Sunteți pe pagina 1din 6

4/4/2020 Pandemia y capitalismo tardío -

ARTÍCULOS < HTTPS://WWW.IECCS.ES/CATEGORY/LECTURAS/ARTICULOS/>

Pandemia y capitalismo tardío

Jose Antonio Figueroa

Una legítima ansiedad ronda muchas de las reflexiones que circulan en la red en medio
de la pandemia del corona virus. Expresadas con el tono melancólico que produce el
encierro que por primera vez experimentamos de modo global y que nos recuerda
nuestra condición de especie biológica única, muchas reflexiones se preguntan si el
mundo cambiará de modo radical luego de la crisis del COVID 19. La potencia del
interrogante radica en que la crisis global que viene in crescendo en las últimas
décadas y que hasta ahora se vivió de modo parcial a través de epidemias, conflictos,
guerras, hambrunas y encierros, escenificados en una ciudad, en una nación, un grupo
o una etnia, tomó de repente un carácter global, al tiempo que fragmentados
gobiernos formulan la petición imposible de cumplir de que cada ser humano del
planeta se encierre para no ser una amenaza para el otro. El tono existencial de
muchas reflexiones corresponde al trágico redescubrimiento de nuestra conciencia
como especie humana, luego de décadas enteras en las que ha sido destruida en
orquestadas campañas contra el humanismo y contra la ciencia, así como en el
reavivamiento del racismo, del obscurantismo religioso, del nacionalismo y del
etnicismo posmoderno. 

https://www.ieccs.es/2020/04/02/pandemia-y-capitalismo-tardio/ 1/6
4/4/2020 Pandemia y capitalismo tardío -

Sin embargo, la realpolitik como escenario planetario en el que transita el


coronavirus  no necesariamente coincide con el sentido existencial y humanista de las
reflexiones que he mencionado. El coronavirus ha aparecido y se expande en una
realidad que, interrogada de frente, nos dice que el futuro no necesariamente es
alentador y que, como siempre, la construcción de una democracia radical post
pandemia, y el rescate de una conciencia humanista de manera prolongada, depende
de las acciones concretas que implementemos los sectores progresistas. 

El virus, al que varias investigaciones definen como resultado de una manipulación


genética, aparece y se expande a nivel global en un contexto geopolítico en el cual hay
varios actores y proyectos en disputa: un fascismo nacionalista, que se consolida cada
vez con más fuerza, amparado en retóricas supuestamente antiglobalizadoras, en
aparente competencia pero en realidad con grandes coincidencias con el globalismo
neoliberal y posmoderno que ha dominado la geopolítica internacional de las últimas
décadas. A esto se suma una confrontación abierta entre un bloque liderado por China
y Rusia contra la hegemonía unipolar norteamericana que se instaló luego de la caída
de la Unión Soviética, y una sociedad civil global que grosso modo se puede decir que
oscila entre una politización cada vez más militante y su absorción por la lógica del
consumo, del miedo y del obscurantismo contemporáneo.  

Un importante antecedente de la situación que hoy vive el planeta ocurrió el 11 de


septiembre de 2001, cuando por primera vez una audiencia mundial a través de la
televisión global presenció en vivió y en directo el atentado de los aviones contra las
torres gemelas de Nueva York e, igualmente, muchos se preguntaron si el mundo iba a
cambiar para siempre. Hoy podríamos decir que en aquel momento el mundo sí
cambió en cierto sentido, ya que, a escala planetaria, se asumió como hábito lo que
hasta entonces era excepción porque ocurría sólo en ciertas regiones y en ciertos
momentos. El 11 de septiembre 2002, al tiempo que se consolidaron los privilegios de
las corporaciones trasnacionales, junto a las torres cayeron en picada la presunción de
inocencia, la normalidad de la justicia liberal y, por primera vez a escala global, la figura
del ciudadano fue sustituida por la del criminal en potencia, y toda forma de disenso
se asoció peligrosamente con la noción de terrorismo. Los Estados Unidos diseñaron
una geopolítica que, a través de la reactivación de viejos mitos religiosos, criminalizó a
una parte del planeta como paso precedente a la destrucción y al saqueo de los
recursos petroleros de importantes países como Irak, Egipto, Libia y Siria.  

La lógica del miedo y la paranoia generalizada se convirtieron en norma de la


gobernanza interna y externa de los países y, mediante el regateo de la supuesta
seguridad, se produjo una resignada aceptación por parte de la gente del común de la
pérdida de los derechos individuales y de la privacidad, del debilitamiento o extinción

https://www.ieccs.es/2020/04/02/pandemia-y-capitalismo-tardio/ 2/6
4/4/2020 Pandemia y capitalismo tardío -

de la soberanía nacional, del secuestro por parte de las transnacionales de la seguridad,


de la farmacéutica y los alimentos y de la privatización de todas las esferas, incluidos
los ejércitos y la policía, como últimos resquicios de soberanía nacional moderna.
Además, la securitización del planeta se convirtió en una de las vías más eficientes para
la revigorización y entronización del fascismo en el sentido común, ya que dinamitó
las nociones de solidaridad y empatía. Luego de la destrucción de regiones enteras, y
de la construcción de la imagen de ciertos nacionales como potenciales enemigos, se
produjo una debacle demográfica y un movimiento poblacional reprimido y
controlado mediante la división entre sujetos deseables e indeseables, entre ciudadanos
del mundo y migrantes criminales. La diferenciación entre ciudadano y migrante ha
permitido que el Mediterráneo y las rutas hacia los Estados Unidos desde Centro
América se conviertan en una fosa común de desplazados económicos de África y
América Latina. Uno de los escenarios más eficientes para colocar la securitización en
el sentido común han sido los aeropuertos, donde se ha normalizado el debilitamiento
de la ciudadanía a través de la hipervigilancia, la sospecha y la estigmatización, al
tiempo que se consolida la globalización económica. Las ganancias estratosféricas que
se generaron en el ámbito de la seguridad constituyen sólo una fracción de los
beneficios que han recibido las corporaciones trasnacionales como resultado del
amplio proceso privatizador y concentrador que ha conducido a la paradoja de que
hoy muchas corporaciones son mas fuertes que varios de los estados nacionales. 

La pandemia del coronavirus se expande en medio de la debacle institucional y del


vocabulario del neoliberalismo que, a través de términos como emprendimiento y
resiliencia, busca sustituir viejos términos tercermundistas como el rebusque, el
aguante o la resignación: la investigación en salud fue desplazada por el afán de lucro
de las farmaceúticas que, en vez de apuntar a la solución de problemas estructurales,
han optado por crear una sociedad tan enferma como medicalizada. En el caso del
gobierno de los Estados Unidos, las últimas medidas tomadas por Trump, que
incluyen el recorte del presupuesto del Centro del Control de Enfermedades y la
disolución de su grupo de trabajo sobre pandemias, no son más que otras medidas
dentro del largo proceso de debilitamiento de la salud pública y de su entrega a las
trasnacionales farmaceuticas y a las corporaciones globales. La pandemia actual
demuestra la perversidad del consumo como eje central del neoliberalismo. Las
actividades pos industriales realizadas por igual en países del capitalismo central
desindustrializado y en zonas marginales del denominado tercer mundo, que cobijan
áreas como los servicios, los espectáculos, la compra y venta al minoreo, la hotelería y
el turismo, están paralizadas, y hoy pululan contingentes de porteros, taxistas,
vendedores formales e informales y negociantes en las calles, confrontados ante el
dilema de violar las disposiciones que les obligan a enclaustrarse en sus hogares o
enfrentarse al día a día con las manos vacías. De igual manera, el escenario que plantea

https://www.ieccs.es/2020/04/02/pandemia-y-capitalismo-tardio/ 3/6
4/4/2020 Pandemia y capitalismo tardío -

la contracción del consumo es tan complejo que países neoliberales como Colombia
priorizaron la economía antes que la salud, postergando la toma de decisiones en
torno a las restricciones a la movilidad de una población que se define
simultáneamente como consumidora y como objeto de la securitización. 

En los Estados Unidos se volvió habitual el dramático caso de los enfermeros y


ayudantes de la salud despojando a pacientes de respiradores, que luego los
desinfectan y los colocan a otros pacientes, en una ruleta de vida y muerte que
sintetiza uno de los mayores fracasos del neoliberalismo en la salud. La pandemia del
coronavirus está siendo confrontada por un equipo de salud aquejado de escasez de
elementos como trajes de protección, productos sanitarios, guantes y mascarillas. La
falta de respiradores es sólo una muestra de los catastróficos resultados de la
priorización en el neoliberalismo de la ganancia sobre el derecho público en el campo
de la salud: el New York Times reportó que unos meses después de la epidemia de
H1N1 del 2009, el gobierno firmó un contrato con la compañía Newport que se
comprometió a suplir las necesidades de respiradores a un precio accesible. Sin
embargo, Newport fue comprada por COVIDEN, una empresa con un movimiento
de ventas anuales de 12 mil millones de dólares, que decidió que la fabricación de
ventiladores a precios asequibles no constituía una de sus prioridades. De acuerdo con
la declaración de varios funcionarios del gobierno y ejecutivos de otras compañías,
COVIDEN compró Newport expresamente para evitar la fabricación de ventiladores
a precios que afectaran sus ganancias especulativas.  Con seguridad, historias similares
explican la escasez de los otros productos que hoy tienen ante la muerte a un
indeterminado número de pacientes del coronavirus en el centro del capitalismo
neoliberal.

El fortalecimiento de las grandes corporaciones y la imposición de los intereses


privados en temas como la salud, la educación, el transporte, las telecomunicaciones, la
seguridad y la defensa están colocando al planeta en una situación de riesgo sin
parangón previo. El manejo de la información, el conocimiento y la implementación
tecnológica sin una fiscalización pública constituyen el mayor riesgo para el futuro de
la humanidad, independientemente de que las corporaciones se vistan de filantropía o
utilicen un lenguaje de guerra explícito. En 2015, en una conferencia TED, Bill Gates,
el mayor inversionista en salud global, sostuvo que el riesgo más grande que
enfrentaba la humanidad hoy no era el de un ataque nuclear sino el de una pandemia
viral originada por múltiples causas. Con una fundación que mueve unos 5.000
millones de dólares anuales en investigaciones y que tiene como uno de sus puntales la
producción de vacunas, el cumplimiento de la profecía de la pandemia se ha
convertido en una oportunidad excepcional para la fundación que tiene hoy como
prioridad el descubrimiento de la vacuna contra el coronavirus. Más allá del cariz

https://www.ieccs.es/2020/04/02/pandemia-y-capitalismo-tardio/ 4/6
4/4/2020 Pandemia y capitalismo tardío -

filantrópico de la fundación, el descubrimiento de la vacuna será uno de los negocios


más rentables en los que se involucre, lo que explica el consorcio que tienen con
empresas como Mastercard y las farmacéuticas Novartis y Pfizer. De igual modo, una
de las acciones estratégicas de la poderosa fundación de Bill Gates son las sucesivas
campañas de vacunación en África, realizadas con la convicción de que el control
demográfico en ese continente constituirá la vía más eficaz de solución de sus
problemas.  Habrá que esperar para ver si el descubrimiento de la vacuna, como uno
de los más grandes anhelo de la humanidad, se convierte en un velo que tape la
desinstitucionalización del presente y legitime la acción de mega corporaciones que
imponen bio-políticas planetarias, mediante vacunas, la medicalización o la guerra. 

En el Ecuador, frente a los hospitales Guayaquil ocurren escenas dantescas que


reviven los tiempos del cólera y resumen la desinstitucionalización impulsada por
Lenin Moreno y por la administración municipal, secuestrada durante décadas por el
neoliberal partido social cristiano. La subrepresentación de las cifras de contagiados y
muertos se evidencia cuando se confrontan con una realidad en la que hay un recorte
de salud del 30%, un 46% de trabajadores en la informalidad, funerarias colapsadas,
noticias de decesos por el coronavirus de personajes públicos y cifras que develan que,
de cada 100 pruebas, 54 salen positivas. La pandemia ha pulverizado al
emprendimiento y a la resiliencia como consignas del neoliberalismo porque ha
develado que mientras las trasnacionales se enriquecen con la salud y la seguridad,
condenar a las sociedades al rebusque y al aguante es cinismo criminal. Para que el
futuro del planeta sea distinto al de la distopía neoliberal del despoblamiento dirigido y
del control biotecnológico, hay que visibilizar las acciones concretas que hacen los
individuos y las comunidades para rescatar la solidaridad. El acumulado histórico
democrático será la alternativa de vida ante la distopía neoliberal.      

Jose Antonio Figueroa

Antropólogo y ensayista colombiano, profesor en la Universidad Central del


Ecuador y autor de Realismo mágico, vallenato y violencia política en el Caribe colombiano.

  

 Twitter  Facebook

← Hay que vivir: Políticas de < https://www.ieccs.es/2020/04/01/hay-


supervivencia y derecho a que-vivir-politicas-de-supervivencia-y-

https://www.ieccs.es/2020/04/02/pandemia-y-capitalismo-tardio/ 5/6
4/4/2020 Pandemia y capitalismo tardío -

una vida justa derecho-a-una-vida-justa/>


→ Escenarios de futuro: <
Juan Ponte. https://www.ieccs.es/2020/04/02/escenarios-
de-futuro-juan-ponte/>

Contacto < https://www.ieccs.es/contacto/>

© 2020 < https://www.ieccs.es/> Subir ↑

https://www.ieccs.es/2020/04/02/pandemia-y-capitalismo-tardio/ 6/6

S-ar putea să vă placă și