Sunteți pe pagina 1din 16

Estructuras, sujetos y coyuntura:

desequilibrios y arritmias en la historia

Jaime Osorio *

L a articulación entre diferentes dimensiones de


análisis de la realidad social, como los espesores
o capas, el tiempo y el espacio, permite construc-
ciones conceptuales diversas y encontrar diversos ob-
jetos de investigación. Aquí nos detendremos en el aná-
lisis de tres problemas para mostrar el papel heurístico
de estas dimensiones y las diferencias que se alcanzan
al privilegiar alguna de ellas: examinaremos críticamente
las propuestas de Braudel y Marx en torno a la noción
de estructura; haremos una aproximación a la defini-
ción de coyuntura y, por último, formularemos una hi-
pótesis de solución a la siempre difícil conciliación entre
estructuras y sujeto.

NOCIONES DE ESTRUCTURA

La propuesta braudeliana

En Braudel prevalece una visión de estructura entendida


como soporte físico, geográfico y cultural de la sociedad.

IZTAPALAPA 44
julio-diciembre de 1998 * Profesor investigador del Departamento de Relaciones Socia-
pp. 13-28 les de la Universidad Autónoma Metropolitana- Xochimilco.
Jaime Osorio

“Buena o mala, —afirma Braudel— es dias por la coyuntura, esta agrupación


ella (la estructura) la que domina los de acontecimientos del mismo signo”
problemas de la larga duración”. En la (Braudel, 1976: 795).
figuración de sus características Brau- La débil ponderación del aconteci-
del indica: “Para nosotros, los histo- miento, frente al peso de la larga dura-
riadores, una estructura es indudable- ción, queda reflejada en esta imagen
mente un ensamble, una arquitectura; braudeliana: “Conservo el recuerdo de
pero más aún, una realidad que el tiempo una noche cerca de Bahía en que me en-
tarda enormemente en desgastar y en contré envuelto por un fuego de artificio
transportar. Ciertas estructuras están de luciérnagas fosforescentes; sus pá-
dotadas de tan larga vida que se con- lidas luces resplandecían, se apagaban,
vierten en elementos estables de una in- refulgían de nuevo, sin por ello hora-
finidad de generaciones: obstruyen la dar la noche con verdaderas claridades.
historia, la entorpecen y, por tanto, de- Igual ocurre con los acontecimientos:
terminan su transcurrir”. Y agrega unos más allá de su resplandor, la obscuri-
párrafos más adelante: “Parece que el dad permanece victoriosa” (Braudel,
ejemplo más accesible continúa siendo 1992: 27).
el de la coacción geográfica. El hombre Pero la concepción de estructura en
es prisionero, desde hace siglos, de los Braudel se vuelve más compleja cuando
climas, de las vegetaciones, de las po- establece un cruce entre la dimensión
blaciones animales (...), repárese en la temporal, con énfasis en la larga dura-
duradera implantación de las ciudades, ción, y la dimensión espacial del aná-
en la persistencia de las rutas y de los lisis, con énfasis en las regiones y las
tráficos, en la sorprendente fijeza del macrorregiones. Esto es lo que le permi-
marco geográfico de las civilizaciones te desarrollar la noción de economía-
(...) Las mismas permanencias o super- mundo, que considera el despliegue de
vivencias se dan en el inmenso campo la economía en un “espacio geográfico
de lo cultural” (Braudel, 1992: 70 y 71).1 determinado”, en donde aparecen un
Importa destacar que en esta noción “centro”, unas “zonas intermedias” y
de estructura, la dimensión temporal “ciertas zonas marginales muy amplias”
y, dentro de ésta, la larga duración, jue- (“subordinadas y dependientes, más
gan un papel clave elementos geográ- que participantes”), organigrama que va
ficos y culturales que permanecen por variando en el tiempo.3
siglos.2 El tiempo medio y el tiempo En la noción braudeliana de estruc-
corto quedan relegados a planos secun- tura, por tanto, prevalecen la dimensión
darios. Braudel no ocultó estas prefe- temporal y la espacio-geográfica, en tanto
rencias teóricas: “Soy estructuralista los problemas del espesor, en donde se
por temperamento, con poca curiosi- reclama pasar de la superficie (parcia-
dad por el acontecimiento, y sólo a me- lidades o totalidades inmediatas) al

14
Estructuras, sujetos y coyuntura: desequilibrios y arritmias en la historia

desarrollo de categorías teóricas que comen (...) viajan solos o en grupos; es


permitan reorganizar lo inmediato (nivel decir experimentan su destino” (Ches-
profundo), quedan en posiciones secun- neaux, 1990: 149; cursivas en el origi-
darias. Esto puede explicar el sesgo em- nal). Tenemos entonces historias en
pirista del análisis, en detrimento del donde los sujetos se reducen a sumas
componente teórico.4 Esta suerte de de- estadísticas o a expresiones costum-
bilidad conceptual en los trabajos de bristas de una época.
Braudel ha sido comentada por Ruggie- Es éste un tipo de estudio que des-
ro Romano, un hombre del círculo más politiza el análisis, al enfatizar los ele-
cercano del director de los Annales. En mentos de continuidad, en desmedro
referencia al libro Civilización material, de los factores de ruptura,7 y estos fac-
economía y capitalismo, Romano se- tores no se hacen presentes en tanto
ñala la utilización de una definición tan se abandona la relación del tiempo lar-
vaga de capitalismo que parece una ca- go con el tiempo corto, y la relación de la
tegoría “cuasi eterna de la historia de larga duración con las coyunturas, es
la humanidad” (Romano, 1997: 13).5 decir, con los momentos privilegiados de
rupturas sociales. Al fin que, como se ha
El desinterés teórico por los proble-
indicado, “hoy como ayer”, “es (...) la uni-
mas del tiempo corto y la dificultad de
dad del tiempo largo y del tiempo corto
encontrar las categorías con las cuales
la que define el verdadero campo polí-
abordarlos desde el paradigma braude-
tico” (Chesneaux, 1990: 150; cursivas
liano, tiene consecuencias serias en el
en el original).
análisis social. Porque no sólo se relega
En este contexto, las transforma-
aquel tiempo y las relaciones que esta-
ciones sociales pierden significación.
blece con los otros tiempos,6 sino, tam-
Romano se pregunta:
bién, aquellos momentos particulares
—las coyunturas— en los que la política ¿la historia vive en la continuidad o en la
y los sujetos sociales alcanzan un papel discontinuidad? Esto es, la revolución
de la mayor importancia: los periodos en francesa de 1789 o la rusa de 1917 re-
los cuales se activa su capacidad trans- presentan una verdadera ruptura, un
formadora de las estructuras. corte, una fisura, o más bien —tras la
Esta forma particular de concebir la ruptura, corte y fisura—, ¿existe aún
larga duración tiene consecuencias. A una profunda línea continua? Para Fer-
ello alude Chesneaux cuando indica que nand Braudel no hay dudas: los gran-
se ha puesto de moda un análisis de larga dísimos acontecimientos de la historia
duración que concierne a “masas po- inciden, sí, sobre la estructura de sus-
pulares”, pero en donde prevalece una tentación mas ésta, a la larga, persiste.
“historia pasiva”, ya que aquéllas son Por consiguiente, nos encontramos esen-
vistas en calidad de “seres que consu- cialmente ante una historia inmóvil. (Ro-
men, trabajan, inventan técnicas (...) mano, 1997: 48).

15
Jaime Osorio

El sesgo de la larga duración y del den relevancia unidades menores que


énfasis macrorregional (que se expre- se encontrarían subsumidas o forma-
sa en términos como el espacio-tiempo) rían parte de aquél.11 A partir de esta
también se hace presente en los análi- unidad, los cambios que han acontecido
sis de Immanuel Wallerstein, uno de los —a lo menos del siglo XVI en adelante—
más destacados discípulos de Braudel. sólo pueden ser pensados como cam-
A diferencia de éste, Wallerstein se apo- bios en el sistema. De esta forma, las
ya en un bagaje teórico más complejo, transformaciones sociales acaecidas a
lo que le permite matizar sus visiones partir del siglo XVI (llámense revolución
sobre la economía-mundo y el capita- francesa, rusa, china o cubana, por
lismo. Mientras para Wallerstein “no ejemplo), deben valorizarse (o desvalo-
hay más economía-mundo que la de rizarse) en este contexto; no han logrado
Europa, fundada sólo a partir del siglo transformar el sistema social, la econo-
XVI” (Braudel, 1993: 89), para Braudel mía-mundo capitalista. Desde ese hori-
“desde la Edad Media e incluso desde zonte, “cada vez hay más dudas acerca
la Antigüedad, el mundo ha estado divi- de cuán revolucionarias son las revolu-
dido en zonas económicas más o menos ciones” (Wallerstein, 1990a: 413). Por
centralizadas, más o menos coherentes, otros caminos, en ciertos temas, Wa-
es decir, en diversas economías-mundo llerstein termina en el mismo punto que
que coexisten” (Braudel, 1993: 90).8 Braudel: con una visión poco matizada
Wallerstein logra una visión más his- de la historia.
torizada del capitalismo que Braudel. Pero hay diferencias que no pueden
Su bagaje teórico le permite acotarlo en despreciarse. Existe en Wallerstein una
el tiempo. Esto favorece una revalori- incorporación del tiempo medio (como
zación de la emergencia de la economía- los ciclos económicos de Kondratieff)
mundo capitalista, por lo que afirma más fino que en Braudel, que le permite
que las dos “grandes divisorias en la his- medir los movimientos cíclicos del sis-
toria del hombre” son la “revolución tema, lo que junto a una posición más
neolítica o agrícola” y “la creación del militante que la de aquél, le permite re-
mundo moderno” (Wallerstein, 1979: I, valorizar los componentes políticos, como
7). La larga duración sigue siendo pre- los movimientos antisistémicos (véase,
ponderante en el análisis, pero ya no por ejemplo Wallerstein, 1990).
es tan larga (o “casi eterna”) como en Según Wallerstein, hoy vivimos un
Braudel.9 tiempo social privilegiado, en el que es
A partir de una definición de sistema posible la transformación del sistema
social que sólo incluye en la actualidad social. Estos serían tiempos de crisis,
al sistema capitalista como economía- término que “no debería ser degrada-
mundo,10 Wallerstein privilegia esta do hasta convertirlo en un mero sinó-
unidad en su análisis, por lo que pier- nimo de cambio cíclico. Debería reser-

16
Estructuras, sujetos y coyuntura: desequilibrios y arritmias en la historia

varse para aquellas épocas de tensión ductivas materiales”. Y agrega unas


dramática que son algo más que una líneas más adelante: “El modo de pro-
coyuntura y marcan un hito en las es- ducción de la vida material condicio-
tructuras de longue durée” (Wallerstein, na el proceso de la vida social, política
1979: II, 11; cursivas en el original). Por y espiritual en general” (Marx, 1980c:
ello, “la crisis de la que estamos ha- 517 y 518).
blando es la del fallecimiento de la eco- La dimensión espesor de la reali-
nomía-mundo capitalista” (Wallerstein, dad social y, dentro de ella, una concep-
1983: 14). ción de estructura en el nivel profundo
El interés por lo macrotemporal y lo que debe ser capaz de reconstruir la to-
macroespacial provoca en Wallerstein talidad social, junto con la dimensión
que los conceptos alcancen una enor- temporal en tanto historicidad de los
me dilatación. Así, por ejemplo, en su modos de producción, prevalecen por
análisis de la modernidad y a partir de sobre la dimensión espacial en la visión
una laxa definición de liberalismo, Wood- más global de Marx.
row Wilson, Roosvelt, Lenin y Stalin No es que Marx no tuviera concien-
son, simplemente, diversas manifesta- cia de la dimensión espacial. Por ello
ciones del liberalismo.12 En la larga noche escribió que “la primera premisa de toda
de la historia todos los gatos terminan historia humana es, naturalmente, la
siendo negros, perdiéndose la capaci- existencia de individuos humanos vi-
dad de distinguir los matices teóricos e vientes”, para agregar que “no podemos
históricos de superficie y estructura, y entrar a examinar aquí (...) ni la contex-
del tiempo largo, medio y corto. tura física de los hombres mismos ni
las condiciones naturales con que los
hombres se encuentran: las geológi-
La propuesta marxista cas, las oro-hidrográficas, las climáticas
y las de otro tipo. Toda historiografía tiene
En el análisis de Marx, la noción de es- necesariamente que partir de estos fun-
tructura que se privilegia es el modo de damentos naturales y de la modifica-
producción. El señalamiento más sin- ción que experimentan en el curso de
tético al respecto se encuentra en el Pró- la historia por la acción de los hombres”
logo de la Contribución a la crítica de la (Marx, 1980b: 14).
economía política. Allí Marx señala que En esta primera visión de estructura
“en la producción social de su vida, los se busca enfatizar los elementos que ex-
hombres contraen determinadas rela- pliquen la historia general del hombre
ciones necesarias e independientes de en sociedad o cómo los hombres hacen
su voluntad, relaciones de producción historia, en los que la categoría modo
que corresponden a una determinada de producción juega un papel central.
fase de desarrollo de sus fuerzas pro- Pero existe una noción más acotada

17
Jaime Osorio

temporalmente, referida propiamente vimiento de la historia social (que, dicho


al modo de producción capitalista, cuyo sea de paso, no tiene nada de sucesión
desmenuzamiento y reconstrucción se lineal de modos de producción). Estas
realiza principalmente en El Capital. mismas dimensiones son las que permi-
Pasemos a una exposición de las di- ten la reconstrucción del modo de pro-
versas unidades de análisis de la realidad ducción capitalista.
social presentes en el marxismo, como Es en la noción de sistema mundial
resultado del cruce de las diversas di- capitalista en donde emerge la dimen-
mensiones: espesor, tiempo y espacio. sión espacial, poniéndose énfasis en el
despliegue macrorregional, regional y
local del capitalismo. En esta unidad,
Las unidades de análisis en el marxismo por tanto, se reclama una integración de
las tres dimensiones de desconstrucción-
Desde la propuesta de Marx se pueden reconstrucción de la totalidad social: los
distinguir cinco unidades de análisis de espesores, la temporalidad y lo espacial.
la realidad social, en las cuales conflu- Esta síntesis de las tres dimensiones
yen de maneras diversas las dimen-
también se hace presente en la forma-
siones hasta aquí analizadas. Ellas son
ción social: aquí se considera el capitalis-
la estructura o modo de producción, el
mo en un espacio regional, historizado.
modo de producción capitalista, el sis-
La coyuntura, por su parte, privilegia
tema mundial, la formación social y la
las dimensiones temporal (tiempo corto)
coyuntura.
y de espesor (superficie). La distinción
En tanto a nivel de la estructura o modo
de niveles y dimensiones permite com-
de producción se trata de descifrar las
prender la variedad de problemas posi-
bases sobre las que se desarrolla y orga-
bles de abordar y la riqueza de catego-
niza la reproducción material, los con-
rías que reclama el análisis.
glomerados sociales que de allí se des-
prenden (clases sociales) y, por tanto, las En general, a pesar de esta riqueza
bases de los enfrentamientos sociales (o de elementos teóricos y metodológicos
lucha de clases), en los niveles más de se hace presente en el marxismo una
superficie la tarea es descifrar la diná- cierta tendencia a privilegiar los niveles
mica que asumen estos procesos, su des- más abstractos y generales, mostrando
pliegue en el espacio y el tiempo y su dificultades para aprehender fenóme-
capacidad de incidencia en la reproduc- nos de corta duración y de superficie,
ción y transformación de las estructuras. los fenómenos de coyuntura13 y los que
Ya hemos señalado que en la noción se expresan en espacios locales. Teóri-
de modo de producción el análisis mar- camente es más cómodo permanecer
xista privilegia las dimensiones espesor en los grandes niveles y en las catego-
y temporalidad. El modo de producción rías y articulaciones generales que dar
permite comprender y periodizar el mo- cuenta de procesos y fenómenos más

18
Estructuras, sujetos y coyuntura: desequilibrios y arritmias en la historia

específicos. Así, un error recurrente una categoría clave para captar la dis-
desde esta perspectiva analítica, al no continuidad y la arritmia social en la
realizarse las mediaciones conceptua- historia.
les y metodológicas que se requieren,
es que las estructuras, la larga duración
y los grandes espacios regionales ter- La coyuntura
minen aplastando a las coyunturas y a
los procesos en dimensiones locales. La relación entre las dimensiones espe-
sor y temporalidad nos permite definir
la noción de coyuntura. Hablamos de
LA COYUNTURA COMO CONDENSACIÓN coyuntura cuando nos referimos al ni-
DE TIEMPOS Y ESPESORES vel más inmediato de la realidad social,
el espesor de superficie, y a un segmen-
Las arritmias en los movimientos to de tiempo corto específico, aquél en el
de la sociedad que se condensa tiempo social. Una co-
yuntura, por lo tanto, es un cruce entre
La sociedad no se mueve siempre con aquellas dos dimensiones de la totali-
el mismo ritmo. A diferencia del tiempo dad social.
cronológico o físico, que es homogéneo Al igual que no hablamos de cual-
y continuo, el tiempo social se dilata y quier tiempo corto, la coyuntura tam-
se condensa, provocando que en cierto poco se refiere a cualquier momento del
momentos de la vida social pareciera espesor de superficie, sino a aquél en
que no ocurre nada y que en otros su- el cual las estructuras y la superficie
ceda todo, o casi todo. tienden a condensarse, esto es, a redu-
Entre las “capas” o espesores de la cir la distancia que en tiempos nor-
realidad social, el nivel profundo por lo males las separa, por lo que se elimina
general no se manifiesta de inmedia- —en mayor o menor medida— la opaci-
to. Se encuentra velado por el espesor dad de la superficie, y ésta gana en capa-
de superficie. Pero en momentos espe- cidad de develar los procesos estructu-
ciales, los espacios entre superficie y rales. O, dicho de otro modo, la estructura
nivel profundo se reducen, los velos se irrumpe en la superficie societal, que-
rompen y los procesos profundos irrum- dando más o menos desnuda.
pen en la superficie. En síntesis, una coyuntura es una
Todo esto nos pone ante un asunto condensación particular de espesores
central: los movimientos y ciclos de la de la realidad y de tiempo social, en donde
sociedad no son homogéneos y presen- las procesos profundos y de la larga du-
tan arritmias que el análisis debe ser ración se hacen visibles en la superficie
capaz de captar. Aquí se hace necesa- y en el tiempo corto. De manera gráfica,
rio introducir la noción de coyuntura, la coyuntura se expresa así:

19
Jaime Osorio

GRÁFICA 1
Condensación del tiempo social y de los espesores en la coyuntura

Superficie

Profundo

Los ritmos de la larga duración se las fracciones se convierten en el punto


intensifican en momentos de condensa- nodal del análisis político. Ello es así
ción de tiempo social, para toparse con porque en las coyunturas lo que tene-
los que presenta el tiempo corto. Los mos es una intensificación de la lucha
procesos profundos, a su vez, se apro- por el poder político.
ximan a la superficie y quedan expues- De aquí se deriva un problema cen-
tos a ser develados y transformados. tral del análisis de coyuntura: elaborar
En otras palabras, la estructura se con- los instrumentos conceptuales y meto-
vierte en una unidad visible y maneja- dológicos que hagan posible medir y
ble en la superficie y en el tiempo corto. calibrar los cambios en las correlacio-
La condensación de tiempo social es nes de fuerza entre clases sociales, frac-
mayor en periodos de crisis social y mu- ciones y sectores.
cho más si esas crisis sociales alcanzan El problema es teóricamente com-
el rango de crisis revolucionarias, esto plejo y difícil de operar con él. La so-
es, cuando está puesta a la orden del día ciedad es una entidad tremendamen-
la posibilidad de modificar las estruc- te compleja y heterogénea y, además,
turas de la sociedad. Estos no son mo- las clases sociales (y sus diversas frac-
mentos permanentes. Son momentos ciones y sectores) tienden a hacer po-
históricos particulares de las socie- lítica a través de múltiples instrumen-
dades. tos de representación, lo que complica
Un elemento significativo en las co- el análisis.
yunturas es la síntesis de procesos de Pero en situaciones de crisis revo-
variada naturaleza (económicos, socia- lucionarias los heterogéneos conglome-
les, políticos y culturales) en el campo rados que existen en la sociedad tienden
de la política. Los cambios en las co- a conformar grandes bloques. En mo-
rrelaciones de fuerza entre las clases y mentos así las sociedades se polarizan,

20
Estructuras, sujetos y coyuntura: desequilibrios y arritmias en la historia

estableciéndose un reordenamiento de de las causas por las cuales Braudel, en


fuerzas en donde la gran heterogeneidad su afán de hacer un nuevo tipo de his-
social apunta a simplificarse en sus ex- toria, que vaya más allá de los simples
presiones políticas. acontecimientos, termine desvalori-
Esto exige contar con categorías que zando el tiempo corto y los procesos que
permitan comprender la condensación en ese periodo alcanzan significación.
de fuerzas sociales. Por lo pronto, puede Los esquemas teóricos permiten
mencionarse que conceptos como los abordar con mayor o menor éxito los
de bloque en el poder, alianza de clases, procesos de continuidad social y de rup-
hegemonía, escena política, clase rei- tura. Algunos ponen énfasis en la conti-
nante, clase política, fuerza social, etcé- nuidad y están menos preparados para
tera, pueden ser útiles.14 analizar el cambio, por lo que tienden
El develamiento de las estructuras a asumir las transformaciones como
en la superficie y la estrecha articula- procesos ajenos a la propia dinámica
ción de tiempos de larga y corta du- societal, o bien asumen el cambio en las
ración es lo que hace de las coyunturas estructuras, teniendo dificultades para
(y más de las coyunturas revolucio- comprender el cambio de las estructuras.
narias) momentos particularmente re- Otros esquemas privilegian las rup-
levantes para el análisis: los procesos turas y tienden a estar menos prepara-
sociales se presentan al investigador de dos para analizar la continuidad. Pero
manera intensa y con menor opacidad aun asumiendo que el cambio es per-
que la acostumbrada. De esta forma, manente, la realidad social cuenta con
esta unidad se convierte en un segmen- procesos que se despliegan en espeso-
to privilegiado del análisis social. res y temporalidades en donde, en de-
Desde la perspectiva que aquí se in- terminadas condiciones, la continui-
dica es necesario distinguir la coyuntu- dad prevalece. Por ejemplo, patrones
ra del acontecimiento. La primera ya la culturales que permanecen a pesar de
hemos caracterizado. El acontecimien- grandes transformaciones sociales.
to, por su parte, es más bien un ele- Existen a lo menos dos tipos de co-
mento puntual significativo (el asesi- yunturas: unas en donde los cambios
nato de un personaje, por ejemplo), que en las correlaciones de fuerza favorecen
puede —o no— dar inicio a una co- modificaciones en la situación de las
yuntura. Estas nociones se apartan de clases sociales, pero sin alterar radical-
cómo son concebidas en el esquema mente la relación existente entre clases
teórico de Braudel, para quien el acon- dominantes-clases dominadas, como
tecimiento se identifica con el tiempo los cambios al interior de estos conglo-
corto y la coyuntura con el tiempo me- merados sociales; y otras, las coyun-
dio. La no distinción conceptual entre turas revolucionarias, en donde los
tiempo corto y acontecimiento es una cambios en las correlaciones de fuerza

21
Jaime Osorio

permiten modificar sustantivamente ESTRUCTURAS Y SUJETOS:


aquella relación. UNA RELACIÓN DESEQUILIBRADA
Sobre estas bases se deben discutir
las visiones que entienden la historia ¿Qué elementos deben prevalecer en el
como una sumatoria de coyunturas, análisis: las estructuras o los sujetos?
una formulación que introduce confu- Cuando nos referimos a los sujetos, ¿de
siones a lo menos en los siguientes pro- quiénes hablamos?: ¿de clases socia-
blemas: les?, ¿de movimientos sociales? ¿de in-
dividuos?
1. La historia social es heterogénea, En las preguntas anteriores se en-
discontinua y presenta momen- cierra un cúmulo de problemas centra-
tos con distintos ritmos sociales. les en el análisis social, que nos enfrentan
La propuesta de una sumato- a “la crucial ambivalencia de nuestra
ria de coyunturas apunta a una presencia humana en nuestra pro-
idea de historia continua y con un pia historia, en parte como sujetos y
ritmo constante. en parte como objetos...” (E. P. Thomp-
2. La coyuntura es un momento son, citado por Anderson, 1985: 18).
particular de las sociedades, Las distinciones entre diversos espeso-
aquél en el cual el ritmo societal res y periodizaciones nos permiten de-
se acelera y en el que se hace po- sagregar algunos problemas referidos
sible un cambio en las relaciones a la relación estructura-sujeto.
de fuerza entre las clases y cam- Frente a esa relación, los análisis so-
bio de las estructuras. Momentos ciales pueden moverse en la siguientes
como éstos no están presen- polos: por un lado, estudios en donde
tes todos los días en las socieda- desaparecen los sujetos (individuales y
des. Suponer a la coyuntura como colectivos), por lo que tenemos procesos
unidad de la historia lleva a pen- puramente estructurales o sistémicos.
sar que los tiempos sociales son Las estructuras no sólo ocultan a los
tiempos de permanente revolución. sujetos, sino que literalmente terminan
Por otro lado, apunta a perder aplastándolos,16 o reduciéndolos a en-
de vista la especificidad de la co- torno de un sistema.17 Y por otra parte,
yuntura. estudios en los que las estructuras y
sus determinaciones quedan excluidas
Estos argumentos sirven a su vez y nos enfrentamos a actores (indivi-
para cuestionar las visiones en donde duales o colectivos) que actúan flotando
la historia aparece como una combi- en el aire, suponiéndolos capaces de
nación de tiempos que se funden en la hacer la historia que quieran.18
larga duración y en donde ésta es la que De cara a esta polarización, habría
prevalece.15 que afirmar que en ningún caso, cual-

22
Estructuras, sujetos y coyuntura: desequilibrios y arritmias en la historia

quiera sea el espesor o cualquiera la ductores de acero y armas alemanes.


periodización, debe desaparecer la re- El análisis social no puede reducirse a
lación estructura-sujeto. Sin embargo, la acción de actores individuales.
es importante considerar que los sujetos Muchos ordenamientos que pode-
y la noción de sujetos se redefine en fun- mos realizar en la superficie y en el cor-
ción del espesor y de la temporalidad to plazo adquieren sentido cuando los
asumida, por lo que no siempre, en cual- engarzamos con la estructura y con el
quier nivel y en cualquier tiempo, esta- tiempo largo. De esta forma, los actores
mos haciendo referencia a los mismos sociales, sean individuos o colectivos,
actores. ya no aparecen sin referentes a elemen-
En las estructuras, lo que tenemos tos duros de la complejidad social, y sus
son grandes agrupamientos sociales, su- acciones tienden así a ganar sentido,
jetos colectivos. Y ello es así porque en incluso para comprender la distancia
este nivel lo que importa son los cimien- que pueden ganar por sobre los factores
tos de la organización societal, por lo que estructurales.
se destacan los agrupamientos huma- Pero debemos avanzar algunos pasos
nos que de allí se derivan. Por tanto, en más en el desciframiento de la relación
este espesor las historias individuales estructuras-sujetos. Las estructuras y
y los actores individuales no encuen- los sujetos mantienen en la historia una
tran buena ubicación. Las clases so- relación desequilibrada: hay tiempos so-
ciales son quizá el más conocido y útil ciales en donde prevalece uno y tiem-
de los sujetos a este nivel de análisis. pos sociales en donde prevalece otro.
Es en la coyuntura (y en el espesor La historia no es una relación de equi-
inmediato, la formación social) en librio entre estos elementos, en donde,
donde los actores individuales no sólo al mismo tiempo, ambos mantienen la
adquieren visibilidad sino que pasan a misma preponderancia.
ocupar un papel destacado para com- En momentos normales, en donde
prender la dinámica de los procesos el tiempo social se dilata y se mueve
societales. Hitler, por ejemplo, le otor- con la cadencia de lo cotidiano, de lo
gó al nazismo una impronta particular previsible de un día con otro, los hom-
con su liderazgo. Sin embargo, el realce bres tienden a organizar su vida social
del papel de los individuos no implica en torno a rutinas dentro de espacios
abandonar la noción de los agrupa- sociales acotados; por ejemplo, hay que
mientos sociales mayores. Al fin y al cabo, trabajar para sobrevivir. Entre los facto-
para seguir con el ejemplo, el nazismo res sustantivos, las condiciones de clase
respondió a procesos de la sociedad ale- determinan, en líneas gruesas, las
mana que rebasaban la personalidad modalidades de sobrevivencia y el tipo
de Hitler y permitió, entre otras cosas, de actividades dentro de las cuales se
el fortalecimiento de los grandes pro- trabaja. La libertad también se ejerce

23
Jaime Osorio

en espacios sociales específicos: se puede sociales los sujetos desarrollan capa-


elegir dónde trabajar, pero si se es obre- cidades que les permiten pasar de re-
ro el rango de opciones es más o menos productores de estructuras, que es lo
limitado a esa situación social. Exis- que ocurre en tiempos sociales dilata-
te libertad respecto a cómo ocupar el dos, a creadores de estructuras. En las
tiempo libre, pero las posibilidades de coyunturas los sujetos prevalecen sobre
uso de ese tiempo también estarán mar- las estructuras.
cadas en lo fundamental por la condición Sin embargo, no debe olvidarse que
social. Así, para un obrero, la opción de éstos son momentos de gran conden-
irse de vacaciones al Caribe no existe sación de tiempo social y son reducidos
como posibilidad de elección real. desde el punto de vista del tiempo
De esta forma, en tiempos sociales cronológico en la vida de la mayoría de
dilatados, las estructuras tienden a pre- los hombres y de las sociedades. No en
valecer sobre los sujetos, fijando un cierto todo momento los sujetos están en con-
espacio de acción social.19 Y esos son diciones de modificar radicalmente las
los tiempos cronológicos que tienden a condiciones sociales de su existencia,
prevalecer en la vida de la mayoría de ni las sociedades de revolucionarse.
los hombres.
La situación es distinta en momen-
tos de tiempos sociales condensados y A MODO DE CONCLUSIÓN:
de condensación de los espesores de la DETERMINISMO Y VOLUNTARISMO
realidad social, en definitiva, en las co-
yunturas. Aquí, los sujetos muestran Los elementos considerados permiten
toda su capacidad de hacer historia, de ponderar de mejor manera los esfuerzos
recrear historia, rebasando los límites teóricos por reivindicar el papel del su-
que imponen las estructuras. En la re- jeto en la historia, tema que de manera
volución mexicana, por ejemplo, muchas recurrente vuelve a ganar vida en la his-
mujeres rompieron con las ataduras que toria de las ciencias sociales. Se puede
las amarraban a la cocina y a la vida afirmar que cualquiera sea la dimen-
hogareña, y se unieron a campesinos sión del análisis que realicemos, los su-
para dar vida a los ejércitos agraristas. jetos deben hacerse presentes. En unos
Llegaron lejos en su arremetida contra casos hay mejores condiciones para
las estructuras: se cruzaron cananas en observar sujetos colectivos; en otros,
el pecho y tomaron las armas, y vivie- sujetos individuales. Sin embargo, ello
ron su sexualidad de una manera dis- no puede suponer que los sujetos están
tinta a la que prevalecía en la época. en condiciones de escribir cualquier
Acontecimientos extraordinarios historia en cualquier momento. Con
como el ejemplo anterior son recurren- Marx podríamos decir que “los hombres
tes en las coyunturas. En estos tiempos hacen su propia historia, pero no la

24
Estructuras, sujetos y coyuntura: desequilibrios y arritmias en la historia

hacen a su libre arbitrio, bajo circuns- lisis que integra el tiempo social dilatado
tancia elegidas por ellos mismos, sino y el tiempo social condensado, acerca
bajo aquellas circunstancias con que de cómo uno y otro se intervienen mu-
se encuentran directamente, que exis- tuamente, del peso de las estructuras y
ten y que les han sido legadas por el de las posibilidades revolucionarias de
pasado” (Marx, 1980: 408). los sujetos.
El peso diferenciado que alcanzan
las estructuras y los sujetos, en distin-
tos momentos, permite comprender las NOTAS
críticas formuladas al marxismo, en
1
tanto teoría determinista, por un lado, Carlos Aguirre puntualiza que junto a
la geografía y el clima, la estructura in-
y teoría voluntarista, por otro. Marx se
corpora los elementos de la “civilización
ubicaría en el primer sesgo y Lenin sería material” o “vida material”, tales como
el mejor ejemplo del segundo. Sin em- “los movimientos de población”, “el tipo
de productos susceptibles de ser creados”,
bargo, lo que está presente en el mar-
“el carácter de los objetos de trabajo,
xismo es la posibilidad de integrar en de los materiales para la construc-
su cuerpo teórico el papel de las estruc- ción, de los instrumentos, de las fuen-
turas y los sujetos y comprender las ra- tes de energía disponibles para los pro-
cesos productivos o la especificidad de
zones del desequilibrio en su relación. la relación entre el campo y la ciudad”
Marx y Lenin están preocupados por (véase Aguirre, 1990: 41).
2
la transformación societal. El primero Para una interesante exposición del
sentido teórico y epistemológico de la
enfatiza en su análisis las determina- propuesta braudeliana de larga dura-
ciones de cómo los hombres hacen his- ción (véase Aguirre, 1995).
3
toria y cómo emergen contradicciones Véase Braudel, 1993, en especial el ca-
pítulo III, “El tiempo en el mundo”.
que posibilitan las transformaciones so- 4
Utilizo la noción de empirismo para des-
ciales, a partir de los enfrentamientos tacar el uso de datos e información, pero
entre los que considera conglomera- sin un cuerpo conceptual desarrollado
en donde aquéllos alcancen expli-
dos sociales fundamentales para en- cación. A esto se refiere Jean Ches-
tender el cambio: las clases sociales. neaux, pertinente al análisis braudelia-
Lenin, por su parte, acentuará el análi- no, cuando indica que “se acumularán
las informaciones sobre la alimenta-
sis de aquellos elementos que hacen po-
ción en el siglo XVII, pero el lector apenas
sible a los hombres crear coyunturas y sabrá quién come bien y quién come
convertirlas en detonantes de nuevas mal, ni por qué...” (Chesneaux, 1990:
149-150).
oganizaciones societales.20 5
En relación con la configuración de un
Desde esta perspectiva, el “determi- “capitalismo en potencia”, Braudel
nismo” de Marx y el “voluntarismo” de señala acuerdos con autores que van
Lenin no responden a dos visiones dis- desde los que ubican sus orígenes en
el mundo babilónico, hasta los que lo
tintas del marxismo, que se excluyen. insertan en el siglo XIII. Junto a esta in-
Son dos caras de un paradigma de aná- definición, Romano descubre “una

25
Jaime Osorio

cierta confusión” en el término mercado parte, los sistemas mundiales” (Wa-


empleado por Braudel, y le parece “que llerstein, 1979: I, 490).
12
el capitalismo de Braudel (...) contiene Wallerstein, 1996; en especial los capí-
un vínculo demasiado estrecho (y, una tulos 4: 75-94, “¿Tres ideologías o una?
vez más, demasiado “eterno”) entre La seudobatalla de la modernidad”, y
poder económico y poder tout court” 13: 731-249, “El colapso del liberalismo”.
13
(véase Romano, 1997: 14-16). Esta dimensión del análisis quizá sólo
6
La tercera parte de El Mediterráneo (Los fue asumida de manera creativa por algu-
acontecimientos, la política y los hom- nos clásicos del marxismo, como Lenin,
bres) está referida al tiempo corto, con Trotsky y Rosa Luxemburgo y concluyó
énfasis en los elementos políticos y con Gramsci. De allí en adelante es di-
militares, pero, a juicio de Romano, se fícil mencionar algún nombre, en el cam-
descuida los elementos económicos y po del marxismo, que haya abordado
sociales de este tiempo. Lo más serio el análisis de coyuntura con la riqueza
es que no aparecen en esta obra las re- de los autores antes mencionados.
14
laciones entre la larga duración (fac- Un análisis de estas y otras categorías,
tores geográficos y climatológicos), la puede encontrarse en el libro de Ni-
historia coyuntural (factores sociales y cos Poulantzas (1969). Estas categorías
económicos) y la historia événementielle quizá siguen siendo demasiado grue-
(factores políticos y militares). Véase sas para la fineza que reclama el aná-
Romano, 1997, en especial el capítulo lisis de coyuntura, pero nos aproximan
III, “La Mediterranée”: 61-79. al problema.
7 15
En los estudios sobre la alimentación en “Entre los diferentes tiempos de la histo-
el siglo XVII —a los que se refiere Ches- ria —escribe Braudel— la larga duración
neaux y a los que hemos hecho refe- se presenta, pues, como un personaje
rencia anteriormente— “se acumularán embarazoso, complejo, con frecuencia
las informaciones (...) pero el lector inédito. Admitirla en el seno de nuestro
apenas sabrá quién come bien y quién oficio no puede representar un simple
come mal, ni por qué, ni el papel del juego, la acostumbrada ampliación
hambre y de la saciedad en el equili- de estudios y de curiosidades. (...) Para
brio de las fuerzas políticas y en las lu- el historiador, aceptarla equivale a pres-
chas de clases” (Chesneaux, 1990: 149- tarse a un cambio de estilo, de actitud,
150; cursivas en el original). a una inversión de pensamiento, a una
8
Ésta es una de las consecuencias de nueva concepción de lo social. (...) La
la ambigua definición de capitalismo en totalidad de la historia puede, en todo
Braudel, que convierte a éste en una caso, ser replanteada como a partir de
categoría “cuasi eterna”, al decir de Ro- una infraestructura en relación a estas
mano (véase Romano, 1997: 13). capas de historia lenta. Todos los ni-
9
“El moderno sistema, mundial tomó la veles, todos los miles de niveles, todas
forma de una economía-mundo capi- las miles de fragmentaciones del tiem-
talista” en el “largo siglo XVI” y “tuvo su po de la historia, se comprenden a par-
génesis en Europa” (véase Wallerstein, tir de esta profundidad, de esta semiin-
1979: II, 12). movilidad: todo gravita en torno a ella”
10
“Hemos insistido en que la moderna (Braudel, 1992: 74).
16
economía-mundo es, y sólo puede ser, “Cuando pienso en el individuo, me
una economía mundo-capitalista” (Wa- siento siempre inclinado a verlo prisio-
llerstein, 1979: I, 494). nero de un destino en el que él tiene poco
11
“...los únicos sistema sociales reales que hacer, fijo en un paisaje en el que
son, por una parte, las economías rela- las infinitas perspectivas del largo plazo
tivamente pequeñas, altamente autó- se pierden en la distancia (...)” (F. Brau-
nomas, de subsistencia (...); y, por otra del, citado por Stuart Clark, 1988: 175).

26
Estructuras, sujetos y coyuntura: desequilibrios y arritmias en la historia

17
Como ocurre en la propuesta sistémica Bagú, Sergio
de Niklas Luhmann, que conduce a “un 1970 Tiempo, realidad social y conoci-
concepto de sociedad radicalmente an- miento, Siglo XXI, México.
tihumanístico” (véase de Luhmann y De Bloch, Marc
Georgi, 1993: 33). 1952 Introducción a la historia, Fondo
18
No es ajena esta imagen a la visión li- de Cultura Económica, México.
beral del mundo, en donde se supone Braudel, Fernand
que todos podemos ser Rockefeller, si 1976 El Mediterráneo y el mundo medi-
nos lo proponemos y aprovechamos las terráneo en la época de Felipe II,
oportunidades. Pareciera que no hay Fondo de Cultura Económica,
nada que ponga límites a esa meta, que México, 2 tomos.
no sea nuestro esfuerzo y nuestro tra- 1992 La historia y las ciencias sociales,
bajo, y quizá, un poco de suerte. Alianza Editorial, México.
19
Tema que no contempla, por ejemplo, 1993 La dinámica del capitalismo, Fon-
la escuela del public choise. Aquí los do de Cultura Económica, México
hombres buscan maximizar beneficios, (primera reimpresión) [1984].
pero sin contextos. Al asumir como un Buchanan, J. y Tullock, G.
dato dado el problema de las diferencias 1993 El cálculo del consenso, Planeta,
sociales, este cuerpo teórico se desen- Barcelona.
tiende muy fácilmente del problema Clark, Stuart
(véase Buchanan y Tullock, 1993). 1988 “Los historiadores de Annales”,
20 en Quentin Skinner (comp.), El
Esto no significa avalar las propuestas
retorno de la gran teoría, Alianza
leninistas en materia de organización
Editorial, Madrid.
política. Simplemente queremos des-
Chesneaux, Jean
tacar el énfasis sobre las posibilidades
1990 ¿Hacemos tabla rasa del pasa-
de acción de los sujetos sociales en su
do?, Siglo XXI, México (undécima
análisis.
edición) [1977].
Elias, Norbert
BIBLIOGRAFÍA 1989 Sobre el tiempo, Fondo de Cultura
Económica, México.
Hiernaux, Daniel
Aguirre, Carlos 1991 “En la búsqueda de un nuevo
1986 “Hacer la historia, saber la his- paradigma regional”, en Blanca
toria: entre Marx y Braudel”, en Ramírez (coord.), Nuevas ten-
Cuadernos Políticos, núm. 48, oc- dencias en el análisis regional,
tubre-diciembre, México. Universidad Autónoma Metro-
1990 “Entrevista a Fernand Braudel politana-Xochimilco, México.
en sus ochenta años de vida”, en Luhmann, Niklas y Raffaele De Georgi
Ensayos, núm. 122, División de 1993 Teoría de la sociedad, Universi-
Estudios de Posgrado-Facultad dad de Guadalajara/Universidad
de Economía-Universidad Nacio- Iberoamericana/Instituto Tecno-
nal Autónoma de México, México. lógico y de Estudios Superiores
1995 “La larga duración: in illo tempore de Occidente, México.
et nunc”, en Segundas Jornadas Marx, Karl
Braudelianas, Instituto Mora- 1971 Elementos fundamentales para la
Universidad Nacional Autónoma crítica de la economía política (bo-
de México, México. rrador) 1857-1858, tomo I, Siglo
Anderson, Perry XXI, México.
1985 Teoría, política e historia. Un de- 1973 El Capital, Fondo de Cultura Eco-
bate con E.P. Thompson, Siglo XXI, nómica, México, 3 tomos (sépti-
Madrid. ma reimpresión).

27
Jaime Osorio

1980 El 18 Brumario de Luis Bonapar- Ramírez, Blanca (coord.)


te, en C. Marx-F. Engels Obras Es- 1991 Nuevas tendencias en el análisis
cogidas, t. I, Editorial Progreso, regional, Universidad Autónoma
Moscú, 3 tomos. Metropolitana-Xochimilco, México.
1980a El manifiesto comunista, en C. Wallerstein, Immanuel
Marx-F. Engels Obras Escogidas, 1979 El moderno sistema mundial,
t. I, Editorial Progreso, Moscú, 3 Siglo XXI, México, 2 tomos.
tomos. 1983 “La crisis como transición”, en
Samir Amin et al., Dinámica de
1980b La ideología alemana, en C. Marx-
la crisis global, Siglo XXI, México.
F. Engels Obras Escogidas, t. I,
1990 “1968, revolución en el sistema-
Editorial Progreso, Moscú, tres
mundo. Tesis e interrogantes”, en
tomos. I. Wallerstein et al., El juicio al su-
1980c Prólogo de la Contribución a la crí- jeto, Facultad Latinoamericana de
tica de la economía política, en C. Ciencias Sociales-Porrúa, México.
Marx-F. Engels Obras Escogidas, 1990a “Análisis de los sistemas mundia-
t. I, Editorial Progreso, Moscú, tres les”, en Anthony Giddens et al.,
tomos. La teoría social hoy, Grijalbo/
Poulantzas, Nicos Consejo Nacional para la Cultura
1969 Poder político y clases sociales en y las Artes, México.
el Estado capitalista, Siglo XXI, 1996 Después del liberalismo, Siglo XXI,
México. México.

28

S-ar putea să vă placă și