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Romanticismo

Con este término nos referimos a una parte importante de la historia del pensamiento
y el arte del siglo XIX. Sus límites cronoló gicos son, como en los otros estilos,
imprecisos. Para algunos estudiosos existe un primer Romanticismo alrededor de la
Revolució n Francesa (1789); otros sitú an su origen en las oleadas revolucionarias de
1830, en las que comienza la liquidació n del Antiguo Régimen. Al mismo tiempo,
también se hace coincidir hacia 1815, con el final de las guerras napoleó nicas. Por otra
parte, los expertos sí coinciden en que no surgió al mismo tiempo ni tuvo la misma
intensidad en todos los países, y que tuvo una amplia repercusió n en los ó rdenes
social y artístico. En general, se le puede enmarcar desde finales del siglo XVIII hasta
mediados del XIX.

En sus variadas manifestaciones artísticas, el Romanticismo tuvo como elemento


comú n su propensió n a lo sentimental y a lo fantá stico. Los romá nticos quisieron
romper con todas las reglas y fó rmulas nacidas de las academias y con la rigidez del
Neoclasicismo. Para ellos, la libertad era el bien má s preciado y el apasionarse por sus
ideales (encontrar el amor, luchar por la patria) los podía llevar al suicidio si éstos no
podían cumplirse.

Una vez desenvuelto el Romanticismo, éste se expresó por dos vías, que fueron: la
primera, su tendencia a ser idealista e individualista; y la segunda, la preferencia por
el pasado, sobre todo temas medievales. Por esto se explica que en algunos países de
Europa se retomara el gó tico, dando paso al neogó tico. Ejemplos notables de ello
resultaron ser el Parlamento de Londres y el Parlamento de Budapest.

No fue raro que dentro de la rebeldía que caracterizó al Romanticismo, se


introdujeran elementos que en cierto modo eran exó ticos para la sensibilidad y
cultura occidental. Esto es, se admitieron ciertos aspectos orientales que gozaron
también del gusto del pú blico. La naturaleza deja de ser un simple adorno y se le
presenta con toda su fuerza y majestuosidad (rayos, mar, niebla), como reflejo del
espíritu apasionado y atormentado del artista.

Se exaltan el nacionalismo, las costumbres populares y el folklor de cada país con una
idealizació n del pasado. También, se recogen motivos y personajes medievales.
La libertad que proclamaban los romá nticos provocó romper con las convenciones
estéticas tradicionales, hizo desaparecer la armonía y el equilibrio neoclasicista e
incorporó un vocabulario de las emociones y del misterio.

El teatro y la poesía fueron los géneros romá nticos por excelencia, pues permitieron
expresar todos los sentimientos de aquella época. Los principales autores españ oles
fueron: Duque de Rivas - Don Álvaro o la fuerza del sino, José Zorrilla - Don Juan
Tenorio, José de Espronceda –El estudiante de Salamanca, Gustavo Adolfo Bécquer.-
Rimas y Leyendas, Rosalía Castro – Cantares Gallegos, Mariano José de Larra – Macías,
entre otros.

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