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El Movimiento de la Atención

Una entrevista con Daniel Lepkoff

Por Simone Forti

Diciembre 2005

Publicado en Movement Research Journal (Primavera 2005/número 29)

Simone: ¿Podrías decir en qué reino tus preguntas o tus pensamientos están? Si son
estéticos, o ligados a la comunidad? no por que tengas que separar esos dos.

Daniel: A partir de mis observaciones de la gente alrededor mío en clases de danza o


performances, especialmente aquí en Nueva York, siento que cierto entendimiento
fundamental o aproximación a la danza que solía ser de común conocimiento y que alguna vez
me rodeó, está ausente.

Simone: Si entiendo bien, estás diciendo que hay un conjunto de entendimientos o un campo
que solía ser compartido y con el cual vos trabajás, que pueden ser olvidados si no son
reafirmados.

Daniel: Si, por ejemplo en el festival de improvisación que acaba de suceder. Siento que
muchos bailarines jóvenes que están explorando en improvisación o composición espontánea
no son conscientes de la riqueza de una investigación inspirada y un conocimiento
desarrollado que creo que podría ser muy apropiado para sus cuestionamientos.

He asistido recientemente a dos performances en el Festival llamado “Improvisation is Hard”.


Fui a ver bailar a mis amigos Vicky Shick y Diane Madden pero ví presentarse a varios
performers distintos cada noche. Después del segundo show me di cuenta de que la atmósfera
en ambas presentaciones no dejaba ningún espacio vacío. Ambas noches que asistí, fueron
facilitadas por presentadores. Los presentadores hacían más que facilitar el fluir de los
acontecimientos; eran en sí mismos todo un número de teatro tipo stand up cómico metido
entre pieza y pieza a un ritmo similar al de la televisión. No había espacios vacíos.

En muchas de las piezas que vi, sentí que los artistas ponían énfasis en manifestar una imagen
llamativa e inusual, realizada con confianza y convicción. Esta idea de que el performer es el
creador o fabricante de la imagen en sí misma es un paradigma distinto que el del performer
como un vehículo para las imágenes del público; que estar en escena es una comunicación y
que cuando algo mágico sucede en el teatro, eso es creado por una confluencia o simbiosis de
ambos audiencia y performer juntos.

Simone: Pienso en unos años atrás, lo que estábamos haciendo era explorar distintas cosas
que nos interesaban y la performance era el medio en el cual las explorábamos, o sea que no
era tanto algo de presentación sino más bien un compartir de pensamientos e intereses… y …
no era que la performance era algo que vos hacías… no había ningún patrón del que pudieras
hacer uno de… era más una pregunta de “veamos esto”… y eso podía ser algo muy kinético…
por ideas y pensamientos no me refiero sólo a pensamiento verbal.
De todos modos, vos dijiste más temprano que había algunos entendimientos que ahora no
ves. ¿Podrías aclarar un poco sobre estos entendimientos? Sigamos en esta dirección.

Daniel: La reacción que tuve frente a estas últimas performances me muestra una vez más que
el vacío es elemental para mi proceso creativo, para mi aproximación a la investigación de
movimiento… una aproximación que involucra observación, aquietándose y dejando la
presencia de algo venir hacia vos.

Mirar a Diane (Madden) fue interesante para mí. Años atrás, Diane y yo trabajamos mucho
juntos en un grupo llamado Channel Z y también hemos hecho dos dúos en colaboración.
Últimamente Diane se abocó al trabajo de Trisha Brown e incluso en el momento en el que
estábamos trabajando juntos, ella estaba profundamente involucrada con el trabajo de Trisha.
Entonces la carrera de danza de Diane ha sido muy diferente a la mía, sin embargo mirando a
Diane bailar, vi una práctica física que me es muy familiar. Ella entró al espacio escénico y
empezó tomándose tiempo para sintonizar con su estado físico; cómo se sintió en el primer
momento en que entró al espacio, parándose frente a los ojos del público. Escuchó al
movimiento que estaba ahí en su quietud inicial y no trató de ocultar su nerviosismo y pareció
notar cómo su cuerpo estaba vibrando. Fue obvio para mí que tuvo una relación fundamental
con la actividad de “estar siendo presente” y sintonizar con que es; que “estar siendo
presente” era una herramienta adquirida para arribar a su fisicalidad.

En mi propio trabajo la idea de “estar siendo presente” fue siempre fundamental, pero como
concepto de la danza, “estar siendo presente” es difícil de definir en términos técnicos y a
veces podía sólo pensar en esto como cierto tipo de actividad espiritual. Las dos formas de
movimiento que practiqué en mis primeros años bailando, Contact Improvisación y Técnica
Release, cada una proponía una aproximación más o menos técnica a la actividad de “estar
siendo presente”. Continuando en la exploración de los detalles físicos de este concepto a
través de los años, me di cuenta que “estar siendo presente” es de hecho un movimiento y he
identificado qué es lo que se mueve. “Estar siendo presente” es el “movimiento de mi
atención”. Esto ha sido un lento pero emocionante proceso de comprensión para mí. Ahora
tengo una serie de ejercicios simples para resaltar elementos específicos de esta actividad.
Ahora me parece tan directo y simple practicar físicamente “estar siendo presente” como
practicar un plié por ejemplo.

Simone: ¿Podrías ser más específico?

Daniel: La esencia de mi trabajo está enfocada en el movimiento cotidiano, el funcionamiento


del cuerpo, cómo navegamos físicamente y cómo la mente y el cuerpo trabajan juntos para
componer nuestro movimiento. Un hecho básico que determina la naturaleza de todo mi
trabajo en estudio es que nuestro trabajo funcional cotidiano está siempre en el contexto de
un diálogo físico con nuestro entorno.

La pertinencia de esto para bailar es que este diálogo es sumamente compuesto y lleno de
conocimiento personalizado, sensualidad e imaginación. Como niños, las interacciones físicas
con nuestro entorno son maravillosas. Como adultos llegamos a confiar en hábitos probados y
verdaderos. Me di cuenta que cuando me desarmo de mis primeros impulsos y leo, re-leo, y
vuelvo a re-leer, dónde estoy, mi circunstancia física actual, y tomo una segunda, tercer, cuarta
y quinta mirada, mi entorno se transforma literalmente. Se vuelve una presencia sensual, todo
menos neutral y estimula mi imaginación. Esta experiencia es una delicia y me llena de un
deseo de comprometerme. Estoy de verdad desesperadamente enamorado de esta forma de
bailar.

Tomar una segunda, tercer, cuarta o quinta mirada es lo que estoy ahora llamando el
“movimiento de mi atención”. En el transcurso habitual de los acontecimientos, la mayor parte
de nuestras acciones, en un nivel profundo, son automáticas. Caminar por ejemplo, es en
general relativamente sin esfuerzo. Pero imaginá que estás caminando sobre un lago helado;
no estás segura que el hielo sea suficientemente fuerte para soportarte; el caminar con gracia
y sin esfuerzo se vuelve vacilante, dudoso, estás atenta del ruido del hielo que empieza a
quebrarse, probás y sentís las sutilezas del soporte cuando cambiás lentamente tu peso de un
pie al otro. El límite entre lo que imaginas y lo que es real se borronea sutilmente. En esta
situación el movimiento de tu atención está intensificado; tu atención se extiende y precede a
tu movimiento. En mi trabajo en estudio, estoy experimentando con un estado físico en que el
movimiento de la atención precede al compromiso en la acción física.

Este concepto es clave para la improvisación física, pero también para bailar material fijado.
Imagino qué es lo que hace a un pianista clásico ser genial. Cuando están tocando una pieza
altamente compleja, su atención es capaz de moverse, para que puedan escuchar la música a
través de más de un filtro, escuchar el ritmo, la estructura armónica, el fraseo rítmico, emoción
y… todo antes de que la próxima nota sea tocada… o sea que lo que suena rápido y complejo
para nuestros oídos, es en verdad lleno de tiempo y espacio para ellos. En el movimiento de un
dedo de una tecla a la otra hay un espacio en el tiempo que les permite afinar su impulso,
hesitar o estirar el tiempo entre una nota y otra. Eso es música.

Simone: ¿Podés dar un ejemplo específico de cómo trabajás con esta idea en el estudio?

Daniel: Tengo una fascinación en este momento por los ojos y la visión en relación al
movimiento y la performance. Leí hace poco en un libro de Aldous Huxley “El arte de mirar”
que en un estado de descanso profundo, los ojos están en verdad en constante movimiento.
Mantener los ojos quietos es un esfuerzo. Esto me recuerda a la respiración. Podés retener tu
respiración pero no podés dejar de respirar. Podés mantener tus ojos quietos, pero
eventualmente, cuando relajen, se van a mover.

Aprendí a sentir el movimiento de mis ojos mientras estoy bailando. En un nivel de sensación
el movimiento de los ojos es una sensación de estiramiento. En el nivel de la percepción el
movimiento de mis ojos es inseparable de las imágenes del espacio en el que estoy viviendo.

Cuando entrás por primera vez en un espacio nuevo, pasás la puerta y hay una “lectura” que
hacés. Me di cuenta que esta actividad es literalmente análoga a la actividad de leer un libro.
No podés obtener ninguna información de la página del libro si sólo depositás tu mirada en
blanco frente a la página. Tenés que ubicar cada letra en el centro de tu visión y mover tus ojos
de letra en letra y sólo así el sentido viene a vos. Del mismo modo, necesitás mover tu mirada
para construir el sentido de dónde estás en el espacio, necesitás tomar una lectura. Una vez
que me vuelvo consciente de esta actividad de leer el espacio, podría permitirme jugar con el
modo en que leo el espacio, y sentir y moldear el ritmo de esa lectura. He identificado
diferentes maneras de mover mi atención visual y éstas se han vuelto exploraciones de
movimiento.

Me empezó a interesar monitorear como el espacio cambia a medida que me muevo. Si


aquietás el movimiento de los ojos y movés el centro del cuerpo, como cuando caminás
mientras los ojos están relativamente quietos, la imagen visual cambia porque tu punto de
vista se corre. Es interesante experimentar “espacio moviendo” más que “moviendo a través
del espacio”. Cuando hacés tu movimiento al revés, es exactamente como pasar una película al
revés. Describo este ejercicio como panear. Cuando paneás con una cámara de video, el
movimiento de la imagen es creada por el movimiento de la cámara pero cuando lo mirás en
una televisión, es la imagen moviéndose en el marco de la tele, no la tele moviéndose en el
espacio. He notado que es más fácil experimentar esto de manera más profunda al caminar
hacia atrás. Una vez llevé mi clase, en un workshop que estaba dictando en PARTS por un
paseo en el parque al otro lado de la calle. Caminamos hacia atrás durante una hora, mirando
el entorno moverse.

He identificado otras actividades visuales que todavía no tienen nombre. Cuando “ves”
también componés relaciones entre los distintos objetos en tu campo de visión, combinás
grupos de objetos entre sí y los organizás en relación con otros grupos de objetos y en relación
con el fondo o el frente, o con lo que está arriba o abajo. Noté que esta organización puede
cambiar y parece haber un sinfín de permutaciones posibles en cómo una sola escena puede
ser compuesta en la propia visión. He experimentado estos cambios de composición como una
leve sensación de estiramiento en el ojo y al mismo tiempo, como un movimiento en mi
mente. Habitar en esta actividad es bastante agradable. Me entretengo bastante con esta
actividad mientras camino por la calle.

Una vez en un workshop en Paris, luego de haber estado trabajando con el campo de visión
mientras caminábamos grupalmente entre los espacios entre las personas, le pedí a la clase
que frenara y que se sentaran contra las gradas en algún lugar en que la luz del sol estuviera
reflejándose sobre las partículas de polvo flotando en el aire. Desde esta posición ventajosa el
polvo parecía livianos cristales brillantes. Miramos estos cristales hacer su danza de ensamble
en medio del aire y comenzamos a reír porque las partículas de polvo comenzaron a parecer
como si tuvieran mentes propias y muchas de sus decisiones eran muy inteligentes y
divertidas. Creo que las partículas de polvo se volvieron vivas porque de hecho estábamos
moviendo nuestra atención visual y colectando información, y no sólo parados en blanco
frente al espacio. Hay más.

Simone: Si pienso en términos performáticos estoy segura de que mientras vos hacés esta
actividad de desplazar tu atención que yo puedo percibir por el tiempo de cuándo te movés,
cuándo movés tu cabeza, las decisiones que tomás, puedo de alguna manera saber lo que está
pasando y entonces a través de vos puedo experimentar algo similar a lo que vos estás
experimentando.
Daniel: Mucho de lo que sé sobre performance es a través de ser parte del público. La
actividad de mover mi atención visual avivó mi percepción como audiencia y tal vez alteró
cómo y qué veo ahora cuando veo una danza.

Hay algo fundamental en cómo la gente puede entenderse a través de leer el comportamiento
del otro. Podemos mirar a alguien y darnos cuenta si está enfermo o tímido o agresivo o lo que
sea que esté sucediendo. Somos sensibles a estas cosas.

Cuando un performer está comprometido en esta actividad de “mover su atención”,


desarticulándose de lo inevitable y tomando un momento para cambiar su visión, cambiar su
intención y jugar físicamente de esta manera, como público podemos no entender
inmediatamente lo que estamos mirando. El comportamiento no se lee en la manera habitual.
Esto crea espacio para nosotros, como público, para mover nuestra propia atención y
componer qué es lo que estamos viendo. Esta actividad es profundamente reflexiva.

Recuerdo viendo a Lisa Nelson y Karen Nelson bailar juntas en un dúo en la iglesia de St.
Marks. Pensé “cada vez que un performer cambia su atención y deja ir la imagen o la relación o
el sentido del significado de lo que está pasando, este cambio gatilla un mensaje que es
enviado hacia la audiencia”. Cuando un mensaje viaja a través del espacio, como una carta,
ésta tiene que ser abierta y la tenés que leer… esto es lo que amo sentir en el teatro.

Por el otro lado, cuando los performers no cambian desde las imágenes transitorias o
percepciones que pasan azarosamente y en cambio se identifican con una relación en
particular, esto se vuelve una etiqueta. Una etiqueta es como un cartel diciendo “¡mirá! Soy
sexy”, “¡mirá! Soy serio”, “¡mirá! Soy gracioso”. ¿Dónde queda el espacio para la audiencia
para crear sus propias imágenes?

Una cosa que llegué a valorar a través de mi danza es la importancia para la gente de tener
una manera de acceder a su propia situación y no tener que someter sus opiniones frente a
alguien que supuestamente sabe más. En este momento hay fuerzas muy facciosas y
poderosas trabajando en el gobierno y en el mundo corporativo. Estamos rodeados de
imágenes de los medios diseñadas para manipular nuestra atención y controlar lo que
sabemos y lo que no sabemos. Por esto es que me preocupa cuando un arte no ofrece espacio
para la audiencia para crear sus propias imágenes y significados.

Creo que es importante hacer trabajos que no le digan a la gente lo que se supone que tienen
que ver o lo que se supone que tiene que significar, o indiquen qué está bien y qué está mal.

Simone: Creo que ahí llegaste a algo muy sutil.

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