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IFD N° 3 - Cátedra: Ambiental II- 2013.

Profesora: Liliana Tomat.

La aproximación ecosistémica: “El sistema Tierra”


Esta visión considera a nuestro planeta como un sistema, entendiendo como sistema a:

un conjunto de eventos u objetos relacionados, incluyendo las interacciones


entre los mismos (de Blij y Muller, 1993).

Por ejemplo, una ciudad puede ser descripta como un gran y complejo sistema, el que
recibe un influjo de energía y bienes de consumo que son utilizados y transformados por
los habitantes de dicho centro urbano. Al mismo tiempo una gran cantidad de energía,
bienes manufacturados, servicios y desechos son generados dentro del sistema y
exportados hacia afuera del mismo a través de los límites. Este mecanismo marca el
funcionamiento de un sistema abierto que interacciona con sistemas aledaños al mismo.
De igual modo una región climática o una cuenca hidrológica bajo esta aproximación
pueden ser considerados sistemas abiertos.
Al respecto, Durán (1996) considera al medio ambiente como un gran sistema que resulta
de la integración de otros sistemas tanto naturales como humanos. Por lo tanto, un
sistema a su vez puede estar integrado por otros sistemas de menor escala o
subsistemas, los que si bien pueden actuar independientemente están vinculados por el
sistema mayor. En general, los sistemas están en funcionamiento continuo por mas que
no se identifiquen evidencias de incremento o reducción en la actividad de los mismos (de
Blij y Muller, 1993). Así, los ecosistemas son un ejemplo de sistema natural de mayor
escala. Rowe (1961, citado en Bailey, 1996) define un ecosistema como:

“una unidad topográfica, un volumen de tierra y aire, más el contenido orgánico,


extendidos arealmente sobre una determinada porción de la superficie
terrestre durante un tiempo determinado”.

En una aproximación simple al concepto de ecosistema establece que la tierra opera


como una serie de sistemas o subsistemas interrelacionados, dentro de los cuales todos
los componentes están vinculados. Por lo tanto, un cambio en alguno de los componentes
puede acarrear un cambio en alguno de los otros componentes y generar una
modificación en todo el sistema (Bailey, 1996). En resumen, en la aproximación
ecosistémica para la evaluación de la tierra, el tratamiento del espacio como una
interrelación entre componentes es preferido por sobre el tratamiento de cada
componente por separado.
De lo mencionado queda debidamente expresado que un ecosistema puede ser
considerado como un sistema de mayor escala, el que está integrado por sistemas o
subsistemas naturales de menor escala que a su vez evolucionan en el tiempo. Por lo
tanto, los distintos componentes de la esfera terrestre definidos al principio del presente
capítulo pueden ser reunidos en los siguientes sistemas o subsistemas que muestra la
figura 1.

1
Sistema geológico- sistema
Geomorfológico climático
ECOSISTEMA TIERRA
Sistema sistema
Biogeográfico hidrológico
Sistema antrópico

figura 1: Principales sistemas componentes del ecosistema Tierra.

 Sistema geológico-geomorfológico: se refiere a las rocas, sedimentos y formas de


relieve la superficie terrestre resultantes de la acción de un conjunto de procesos
naturales que modelan el relieve planetario. Se considera relevante la relación entre
este sistema y los sistemas climático e hidrológico. Ello se debe a que el sistema
geomorfológico por definición es un sistema abierto. Significa que intercambia energía
y materia con los medios aledaños a través de los límites que los pone en contacto.
Así, la principal fuente de energía de la que se sirve el sistema para funcionar sería la
energía solar, seguida por la rotación de la tierra y otras fuentes mas localizadas como
la energía geotérmica, los fenómenos tectónicos, etc.
 Sistema climático: se refiere a todos los fenómenos y procesos que tienen lugar en la
atmósfera durante un período prolongado y que afectan por lo tanto una determinada
porción de la superficie terrestre.
 Sistema hidrológico: se refiere fundamentalmente al comportamiento de las aguas
continentales, tanto superficiales como subterráneas y de su vinculación con los
climas, formaciones vegetales, suelos y formas de relieve.
 Sistema biogeográfico: comprende las características relacionadas con los elementos
fitogeográficos y zoogeográficos presentes en la superficie terrestre, los que están
estrechamente vinculados con las características climáticas y edafológicas de una
región.
 Sistema antrópico: debe recordarse que la actividad humana, cuando existe, puede
convertirse en un factor relevante que altera y modifica el funcionamiento de los
procesos que caracterizan los distintos sistemas naturales. Por ello, algunos autores
adicionan a litosfera, hidrosfera, biosfera y atmósfera una quinta componente que
denominan antropósfera, la cual aquí denominaremos informalmente sistema
antrópico.
Entonces, partiendo de la visión teórica que considera al planeta tierra como un
ecosistema que nuclea a otros sistemas o subsistemas más específicos, el marco
conceptual que se plantea en este primer capítulo y que servirá de marco general para el
tratamiento de todo el módulo geológico-geomorfológico, se esquematiza en la figura 2.

2
Ecosistema tierra

sistema geológico-geomorfológico

Procesos Procesos Procesos Dinámica


Geomorfológicos exógenos endógenos

- lluvia Agente
- viento geomorfológico
- agua
Corriente
- olas y corrientes
Costeras Geoformas
- gravedad
-. hielo

Paisajes Naturales

proceso Estructura Proceso Tiempo


geológico
previo

Caracterización y Evolución del paisaje natural

figura 2: Marco conceptual donde se vinculan los principales puntos temáticos que se
desarrollarán en la sección de geología y geomorfología.

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La tierra se mueve y cambia
En lo que se refiere al sistema geológico-geomorfológico, que es el objeto principal de
estudio en esta primera parte del curso de Geografía Física, es casi obvio afirmar que el
mismo no ha permanecido inalterable desde el momento de la conformación del planeta.
A lo largo de la muy prolongada historia geológica, distintos fenómenos naturales han
provocado notorios cambios en la configuración de la superficie terrestre. Los continentes
han variado su posición desde una gran masa continental inicial llamada Pangea, luego
desmembrada en unidades continentales menores, las que derivaron de posición hasta
obtener su ubicación actual. Consecuentemente, se han generado numerosos volcanes y
se han elevado extensas cordilleras como la de los Andes o la del Himalaya. Asimismo;
los movimientos de ascensos y descensos de los continentes y las oscilaciones del nivel
del mar han sido los principales responsables de los reiterados eventos de inmersión y
emersión que afectaron distintas porciones de la superficie terrestre. Ello se ha asociado
también con notorios cambios climáticos caracterizados por periodos con bruscos y
prolongados enfriamientos, que favorecieron la cobertura parcial de los continentes por
grandes masas glaciares, y períodos alternantes notoriamente más cálidos, que
generaron el derretimiento de los hielos y la resultante elevación del nivel del mar.
Todos esos fenómenos han necesitado de tal cantidad de miles y/o millones de años para
generar relieves de cierta magnitud, que como ya mencionamos con anterioridad para un
ser humano resultaría casi imposible ser testigo presencial de los hechos. Más aun si se
tiene en cuenta que muchos de los fenómenos siguen ocurriendo hoy en día pero a una
velocidad tan baja que son casi imperceptibles para nuestros sentidos. Sin embargo, cada
tanto la naturaleza nos brinda la posibilidad de sentir toda la fuerza y el calor contenidos
en el interior del planeta, mediante movimientos sísmicos de variada intensidad y
violentas erupciones volcánicas sobre su superficie. En síntesis, debemos entender que
habitamos un planeta dinámico, en continuo movimiento interno, aunque casi nunca
contemos con la evidencia de ello.

“Lo que el viento se llevó” ...


El planeta tierra se mueve y cambia. De eso ya no tenemos dudas. Pero no sólo las
fuerzas internas representadas por los procesos endógenos han sido responsables del
variado relieve planetario que observamos. A lo largo de la historia geológica, los
procesos interiores o endógenos han interactuado mancomunadamente con los agentes
superficiales externos, contribuyendo tanto en el pasado como en la actualidad, al
modelado del paisaje. De ese modo, el viento, el agua, el hielo e inclusive la fuerza de
gravedad se encargan de desintegrar y/o descomponer materiales rocosos consolidados
muy antiguos, ahora expuestos en la superficie. Luego, una vez reducidos a granos y
partículas, los agentes mencionados los transportan desde su lugar de origen, en general
en áreas de elevada topografía, hasta un nuevo sitio de deposición, en general
coincidente con depresiones en áreas continentales y marinas. Estos agentes externos o
agentes geomorfológicos contribuyen a la ocurrencia de una serie de procesos
superficiales o exógenos que modelan el paisaje; de modo tal que producen la reducción
de las áreas elevadas y el relleno de las zonas deprimidas. La acción continua y reiterada
ha desgastado ciertos sectores positivos, mientras en otros sitios deprimidos de la corteza
del globo terrestre se han generado nuevas formas de relieve.
Quizás lo más sencillo de percibir para nosotros, pasivos y temporalmente limitados
observadores de los fenómenos de la naturaleza, es el continuo trabajo modelador de los
fenómenos externos sobre la capa más externa de nuestro planeta. A diario somos
testigos de la acción del viento, un componente climático destacado en la Patagonia,
llevando partículas de un sitio a otro. De igual manera, reconocemos el mar accionando

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sobre el paisaje actual, transportando arenas a lo largo de la franja costera, para luego
acumularlas en depósitos que conforman variados rasgos de relieve litoral.
En síntesis, el subsistema geológico-geomorfológico puede efectivamente ser
caracterizado como un sistema dinámico, vale decir un conjunto de eventos y elementos
en continuo movimiento y cambio. Los responsables de las modificaciones que el mismo
ha sufrido y sufre a lo largo del tiempo, son una serie de procesos físico-químicos que
ocurren tanto en el interior como en el exterior de la litosfera.
Los procesos internos o endógenos son fenómenos que actúan en el interior de la
corteza o a través de ella, como resultado de las actividades físicas y químicas de los
materiales de la corteza y de niveles más interiores del planeta. Éstas se manifiestan en la
superficie mediante movimientos tectónicos, vulcanismo y terremotos.
En los procesos externos o exógenos intervienen fenómenos que actúan sobre la corteza
terrestre o muy cercana a su superficie como resultado de la interacción físico-química
con la hidrosfera, la atmósfera y la biosfera. Para la modificación del relieve los procesos
externos o geomorfológicos se valen de agentes geomorfológicos tales como la gravedad,
el hielo, los glaciares, los ríos, la lluvia, las olas, las corrientes marinas y la actividad de
los organismos vivos, entre otros. Así como resultado de la degradación de las áreas
elevadas y la agradación de las zonas deprimidas, los procesos externos tienden a nivelar
la superficie terrestre. Esta tendencia final a la nivelación se conoce con el nombre de
Gradación.
Sin embargo, debe quedar claro que procesos internos y externos no son independientes.
A modo de ejemplo se toma el caso de un tsunami (tormenta) sobre la costa. La actividad
interna de la tierra genera un terremoto que en una zona marina se manifiesta
externamente por un maremoto. Dicho fenómeno genera la movilización violenta de
grandes volúmenes de agua contra la costa del continente, provocando fuertes tormentas,
inundaciones y daños de similar magnitud a la que produce un terremoto en un área
netamente continental. En el modelado del relieve claramente se superponen ambos
efectos.
En teoría, durante la prolongada historia geológica del planeta, los agentes
geomorfológicos y los procesos exógenos asociados han tendido, en general, a nivelar la
superficie terrestre; mientras los procesos internos o endógenos se han encargado
fundamentalmente de generar rasgos elevados como grandes volcanes y cadenas
montañosas. Pero, a la luz de los resultados, en esta larga e ininterrumpida disputa entre
fuerzas constructivas y destructivas, parece que ninguna de ellas ha alcanzado el
predominio absoluto durante un rango temporal demasiado extenso. Claro...entendido
ello en términos de tiempo geológico.

Procesos geomorfológicos
Los procesos geomórficos son todos los cambios físicos y químicos que determinan una
modificación de la forma superficial de la tierra. Un agente geomórfico o acción es
cualquier medio natural capaz de obtener y transportar material de la tierra. Así el agua
corriente, el agua subterránea, los glaciares, el viento y los movimientos dentro de los
cuerpos de agua estancada, incluido olas, corrientes, mareas y tsunamis, son los grandes
agentes geomórficos. La mayoría de los agentes geomórficos se originan dentro de la
atmosfera de la tierra y están regidos por la fuerza de gravedad. La fuerza de gravedad no
es un agente geomórficos porque no puede obtener y acarrear materiales. Es preferible
considerarla como una fuerza direccional.
Los agentes mencionados hasta ahora y los procesos por ellos realizados se originan en
el exterior de la corteza terrestre y por ese motivo han sido calificados por Penck como
exógenos. A los agentes ya citados deben agregarse otros menos importantes, tales
como el hombre y otros organismos. Otros procesos geomórficos tienen su origen dentro

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de la corteza terrestre y fueron clasificados por Penck como endógenos. El vulcanismo y
el diastrofismo pertenecen a esta clase. Un proceso geomórficos que puede tener un
significado local y no entra en ninguna de las categorías mencionadas es el choque de
meteoritos con la superficie terrestre. Todavía no se ha creado un nombre apropiado para
este proceso.
Si bien se cae rápidamente en la cuenta que los procesos geomorfológicos pueden ser
tanto procesos endógenos como exógenos, algunos autores reservan el proceso
geomorfológico para los exógenos ya que estos últimos están estrechamente vinculados
con la climatología. Ello debido a que la temperatura del aire, la precipitación, el viento y
la humedad atmosférica son elementos del clima que actúan sobre el material rocoso de
la superficie terrestre, bajo exposición subaérea y pueden generar modificaciones sobre el
mismo.
No sólo el campo climático aporta al entendimiento de la dinámica de los procesos en la
superficie del planeta. Debe destacarse que la mayor parte de la información sobre los
procesos geomorfológicos es derivada de otros campos científicos, muchos de ellos,
vinculados con el estudio de las ciencias geológicas. Así, la deformación de las rocas
sometidas a presión son estudiadas por la geofísica, el análisis de las causas y predicción
de terremotos esta dentro del campo de la Sismología, la Hidrología estudia la mecánica
de los flujos de agua tanto dulces como marinas y la glaciología las propiedades físicas
del hielo. Si bien todas estas disciplinas, entre otras, no tienen como objetivo primario la
descripción y análisis de relieves, los datos que aportan contribuyen al entendimiento de
los procesos que modelan la superficie terrestre.

Interpretación de los relieves terrestres: bases para su análisis


Frente al análisis complejo del relieve terrestre deberíamos poder establecer unas bases
generales que nos orienten en la interpretación y descripción de paisajes naturales. Para
ello recurriremos al siguiente ejemplo:

1. La ciudad de Puerto Madryn está edificada a lo largo de una costa baja que es límite
oriental de una planicie litoral que desciende desde el ambiente de mesetas hacia el
océano Atlántico.

1. La ciudad de Puerto Madryn está construida sobre una terraza marina de acumulación
de edad holocena conformada por cordones litorales elevados que colmataron una
antigua bahía cuaternaria labrada originalmente sobre rocas sedimentarias de edad
terciaria.

El primer párrafo (1) establece claramente el ¿Qué? y el ¿Dónde?, mientras el segundo


(2) destaca adicionalmente al ¿Qué? y al ¿Dónde?, el ¿Cómo?, ¿Cuándo? y ¿Porqué?
Por ende, la interpretación y descripción de un paisaje natural desde una óptica
geomorfológica debe estar sustentada en cinco variables básicas representadas por los
siguientes interrogantes:

¿QUE? ¿COMO? ¿CUANDO? ¿DONDE? ¿PORQUE?


El ¿Qué? se refiere al objeto de análisis. Por ejemplo, el sustrato (terreno) geológico
sobre el cual se construyó la ciudad de Puerto Madryn.
El ¿Cómo? se vincula con la naturaleza y dinámica de los procesos naturales que actúan
en el planeta y cuyo resultado final puede quedar evidenciado en la conformación de un
determinado paisaje. Por ejemplo, ¿Cómo se formó la terraza marina de acumulación
sobre la que se asentó la ciudad?

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El ¿Cuándo? tiene una directa relación con el tiempo, tanto en lo relativo al instante en
que se produce un evento o fenómeno natural (ó una combinación de eventos) como a la
duración del mismo, y que da por resultado la creación de un determinado rasgo de
relieve. Por ejemplo, ¿Cuándo comenzó y durante cuánto tiempo se produjo la
deposición en los cordones litorales que luego dieron lugar a la formación de terraza
marina de acumulación?
El ¿Dónde? se relaciona con la ubicación y distribución espacial del fenómeno natural y
del relieve resultante. Por ejemplo, ¿Dónde se formó la terraza marina de acumulación en
relación con los restantes relieves y materiales geológicos presentes en el área?
El ¿Por qué? es un interrogante complejo ya que para su respuesta es necesario hallar e
integrar previamente las respuestas de los otros cuatro interrogantes. Por ejemplo, ¿Por
qué se formaron sectores aterrazados de cordones litorales en ese sector costero?

Conceptos de paisaje natural y Geoformas


Hemos utilizado en distintos pasajes del presente capítulo el término paisaje sin haberlo
definido explícitamente hasta el momento. Por ello, entenderemos aquí, en sentido
amplio, como paisaje natural desde el punto de vista geomorfológico a:

la asociación característica de Geoformas o rasgos morfológicos


que forman parte del relieve de la superficie terrestre.

De acuerdo con esta definición un paisaje natural puede ser considerado como un
sistema geomorfológico abierto. Entonces, para completar la definición, citada se hace
necesario definir también el término Geoformas que hace referencia a:
 una unidad simple y característica del terreno que forma parte de la superficie
terrestre.
 Cada elemento del paisaje geomorfológico que pueda ser reconocido completamente y
que tenga una forma consistente o cambie su forma de manera regular. Es decir, una
superficie continua que puede ser reconocida en su totalidad por un observador, se
encuentre el mismo con sus pies sobre la tierra u orbitando alrededor del planeta.
Esta definición implica que el elemento ha ser identificado como Geoformas de interés
variará según la escala de observación. Por ejemplo, para un observador orbitando
alrededor del planeta, la costa patagónica o la cordillera de los Andes pueden constituir
las Geoformas a analizar. En cambio, para un observador parado en los acantilados
costeros frente a la Universidad la playa, la plataforma o los acantilados mismos serían
los rasgos de interés y por ende las Geoformas a analizar. Por lo tanto, la delimitación de
un Geoformas en el paisaje lleva implícita una componente de subjetividad, la que puede
ser minimizada a partir de fijar la escala de observación.
A grandes rasgos las Geoformas pueden ser producto de procesos de construcción ó de
destrucción de la superficie terrestre. Ejemplos de la primera pueden ser los conos
volcánicos o los deltas de los ríos, mientras que de las segundas serán los valles fluviales
o los acantilados marinos.
Las Geoformas pueden ser evaluadas sistemáticamente a partir de tres conceptos
generales: estructura, proceso y tiempo. Así, una Geoformas puede ser vista como
una cobertura de material rocoso con propiedades físico-químicas específicas y
discontinuidades físicas geométricamente dispuestas en la masa rocosa. Todos estos
factores litológicos y mineralógicos (geológicos) están reunidos bajo el concepto

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geomorfológico de la estructura, que es considerada como el resultado pasivo de
procesos previos al comienzo del ciclo de cambio morfológico de la superficie planetaria
debido a una serie de fenómenos físico-químicos que ocurren cuando las rocas están
expuestas subaéreamente a la acción del agua o el aire.
Por ello, la configuración resultante que presente la masa rocosa estará en directa
relación con el tipo (constructivo o destructivo) y la magnitud e intensidad de los
procesos que estén actuando sobre las estructuras geológicas. Así, los procesos
geomorfológicos varían en intensidad y magnitud de una región a otra, dependiendo del
clima, la vegetación y la altitud respecto del nivel medio del mar. Pero no sólo la magnitud
del proceso sobre determinada estructura rocosa es importante para intentar explicar la
configuración y relieve resultantes. También es relevante incluir en el análisis el lapso
temporal (tiempo) durante el cual el proceso ha estado actuando sobre la masa rocosa
y/o el grado de equilibrio o estado que ha alcanzado el proceso actuante.
Si bien hay casos en los que es posible medir el cambio de un Geoformas en tiempos
relativamente cortos, del rango de decenas o centenas de años; en geomorfología el
tiempo generalmente se mide en millones y miles de años especialmente cuando se
intenta ajustar el lapso que llevo a un paisaje alcanzar una situación de equilibrio luego de
varios ciclos geomorfológicos. Por ejemplo, en los sistemas cerrados de la naturaleza las
reacciones de los distintos componentes del sistema tienden hacia un estado de equilibrio
estable. Algunos procesos geomorfológicos son lentos y graduales pero otros como las
vibraciones de los terremotos o los deslizamientos de material por las laderas por acción
de las lluvias pueden ser eventos repentinos que tendrán una respuesta inmediata en la
masa rocosa, generando una nueva condición de equilibrio. Esta puede estar
representada por configuraciones de relieve más estables como por ejemplo nuevos
apilamiento de rocas, escombros o restos de construcciones damnificadas por el evento.
En resumen, los paisajes son dinámicos y si su modificación está en pleno progreso,
algún componente del paisaje (estructura geológica) está siendo alterado por algún
evento (proceso) durante un intervalo de tiempo definido de modo que el sistema vaya
hacia un momento determinado de su evolución (estado).

Conceptos y principios generales de la geomorfología


Los siete principios generales de la geomorfología se vinculan directamente con las
nociones de estructura, proceso y dinámica del paisaje.

1° concepto:
Los mismos procesos y leyes físicas que actúan hoy en día lo hicieron
siempre a través de todo el tiempo geológico, aunque no necesariamente con el
mismo valor que en la actualidad (se vincula con el principio del uniformitarismo).

Por ejemplo, la expansión de las zonas de la superficie terrestre cubiertas con hielos en el
Pleistoceno no fue la misma que en la actualidad. Si bien los procesos fueron similares, la
intensidad y sobretodo el área ocupada por los hielos en el Pleistoceno fue mucho mayor.

2° concepto:
La estructura geológica resulta ser un factor dominante en el control de la
evolución del paisaje, reflejándose en las formas resultantes.

Por ejemplo, el mayor grado de fracturación de una capa rocosa tiene directa influencia en
la evolución que tendrá un determinado paisaje ya que no sólo facilita el
desmembramiento de la capa rocosa sino también expone mayor número de superficies

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frescas para que los agentes climáticos pueden actuar sobre las mismas, provocando una
serie de transformaciones físico-químicas en estas.

3° concepto:
Los procesos geomorfológicos dejan su sello distintivo sobre las formas de
relieve y cada proceso geomorfológico desarrolla su propio y característico
conjunto o asociación de las formas de relieve.

En este caso el tipo de paisaje se define en directa relación al proceso actuante, lo cual
resulta especialmente relevante para reconstruir la historia geológica evolutiva y hasta a
veces climática del lugar.

4° concepto:
A medida que los distintos agentes erosivos actúan sobre la superficie
terrestre, acontece una secuencia (relativo a orden) en las formas de relieve que
muestra características distintivas en los sucesivos estados de su desarrollo.

Esto se vincula con el concepto de Ciclo Geomorfológico definido como cambios a los
que es sometida una porción de la masa terrestre en su configuración superficial a
medida que actúan sobre ella los procesos de modelado del relieve terrestre.
Un ciclo geomorfológico a la vez puede ser visto bajo una secuencia evolutiva de tres
etapas de modo similar a lo que ocurre con un ser humano: juventud, madurez y
senectud. Pero hay que tener en cuenta que para que se cumpla ciclo los agentes
externos deberían estar actuando sobre la superficie de un planeta que internamente esta
“muerto” y como ya aprendimos ese no es el caso de La Tierra.

5° concepto
En la evolución del paisaje la complejidad es más común que la simplicidad.

En la génesis y evolución de los paisajes comúnmente actúan varios procesos y varios


ciclos. Sobre la base de procesos y ciclos, Horberg (1952, citado en Polanski, 1974)
presenta la siguiente clasificación de paisajes:
 Paisajes simples: desarrollados por un único proceso ó cuando un único proceso ha
sido el dominante. (Por ejemplo: campo de médanos)
 Paisajes compuestos o complejos: cuando en el desarrollo actúan varios procesos
dominantes. (Por ejemplo: zona costera donde desagua un río)

6° concepto
La mayoría de los relieves terrestres evidencian una edad que no va más allá
del Pleistoceno y la previa al Terciario es muy reducida.

Este concepto pone de manifiesto que durante todo el Cuaternario (desde 2.000.000 de
años antes de presente a la actualidad) los procesos exógenos han actuado notoriamente
sobre la superficie terrestre de modo tal que han modificado y/o enmascarado los relieves
antiguos. Por ello, es necesario tener presente en el análisis geomorfológico el siguiente y
último concepto.

7° concepto
Una interpretación efectiva del relieve actual de cualquier región, es
imposible sin una apreciación o estimación total de las múltiples influencias

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derivadas de los cambios climáticos y geológicos que acontecieron y acontecen en
el Cuaternario.

8° concepto
Para comprender cabalmente la importancia variada de los diferentes
procesos geomórficos es necesaria una apreciación de los climas del mundo.

Es evidente luego de todo lo discutido que la temperatura y la precipitación influyen sobre


los procesos geomórficos. Así las variaciones climáticas influyen tanto directa como
indirectamente los procesos. La influencia indirecta está relacionada con la manera en
que el clima afecta la cantidad, tipo y distribución de la cubierta vegetal. El control directo
se vincula con cantidad y clase de precipitación, amplitud diaria de la temperatura, etc.

9° concepto
Aunque el interés primario de la geomorfología son los paisajes actuales, su
utilidad máxima lo logra por extensión histórica.

Si bien el principal interés de la geomorfología es el origen de paisajes actuales, en la


mayoría de estos se presentan formas que datan de épocas geológicas anteriores, lo cual
no debe ser obviado si se busca interpretar con propiedad la historia geomórficos de una
región. Para esto se debe tener presente el principio del uniformitarismo.

Bosquejo de los procesos geomórficos.


Procesos geomórficos
A. Procesos exógenos.
 Degradación: meteorización, remoción en masa y erosión.
 Agradación: agua corriente, agua subterránea, olas, corrientes, mareas y
tsunami, viento, glaciares.
 Trabajo de organismos, incluyendo el hombre.
B. Procesos endógenos.
 Diastrofismo.
 Vulcanismo
C. Procesos extraterrestres.
 Caída de meteoritos.

El termino gradación (Chamberlin y Salisbury), incluye a todos los procesos que tienden a
llevar la superficie de la litosfera a un nivel común. Estos reconocieron que los procesos
gradacionales pertenecen a dos categorías: aquellos que nivelan hacia abajo,
degradación, y aquellos que nivelan hacia arriba, Agradación.

Procesos de gradación
Degradación. Los tres procesos son la meteorización, la remoción en masa y la erosión.
La meteorización puede ser definida como la desintegración o descomposición de la roca
en el lugar. Es un proceso estático y no significa la captura y remoción del material por un
agente transportador.
La remoción en masa involucra la transposición de grandes volúmenes de detritos, cuesta
abajo, por la influencia directa de la gravedad. Generalmente esta auxiliada por la
presencia de agua, pero sin que el agua se halle en cantidad tal como para poder ser
considerada como medio de transporte.
La erosión es aplicada a las diferentes maneras mediante las cuales los agentes móviles
obtienen y trasladan los restos de rocas.
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Meteorización de las rocas
Procesos de meteorización física
 Expansión resultado de la presencia de cristales. Este proceso incluye no
solamente la formación de cristales de hielo en las rocas, sino también el crecimiento de
otros cristales, particularmente los salinos, que se forman en climas secos como resultado
de la acción capilar del agua, la cual contiene sales en solución. Ciclos repetidos de fusión
y congelación de agua en fisuras o poros de las rocas, que ocurre en latitudes medias y
altitudes elevadas, durante el otoño y principios del invierno, y nuevamente a fin del
invierno y comienzo de la primavera. Tiene lugar, formas de rotura, cuyo fenómeno se
conoce como gelivación. Crecimiento de cristales de sal. En zonas donde la disponibilidad
de sales solubles es alta, como el litoral y algunos desiertos, y en climas secos, el agua
puede llegar a la superficie de las rocas por capilaridad o por condensación durante las
noches. Esta agua puede disolver sal que precipita cuando se produce evaporación. Los
cristales de sal pueden ejercer también, como el hielo, presión en los poros y microfisuras.
Así se forma muchas pequeñas cavidades en varios tipos de roca: nichos, pits, arcos
rocosos, etc. Este proceso se denomina exudación.
 Descompresión. Las rocas formadas en profundidad sufren una gran
descompresión en su camino hasta la superficie. Esta descompresión abre vías
depenetración para los agentes de meteorización física y química (aire y agua) que así
pueden actuar hasta cierta profundidad.
Un error muy común, tanto que aparece en la mayoría de los libros de texto como una
verdad indiscutible, es atribuir a la descompresión la formación de las estructuras en
capas de cebolla de los granitos. Sin embargo, estas estructuras se dan en otras rocas
que nunca estuvieron sometidas a grandes presiones. La estructura en capas puede
formarse por otros mecanismos, como la compresión tectónica, aunque la descompresión
pueda facilitar la penetración del agua en esta estructura y, con ello, una mayor
“visibilidad” de la estructura.
 Dilatación y contracción térmicas. Los cambios extremos de temperatura
producen cambios de volumen de las rocas. Las rocas son malas conductoras de calor y
la mayoría de ellas están constituidas por varios minerales con diferente coeficiente de
dilatación. Cuando este fenómeno afecta a toda la superficie de la roca se denomina
exfoliación en masa. Las rocas integradas por una variedad de minerales que tienen
diferentes coeficientes de dilatación, como resultado de la expansión térmica diferencial,
deberían sufrir expansión térmica diferencial, deberían sufrir exfoliación granular.
 Los organismos son de importancia menor en la meteorización física
Algunas rocas pueden sufrir un fenómeno de fatiga y llegar a romperse. Presión de raíces.
Las raíces de las plantas pueden dar lugar desagregación física de las rocas, en particular
cuando las raíces tienen que penetran en busca de agua en rocas poco friables pero
fracturadas. O cuando los organismos llevan a la superficie de la roca materiales frescos,
donde fácilmente actúa la meteorización química.
Procesos de Meteorización química.
Los procesos de meteorización química cambian la composición de algunos o todos los
minerales de una roca, o los disuelven. Al hacerlo, cambia el volumen (generalmente
aumenta), se destruye la estructura de la roca y disminuye la cohesión.
Los procesos más frecuentes son la disolución, la hidrólisis, la oxidación y las reacciones
con el ácido carbónico o carbonatación (que en el caso de las rocas carbonatadas es
fundamental en el proceso de disolución). Los resultados de la mayor parte de la
meteorización química son:

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1. Un aumento del volumen con las deformaciones y presiones resultantes dentro de
la roca; 2. Materiales de menor densidad; 3. Menor tamaño de las partículas y en
consecuencia un aumento del área de la superficie por unidad de volumen; y 4.
Minerales más estables.
Goldich (1938) ordeno la estabilidad de los minerales como muestra la siguiente lista. Los
minerales menos estables están en la parte superior, y los más estables abajo.

Serie de estabilidad numeral en al meteorización

Olivina Plagioclasa cálcica


Augita Plagioclasa cálcico-alcalina
Horblenda Plagioclasa alcalino-calcica
Biotita Plagioclasa alcalina
Feldespato de potacio
Muscovita
Cuarzo

La hidratación involucra a absorción de agua, se da en rocas compuestas por minerales


como el yeso, que al agregarle agua, se hacen más inestables. Pero al ser sometidos al
calor vuelven a su estado original. Es decir no involucran un cambio químico en el nuevo
compuesto.
La hidrólisis, en cambio, representa un cambio químico. Es común en los feldespatos y
las micas.
Muchos fenómenos de hidrólisis implican la participación del ácido carbónico o del dióxido
de carbono, y se habla de carbonatación. En el caso de las rocas carbonatadas, la
reacción más importante es la hidrólisis ácida en presencia de ácido carbónico, que
desemboca en la disolución de las rocas y la formación de los relieves cársticos.
La carbonatación y la disolución de carbonatos pudo ser un mecanismo de fijación de
CO2 durante la orogenia alpina y haber contribuido al desarrollo de la glaciación.
La oxidación es la combinación de un mineral con oxígeno atmosférico o disuelto en
agua. Este proceso es muy importante en la alteración de los silicatos con hierro, en los
que en general, el hierro en su forma oxidada es más estable en la superficie y mucho
más soluble, de forma que la oxidación es un proceso inicial de la destrucción de muchas
rocas. Muchas fachadas de edificios, construidas o recubiertas con granito, muestran las
manchas oscuras de la oxidación de la biotita y en el relieve este es el proceso inicial de
desagregación de la estructura de la roca.
Solución es común en minerales de carbonato y bicarbonato, y el anhídrido carbónico,
derivado en especial de la materia orgánica en descomposición, ayuda grandemente a
esta reacción.

Remoción en masa
La remoción en masa, es el desplazamiento de grandes volúmenes de material superficial
ladera abajo (a favor de la pendiente) por acción directa de la fuerza de la gravedad,
hasta volver a encontrar un nuevo punto de reposo.
Normalmente este terreno, en su parte superficial, presenta rocas fragmentadas por
acción de la meteorización física, química o biológica, sola o combinada así como también
puede presentar un estrato superficial de suelo grueso o delgado con o sin vegetación.
Los movimientos de masa se presentan, sobre todo, en la época lluviosa o durante una
actividad sísmica.
El fenómeno de la remoción en masa se produce porque la fuerza actuante, en este caso
la sobrecarga, que es originada normalmente por el agua, ejerce una presión hacia abajo

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que rompe el equilibrio existente hasta ese momento; la gravedad proporciona la energía
adicional requerida para que se produzca el movimiento descendente.
En lugares secos donde llueve muy poco o no llueve, la remoción en masa se origina
fundamentalmente por los movimientos sísmicos desde los muy débiles hasta los muy
fuertes quien los mueve de su lugar y luego la gravedad proporciona la energía adicional
para que se produzca el movimiento descendente.

Factores
Entre los principales factores solos o combinados que influyen en la remoción en masa,
que contribuyen a aumentar el efecto de la gravedad, se encuentran los siguientes:
 litológicos (rocas inconsolidadas sobre rocas consolidadas),
 estructurales (meteorización física, química, biológica superficial del estrato rocoso
superficial),
 topográficos (laderas con pendientes abruptas),
 antrópicos (denudación o deforestación del terreno),
 tectónicos (acción de las ondas sísmicas),
 climáticos (precipitaciones fuertes o precipitaciones continuas).
a) Litológicos
Ocurre remoción en masa cuando el material superficial se encuentra suelto y puede ser
removido con facilidad en una ladera por efecto de la presión de una cantidad de agua,
necesariamente si bajo este material superficial existe roca consolidada e impermeable.
b) Estructurales
Ocurre remoción en masa cuando en el relieve se presenta grietas o diaclasas muy
juntas, que por efecto de la meteorización física, química o biológica provocan el
desmenuzamiento o descomposición de las rocas, llegando en algunas ocasiones a
producir diversos tipos de deslizamientos.
c) Topográficos
Ocurre remoción en masa cuando existen laderas de montañas, de colinas con pendiente
abruptas o de terrenos muy inclinados.
d) Antrópicos
Ocurre remoción en masa cuando en áreas con pendientes fuertemente taladas
(deforestadas) por el hombre, el material superficial queda expuesto a la intemperie.
 e) Tectónicos
Ocurre remoción en masa cuando las ondas sísmicas provocan el desplazamiento de
materiales superficiales o de unidades más importantes del relieve como puede ser un
área accidentada o no.
f) Climáticos
Ocurre remoción en masa cuando caen fuertes precipitaciones o caen de
manera continua, provocan deslizamientos sea por aumento de sobrecarga o por
cambios extremos en las temperaturas las cuales quiebran los mantos rocosos.

Sharpe reconoció cuatro clases de remoción en masa, a las cuales denomino de flujo
lento, flujo rápido, deslizamientos y hundimiento.
Los de flujo rápido y lento son los que se originan en pendientes muy fuertes o empinadas
donde ocurre dominantemente caída de fragmentos de roca y suelos los que se van a
acumular en el pie de las laderas (piedemonte). La diferencia radica en la velocidad del
movimiento, que está dada por la presencia de agua.
Los deslizamientos son movimientos perceptibles e involucran masas relativamente secas
de detritos terrosos. Son las manifestaciones más impresionantes de los fenómenos de
remoción en masa. Se caracterizan por la formación de una superficie de ruptura recta o

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curvada a partir de la cual se desplaza toda la porción de terreno separada del conjunto,
con la misma velocidad en todas sus partes, conservando su estructura y forma original.
Los deslizamientos pueden involucrar en su desarrollo materiales rocosos y/o suelos.
Los hundimientos es el desplazamiento hacia debajo de material terroso superficial, sin
desplazamiento horizontal.

Erosión
Fairbridge (1968) definió la erosión como el “proceso que involucra la recolección y el
transporte de detritos rocosos y material orgánico asociado, por medio de los distintos
agentes geológicos exógenos. Los principales agentes involucrados en este proceso son:
la escorrentía, el viento y el desplazamiento del hielo en forma de glaciar.

PROCESOS POR PROCESO POR LOS PROCESOS DE


AGENTES LOS CUALES EL CUALES LA DESGASTE DE LOS MEDIO DE
INVOLUCRADOS MATERIAL SUELTO SUPERFICIE DE LA MATERIALES TRANSPORTE
ES ADQUIRIDO TIERRA SON MIENTRAS ESTAN
EROSIONADAS EN TRANSITO
POR MATERIALES
EN TRANSITO
TRACCION
ACCION CORRASION O SALTACION
AGUA CORRIENTE HIDRAULICA O ABRASION. ATRICCION SUSPENSIÓN
FLUVIRAPCION CORROSION SOLUCION
FLOTACION

AGUA ACCION
SUBTERRANEA HIDRAULICA CORROSION ------- SOLUCION

TRACCION
OLAS Y ----- CORRACION O SALTACION
CORRIENTES ABRASION. ATRICCION SUSPENSIÓN
CORROSION. SOLUCION
FLOTACION

VIENTO DEFLACION CORRACION O ATRICCION TRACCION


ABRASION SALTACION
SUSPENCION

CORRASION O TRACCION
GLACIARES LIMADURA. ABRASION. ATRICCION SUSPENCION
EXTRACCION.

La acción hidráulica es el arrastre de material suelto por el agua en movimiento. El


proceso equivalente efectuado por el viento es conocido como deflación. El proceso del
hielo en movimiento sobre una superficie es comúnmente denominado limadura. El
desprendimiento de partículas del substrato por la “acción de herramienta” del material
transportado es conocido con el nombre de corrosión o abrasión. La remoción del material
por disolución es denominada corrosión.
Los procesos erosivos propios de los glaciares son extracción, se refiere a la obtención de
partes del substrato por un glaciar cuando entra en las grietas de la roca y posteriormente
se congela con la disgregación consiguiente de fragmentos de rocas a medida que el
hielo avanza.
La atrición es el desgaste y deterioro a que están sometidas las partículas en tránsito por
frotación, trituración, choque, raspado y golpeteo mutuo con la consiguiente disminución
de tamaño.

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El transporte puede ser efectuado por: tracción que involucra el sostén parcial del material
en tránsito por la fuerza ascensional del agua o del aire, consta de rodaje, empuje y
arrastre de las partículas de rocas que son demasiado grandes para ser levantadas por el
cuerpo principal de la corriente

Agradación
La Agradación es una consecuencia inevitable de la degradación y contribuye a la
nivelación en general de la superficie terrestre. La acumulación, excepto donde involucra
agua subterránea, resulta de una perdida en el poder de transporte. La acumulación por el
agua subterránea resulta de cambios en las condiciones de presión y temperatura, o de la
acción de organismos que provocan precipitación. La acumulación por un glaciar, a
medida que se deshiela, puede ser considerada como un tipo especial de perdida en el
poder de transporte.

Diastrofismo
Cuando las rocas de la superficie son sometidas a la presión de una fuerza que va
aumentando su intensidad, ésta sufre una serie de deformaciones como respuesta al
esfuerzo que es sometida. Al principio, la roca se deforma elásticamente, ya que puede
retornar a su forma original si cesan las fuerzas. Estos casos se suelen dar en los
materiales que se encuentran situados a mayor profundidad. Si el esfuerzo sobre estos
materiales continúa aumentando, llega un momento en que se rebasa el límite de la
plasticidad y la roca se rompe. Encontrándose estas rocas en la superficie, tienden a
comportarse como materiales rígidos y frágiles, fracturándose con más facilidad.
Desde el punto de vista de la geomorfología, el diastrofismo comprende los procesos más
superficiales de la dinámica de la Litosfera, es decir, las manifestaciones de la
geodinámica interna que llegan a afectar a los niveles externos de la corteza,
desplazando, deformando y dislocando los materiales que constituyen e interfiriendo con
los procesos que desde el exterior actúan sobre ellos.
Utilizando como criterio su intensidad y su amplitud, se suelen distinguir dos grandes tipos
de diastrofismo, de cuya actividad resultan disposiciones estructurales muy distintas
incluso desde el punto de vista de su escala dimensional: la Epirogénesis y la Orogénesis.
La primera tiene un carácter vertical, afecto a sectores corticales muy extensos y produce
variaciones poco marcadas en la disposición de los materiales, generando lo que se
denominan estructuras calmas. La segunda, tiene un carácter primariamente horizontal,
afecto a franjas de corteza relativamente estrechas y produce cambios numerosos en la
disposición de los materiales, generando sobre ellos estructuras atormentadas.

Vulcanismo
Es un fenómeno relacionado con el escape de magma a la superficie terrestre. Mientras el
magma se encuentra sometido a presión elevada  en el interior de la corteza, sus
constituyentes volátiles permanecen disuelto; pero tan pronto como se aproxima a la
superficie y se reduce la presión anterior, los gases comienzan a liberarse, ya
espontáneamente  por explosión.
El vulcanismo comprende las diversas maneras por las cuales la roca fundida es extruida.

La meteorización es el proceso mayor involucrado en la


formación del suelo
Los fragmentos de las rocas desintegradas por el intemperismo y la actuación que sobre
ellas tiene la materia orgánica y los pequeños animales, tales como las hormigas y
gusanos, y aun las bacterias, forman lo que comúnmente llamamos suelo.

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Los suelos, es decir la pedosfera, se componen de aire, agua, materia orgánica,
materia mineral y organismos. Puede decirse que son resultado de la interacción entre
litosfera, la hidrosfera, la atmósfera y la biosfera. El suelo es la parte superficial de la
corteza terrestre que surge de la acción continua de las fuerzas externas en las
rocas que es alterada física y químicamente, lo que permite sostener la vida. Las
partículas de rocas, por si mismas, por finas que sean, no forman el suelo propiamente
dicho, sino hasta que se han mezclado con materia orgánica. El espesor del suelo es
poco profundo, pero su importancia es enorme ya que el hombre obtiene de él la mayor
parte de sus alimentos y otras materias primas necesarias para satisfacer sus
necesidades fundamentales.
Una vez conocido que entendemos por suelo, describiremos, someramente, los
factores  ambientales que intervienen para su formación. Como hemos visto el suelo
es la conjunción de materia orgánica, materia inorgánica, agua y compuestos en estado
gaseoso, por ello los factores que intervienen en su formación son cinco: material
original, organismos, clima, topografía y tiempo. Todos ellos de igual importancia, ya
que cada uno es absolutamente esencial para determinar la dirección, velocidad y
duración de los procesos que darán lugar a la formación del suelo. No obstante, aunque
estos son los factores que clásicamente se consideran imprescindibles, hay además que
destacar el papel desempeñado por la erosión, los factores hidrológicos, el hombre
y la contaminación.
Comenzaremos por el material original. Se le puede definir como un elemento pasivo
en la edafogénesis sobre el que actúan otros factores que lo transforman. Este material
original aporta principalmente los minerales al suelo y representa el estado inicial del
sistema. Puede ser una roca consolidada, un depósito no consolidado o un suelo
preexistente.
Consideramos roca consolidada a materiales autóctonos: rocas de origen ígneo
-granito, diorita, basalto-, rocas de origen metamórfico -pizarras, esquistos, mármol- o,
rocas de origen sedimentario -caliza, dolomía, yeso-. Son depósitos no consolidados
los formados por restos procedentes de la alteración física de otros materiales. Es el
caso de sedimentos lacustres, loess, cenizas volcánicas, coluviones, etc. El suelo a su
vez puede ser origen de otro suelo cuando ha quedado enterrado como consecuencia
de procesos geológicos o erosivos.
 Los organismos que influyen en el desarrollo de los suelos abarcan desde
seres microscópicos hasta grandes mamíferos, incluyendo al hombre. De hecho, casi
cada organismo que vive sobre la superficie de la Tierra afecta al desarrollo del suelo en
una u otra forma. Su descomposición y posterior alteración se transforma en humus que
se incorpora a la estructura del suelo. Plantas, vertebrados, microorganismos, mesofauna
y hombre incorporan al suelo elementos específicos que tras el proceso de
“humificación” -transformación de la materia orgánica en compuestos húmicos-
y en su caso de “mineralización”-transformación de los compuesto húmicos en
elementos inorgánicos- determinarán las características de las capas u los horizontes
formados.
 Otro de los factores formadores es el clima, las condiciones de precipitación y
temperatura que tienen lugar a lo largo del año determinan muchas de las propiedades
de los suelos. Presenta el clima una acción directa sobre la humedad y la temperatura del
suelo y una acción indirecta a través de la vegetación. Interviene en la formación del
sustrato al controlar el tipo y la intensidad de los procesos. Así, la precipitación
condiciona, el lavado, lixiviación y eluviación de sustancias, y la temperatura incide
directamente en la cantidad de energía que recibe el sistema.

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 La topografía se refiere al aspecto de la superficie terrestre y es sinónimo de relieve.
Incluye tanto a las grandes cordilleras como a los pequeños montículos o a las ligeras
vaguadas.
 
La naturaleza del relieve es uno de los factores de estación (locales) que más afecta
a la génesis de los suelos, modificando el desarrollo del perfil de varias formas. Por
ejemplo: influye en la cantidad de agua absorbida por el suelo, determina la erosión de los
horizontes superficiales, favorece o impide la movilización de sustancias en la solución del
suelo, etc.
 En la plataforma superior, como la superficie es más estable se encuentran los
suelos más viejos, con horizontes más desarrollados. En el fondo de valle, se
encuentran los suelos formados por horizontes superficiales influenciados por el aporte de
materiales, y los horizontes profundos, en muchos casos, con propiedades de hidromorfía,
que les imprime un color más grisáceo. En posiciones de ladera, encontramos suelos
sometidos a constantes procesos de rejuvenecimiento, por lo que el desarrollo del perfil
es menor, impidiendo se formen, en las zonas de más pendiente, horizontes minerales de
alteración.
 Ahora bien, el suelo como ya indicamos al principio, es un bien no renovable a corto
plazo, y esto se pone de manifiesto cuando tratamos el tema del tiempo que tarda en
formarse. La formación de un suelo es un proceso muy lento que requiere miles y
hasta millones de años y como eso supera con mucho a la vida humana, resulta
imposible hacer afirmaciones categóricas acerca de las diversas etapas de su desarrollo.
Los cambios periódicos en el clima y la vegetación introducen otra complicación, que a
menudo desvía las rutas de la formación del suelo en una u otra dirección. No todos los
suelos se han estado desarrollando durante el mismo periodo de tiempo, la mayoría
iniciaron su evolución en varios momentos de los últimos 100 millones de años, aunque
su desarrollo ha estado condicionado por los diferentes periodos geológicos que han
tenido lugar durante este tiempo

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Horizontes
Se llama horizontes del suelo a una serie de niveles horizontales que se desarrollan en el
interior del mismo y que presentan diferentes caracteres de composición, textura,
adherencia, etc. El perfil del suelo es la organización vertical de todos estos horizontes.
Clásicamente, se distingue en los suelos completos o evolucionados tres horizontes
fundamentales que desde la superficie hacia abajo son:
 Horizonte O, "Capa superficial del horizonte A"
 Horizonte A, o zona de lavado vertical: Es el más superficial y en él enraíza la
vegetación herbácea. Su color es generalmente oscuro por la abundancia de
materia orgánica descompuesta o humus elaborado, determinando el paso del
agua arrastrándola hacia abajo, de fragmentos de tamaño fino y de compuestos
solubles.
 Horizonte B o zona de Precipitado: Carece prácticamente de humus, por lo que
su color es más claro (pardo o rojo), en él se depositan los materiales arrastrados
desde arriba, principalmente, materiales arcillosos, óxidos e hidróxidos metálicos,
etc., situándose en este nivel los encostramientos calcáreos áridos y las corazas
lateríticas tropicales.
 Horizonte C o subsuelo: Está constituido por la parte más alta del material
rocoso in situ, sobre el que se apoya el suelo, más o menos fragmentado por la
alteración mecánica y la química (la alteración química es casi inexistente ya que
en las primeras etapas de formación de un suelo no suele existir colonización
orgánica), pero en él aún puede reconocerse las características originales del
mismo.
 Horizonte D, horizonte R, roca madre o material rocoso: es el material rocoso
subyacente que no ha sufrido ninguna alteración química o física significativa.
Algunos distinguen entre D, cuando el suelo es autóctono y el horizonte representa
a la roca madre, y R, cuando el suelo es alóctono y la roca representa sólo una
base física sin una relación especial con la composición mineral del suelo que
tiene encima.
Los caracteres, textura y estructura de los horizontes pueden variar ampliamente,
pudiendo llegar de un horizonte A de centímetros a metros. Otra explicación mas corta es
la siguiente
Horizontes del suelo
El suelo forma una serie de capas. Su secuencia se llama perfil del suelo.
Las capas, también llamadas horizontes, muestran todo lo que interviene en la
configuración de un suelo, desde la descomposición de las rocas al aumento de la materia
orgánica.
Horizonte 0, capa de humus: depósitos de material vegetal
Horizonte A, capa superficial del suelo: orgánica mente rica, pero algunos minerales son
arrastrados por el agua subterránea.
Horizonte B el subsuelo: es menos orgánico, pero rico en minerales que descienden de la
capa superficial
Horizonte C, la roca madre: se rompe y disgrega en trozos suelto y no contiene material
orgánico.
Horizonte D, el lecho rocoso subyacente: el contenido mineral del suelo procede de aquí.

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La profundidad del suelo depende de factores como la inclinación, que permite el arrastre
de la tierra por las aguas, y la naturaleza del lecho rocoso. La piedra caliza, por ejemplo,
se erosiona más que la arenisca, por lo que produce más productos de descomposición.
Pero el factor más importante es el clima y el efecto erosivo de los agentes atmosféricos.

Existen distintos tipos de suelo, según la clasificación que se tome. Una de ellas es:
1) Suelos azonales: estos son inmaduros, se ubican en las primeras etapas de desarrollo
ya que carecen de límites bien marcados y no tienen grandes influencias climáticas.
Dentro de esta categoría existen los siguientes:
 Regosoles: conformados sobre materiales no consolidados y recientes como
arena, dunas o aluviones.
 Litosuelos: conformados sobre la roca madre en la que la naturaleza aún no ha
logrado afectar su evolución.
2) Suelos interzonales: estos son poco evolucionados y reflejan la influencia del mal
drenaje y de la roca madre. En esta categoría existen cinco tipos:
 Ranker: es aquel que se encuentra sobre rocas silíceas, en lugares de bajas
temperaturas, montañosos y con pendientes marcadas. Además carece de
carbonatos.
 Rendsina: es de menos espesor, se ubica sobre en climas diversos, sobre rocas
calizas.
 Salinos: como su nombre indica, poseen grandes cantidades de sal, se ubican en
climas secos, tienen poca vegetación y humus.
 Gley: se ubican en zonas húmedas y pantanosas, son ricos en humus y en ellos
se suele acumular hierro, lo cual le confiere un tono gris azulado.
 Turberas: se encuentran sobre zonas encharcadas, es un suelo ácido donde
abunda la vegetación y la materia orgánica.
3) Suelos zonales: son suelos altamente evolucionados y maduros que se caracterizan
por verse condicionados por la actuación prolongada del clima. Dentro de esta categoría
encontramos siete clases de suelos:
 Tundra: este se ubica en latitudes altas, su evolución es lenta y se caracterizan
por tener poca vegetación y bajísimas temperaturas.

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 Podsol: también se ubica en suelos fríos y húmedos, con abundantes
precipitaciones. Posee tierras grisáceas, es arenoso y ácido y en él abunda el
humus. Se ubica en latitudes medias.
 Tierra parda de bosque: al igual que los dos anteriores, también se localiza en
climas fríos y es rico en humus y también se encuentra en latitudes medias y
climas fríos.
 Mediterráneos: en latitudes medias y clima templado, este suelo se caracteriza
por presenciar veranos secos, ser arcilloso y tener poco humus. Suelen ser rojizos.
 Chernoziom: también en climas templados, son muy desarrollados y fértiles. El
humus y hierro abundan en estos suelos. También se ubican en climas templados
y latitudes medias.
 Lateritas: se caracterizan por su clima sumamente lluvioso, cálido y ecuatorial por
estar ubicados en una latitud intertropical. Tienen un gran espesor y una costra
dura de color roja. Están compuestos por hierro y aluminio.

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