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GIRD: _ EL CASO DE EBOLA EN AFRICA 2014

Presentado por: Daniela López Valderrama.

Área: SEMINARIO ELECTIVA

Dirigido al Profesor: GABRIEL OROZCO

Maestría en Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Universidad de San Buenaventura

Diciembre 9 de 2014

Resumen: En un mundo globalizado, las enfermedades también son globalizadas. La actual

epidemia del Ebola del 2014 es el resultado de una acumulación histórica de amenazas

naturales y antrópicas, cuya comprensión pudo hacer evitable la crisis humanitaria que

experimenta el continente. La vulnerabilidad en la región reúne todas las características para

que la enfermedad se convierta en una infección endémica del lugar, con la capacidad

suficiente para propagarse en el resto del mundo. Una acción conjunta de carácter

internacional es necesaria para abordar las principales amenazas que se derivan de un tardío

diagnostico e insuficiente tratamiento a los enfermos; así como los derivados de la falta de

confianza social que reduzca el numero invisible de enfermos que eluden los sistemas de

monitoreo e impiden estimar un verdadero diagnostico de la vulnerabilidad y una Gestión

Integrada de Riesgo que lo contrarreste.

Palabras Claves: Globalización, Ebola, Epidemia Ebola 2014, Gestión, Riesgos, Crisis
Introducción

En marzo 23 de 2014, La Organización Mundial de la Salud – OMS-, fue notificada con la

existencia de un brote del Ébola Virus en Guinea. En Agosto 8, la OMS declaró el brote

como una “emergencia de salud pública de interés internacional”. La naturaleza de la

transmisión en contextos de extrema pobreza, las al menos 5459 muertes y los 15.351

casos – antes de noviembre de 2014-, han demostrado nuevamente los problemas de

desarrollo africanos, traducidos en disfuncionales sistemas de salud, y vulnerables

estructuras político-civiles para el manejo del riesgo y la contención fronteriza del

contagio. Mientras el temor y la paranoia cunden en las ciudades más calientes, en el

mundo occidental es normal encontrarse con alocuciones que incitan a la tranquilidad pero

que al mismo tiempo evocan un sutil tono que subestimar la propagación del virus fuera

de África.

“Diez razones para no temerle al Ébola”, publicado el 11 de Agosto de 2014 por Paula

Ándalo en el portal de salud de Univisión Noticias; “El Ébola te asusta?, 5 razones para no

preocuparse” publicado por Bárbara Álvarez en Octubre de 2014 en el Huffington Post; y

“Esta bien no preocuparse por el Ebola en NYC” publicado en Forbes en Octubre del

2014, son algunos de los títulos que inspiraron el siguiente ensayo.

Si bien los títulos anteriores evocan un llamado a controlar el pánico en las populosas

ciudades del primer mundo, al mismo tiempo el contenido de los artículos resulta clave

para analizar las causas que han desatado el Ebola como una emergencia de salud sub

regional en África. De acuerdo con Orozco y Guevara (2011), “los desastres afectan de

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forma más severa a los países y comunidades en mayor grado de pobreza”; sin embargo,

pensar el Ébola como una epidemia confinada exclusivamente a las ruinosas ciudades

Africanas hace aún más vulnerables a los países que subestiman el contagio. Es claro que

la evidencia científica denota una relación positiva entre el Desarrollo como un elemento

que reduce la propensión al riesgo de desastre, sin embargo, resulta inconveniente

subestimar la gestión del riesgo en otros países, porque eso aumenta exponencialmente la

sensibilidad al contagio. Por lo anterior resulta vital analizar la experiencia africana,

extraer lecciones y aprendizajes para mitigar la posibilidad de contagio en países como

Colombia. En un mundo globalizado, las enfermedades también son globalizadas.

Dado lo anterior, el presente ensayo tiene como propósito efectuar un diagnostico de la

epidemia del Ebola en África, a 9 meses del brote inicial, con el fin de identificar los

puntos centrales relacionados con los factores y la dinámica del riesgo propuesto en el

análisis de Orozco y Guevara sobre Gestión Integrada del Riesgo y Desastre – GIRD-.

Para ello se empleará la conceptualización sobre el riesgo propuesta por los autores que

define la GIRD como un “proceso social y político, sistemático y continuo”, que

reconstruye la existencia de amenazas y la posibilidad del desastre para la disminución del

riesgo.

En la primera parte se presentará una síntesis de los diversos informes epidemiológicos

que han emitido las revistas electrónicas de medicina y la OMS con el propósito de tener

un panorama del brote; en el siguiente apartado se pretende analizar los factores del

riesgo de desastres que denotan deficiencias en la GIRD de los países africanos donde

ocurre la epidemia. Como conclusión se pretenderá hacer una aproximación a la relación

del desastre y desarrollo que se puede interpretar tras la exposición social, económica,

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ambiental y humana que han padecido los países africanos durante el combate a la

epidemia en 2014.

I. LA EMERGENCIA INTERNACIONAL DEL EBOLA

La presente epidemia del Ébola ha causado más muertes que ningún otro brote de fiebres

hemorrágicas ha causado con anterioridad. El primer caso fue reportado el 13 de

Diciembre de 2013, pero se presume que no fue el primero. Cabe resaltar que el virus

saltó de pequeñas comunidades rurales a grandes ciudades africanas occidentales, donde

los sistemas de salud fueron incapaces de contrarrestar la velocidad del contagio. Para

Agosto 8 del 2014, habían transcurrido 33 semanas del brote, y la OMS declaró la

epidemia como una emergencia de salud pública de interés internacional – PHEIC-,

tomando como base la continua transmisión del Ebola en las comunidades y en los centros

hospitalarios, la alta tasa de mortalidad de la enfermedad y las deficiencias en los

servicios médicos de Guinea, Liberia, Sierra Leona, Nigeria y los países vecinos. Un

PHEIC, es un instrumento de las Regulaciones Internacionales de Salud, y hace parte de

un acuerdo legalmente vinculante hecho por 196 países para contener una amenaza de

salud cuya propagación internacional puede traer consecuencias serias para el Desarrollo.

(Briand, y otros, 2014)

En efecto, para septiembre 14 de 2014, fecha en la que se emitió el primer reporte

epidemiológico, un total de 4507 de casos confirmados que incluían 2296 muertes por

Ebola Zaire, habían sido reportados en 5 países de África Occidental. Los primeros

síntomas de la enfermedad incluyen temperaturas de hasta 40 grados y fatiga corporal,

entre el tercer y quinto día de incubación, los síntomas gastrointestinales comienzan, con

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dolor gástrico, nausea, vómitos, diarrea. Los pacientes usualmente se presentan en los

hospitales después de 2 o 3 días de vómitos y diarrea severa, durante los cuales suponen

los mayores riesgos para sus comunidades. PCR – Reacción en Cadena Polimerasa-, es la

prueba que se emplea para descartar la enfermedad, y resulta realmente concluyente

después de 72 horas de que los síntomas empiecen. Resulta curioso que de los pacientes

positivos en Ebola, ninguno se encontraba consciente de haber contraído la enfermedad

por exposición a un infectado (Frieden, Damon, Bell, Kenyon, & Nichol, 2014).

Lo anterior indica que la propagación del virus sobrepasa las medidas de control y

vigilancias, en otras palabras, crece el número de pacientes invisibles que escapan el

monitoreo y propagan con mayor rapidez la enfermedad. (Organización Panamericana de

la Salud , 2014)

El foco de la enfermedad se concentró inicialmente en Guinea, pero posteriormente se fue

trasladando a Liberia, Nigeria, Senegal y Sierra Leona. Los resultados de los reportes

demuestran que la mayoría de los pacientes se encuentran entre los 15 a los 44 años de

edad, con una prevalencia que afecta proporcionalmente a la población masculina y la

femenina - 49,9%-. La tasa de mortalidad se ubica en el 70.8%, tras un periodo de

incubación de 11.4 días. Tomando como punto de partida los actuales números de

replicación viral, la tasa actual de infectados se duplica cada 15,7 días en Guinea. De

manera similar ocurre en Liberia, cuya tasa de replicación viral es de 23,6 días y 30,2 días

para Sierra Leona. Lo anterior se traduce en que para Noviembre de 2014, el número de

casos probables puede llegar a ser 5740 en Guinea; 9890 en Liberia y 5000 en Sierra

Leona, excediendo los 20.000 casos en total. Estos números tienen implicaciones al
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momento de analizar la Gestión de Riesgos en los países afectados, ya que sin

mejoramientos drásticos en el control de la epidemia, el número de casos y muertes de

Ebola, se esperan que continúen aumentando de cientos a miles por semana en los

próximos meses. (World Health Organization , 2014)

Desde 1976 hasta la fecha, la principal estrategia de control de la enfermedad en áreas

carentes de servicios médicos, ha consistido en la cuarentena de los enfermos. Esta

estrategia aunque ha resultado ser efectiva en pequeñas y remotas poblaciones, ofrece

poca esperanza de recuperación a los infectados y a los familiares expuestos al virus, así

como tampoco rompe con las cadenas de transmisión a centros urbanos, agudizado

además de todo, por motivos culturales. (Chertow, y otros, 2014)

Es por ello que las inmediatas prioridades de control se resumen en el fortalecimiento

publico-civil de los servicios médicos. En primer lugar se encuentra la optimización del

diagnostico de los pacientes aislados, sistemas de rastreo, estricta adhesión a las guías de

manejo en los laboratorios, procedimientos adecuados para el cuidado de enfermos en

cuarentena, suministro de equipo de bioseguridad para los proveedores de salud, correcta

desinfección de objetos contaminados. Asimismo el establecimiento de centros de

emergencia es crítico, por otra parte, resulta apremiante la necesidad de establecer

programas de movilización social culturalmente sensibilizadores, que permitan a las

comunidades afectadas entender y aplicar las medidas de control necesarias. (Briand, y

otros, 2014)

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La receta para el desastre en África Occidental ha mutado en una crisis humanaría de

cifras mayores que finalmente ha movilizado al mundo. Las respuestas de la comunidad

internacional han variado desde misiones médicas respaldadas por el Consejo de

Seguridad, hasta propuestas de intervenciones militares para restablecer el orden público.

DE acuerdo con Breman y Johnson (2014), el brote de Ebola del 2013-2014 tiene mucho

en común con el de 1976. Ambos son causados por la familia Zaire y comenzaron en

comunidades rurales, dónde la fauna local es cazada para servir de alimento.

Adicionalmente muchos pacientes llegaron enfermos con lo que inicialmente se pre

diagnosticó como malaria, fiebre tifoidea, fiebre de lassa, fiebre amarilla o influenza. El

staff hospitalario se expuso a los fluidos corporales de los pacientes, sin tomar los

protocolos necesarios para una enfermedad tan virulenta como el Ébola. De esta manera,

los casos fueron exportados a ciudades y las cadenas de transmisión fueron establecidas y

se fortalecieron sin contención y sin ningún tipo de prevención profesional.

Lo anterior indica que sin un esfuerzo total de la comunidad internacional, el virus del

Ébola puede convertirse en una enfermedad tan típica en África, como resulta ser el

dengue en Colombia, y adicionalmente puede convertirse en un gran reservorio del virus,

para expandirse a otras partes del continente y el mundo. En efecto, Farrar y Piot (2014),

concluyen su análisis argumentando que el presente brote del Ébola pudo haber sido una

crisis evitable. En primer lugar, tomó más de tres meses en diagnosticar las causas de las

muertes como Ebola; 5 meses y 1000 muertes después se declaró la situación como una

emergencia de salud pública; y tuvieron que transcurrir dos meses después para empezar a

recibir los primeros flujos de ayuda humanitaria.

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II. LA DINÁMICA DEL RIESGO: FACTORES DE RIESGO EN LA EPIDEMIA

DEL ÉBOLA

De acuerdo con Orozco y Guevara (2011), una GIRD supone en términos simples una

reconstrucción del riesgo. Para fortalecer la capacidad de respuesta frente a los diferentes

tipos de amenaza es necesario controlar los procesos de construcción del riesgo, ya que

estos resultan ser dinámicos y evolutivos en el tiempo. Los riesgos retan constantemente al

personal encargado de planificar y ejecutar políticas en territorios propensos a desastres

biológicos como el que ocurre actualmente en África Occidental.

En este sentido, un primer componente del Riesgo de Desastre se refiere a los eventos

físicos definidos en términos de amenazas. Por lo tanto entender las características, la

frecuencia y la naturaleza de un brote tan virulento como Ébola es el primer paso para la

planificación y ejecución de proyectos de Desarrollo, en una región que apunta a

convertirse en reservorio natural de una infección endémica.

En el caso de la epidemia del Ébola, la amenaza podría clasificarse en términos puramente

Biológicos ya que implica un proceso de origen orgánico que impacta en la salud y genera

trastornos societales en una comunidad. No obstante, podría mencionarse que esta

tipificación en parte es causante del desbordamiento epidemiológico que actualmente ha

convertido el brote en una pandemia. En la primera parte del ensayo se menciona que la

crisis del Ébola pudo ser evitable, ya que los cuadros clínicos y la mortalidad del contagio

se acoge a los parámetros de previos brotes, no obstante, amenazas de orden socio-

económico y geopolíticas, es decir, de tipo antrópico, le han dado un perfil más devastador

a la enfermedad.

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En este sentido, Farrar y Piot (2014), argumentan en su artículo “The Ebola Emergency

— Immediate Action, Ongoing Strategy”, que “las manifestaciones clínicas de la

enfermedad, la duración de ella, la alta tasa de mortalidad y el grado de replicación es

similar al de los 24 brotes previos. Es por ello, que la comunidad médica comparte la

noción que el actual brote se ha convertido en una pandemia de connotación internacional

no por las c características biológicas del virus, sino como “resultado de una combinación

disfuncional de los sistemas de salud, la indiferencia internacional, la alta movilidad de la

población, costumbres locales, y falta de confianza en las autoridades públicas después de

años de guerras civiles. Como resultado, La actual propagación del Ebola ha llegado a un

punto en el que se puede convertir en una infección endémica en África Occidental, a

causa de una altamente inadecuada respuesta global. (Farrar & Piot, 2014)

En África, la GIRD pudo haber sido más adecuada si se hubieran tomado en cuenta todas

las amenazas antrópicas que se acumularon en el tiempo, y detonaron la crisis. Estados

Frágiles, fallas de gobernanza, corrupción, terrorismo, aumento de la pobreza, baja

infraestructura son algunos elementos mencionados en el análisis de Orozco y Guevara

que encajan en la realidad africana.

Un segundo componente a resaltar dentro de una correcta GIRD se refiere a la

vulnerabilidad. En este sentido, la vulnerabilidad se refiere a la evaluación de la capacidad

de un sistema para absorber las diversas amenazas. Dónde comienza a ser un país sensible

y dónde deja de serlo para convertirse en un entorno altamente vulnerable para la

propagacion del Ebola, resulta ser la pregunta clave en el análisis de la GIRD que se ha

efectuado para combatir la epidemia. Al intentar aproximarnos a una respuesta tomando

como base las precondiciones expuestas en el análisis de Orozco y Guevara, nos

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encontramos con diversas circunstancias que resultan estar totalmente en contra de los

países afectados por la crisis.

Al respecto, los grados de resistencia y Resiliencia de las personas y la infraestructura

suponen un factor de alta vulnerabilidad en África. Por un lado, los proveedores en África

Occidental se encuentran abrumados y retados por la escaza disponibilidad de recursos que

sí se encuentran en países desarrollados, para el tratamiento de los pacientes con Ebola.

Según los informes epidemiológicos, cuando los pacientes arriban a los hospitales, cada

médico resulta ser responsable por el cuidado de entre 30 y 50 pacientes. Bajo estas

condiciones los médicos tienen de 1 a 2 minutos por pacientes para evaluar sus

necesidades y establecer un tratamiento. (Chertow, y otros, 2014)

Por otra parte, muchas familias tienden a esconder a sus seres queridos infectados, bajo la

premisa que morirán con mayor tranquilidad en sus casas dado que la enfermedad no tiene

cura. Asimismo, la mayoría de las personas experimentan una auto-negación de la

enfermedad, temen el rechazo social y la discriminación que padecen los pacientes y los

familiares de estos. Por ello muchos acudan a los hospitales cuando los síntomas se

vuelven incontrolables, demasiado evidentes, elevando así el número de pacientes que

transmiten el virus eludiendo los sistemas de vigilancia.

En este orden de ideas, puede mencionarse que otro factor que ha debilitado la Resiliencia

de los sistemas de salud en áfrica se debe a la deuda internacional de la comunidad

científica occidental con el continente. Al respecto, el análisis de Mitman (2014),

argumenta que la ecológica del miedo a propósito del Ebola, encuentra sus raíces en las

primeras expediciones medicas en África durante las década de los 20’s. Si bien los

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equipos médicos enriquecieron su comprensión de la enfermedad y de otras relacionadas,

a través de la extracción de muestras de sangre, tumores, cultivos bacteriológicos y virales,

poco o nada se hizo a favor del empoderamiento local y comprensión de su vulnerabilidad.

En palabras de Mitman, las expediciones médicas en África parieron diversos premios

nobel como el obtenido por Max Theiler – miembro de la expedición de 1926 de Harvard-,

pero las investigaciones biomédicas hicieron poco beneficio a favor del conocimiento

medico local y la capacidad de los sistemas de salud Africanos para darle tratamiento y

romper las cadenas de trasmisión en las comunidades más remotas.

En este sentido, cabe resaltar que dentro de los factores de vulnerabilidad registrados, los

grupos poblaciones mayormente vulnerables se concentran en los niños menores de 5

años, la población de la tercera edad y las mujeres embarazadas -3 de cada 4 mujeres

embarazadas experimentan abortos tras la exposición al virus-, estos grupos contraen la

enfermedad en las comunidades donde se encuentra activa la epidemia, y dónde la

resistencia de los infectados persiste, ya que los Hospitales son percibidos como centros de

incubación de la enfermedad. No obstante, si la capacidad de los hospital para brindarle

tratamiento a los enfermos que acuden voluntariamente resulta ser insuficiente, una mayor

respuesta internacional es necesaria en el momento que la población sea concientizada de

la necesidad de acudir a los hospitales por tratamiento (Chertow, y otros, 2014)

Finalmente, la cultura supone un tercer componente que permite aborda la dinámica de los

riesgos en la GIRD. En este sentido, la medida en la que las comunidades africanas

asumen el riesgo de contraer Ébola como resultado de su relación cultural con el entorno,

con el manejo de sus enfermos y con su interacción con el ambiente, es la que define la

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forma en la que las comunidades sobrestima o subestiman su vulnerabilidad, llegando el

caso de negarlas aún experimentando la crisis. (Orozco & Guevara, 2011)

Por eso, la generación de grupos de decisión capaces de fomentar una cultura del riesgo

supone un factor clave en el rompimiento de las cadenas de transmisión de la enfermedad.

Al respecto, Farrar & Piot (2014) sugieren intervenciones sociales con el cosnentimeinto

de la piblacion, lo cual evoca una recuperación de la confianza en la sociedad por medio

de sistemas coordinados de riesgo con todas aquellas agencias civiles y no

gubernamentales que tengan presencia en los barrios más afectados por el subdesarrollo,

ya que los principales riesgos de trnasmision no provienen de los pacientes enfermos, sino

a raiz de la tardpia detecuon y aislamiento de paiceintes que se exponen a familaires y

medicos antes de ser diagnositcados (Frieden, Damon, Bell, Kenyon, & Nichol, 2014)

III. CONCLUSIONES

El curso de la epidemia del Ebola en Africa Occidental evoca una realidad heterógena y

diversa tal como se ha plasmado en el análisis. Al respecto, podria conclurise que la

relación entre la prppagación de la enfermadad y el desarrollo encajaria en una relación

negativa-negativa con forme aumenta el numero de casos. Lamentamentle los niveles de

desarrollo en africa han propvcado una mayor propension al fortalecimeinto en la cadena

de transmiison del virus, y los desatres derivados de la epidemia, sólo pueden socavar a un

mas la debil capaciada productiva, desintegrar aun más la infraetrua de salud, y provocar

un retroceso en los avances registrados a favor del Desarrollo Hunmano de las personas.

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La epidemia del ébola evoca no solamente vulnerabilidad naturales, sino tambien

antripicas, lo cual ocasiona mayor devastación en un continente desgastado por siglos de

negliciencia itnernacional y debildiades estrucurales en su governanza.

Para la mitigación del riesgo en los páises Afectados y la contenciónd de la prppágacion de

la enfermdad, es necesario una rrespuesta conjunta de la comundiad internacional, que

permita empoderar los sistemas de salud en Africa de forma definitiva, asicomo también

permita interiorizar cultuirarmente a las comundiades de su vulnerabilidad

IV. BIBLIOGRAFÍA

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Medicine , 1663-1666.

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Chertow, D., Kleine, C., Edwards, J., Scaini, R., Giuliani, R., & Spreche, A. (2014). Ebola
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Farrar, J., & Piot, P. (2014). The Ebola Emergency — Immediate Action, Ongoing Strategy.
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Mitman, G. (2014). Ebola in a Strew of fear. The New England Journal of Medicine, 1763-
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enfermedad por virus del Ébola:
http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=9840&Ite
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Orozco, G., & Guevara, O. (2011). Gestión Integrada del Riesgo de Desastres. Medellín :
Escuela Latinoamericana de Cooperación y Desarrollo.

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World Health Organization . (2014). Ebola Virus Disease in West Africa — The First 9
Months of the Epidemic and Forward Projections. The new england journal o f
medicine, 1-14.

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