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ARQUITECTURA, HISTORIA Y CINE. UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA.

2014

JOHAN ESTIVEN ALZATE PARRA - 905504

SOBRE EL PROBLEMA DEL DETERMINISMO HISTÓRICO

Recuerdo que en mis años de colegió me sentí maravillado por la física moderna, en especial por
la teoría de la relatividad de Einstein que le abrió las puertas de la realidad a cosas tan fantásticas
como los viajes en el tiempo, la deformación del espacio-tiempo y objetos tan colosales como
difíciles de entender: Los Agujeros Negros.

Recuerdo también que en aquel entonces solía dar vueltas alrededor de una serie de ideas sobre
el determinismo y el destino. Ya desde tiempos antiguos, diferentes civilizaciones lograron con
éxito establecer sistemas de medición y técnicas para predecir con exactitud los eclipses de sol y
luna, así como tener la certeza de las estaciones y determinar la posición cambiante de las
estrellas y planetas en el cielo a lo largo del año. Luego aplicaba esta misma lógica a un evento
más cotidiano: el día y a la noche, es decir, tenemos la certeza total de que a las 10 de la noche
habrá oscuridad y que a las 10 de la mañana habrá luz, inclusive dependiendo del momento del
año, sabemos el momento exacto en el que el sol toca el horizonte al atardecer o al amanecer.

En la TV veía los documentales que hablaban sobre el paso de cometas por ciertos puntos del
sistema solar, como los planetas se alinearían en fechas específicas, el momento en el que el sol
como lo conocemos desaparecería y como en varios millones de años la galaxia de Andrómeda
colisionará y se fusionará con la Vía Láctea. Finalmente los científicos pudieron calcular una fecha
aproximada para el fin del sol, de la galaxia y del mismísimo universo. Todo lo anterior se pudo
determinar ya que cada átomo en el universo, cada partícula y toda la energía, obedecen a una
serie de leyes y al ir conociendo poco a poco estas reglas y las condiciones actuales de ciertos
objetos, el hombre se hizo con el poder de “predecir”, o mejor, “calcular” con más o menos
precisión las condiciones futuras o el “destino” de dichos objetos.

Todo lo anterior, me hizo pensar que en realidad no hay cosas que sucedan al azar, todo obedece
a un conjunto de condiciones iniciales que van evolucionando poco a poco siempre obedeciendo
las leyes de la física, y lo que vemos es el resultado de una sinfonía colosal de acciones y
reacciones que ha venido ejecutándose desde el inicio del universo mismo. Alguien podría, a
manera de ejemplo, escribir una “profecía” en la cual describe que el sol está destinado a tener un
eclipse el día x del año y.

Estas ideas tan analizadas y exploradas por la física y la astronomía moderna, nos muestran
entonces un universo totalmente determinista. Pero desde luego, no todo es color de rosa y
preguntas tan complejas, lastimosamente no cuentan con respuestas simples. Al intentar aplicar un
modelo determinista como el aplicado a planetas y galaxias, a objetos más pequeños o a sistemas
muy complejos como la atmósfera terrestre, el océano o materia viva se evidenciaba la dificultad, y
la práctica imposibilidad, de poder medir y determinar las casi infinitas variables y se hacía casi que
necesario, medir y conocer el estado de cada átomo de manera individual para poder predecir
ciertos eventos, cosa absolutamente imposible al menos para la época en que vivimos.

Al principio pensé que esta complejidad para poder medir las condiciones iniciales y así mismo
determinar los eventos futuros, en sistemas más pequeños (que no fueran de escala planetaria o
solar), era simplemente una limitación del ser humano, pero el hecho de que éste no pudiera medir
y no pudiera predecir los comportamientos de estos sistemas, no implicaba, para mí, que
igualmente cada átomo y cada partícula de dichos sistemas no se movieran y reaccionaran bajo las
mismas leyes físicas y químicas de planetas y galaxias, al fin y al cabo todos y todo somos polvo
de estrellas, estamos hechos de los mismos bloques elementales.
Pero luego estudiando un poco más, llegué al tema del “principio de incertidumbre”. Resulta que a
nivel subatómico, al medir una partícula, o al pretender averiguar por su posición o su velocidad, el
mero hecho de observarla, altera su estado, por lo que en realidad no es posible conocer con total
precisión esta información y a partir de este hecho tan simple, se construye la mecánica cuántica y
cosas tan extrañas como las descritas en el experimento del “gato de Schrödinger”. En este
experimento mental u otros similares, se plantea el hecho de que ante la hecho de no poder
conocer esta información, hay cosas en el universo que en realidad “son y no son” o existen en
más de un estado al mismo tiempo y tan solo es posible calcular las probabilidades de que al ser
observadas, ésta se encuentre un determinado estado. El mero hecho de observar hace que esta
dualidad de estados colapse y se llegue a un estado definido.

Todo lo anterior me confundió bastante y echó por el piso mi total convencimiento del determinismo
que opera en el universo, ya que a nivel cuántico, si es posible que exista azar, es posible que las
cosas sean o no sean al mismo tiempo, y muchos otros fenómenos impresionantes. En cambio me
planteé la posibilidad de que existiera un sistema mixto o algún otro tipo de sistema aún no
descubierto, entendido o revelado por el hombre. El solo hecho de pensar en las incomprendidas
consecuencias que la mecánica cuántica puede tener en los átomos de una neurona, me lleva a
pensar que no solo el determinismo se ve seriamente comprometido, sino que se abre la puerta
para que el tema de las decisiones humanas (que se basan en millones de neuronas funcionando
juntas) se vuelva tremendamente complejo.

Las películas que hemos visto, pese a ser bastante buenas, desde mi punto de vista, no logran
atacar el problema, y es que este es un problema bastante complicado de abordar. Simplemente
nos dejan en las mismas preguntas y las mismas dudas. Es decir: El destino del Papa, en
“Habemus Papa” era el de ser Papa, finalmente rechazó su destino. Pero al final alguien
determinista diría que rechazar el cargo fue totalmente su destino, alguien que no sea determinista
dirá que hubo libre albedrío, que hubo algo de azar y que finalmente el “poder de decisión humano”
se impuso sobre destino, sobre determinismo y azar. Para mí, las decisiones humanas están
bastante predeterminadas por un sin fin de condiciones y por lo tanto, mucho de lo que llamamos
libertad es una mera ilusión de la consciencia. Habrá que esperar y reflexionar más sobre el tema
para llegar a mejores conclusiones personales.

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