Luis Daniel Cruz Pérez 17261130 José Ismael Rivera Carrillo 18260978 Mario Alberto Turrubiates Reyes C18260697 Un sistema que no experimenta ningún cambio: en estas circunstancias, todas las propiedades se pueden medir o calcular en el sistema, lo cual da un conjunto de propiedades que describe por completo la condición, o el estado, del sistema.
En un estado específico, todas las propiedades
de un sistema tienen valores fijos, y si se cambia el valor de una propiedad, el estado cambia a otro diferente. La termodinámica trata con estados de equilibrio. La palabra equilibrio define un estado de balance. En un estado de equilibrio no hay potenciales desbalanceados (o fuerzas impulsoras) dentro del sistema, y éste no experimenta cambios cuando es aislado de sus alrededores.
Hay muchos tipos de equilibrio, y un sistema no está en equilibrio
termodinámico a menos que se satisfagan las condiciones de todos los tipos necesarios de equilibrio. Un sistema está en equilibrio térmico si tiene la misma temperatura en todo él, como se muestra en la figura.
Es decir, el sistema no implica
diferencias de temperatura, que es la fuerza impulsora para el flujo de calor. El equilibrio mecánico se relaciona con la presión, y un sistema lo posee si con el tiempo no hay cambio de presión.
Sin embargo, el interior del sistema la presión puede variar con la
elevación como resultado de efectos gravitacionales. Por ejemplo, la mayor presión en una capa inferior se equilibra mediante el peso extra que debe soportar y, por lo tanto, no hay desequilibrio de fuerzas.
La variación de la presión como resultado de la gravedad en la mayor
parte de los sistemas termodinámicos es relativamente pequeña y generalmente se ignora.
Si en un sistema hay dos fases, se encuentra en la fase de equilibrio
cuando la masa de cada fase alcanza un nivel de equilibrio y permanece allí. Un sistema está en equilibrio químico si su composición química no cambia con el tiempo, es decir, si no ocurren reacciones químicas.
Un sistema no estará en equilibrio a menos que se satisfagan los
criterios de equilibrio necesarios. El estado de un sistema se describe mediante sus propiedades, pero se sabe por experiencia que no es necesario especificarlas todas con la finalidad de fijarlo.
Una vez especificadas suficientes propiedades, el resto asume
automáticamente ciertos valores; es decir, especificar cierto número de propiedades es suficiente para fijar un estado.
El número de propiedades requeridas para fijar el estado e un
sistema se determina mediante el postulado de estado. El estado de un sistema compresible simple se especifica por completo mediante dos propiedades intensivas independientes. Se trata de un sistema compresible simple cuando carece de efectos eléctricos, magnéticos, gravitacionales, de movimiento y tensión superficial. Estos efectos se deben a campos de fuerza externos y son insignificantes para la mayor parte de los problemas de ingeniería, por que de lo contrario sería necesario especificar una propiedad adicional para cada efecto importante. Si se van a considerar los efectos gravitacionales, por ejemplo, se requiere especificar la elevación z además de las dos propiedades necesarias para fijar el estado. El postulado de estado requiere que las dos propiedades especificadas sean independientes para fijar el estado; y son independientes si una de ellas puede variar mientras la otra se mantiene constante. Por ejemplo, la temperatura y el volumen específico son siempre propiedades independientes, y juntas fijan el estado de un sistema compresible simple. Sin embargo, la temperatura y la presión son propiedades independientes para sistemas de una sola fase, pero son propiedades dependientes para sistemas multifase.
A nivel del mar (P = 1 atm), el agua hierve a 100 ºC, pero en la
cima de una montaña donde la presión es menor, el agua hierve a una temperatura más baja.
Es decir, T=f(P) durante un proceso de cambio de fase; así, la
temperatura y la presión no son suficientes para fijar el estado de un sistema de dos fases.