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¡Existen tantas situaciones en las que el sonido nos aporta información!. Cuando llaman al
timbre de nuestra casa, esta señal sonora nos informa que alguien espera en la puerta.
También, antes de empezar una función teatral o un concierto, suenan tres señales
sonoras de advertencia para que el público tome asiento. ¿Y las situaciones en las que
esperamos el sonido con tensión y regocijo? Por ejemplo, cuando esperamos con emoción
las campanadas anunciando el año nuevo.
Hacer música es siempre una actividad gratificante y todos tenemos a nuestro alcance un
instrumento idóneo para ello. ¿Adivinas cuál?...es nuestra voz y la capacidad que tiene
para entonar canciones. En realidad, a través del canto todos podemos expresarnos
musicalmente. Así pues, prepara tu voz y anímate a hacer música con ella.
A través de nuestros oídos, igual que si de una ventana abierta de tratara, podemos
percibir infinitas sonoridades: de diferentes culturas, de la naturaleza, de diversas
actividades, etc. Partiendo de este hecho, realizaremos una pequeña vuelta al mundo de
la mano de distintos instrumentos musicales. Además, como buenos aventureros, vamos a
agudizar nuestros oídos apara apreciar todos los sonidos que la naturaleza nos irá
develando. Así pues, disponte a viajar con tus oídos.
El sonido y el silencio
El sentido del oído es un
tesoro que nos permite
disfrutar del mundo que nos
rodea. Para aprovechar
todas sus posibilidades
debemos aprender a
*¿Qué nos ofrecen nuestros oídos?
Como sabes, los seres humanos poseemos 5 sentidos: vista, tacto, olfato, gusto y oído. De
todos ellos, el oído es el que primero se pone en funcionamiento. ¿Sabías que los bebés
perciben algunos sonidos incluso antes de nacer? Los médicos han comprobado que
cuando están en el vientre materno son capaces de oír ciertos sonidos, como el corazón o
la voz de la madre.
El sentido del oído es muy importante porque nos permite recibir información, saber de
dónde proceden los sonidos, apreciar el entorno sonoro…Gracias a él podemos gozar de la
música. ¿Puedes imaginar un mundo sin sonidos y sin música?. ¡Seguramente nos
perderíamos algo grande!
Los sonidos y la música nos envuelven pero no podemos verlos con los ojos, pues son
invisibles. Tampoco podemos asirlos con las manos porque son inmateriales. Los
percibimos a través del oído e influyen en nuestras emociones. Todo esto convierte al
sonido y a la música en algo mágico. Prueba de ello es que algunos pueblos han utilizado
la música desde antaño para comunicarse con las divinidades, o para curar, o incluso
como un símbolo de lo sagrado. Por lo tanto, tenemos que pensar que la música se ha
considerado un elemento mágico, pero también sagrado. Existen lugares en el mundo
donde se otorga el carácter de divinidad o de sagrado a algunos instrumentos musicales.
Por ejemplo: los indios xingu de la selva amazónica tocan unas flautas sagradas para
entrar en comunicación con los espíritus de sus antepasados y con los Dioses; en el Tíbet,
los monjes utilizan las trompetas tibetanas en sus celebraciones religiosas.
Del sentido del oído solo vemos la parte exterior, que es la oreja. Sin embargo, el aparato
auditivo de extiende por el interior de nuestra cabeza.
Para que podamos oír un sonido, éste realiza un largo viaje a través de las diferentes
partes de nuestro aparato auditivo. Primero, el sonido es recogido por el pabellón
auditivo, la oreja. Después, a través del canal auditivo, llega al tímpano, una membrana
que se pone en movimiento a los huesecillos. A partir de este momento, viaja a través de
un líquido hacia el nervio auditivo, el cual envía impulsos hacia el cerebro. El cerebro es la
parte final del recorrido y es el que recibe e identifica el sonido.
El oído externo es la oreja y, ésta,
es el pabellón auditivo. El oído
medio comprende el tímpano y los
huesecillos. El oído interno incluye
el caracol y el canal auditivo
Para que nuestro oído este en forma debemos cuidarlo. ¿Cómo hacerlo?...para empezar,
debemos mantener limpias nuestras orejas. Debemos procurar que nuestro entorno no
sea siempre ruidoso y no escuchar música a un volumen demasiado elevado. Asimismo, le
hacemos un favor a nuestro oído si cuidamos nuestra voz.
Cuando hablamos el sonido viaja a través del aire. Los humanos somos seres terrestres y
nuestros oídos captan los sonidos que se propagan por el aire. Sin embargo, existen
otros medios por los cuales se propaga.
El sonido también puede transmitirse por medios líquidos o sólidos. Por ejemplo, las
ballenas, los delfines, etc. Son animales mamíferos pero acuáticos, que se comunican
mediante sonidos que se transmiten en forma de ondas sonoras a través del agua, es
decir, de un medio líquido.
En el caso de los medios sólidos, tú mismo puedes comprobar cómo funcionan. Si acercas
el oído a la superficie de una mesa y la golpeas con los dedos, percibirás el sonido de
manera distinta de como lo percibes con el otro oído. Esto es porque se ha propagado a
través de la superficie de la mesa, o sea, de un medio sólido.
¿Qué es el silencio?
Podríamos decir que el silencio es el amigo del sonido. Del mismo modo que cuando
termina el día viene la noche, cuando no hay luz hay oscuridad, cuando no hay
movimiento hay quietud…cuando no hay sonido se produce el silencio. Pero el silencio no
es solamente la ausencia de sonido. Si comparamos un vaso lleno de agua con un vaso
vacío, nos parecerá que éste último no contiene nada, porque no hay ningún líquido. Pero
si observamos mejor, nos daremos cuenta de que no está realmente vacío sino que, en
vez de agua, está lleno de aire. De forma similar, podemos decir que cuando no hay
sonido, el ambiente no está vacío sino lleno de silencio.
Como ya sabes, el sentido del oído nos permite disfrutar de los sonidos y de la música. No
obstante, este sentido siempre está despierto, pues no podemos cerrar los oídos igual que
hacemos con los ojos. Fíjate que, incluso cuando dormimos, puede ser que un ruido nos
despierte debido a que nuestros oídos siempre están activos. Por lo tanto, es bueno que
disfrutemos de momentos de silencio para que nuestros oídos descansen.
Asimismo, el silencio es bueno porque nos da calma y recogimiento. Incluso hay personas
que escogen el silencio para vivir; por ejemplo, algunos monjes hacen voto de silencio, es
decir, viven la mayor parte del tiempo sin hablar con otras personas y rodeados de un
ambiente silencioso.
De la misma manera que un pintor utiliza la paleta de colores para pintar un lienzo en
blanco, los músicos combinan los sonidos y los silencios para crear sus obras.
La música parte del silencio. Puedes observar cómo, al empezar un concierto o una
audición musical, el director prepara el comienzo de la obra con un gesto, pidiendo
atención y silencio. A partir de esta presentación del silencio, la música puede surgir. Algo
parecido sucede cuando termina la música, momento en el que podemos escuchar un
instante de silencio que recoge y concluye la interpretación.
Así como la duración de los sonidos se escribe con las grafías de las figuras rítmicas, el
silencio también tiene unas grafías que determinan su duración. En realidad, cada figura
rítmica posee una grafía de silencio equivalente a su duración y que recibe el nombre de
pausa.
Figuras Grafías
rítmicas de
silencio
REDONDA
BLANCA
NEGRA
CORCHEA
SEMICORCHEA
FUSA