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Universidad Tecnoló gica Metropolitana

Facultad de Administració n y Economía


Escuela de Comercio Internacional

“La guerra comercial entre


China y EE.UU y sus efectos en la
economía chilena”

Nombre: Yanara Pérez Gonzá lez


Académico: Claudio Romá n
Fecha de entrega: 14-10-2019

Introducción

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En este informe se hablará como enfoque principal sobre una situació n que ha afectado
a la economía mundial en el ú ltimo tiempo, se trata de la denominada guerra comercial
que tiene en disputa a las dos mayores potencias econó micas mundiales: china y EE.UU.
Se mencionará n los inicios y las causas de ésta, así como las consecuencias que podría
traer para el futuro de la economía del mundo en el caso de que esta guerra se
prolongue, y por ú ltimo, se desarrollará un enfoque sobre los efectos de esta disputa
que pueda traer para la economía chilena.

La economía mundial se encuentra actualmente en medio de una disputa comercial


entre China y Estados Unidos, que ya ha afectado a otros socios comerciales de Estados
Unidos. Se trata del fenó meno conocido como “La guerra comercial entre China y
EE.UU”, un concepto bastante amplio de abarcar, pero antes de estudiarlo se debe tener
en cuenta qué significa el término “Guerra comercial”.

La guerra comercial consiste en la aplicació n por parte de uno o varios países de tarifas
o barreras al comercio hacia países terceros, en otras palabras, es una situació n en la
cual dos o má s países adoptan medidas para restringir las importaciones del otro país,
con el fin de proteger la industria nacional. Este término es antó nimo al libre comercio.
Por lo general , las guerras comerciales se originan cuando un país aumenta sus
aranceles a las importaciones, en tanto que , esta situació n perjudica a los productores
de los bienes importados debido a la alza de las tarifas arancelarias que el país al cual
inició la guerra comercial les ha impuesto.

Como respuesta en represalia, el país afectado aumenta sus aranceles a los productos
que se importan del primer país, iniciando así una denominada guerra comercial entre
ambos.

Ahora que ya se conoce el trasfondo de esa situació n, queda por definir y poner en
contexto el término de la “Guerra comercial entre China y EE.UU”. La guerra comercial
entre China y Estados Unidos es un conflicto comercial que se inició en marzo de 2018,
después de que el presidente de los Estados Unidos Donald Trump anunciase la
intenció n de imponer aranceles de 50.000 millones de dó lares a los productos chinos
bajo el artículo N° 301 de la Ley de Comercio de 1974, argumentando un historial de
“prá cticas desleales de comercio” y el robo de propiedad intelectual. En represalia, el
gobierno de la Repú blica Popular China impuso en ese momento aranceles a má s de 128
productos estadounidenses, incluyendo en particular la soja, una de las principales
exportaciones de Estados Unidos a China. En un ambiente de desaceleració n en varias
partes del mundo, de ahondarse aú n má s este conflicto comercial, tales tendencias
podrían sumergir a la economía global en una nueva recesió n que traería mú ltiples
consecuencias, las cuales se irá n mencionando a medida que se avance en este informe.

Antecedentes y el anuncio de los aranceles


El inicio de la actual guerra comercial entre China y Estados Unidos se remonta a marzo
de 2018, cuando el día 22 de ese mes el presidente de los Estados Unidos Donald Trump
firmó un memorando bajo el artículo N°301 de la Ley de Comercio de 1974, ordenando
al Representante Comercial de aquel país (United States Trade Representative, USTR)
que se apliquen aranceles de 50.000 millones de dó lares a los productos chinos. En una
declaració n formal, segú n establece la ley, Trump dijo que la propuesta de aranceles fue
“una respuesta a las prá cticas comerciales desleales de China a lo largo de los añ os”,
incluyendo el robo de propiedad intelectual a ciertas multinacionales norteamericanas.

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El 2 de abril, por su parte, el Ministerio de Comercio de China impuso aranceles a 128
productos estadounidenses, incluyendo chatarra de aluminio, aviones, automó viles,
productos derivados del cerdo y la soja (que tiene un arancel del 25%), así como a
frutas, frutos secos y tuberías de acero (15%). Al día siguiente, el USTR publicó una lista
de má s de 1300 categorías de las importaciones chinas, por un valor de 50.000 millones,
a las que se prevé establecer aranceles, incluyendo piezas de aviones, baterías,
televisores de pantalla plana, dispositivos médicos, satélites y armas.

En represalia por ese anuncio, China impuso un impuesto adicional del 25% a los
aviones, los automó viles, y la soja, que es la principal exportació n agrícola de Estados
Unidos a China. El 5 de abril, Trump ordenó al USTR que se considere establecer
aranceles adicionales por 100.000 millones de dó lares.

En mayo, China canceló pedidos de soya estadounidense. El 20 de mayo el secretario de


Hacienda, Steven Mnuchin, en una entrevista en Fox News, dijo que, “estamos poniendo
la guerra comercial en espera”. El 29 de mayo la Casa Blanca anunció que la imposició n
de un arancel del 25% a 50.000 millones de dó lares en productos chinos de “tecnología
industrialmente importante”, y que la lista completa de los productos afectados sería
anunciada el 15 de junio, tras lo cual se pondrían en marcha. También se anunció la
imposició n de restricciones a la inversió n y la mejora en los controles de exportació n de
China para prevenir la adquisició n de tecnología de Estados Unidos. La BBC informó el 3
de junio que China había “advertido que todas las negociaciones comerciales entre
Pekín y Washington será n nulas si Estados Unidos establece las sanciones comerciales”.

El 15 de junio, Trump confirmó la imposició n de una tarifa del 25% a 50.000 millones
de exportaciones chinas, de las cuales 34.000 millones serían gravadas el 6 de julio,
mientras que los restantes 16.000 millones en una fecha posterior. El ministro de
Comercio de China acusó a los Estados Unidos de iniciar una guerra comercial y dijo que
China respondería con aranceles similares a las importaciones estadounidenses. Tres
días má s tarde, la Casa Blanca declaró que Estados Unidos establecería aranceles
adicionales del 10% a otros 200.000 millones de importaciones chinas, si China
respondía a las medidas estadounidenses. China replicó casi inmediatamente,
amenazando con aranceles sobre 50.000 millones de bienes estadounidenses, y
reafirmando el “inicio de una guerra comercial” por parte de Estados Unidos.

El 8 de agosto el USTR publicó la lista final de 279 bienes chinos, por un valor de 16.000
millones, que serían objeto de aranceles del 25%.

como reacció n a toda esta situació n, en mayo de 2018 China inició los procedimientos
de solució n de controversias de la Organizació n Mundial de Comercio (OMC) en relació n
con los aranceles que Estados Unidos impuso a las importaciones de productos
fotovoltaicos de silicio cristalino y a las medidas relacionadas con la energía renovable.
Meses má s tardes, el subsecretario de Asuntos Internacionales del Departamento del
Tesoro de Estados Unidos, David Malpass, y el viceministro de Comercio de China Wang
Shouwen se reunieron el 22 de agosto en Washington DC, en un intento por reiniciar las
negociaciones. Al día siguiente, el 23 de agosto, comenzaron a regir los aranceles
impuestos a bienes chinos por un valor de 16.000 millones de dó lares. Por ello, el 27 de
agosto China inició un nuevo procedimiento ante la OMC.

Por otra parte, el 1 de diciembre, cuando se celebraba la reunió n del G-20 realizada en
Argentina, los presidentes de ambos países acordaron posponer la imposició n de

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nuevos aranceles comerciales por un plazo de 90 días para permitir la reanudació n de
las negociaciones.

Principal causa de esta disputa


La principal causa que azota esta disputa tiene que ver con que la Repú blica Popular
China va logrando una superioridad tecnoló gica respecto de Estados Unidos, que la
coloca en una mejor posició n para avanzar en su desarrollo hacia una economía
fortalecida que la pondrá en las pró ximas décadas en la vanguardia econó mica del
planeta y que a través del Plan de la Nueva Ruta de la Seda ha generado un mecanismo
que trae prosperidad no só lo a su país sino a otros pueblos del mundo. De manera tal
que tras la llamada guerra comercial se esconde en realidad una guerra tecnoló gica que
es expresió n de la desesperació n estadounidense por el elevado desarrollo científico
chino, que por primera vez en los ú ltimos 130 añ os la coloca a la potencia
norteamericana en un lugar secundario en este á mbito.

El principal conflicto se ha desatado en torno a la nueva generació n de comunicació n


mó vil denominada 5G obtenida por China con un adelanto de 8 meses respecto de
Estados Unidos. Vale decir que este país había conseguido la primacía en las previas 3G
y 4G. La tecnología 5G traerá indudables implicaciones en las actividades sociales,
geopolíticas, empresariales y militares al ser 40 veces má s rá pida que la 4G y tener una
capacidad de transmisió n de datos mucho mayor, al poder desarrollar a través de ella la
conexió n de grandes bases de datos, la expansió n de aplicaciones de inteligencia
artificial, incluyendo robó tica de cará cter avanzado y la posibilidad de mú ltiples
conexiones ultrarrá pidas de internet entre ciudadanos.

En la escalada del problema creado, el pasado 12 de mayo de 2019, el gobierno de


Estados Unidos difundió una lista de casi cuatro mil productos chinos a los cuales
podría imponer nuevos aranceles, al mismo tiempo el presidente Trump dijo que estaba
estudiando la posibilidad de decidir aplicar tarifas del 25% al resto de las mercancías
chinas que hasta ese momento no tenían tales gravá menes y que había dado
instrucciones para dar los pasos iniciales en esa direcció n, a partir de lo cual la
administració n estadounidense dio inicio formal al proceso de aprobació n de nuevos
impuestos con la publicació n de un listado de 3805 categorías de bienes valorados en
300 mil millones de dó lares anuales, el cual incluye mercancías como celulares,
computadoras personales, leche, acero y aluminio.

Ante esto, la respuesta china fue frontal, el martes 14 de mayo el portavoz de la


Cancillería, Geng Shuang informó que ”La experiencia anterior fue testimonio de que
China no quiere una guerra comercial, pero tampoco tiene miedo de ella; si alguien
provoca una guerra en la entrada a nuestra casa, vamos a luchar hasta vencer”. Geng
también manifestó la esperanza de que Estados Unidos no menosprecie la disposició n
de China de defender sus intereses. De manera clara, China ha asumido que lo que ha
decidido Estados Unidos es la realizació n de una guerra y como tal se está preparando
para defenderse y contrarrestar los efectos de la misma.

La respuesta china produjo irritació n extrema en Washington, no acostumbrado a que


alguien en el mundo le responda de igual a igual, el jueves 16 de mayo, el presidente
Trump afirmó que China resultaría gravemente perjudicada si los dos países no llegan a

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un acuerdo comercial porque las tarifas impuestas por Estados Unidos obligará n a las
compañ ías a trasladar la producció n a otros países.

Vale considerar que en su comparecencia ante los medios de comunicació n el portavoz


Geng había expresado que Estados Unidos no necesitaba preocuparse por la estabilidad
de China porque durante las cuatro décadas de desarrollo de la política de reforma y
apertura, el entorno de inversió n extranjera del país había mejorado continuamente, lo
que ha conducido a que China sea uno de los mayores destinos en el mundo para la
inversió n extranjera alcanzando un nivel récord en diciembre del añ o pasado.

Estas repercusiones llegaron a tal fondo que, el 19 de mayo de de este añ o Google,


siguiendo ó rdenes de la administració n de EEUU, anuncia que dejará de proporcionar
actualizaciones de su sistema operativo para teléfonos android a los propietarios de
teléfonos de esta marca, y que las nuevas unidades de Huawei no podrá n utilizar las
aplicaciones bá sicas para funcionar (como Gmail, Play Store, Google maps, etc). Huawei
ha respondido afirmando que generará sus propias actualizaciones, pero la complejidad
de diseñ ar y distribuir un nuevo sistema operativo, la dificultad para que los
programadores de aplicaciones saquen una tercera versió n de las aplicaciones, etc. ha
llevado a generar dudas sobre la efectividad de las intenciones declaradas por
responsables de la empresa.

Segú n expertos consultados en distintos medios de comunicació n, esta acció n


instrumentada por Google llevará al desmantelamiento de toda la línea de producció n
de mó viles de Huawei, dada la pérdida de credibilidad que supone para una empresa el
no poder garantizar que sus teléfonos ya vendidos puedan seguir funcionando, ademá s
de las mayores restricciones para los futuros modelos que tuviera listos y en diseñ o
para colocar en el mercado de la telefonía mó vil.

Los efectos de la guerra comercial en la economía chilena


China es el principal y Estados Unidos el segundo socio comercial de Chile. A estos
países exportamos US$19.200 y US$ 10.300 millones respectivamente, principalmente
cobre; en tanto, importamos desde China y Estados Unidos US$ 15.400 y US$ 11.500
millones respectivamente, fundamentalmente en automó viles, petró leo, equipos de
comunicació n, entre otros bienes.

Por su parte, Estados Unidos es el principal importador de productos chinos con un


monto que alcanza los US$ 476.000 millones y, para Estados Unidos, China es el tercer
país de mayor importancia de sus exportaciones.

Claramente, si Estados Unidos impone aranceles a las importaciones desde China, los
productos de ese país pierden competitividad respecto de los producidos en ese país.
Por ese motivo, las importaciones de productos desde China caen fuertemente y por
ende, las fá bricas en China disminuyen su producció n y compran menos materia prima,
que, en gran proporció n, proviene de países en desarrollo como Chile, afectando en
nuestro caso principalmente las exportaciones de cobre mediante una baja sustancial
del precio y la cantidad comprada. Lo mismo pasa en el caso de Estados Unidos que
reduce su demanda de materia prima a países exportadores de la misma.

En cuanto a las exportaciones, los efectos han sido muy evidentes. Así, de acuerdo a
reportes del Ministerio de Relaciones Exteriores, comparando el primer trimestre del

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añ o 2018 con igual período de 2019, las exportaciones chilenas a Estados Unidos han
disminuido en má s de US$660 millones (un 16%), en tanto que a China la disminució n
ha sido de US$603 millones un (7,3%).

Dada la importancia del sector minero para Chile, se estima que la baja en el precio del
cobre en un centavo por libra, significa un menor ingreso para el país equivalente a
US$35 millones. El efecto de esta guerra comercial ha provocado que las exportaciones
de cobre en el primer trimestre de este añ o hayan disminuido en 7,4% respecto del
mismo período de 2018.

Otro efecto se ha visto en la baja de las bolsas, cuando en este añ o en la Bolsa de


Santiago se eliminaron todas las ganancias obtenidas durante el añ o debido a la
contracció n de los mercados externos producto de las tensiones comerciales. En la
ocasió n, el IPSA (índice de Precio Selectivo de Acciones) cedió un 0,23% y se ubicó en
5.435,08, lo que significa un retroceso a su nivel má s bajo desde diciembre de 2017. No
obstante, también influyó una contracció n del 2,55% de los papeles de la serie B de
SQM, pese a que ocupa el segundo lugar del listado de papeles má s transados.

Los fondos de inversió n y de los cotizantes tienen restricciones para invertir en el


exterior, pero obviamente hay una exposició n a distintas inversiones fuera de nuestra
fronteras. Y cuando las bolsas vienen a la baja, evidentemente toda nuestra inversió n
también se ve afectada.

El impacto para Chile es muy fuerte, tanto en pérdida de puestos de trabajos en el sector
minero, como en todos los sectores relacionados con éste. Se genera ademá s un alza en
el precio del dó lar y, por lo tanto, se encarecen fuertemente los precios de bienes que
nosotros importamos como tecnología y combustibles.

Consecuencias para Chile y el mundo


La rama econó mica sobre el crecimiento ha sostenido que las buenas instituciones,
durables y aceptadas por los agentes econó micos, son una de las variables que má s
afectan el crecimiento econó mico de un país. Si llevamos esta afirmació n al á mbito
internacional, el crecimiento de la economía mundial, en una era globalizada,
dependería de la confianza que puedan tener las empresas en invertir para el mercado
global. Si el derecho internacional es reemplazado por la ley del má s fuerte y por las
imprevisibles represalias de países afectados, no es difícil argumentar que, de continuar
o profundizarse la tendencia proteccionista que emana de Estados Unidos, el
crecimiento de largo plazo de la economía mundial se vería poderosamente
perjudicado. Paradojicamente, la ola proteccionista que está incitando Trump, podría
llegar a ocasionar graves dañ os a su propio país, especialmente a sus seguidores má s
fieles. De hecho, la Unió n Europea y China ya han tomado represalias orientadas a las
exportaciones estadounidenses de productos agrícolas provenientes de estados que
votaron masivamente por Trump en las elecciones presidenciales de 2016.

De continuar la guerra comercial, en el contexto actual, esta podría sumir a la economía


mundial en una nueva recesió n. La escalada proteccionista se da en un contexto de
desaceleració n sistémicamente importante en algunos países (China, Japó n y la Unió n
Europea) y de excesivo endeudamiento de gobiernos en países emergentes y de

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empresas en el mundo entero. Una desaceleració n econó mica generalizada puede ser el
acontecimiento que provoque quiebras de empresas e instituciones financieras.

Chile no está directamente afectado ni adversa ni positivamente por la escalada


proteccionista. Quizá s, como ya lo ha hecho Brasil, podría aprovechar el aumento de
aranceles que afecta a ciertos productos provenientes de China, Europa, México o
Canadá (un ejemplo es el acero), pero esas posibilidades son muy limitadas dado el
perfil exportador de Chile.

Se pueden mencionar dos posibles consecuencias negativas, una de mediano plazo y


otra de má s largo plazo. Una recesió n mundial, en parte producto de la guerra
comercial, tendría consecuencias adversas sobre el crecimiento de Chile: una caída en el
precio de sus principales exportaciones (especialmente el cobre) y una contracció n de la
demanda por nuestros productos. En el má s largo plazo, la arbitrariedad con la que se
está comportando Estados Unidos y el debilitamiento de la institucionalidad comercial
internacional no puede ser una buena noticia para países pequeñ os sin capacidad de
negociació n en el contexto mundial.

¿Qué queda para países como Chile, que dependen del comercio internacional y que
tienen vocació n de apertura en el contexto de acuerdos consensuados entre las
naciones? Chile, junto a los 11 países que quedaron del Tratado Transpacífico original,
luego de que Trump decidió abandonarlo el primer día de su mandato, firmaron, en
Viñ a del Mar en marzo de 2018, un tratado entre ellos, el Tratado Integral y Progresista
de Asociació n Transpacífico, con lo que confirmaron su decisió n de progresar hacia el
perfeccionamiento de sus lazos de comercio e inversió n entre ellos. Buena señ al para
que otros países rechazen el proteccionismo y la ley del má s fuerte en las relaciones
econó micas internacionales.

Conclusión
Los aranceles que Estados Unidos comenzó a aplicarle a algunos productos
provenientes de China, en mi opinió n, reflejan una acció n desesperada por parte del
país norteamericano de tomar el control de la economía mundial y ser la ú nica potencia,
tratando de estancar la producció n manufacturera china a través de estos impuestos.
Esto apunta principalmente a la nueva era tecnoló gica en la cual China ha sacado una
ventaja superior con el denominado “5G”, en la cual Estados Unidos ve amenazado su
desarrollo econó mico, y a todo esto se le suma lo característicamente controversial del
presidente Donald Trump, que pareciera que en cada una de sus declaraciones le hecha
má s leñ a al fuego a tal situació n.

Hace algunos meses atrá s se pensaba que esta guerra comercial era casi imposible que
tuviera término. Sin embargo, hace un par de días atrá s se vió una pequeñ a luz de
esperanza para poner fin a este largo conflicto, ya que, los líderes de ambos países está n
comenzando a ceder y anunciaron un acuerdo parcial como primera etapa para poner
freno a esta guerra, que aparentemente me parece que se está transformando má s en
una guerra de “egos” entre las principales potencias mundiales por tomar la hegemomía
global, la cual sería una noticia alentadora para el mundo, que podría evitar un futuro
azotamiento y recesió n de la economía mundial.

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Finalmente, cabe recalcar que para Chile este eventual término de las tensiones entre
China y Estados Unidos, en mi opinió n reflejará que el país se va a reponer de la actual
situació n en la que estaba, principalmente en el sector en la cual se encontraba má s
afectado que eran las disminuciones de las exportaciones de su principal producto: el
cobre. Si esta tregua se logra concretar, nuevamente crecerá n las ventas hacia esos
destinos, ya que de ahí proviene la mayor parte de las ganancias y teniendo en cuenta
ademá s que tanto China como Estados Unidos son los principales socios comerciales
con las que nuestro país mantiene.

Bibliografía

● Sanhueza Palma, Gonzalo. (2019). Los efectos en Chile de la guerra comercial


entre EE.UU. y China. Extraído de: http://www.uss.cl/economia-y-
negocios/efectos-guerra-comercial/
● Rodríguez, Sergio. (2019). Mucho más que una guerra comercial. El conflicto de
Estados Unidos contra China. Extraído de:
https://radio.uchile.cl/2019/05/30/mucho-mas-que-una-guerra-comercial-el-
conflicto-de-estados-unidos-contra-china-i/
● Guerra comercial. Revista Economía y Administració n. Extraído de:
http://www.fen.uchile.cl/uploads/images/files/revista_173(2).pdf
● Guerra comercial entre China y Estados Unidos.. Extraído de:
https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_comercial_entre_China_y_Estados_Unidos
● Trump anuncia un acuerdo parcial con China para frenar la guerra comercial.
Extraído de:
https://elpais.com/internacional/2019/10/11/actualidad/1570815977_76782
7.html

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