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Balance de la movilización de artistas y gestores en Santa Cruz

Alcance y perspectivas del movimiento “RESILENCIA”


EL INICIO

El descontento estalla con la cancelación de la bienal 2018, resiliencia se organiza


precisamente para abordar qué hacer con la bienal, la cual es asumida por ellos de manera
autogestionada, a la par surgen las ideas de generar espacios de debate sobre las distintas
áreas de la cultura y la puesta en marcha de una ley municipal de culturas, varias reuniones se
van a dar. Se combina la protesta cultural/callejera contra el municipio contra sus obscenas
retretas y de exigir presupuesto para cultura.

Se constituyen como el “Movimiento Resilencias” y en su primer manifiesto planteaban que la


autogestión como método; la independencia había sido un elemento central para el desarrollo
del arte y la cultura y ahora exigen una mayor reconocimiento a ese trabajo, exigiendo que se
trastoque el reconocimiento clasista y tradicional de lo que es el arte, por medio del
reconocimiento de otras artes como el tatuaje, grafitti, nuevas tecnologías, etc., lo cual indica
la variedad de los rubros que estaban presentes en las movilizaciones y su afán por romper con
la visión tradicionalista de la virtual alcaldesa que en su idea la política cultural del municipio
era efectiva enseñando repostería simplemente.

LA SITUACIÓN NACIONAL Y REGIONAL

Como es natural en un país atrasado como el nuestro, existe una fuerza regionalista a la hora
en que los sectores planteen sus demandas, en este caso una mirada reduccionista a que el
problema deba resolverse en Santa Cruz; el problema de la cultura y el arte para los artistas
cruceños movilizados, no se tuvo siquiera la intención de conectar con las otras realidades que
se estaban desarrollando en paralelo a nivel nacional en el mismo campo, lo mismo en el
campo de la política general; si bien se mencionaba la ley de cultura de La Paz y su
presupuesto como una estrella que alcanzar, no se lograba entender la necesidad de extender
el debate a nivel nacional.

Es importante apuntar que paralelamente en el país, se desarrollaba el debate del SUS


(sistema universal de salud), el problema de tierras en la Chiquitania, y al mismo tiempo en
medio del descontento generalizado contra el manejo fascistoide de la alcaldía de Percy – Sosa
y el MAS, cuya política usaba el garrote para trasladar los mercados y la reorganización del
transporte público, esto sumado a los escándalos de corrupción, despidos de personal en
guarderías y otros, dentro de lo cual se llegó a saber que la plata para la bienal se usó para el
traslado de los mercados y por ello se suspendería. Problemas que si bien aparentemente no
tienen conexión directa tiene la misma raíz, un estado burgués incapaz de resolver los
problemas de las mayorías en este país.

El aislamiento del movimiento artístico, que en algunos momentos logró empalmar con
algunas acciones populares posteriores (contra la quema de la Chiquitania, p.e.), es un
problema fundamental, que se debe superar a través de la búsqueda de la articulación con los
sectores pero también con el movimiento artístico nacional.
EL DEBATE AL INTERIOR DEL MOVIMIENTO ARTÍSTICO

El desarrollo del debate y de las movilizaciones como es natural fue con ascensos y descensos,
entre distintas corrientes políticas. EL gobierno de manera camuflada, a través de Telartes; que
durante los 14 años del MAS fue su brazo operativo; básicamente planteaban la formación en
redes como forma organizativa, el fin es hacerse con el control del movimiento. Es necesario
recordar que TELARTES impulsaba la aprobación de la ley de culturas del gobierno (MAS), ley
que fue rechazada y combatida por los artistas a nivel nacional

Por otro lado estaba una corriente de tipo anarquista planteaba horizontalidad en la
organización, esto se convirtió en una debilidad para el potenciamiento organizativo, la
desconfianza de los artistas por dotarse de una dirección organizada fue sobre la que se asentó
este planteamiento, se mantuvo la idea de la organización horizontal, donde nadie sea más
que nadie y las representaciones se hagan en base al consenso, y que finalmente se impuso,
esto pese a que se reconocían como trabajadores del arte y la consecuencia de tal
reconocimiento debía ser la organización sindical, tal como muestra la historia del movimiento
de artistas en el país.

Por otra parte, existía una corriente legalista que quería limitarse a cuestiones mucho más
burocráticas y no de acción callejera, corriente que no prosperó en un inicio pero que con el
pasar de los meses y con el consecuente decaer de la movilización y tensión empezó a tener
mayor fuerza y bajo la idea de poner en pie una ley, llevó a los artistas, gestores y demás
actores a sentarse en las mesas de dialogo junto al alcaldía, para llevar adelante el
delineamiento de las bases de esa ley de culturas regional que fue convirtiéndose poco a poco
en el eje central de la lucha.

El problema de la formación del sindicato para los artistas estriba en experiencia ajena, los
artistas ven a su alrededor a los sindicatos como organizaciones verticales, burocráticas,
propensas a alquilarse a los poderes de turno, por eso hay renuencia a ese tipo de
organización, sin entender que el sindicato es apenas una herramienta y que está sujeta a la
política que desarrollen los dirigentes de la misma, al respeto de los principios del sindicalismo
y al involucramiento de los afiliados al mismo. Si la política que desarrollen los dirigentes va ser
política burguesa, con seguridad que terminarán tranzando lo que sea con quien sea con tal de
beneficiarse los dirigentes, si la política es revolucionaria puede desarrollarse como se estuvo
haciendo en el Sindicato de Chuquisaca, donde se convirtieron en determinado momento en
una potencia que puso en jaque a las autoridades regionales y logró cierto alcance nacional.

Las mesas de trabajo rumbo a la ley y la necesidad de la visión global del problema del arte y
la cultura

En las discusiones de las mesas de artistas rumbo a esa ley, se hizo un análisis de fortalezas y
debilidades, no un análisis profundo de las raíces del porqué la cultura no tiene ninguna
primacía para las autoridades, de porqué comprenden al artista como un simple mercachifle,
cuyo financiamiento de sus artes no son más que obras de caridad de las autoridades y cómo
es que los círculos o camarillas que están a su alrededor si reciben jugosos contratos en
desmedro de los otros, sin que eso signifique que esos “artistas” tengan mejor calidad que los
no contratados, cuál es la relación política existente en este sistema de privilegios.

Por otro lado, si bien el análisis por especialidad fue importante, el debate general y profundo
debió unificar una visión más general y no sólo la suma de las debilidades y fortalezas de los
actores o grupos que desarrollan las diferentes especialidades. Si bien este análisis ha servido
para identificar algunos elementos importantes, está ausente una mirada global, que ayude a
comprender las distintas posiciones sobre el arte, la cultura y el artista que están en debate en
el país.

Esta mirada pasa por entender que en general, a las autoridades regionales y nacionales y la
clase dominante en general, no les interesa en absoluto el arte y la cultura porque son
expresiones que necesitan de absoluta libertad para poder desarrollarse, por tanto, análisis de
la realidad y pensamiento crítico y además porque los artistas, al plantearse como
trabajadores del arte, deben gozar de los beneficios de todo trabajador: salarios, seguro de
salud, jubilación, etc. Todo esto resulta casi imposible, sino imposible, para la mirada mezquina
de la clase dominante y su Estado, primero porque nuestro país es un país capitalista atrasado,
donde el atraso económico se traduce también en atraso cultural, en una visión troglodita del
arte y la cultura por parte de los que detentan el poder, aún más bajo la mirada fascistoide de
la actual gestión municipal para los cuales el arte se reduce a la manualidad artesanal, que
deriva de una visión de Santa Cruz de antaño, añoranza de los patrones que wasqueaban al
pongo, que no tiene alma, en las haciendas y que para ellos no ha cambiado ni quieren que
cambie.

De allí la importancia de la movilización de los artistas cruceños, ponen en jaque a las


autoridades con demandas modestas, posibles, que demuestran la incapacidad de la alcaldía,
sus limitaciones y su barbarismo, su total ausencia de criterios para entender que una ciudad
no se hace sólo con cemento, sino también con espíritu, es decir, con cultura y arte, elementos
para el desarrollo del ser humano como tal y su sensibilidad, cosa que le niegan en las
actualidad por el embrutecimiento en los trabajos agobiantes de 12 horas en adelante, por el
miedo constante a perder los empleos, en una realidad cruceña donde el 70 % de la población
tiene un trabajo informal y no tiene ninguna alternativa para el esparcimiento que no sea el
consumo de alcohol o en el caso de la juventud, las pandillas y la drogadicción. La virtud de
esta movilización, que todavía puede profundizar más en su reflexión es desnudar al sistema
capitalista en su versión atrasada en el país, aunque no se lo hayan propuesto de forma clara,
lo han iniciado.

LA HISTORIA DE LUCHAS ANTERIORES Y LO AVANZADO HASTA AHORA

Como dato importante para entender cuáles son los mecanismos que usan los que detentan el
poder, hubo una charla que organizó Resiliencias el 2018, el ahora director del CEDURE, indicó
que hace años, en la gestión de los Fernández, se movilizaron contra la política cultural en el
departamento, en ese momento les dieron las herramientas para poder debatir y elaborar las
bases de esa futura ley o propuesta, durante un año fue el debate y la elaboración de la
propuesta, que una vez entregada al alcalde quedó archivada y el movimiento artístico fue
engañado. Similar situación se habría repetido 10 años antes, es decir, pusieron a los artistas a
debatir leyes, propuestas y con eso los amansaron y después se hicieron la burla. Similar
situación se estuvo dando durante el 2019, pese a todos los esfuerzos de Resiliencias y los
colectivos de artistas el tema fue decayendo paulatinamente, se centró en la elaboración de
diagnósticos y propuestas, se siguieron los pasos legales para la puesta en pie de una ley de
culturas, sin embargo, la alcaldía en todo ha dado largas y a duras penas se ha logrado las
mesas distritales, con poca participación, con poca difusión pues en realidad la alcaldía en
absoluto está interesada en la salida de una ley que de algunas ventajas, por mínimas que
éstas sean al ejercicio del trabajo de los artistas locales, de hecho, ahora mismo está más
preocupada en cómo van a encarar las elecciones nacionales y subnacionales que se vienen,
para ello le conviene aplazar aún más los avances que ya han logrado los artistas cruceños que
según una de los miembros más activos indicaba sobre los avances en la ley que debía llevarse
adelante un foro el 10 de marzo: “Se abren mecanismos de participación, se establece un
presupuesto fijo, se determina la importancia de la cultura dentro del municipio y se
garantizan por ello ciertos fondos, se dan ciertos parámetros para que haya desconcentración
y una mayor participación en la toma de decisiones”

EL MOVIMIENTO DE ARTISTAS DEBE APUNTAR A LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

En adelante, lo que viene por los hechos recientes, es la imposibilidad de la concreción de esa
ley de culturas, por los problemas económicos que se vienen, por los recortes que ya son
aplicados hace rato por el IDH, las elecciones nacionales y subnacionales y la crisis todavía en
el tapete del coronavirus. La alcaldía estaba retrasando lo más que podía la puesta en marcha
de esa ley de culturas que hace algunas concesiones sin por eso tener las posibilidades de
convertirse en una ley muy avanzada, sino más bien para buscar conformar a los artistas de
que ya algo se hizo, lo que no es malo, pero pudo avanzarse más en la comprensión del
fenómeno.

Con todo, los artistas cruceños han avanzado en conocer y reconocerse, en organizarse de
diversas formas, en salir a las calles y buscar relacionarse con las zonas populares y no sólo con
el centro de la ciudad. Es urgente prepararse para responder con una posición más profunda a
la nueva crisis que se viene y tener claro que ahora tienen todas las excusas para no poner en
pie la ley de culturas ni nada que se le acerque, esto requerirá nuevas movilizaciones y el
avance en la perspectiva de la unidad de artistas con los distintos sectores que
inevitablemente han de movilizarse pues se vienen horas grises para el estómago de los
bolivianos, artistas y no artistas. Es en ese camino que hay que desentrañar y afinar aún más el
análisis sobre el arte, la cultura y que éstos sólo podrán desarrollarse en plenitud a condición
de que la lucha se plantee en la esfera política también con la clara orientación de acabar con
el capitalismo a través de la revolución social, pues es el sistema quien en su decadencia está
arrastrando a todos hacia la barbarie, lo que vemos hoy en día en el mundo es eso, barbarie.
Los artistas cruceños deben plantearse la necesidad de transformar la sociedad para que
pueda florecer en libertad irrestricta y condiciones humanas el arte y la cultura que el sistema
actual niega y destruye.

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