo armario y así se puede disponer de todo ello en cuestión de minutos.
Hacer esta zona de trabajo transportable ocupó alrededor de un día de trabajo y el esfuerzo
mereció la pena. Así, aun teniendo solo una hora libre, puedo sacarla del armario y hacer
algún pequeño avance sobre mi última maqueta.
Si algún aficionado anda escaso de espacio y no puede tener una zona de trabajo
permanente, recomiendo que se haga una zona de trabajo transportable. Pero no es
necesario seguir todos pasos que se han explicado al pie de la letra, puesto que la zona de
trabajo que se expone está hecha según mis necesidades y con los materiales que tenía
disponibles en ese momento.
Si uno va a construirse una zona de trabajo transportable, primero debería dedicar un poco
de tiempo a planificarla, tomando nota de qué herramientas utiliza regularmente y cuáles
son las necesidades que deberá cubrir la estación de trabajo.
Pensar también en que al ser transportable será necesario mantener el peso total al mínimo
posible, pero si se necesitan hacer varios viajes de un lado a otro para instalar la zona de
trabajo, entonces su mayor ventaja estará perdida.
Habrá que pensar donde nos pondremos a trabajar con las maquetas y tener en cuenta los
requisitos de luz natural o artificial y la cercanía de una toma de corriente eléctrica.
Así pues, antes de empezar a construir la zona de trabajo será necesario dar respuesta a
estas preguntas:
Una vez tengamos las respuestas a todas las preguntas, estaremos en el buen camino para
conseguir nuestra zona de trabajo transportable.
Tapas de botes
Las tapas de los botes son excelentes para guardar pequeñas piezas mientras se trabaja y
evitar perderlas por la zona de trabajo.
También son útiles para mezclar pinturas y preparar lavados. Además, son geniales como
peanas para sujetar las partes de la maqueta que se van a pintar. Para ello se rellena la tapa
con un bloque de plastilina o una pasta similar, que sujetará la pieza.
Envases variados
Los envases de plástico utilizados en alimentación son útiles, después de limpiarlos, para
guardar conjuntos de piezas de la maqueta o herramientas.
Por ejemplo, en las fotos podemos ver un recipiente de plástico que venía en una caja de
galletas saladas, o una cajita de madera que traía unos bombones.
Recipiente de plastilina
Se coge una cantidad de plastilina o una masa similar y se hace una bola. Después se corta
un pequeño cuadrado de papel metálico, del utilizado en cocina. Cuanto más grueso sea el
papel metálico, mejor. Y si no es lo bastante resistente, simplemente con doblarlo una o dos
veces será suficiente.
Con el rabo de un pincel o cualquier objeto similar, o incluso con un dedo, presionamos la
hoja de papel metálico sobre la plastilina hasta formar un pequeño agujero (sin que se
rompa el papel). Puede hacerse tan ancho y profundo como uno quiera. Al final disponemos
de un recipiente ideal para depositar unas pocas gotas de pintura o de pegamento, y cuando
ya no se necesite, simplemente se retira el papel metálico y se substituye por otra hoja.
Sujeta-alfileres
Es muy corriente el uso de alfileres, palillos y finas varillas de metal (latón, cobre, etc.)
para una gran cantidad de usos, incluyendo el aplicar pequeñas cantidades de pegamento.
La mejor forma de sujetarlos y tenerlos a mano es sobre un trozo de corcho blanco.
Técnicas básicas
INTRODUCCIÓN
HERRAMIENTAS Y COMPLEMENTOS
Una pieza puede ser retorcida y arrancada de su soporte con la mano, una rebaba alisada
incluso con la uña, todas las piezas pueden ser pegadas con cualquier pegamento, y pasarse
uno un buen rato. El objetivo de las herramientas consiste en hacer que todas estas
operaciones sean más refinadas, a fin de obtener la máxima limpieza en el detalle y que la
semejanza con el original sea lo más perfecta posible.
Todo maquetista necesita una serie de herramientas. Dependerá del material con el que
vayamos a trabajar, y según la labor que vayamos a realizar, se deberán utilizar de forma
preferente unas herramientas más que otras. Muy genéricamente se exponen aquí las más
características y de uso común en los trabajos con todo tipo de materiales.
Las herramientas de uso general son: alicates de punta fina, destornillador, tijeras, alicates
de corte, cuchillas de hoja retráctil y de mango, limas y lija. El complemento más habitual
es el pegamento.
Para los montajes en material plástico, las herramientas más usuales son: tijeras, cortaúñas,
alicates, cuchillas de hojas intercambiables, soldador de corte, pequeñas sierras manuales,
limas y lijas, brocas, pegamentos y adhesivos de distintos tipos (plástico, epoxídico,
cianocrilato, cola blanca), masillas, pinzas, lupa, mordazas, minitaladro, fresas, sierras
circulares, láminas de plástico, etc.
En los montajes con madera lo habitual es disponer de las siguientes herramientas: sierras
de mangos, caja de hacer ingletes, seguetas o sierras de arco, cepillos para madera, lijas,
limas y escofinas, taladradoras y brocas, soldadores, alicates, pinzas, destornilladores,
mordazas, cuchillas, gubias, tornos, materiales adhesivos tipo cola blanca de carpintero y
cola de contacto para la madera, masillas, etc.
EL LUGAR DE TRABAJO
Las herramientas, pinceles y demás utillaje necesario para realizar las maquetas deberán
encontrarse al alcance de la mano.
Guardaremos las piezas pequeñas en las cajas de cartón de las propias maquetas
adecuadamente etiquetadas y ordenadas en estantes o cajones. Los frascos de cristal o
plástico son muy útiles para guardar elementos de construcción de dioramas (arena, etc.).
HERRAMIENTAS BÁSICAS
PARA MARCAR
Un lápiz HB afilado sirve para marcar. Para madera de balsa lo mejor es un rotulador al
agua de punta fina. Los rotuladores resistentes al agua escriben sobre acetato transparente.
Los bolígrafos pueden borrarse fácilmente con el dedo.
Para trazar curvas sirve cualquier tipo de compás, con tal de que la articulación sea firme y
la punta afilada para evitar deslizamientos o movimientos inoportunos.
Regla y escuadra para marcar, verificar y usar de guía para cortar. Si es metálica y flexible,
mejor.
PARA CORTAR
Las tijeras son sin duda una herramienta universal que también tiene
usos en maquetismo; pueden resolver nuestros problemas cuando no se tiene otra cosa a
mano. Son indispensables para cortar papel, cartón y plástico fino.
Una buena cuchilla de hojas intercambiables está entre las herramientas más útiles que
puede tener el maquetista por su comodidad y precisión. Dispone de gran cantidad de hojas
de tipos diferentes para cada uso. Muchos usan dos mangos, uno fino para trabajos
delicados y otro grueso para trabajos que exijan fuerza. Hay en el mercado juegos muy
completos con varios mangos y hojas.
Una sierra miniatura acoplable a un mango grueso de cuchilla permite dar cortes precisos
en madera y plástico.
Un punzón portabrocas y sus diminutas brocas pueden usarse sobre plástico, metal o
madera. Es útil para abrir perforaciones de 1mm o menos, indispensable para el trabajo en
maquetas grandes.
PARA LIJAR
También es necesario contar con varias lijas al agua y de grano intermedio o fino.
PARA SUJETAR
Unos alicates universales de punta plana y de punta redonda son útiles para manipular
piezas pequeñas, cortar y dar forma a alambre o varillas metálicas.
Las pinzas de puntas en ángulo permiten coger piezas menudas, aunque las planas son más
económicas y mejores para sujetar.
Las pinzas de tender son magníficas para sujetar piezas más grandes. También ayudan a
sujetar piezas temporalmente las cintas adhesivas o las tiras de goma.
Las pinzas de cocodrilo montadas en una base permiten sujetar piezas pequeñas en
cualquier ángulo. Con un par pueden sujetarse dos piezas para pegar. Suelen acompañarse
de una lupa.
OTRAS HERRAMIENTAS
Una lupa. Hay muchos tipos, desde la de bolsillo hasta la montada en un soporte móvil.
Hay también monturas para sujetarla a la cabeza que permiten retirarla de la cara cuando no
se usa.
Las instrucciones, esquema o planos de montaje de las maquetas consisten en una serie de
despieces que hay que estudiárselos con detenimiento. En general son muy precisos y raro
es el esquema de montaje que puede tener pequeñas diferencias con el resultado final.
También puede ser necesario revisar bien las instrucciones de montaje para decidir qué
versión nos interesa montar y eliminar las piezas opcionales que no vamos a utilizar,
evitando así errores y obteniendo, de paso, un surtido de piezas que guardaremos para un
futuro uso.
LA ESCALA
Se llama escala a la relación entre el tamaño del objeto real y su reproducción, que se
expresa de diversas formas. Así, 1/72 (ó 1:72) significa que 1 mm en la maqueta
corresponde a 72 mm en el original. La escala de las figuras puede indicarse de la misma
manera, aunque suele ser habitual utilizar su medida en milímetros, sobre todo las de
plomo. La de los ferrocarriles se expresa mediante un código de letras.
Algunos aficionados coleccionan maquetas de una sola escala, que conservan así la misma
relación de tamaño que los originales y dan una mayor vistosidad. Otros construyen un
mismo modelo a diferentes tamaños, de los que los mayores están mucho más detallados.
Las escalas reducidas son muy populares, porque salen baratas y permiten reunir una
colección considerable en muy poco sitio.
Las maquetas a la venta se atienen a una serie de escalas normalizadas, de forma que las
piezas de diferentes marcas conservan la compatibilidad. También pueden reunirse figuras
y vehículos de escalas próximas; por ejemplo, los vehículos a escala 1/35 y las figuras de
54 mm irán perfectamente en un mismo diorama.
En los primeros tiempos del maquetismo se podían encontrar (y todavía hoy) modelos de
escalas poco comunes o, simplemente, fuera de escala.
Dada la gran variedad de escalas, y que por lo general hay escalas que son características e
incluso exclusivas de unos temas concretos, las resumiremos en la tabla siguiente:
AVIONES y medios aéreos 1/144, 1/72, 1/48, 1/32 1/350, 1/100, 1/50, 1/24
CARROS DE COMBATE y
1/76, 1/72, 1/35 1/87, 1/48, 1/32, 1/30, 1/25, 1/16, 1/9
vehículos militares
FIGURAS (en plástico) 1/87, 1/48, 1/35, 1/72, 1/76, 1/32, 1/18, 1/16, 1/9, 1/6
Calculo de la escala
Para pasar de las medidas originales a una escala 1/35, por ejemplo, procederemos de la
forma siguiente: convertir los metros de la pieza original en milímetros. Dividir esos
valores entre la escala, en este caso 35, y obtendremos las dimensiones que deberá tener
nuestra maqueta.
Esta situación suele ser más corriente. Disponemos de un plano a 1/72 y queremos
comprobar o construir el modelo a escala 1/35. En estos casos procederemos de la forma
siguiente: dividir las escalas entre sí, dándonos como resultado un coeficiente.
Multiplicamos este coeficiente por todas las medidas a 1/72, y así obtenemos las mismas a
escala 1/35.
Para pasar de una escala mayor a una menor (de 1/35 a 1/72, por ejemplo), el
procedimiento es el mismo, excepto que en vez de multiplicar hay que dividir el
coeficiente.
Sobre el tema de la escala ideal hay opiniones para todos los gustos, aunque muchas veces
están condicionadas a la capacidad económica y al espacio disponible.
A nivel orientativo, las escalas que suelen utilizarse y de las que los fabricantes ofrecen más
variedad de productos son las que se detallan en las tablas siguientes:
ESCALAS
Más económicas. Mucha variedad. Calidad variable según marcas
PEQUEÑAS
ESCALAS
Precio y calidad altos. Variedad más que suficiente
MEDIANAS
MODELOS ESCALA
Aviones 1/48
En el mundo del maquetismo hay modelos de todos los precios. Esto normalmente depende
de dos circunstancias: la escala y el fabricante del producto.
Cada escala tiene alguna particularidad. Las maquetas más pequeñas no pueden tener el
nivel de detalle de las escalas grandes, convirtiéndose en meras formas moldeadas o
impresas en la pieza. Pero bien realizadas son de una gran efectividad. Las escalas mayores
son mucho más espectaculares y agradecidas, pero también son mucho más exigentes por lo
que respecta a tiempo, paciencia y experiencia para terminarlas.
Por ello, un consejo para los principiantes podría ser el de empezar siempre por modelos
pequeños y a escala pequeña.
A modo de ejemplo, en un estante de 80 por 30 cm, que son unas dimensiones corrientes
para una librería, se podrían guardar:
MAQUETAS CANTIDAD
Otro factor que puede determinar la elección de una escala es la existencia de accesorios o
complementos para decorar o ambientar las maquetas, y que pueden ir desde calcas y
transferibles hasta figuras y construcciones. Muchos acompañan los vehículos con una
figura, pues eso es lo que realmente da a las maquetas la dimensión real de la escala.
FIGURAS DE PLOMO
Para comprobar la escala de estas figuras se mide la distancia que hay entre el suelo y los
ojos de la figura. Con diferencia, es 54 mm la escala más difundida, cubriendo
prácticamente todos los ejércitos y épocas históricas del mundo, por lo que la
especialización en un tema es posible. En escalas de 75 mm en adelante, la calidad de las
piezas es muy alta, siendo muy importante un perfecto acabado.
LAS LIJAS
PAPEL DE LIJA
Lija de agua
Está recubierta de un abrasivo sintético sobre una base impermeable. Puede usarse mojada
o seca para dar acabados lisos sobre madera o plástico. El agua actúa como lubricante y
mejora el acabado. Hay que retirar de la superficie el barrillo que se produzca durante el
trabajo y mojar la lija en agua periódicamente para lavarla y desembotarla.
Las gradaciones más finas son excelentes para plástico, sobre todo porque tardan bastante
más en embotarse.
Si se lija pasando progresivamente grados cada vez más finos es posible lograr un acabado
extraordinariamente suave y uniforme.
Para lijar piezas pequeñas, extenderemos un trozo de lija de agua, mojada, sobre una
superficie plana. Apoyaremos encima de la pieza un dedo mojado en agua y moveremos la
pieza sobre la lija.
Para lijar superficies lisas y evitar los huecos dejados por la presión de los dedos,
sujetaremos el trozo de lija a un taco de madera o similar. Lo mantendremos plano al llegar
a los bordes para no redondear la pieza.
LOS PEGAMENTOS
Hay gran diversidad de pegamentos disponibles en la actualidad. Los de tipo general dan
uniones muy fuertes entre materiales distintos, mientras que los especializados unen
materiales específicos con resistencia de soldadura.
Es corriente que el aficionado novel monte sus primeras maquetas con cualquier pegamento
que tenga a mano, que generalmente no es el adecuado, y en vez de unir solo sujetan las
piezas que con cualquier roce se van desprendiendo.
PEGAMENTO UNIVERSAL
Nunca debe usarse con poliestireno expandido (corcho blanco), ya que lo disuelve.
PEGAMENTO ABS
COLA BLANCA
Aunque puede pegar plástico, las uniones no son duraderas. Es habitual su uso para pegar
piezas transparentes.
PEGAMENTO DE CIANOCRILATO
Estos pegamentos son casi universales y como tales tienen numerosas aplicaciones. Su
principal ventaja está en su extremada rapidez de endurecimiento (de 10 a 15 segundos).
Son caros, pero para lograr una buena unión basta una cantidad mínima del líquido. La
unión será peor si la cantidad es grande.
No sirve para rellenar huecos, por lo que las uniones deben encajar
perfectamente. En caso contrario, utilizaremos el cianocrilato para unir las piezas y
reforzaremos luego con un adhesivo rellenador, como el époxy.
Las superficies deben estar limpias y sin rastro de grasa. Si son suficientemente grandes,
aplicaremos el pegamento con moderación, directamente del tubo. En piezas pequeñas es
preferible aplicarlo con un palillo o echar una gota en un cartón y meter en ella la pieza.
Empaparemos los materiales porosos en agua para evitar que el pegamento penetre
demasiado en ellos. Si una unión no pega, separaremos las piezas y dejaremos secar unos
10 minutos antes de volver a intentarlo, aplicando menos adhesivo.
Evitaremos el más mínimo contacto con los ojos o los dedos. Al quitar la tapa, y sobretodo
al desprecintar la boca del tubo, no dirigirla hacia la cara.
PEGAMENTOS DE CONTACTO
Hay una amplia familia de pegamentos de tipo general basados en el empleo de caucho
sintético. Por su composición son pegajosos e inflamables, y su utilización no es
recomendable para los niños.
Estos adhesivos se extienden en forma de capa delgada y uniforme sobre ambas superficies
y se dejan hasta que al tacto se notan secos; basta ahora unirlas para que queden pegadas
inmediatamente. La fuerza de la unión aumenta conforme el solvente se evapora, hasta
pasadas unas 24 horas.
PEGAMENTOS ÉPOXY
Formados por dos componentes, son adhesivos muy versátiles de tipo general que rellenan
muy bien y unen tanto materiales porosos como no porosos. Los dos componentes se
mezclan formando una pasta que, una vez fraguada, forma una unión muy resistente e
impermeable. Una buena unión con époxy es tan resistente como una soldadura. No es
adecuado para materiales flexibles.
TIPOS DE PINTURA
Las pinturas se clasifican de acuerdo con el medio que aglutina los pigmentos. Cada tipo
tiene un disolvente característico. El óleo, por ejemplo, pertenece al grupo de las pinturas al
aceite, porque los pigmentos están suspendidos en aceite de linaza; se disuelve en líquidos
del tipo del aguarrás.
Aunque hay pinturas específicas para pintar maquetas, pueden emplearse también las
pensadas para lienzo, la casa, vehículos, etc... según el material de que se trate y el efecto
perseguido.
Pintura Características
Se presenta en líquido.
Se aplica en capas transparentes que van subiendo de color con el
Tinta número de capas.
Acabado mate.
Diluyente y quitapinturas: agua.
Se presenta en pasta, polvo y pastillas.
Se aplica en capas opacas que van subiendo de color.
Colores de carteles
Acabado mate.
Diluyente y quitapinturas: agua.
Se presenta en tubos.
Acabado satinado.
Óleo
Diluyente: aceite de linaza, aguarrás.
Quitapinturas: decapante (el decapante puede atacar el plástico).
Se presenta en líquido.
Tinte para madera al Acabado mate.
alcohol Diluyente: nafta.
Quitapinturas: nafta o aguarrás.
Un barniz es un líquido transparente aplicado como última capa para proteger la pintura o
darle un acabado brillante. La laca es un barniz a base de resinas.
PINTAR CON PINCEL
Los pinceles son parte esencial del equipo del maquetista. Cada trabajo, desde el detalle
fino hasta la aplicación de pegamento, exige un tipo y grado diferente. En cualquier caso, es
mejor comprar los de mejor calidad. Un buen pincel dura muchísimo más que uno malo,
que además no podrá mantener la punta y soltará pelos.
Un buen pincel de marta es lo mejor para pintura en general. Hay buenos pinceles de nylon
y mixtos de marta y pelo. Para algunos efectos de deterioro y para imitar reflejos hacen
falta a veces pinceles rígidos de cerda, y hasta las brochas caseras pequeñas serán útiles
para pintar áreas extensas. A medida que se vayan estropeando los pinceles mejores, los
usaremos para aplicaciones menos delicadas.
De punta plana y de punta redonda
De punta redonda para trabajos finos
La forma y el tamaño del pincel son algo personal. Los detalles suelen hacerse con un «00»,
aunque los mayores forman punta igual de bien y hay quien los encuentra más cómodos.
Los fondos planos es mejor darlos con un pincel grande. Algunos usan para esto uno de
punta plana, pero los redondos dan una buena forma de cuña y funcionan igual en cualquier
dirección.
Aclarar los pinceles entre aplicaciones en disolvente y escurrir en un paño suave antes de
volver a coger pintura. Al final de la sesión deben limpiarse todos en aguarrás limpio o
agua, según la pintura; a continuación lavarlos en agua templada con detergente líquido,
flexionándolos levemente con los dedos. Secarlos con un paño y con los dedos húmedos
rehacerles la punta.
Meter los extremos en tubos de plástico y guardarlos en un vaso apoyados por el rabo o
planos en una caja.
PALETAS
Una paleta es una superficie en la que se mezclan los colores, que tradicionalmente tiene
forma oval o rectangular y es de madera. Pero sale más barato improvisarla. Si estamos
trabajando con pinturas espesas al aceite, tenemos suficiente con una tabla delgada, plana y
de superficie lisa no absorbente. Un trozo de contrachapado o una baldosa vidriada son
perfectos. Incluso una cartulina puede ser suficiente. Con pinturas líquidas es mejor usar
recipientes pequeños de plástico, metal o cerámica.
Aplicar pintura con aerógrafo tiene varias ventajas: da un buen acabado, muy uniforme; una
vez preparado todo, el procedimiento es rápido; la pintura seca enseguida; y no hay riesgo
de tocar con los dedos lo que acaba de pintarse.
Hay tres sistemas de pintado: aerosoles, pulverizadores y aerógrafos, que varían en precio y
complicación, y que vamos a explicar brevemente.
AEROSOLES
No necesitan limpieza. Cuando se acaba de pintar no hay más que darles la vuelta y apretar
la válvula, dirigida contra un periódico viejo, hasta que deja de salir pintura. Esto basta para
limpiar la boquilla. Si ésta se atasca durante el uso, se resuelve echándola a un recipiente
con disolvente. Podemos conservar como repuesto las boquillas de los botes vacíos.
Hay que guardar los aerosoles lejos del calor y no arrojarlos al fuego ni perforarlos cuando
se acaben.
PULVERIZADORES
AERÓGRAFOS
Hay muy diferentes tipos de depósitos, desde vasos de cristal que se conectan a la parte
inferior del aerógrafo hasta copas diminutas, fijas o intercambiables, para pequeñas
cantidades de pintura. Los aerógrafos pueden funcionar con cualquier tipo de depósito,
mientras que por lo general los pulverizadores sólo admiten vasos de cristal. El poder
cambiar de depósito es una ventaja considerable, pues una vez aplicado un color, basta
acoplar otro depósito con disolvente para limpiar y a continuación otro con el nuevo color.
SUMINISTRO DE AIRE
Tanto los pulverizadores como los aerógrafos necesitan una fuente de aire a presión para
trabajar.
Propelente líquido
Como no tienen indicador de llenado, conviene contar siempre con alguno de repuesto.
Es conveniente contar con un regulador para ajustar el flujo de gas no solo para economizar
propelente sino que es imprescindible en ciertas técnicas de pintura que exigen un buen
control.
Un acabado brillante exige una presión media, una presión alta seca los solventes de la
pintura, y una presión mínima no logra pulverizar bien el color dando un efecto de relieve.
Propelente «casero».
Un regulador adaptado a un neumático permite aprovechar el aire a presión encerrado en su
interior. No es muy cómodo, pero sí útil si se presenta la necesidad de terminar la maqueta
o limpiar el aerógrafo cuando las tiendas están cerradas y no se dispone de ninguna botella.
El regulador debe estar en condiciones de soportar una presión de hasta 2,5 bares, y deberá
irse ajustando a medida que el aire se gaste.
Compresores
MANEJAR UN AERÓGRAFO
El aerógrafo hay que cogerlo como un bolígrafo o una pluma, dejando descansar el dedo
índice sobre el botón de mando. Procuraremos tener cuidado con la manguera del aire para
que no tire del instrumento.
MANTENIMIENTO
Es muy importante limpiar el aerógrafo en cuanto deja de usarse, ya que basta una cantidad
mínima de pintura seca para perjudicar su funcionamiento. Limpiaremos el depósito con un
trapo, lo llenaremos hasta la mitad de disolvente y pulverizaremos hasta que salga solo aire;
colocaremos a continuación un trapo sobre la boquilla y soltaremos aire haciendo que
vuelva por el depósito para limpiar los conductos.
Hay que repetir el proceso tras cada sesión de trabajo. No obstante, cada cierto tiempo
deberemos desmontarlo y sumergir la aguja y la cabeza en disolvente, dejándolas toda la
noche en un recipiente de poco fondo. No hay que apoyar nunca la aguja de punta.
Reparar la aguja
Si se nos doblara la punta de la aguja, la sujetaremos contra una superficie plana siguiendo
el ángulo de la punta y pasaremos la uña por la punta mientras giramos la aguja.
Es el material más utilizado en maquetismo. Destacaremos los más comunes como pueden
ser:
Poliestireno
El material básico se ablanda por adición de caucho para obtener lo que se conoce como
poliestireno de impacto, fabricado en gran variedad de colores pero no transparente.
Tras el poliestireno es el material más usado en el moldeo por inyección y vacío. Es más
caro, pero extraordinariamente resistente, lo que permite confeccionar piezas más ligeras.
Metacrilato
Plásticos expandidos
Los periódicos y los materiales artísticos, de embalaje y de escritorio, son las formas de
papel y cartón más accesibles. El papel de estraza y los sobres de manila son
particularmente baratos y útiles en maquetismo.
Papel de forro
Es un papel barato, blancuzco, fabricado en rollos y que se usa para forrar las paredes antes
de empapelar. Es uno de los pocos tipos de papel que puede adquirirse fácilmente en rollos
muy largos.
Papel de calco
Es un papel traslúcido. La transparencia depende del grosor, y se usa con frecuencia para
simular otros materiales. Su aplicación más usual es el calco de planos.
Papel artístico
Papeles para acuarela y demás trabajos artísticos. Se fabrican en muy diversas calidades.
Aceptan bien la pintura, sobre todo la acuarela. Sus texturas encuentran aplicaciones en
modelismo.
Papel de seda
Es útil para confeccionar todo tipo de accesorios para figuras y para tapar las maquetas
mientras se pintan.
Hay tres tipos, de una o dos caras y multicapa. El de una cara se dobla y enrolla fácilmente,
mientras que los otros sirven para construir elementos estructurales planos ligeros y
resistentes.
Cartón de montaje
Papel maché
Se llama así a una mezcla de papel reducido a pulpa, agua y cola celulósica de empapelar
que endurece la pasta cuando el agua se evapora. Para formar una pasta homogénea de
modelado, cortar el papel en trocitos. Para construir una forma hueca, cortarlo en tiras,
montarlas en un bastidor y aplicar abundante cola por encima. Será fácil formar capas
uniformes si se cambia el color entre dos sucesivas. Una vez seco el papel maché, debe
impermeabilizarse la superficie con pintura o barniz.
Madera de balsa
Es una madera ligera, blanda y fácil de cortar y conformar que puede pegarse con
pegamento para balsa y con otros adhesivos. Es el material más empleado en la
construcción de aeromodelos, y también puede emplearse para construir modelos a escala.
La balsa también presenta más variaciones de densidad que ninguna otra madera, y es tanto
más fuerte cuanto más densa.
Contrachapado
Es una madera artificial formada por la unión de chapas encoladas con la veta alternando
perpendicularmente. Es un material fuerte y menos expuesto a deformaciones que la
madera natural.
Los contrachapados de abedul y caoba son los más adecuados. El primero es más fuerte, y
el segundo por su color rojo es más decorativo.
Aglomerado
Barato y fácil de encontrar, es el más estable de todos los tableros artificiales. Se fabrica
comprimiendo una mezcla de astillas y cola. No tiene veta y, por tanto, no está expuesto a
deformación. No obstante, los bordes pueden romperse si no se protegen con una moldura
de madera.
No hace mucho unas pocas firmas empezaron a experimentar con este material
revolucionario que ha llegado a ser uno de los más destacados en el mundo del
maquetismo, en especial para confeccionar kits de modificación, mejora o transformación
de maquetas comerciales de plástico; aunque también existen kits completos.
También es muy apreciado para la creación de figuras con alta calidad de detalle en todas
sus formas y que no puede lograrse con ningún otro material.
Comparado con el metal no sufre las picaduras, no presenta costuras ni deformaciones del
molde, no exige imprimación, no sufre oxidación, es limpio, ligero y se puede cortar,
grabar o perforar fácilmente.
MATERIALES (V): Metales
Estaño
El estaño es un metal relativamente blando, y se puede cortar con sierra, tenazas finas o
tijeras. Se puede lijar o limar y queda muy brillante.
El alambre de estaño se puede «templar» (hacer más blando y flexible) calentándolo con un
soplete hasta que adquiere un brillo rojo y apagado, y después dejándolo enfriar.
Se puede pegar con pegamento cianocrilato o époxy, pero ninguna junta encolada tiene
nunca la resistencia de una soldadura.
Hilo metálico
El hilo metálico puede ser tanto alambre como hilo de cobre. Se emplea generalmente para
reproducir tirantes o riostras de aviones, antenas, obenques y cabos en modelos navales,
conducciones eléctricas, etc., según el tipo y dimensiones de la maqueta.
Fotograbado
Es un método muy eficaz para reproducir piezas finamente acabadas, a la escala precisa,
que aportan detalles precisos para convertir una maqueta en una réplica prácticamente
idéntica del modelo original.
Un dibujo esquemático con los números sirve para identificar cada una de las piezas que
están unidas entre sí o a la matriz por pequeños trozos de metal que hay que cortar con unas
tijeras de acero de punta afilada. Nunca debe utilizarse una cuchilla, pues se deformaría la
pieza.
Para eliminar el resto de metal innecesario también utilizaremos las tijeras. Las pequeñas
rebabas se eliminarán con una lima fina o de relojero.
Las piezas tienen un desarrollo plano como un antiguo recortable de papel, y para que tome
forma hay que darle los dobleces necesarios. Como el material es muy fino, utilizaremos
unos alicates de punta plana, otros de punta redonda, una regla de metal o similar y unas
pinzas.
Para hacer los dobleces sujetaremos la pieza con una prensa de mordazas
cuadradas, dejando al descubierto únicamente la parte a doblar. Presionando ligeramente
con un trozo de metal o madera sobre la pieza conseguiremos el resultado buscado. Para
piezas pequeñas podemos utilizar unos alicates de punta plana. Nunca hay que hacerlo con
las manos.
Este material solo puede pegarse con cianocrilato. No hay que usar pegamento en exceso.
Con una gota basta. Incluso en algunas ocasiones se puede utilizar una gota de barniz
brillante.
MATERIALES (VI): Masillas
Masillas plásticas
Masillas époxy
Son masillas muy versátiles, de dos componentes, usadas en la industria, el bricolaje, etc.
Se presentan en forma de dos barras o tiras diferentes de colores claros. Las características
de todas las marcas son similares entre sí, variando únicamente el color, cantidad y tipo de
envasado.
Hay que utilizar igual cantidad de los dos componentes y amasarlos bien, obteniendo de su
mezcla una masilla perfectamente manejable y que disuelve con agua, por lo que su
utilización es cómoda y no requiere ningún producto especial. El tiempo de secado oscila,
según marcas y temperatura ambiente, entre dos y diez horas.
Son compatibles con el plástico, metal, madera, etc., y antes de su secado total pueden ser
talladas con cualquier herramienta de moldear. Una vez secas resisten la exposición al agua
y al calor, y se pueden limar, taladrar, serrar o pintar sin ningún problema.
Este tipo de masillas son ideales tanto para los trabajos básicos de relleno de juntas como
para la creación de figuras y piezas de todo tipo, sobre todo de formas redondeadas o
irregulares de cierta complicación.
Es uno de esos materiales tan flexibles y maleables que es útil para aplicaciones múltiples
con tan sólo el límite de la habilidad e imaginación del modelista.
TRABAJAR EL PLÁSTICO
MARCAR
Los cortes y dobleces pueden marcarse en plástico opaco con un lápiz blando, pero habrá
que usar tinta china, rotulador o un grabador para marcar en plástico transparente. En
metacrilato, que suele comercializarse con un papel protector, las marcas pueden hacerse
sobre éste con un lápiz, o sobre el plástico con un grabador.
CORTAR
Para cortar tiras o placas de plástico, utilizaremos una cuchilla afilada guiada siempre por
una regla. Primero deberemos marcar el corte ligeramente para ir aumentando la presión en
sucesivas pasadas de la cuchilla.
Las curvas amplias es mejor cortarlas a mano que con tijeras o cuchilla; en este último
caso marcaremos primero ligeramente para que la hoja no se desvíe al apretar.
Para cortar curvas cerradas, dibujaremos la curva y haremos una serie de cortes tangentes
a la misma, eliminando lo que vaya sobrando. Daremos el acabado a la curva con una lija.
Para hacer aberturas más grandes usaremos un taladro manual, una segueta de calar o
haciendo una serie de taladros pequeños y uniéndolos luego.
Acabaremos los bordes con lima y lija finas; y para no redondear los cantos, pegaremos la
lija a una pieza de madera de tamaño adecuado.
Para hacer una abertura rectangular marcaremos primero las esquinas y trabajaremos a
continuación a partir de ellas para evitar las señales de la cuchilla. Si las esquinas son
curvas, las abriremos primero con un punzón portabrocas o taladro, teniendo mucho
cuidado con su correcta alineación con las secciones rectas.
Para cortar un disco grande, después de marcar el exterior del círculo con un compás o
bigotera de marcar, haremos cortes radiales y eliminaremos el material sobrante cortándolo
a pulso. Suavizaremos el borde con una lija enrollada en torno a una forma cilíndrica.
Vacuformes
Recortaremos las rebabas de los bordes y acabaremos puliendo con una lija fina pegada a
un cartón.
El poliuretano expandido y las hojas delgadas de poliestireno se pueden cortar con una
cuchilla bien afilada. Las piezas gruesas de poliuretano se pueden cortar con una sierra para
madera.
DESBASTADO
Las piezas grandes y las placas gruesas de metacrilato se pueden pulir con un disco
abrasivo, sin apretar para no calentar el plástico.
Para grabar plásticos puede utilizarse un pirograbador con control de temperatura. Los
ribeteados, remaches, etc., pueden imitarse realzando el plástico por debajo. Señalaremos
primero los realces con un lápiz, pegaremos a continuación con cinta la plancha de plástico
boca abajo a un cartón y apretaremos sobre las marcas del lápiz con un bolígrafo sin tinta o
punzón.
PLÁSTICO ESTIRADO
Para ello, giraremos la varilla de plástico unos 25 mm por encima de la llama de una vela o
similar. Cuando la varilla esté blanda y brillante, la retiraremos y estiraremos hasta alcanzar
el diámetro necesario. Para confeccionar filamentos finos estiraremos la varilla nada más
retirarla del calor, con suavidad y dejándola colgar verticalmente unos segundos hasta que
el plástico se enfríe y endurezca.
CURVAR EL PLÁSTICO
Las tiras y varillas de plástico se curvan pasándolas bajo una forma redondeada sujeta
contra una superficie plana o rodando un cilindro por encima. Cuanto más se apriete, más
pronunciada será la curva. El plástico muy delgado puede enrollarse en torno a un pincel.
Un método más controlable es aplicar una gota de adhesivo líquido a la zona que quiere
doblarse. Dejaremos ablandar unos minutos y doblaremos con suavidad.
Para doblar varias piezas al mismo ángulo, haremos una plantilla rudimentaria clavando
una serie de puntas a una plancha de contrachapado; pegaremos con cinta una punta de la
varilla a un clavo; aplicaremos un poco de solvente en el punto exterior de la doblez y,
mientras se ablanda, la giraremos en torno al siguiente clavo sin estirarla; pegaremos una
vez más justo tras la doblez y repetiremos el proceso hasta terminar.
El calor y el agua también pueden usarse para curvar plástico. Sujetaremos la pieza con
cinta adhesiva a una matriz y la sumergiremos en agua muy caliente; dejaremos que se
ablande y se enfríe en agua sin separarla aún de la matriz.
También podemos utilizar un soldador eléctrico que dejaremos sujeto para tener las manos
libres y poder mantener el plástico justo encima de la punta, pero sin tocarla. En cuanto esté
blando, doblaremos el plástico en torno a una horma o plantilla para conseguir la mayor
exactitud.
En lugar del soldador podríamos utilizar una lámpara tipo flexo con una bombilla potente y
que dé calor (una bombilla de unos 100 vatios, pero no de bajo consumo...).
CORTAR
Para cortar utilizaremos una cuchilla afilada guiada siempre por una regla. Si se trata de
papel grueso o cartón primero marcaremos el corte ligeramente para ir aumentando la
presión en sucesivas pasadas de la cuchilla.
Las curvas amplias es mejor cortarlas a mano que con tijeras o cuchilla; en
este último caso marcaremos primero ligeramente para que la hoja no se desvíe al apretar.
Para cortar curvas cerradas, dibujaremos la curva y haremos una serie de cortes tangentes
a la misma, eliminando lo que vaya sobrando. Daremos el acabado a la curva con una lija si
fuera necesario.
Para hacer perforaciones pequeñas en papel y cartulina pueden hacerse con una
perforadora de oficina o un sacabocados para cuero. Pero para tamaños entre 6 y 20 mm
podemos construirnos un sacabocados casero. Para aberturas más grandes podemos utilizar
una cuchilla montada en un compás.
Para cortar un disco grande haremos cortes radiales con una cuchilla
montada en un compás y eliminaremos el material sobrante cortándolo a pulso.
Suavizaremos el borde con una lija enrollada en torno a una forma cilíndrica.
Para hacer una abertura rectangular marcaremos primero las esquinas y trabajaremos a
continuación a partir de ellas para evitar las señales de la cuchilla. Si las esquinas son
curvas, las abriremos primero con un sacabocados, teniendo mucho cuidado con su correcta
alineación con las secciones rectas.
Para hacer una buena junta, empezaremos por montar una pieza de papel sobre otra,
asegurándolas con pegamento o cinta adhesiva. Si deben quedar alineadas trazaremos una
paralela al borde en una pieza y uniremos la otra a tope con dicha línea. Para unir dos
bordes a tope, colocaremos boca abajo las piezas, las sujetaremos con cinta adhesiva y a
continuación pegaremos otro trozo de cinta a lo largo de la unión.
Las uniones a tope de cartones se hacen igual, pero reforzando la costura si fuese necesario
con una tira de cartón pegada por encima. Las esquinas a tope se refuerzan con un trocito
de cartón grueso o madera de balsa, o aplicando por debajo más pegamento.
Si las dos piezas a unir tienen un dibujo o relieve, montaremos una pieza
sobre otra alineando el dibujo o relieve. Cortaremos las dos piezas a lo largo del centro del
solapamiento y eliminaremos lo que sobre.
TRABAJAR LA MADERA
MARCAR
Para marcar sobre madera puede usarse un lápiz o rotulador fino, pero una cuchilla evitará
que la veta desvíe la sierra.
Para marcar ángulos rectos usaremos una escuadra apoyada en uno de los lados cortados
por el fabricante, que siempre serán exactos. Sujetaremos la parte larga de la escuadra
contra el borde apretando bien y marcaremos a lo largo del otro.
Para marcar un bloque que deba serrarse por un extremo, usaremos una escuadra y
marcaremos las cuatro caras. También podemos utilizar una plantilla. Sobre un cartón
dibujamos con un transportador el ángulo, lo cortamos y lo utilizamos a modo de plantilla.
Para prolongar la línea de corte por las demás caras de un bloque, utilizaremos una
escuadra.
Las curvas y círculos se marcan con compás, a mano o con plantilla. Para no dañar la
madera de balsa blanda con la punta del compás, pegaremos un trozo de cartón en el centro
de cualquier curva con cinta adhesiva.
Uso de plantillas.
Dibujaremos la forma a cortar en papel o cartón a modo de plantilla. Con un lápiz afilado o
una cuchilla, recortaremos el dibujo sobre la madera. En el caso de piezas rectas, las
marcaremos con alfileres a través de la plantilla y las uniremos con una regla.
CORTAR
Madera de balsa
La madera de balsa es muy fácil de tallar con la condición de usar una cuchilla muy afilada
para no astillarla. Para cortar tiras es mejor hacerlo clavando repetidas veces la cuchilla, sin
deslizarla. Las piezas mayores las cortaremos con una sierra miniatura.
Para hacer cortes curvos, sujetaremos la cuchilla de forma que la veta la aleje de la línea de
corte en vez de acercarla. Si la pieza es gruesa, la sujetaremos con un tornillo y cortaremos
por medio de una segueta de hoja estrecha.
Para cortar bloques perpendiculares, sujetaremos la pieza en el tablero de trabajo y con una
sierra de dientes finos empezaremos a cortar moviéndola hacia atrás y guiándola con el
dedo pulgar hasta que el corte quede establecido.
Para realizar cortes curvos, sujetaremos la pieza con un tornillo o una cárcel; haremos el
corte con una sierra de marquetería.
Otras maderas
Casi ninguna madera puede cortarse con una cuchilla normal de maquetista, aunque todas
pueden serrarse. Las tiras, chapas y listones se cortan con una sierra miniatura o un
serrucho fino, al igual como se explica para la madera de balsa.
Usaremos toda la longitud de la hoja, dando movimientos lentos y firmes y guiándola con
el dedo índice para evitar desviaciones.
El contrachapado muy fino puede cortarse con una cuchilla fuerte de las utilizadas para
cartón. No usar una cuchilla fina pues se rompería y el corte quedaría siempre irregular.
Los cortes curvos se hacen con segueta, siguiendo las explicaciones para la madera de
balsa.
Para hacer aberturas más grandes usaremos un berbiquí y broca. Las brocas de berbiquí
llevan una punta que guía la herramienta. Para evitar el astillado de la madera, la sacaremos
cuando la punta asome por el otro lado y empiece a perforar por éste.
A partir de cierto diámetro los orificios deben abrirse con sierra, bien con
hojas circulares que pueden montarse en el portabrocas del taladro o con sierra eléctrica o
manual. Antes de empezar a cortar hay que hacer un orificio para pasar la hoja de la sierra.
En cualquier caso el corte de sierra debe acabarse con una lima fina de cola de ratón o con
una lija enrollada a una varilla.
DESBASTADO
Todas las maderas desbastarse con escofinas y limas. Es preferible sujetar las piezas a un
tornillo de banco interponiendo un trozo de madera blanda para que las mordazas no dejen
ninguna marca.
CURVAR
Los listones de madera de balsa pueden exponerse al vapor mientras se van curvando con
los dedos; luego la sujetamos al tablero de trabajo con alfileres verticales mientras se seca.
Como la balsa tiene tendencia a abrirse al secar es aconsejable curvarla más de lo necesario.
Para curvar piezas gruesas abriremos unas muescas con sierra y sujetaremos la parte
curvada a un bastidor.
UNIONES Y ENSAMBLAJE
Madera de balsa
La mayor parte de los ensamblajes son variantes de la unión a tope. Utilizaremos cola
blanca porque los clavos o tornillos pueden romper las piezas.
Para asegurar una buena unión a tope, pondremos los bordes en contacto y los pegaremos
provisionalmente con cinta adhesiva. Abriremos la unión y extenderemos cola blanca. Tras
eliminar el exceso de cola, apoyaremos las piezas en una superficie plana y con peso
encima hasta que sequen.
En el caso de piezas gruesas sujetaremos los bordes juntos y los cepillaremos o lijaremos
antes de unirlas.
Reforzaremos las uniones en ángulo recto encolando escuadras. Las juntas a inglete son
más limpias y también pueden reforzarse con escuadras.
Otras maderas
Las uniones a tope para otros tipos de madera se fortalecen con sendas piezas de
contrachapado encoladas y atornilladas en caras opuestas. Las uniones en ángulo a tope se
refuerzan encolando una tira de madera en el ángulo y encolando y clavando una pieza de
contrachapado en la parte superior.
Los empalmes a inglete mejoran con la ayuda de clavos o
puntas finas. Las clavaremos inclinadas, y utilizaremos un martillo ligero. También
podemos reforzar los empalmes practicando en la esquina unas aberturas inclinadas
encajando en ellas unas lengüetas encoladas. Dejaremos secar y limaremos hasta dejarlas al
ras.
TRABAJAR LA RESINA
CORTAR
Hay que tener en cuenta que aunque es tan blanda como el plástico, es más quebradiza. Así
que hay que trabajar despacio.
Siempre hay que empezar por quitar el soporte secundario. Para ello utilizaremos unas
tenacillas de corte si la pieza es grande, o mejor, una sierra de segueta de dientes finos y
serrando a diferentes ángulos para no estropear la pieza.
Después de quitar el soporte secundario empezaremos a trabajar el primario. Hay que
quitarlo en pequeñas porciones, utilizando una cuchilla bien afilada, cortando rebanadas
hasta que queden unos 3 mm del soporte.
TRABAJAR EL METAL
MARCAR
Los cortes y dobleces pueden marcarse con una regla metálica y un trazador
o pieza metálica puntiaguda. Para resaltar la marca puede frotarse con grafito (mina de
lápiz) para que destaque sobre el resto del metal.
Para las curvas se utiliza un compás o bigotera, marcando el centro de la curva con un
granete o sobre un trozo de cinta adhesiva. Para marcar se puede usar un lápiz afilado,
rotulador o tinta china.
Para marcar un corte en un cilindro, lo envolveremos en una tira de papel de bordes rectos,
guiando el lápiz o marcador sobre el borde del papel.
Para dar un doblez en ángulo recto, se fija la pieza de metal con un tornillo
de banco entre dos plantillas de madera alineadas con la línea de doblez. Si la chapa es
gruesa se golpea con un mazo; si es fina, se presiona con una madera o regla metálica.
Si el ángulo no es recto o si en vez de doblar hay que curvar conviene construir una
plantilla de la forma adecuada. Los metales flexibles han de doblarse algo más de lo
teóricamente necesario para contrarrestar su ligero desdoblamiento una vez sacados de la
plantilla.
Para hacer una espiral, se enrolla apretadamente el alambre en torno a una clavija.
CORTAR
Las chapas más delgadas se cortan con tijeras corrientes; las más gruesas, con tijeras para
metal. Hay que usar todo el filo de la tijera, pero sin cerrarla del todo porque suele
estropearse el corte. Si es necesario pueden alisarse los bordes con una lima para metal.
Para cortar perpendicularmente un tubo o varilla hay que establecer primero
el corte en todo el perímetro, empezando a cortar por la primera de las marcas.
Casi todos los alambres se cortan con alicates utilizando el cortador central o los dos
laterales. Los hilos muy finos se cortan con tijera.
Para los cortes curvos externos, después de marcar el exterior de la curva o círculo con
una bigotera de marcar, eliminaremos todo el material sobrante. Luego seguiremos la línea
de corte con las tijeras. El borde será más uniforme si el corte final se hace sin
interrupciones.
PERFORACIONES
Existen sacabocados de cuchilla intercambiable que permiten hacer taladros pequeños sin
deformación.
Para hacer aberturas más grandes usaremos una broca de sierra a velocidad
baja, una sierra de calar o haciendo una serie de taladros pequeños y uniéndolos luego.
Para hacer simples agujeros pueden utilizarse brocas de acero y una taladradora manual o
eléctrica a velocidad lenta. Hay que tener bien afiladas las puntas de las brocas.
Antes de taladrar hay que marcar el centro para fijar la broca con un granete o similar.
Si es necesario perforar una pieza gruesa, se empieza haciendo una perforación pequeña en
el centro y se va agrandando poco a poco cambiando de broca. Será necesario lubricar bien
para evitar calentamientos.
Lubricantes.
Para lubricar el aluminio se utiliza parafina; para los demás metales, aceite fluido; el latón
no necesita ser lubricado.
SOLDADURA
Primero hay que limpiar las superficies frotando con lija y sin tocar con los dedos. Después
se aplica un fundente que elimina el óxido en pasta o líquido, aunque también puede ir
incorporado al material de soldadura.
A continuación se cubre la punta del soldador y las dos superficies con una delgada capa de
soldadura; es lo que se llama «estañado».
Después se ponen las superficies en contacto y se calienta la soldadura hasta que se funde a
lo largo de toda la unión. Si la soldadura se agrupa en gotas es probable que las piezas estén
sucias.
Para soldar alambre, se sujetan las piezas a soldar con un trozo de cable eléctrico
enrollándolo entorno a la unión y se aplica fundente. Luego se aplica el soldador caliente
por un lado y la soldadura por el otro. Hay que utilizar solo la cantidad necesaria para
asegurar la unión.
LIMADO Y DESBASTADO
Se usa una lima plana para bordes rectos y una lima de media caña para las formas curvas.
Puede frotarse los dientes con tiza para evitar que el metal se pegue a los dientes.
Si es posible hay que sujetar la pieza a limar con un tornillo de banco para evitar
vibraciones.
Para limar, se coge la lima con una mano y se guía la punta con la otra, aplicando presión
mientras se mueve hacia adelante, y volviendo hacia atrás sin apretar.
Figuras de metal
Hasta las mejores figuras de metal pueden tener rebabas de la línea de separación del
molde. Pueden ser suficientemente blandos como para poder ser limpiados con una
cuchilla, aunque siempre será mejor usar una lima de aguja en las zonas más intrincadas.
Hay que seguir la línea cuidadosamente a través de las diferentes texturas, y estar atento a
los cambios bruscos de dirección.
Es necesario trabajar con buena luz para asegurarse de que no se dejan marcas de lima. Si
aparece alguna, debe eliminarse con lija fina envuelta en torno a una lima.
USO DE LA MASILLA
Acabado el montaje, antes de pintar hay un trabajo previo que en la práctica se reduce a
enmasillar las eventuales fisuras, huecos, uniones, etc... de las distintas piezas, en especial
las realizadas en varias partes por exigencias de la fabricación.
Su empleo es, a menudo simple, pero debe ponerse una cierta atención en ello, ya que una
vez colocada, sólo con el lijado o con el disolvente apropiado es posible «manejarla», y aún
siempre dentro de determinados límites.
Para colocarla en su lugar el mejor útil es una pequeña espátula metálica de las usadas en
dibujo. En su defecto un destornillador de punta plana puede servir.
La masilla debe ser empleada con una cierta parsimonia, no olvidando que cuando seca
tiende a contraerse y disminuir de volumen, y que para rellenar un agujero de notables
dimensiones será conveniente ponerla abundante, ya que es posible que una vez seca no
llegue a cubrir el hueco que debía rellenar.
Es importante un uso cuidadoso de la masilla, sin excesivos miramientos, pero eso sí, con
una notable atención al cómo y cuándo la utilizamos en la maqueta que estamos realizando.
Aplicar masilla
Si el hueco a cubrir es más grande de lo habitual, es preferible aplicar varias capas dejando
secar entre una y otra antes de intentar tapar la primera. En sitios pequeños o de difícil
acceso puede aplicarse la masilla con la punta de una cuchilla o con un pincel, siempre que
éste haya sido mojado previamente en acetona.
Una vez enmasillado, es conveniente dejar secar durante unas horas antes de lijar.
Se empieza a lijar utilizando una lija de grano medio y terminando por una de grano fino o
muy fino. Las lijas al agua se pueden incluso mojar para rebajar su poder abrasivo o untar
de jabón para que actúe de lubricante. En ocasiones, la pasta de dientes o el mismo alcohol,
aplicados con un trapo, sirven para pulir las zonas lijadas.
En zonas especialmente difíciles donde no se pueda acceder con la lija, se puede eliminar el
sobrante con un pincel de cerda dura mojado en acetona, con el que se peinará la zona hasta
dejarla en las condiciones deseadas.
Más.
Enmasillar una maqueta es solo una de las más básicas aplicaciones de este material. En
otros artículos (Montaje > Enmasillar una maqueta) se verán con detalle otros usos, como
crear piezas, modificar figuras, crear texturas o imitar acabados...
En los apartados Técnicas básicas > Pintar con aerógrafo y Pintura y acabado > Pintar con
aerógrafo se explica cómo pintar con pulverizador o aerógrafo.
HERRAMIENTAS Y COMPLEMENTOS
Para pintar con aerógrafo es necesario contar con algunas cosas más:
DILUIR LA PINTURA
¿Cómo?
Hay que utilizar siempre una medida constante: cuentagotas de cristal, jeringuilla
desechable para insulina o cualquier otro elemento que permita dosificar correctamente
tanto el color como los disolventes.
Importante.
Un aspecto fundamental es la pulcritud. Si se quiere obtener resultados óptimos, es conveniente
proceder de la manera siguiente:
¿Cuanto?
Una norma básica es diluir la pintura al 50% con disolventes para usos generales. Los
efectos especiales pueden requerir disoluciones aún mayores.
Para saber si hemos alcanzado la consistencia óptima un truco muy sencillo es introducir el
rabo de un pincel en la pintura y dejar resbalar una gota por la pared del recipiente; si deja
un rastro bien definido de color la disolución será correcta; si se obtiene un trazo acuoso
semitransparente debe añadirse más pintura; de todas formas la práctica indicará las
disoluciones más idóneas para el modelo de aerógrafo que se esté utilizando.
¿Con qué?
Dependerá del tipo de pintura que se use. Tal y como se explica en Técnicas básicas >
Tipos de pintura, los acrílicos necesitan agua y los esmaltes aguarrás o nitrocelulósico, éste
último más adecuado para pinturas brillantes y para maquetas no construidas en plástico.
Para las construidas en plástico es preferible el aguarrás puro por tener un tiempo de secado
más largo y porque no afecta al plástico.
LIMPIEZA
Absolutamente siempre se debe mantener limpio el aerógrafo. Cada vez que se cambie de
color se pulverizará disolvente para eliminar los restos de la pintura anterior. Para esto sí
resulta muy útil el disolvente nitrocelulósico.
Para una limpieza más concienzuda, que se hace necesaria cada cierto tiempo, es necesario
desmontar el aparato. Se sumergen las piezas metálicas en acetona pura durante media
hora, eliminando los restos de pintura que hayan podido quedar con un palillo de madera al
que se habrá colocado en la punta un algodoncito impregnado también en acetona.
Nunca hay que utilizar objetos metálicos (alfileres o similares) para limpiar restos de
pintura del aerógrafo, pues solo se conseguirá estropearlo en poco tiempo.
Jamás hay que forzar la apertura del aerógrafo con alicates o herramientas similares, ni
utilizar la fuerza bruta. Es mejor sumergir en acetona el aerógrafo hasta que se disuelvan
esos restos de pintura que nos impiden desarmarlo.
SEGURIDAD
La mayoría de los esmaltes para el maquetismo no son tóxicos, aunque no puede decirse lo
mismo de los barnices. De todas formas, siempre hay que pintar en un lugar despejado, bien
ventilado, sin que haya ningún fuego o ascua cerca del área de trabajo (eso incluye los
cigarrillos) y utilizar una mascarilla siempre que se pulverize barnices o esmaltes.
Montaje
Dentro de este mundillo existen tres materias primas fundamentales sobre las que se
realizan las maquetas comercializados en cajas de montaje (kits): plástico, madera y metal.
Y no es extraño encontrar kits en los que se combinan dos o más de estos materiales.
Las diferencias entre estos materiales son obvias en sus características, precios y también
en la forma de trabajar con ellos, y por tanto, las herramientas y utillajes necesarios.
MODELOS EN METAL
MODELOS EN MADERA
Los precios de estas maquetas suelen ser medio-altos, pero su calidad suele ser también
alta.
Generalizando, las piezas suelen venir troqueladas sobre una plancha de madera de la que
es necesario desprenderlas con sierra o cuchilla, y prácticamente todas, troqueladas o ya
conformadas, requieren un repaso más o menos a fondo para obtener un perfecto ajuste y
acabado.
MODELOS EN PLÁSTICO
Este sector es el que más opciones tiene en cantidad, variedad y precios. Podemos encontrar
equipos realmente económicos junto a piezas realmente caras. En cualquiera de los dos
casos, al abrir la caja encontraremos únicamente plástico, aunque en algunos casos
encontraremos que incluyen pequeñas piezas de metal.
Para un principiante, la elección de una maqueta se debe a muchas razones, y elegir una
maqueta en concreto puede ser a causa de influencias comerciales, prensa, cine o televisión,
al querer hacer la maqueta de aquella nave espacial, helicóptero extraño o coche futurista
del protagonista de una serie o película.
Si no tenemos algún tema concreto al que dedicarnos,
podemos dejarnos aconsejar por los encargados de las tiendas de maquetismo y modelismo,
o por aficionados, aunque estos últimos siempre tendrán una opinión más «interesada».
Si en cambio tenemos alguna idea fija del tema, empezaremos por consultar catálogos y los
contenidos de los estantes de las tiendas especializadas.
Para conseguir esa distinción entre «buena» y «mala», observaremos las distintas piezas o
grupos de piezas clave de una maqueta.
Aviones y helicópteros
Las piezas pequeñas (antenas, armamento secundario, detalles) deben ser finas y estar
bien moldeadas
La textura de los distintos materiales con los que se construye un barco real (madera,
hierro) deben poder reconocerse en las piezas de la maqueta a escala
Las cadenas deben estar bien moldeadas y presentar detalle por ambas caras
Las planchas de blindaje deben estar a la escala correcta (suelen estar
sobredimensionadas)
Tanto en la parte superior como en la inferior no deben aparecer huecos que no
correspondan a la realidad (suelen existir en equipos con opción de ser motorizados)
Automóviles y camiones
No deben existir rebabas en las piezas, sobre todo en las zonas más visibles
Parabrisas y demás transparencias deben estar en perfecto estado y ajustar bien
Los cromados deben tener el brillo y aspecto más similar a los reales
Suspensión y dirección deberían tener posiciones opcionales
Motocicletas
Añadiremos para todas las marcas que nos faciliten unas hojas de instrucciones de fácil
comprensión, con dibujos explicativos y, en general, un aspecto fino en detalles y pulcro en
diseño.
La regla principal y casi única antes de empezar a montar una maqueta es la de armarse de
paciencia; habilidad, técnica e inventiva son óptimas prerrogativas del
maquetista/modelista, pero deben ir siempre unidas a una paciencia extrema. Paciencia en
la realización material de la maqueta tan bien hecha como se sepa.
Las más de las veces construir una maqueta, incluso las de escalas mayores, quiere decir
rastrear piezas de pocos milímetros, acabarlas, pintarlas y a menudo añadirles cualquier
detalle que les falte. Además entre un encolado y otro, o entre una capa de pintura y otra,
esperar pacientemente para estar del todo seguro de que todo está ya seco, tal y como debe
ser (para algunas pinturas, más de 12 horas).
Estudiar con detenimiento el esquema de montaje o plano; en general es muy preciso y raro
es encontrar un plano que tenga pequeñas diferencias con el resultado final. Aprovechar
para examinar las piezas comparándolas con el plano, para verificar que no se haya roto
ninguna, en cuyo caso se tomará nota para, durante el montaje, repararla o substituirla.
También debe tomarse nota de las piezas «opcionales», es decir, de las piezas que sirven
para una u otra versión de acabado de las que ofrece la maqueta. No es extraño encontrar
entre las piezas sobrantes una que no fue colocada en su momento y que pertenece a la
versión que justo se le acaba de dar el último toque.
Estas piezas sobrantes pueden guardarse en una pequeña caja, o mejor aún, en una serie de
cajitas con departamentos para seguir un cierto orden al almacenar las piezas por tipos
(bombas, anclas, cañones, etc.)
Durante este examen se encontraran las imperfecciones, líneas de molde y rebabas que
deberán ser eliminados.
Para una secuencia lógica de montaje, la hoja de instrucciones enumera las distintas fases,
una a una; es lógico que, mientras están encolándose las piezas de la fase 1, puede
tranquilamente dedicarse a la fase 2 o a la fase 3, sin que esto comporte problemas. Pero
atención, aunque el pegamento que se use sea de secado rápido, es mejor dejar reposar un
conjunto encolado un cierto período de tiempo, incluso dos o tres horas, para estar total y
absolutamente seguros de una perfecta unión.
Si alguna vez ocurre el montar una pieza equivocada, no hay nada irreparable. Si el
pegamento no está aún seco será suficiente con desmontar la pieza y, una vez seco todo el
pegamento, pulir las rebabas y repetir la operación. Si el pegamento está casi seco, una gota
de diluyente o de pegamento líquido puede ayudar a separar la pieza sin excesivos daños, y
por tanto posibles de reparar.
Algunos expertos recomiendan lavar las piezas con agua y jabón para eliminar cualquier
rastro de grasa del propio plástico o simplemente del manejo con las manos. Esto es
utilizable en piezas grandes, pero reconozco que nunca lo he hecho, pues toco las piezas lo
menos posible con las manos.
Esta son las reglas generales para ensamblar cualquier maqueta, pero dada la gran cantidad
de géneros y tipos, seguidamente se darán algunas indicaciones más específicas sobre
distintas clases de maquetas. Para ello se seguirán los siguientes apartados:
Tras seguir los consejos detallados en el apartado Montar una maqueta, explicaremos los
pasos para montar una maqueta de un automóvil.
Ante todo, y como siempre, debemos desplegar las piezas y estudiarlas, tratando de
identificar aquellas que pertenecen al interior, suspensión, motor, etc., a fin de hacernos con
una idea clara de los elementos de que están compuestos la maqueta y su original.
Sacados de la caja los distintos elementos de la maqueta, serán separados del árbol de
inyección por medio de una cuchilla, para las piezas medianas o grandes, o alicates de corte
para las piezas más pequeñas.
Eliminar las posibles rebabas o imperfecciones de inyección que puedan impedir una
perfecta unión de las distintas partes.
Si la maqueta tiene el motor visible o puede serlo dejando abierto el capó empezaremos a
construirlo en primer lugar.
Siguiendo el esquema de montaje construiremos el interior del vehículo, pegando los
asientos y demás elementos al chasis con pegamento líquido, procurando aplicarlo con
cuidado para que no ataque al plástico y nos arruine la maqueta.
Respecto al pintado de las piezas, hay que tener en cuenta que el pegamento no actúa sobre
la capa de pintura, y que por ello deberá rascarse la pintura de las partes que reciban el
pegamento.
Mientras dejamos secar todo el conjunto, y según la maqueta que hagamos, podemos pasar
al acristalado del automóvil. Pegaremos las piezas transparentes que representan los
parabrisas y ventanillas utilizando una gota de pegamento de cianocrilato. Al usar este tipo
de pegamento deberemos tomar las máximas precauciones, pues sus vapores pueden
empañar el plástico transparente si se aplica en exceso.
Pasaremos ahora a completar los bajos del automóvil. Cortaremos y afinaremos las piezas y
las iremos colocando en su lugar. Los cortes se repasarán con lija hasta hacer desaparecer
cualquier rastro de plástico extra del árbol de inyección. También se eliminarán las rebabas.
Para ello podemos usar la lija o en el caso de piezas muy pequeñas y frágiles, raspando con
una cuchilla.
Es fundamental que todas las ruedas apoyen bien. Para lograrlo tendremos que tomar
ciertas precauciones al montar la suspensión, muelles, ejes, neumáticos, etc... comprobando
repetidamente su simetría y equilibrio antes y después de pegar las piezas.
Uniremos las piezas que forman la suspensión con mucho cuidado, utilizando si es
necesario pegamentos como el cianocrilato o el époxy para conseguir una mayor
resistencia.
Hay maquetas que cuentan con partes móviles, como pueden ser las ruedas que giran
libremente o la propia dirección; como no aportan ninguna ventaja, es preferible pegarlas.
Los neumáticos pueden tener en el centro la marca de la unión de las dos mitades del
molde, que quitaremos lijando o cortando, aun a riesgo de estropear algo el dibujo. En este
último caso, lo grabaremos de nuevo siguiendo las técnicas que se explican en el apartado
de Mejora y detallado > Mejorar un automóvil > Ruedas y neumáticos.
Cuando terminemos de montar el chasis del vehículo con todos sus elementos excepto las
ruedas, que montaremos después de pintar el chasis, deberemos dejarlo secar bien, por lo
menos toda una noche, antes de manipularlo de nuevo, y nunca estará de más reforzar los
puntos críticos o débiles con una gota de cianocrilato.
Puesto que debe pintarse el interior del vehículo, dejaremos sin pegar la parte superior o
carrocería a la inferior o chasis, así como las piezas especialmente pequeñas y delicadas,
como pueden ser retrovisores exteriores, limpiaparabrisas, cristales de faros y luces, etc.,
para evitar roturas.
Tras la fase de pintado del interior del vehículo, que veremos en el apartado de Pintura y
acabado > Pintar una maqueta con pincel > Automóvil, encajaremos con cuidado el chasis
y la carrocería, procurando no forzar ninguna pieza del chasis, que son las más expuestas a
ello. Pegaremos ambas mitades con pegamento líquido aplicado a pincel con la mayor
limpieza posible.
Para sujetar la unión utilizaremos gomas elásticas de forma que presionen las piezas de
forma uniforme, evitando que se abra la carrocería por alguno de sus lados. Ya seco el
conjunto repasaremos la unión con lija fina al agua.
En este momento pasaremos a la fase de pintado del vehículo, chasis, carrocería, ruedas y
las piezas pequeñas que hemos dejado para el final, que veremos en el apartado de Pintura
y acabado > Pintar una maqueta con pincel > Automóvil. Una vez acabada será el momento
de colocar los faros transparentes que pegaremos con cola blanca y las calcomanías. Por
último pegaremos las ruedas con pegamento de cianocrilato.
MONTAR UN AVIÓN
Tras seguir los consejos detallados en el apartado Montar una maqueta, explicaremos los
pasos para montar una maqueta de un avión.
Ante todo, y como siempre, debemos desplegar las piezas y estudiarlas, tratando de
identificar aquellas que pertenecen al interior, motor, piezas opcionales, etc., a fin de
hacernos con una idea clara de los elementos de que está compuesto el modelo y su
original.
Sacados de la caja los distintos elementos del modelo, serán separados del árbol de
inyección por medio de una cuchilla, para las piezas medianas o grandes, o alicates de corte
para las piezas más pequeñas.
Eliminar las posibles rebabas o imperfecciones de inyección que puedan impedir una
perfecta unión de las distintas partes.
Un montaje «en seco», uniendo las piezas principales permitirá comprobar que todos los
elementos están en orden y que no hay problemas de ensamblaje.
Antes de empezar a hacerlo debemos observar cuales son las piezas que deberán ser
montadas en su interior, como son la carlinga del piloto -o pilotos-, instalaciones de armas
(ametralladoras, bodega de bombas), la rueda de cola o el tren de aterrizaje delantero, según
sea el caso. Algunos modelistas prescinden de las figuras de los pilotos que suelen incluirse
en las cajas.
Todas estas piezas deberán ser cortadas, lijadas, pegadas y pintadas, según el plano, antes
de empezar con el fuselaje, pues una vez cerrado quedaran zonas inaccesibles al pincel. No
hay que olvidar de pintar también los laterales del fuselaje hasta donde se vea. Terminados
de pintar estos elementos, se pegan a una de las secciones del fuselaje, cuidando que estén
en su correcta posición para cuando se unan las dos mitades. En el apartado de Pintura y
acabado lo veremos con mayor detalle.
Respecto al pintado de las piezas, hay que tener en cuenta que el pegamento no actúa sobre
la capa de pintura, y que por ello deberá rascarse la pintura de las partes que reciban el
pegamento.
Es el momento de encajar las dos mitades del fuselaje perfectamente centradas, fijándolas
con gomas elásticas, cinta de celo, pinzas de tender o cualquier otro sistema que mantenga
las piezas unidas. Después pasaremos por las juntas un pincel fino con pegamento líquido
para realizar la unión y dejaremos secar muy bien (un par de horas).
Algunos aviones necesitaran un lastre en el morro para que una vez terminado no caigan
sobre su cola. Para ello pondremos unos perdigones, plomo o algo similar sujeto con
plastelina o encolado con pegamento tipo époxy que no ataque al plástico.
Si se da el caso que el morro de la cabina sea acristalada, podemos dar forma al plomo para
pegarla en cualquier parte de la superestructura (ametralladora, asiento del ametrallador,
visor de bombardeo, etc.)
Mientras se está secando podemos pasar a las alas, que constituyen un elemento importante
y muy delicado; a menudo están bien realizadas, pero el punto de contacto con el fuselaje
debe ser más que perfecto, ya que precisamente de éste puede depender una torsión o
deformación del modelo, difícilmente corregible.
Una vez pegadas las secciones de las alas, que pueden estar formadas por dos o más partes,
se reforzarán las uniones en los bordes con pegamento líquido.
Para unir las alas al fuselaje, se prepararán las superficies con pegamento líquido, y tras
comprobar su perfecta unión, mantendremos las alas bien presionadas durante unos
minutos. Suelen tener muescas o marcas en la propia estructura para encajar la pieza en la
posición adecuada. En caso contrario, deberemos poner mucha atención para hacerlo de
manera correcta.
Dejaremos secar bien la maqueta para después poder manipularla para montar los planos de
profundidad de cola, de igual manera que con las alas. Habrá de tener cuidado con su
perpendicularidad y su posición respecto a las alas.
Las alas de cualquier avión tienen un cierto ángulo, llamado diedro, en el punto de contacto
con el fuselaje. En el plano este diedro se ve claramente en la vista frontal del modelo, ya
que constituye una característica específica de cada aparato.
Durante el montaje, y puesto que es fácil falsear este diedro con una gota de pegamento de
más o una unión con algún mínimo fallo, conviene tenerlo presente y si se presenta,
repararlo rápidamente.
Dejaremos secar bien y pasaremos a trabajar con el resto de piezas que forman la maqueta.
Cortaremos y afinaremos las piezas y las iremos colocando en su lugar. Los cortes se
repasarán con lija hasta hacer desaparecer cualquier rastro de plástico extra del árbol de
inyección. También se eliminarán las rebabas. Para ello podemos usar la lija o en el caso de
piezas muy pequeñas y frágiles, raspando con una cuchilla.
Una vez completamente montado el conjunto principal del avión, pasaremos a darle un
lijado general, sobre todo en aquellas zonas donde las piezas no hayan encajado bien,
dejando escalones entre sí.
Pasaremos ahora a preparar el tren de aterrizaje. Suele estar compuesto de varias piezas,
que dado su tamaño y fragilidad dejaremos para la última fase del montaje.
Las ruedas del tren principal suelen estar realizadas en una sola pieza o en dos mitades que
deben ser unidas, solo en los modelos más grandes suelen realizar las ruedas con el buje
central sobre el que se coloca la cubierta realizada en plástico blando tipo goma.
Uniremos las piezas que forman el tren de aterrizaje con mucho cuidado, utilizando si es
necesario pegamentos como el cianocrilato o el époxy para conseguir una mayor
resistencia.
A continuación pegaremos el resto de las piezas, siendo importante que queden
perfectamente centradas, simétricas y a la misma altura, tanto por lo que respecta a las
patas, ruedas, como a las compuertas del tren de aterrizaje.
Dejaremos sin pegar las piezas especialmente pequeñas y delicadas para evitar roturas
durante el enmasillado y posterior lijado.
Una vez hayamos completado el montaje, convendrá dejarlo secar bien, por lo menos toda
una noche, antes de manipularlo de nuevo. Lo dejaremos descansar sobre una caja o similar
de manera que no se fuercen las piezas más recientemente pegadas, especialmente el tren
de aterrizaje.
Ahora pasaremos a enmasillar las partes que lo requieran, como pueden ser la unión de los
fuselajes, el encastre de las alas y alerones, bordes de ataque de las alas, morro, cabina,
pozos de los trenes de aterrizaje. Para mayor comodidad, enmasillaremos por separado
piezas como bombas, depósitos de combustible, etc.
Tras dejar secar durante unas horas, pasaremos a lijar empezando con una lija de grano
medio y terminando con una de grano fino o muy fino. En zonas especialmente difíciles de
alcanzar con la lija, podemos eliminar la masilla sobrante usando un pincel de cerda dura
mojado en acetona con el que «pintar» la zona hasta dejarla en condiciones.
Tras seguir los consejos detallados en el apartado Montar una maqueta, explicaremos los
pasos para montar una maqueta de un carro de combate.
Ante todo, y como siempre, debemos desplegar las piezas y estudiarlas, tratando de
identificar aquellas que pertenecen a cada apartado, y en especial a las piezas de versiones
opcionales, a fin de hacernos con una idea clara de los elementos de que está compuesto el
modelo y su original.
Sacados de la caja los distintos elementos del modelo, serán separados del árbol de
inyección por medio de una cuchilla, para las piezas medianas o grandes, o alicates de corte
para las piezas más pequeñas.
Eliminaremos las posibles rebabas o imperfecciones de inyección que puedan impedir una
perfecta unión de las distintas partes.
Un montaje «en seco», uniendo las piezas principales permitirá comprobar que todos los
elementos están en orden y que no hay problemas de ensamblaje.
Junto con el chasis montaremos el tren de rodaje formado por unos conjuntos de ruedas de
distintos tamaños y formas: ruedas tractoras, ruedas tensoras, rodillos. Hay que tener en
cuenta que en los modelos reales algunas ruedas son enteramente metálicas, cuando otras
suelen llevar un revestimiento de caucho como los neumáticos. En este último caso, las
lijaremos un poco para redondear los bordes
Algunos fabricantes dan la posibilidad de dejar el tren de rodaje móvil. Podemos hacerlo
así, aunque siempre aconsejamos dejar todas las piezas bien fijadas.
En muchas ocasiones es preferible pintar el tren de rodaje y la parte del chasis donde tiene
que ir fijado antes de su montaje, pues quedarán zonas de difícil acceso para el pincel.
Respecto al pintado de las piezas, hay que tener en cuenta que el pegamento no actúa sobre
la capa de pintura, y que por ello deberá rascarse la pintura de las partes que reciban el
pegamento.
Es fundamental que los trenes de rodaje estén perfectamente equilibrados y paralelos, ya
que de no ser así al montar las cadenas nos encontraremos con problemas que pueden dar al
traste con el acabado de la maqueta.
Mientras se está secando podemos pasar a construir la torreta del carro de combate.
Normalmente se suministran las piezas de forma que tanto el cañón como la torreta sean
movibles y tengan el radio de giro como el modelo original.
Las bocas de los cañones, ametralladoras y otras posibles armas aparecen macizas, por lo
que es necesario ahuecarlas para darles sensación de profundidad. Para ello haremos girar
la punta bien afilada de una cuchilla o pequeña broca sobre la boquilla.
Una vez montada la torreta iremos añadiendo los detalles como escotillas, periscopios,
cajas de herramientas, etc... Por lo que respecta a las escotillas, es preferible dejarlas
cerradas o poner una figura de las que suelen incluirse en la caja.
Si las dejamos abiertas se verá el interior del carro. Como los fabricantes no suelen
suministrar piezas para los interiores, deberemos ser nosotros los que lo construyamos. Esto
lo veremos en el apartado de Mejora y detallado, pero por su dificultad es un trabajo para
maquetistas expertos.
Pasaremos ahora a trabajar las distintas piezas y accesorios que van sobre la caja del carro
de combate: cajas de herramientas, ruedas de repuesto, luces, cables, etc... Todas estas
piezas deberán ser cortadas, lijadas, pegadas y pintadas, según el plano. Hay maquetistas
que prefieren pintarlas por separado y pegarlas al final de la fase de montaje, mientras que
otros prefieren pegarlas primero y pintarlas después.
Es el momento de encajar la caja del carro de combate al chasis. Los problemas de unión ya
deberían haberse detectado durante el montaje «en seco» previo, pero siempre puede
ocurrir que una vez pegadas las piezas aparezcan pequeñas deformaciones que pueden
estropear la unión. Las solventaremos con lija y masilla.
Para la unión de estas piezas puede ser recomendable utilizar pegamentos tipo époxy o
cianocrilato, para conseguir una mayor fuerza y dureza en la unión.
En algunas maquetas esta unión deberá hacerse después de haber colocado las cadenas,
pues luego sería casi imposible situarlas correctamente.
Respecto a las cadenas, suelen ser de una sola pieza fabricadas de goma, con un sistema de
anclaje por pivotes macho-hembra o similar. En este caso, la unión debe ser soldada con
calor; para ello apoyaremos el punto de unión sobre un soporte que las sujete, calentaremos
sobre una llama la punta de un destornillador o de un clavo y, con cuidado, tocaremos los
pivotes para fundirlos. Reforzaremos la unión con pegamento de cianocrilato.
Uno de los principales problemas que podemos encontrarnos es que la cadena se nos quede
demasiado larga o demasiado corta. En el primer caso, cortando y pegando algunos
eslabones podremos arreglarlo. Pero en el caso contrario, deberemos recurrir a utilizar la
cadena de otra maqueta o conseguir eslabones extra para completarla. En el apartado de
Mejora y detallado intentaremos dar soluciones a este problema.
En maquetas grandes pueden venir los eslabones sueltos para construir nosotros mismos las
cadenas. En este caso nos armaremos de paciencia e iremos uniendo los eslabones con
pegamento de cianocrilato por bloques, siguiendo la forma de las ruedas.
Una vez preparadas las cadenas, las montaremos en su lugar con mucho cuidado,
procurando no forzar los ejes para no dañarlos.
Ya solo nos quedará el pintado y la colocación de las calcomanías que veremos en el
apartado de Pintura y acabado, así como en el apartado de Mejora y detallado se verán
trucos y técnicas para mejorar nuestras maquetas de carros de combate, vehículos militares
y similares.
Tras seguir los consejos detallados en el apartado Montar una maqueta, explicaremos los
pasos para montar una maqueta de una motocicleta. Las motocicletas son en apariencia
sencillas pero siempre tienen un cierto grado de dificultad en su montaje.
Ante todo, y como siempre, debemos desplegar las piezas y estudiarlas, tratando de
identificar aquellas que pertenecen a suspensión, motor, etc., a fin de hacernos con una idea
clara de los elementos de que están compuestos la maqueta y su original.
Sacados de la caja los distintos elementos de la maqueta, serán separados del árbol de
inyección por medio de una cuchilla, para las piezas medianas o grandes, o alicates de corte
para las piezas más pequeñas.
Hay que eliminar las posibles rebabas o imperfecciones de inyección que puedan impedir
una perfecta unión de las distintas partes.
Como la mayoría de partes de estos modelos son visibles, deberán ser pintadas antes de
pegarlas, ya que una vez en su lugar serán imposibles de alcanzar con el pincel. En el
apartado de Pintura y acabado lo veremos con mayor detalle.
Respecto al pintado de las piezas, hay que tener en cuenta que el pegamento no actúa sobre
la capa de pintura, y que por ello deberá rascarse la pintura de las partes que reciban el
pegamento.
Y lo mismo ocurre con las piezas cromadas. Se deben rascar las zonas donde vayan a unirse
por medio de pegamento.
Empezaremos por construir en primer lugar el motor y las piezas accesorias que lo
acompañan.
Mientras dejamos secar todo el conjunto, podemos preparar el montaje del eje delantero y
la rueda trasera, comprobando repetidamente su perfecta unión antes y después de pegar las
piezas.
Los neumáticos pueden tener en el centro la marca de la unión de las dos mitades del
molde, que quitaremos lijando o cortando, aun a riesgo de estropear algo el dibujo. En este
último caso, lo grabaremos de nuevo siguiendo las técnicas que se explican en el apartado
de Mejora y detallado.
En la foto podemos ver la diferencia entre el neumático tal cual
viene en la caja (derecha) y otro neumático una vez lijado y envejecido (izquierda). Como
se trata de un neumático de competición no tiene el dibujo o rayado de los neumáticos que
solemos ver por la calle.
Uniremos las piezas que forman el eje delantero (suspensión, rueda, frenos, etc.) y la rueda
trasera al conjunto del chasis con mucho cuidado, utilizando si es necesario pegamentos
como el cianocrilato o el époxy para conseguir una mayor resistencia.
Hay que tomar ciertas precauciones al montar todo el conjunto de suspensión, muelles,
neumáticos, etc... comprobando repetidamente su simetría antes y después de pegar las
piezas.
Hay maquetas que cuentan con partes móviles, como puede ser la dirección o la cadena de
transmisión; como no aportan ninguna ventaja, es preferible dejarlas fijas.
Cuando se haya terminado el montaje el chasis de la motocicleta con todos sus elementos
se debe dejar secar bien, por lo menos toda una noche, antes de manipularlo de nuevo y
nunca estará de más reforzar los puntos críticos o débiles con una gota de cianocrilato.
El siguiente paso es preparar las piezas del carenado o carrocería de la motocicleta, que se
habrán pintado previamente. Se deben encajar al conjunto del chasis con cuidado
procurando no forzar ninguna pieza.
Finalmente se pegarán las piezas especialmente pequeñas y delicadas, como pueden ser
retrovisores exteriores, cristales de faros y luces, etc... utilizando cola blanca y finalmente
se colocarán las calcomanías.
MONTAR UN BARCO
Tras seguir los consejos detallados en el apartado Montar una maqueta, explicaremos los
pasos para montar una maqueta de un barco.
Madera o Plástico.
Tradicionalmente el modelismo naval utiliza la madera como materia prima fundamental,
encontrando un fuerte rechazo por parte del aficionado hacia las maquetas de plástico. Sin
embargo, no podemos pasar por alto la existencia de estas maquetas, de calidad
extraordinaria por su fidelidad al modelo original.
Son estas últimas sobre las que trabajaremos, dedicando algunos artículos a las maquetas de
barcos de madera más adelante.
Ante todo, y como siempre, deberemos desplegar las piezas y estudiarlas, tratando de
identificar aquellas que pertenecen a cada apartado, y en especial a las piezas de versiones
opcionales, a fin de hacernos con una idea clara de los elementos de que está compuesto el
modelo y su original.
Sacados de la caja los distintos elementos del modelo, serán separados del árbol de
inyección por medio de una cuchilla, para las piezas medianas o grandes, o alicates de corte
para las piezas más pequeñas.
Eliminaremos las posibles rebabas o imperfecciones de inyección que puedan impedir una
perfecta unión de las distintas partes.
Un montaje «en seco» uniendo las piezas principales permitirá comprobar que todos los
elementos están en orden y que no hay problemas de ensamblaje.
Siguiendo el esquema de montaje comenzaremos a construir el casco, que en general viene
formado por dos semicascos cortados en sentido vertical y longitudinal. Uniremos las dos
partes con papel adhesivo para mantener una unión firme en toda la longitud de la quilla,
roda y codaste, y eliminar así posibles holguras.
Con un pincel y pegamento líquido repasaremos todas las uniones por dentro y por fuera
del casco. No quitaremos la cinta adhesiva hasta estar seguros que las piezas están bien
pegadas.
Deberá ponerse mayor atención con las maquetas con cascos de tamaño considerable (hasta
40-50 cm de longitud), pues en estos casos se debe comprobar que los semicascos no han
sufrido deformaciones. En ese caso deberán asegurarse las uniones con refuerzos internos,
como trozos del árbol de inyección convenientemente cortados y colocados formando una
«T», en el interior del casco para que lo mantengan en la forma deseada.
Las maquetas de barcos están caracterizadas por las diversas técnicas constructivas, según
se trate de un modelo antiguo o moderno. Veremos ambos casos por separado.
Respecto al pintado de las piezas, hay que tener en cuenta que el pegamento no actúa sobre
la capa de pintura, y que por ello deberá rascarse la pintura de las partes que reciban el
pegamento.
Una vez colocada la cubierta inferior se colocarán todos los detalles previstos.
Los palos no tienen ninguna dificultad constructiva, lo importante es montarlos bien, con
todos los detalles previstos y comprobar que han sido colocados en su debido lugar,
perfectamente perpendiculares a cubierta, sin ningún ángulo, salvo los previstos en el plano
como por ejemplo para el botalón.
Ha llegado el momento de la jarcia, que es el complejo de cabos que sirven para el control
de las velas y que en las maquetas se presentan generalmente bajo la forma de un conjunto
de hilos, troquelados tipo red, que iremos cortando según las instrucciones e indicaciones
del esquema de montaje.
La jarcia.
La jarcia es propiamente el conjunto de cabos fijos, obenques, estais y burdas que fijan los
palos en su posición precisa; la maniobra para las velas, se efectúa generalmente con los
cabos llamados de maniobra. Casi siempre la maniobra se deberá dejar en color claro, pues
en la realidad eran cuerdas de cáñamo; y la jarcia en color negro, correspondiente al
alquitrán con que era protegida de los ataques de la mar.
Para unir la jarcia al casco se realiza mediante la «vigota-
acollador», un detalle constructivo especial para los modelos de plástico que reproduce,
generalmente en una única pieza, estos puntos de contacto entre el casco y la jarcia. Es una
especie de cuchara encolada por una extremidad al casco o a la cofa del palo y por la otra a
cada cabo de la jarcia.
Para reproducir con suficiente exactitud este conjunto de cabos y al mismo tiempo dejarles
una tensión justa, será oportuno perforar la parte superior de la vigota e insertarle la
extremidad de la jarcia. Una gota de pegamento del tipo époxy colocada en el agujero
mediante un palito será más que suficiente para fijarla.
El cabito o jarcis no podrá ser cortado enseguida; será mantenido en su posición por medio
de una pinza o un pedazo de cinta adhesiva. Cuando la unión esté seca podrá ser cortado al
ras.
Otros cabos de maniobra podrán ser pegados por el mismo sistema. Haremos un pequeño
agujero en la pieza a la que deberá ser encolado. Insertaremos el cabo y a continuación un
trozo de plástico junto al borde para que lo mantenga fijo en su posición. Para terminar
aplicaremos una gota de pegamento a la unión.
En cualquier caso es oportuno disponer algunas velas plegadas y algunas desplegadas, para
dar mayor realismo a la maqueta. En este caso será de gran ayuda alguna buena ilustración
que muestre claramente como deben ir colocadas las velas. Esto se verá con más detalle en
el apartado de Mejora y detallado.
Las velas.
Con un poco de habilidad, sobre todo si se trata de las primeras maquetas, se pueden
emplear las que vienen en la caja, obteniendo un cierto realismo; pero lo mejor es
sustituirlas por velas de tela de las usadas en los modelos de madera. El diseño de cada vela
está indicado en el esquema de montaje y por tanto no es difícil cortarlas en las justas
dimensiones.
Solo nos quedará el pintado que veremos en el apartado de Pintura y acabado, aunque
algunos detalles ya lo estarán, como los palos, las distintas cubiertas, la superestructura,
etc., según el tipo de barco.
Completado el casco del modo habitual se pasa a la única cubierta sobre la cual tienen su
alojamiento las distintas partes, como el puente de mando, torretas, plumas, etc.
Piezas móviles.
Recordar que, en general, algunos detalles son móviles, en especial las torres y los
correspondientes cañones; como no aportan ninguna ventaja, es preferible pegarlas.
De antemano se debe elegir como realizar el modelo. Si está navegando podrá tener los
cañones en posición de tiro y todos orientados por el través, sea de babor o de estribor; si
está fondeado o amarrado, los cañones podrán tener la habitual posición trincados a crujía y
a menudo con la boca de fuego del cañón tapada.
Debe ponerse mucho cuidado en la simetría de todas las
piezas. Dos ametralladoras o dos cañones deben tener los tubos perfectamente alineados y
paralelos para no dar una mala imagen del modelo.
Dada la escala en que se trabaja, los detalles pequeños en extremo quedan mal reproducidos
en plástico. Éstos deben modificarse o incluso sustituirse por otras piezas nuevas, pues las
originales estarán fuera de escala y resultaran antiestéticas.
Por ejemplo deben modificarse las antenas de radar de los modernos buques de guerra. Las
varillas de las antenas, palos y estructuras de celosía deben ser sustituidos con hilo de
plástico estirado del espesor oportuno o por piezas de fotograbado. Se pueden tomar como
referencia las piezas suministradas con la maqueta, realizándolas de idéntica medida pero
de menor sección.
El necesario trabajo de acabado no puede ser exagerado hasta el punto de alcanzar todos los
modelos presentes en la caja. Así, el mejor sistema está en el justo término medio,
reproduciendo solo algunos aviones y helicópteros y no todos los disponibles a bordo.
Modelos «water-line»
Estos modelos de maquetas vienen con el casco acabado en correspondencia con la línea de
flotación.
Realizados en gran parte a escala 1/700 y 1/1200, por tanto
de muy limitadas dimensiones, es mejor no profundizar en los detalles y más bien procurar
acabar al máximo posible las piezas suministradas en la caja.
Al mismo tiempo pueden sustituirse planchas y partes del puente de mando con cartulina o
plasticard que se confeccionarán tomando como base las piezas suministradas en la caja de
la maqueta.
En este caso será de gran ayuda una buena documentación que muestre claramente como
son esas piezas. Esto se verá con más detalle en el apartado de Mejora y detallado.
Solo nos quedará el pintado que veremos en el apartado de Pintura y acabado, aunque
algunos detalles ya lo estarán, según el tipo de barco.
En el apartado Técnicas básicas > Uso de la masilla, se explica a grandes rasgos cómo el
uso de la masilla o putty. Aquí daremos un repaso haciendo hincapié en algunos detalles
para obtener un perfecto acabado previo a la fase de pintura.
En los aviones nos encontraremos con dos o tres puntos clave que necesitaran ciertas
cantidades de masilla: la unión de las dos mitades del fuselaje, la unión de las alas al
fuselaje, etc.
Si el modelo no tiene esos relieves grabados se puede lijar con tranquilidad utilizando
siempre papel de lija al agua del más fino, teniendo en cuenta que el acabado de un avión
normalmente tendrá que ser lo más pulido posible.
Si por el contrario se busca obtener un acabado más basto o el modelo tuviera múltiples
rendijitas, será conveniente darle un «lavado» de masilla muy diluida con acetona,
consiguiendo así reproducir la textura de la tela o simular fuertes deterioros o erosiones en
la superficie del aparato.
VEHÍCULOS
Si el tamaño lo permite, serán rellenados aplicando masilla directamente del tubo. Si no,
tras pegar una lámina de plástico igualaremos después los escalones y rendijas que puedan
quedar con la masilla, lijándola una vez seca.
Si el lugar es de difícil acceso, «lijaremos» la masilla de los rincones aplicando acetona con
un pincel duro.
FIGURAS
En la mejora y/o transformación de figuras es donde más uso tienen las masillas.
Desde los más simples retoques en las uniones de brazos, piernas y torsos, hasta tallar una
figura exclusivamente con plástico y masilla, técnica reservada para maquetistas expertos.
Para empezar a iniciarse será preferible experimentar sobre una figura o maqueta que no
sirva, pues las masillas no son un producto milagroso y el éxito en el acabado dependerá en
mayor grado de la habilidad y/o paciencia del aficionado.
En esta serie de artículos vamos a mostrar como realizar una maqueta de un carro de
combate. Para ello construiremos y pintaremos un carro de combate «King Tiger» (Panzer
VI B) que combatió en las filas alemanas desde mediados a finales de la Segunda Guerra
Mundial.
Para esta serie de artículos nos hemos decidido por una maqueta del fabricante Dragon a
escala 1/35 por su calidad y tamaño. La elección de la escala viene dada por ser la más
común y a la que más partido se le puede sacar.
El tren de rodaje
Una vez que hemos hecho esta parte del trabajo, pasaremos a unirlas a la parte inferior del
casco del carro. En lo posible, si lo indican las instrucciones o bien si vemos que las piezas
encajan perfectamente, no utilizaremos pegamento en esta fase. En cualquier caso, antes de
pegar las piezas hemos de comprobar el encaje perfecto entre ellas.
En la fotografía podemos ver como se ha montado todo el tren de rodaje sin usar
pegamento en lo posible, alineando las ruedas, lo que nos va a servir para dos cosas:
Cuidado con esto último. El pegamento para maquetas lo que hace es fundir un poco las
dos piezas, por lo que si nos equivocamos podemos haber arruinado nuestro trabajo antes
de empezar.
PIEZAS DE FOTOGRABADO
En nuestro caso, hemos seguido pegando piezas y tenemos la estructura inferior del carro
de combate terminada sin más dificultad.
En la foto pueden verse las tomas de aire traseras del carro de combate. Este es el aspecto
que tienen.
Pero normalmente estas tomas de aire van tapadas con rejillas para evitar que hojas o
piedras penetraran en los motores. Esto lo imitamos con los fotograbados, que son piezas
metálicas que nos sirven para mejorar la maqueta.
Hay miles de fotograbados en el mercado para mejorar carros de combate o cualquier otro
tipo de maquetas. Si estamos empezando en el mundo del maquetismo no hay que
preocuparse demasiado por ellos ahora. En este momento hay que aprender otras cosas. Las
mejoras las dejaremos para cuando sepamos hacer bien lo básico.
En este caso el fabricante ha incorporado los fotograbados, por lo que vamos a usarlos. Los
separamos con muchísimo cuidado de la matriz. Después, con unas tijeras, cortamos las
pequeñas rebabas que han quedado. Solo podremos pegar estas piezas con cianocrilato.
Con cuidado...
Hay que tener mucho cuidado con el pegamento de cianocrilato. Fragua muy rapidamente y
la pieza queda pegada casi instantaneamente, por lo que hay que situarla en su lugar con
seguridad. En caso de ponerlo de forma errónea podemos echar a perder el fotograbado.
Y cuidado también porque se nos pueden pegar los dedos, nos puede caer en la ropa y lo
peor, que nos toquemos los ojos con los dedos impreganados de este pegamento: en este
caso iremos directamente a un médico.
Y este es el aspecto que presentan las tomas de aire una vez colocados los fotograbados. La
diferencia es significativa.
EJEMPLO PASO A PASO: MONTAR UN CARRO DE COMBATE (III)
PIEZAS QUE NO ENCAJAN
Una vez que hemos terminado de pegar todas las piezas, tanto de la estructura inferior
como de la estructura superior, puede que en algunos lugares nos queden pequeños huecos,
aunque dada la calidad de esta maqueta en particular casi no hay.
Revisaremos toda la maqueta en busca de esos huecos. En nuestro caso encontramos uno en
la parte inferior izquierda de la torreta.
Protegemos la pieza con cinta de enmascarar dejando libre sólo la zona que tenemos que
arreglar.
Iremos afinando con papel de lija de distintos granos hasta alisar la superficie de tal manera
que parezca que nunca hubo ese hueco.
En estas fotografías se puede ver como queda el carro de combate después de haber sido
totalmente ensamblado, dejando aparte los detalles que por su delicadeza o tamaño deben
ser pintados aparte, como las herramientas, cables de arrastre, cadenas, etc.
Es conveniente comprobar que las ruedas estén perfectamente alineadas, tal y como se ve
en la foto.
Las cadenas
Tras separarlas de sus soportes una a una (unos 180 eslabones), con mucho cuidado se
quitarán las rebabas que hayan quedado en cada una de ellas.
Una vez seca la pintura pasaremos a un punto un poco complicado: colocar las cadenas.
Si están demasiado rígidas les daremos un poco de calor con un secador de pelo.
Poco a poco iremos metiendo la cadena a través de las ruedas, y uniremos por la parte
inferior el principio con el final de la cadena.
El aspecto que se busca es el de una pesada cadena metálica apoyada sobre las ruedas.
En el último artículo de esta serie hay unas fotos para ver el aspecto final que podría tener
el carro de combate.
En esta serie de artículos vamos mostrar como realizar una maqueta de un avión. Para ello
construiremos y pintaremos un bombardero en picado alemán «Stuka» (Junkers Ju-87),
que combatió en la Segunda Guerra Mundial, en todos los frentes, desde el principio hasta
el final de la guerra.
Era un avión lento que creaba el pánico entre las tropas enemigas cuando caía en picado y
el aire pasaba a través de la bocina que se integraba en su morro. Fundamentalmente fue
usado como bombardero en picado y caza-carros.
Para esta serie de artículos nos hemos decidido por una maqueta del Ju-87D fabricada por
Hasegawa a escala 1/32. Un molde muy bueno, con los paneles incisos y de una altísima
calidad en el detallado. La elección de la escala viene dado para no perder detalle en la
construcción y el pintado, pero se mostrarán técnicas que serán aplicables a todas las
escalas.
La calidad de la maqueta es muy buena, por lo que no hay grandes problemas con el
montaje. Sólo es importante, como en todas las maquetas, seguir las instrucciones que la
acompañan, leerlas antes de empezar y no saltarse ninguna.
Lo que se explicará en esta serie de artículos sirve tanto para este modelo como para
cualquier otro. La técnica es la misma y sólo variarán los colores a utilizar.
Para separar las piezas de su soporte lo haremos con una tenaza pequeña, a ras del soporte.
Después, con una cuchilla y mucho cuidado, quitaremos los restos de plástico que hayan
quedado en la pieza. Para terminar se repasaran con lija hasta hacer desaparecer cualquier
rastro de plástico extra.
LOS INTERIORES
En este punto deberíamos pasar a la fase de pintura de los interiores, puesto que muchos de
los detalles ya no serán accesibles una vez montado el fuselaje.
Ahora viene una de las partes más complicadas de toda maqueta de avión: el pegado del
fuselaje.
Para ello deberemos tener a nuestro alcance algunos «sargentos» o cualquier otro sistema
de pinzas, o incluso gomas elásticas, que servirán para presionar las dos partes mientras se
seca el pegamento.
PEGAR ALAS Y ESTABILIZADORES
Dos de las partes más difíciles de encajar de forma adecuada son las alas y los
estabilizadores traseros. Tanto en los aviones actuales como en los antiguos, estas piezas
deben colocarse de forma perfectamente simétrica, ya que en caso contrario un lado del
avión se verá más alto que el otro y el efecto es muy negativo.
Hay multitud de formas para conseguir que queden simétricos. Una de ellas es la que
aparece en la fotografía a modo de ejemplo.
Para asegurarse de que los dos estabilizadores están a la misma altura colocaremos debajo
de ellos dos botes de pintura iguales, de tal manera que ambos estabilizadores queden a la
misma altura. Y podemos situar encima de ellos otros dos botes con la función de ejercer
peso sobre los estabilizadores.
De igual manera actuaríamos con las alas, de forma que al secarse la unión queden
perfectamente simétricas.
Una vez que se haya terminado el proceso de pegar todas las piezas pasaremos al también
proceso de enmasillado.
Por buena que sea una maqueta (casi) siempre encontraremos que hay partes que encajan
no demasiado bien, que se forman pequeños huecos y, sobre todo, que en las uniones
sobresale un poco de pegamento seco y las dos partes pegadas quedan a distinta altura.
Todo esto tiene solución. Para ello está la masilla.
Lo primero que hay que hacer es revisar toda la maqueta y ver donde están los posibles
puntos conflictivos. Hay que observar sobre todo las uniones de las dos mitades del avión y
la de las alas con el fuselaje.
Tomaremos cinta de enmascarar, que cortamos en pequeños trozos y los iremos pegando,
con mucho cuidado, justo al lado de la parte que se vaya a enmasillar.
Aquí puede verse como se ha dejado libre la línea en la que el ala se une al fuselaje,
tapando todo lo demás.
Hay que tener cuidado con la masilla, pues puede disolver el plástico.
Una vez seca procedemos a lijarla, primero con una lima y después con papel de lija al
agua. En ambos casos hay que tener cuidado, ya que los detalles que sobresalen del fuselaje
son muy pequeños y si lijáramos con fuerza podríamos eliminarlos. Aunque este problema
tiene solución, es mejor ser cuidadosos.
Si hemos tenido cuidado al lijar las uniones de todas las piezas quedaran de tal manera que
al pasar un dedo por la unión no debería notarse la masilla. De no ser así deberemos seguir
lijando con papel de lija al agua hasta igualar ambas superficies y eliminar posibles restos
de masilla.
Si para separar cualquier pieza de su soporte ya hay que andar con cuidado por su
fragilidad, aún más una pieza transparente. De no hacerlo puede ocurrir que en el punto de
unión del plástico transparente con su soporte aparezcan unas manchas blancas, por haber
«forzado» o doblado un poco la pieza, y que son muy difíciles de eliminar.
Para separarlas correctamente utilizaremos una tenaza pequeña o una cuchilla muy afilada.
Cortaremos al ras del soporte y con mucho cuidado separaremos la pieza transparente.
Después lijaremos, con mucho cuidado también, la zona del corte para que quede
completamente lisa.
Pulimento «casero»...
Si las piezas transparentes no son todo lo «transparentes» que debieran (por tener arañazos,
por ejemplo) pueden mejorarse aplicando una pequeña cantidad de pasta de dientes sobre
un trozo de papel tisú (servilleta de papel o papel de baño) y frotar sobre la pieza
transparente, hasta conseguir devolverle el brillo y su transparencia. La pasta de dientes es
abrasiva y actuará como una lija. No hay que olvidar limpiar bien las piezas antes de
pintarlas.
Una vez que nuestras piezas están lijadas, pulidas y limpias procederemos a pintarlas, y
después veremos como deben pegarse de manera que no pongamos en peligro su
transparencia.
Las piezas transparentes tienen un problema a la hora de pegarse al resto de piezas: los
pegamentos (incluidos los especiales para maquetas y los de cianocrilato) emiten unos
gases que hacen que el plástico transparente quede traslúcido, estropeando la pieza
definitivamente. Además, si cae una gota, o un poco de pegamento se pegara al cristal, sería
complicado arreglarlo.
Por este motivo es recomendable utilizar cola blanca, aunque también podemos encontrar
líquidos específicos para esta función como Kristal-Klear.
La cola blanca tiene como inconveniente que tarda mucho en secar, pero una vez seca no se
nota, y si hemos cometido un error podemos despegar la pieza sin ningún problema.
Para aplicar la cola blanca podemos utilizar un pincel o un simple palillo de dientes. Se
toma una pequeña cantidad que se distribuye por el borde del fuselaje, justo donde irán
situadas las piezas. Solo queda colocarlas presionando un poco y dejar que se seque.
Hasta aquí ha llegado la fase de preparar y montar las piezas de esta maqueta.
En el último artículo de esta serie hay unas fotos para ver el aspecto final que podría tener
el avión.
Pintura y acabado
INTRODUCCIÓN
El color cambia con la distancia: los objetos cercanos son más intensos que los lejanos. La
atmósfera difunde el color, neutralizándolo y haciéndolo más grisáceo. Como la maqueta se
observa desde más cerca que el original, es preciso añadir algo de blanco o gris claro al
color base para lograr el mismo efecto. La distancia también modifica el aspecto del
acabado.
Las superficies lisas brillan porque reflejan la luz en una dirección, mientras que las más
ásperas la dispersan y aparecen mates. La atmósfera también dispersa la luz, por lo que una
superficie brillante parecerá satinada, y aun mate si se mira de lejos. Por tanto, al reducir el
tamaño en la maqueta es preciso emplear pinturas o barnices mate, o añadir a la pintura un
agente matizador.
El color se ve también afectado por el tiempo y el desgaste. Así, unos vaqueros azules se
blanquean al lavarlos; un carro de combate se oxida expuesto a los elementos.
Aunque no hay fórmulas que garanticen una pintura realista, hay una regla de cajón: si
parece bien, es que está bien.
Hay que tener en cuenta que siempre se debe empezar con una maqueta bien preparada.
ANTES DE PINTAR
PREPARACIÓN
Todos los materiales deben prepararse antes de ser pintados para dotarlos de una superficie
limpia y suave; algunos necesitan imprimación para que la pintura agarre.
Cartón
Las piezas de cartón deben sellarse con barniz. Éste levantará la superficie, que lijaremos.
Si es necesario, aplicaremos una segunda capa para dejar una base lisa para la pintura.
Madera
La madera, incluida la balsa, debe lijarse y tratarse con tapaporos antes de pintar. Después
de lijar, quitaremos el polvo con un pincel suave, ayudándonos con el aire del aerógrafo si
fuera el caso. Aplicaremos a continuación un tapaporos para que la pintura no se absorba.
Una vez seco, lijaremos para dar la base.
Metal
Tras haber eliminado cualquier fundente usado para soldar, lavaremos la maqueta en agua
templada y un poco de detergente líquido. Frotaremos con un cepillo de dientes viejo.
Finalmente la aclararemos y secaremos.
El metal debe imprimarse para evitar la oxidación. Lo mejor es tratar los no-férricos con un
minio al cromo. Los barnices de acetato de celulosa y poliuretano son también adecuados
para metales blancos. El acero y la hojalata se tratan con una imprimación normal para
metales.
Plástico
Poliestireno expandido
Este material debe recibir una imprimación que lo proteja de los disolventes y pinturas, que
lo destruyen. Después lijaremos suavemente la superficie, cuidando de no atravesar la
imprimación.
COLOR BASE
La base proporciona una superficie adecuada a las capas que ha de llevar encima y evita
que se vea a través de la pintura el color del material. Por eso el color de la base debe
parecerse al de la pintura final. Si hay que utilizar varios colores, elegiremos como base un
gris neutro o blanco. En acabados metalizados, usaremos blanco para plata y acero y
amarillo para oro, latón y bronce. Por lo general la base es del mismo tipo que la pintura.
La base también ayuda a obtener acabados muy brillantes. Lijaremos suavemente cada base
antes de dar la mano final de pintura brillante.
Pintaremos siempre en un lugar limpio y sin polvo. Antes de empezar, limpiaremos la mesa
de trabajo y la cubriremos de periódicos.
Es fundamental planificar para no tener que tocar la superficie pintada. Debemos decidir el
orden que seguiremos y construir útiles para sujetar cada pieza. Podemos usar desde
palillos para las pequeñas hasta alambres para las más grandes.
A veces la pintura se emplea tal como viene en el envase, pero en otras se diluye, sea para
restar intensidad al color, sea para lograr que fluya más suavemente en la superficie de la
maqueta. Una pintura muy diluida se denomina lavado.
Usaremos muy poco óleo cada vez; la pintura durará fresca varios días. Si se forma una
telilla por encima, la perforaremos para aprovechar la pintura de debajo. Cuando ya sea
inutilizable, rasparemos la paleta con un cuchillo sin afilar y la limpiaremos.
Las acuarelas en tubos se mezclan como el óleo, pero se diluyen con agua. Suelen
aplicarse como lavados transparentes.
El esmalte viene en botes que hay que remover bien antes de usar porque si no disminuirá
su poder para cubrir y los colores mates secarán dejando rayas brillantes.
Para mezclar los colores verteremos un poco de cada uno en la paleta y mezclaremos con
un pincel en el centro. Es conveniente utilizar una paleta distinta para los colores
metalizados.
El esmalte es demasiado grueso para fluir bien, y debe añadirsele un poco de diluyente con
el pincel en la paleta o en un recipiente.
Hay que tapar el bote lo antes posible, limpiando el borde de la tapa para que cierre bien. Si
se forma nata sobre la superficie, la retiraremos con una varilla de agitar la pintura y la
tiraremos; es conveniente filtrar el resto antes de usarlo con una media de nylon fina o
similar.
Para lograr un acabado uniforme hay que dar dos manos de pintura diluida. Para ello
cargaremos el pincel solo hasta la mitad y escurriremos el exceso en la paleta. Aplicaremos
empezando por los detalles poco accesibles, rellenando el resto, alisando las estrías de la
pintura antes de que empiece a secar para que el pincel corra sin tropiezos. Procuraremos
no rozar contra ningún borde, porque eso depositaría en la superficie adyacente un goterón.
Una vez seca la primera mano, podemos dar directamente la segunda, aunque si la
superficie ha quedado marcada por polvo o rayas debe pulirse ligeramente con una lija de
agua fina.
Se llama fusión a la transición gradual de un color a otro. Tendremos que usar esta técnica
para reproducir los tonos de la piel y de la ropa en las figuras, también para acentuar
sombras o colores delicados. El óleo es la pintura más fácil de fundir, aunque también
pueden conseguirse resultados con acuarelas y acrílicos.
Hay que aplicar muy poca cantidad y trabajar desde el límite de un color hacia el otro,
pintando con el pincel en bisel.
El realce sirve para destacar bordes y subrayar detalles y texturas. Utilizaremos un tono
pálido de cualquier color, aunque muchas veces se resuelve todo con blanco porque la
cantidad aplicada es mínima. Cogeremos muy poca pintura pura con la punta del pincel y
escurriremos la mayor parte en el borde de la paleta. A continuación recorreremos la
superficie sin apretar, dejando que los relieves recojan la mínima cantidad de pintura.
Al pintar con aerógrafo deberemos tomar ciertas precauciones porque la mayoría de las
pinturas son inflamables y tóxicas a la inhalación.
No pulverizar, pues, contra una llama; ni fumar en la misma habitación mientras se pinta ni
después; y abrir las ventanas para que haya ventilación. Para mayor seguridad, utilizaremos
una mascarilla.
Para construirnos la cabina de pintado podemos usar una caja de cartón suficientemente
grande, con un lado abierto, y ligeramente humedecida con agua para evitar el polvo. Para
el soporte giratorio podemos partir de un círculo de aglomerado que atornillaremos sin
apretar en una base del mismo material usando una arandela de separación que permitirá el
giro.
DILUIR LA PINTURA
Cualquier pintura puede pulverizarse, salvo los colores en polvo que son demasiado
espesos. Debe diluirse hasta que tome la consistencia de la leche, bien en una paleta o bien
en el propio depósito. Se vierte en éste con un pincel o un cuentagotas. Si está demasiado
líquida, la pintura se correrá por la superficie de la maqueta, y si está demasiado espesa,
atascará el aerógrafo que escupirá y no pintará uniformemente. Si la pintura tiene coágulos,
la colaremos por una media de nylon fina o similar.
APLICAR UNA CAPA UNIFORME
Esta técnica da una capa uniforme en una superficie plana, aunque en una maqueta normal
habrá que empezar por pintar los rincones y huecos poco accesibles para asegurarnos de
que quedan cubiertos.
ACABADOS METALIZADOS
Muchas maquetas (aviones y armas, por ejemplo) deben recibir un acabado metalizado.
PINTURA
La pintura metálica, en tonos oro, plata, aluminio y cobre, es muy versátil, ya que puede
mezclarse con cualquier otro color. Para lograr un acabado bien liso sobre una superficie
grande (un coche o un avión, por ejemplo) es preferible pulverizar que aplicar a pincel.
PAPEL METÁLICO
Los paneles metálicos delgados dan un efecto muy real. Puede usarse papel metálico
especial para maquetistas, autoadhesivo y pensado para seguir las curvas sin arrugarse, o
papel de aluminio de cocina. Para pegar éste último, usaremos un adhesivo especial o
aplicaremos barniz mate a la superficie de la maqueta y colocaremos el panel cuando esté
pegajoso.
El metal tiene textura, y si los paneles se colocan en posiciones diferentes, el tono y el color
variaran de unos a otros, como en los modelos reales. También puede variarse el color
aplicando a pistola pintura metalizada a la hoja metálica antes de cortarla. Para que el
resultado no quede «a cuadros» envejeceremos la superficie para darle un tono uniforme.
Si vamos a acabar toda la maqueta con hoja metálica, quizás sea más fácil cubrir las partes
principales, como las alas o el fuselaje de un avión, antes de montarlas. Ocultaremos las
uniones entre componentes con pintura. No olvidaremos pintar los interiores antes de
aplicar la hoja. Si los rebordes y remaches están mal moldeados, los limaremos y
grabaremos unos nuevos en el plástico.
Cómo aplicar la hoja metálica
Presentaremos sobre el modelo un trozo de hoja algo mayor que el área a cubrir;
presionaremos con el dedo, desde el centro hacia afuera
Cortaremos el sobrante siguiendo las líneas del panel, procurando no rasgar la hoja
Tras pegar la hoja bruñiremos con un paño suave
Repetir el proceso con el resto de los paneles
Quitaremos los paneles mal aplicados con una cuchilla, y probaremos a usar otros menores.
Una vez bruñida, una junta a tope no debe notarse. Las arrugas pequeñas pueden eliminarse
con el rabo de un pincel.
PASTA METÁLICA
Existe en oro, cobre y plata y diferentes acabados, y en algunas marcas pueden mezclarse
para variar el color, por ejemplo para oscurecer los alrededores de la salida de gases de un
reactor.
Las piezas pequeñas se trataran igual, aunque también puede diluirse la pasta con aguarrás
y aplicarla con un pincel.
No olvidemos limpiar perfectamente las partes que luego hayan de recibir el pegamento.
ACABADOS METALIZADOS
EJEMPLO DE USO DEL PAPEL METÁLICO
Tras seguir los consejos detallados en el apartado Montar un avión, tendremos preparados
el fuselaje y las alas.
Si los rebordes y remaches están mal moldeados, los limaremos y grabaremos unos nuevos
en el plástico.
Empezaremos pegando los primeros paneles en las zonas más grandes, para ir avanzando
hasta cubrir todo el avión.
Naturalmente no habremos olvidado pintar los interiores antes de aplicar las hojas.
En el caso concreto de este modelo, algunas partes van pintadas y por tanto no se cubrirán
con papel metálico.
Cuando este todo el conjunto seco será el momento de montar las alas y el fuselaje.
Ocultaremos las uniones entre componentes con pintura. Habrá que tener en cuenta que las
zonas donde debamos aplicar pegamento deberán estar limpias de papel o pintura.
CARTAS DE COLORES
A la hora de pintar una maqueta nos encontraremos con la necesidad de tener que usar unos
colores específicos debido a que nuestra maqueta es una réplica de un avión, coche, carro
de combate, etc... que en realidad existe o existió con esos mismos colores.
Para ello tenemos una cantidad de marcas con una amplia gama de colores a fin de poder
satisfacer las exigencias de la gran mayoría y cubrir las necesidades de cualquier
aficionado.
El primer paso es la búsqueda del color real y adecuado a nuestra maqueta. Los fabricantes
de maquetas suelen incluir referencias de colores de determinadas marcas, útiles aunque a
veces inexactas.
No podemos fiarnos de aquellas instrucciones en las que se nos diga que las manchas son
en verde oscuro, pues existen muchas tonalidades distintas de verde oscuro.
Hay que procurar siempre recurrir a las cartas de colores de los fabricantes para localizar
los esquemas y tonos correctos.
Como nos encontraremos con varios cuadros de colores, y con colores de idéntico nombre
que pueden tener tonalidades levemente distintas según el fabricante, deberemos recurrir
con frecuencia a las cartas de conversión de colores. Para ello aconsejamos estas
direcciones:
Un estupendo artículo sobre conversión de cartas de colores, el Urban Fredriksson's Color
Reference Charts (Part I) y el Urban Fredriksson's Color Reference Charts (Part II)
publicados en la web del IMPS de Suecia.
Para solventar estas diferencias muchas veces los aficionados recurren a las mezclas para
conseguir el tono adecuado. La experiencia, como en casi todo, nos irá enseñando a
conseguir esos colores.
En definitiva, pues, los colores tienen que ser lo más aproximado posibles pero sin llegar a
la obsesión.
El efecto escala...
No hay que olvidar el efecto de la escala a la hora de pintar, tal y como se explica en el
artículo Lo + básico > El efecto escala y los colores.
TÉCNICAS DE TAPADO
La técnica del tapado consiste en cubrir una parte determinada mientras se pinta la de al
lado para evitar que la pintura la alcance.
Se emplea tanto para pintar con aerógrafo como con pincel, y sirve tanto para proteger una
zona acabada como para decorar.
Otra posibilidad es la confección de plantillas. Una plantilla es una máscara de tapado con
un dibujo recortado en su centro. Se usan en especial para personalizar vehículos y pueden
confeccionarse con muy diversos materiales.
CINTA ADHESIVA
La cinta adhesiva de papel es flexible y tiene el grado de adherencia justo. Los bordes
pueden resultar un poco imperfectos pero basta con cortar la cinta por el centro para
hacerlos nítidos.
La cinta aislante de plástico da un borde mucho mejor. Hay que asegurarse antes de que se
despega bien y sin dejar restos.
PAPEL Y CARTÓN
Las máscaras de estos materiales son fáciles de hacer y de cambiar de sitio, y constituyen
un buen procedimiento para repetir motivos decorativos. Si la plantilla se sujeta firmemente
a la superficie, el borde quedará nítido, pero si se levanta un poco al pintar a pistola, parte
de la pulverización caerá bajo ella y el borde será difuso.
Para tapar zonas internas, como tomas de aire de un motor o barquillas del tren de
aterrizaje, puede utilizarse papel tisú (también conocido como Kleenex). Se moja y se
aprieta en el sitio con el mango de un pincel o herramienta similar. También podemos
utilizar algodón del que se adquiere en las farmacias.
PRODUCTOS LÍQUIDOS
También la cola blanca es muy eficaz sobre pintura metálica, fácilmente rayada por otros
productos.
Estos líquidos se aplican a pincel sobre una superficie limpia. Una vez secos, pueden
recortarse con una cuchilla. Después de pintar, se quitan cuidadosamente con cinta adhesiva
o levantando el borde con una cuchilla. Si es necesario pueden ablandarse con agua
templada.
Tras pintar todo de un color, normalmente el más claro, dejamos secar durante 24 horas.
Pegamos la cinta siguiendo el límite del segundo color, frotando bien para que la pintura no
pueda penetrar la cinta. Cubrimos el resto de la maqueta con papel para evitar que se
manche.
Pintamos con el segundo color a pistola o a pincel. En este último caso hay que dar las
pinceladas hacia fuera de la cinta para que no quede un borde grueso. Dejamos secar bien.
Las bandas y líneas que decoran o perfilan determinadas partes son esenciales en el
acabado de numerosos vehículos. Pueden hacerse usando cinta delgada y diversas técnicas
de tapado. Las cintas de dibujo son especialmente útiles.
Para pintar una banda, pegamos una cinta de la anchura de la banda y otras dos a tope a los
lados. Quitamos la del centro y pintamos. Cuando esté seco, despegamos las bandas
laterales.
Otro sistema puede ser pintar la maqueta del color de la banda, siempre más claro. Tras
dejar secar durante 24 horas pegamos la cinta donde debe ir la banda. Seguidamente
pintamos la maqueta del color definitivo y tras dejar secar quitamos la cinta para que quede
la banda del color base.
Una variación de este último sistema se hace pulverizando hacia el centro de la cinta, de
forma que la pintura se extienda a ambos lados; al quitar la cinta, quedará un borde nítido
que se difumina a los lados, motivo muy típico en coches personalizados.
PINTAR LÍNEAS
Dibujar las líneas exige más destreza que los demás métodos, pero muchas veces es la
mejor técnica para delinear paneles, porque las cintas tienden a arrugarse en las esquinas.
Es mucho más fácil dibujar en superficie mate y, si se quiere un acabado en brillo, es mejor
pintar en mate y al final aplicar un barniz brillante.
Antes de dibujar se debe sujetar la maqueta con firmeza, por ejemplo con gomas elásticas a
una base de goma-espuma o de madera.
Las líneas pueden dibujarse con tiralíneas, estilógrafo tipo Rotring o incluso
con lápiz de dibujo HB. El tiralíneas es de anchura ajustable, barato y compatible con
cualquier clase de tinta o pintura. Pero para manejarlo bien hace falta mucha práctica; se
carga con cuentagotas o pincel. El estilógrafo tiene una punta intercambiable y de anchura
fija. Es fácil de usar, pero caro y no acepta más que tintas especiales.
Las líneas rectas se trazan con ayuda de una regla de canto biselado. Cuando se usa un
tiralíneas tradicional se coloca boca abajo, de forma que el borde biselado quede en el aire,
separado de la base para evitar la formación de borrones. Si se está dibujando con
estilógrafo puede usarse la regla en su posición normal, pero teniendo cuidado de
mantenerlo perfectamente vertical. En ambos casos hay que desplazar éste a velocidad
constante y no pararse.
Las curvas se trazan a compás, apoyando la punta en un trozo de cinta para no estropear la
pintura. Hay también plantillas para curvas de radio no constante y para circunferencias y
elipses.
USO DE PLANTILLAS
Pintura de llamas
En el caso de los aviones, que deben operar contra muy diversos fondos, incluyendo el
cielo, es algo muy difícil de lograr.
A veces se usa un solo color, aunque lo normal es recurrir a un mínimo de dos para romper
el contorno. El límite entre unos y otros puede ser nítido o difuso.
Aunque las autoridades militares especifican con exactitud las pautas a seguir, la
disponibilidad de materiales, el método de aplicación y, a veces, una interpretación errónea
de las instrucciones dan lugar a incontables variantes.
Hay muchas diferencias en los detalles de los distintos tipos de camuflaje posibles, pero las
técnicas básicas que se explican se adaptan a cualquier situación.
Si se usa pincel, lo más fácil puede ser pintar todo del color más claro, para a continuación
dar encima las manchas más oscuras.
A escalas muy pequeñas el grosor de la pintura puede ser inaceptable. En estos casos
taparemos primero las áreas oscuras y pintaremos las claras, invirtiendo el proceso. De esta
forma la capa de pintura será de grosor uniforme.
Para ello aplicaremos las técnicas de tapado, aplicando primero el color más claro.
CAMUFLAJE ONDULADO
Para hacer un borde nítido hay que pintar primero el color más claro. A continuación se
señala el borde del camuflaje con un lápiz o se traza a pulso con pincel, y seguidamente se
rellena de color desde los bordes al centro.
Otra alternativa es cubrir el borde con cinta ancha de enmascarar. Se dibuja encima el borde
del camuflaje antes de frotarla y se recorta por la línea sin rayar la pintura. Se quita a
continuación el sobrante y se frota bien por el borde para evitar que traspase la pintura.
Para lograr un buen borde difuso el mejor procedimiento es
a pistola. Usando un aerógrafo ajustado a un chorro muy fino y dibujándolo a pulso,
siguiendo una guía pintada a lápiz si fuese necesario. A continuación se rellena de color el
resto.
Si la pistola no permite un ajuste fino, se puede recortar el borde del camuflaje en un cartón
y se sujeta un poco por encima de la superficie para que se extienda por debajo un poco de
pintura.
Cuando se vean algunas técnicas de pintura más avanzadas se explicará como lograr unos
bordes difusos aplicando la pintura con pincel.
CAMUFLAJE MOTEADO
Puede intentarse también con un pincel duro de cerda, pero aplicando poquísima pintura
para que no se forme una textura apreciable. También puede utilizarse un trozo de esponja
sujeto con unas pinzas.
CAMUFLAJE LOSANGEADO (LOZENGE)
Por su especial diseño en el artículo que viene a continuación se explica con detalle como
se puede realizar.
CAMUFLAJE DE INVIERNO
Para reproducir este «camuflaje», se pinta primero la maqueta del color o camuflaje
originales y luego se pulveriza una capa ligera de gris claro mejor que de blanco. Cubrir a
manchas, centrando el chorro en el centro de los paneles para sugerir el deterioro de los
remaches y bordes.
Técnica «inversa».
Para reproducir el camuflaje de invierno también puede seguirse el método «inverso». Es
decir, pintar la maqueta de color blanco (mejor si es un blanco «sucio»), y después ir
«ensuciando» con el color original las zonas en que el camuflaje blanco habría
desaparecido. Esta técnica puede ser más recomendable para vehículos «abandonados» a la
intemperie en pleno invierno, donde predominaría la nieve.
El camuflaje aplicado a mano puede simularse rayando sobre una pintura algo diluida.
OTROS DIBUJOS EN CAMUFLAJES
Es un tema de estudio difícil por su lejanía y porque, sobre todo en las filas alemanas, cada
piloto solía llevar su aparato a «su manera», aunque consistiese simplemente en una inicial
de su nombre o ribetear de rojo, por ejemplo, toda la cola del avión.
Sin embargo, los «modestos» se conformaban con los camuflajes de fábrica, cada cual más
extraño, destacando el lozenge o hexagonal como esquemas de pintura debidos a la carestía
de materias primas en Alemania hacia 1917.
A pesar de que fue muy usado, es en maquetismo, por su dificultad de pintado y variedad
de colorido, el gran ausente.
CÓMO CONFECCIONARLO
Antes de empezar con el camuflaje hay que pintar con un color mate no muy oscuro, que
puede ser alguno de los utilizados en el lozenge, las superficies que van a recibir los
hexágonos, como son la parte superior de las alas, planos de cola y el fuselaje por todos sus
lados.
Primero hay que dibujar una zona con hexágonos dispuestos en colmena en un papel aparte,
calculando su tamaño y procurando que sea más grande que cualquier pieza del avión, para
cubrirlo todo.
Escala> Hexágono
1/72 > 2 mm de lado
1/48 > 3 mm de lado
1/32 > 4,5 mm de lado
1/24 > 6 mm de lado
Después se fija la plantilla por sus extremos con cinta adhesiva a otra hoja de papel,
quedando al descubierto la zona donde va a ir el lozenge.
Luego procederemos a colocar una hoja de papel de calco normal encima de la pieza y, por
último, la zona de hexágonos ya preparada. Se irá calcando poco a poco todo el dibujo con
un lápiz fino y, al retirar el papel, veremos que encima de la pintura mate se ha quedado
grabado el dibujo.
La forma de pintar todas las partes es la misma excepto en el fuselaje donde hay que
calcular antes para que todo cuadre.
El mejor consejo es tomarlo con calma porque el resultado merece la pena, en especial a
escala 1/48 o superiores, que es donde los resultados son más llamativos y más agradecido
es el tamaño.
Otra opción...
Es utilizar las calcas que suelen acompañar las maquetas. Más fácil, rápido y limpio,
siempre que tengan un mínimo de calidad y pongamos especial cuidado a la hora de
ponerlas.
El tiempo y la práctica es todo cuanto se necesita para llegar a manejar y dominar la pintura
con aerógrafo.
Con una regla y un lápiz se trazan en una hoja de papel rayas paralelas separadas entre sí
unos 4 cm
Hay que practicar también que el brazo comience a moverse antes de apretar el disparador
y dejar de pulsar cuanto se esté llegando al final, pero sin detener el movimiento del brazo,
siempre paralelo al papel hasta llegar al final de la línea.
Cuando se domine esta técnica, lo que costará unos cuentos folios hasta llegar a una
habilidad razonable, se puede pasar al ejercicio siguiente:
Con una regla y un lápiz se trazan en una hoja de papel rayas paralelas separadas entre sí
unos 4 cm.
Ahora se trata de hacer un trazado que vaya uniendo alternativamente la línea superior con
la inferior, formando una línea quebrada, de modo que se obtendrá un dibujo a pistola con
forma de dientes de sierra.
Se debe ser muy crítico en conseguir que los picos no sobrepasen los límites superior e
inferior marcados por los trazos a lápiz.
Tras preparar más hojas igual que antes, ahora se trata de trazar círculos que unan la línea
superior e inferior, cuidando de no sobrepasar los límites.
Practicando estos ejercicios en poco tiempo se habrá adquirido la habilidad suficiente como
para comenzar a hacer pruebas sobre una maqueta, preferiblemente vieja, antes de
arriesgarse a hacer experimentos sobre un modelo que puede ser irreemplazable.
EMPEZAR A PINTAR
Tras cargar el aerógrafo con la pintura que nos servirá de base para los colores definitivos,
hay que probar sobre una cartulina si la pintura está correctamente diluida.
No hay que olvidar que en un primer momento lo que se busca es cubrir por entero muy
ligeramente con el tono base. Dejar secar unos 10 minutos.
Esta primera capa servirá para conseguir que la pintura quede bien repartida y su agarre a la
superficie sea mejor.
Siempre, antes de aplicar la pintura hay que probarla sobre una cartulina.
En el caso de camuflajes en varios tonos, se da una base total del primer color, para luego
enmascarar si es necesario y aplicar sucesivamente los demás. Empezar siempre por el más
claro de los colores.
En el apartado de Pintura y acabado > Técnicas de tapado se explica la que quizás sea más
ingrata y tediosa tarea de la pintura con aerógrafo. Sin embargo, pasarla por alto supone
arruinar por completo un posible resultado final satisfactorio.
Es, además, una de las pocas áreas del maquetismo en que la exageración paga dividendos.
Así, pues, no hay que temer ser tachado de extravagante si para pintar una franja de 2 cm de
ancho sobre una pieza tapamos el resto de la maqueta.
A todos les puede ocurrir que al retirar el papel y la cinta que limitaba un área se
encuentran con que, asombrosamente, la pintura es capaz de viajar distancias sorprendentes
con tal de posarse en el sitio más inoportuno.
Una vez hecho este comentario previo, es el momento de ocuparse de los aspectos del
tapado.
Hay que observar, preferiblemente en fotos, si los límites del camuflaje entre los diversos
colores son líneas duras o por el contrario blandas e indefinidas.
límites definidos
límites difuminados
En el primer caso se delimitan las zonas a pintar en los restantes tonos, según el patrón, si
éste existe, con ayuda de un lápiz de dibujo de mina blanda, muy afilado.
Con la ayuda de la regla metálica y una cuchilla afilada, se recortan unas tiras de unos 2
mm de cinta de enmascarar. Con ellas se irá delimitando los bordes de las zonas que
permanecerán en el color base o primer tono del camuflaje, siguiendo las líneas que se han
dibujado con el lápiz. Las áreas ya definidas se cubrirán con líquido de enmascarar,
quedando expuestas aquellas destinadas a recibir el/los siguientes colores.
Otra opción es cubrir la pieza con cinta ancha de enmascarar. Se dibuja encima el borde del
camuflaje antes de frotarla y se recorta por la línea sin rayar la pintura. Se quita a
continuación el sobrante y se frota bien por el borde para evitar que traspase la pintura.
Para evitar que los colores de las superficies pintadas «contagien» otras zonas ya pintadas
se pueden cubrir con cinta y papel de periódico adherido a ella de modo que cubra la zona
mientras se pintan los colores en cuestión.
En el caso de aviones, hay que fijarse también en qué forma y dónde limita el color de
arriba con el de abajo, pues normalmente, aparte de ser más o menos duro, ocupa unas
zonas bastante definidas y que varían de un modelo a otro.
De nuevo se hace totalmente necesario disponer de una buena documentación que debe
estudiarse concienzudamente.
Si los bordes del camuflaje son poco definidos, deshilachados, o cualquier otra cosa menos
netos, se puede optar por aplicarlos a mano libre, ajustando el chorro del aerógrafo casi al
mínimo y tirando muy de cerca (2 cm o menos), dibujando literalmente los límites que
luego con el aerógrafo un poco más abierto y desde un poco más lejos se rellenaran de
color.
Otra posibilidad es utilizar las técnicas expuestas en apartado Pintura y acabado > Cómo
pintar camuflajes.
camuflaje de líneas
camuflaje moteado
Sin embargo, sí hay unas recomendaciones básicas para obtener buenos resultados:
También hay que cubrir los huecos y las pequeñas piezas ya pintadas que se han montado
previamente en la maqueta. Para ello también puede utilizarse el algodón.
Un truco.
Antes de aplicar líquido de enmascarar en una pieza transparente, como puede ser la
carlinga de un avión, se frota con un dedo untado de aceite de cocina. Esto ayudará a retirar
el líquido protector y que la pintura no salte.
Bajo el punto del aficionado que va a usar el aerógrafo para pintarlas son importantes varias
consideraciones:
Hay que tener en cuenta que invariablemente éstas marcas se aplican al final, una vez que
todas las pinturas de camuflaje han ocupado su lugar.
Recordando en lo dicho anteriormente, hay que limitar con gran generosidad la zona a ser
pintada. Insistir bien en los bordes de la cinta para evitar que la pintura pueda filtrarse por
debajo con consecuencias desagradables.
Para obtener una mayor luminosidad (no siempre deseable) en las zonas de
reconocimiento tenemos que dar una capa previa de blanco mate; una vez seca se pintará
del color o colores.
CÓMO USAR UN AERÓGRAFO (IV)
EFECTOS ESPECIALES
Una vez establecidas las bases para el manejo de los aerógrafos, se explicarán algunas
técnicas avanzadas para dar ese toque personal a cualquier maqueta. Naturalmente cada
maquetista desarrollará sus técnicas personales que la experiencia le irá aportando.
Tres errores básicos se repiten en la realización de estos efectos; color inadecuado, forma
incorrecta e intensidad (casi siempre por exceso).
Para comprender el error del color, solo hay que observar un buen número de fotografías de
distintos modelos. El color negro puro es poco frecuente; incluso en los casos en que se
encuentre en el modelo real, resulta excesivamente intenso al pasarlo a la maqueta. Es
deseable utilizar la gama de los grises oscuros.
En aviones, sobre todo los pintados en colores muy oscuros, la decoloración producida por
los gases de escape a elevada temperatura es de color claro; en estos casos se usaran grises
más claros con tintes marrones y violetas muy suaves.
También en los aviones, las zonas afectadas por las estelas de oxidación se repiten en un
mismo tipo de aparato, fenómeno relacionado con el flujo de aire a lo largo del fuselaje. Es
claro que debe tenerse muy en cuenta este aspecto.
En cuanto a la intensidad, siempre es preferible pecar por defecto que por exceso, aunque
es cierto que tal decisión vendrá de la observación del original. En todo caso siempre es
aconsejable reprimir el entusiasmo ya que luego resulta muy difícil volver atrás.
Luces y sombras
En todo tipo de vehículos hay un buen número de zonas como escotillas, compuertas,
estructuras, etc... que pueden beneficiarse de estos efectos. Sobre ellos se aplicará el color
base mezclado (casi imperceptiblemente) con negro para las sombras y blanco para las
luces, pulverizando desde muy cerca, con el aerógrafo muy cerrado y en pulsaciones muy
cortas.
Envejecimiento
Todos han podido observar las nubes de polvo que levantan los carros de combate al
avanzar. Para aplicar este efecto, basta con colocar el aerógrafo a una distancia
relativamente grande (entre 12 y 15 cm) y medianamente abierto aplicar una pintura de
color adecuado (gris polvo, arena muy pálido), o incluso una combinación de varios tonos,
para conseguir un resultado perfectamente verosímil.
Para insistir en determinadas áreas se puede acercar el aerógrafo, resultando una capa de
polvo uniforme que tan pronto como los tripulantes o eventuales pasajeros lo tocan, cambia
la uniformidad de aspecto. Para reproducir este efecto final será necesario el retoque con
pincel para romper la uniformidad.
Metal al descubierto
Para empezar se pintará el modelo completo en color aluminio, al que se habrá añadido una
cierta porción de gris muy claro para restarle el exceso de brillantez y obtener un acabado
metálico más real. También podría servir una mezcla al 50% de color gris pálido neutro y
color plata.
Después se aplica líquido de enmascarar con un pincel fino en zonas irregulares y pequeñas
que serán las zonas más expuestas a la abrasión, para lo que se hace imprescindible el
estudio de fotografías del modelo a escala real.
Se puede acentuar la aplicación del líquido en casi todo el avión si se escoge un modelo que
realmente aparezca muy desgastado.
Ahora, con el color base correspondiente a las superficies superiores, una vez seco el
líquido, se procede a pintar la maqueta tal y como se habría hecho normalmente.
Al secarse se retirará el líquido de enmascarar con la punta de un palillo e irán
descubriéndose las zonas que dejarán el metal a la vista.
Llegados a este punto se tiene un aspecto que puede resultar atractivo pero irreal, pues ha
ocurrido «todo a la vez». Para resolverlo se pueden seguir dos caminos:
Aclarar ligeramente el color base y tirar con el aerógrafo muy suavemente en zonas
concretas para obtener un efecto transparente en el que se insinúe el metal debajo y en
otras se vea claramente el color aluminio.
Con pintura de acuarela, de un tono próximo al color base y con una esponjita pequeña
frotar algunos sitios para conseguir el efecto descrito arriba. Este último método tiene la
ventaja de poder rectificarse en caso de no quedar satisfecho con el resultado,
simplemente lavando el modelo con agua.
Para terminar, sea cual sea el paso seguido, se sellará para siempre el trabajo con ayuda de
barniz brillante, que de paso servirá para prepararlo de cara a la aplicación de calcomanías.
Aquí se puede ver un ejemplo de la aplicación de las técnicas de pintura con aerógrafo y de
las técnicas tapado explicadas anteriormente.
Tras seguir los consejos detallados en el apartado Montar un avión, se tendrá preparada la
maqueta para empezar a pintar.
Después de tapar los huecos y la cabina se aplica una imprimación de color claro a todo el
avión.
Seguidamente se aplica el color más claro de los dos que componen el camuflaje.
Para recrear el dibujo del camuflaje que utiliza este modelo en concreto se parte de una
copia de los planos del avión donde se ha dibujado y recortado el esquema del camuflaje.
En muchas ocasiones una simple mano de pintura o incluso hasta mínimos retoques serán
suficientes para dejar presentable y en buenas condiciones un aceptable número de
maquetas, sobre todo las que representan vehículos civiles.
Sin embargo, y sobre todo si nos tira más el material militar, la cosa se complica.
Excepto cuando lo queramos hacer de «exposición» o de «desfile», tendremos que tener en
cuenta y tratar de imitar los efectos producidos por el uso y las condiciones a que se ven
sometidas estas máquinas.
Tras explicar las técnicas para pintar o decorar una maqueta, llega el momento de hacer una
aproximación a las distintas técnicas de pintura con pincel más utilizadas en maquetismo:
pincel seco,
lavado,
difuminado,
fundido,
otras.
En la práctica.
Más adelante veremos cómo se aplican estas técnicas en lo que se podría llamar efecto
realidad, o simplemente envejecimiento.
Pincel seco
Esta técnica se basa en la superposición de colores, que consiste en aclarar una superficie
previamente pintada de un color oscuro, para resaltar todos los detalles o envejecer el
modelo.
Una vez cargado el pincel con pintura se escurre bien y se limpia el resto con un trapo seco
hasta que apenas queden restos de pintura sobre el pincel.
Los dos factores que controlan el efecto de ésta técnica son la cantidad de pintura en el
pincel y la consistencia de la misma pintura. Si se deja el pincel con demasiada pintura,
únicamente se conseguirá «manchar» la maqueta. Por el contrario, si hay demasiada poca,
el pincel pasará sobre la superficie sin dejar rastro alguno de pintura.
Es preferible practicar antes sobre un papel o cartulina blanca para coger soltura, pudiendo
considerar óptimo el resultado cuando se consiga dejar sobre el papel una suave y uniforme
sombra de color.
Para gustos...
...colores. Hay quien opina que esta técnica es obsoleta y está cayendo en desuso puesto
que no aporta realismo sino todo lo contrario.
Desde aquí la recomendamos para los que empiezan, para aprender a sacar luces, sobre
todo después de dar unos lavados, pero sin abusar de ella, pues está ampliamente superada
por otras más completas.
Lavado
Esta técnica consiste en diluir cierta cantidad de pintura en mucha mayor cantidad de
aguarrás u otro disolvente, para aplicarla y dejarla correr libremente sobre la superficie de
la maqueta, ya pintada con su color básico, acumulándose la mezcla en las esquinas,
recovecos y zonas con dibujo.
Pueden darse lavados con cualquier tipo de pintura, teniendo en cuenta que debe usarse el
diluyente adecuado. Las pinturas que diluyen con agua producen un efecto final más suave.
Difuminado
Esta técnica permite simular a pincel trazos de borde más suaves y difuminados, como los
que se pueden conseguir con un aerógrafo.
Sobre el color de base, bien seco de varios días, se aplica de forma moderada aguarrás
limpio a fin de preparar la superficie. Apenas se evapore se dan las pinceladas de color,
retocando después los bordes con un pincel limpio, humedecido ligeramente de aguarrás.
Fundido
Esta técnica, también conocida como «pincel fresco», es utilizada fundamentalmente para
enriquecer de matices un color base.
Consiste en la fusión de los colores antes de que el diluyente de los mismos se evapore, de
forma que se entremezclen o fundan entre sí.
Una vez aplicada una primera mano del color básico, y tras secar durante varios días, se
aplica por zonas una segunda mano del mismo color, a la vez que se van añadiendo «en
fresco» pequeñas cantidades de colores similares, pero subidos o bajados de tono, u otros,
como blanco, amarillo, negro, marrón, etc.
Al mezclarse en fresco los colores, se obtienen efectos similares a los obtenidos mediante la
utilización de las técnicas de lavados o difuminados, con la dificultad añadida de tener que
trabajar rápidamente antes de que sequen los colores. Por ello para esta técnica suelen
utilizarse los óleos.
Otras técnicas
Existen otras formas de obtener efectos de suciedad o desgaste que, sin llegar a ser técnicas
como tales, son utilizadas por muchos aficionados.
Ejemplos de ellas son el polvo obtenido al raspar pintura al pastel o el grafito de una mina
de lápiz. Son aplicados con pincel, o a dedo, para simular una leve capa de polvo
acumulado (pastel) o para resaltar el metal al descubierto (grafito).
CALCOMANÍAS
INTRODUCCIÓN
La mayoría de los fabricantes suministran con sus maquetas diferentes símbolos para poder
realizar varias versiones de un mismo modelo o para elegir uno concreto que nos interese
especialmente. A su vez, existen multitud de fabricantes especializados que editan hojas de
calcomanías para aviación, carros de combate, vehículos de competición, etc., permitiendo
ampliar aún más la gama de posibilidades a la hora de decorar y situar históricamente una
maqueta. Antes de adquirirlas debe comprobarse que se encuentran correctamente impresas
respecto a su ajuste, definición y color.
Por si todo eso fuera poco, también se comercializan hojas de película transparente o
calcomanía virgen sobre la que se puede dibujar el motivo que se desee.
Aunque cada maqueta tiene una serie de particularidades concretas, ya sea en su montaje o
acabado, se explica la forma más aconsejable de manipular y colocar las calcomanías para
obtener los mejores resultados.
PRIMER PASO
Aplicaremos sobre la superficie de la maqueta ya terminada una capa con un buen barniz
brillante y transparente, preferiblemente con aerógrafo. Debe estar totalmente seca antes de
empezar a manipular la maqueta.
En algunos casos esta operación resultará muy difícil o incluso imposible; si fuera así, no es
necesario preocuparse.
SEGUNDO PASO
Sumergiremos durante unos instantes las calcomanías en un recipiente con agua a la que
puede añadirse una o dos gotas de vinagre. Lo ideal es disponer de un pequeño plato de
cerámica, plano, en el que sumergir las calcomanías por orden, una a una, en lugar de
ponerlas todas a la vez.
Esperaremos a que la película comience a despegarse del papel soporte por sí misma. No
hay que forzar el desprendimiento de la calcomanía porque podría romperse, pero tampoco
hay que mantenerla sumergida durante excesivo tiempo para que el adhesivo que lleva
incorporado no se disuelva en el agua.
Al sacarla del agua se depositará sobre un paño o pañuelo de papel durante un minuto para
que el agua impregne el soporte.
Hay que procurar no tocar las calcomanías con los dedos, utilizando para manipularlas un
pincel suave completamente limpio.
RETOQUES
Si no se usan los líquidos especiales puede cambiarse una calcomanía mal colocada hasta
unos 30 minutos después de puesta ablandando la cola con un pincel mojado.
LÍQUIDOS ESPECIALES
Para que se adapten perfectamente a la forma y relieve de la maqueta existen dos productos
especiales que son casi imprescindibles: Micro-Set y Micro-Sol. Son dos líquidos que
adaptan las calcomanías a cualquier superficie donde se apliquen, evitan la formación de
burbujas y mejoran su adherencia. También ayudan a transparentar la gelatina soporte y no
alteran la pintura del modelo.
Para saber más sobre estos líquidos no hay más que ir al apartado de Pintura y acabado >
Líquidos especiales
ÚLTIMO PASO
Tras haber colocado todas las calcomanías, y una vez secos los productos líquidos
utilizados, se dará una nueva mano de barniz brillante por encima, para más tarde dar el
acabado definitivo también con barniz, brillante, mate o satinado según sea el caso.
CALCOMANÍAS (II)
Líquidos especiales
Para que se adapten perfectamente a la forma y relieve de la maqueta existen dos productos
especiales que son casi imprescindibles: Micro-Set y Micro-Sol.
El Micro-Set es una solución líquida que adapta la calcomanía a los relieves de
la superficie donde se aplica. Tiene varias funciones. En primer lugar es un ablandador de
calcomanías de efecto rápido que permite que éstas se adapten a los relieves, remaches,
paneles grabados o embutidos o cualquier otro tipo de superficies irregulares.
Tiene una acción limpiadora, útil para preparar la superficie de la maqueta donde tenga que
ser puesta la calcomanía, mejorando su adherencia. También limpiará la calcomanía de los
pelillos que podría soltar el papel donde ésta se soporta.
El método más apropiado es aplicar con un pincel sobre el área donde se vaya a poner la
calcomanía, entonces deslizarla del papel y, una vez en posición, aplicar más Micro-Set
sobre ella.
Después apretaremos ligeramente con un paño o con el dedo mojado en agua para eliminar
el exceso de líquido.
El efecto es sorprendente. Durante el tiempo en que éste actúa, puede observarse que la
calcomanía tiende a arrugarse, pero se trata de un efecto natural de este producto. La
calcomanía volverá a su estado original y perfectamente adaptada.
Cuanto más tiempo se deje actuar conjuntamente ambos líquidos mejor será el resultado.
CALCOMANÍAS (III)
TRANSFERIBLES
Su uso y presentación es igual que el de las hojas tipográficas empleadas en diseño gráfico,
pero en maquetismo se utilizan menos que las calcomanías al agua.
Tienen la ventaja de poderse aplicar sobre cualquier material o superficie pintada gracias a
su poder adhesivo en seco y no es preciso recortarlas al carecer de gelatina de soporte. Sin
embargo su manipulación y colocación puede resultar al principio incómoda y engorrosa.
Para utilizarlas se sitúa sobre la zona determinada del modelo la hoja de acetato
transparente con el dibujo impreso y se frota la superficie del mismo con la punta de un
lápiz blando, un bolígrafo o similar, pero sin hacer excesiva fuerza con la mano para no
rayar y estropear el transferible.
Durante todo este proceso no debe moverse. Una vez fijado, levantamos la hoja soporte
despacio y con cuidado para no romperlo y lo protegemos frotándolo un poco por encima,
con el papel encerado que siempre suministra el fabricante. Si la superficie de la maqueta
posee mucho relieve, se trata de situar un transferible en un lugar de difícil acceso o es
demasiado pequeño, realizaremos la operación anterior fijando antes el motivo sobre un
trozo de cinta o papel adhesivo transparente.
CALCOMANÍAS (IV)
CONFECCIONAR CALCOMANÍAS
Un ejemplo.
Aquí tenemos tres decoraciones del avión de fabricación soviética Polikarpov I-15
(apodado «Chato» por sus tripulantes), utilizado en España durante la Guerra Civil (1936-
1939) y en años posteriores.
Por su rareza, puede resultar difícil encontrar algunos símbolos, letras y/o números
necesarios para confeccionarlas.
Una posibilidad es recortar números o letras de otras calcomanías para volver a montarlos
en la secuencia adecuada.
Con algo de habilidad se puede intentar la transformar unos símbolos en otros; así una «E»
se convierte en una «F» con solo cortar la línea inferior.
Todas estas manipulaciones se llevan a cabo por la parte trasera de la hoja de soporte,
primero cortando y a continuación raspando cuidadosamente la porción que vaya a
eliminarse.
Si necesitamos cambiar el color de los símbolos puede pintarse la calcomanía con esmalte
diluido.
En maquetas a escala grande se pueden dibujar los distintivos usando las técnicas de tapado
que se explican en el apartado Pintura y acabado > Técnicas de tapado.
EL EFECTO «REALIDAD».
Envejecimiento
Se llama envejecimiento a cualquier proceso cuya finalidad sea dar a una maqueta aspecto
de usada o vieja. Con buen material de referencia y sentido común se puede dar vida a
cualquier maqueta con sólo aplicar unas pocas técnicas. En los próximos artículos veremos
los procedimientos para envejecer carros de combate y aviones, pero que pueden aplicarse a
cualquier tipo de maqueta.
Si todo lo que se va a hacer es añadir una capa de polvo, pintaremos antes todos los
detalles. Pero si pensamos en deteriorar el vehículo a fondo, quizás sea más fácil acabar los
detalles mientras se envejece.
PREPARAR LA MAQUETA
Para protegerla es recomendable aplicar una capa de barniz mate, mejor con aerógrafo que
con pincel, que nos dará al mismo tiempo una superficie uniforme sobre la que pintar.
No empezaremos a envejecer hasta transcurridos dos o tres días como mínimo desde que se
haya aplicado la última capa de pintura o barniz. Si no esperásemos, estropearíamos todo el
trabajo realizado.
ENVEJECIMIENTO (II)
EL LAVADO
El primer paso para envejecer suele ser aplicar un lavado sobre la pintura base. Esto no es
más que mojar la superficie de la maqueta con pintura muy rebajada con disolvente, de
forma que se acumule en las esquinas y los huecos.
Se aplica una capa del producto disolvente con un pincel a toda la maqueta para preparar la
superficie para el lavado. Mientras se seca, se mezcla un poco de color con abundante
disolvente; las proporciones exactas no son importantes, lo que importa es que no sea
pintura rebajada en disolvente, sino disolvente teñido.
Para acentuar el relieve de la superficie y hacer resaltar los detalles se preparará un lavado
más oscuro que el color básico de la maqueta. Se puede utilizar un lavado de color negro,
pero es mejor añadir un poco del color básico a la mezcla.
Con un pincel ancho y suave se «lava» ligeramente toda la
maqueta, dejando que el líquido se introduzca por todas las ranuras y grietas. El sobrante se
puede eliminar con un pañuelo de papel o un paño que no suelte pelo. Hay que dejar que
quede una acumulación abundante en los huecos.
Para simular manchas de aceite, grasa y similares se utilizará un lavado más concentrado de
pintura. Se aplicarán estas manchas con un pincel en las zonas adecuadas, si se trata de un
producto que normalmente se deslizaría por la superficie dejando una estela; en caso
contrario, haremos manchas irregulares.
Se pueden aplicar varios colores diferentes al mismo tiempo en las zonas de unión, dejando
que se mezclen en los bordes, con lo que se consiguen interesantes efectos.
No debemos preocuparnos porque la aplicación no sea excesiva. Las fases siguientes harán
que se acentúen los contrastes y los detalles.
ENVEJECIMIENTO (III)
EL PINCEL SECO
El segundo paso para envejecer suele ser aplicar la técnica del pincel seco para aplicar la
pintura en los detalles más sobresalientes de la maqueta, deslizando el pincel por toda la
superficie de la maqueta. El resultado es obtener una gradación sutil y suave del color.
Los colores que se utilizaran dependerán de los colores de la maqueta. Si tiene un diseño de
camuflaje, hay que aplicar cada uno de los colores por separado.
Si es necesario, realizaremos otra pasada con la pintura todavía más clara para resaltar los
detalles grabados que eran poco visibles con el color básico.
A continuación se repetirá el tratamiento del pincel seco con alguno de los colores básicos
del terreno, al igual como se hizo con el color básico de la maqueta. Aplicaremos los tonos
de la tierra en forma de manchas irregulares y sutiles, teniendo en cuanta que las manchas
más oscuras estarán más cerca del suelo. Variaremos el color de estas manchas añadiendo
un poco de marrón y un poco de verde, indistintamente, evitando que el modelo tenga un
aspecto monótono.
Lograr un buen efecto con este tratamiento es cuestión de dar pequeños toques a un lado y a
otro hasta conseguir el efecto deseado. Es posible que tenga que repetirse una y otra vez
esta técnica en un mismo lugar hasta conseguir el efecto deseado, pero la experimentación
es el único modo de aprender.
Dejaremos secar durante varios días para comprobar si hay que aplicar algún retoque o
lavado al acabado final.
ENVEJECIMIENTO (IV)
EL DIFUMINADO
La técnica del difuminado aplicada al envejecimiento sirve para «desteñir» la pintura, una
operación con la que se pretende conseguir una capa lisa y algo transparente, por lo que es
muy recomendable realizarla con aerógrafo.
Es similar al pincel seco, pero solo afecta a zonas lisas. No exagera los detalles pero da
luminosidad a las zonas planas.
Con pincel
Con pincel se aplicará la misma técnica de pincel seco con suavidad a zonas planas, a modo
de círculos o nubes, para aclarar zonas concretas y simular un efecto de decoloración.
Utilizaremos un pincel redondo y de pelo muy suave.
Con aerógrafo
Con aerógrafo, se aplicará una capa muy ligera sobre las superficies más elevadas de la
maqueta, incluidas las calcomanías, aumentado gradualmente la cantidad hasta alcanzar el
grado de decoloración deseado. Hay que tener cuidado para no exagerar, ya que podría
producirse un efecto contrario al buscado.
También puede ser útil para matizar un tratamiento excesivo
del pincel seco. En lugar de aplicar un nuevo lavado, usaremos el aerógrafo para pulverizar
una capa de «suciedad» que rebaje un poco el contraste de colores.
Usar el aerógrafo.
Las técnicas de envejecimiento con aerógrafo también se explican en el apartado Cómo
usar un aerógrafo (IV): Efectos especiales
ENVEJECIMIENTO (V)
EL FUNDIDO
Con la técnica del fundido se busca modificar el color base con pequeñas cantidades de
diversos colores.
A continuación se utiliza un pincel plano del número 4 por ejemplo y se van dando pasadas
verticales de modo que los tonos se fundan unos con otros y se vayan difuminando los
trazos a gusto de cada uno.
En las superficies planas se trata de mezclar igualmente los colores pero procurando que no
queden trazos verticales, sino zonas de colores a modo de manchas de diversas formas.
A modo de ejemplo, aquí tenemos una maqueta completamente pintada antes de aplicar los
efectos del uso y desgaste...
...y este podría ser el resultado final tras aplicar estas técnicas.
ENVEJECIMIENTO (VI)
LOS PASTELES
Los pasteles son barritas o tizas de colores que al frotar sobre un papel de lija proporcionan
un polvo muy fino de color que se puede aplicar con un pincel para obtener efectos de
envejecimiento muy delicados, pudiendo llegar a sustituir al empolvado realizado con
aerógrafo.
Al rico pastel...
Son tizas blandas que utilizan los artistas y que se pueden adquirir en tiendas de material gráfico.
No son las tizas duras de colores para escribir en la pizarra.
Los colores que nos resultaran más útiles serán: negro, blanco, ocre amarillento, siena
tostado, siena fuerte, pardo tostado y pardo fuerte. Para obtener otros tonos bastará con
mezclar los polvos de estos colores básicos.
Los pinceles que usemos serán los más baratos pero de pelo suave. Al frotarlos con el papel
de lija la punta se estropearan rápidamente.
Uso práctico
Se aplicará con pinceladas amplias para obtener zonas de color extensas y regulares; si se
frota con el pincel la superficie aparecerá moteada.
Si se utiliza un pincel fino o el borde de un pincel ancho, se conseguirán unas líneas muy
finas.
Si se golpea un pincel muy lleno de color contra el dedo a corta distancia de la superficie a
envejecer se imitará el efecto de las salpicaduras.
Con ellos es muy fácil difuminar bordes y aplicar tonalidades delicadas. Además, imitan
perfectamente la suciedad, simplemente aplicando el polvo con un pincel, soplando
suavemente alrededor y el material hará el resto.
Inconvenientes
El principal problema que presentan en que no son permanentes. Los artistas utilizan unos
productos fijadores transparentes, pero en las maquetas alterarían los colores y estropearían
el delicado trabajo de envejecimiento.
Aunque los colores no cambiarán con el paso del tiempo, es fácil que se caiga parte del
polvo o que se marquen las huellas de los dedos al manipular la maqueta. Por ello hay que
aplicar los pasteles al final del todo, es decir, cuando la maqueta ya esté colocada en su
base definitiva o diorama.
ENVEJECIMIENTO (VII)
EL GRAFITO
La técnica del grafito es tan sencilla como efectiva; y en cambio muchos aficionados la
desconocen, quizás porque es un método de pintura bastante «casero» y, por ello, poco
difundido en los libros dedicados al maquetismo/modelismo, los cuales tratan de
deslumbrar al lector con sistemas más complejos y sofisticados.
Su finalidad principal sería el acabado de réplicas de armas
a escala 1:1, ya que este tipo de piezas ha sido siempre muy difícil de acabar, en especial
por el efecto de pavonado que estas piezas requieren para obtener un aspecto real.
También se pueden conseguir con estas técnicas efectos muy reales para reproducir
cualquier tipo de metalizado oscuro o viejo como, por ejemplo, la decoración de una
armadura o de un cañón.
Como materia prima se necesita grafito en minas de una dureza más bien intermedia, como
un «2B» ó «3B», aunque puede utilizarse una mina más dura si queremos que el acabado
posterior resulte ligeramente acerado.
Una vez que se ha montado la maqueta, se procede a cubrir toda la zona a metalizar con
una generosa mano de pintura de color «negro mate», que se dejará secar tan sólo unos 15
minutos.
Este sistema es muy aconsejable también para la decoración de armas pequeñas, ya que, a
veces, la clásica combinación de colores «negro mate» y «gun metal» resulta un poco
exagerada. En escalas pequeñas, en lugar de usar un paño será mejor aplicarlo directamente
con el dedo.
Incluso se pueden obtener resultados que no tienen que ver nada con lo anteriormente
expuesto. Por ejemplo, para recrear efectos en un neumático se aplicará negro mate en la
rueda y después el grafito, pero sin apenas frotar, simplemente para que se fije. Esto será
especialmente adecuado si la maqueta posee unos neumáticos de plástico y no de goma.
ENVEJECIMIENTO (VIII)
LOS FILTROS (1)
TEORÍA
Antes de empezar a ver como se aplican y los efectos que producen, vamos a ver el porque
de llamarlos «filtros» y no de otra forma.
En general un «filtro» es algo que al ser atravesado por alguna sustancia, de cualquier
naturaleza, retiene algunas cosas y deja pasar a través de él otras. Esta definición tan
particular puede que no se ajuste completamente a la realidad.
En concreto en el diccionario el significado de «filtro»
aplicado a la óptica (que es el caso que nos interesa) dice: «Pantalla que se coloca ante un
foco luminoso para que solo pasen determinados rayos».
Como esta definición no deja nada claro el concepto, vamos a intentar dar una nueva
versión.
Para comprender este fenómeno físico es necesario conocer un poco del funcionamiento de
la luz y los colores, así que se recomienda haber leído antes el artículo sobre la teoría del
color: Pintura y acabado > El color y las mezclas.
Una vez comprendidos los conceptos básicos podemos decir que un «filtro» en pintura,
ópticamente hablando, no es mas que una fina capa casi transparente de un color
determinado, y que modifica los colores sobre los que se aplica haciendo que refleje en
mayor proporción la longitud de onda del color que lleva el filtro.
Veamos un ejemplo práctico para hacernos una idea: tenemos una superficie blanca (se ve
blanca porque refleja todas las longitudes de onda del espectro visible, es decir, todos los
colores). Si se le aplica una capa de pintura rosa muy diluida, casi disolvente puro, la
superficie quedara de un suave aspecto rosado. Se verá así porque ya no refleja toda la luz,
ahora refleja en mayor proporción el color rosa y por eso la veremos de ese tono. Eso es un
«filtro», una capa casi transparente de un color que aplicada a un objeto hace que lo
veamos tirando más a ese color.
Pero la cosa no es tan simple. Esto ocurriría si el objeto fuera blanco. Si se aplica un filtro
del color que sea sobre un objeto de determinado color, el resultado no seria este, sino que
se fundirían los colores obteniendo extraños resultados.
ENVEJECIMIENTO (IX)
LOS FILTROS (2)
Normalmente se aplica con aerógrafo. Una vez elegido el color se disuelve en una
proporción aproximada de 90% de disolvente por 10% de pintura. Esta proporción no es
una receta a seguir al pie de la letra. Si se pretende obtener un efecto más suave se puede
disolver más la pintura, pero lo que no se debe hacer es disolverla menos, ya que entonces
se estaría dando una capa normal de pintura.
A la venta...
En el mercado muchos fabricantes de colores disponen de «filtros» listos para su uso.
Hay dos formas de aplicar los filtros: una la llamaremos «filtros completos» y la otra
«filtros irregulares».
Mucho cuidado. O se pulveriza muy poca cantidad de pintura o hay que ser muy rápido con
la pasada, sino empezará a chorrear la mezcla por la superficie y se estropeará el trabajo.
Se trata de modificar todo el color del modelo por igual. Si la mezcla chorrea se acumulará
mas pigmento en aquellas zonas por las que discurriera la pintura y entonces lo que
tendríamos es una forma extraña de «lavado» (ver Pintura y acabado > Revisión de las
técnicas de envejecimiento: Lavados o aguadas).
ENVEJECIMIENTO (X)
LOS FILTROS (3)
Esto se entenderá mejor con un caso práctico. Por ejemplo tenemos un Panzer IV de
finales de la guerra con el esquema de camuflaje de tres colores de ese periodo.
Recién pintado el contraste entre los tonos es demasiado fuerte. En este caso lo que
podemos conseguir con un filtro es apagar un poco las tonalidades y homogeneizar todo el
carro.
Lo que podríamos hacer es darle un filtro completo de color crema o marrón claro, y el
resultado que obtendríamos es un camuflaje apagado, como desgastado por las
inclemencias del clima.
Igual se podría hacer con un carro de combate T-34 pintado en el clásico «verde ruso».
Recién pintado resultaría demasiado verde, demasiado fuerte. Con un filtro igual al anterior
se conseguiría un verde mucho más suave.
Estos mismos resultados podrían obtenerse realizando mezclas previamente con los colores
base, pero para la mayoría es un método mucho más complicado de realizar.
Pero los filtros no solo se limitan a igualar o desgastar tonos, también pueden servir para
modificar completamente un color a base de aplicar filtros sucesivos de distintos colores.
Por ejemplo, no se tiene muy claro el color base que se pretende aplicar. Pues se puede ir
aproximando dando filtros hasta obtener el color deseado.
Por ejemplo, si se quiere realizar un panelado de un carro de combate, una técnica seria
aplicar en las superficies a aclarar una capa de la pintura base pero mezclada con algún tono
claro.
Este mismo resultado se puede obtener aplicando el filtro correspondiente solo en aquellas
superficies que se pretenden aclarar.
ENVEJECIMIENTO (XI)
LOS FILTROS (4)
Esta es sin duda la parte más complicada. No existe ningún método estricto, solo algunas
recomendaciones.
No es recomendable usar colores oscuros en un filtro, a menos que el efecto que se quiera
conseguir sea ese, oscurecer el modelo.
Un ejemplo de la aplicación de un filtro con colores oscuros
sería para imitar la pintura quemada por el fuego.
Primero pintaríamos el vehículo de forma normal con su pintura base, filtros (si los
quisiéramos), lavados o aguadas, etc... Una vez terminado se pueden representar las zonas
quemadas a base de superponer capas de filtros negros y gris muy oscuro.
Lo habitual con los filtros es usar colores claros, que tienden a modificar más suavemente
el color de fondo, logrando mejores efectos.
No hay que repetir dos veces el mismo filtro, es decir con el mismo color; de lo que se trata
es ir variando sutilmente la tonalidad. Si se realiza más de un filtro con un color
determinado el resultado final es como si se hubiera pintado de ese color, eliminando casi
por completo el color de fondo.
Se pueden usar combinaciones de colores para los filtros, no tienen porque ser de un color
puro.
La ventaja de los filtros en escalas pequeñas es que al tratarse de una capa muy fina de
pintura apenas degradaran los detalles de las superficies de la maqueta, por lo que se podrán
aplicar muchos filtros y lograr distintos efectos sin estropearla.
Se debe tener en cuenta que no hay porque aplicar siempre filtros, y que no existe un color
exacto para aplicar en cada ocasión. Lo mejor es experimentar un poco para lograr el efecto
deseado.
El color es una sensación relativa. Una sábana es negra por la noche, y un paraguas negro,
al ser iluminado con un foco potente, se ve blanco.
De igual modo, el color de una tela cambia según la intensidad de la luz, las veces que haya
sido lavada, la partida con la que fue confeccionada, etc... No hay que preocuparse por ello.
Para pintar bien primero hay que aprender a mezclar colores, y esto implica un
conocimiento del círculo cromático o carta de colores.
Los colores primarios forman los segmentos centrales del círculo, y cada uno de los colores
del segundo círculo, llamados secundarios, se forman mezclando dos de los primarios.
Con cian y amarillo se consigue el verde; con magenta y cian el morado; y con magenta y
amarillo el naranja.
En el tercer círculo están los colores terciarios, que se consiguen mezclando los colores
primarios con los colores secundarios, en mayor o menor proporción, consiguiendo así una
gama de rojos, azules, verdes, amarillos, marrones, violáceos, etc...
Según esta carta de colores, basta con tener los tres primarios para poder obtener cualquier
otro. En realidad se necesitan otros dos más: el negro y el blanco. Al hacer las mezclas,
consideraremos el negro como si fuera azul o marrón muy oscuros, y el blanco como un
decolorante o simplemente para aclarar.
Rojo y negro.
Estos dos colores son algo más delicados si queremos aclararlos.
Con ellos aplicaremos pocos aclarados y mezclados con pequeñas proporciones de blanco,
o el color tendrá a volverse rosado o gris.
Para dar sombras sobre rojo emplearemos el color carmín. En las zonas más oscuras se
puede mezclar con una pizca de verde.
Para aclarar el negro usaremos muy poco de blanco y otro poco de color sepia. Si el
acabado negro debe ser brillante (como el cuero, por ejemplo) puede aclararse con mayor
libertad empleando gris azulado e incluso pequeños toques de blanco y azul oscuro puros.
La gama de colores que se pueden conseguir utilizando estos cinco es enorme. Y para
comprobarlo nada mejor que practicar mezclando algunos colores:
El tono de los colores de ejemplo son aproximados
Además de ahorrar algo de dinero al no tener que comprar un bote o tubo de cada color que
se necesita, el saber como mezclar los colores puede resolver los problemas que surgen al
empezar a pintar.
Por ejemplo, si un color se vuelve verde al mezclar los colores, seguramente será debido a
una mezcla accidental de azul, negro y amarillo, que se puede compensar preparando una
nueva mezcla.
Complementarios.
Los colores secundarios son a su vez los complementarios respecto del primario que no
interviene en su elaboración. Así, el naranja es complementario del cian; el verde del
magenta; el morado del amarillo.
El contraste entre complementarios es muy fuerte, se refuerzan uno al otro cuando aparecen
juntos. Cuando se quiera oscurecer un color, en lugar de mezclarlo con el negro lo haremos
con su complementario. El negro da mezclas muy sucias con colores puros.
Al mezclar los colores tampoco hay que preocuparse de limpiar el pincel cada vez que se
moja en un color diferente. La cantidad de pintura de otro color que deja el pincel es
mínima comparada con la del frasco, y la pintura de éste se habrá consumido mucho antes
de que pueda verse afectada.
Es imprescindible tener algún tipo de paleta que sirva para mezclar las pinturas y controlar
su consistencia.
Utilizando sólo once colores, los cuatro o cinco básicos más algunos ya mezclados que
resultan imprescindibles, tendremos suficiente para pintar.
Lo más práctico es hacerse uno mismo los colores partiendo de los básicos, pero
disponiendo también de algunos tonos prefabricados que faciliten el trabajo.
La paleta estará compuesta por los siguientes colores: blanco, bermellón,
amarillo, naranja, ocre, verde azulado, verde esmeralda, azul de Prusia, violeta,
carmín y negro.
X
Bermellones y naranjas con blanco son una buena base para las carnes, que
luego pueden entonarse con grises. El naranja más negro, añadiendo otros
tonos, nos facilitará las clásicas tierras y sombras.
El verde esmeralda con negro es muy útil para los mares, pero transparenta
mucho y a veces es preferible fabricar el verde con azul y amarillo.
El azul resulta un color delicado: debe ser intenso y limpio. El Ultramar tiene algo
de rojo y no permite conseguir celestes limpios, y el Prusia no va bien para los
violáceos. Si no se encuentra el azul ideal, es mejor disponer de los dos y
también del azul cobalto.
Si se hace, se pierde el control sobre su consistencia, que es la clave para pintar detalles,
muy en especial sobre las figuras.
En vez de agitarla, echaremos un poco de pigmento del fondo del frasco a la paleta y
añadiremos líquido o dejaremos que se seque hasta que haya adquirido la consistencia
adecuada. Esto evitará el problema de que al aplicar una gota de pintura plateada sobre un
botón ésta se deslice por el uniforme.
Los botones no representan ningún problema, pero hay algunas áreas metálicas en las
figuras (armaduras, ...) que requieren sombreado. Pintaremos la figura con los colores
metalizados y después sombrearemos y mezclaremos como siempre. Las características
ligeramente distintas de los metalizados pueden causar alguna dificultad al principio, pero
la técnica se aprende rápidamente.
No hay que dar por sentado que en un uniforme todo es plateado o dorado brillante. Los
galones y los cordones metálicos no tienen el mismo brillo y resplandor que los botones
metálicos lisos, incluso algunas veces están empañados.
Para obtener un efecto de metal deslustrado, pintaremos la zona con los colores ordinarios,
sombrearemos y mezclaremos como siempre. Una vez se hayan solidificado, les
aplicaremos un ligero baño de pintura metalizada para añadir la cantidad correcta de
destellos y brillos.
Cuando se utilizan pinturas metalizadas hay que tener cuidado de que éstas no ensucien los
otros colores. Basta una pequeña cantidad de pintura metalizada para estropear el trabajo de
forma irreversible.
El disolvente que se utiliza para rebajar estas pinturas no se debe utilizar nunca con los
demás colores. Limpiaremos los pinceles meticulosamente al acabar. También se pueden
tener pinceles dedicados solo a este tipo de pintura.
Tras seguir los artículos sobre pintura y acabado, explicaremos los pasos para pintar una
maqueta de un automóvil.
Tal y como se explicaba en el artículo sobre Montaje >
Montar un automóvil, la fase de montaje del interior se combinará con la fase de pintura en
la que se decorará el interior del vehículo; pues una vez cerrado quedaran zonas
inaccesibles al pincel. No hay que olvidar de pintar también el motor si éste es visible.
Una vez escogido el esquema de colores, prepararemos la pintura para que sea fluida y que
cubra.
Pintaremos suelo y laterales, asientos, interiores de las puertas y del techo, palanca de
cambio, pedales, etc., siguiendo la combinación adecuada de colores o, mejor todavía,
siguiendo nuestro propio esquema.
EL EXTERIOR
Una vez pegados el chasis y la carrocería, empezaremos a pintar la parte exterior del
vehículo.
Tendremos especial cuidado en cubrir todos los huecos, diluyendo la pintura si fuera
necesario para alcanzar los rincones más difíciles.
Mientras dejamos secar, podemos pintar las ruedas. Las llantas de aleación pueden pintarse
de color metal claro, plata o aluminio, según se desee más o menos brillo.
Los neumáticos se pintaran de negro mate el borde o límite de la llanta y la
goma, procurando que en esta fase nos salgan trazos limpios y lo más perfectos posible. Ya
con más comodidad pintaremos en su totalidad las ruedas.
Blanco.
El color blanco suele ser muy utilizado. Es uno de los más delicados de aplicar a pincel,
necesitándose a veces diluir un poco la pintura con disolvente o aguarrás y peinar
suavemente cada pincelada.
Ahora pintaremos las grandes superficies de la maqueta con un pincel mediano bien
cargado de pintura, sin que llegue a chorrear, peinando bien para distribuirla de la forma
más uniforme posible.
Será conveniente dejar secar durante unas cuantas horas para comprobar si la mano de
pintura ha quedado en perfectas condiciones o es necesario aplicar otra. Es importante
evitar manosear las piezas ya pintadas.
Si es necesario, enmascararemos los paneles o partes diferenciadas del resto del vehículo.
También habrá piezas que solo necesitarán un buen pulso y un buen pincel.
TERMINADO
Llegados a este punto solo nos queda la última fase de la decoración que será aplicar las
calcomanías.
PINTAR UNA MAQUETA CON PINCEL (II)
MOTOCICLETA
Solo recordar lo que se explicaba en el artículo sobre Montaje > Montar una motocicleta: la
fase de montaje se combinará con la fase de pintura en la que se decorará la maqueta, pues
algunas partes quedaran inaccesibles al pincel una vez montadas.
Respecto al pintado de las piezas, hay que tener en cuenta que el pegamento no actúa sobre
la capa de pintura, y que por ello deberá rascarse la pintura de las partes que reciban el
pegamento.
Tras seguir los artículos sobre pintura y acabado, explicaremos los pasos para pintar una
maqueta de un avión.
Una vez escogido el esquema de colores, prepararemos cada color para conseguir una
pintura fluida y que cubra.
Empezaremos por aplicar el color más claro, con un pincel limpio y de pelo suave,
extendiendo la pintura por el extremo de un ala.
Orden.
En cualquier combinación de colores debemos empezar siempre por el más claro, aunque
deba ser en parte cubierto por el otro. Nunca hay que hacerlo a la inversa.
Poco a poco iremos avanzando a lo largo del ala hasta llegar al cuerpo central del avión.
A continuación empezaremos a subir por el fuselaje hasta el área en que se une al color de
la parte superior del avión.
No nos importará subir algo más de la cuenta al pintar el color más claro, ya que
posteriormente podremos retocar encima con el otro color.
Si el color más claro, normalmente el de la parte inferior del avión, aparece en otras
superficies de la parte superior (alerones, flaps, timón de dirección, etc.), aprovecharemos
la pintura y procederemos de igual forma que en pasos anteriores.
Blanco cielo.
El color blanco suele ser muy utilizado en aviones. Es uno de los más delicados de aplicar a
pincel, necesitándose a veces diluir un poco la pintura con disolvente o aguarrás y peinar
suavemente cada pincelada.
Si es necesario, enmascararemos los paneles
o partes diferenciadas del resto del avión. También habrán piezas que solo necesitarán un
buen pulso y un buen pincel.
Cuando hayamos terminado con el primer color dejaremos secar unas horas. Es importante
evitar manosear las piezas ya pintadas.
Suele ser preferible ir rebordeando con el segundo color las zonas límite entre uno y otro,
dejando huecos que más tarde se rellenarán con tranquilidad.
Estas zonas límite han de ser pintadas con trazos firmes y limpios; por tanto, usaremos un
pincel que esté en perfectas condiciones, evitando aquéllos que estén despeluchados, ya que
con ellos conseguiremos únicamente un trabajo «sucio».
Iremos rellenando las zonas del segundo color con un pincel más grueso cargado de
pintura, peinando bien para distribuirla de la forma más uniforme posible.
Camuflajes.
Si la decoración del avión requiere de más colores, los aplicaremos de la misma forma en
que hemos aplicado el segundo, rebordeando las zonas límite y rellenando los huecos
después.
DETALLES
Pintaremos el resto de elementos que incorpore el avión, como pueden ser los neumáticos
del tren de aterrizaje, el armamento externo, etc.
TERMINADO
Llegados a este punto solo nos queda la última fase de la decoración que será aplicar las
calcomanías.
Tras seguir los artículos sobre pintura y acabado, explicaremos los pasos para pintar una
maqueta de un carro de combate.
Una vez escogido el esquema de colores, prepararemos cada color para conseguir una
pintura fluida y que cubra.
INTERIORES
Extenderemos una primera mano de pintura, dejaremos secar y repasaremos después con un
pincel más fino donde se detecte el brillo del plástico.
Pintaremos también los accesorios y equipo que incorporemos en el interior del vehículo,
aunque solo será necesario darles el tono de color correspondiente puesto que normalmente
serán poco visibles.
EL VEHÍCULO
Pintaremos por entero el chasis del vehículo, diluyendo algo la pintura por las zonas de la
suspensión para que resulte más fácil su aplicación a pincel. Previamente habremos quitado
las ruedas para una mayor comodidad.
Con cuidado de no tocar las zonas pintadas recientemente, iremos «subiendo» pintando la
caja del carro de combate. En las zonas más difíciles y los recovecos diluiremos la pintura y
dejaremos que corra, repasando después con el pincel hasta donde llegue.
Antes de manipular una zona pintada hay que dejarla secar al menos dos horas, o de lo
contrario cualquier rastro de grasa o suciedad de nuestras manos la deteriorará.
Encajaremos las ruedas en su sitio y pintaremos el interior, teniendo en cuenta que hay
modelos que llevan una banda de caucho alrededor.
Si es el caso, tras dejar secar bien la pintura, aplicaremos el color negro mate o gris oscuro
a la banda que simula el caucho, procurando no salirnos de sus límites, ya que causa muy
mal efecto. Si ello ocurre, no tendremos más que retocar de nuevo con el color necesario
hasta conseguir un borde nítido lo más perfecto posible.
Pintaremos la torreta siguiendo la misma pauta que para el casco del vehículo. Debemos
tener cuidado de no forzar las piezas pequeñas o delicadas que puedan estar pegadas.
CAMUFLAJES
Si el esquema de pintura incluye algún camuflaje, empezaremos por aplicar el color más
claro, peinando bien cada pincelada.
Orden.
En cualquier combinación de colores debemos empezar siempre por el más claro, aunque
deba ser en parte cubierto por el otro. Nunca hay que hacerlo a la inversa.
Si es necesario, enmascararemos los paneles o partes diferenciadas del resto del vehículo.
También habrán piezas que solo necesitarán un buen pulso y un buen pincel.
Cuando hayamos terminado con el primer color dejaremos secar unas horas. Es importante
evitar manosear las piezas ya pintadas.
Podemos marcar el contorno de las manchas del camuflaje con un lápiz de mina blanda,
comprobando y haciendo las correcciones que sean oportunas, a fin de que las que hacemos
en un lado coincidan con su contiguo.
Con un pincel mediano cargado de pintura seguiremos el trazo del lápiz, marcando el
contorno y peinando con cuidado cada pincelada para que no queden grumos o pegotes de
pintura.
Una vez hagamos trazado todo un tramo, lo afinaremos y perfilaremos con un pincel fino,
procurando en todo momento obtener un trazo firme y limpio y una forma nítida, ya que de
lo contrario restaría realismo y causaría un mal efecto al conjunto.
Más color.
Si el camuflaje del carro de combate requiere de más colores, los aplicaremos de la misma
forma en que hemos aplicado el primero: trazaremos una línea media para delimitar el
contorno de la mancha del camuflaje; perfilaremos los bordes exteriores con un pincel fino
y rellenaremos después la mancha con un pincel más grande, rebordeando las zonas límite
y rellenando los huecos después.
Para finalizar pintaremos los accesorios y herramientas que
irán sobre el carro de combate. Las cadenas y demás elementos accesorios metálicos
recibirán una primera mano de color negro mate, que una vez seca se cubrirá a pincel seco
o difuminado con una segunda mano de color acero para obtener el acabado de metal.
TERMINADO
Llegados a este punto solo nos queda la última fase de la decoración que será aplicar las
calcomanías.
Una vez que hemos terminado de construir la maqueta, de rellenar los huecos con masilla y
de revisar que todo esté correcto estamos en disposición de pasar a la siguiente fase: pintar.
Pero antes hay que limpiar toda la maqueta, ya que durante el proceso de la construcción
han quedado sobre su superficie polvo de la masilla utilizada, grasa de nuestros dedos y
alguna suciedad más.
Con agua tibia, jabón y un cepillo de dientes lavaremos toda la maqueta y la secaremos un
poco, dejando que posteriormente se seque al sol o bien con la ayuda de un secador de pelo.
Cuando queremos dar una imprimación no deberemos dar capas muy gruesas de pintura. Al
contrario, daremos varias pasadas de tal manera que la maqueta se vaya cubriendo de una
manera uniforme. En la foto inferior podemos ver como queda el carro una vez que le
hemos dado la imprimación.
La opción.
Si no queremos aplicar demasiadas capas de color, sea por la escala o por que pintemos a
mano, la imprimación puede ser del mismo color base.
Dejaremos secar bien, por lo menos un par de horas, o mejor toda una noche. A
continuación aplicaremos con aerógrafo un pre-sombeado, que consistirá en pintar con
negro diluido las líneas estructurales, los huecos, las distintas formas del carro, etc... tal y
como puede verse en la siguiente foto.
Con esto conseguiremos que cuando pintemos con el color que cubrirá el carro de combate
quede una sombra bajo esta pintura. Estas sombras aportarán volumen a nuestra maqueta.
Este modelo de carro de combate apareció en la Segunda Guerra Mundial a partir de 1944.
En esta época el ejercito alemán pintaba sus carros de combate con el color base «amarillo
oscuro» (dunkel gelb), y posteriormente las tripulaciones camuflaban el carro con «verde
oscuro» y/o «marrón rojizo», en función del terreno donde combatian. No había una gran
uniformidad en estos camuflajes, de tal manera que podemos encontrar carros de combate
con sólo amarillo oscuro, amarillo oscuro y verde oscuro, amarillo oscuro y marrón rojizo o
la combinación de los tres colores.
A final de la guerra, por la falta de suministros, entre ellos de pintura, se podían encontrar
carros de combate que estaban pintados sólo en amarillo oscuro, sólo en verde oscuro, e
incluso con la imprimación rojiza de fábrica (tono marrón rojizo).
En este modelo optamos por una combinación de camuflages. Amarillo oscuro para la
estructura inferior y amarillo oscuro con camuflaje verde oscuro para la superestructura.
EL COLOR BASE
Daremos varias pasadas con el aerógrafo. Las pasadas siempre serán perpendiculares al
carro y de un extremo a otro. Dejaremos secar unos minutos entre una pasada y otra.
Tras dejar secar un par de horas más, aclararemos el color base con una mezcla algo más
clara que el color base. En este caso mezclaremos el color amarillo oscuro con el color ante.
Con él daremos las primeras luces.
Una vez seca volveremos a hacer lo mismo, pero sólo con el color ante. No abusaremos de
esta segunda subida de luz, aplicándola únicamente en el centro de los paneles. La pintura
del carro parecerá un poco gastada.
No hemos de preocuparnos si ahora nuestro carro parece pintado a parches. Las siguientes
fases de pintura, sombreado y envejecimiento, apagarán estas luces y darán uniformidad al
conjunto.
EJEMPLO PASO A PASO (IX): PINTAR UN CARRO DE COMBATE
EL CAMUFLAJE
Como ya se ha comentado, el camuflaje escogido es amarillo oscuro con verde oscuro sólo
en la torreta. A finales de la Segunda Guerra Mundial era común encontrar este tipo de
camuflajes en los carros de combate alemanes.
Para ello pintaremos sobre cinta de enmascarar el camuflaje que queremos. Para poder
manipular mejor la cinta se puede pegar un trozo sobre una bolsa de plástico fuerte o sobre
un trozo de cristal. Así podremos dibujar el camuflaje y recortarlo con una cuchilla afilada.
Pegamos la cinta ya cortada sobre el carro de combate, de tal manera que no queden huecos
o recovecos sin cubrir. Este es el aspecto que puede tener.
Así va quedando el carro de combate después de haber pasado por las fases que hemos
visto. Aún no queda realista, pues hemos de seguir trabajando.
Dejaremos que seque durante un par de horas. Mezclaremos un poco más de óleo en
aguarrás y con un pincel iremos depositando esa mezcla en todas las juntas, líneas
estructurales y volúmenes que haya en el carro de combate. Al secarse el aguarrás quedará
una sombra (el óleo) alrededor de todas las piezas donde se haya aplicado y en las líneas.
Esta sombra proporciona dos cosas: volumen (al contrastar con las luces) y apariencia de
suciedad.
Seguiremos haciendo lo mismo con los faldones laterales. Por último daremos el lavado en
las ruedas, insistiendo un poco más en este apartado. Al secarse el aguarrás cambiará
completamente el aspecto de las ruedas.
Ya se va convirtiendo el carro de combate en algo real, ya que el lavado también
proporcionará cierto aspecto metálico al conjunto.
Ahora reforzaremos el sombreado conseguido con los lavados aplicando colores al pastel.
Dejaremos secar la maqueta un día después de los lavados. Tomaremos un trozo de papel
de lija y frotaremos una barra de pastel negro y otra barra de pastel marrón. El polvillo que
queda de ambos lo mezclaremos.
Igual que se hizo antes con los óleos, se hará ahora con los pasteles. Con un pincel se frota
ese polvillo por todas las hendiduras y por la base de todas las piezas que sobresalen, así
como en las líneas de estructura de toda la maqueta. Veremos que el aspecto sigue
cambiando a mejor.
Debe tener distintas tonalidades a lo largo del carro de combate tal y como sucede en la
realidad. Por el calor, el uso, los golpes, el frío, etc., la pintura se va degradando.
Para hacer el segundo lavado diluiremos en aguarrás un poco de óleo tierra siena tostada.
Con un pincel fino volveremos a marcar las líneas de la estructura y todos los huecos que
tenga el carro de combate, de tal manera que resaltaran aún más.
Trataremos ahora de que en el carro de combate se vean chorretones como los producidos
por el polvo, la suciedad y el efecto de la lluvia y el agua.
Para ello humedeceremos por zonas con aguarrás. Por ejemplo comenzaremos por el faldón
derecho. Inmediatamente, con un pincel fino, pondremos puntitos con distintos colores al
óleo: verde, tierra siena tostado, ocre, blanco, amarillo, rojo, azul, etc.
Una vez montada la cadena, mientras dejamos que se seque el pegamento, mezclaremos el
color Negro mate con algún tono de marrón oscuro y disolvente, que en el caso de colores
acrílicos será alcohol.
Daremos una imprimación con esta mezcla a toda la cadena y la dejaremos secar bien.
El segundo paso será dar un lavado con marrón anaranjado con mucha agua y un poco de
pintura.
Con un pincel plano aplicaremos la pintura toda la cadena y dejaremos secar. Este lavado,
una vez seco, va a hacer que la cadena parezca un poco oxidada y sucia por el polvo del
camino. Hay que dar el lavado por ambas caras de la cadena.
Una vez seco el lavado anterior daremos un aspecto metálico a la cadena aplicando con un
pincel plano un poco de color acero. Utilizando la técnica del pincel seco iremos dando
pinceladas sobre la cadena, por ambas caras y por los lados.
Conseguiremos de esta forma un aspecto metalizado en la cadena por las zonas más
salientes y un aspecto oxidado o sucio en las zonas interiores.
Este es el aspecto que puede presentar el carro de combate una vez que se han seguido
todos los pasos anteriores y se han colocado las cadenas. Ya parece un carro de combate
alemán dispuesto a luchar, pero aún no está terminado, ni mucho menos.
Normalmente la caja de la maqueta trae una hoja de calcas propia, pero si nos convencen
porque sean de poca calidad, por ejemplo, se pueden comprar otras o pintarlas a mano.
Seleccionaremos los números y/o distintivos que queremos colocar sobre el carro de
combate. Estos pueden corresponder a las instrucciones que vienen con la caja, o a
fotografías o dibujos que hayamos visto.
Recortaremos cada calcomanía al máximo para eliminar la película que la rodea, ya que
además de evitar reflejos con la luz puede ponerse amarilla con el tiempo.
Con un pincel o la punta de una tijera, la sacaremos del agua y la pondremos sobre un paño
o pañuelo de papel para que el agua impregne el soporte.
Una vez seco humedeceremos con Micro-Sol. Este líquido hace que la calca no sólo se
adhiera a la superficie, sino que además se adapte a la misma. En este caso no hay
problema por que es lisa, pero si queremos que se adapte a otro tipo de superficies no lo
conseguiremos a menos que apliquemos varias veces Micro-Sol.
CADENAS DE REPUESTO
Cuando preparemos y pintemos las cadenas guardaremos por separado unos cuantos
eslabones y los pintaremos de igual forma que el resto de las cadenas y las colocaremos en
su lugar.
HERRAMIENTAS
En la parte metálica de las herramientas aplicaremos el color acero mediante la técnica del
pincel seco.
CABLES DE ARRASTRE
Colocaremos ahora los cables, en el lateral, que servían para poder arrastrar al carro de
combate en caso de avería. Al igual que el resto de herramientas metálicas, los pintaremos
de negro dando pincel seco con acero.
ANTENA
Por último colocaremos la antena, que casi nunca viene en la caja de la maqueta y
deberemos fabricarnosla con un alambre muy fino o con plástico estirado. Para terminar la
pintaremos de color negro.
Con una mezcla de colores Negro mate y Marrón rojizo se dará con el aerógrafo una pasada
por la boca del cañón para que parezca que ha disparado en repetidas ocasiones.
La misma mezcla se aplicará con el aerógrafo a los faldones delanteros y a la parte trasera
del carro de combate, incluida la parte superior de los tubos de escape. Así se conseguirá la
sensación de una mayor suciedad.
Con óleo de color tierra o siena tostado, el mismo utilizado para la madera de las
herramientas pero algo más concentrado, mancharemos selectivamente la zona trasera del
carro de combate imitando a las manchas que se producen por el aceite, la gasolina, la
grasa, etc.
Para terminar, daremos un poco de pincel seco a todo el carro de combate con un tono
amarillo caqui.
Se darán brochazos muy sutilmente por las zonas que sobresalen y por las esquinas, para
que produzcan contraste con las sombras y den un pequeño efecto de desgaste, siempre sin
pasarse.
En la página siguiente hay unas fotos para ver el aspecto final que podría tener la maqueta
del carro de combate ya terminada.
EJEMPLO PASO A PASO (XIX): PINTAR UN CARRO DE COMBATE
LA MAQUETA TERMINADA
LOS INTERIORES
Sujetaremos las piezas sobre una base, en este caso una caja de cartón, con cinta de
enmascarar para empezar a pintar el interior en color gris (RLM 02) como color base.
Aerógrafo o pincel...
Para pintar aviones es preferible utilizar aerógrafo porque se consigue una mayor finura en
el acabado, pero también obtendremos buenos resultados aplicando la pintura con pincel,
siguiendo los consejos que se pueden encontrar en artículos anteriores.
SOMBRAS
Una vez aplicado el color base aplicaremos sombras. Con pintura de color negro mate, muy
diluida, se aplicará por todos los recovecos de manera que se vean dos tonos: el color base,
más claro, y una sombra difusa más oscura. No nos preocuparemos porque las sombras
sean más o menos anchas o que ocupen más o menos espacio, pues aún no se ha terminado
la fase de pintado.
En otros modelos será mejor mezclar el color negro con color marrón, para sombrear un
color base más claro, como suelen ser los de los aviones de combate actuales.
LUCES
Para aplicar luces utilizaremos un color que sea más claro que el color base, como por
ejemplo gris claro. Con él sacaremos luces al panel de control del avión.
Si para dar las sombras se ha aplicado la pintura muy diluida, para dar luces se utilizará la
técnica del pincel seco, pero sin abusar.
Al aplicar el color sobre las aristas y salientes de la carlinga, la poca pintura que aún queda
en las cerdas del pincel se adherirá a estos salientes, aportando volumen y dando sensación
de desgaste.
El contraste entre color base, sombras y luces queda patente. Sólo hay que tener cuidado de
no pasarse ni al aplicar sombras ni al aplicar luces, pero sobretodo a la hora de utilizar la
técnica del pincel seco.
Aquí se ve como quedará el cuadro de mandos después de haber recibido el las luces y las
sombras. Los relojes y/o indicadores cobrarán vida al adquirir un sutil volumen, al tiempo
que también aparentará cierto desgaste.
Esta técnica es válida para cualquier tipo de modelo de avión: actual o antiguo, comercial o
militar.
Pasaremos ahora a decorar los detalles del interior, que aportaran riqueza
cromática. Como guía nos puede servir la hoja de instrucciones del fabricante,
pero es preferible documentarnos bien, por ejemplo buscando fotografías en
Internet.
Los principiantes pueden pensar que estos detalles después no van a ser vistos
cuando se cierre el fuselaje de la maqueta, pero sí que son visibles. Esa es la
diferencia entre un buen trabajo y otro no tan bueno: el cuidar los detalles.
Vuelta atrás...
Cuando se haya secado bien la pintura podremos seguir con la fase de montaje.
Una vez que hemos acabado con el proceso de enmasillado, y de revisar que todo
está correcto, dejaremos el avión tranquilo durante una noche (para que seque
bien el enmasillado) y ya estaremos en disposición de pasar a la siguiente
fase: pintar.
Pero antes hay que limpiar toda la maqueta, ya que durante el proceso de la
construcción han quedado sobre su superficie polvo de la masilla utilizada, grasa
de nuestros dedos y alguna suciedad más.
Con agua tibia, jabón y un cepillo de dientes lavaremos toda la maqueta y la
secaremos un poco, dejando que posteriormente se seque al sol o bien con la
ayuda de un secador de pelo.
Se utilizará el color más claro del camuflaje, que en este caso es el color azul
claro. También servirá para que se pueda detectar algún fallo en la maqueta.
Cuando se quiere dar una imprimación no hay que aplicar capas gruesas de
pintura, sinó que se darán varias pasadas de tal manera que la maqueta se vaya
cubriendo del color de una manera uniforme.
La opción.
Si no queremos aplicar demasiadas capas de color, sea por la escala o por que se
utilice pincel, la imprimación puede ser del mismo color base.
Se dejará secar bien, por lo menos un par de horas, o mejor toda una noche. Y
nos aseguraremos que el avión quede bien tapado para que no le caiga polvo (el
polvo es el peor enemigo de las maquetas).
PRE-PANELADO
Una vez comprobado que todo está bien, se aplicará un fino sombreado con el
color negro para marcar todas y cada una de las líneas de los paneles de la parte
inferior.
Después se dará la otra capa de imprimación con el color base. Así la pintura azul
claro irá cubriendo las líneas oscuras de la parte inferior del avión, quedando unas
sombras donde estaban las líneas negras.
También se aplicará el sombreado con el mismo color negro sobre las líneas de
los paneles en el resto de la maqueta, pero ésta quedará cubierta por la pintura
del camuflaje.
EL CAMUFLAJE
Hay que recordar a la hora de pintar un camuflaje que el orden para aplicar los
colores debe ser del más claro al más oscuro, simplemente porque el color más
oscuro cubrirá bien sobre el más claro, pero no al contrario, necesitando más
capas para cubrir el más oscuro.
En este caso, como no hay excesiva diferencia entre los colores verde oscuro y
verde negro, lo que se hará es aclarar el verde oscuro con blanco.
Cuando se haya secado el primer color, se marcarán de nuevo las líneas del
camuflaje y, si fuera necesario, se puede volver a «panelar» con negro.
Una vez aplicado el color verde negro obtendremos el mismo resultado que en el
resto de la maqueta: sólo se verán unas sombras en las líneas de los paneles.
CAMUFLAJE EXTRA
Los colores del camuflaje que utilizó el Stuka (Junkers Ju-87) eran básicamente
el azul cielo (RLM 65), el verde oscuro (RLM 71) y el verde negro (RLM 70). Como
siempre ocurre, según el teatro de operaciones donde debía actuar (el desierto
africano o el invierno en Rusia) se le aplicaron otros colores que complementaban
o substituían a los originales.
Pero esto depende de un poco de cada uno; ha algunos no les gustan los aviones
envejecidos, aunque a casi todos les (nos) gustan los carros de combate bien
«sucios». En todo caso, las técnicas a utilizar para el envejecimiento se explican
en otros artículos.
También hay que pintar el buje de la hélice. Para ellos utilizaremos el color verde
negro. La punta del cono del buje se pintará de color azul oscuro. Las palas
también se pintaran de color verde negro.
PANELADO
Hay varias formas de hacerlo. Una de las más fáciles es ir marcando las líneas
con un lápiz de grafito; si se comete algún error no hay problema, pues se puede
eliminar con una goma de borrar.
Otras técnica, algo más complicada, es ir marcando las líneas con el aerógrafo,
pero solo se puede realizar si se dominan las técnicas de pintura con aerógrafo.
BARNIZADO
Para terminar se barnizará toda la maqueta con un barniz que sea brillante o
satinado. El barnizado igualará los distintos tonos de los colores y servirá como
base para colocar las calcomanías. Se le darán varias manos finas aplicándolas
con el aerógrafo, aunque también podría hacerse con pincel.
El barniz suele diluirse al 50% (mitad y mitad) con aguarrás, u otro disolvente
adecuado recomendado por el fabricante, para aplicarlo con un aerógrafo.
LAS CALCOMANÍAS
Normalmente la caja de la maqueta trae una hoja de calcas propia, pero si nos
convencen porque sean de poca calidad, o simplemente el acabado que
queremos dar a la maqueta no coincide con los acabados propuestos por el
fabricante, se pueden comprar otras o pintarlas a mano.
Seleccionaremos los números y/o distintivos que queremos colocar sobre el avión,
siguiendo las instrucciones que vienen con la caja, o las fotografías o dibujos que
hayamos visto.
Una vez seco todo humedeceremos con Micro-Sol. Este líquido hace que la
calcomanía no sólo se adhiera a la superficie de la maqueta, sino que además se
adapte a los paneles, las hendiduras, los salientes, etc.
Una vez terminado este proceso, volveremos a barnizar con el barniz brillante o
satinado, de tal manera que así eliminaremos las manchas que hayan quedado
después de aplicar los líquidos, y además eliminaremos, también, los brillos que
hayan podido quedar en algunas calcomanías, igualando los tonos.
Si queremos que el resultado final sea mate deberemos dejar secar durante un par
de días antes de aplicar un barniz mate.
Una vez que las piezas transparentes están preparadas para ser pintadas,
debemos enmascarar los cristales y solo dejar libres los montantes.
2.Utilizar cola blanca o, mejor aún, líquidos específicos para proteger de la pintura
áreas pequeñas, como Mascol o Micro-Mask (éste último de la familia de
productos Micro-Set y Micro-Sol).
Este líquido se aplica a pincel sobre la superficie a enmascarar. Una
vez seco, puede recortarse con una cuchilla. Después de pintar, se quita
cuidadosamente con cinta adhesiva o levantando el borde con una cuchilla. Si es
necesario puede ablandarse con agua templada.
Sea cual sea la opción, una vez bien protegidas las piezas transparentes, las
sujetaremos de manera que podamos empezar a pintar.
Con un pincel fino primero aplicaremos una capa de imprimación con el mismo
color utilizado en toda la maqueta. Después, una vez seca la primera capa,
pintaremos de color verde oscuro los montantes.
Finalmente pegaremos la cabina.
EJEMPLO PASO A PASO (XIV): PINTAR UN AVIÓN
ÚLTIMOS DETALLES
ARMAMENTO
NEUMÁTICOS
Pilotos y luces se pintan en sus colores correspondientes, pero con dos tonos; por
ejemplo, el rojo se pinta en este color y en naranja, fundiéndose en el centro;
después se barniza en brillo.
SALIDAS DE HUMOS
Si además queremos mostrar la suciedad que producen los humos de los escapes
no hay más que seguir los consejos que aparecen en el apartado Cómo usar un
aerógrafo (IV): Efectos especiales.
ANTENA
Para terminar colocaremos los últimos detalles que nos faltan, como:
el tubo pitot, que construiremos con plástico estirado e irá pintado de color negro o
gris oscuro
la banda antideslizante, que se pintará de color negro y se desgastará aplicando
suavemente con pincel seco un color gris
Cuando se haya terminado pasaremos al barnizado final.
BARNIZADO FINAL
Para finalizar el trabajo con esta maqueta vamos a dar el segundo barnizado.
En la página siguiente hay unas fotos para ver el resultado final del avión.
Un paso posterior es ensuciar el avión para que parezca más real, sobretodo si se
quiere situar el avión en un diorama, aunque hay aficionados a quienes no les
gusta demasiado ensuciarlos.
JEMPLO PASO A PASO (XVI): PINTAR UN AVIÓN
LA MAQUETA TERMINADA
ÉCNICAS DE ENVEJECIMIENTO
Hay mucho de verdad en el dicho que afirma que es más fácil construir una
maqueta sucia que una limpia.
Esto no significa que se pueda ser descuidado durante el montaje; si bien es cierto
que el envejecimiento puede ocultar ciertos errores cometidos durante esa fase,
también puede hacer resaltar otros.
En el momento de pintar un vehículo militar se debe tener una idea muy clara de lo
que se pretende conseguir, hay que marcar un objetivo. Generalmente son dos los
criterios que se siguen: el primero da prioridad al vehículo en si, realizando una
pintura relativamente limpia que resalte sus peculiaridades, de modo que las
formas y detalles intrínsecos del modelo sean los protagonistas.
Antes de aplicar las técnicas de envejecimiento...
...y después.
Las técnicas son varias y sirven para ambos casos, y aunque el aerógrafo es la
mejor herramienta, el hecho de no tener uno no será impedimento para obtener
buenos acabados, aunque exigirá más tiempo en su ejecución e incuso un más
alto grado de habilidad.
REVISIÓN DE LAS TÉCNICAS
Hace tiempo que no se utiliza una sola técnica. Generalmente se usan una mezcla
de varias de ellas, algunas básicas y otras complementarias. Las más conocidas
son elpincel seco y los fundidos de color, ambas suelen completarse con
los lavados o aguadas; siendo una combinación de todas ellas las que dan los
mejores resultados.
Viejo y válido...
Muchos consideran obsoletas algunas de estas técnicas, en especial la del pincel
seco; pero sigue siendo una técnica simple y efectiva, ideal para los que
empiezan.
PINCEL SECO
colores base
pincel seco
El secreto para un buen resultado consiste en que el pincel esté limpio y que el
grado de secado sea el justo, pues si la cantidad de pintura es excesiva,
manchará y empastará los detalles, mientras que si por el contrario está
demasiado seca, no pintará en absoluto.
Además de estos detalles, nos encontraremos con otros factores, por ejemplo:
es un error utilizar el blanco, a no ser que el color de la maqueta sea muy claro
siempre hay que tener en cuenta que la diferencia entre el color base y el
delpincel seco no sea excesiva
en determinados casos, se realizará en dos fases, primero con un color intermedio
y después con otro más claro
Los mejores resultados se obtienen pintando la maqueta con sus camuflajes con
colores acrílicos, dejar secar unas seis horas, y dar el pincel seco con esmaltes
(«enamel») o colores de óleo que tengan poco disolvente.
Esto no quiere decir que no se pueda aplicar pincel seco con acrílicos, pero para
vehículos en general son más recomendables los esmaltes.
Nota: en este ejemplo todas las referencias son esmaltes de la marca «Humbrol». Las manos a pincel seco se
aplicarán siempre con pincel.
Verde 179 +
Soviéticos Verde negro 91 Marrón 29
blanco
Gris claro 64 +
Alemanes (1a época) Gris «panzer» 67 Gris claro 64 Marrón 29
blanco
Arena 63 +
Alemanes (2a época) Marrón 29 Arena 63 Marrón 29
blanco
Verde 179 +
Británicos Caqui 26 Verde 179 Marrón 29
blanco
Verde 179 +
Norteamericanos Caqui 26 Verde 179 Marrón 29
blanco
Nota: En este ejemplo aplicaremos tres manos de pincel seco para obtener una
mayor variedad cromática.
Utilizaremos un esmalte de color más claro que el color base, verde en este caso
Con las partículas de pintura aun presentes en el pincel se frota sobre la maqueta
De la misma gama de verdes se toma un tono más claro (o el mismo mezclado
con blanco) que el color anterior
Con este tono se cubrirán los tonos medios, con cuidado de no tapar totalmente el
primer color, dejándolo en los recovecos.
Se añade un color ocre al último color para obtener un tono más claro, que solo se
utilizará para perfilar las luces. Se aplicará en pequeña cantidad, procurando que
únicamente se quede en las aristas más sobresalientes y en los bordes de las
piezas.
LAVADOS O AGUADAS
Más información...
Para el lavado es recomendable leer el artículo Pintura y acabado >
Envejecimiento > El lavado.
Pueden utilizarse acrílicos, sobre todo los recomendados para aerógrafo por tener
el pigmento muy fino, aunque quizás los mejores resultados (para empezar a
practicar) se obtienen utilizando esmaltes y óleos.
Depositar color base más oscuro
Mezclar bien hasta diluir
Oscurecer el color si es necesario
El color a utilizar casi siempre será más oscuro que el color base. Si al empezar a
dar los lavados notamos que es muy claro, añadiremos un poco de color negro
hasta que la mezcla quede lo suficiente oscura para remarcar los detalles.
Muy importante...
No dejaremos de Insistir en que hay que dejar secar bien la pintura base antes de
aplicar cualquier técnica de envejecimiento. Un mínimo de 24 horas para los
acrílicos y no menos de 48 horas para los esmaltes.
Suele ocurrir que se manchan zonas no deseadas. Para corregirlo bastará utilizar
un pincel limpio para retirar la pintura mientras todavía está húmeda.
Pintura y acabado
TÉCNICAS DE ENVEJECIMIENTO (VI)
FILTROS O TRANSPARENCIAS
Aunque esta técnica puede parecer lo mismo que la técnica del lavado,
sencillamente no lo es. Ahora se trata de alterar el color de la maqueta.
Para más información sobre los filtros ver la serie de artículos sobre el tema
en Pintura y acabado > Envejecimiento: Los filtros
Muy importante...
No dejaremos de Insistir en que hay que dejar secar bien la pintura base antes de
aplicar cualquier técnica de envejecimiento. Un mínimo de 24 horas para los
acrílicos y no menos de 48 horas para los esmaltes.
También es conveniente que la última capa sea uniforme y de grosor mediano con
buena consistencia, pues si es muy ligera nos arriesgamos a levantarla con tanto
disolvente. Tampoco debemos llegar al extremo opuesto, es decir, que se aplique
una capa tan gruesa que tape los pequeños detalles.
PASO A PASO
Lavar la zona a tratar con el disolvente
Antes de que seque el disolvente, depositar pequeñas cantidades de óleo de
colores verde, blanco y ocre
Fundir entre sí los colores con el pincel humedecido en disolvente, dando pasadas
verticales
Para conseguir un resultado final como este...
A TENER EN CUENTA
Si se deja secar el disolvente se corre el riesgo de que algún óleo deje restos de
pigmento que no podrían quitarse posteriormente.
Si la superficie se encharca con disolvente, el efecto será muy tenue.
Si el resultado es exagerado y saturado en color, se puede retirar parcialmente
con un pincel limpio empapado en disolvente.
Si por el contrario el resultado es demasiado sutil, será conveniente repetir la
operación después de dejar secar un par de horas.
VEHÍCULOS MILITARES A ESCALA PEQUEÑA
La solución es utilizar una serie de plantillas o patrones para obtener los efectos
correctos con el aerógrafo.
Para conseguir unos bordes bien definidos, habrá que pegar bien la plantilla a la
zona a pintar, para que la pintura no se filtre por debajo de la plantilla (Ver Pintura
y acabado > Cómo pintar camuflajes).
Las calcomanías son un problema para todos los aficionados a los vehículos
militares, no importa a que escala, pero en escala 1/72 las calcomanías suelen ser
lo peor. El mejor resultado se obtiene no utilizándolas. Veamos como.
Para pintar, por ejemplo, una cruz alemana, se pinta a pincel el centro negro de la
cruz antes de aplicar los colores del camuflaje. Cuando esté bien seco, se
protegerá enmascarándolo. Con el aerógrafo se pinta el contorno blanco de la
cruz, que también se protegerá cuando ya esté seco.
A continuación se pinta el camuflaje manteniendo las máscaras en su lugar.
Cuando ya esté seca la pintura se podrán retirar las máscaras. Si es necesario, se
retocarán los bordes con un pincel muy fino.
Los números se hacen de una manera similar. Se aplica el color base. Se recorta
el numeral de cinta adhesiva y se deja en su lugar hasta el final. Si es necesario
algún retoque lo haremos con un pincel muy fino y mucho cuidado.
ENVEJECIMIENTO A ESCALA
LAVADO
Las pinturas al óleo tardan mucho tiempo en secar, pero se pueden aplicar en
capas muy finas. Esto permite ser sutil a la hora de dar color, aspecto importante a
esta escala.
Hay que esperar unas 24 horas antes de aplicar otro color, o solo conseguiremos
mezclar los colores o eliminar el color anterior. Aún estando seco, la capa de óleo
es frágil y sensible a los disolventes, por lo que es conveniente dejar secar durante
una semana antes de aplicar colores mezclados con disolvente sobre la última
capa de óleos. Los resultados que se obtiene con los óleos bien valen la pena el
tiempo extra de secado.
OTRAS TÉCNICAS
Se pueden usar tal y como se hace con las escalas mayores, solo hay que utilizar
pinceles más pequeños.
Tras seguir las técnicas básicas para el buen montaje de una maqueta, haber
realizado varias de ellas, y si consideramos que ya poseemos una buena técnica y
suficiente experiencia, surge la necesidad de ir un paso más allá.
Nuestras últimas maquetas están bien montadas, bien pintadas, bien acabadas.
Sin embargo les falta algo.
Comparándolas con los modelos reales vemos que a nuestras maquetas les faltan
algunos detalles que aparecen en las fotos, o que hay esquemas de colores
distintos a los propuestos por el fabricante; o que sus dimensiones no son
correctas; o que ciertas piezas son escandalosamente desproporcionadas; o que,
sencillamente, ciertos modelos participaron en nuestras ______ preferidas.
[Póngase, a gusto de cada uno: batallas históricas, competiciones de
coches/motos/..., películas de ciencia ficción, mundos de fantasía, etc.]
LAS MODIFICACIONES.
Ejemplos de ello serían las piezas construidas con plástico estirado o las planchas
de fotograbado.
Otro ejemplo de modificación puede ser el hecho de sustituir alguna de las piezas
originales. por estar fuera de escala, valiéndonos de la misma maqueta u otra
parecida pero de otro fabricante y que venga moldeada a la escala correcta.
LAS TRANSFORMACIONES.
Hay veces, sin embargo, que una transformación de ambientación se limita a algo
tan sencillo como un cambio en la decoración y en las calcomanías, como por
ejemplo convertir un modelo de avión de combate en uno de uso civil.
Cajón de sastre.
Al principio todo aficionado maquetista/modelista se encuentra desabastecido
totalmente de piezas, debido a que cuando se construye una maqueta, se realiza
íntegra, sin preocupación alguna de lo que venga después.
Junto a ellas, las láminas de plástico, el plástico estirado, los cables de distintos
grosores, multitud de piezas tanto plásticas como metálicas procedentes de los
sitios más inverosímiles, nos proporcionarán detalles magníficos que darán a
nuestras maquetas ese acabado que busca todo aficionado.
RESUMIENDO
La idea final de todo ello es hacer de nuestra maqueta una pieza única.
Evolución.
Este panorama increíble de posibilidades, tanto para los noveles como para los
veteranos, tiene sus contrapartidas: se encarece esta afición si se elige el camino
de la perfección mediante la adquisición de las innumerables posibilidades que
ofrece el mercado, y quizás se deja perder algo la característica habilidad para
auto-fabricarse piezas.
Por nuestra parte, recomendaríamos al aficionado novel que practique sus
habilidades y deje para más adelante la adquisición de esos complementos.
DOCUMENTARSE
Una maqueta, por muy perfecta que sea, casi siempre le falta o le sobra algo, y en
última instancia incluso hay variantes, quizás más atractivas que el kit de serie.
Curiosa versión biplaza de un avión de combate alemán de la 2a Guerra Mundial
INSIGNIAS Y CAMUFLAJES
Todo ello sin contar los grandes, o menos grandes, cambios que sufrían como
producto de «toques personales» (nombres o dibujos) hasta colores especiales
que a veces eran realmente espectaculares.
DOCUMENTACIÓN VITAL
Si las fotos y los perfiles en color son indispensables, los planos son la
documentación «vital» de todo maquetista. Los dibujos a color son a menudo
engañosos y las fotos antiguas en su mayoría poco claras.
Los planos representan el objeto tal y como es. El plano es una guía y una plantilla
para realizar todo tipo de correcciones. Sin planos sería impensable realizar con
plena garantía una transformación o detallado.
Las piezas principales deben compararse con el plano, midiendo con el calibre dos
o tres secciones. Las medidas a comprobar suelen ser la longitud, anchura o
envergadura y altura.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Con el tiempo uno se acostumbra a manejar y entender una serie de términos casi
universales, como son las denominaciones de colores, graduaciones, etc...
Además, para entender planos, tomar medidas o ver fotos no son necesarios
muchos conocimientos de idiomas.
MAQUETAS DE AUTOMÓVILES
DE COMPETICIÓN
Entre los vehículos de competición, los fabricantes nos ofrecen una amplia gama
de vehículos de circuito y rallies, pero es difícil encontrar modelos de rabiosa
actualidad.
DE CALLE
Un motor debe acabarse y pintarse con cuidado para que parezca real. Es
recomendable tener a mano notas y fotografías en color del original; o en su
defecto, podemos guiarnos por algún otro modelo lo más parecido posible.
Motor simulado
Motor de turismo
Motor de competición
Motor real
Cables
Sólo las escalas grandes suelen incluir todos los cables. En las menores hay que
limitarse a los más claramente visibles. Pueden hacerse con plástico estirado al
calor, alambre, hilo de cobre, etc.
Tubos de escape
EL INTERIOR
Instrumentos empotrados.
Para ello se perforan los relojes y se dibuja su posición en un plástico delgado. En
él se pintan o se pegan las calcomanías que reproduzcan los relojes. Se pinta el
panel y se pega al plástico de los instrumentos colocando entre ambos otro
plástico transparente, recortando lo que sobre por los bordes.
Dar color
Una vez acabado completamente se echará una gota de barniz brillante en cada
reloj para imitar el cristal. No usaremos el pincel más que para dejar caer la gota.
Debe cubrirse todo mientras se seca, porque si cae polvo encima se perderá todo
el efecto.
Salpicaderos de madera
Aunque las maquetas suelen incluir las palancas y pedales principales, hay que
verificar su exactitud y reconstruirlos si fuese preciso.
Pedales
Los pedales del freno, acelerador y embrague pueden hacerse doblando un alfiler
o un clavito fino, pegando en su cabeza un trozo de plástico con la forma del
pedal.
Retrovisores
Tela y piel.
En escalas grandes es posible decorar el interior del automóvil, sillones, tapicería
y guarnecidos a base de telas muy finas o terciopelo adhesivo. El suelo también
puede enmoquetarse con telas más ásperas y de color mate, procurando
mantener siempre el aspecto y sensación a escala.
CHASIS Y SUSPENSIONES
Es fundamental que todas las ruedas apoyen bien en el terreno. Para lograrlo, hay
que tomar ciertas precauciones en algunas fases críticas de la construcción.
LA SUSPENSIÓN
Suspensión de ballestas
Las ballestas suelen ser de una sola pieza, de forma que las hojas, bridas en U y
pernos quedan poco definidos. Si no puede mejorarse el conjunto, lo
reconstruiremos guiándonos por la de la maqueta.
RUEDAS Y NEUMÁTICOS
Es frecuente que los neumáticos grandes, y a veces incluso los pequeños, tengan
en el centro la marca de la unión de las dos mitades del molde. Debe quitarse
lijando o cortando, aun a riesgo de estropear algo el dibujo.
Podemos servirnos de las zonas deterioradas del dibujo para sugerir el desgaste,
incluso lijando un poco si fuese necesario. No hay que olvidar las ruedas de
repuesto, que pueden aparecer más o menos gastadas que las demás. Para
simular un mal ajuste de la dirección, se puede lijar con un pequeño
descentramiento.
Los neumáticos de plástico blando de las maquetas de
automóviles a escalas grandes suelen resultar muy convincentes, aunque a veces
tienen un brillo excesivo y siempre resultarán demasiado nuevos en un vehículo
envejecido. Para alterar su aspecto, y después de haber eliminado la línea del
molde, lijaremos la huella y los flancos para apagar el brillo y aumentar la
aspereza.
Las partes «cromadas» de las ruedas rara vez parecen reales, y resultan un tanto
chocantes en automóviles envejecidos. Aplicaremos un lavado muy ligero de
negro o marrón para ensombrecer el plástico y destacar los detalles.
Simular el peso
Otra opción para que el neumático parezca blando es apretar contra él un cuchillo
caliente. Es mejor practicar en alguno que no sirva hasta controlar la técnica, que
no funciona en los que son huecos.
Otra forma de simular un abultamiento es lijar la goma, pegarle un plástico
delgado y simular el balón con masilla. No es un método adecuado para ruedas
pequeñas.
Pequeños detalles
Podemos imitar los contrapesos de equilibrado de las ruedas con unas tiras de
plástico pegadas a la llanta.
LAS VENTANILLAS
El Kristal-kleer.
Se trata de un líquido blanco lechoso que puede llenar un orificio de hasta 6 mm
de diámetro y se vuelve transparente al secar. Es un producto que puede ser difícil
de encontrar en algunos lugares.
Sustituir piezas
Si las ventanillas ajustan tan mal que no hay forma de arreglarlas, tienen
deformaciones y decoloraciones o, como ocurre con frecuencia en modelos en
que se vea el grosor (por ejemplo un coche descapotable), éste sea excesivo, será
necesario sustituir las piezas transparentes.
Pueden cortarse nuevas piezas en acetato transparente, tomando como guía las
piezas desechadas.
MATRÍCULAS
Si las placas son lisas, pueden «dibujarse» las matrículas con transferibles
tipo letraseto similar, dando al final una capa de barniz para preservarlas.
CAPOTAS
Se lleve la capota puesta o no, hay que contar con el sistema de varillas de
replegado que solían tener los automóviles más antiguos. Para ello, siguiendo el
esquema del modelo original, se fabricará con metal delgado y firme, ni plomo ni
estaño; o plástico estirado, teniendo en cuenta las dobleces y entrantes
necesarios para el plegado cuando la capota esté cerrada. Es recomendable
trabajar sobre una plantilla previa de papel que se ajuste exactamente a la forma
necesitada. Así se evitaran errores y repeticiones.
PARTES MÓVILES
Muchas de las maquetas más logradas cuentan con elementos móviles que
permiten ver el interior o el motor de un automóvil, además de dar vida a la
reproducción. Así, un capó abierto sugieren que en cualquier momento vendrá un
mecánico a cerrarlos. Hasta la dirección girada o la puerta entreabierta de un
coche pueden sugerir cierta actividad. Si la maqueta no tiene elementos móviles,
puede hacerlos uno mismo.
Bisagras caseras.
El eje de la bisagra lo haremos con un alambre lo más fino posible, pero a la vez lo
más duro que podamos. Se colocará en el centro de la bisagra y se doblaran las
pestañas a su alrededor, comprobando que aquélla se doble perfectamente.
GOLPES Y DAÑOS
No hay que olvidar que si a través del boquete se ve el interior, tendrá que
construirse una estructura con hojas de plástico o varilla estirada.
TRANSFORMACIONES
Alargamiento o acortamiento
Hay veces en que se construyen unas cuantas variaciones sobre el diseño básico
de un modelo. Es casi imposible encontrar maquetas de todas, pero no es difícil
obtenerlas a partir de un modelo básico cortando un trozo o intercalando una
sección procedente de otra maqueta.
PERSONALIZACIÓN (TUNNING)
Descenso de la carrocería
Cómo hacerlo.
Cortaremos el chasis a 45° junto a las suspensiones anterior y posterior.
Pegaremos la sección central por debajo.
Faros empotrados
Adaptar aletines
EQUIPO ADICIONAL
Todas las maquetas mejoran con la inclusión de detalles como efectos personales
dejados al azar en el asiento del conductor, o productos transportados en un
camión o vehículo de carga.
Aunque son los vehículos militares los que aceptan mejor la inclusión de todo tipo
de objetos, los automóviles de competición en carretera, antiguos y modernos,
suelen ir más o menos cargados de repuestos.
La mejor forma de sujetarlos a la maqueta es con cola blanca, aunque deben dar
la impresión de ir perfectamente atados, como ocurre en la realidad.
No es difícil fabricar los objetos que no se encuentren a la venta, aunque cada vez
más hay accesorios de resina y/o fotograbado para (casi) todo.
MAQUETAS DE MOTOCICLETAS
DE COMPETICIÓN
Entre las motocicletas de competición, los fabricantes nos ofrecen una amplia
gama de modelos del campeonato del mundo de velocidad, pero es difícil
encontrar modelos otras especialidades.
Tras las explicaciones del apartado Montaje > Montar una motocicleta, veremos
algunas técnicas para mejorar el acabado de nuestras maquetas.
EL MOTOR
Los motores a la vista son puntos focales en estas maquetas. Prácticamente todos
sus componentes admiten alguna mejora.
Un motor debe acabarse y pintarse con cuidado para que parezca real. Es
recomendable tener a mano notas y fotografías en color del original; o en su
defecto, podemos guiarnos por algún otro modelo lo más parecido posible.
Cables y tubos
Sólo las escalas grandes suelen incluir todos los cables. En las menores hay que
limitarse a los más claramente visibles. Pueden hacerse con plástico estirado al
calor, alambre, hilo de cobre, etc.
Para imitar los tubos transparentes, como el de la gasolina, puede utilizarse hilo de
nylon, plástico transparente o un recambio vacío de bolígrafo estirado al calor. Con
barniz y un poco de pintura se logra un tono amarillento muy realista.
Escapes
Deben hacerse huecos y pintarse del color adecuado. Puede substituirse la parte
final por un tubo de aluminio o plástico pintado como el resto.
MANDOS Y ACCESORIOS
Panel de instrumentos
Empezaremos por verificar la exactitud del panel, corrigiendo lo que falte con
trozos de plástico o piezas de fotograbado, aunque pertenezcan a otra maqueta.
Instrumentos empotrados.
Para ello se perforan los relojes y se dibuja su posición en un plástico delgado. En
él se pintan o se pegan las calcomanías que reproduzcan los relojes. Se pinta el
panel y se pega al plástico de los instrumentos colocando entre ambos otro
plástico transparente, recortando lo que sobre por los bordes.
Dar color
Una vez acabado completamente se echará una gota de barniz brillante en cada
reloj para imitar el cristal. No usaremos el pincel más que para dejar caer la gota.
Debe cubrirse todo mientras se seca, porque si cae polvo encima se perderá todo
el efecto.
Las manetas casi siempre son demasiado grandes. Las substituiremos por un
trozo de alambre blando aplanado, conformado con lima y curvado a su ángulo
correcto. Es recomendable formar una bola al final con cola blanca.
Pedales
Los estribos también pueden hacerse con alambre o plástico estirado, dándoles la
forma y el acabado adecuados.
Retrovisores
El sillín
CHASIS Y SUSPENSIONES
Punto de apoyo
Es fundamental que las ruedas apoyen bien en el terreno. Para lograrlo, hay que
tomar ciertas precauciones en algunas fases críticas de la construcción.
Al unir las piezas que forman el eje delantero (suspensión, rueda, frenos, etc.) y la
rueda trasera al conjunto del chasis hay que ir comprobando repetidamente su
simetría antes y después de pegarlas para que el apoyo sea perfecto.
LA SUSPENSIÓN
Debe comprobarse su simetría y planitud primero con las ruedas montadas y sin
pegar y a continuación con las ruedas y todos los accesorios pegados. Es
conveniente hacer las comprobaciones sobre la base definitiva.
RUEDAS Y NEUMÁTICOS
Es frecuente que los neumáticos grandes, y a veces incluso los pequeños, tengan
en el centro la marca de la unión de las dos mitades del molde. Debe quitarse
lijando o cortando, aun a riesgo de estropear algo el dibujo.
Una mano final de barniz envejecerá un poco el cromado, mientras que una capa
de «polvo» de color pálido dada con aerógrafo (ver Pintura y acabado > Cómo
usar un aerógrafo > Efectos especiales) pondrá las ruedas a la altura del resto de
un vehículo envejecido.
Simular el peso
Otra opción para que el neumático parezca blando es apretar contra él un cuchillo
caliente. Es mejor practicar en alguno que no sirva hasta controlar la técnica, que
no será útil para los que son huecos.
Podemos imitar los contrapesos de equilibrado de las ruedas con unas tiras de
plástico pegadas a la llanta.
PARABRISAS Y LUCES
Las luces
Kristal-kleer.
Se trata de un líquido blanco lechoso que puede llenar un orificio de hasta 6 mm
de diámetro y se vuelve transparente al secar. Es un producto que puede ser difícil
de encontrar en algunos lugares.
Sustituir piezas
Si estas piezas ajustan tan mal que no hay forma de arreglarlas, tienen
deformaciones y decoloraciones o, como ocurre con frecuencia en estos modelos
en que se puede ver el grosor, éste sea excesivo, será necesario sustituir las
piezas transparentes.
Pueden cortarse nuevas piezas en acetato transparente, tomando como guía las
piezas desechadas.
Las piezas tridimensionales pueden moldearse usando las técnicas de moldeado
de plásticos.
GUARDABARROS
Es frecuente que en las escalas más pequeñas los soportes del guardabarros no
estén muy conseguidos. Los substituiremos por unos nuevos de plástico estirado o
alambre, según su forma. Los de plástico se adaptaran al guardabarros con
pegamento líquido, mientras que los de alambre deberán redondearse sobre una
varilla del grosor del guardabarros antes de proceder a su montaje.
Para pegarlos bastará aplicar pegamento líquido en el caso del plástico, y una
gota de cianocrilato en el caso del alambre.
MATRÍCULAS
OTRAS MEJORAS
Partes móviles
Golpes y daños
Transformaciones
Equipo adicional
Realizando el mantenimiento...
... y aquí también.
Tras las explicaciones del apartado Montaje > Montar un avión, veremos algunas
técnicas para mejorar el acabado de nuestras maquetas.
LOS INTERIORES
Está demostrado que el 80% del trabajo que tiene una maqueta considerada como
«obra maestra» dentro del género de los aviones lo absorbe el interior del modelo.
Por desgracia es raro el caso en el que una maqueta posea el detalle y calidad
mínimos para conseguir de ellos, tal y como los presenta el fabricante, una
maqueta completa.
Sacar provecho...
Antes de empezar hay que asegurarse que los esfuerzos (detalles) serán visibles,
para lo cual es preciso controlar el material de referencia para saber si el aspecto
real de la cabina del avión es el adecuado.
INTERIORES BÁSICOS
Paneles de instrumentos
Instrumentos empotrados
El resultado es muy realista si añade un segundo panel detrás del primero. Para
ello se perforan los relojes y se dibuja su posición en un plástico delgado. Se
pegan las calcomanías que reproduzcan los relojes, o en su defecto se pintan.
Luego se pinta el panel y se pega al plástico de los instrumentos colocando entre
ambos otro panel de plástico transparente. Cortaremos lo que sobre por los
bordes.
En mandos grandes se pueden utilizar alfileres con la cabeza aplanada con una
lima.
Aunque las maquetas suelen incluir las palancas y pedales principales, hay que
verificar su exactitud y reconstruirlos si fuese preciso.
LOS ASIENTOS
Es la parte de la cabina más grande y también la que más se ve. Por desgracia,
muchas veces encontramos en la maqueta una simple placa doblada
representado esta parte.
Se realizan los orificios por donde pasan las correas que normalmente son cuatro;
dos de ellas salen de la parte superior del respaldo y sujetan el torso del tripulante;
las otras dos son las sujeciones de las piernas.
Cinturones y arneses
Asientos eyectables
En los aviones modernos los asientos de eyección suelen funcionar con unas asas
fijas por encima de la cabeza del piloto, que en muchas maquetas tienen un
tamaño inadecuado; las cortaremos y substituiremos por una pieza realizada con
alambre.
Más y más...
PINTAR EL INTERIOR
El interior de una cabina suele costar de una coloración uniforme y única. Son
colores especiales, antireflejo y anticorrosión. Los tonos más comunes son los
grises claros, aunque según la época se emplearon también tonos verdes,
amarillos, ... o sencillamente no se pintaban.
A la hora de pintar...
Las partes de la cabina del piloto que están expuestas al sol acabarán teniendo un
tono de color más claro o radicalmente distinto. También influirá el deterioro por el
uso, fugas de fluidos, suciedad, etc.
Paneles de instrumentos
Una vez acabado completamente se echará una gota de barniz brillante en cada
reloj para imitar el cristal. No usaremos el pincel más que para dejar caer la gota.
Debe cubrirse todo mientras se seca, porque si cae polvo encima se perderá todo
el efecto.
MEJORAR UN AVIÓN (V)
MONTAR LA CABINA
Lo último consiste en añadir los tableros de mandos que habían sido pintados
antes para mayor comodidad.
Una vez pegadas las dos piezas del fuselaje, lo que siempre debe de hacerse es
enmascarar todo para protegerlo de la pintura que habrá que aplicar al resto de la
maqueta.
EL ZIMMERIT
PRESENTACIÓN
Esta extraña palabra puede causar algo de miedo a los aficionados maquetistas
poco experimentados y cuya temática preferida sean los carros de combate
alemanes de la segunda guerra mundial.
Un poco de historia
Aunque solo sea parte de alguna historia sin fundamento, se cuenta que los
británicos tenían una «bomba pegajosa», y que los alemanes habrían perdido
varios de sus carros de combate durante los ataques sobre Francia, Países Bajos,
Grecia y África del Norte por su causa.
Además, los soviéticos podrían haber recibido estas «bombas pegajosas» de Gran
Bretaña como parte de los acuerdos de «Préstamo y Arriendo».
Este producto fue desarrollado en Berlín por la Chemische Werk Zimmer AG, de
Berlín (de donde viene su nombre), y estaba listo para su empleo en el verano de
1943.
Por una parte crea una superficie áspera y por consiguiente se reduce el área de
contacto, restando efecto a las «bombas pegajosas».
Por otra parte, supone una separación entre el casco de metal y la base de la
mina, restando efecto a las minas magnéticas.
La segunda capa se aplicaba más delgada y era marcada en líneas onduladas con
un peine de metal. Los cuadrados entrecruzados aumentaban la adhesión de la
segunda capa, mientras las marcas de peine daban el patrón para reducir el
contacto con las minas.
Pero lo que realmente provocó su desaparición fue la falta de sus «enemigos»: las
minas magnéticas.
EL ZIMMERIT (II)
PATRONES DE ZIMMERIT
Estampado «gofre»
(ver foto del patrón original)
1. Aplicado a los vehículos:
2. Sturmgeschütz III Ausf. G
3. Sturmhaubitze 42
4. Pz Kpfw V Panther
5. Pz Kpfw VI Tiger Ausf. E
Patrón estándar de columnas pero con ranuras en diagonal que
cambian de dirección en cada columna
(ver foto del patrón original)
1. Aplicado a los vehículos:
2. Pz Kpfw IV
Esta es sólo una guía general, pues las contradicciones abundan existiendo
fotografías que así lo demuestran
EL ZIMMERIT (III)
El color original del zimmerit era el gris claro. Ya hemos visto que el color amarillo
oscuro (RAL 7028 Dunkelgelb), muy similar al color base del camuflaje del
momento se consiguió con la adición de pigmento de color ocre.
Hay que pensar que la rugosidad de las superficies cubiertas por el zimmerit y el
curioso cuadriculado impreso en el mismo creaban una multitud de pequeñas
sombras. La superficie era completamente mate, y parecería mucho más oscura
de lo normal (atención con las fotografías que nos puedan servir de referencia).
Referencias...
Parece ser que existen documentos en las que aparece una curiosa combinación
de colores sobre un «Sturmtiger», en el que las partes no cubiertas por
el zimmeritpresentan el camuflaje tipo hinterhalt («ambush» o «emboscada»),
mientras que las partes cubiertas presentan el camuflaje tradicional, pintado a
pistola. El camuflaje tipohinterhalt («ambush» o «emboscada») se aplicaba a
brocha.
EL ZIMMERIT (IV)
DÓNDE APLICARLO
El zimmerit era aplicado a los laterales del casco, a los blindajes frontal y trasero,
a los lados de la torre, y en general a todas las superficies susceptibles de poder
ser alcanzadas por un hombre de estatura normal.
Como siempre hay excepciones a las reglas, aquí tenemos una fotografía de un
cañón autopropulsado Sturmgeschütz IV donde puede distinguirse una capa
de zimmerit en los lados inferiores del casco. Hay fotos de vehículos basados en
los chasis del Pz Kpfw IV que lo llevaban
Generalmente tampoco era aplicado a los blindajes suplementarios, que eran
añadidos como una forma adicional de defensa, aunque en algunos raros casos si
se hizo, quedando constancia en algunas fotografías.
Cañón antiaéreo sobre chasis de carro de combate Flakpanzer IV con zimmerit aplicado incluso en los
guardabarros, pero no en la torreta
Solo en algunos casos raros puede aparecer la pasta extendida sobre los
guardabarros de los «Jagdtiger» y sobre la parte delantera de los guardabarros
del «Panzerjäger Elefant».
Carro de combate Pz Kpfw VI Ausf. B «Königstiger» cubierto de zimmerit excepto los guardabarros
modulares
Las razones para esto son sencillas. Sobre las
superficies horizontales no tiene objeto conseguir su «desmagnetización», puesto
que bastaría con dejar caer la mina sobre el metal. Lo cierto es que a las ya
respetables alturas a las que se encontraban las superficies horizontales de los
carros de combate de la serie «Tigre», no siempre se podía lanzar alegremente la
mina hacia arriba. :-)
Sobre el tubo del cañón no era aplicada la pasta, pero sí sobre el escudo del
cañón.
En la foto puede verse hasta que altura del casco se aplicaba el zimmerit en un cazacarros
Panzerjäger «Tiger (P) Elefant»
EL ZIMMERIT (V)
El principal problema que representa esta opción es que solo sirve para algunos
modelos, y que es muy difícil reproducir desperfectos sobre ello; además de
reproducir un único patrón.
Este método consiste en utilizar una punta caliente para grabar el patrón
del zimmerit. Para conseguir unos mejores resultados el soldador o pirograbador
debería tener un reostato para controlar la temperatura.
Fotograbados
Planchas de resina
Sin duda es la forma más fácil de realizar el zimmerit y sin complicaciones, con un
grado de realismo asombroso y su completa adaptabilidad a cualquier superficie.
Se cortan fácilmente con una cuchilla. Quizás la única pega que se les puede
achacar es el grosor de las planchas y su precio.
Piezas completas
Hay distintos fabricantes que tienen en su catálogo kits completos (torre, planchas
de blindaje, etc.) con el zimmerit ya grabado para distintos modelos.
Mientras que el patrón del zimmerit suele ser bueno, a menudo estos kits
requieren más trabajo para su correcto montaje, quitando las rebabas,
rebosaderos, burbujas, etc. que la utilización de cualquier otro método.
Masilla
Este método es el más realista, porque es exactamente el mismo por el cual los
alemanes aplicaron el zimmerit a su carros de combate (a escala, desde luego).
Cualquier masilla puede ser usada para este método, pero se puede incluso llegar
a utilizar yeso o «Aguaplast» (sic!). Lo mejor es buscar una masilla plástica de tipo
expoxídico, suave y fácil de trabajar.
También se pueden fabricar con varillas o «Plasticar», solo hay que tener en
cuenta que tienen que ser un negativo del patrón original. El principal
inconveniente es que si se realiza con un solo sello puede ser agotador.
Visto en la red...
Un producto que también se utiliza, por su facilidad de uso y rapidez de secado, es
un producto impermeabilizante acrílico, semejante a una pasta de dientes,
utilizado para reparaciones de humedades (para saber más sobre este producto,
del que solo tenemos una mínima referencia, consultar en internet utilizando las
palabras claves «impermeabilizante acrílico» o «acrylic waterproof coating» en
cualquier buscador).
Por su simpleza, este método es mejor para las escalas más pequeñas (1/72,
1/76, 1/87), y su acabado es bastante fino.
El proceso puede parecer complicado, pero no tiene por que serlo. En realidad,
hay métodos que ni siquiera necesitan masilla. Vamos a explicar unos métodos
básicos de aplicación del zimmerit, todos con muchas variantes posibles y que
cada uno puede explorar por su cuenta. Alguno de estos métodos puede ser el
más práctico el aficionado, tanto si es novato con el zimmerit como si ya tiene
experiencia aplicándolo.
La escala...
Si no se menciona lo contrario, estos ejemplos se realizan sobre maquetas a
escala 1/35. También veremos métodos aplicados a otras escalas.
PREPARAR LA MAQUETA
Estos métodos que se explicaran son sólo una muestra de los muchos posibles, y
varios de ellos se pueden utilizar juntos en un mismo modelo.
Es importante tener en cuenta que muchas de estas técnicas implican disolventes
o calentar plástico. Hay que asegurarse de trabajar en un lugar bien ventilado y
lejos de posibles fuentes de calor.
EL ZIMMERIT (VI)
Sin embargo, requiere cierta práctica para extenderla y trabajarla, por ello es
siempre recomendable el hacer pruebas sobre un plástico igual a aquél sobre el
que vamos a trabajar (por ejemplo, el interior de la maqueta, en un sitio no visible).
Un buen método es extender la masilla con ayuda de una superficie lisa y flexible,
como una espátula (nunca con el dedo). Lo importante es lograr una aplicación de
grosor uniforme.
Como con la masilla, lo más conveniente es hacer ensayos sobre plástico hasta
que tengamos la soltura necesaria con el material.
EL ZIMMERIT (VII)
Esta técnica también se puede utilizar con masilla époxi (en el Ejemplo 2:
«Cuchilla dentada» se darán instrucciones sobre la aplicación de este tipo de
masilla), que permite cubrir todo un lado completo de la maqueta de una vez.
La masilla debe aplicarse de manera uniforme, de aproximadamente unos 0.5mm
de espesor, y deberá tener una apariencia suave al tacto. Esperaremos de 10 a 15
segundos para permitir que se forme una «piel» en la superficie de la masilla. Si la
masilla seca demasiado pronto y se endurece, el destornillador no dejará una
correcta impresión, y si no se seca lo suficiente, la masilla se pegará al
destornillador. Colocaremos el destornillador de manera que el lado plano esté
paralelo al borde horizontal de la pieza. Mirando desde la parte superior de cada
sección, con cuidado «clavaremos» el destornillador en la masilla.
Repetiremos estos pasos hasta que la pieza este completa. Si por error dejamos
huellas de dedos en la masilla, aplicaremos una abundante capa de pegamento
líquido en la zona. En cuanto el pegamento ablande la masilla, sólo tendremos
que alisarla, esperar a que se forme la «piel» en la superficie de la masilla y volver
a aplicar el patrón dezimmerit.
EL ZIMMERIT (VII)
Usando una cuchilla (de las antiguas afeitar mejor) a modo de paleta,
extenderemos la masilla por la superficie de la maqueta con un grosor uniforme de
aproximadamente 0.5mm. Comprobaremos que la superficie sea fina y uniforme,
libre de marcas de cualquier tipo.
Una plantilla para cada caso...
Las cuchillas «dentadas» para zimmerit de 0.7mm son las de mejor tamaño para
patrones de surcos rectos (ver patrones de zimmerit), y las de 0.5mm son mejores
para los patrones que incluyen un esquema de cuadrícula secundaria. Hay
diferentes cuchillas para las distintas zonas que podemos encontrarnos.
Para crear el patrón de líneas horizontales visto en las torretas del Pz Kpfw VI
«Tiger», se aplicará la masilla tal y como se ha explicado antes. Sujetando la
cuchilla «dentada» para zimmerit de 0.7mm en vertical, aplicaremos una presión
constante a medida que la movemos lentamente de forma horizontal sobre la
masilla.
Nos moveremos sin parar y a una velocidad constante por toda la zona
enmasillada. Después pasaremos a otra zona. Si variamos la intensidad de la
presión sobre la masilla, se notará la diferencia una vez haya secado.
Si las líneas verticales necesitan más definición, presionaremos con una regla
metálica en cada una (en una regla de plástico la masilla se adhiere con más
facilidad).
Después de crear las líneas verticales, usaremos la regla para crear líneas
horizontales paralelas, también espaciadas aproximadamente 5mm de distancia.
Cuando hayamos terminado, tendrá un aspecto como el de la fotografía.
EL ZIMMERIT (VII)
Este método es una forma sencilla de aplicar un patrón estampado «gofre» sobre
masilla. Podemos adquirir unos «sellos» o bien se los puede hacer uno mismo.
Para este ejemplo, se ha utilizado uno múltiple (seis «gofres») y uno individual (un
«gofre»).
Con este método se realizará un patrón de zimmerit utilizado principalmente en
elSturmgeschütz III.
Con este método el agua es nuestra amiga. Sumerjiremos el sello en el agua con
frecuencia para que la masilla no se adhiera al sello y levante la superficie.
En el mercado...
Podemos encontrar plantillas o «sellos» fabricados en resina o metal para aplicar
esta misma técnica.
EL ZIMMERIT (VII)
Seguridad
Mucho cuidado: no utilizar ninguna herramienta «caliente» sobre masilla húmeda.
Una vez bien seca la masilla, utilizando la regla como un guía para el
pirograbador, empezaremos a grabar líneas paralelas horizontales. Si la regla
estropea la superficie enmasillada significará que la masilla no está bien seca
todavía.
Después, grabaremos las líneas verticales para completar el patrón cuadriculado.
Trabajaremos sin prisas, tomándonos el tiempo necesario y con cuidado para
mantener el espaciado igualado entre las líneas. Hay que asegurarse que la
separación es clara o no tendrá el aspecto de una cuadrícula.
Con la masilla endurecida se puede colocar la regla sobre la maqueta sin que
vaya a estropearse el patrón aplicado anteriormente.
Para simular los daños en combate y las roturas o astillados, simplemente con la
punta de una cuchilla quitaremos trozos de masilla. En el vehículo real, las
secciones dezimmerit tendían a astillarse a lo largo de las líneas de las muescas.
Este efecto es relativamente fácil de lograr a escala.
¿Qué es el «Esgrafiado»?...
Mejor consultemos el Glosario.
EL ZIMMERIT (VII)
Con cada marca realizada nos iremos desplazando hacia abajo, formando una
columna. Seguiremos haciendo columnas, lado a lado, moviéndonos en una
dirección constante por toda la superficie hasta dibujar el patrón.
Cuando estemos satisfechos con el patrón básico, todavía hay algunos pasos
críticos más. Para dar consistencia, lijaremos todas las zonas grabadas con papel
de lija de grano fino o una lima gruesa para suavizar los salientes de plástico
derretido.
Daños de combate.
Este difícil simular daños en el zimmerit con este método, pero una manera rápida
y simple consiste en -NO- aplicar zimmerit a la zona dañada, eso es todo.
Un último consejo:
Muchos soldadores (y similares) tienen la opción de variar el voltaje (y por lo tanto,
variar la temperatura) lo que nos permitirá un mejor control. O, en lugar de
comprar un soldador de temperatura variable, se puede instalar un regulador de
intensidad de luz a la fuente de alimentación del soldador. Con conocimientos de
electricidad y de cableado básico podremos hacérnoslo nosotros mismos. Pero si
no tenemos experiencia en este campo, mejor no tocar nada, o dejarlo en manos
de un profesional. La seguridad ante todo.
EL ZIMMERIT (VII)
Material necesario: una rueda dentada de 3mm, un trozo de alambre, una lima,
una espátula o cuchilla flexible, agua.
Este método, más pensado para maquetas a escala grande, como la 1/25 o la
1/16, es muy fácil una vez tengamos construida nuestra herramienta
personalizada.
Luego, a la altura de la mitad del alambre haremos dos dobleces más formando un
lado corto con la anchura del piñón.
Cuando hayamos terminado las dobleces, el alambre debería tener la forma de un
rectángulo estrecho. Éste será el mango de nuestra herramienta.
Colocaremos el piñón en las dobleces del lado más pequeño, donde debería
poder dar vueltas libremente. Envolveremos la herramienta con cinta adhesiva
para asegurar el engranaje en su lugar.
Repetiremos este proceso hasta cubrir toda la maqueta con este patrón. Recordar
que será necesario humedecer el piñón con mucha frecuencia para evitar que se
le pegue la masilla.
En el mercado...
Tambien podemos encontrar algun fabricante que ha previsto un sistema parecido
para la escala 1/35, tal y como se puede verse en estas fotos.
EL ZIMMERIT (VII)
Una vez que el plástico está lo suficientemente reblandecido se marcan las líneas
distintivas de este tipo de zimmerit presionando con un destornillador pequeño. Si
la «consistencia» del plástico no fuera la adecuada se deberá añadir más
pegamento antes de seguir grabando con el destornillador.
Una vez acabada la zona reblandecida, el proceso se repetirá por toda la
superficie a cubrir de zimmerit, teniendo cuidado de no tocar el área ya grabada,
hasta completar el trabajo. Una vez el plástico esté seco y duro se podrá lijar
ligeramente para eliminar los restos de plástico fundido.
PRESENTACIÓN
Aquí se verán los principales retos que los carros de combate y vehículos militares
a escala pequeña nos presentan, y algunas formas de superarlos.
Las cadenas de los carros de combate a esta escala son uno de los puntos más
débiles en cuanto a calidad de acabado. Las opciones son: tiras flexibles de
plástico, secciones de plástico rígido, resina o metal.
Son minoría las que suelen incluir
cadenas rígidas de plástico inyectado moldeadas en secciones para ser montadas
alrededor de los bogies y ruedas de tracción.
Las más antiguas utilizan el sistema de "cadenas de goma elástica" (como puede
verse en la foto). Cada cadena se suministra como una sola tira en la que, según
el fabricante, se unirán ambos extremos para formar un bucle. No tienen un
aspecto realista, y muchas veces ni siquiera aguantan sin romperse una vez
pegadas.
La forma más fácil para hacer frente a este tipo de cadenas es simplemente...
aguantarse. Seguir adelante, usarlas, modificarlas en la medida de la habilidad de
cada uno, pegarlas y esperar que aguanten.
Envejecer las cadenas con materiales como hierba, barro, hielo, nieve, o cualquier
cosa que forme parte del terreno.
Con ello se pueden llegar a cubrir los pequeños errores cometidos, defectos de
moldeado, y los hilos de alambre. Para hacerlo usaremos, por ejemplo, papel
maché mezclado con un poco de hierba estática, y una vez haya secado,
mediante la técnica del pincel seco, lo pintaremos. Esto debe hacerse con
moderación, y comparando los resultados con fotos del modelo real, para no
exagerar el acabado.
Así como los aficionados a la escala 1/35 cuentan con una gran cantidad de
piezas en el mercado para superdetallar, mejorar o transformar vehículos y carros
de combate, la oferta para la escala pequeña es muy pequeña (valga la
redundancia), y aquí el reto es hacerse uno mismo las piezas necesarias para
estas pequeñas joyas.
Ojo!
Ya no habrá vuelta atrás. Y hay que hacerlo con mucho cuidado para no pasarse.