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Conflicto y

mediación
José Antonio Román Brugnoli (coordinador)
Svenka Aresnsburg Castelli
Cecilia Avendaño Brau
Aleix Caussa Bofill
Jenny Cubells Serra
Soledad Larraín Heiremans
Margarita Morandé Dättwyler
Alemka Jovana Tomicic Suñer
Elisabeth Lira
Daniela Sofía Zajer Amar
© FUOC • PID_00161313 Conflicto y mediación

José Antonio Román Brugnoli Svenka Aresnsburg Castelli Cecilia Avendaño Brau

Magister y doctor en Psicología So-


cial, Universidad Autónoma de Bar-
celona. Profesor auxiliar de Psicolo-
gía social y metodologías cualitati-
vas de la investigación, Universidad
Alberto Hurtado.

Aleix Caussa Bofill Jenny Cubells Serra Soledad Larraín Heiremans

Margarita Morandé Alemka Jovana Tomicic Suñer Elisabeth Lira


Dättwyler

Daniela Sofía Zajer Amar

Segunda edición: septiembre 2010


© Svenka Aresnsburg Castelli, Cecilia Avendaño Brau, Aleix Caussa Bofill, Jenny Cubells Serra, Soledad
Larraín Heiremans, Margarita Morandé Dättwyler, Alemka Jovana Tomicic Suñer, Elisabeth Lira,
Daniela Sofía Zajer Amar
Todos los derechos reservados
© de esta edición, FUOC, 2010
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Diseño: Manel Andreu
Ilustraciones: Albert Sancho
Realización editorial: Eureca Media, SL
ISBN: 978-84-692-3357-3
Depósito legal: B-23.003-2010

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reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico,
químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita
de los titulares del copyright.
© FUOC • PID_00161313 3 Conflicto y mediación

Introducción

Estoy frente al ordenador, como coordinador de esta edición, con la finalidad


de presentárosla con el trabajo mancomunado de meses. Y no puedo dejar
de recordar las múltiples diferencias, desacuerdos, conflictos y negociaciones
por los que transitamos entre los diversos autores para llegar hasta aquí. E
instantáneamente pienso que no pudo haber sido de otra manera y que esta
obra es el fruto de ese tránsito.

De manera que tenéis en vuestras manos una obra que versa sobre psicología
social del conflicto y la litigación, y que es, al unísono, ella misma, el producto
de diversos conflictos y litigaciones entre quienes participamos de su factura:
coordinador, autores, universidad, editorial, por nombrar algunos.

Asimismo, esta obra es deudora de los conflictos psicosociales entre los que fue
dada a luz y entre los cuales los diversos actores involucrados, de una manera
u otra, habitamos. Particularmente, del debate internacional sobre la raciona-
lidad de un ataque a Iraq, la legitimidad de los detentores de esa decisión y
la ruptura de ese debate por la arremetida bélica de la "coalición" sobre Iraq y
su posterior ocupación, con todas las implicaciones en muerte, dolor y sufri-
miento para su pueblo.

Ese acontecimiento nos hizo caer en la cuenta de que escribíamos, como aún
era normal en esos "tiempo de paz", un texto de psicología social del conflicto
plagado del ilustrado espíritu académico y su confianza en las vías dialogadas
de resolver nuestras diferencias. La mayoría de las fuentes consultadas elabo-
raban nítidas diferencias entre la resolución por la fuerza de los conflictos so-
ciales, de los racionales, y ese acontecimiento, de un solo golpe, remeció el
suelo sobre el que trabajábamos y nos señaló cómo ambas vías podían sincro-
nizarse en una sola y misma violencia.

Y es que cuando, más o menos perfectible, la organización vigente para el go-


bierno mundial ha propiciado el desarme de un pueblo, que años más tarde es
atacado bélicamente y se evidencia impotente en impedir ese ataque, cuando
a una invasión colonialista se la llama liberación, nos enfrentamos a un con-
texto en el que las bases mismas de las vías dialogadas son heridas de muerte,
y al que unos autores de un libro de psicología social del conflicto y sus formas
de resolución no podíamos dar la espalda.

Ello nos obligó a nuevas búsquedas y a la recuperación de autores y miradas


que los "tiempos de paz" habían dormido en la obsolescencia, pero que los ac-
tuales tiempos de guerra despertaron a una desgraciada actualidad, y a evaluar
y reescribir variados apartados de este libro. Pero también nos condujo a un
importante reencuentro reflexivo con el quehacer, su responsabilidad social,
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sus posibilidades y limitaciones. Nos volvió a enseñar que, para nosotros, in-
vestigar y pensar sobre las maneras dialogadas de resolver nuestras diferencias
es una opción y una apuesta por la que, hoy, literalmente, "merece la pena"
trabajar.

Con este espíritu dialogal y pluralista, este texto resistió las violencias discipli-
nares, teóricas o temáticas y se arriesgó a tejerse con la diversidad de que se
que nutren el amplio campo disciplinar sobre el conflicto y, específicamente,
las psicologías sociales.

Por eso, este texto intenta recoger una variedad de usos con los que el conflic-
to es empleado como una figura para comprender lo social, a la par que las
distintas fuentes disciplinarias y temáticas que componen los estudios socia-
les del conflicto, para, desde ahí, recomponer la diversidad de aproximaciones
psicosociales sobre la materia y su contribución a la comprensión del conflicto
y su resolución.

Esa apertura es la que intenta inaugurarse en el primer módulo, "Fundamentos


para una comprensión psicosocial del conflicto", donde se presenta el conflicto
como un recurso cultural para la explicación de lo real, que atañe tanto al
conocimiento cotidiano como al científico; tras lo cual, se acomete la tarea
de reseñar antecedentes de diversas disciplinas, particularmente la psicología
y la sociología, a los estudios del conflicto, y de presentar una muestra de
diversas psicologías sociales con sus distintas aproximaciones a los conflictos
sociales. Finalmente, se presentan algunos ejes de análisis posibles, y algunas
perspectivas psicosociales de enfrentar los conflictos sociales.

En este contexto, el segundo módulo, "Ámbitos psicosociales del conflicto de


interés contemporáneo", se organiza a través de la presentación de seis áreas
donde el conflicto social se manifiesta y estudia psicosocialmente en la actua-
lidad, cada una de las cuales es tratada por un/a especialista en el tema, des-
de un enfoque también particular de lo psicosocial y de los conflictos. Así,
en el primer apartado, "La familia y la violencia intrafamiliar", asume la tarea
de un abordaje psicosocial de la violencia intrafamiliar y su relación con el
conflicto social. Seguidamente, "El mobbing o acoso moral" concentra su aná-
lisis en este particular modo de conflicto "invisible" o "silencioso" en el ámbi-
to del trabajo, contribuyendo a la visibilidad y debate de sus causas y efectos
psicosociales. En el tercer apartado, "Género, prejuicio y discriminación", se
realiza el doble ejercicio de abordar esta problemática desde las perspectivas
de género, como del construccionismo social. El apartado "Pobreza y conflicto
psicosocial" acomete el desafío de entender la pobreza tanto como efecto de
conflictos sociales, como un conflicto "mudo", a la par que aborda el carácter
conflictivo de la intervención psicosocial en ese dominio. El quinto apartado,
"Conflicto político en Chile: la mesa de diálogo de derechos humano", reali-
za un tratamiento psicosocial de la experiencia concreta chilena de los años
1999-2000, de intentar resolver el conflicto político sobre el abordaje nacional
en las violaciones de derechos humanos realizadas bajo la responsabilidad de
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la dictadura militar del general Augusto Pinochet. Finalmente, el sexto apar-


tado, "Dimensión jurídica del conflicto psicosocial", analiza este importante
ámbito socialmente instaurado para la resolución de cierto tipo de conflictos
sociales a la luz de la psicología social construccionista.

Tras este abanico abierto, el módulo "Investigación del conflicto y estrategias


de resolución", plantea un acercamiento cualitativo a la comprensión psico-
social de los conflictos y a su intervención, para presentar más adelante una
estrategia integrativa de resolución de conflictos como alternativa a la más
tradicionalmente usada, de tipo distributivo.

Finalmente, el texto se cierra, muy a nuestro estilo, abriendo un debate. El


módulo cuarto y final, "La aportación de las TIC a la comprensión, análisis y
transformación de los conflictos sociales", presenta la imbricada relación en-
tre innovaciones tecnológicas y fenómenos psicosociales, señalando cómo las
tecnologías de la información y las comunicaciones han aportado con su apa-
rición un modelo de comprensión y análisis psicosocial de los conflictos, a la
vez que ha presentado nuevos desafíos a la disciplina, dadas las apropiaciones
que los movimientos sociales han hecho de ella en la gestión de sus conflictos
sociales.

Sinceramente, esperamos que el conjunto de la obra sea de vuestro provecho


y estimule en vosotros actitud reflexiva, plural y crítica sobre el tema.
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Objetivos

Los diferentes módulos que componen esta asignatura tienen como finalidad
invitaros al desarrollo de una mirada psicosocial compleja, crítica y reflexiva
sobre los conflicto sociales, sus ámbitos de manifestación y tratamiento, y sus
vías de resolución.

Específicamente, esperamos que al finalizar la asignatura seáis capaces de:

1. Comprender el conflicto como un recurso cultural para explicar lo social,


que es preciso estudiar en sus contextos particulares de uso.

2. Reconocer los variados antecedentes desde las ciencias sociales a los estu-
dios del conflicto.

3. Distinguir diversos desarrollos de la psicología social para la comprensión


e intervención en conflictos sociales.

4. Reconocer la singularidad temática y teórica de algunas aproximaciones


psicosociales a ámbitos del conflicto de interés contemporáneo.

5. Comprender que toda aproximación psicosocial al conflicto y su resolu-


ción posee distintos compromisos y efectos ideológicos.

6. Dar cuenta de la compleja relación entre tecnología, conflictos sociales y


el estudio psicosocial de los mismos.
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Contenidos

Módulo didáctico 1
Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto
José Antonio Román Brugnoli y Daniela Sofía Zajer Amar
1. Introducción a la psicología social del conflicto
2. Antecedentes de una comprensión psicosocial del conflicto: aportacio-
nes desde disciplinas afines
3. Aproximaciones teóricas de la psicología social al conflicto
4. Distinciones conceptuales y ejes psicosociales para el análisis del con-
flicto
5. ¿Qué se hace con el conflicto? Los desafíos para una psicología social
aplicada

Módulo didáctico 2
Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo
Svenka Aresnsburg Castelli, Cecilia Avendaño Brau, Jenny Cubells Serra,
Soledad Larraín Heiremans, Elisabeth Lira y Margarita Morandé Dättwyler
1. La familia y la violencia
2. El mobbing o acoso psicológico: violencia y sufrimiento en el trabajo
3. Género, prejuicio y discriminación
4. Pobreza y conflicto psicosocial
5. Conflicto político en Chile: Mesa de Diálogo de Derechos Humanos
6. Dimensión jurídica del conflicto psicosocial

Módulo didáctico 3
Investigación del conflicto y estrategias de resolución
José Antonio Román Brugnoli y Alemka Jovana Tomicic Suñer
1. Metodología de recogida y análisis de la información
2. Evaluación del conflicto y toma de decisiones
3. Dos estrategias de negociación
4. Un modelo de estrategia integrativa: el método Harward de negociación

Módulo didáctico 4
La aportación de las TIC
Aleix Caussa Bofill
1. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
2. La intervención de las TIC en los conflictos
3. La transformación de los conflictos sociales
Fundamentos
para una
comprensión
psicosocial del
conflicto
José Antonio Román Brugnoli
Daniela Sofía Zajer Amar
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Índice

Introducción............................................................................................... 7

Objetivos....................................................................................................... 8

1. Introducción a la psicología social del conflicto...................... 9


1.1. La figura del conflicto como explicación de lo social: de las
cosmogonías a las ciencias sociales ............................................ 10
1.2. Imaginario social del conflicto: entre sentido común y
psicología social .......................................................................... 11

2. Antecedentes de una comprensión psicosocial del


conflicto: aportaciones desde disciplinas afines....................... 13
2.1. Aportaciones desde la psicología a la comprensión del
conflicto social ............................................................................ 13
2.1.1. Conflicto intraindividual y conflicto interindividual ... 13
2.1.2. Conductismo .................................................................. 15
2.1.3. Psicoanálisis ................................................................... 18
2.2. Aportaciones desde la sociología a la comprensión del
conflicto social ............................................................................ 22
2.2.1. Las teorías funcionalistas ............................................... 22
2.2.2. El conflicto social en la sociología marxista .................. 23
2.2.3. Las sociologías del conflicto .......................................... 27
2.3. Otras aportaciones al pensamiento psicosocial del conflicto ..... 28
2.3.1. Adam Smith, conflicto de intereses y competencia ....... 28
2.3.2. El modelo estratégico y la teoría de juegos ................... 31
2.3.3. Serres: atar y desatar conflictos ..................................... 33

3. Aproximaciones teóricas de la psicología social al conflicto. 36


3.1. Una manera de presentar la cuestión ......................................... 36
3.1.1. Racionalidad instrumental, racionalidad
comunicativa y conflicto social ..................................... 37
3.1.2. Racionalidad postmoderna o postracionalidad y
conflicto social ............................................................... 39
3.2. El proyecto de la psicología social conductual-cognitiva ........... 40
3.2.1. El conflicto desde el enfoque racional y la teoría de
la movilización de recursos ........................................... 40
3.2.2. La privación relativa como base del conflicto social ..... 41
3.2.3. Identidad y conflicto social ........................................... 42
3.2.4. Atribución, categorización, prejuicio y
discriminación en el conflicto intergrupal .................... 42
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3.3. Aportaciones de la psicología sistémica a la comprensión de


los conflictos ............................................................................... 48
3.3.1. Modelo que enfatiza el proceso (enfoque estratégico) ... 49
3.3.2. Modelo centrado en la estructura (enfoque
estructural) ..................................................................... 50
3.3.3. Modelo que enfatiza la visión del mundo (Escuela de
Milán) ............................................................................. 51
3.3.4. La perspectiva del ciclo vital familiar sobre el
conflicto ......................................................................... 51
3.4. Conflicto y violencia en la psicología social de E. Fromm ......... 52
3.4.1. Agresión benigna y no benigna .................................... 55
3.4.2. La satisfacción de necesidades psicosociales como
manera de reducir el conflicto y la violencia social ...... 57
3.5. Poder, resistencia e ideología en la psicología social de I.
Martín-Baró ................................................................................. 58
3.5.1. Valor y vigencia de su aportación ................................. 58
3.5.2. La crítica a la psicología social imperante ..................... 58
3.5.3. La lucha de clases como contexto de la psicología
social latinoamericana ................................................... 59
3.5.4. Conflicto estructural y psiquismo humano .................. 60
3.5.5. Finalidad y objeto de estudio de la psicología social
en una sociedad estructuralmente conflictuada ............ 61
3.5.6. El valor de los conflictos sociales .................................. 62
3.5.7. Conflicto estructural, violencia estructural y
violencia ......................................................................... 63
3.5.8. La guerra paralela como resolución de conflicto en
El Salvador ..................................................................... 64
3.5.9. Lineamientos para el análisis de los conflictos
sociales ........................................................................... 66
3.6. Conflicto por medio del construccionismo social y la
psicología social discursiva ......................................................... 67
3.6.1. Orientarse al carácter problemático y conflictivo de
la construcción de la realidad ....................................... 67
3.6.2. Las realidades son construidas mediante prácticas
discursivas ...................................................................... 68
3.6.3. Las prácticas discursivas se emplazan y emplazan un
debate ideológico ........................................................... 69
3.6.4. La resistencia a las ideologías hegemónicas:
"destapar" el conflicto y promover el debate social ....... 71
3.6.5. Habitar en el margen y comprender desde dentro ........ 72
3.6.6. La psicología discursiva y su aportación a la
comprensión del conflicto social .................................. 73

4. Distinciones conceptuales y ejes psicosociales para el


análisis del conflicto......................................................................... 78
4.1. Una connotación distinta del conflicto ..................................... 78
4.2. Escalas o niveles de análisis de los conflictos ............................. 79
© FUOC • PID_00161330 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

4.3. Posibles causas u orígenes de los conflictos ............................... 81


4.4. El conflicto como proceso .......................................................... 85
4.5. Fluctuaciones y entrampamientos en el desarrollo de un
conflicto ....................................................................................... 90
4.6. Tipos de conflicto ....................................................................... 91
4.7. Diferencias entre conflicto y violencia. Tipos de violencia ........ 92

5. ¿Qué se hace con el conflicto? Los desafíos para una


psicología social aplicada................................................................ 96
5.1. Algunas aportaciones desde la perspectiva de la gestión del
conflicto ....................................................................................... 96
5.1.1. Respuestas ante el conflicto desde el enfrentamiento
o no enfrentamiento ..................................................... 97
5.1.2. Respuestas ante el conflicto desde la perspectiva de
los resultados ................................................................. 98
5.1.3. Negociación y mediación como estrategias de
solución de los conflictos .............................................. 98
5.1.4. Reconciliación y conciliación como procesos de la
resolución de conflictos ................................................. 108
5.1.5. Modelo de resolución dramática de los conflictos ........ 109
5.1.6. Perspectiva de la resolución de problemas aplicada a
la resolución de conflictos ............................................ 111
5.2. Uso de fuerza, violencia y coerción ............................................ 116
5.2.1. Condiciones en las que el uso de la fuerza física
podría ser o no efectiva en la resolución de un
conflicto ......................................................................... 118
5.3. Alternativas ante el conflicto psicosocial ................................... 119

Resumen....................................................................................................... 121

Actividades.................................................................................................. 123

Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 123

Solucionario................................................................................................ 125

Glosario........................................................................................................ 126

Bibliografía................................................................................................. 131
© FUOC • PID_00161330 7 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Introducción

Iniciamos este módulo con una presentación de la figura del conflicto como
un recurso usado para dar cuenta del orden natural y social en diversidad de
culturas, tiempos y territorios, que encuentra su expresión en múltiples formas
de encarnación del pensamiento: las obras de arte, las cosmogonías, la filosofía
y las ciencias sociales.

En ese mismo contexto, planteamos las diversas ideas acerca de la naturaleza


de los conflictos que es posible encontrar tanto en las expresiones del sentido
común, como en la psicología social.

En un segundo apartado, esbozamos algunos fundamentos para la compren-


sión psicosocial de los conflictos desde disciplinas afines, planteando antece-
dentes desde la psicología, la sociología y otros pensamientos sociales acerca
del conflicto.

En el tercer apartado, ofrecemos distintas aportaciones teóricas agrupadas bajo


el paraguas de psicología social, las cuales nos permiten comprender ciertos as-
pectos de los conflictos psicosociales, tales como sus orígenes, gestación, desa-
rrollo y mantenimiento, entre otros. Destacamos las aproximaciones de la psi-
cología social conductual-cognitiva, sistémica, las aportaciones de E. Fromm
e I. Martín-Baró, el socioconstruccionismo y la psicología social discursiva.

El cuarto apartado está dedicado a distinguir algunos conceptos y posibles ejes


de análisis, que orientan la mirada hacia sus causas y a una tipología del con-
flicto.

Finalmente, en el quinto apartado encontraréis una somera exposición de las


distintas estrategias de resolución del conflicto psicosocial que se pueden de-
rivar de un intento de aplicación de las aproximaciones teóricas reseñadas.
Destacamos las aportaciones desde la gestión del conflicto, la perspectiva del
uso de fuerza y coerción, así como algunas alternativas frente al conflicto psi-
cosocial.
© FUOC • PID_00161330 8 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Objetivos

La finalidad del presente módulo, como su nombre indica, es aportar unos


fundamentos para la comprensión psicosocial de los conflictos.

Así, al final del módulo, el estudiante será capaz de:

1. Reconocer la figura del conflicto como un recurso natural para dar cuenta
de los acontecimientos sociales.

2. Comprender la relación de las explicaciones de la psicología social con las


del sentido común y con las aportadas por otras ciencias sociales.

3. Distinguir diversas aportaciones teóricas de la psicología social a la com-


prensión del conflicto.

4. Comprender las implicaciones de las distintas perspectivas teóricas para el


análisis y enfrentamiento de los conflictos psicosociales.

5. Reflexionar sobre el alcance y los límites de las perspectivas presentadas.


© FUOC • PID_00161330 9 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

1. Introducción a la psicología social del conflicto

¿Qué significa comprender psicosocialmente un conflicto? ¿Cuáles pueden ser


las bases de esa comprensión? Al abordar la cuestión de los fundamentos psi-
cosociales para la comprensión del conflicto, es necesario salir victoriosos de
varios desafíos.

El primero quizás es comprender que la figura del conflicto es en sí misma


un recurso cultural, presente en una amplia gama de manifestaciones y obras,
del cual nos servimos desde diferentes dominios (artísticos, religiosos, filosó-
ficos, científicos, etc.) para dar cuenta de lo real. Esto tiene también diversas
consecuencias.

Como una figura frecuentemente utilizada para dar cuenta de la realidad, su


uso es un objeto de estudio importante para una psicología social. Como re-
curso cultural, la figura del conflicto se usa en gran variedad de ámbitos, co-
mo las relaciones sociales (sector patronal y de empleados, intergéneros, in-
tergeneraciones, intrafamiliares, etc.), internaciones (primer y tercer mundo,
cuestiones bélicas y limítrofes, etc.), económicas (competencia interempresas
e internaciones), salud (organismo y enfermedades), por citar sólo algunos.
Eso implica que todo lo que se dice y todo lo que se sabe sobre conflictos ha
sido desarrollado desde diversas disciplinas (ciencias políticas, economía, in-
teligencia militar, ecología, sociología, psicología, etc.) para dar cuenta sobre
sus respectivos ámbitos de injerencia. A su vez, cada ámbito tiene sus caracte-
rísticas singulares, que demandan una atención especial.

Transdisciplina

Esto hace, por ejemplo, que en lo que se ha intentado sistematizar sobre el conflicto,
se hable de resolución del conflicto (Vinyamata, 1999), ciencia del conflicto (Schellenberg,
1982) o conflictología, como de una inter o transdisciplina. En ese escenario, preguntarse
por los fundamentos psicosociales para la comprensión del conflicto requiere el doble
ejercicio de distinguir lo que la psicología social, como disciplina, pueda aportar a dicha
compresión desde sus diversos ámbitos de estudio, a la vez que trazar un mapa de las
fuentes que la psicología social ha usado para sus explicaciones. Es decir, señalar míni-
mamente cómo es que la psicología social contribuye y participa de dicha transdisciplina.

Lo social, lo psicológico y lo psicosocial son algunos de los ámbitos de realidad


en los que la figura del conflicto se usa como explicación. Por eso, preguntar-
se por los fundamentos psicosociales para la comprensión del conflicto exige
también el acto recíproco de preguntarse por la utilidad de la figura del con-
flicto para entender lo psicosocial.

Finalmente, cabe destacar el hecho de que la psicología social no es una cien-


cia o disciplina unitaria. Incluso ella misma es vista muchas veces como una
ciencia en permanente tensión entre dos polos: el intento de elaborar explica-
ciones individuales para los fenómenos sociales o explicaciones sociales para
los fenómenos individuales. En efecto, concurren en ella diversidad de pers-
© FUOC • PID_00161330 10 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

pectivas teóricas, ontológicas, epistemológicas y metodológicas, lo cual hace


que la pregunta por los fundamentos psicosociales para la comprensión del
conflicto sea una pregunta plural: no existe un sólo tipo de fundamentos, si-
no tantos como desarrollos desde las diversas aproximaciones teóricas de las
distintas psicologías sociales.

1.1. La figura del conflicto como explicación de lo social: de las


cosmogonías a las ciencias sociales

A partir de diversos testimonios culturales, como cerámicas, textiles, frescos,


textos escritos de diversos géneros, entre otros, es posible apreciar que la figura
del conflicto ha sido y sigue siendo un recurso importante en las formas de
entender, organizar y explicar el mundo en que habitamos, para una gran va-
riedad de sociedades en diversas épocas y territorios. Y en tal sentido, ahondar
en ella parece un asunto ineludible para todo aquel que se interese por com-
prender las relaciones humanas en sus dimensiones psicológicas y sociales.

Inicio y destino
Las cosmogonías
Por ejemplo, las bien llamadas cosmogonías dan cuenta del estado u orden actual del
mundo, de su curso y destino, que queda explicado por un reiterado y variado retorno Las cosmogonías estaban aso-
de este conflicto inaugural. Es decir, por las dinámicas que determinan, en cada ocasión, ciadas por cierta manera de
su relativa resolución y la contrapartida de su relativa falta de resolución, lo que fuerza hacer la historia en etapas ini-
ciales de la civilización, a par-
que se repita.
tir de un acontecimiento origi-
nario de carácter agonístico de
Éstas se encuentran en las raíces de las denominadas culturas greco-romanas y judeocris- enfrentamiento o conflicto ini-
tianas de las que somos herederos, así como en las fuentes de las culturas orientales y cial.
latinoamericanas.

En los relatos de la Grecia Clásica, y de manera especial en los adjudicados a Homero,


como la Iliada y la Odisea, encontramos el enfrentamiento entre Cronos y su hijo Zeus,
cuyo desenlace pone a este último en el lugar superior del Olimpo. Pero el Olimpo es, a su
vez, escenario de disputas de deidades que tiene su correlato, a través de alianzas, favores,
enemistades y castigos, en diversas reyertas humanas, determinando así el triunfo y poder
de unos por sobre otros.

Por otra parte, en una mitología semítica anterior al relato bíblico del génesis, encontra-
mos que el orden presente queda explicado a partir del alzamiento de Marduc contra la
deidad madre, Tiamat, quien logra derrotarla usando para ello la palabra.

También a través de la palabra, del verbo, el Dios bíblico irrumpe en las tinieblas con la
luz y crea todo lo que existe sobre el mundo. Desde ese momento, la Biblia da cuenta
del inicio y destino del pueblo judío, a través de una historia en que luz y tinieblas se
enfrentarán constantemente. En efecto, la expulsión de Lucifer de los órdenes celestiales
generará una saga de encuentros en la que el hombre se verá tentado por las tinieblas,
volviéndose contra Dios y el prójimo. La tentación en que cae Eva de dar de comer a
Adán el fruto del árbol prohibido provocará la ira de Dios, el conflicto entre Adán y Eva
y la expulsión del paraíso, como inicio de la historia del pueblo judío.

En un orden diferente, las cosmovisiones chinas y japonesas se articulan a través del


continuo encuentro de los opuestos: el sho y el hen, en la primera, el ying y el yang en
la segunda. El equilibrio y desequilibrio entre estos opuestos genera el movimiento de
todo el universo.

También los actos fundacionales de ciudades y civilizaciones suelen ser narrados a partir
de conflictos iniciales, como la fundación de Roma y el imperio que llevó su nombre,
sellada cuando Rómulo da muerte a su hermano Remo por hacer caso omiso de los límites
de la ciudad, reseñando así el sometimiento de los órdenes filiales y consuetudinarios a
la incipiente legalidad racional de la ciudad.
© FUOC • PID_00161330 11 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

En todas ellas el conflicto, como situación antagónica inicial, es la explicación


del origen de un orden establecido y también de sus dinámicas, conflictos y
desenlaces actuales.

1.2. Imaginario social del conflicto: entre sentido común y


psicología social

Pero no sólo usamos el conflicto como un recurso cultural para explicar el


orden natural y/o social, sino que también empleamos diversas figuras para
referirnos a los conflictos y entenderlos. Muchas de ellas pueden ser halladas
tanto en el llamado conocimiento cotidiano o popular, como en la psicología
social.

Buena parte de los estudios sobre el conflicto y las aplicaciones desarrolladas Significado de conflicto
se relacionan con los ámbitos del enfrentamiento entre personas, como es el
En su acepción o realidad más
caso del desarrollo de las artes marciales y deportes competitivos de combate, inmediata la palabra conflicto
y entre pueblos o naciones, como los trabajos en el arte de la guerra y de nos remite actual e histórica-
mente al enfrentamiento cuer-
estrategia y táctica militar. Podríamos decir que están abocados a ver lo que po a cuerpo entre personas o
pueblos.
el conflicto tiene de combate, de disputa, que se saldará con un ganador y un
vencido.

Esto hace pensar frecuentemente que un conflicto es una situación de ruptura


total entre partes. Sin embargo, y quizás salvo raras excepciones, el combate y
cualquier otra forma de conflicto, ya sea entre personas o pueblos, constituye
un acontecimiento social y es, por tanto, una producción cultural: tiene una
forma de ser desempeñado, unos códigos para ser declarado, interpretado y
zanjado, unas condiciones propias e impropias para ser usado, las cuales están
relacionadas con cada cultura y cada contexto.

Es decir, para que un conflicto adquiera un peso social, un color de realidad, ha


de ser reconocido como tal: para eso es necesario, por un lado, un repertorio
interpretativo capaz de identificarlo y validarlo como conflicto, y por el otro,
usar o recrear los códigos sociales que permitan plantearlo como tal.

Otras ideas que conforman buena parte de los repertorios usados para carac-
terizar y analizar los conflictos, tanto en el conocimiento cotidiano como en
el científico, contribuyendo, por tanto, a lograr cierta manera de entender,
responder y usar los conflictos son las siguientes.

Por ejemplo, la idea de que un conflicto es la alteración de una situación


pre–existente de equilibrio o armonía. Este presupuesto puede acarrear otros,
como que los conflictos constituyen una anomalía respecto a una situación
normal que es el equilibrio. Esto, a su vez, tiende a estar asociado a una nega-
tivización del conflicto, dando por sentado que el conflicto es algo que nece-
sariamente ha de ser resuelto y, aun, que su resolución es el restablecimiento
de la situación identificada como previa, inicial y normal.
© FUOC • PID_00161330 12 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Sin embargo, este tipo de pensamiento tiene efectos sociales conservadores


y encubre el hecho de que toda normalización, como en este caso la de una
situación identificada como previa a un conflicto como de "equilibrio", reposa
finalmente en cuestiones de autoridad, desde la que se realiza esa definición
y puntuación de los fenómenos.

Conflicto racial y movimiento de resistencia negro en Estados Unidos

Esto puede evidenciarse si revisamos bajo esta óptica un conflicto social de dominio pú-
blico cualquiera, como por ejemplo, el conflicto racial y el movimiento de resistencia
negro en Estados Unidos a lo largo de los años sesenta. A la luz de la distancia, ¿resulta
aceptable pensar que ese conflicto fue la alteración de un equilibrio o armonía preexis-
tentes, y aún más, que la resolución de ese conflicto pasaba por una recuperación de ese
"equilibrio" o "armonía" inicial?

La mera ruptura de una situación social determinada, como la esclavitud o cualquier


otra forma de discriminación y desigualdad, sea por la vía que sea, no es indicadora, por
sí misma, de que ésta haya sido "equilibrada" o "armónica", ni lo es que la resolución
del conflicto sea un restablecimiento o la producción de un nuevo o mejor estado de
"equilibrio" o "armonía".

Otro ideario al que se suele recurrir en la explicación y análisis de los conflictos


señala que éstos se componen y, por tanto, pueden descomponerse para su
comprensión, en causas y efectos. Esta distinción se asocia obviamente a la
que señala que para resolver un conflicto es necesario intervenir en sus causas
y no en los efectos, así como en medicina se piensa que la cura viene dada por
atacar las causas de la enfermedad y no sus síntomas.

También suele hacerse la distinción entre conflictos manifiestos y latentes. Es-


to permite presumir que, pese a que no existan "manifestaciones", síntomas o
efectos visibles de conflicto, como suelen entenderse, por ejemplo, los gritos
o agresiones físicas en las relaciones interpersonales o familiares, las manifes-
taciones públicas en los movimientos sociales o los enfrentamientos bélicos
entre las naciones, el conflicto puede existir en un nivel casi imperceptible y
estar en estado de latencia e irrumpir, hacerse patente, en un momento u otro,
si se dan ciertas condiciones. Desde esta perspectiva, también sus componen-
tes, causas y efectos pueden ser manifiestos o latentes.

Finalmente, son importantes también las representaciones del conflicto como


un proceso. Algunas los plantean como un desarrollo que tiene un inicio y
un fin, es decir, de manera lineal; otras sostienen que se trata más bien de un
fenómeno circular en el que la "resolución" de un conflicto será la simiente
del inicio de otro. Pero en ambos casos, esta figura permite proponer etapas o
ciclos de los conflictos, como pueden ser: antecedentes, declaración, clímax,
resolución y término.

Como podréis apreciar en lo que sigue, muchas de estas figuras o formas de


concebir el conflicto, que gravitan en nuestras conversaciones cotidianas, lo
hacen también en las aproximaciones que diversas disciplinas, incluida la psi-
cología social, han realizado sobre éste.
© FUOC • PID_00161330 13 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

2. Antecedentes de una comprensión psicosocial del


conflicto: aportaciones desde disciplinas afines

Dividimos este apartado entre conceptualizaciones de los conflictos de orien-


tación psicológica, de orientación social y otras aportaciones relevantes en la
actualidad para las explicaciones psicosociales del conflicto, que, por provenir
del pensamiento social, tienen implicancias para los dominios psicológicos y/
o sociológicos de los conflictos.

Dentro de las primeras, agrupamos las que concentran su explicación de los


conflictos principalmente en factores intrapsíquicos y/o interindividuales. En
las segundas se encuentran las que sitúan la explicación de conflictos a nivel
de entidades y/o estructuras sociales. Finalmente, dentro de las terceras, en-
contramos las aportaciones que, sin provenir de la psicología social, han ge-
nerado perspectivas acerca del conflicto usadas por ésta.

2.1. Aportaciones desde la psicología a la comprensión del


conflicto social

Las aportaciones procedentes de la psicología tienen en común, por un lado,


una individualización del conflicto, es decir, una tendencia a explicarlo usan-
do al individuo como unidad de análisis, ya sea en términos intraindividuales
o interindividuales y, por el otro, el hecho de haber concentrado buena parte
de sus explicaciones en la agresión.

Sin embargo, podréis apreciar que en muchas de estas explicaciones, la propia


figura del conflicto, así como distintas alusiones al papel del contexto social,
son usadas para explicar lo psicológico y la agresión. Precisamente estas limi-
taciones o cabos sueltos de sus explicaciones abren un valioso espacio para la
ulterior problematización psicosocial de los conflictos.

2.1.1. Conflicto intraindividual y conflicto interindividual

La noción más habitual de conflicto en psicología es la que lo define


como una realidad intraindividual�o�intrapsíquica, consciente o in-
consciente, en la que el individuo se ve sometido a fuerzas antagónicas,
que pueden proceder de él, del entorno, o de la relación entre ambos.

Así, por ejemplo, Lewin Coser lo define como:


© FUOC • PID_00161330 14 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

"Situación en que unas fuerzas de magnitudes iguales actúan simultáneamente en direc-


ciones opuestas sobre el individuo."

L. Coser (1935, p. 122). En H. Touzard (1981). La mediación y la solución de los conflictos:


estudio psicológico (pp. 23-24). Barcelona: Herder.

Esta situación conflictiva se considera universal y cotidiana. Por ejemplo, Disonancia cognitiva
cuando un individuo debe escoger entre dos opciones, supongamos dos em-
Siguiendo con ese ejemplo, si
pleos, afronta un cierto conflicto o problema. La forma de representarse estos uno de los puestos está mal
dilemas y sus proceso de su solución han sido abordados por psicólogos con- pagado pero es de su ámbito
de interés, y otro está bien pa-
ductistas y cognitivistas. gado, pero atenta contra al-
gún valor importante, este in-
dividuo, al tomar su decisión,
También es posible experimentar un conflicto en cuanto a los roles que se de- experimentará un conflicto in-
trapersonal: lo que los psicólo-
be desempeñar en distintos grupos a los que se pertenece, que en un mismo gos cognitivistas han denomi-
nado una disonancia cognitiva,
momento pueden prescribir roles contradictorios. Es lo que puede darse, por y buscará diversas maneras de
reducirla.
ejemplo, entre demandas familiares y laborales. Quienes se adhieren al enfo-
que de los roles han formulado diversas teorías para intentar explicar las cau-
sas, efectos y vías de solución de estos conflictos.

Y en un nivel inconsciente, el conflicto intrapsíquico puede situarse en el nivel


de los deseos e impulsos, de la libido o de las instancias de la personalidad.
Para ello, los teóricos psicoanalíticos han desarrollado diversas teorías acerca
de las motivaciones y dinámicas inconscientes de los conflictos.

Pero tanto desde esta perspectiva psicoanalítica, como desde las que se ocupan
del ciclo vital, el conflicto se vincula con el desarrollo psíquico del individuo:
sin conflicto, no habría evolución (Touzard, 1981).

El conflicto interindividual, por su parte, se refiere al que opone a varios


individuos, grupos u organizaciones. Este tipo de conflictos ha sido definido
como una situación en la cual las partes manifiestan conductas agresivas, con
o sin violencia de por medio.

"La agresión es una conducta cuya finalidad es la de matar, herir, dañar o perturbar a
alguien, o bien de destruir sus bienes o apoderarse de ellos. Puede, o no, ir acompañada
de violencia física."

H. Touzard (1981). La mediación y la solución de los conflictos: estudio psicológico (p. 25).
Barcelona: Herder.

Distintas corrientes de la psicología han investigado e intentado explicar estas


conductas, usando para eso distintas perspectivas:

• Instintivista. Ha conceptualizado la agresión como un comportamiento


basado en impulsos instintivos del ser humano (psíquicos y/o fisiológicos).

• Ambientalista. La conducta agresiva sería una respuesta individual frente


a la frustración derivada de las restricciones que el mundo externo impone
sobre el individuo.
© FUOC • PID_00161330 15 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

• Individuo-ambiente. Se explican por la existencia en el individuo de ten-


dencias, impulsos y tensiones, que se reducen o satisfacen a través del com-
portamiento agresivo. También se le ha considerado como un comporta-
miento instrumental, una manera de llegar a un fin.

Todas intentan responder, de distinta forma, a preguntas acerca del origen Lecturas recomendadas
de la agresión y su posible funcionalidad: ¿es una respuesta a una situación
Para una revisión de las apor-
amenazante o proviene de una pulsión interna? ¿O depende de su interacción? taciones de la psicología al
Y en ese caso, ¿qué la explica? estudio de la violencia y la
agresión, se pueden consul-
tar:
Sin embargo, este tipo de definición suele mantener una ambigüedad no re- E. Fromm (1986). Anatomía
de la destructividad humana.
suelta en torno a la dirección de la relación entre conflicto y agresión: ¿es una México DF: Siglo Veintiuno
situación de conflicto la que explica la agresión, o una situación de agresión Editores.
I. Martín-Baró (1995). Acción
la que explica el conflicto? e ideología. Psicología social
desde Centroamérica. El Salva-
dor: UCA Editores.
Los modelos desarrollados parecen suponer algún tipo de conflicto en la base
de la agresión, lo que convierte la definición de conflicto interindividual en
una interacción en la que las partes manifiestan conductas agresivas recípro-
camente, desviando la atención hacia al agresión y descuidando la naturaleza
del conflicto.

2.1.2. Conductismo

Para los teóricos conductistas, también llamados behavioristas, la agresión se


origina como una respuesta a una frustración provocada por estímulos exter-
nos, y no a impulsos endógenos, sean psíquicos o fisiológicos. Así, el conduc-
tismo pretende demostrar que la conducta agresiva no es producto de una
tensión interna que hay que descargar, sino de una estimulación externa.

"No niegan el origen innato de esta respuesta a la estimulación exógena, sino su origen
endógeno."

H. Touzard (1981). La mediación y la solución de los conflictos: estudio psicológico (p. 29).
Barcelona: Herder.

El postulado más conocido al respecto es la teoría de la frustración-agresión


(Dollard, 1939, en Touzard, 1981), que señala que la frustración es el origen
y la causa de la agresión.

Posteriormente esta teoría ha sufrido diversas precisiones y matizaciones. Por


ejemplo, se ha señalado que la agresión no es una consecuencia necesaria de
la frustración, pero que toda agresión se origina en una frustración (Miller,
1941, en Touzard, 1981). Esta reformulación se concentra en la naturaleza de
la frustración, la que se define como "la interferencia en la producción de una
respuesta de finalidad en el momento más propicio de la secuencia de com-
portamiento" (p. 30).

Dentro de este marco, la motivación agresiva dependería de tres factores:


© FUOC • PID_00161330 16 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

a)�La�fuerza�de�instigación�de�la�respuesta�frustrada. Ésta se compone de


dos aspectos:

• a estimación de la fuerza de la motivación frustrada y


• la fuerza de atracción del sujeto hacia un objeto dado que satisface una
necesidad.

A medida que la motivación se haya frustrado más fuertemente y el sujeto


sienta una necesidad más imperiosa por el objeto, la posibilidad de que el
sujeto responda agresivamente es mayor.

b)�El�grado�de�interferencia�en�la�respuesta�frustrada, es decir, la cantidad de


actos de interferencia y su naturaleza más o menos hostil están directamente
relacionadas con la tendencia a producir actos agresivos.

c)�La�cantidad�de�secuencias�de�respuestas�frustradas, es decir, la acumula-


ción de la frustración. Cuanto más frecuente sea, aunque correspondan a frus-
traciones cada vez menores, mayor será la probabilidad de que se produzcan
actos agresivos.

En un plano más revisionista, se ha criticado este modelo teórico desde dos


frentes. Por un lado, si la frustración no conduce necesariamente a la agresión,
el foco debería concentrarse en explicar la agresión, más que en un modelo
de la frustración. Por el otro, porque la definición de frustración que usa es
demasiado amplia y no atiende a la singularidad de los diversos tipos de frus-
traciones que existirían. Esta vaguedad le impediría explicar cómo es que la
frustración puede ir seguida de diversas respuestas, como el miedo, la huida,
la regresión, o la búsqueda activa de alternativas, por mencionar algunas.

Inicios cognitivistas en la corriente del conductismo

Estas falencias en el modelo explicativo abrieron un abanico de estudios e


intentos de explicación, el cual, a su vez, permitió iniciar una investigación
conductista que incipientemente incorporaba variables cognitivas.

Así, se puso sobre la mesa la importancia del aprendizaje�social. Algunos es-


tudios mostraron que es posible entrenar a alguien para que responda agresi-
vamente a un estímulo dado, que no se relaciona habitualmente con agresión,
y para que responda de manera no agresiva a estímulos que normalmente sí
generan respuestas agresivas (Davitz, 1952, en Touzard, 1981).

Bandura y otros (1961, 1963, en Touzard, 1981) pusieron en evidencia tam-


bién la importancia de los procesos de imitación�e�identificación en un mo-
delo del comportamiento agresivo: observaron que los niños que eran someti-
dos a la exhibición de una película en que había adultos comportándose agre-
sivamente, posteriormente experimentaban reacciones agresivas parecidas a
© FUOC • PID_00161330 17 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

las observadas, mientras que los niños que no habían sido expuestos a eso no
las presentaban. Por otro lado, cuanto más recompensada se vea la respuesta
agresiva, más probabilidad tiene de manifestarse.

Por su parte, Berkowitz (1962, 1965, 1969, en Touzard, 1981) reformuló la


teoría de la frustración-agresión, postulando que la frustración genera sólo una
disposición para producir respuestas agresivas. Esta disposición puede tener su
origen en una agresión, en la observación de actos violentos o en el hábito de
responder agresivamente.

Para que la respuesta agresiva tenga lugar, se requiere, por una parte, el des-
pertar de una reacción emocional, la cólera, y un desencadenante, es decir,
algún estímulo relacionado con la rabia presente o pasada. La cólera se cons-
tituye así en la variable intermedia entre la frustración y la agresión.

La intensidad de la respuesta agresiva dependerá de la fuerza de la aso-


ciación de los desencadenantes con la causa de la rabia, y de la disposi-
ción de la persona para la agresión (la intensidad de su rabia).

Estudio experimental

Sin embargo, mediante un estudio en el que una persona debía infligir descargas eléctri-
cas a un compañero después de ver una película violenta, concluyó que la identificación
también jugaba un papel importante en la interacción agresiva: la agresión fue más in-
tensa cuando la persona que dio las descargas tenía características similares a las de la
víctima del filme (se identificó con ella), cuando el compañero al que había que agredir
presentaba características similares a las del agresor de la película, y también si la persona
que daba las descargas sentía antipatía hacia el compañero.

Desde otro punto de vista, los teóricos del refuerzo se han centrado en demos-
trar que la fuente de la agresión no debe buscarse en la frustración, sino en
su carácter�instrumental: la agresión permite alcanzar un fin, es decir, sería
un medio idóneo de acción para lograr una meta. Es decir, hay que buscar su
origen en las contingencias que la refuerzan.

Así, Buss (1961, 1966, en Touzard, 1981) y Lange (1972, 1973, en Touzard,
1981) definieron dos tipos de refuerzos primarios para la agresión: intrínsecos
(por ejemplo, el placer que reporta el sufrimiento de la víctima agredida) y
extrínsecos (por ejemplo, el comportamiento agresivo ayuda a impedir que
el adversario logre sus objetivos). El refuerzo extrínseco es el más relevante
en la instigación de una conducta agresiva, y conduce a la instrumentalidad
de la agresión. También hay refuerzos secundarios en la agresión: cuando los
comportamientos agresivos llegan a convertirse en gratificantes en sí mismos y
no porque son seguidos de una gratificación específica (un refuerzo primario).
Como resultado de varios estudios, estos autores observaron que el dinero y
otros refuerzos externos eran los determinantes más poderosos de la agresión.
© FUOC • PID_00161330 18 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Como habéis visto, la investigación de inspiración conductista entendería el


conflicto social como un intercambio de conductas agresivas. En unos mode-
los, la agresión se debe a algún tipo de conflicto (frustración). En otros, está
mediatizada por procesos de aprendizaje social que implican alguna forma de
proceso cognitivo y social, como lo son la imitación y la identificación. Final-
mente, los teóricos del refuerzo se concentran en las contingencias que pue-
den reforzar la conducta agresiva, otorgándole un valor instrumental.

Cada opción sugiere distintas vías de enfrentamiento de los conflictos sociales


y de la agresión. Los modelos de la frustración indicarían la importancia de
intervenir en aquellas formas de frustración que motivan conductas agresivas.
Los teóricos del aprendizaje social concentrarían su interés en los modelos so-
ciales a los que los sujetos son expuestos y los procesos de imitación e iden-
tificación que se ven favorecidos en ese proceso. Finalmente, los teóricos del
refuerzo se orientarían a una intervención en las contingencias que rodean a
la agresión, a través de programas destinados a desproveer a la agresión de su
valor instrumental, combinando el retiro de los refuerzos positivos a la agre-
sión, la presentación de castigos y la aplicación de refuerzos positivos a las
conductas de paz.

2.1.3. Psicoanálisis

Nos centraremos aquí básicamente en la obra de S. Freud, ya que la riqueza


de sus aportaciones a la comprensión del conflicto se ha diseminado amplia-
mente en diversos desarrollos sobre la materia y, en ese sentido, una revisión
de éstos puede contribuir a una contextualización y reflexión sobre aquéllos.

Como ya habíamos sugerido más arriba, quizás una de las primeras contribu-
ciones que habría que mencionar, por su popularización en el conocimiento
común y en algunos análisis desde las ciencias sociales, es la reedición de la
hermeneútica platónica que separaba apariencias de verdad, en la dualidad
entre lo manifiesto y lo latente.

En un nivel descriptivo, desde esta lectura de la realidad (social), los conflictos


pueden tener una manifestación, pero también un trasfondo latente, lo cual
obliga a descifrar cuál es el conflicto verdadero, el que coexiste tras el que se
manifiesta. En un nivel dinámico, se piensa que este conflicto latente equivale
a la causa profunda del conflicto que se manifiesta.

Algunos análisis han planteado que el hecho de que no se manifieste


un conflicto no quiere decir que éste no exista, a la vez que, cuando
un conflicto se manifiesta, es necesario analizar sus causas "ocultas" o
latentes.
© FUOC • PID_00161330 19 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Otra aportación importante de la obra de Freud es el uso de la figura del con-


flicto para la interpretación del psiquismo humano, es decir, su lectura con-
flictiva de los procesos psicológicos y su idea de que el aparato psíquico llega
a conformarse como tal a través de un proceso plagado de conflictos.

El aparato psíquico según Freud

En una primera conceptualización o tópica, plantea que el aparato psíquico se conforma


inicialmente en razón del principio del placer. Éste es el proceso primario que establece
la dinámica inconsciente, y que mueve a todo el psiquismo a la satisfacción de esta de-
manda. El choque de este deseo con la realidad, empero, determina necesariamente una
de las primeras experiencias de frustración del recién nacido, lo que inicia, por una parte,
el desarrollo de sus capacidades alucinatorias, y por la otra, el desarrollo de un principio
de realidad, que dará paso al proceso secundario que gobernará la instancia consciente.

En un segundo diagrama, plantea la existencia de tres instancias: el ello, el yo y el superyo.


Lo que nos interesa de esta tópica es que el yo, depositario del principio de realidad,
debe modular, por una parte, las demandas de satisfacción del ello y, por la otra, los
impedimentos normativos que le plantea el superyo. Esta última instancia se formaría a
través de la identificación e introyección de la figura paterna, como primer encuentro
con las prohibiciones y las normas sociales. En este sentido, en esta segunda tópica, la
conformación del aparato psíquico remite a un conflicto con la figura del padre, como
transportador de la norma social.

En las dos tópicas persiste un modelo energético del aparato psíquico, en que lo que
no puede ser satisfecho, como descarga energética hacia el objeto deseado, ya que es
frustrado, se hace reprimido, y debe buscar su causa de satisfacción por otra vía y hacia
otros objetos. Es decir, el sujeto, en aras de su conformación y inserción en una sociedad,
debe sublimar.

Este modelo habita en muchas de las aproximaciones hacia los conflictos so-
ciales. Si se piensa que un conflicto se debe a la frustración de una necesidad,
por ejemplo, éste no se verá resuelto hasta que esta causa profunda sea satisfe-
cha. Si la satisfacción no es permitida, ya que no se ofertan la vía y/o el objeto
requeridos, el sujeto puede buscar alternativas sucedáneas. Pero si la desaten-
ción y negativa a esta demanda son tales que no dejan alternativas, el sujeto
puede acumular una cantidad de energía no liberada y de frustración tales que
es posible que el conflicto se desplace desde un área o dominio hacia otro,
para obtener una satisfacción sustitutiva.

Modelo ''olla de presión''

Así, esta manera de concebir los conflictos se parece a un modelo "olla de presión": siem-
pre habrá diversos grados de frustración en los sujetos, derivados de la natural conviven-
cia social, pero es necesario dejar alternativas socialmente viables de satisfacción a esos
deseos iniciales socialmente inaceptables que devienen frustrados, es decir, de sublima-
ción; si esas alternativas no son previstas oportunamente, pueden generar una acumula-
ción de tensión que puede estallar directamente sobre el tema en cuestión, o bien hacerlo
en otro dominio al que se haya desplazado.

Cabe mencionar otras tres incursiones importantes de Freud en el campo so-


cial, que explican las dinámicas psicológicas.

La primera es Tótem y tabú (1913, en Schellenberg, 1981), donde mediante un


análisis de la función de las figuras totémicas en las culturas primitivas, intenta
mostrar que una de sus funciones principales es darle un sustrato cultural al
tabú del incesto, es decir, ayudar a tramitar los deseos sexuales evitando el
intercambio consanguíneo. El tótem sería, para Freud, el recuerdo simbólico
y ritual del primer parricidio, la muerte del jefe de la horda primitiva a manos
© FUOC • PID_00161330 20 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

de sus hijos, y en tal sentido, la encarnación del remordimiento del grupo,


a la par que una resimbolización de la consanguineidad de los miembros del
grupo. Con la adoración del tótem se instaurarían el tabú del incesto y el del
asesinato.

Posteriormente, en La psicología de las masas, a propósito de la obra de la co-


nocida obra de Le Bon, Freud se plantea la cuestión de cómo en los fenómenos
de masas, el yo se diluye en la masa, generándose un colectivo desgobernado.
En la medida en que los miembros de la masa desplazan hacia el miembro del
grupo la función superyoica, se produciría entre ellos una amplia y recíproca
identificación del yo, lo que facilitaría la manifestación del instinto de horda:

"[...] la disminución de la actividad intelectual, la carencia de restricciones emocionales,


la incapacidad para moderarse y contenerse, la inclinación a rebasar todos los límites en
la manifestación de los afectos y a la completa desviación de éstos en actos."

S. Freud (1922). La psicología de las masas (pp. 81-82). En Schellenberg (1981). Los funda-
dores de la psicología social (p. 37). Madrid: Alianza.

Más adelante, otros autores han ligado las acciones colectivas en masa a un
desplazamiento del conflicto social.

En un tercer momento, es importante mencionar la opinión de Freud acerca


de la agresividad humana (1932, en Touzard, 1981), vertida en su carta diri-
gida a Einstein, Why war?, donde afirma su convicción de que la agresividad
humana no puede desaparecer, que no tiene ninguna utilidad tratar de supri-
mir esta tendencia agresiva, y que tratar de derivarla debiera bastar para que
no haya necesidad de expresarla mediante la guerra. En su opinión, los únicos
métodos eficaces para combatir la guerra son indirectos: reforzar los vínculos
emocionales en las comunidades humanas, mediante el amor hacia los demás
(no sexualmente) y la identificación (compartir intereses importantes entre
los individuos). Sólo entonces la civilización podría seguir su proceso de evo-
lución hacia un desplazamiento de las metas y los impulsos instintivos.

Freud distinguió como características psicológicas centrales de la civilización


el refuerzo del intelecto, que a su parecer estaría empezando a gobernar la vida
instintiva, y la interiorización de las pulsiones agresivas, con las consecuencias
positivas y negativas que esto puede conllevar.

Finalmente, otra de sus contribuciones muy usadas en los análisis de los con-
flictos es la planteada en su obra Más allá del principio del placer (1920, en Tou-
zard, 1981), donde formuló su teoría acerca de la pulsión�de�muerte (Thana-
tos), un impulso agresivo instintivo en el ser humano.
© FUOC • PID_00161330 21 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

"Los instintos de muerte se dirigen en primer lugar contra el individuo mismo, tienden a
la autodestrucción. Esto se comprende desde la óptica de un principio absoluto de placer:
el individuo tratará de mantener el displacer en su nivel mínimo. La muerte, el retorno a
lo inanimado, es el estado más radicalmente exento de estímulos externos, por lo tanto,
de displacer."

H. Touzard (1981). La mediación y la solución de los conflictos: estudio psicológico (p. 25).
Barcelona: Herder.

Para Freud, esta teoría de la pulsión de muerte no resultaría contradictoria


respecto a la teoría biológica de los instintos, que plantea que su función es
la conservación del individuo y de la especie, ya que la conservación va en
contra de la evolución; y es también un perpetuo retorno al estado primitivo,
puesto que, según Freud, el fin de toda vida es la muerte.

De este modo, la evolución orgánica sería producto de factores externos que Pulsión de muerte
alteran la tendencia del ser humano al estancamiento, pero la mayoría de las
Este concepto es uno de los
veces, la pulsión de muerte se enfrenta y opone a la libido narcisista (pulsión más controvertidos de la teoría
de vida, constituida por impulsos sexuales y de autoconservación) y se des- freudiana. Sus críticas más re-
levantes se basan en el hecho
plaza entonces hacia el mundo exterior; es decir, su forma cambia desde la de que la pulsión de muerte
rara vez se da aislada, mientras
autoagresión a la heteroagresión. que la satisfacción libidinal y el
goce narcisista están presentes
tanto en el comportamiento
Agresión al exterior autoagresivo, como en el hete-
roagresivo.
De este modo, se aprecia que la agresión al exterior sería un desplazamiento, un fenó-
meno secundario. También hay ocasiones en que las pulsiones de vida y de muerte inte-
ractúan y se complementan, dado que los impulsos agresivos permiten el logro de una
finalidad que aporta satisfacción a la pulsión de vida, por ejemplo, como señaló Freud,
el instinto de conservación es de tipo erótico, pero debe disponer de agresividad para
alcanzar sus fines.

Otros psicoanalistas han mantenido y desarrollado algunas de estas ideas. Así


lo ha hecho, por ejemplo, Melanie�Klein (en Touzard, 1981), para quien la
agresión es un rasgo innato; ya desde la época del amamantamiento se expe-
riencia la agresión.

La agresión según Klein

La relación del bebé con su madre es ambivalente, pues experimenta la alternancia entre
el amor (al "pecho bueno", que alimenta y satisface) y el odio (al "pecho malo", que frustra
y abandona), producto de su falta de integración de los objetos. En una primera etapa
vital, que Klein designa como etapa esquizo-paranoide, éstos tienen características parcia-
les, son buenos o malos, pues aún no se ha alcanzado el grado de desarrollo necesario
como para integrar objetos totales, constituidos tanto por aspectos satisfactorios como
frustradores. Esto sólo se logra posteriormente, en la llamada etapa depresiva, en la que
el individuo es capaz de reconocer que el mismo objeto tiene características "buenas" y
"malas", y que cuando daña, ataca o agrede a esas partes "malas" del otro, verdaderamente
está dañando al objeto total, lo que le permite experimentar culpa y generar intentos
reparatorios.

Retomando la conceptualización de la etapa esquizo-paranoide, aquí la rela-


ción con la madre –primera relación objetal del ser humano– se encuentra
partida o escindida: se la percibe como un objeto bueno, protector, fuente de
amor, de calor, de bienestar (cuando alimenta, abriga, limpia, acude al llanto
del bebé, etc.), y como un objeto malo, frustrante, amenazador, que abando-
na, devorador (por ejemplo, cuando no acude prontamente al llanto del bebé,
demora su alimentación, no lo limpia rápidamente cuando se ha ensuciado, es
© FUOC • PID_00161330 22 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

decir, experiencias que todo ser humano ha de experimentar). El bebé utiliza


primariamente el mecanismo de defensa de la proyección, sacando, es decir
situando fuera de sí, en los demás o en el ambiente, lo que experimenta inter-
namente. En este caso, su propia vivencia de tragar, succionar, morder y de-
vorar el pecho materno, el sentirse agresivo y odiar este objeto, es proyectado
en la madre, a quien vivencia entonces como amenazante y devoradora.

Melanie Klein (1950, en Touzard, 1981) también sostiene esta postura, plan-
teando que no se puede suprimir el instinto agresivo del hombre, pero se pue-
de disminuir la angustia que acentúa estos instintos y cortar el refuerzo mutuo
entre el odio y el miedo.

Otro psicoanalista, Lorenz (1969, en Touzard, 1981) considera que las posibi-
lidades de la humanidad se basan en la sublimación de la agresión individual,
alcanzable mediante actividades socialmente positivas, como el deporte, el
juego, el arte, la ciencia y la lucha por la verdad científica. Pero, como Touzard
(1981), nos preguntamos si tal sublimación alcanzará a reducir la cantidad y
la intensidad de los conflictos sociales e internaciones de nuestras sociedades
contemporáneas.

2.2. Aportaciones desde la sociología a la comprensión del


conflicto social

Ninguna de las teorías anteriormente descritas (conductistas o psicoanalíticas)


parecen ser capaces de resolver, o al menos reducir, por sí mismas, los con-
flictos sociales o internacionales, por lo que surge la necesidad de analizarlos
desde la perspectiva de las estructuras sociales, ya que no se puede reducir la
comprensión de los conflictos sociales a una dimensión psicológica intra e
interindividual.

El análisis del conflicto que proponen los sociólogos es muy distinto, e inten-
taremos dar cuenta de las propuestas más destacadas. Como veremos a con-
tinuación, algunos sociólogos conceptualizan el conflicto como un fracaso,
una disfunción social. Otros lo consideran como inherente e incluso funda-
mental para el proceso social. Por ende, para los primeros, el conflicto sería
un incidente pasajero que se debe solucionar y/o suprimir; mientras que para
los segundos, el conflicto es inevitable y necesario para el funcionamiento de
la sociedad.

2.2.1. Las teorías funcionalistas

Los teóricos funcionalistas tuvieron sus más afamados exponentes en Parsons,


Barnard, Merton, Mayo y Drucker (en Touzard, 1981, pp. 37-38). Según ellos,
la sociedad se basa en ciertos principios, a saber:
© FUOC • PID_00161330 23 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

• Toda sociedad es una estructura relativamente estable de elementos, es Funcionalismo


decir, un conjunto relativamente estable de elementos interdependientes;
La corriente sociológica del
funcionalismo, siguiendo el
• Todo elemento social cumple una función, es decir, contribuye al mante- modelo médico hegemónico
de la época, conceptualizaba
nimiento del sistema social; el conflicto como una enferme-
dad o patología social que se-
ría necesario erradicar. Es de-
• Toda estructura social que funcione descansa en un consenso acerca de cir, el conflicto es disfuncional
y hay que reparar las condicio-
los valores. nes que le dieron origen pa-
ra que todo vuelva a su orden
(Molina, 2001).
Así impera en el funcionalismo una imagen armónica de la sociedad, en la que
sus miembros cooperan mancomunadamente en torno al logro de un fin co-
mún. En este escenario, el conflicto es una interrupción, una falla contingente
en el funcionamiento del sistema social, que debe ser subsanada. Se lo consi-
dera también como un remanente de un estado primitivo de la humanidad,
que puede ser superado con la adopción progresiva de la sociedad de mejores
estados de colaboración. En términos individuales, es una desviación del es-
tado normal de actitudes y comportamientos humanos, que puede y debe ser
corregido mediante la educación y la formación.

Esta concepción tuvo gran auge en cierta sociología de las organizaciones de


los años sesenta, agrupada sobre la tesis de "las relaciones humanas", en donde
se pensaba que los conflictos en el interior de las organizaciones se debían
a fallas en la dirección, problemas de actitudes, en la comunicación y en la
comprensión recíproca, que podían y debían ser corregidas.

Por eso, en la teoría funcionalista el fenómeno central de investigación fue la


integración social. Es decir, el propósito de responder a la pregunta de por qué,
siendo las sociedades un conglomerado de individuos, éstos han pervivido
colectivamente en vez de haberse destruido en mil pedazos. De modo que lo
central, lo que ordena a su vez el conjunto de sus reflexiones e investigaciones,
es explicar la capacidad de la sociedad para mantenerse integrada (Ruiz, 2001).

Por estos motivos, las teorías funcionalistas sólo han ofrecido una lectura del
conflicto como patología de los sistemas sociales, y un paraguas para diversas
orientaciones destinadas a la cuestión de la corrección de las causas de los
conflictos sociales.

2.2.2. El conflicto social en la sociología marxista

Aunque son variadas las aportaciones que beben de las obras de Marx y Engels,
y éstas a menudo se agrupan bajo el nombre de sociologías del conflicto, es po-
sible distinguir tres corrientes que tienen una especial vigencia, y que reúnen
tres características en común:

a) Considerar el conflicto como motor de la historia social.


© FUOC • PID_00161330 24 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

b) Desplegar un cuerpo teórico y un programa de investigación destinado al


análisis del conflicto.

c) Entender el quehacer académico e intelectual de análisis del conflicto como


una actividad emancipadora y de crítica social (una contribución a la posibi-
lidad de la revolución).

Estos tres desarrollos son:

• El análisis de la lucha de clases


• El análisis de los sistemas mundiales
• La teoría crítica

Para el análisis de la lucha de clases, la dominación y la lucha de clases produ-


cen la dinámica central de la sociedad. Por eso, la principal preocupación de
su teoría social consiste en analizar la capacidad de las clases de controlar los
medios de producción, administración, comunicación y coerción (Giddens y
Turner, 1998).

En el enfoque de los sistemas mundiales, las unidades de análisis ya no


son tanto los actores de clases, sino que su objeto central de análisis son
los sistemas históricos, que se extienden en el tiempo y en el espacio,
adoptando formas diversas, desde sistemas menores hasta los imperios
y las economías transnacionales y mundiales. El poder de estos imperios
y economías de constreñir y dominar a los individuos, asociaciones y
naciones es la realidad del universo actual (Wallerstein, 1998).

Finalmente, la teoría crítica, iniciada por Horkheimer y desarrollada por el cír-


culo intelectual que se conformó en torno a él en Frankfurt, conocido como
Escuela de Frankfurt, y posteriormente extendido en Francia y Estados Uni-
dos, tuvo como objetivo programático el desarrollo de una teoría crítica de la
sociedad basada en una compresión materialista de sus ámbitos y fenómenos.
Esto a través de ampliar interdisciplinariamente el marxismo, e interdiscipli-
narizar el materialismo dialéctico (Honneth, 1998).

A continuación, nos detendremos brevemente en el análisis de clases, ya que


es el que mantiene una relación más directa con los planteamientos de Marx y
Engels, sobre la importancia de comprender el conflicto en términos de luchas
de clases, para entender y poder operar sobre las dinámicas sociales.

El punto de partida del análisis de clases (Miliband, 1998) es mostrar la vigen-


cia o la actualidad del doble planteamiento de Marx y Engels acerca de la im-
portancia de la lucha de clases para el despliegue de la historia social, que se
puede resumir en:
© FUOC • PID_00161330 25 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

a) La historia de toda sociedad existente hasta el momento es la historia de


la lucha de clases.

b) Todas las luchas históricas, se den en el ámbito político, religioso, filosófico


u otro ámbito ideológico, son la expresión más o menos clara de luchas entre
clases sociales.

Como plantea el propio Miliband (1998):

"[...] es un tipo de análisis que parte de la convicción de que la lucha de clases ha consti-
tuido el hecho crucial de la vida social desde el pasado remoto hasta el presente."

Así, el análisis de clases es análisis de la lucha de clases:

"Este análisis se ocupa fundamentalmente de las bases y mecanismos de esa lucha, del ca-
rácter de los protagonistas, de las formas que adopta, de las razones de las distintas formas
que adopta en los distintos períodos de una sociedad dada y en las distintas sociedades,
de los constructos ideológicos bajo los que se libra la lucha y de otras cuestiones similares
que puedan servir para iluminar diversas facetas de la vida y de los procesos sociales."

R. Miliband (1998). Análisis de clases (p. 420). En A. Giddens y J. Turner (Eds.), La teoría
social hoy. Madrid: Alianza.

Lo que caracteriza la lucha de clases es la relación de dominación y subordi-


nación de unas clases por otras, en aras de la explotación: la apropiación. En
una sociedad de clase, una clase se constituye en dominante, en razón de su
control sobre las tres fuentes principales de dominación, que son los medios
de (Miliband, 1998):

• Producción, que puede comportar la propiedad sobre los mismos.


• Administración y coerción.
• Comunicación y consenso.

La estructura de dominación resulta del uso de cada una de estas fuentes en


combinación y apoyo mutuo para la mantención de la relación de dominación
y explotación de unas clases sociales por otras.

En resumen, podríamos decir que la lucha de clases se caracteriza por


la disputa por la apropiación de unas clases por otras, de la propiedad
social en términos de reglas de asignación y de apropiación del valor
social.

En el contexto de la estructura y modo de producción de las sociedades capi-


talistas contemporáneas, los objetivos del análisis de lucha de clases son prin-
cipalmente tres (Miliband, 1998):

a) La elaboración de un mapa social preciso, en el que se identifiquen las clases


y subclases que constituyen estas sociedades, y sus múltiples complejidades.
© FUOC • PID_00161330 26 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

b) Demostrar con exactitud cuáles son las estructuras de dominación y explo-


tación entre estas clases, junto con los diferentes modos en que es extraído,
apropiado y distribuido el plus-trabajo.

c) Ocuparse del conflicto entre las clases, sobre todo entre capital y Estado,
por un lado, y la clase obrera, por el otro.

La estructura social de las sociedades capitalistas avanzadas se semeja a una


pirámide en cuya cúspide hay una clase dominante, y en su base una clase
trabajadora. Entre ellas, una pequeña burguesía.

La clase dominante tiene en su parte más alta una elite de poder compues-
ta de dos elementos distintos: individuos que controlan las más importantes
empresas industriales, financieras, comerciales y de comunicación en el sector
privado; y quienes controlan las posiciones clave del sistema de administra-
ción y coerción estatal, así como las empresas estatales y medios de comuni-
cación del sector público.

Bajo esta elite del poder se encuentra una clase dominante más amplia, com-
puesta a su vez por un grupo individuos que controlan una gran variedad de
empresas de tamaño medio, por un lado, y una clase de profesionales que
constituyen los niveles superiores de la parte "titulada" de la estructura social.
Si bien no posee nada parecido al poder de la primera, es una clase muy influ-
yente económica, social, política y culturalmente.

A la cabeza de las clases subordinadas, se encuentra una pequeña burguesía


importante, compuesta de empresarios capitalistas de poca monta (comercian-
tes, tenderos, artesanos autónomos, etc.) y empleados de nivel semiprofesio-
nal encargados de tareas de supervisión en la empresa privada, pública y en
instituciones de coerción.

Luego le sigue la clase obrera, que se compone por personas cuya única y prin-
cipal fuente de ingresos proviene de la venta de su mano de obra, cuyos in-
gresos los colocan en los niveles de rentas bajas o inferiores, y cuyo poder in-
dividual en el trabajo o fuera de él es escaso.

Pero aún, de la base de la pirámide se desprende una subclase integrada por:

"los parados más o menos permanentes, los miembros de la clase trabajadora que son
viejos, enfermos crónicos o disminuidos, y aquellos que por otras razones no pueden
abrirse paso en el 'mercado del trabajo’".

R. Miliband (1998). Análisis de clases (p. 428). En A. Giddens y J. Turner (Eds.), La teoría
social hoy. Madrid: Alianza.

Las luchas que ocupan el análisis de clases se pueden dividir en dos categorías
gruesas:
© FUOC • PID_00161330 27 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

a) Por una parte, las vías a través de las cuales la clase dominante procura
defender, mantener y fortalecer el orden social en que se basa su dominio,
convirtiéndose así en una clase conservadora dirigente de la sociedad.

b) Por la otra, la presión que ejercen las clases subordinadas o sus minorías
políticamente activas, ya sea por mejorar las condiciones en que se vive la
subordinación, o por intentar el final de la subordinación de todo tipo.

Para Miliban (1998), si bien la transnacionalización ha complejizado el análisis


de clases, no altera su vigencia, toda vez que ha emulado la estructura de clases
a escala mundial entre las naciones y ha fortalecido este tipo de estructuración
dentro de cada nación capitalista.

2.2.3. Las sociologías del conflicto

Los sociólogos del conflicto conforman quizás el otro polo de los teóricos fun- Universalidad del
cionalistas. Para ellos, los conflictos sociales son inherentes y necesarios para conjunto

toda sociedad. Es bien conocida la frase de


Dahrendorf (1959, en Tou-
zard, 1981, p. 41) "donde hay
Para Bernard (1957, en Touzard 1981), los conflictos son situaciones en las que vida, hay conflicto". Para es-
te autor, la universalidad del
coexisten entre los seres humanos fines o valores inconciliables entre sí. Esto conflicto tiene su origen en
se expresa cuando unos grupos hacen triunfar sus valores a expensas de los el desigual reparto del poder
que toda organización social
de otros grupos, es decir, cuando los valores de aquéllos se adquieren al precio realiza, es decir, en el hecho
de que ciertas posiciones tie-
de los de éstos. nen derecho a ejercer control
y coerción sobre otras.

Desde esta perspectiva, el conflicto posee una función instrumental, como


parte de una estrategia por parte de un grupo de hacer prevalecer sus intereses
por encima de los de otros. Esta dimensión instrumental del conflicto es lo
que, por su parte, Coser (1956, en Touzard 1981), denominó conflicto realista,
que se caracteriza por la búsqueda de consecución de una meta, opuesta a un
adversario; para distinguirlo del conflicto no realista, o expresivo, que equivale a
la mera descarga de la tensión por parte de al menos uno de los protagonistas.

Así, plantea que, cuando el conflicto instrumental no es posible, ya que la es-


tructura social no lo permite, debido por ejemplo a la extrema situación de
sometimiento de un grupo respecto a otro, lo que puede suceder en socieda-
des totalitarias, es posible que esa sociedad asista sólo a conflictos expresivos,
como conflictos desviados hacia objetivos sustitutivos. En casi todas las oca-
siones, estos conflictos expresivos, lejos de constituir un factor de cambio so-
cial, pueden favorecer el statu quo. Desde esta óptica se ha interpretado, por
ejemplo, el hecho de que las mayores muestras de racismo se dieran más ha-
bitualmente desde los grupos más desfavorecidos socialmente.
© FUOC • PID_00161330 28 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

La tesis de Coser es que el conflicto instrumental, con su correlato expresivo,


intragrupal e intergrupal es un factor de renovación y cambio social, y como
tal, evita el empobrecimiento y refuerza la creatividad social, ya que la lucha
por la igualdad de oportunidades es un factor de vitalidad social.

Así, llegó a plantear que el conflicto instrumental, acompañado o no de su


correlato expresivo, desempeñaba cuatro funciones de socialización en el nivel
colectivo:

1) El conflicto refuerza la identidad de los grupos enfrentados, ya que ahí el


grupo se percata de lo que lo diferencia y de lo que lo define (por oposición).

2) Fortalece la cohesión interna de los grupos en conflicto, siempre y cuando


ese consenso fundamental existiese con antelación al conflicto.

3) Aproxima a los beligerantes. El conflicto cumple una función ritual, es la


manera de enfrentar y resolver diferencias. En tal sentido, posee cierta norma-
tividad social, que evita la aniquilación de los oponentes, y preestablece cier-
tas formas en que el conflicto puede ser zanjado. Todo final de un conflicto es
un proceso de redefinición de normas, deberes y derechos.

4) Finalmente, el conflicto permite establecer o mantener un equilibrio del


poder, ya que es con frecuencia el único medio donde las partes pueden exhibir
y probar sus fuerzas relativas, así como regular la concentración y ejercicio del
poder, demandando una redistribución de éste, con el correspondiente nuevo
equilibrio.

Por último, para A. Touraine (1973, en Touzard 1981) el conflicto social es el


motor de la creación continua de la sociedad por sí misma. A través del con-
flicto de clases, la sociedad deviene un sistema de relaciones y acciones, mo-
vida por dos polos en tensión: el pasado y el futuro, la herencia y lo potencial,
la reproducción de sí mismo y la producción, lo cual se traduce en un combate
por la gestión de las orientaciones sociales y culturales de sistema de acción
histórica y de la historicidad misma.

2.3. Otras aportaciones al pensamiento psicosocial del conflicto

2.3.1. Adam Smith, conflicto de intereses y competencia

Debemos esta figura, en un desarrollo similar al que usamos actualmente, prin-


cipalmente a las aportaciones de Adam Smith (1723-90), a través de sus obras:
La teoría de los sentimientos morales (1759), La riqueza de las naciones y El espíritu
del capitalismo (Schellenberg, 1982).
© FUOC • PID_00161330 29 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Metáfora de la escasez

En ellas se consolida la metáfora de la escasez como una condición de todo hombre y


toda sociedad, la que se deriva de la desigual relación entre unos recursos limitados y
unas necesidades humanas crecientes e ilimitadas. En medio de esta realidad se mueve
el homo oeconomicus, una criatura orientada a satisfacer sus intereses particulares, para lo
cual hace uso de una inteligencia económica destinada a maximizar la obtención de las
utilidades de su actuación. Smith asume que esta condición hace que los intereses de los
individuos entren continuamente en conflicto.

Ciertamente, la escasez así planteada es una condición conflictiva: los indivi-


duos, en el afán de satisfacer sus necesidades crecientes e ilimitadas, entrarán
en conflicto por unos recursos finitos, ya que la satisfacción de los propios
intereses puede resultar en detrimento de los del otro.

Pero para Smith, es también la oportunidad de la creación de riqueza a través


de la producción y el intercambio en la libre competencia en el mercado: en
el afán de satisfacer sus propios intereses, los individuos se verán impelidos
a proveerse de los medios para su satisfacción a través de la producción de
bienes y el intercambio, ya que éste puede producir una mejor satisfacción de
los intereses recíprocos.

¿Qué explica que una misma motivación, la satisfacción de los propios intere- Conflicto y competencia
ses, pueda desembocar en un conflicto, como una guerra o un saqueo, o en una
La distinción entre conflicto y
relación de competencia e intercambio, como un trueque o una compraventa? competencia es siempre arbi-
traria, pero basándose en las
aportaciones de Adam Smith,
El impersonal modelo económico planteado en La riqueza de las naciones pa- Schellenberg (1982) plantea
que hablamos de conflicto
rece fundar su posibilidad social, en su escrito más temprano, La teoría de los cuando la contienda entre las
sentimientos morales: es decir, el hecho de que la motivación de satisfacer los partes es directa y personal, y
éstas son ampliamente cons-
propios intereses desemboque en acuerdos y relaciones sociales de producción cientes, y a veces hostiles, res-
pecto a su oposición.
e intercambio, en un mercado, y no en luchas y enfrentamientos interperso- En la competición, la contien-
nales, depende de que los individuos hayan sido socializados para vivir en so- da es indirecta e impersonal,
con una limitada conciencia de
ciedad. la oposición.

Esto es, que los intereses personales son formados en la interacción con otros y
que, como tales, impliquen una aceptación del control legal de sus conductas
y del desarrollo de una ética positiva que normativice la relación con otros.
Un pilar de esta norma social ha de ser el valor de la justicia. Para él, esta so-
cialización viene dada por la natural convivencia con otros en sociedad: deri-
va de ser fundamentalmente animales sociales. Sin embargo, habrá siempre
una tensión entre esta norma ética y la satisfacción inmediata de los propios
intereses.

La disminución de esta tensión dependerá del desarrollo de una sensibilidad


social, como empatía, y de la internalización de un "observador imparcial" que
informe e indique sobre la aprobación social. Asimismo, de que el mercado
provea de una oportunidad para la libre competición y el intercambio, ya que
© FUOC • PID_00161330 30 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

según plantea Smith, el interés más fuerte en un individuo es el de ser objeto de


la mirada aprobadora de la sociedad. Este deseo de aprobación social estimula
la ambición económica y la sensibilidad social.

Desde este mirada, dos factores limitan la posibilidad de que la escasez se tra-
duzca en un conflicto directo y abierto por los recursos deseados:

1) Los sentimientos morales, basados en empatía fundamental entre las per-


sonas y una aceptación de la ley, lo cual provee alternativas éticas para la ex-
presión del antagonismo.

2) La competencia en el mercado, basada en un sistema de precios y de inter-


cambio, que provee una vía impersonal e indirecta de canalizar un conflicto
de intereses.

Como apreciaréis claramente más adelante, esta lectura económica de lo social


ha influido ampliamente en buena parte de lo que hoy se hace en psicología
social y resolución de conflictos. Por ejemplo:

• Ver en el conflicto de intereses una condición natural de las relaciones so-


ciales, a la vez que una oportunidad para la negociación y el intercambio.

• Comprender como fuentes de los conflictos sociales la tensión entre el


impulso individual hacia la satisfacción egoísta de los propios intereses y
las vías que determina la ley y la normativa social, por una parte, y/o la
violación de la justicia social, por la otra.

• Considerar que la clave para la prevención de los conflictos radica en fo-


mentar una cultura de la paz y difundir unas competencias en negociación
interpersonal; es decir, en la socialización.

• La tendencia a comprender las unidades sociales en términos de interac-


ciones de unidades individuales. Por ejemplo, referirse a conflictos inter-
naciones en términos de conflictos interpersonales.

Esta lectura nos ha legado asimismo una dicotomía en la comprensión del


orden social que ha repercutido en diversos conflictos psicosociales en la ac-
tualidad: por una parte, el planteamiento de un sistema natural condicionado
por la escasez y el homo oeconomicus, destinado a la producción de riqueza,
que impone una racionalidad instrumental; y por la otra, la demanda de un
sistema social, preocupado por la convivencia y el desarrollo de la humanidad,
guiado por una racionalidad "humanizada" o solidaria.
© FUOC • PID_00161330 31 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

2.3.2. El modelo estratégico y la teoría de juegos

La consideración estratégica de los conflictos y su resolución es posiblemen-


te tan antigua como la especie humana, pero contemporáneamente se piensa
(Schellenberg, 1982), muy al estilo moderno, que tiene su obra fundacional en
El Príncipe, de Niccolo Machiavelli (1469-1527), escrita y presentada privada-
mente en 1512 para Lorenzo de Medici. Su objeto, sistematizar la experiencia
histórica y presente en el manejo del poder político, para ofrecer las reglas que
se deben observar para obtener y manejar más efectivamente el poder.

Esta lectura moderna de sus aportaciones ha destacado cuatro claves funda-


mentales para la interpretación y afrontamiento de conflictos:

• La consideración del poder como un asunto central de análisis.

• La consideración de la relación entre medios y fines, de tal modo que los


medios han de ser ajustados de manera realista en aras de la consecución
de los fines.

• El planteamiento de que existen maneras más efectivas y eficientes de usar


los medios disponibles para la consecución de los fines que otras. El pen-
samiento estratégico trata de encontrar y usar esas maneras.

• En los conflictos y asuntos de poder, los intereses de los actores involucra-


dos son parte importante de la red de asuntos que se van a analizar: esto
es, la interdependencia.

• Las políticas, estrategias y acciones han de derivarse del análisis de la rea-


lidad, presente e histórica.

Así, el pensamiento estratégico es empíricamente fundado y tecnológicamente


orientado.

Otra consideración de estrategia es la que alumbra la definición ya clásica de


von Bülow:

"La estrategia es la ciencia de los movimientos guerreros fuera del campo de visión del
enemigo, la táctica en el interior de aquél."

A. Dávila (1995). Las perspectivas metodológicas cualitativa y cuantitativa en las ciencias


sociales. En J. Prim y J. Gutiérrez (Eds.), Métodos y técnicas de investigación cualitativa en
ciencias sociales (p. 73). Barcelona: Síntesis Psicología.

Siguiendo a Michel de Certau (1990), Dávila (1995) plantea que el modelo es-
tratégico es primero militar y luego científico. Las estrategias son acciones que
combinan tres tipos de dominio de lugar: el del poder, el teórico y el físico (en
donde están repartidas las fuerzas). Gracias al postulado de un lugar de poder,
© FUOC • PID_00161330 32 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

se emplazan lugares teóricos (sistemas y discursos totalizantes) capaces de ar-


ticular un conjunto de lugares físicos. La combinación tiene como objetivo
controlar el total, dominando unos por otros.

Pero la estrategia no se contenta con ser un plan general, sino que:

"[...] debe entrar en el campo de batalla con el ejército, para concertar los detalles sobre el
terreno y hacer las modificaciones al plan general, cosa que es incesantemente necesaria.
En consecuencia, la estrategia no puede ni por un momento suspender sus trabajos."

Clausewitz (1976). En Dávila (1995, p. 74)

Así, la estrategia está presente y se realiza en cada una de las acciones y ele-
mentos que despliega.

Un enfoque afín a estos postulados sobre la naturaleza de la estrategia es el


desarrollado por el matemático Von Neuman y el economista O. Morgenstern
(1944, en Touzard, 1981), conocido como teoría de juegos. Como tal, es una
teoría formal de la decisión racional, sea ésta individual, social o colectiva, en
situaciones de conflicto, que ofrece un modelo de análisis estructural de los
conflictos basado en el modelo de los juegos y propone una manera, matemá-
tica, probabilística, para fundar y tomar las decisiones. Su objetivo es que se
puedan tomar las decisiones óptimas en función de los objetivos dados.

Básicamente, un juego es (Touzard, 1981):

a) Una situación en la que hay por lo menos dos jugadores cuyos intereses están
en conflicto.

b) Cada jugador dispone de una gama de elecciones posibles o estrategias.

c) Una partida consiste en la elección simultánea de una estrategia por parte


de cada uno de los jugadores.

d) Una vez que cada jugador ha elegido su estrategia, el resultado está deter-
minado, y ello puede ser descrito a través de una matriz.

e) Ese resultado significa para cierto jugador una cierta ganancia o una cierta
pérdida, a las cuales cada jugador atribuye un valor o utilidad.

El juego supone, así, una situación de interdependencia entre los jugadores,


donde el resultado depende de las estrategias elegidas por cada cual.

La teoría distingue varios tipos de juego, según el número de jugadores. Los


juegos entre dos son los que más frecuentemente han sido utilizados para el
análisis de las situaciones de conflicto y de colaboración. Entre ellos se distin-
guen dos formas importantes (Paulos, 1998; Touzard, 1981):
© FUOC • PID_00161330 33 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

1) Los juegos de suma cero, que corresponden a la situación de conflicto más


conocida, en donde lo que un jugador gana, el otro lo pierde, y viceversa, tal
que la suma de los resultados de sus tableros es igual a cero.

2) Los juegos de suma no cero, situación en que los jugadores tienen intereses
divergentes, pero donde los dos pueden ganar algo, o perder los dos, o uno
ganar más que el otro, es decir, no es una regla fija del juego el hecho de que
las ganancias de uno deban traducirse en las pérdidas del otro. También se
han denominado juegos de motivación mixta, ya que suele haber competencia y
colaboración a la vez, pues los intereses divergentes pueden ser complemen-
tados.

La teoría supone, en todos los casos, que cada jugador intentará siempre ma-
ximizar su utilidad, es decir, preferirá la decisión optima o racional que calcu-
le la teoría. Por racional entendemos toda decisión que satisfaga tres criterios
(Touzard, 1981):

a)�Coherencia sobre la preferencia de los resultados posibles: si R1 es mayor


que R2, entonces R2 es menor que R1.

b)�Instrumentalidad: si R1 es preferible a R2, entonces la acción A1, vinculada


a R1, será preferible a la acción A2, vinculada a R2.

c)�Transitividad: si R1 es preferible a R2 y R2 es preferible a R3, R1 es preferible


a R3.

2.3.3. Serres: atar y desatar conflictos

Michel Serres (1991/1995) aborda la comprensión del conflicto desde una pers-
pectiva diferente, proponiendo que el conflicto surge de la ocupación de un
lugar común en torno al cual se zanja una disputa, es decir, cuando una po-
sición relativa (material, ideológica o social, etc.) aparece deseada y valorada
por dos o más entidades.

Las vías por las que puede resolverse son diversas y van desde el abandono del
espacio común y la negociación hasta la movilización de la fuerza, la coacción
o la eliminación de una de las partes. Declarar la disputa es tener algo en co-
mún –que define un contrato entre las partes– y otra cosa que se interpone.

Para resolver la disputa se debe estimular la creación de diferencias, en lugar


de su homologación, la apertura de espacios para la circulación y movilidad de
todos. Esto se basa en el supuesto de que estar en posiciones relativas diferentes
garantiza posibilidades de relación particular con los elementos del mundo,
de manera que no se desea el mismo acceso, ni la misma vía, ni el mismo
beneficio de aquello con lo cual se conecta. De este modo, la disputa se resume
por el dominio de los elementos comúnmente codiciados.
© FUOC • PID_00161330 34 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

La metáfora de Serres

La metáfora que Serres plantea es espacial, de redes, caminos y alternativas; consiste en


visualizar el mundo como una serie de redes en la cual personas, cosas, animales, objetos
y plantas se mueven unos en relación con otros, más lejos o más cerca, en el mismo canal
o en otros, a velocidades y ritmos diferentes, cruzándose y descruzándose entre sí. Estos
movimientos son los que generan el conflicto. El conflicto es la ocupación de una mis-
ma posición relativa en el mismo momento por dos entidades diferentes en movimiento
hacia proyecciones semejantes. El movimiento genera fricciones permanentes; dos enti-
dades no pueden permanecer en el mismo lugar y sólo a través del movimiento sería po-
sible generar espacios para los dos. Se trata, entonces, de encontrar una posición en la red
que haga posible la diferenciación; la posición que se ocupa no es absoluta, sino relativa,
es un lugar de tránsito, con proyecciones de movimiento. La permanencia en el mismo
lugar generaría el escalonamiento del conflicto y su prolongación temporal. Desde este
punto de vista, sólo a partir de la movilidad sería posible permitir que las entidades (las
partes en conflicto) encontraran formas alternas de relación en lugares diferentes que no
sean comunes.

En otras palabras: el conflicto surge ante lo similar y se resuelve por


medio de la diferencia. Mientras no se toquen las trayectorias de las
entidades, el conflicto no aparecerá, pues sus trayectorias no se cruzan.

El contrato de un conflicto implica reconocer a un alter frente al cual se define


una acción. Atar un conflicto supone la presencia de por lo menos dos enti-
dades que se disputan un lugar relativamente deseado, con lo cual el contrato
ha entrado en vigor. Éste implica la movilización de medios y recursos a través
de los cuales el conflicto se desatará. La resolución del conflicto es deshacer
el contrato y, en consecuencia, la dinámica de las comunidades se desplaza
en un permanente atar�y�desatar�contratos�de�conflictos entre los miembros
que las componen. De acuerdo con Serres (1991/1995), el contrato garantiza-
ría la supervivencia de los miembros que entran en conflicto, ya que contratar
el conflicto es el reconocimiento de las condiciones de la entidad alter y, por
tanto, es también asumir un compromiso en contra de su destrucción, es decir
a favor de su preservación.

De la propuesta es posible desprender cinco elementos centrales:

a)�Convergencia: un conflicto supone la convergencia en el mismo lugar, un


contrato en torno a un objeto en disputa, un objeto común que interesa a dos
o más partes que lo persiguen en medio de su trayectoria.

b)� Temporalidad� y� relatividad� del� encuentro: el conflicto es parte de las


muchas posibilidades de relación que se tienen en un universo de conexiones
alternativas. Permanecer más o menos tiempo tiene que ver con el valor que
el lugar en común (objeto en litigio) tiene para las partes.

c)�Atar-desatar: los conflictos se atan y desatan; se atan cuando se inician y


mantienen, y se desatan cuando se transforman, al cambiar las condiciones
que los hacen posibles o los mantienen, permitiendo la circulación de los ele-
mentos o partes implicadas.
© FUOC • PID_00161330 35 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

d)�Transformación: los conflictos no se terminan ni se superan. Tampoco se


acaban o eliminan, sino que se transforman; nuevos conflictos pueden atarse
cuando se pensaba que habían terminado, o pueden abandonarse, desatando
el conflicto. El conflicto no termina, sino que su transformación afecta a nue-
vas redes de relación y espacios de movilidad.

e)� Movimiento: transformar el conflicto es sinónimo de movimiento en la


red, lo cual en este contexto supone un valor, ya que implica una posibilidad
de conectar, de transformar, de renovar o incluso, de mantenerse en el mismo
sitio. Desatar el conflicto es moverse, desplazarse y cambiar las condiciones
que ataron el conflicto. Mantenerlo es limitar opciones de relación, de cone-
xión y movimiento.
© FUOC • PID_00161330 36 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

3. Aproximaciones teóricas de la psicología social al


conflicto

3.1. Una manera de presentar la cuestión

La psicología social no es una ciencia unitaria ni paradigmática, ni teórica,


ni epistemológica, ni metodológica, territorialmente hablando. Algo similar
habría que decir respecto de los conflictos, y obviamente sobre las aproxima-
ciones de las diversas psicologías sociales a los conflictos.

Coincidentemente, aunque pueda existir consenso sobre la diversidad de pers-


pectivas sobre los conflictos desde las psicologías sociales, no lo hay en el mo-
mento de establecer un sistema que permita determinar exhaustivamente sus
diferencias y realizar una clasificación.

Pluralismo teórico

F. Munné (1989) ha realizado el paradójico esfuerzo de reconocer un pluralismo teórico,


a la par que intentar una taxonomía de la psicología social, basada en el supuesto de que
todo marco paradigmático contiene de manera subyacente un modelo de hombre que le
proporciona un fundamento. Así, sería posible distinguir los paradigmas en función de
ese modelo. Discrepamos de este afán enciclopedista por dos razones principales: impone
un criterio aparentemente exterior y no contenido en ninguno de los paradigmas para
realizar la comparación, lo que vulnera la singularidad hermenéutica de cada paradigma
y encubre el paradigma usado para la clasificación. Es decir, es superficial y reduccionista.

De hecho, pensamos que, por ejemplo, paradigmas como los de la psicología social con-
ductual y cognitiva se caracterizan más bien por soslayar la pregunta respecto a lo que es
el hombre y, en tal sentido, por prescindir de un modelo de hombre subyacente sobre el
que fundar sus teorías. La prueba de ello es que gran cantidad de sus teorías y modelos,
puede aplicarse a cualquier objeto al que se le atribuya conducta o procesos cognitivos:
animales, máquinas, ordenadores y seres humanos. Es decir, se caracterizan más por ser
unas ciencias de la conducta o la cognición, que por ser unas ciencias del hombre.

Esto también se debe, en parte, a una dificultad intrínseca de realizar tal es-
fuerzo dado el heteróclito escenario de aportaciones que se agrupan o son
agrupadas bajo el paraguas de psicología social, y las diferentes maneras en
que tratan, explican, definen y estudian los conflictos. De hecho, la mayoría
de las veces estas aportaciones exhiben eclecticismos de diverso tipo, por no
decir contradicciones entre sus postulados ontológicos y epistemológicos, o
entre éstos y sus aproximaciones metodológicas, lo cual imposibilita a efectos
prácticos una clasificación semejante.

En este contexto, y ante la necesidad de reconocer de alguna manera la par-


ticularidad de algunas de estas aportaciones a la comprensión psicosocial del
conflicto, hemos construido la siguiente forma de presentación que, como to-
© FUOC • PID_00161330 37 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

da clasificación, es incompleta y sólo posee un valor de uso contextual; algo


así como un mapa provisorio que permita realizar un determinado recorrido,
en un momento dado y con unos fines más o menos precisos.

Así pues, a efectos de esta asignatura y de los objetivos planteados, creemos que
es posible realizar una primera aproximación a esta complejidad, recreando
un eje con dos polos: en uno, las psicologías sociales que han desarrollado
programas de trabajo principalmente orientados a la posibilidad de gestionar
o gobernar los conflictos sociales y, en el otro, las psicologías sociales que se
han dedicado fundamentalmente a desvelar las diversas formas de opresión,
vinculadas a los diversos conflictos sociales, y que a través de este análisis
comportan y señalan un camino de prácticas de resistencia.

Sabemos que una lectura de este tipo encierra múltiples dificultades. Entre
ellas, que es arriesgado establecer a posteriori los propósitos o intenciones de
un desarrollo científico, ya que no siempre han sido declarados ex profeso, y
aun así, sería posible sospechar entre esa declaración y lo efectivamente rea-
lizado. También delimitar sus efectos o contribuciones últimas, debido a que
una aportación teórica, como cualquier otra obra, puede sufrir diversas apro-
piaciones sociales a través de la historia, algunas contradictorias entre sí. Fi-
nalmente, es complejo decidir si existe una correspondencia entre los propó-
sitos iniciales, declarados o no, y sus efectos sociales.

Pero una entrada así, además de la ganancia de evitar la tentación de caer en el


reduccionismo de ceder la totalidad de las explicaciones al conflicto desde una
sola psicología social, o el eclecticismo superficial de pretender un caprichoso
modelo integrador, es en sí misma una aproximación que, al reconocer de esta
manera la diversidad de planteamientos, ofrece también una lectura de los
conflictos surgidos entre una y otra aproximación.

3.1.1. Racionalidad instrumental, racionalidad comunicativa y


conflicto social

El eje que hemos tomado para la proposición de estos polos recoge el plan-
teamiento proveniente de diversos sectores de las ciencias sociales, según el
cual, gran variedad de fenómenos sociales pueden ser comprendidos como la
contraparte, efecto o manifestación del actual conflicto entre la racionalidad
instrumental y la racionalidad comunicativa.

Mientras que la racionalidad instrumental, teleológica o estratégica está orien-


tada al éxito y al cálculo del éxito (generalmente de naturaleza utilitaria; el
actor elige y calcula los medios y fines en función de la máxima utilidad), la
racionalidad comunicativa se orienta a la comprensión y al entendimiento,
donde las acciones de los actores participantes no se guían por cálculos ego-
céntricos de intereses, sino a través del entendimiento, que es en sí mismo un
alto valor moral (Fernández, 2003).
© FUOC • PID_00161330 38 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

La racionalidad instrumental permite el cálculo de la relación entre me-


dios y fines, y hace posible la eficaz movilización de los recursos para
alcanzar un determinado fin, y la elección de las estrategias más ade-
cuadas en ese sentido. De hecho, la ciencia moderna o tecnociencia y
las empresas capitalistas se basan en ese principio (Cittadini, 2002).

Pero se plantea que el predominio de la racionalidad instrumental por encima Razón instrumental
de la comunicativa es una fuente de conflicto en la sociedad moderna. A esto se
Parecería que los avances, el
atribuye que, a pesar de los extraordinarios logros de la modernidad, estemos espacio, y la eficacia de la ra-
lejos de lograr alcanzar la vigencia efectiva de los derechos universales del ser zón instrumental han predo-
minado sobre el espacio de
humano y de una democracia plena. una racionalidad más global,
capaz de contener con justicia
y democracia plena al conjun-
Desde aquí se plantea, por ejemplo, la necesidad de una racionalidad más am- to de la humanidad.

plia, que aspire al logro de la dignidad de todas las personas y nos permita
distinguir los comportamientos adecuados y no solamente los exitosos, defi-
niendo lo que es legítimo hacer, es decir, las normas éticas. Así, la formulación
y defensa de los derechos humanos se entienden como parte de una ética de
la racionalidad comunicativa que, más allá de los valores jurídicos, políticos,
sociales y culturales, apunta a plantear un horizonte de resolución a las rela-
ciones siempre conflictivas que se establecen entre los sujetos.

Para avanzar hacia una mayor racionalidad en la sociedad es necesario partir


de la aceptación de que la realidad es conflictiva. Un problema de la ética es
que muchas veces lo que se debe hacer no está claro, ya que las decisiones o
las opciones tienen aspectos beneficiosos y aspectos perjudiciales, beneficios
y riesgos. En estos casos, la responsabilidad ética exige una reflexión previa
sobre los fundamentos de la norma elegida, lo que implica que la ciencia y la
ética se deben intercalar. La ciencia sin ética generaría un poder diabólico; la
ética sin criterios científicos de evaluación sería impotente.

Se requeriría desarrollar en todos los niveles de la sociedad la racionalidad


comunicativa o la ética discursiva. Esto significa que, dada una creencia en
la razón, deberíamos aspirar a una sociedad en la que, en todos los niveles,
los conflictos, las razones encontradas, la oposición de intereses sean resueltos
por la confrontación franca de argumentos racionales.

Obviamente, para que avance la racionalidad comunicativa deben ir disminu-


yendo las situaciones en las que los conflictos se resuelven por imposición de
la fuerza (ya sea la fuerza física o la dominación económica). La racionalidad
comunicativa implica también pleno acceso a la información, democracia y
diálogo en todos los niveles (Cittadini, 2002).
© FUOC • PID_00161330 39 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

3.1.2. Racionalidad postmoderna o postracionalidad y conflicto


social

Pero también desde diversos contextos del pensamiento social se ha abierto


paso el planteamiento de que la fuente de este conflicto no es sólo el predo-
minio de una racionalidad instrumental por encima de una racionalidad co-
municativa, sino más bien el emplazamiento totalitario, utópico y terrorista
de la racionalidad moderna. Es decir, esa pretensión de reducir lo real a un
sistema total, autorreferido, incondicionado, trascendente, en lo político y en
el conocimiento. En lo político se constituye como un proyecto total, que en
su anhelo de ser bueno para todos, atenta contra la diversidad. En el conoci-
miento, lo hace como un reduccionismo cientificista o tecnocientífico.

Aunque en el caso de la racionalidad instrumental eso ha cobrado un abierto


carácter terrorista, es decir, condena a diversos grados de marginación a quie-
nes no se suman plenamente a las reglas del juego, esta crítica también toca
a la racionalidad comunicativa.

Debemos estos desarrollos a importantes trabajos provenientes de la filosofía


y las ciencias sociales, y quizás especialmente a las teorías y movimientos de
feministas, gays y lesbianas.

En tal sentido, más que una racionalidad post-moderna, podríamos concebirla


como una post-racionalidad. Sería posible caracterizarla como:

• Un abandono de las lecturas totales y hegemónicas y un desarrollo de las


interpretaciones parciales.

• Valoración del conocimiento situado y políticamente comprometido, por


encima del pretendidamente descontextualizado.

• Valoración de la singularidad, por encima de la generalidad.

• Búsqueda de la diversidad y la alteridad, por encima de la unidad y la


mismidad.

En tal sentido, estos desarrollos, en vez de pretender una solución de este con-
flicto a través del proyecto de generar una razón más abarcadora o comprensi-
va, es decir, una versión de la racionalidad mejorada o humanizada, reconocen
en esa pretensión una violencia que es la fuente misma de los diversos males
que se pretende subsanar: "deshumanización", discriminación social, opresión
y abuso. Es así como se inspiran en un afán más modesto por concebir el co-
nocimiento como una práctica social que, en cada caso, puede aportar como
una resistencia a la totalización y la hegemonía, desvelando los abusos de po-
der aún en sus formas aparentemente más anodinas o bienintencionadas.
© FUOC • PID_00161330 40 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Lo que encontraremos en las psicologías sociales inspiradas en estos propósi-


tos no será una manera de resolver conflictos sociales, sino incluso maneras
de descubrirlos o producirlos ahí donde residen encubiertamente o donde se
requiere crearlos.

3.2. El proyecto de la psicología social conductual-cognitiva

Coincidimos con Gergen (1996) en que tanto la psicología conductual como


la cognitiva, aunque presenten una diversidad teórica, responden a la misma
metateoría empiricista.

Aunque en un nivel teórico parezcan divergentes o contrincantes, una aboca-


da a lo observable-exterior, la conducta, y la otra a estudio de lo conjeturable-
interior, la mente; en rigor, los esfuerzos del cognitivismo han consistido, por
una parte, en hacer de la mente algo metodológicamente observable y exte-
rior, y por la otra, en producir modelos e hipótesis teóricas sobre estos procesos
cognitivos que permitan, finalmente, predecir el comportamiento.

En otras palabras, pensamos que ambas teorías presentan una continuidad de


proyecto: la predicción del comportamiento humano, y que esto es aprecia-
ble, entre otros aspectos, en sus desarrollos acerca de la psicología social del
conflicto.

Adicionalmente, en sus desarrollos sociales, ambas comparten aún tres condi-


ciones fundamentales en sus aportaciones:

• Tener su inicio en el desarrollo de modelos individuales.

• Comprender su objeto como una unidad económica (persigue maximizar


su utilidad) que posee y despliega una inteligencia (en comportamientos
o procesos).

• Comprender lo psicosocial como:


– aquello que le ocurre al individuo en situaciones sociales;
– el comportamiento grupal o intergrupal, entendido a través de una ex-
trapolación de sus modelos y metáforas individuales a escalas grupales.

A continuación, revisaremos algunas de las aportaciones para el estudio del


conflicto que se enmarcan en este proyecto.

3.2.1. El conflicto desde el enfoque racional y la teoría de la


movilización de recursos

Reunimos aquí (siguiendo a Javaloy y su grupo, 2001, en Javaloy, Rodríguez


y Espelt, 2001) el modelo utilitario de la conducta, conocido como enfoque
racional, creado por Olson (1965) para explicar la acción colectiva; y el desa-
© FUOC • PID_00161330 41 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

rrollo que desde aquí hicieron algunos autores (McCarthy y Zald, 1977), co-
nocido como la teoría�de�movilización�de�recursos, para el estudio de los
movimientos sociales en particular.

En el planteamiento de Olson, la acción�colectiva es comprendida como una


lucha destinada al logro de bienes colectivos. Es decir, los conflictos entre in-
dividuos y/o grupos se pueden conceptualizar desde este enfoque como una
lucha que requiere la organización de actores y la movilización de ciertos re-
cursos. Según este autor, la participación de un individuo en una acción co-
lectiva dependerá de la valoración que éste haga de los incentivos selectivos,
es decir, del balance entre lo que puede ganar o perder al contribuir en dicha
acción. Por otra parte, el éxito de los actores colectivos, que son los organiza-
dores u organizaciones formales cuya finalidad es llevar a cabo la lucha, de-
penderá de su capacidad de mostrar los beneficios, colectivos y selectivos, de
participar en la acción colectiva.

Recogiendo este enfoque, McCarthy y Zald (1977) se han encargado de subra-


yar la importancia de los costos y recompensas para explicar la implicación
individual en los movimientos sociales, la variedad de recursos (económicos
y sociales) movilizados para levantar un movimiento social y la importancia
de las estrategias de selección de incentivos, reducción de costos y ampliación
de beneficios colectivos para la gestión de movimientos sociales.

3.2.2. La privación relativa como base del conflicto social

La teoría de la privación relativa tuvo su formulación inicial en Hyman (1942).


Posteriormente, recibió aportaciones de Stouffer (1949) y Merton y Kitt (1950).
Básicamente sostiene que las personas evalúan sus logros en relación con sus
grupos de referencia, los que marcan el patrón que determina lo que creen
que, en justicia, deberían tener o lograr. Si el resultado de dicha evaluación es
negativo, lo considerarán injusto y cundirá el descontento. Con este postulado
se intenta explicar las causas del sentimiento de descontento o insatisfacción,
que estarían en la base del conflicto social.

Como aporta Runciman (1966), la privación�relativa puede ser egoísta o per-


sonal, cuando la diferencia negativa se da entre los logros personales y los del
grupo de pertenencia, o colectiva, cuando esta diferencia surge entre los lo-
gros del endogrupo respecto de los del exogrupo. La primera estaría asociada
a conflictos interindividuales y la segunda, a conflictos colectivos (Walker y
Pettigrew, 1984). Se ha señalado también que cuando la privación relativa es
colectiva, resulta más probable que se realicen atribuciones causales externas,
mientras que cuando es personal, habitualmente éstas son internas (Appelgry
y Niewoudt, 1988).

Esta teoría tiene conexiones con otras teorías de este marco, como la teoría de
la frustración-agresión, que plantea que la violencia o conducta conflictiva se
deriva de la frustración (de una necesidad); la teoría de la comparación social,
© FUOC • PID_00161330 42 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

ya que la privación relativa supone la ocurrencia de este proceso y, finalmente,


con las teorías de la equidad y la justicia distributiva, que estudian cómo los
individuos elaboran una idea de lo que sería justo conseguir como recompensa
de un determinado esfuerzo.

3.2.3. Identidad y conflicto social

Este planteamiento se desprende de los hallazgos de Tajfel (1971) sobre cómo


los individuos cambian su comportamiento por el hecho de sentirse miembros
de un grupo, llevados por el deseo de favorecer los intereses del grupo del que
se sienten miembros.

Todo miembro de un grupo desarrolla una identidad social, que invo-


lucra un significado emocional y valorativo. Se asume también que to-
do individuo pretende una identidad positiva, que le permita mantener
una estima propia.

Llevando estos principios al estudio de las minorías, Tajfel (1981) se ha plan-


teado la pregunta sobre cómo hacen los miembros de las minorías para conse-
guir una identidad grupal positiva, cuando son despreciados socialmente por
dicha pertenencia. Según él, el miembro de una minoría tiene dos alternati-
vas: o genera una mini-cultura dentro de la cultura, dentro de la que tiene
una dignidad, o bien integra un movimiento social destinado a un reinterpre-
tación positiva de sus signos de identidad grupal (por ejemplo "el trabajo do-
méstico como trabajo de amor" en algunos feminismos, o "lo negro es bello"
en los movimientos negros de los sesenta en Estados Unidos) y/o exigiendo
un reconocimiento de dichos signos en la cultura dominante (por ejemplo de
la lengua, como es el caso de las comunidades catalanas y vascas en España,
y de los mapuches en Chile).

3.2.4. Atribución, categorización, prejuicio y discriminación en


el conflicto intergrupal

Una serie de desarrollos dentro de la psicología social cognitiva han intentado


explicar el conflicto intergrupal a partir de los procesos cognitivos que realizan
los miembros de los grupos en conflicto. La particularidad de los procesos que
se producen en la base del conflicto consistiría en cómo éstos se combinan en
la configuración de prejuicios y su traducción en actitudes discriminatorias de
los miembros de un grupo hacia los miembros de otro.

Así, una primera condición para la ocurrencia de este tipo de conflicto es la


categorización entre endogrupo y exogrupo:
© FUOC • PID_00161330 43 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

a) El endogrupo es el grupo al cual el individuo se adscribe como miembro, es


decir, es su grupo de pertenencia, con el cual se identifica y comparte una serie
de atributos, como pueden ser el nivel socioeconómico, la raza, la profesión
o la nacionalidad.

b) El exogrupo, por oposición, es aquél al cual el individuo considera no per-


tenecer, por reunir atributos incompatibles o disímiles en las mismas catego-
rías de la comparación.

Obviamente, si bien es ésta una condición cognitivamente necesaria para la


ocurrencia del conflicto intergrupal, no es suficiente. Todos pertenecemos a
diversos grupos simultáneamente, es decir, poseemos variedad de endogrupos,
a los cuales puede corresponder una diversidad similar de exogrupos, sin que
ello implique de por sí una situación de conflicto entre ellos.

La perspectiva cognitiva plantea que la ocurrencia y mantenimiento del con-


flicto se relaciona con una serie de sesgos en los procesos cognitivos de los
miembros de un grupo hacia los miembros de otro grupo. Estos sesgos tienen
en común una positivización del endogrupo en correspondencia a una nega-
tivización del exogrupo, y afectan desde los procesos más básicos como la per-
cepción, hasta los más complejos, como la categorización y la formación de
estereotipos y prototipos, la inferencia, la atribución y la influencia social, in-
cluyendo la formación de prejuicios y la configuración de actitudes de discri-
minación.

En el plano de la percepción y la cognición social, podemos distinguir tres


procesos básicos:

1) La atención, que se refiere a la información que observamos (es más proba-


ble que observemos ciertas características y acciones de las personas, y otras
no).

2) La codificación, es decir, los procesos a través de los cuales la información


captada se almacena en la memoria (no todo lo observado queda almacenado).

3) La recuperación, que se refiere a los procesos mediante los cuales recupera-


mos la información de la memoria para utilizarla de alguna manera, por ejem-
plo, haciendo juicios acerca de otras personas.

En general, los seres humanos utilizamos muchos posibles atajos en los proce-
sos cognitivos, para reducir nuestro esfuerzo mental. De todos ellos, quizás los
más útiles son las heurísticas, es decir, reglas simples para realizar decisiones
complejas o extraer inferencias complejas rápidamente (Baron y Byrne, 1998).

• Una de ellas es la "heurística de la representatividad" (Baron y Byrne, 1998,


p. 91), una estrategia para realizar juicios basados en la medida en la que
los estímulos o situaciones se parecen a otros estímulos o categorías. De
© FUOC • PID_00161330 44 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

esta manera, se hace un juicio en base a una regla simple: cuanto más se-
mejante es un individuo a los miembros "típicos" de un grupo determina-
do, más probable es que pertenezca a ese grupo.

Ejemplo de la heurística de la representatividad

Por ejemplo, suponed que acabáis de conocer a vuestra nueva vecina, y mientras charláis
con ella, os dais cuenta de que su vestimenta es bastante hippie y que habla con un estilo
poético y filosófico. Además, veis una buena colección de obras de arte en su casa. ¿Pen-
saríais que es una ejecutiva bancaria, una física, una camarera, una pintora?

Una manera rápida de hacer un supuesto es compararla con otros miembros de cada una
de esas ocupaciones; procediendo de esa manera, podréis llegar a la conclusión de que es
pintora, pues, después de todo, sus rasgos se asemejan a los que mucha gente asocia con
las pintoras. Sin embargo, algunas pintoras tienen un estilo de vestir y hablar muy formal,
algunas físicas gustan de la poesía y el arte, o algunas ejecutivas bancarias llevan ropa
cómoda y sencilla. Si bien en general os conducirá a juicios precisos, esta heurística puede
llevaros también a juicios erróneos, sesgados, prejuiciosos e incluso discriminatorios, y
haceros pasar por alto otros tipos de información muy importante o útil.

• Otra es la "heurística de la disponibilidad" (Baron y Byrne, 1998, p. 92),


de acuerdo con la cual, cuanto más fácil sea recordar elementos de algún
grupo, categoría o hecho, tendemos a juzgarlos como más frecuentes e
importantes.

Ejemplo de la heurística de la disponibilidad

Por ejemplo, si lo primero que recordáis de las noticias que habéis visto en televisión
acerca de Latinoamérica es el problema de las guerrillas, es probable que tendáis a juz-
garlas como una de las condiciones más frecuentes e importantes que se dan allí. El pro-
blema de confiar en esta heurística para hacer estos juicios es, si bien reduce el esfuerzo
cognitivo y es útil en muchos contextos, también puede conduciros a errores y sesgos,
ya que el hecho de que cierta información sea fácil de recordar no garantiza que sea más
importante o más común.

En los procesos cognitivos también se dan "fuentes potenciales de error", ya


que nuestro razonamiento no está libre de equivocaciones e imprecisiones.
Entre ellas, destaca el fenómeno de la "vigilancia automática", una fuerte ten-
dencia a prestar atención a la información o estímulos negativos (Shiffrin,
1988, en Baron y Byrne, 1998, pp. 103-104). Puesto que nuestra capacidad de
atención es limitada, cuando la enfocamos en la información social negativa,
corremos el riesgo de pasar por alto o ignorar otros datos válidos.

Ejemplo de vigilancia automática

Somos más sensibles a una expresión facial negativa de otro, en un conjunto de rostros
neutrales o sonrientes, a una característica negativa sobre una persona, aunque se nos
hayan dado veinte cualidades, a una noticia que destaca un aspecto negativo de un grupo
social, aunque el resto del artículo se refiera a sus conductas neutras o positivas. Estos
aspectos son los que llaman más nuestra atención y los que recordamos con más facilidad,
constituyendo una fuente de algunos sesgos cognitivos y prejuicios.
© FUOC • PID_00161330 45 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

También los procesos de categorización social están en la base de los


prejuicios y la discriminación, como una peculiar forma de dividir el
mundo social en dos categorías: "nosotros" (endogrupo) y "ellos" (exo-
grupo), en base a varias distinciones, como raza, religión, sexo, edad,
antecedentes étnicos, ocupación, clase social, entre otros (Baron y Byr-
ne, 1998), que tienden a la producción de estereotipos.

En efecto, las categorías implican algo más que agrupar personas en función de
un criterio compartido. También implican asignar características de personali-
dad o de conducta a las personas que entran en las categorías en cuestión. Los
estereotipos complementan e informan las categorías, ya que proporcionan
pistas sobre sus miembros y ayudan a comprender y evaluar la conducta de
personas individuales cuando se conoce la categoría a la que éstas pertenecen.

Así pues, es evidente la unión entre categorización y estereotipo: las conduc-


tas positivas de los miembros del endogrupo son congruentes con las expec-
tativas que se tienen acerca de ellos. Se rechazan de entrada explicaciones si-
tuacionales de tales conductas, prefiriendo explicaciones internas, estables y
convergentes con las expectativas. En cambio, cualquier conducta positiva de
alguien del exogrupo viola las expectativas de partida. Si no se puede ignorar
o negar esa conducta, una posible salida es no dar crédito a esa persona (suer-
te, esfuerzo fuera de lo normal) para mantener las expectativas previas de que
carece de talento o habilidades para lograr algo positivo en condiciones nor-
males (Baron y Byrne, 1998).

De acuerdo al proceso de categorización planteado por Moscovici (1985), la


acentuación de las diferencias entre los grupos y la acentuación de las seme-
janzas dentro de los grupos beneficia la discriminación, aunque no se desarro-
lla de manera simétrica en todos los grupos afectados. Los grupos de estatus
superior presentan una mayor tendencia a distanciarse de un grupo de estatus
inferior que la manifestada por estos últimos respecto a los primeros.

Proceso de categorización

Sin embargo, en situaciones en que varios grupos deben evaluarse recíprocamente, puede
invertirse esta tendencia en los comportamientos. A veces los grupos de estatus menos
elevados o menos seguro se comportan de una forma más discriminatoria ante el otro
grupo, posiblemente porque reconocen su estatus menos favorable y tienden a tratar de
invertir de manera activa las relaciones dominantes. Otra asimetría que se manifiesta
en el funcionamiento del proceso de categorización se refiere a la homologación entre
miembros de un mismo grupo: se da con mayor facilidad cuando se trata de describir a
otro grupo que cuando hay que describir al propio grupo de pertenencia. Así, los miem-
bros de un grupo ven un menor número de rasgos estereotipados y un mayor número de
rasgos antiestereotipados entre los miembros de su endogrupo que entre los miembros
de un exogrupo. En este sentido, la desindividualización de los miembros de un grupo
favorece un comportamiento discriminatorio y hostil contra ellos; y por el contrario,
cuando se debilita este aspecto de la categorización, es decir, disminuye la percepción de
homogeneización de un grupo, se hace más difícil la discriminación contra él.
© FUOC • PID_00161330 46 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Este sesgo en las atribuciones se traduce en que, por ejemplo, ante una misma
conducta positiva, su causa o motivación será atribuida a causas diferentes si
es observada en un miembro del endogrupo o si lo es en uno del exogrupo:

  Endogrupo Exogrupo

Locus�de�control Interno (disposicional) Externo (situacional)

Estabilidad Permanente Ocasional

Controlabilidad Controlable Incontrolable

Intencionalidad Intencional Accidental

Amplitud Global Específica

Actividad

¿Podríais hacer este cuadro atribucional para una conducta negativa?

En este mismo ámbito, pero añadiendo los hallazgos sobre la relación entre
procesos cognitivos y emoción, y aplicando un proceso individual a un fenó-
meno intergrupal, resulta importante el "modelo de atribución-emoción sobre
conflicto y violencia intergrupal y social" (Betancourt, 1997). Desde este mo-
delo, se plantea que los conflictos entre comunidades, grupos y naciones son,
al menos en parte, producto de las relaciones entre emociones y cogniciones,
y de los procesos atribucionales que hacemos de los grupos antagónicos.

En los conflictos intergrupales se pueden apreciar importantes sesgos atribu-


cionales, de acuerdo a los cuales la percepción de intencionalidad y controla-
bilidad de los actos, conductas y declaraciones de personas del endogrupo y
del exogrupo está mediada por un sesgo de pertenencia a determinado grupo.
De este modo, se percibirá mayor intencionalidad de una acción violenta o
conflictiva cuando es efectuada por el exogrupo, así como una mayor contro-
labilidad de su causa, mientras que se evalúa como menos intencional y poco
controlable cuando proviene del endogrupo. Estas discrepancias en la percep-
ción de las propiedades atribucionales serían determinantes en las reacciones
emocionales y en la violencia de las respuestas frente a comportamientos frus-
trantes, conflictivos o instigadores. Además de la pertenencia a un grupo, estos
sesgos también responden a otros factores, tales como los valores culturales,
las creencias y la naturaleza de las relaciones entre los grupos en cuestión.

El conflicto entre los grupos se vincula, además, con los procesos de influencia
social y la innovación, en tanto la influencia social es un proceso que se desa-
rrolla entre personas cuya interacción está caracterizada por una divergencia,
es decir, por un conflicto (Moscovici, 1985).

Procesos de influencia social

En ciertos casos, la confrontación de opiniones incompatibles y el hecho de que cada


individuo dé preferencia a su propia opinión y desee verla triunfar podrían provocar
fácilmente la ruptura de toda comunicación, con el riesgo de no lograr un consenso.
© FUOC • PID_00161330 47 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Sin embargo, en la mayoría de los casos, ambas partes se sentirán obligadas a reducir o
incluso eliminar la divergencia a cambio de algunas concesiones. En la medida en que
los procesos de influencia social tienen lugar en el marco de una interacción donde cada
parte tiene buenas razones para reducir o resolver el conflicto, estos procesos parecen
estrechamente emparentados con un proceso de negociación.

En realidad, de acuerdo a lo planteado por Moscovici (1985), cada una de las


partes emprenderá un proceso de negociación tácita durante el cual intentará
restablecer el consenso social sin hacer concesiones demasiado grandes. En
otras palabras, las partes intentarán hacer triunfar su propio punto de vista,
aunque considerando el alcance de eventuales concesiones.

Proceso de innovación

De este modo, cada influencia social corresponde a un tipo particular de negociación, a


una forma particular de hacer frente a un conflicto. En este marco se sitúa el proceso de
innovación, y aquí una minoría activa puede ser considerada una fuente de influencia.
De hecho, al cuestionar el consenso social durante una interacción de la que no podemos
excluir la opinión de la minoría, ella crea un conflicto. Cuanto más se intensifique, mayor
es la incertidumbre y duda en el grupo mayoritario; en consecuencia, también incita a
este grupo a terminar con la divergencia, llevándolo a reducir o eliminar el desacuerdo
a cambio de ciertos consensos. Ahora bien, la influencia de la minoría va a depender
de algunos factores: que presente un estilo de comportamiento consistente, y también
la manera en que éste es percibido, interpretado y clasificado por la mayoría; que dé
cuenta de un esquema particular en sus respuestas; que la percepción de la minoría por
la mayoría sea realizada en base a un mayor número de categorías, ya que la minoría es
más influyente cuando se la percibe desde más dimensiones (Moscovici, 1985).

Los conflictos intergrupales se manifiestan frecuentemente a través de la dis- Aprendizaje social


criminación entre los grupos. La discriminación es la acción que acompaña al
La perspectiva del aprendizaje
prejuicio, que se entiende como un fenómeno intergrupal, que implica man- social explica que el prejuicio
tener una actitud negativa hacia miembros de grupos sociales específicos, que se adquiere por medio de la
experiencia directa y vicaria, al
puede conllevar agresión, evitación u otras conductas negativas o discrimina- igual que otras actividades, del
niño con sus padres, profeso-
torias. Se considera sesgada e injusta, ya que incurre en generalizaciones exce- res, iguales y medios de comu-
sivas (Ashmore, 1970, en Morales, 1999; Baron y Byrne, 1998). Se dirige siem- nicación de masas, entre otros.

pre contra un grupo, y aunque la víctima pueda ser, en ocasiones, una persona
aislada, la razón última por la que se le discrimine o se la evalúe negativamente
es que pertenece a un grupo determinado. Además, siempre se produce en un
contexto social concreto, lo que significa que su expresión varía en función
de la situación.

Deshumanización

En casos de enfrentamientos violentos y guerras, es común que el prejuicio y la discri-


minación sean generados y potenciados por una de las partes en contra del "enemigo",
como modo de instar a la población a unirse en el apoyo y/o la acción de perseguirlo
y destruirlo. Aparece aquí el concepto de deshumanización, proceso psicológico de "sa-
tanizar" al enemigo, a quien se despoja de sus cualidades humanas y personales, para
hacerlo parecer indigno de ser tratado como una persona, lo que facilita su persecución
y derrota. Esto motiva cierta separación del adversario, y reduce la disonancia cognitiva
de una de las partes (por ejemplo, remordimiento o culpa ante la idea de eliminar a otro
ser humano), disminuyendo así la tensión en el conflicto, al convertir al enemigo en un
ser inferior que no comparte ningunas de nuestras cualidades y que por ende merece un
tratamiento diferente (Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001).

Los carteles de propaganda norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial utiliza-


ban este concepto por medio de ilustraciones antropomorfas que representaban a los
enemigos alemanes y japoneses más como animales que como seres humanos. También
el Gobierno norteamericano, en relación a sus conflictos con la antigua República Sovié-
tica, mostraba a los comunistas como seres malvados, traicioneros. Incluso se afirmaba
que los comunistas se comían a los bebés. Así se los presentaba como seres monstruosos
© FUOC • PID_00161330 48 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

y abominables ante la población, garantizando el apoyo de ésta en el intento de elimi-


narlos.

Se han propuesto diversas teorías para explicar los orígenes del prejuicio y la
discriminación. La teoría del conflicto realista propone que el prejuicio deriva
de la competencia directa entre diversos grupos sociales por obtener recursos
escasos y valiosos.

3.3. Aportaciones de la psicología sistémica a la comprensión de


los conflictos

Cuando tratamos de comprender las relaciones entre los seres humanos, la Reglas
teoría sistémica sostiene que el vínculo entre individuo o grupo y su entor-
Los sistemas se rigen por re-
no forma una unidad indivisible, y ambos se influyen mutuamente mediante glas, que pueden ser explícitas
mecanismos de retroalimentación, que no son más que intercambios de in- o implícitas, y por medio de la
repetición de sus pautas de re-
formación entre las distintas partes del sistema. lación, podemos obtener infor-
mación sobre las reglas subya-
centes. Cuando estas pautas
La teoría sistémica basa sus postulados en tres conceptos fundamentales: repetitivas son disfuncionales,
se produce el conflicto en el
interior del sistema.

• Totalidad: un sistema es más que la suma de sus partes.

• Circularidad: en los sistemas humanos no es posible establecer una cau-


salidad, un origen de la disfunción o el conflicto, ya que decidir si un acto
es la causa y el otro el efecto depende de nuestra percepción.

• Equifinalidad: los mismo conflictos en distintos sistemas pueden obede-


cer a orígenes diferentes; por ello, este modelo se centra en comprender la
organización estructural y funcional de los sistemas, y no su génesis.

Por otra parte, la comunicación disfuncional también se encuentra en la base


de muchos conflictos (Watzlawick, Beavin y Jackson, 1991). Toda comunica-
ción presenta dos niveles, un nivel índice (contenido de los mensajes) y un
nivel orden (relación entre los comunicantes), debido a lo cual el significado
de los mensajes varía de acuerdo con el tipo de vínculo entre los individuos o
grupos en cuestión (si hay una relación cordial, conflictiva, competitiva, etc.).

Además, la relación entre las partes depende de la puntuación de las secuen-


cias de hechos entre los comunicantes, es decir, de la atribución de la impor-
tancia relativa que cada parte le da a los hechos. Cuando no hay acuerdo en
la puntuación, puede surgir el conflicto y contribuir a la persistencia del pro-
blema. Por otra parte, el intercambio es distinto si la relación entre las partes
en comunicación tiende a la igualdad (es simétrica en cuanto a poder, fuerza,
autoridad u otros) o a la desigualdad (es complementaria en uno o varios as-
pectos como los ya mencionados).
© FUOC • PID_00161330 49 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Dentro de la amplia gama de perspectivas que agrupamos como "teorías sis-


témicas", y la comprensión que cada una tiene del conflicto, destacamos las
siguientes aportaciones:

• Modelo que enfatiza el proceso (enfoque estratégico)


• Modelo centrado en la estructura (enfoque estructural)
• Modelo que enfatiza la visión del mundo (Escuela de Milán)
• La perspectiva del ciclo vital familiar sobre el conflicto

3.3.1. Modelo que enfatiza el proceso (enfoque estratégico)

Este modelo establece que los síntomas, conflictos y problemas son conductas
repetitivas retenidas en circuitos o patrones de relación interpersonal más am-
plios. Estos patrones interpersonales autoperpetuantes actúan restringiendo la
variabilidad y la capacidad de adaptación a nuevas situaciones (Haro, 1999).

Proceso de producción del conflicto

Este proceso (Sluzki, 1983) se puede explicar en términos de un proceso colec-


tivo generado con un fin, tal como una evitación de otro conflicto, un reali-
neamiento de coaliciones, el mantenimiento de un statu quo, etc. Esta hipó-
tesis acerca de la génesis interaccional del conflicto responde a una lógica de
causa-efecto y nos induce a preguntarnos acerca del porqué. Además, requiere
reconstruir el contexto original de su aparición y deducir qué función puede
haber cumplido entonces, con el fin de favorecer modos no conflictivos de
lidiar con la causa original ahora.

La meta última de comprensión del conflicto y las estrategias que de


él se desprenden es favorecer la adopción de modos alternativos de re-
lación; su foco es la reconstrucción de la causa de origen del conflicto
y la subsiguiente eliminación de su función colectiva a través de lidiar
con la causa.

Ahora bien, cabe añadir que muchas pautas de relación conflictiva persisten
aun cuando el contexto de la situación de origen haya cambiado radicalmente.
Una vez que el sistema ha incorporado una pauta o estilo interaccional, ésta
tiende a repetirse o activarse cada vez que tiene lugar una situación del tipo
de la situación original.

Nos encontramos, entonces, con una línea distinta de interrogantes, de lógica


y de estrategias, centrada en la observación y modificación de los procesos que
constituyen el soporte interaccional del conflicto (Sluzki, 1983), es decir, sus
pautas de mantenimiento, que desarrollamos a continuación.
© FUOC • PID_00161330 50 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Proceso de mantenimiento del conflicto

La comprensión de las pautas de mantenimiento del conflicto se desarrolla


a partir de la observación y la exploración del contexto interaccional que se
produce en el presente. Este enfoque se basa en la premisa de que, indepen-
dientemente de cuál haya sido su origen primero, los conflictos de cualquier
tipo sólo pueden persistir si son mantenidos por pautas interaccionales actua-
les (Sluzki, 1983). Responde a una lógica sistémica/cibernética, nos hace cues-
tionarnos acerca del cómo y se centra en la observación del aquí-y-ahora.

Los conflictos y su contexto son concebidos como piezas de una secuencia


recursiva autoperpetuante de comportamientos. Se intenta visualizar los pa-
trones colectivos de conducta de los que el conflicto forma parte. El porqué
se relega a favor del cómo los comportamientos de los participantes contri-
buyen a la persistencia o mantenimiento del conflicto. El conflicto mismo es
considerado como un eslabón en una secuencia sin fin de causalidad circular
o recíproca. Se busca, entonces, disrumpir esos mecanismos secuenciales, blo-
queando la aparición recurrente del conflicto. Esto puede resultar en la apari-
ción de otro conflicto en el sistema, o bien en que ningún otro conflicto o
problema reemplace al que fue bloqueado.

Esto implicaría que los conflictos y las pautas interactivas persistentes pueden
perder su asociación con una eventual situación colectiva que los desencade-
nó y los ancló en su origen. Incluso permite suponer que muchos conflictos
no tendrían un desencadenante u origen discernible, y que su existencia es el
resultado de fenómenos fortuitos que llevó a que se anclaran progresivamen-
te por la participación colectiva, en la medida en que las pautas de manteni-
miento de los conflictos se convierten en principios organizativos del grupo,
dan seguridad, introducen orden y predictibilidad, y marcan la identidad co-
lectiva.

3.3.2. Modelo centrado en la estructura (enfoque estructural)

Enfatiza los aspectos jerárquicos en los grupos. Las reglas interaccionales son
representadas a través de fronteras entre miembros, que pueden formar subsis-
temas. Con la realización de mapas del grupo, se esquematiza la existencia de
fronteras demasiado rígidas, laxas, permeables, etc. La estructura de los grupos
se percibe como un continuo entre la aglutinación y el desligamiento, según
la intensidad de relación entre sus miembros. En los grupos aglutinados existe
gran apoyo mutuo y el problema de un miembro del sistema afecta a todo
el sistema, mientras que en los más desligados predomina la independencia
(Haro, 1999).
© FUOC • PID_00161330 51 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

3.3.3. Modelo que enfatiza la visión del mundo (Escuela de


Milán)

Destaca que cada grupo tiene una particular visión de la realidad y del mundo
(significados de conductas, interpretaciones) subyacente a sus patrones inte-
raccionales y conflictos, los cuales deben evaluarse y comprenderse en profun-
didad antes de poder intervenir con el fin de mejorar las interacciones (Haro,
1999).

3.3.4. La perspectiva del ciclo vital familiar sobre el conflicto

Por otra parte, centrando este análisis en un grupo en particular, la familia Monogénesis
(objeto de análisis e intervención de la teoría sistémica), vemos que, como
Se habla de monogénesis pa-
cualquier sistema vivo, ésta presenta un proceso de desarrollo, atravesando ra designar esta capacidad del
una serie de etapas que implican cambios, adaptaciones y posibles conflictos sistema familiar de evolucionar
con el tiempo.
ligados a las tensiones que plantea cada etapa. Estos cambios conllevan crisis
de menor y mayor intensidad, puesto que al pasar de una etapa a otra las reglas
del sistema cambian. Se habla de morfogénesis para designar esta aptitud del
sistema familiar para evolucionar con el tiempo. Cuando aparecen interrup-
ciones, conflictos, estancamientos, o excesivas dificultades para realizar estos
cambios morfogenéticos, el sistema familiar llega a situaciones dolorosas para
sus miembros. La tabla adjunta sintetiza los principales cambios que se pro-
ducen en cada etapa (Haro, 1999), los cuales pueden ser fuente de conflicto
tanto dentro como fuera del sistema familiar.

Cambios en los estadios del ciclo vital

Estadio del ciclo vital Cambios que pueden ser mo-


tivo de conflictos y tensiones

Joven�adulto�libre Diferenciación respecto a la familia de origen.


Desarrollo de relaciones íntimas con la pareja y en el trabajo.

Matrimonio�(unión�de�dos�familias) Formación del sistema marital.


Diferenciación de cada cual respecto a la familia de origen. Re-
planteamiento de las relaciones con la familia extensa y los ami-
gos.

Naicimientos�(familia�con�hijos�pequeños) Ajuste del sistema marital para dar espacio a los hijos y acepta-
ción de los roles parentales.
Adolescencia: cambio de relaciones padres-hijos para permitir la
progresiva independencia del adolescente y sus entradas y sali-
das en el sistema.
Refocalización en la vida marital madura y asuntos profesionales.
Inicio de la preocupación por las generaciones mayores.

Emancipación�(los�hijos�se�van�y�la�familia�continúa) Aceptación por parte de los padres de la separación de los hijos.


Renegociación del sistema marital como una díada.
Inclusión en las relaciones de los yernos, nueras y nietos.
Plantearse la inhabilitación o muerte de los padres.

Vejez�(la�familia�en�la�vida�tardía) Aceptación del cambio de roles generacionales.


Dar espacio en el sistema a la sabiduría y experiencia de los ma-
yores.
Mantener el funcionamiento e interés propio frente al declive fi-
siológico y plantearse la pérdida del cónyuge.
© FUOC • PID_00161330 52 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

3.4. Conflicto y violencia en la psicología social de E. Fromm

Bajo la etiqueta de freudo-marxistas se reúnen las aportaciones de pensado- E. Fromm


res sociales como W. Reich, E. Fromm, T. Adorno y H. Marcuse, entre otros.
La obra de E. Fromm se clasifi-
Aunque con importantes diferencias entre sí, comparten el complejo desafío ca indistintamente bajo el con-
de desarrollar las implicancias psicosociales de la lectura conflictiva de la psi- cepto de psicología humanis-
ta y/o existencial o de psicolo-
que realizada por Freud, a la vez que los efectos psicológicos de las tesis de gía freudomarxista. Ello, como
se verá, se debe a la amplitud
la dialéctica social planteadas por el joven Marx, desde una adscripción a la y complejidad de sus fuentes
filosofía crítica. Todo ello los vinculó, en diversa forma, a la conformación de teóricas.

la conocida Escuela de Frankfurt y la gestación de la teoría crítica.

De Freud tomaron principalmente su lectura conflictiva de los fenómenos psí-


quicos, e intentaron llevar más allá los planteamientos sugeridos por éste, con
relación a que la gestación y constitución de la psicología humana implica
conflictos de diverso tipo, que son proyectados e introyectados por la psique
individual en la realidad natural y social. Estos conflictos provendrían de dis-
tintas fuentes:

• De la fantasía alucinatoria y la realidad, entre el principio del placer y el


principio de realidad.

• De la tensión entre las fuerzas inconscientes y las fuerzas conscientes.

• De la coacción entre yo, el ello y el superyo.

• De la búsqueda de expresión de la pulsión de vida, Eros, y la pulsión de


muerte, Thanatos.

Sin embargo, es necesario comprender las aportaciones de E. Fromm, no sólo


por sus vertientes teóricas (en este caso el racionalismo kantiano, el existencia-
lismo y humanismo marxista y el psicoanálisis), sino también en el contexto
de la Segunda Guerra Mundial y la persecución judía. Y eso, porque Fromm,
de manera similar a otros pensadores críticos de la época, se ve impelido a
dar una explicación a la crueldad y magnitud de la violencia desplegada por
el nazismo en ese conflicto bélico. El objeto final de esa explicación es poner
a disposición de la humanidad unas orientaciones psicosociales que permitie-
ran evitar que algo así pudiese volver a repetirse en el futuro.

En términos generales, Fromm plantea unas condiciones de la existencia hu-


mana que determinan unas necesidades psicosociales que son, por ende, co-
munes a toda la humanidad. El ser humano depende de la naturaleza en que
ha surgido, pero requiere superarla para realizar su humanidad. Por tanto, la
satisfacción o frustración de estas necesidades dependerá de la manera en que
socialmente nos organicemos para realizar tal tarea. Para Fromm, existen bá-
sicamente dos tendencias o caminos para satisfacer estas necesidades: uno re-
© FUOC • PID_00161330 53 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

gresivo y otro generativo. El primero se relacionará con diversas formas de


agresión y violencia; el segundo, en cambio, con poder desarrollar un genuino
amor a la vida.

"La posición que defendemos en esta obra es la de la fe racional en la capacidad del


hombre para salvarse de lo que parece una red fatal de circunstancias, que él creó. Es
la posición de quienes no son 'optimistas' ni 'pesimistas', sino radicales, extremistas que
tienen una fe racional en la capacidad del hombre para evitar la catástrofe final. Este
racionalismo humanista se dirige a las raíces y por lo tanto a las causas; quiere liberar
al hombre de las ilusiones; postula que son necesarios cambios fundamentales no sólo
en nuestra estructura económica y política, sino también en nuestros valores, en nuestro
concepto de las metas del hombre y en nuestra conducta personal."

E. Fromm (1986). Anatomía de la destructividad humana (p. 430). México DF: Siglo Vein-
tiuno Editores.

Inspirado en el mito bíblico, plantea que las condiciones de la existencia hu-


mana son las que se derivan de la situación originaria de la especie de haber
"salido del paraíso", de la fusión con el mundo animal, a partir del hecho de
la conciencia de sí, del bien y del mal, es decir, del inicio del libre albedrío.

Como plantea en 1955, en The sane society, el ser humano, a diferencia de los
animales, no está completamente determinado por los instintos, es decir, no
tiene un destino o un ser dados, sino que tiene la libertad y la responsabilidad
de hacerse a sí mismo y de forjar su propio destino:

"No puede regresar al estado prehumano de armonía con la naturaleza; tiene que seguir
desarrollando su razón hasta hacerse dueño de la naturaleza y de sí mismo."

E. Fromm (1989). Psicoanálisis de la sociedad contemporánea (p. 27). México DF: Fondo de
Cultura Económica.

Esta condición determina no sólo la manera en que asumirá sus necesida-


des más básicas (animales, naturales), como de alimento, sexo y cobijo, sino
la emergencia de necesidades psicosociales (propiamente humanas, sociales),
que son (Fromm, 1989):

a)�Relación. Sustraído de la unión primordial con la naturaleza, el ser humano


debe hacer frente a esa situación estableciendo nuevos vínculos con el prójimo
que reemplacen a los anteriormente regulados por el instinto.

b)�Transcendencia. Requiere trascender su situación de criatura pasiva, hacia


una de creador de sí mismo y del mundo que le rodea.

c)�Arraigo. Separado de la naturaleza, separado al nacer de su madre, el ser


humano necesita reemplazar las raíces naturales abandonadas y construir raí-
ces humanas por su propio esfuerzo: "soy de aquí y aquí pertenezco."

d)�Identidad. Necesidad de formarse un concepto de sí mismo, de poder sentir


y decirse: "yo soy yo".
© FUOC • PID_00161330 54 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

e)�Una�estructura�que�oriente�y�vincule. El ser humano necesita orientarse


intelectualmente en el mundo natural y social, organizar y darle un sentido a
los múltiples fenómenos que le circundan.

Para responder a cada una de ellas, debe afrontar la disyuntiva de hacerlo re-
gresivamente (polo hacia la muerte) o generativamente (polo hacia la vida):

"Todo intento de retroceder es doloroso, y conduce inevitablemente al sufrimiento y a


la enfermedad mental, a la muerte fisiológica o a la muerte mental (locura). Cada paso
adelante también es temeroso y temible, hasta que se llega a cierto punto en que el miedo
y la duda tienen proporciones menores."

E. Fromm (1989). Psicoanálisis de la sociedad contemporánea (p. 31). México DF: Fondo de
Cultura Económica.

Y es que, como subraya posteriormente en The anatomy of human destructive-


ness (1974), en el intento por satisfacer estas necesidades el ser humano se en-
frenta siempre a esta tensión entre hacerse cargo de esta libertad o huir de ella:

"Crea unidades sociales más grandes y eficientes dirigidas por jefes poderosos... y se es-
panta y vuelve sumiso. Logra cierta cantidad de libertad... y se asusta de ella. Aumenta su
capacidad de producción material, pero en el proceso se hace voraz y egoísta, y esclavo
de las cosas que crea. Cada nuevo estado de desequilibrio obliga al hombre a crear un
equilibrio nuevo."

E. Fromm (1986). Anatomía de la destructividad humana (p. 230). México DF: Siglo Vein-
tiuno Editores.

Así, el ser humano puede retraerse hacia el narcisismo, a través del poder, en
relaciones de sometimiento (masoquistas) o de dominio (sádicas), o avanzar
hacia relaciones de amor productivo, caracterizadas por la solicitud, la respon-
sabilidad, el respeto y el conocimiento. Puede trascender a través de la des-
trucción, dando muerte a otras vidas, o a través de la creatividad y la creación
de obras, de relaciones, y de su descendencia. Puede arraigarse mediante la
fijación incestuosa a través de cultos idolátricos, a la nación, la raza o el Es-
tado, o cimentar su raíces en la fraternidad universal. Fundar su identidad
en el trabajo para forjar su individualidad, o a través de la regresiva conformi-
dad gregaria. Finalmente, puede darse�un�sentido en el mundo a través de la
búsqueda de la razón, o en la adscripción irracional a objetos idolátricos y a
ideologías totalitarias.

Necesidades

Necesidad Polo�hacia�la�vida Polo�hacia�la�muerte

Relación Relación Narcisismo

Transcendencia Creatividad Destructividad

Arraigo Fraternidad Incesto

Identidad Individualidad Conformidad gregaria

Estructura que oriente y vincule Razón Irracionalidad


© FUOC • PID_00161330 55 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Según el polo al que tiendan las maneras, individuales y colectivas, de satisfa-


cer estas necesidades, y el grado correlativo que logren de satisfacción sana o
regresiva, y por tanto también de frustración, se determinará la salud o pato-
logía del carácter individual y social, respectivamente, así como la configura-
ción de un síndrome de decadencia o de crecimiento (Fromm, 1966).

Síndrome de decadencia o de crecimiento

Síndrome de decadencia Síndrome de crecimiento

Mueve�al�hombre�a�destruir�por�el�placer�de Mueve�a�crear�y�a�la�trascendencia
destruir�y�a�odiar�por�el�placer�de�odiar creativa

Amor a la muerte (necrofilia) Amor a la vida (biofilia)

Narcisismo maligno Amor al hombre

Fijación simbolicoincestuosa Independencia

3.4.1. Agresión benigna y no benigna

Según Fromm (1966, 1986), las opciones regresivas propician un escenario de


motivaciones inconscientes que conducen a que formas de violencia o agre-
sión sanas se exacerben hacia extremos insanos, y a la emergencia de formas
patológicas de violencia, como vías de compensación.

Así, según las motivaciones inconscientes existentes en la base, distingue entre


formas de agresión benigna y no benigna. Dentro de la agresión benigna se
encuentran la pseudoagresión y la agresión defensiva.

Motivación inconsciente y pseudoagresión

Motivación�inconsciente Pseudoagresión

No intencional, por accidente. Accidental

Se ejercita para ostentar destreza. Por juego

Facilita el éxito de un objetivo, sin vacilación indebida, duda ni temor. Autoafirmadora


Como la conducta sexual del macho en muchas especies.

Por su parte, y como su nominación lo indica, la motivación de la agresión


defensiva es el resguardo de la vida, la libertad, la dignidad, la propiedad.
Tiene sus raíces en el miedo y/o en la frustración. Su finalidad es evitar el daño
que amenaza y así sirve a la supervivencia.

Sin embargo, la capacidad humana de imaginar y de prever el futuro y, por


tanto, su posibilidad de ser persuadido sobre la existencia de peligros inminen-
tes o eventuales, plantea también la oportunidad de que esta forma de agre-
sión benigna, biológicamente habilitada, pueda derivar hacia una violencia
© FUOC • PID_00161330 56 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

reactiva exacerbada, caracterológica y socialmente condicionada. Así, aunque


biológicamente habilitada, las formas que tome la agresión defensiva están
condicionadas culturalmente.

Formas de agresión defensiva según la motivación inconsciente

Motivaciones�inconscientes Formas�de�agresión�defensiva

Deseo biológico y condicionado culturalmente, es la Libertad amenazada


condición del pleno desarrollo de la persona.

Es una de las causas más importantes de agresión defen- Narcisismo dañado


siva, puede ser personal o colectivo.

Ante la amenaza de que se lleven a cabo deseos y fanta- Por resistencia


sías reprimidas.

Por la obediencia debida a un superior Conformista

Conseguir lo que es necesario o deseable. Instrumental


Problema con la acentuación social de la voracidad y el
egoísmo.
Su caso más grave es la guerra (rebelión indirecta con-
tra la injusticia, desigualdad y aburrimiento que rigen los
tiempos de paz).

Dentro de las formas patológicas de violencia, pueden distinguirse, según sus


motivaciones inconscientes, las siguientes:

Motivaciones�inconscientes Violencia�patológica

Tiene la función irracional de anular mágicamente el daño que ya Vengativa


se ha sufrido.
Se da en grado inverso a la potencia del sujeto o grupo.

El desengaño en la vida produce un dolor insoportable que se ve Por ruptura de la fe


paliado odiando la vida, a todos y a uno mismo.

Sustituta de la actividad creadora en una persona impotente. Compensadora


Escapar al insoportable sentimiento de pasividad total por medio
de la trascendencia por la destrucción.
Se venga de la vida porque ésta se le niega.

Pasión por matar como manera de trascender la vida, por miedo Sed de sangre arcaica
de moverse hacia delante y ser plenamente humano.
Autoafirmación por medio del derramamiento de sangre en el ni-
vel más arcaico.

Sobreponerse al sufrimiento por la impotencia y el aislamiento por Destructividad de éxtasis y culto a la destructividad
medio de un éxtasis o trance destructivo que le devuelva la unidad
consigo mismo y con el entorno.

Todas éstas pueden realizarse a través de diversas formas de sadismo (de infligir
dolor al otro) y necrofilia (de generar un culto a la destrucción y la muerte).
© FUOC • PID_00161330 57 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

3.4.2. La satisfacción de necesidades psicosociales como manera


de reducir el conflicto y la violencia social

Si bien en la naturaleza humana existe un potencial biológicamente habilita-


do a la agresión como disposición para la defensa de los intereses vitales, la
derivación de ésta a formas de violencia reactiva exacerbada o de violencia
patológica se relaciona con las oportunidades que la sociedad brinda a los in-
dividuos para satisfacer sus necesidades psicosociales de manera sana o regre-
siva, y con las amenazas que el contexto social plantea a la satisfacción de
dichas necesidades.

En este escenario, Fromm (1986) afirma que aunque no es posible cambiar su


base biológica, sí se pueden reducir los factores realistas que la movilizan y
que están anclados en prácticas sociales. Así, son importantes:

• El establecimiento de unas bases sociales que provean una vida digna para
todos y hagan la dominación de un grupo por otro imposible o no inte-
resante, mediante un sistema diferente de producción, propiedad y con-
sumo.

• La formación de un pensamiento crítico independiente.

• La eliminación de la miseria, monotonía, embotamiento y la impotencia


existentes en grandes sectores de la población, aumentando la participa-
ción activa y la responsabilidad social, laboral y política.

Como ya planteaba en 1964, en The heart of man, en una frase que señala la
opción social que nos puede encaminar hacia el amor a la vida o a la violencia
social:

"El amor a la vida se desarrollará más en una sociedad en que haya: seguridad en el senti-
do de que no están amenazadas las condiciones materiales básicas para una vida digna;
justicia en el sentido de que nadie puede ser un fin para los propósitos de otro; y libertad
en el sentido de que todo individuo tiene la posibilidad de ser un miembro activo y res-
ponsable de la sociedad."

E. Fromm (1966). El corazón del hombre. Su potencia para el bien y el mal (p. 55). México
DF: Fondo de Cultura Económica.

De esta manera, la obra de Fromm no sólo tiene un valor explicativo de las


causas o fuentes de la violencia social y personal, y en tal sentido, de los con-
flictos que cursen con violencia, sino que propone un modelo de análisis psi-
cosocial orientado a la promoción de una sociedad sana, que pueda prescindir
de la violencia como modo de resolver sus necesidades y diferencias.
© FUOC • PID_00161330 58 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

3.5. Poder, resistencia e ideología en la psicología social de I.


Martín-Baró

3.5.1. Valor y vigencia de su aportación

Reservamos un apartado especial en este módulo a las aportaciones de este


pensador social por varios motivos fundamentales. Entre ellos, su compren-
sión de que la psicología social debe atender al estudio de su objeto, "lo psi-
cosocial", a las condiciones sociales e históricas en que éste emerge, se sitúa
y se mantiene.

En el contexto de las sociedades sometidas a proyectos capitalistas, como las


latinoamericanas, estas condiciones son las relaciones de dominio y explota-
ción propias de las luchas de clase y sus conflictos de intereses. Así, los diver-
sos fenómenos que ocupan a la psicología social, como son las actitudes, la
influencia y la conformidad social, la identidad y las relaciones intergrupales,
por mencionar algunos, solamente deben y pueden ser comprendidos con re-
ferencia a las condiciones concretas en que este conflicto, la lucha de clases,
se desarrolla en una sociedad históricamente situada.

Esto le llevó a plantear y a convocar a diversos pensadores sociales en el de- Psicología social del
sarrollo de una psicología social para Latinoamérica, proyecto al que contri- conflicto

buyó de manera particular con sus acuciosos y críticos estudios de psicología Pensemos que en un contex-
social en El Salvador, en el contexto de la dominación, el intervencionismo to mundial donde el capitalis-
mo de consumo se impone co-
estadounidense y la guerra. mo la ideología de organiza-
ción social, y donde la guerra
amenaza con ser la realidad de
De esa forma, llegó a importantes conclusiones respecto a la relación entre las relaciones internacionales
de las siguientes décadas, sus
conflictos sociales estructurales, como la lucha de clases, y las diversas formas planteamientos recobran una
actualidad ineludible para una
de violencia social y de guerra en El Salvador de los años setenta y ochenta. psicología social del conflicto.

3.5.2. La crítica a la psicología social imperante

La psicología social desarrollada por Martín-Baró surge en relación con una


doble crítica al quehacer de la disciplina. Por un lado, critica la pretensión de
un enfoque genérico, esto es, no situado y válido para todas las sociedades;
para el autor, esto se tradujo en que:

"[...] la psicología social se limitara a estudiar lo que el sistema le pedía y como el sistema se
lo pedía, reduciéndose a un servilismo social incapaz de cuestionar a ese mismo sistema,
tanto por el ámbito en que se movía como por los instrumentos que había elegido. Se
estudiaba la sumisión y el conformismo, no la independencia y la rebeldía."

I. Martín-Baró (1995). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica (p. 44). El
Salvador: UCA Editores.
© FUOC • PID_00161330 59 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

De esta manera, abogó por una psicología social situada social e históricamen-
te, y por generar sus teorías e investigaciones tomando una posición sobre ese
contexto.

Por otro lado, cuestiona el compromiso ingenuo con una concepción de la


realidad social como una unidad armoniosa, en la que los individuos se distri-
buyen según una serie de características y a la que se adaptan o no, en diversos
grados. Para él, la realidad social de las sociedades capitalistas es la de la lucha
de clases, donde una clase produce, mantiene y conserva una relación de do-
minio y explotación respecto a otras, y el "orden o armonía" social enmascara
y expresa la imposición de los intereses de esa clase dominante, a través de las
diversas formas de relación social, a las demás clases sociales.

3.5.3. La lucha de clases como contexto de la psicología social


latinoamericana

Para Martín-Baró (1995), la condición social más importante es la que separa


a quienes se apropian de los medios fundamentales de los que depende la sa-
tisfacción de las necesidades sociales, de quienes no poseen más que su inte-
ligencia y manos para subsistir: es decir, a la burguesía del proletariado. Esta
situación de intereses antagónicos moldearía la totalidad de la organización
social.

"Esta división en clases sociales es de tal profundidad que influye en todas las relaciones
humanas que se producen en el seno de la sociedad. En este sentido se afirma que las
relaciones determinadas por la diferenciación en clases sociales son relaciones estructu-
rales, ya que tienen la fuerza de estructurar los esquemas fundamentales de la conviven-
cia humana."

I. Martín-Baró (1995). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica (p. 76). El
Salvador: UCA Editores.

Sin embargo, el análisis psicosocial se ha centrado, habitualmente, en dos es-


tructuras sociales: las relaciones primarias, que son los vínculos humanos que
se producen en los grupos primarios, como la familia, y que tienen consecuen-
cias personalizantes; y las relaciones funcionales, que son los vínculos que se
producen por la división laboral de la población y que dan lugar a grupos fun-
cionales. Las unidades de análisis propuestas han sido las actitudes cuando
el análisis se centra en la persona; los roles o papeles, cuando se centra en la
acción; y las normas, si se centra en los sistemas.

Por ello, desde su perspectiva, es fundamental incluir las relaciones estructu-


rales, que son los vínculos humanos que se producen por la división de la po-
blación en clases sociales, en razón de los modos de producción y de apropia-
ción de esos modos y sus beneficios. Las unidades psicosociales de tal análisis
serían la conciencia de clase, la psicología de clase y el concepto de necesidad.
Y más aún si se considera que las relaciones primarias y funcionales se dan en
el seno de las relaciones de clase.
© FUOC • PID_00161330 60 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

3.5.4. Conflicto estructural y psiquismo humano

De acuerdo con los planteamientos del autor, la forma de comprender el efec-


to de esta determinación de clases en el psiquismo humano es mediante el
enfoque dialéctico: entender el psiquismo humano a partir de las relaciones
sociales concretas en que éste se configura, y entender estas relaciones como la
manera en que la dialéctica de clases se concreta en una sociedad determinada.

En lo que respecta a la persona, la determinación clasista opera a través del


proceso de la socialización, proceso psicosocial bastante más complejo que
una interiorización de normas y valores, y que abarca tres aspectos:

a) La determinación objetiva del contexto de la persona: en grupos sociales


primarios (como la familia) y funcionales (como el oficio y la profesión) en una
sociedad concreta, con unas posibilidades materiales y sociales bien definidas
(la clase social).

b) La formación histórica de las necesidades de la persona, según las activida-


des propiciadas, mantenidas y exigidas por las relaciones sociales de las que
forma parte, las cuales se reflejan en un determinado estilo de vida.

c) La transmisión de un marco de referencia ideológico de normas y valores,


asumidas psicológicamente como actitudes ante las diversas realidades socia-
les.

Mediante este proceso complejo se genera lo que Martín-Baró (1995) llama la


psicología de clase, que "consiste en aquellas formas de pensar, sentir, querer
y actuar propias de los individuos que pertenecen a las diversas clases sociales
históricas" (p. 101).

Lo interesante de este planteamiento es que, como producto socio-histórico


de las relaciones empíricas en que se gesta, la psicología de clase puede o no
representar los intereses de la clase a la que objetivamente pertenece. Es decir,
la psicología de clase de una persona o grupo puede mostrar contradicciones
entre los intereses que ocupan su conciencia y los intereses objetivos de su
clase social. El hecho de que dicha psicología no exprese los intereses de la
clase a la que objetivamente se pertenece, sino que, por ejemplo, se apropie
de determinadas necesidades o aspiraciones que en realidad responden a los
intereses de la clase dominante constituye un estado de alineación social.

Así, es posible que en un momento dado la psicología de clase de un grupo


de trabajadores abrace prejuicios, actitudes discriminatorias y causas que re-
presentan más bien los intereses o necesidades de la clase dominante. Tal es
el caso de cientos de guerras que en nombre de la patria, la nación y/o de
valores como la libertad o la justicia demandan el apoyo de la violencia béli-
ca, como lo es el de la violencia social del prejuicio y la discriminación hacia
etnias o pueblos enteros; enfrentamientos que han tenido, de manera más o
© FUOC • PID_00161330 61 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

menos encubierta, su mayor justificación en intereses económicos de las clases


dominantes. Por el contrario, la correspondencia entre la psicología de clase
y unos intereses propios de la clase de la que se forma parte determina una
conciencia de clase.

"Sólo la conciencia de clase, que es a la vez un saber práctico y reflejo, expresa y operati-
viza los intereses de cada clase social."

I. Martín-Baró (1995). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica (p. 111). El
Salvador: UCA Editores.

3.5.5. Finalidad y objeto de estudio de la psicología social en una


sociedad estructuralmente conflictuada

En este escenario de opresión social, en que una clase domina a otras mani-
pulando e imponiendo sus propios intereses en aras a su explotación, el autor
propone que la psicología social:

"Debe buscar como objetivo posibilitar la libertad social e individual... se pretende que
el sujeto tome conciencia de esos determinismos y pueda asumirlos (aceptándolos o re-
chazándolos) mediante una praxis consecuente."

I. Martín-Baró (1995). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica (p. 48). El
Salvador: UCA Editores.

De este modo, resultaría imprescindible el estudio de los fenómenos psicoso-


ciales en su dimensión de acción ideológica.

"Se puede definir la psicología social como el estudio de la acción en cuanto ideológica,
entendiendo por ideológica aquellos esquemas cognoscitivos y valorativos producidos
por los intereses objetivos de la clase dominante en una sociedad determinada, e impues-
tos a las personas que los asumen como propios."

I. Martín-Baró (1995). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica (p. 50). El
Salvador: UCA Editores.

Esto implica un doble proceso de desenmascarar los procesos a través de los


cuales se produce y mantiene la alineación social, y facilitar la consecución
de la conciencia de clase.

"A la psicología social corresponde desenmascarar los vínculos que ligan a los actores
sociales a los intereses de clase, poner de manifiesto las mediaciones a través de las cuales
las necesidades de una clase social concreta se vuelven imperativos interiorizados por
las personas, desarticular el entramado de fuerzas objetivadas en un orden social que
manipula a los sujetos mediante mecanismos de falsa conciencia."

I. Martín-Baró (1995). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica (p. 48). El
Salvador: UCA Editores.

Ello se vincula directamente con la raíz misma de los procesos de formación


de la psicología de clase.
© FUOC • PID_00161330 62 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

"En este punto es esencial un análisis psicosocial que muestre el carácter ideológico de
la psicología de clase, es decir, que examine en qué medida la psicología de clase de una
determinada persona o grupo expresa la realidad o intereses de su propia clase social o
está mediatizada a los intereses de otra clase (la dominante), con todas las contradicciones
que ello puede entrañar en la vida de esa persona o grupo."

I. Martín-Baró (1995). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica (p. 102). El
Salvador: UCA Editores.

Así, podríamos decir que el análisis psicosocial persigue señalar qué elementos
de lucha de clases hay en cada fenómeno psicosocial y qué aspectos psicoso-
ciales hay implicados en los diversos medios que la lucha de clases utiliza.

Como el autor plantea en Sistemas, grupos y poder (1984), los fenómenos psico-
sociales como la socialización, los procesos de individuación y la formación de
una identidad son inseparables de las lógicas de enfrentamiento de intereses,
de ascenso y descenso, inclusión y exclusión que imponen estas sociedades.

3.5.6. El valor de los conflictos sociales

Martín-Baró señala que en los períodos de relativa estabilidad social, la psico-


logía de clase de las clases dominadas suele confundir sus intereses con los de
las clases dominantes.

Capitalismo de consumo

Eso se puede observar actualmente en el capitalismo de consumo de algunas sociedades


latinoamericanas, en el que las aspiraciones hacia una mejor calidad de vida de las clases
bajas y especialmente en las clases medias, es entendida como un mayor acceso a bienes
y se traduce en altísimos niveles de endeudamiento (que en términos relativos, superan
con creces a los de las clases dominantes).

A su vez, en la idea de la "meritocracia", estos intereses traducidos en consumo


son asumidos y asociados a grupos primarios (la familia de donde vengo o
la que deseo tener) y/o funcionales (el estándar de vida que un abogado, un
ingeniero o un médico deben o merecen tener), donde el componente subya-
cente de los intereses de clase queda desperfilado.

En cambio, en los períodos de crisis o conflicto social estas confusiones o con-


tradicciones son evidenciadas.

"Por el contrario, en momentos de crisis, cuando un determinado orden social entra en


cuestión o se desmorona, las personas y grupos tienden a percibir con más claridad los
intereses objetivos de su clase social, con lo que psicología y conciencia de clase tienden
a confluir."

I. Martín-Baró (1995). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica (p. 102). El
Salvador: UCA Editores.

Al mismo tiempo, muchas veces esta puesta en evidencia a través de los con-
flictos y cambios sociales es la manera como la conciencia de clase puede am-
pliarse.
© FUOC • PID_00161330 63 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

"Hay momentos en que la conciencia social sólo puede progresar mediante alguna for-
ma de cambio social, lo que supone algún tipo de transformación del propio grupo. En
este sentido, una crisis social abre una brecha en la estructura ideológica dominante por
donde puede avanzar la conciencia de clase de los grupos oprimidos."

I. Martín-Baró (1995). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica (p. 106). El
Salvador: UCA Editores.

En el caso de sus estudios en El Salvador, el espectáculo del sufrimiento de los


movimientos insurgentes víctimas de la guerra sucia contribuyó a evidenciar
una comunión del pueblo salvadoreño y una conciencia de clase o grupo do-
minado.

Afganistán e Iraq

Algo similar puede decirse, por ejemplo, respecto de las recientes guerras impulsadas por
Estados Unidos en países como Afganistán e Iraq. En buena parte, el espectáculo brindado
al mundo ha evidenciado en muchos casos que se trata de una cuestión de intereses
de grupos económicos y de una nación que desea sostenerse como primera potencia
mundial, por encima de los de otras naciones, de países más débiles y especialmente, por
encima de los intereses de la amplia población mundial, generando de alguna manera
una crítica al orden actual de las relaciones internacionales y en el interior de las naciones,
que se encuentra supeditado a los intereses económicos de grupo transnacionales.

3.5.7. Conflicto estructural, violencia estructural y violencia

Como hemos señalado, para Martín-Baró (1995) es necesario remitirse al con-


texto social en todo análisis psicosocial, pero quizás más importante aún en
el caso de la violencia, a fin de comprender el sentido de su justificación y
determinar su carácter.

Todo ordenamiento social es el producto del balance de fuerzas sociales. En El


Salvador, como en otras naciones latinoamericanas, este orden es el producto
del dominio de una minoría capitalista sobre una gran masa popular y refleja
en sus articulaciones, como es de esperar, los intereses de esa minoría.

Esta violencia dominadora institucionalizada de unos pocos sobre muchos ha


sido denominada violencia estructural. Ésta no se limita a una situación objetiva
de distribución desigual de recursos o de explotación de esa minoría capitalista
sobre la mayoría trabajadora, sino que supone además un ordenamiento de
esa desigualdad opresiva mediante:

a) Una legislación que ampara los mecanismos de distribución desigual de la


riqueza social y establece una fuerza coactiva para hacerlos respetar.

b) El control de las instituciones sociales, que permite a la clase dominante


imponer los objetivos y hasta un estilo de vida como ideal a la sociedad entera
(elementos que se refuerzan).

De este modo, es una forma de violencia que está presente en el orden social,
y no constituye, por lo tanto, una violencia de individuos ni de grupos, sino
que de la sociedad en su totalidad. Mientras ese ordenamiento no entre en
© FUOC • PID_00161330 64 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

crisis, se impone con naturalidad. Pero los múltiples movimientos de protesta


pacífica que han existido en la historia dan fe de su existencia y la han puesto
en evidencia, al ser objeto de la violencia represiva del sistema una y otra vez.

De esta manera, la existencia de un orden social clasista hace ambigua la defi-


nición de lo que es la violencia, ya que un orden comprometido de esa manera
con los intereses de una minoría dominante:

"[...] define como violentas no aquellas fuerzas aplicadas desde las propias instituciones
del orden social para su propia conservación y reproducción, sino aquellas otras –y sólo
ellas– que se ejercen con el fin de alterar o cambiar las estructuras sociales."

I. Martín-Baró (1995). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica (p. 406). El
Salvador: UCA Editores.

Esta definición institucional de violencia se erige como un mecanismo ideo-


lógico a través del cual el dominador justifica y reserva para sí aquello que
condena en el dominado.

Es el caso actual, en que se reserva la palabra terrorismo exclusivamente para


designar las acciones de violencia (y frecuentemente, un gran número de ac-
ciones no violentas "asociadas" a ellas) de grupos insurgentes y rebeldes, en
conflicto con algún orden establecido, pero no se emplea ese vocablo en su
sentido originario: una manera más o menos sistemática de dominar por el
terror, en cuyo caso se aplicaría con más propiedad a una serie de acciones de
Estado sobre estos movimientos, e indirectamente, a través de los medios de
comunicación de masas, de la población en general.

Por tanto, de este análisis cabe extraer dos prevenciones:

• Cualquier forma de violencia o de agresión debe ser interpretada en el


marco de la violencia estructural en que surge.

• La violencia de los dominados no es una violencia originaria, sino derivada


y relativa a su situación de oprimidos.

3.5.8. La guerra paralela como resolución de conflicto en El


Salvador

Como sabemos, en las sociedades latinoamericanas el uso de la fuerza militar El Salvador


como un recurso para la resolución de conflictos sociales y como vía de con-
En El Salvador, lejos de ser una
servación del poder por parte de las clases dominantes tiene una larga historia excepción, desde mediados de
y, en relación con diversos pactos con clases dominantes de distintos países del los años setenta y durante la
década de los ochenta, se pro-
primer mundo, ha redundando en cierta alternancia de regímenes coloniales, dujo una compleja e intensa si-
tuación relacionada con el uso
neocoloniales, democráticos y militares. de la fuerza con fines represi-
vos y de insurrección, clara ex-
presión de un conflicto de cla-
ses en la base.
© FUOC • PID_00161330 65 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Como también sabemos, todo orden social contempla el uso de la fuer-


za militar para la resolución de determinados conflictos internos o ex-
ternos. Pero ese uso debe acogerse a las normas legales o construidas
como legítimas por dicho orden. Es decir, debe seguir las reglas que le
son fijadas desde ahí y ser capaz de dar cuenta o responder a ellas.

En el caso del El Salvador, las clases conservadoras, además del uso de la fuerza
militar legal a través de las fuerzas armadas de ese país en contra de los gru-
pos de insurgencia, se vieron implicadas –de manera muy cruda entre los años
1980 y 1983– en lo que se llamó la "guerra paralela" o "guerra sucia" (Martín-
Baró, 1990). Es decir, a través de una guerra, pero fuera de sus márgenes de le-
galidad y mediante acciones militares no reconocidas por las fuerzas armadas
legales (como las de los Escuadrones de la Muerte y el Ejército Secreto Antico-
munista), se intentó en esos años la eliminación rápida y brutal de los grupos
insurgentes, de la resistencia ciudadana y de sus líderes.

La presión internacional por la masiva violación de los derechos humanos


que esas acciones produjeron indujo al país, a partir del año 1984, a entrar en
un proceso de democratización y de resolución de democrática del conflicto
social.

No obstante, como señala Martín-Baró (1990), este proceso no suspendió el


estado de "guerra paralela" en el país, ni el uso de la fuerza como vía de reso-
lución del conflicto social por parte de las clases dominantes; solamente mi-
nimizó su componente de "guerra sucia" y abrió paso a una etapa más masiva
de "guerra psicológica":

"[...] ya que esta modalidad de guerra paralela permite lograr los mismos objetivos y pro-
duce similares consecuencias psicosociales en la población, pero logra salvaguardar la
imagen de la democracia formal."

I. Martín-Baró (1995). Psicología social de la guerra (p. 161).El Salvador: UCA Editores Cen-
troamérica.

En este nuevo escenario donde la democracia se convierte en un instrumento


para la legitimación de la guerra, la guerra psicológica es la forma democra-
tizada de hacer la guerra paralela a los movimientos revolucionarios y a sus
simpatizantes. El objetivo de la guerra psicológica no es responder a las nece-
sidades insatisfechas de la población, que se encuentran en la base del conflic-
to estructural, sino ganar su aceptación del orden actual y evitar su apoyo o
simpatía hacia el enemigo bélico.

Algunos de sus recursos psicosociales son:

1) Extender un sentimiento de inseguridad en la población, combinando fuer-


tes operativos militares y ocasionales ejecuciones públicas, y muestras de apo-
yo condicionado a la población; lo que se conoce como represión manipuladora.
© FUOC • PID_00161330 66 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

2) Hacer sentir solas y aisladas a las personas y grupos que pueden represen-
tar un apoyo potencial para el movimiento revolucionario, mediante un hos-
tigamiento selectivo, sistemático y permanente hacia líderes de organizacio-
nes afines al movimiento, acompañados de campañas para arruinar su imagen
pública.

3) Reemplazar la realidad cotidiana por una realidad desde el poder establecido


mediante el uso de los medios de comunicación de masas, donde la lucha re-
volucionaria se presenta como algo absurdo, recreándose a la par una realidad
con tintes fuertes de "irrealidad": atentados incomprensibles, desapariciones
de civiles y rumores de sus vinculaciones a movimientos armados, etc.

4) Invertir la realidad a través del discurso, refiriéndose sistemáticamente a


unos hechos con el nombre de otros, por ejemplo, invadir y dominar pueden
ser llamados liberar, prestar ayuda al necesitado, o velar por el resguardo de los
derechos ciudadanos se puede denominar traición a la patria. Incluso se puede
llegar a hacer alusión a un asesinato como un hecho heroico y encomiable.

Las consecuencias psicosociales de la guerra paralela, tanto sucia como psico-


lógica, son variadas. Entre ellas, cabe destacar las siguientes:

• Anulación y eliminación física y psicológica de las víctimas directas.

• Traumatismos físicos y psicológicos, e incremento de enfermedades psico-


somáticas.

• El bloqueo del desarrollo de una identidad personal con opciones políti-


cas, es decir, despolitización del ciudadano: ceder ante la agresión totali-
taria representa una fuerte frustración existencial y autodevaluación, pero
resistir a ella supone arriesgar la propia vida y la de seres queridos.

• El conflicto ético-político al que se enfrentan las personas, que han de ele-


gir entre ser consecuentes a sus principios y arriesgar vidas de terceros (fa-
miliares, compañeros, colegas), termina con la huida del país de muchos.

• Devaluación de la lucha por la justicia y el desprestigio moral de quienes


abrazan causas reivindicatorias y colectivas.

3.5.9. Lineamientos para el análisis de los conflictos sociales

De lo revisado se desprende que los conflictos sociales no pueden compren-


derse al margen de este conflicto estructural más profundo y omnipresente,
sino más bien como parte de este conflicto de poder. De esta forma, un estu-
dio psicosocial del conflicto social debe acusar las dinámicas de dominación
© FUOC • PID_00161330 67 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

y de resistencia de la lucha de clases concreta que se emplazan en él y de las


que forma parte, a la vez que identificar las diversas estrategias psicosociales
de ambas y sus efectos.

También se deduce que los conflictos sociales dejan entrever las fisuras en el
orden social establecido y que, como tales, pueden ser una ocasión especial
para el análisis psicosocial y para la conciencia de clase.

En una sociedad clasista es probable que el orden establecido no contemple


vías de resolución pacífica a conflictos sociales que supongan un cuestiona-
miento de las bases de ese orden. En ese escenario aparecen las formas "para-
lelas" de guerra desde los sectores dominantes, y las diversas formas de insur-
gencia, civil y armada, desde las clases dominadas. Asimismo, los hechos de
violencia deben ser interpretados desde la forma que cobra la violencia estruc-
tural imperante.

De este modo, al analizar los grupos y causas de los actores involucrados en


un conflicto social, es necesario atender al alcance y pertenencia de clase de
los intereses en juego, así como de las soluciones barajadas como posibles.

3.6. Conflicto por medio del construccionismo social y la


psicología social discursiva

3.6.1. Orientarse al carácter problemático y conflictivo de la


construcción de la realidad

Lo primero que habría que señalar es que el construccionismo social es un


movimiento amplio que ha emergido desde diversos márgenes de diversas dis-
ciplinas sociales, y sobre todo desde la psicología social, y que ha dado lu-
gar también a variados desarrollos (Ibáñez, 1990). Aquí seguiremos, y aún de
manera parcial, sólo uno de ellos: el que lo vincula a una psicología social
discursiva y al análisis (psicosocial) del discurso. Además, nos mantendremos
concentrados en las aportaciones más cercanas a una comprensión psicosocial
construccionista y discursiva sobre los conflictos sociales.

El construccionismo social se distingue por una crítica a los paradigmas


positivista y neopositivista, su realismo y sus pretensiones de objetivi-
dad en el conocimiento, y particularmente, hacia las formas individua-
listas y mentalistas de la psicología social herederas de esta matriz para-
digmática: las psicología social conductual y cognitiva (Gergen, 1996).
© FUOC • PID_00161330 68 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Para el construccionismo, como su denominación indica, la realidad se cons-


truye en y a través de la interacción social. Como lo señala nítidamente K.
Gergen, uno de sus principales impulsores:

"La construcción del mundo tiene lugar no dentro de la mente del observador, sino en
las formas de relación."

K. Gergen (1996). Realidades y relaciones (p. 296). Barcelona: Paidós.

Ahora bien, si la realidad es construida como tal en y mediante formas de re-


lación social, es decir, si es relativa a estas formas sociales de construcción, la
realidad está en continua construcción. Por eso, intrigan al construccionismo
primeramente aquellas realidades que aparecen socialmente como dadas, in-
mutables o evidentes en sí mismas, así como los procesos sociales mediante
los cuales esas realidades se constituyen como tales:

"En el pensamiento reflexivo sobre nuestra propia naturaleza y la del mundo en que vi-
vimos, podemos o bien considerar que su tema fundamental es lo invariable y conside-
rar problemático el cambio, o bien que el flujo y la actividad son lo primario y juzgar
problemática la conquista de la estabilidad. En tanto casi todos los enfoques anteriores
de la psicología y las demás ciencias sociales adoptaron la primera de estas dos posturas,
el construccionismo social asume la segunda."

J. Shotter (2001). Realidades conversacionales. La construcción de la vida a través del lenguaje


(p. 265). Buenos Aires: Amorrortu.

Pero no interesa pensar desde la estabilidad hacia la estabilidad, sino compren-


der justamente la naturaleza problemática, y en ocasiones conflictiva, de esa
estabilidad que es conquistada, producida y reproducida desde los márgenes
de la estabilidad.

3.6.2. Las realidades son construidas mediante prácticas


discursivas

En este marco, uno de los primeros objetos de estudio empírico del construc-
cionismo social lo han constituido centros de prácticas sociales que contribu-
yen a la estabilización de la realidad, como lo han sido los desarrollos cientí-
ficos amparados en paradigmas positivistas o neopositivistas, principalmente
(ver por ejemplo, Potter, 1997).

Dentro de las múltiples formas de relaciones sociales en y mediante las cuales


la realidad es construida, los construccionistas han atribuido una especial im-
portancia y, en consecuencia, han dado una particular atención al uso del len-
guaje y al lenguaje como práctica social. Es lo que, con algunos matices que no
vamos a distinguir aquí, Gergen (1996) llama prácticas�discursivas, Shotter
(2001) actividad�comunicativa�humana, Potter y Wetherell (1999) reperto-
rios�interpretativos y Parker (1992), discursos�o�dinámicas�discursivas.

Lo que todas esas denominaciones reúnen es un interés por el lenguaje no


como representador de la realidad, sino como:
© FUOC • PID_00161330 69 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

• Formador, modelador o constructor de ésta.

• Actividad social a través de la cual se hacen cosas (se describe, se persuade,


se solicita, se promete, ordena, etc.).

• Práctica social que sigue, produce y reproduce unas determinadas reglas


de uso y de relación social.

• Actividad social que construye su sentido en el contexto y oportunidad


de su uso.

Las implicancias de esta aproximación se irán explicitando en el transcurso


de este apartado.

3.6.3. Las prácticas discursivas se emplazan y emplazan un


debate ideológico

En este escenario, los construccionistas han subrayado que no es igual esta-


bilizar una versión de la realidad como la realidad, en vez de otra, como no
es lo mismo ofrecer una mano o retirarla, ni lo es renunciar a tal pretensión
en pos de un pluralismo o relativismo, ya que las distintas versiones de la rea-
lidad construyen también distintas realidades, que tienen diferentes efectos
sociales. Por otro lado, estabilizar una realidad permite también estabilizar un
determinado orden social y no otro, con sus respectivas implicancias para los
diversos miembros de una sociedad.

Ejemplo del conflicto de los Estados Unidos con Afganistán

Pensad, por ejemplo, en algunas de las versiones que tendieron a estabilizarse sobre el
conflicto de Estados Unidos con Afganistán. Por ejemplo, el hecho de que fuera calificado
como una guerra. Ya la definición de ese conflicto como tal denotaba cierta reciprocidad
bélica: la acción de ataque de Estados Unidos se situó como respuesta a un ataque previo
(lo acontecido en las torres gemelas), lo que lo habilitaba a proceder militarmente como
en un estado de guerra, con todas sus prerrogativas, contra un enemigo con poder de
fuego (el Gobierno afgano, presuntamente coludido con el movimiento militarizado que
habría atentado contra las torres). El Gobierno afgano, por su parte, desmintió toda re-
lación con lo acaecido en las torres gemelas y con el movimiento al que se le adjudicaba.
Desde esta versión, por tanto, la "guerra" fue más bien una "invasión", y más aún, si se
piensa en el escaso poder bélico de Afganistán respecto a Estados Unidos.

Si os fijáis, definir la situación de una u otra forma tiene efectos sociales distintos para los
grupos implicados. La "guerra" habilitó al Gobierno estadounidense ante la comunidad
internacional y ante sus ciudadanos para realizar una intervención militar en Afganistán.
La "invasión" hubiese convocado un respaldo internacional hacia el pueblo afgano. Y
como sabéis, hasta este momento, fue la primera versión la que quedó estabilizada como
realidad respecto de esta última.

Como en este caso, las versiones o discursos de la realidad, que son producidos
y reproducidos a través de prácticas o dinámicas discursivas concretas, es de-
cir, en la acción comunicativa humana, poseen un compromiso ideológico, es
decir, generan y participan de un ordenamiento de lo real que implica pautas
de dominación y de poder (Billig, 1991).
© FUOC • PID_00161330 70 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Así, las prácticas discursivas y las versiones de lo real en las que se insertan, en
apoyo o réplica, en la configuración de un sentido común de la vida cotidiana,
constituyen una ideología vivida (Billig y otros, 1988), es decir, una manera
de hablar, de actuar, de percibir, de pensar y de evaluar, constitutiva de una
forma de relaciones sociales que privilegian a unos grupos por encima de otros.
Esto con independencia del asidero explícito o no de los participantes, a una
ideología intelectual o teórica acerca de la naturaleza de la realidad diaria.

Sin embargo, en el mundo occidental contemporáneo, se ha homogenizado


para Billig y otros (1988) una ideología particular que es producida y repro-
ducida de manera vivida e intelectual, con pretensiones totalitarias y que se
compone de la ecuación entre individualismo y capitalismo.

Pensad por ejemplo, lo natural y necesario que parece evaluar los costes o be-
neficios de un conflicto y su contraparte, asumir un proceso de negociación,
para un plan de acciones. Costes y beneficios que, en gran variedad de con-
flictos, suelen ser medidos en términos individualistas y monetarios.

Esta dimensión o condición ideológica del lenguaje es lo que Shotter (1989, en


Crespo, 1991) denomina texto, que son recursos desarrollados culturalmente,
con propiedades y efectos morales, en cuya lógica interna estamos atrapados.
Para este autor, en nuestra cultura el texto dominante sería el individualismo
posesivo, que implica una concepción mercantil y liberal de las relaciones so-
ciales y una consideración individualista de las personas, en donde éstas po-
seen todas sus características psicológicas dentro de sí, sin adeudar nada a la
sociedad.

También en un nivel micro, cuando interactuamos e intercambiamos opinio-


nes acerca de la naturaleza de acontecimientos personales o sociales, en una
conversación cotidiana, estén inscritas nuestras prácticas en el sentido común
dominante o resistiendo en algún aspecto a él, estamos preocupados de zanjar
una versión de los hechos, porque sabemos bien que ésta tendrá unos efectos
mediatos o inmediatos en nuestro entorno, o porque el mero hecho de hacer
prevalecer nuestra opinión, de generar un acuerdo o de ceder ante la argumen-
tación contraria incidirá sobre aspectos como nuestro prestigio, credibilidad y
aceptación social, entre otros. Es decir, a la par que debatimos o negociamos
versiones de la realidad, debatimos o negociamos nuestra participación, rela-
ción y poder social.

De ahí el carácter ideológico, argumentativo (retórico), relacional y construc-


cionista de todas nuestras prácticas discursivas:

"Para los construccionistas, los conceptos con los que se denominan tanto el mundo co-
mo la mente son constitutivos de las prácticas discursivas, están integrados en el lenguaje
y, por consiguiente, están socialmente impugnados y sujetos a negociación."

K. Gergen (1996). Realidades y relaciones (p. 94). Barcelona: Paidós.


© FUOC • PID_00161330 71 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

3.6.4. La resistencia a las ideologías hegemónicas: "destapar" el


conflicto y promover el debate social

En este contexto de ideologías totalitarias y hegemónicas, que implican todo


el quehacer social y nuestras interacciones comunicativas en una determina-
da estabilización de lo real, con efectos sociales discriminatorios, llámese esta
ideología vivida individualista e ideología intelectual capitalista o texto indivi-
dualista posesivo, el construccionismo ha comprometido su labor en la resis-
tencia, aunando un interés por la comprensión de los procesos psicosociales
y por la emancipación (Ibáñez, 1990).

Es lo que se sigue de uno de los propósitos que desde sus inicios han inspirado
los trabajos de Gergen, como es la elaboración de teorías�generativas, es decir,
teorías que promueven:

"[...] la capacidad de cuestionar las asunciones dominantes de la cultura, de plantear


cuestiones fundamentales en relación con la vida social contemporánea, de propiciar
la reconsideración de aquello que se da por evidente y generar de esta forma nuevas
alternativas para la acción social."

K. Gergen (1982). Toward transformation in social knowledge (p. 109). En Ibáñez (1990).
Aproximaciones a la psicología social (p. 230). Barcelona: Sendai.

En tal sentido, buena parte del trabajo de los socioconstruccionistas se ha cen-


trado en investigar y señalar lo que hay de construido, y por tanto, de relativo,
en determinadas prácticas sociales discursivas, y en la misma medida de ideo-
lógico, en realidades que han sido naturalizadas y que aparecen socialmente
como dadas.

Es el caso de trabajos que han mostrado cómo, por ejemplo, la naturalización Ved también
de las diferencias de género o de raza, las más de las veces amparada en un
Sobre la discriminación social
discurso científico, ha sido un instrumento para la discriminación social de la de la mujer, podéis ver el apar-
mujer y de minorías étnicas, respectivamente. O que atendiendo a la impor- tado "Género, prejuicio y dis-
criminación" de Svenka Aresns-
tancia dada al recurso del discurso científico en la estabilización de órdenes burg Castell; del módulo 2; so-
bre las minorías étnicas, Wet-
sociales que resultan en la dominación y discriminación de unos grupos por herell y Potter (1992).
encima de otros, el desarrollo de investigaciones que se han concentrado en
mostrar las formas en que los "descubrimientos" científicos son construidos
Ved también
y los compromisos ideológicos que los conocimientos así producidos mantie-
nen (Latour, 2001; Potter, 1997; y particularmente sobre una psicología de la Sobre el sistema judicial como
vía de resolución de conflictos
cognición: Condor y Antaki, 2000; Edwards, 1997; Gergen, 1996). Y asimismo, sociales, podéis ver el aparta-
de otros procesos sociales que emulan o se acogen a las formulaciones de la do "Pobreza y conflicto psico-
social" de Margarita Morandé
ciencia positivista para el desempeño de su papel social, como es el caso del Dättwyler del módulo 2.
sistema judicial y penal.
© FUOC • PID_00161330 72 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Así, otros estudios que se han enfocado en procesos psicosociales relevantes Ved también
en la construcción de órdenes sociales, como por ejemplo, los involucrados
Podéis ver el apartado sobre
en la memoria social de acontecimientos de importancia política. la mesa de diálogo en Chi-
le, "Conflicto político en Chi-
le: mesa de diálogo de dere-
En todos estos casos, el construccionismo ha mostrado una vocación por la chos humanos" de Elisabeth Li-
ra, en el módulo 2, y Vásquez
desestabilización de órdenes sociales, debido a sus efectos totalitarios y hege- (2001).
mónicos, y especialmente de aquellos que naturalizan situaciones de domi-
nación, exclusión y discriminación social. En tal sentido, su posicionamiento
en torno a los conflictos sociales ha sido el de contribuir a la emergencia del
conflicto y el debate social en torno a asuntos como la equidad social, el plu-
ralismo y la diversidad.

3.6.5. Habitar en el margen y comprender desde dentro

También está claro que la forma en que se hace dicha desestabilización debe
ser consistente con el propósito y no reproducir en su acto el totalitarismo que
se critica. Por eso no pretende una hegemonía teórica ni su correlato, producir
una teoría total de lo psicosocial, sino proporcionar una serie de herramientas
teóricas y metodológicas útiles para acometer el análisis social propuesto y sus
efectos de pluralismo. Esto implica mantenerse como una voz más de todas
las posibles, pensar desde los márgenes de los centros estabilizados y de las
realidades naturalizadas.

En la medida en que decir es hacer una realidad, hay una dimensión de respon-
sabilidad respecto a los términos en que se construye o deconstruye una ver-
sión de la realidad. Esto se traduce, por ejemplo, en una sensibilidad especial
hacia los términos en los cuales se conducen los argumentos desplegados en
el mismo construccionismo:

"[...] argumentar en términos relacionales antes que individualistas, es intentar interrela-


cionarnos unos con otros de un modo relacional y no individualista, a fin de comenzar
a 'construir socialmente' una sociedad relacional."

J. Shotter (2001). Realidades conversacionales. La construcción de la vida a través del lenguaje


(p. 271). Buenos Aires: Amorrortu.

Pero ¿cómo es que unas determinadas ideologías o textos pueden volverse he-
gemónicos en la construcción de la vida diaria? ¿Cómo pueden otras prácti-
cas resistir o abrirse paso desde el margen? ¿Cómo operan estas relaciones de
fuerza en las prácticas discursivas?

Para los construccionistas, las posibles respuestas a estos interrogantes han


de derivarse de un análisis desde dentro de las prácticas discursivas o acciones
comunicativas en que estas relaciones de poder son producidas, reproducidas
o variadas (Shotter, 2001).

Es decir, en gran medida a través:


© FUOC • PID_00161330 73 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

"[...] de dilucidar los procesos mediante los cuales las personas consiguen describir, expli-
car o dar cuenta del mundo en que viven."

K. Gergen (1985, p. 3). En Ibáñez (1990). Aproximaciones a la psicología social (p. 228).
Barcelona: Sendai.

De atender al carácter relacional de dichos procesos, a la diversidad de modos


de habla, que encarnan variedad de modos de posicionarse y evaluar el mun-
do, a los distintos diálogos que esta pluralidad de modos de habla permite y
de la cual participa, y a su carácter dilemático, que implica la negociación de
versiones de lo real y la resolución de cuestiones prácticas de las relaciones
sociales (Shotter, 2001).

Para Shotter (2001), sólo mediante la unidad analítica del enunciado es po-
sible "estudiar los diferentes modos en que diferentes personas en diferentes
momentos y contextos resuelven en la práctica los dilemas que afrontan" (p.
272), y desde ahí construir razones para sostener afirmaciones sobre su carác-
ter ideológico.

3.6.6. La psicología discursiva y su aportación a la comprensión


del conflicto social

Recogiendo y desarrollando algunos de estos principios medulares del cons- Nota


truccionismo con una especificidad hacia el ámbito de la psicología social,
Por razones de espacio, no po-
sirviéndose para ello de los importantes aportes que el análisis de la conver- demos detenernos aquí en las
sación había logrado en la comprensión de la interacción comunicativa y de vinculaciones teóricas y em-
píricas, ni en los logros y lí-
sus contribuciones propias en campos afines, particularmente en el análisis mites de este desarrollo. No
obstante, desearíamos abor-
del discurso, D. Edwards y J. Potter (1992) acuñaron la expresión psicología dar algunas de sus aportacio-
discursiva, para aludir a una alternativa orientada discursivamente de com- nes al tema que nos ocupa: la
comprensión psicosocial de los
prender y estudiar empíricamente los procesos psicosociales. conflictos.

Del construccionismo social sabemos que las dinámicas sociales mediante las
cuales construimos y estabilizamos versiones de la realidad, es decir, las prác-
ticas discursivas desplegadas en conversaciones o textos escritos de diversa ín-
dole, poseen un carácter problemático y en cierto sentido conflictivo, toda vez
que en ellas se implican y se negocian en diversos grados relaciones de poder,
que privilegian o perjudican a unos grupos o personas respecto de otros.

En tal sentido entrevemos, como ya de alguna manera anticipáramos, que


un conflicto social es, en primer término, un conflicto por su definición, por
estabilizar una versión acerca de su realidad y, por tanto, de lo que cabe y
se espera que se haga con él, de las alternativas de solución, de los actores
implicados, sus derechos, deberes y responsabilidades.
© FUOC • PID_00161330 74 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

En este contexto más acotado podemos retomar la pregunta: ¿cómo es que


una determinada versión de un conflicto social, con todas sus implicaciones
ideológicas, logra triunfar sobre otra? ¿Cómo es que algunas realizan una re-
sistencia desde los márgenes? ¿Por qué la relación entre unas y otras versiones
es tantas veces de conflicto y exclusión?

Para estos autores, una vez más, la respuesta ha de venir desde dentro: de un
análisis del desempeño del poder en contextos empíricos y de los diversos
recursos discursivos empleados en ello.

Psicología discursiva

Si bien esta apuesta nos parece una importante contribución a la desencialización del
poder, estamos de acuerdo con otros autores (Bourdieu, 1999; Crespo, 1991) en que su
capacidad comprensiva queda limitada sin una teoría social del poder y de la acción
comunicativa, o si se quiere, si no se complementa su análisis del poder en el discurso
con uno del poder sobre el discurso (Fairclough y Wodak, 2000). Para decirlo de otro
modo, aunque el desempeño del poder en la interacción comunicativa es crucial en el
triunfo de unas versiones sobre otras y, por ende, en el desenlace de los efectos ideológicos
implicados, la suerte de este desempeño está en estrecha relación con las condiciones
sociohistóricas en que tiene lugar.

Por ejemplo, en el caso del ataque estadounidense sobre Iraq, resulta palpable que por
muy superiores que fueran las acciones argumentativas de los opositores al ataque del
gobierno estadounidense a Iraq, por encima de las de los gobiernos que lo avalaron, la
posibilidad del éxito o primacía de sus versiones y de las alternativas al ataque militar que
se exigían desde ellas, estuvo vinculada a una serie de condiciones que pasaron "por fuera"
del horizonte del debate, es decir, de la posibilidad misma de que una práctica discursiva
pudiese ser efectiva. En términos aún más concretos, el desigual acceso y menor poder
de Iraq y los países árabes que se opusieron al ataque, sobre uno de los contextos en que
este debate tuvo lugar, los medios de comunicación de masas occidentales, debilitó su
posibilidad de un desempeño discursivamente poderoso, y por tanto, del debate mismo,
y con ello, también el hecho de que su versión fuera efectiva en una redefinición del
conflicto y de sus alternativas de solución.

Es así como describen una suerte de guía analítica que denominan el modelo
de�acción�discursiva (Edwards y Potter, 1992, p. 154), que indica aspectos y
recursos en la acción discursiva que pueden ser determinantes para que una
versión se asiente sobre otra como realidad, en el curso de una interacción
comunicativa.

El modelo se compone de tres secciones:

a) acción
b) hecho e interés
c) responsabilidad (accountability)

Cada una de ellas, a su vez, se subdivide en tres elementos. La acción indica


lo siguiente:

• El foco de atención está puesto en ella, frente a la cognición.


© FUOC • PID_00161330 75 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

• Los recuerdos y las atribuciones son, operacionalmente, reportes de acon-


tecimientos (maneras de dar cuenta, descripciones, formulaciones, entre
otras) y las inferencias que puedan derivarse de ellos.

• Adicionalmente, los reportes se estructuran en secuencias de actividades


tales como invitaciones, aceptaciones o negativas, acusaciones y defensas,
etc.

En cuanto a los hechos�e�intereses:

• La acción discursiva atraviesa el dilema entre apuntar los hechos y jugar


los intereses, el cual es gestionado por las atribuciones que se realizan me-
diante los reportes.

• Así, los reportes son construidos y desplegados como si se tratase de los


mismos hechos, mediante una variedad de técnicas discursivas.

• Por eso, los reportes están diseñados retóricamente para no admitir alter-
nativas.

En cuanto a la responsabilidad, señalan lo siguiente:

• Los reportes se dirigen a establecer la agencia y la responsabilidad sobre


los eventos reportados.

• Los reportes se dirigen a establecer la responsabilidad de los participantes


en la interacción y lo que ellos aportan como reporte.

• Estos dos aspectos están relacionados de tal manera que uno puede ser
privilegiado sobre el otro, y viceversa.

En cada una de estas condiciones de la acción comunicativa, se determinan


y abren una serie de elecciones que inciden en la verosimilitud o fuerza de
realidad que pueda cobrar una versión de la realidad.

Así, ya el hecho de que los reportes adopten las forma de secuencias de acon-
tecimientos abre un primer abanico de opciones con sus respectivos efectos
de verdad.

Secuencias de acontecimientos

Por ejemplo, en aquellos que toman la forma de recuerdos, como en el caso de memorias
de acontecimientos políticos, la manera de organizar la secuencia sugerirá o atribuirá
antecedentes y consecuentes, causas y efectos, agentes y receptores, etc. De forma seme-
jante, los reportes no son actividades solitarias, así que en conversaciones o en escritos,
siempre están respondiendo o están siendo respondidos por otros, y la versión que plan-
tean se sigue de esa interacción.
© FUOC • PID_00161330 76 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Por su parte, el dilema entre apuntar acontecimientos y responder a los propios


intereses suele ser enfrentado mediante la elaboración de reportes que atien-
den a los intereses de una manera que no parezcan interesados. Así, es posible
hacer atribuciones (de responsabilidad, por ejemplo), de manera implícita o
indirecta, o presentar una "selección y ordenación desinteresada de eventos"
de tal manera que las implicancias se sigan de manera lógica o necesaria. A ello
contribuye también una variedad de técnicas discursivas destinadas a darle a
los reportes un carácter factual.

a) Una de ellas es aludir a las características de la fuente, acudiendo a la cate-


goría de su membresía social. Así, se le puede dar garantía de autoridad a una
aseveración acudiendo a la autoridad de su emisor (si se trata de un tema de
salud, mencionar que lo ha dicho un médico). Y a la inversa, si se pretende
desacreditar una versión, se puede mencionar al emisor por una categoría que
en el contexto sea menos valorada.

b) Otra es realizar descripciones vívidas, ricas en detalles e incidentes, que pro-


duzcan la impresión de estar asistiendo al acontecimiento de manera presen-
cial; y en la misma línea, usar recursos narrativos que permitan la identifica-
ción, por ejemplo con un narrador, supuesto testigo presencial o víctima.

c) La contraparte de estos dos recursos es usar expresiones vagas de manera


sistemática, del tipo "según trascendió, habría una variedad de armas químicas
dispersas por distintos puntos de la región".

d) También pueden ser utilizadas formas empiricistas de reportes, en donde


pareciera que los acontecimientos se siguen o suceden de manera natural, por
sus propias leyes internas y sin intervención del ser humano.

Ejemplo de formas empiricistas de reportes

Como por ejemplo, en este fragmento en que se da cuenta de la muerte de un joven


pacifista en la zona de Gaza: "Hace sólo unos días, otro activista, de origen inglés, recibió
un disparo en la cabeza y los médicos le diagnosticaron muerte cerebral" (El Periódico,
21 de abril del 2003), en que sumada a la minimización de la gravedad del hecho, a
través del uso de la etiqueta "otro activista", se disimulan la relación entre los agentes, la
acción y sus consecuencias, mediante la secuencia "recibió un disparo [...] y los médicos
le diagnosticaron muerte [...]", lo que, a su vez, diluye cualquier responsabilidad de los
autores del disparo.

e) El uso de argumentos retóricos, ya sea usando formas lógicas, como silo- Argumentos retóricos
gismos, o figuras retóricas que planteen relaciones entre acontecimientos y/o
Un recurso habitual es la soco-
agentes, como metáforas o metonimias. rrida formulación de casos ex-
tremos, como por ejemplo, "es
una guerra del bien contra el
f) Sugerir consenso, a través de figuras como "la mayoría piensa que", o men- mal".
cionando un acuerdo en un punto entre actores que se saben contrapuestos
en temas de base, como ha sido por ejemplo el apoyo de Irán a Iraq, o una
corroboración, planteando una coincidencia de versiones entre observadores
o emisores independientes, son también estrategias que aumentan la verosi-
militud de un reporte.
© FUOC • PID_00161330 77 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

g) Una última técnica que cabe mencionar es la enumeración de listas de even- Ejemplo de atribución de
tos, que pueden ir acompañadas de contraejemplos, constituyendo otra ma- responsabilidad

nera de reforzar una determinada versión de los hechos. Ejemplo de antecedentes o


motivos que aminoran la res-
ponsabilidad de un hecho es el
Finalmente, la atribución de agencia y responsabilidad es otro punto impor- siguiente titular: "Tropas alia-
das matan a siete mujeres y ni-
tante en donde se juegan diversas implicancias sociales para las versiones de ños para prevenir atentado"
un conflicto. Por ejemplo, sugerir que hay o no intencionalidad o libertad en (www.emol.com; lunes, 31 de
marzo de 2003, 18:20).
la acción tiene efectos distintos para la adjudicación social de responsabilidad
sobre la misma.
© FUOC • PID_00161330 78 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

4. Distinciones conceptuales y ejes psicosociales para


el análisis del conflicto

4.1. Una connotación distinta del conflicto

Como ya habéis visto, los conflictos constituyen parte sustancial de la vida


cotidiana, en tanto son uno de los principales motores de la vida personal y
colectiva. Lo esencial es cómo se manejan, en el mutuo beneficio o en detri-
mento de las partes (Ruiz, 2001). Son motores vitales de nuestra vida cotidiana
porque la satisfacción de necesidades es siempre búsqueda y mediatez, y por
lo tanto, problemática y generadora de tensión (Leoz, 2002).

Palacios (2001) plantea que generalmente son asociaciones personales con el


término conflicto las que reflejan experiencias y revelan supuestos negativos,
que proponen que se debe evitar o eliminar. También podrían existir asocia-
ciones emocionales que le dan al conflicto una connotación de agresividad,
violencia, odio o pérdida. De acuerdo con Leoz (2002), nuestra educación está
atravesada por el modelo médico hegemónico que se nos ha impuesto larga-
mente: síntoma-enfermedad-remedio-cura; como asociamos el conflicto a la
enfermedad, a lo que no debería ser, nos orientamos a suprimirlo o sanarlo.

Por ello, como punto de partida para el análisis del conflicto, Palacios (2001)
establece algunas premisas:

• El conflicto es parte de la condición del ser social; por tanto, no es propio


de ninguna raza, etnia, edad, contexto o cultura específica.

• Su análisis favorece el establecimiento de distintas respuestas y, con eso,


aprende a construir antes que a destruir.

• Finalmente, que no es negativo per se, aunque su solución pueda serlo.

De este modo, el autor plantea que es necesario comprender el conflicto como


una condición humana orgánica, como un fenómeno natural, y como un su-
ceso potencialmente positivo, para poder mejorar la respuesta al mismo, pues
a menudo los problemas que surgen no son de él, sino de la respuesta dada.

En este mismo sentido, Munduate y Martínez (1998) plantean que si bien un


nivel muy alto de conflicto en una organización provoca la presencia de re-
sultados negativos para la organización, un nivel demasiado bajo genera es-
tancamiento, lo cual hace que los resultados alcanzados por el grupo tampoco
sean satisfactorios; es decir, ambos extremos obstaculizan el buen desempeño.
© FUOC • PID_00161330 79 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

De este modo, un nivel óptimo es aquél en que se da suficiente conflicto para


impedir el estancamiento, estimular la creatividad, permitir la liberación de
tensiones y promover el cambio, aunque sin ser tan intenso como para alterar
la coordinación de las actividades dentro del grupo. Lo que se requiere es ges-
tionar adecuadamente el conflicto, para mantenerlo dentro de límites apro-
piados, y que de este modo resulte autocrítico, activador y creativo (Robbins,
1987, en Munduate y Martínez, 1998).

Entre los aspectos positivos que surgen a partir del mantenimiento de una
intensidad adecuada del conflicto, los autores destacan los siguientes:

a) Posibilita el cambio organizacional, ya que modifica las estructuras de po-


der, los patrones de interacción y las actitudes arraigadas de sus miembros.

b) Favorece la cohesión del grupo al enfrentarse en un conflicto con otro(s)


grupo(s). Las amenazas externas tienden a incrementar la identificación y la
solidaridad con el propio grupo y disminuyen las divergencias y la tensión
dentro del mismo, aunque incrementan la hostilidad con el adversario.

c) Produce un incremento en el nivel de tensión del grupo, haciéndolo más


constructivo y creativo, ya que un nivel de tensión muy bajo induce un con-
formismo desmotivador, que inhibe la autocrítica y la creatividad en las acti-
vidades (p. 43).

Esta postura también ha sido sostenida por Lewin Coser (en Ruiz, 2001), quien
ha trabajado en el tema de la sociología del conflicto, concluyendo que cierto
grado de conflicto no es antifuncional, sino que resulta esencial en la forma-
ción y en la persistencia del grupo. Al respecto, Ruiz (2001) señala que se des-
conoce que el conflicto es un proceso activador de la convivencia, del desarro-
llo humano y de las relaciones sociales, y que además desempeña la función
de poner en evidencia las diferencias y la necesidad de encontrar mecanismos
de convivencia.

4.2. Escalas o niveles de análisis de los conflictos

El análisis de los conflictos puede ser abordado desde distintas dimensiones:


la dimensión psicológica, que se centra en el conflicto desde un punto de vista
intraindividual, la dimensión social, cuyo principal interés en el momento de
investigar los conflictos son las estructuras sociales y la dimensión psicosocial,
la cual, como su nombre indica, pretende relacionar el comportamiento indi-
vidual con el entorno social relevante (Serrano, 1988, en Serrano, 2002).

Asimismo, Palacios (2001) afirma que el conflicto se puede presentar:

• en un individuo (conflicto intraindividual),


• entre dos o más individuos (conflicto interpersonal),
• dentro de un grupo, organización o institución (conflicto intragrupal),
© FUOC • PID_00161330 80 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

• entre dos o más grupos, organizaciones o instituciones (conflicto intergru-


pal).

Esta distinción es relevante en el momento de comprender un conflicto, bus-


car su origen, fuente, efectos, etc.

De acuerdo a lo anterior, las distintas posturas y teorías acerca de las relaciones


y conflictos intergrupales se pueden clasificar según la dimensión individual-
grupal (Huici, 1999). Los enfoques individualistas indagan en las raíces psico-
lógicas de las actitudes intergrupales, en los procesos cognitivos involucrados
en los sesgos, en el procesamiento de información concerniente a ciertos gru-
pos sociales y en el efecto de las creencias y de la pertenencia a una categoría
en la discriminación, entre otros aspectos.

Los enfoques grupales están representados tanto por la perspectiva del con- Conflicto intergrupal
flicto realista de grupo como por el enfoque de la categorización social, que
La perspectiva del conflicto
plantea que basta con imponer una categorización a un grupo de individuos realista de grupo propone que
para que tiendan a diferenciarse de otros grupos a los que les ha sido impuesta cuando los grupos compiten
por recursos limitados y sólo
otra categorización. También la teoría de la identidad social se sitúa en el polo un grupo puede obtenerlos, se
genera el conflicto intergrupal
grupal (Huici, 1999), y alude a los procesos de categorización social, compa- (Sherif, 1966, en Smith y Mac-
ración social y búsqueda de distintividad positiva para el propio grupo como kie, 1995).

medios para obtener una identidad social positiva, procesos que están en la
base de la diferenciación intergrupal y del conflicto intergrupal. Se hace hin- Categorización social
capié en los efectos de las variables socioestructurales, como la permeabilidad
El enfoque de la categoriza-
de las divisiones de grupo, la diferencia de estatus y de poder entre los grupos, ción social plantea que no bas-
y la estabilidad y legitimidad de estas diferencias, por encima de la identifica- ta con imponer una categori-
zación a un grupo de indivi-
ción con el grupo y la diferenciación intergrupal. duos para que tiendan a dife-
renciarse de otros grupos a los
que se ha impuesto otra cate-
Ibáñez (1988, en Molina, 2001) distingue distintos enfoques del conflicto den- gorización.

tro del marco de la psicología social, cuyo punto en común es que centran
su capacidad explicativa en la dimensión cognitiva, racional y/o normativa,
y cuya valoración del conflicto va desde su deseabilidad hasta la búsqueda de
soluciones funcionales que conduzcan al orden:

a) Lewin (1948, en Molina, 2001), desde una perspectiva individual, concep-


tualiza el conflicto como una circunstancia de duración variable, pero limita-
da. Sus características están asociadas a las características de las fuerzas anta-
gónicas, y su resolución puede alcanzarse mediante la acción del propio indi-
viduo u otro agente, ya sea modificando aspectos materiales de la situación o
cambiando la representación cognitiva de ella.

b) Deutsch (1973, en Molina, 2001), desde una perspectiva interpersonal, basa


sus postulados en la teoría de juegos y de la acción razonada. Así, propone que
el conflicto surge cuando no se cumplen las normas del juego o cuando los
beneficios de la acción no son los esperados.
© FUOC • PID_00161330 81 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

c) Sherif (1966, en Molina, 2001), desde una perspectiva intergrupal, propone


que el conflicto aparece cuando varios individuos o grupos persiguen propó-
sitos incompatibles. Aquí, el conflicto produce por sí mismo las condiciones
para su propia extensión, cohesionando a los grupos en conflicto, distorsio-
nando la percepción del exogrupo, suscitando actitudes de hostilidad que se
refuerzan a sí mismas y creando una memoria histórica de agravios y proble-
mas, que dificulta una desescalada del conflicto.

d) Simmel (1955, en Molina, 2001) y Cosser (1973, en Molina, 2001), desde


una postura macrosocial, sostienen que el conflicto permite cualificar las con-
diciones sociales en tanto que emergen singularidades, y por lo tanto, asegura
el permanente reajuste de normas sociales y de relaciones de poder.

4.3. Posibles causas u orígenes de los conflictos

Las posturas teóricas que recientemente hemos discutido en el apartado terce-


ro ofrecen una concepción, explícita o implícita, de las causas, orígenes, sur-
gimiento o mantenimiento de los conflictos. En la presente sección pretende-
mos mostraros otras visiones o modelos acerca de cómo se ha definido, con-
ceptualizado y explicado el conflicto.

Ruiz (2001) señala que un elemento común de múltiples definiciones de con-


flicto es que éste surge cuando se debe hacer una elección entre varias alter-
nativas y no es posible llegar a tomar una decisión; es decir, surge como con-
secuencia de la existencia simultánea de dos tendencias, objetivos o intereses
que se excluyen mutuamente.

Implica, así, una divergencia de intereses percibida, o la creencia de que las


actuales aspiraciones de las partes no pueden lograrse simultáneamente. El
conflicto aparece cuando dos partes relacionadas (ya sea individuos, grupos,
comunidades o estados) se encuentran divididas por causa de intereses u ob-
jetivos percibidos como incompatibles o como resultado de la competencia
por el control de recursos escasos (Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001).

Conflicto social

El conflicto social también ha sido definido de diferentes maneras. La más general lo


explica como "parte del proceso social en el cual dos o más personas o grupos contienden
unos contra otros en razón de tener intereses, objetivos, valores o modalidades diferentes
o exactamente iguales, donde cada uno quiere la posesión, el control o el poder total, con
lo que se procura excluir al contrincante considerado como adversario" (Ruiz, 2001, p. 3).
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También se puede comprender el conflicto como el producto de la insatisfac- Necesidades humanas


ción de las necesidades humanas. El psicólogo Abraham Maslow (1983) plan- fundamentales

teó que todas las personas se sentirían impulsadas a satisfacer ciertas condi- Las necesidades humanas fun-
ciones, que llamó necesidades humanas fundamentales. damentales van más allá de las
necesidades físicas obvias del
alimento y el abrigo, ya que
incluyen necesidades psico-
Varios teóricos del conflicto (Burton, Kelman; en Barrueco, Régnier y Vejara- lógicas como la seguridad, el
no, 2001) han aplicado esta idea a la teoría del conflicto, sugiriendo que las amor, el sentido de la identi-
dad, la autoestima, y la capa-
necesidades de seguridad, identidad y reconocimiento subyacen bajo la ma- cidad de conseguir las propias
metas.
yoría de los conflictos arraigados y prolongados. Por ejemplo, la mayor parte
de los conflictos étnicos y raciales no se basan en intereses (y por lo tanto,
no pueden ser negociados), sino que surgen por estas necesidades fundamen-
tales de los grupos subordinados. Solamente reestructurando la sociedad, de
manera que todos los grupos se sintieran satisfechos, podrían resolverse los
conflictos motivados por las necesidades, recordando que se debe encontrar
la manera de satisfacer las necesidades de todos los grupos sin concesiones,
pues éstas no son negociables.

Desde el punto de vista de la gestión del conflicto y la resolución de proble-


mas, el conflicto en el seno de un grupo u organización ha sido explicado
como fruto de la diferencia de pensamientos, sentimientos o proyectos entre
los miembros del grupo, que pueden ser opuestos o divergentes, aunque ni
siquiera es necesario que objetivamente lo sean: basta con que sean percibidos
subjetivamente por las misma personas como un dilema o encrucijada. Des-
de esta perspectiva, si se aceptara la diversidad, el grupo se fortalecería, pero
cuando estas diferencias no tienen un espacio en el que expresarse, o aunque
se expresen no son comprendidas por el grupo y, por lo tanto, no se resuelven,
surge el conflicto (Bechi, Benencio, Bergna, Bertoli, Benítez, y Recalde, 2000).

También hay perspectivas que comprenden el conflicto como la manifesta-


ción de relaciones de poder en las cuales emergen resistencias. La expresión
de un conflicto, desde este punto de vista, es la expresión de una resistencia.
Puede reconocerse el surgimiento de conflictos en cualquier nivel de relación
humana, desde la díada interpersonal hasta las relaciones entre los estados o
las fuerzas multinacionales, en las cuales la expresión del conflicto dependerá
de las características de la relación. Algunas resistencias pasan desapercibidas
en negociaciones breves, tomando la forma de acuerdos, mientras que otras
llegan a expresarse con violencia, destrucción e intimidación, y con la consi-
guiente dominación de unos sobre otros (Molina, 2003).

De Bono (en Leoz, 2002) considera que el problema del conflicto no está en
el conflicto mismo, sino en las creencias de las personas, ya que éstas son
muy difíciles de erradicar o modificar, y a menudo se prefiere mantener una
creencia y no aceptar la evidencia de los sentidos. El conflicto surge cuando se
piensa que un sistema de creencias y los valores que de él se desprenden deben
ser aplicados en todas partes, y se adopta como misión hacer que esto suceda.
Ahora bien, un choque conflictivo no se produce solamente por diferencias
© FUOC • PID_00161330 83 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

de intereses, sino porque estas diferencias son consideradas significativas. Para


que esto suceda, se requiere un consenso que es construido por instituciones
y grupos, y por lo tanto, resultado de procesos sociales.

El conflicto entre dos grupos o entre un individuo y un grupo también puede


entenderse como producto de la frustración de una de las partes ante la obs-
trucción o irritación causada por la otra (Van de Vliert, 1993, en Munduate y
Martínez, 1998). Esto implica que el conflicto es una experiencia subjetiva y no
tiene por qué tener una base necesariamente objetiva, y que es tanto intraper-
sonal como social, porque se hallan implicadas en él otras personas y grupos.
Por lo tanto, el conflicto surge cuando las partes perciben que las actividades
que intentan desarrollar para conseguir sus objetivos se obstruyen entre sí, es
decir, son incompatibles. El hecho de que se desarrollen tensiones sinérgicas
o antagónicas, y así, las consecuencias sean constructivas o destructivas, va
a depender de la interdependencia positiva o negativa entre los objetivos en
cuestión, de modo que en una positiva va a potenciar una cooperación entre
las partes porque se da una coincidencia en el objetivo final, mientras que en
una negativa los objetivos son incompatibles entre sí. También se puede dar
una no-interdependencia entre los objetivos, que conlleva consecuencias me-
nos destructivas que la percepción de interdependencia negativa.

La articulación entre las tensiones (sinérgicas y antagónicas) y las relaciones


de poder entre las partes va a propiciar el desarrollo de relaciones de coope-
ración o de conflicto entre los distintos grupos en el seno de una organiza-
ción (Munduate y Martínez, 1998). Se necesitan ambos mecanismos sociales
para establecer estas relaciones, ya que incluso en situaciones de fuerte anta-
gonismo entre las partes, para llevar los conflictos de un estado latente a uno
manifiesto, ambas partes deben poseer algún poder sobre la otra. Sólo si las
dos partes disponen de algún recurso escaso, importante e insustituible para
la otra parte, ambas se percibirán mutuamente dependientes y, aunque pue-
de variar el nivel de dependencia, ambas tendrán poder sobre la otra. Por lo
tanto, las tensiones antagónicas en una relación pueden fijar una actitud de
enfrentamiento entre las partes, pero sólo una fuerte relación de poder desen-
cadenará el conflicto manifiesto, mediante las medidas de presión adoptadas
por las partes. A su vez, el uso de poder requiere la presencia de tensiones an-
tagonistas para su eficacia.

El poder es un potencial y se basa en la dependencia de los recursos, por


lo que el empleo del poder en la relación social implica reducir o elimi-
nar los beneficios que la otra parte está obteniendo de esa relación, dejar
de abastecerle de los recursos que se le está aportando. Por consiguiente,
estará motivado por el antagonismo en las tensiones entre las partes.
© FUOC • PID_00161330 84 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

En ausencia de éste, aunque el poder potencial sea importante, su uso para


reducir los beneficios de la otra parte no tiene sentido, e incluso puede ser per-
judicial para quien lo emplea, ya que la otra parte puede reaccionar quitando
las prestaciones del intercambio establecido entre ambas.

Además, esta distinción entre sinergia y antagonismo resulta válida para com-
prender la dinámica del conflicto, aunque se debe recordar que en la realidad
de las organizaciones, ambas tensiones se encuentran entremezcladas entre sí,
dándose simultáneamente incentivos para cooperar e incentivos para compe-
tir, es decir, objetivos comunes (interdependencia positiva) y objetivos diver-
gentes (interdependencia negativa), tensiones sinérgicas y tensiones antagó-
nicas. De hecho, las partes de una organización tienen algunos intereses co-
munes y otros divergentes. En determinados momentos compiten por la dis-
tribución de un recurso, y en otros cooperan para conseguir beneficios con-
juntos.

Desde el punto de vista de la psicología social, se proponen algunas causas del


conflicto (Serrano, 2002), tales como:

a) Las partes persiguen los mismos intereses, lo cual hace probable que el con-
flicto se resuelva eligiendo una solución que disminuya el beneficio común.

b) Las partes compiten por los recursos, y esta competencia no sólo promueve
conflictos, sino también conductas beligerantes o agresivas.

c) Las partes perciben injusticia en el trato que reciben, entendiendo justicia


como la distribución de recompensas en proporción a las contribuciones de
las personas.

d) La percepción errónea, la cual se refiere a que las partes perciben que los
defectos son del otro y que ellos poseen todas las virtudes.

Desde el punto de vista de la psicología política, el conflicto político surge


por oposición de intereses, por reparto de riqueza, por lucha territorial o por
el poder social y político (Serrano, 1988, en Serrano, 2002). Pero aunque la
psicología social o la política señalen causas de los conflictos entre los grupos,
hay que tener presente la utilidad potencial de éstos, no sólo para las partes
implicadas, sino para otros grupos. En este momento de la historia, con las
condiciones que conlleva la globalización, y bajo el sistema económico im-
perante, los conflictos que existen en el seno de los países y entre naciones
representan un valor económico, no precisamente para las partes implicadas
directamente, sino para otros grupos o países que pueden, por ejemplo, finan-
ciar e conflicto, o beneficiarse de algún modo gracias a éste.

Desde el punto de vista de las organizaciones, se han descrito causas organiza-


tivas y causas interpersonales del conflicto laboral. Las primeras corresponden
a las cuestiones relacionadas con su estructura y funcionamiento, entre las que
© FUOC • PID_00161330 85 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

destacan: la competición por recursos escasos, las diferencias de poder, la am-


bigüedad respecto a las responsabilidades y jurisdicciones, la interdependencia
en el trabajo y el sistema de retribución competitiva. Las segundas implican
que los conflictos laborales derivan, al menos en parte, de factores interper-
sonales, es decir, relacionados con los individuos, sus relaciones sociales y las
formas en que piensan acerca de los demás, incluyendo los siguientes factores:
comunicación sesgada, falsas atribuciones, estereotipos, prejuicios, rencores,
y sentimientos de injusticia. El conflicto organizativo surge, pues, de la com-
binación de ambos tipos de causas (Baron y Byrne, 1998).

4.4. El conflicto como proceso

Buena parte de las miradas de proceso que se han aportado desde la psicología
social están orientadas a la gestión del conflicto y suelen partir del supuesto
de que los conflictos tienen un inicio y un fin. El conflicto viene a romper un
estado precedente de relativa armonía o equilibrio y puede tener un desenlace
catastrófico, o bien ser resuelto. El interés de describir o aportar un diagrama
de este proceso está dirigido a sugerir las acciones que habría que seguir para
que el conflicto tomase este último curso.

Centrado en el ámbito de la psicología de las organizaciones, Robbins (1996)


ha propuesto un diagrama del proceso del conflicto en cinco etapas:

I. Oposición actual o potencial


II. Conocimiento y personalización
III. Toma de disposiciones
IV. Comportamientos
V. Resultados

Aunque el esquema de Robbins va linealmente desde la etapa I a la V, que


son los resultados del conflicto en el desempeño de las partes, nosotros hemos
vinculado la etapa final (V) con la inicial (I), proponiendo que el resultado
incide luego en el mantenimiento, aumento o disminución de las condiciones
iniciales del conflicto, añadiendo así la dimensión histórica e interaccional
que todo fenómeno psicosocial comporta.

I.�Oposición�actual�o�potencial. El primer paso de un conflicto está en las


condiciones que generan las condiciones de posibilidad de su ocurrencia. Éstas
pueden estar relacionadas con:

a)�Las�comunicaciones. Uso de estilo y/o canales que dificultan la comuni-


cación.

b)�La�estructura. Los involucrados desempeñan roles que, según la estructu-


ra de la organización, se contraponen y representan un riego permanente de
conflicto.
© FUOC • PID_00161330 86 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

c)� Las� variables� personales. Diferencias derivadas de divergencias en valo-


res, idiosincrasia, características de personalidad, estilos relaciones, entre otras
cuestiones.

d)� Historia. Sobre todo la historia de relación de los actores, de conflictos


previos relacionados, y sus formas de resolución o no-resolución.

II.�Conocimiento�y�personalización. Se refiere al doble proceso cognitivo y


afectivo que realizan las partes, mediante el cual se produce un:

a)� Conflicto� percibido (conocimiento). Conciencia de la existencia de las


condiciones para un conflicto potencial o actual, consta del conjunto de pro-
cesos cognitivos mediante los cuales cada parte llega a una interpretación del
conflicto (definición, causas, responsables, efectos, etc.).

b)�Conflicto�sentido (personalización). Se refiere al correlato emocional de las


interpretaciones realizadas y al involucramiento que crea ansiedad, tensión,
frustración u hostilidad.

III.�Disposiciones. Como resultado del conocimiento y la personalización del


conflicto, las partes pueden asumir diferentes disposiciones frente a la situa-
ción, cuya interacción puede aumentar o disminuir la conflictividad.

a)�Competitiva. Se busca la satisfacción de los intereses propios prescindiendo


del impacto sobre el otro.

b)�Colaboradora. Aclara diferencias y se busca satisfacer totalmente las preo-


cupaciones de todas las partes.

c)�Evasiva. Deseo de ignorar o retirarse del conflicto y/o la otra parte.

d)�Complaciente. Antepone los intereses de la otra parte a los propios.

e)�Concesiones. Inclinación a ceder algo a cambio de una solución parcial-


mente satisfactoria.

IV.�Comportamiento. Comprende las declaraciones, acciones y reacciones de


las partes, que pueden ir desde la producción de un conflicto abierto (a través
de ataques directos, físicos o verbales), uno encubierto (a través de ataques en-
cubiertos, como omisiones, negligencias, demoras, vulneración de las fuentes
de prestigio o poder, etc.) o la generación de instancia de negociación.

V.�Resultados. Se refiere principalmente a los efectos que la situación tenga en


mejorar o medrar el desempeño de las partes involucradas. Pero hemos aña-
dido un componente esencial: el conocimiento y personalización del arreglo
percibido, ya que éste determinará la perdurabilidad del conflicto.
© FUOC • PID_00161330 87 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

El proceso de un conflicto

Desde el ámbito de los conflictos intergrupales, e inspirados en el fenómeno


de la escalada simétrica, Smith y Mackie (1995) han propuesto un modelo
que intenta comprender el proceso mediante el cual, una vez declarado el
conflicto, éste puede amplificarse.

El modelo�del�ascenso�o�escalada�del�conflicto refiere que una vez manifes-


tado el conflicto, éste puede extenderse fácilmente, apareciendo nuevas cues-
tiones y desacuerdos, agravando sus manifestaciones incluso hacia intentos
de coacción, amenazas y ataques físicos, disolviéndose las propuestas de paci-
ficación y ampliándose el terreno del conflicto.

Este proceso de escalada se pone en marcha a través de una serie de procesos


sociales y cognitivos, los cuales producen diversos efectos en el distanciamien-
to de las partes y el agravamiento de la situación (esquema adjunto).
© FUOC • PID_00161330 88 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Procesos sociales y cognitivos

Todos ellos conllevan un aumento del conflicto, ya que endurecen la posición


de las partes y refuerzan las opiniones mutuamente negativas. El punto álgido
de esta escalada podría llegar en última instancia a intentar dominar o destruir
al grupo externo. Cuando éste queda excluido moralmente, las diferencias de
poder entre los grupos pueden permitir que un grupo trate de eliminar al otro.
Las actitudes del endogrupo se pueden rigidizar hasta el extremo.

Por su parte, las percepciones erróneas mutuas pueden volverse tan extrema-
damente sencillas y abrumadoramente negativas que el interés privativo ya
no es controlar el recurso en litigio, sino derrotar al oponente y lograr una
supremacía social, que en casos extremos, puede transformarse en la domina-
ción, explotación, esclavización y hasta exterminación del exogrupo (Smith
y Mackie, 1995).
© FUOC • PID_00161330 89 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Proceso del conflicto

Dos desplazamientos del conflicto (Smith y Mackie, 1995, p. 621)

Un diagrama diferente es el que plantean Munduate y Martínez (1998), quie-


nes analizan el conflicto como el proceso de una acción relativamente deli-
berada desde un grupo que desea un cambio social, hacia otro que detenta
una cierto poder para mantener las condiciones que quieren ser cambiadas.
Distinguen dos fases y tres subfases del conflicto:

1)�Situaciones�preconflictivas: donde priman las insatisfacciones respecto a


la situación y las tensiones antagónicas por encima de las sinérgicas. Al no ser
abordadas y solucionadas, continúan su evolución, dando origen a numerosos
conflictos.

2)�Desencadenamiento�del�conflicto: supone la ampliación de las tensiones


antagónicas por parte del grupo que desea provocar el enfrentamiento mani-
fiesto entre las partes, con el objetivo de restablecer un nuevo equilibrio de po-
der mediante la renegociación de las condiciones del intercambio de recursos.
Esta fase ha sido analizada por Fauvet (1975, en Munduate y Martínez, 1998),
quien la explica como un proceso complejo que comprende a su vez tres fases:

a)�Fase�preparatoria�de�maduración: en la que el objetivo de la gestión del


conflicto por parte del grupo que desea iniciar su desencadenamiento reside
en elegir el campo de tensiones más apropiado y que mejor se preste a ampliar
el antagonismo entre las partes y el distanciamiento entre ellas, procurando
un clima de tensión social, que se irá incrementando si se van añadiendo más
motivos capaces de continuar distanciando a las partes. Tanto estos motivos
como el campo original de tensiones elegido no tienen por qué coincidir con el
objetivo o los intereses reales del enfrentamiento. Por eso el planteamiento del
conflicto a veces puede ser nimio o irrelevante a la otra parte, pues no se ajusta
© FUOC • PID_00161330 90 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

a sus verdaderas causas. No obstante, el objetivo de la gestión del conflicto por


parte del grupo que desea desencadenarlo es quebrar la relación por el punto
más débil, aunque éste no sea el más conflictivo de la relación social.

b)�Fase�de�encendido. Una vez moldeado el clima y abierto el antagonismo, el


objetivo de la gestión por parte del grupo que desea iniciar el conflicto reside
en elegir o propiciar un acontecimiento que sirva de detonador del conflicto.
Esto incluye seguir con la dramatización de la situación para continuar con
el antagonismo y el contagio de la tensión social a otras personas, grupos u
organizaciones, previendo con claridad y precisión el acontecimiento detona-
dor. El grupo que no desea el desencadenamiento del conflicto debería paliar
el contagio o contaminación de la situación, procurar desarrollar la sinergia
entre el mayor número de individuos posible (especialmente aquellos que no
han sido captados por la otra parte), esforzarse en no cometer imprudencias y
extremar la cautela, ya que el otro grupo estará atento para dramatizar el fallo
y ampliar el antagonismo. Es decir, su cometido será evitar la detonación.

c)�Empleo�de�medidas�de�presión. Una vez iniciado este proceso, resulta irre-


versible. Por lo tanto, si las medidas previamente adoptadas por la parte que
deseaba evitar el conflicto para mantener el equilibrio anterior no han logrado
evitar la detonación, y la otra parte comienza a emplear medidas de presión
(uso de poder para doblegar la actitud de la otra parte, alterando el suministro
de recursos, por ejemplo), ahora el objetivo sería preparar un plan estratégico
para afrontar la negociación.

4.5. Fluctuaciones y entrampamientos en el desarrollo de un


conflicto

Un conflicto no es un proceso estático ni estable, sino que sufre cambios y


oscilaciones. Además, su intensidad no es siempre la misma.

• El fenómeno de espiral o escalada de un conflicto se produce cuando los La guerra fría


adversarios intensifican sus esfuerzos, uno tras otro, como respuesta a la
La guerra fría es un buen ejem-
intensificación, real o percibida, del esfuerzo del lado contrario. Se convier- plo de una espiral de conflicto,
te en un peligroso pas de deux entre adversarios, que responden con fuego en donde Estados Unidos y la
Unión Soviética reforzaban sus
al fuego, y que pueden interpretar la falta de respuesta del lado opuesto a armamentos como respuesta
entre sí, y ambos reaccionaban
la agresión como un indicio de falta de voluntad o de debilidad (Barrueco, a la agresión y la hostilidad de
Régnier, y Vejarano, 2001). igual manera.

• El movimiento contrario es la desescalada de un conflicto, es decir, la dis-


minución de su intensidad, del involucramiento de las partes en el conflic-
to. Se da cuando las partes se agotan o cuando comienzan a darse cuenta
de que el conflicto les trae más perjuicios que beneficios. Puede ser que co-
miencen entonces a hacer concesiones al otro o a reducir la intensidad de
sus ataques, progresando lentamente hacia una posible solución negocia-
da. La desescalada puede ser el resultado de una decisión mutua por parte
de los adversarios de reducir las tensiones del conflicto y buscar un arreglo,
© FUOC • PID_00161330 91 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

o puede suceder porque una parte en el conflicto aplasta a la otra, cede


ante ésta, o evita la confrontación (Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001).
Ésta no señala el final del conflicto, pero sí apunta a una nueva fase del
mismo, en la que los adversarios intentan llegar a un acuerdo utilizando
tácticas no conflictivas. La desescalada no es irreversible y las partes pue-
den decidir que no favorece a sus intereses, volviendo a una nueva fase de
intensificación y escalada del conflicto.

• También puede producirse un entrampamiento en el conflicto, proceso Vietnam


de toma de decisiones mediante el cual los individuos intensifican su com-
La participación de Estados
promiso con una determinada manera de proceder previamente escogi- Unidos en Vietnam tuvo mu-
da, y fallida, con el fin de justificar o "amortizar" la inversión ya realiza- chos de los elementos del en-
trampamiento, porque a medi-
da (Kriesberg, 1998, en Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001). Representa la da que la guerra se prolonga-
ba, se hacía cada vez más difí-
etapa en un conflicto en que todas las partes se sienten profundamente cil proponer una salida sin ha-
comprometidas con él, y aunque los avances o la victoria parezcan aún ber logrado los objetivos, por
temor a que se percibiera co-
muy lejanos y hasta imposibles, el deseo de abandonar el conflicto no se mo la admisión de que fue una
idea equivocada involucrarse
realiza en razón del tiempo y los recursos ya invertidos en el esfuerzo. Al en esa situación inicialmente.
no divisarse en el horizonte un fin del conflicto, y agotándose los recur-
sos, no parece deseable seguir involucrándose en él. Por otra parte, ya se
ha invertido tanto tiempo y tantos recursos en el conflicto que parece in-
deseable abandonarlo sin haber logrado el objetivo deseado. El entrampa-
miento puede producirse tanto en los conflictos internacionales o políti-
cos como en los sociales o interpersonales.

4.6. Tipos de conflicto

Una manera, entre muchas, de categorizar los conflictos, plantea que existen
los conflictos innecesarios y los genuinos. Los primeros tendrían como raíz
problemas de percepción y de comunicación entre las partes, mientras que los
segundos surgen a partir de diferencias más concretas, de intereses, de aspectos
estructurales (Moore, en Palacios, 2001).

También nos encontramos con el concepto de conflicto resistente, utilizado


para referirse a aquellos conflictos que perduran durante mucho tiempo, y que
se resisten a la mayor parte de (si no a todos) los intentos de resolución. Como
regla general, estos conflictos tienen que ver con desacuerdos en torno a va-
lores, a asuntos relacionados con la distribución de recursos, y a cuestiones de
dominación y/o de necesidades humanas insatisfechas, todos ellos problemas
no negociables. Con frecuencia tienen que ver también con situaciones de
'perder-ganar'. Generalmente se piensa que los conflictos prolongados, arrai-
gados, y estructurales son conflictos resistentes, donde la intervención para
su resolución es extraordinariamente compleja (Barrueco, Régnier y Vejarano,
2001).
© FUOC • PID_00161330 92 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

a) Los conflictos arraigados se refieren a una incapacidad de adaptarse, una


ausencia de maleabilidad cuando se trata de ciertas necesidades humanas. Por
tanto, se aplica a las necesidades inherentes a los seres humanos y que se rela-
cionan con el conflicto. Son necesidades humanas que no pueden negociarse,
a diferencia de los intereses negociables relacionados con las disputas (Barrue-
co, Régnier y Vejarano, 2001).

b) Un conflicto puede ser breve o prolongado. Uno de los factores críticos en


los conflictos sociales prolongados es una lucha de larga duración, frecuente-
mente violenta, entre grupos comunitarios en torno a necesidades básicas co-
mo la seguridad, el reconocimiento y la aceptación, el acceso a las instituciones
políticas y la participación económica (Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001).

Por otra parte, aparece un concepto distinto, el conflicto constructivo. Este


conflicto aporta mayores beneficios que costos, tiende a juntar a la gente, a
fortalecer y/o mejorar sus relaciones (redefiniéndolas de una manera más ade-
cuada y útil) y conduce a cambios positivos entre todas las partes involucra-
das. Contrasta con el conflicto destructivo, que tiene resultados mayormente
negativos, separando a las personas, destruyendo las relaciones y llevando a
cambios negativos, tales como la escalada de la violencia, el temor y la des-
confianza (Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001).

También existen los conflictos armados, aquéllos en los que las partes recu-
rren al uso de la fuerza. Es un tipo de conflicto difícil de definir, pues puede
abarcar distintas situaciones, que van desde un sobrevuelo militar, pasando
por el ataque de un solo soldado a un civil, hasta una guerra abierta con el re-
sultado de un elevado número de víctimas (Miall, 1999, en Barrueco, Régnier
y Vejarano, 2001).

Finalmente, distinguimos el conflicto violento o mortal, similar al conflicto


armado pero que incluye asimismo una violencia unilateral, como es en el
caso del genocidio de civiles desarmados. Se refiere a la violencia directa, física.
(Miall, 1999, Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001).

4.7. Diferencias entre conflicto y violencia. Tipos de violencia

Es relevante destacar las diferencias que existen entre el conflicto y la vio-


lencia, conceptos distintos pero que con frecuencia aparecen asociados (Ruiz,
2001).
© FUOC • PID_00161330 93 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

El conflicto es una categoría más general que abarca la violencia, puesto


que ésta es una situación que puede darse o no en un conflicto, que sí es
inherente a las relaciones humanas. La violencia esencialmente es una
destrucción de los demás y de uno mismo. Mientras que el conflicto
es inevitable en la vida social, la violencia es evitable, porque es un
medio que coexiste con otros para manejar el conflicto. La violencia no
es innata o inherente al ser humano ni a una cultura o grupo, no es
una condición natural. Puede darse o no darse, y sus expresiones y su
énfasis varían en las culturas y subculturas. Podemos explicarla, pero
no justificarla, en tanto existen otros medios de relación entre los seres
humanos.

La violencia está presente cuando los seres humanos son influenciados de tal
manera que sus realizaciones somáticas y mentales presentes están por debajo
de sus realizaciones potenciales. De acuerdo a Galtung (1969, en Barrueco,
Régnier y Vejarano, 2001), la violencia es lo que aumenta la distancia entre
lo potencial y lo presente, y lo que impide que esta distancia disminuya. Este
autor conceptualiza la violencia como un "insulto inevitable" a las necesidades
básicas humanas, y de forma más general, a la vida, reduciendo el nivel real
de satisfacción de las necesidades por debajo de lo que sería potencialmente
posible. Las amenazas de violencia serían también una forma de violencia.

Según la postura de Curle (1995, en Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001), la


violencia es algo que hace daño a las personas, en el sentido de las palabras,
hechos y situaciones que perjudican la capacidad de los seres humanos de de-
sarrollar totalmente su potencial para sentir, crear y lograr una madurez feliz.
De acuerdo a Reychler y Paffenholz (2001, en Barrueco, Régnier y Vejarano,
2001), el término violencia se refiere a una situación en la cual la esperanza de
vida cuantitativa y cualitativa de los individuos o las comunidades se reduce
intencionalmente.

Vinyamata (2003) plantea que todo aquello que pueda perjudicar de una ma-
nera u otra a uno mismo, a otras personas, al entorno social o a la naturale-
za, es una forma de violencia. La violencia se puede ejercer de manera física,
inflingiendo heridas o la misma muert. También se inflinge limitando la li-
bertad, atentando contra la dignidad, impidiendo el desarrollo integral de las
personas o la satisfacción de sus necesidades. De esta manera, se ejerce psico-
lógica, estructural y económicamente, a través de la acción política y judicial
o mediante cualquiera otra forma posible.
© FUOC • PID_00161330 94 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

La violencia estructural es un tipo de violencia indirecta que surge de la mis- Violencia estructural
ma estructura social, entre humanos, entre conjuntos de humanos (socieda-
La violencia estructural fue un
des) y entre conjuntos de sociedades (alianzas, regiones), y se integra en la es- término introducido en los
tructura social, haciéndose menos visible que la violencia física o psicológica. años sesenta para dirigir la
atención a la manera en que
Fue un término introducido en los años sesenta para dirigir la atención a la las instituciones y las políticas
dañan o destruyen los valores
manera en que las instituciones y las políticas dañan o destruyen los valores y y el desarrollo individuales.
el desarrollo individuales. La falta de empleo o de un papel social y la carencia
de oportunidades para la educación y el desarrollo son ejemplos de violencia
estructural. La violencia estructural es probablemente la fuente principal de
crimen y agresión en las sociedades. (Burton, 1996, en Barrueco, Régnier y
Vejarano, 2001). Al tipo de violencia cometida por un actor, la denominamos
violencia personal o directa, y a la violencia donde no existe tal actor, estructural
o indirecta. En la violencia estructural la violencia se construye en el seno de
la estructura y se manifiesta como un desequilibrio de poder y, consecuente-
mente, como oportunidades vitales desiguales (Galtung, 1969, en Barrueco,
Régnier y Vejarano, 2001).

Sus dos principales formas son: la represión y la explotación (Galtung, 1996,


en Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001). Si la gente sufre hambre cuando obje-
tivamente se puede evitar, se está cometiendo violencia, independientemente
de si hay una clara relación sujeto-acción-objeto. El concepto de violencia es-
tructural incluye las condiciones en las que a una persona se le impide, por pri-
vación social o represión política, alcanzar sus propias aspiraciones (por ejem-
plo, una situación en la que a una minoría se la mantiene en privación con
respecto a la mayoría, pero donde no hay un obvio comportamiento violento,
dada la debilidad de la minoría y la eficiente política de la mayoría (Mitchell,
1981, en Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001).

La violencia armada, por su parte, tiene como objetivos disuadir, constreñir,


herir e incluso matar a las personas. La coerción o coacción, también consi-
derada un tipo de violencia, se refiere a una amenaza de uso de la fuerza, para
conseguir la sumisión y la obediencia. Dicho uso de fuerza y violencia no se
refiere únicamente a la fuerza física. La acción administrativa, las amenazas
verbales y psicológicas, por ejemplo, pueden ser utilizadas para cometer actos
que obligaran y llevarán a la sumisión. El uso de cualquier capacidad de po-
der para someter puede considerarse, de hecho, como un acto de coerción, de
violencia (Vinyamata, 2003).

Por otra parte, la violencia psicológica "apunta a las mentes y a los corazones"
e intenta reducir la capacidad emocional de las personas, y a menudo tiene
como fin causar sufrimiento mental o propagar el miedo y el odio (Barrueco,
Régnier y Vejarano, 2001).

Finalmente, la violencia cultural se produce de manera permanente. Se refiere


a los aspectos de la cultura que dan legitimidad al abuso por medio de los otros
instrumentos de violencia. Es decir, aquellos aspectos de la cultura, la esfera
simbólica de nuestra existencia –ejemplarizada en la religión e ideología, la
© FUOC • PID_00161330 95 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

lengua y el arte, la ciencia empírica y la ciencia formal (la lógica y las matemá-
ticas)– que pueden usarse para justificar y legitimar una violencia directa o una
violencia estructural (Galtung, 1996, en Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001).
© FUOC • PID_00161330 96 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

5. ¿Qué se hace con el conflicto? Los desafíos para una


psicología social aplicada

Obviamente, la prospectiva que desde la psicología social pueda ofertarse sobre


los conflictos psicosociales dependerá tanto de la perspectiva teórica que prime
como de la particularidad del ámbito en que el conflicto se plantee.

5.1. Algunas aportaciones desde la perspectiva de la gestión del


conflicto

Se tiende a pensar que frente a un conflicto existen dos alternativas


básicas: acudir a los procesos de negociación o a los recursos de la fuerza
(física).

También se tiende a incluir dentro de la resolución de conflictos sólo los pri-


meros, bajo el supuesto de que sólo los procedimientos con base en la razón y
el diálogo pueden garantizar una verdadera resolución del conflicto, esto es, el
alcance de una solución satisfactoria para todas las partes implicadas. Como
contrapartida, se piensa que el uso de los recursos de fuerza (física) sólo con-
tribuyen a agravar o reproducir las condiciones que mantienen el conflicto.

Para nosotros es importante incluir en este apartado ambas variedades por di-
versas razones: la mayoría de las veces, ambas vías se usan de manera combi-
nada y, por tanto, se presentan en forma híbrida en los procesos de resolución
de conflictos. Además, algunos procesos de negociación son abandonados y
seguidos de hechos de violencia, algunas acciones de fuerza son interrumpi-
das por negociaciones o usadas para presionar la instalación de una mesa de
negociación y la amenaza de la fuerza física puede condicionar una mesa de
negociación, por citar algunas de las formas que ambas pueden cobrar.

En tal sentido, las dos han de ser consideradas en el estudio psicosocial del
conflicto, en sus usos y efectos.

Adicionalmente, en muchas situaciones de conflicto resulta difícil distinguir La fuerza


entre un proceso de negociación, como el curso racional de un diálogo libre
El uso de la fuerza en la reso-
entre partes, y la solución obtenida por un mero hecho de fuerza física. Y esto lución de conflictos no se limi-
no sólo por la híbrida combinación en la que suelen aparecer en los conflictos ta al uso de alguna forma de
violencia física, sino que puede
sociales, sino porque la misma definición de lo que es un curso racional, un tomar diversas formas psicoso-
cialmente relevantes.
criterio racional o una solución racional para un conflicto puede ser impuesta
por la fuerza de alguna de las partes involucradas. Es decir, los mismos térmi-
nos que definen lo que es una salida racional o negociada a un conflicto pue-
© FUOC • PID_00161330 97 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

den ser impuestos por la amenaza de la fuerza física. Asimismo, puede resultar
difícil separar la fuerza racional de los argumentos de la fuerza física, social o
económica de sus detentores.

5.1.1. Respuestas ante el conflicto desde el enfrentamiento o no


enfrentamiento

Ruiz (2001) señala posibles respuestas al conflicto, en las que fundamental-


mente se enfrenta el conflicto o bien se huye de éste, a partir de lo cual se
desprenden algunas variaciones:

a) En la evasión o evitación, que dilata el conflicto, se deja que el azar decida.


Se evita confrontar porque se teme perder, optándose por no expresar lo que
se piensa o siente en relación con una determinada situación. En ocasiones
puede ser la mejor alternativa, pero la mayoría de las veces esta actitud contri-
buye al escalamiento del problema, generando tensiones y resentimientos que
cultivan el ambiente para problemas mayores, o similares, pero de solución
más compleja. Esta respuesta evita el diálogo, la posibilidad de pensar con otra
lógica y el construir o buscar conjuntamente soluciones. En la vida cotidiana,
la mayoría de los conflictos son generados por una falta de comunicación o
bien por una deficiencia en la misma.

b) La confrontación, que utiliza el poder y la fuerza, con el propósito de lograr


una sumisión. Implica discutir acaloradamente, usar expresiones que hieren,
tomar decisiones viscerales, con la tendencia a formar bandos e involucrar a
otras personas. Esta forma de presentarse ante el conflicto contribuye a hacerlo
más complejo o produce un efecto de radicalización en las partes.

c) El arreglo directo, que implica la capacidad de las partes involucradas para


asumir sus propias decisiones y responder positivamente frente a los resulta-
dos de sus actos. Da cuenta de una actitud y una voluntad para dialogar, hacer
el ejercicio de escuchar y ponerse en el lugar de la otra parte, reconociéndola
como legítimo interlocutor. Hay intención de conservar los vínculos y cons-
truir posibilidades y alternativas que satisfagan a ambas partes.

d) Acudir a una instancia de autoridad, dejando la solución en manos de un


tercero. Cuando las partes son conscientes de sus limitaciones o se encuentran
frente a limitaciones insalvables para construir posibilidades dialógicas, per-
miten que un tercero tome las decisiones, que adjudique su subjetividad para
resolver los conflictos. Éste, la mayoría de las veces, no resuelve el conflicto,
sino que lo gestiona, lo aplaza, transforma, reglamenta y generalmente no ter-
mina con su causa, sino que se ocupa de su efecto.

e) Acudir a un tercero facilitador. Cuando se desean resolver las diferencias de


manera pacífica, evitando complicaciones más graves, pero no hay elementos
para comunicar con la otra parte, se acude a un tercero conciliador que facilite
el diálogo, controle el clima del conflicto, y ayude a encontrar una solución
© FUOC • PID_00161330 98 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

satisfactoria para ambas partes. Esta respuesta requiere tres elementos: consen-
timiento autónomo para acudir a un tercero, buena fe e igualdad efectiva de
las partes.

Dependiendo de la respuesta o actitud asumida frente al conflicto, se pueden


dar las siguientes consecuencias (Ruiz, 2001): pierde/pierde (el ejemplo clásico
de la confrontación es la guerra, en la que nadie gana), gana/pierde (una parte
queda insatisfecha, y el efecto es la retaliación) y gana/gana (cuando todas las
partes quedan satisfechas).

5.1.2. Respuestas ante el conflicto desde la perspectiva de los


resultados

Thomas (1988, en Baron y Byrne, 1998) y Putman (1990, en Baron y Byrne,


1998), así como Thomas y Kilman (en Palacios, 2001), sistematizan posibles
respuestas que puede adoptar un grupo o un individuo frente a un conflicto, de
acuerdo a la preocupación que demuestran las partes por los propios resultados
y por los resultados de la otra parte:

a)�Competición: preocupación exclusiva por lograr las propias metas; no hay


cooperación con la otra parte. Obtener lo más posible para el propio grupo.

b)�Negociación�o�compromiso: preocupación por lograr las propias metas y


las de la otra parte por igual, existiendo una mediana cooperación. Se divide
todo por la mitad, en partes iguales.

c)�Acomodación: no hay preocupación por las metas propias, sino solamente


por las de la otra parte. Hay cooperación, pero una de las partes se anula a sí
misma en el proceso. Se rinde y deja que los demás se lleven los beneficios.

d)�Evasión�o�evitación: no hay preocupación ni por las propias metas ni por


las de la otra parte. Se evita a toda costa el conflicto, aunque para ello sea
necesario retirarse.

e)�Cooperación�o�colaboración: hay preocupación por las propias metas y


por las ajenas, y se coopera con las de la otra parte. Intento de maximizar las
ganancias comunes.

5.1.3. Negociación y mediación como estrategias de solución de


los conflictos

Bechi y su grupo (2000) proponen algunas estrategias de resolución de con-


flictos, tales como la negociación (las partes que representan intereses discre-
pantes se comunican e interactúan, influenciándose unas con otras, con el fin
de llegar a un acuerdo mutuamente aceptado) y la mediación (negociación en
la que interviene un tercero cuya función es lograr acuerdos entre las partes,
© FUOC • PID_00161330 99 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

a los que no han podido llegar ellas solas), distinguiendo entre la mediación
de proceso (el tercero puede intervenir sin tomar decisiones) y la mediación
de contenido (la decisión la toma el mediador).

Serrano (2002) describe el proceso de negociación como una estrategia efectiva


para solucionar el conflicto, y la define como el proceso en el que, a través de
la comunicación, se intenta resolver un conflicto. La autora propone cuatro
variables que influyen en la facilitación del proceso de negociación:

a)�El�contacto: las personas que establecen un contacto cercano reducen más


fácilmente sus hostilidades, siempre y cuando este contacto se establezca en
igualdad de posiciones.

b)�La�cooperación: en el momento que las partes en conflicto deben trabajar


por un objetivo común o una meta supraordenada, la resolución de los puntos
en conflicto se facilita.

c)�La�comunicación: la presencia de un mediador, relativamente ajeno a los


intereses particulares de cada una de las partes, facilita la comunicación entre
ellas.

d)�La�conciliación: dentro del proceso de negociación siempre hay puntos


más conflictivos que otros. Bajo estas condiciones se ha observado que si el
proceso de negociación se inicia por los puntos de menos conflictivos, se fa-
cilita la discusión de los más conflictivos (Myers, 1995, en Serrano, 2002).

Pruitt (1983, en Serrano 2002) plantea algunas estrategias de negociación:

a)�La�estrategia�de�resolución�de�problemas: se busca una solución aceptable


para las partes, ya que se muestra alto interés por los intereses propios y alto
interés por los de la(s) otra(s) parte(s).

b)� La� estrategia� de� rivalidad: cada parte se impone sobre la(s) otra(s) em-
pleando tácticas de presión con el fin de persuadirla(s) para que acepten las al-
ternativas propuestas en favor de los objetivos propios. En este caso se observa
un alto interés por los intereses propios contra un bajo interés por los ajenos.

c)�La�estrategia�de�flexibilidad: implica una importante reducción de las as-


piraciones básicas de una de las partes, es decir, un bajo interés por los intere-
ses propios y un alto interés por los de la(s) otra(s) parte(s).

d)�La�estrategia�de�inacción: en la que la actividad negociadora es mínima. Se


presenta un bajo interés tanto por los intereses propios como por los ajenos.
© FUOC • PID_00161330 100 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Dentro del proceso de negociación, el valor que cada una de las partes asigna
a los comportamientos de competencia o de cooperación influye en el desa-
rrollo de dicho proceso. Al respecto Herman y Kogan (1977, en Serrano, 2002)
plantearon los siguientes postulados:

• La ansiedad del negociador correlaciona positivamente con la competiti-


vidad en la negociación.

• Cuanto menos autoritario sea el negociador, más cooperativo se mostrará


durante el proceso de negociación.

• A mayor complejidad cognitiva del negociador, mayor actitud cooperati-


va.

• Una tendencia de conciliación por parte del negociador se relaciona posi-


tivamente con una actitud cooperativa del mismo.

• A mayor autoestima del negociador, mayor será su competitividad.

Además, Dafonte (2002) propone que para lograr una negociación eficaz, se
deben considerar los siguientes elementos:

• Preparar la negociación.
• Separar a las personas del problema.
• Centrarse en los intereses y no en las posiciones de las partes.
• Utilizar criterios objetivos, independiente de la voluntad de las partes.
• Ceder ante las razones, no ante las presiones.
• Alcanzar el mejor acuerdo de todas las opciones posibles.
• Mejorar la relación entre las partes.

Para que pueda ocurrir un proceso de negociación, deben darse algunas con-
diciones (Schellenberg, 1982):

• Que exista una situación mixta, en que cada una de las partes involucra-
das tiene respecto de la otra potenciales intereses en común, tanto como
conflicto de intereses.

• Que ambas partes consideren que es posible alcanzar una mejor solución
si se consigue un acuerdo que si no se consigue.

• Que ellas entren en un proceso de discusión, que incluye la consideración


de propuestas y contrapropuestas, en la búsqueda de un acuerdo común
sobre la solución.
© FUOC • PID_00161330 101 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Adicionalmente, pensamos que también es necesario que ambas partes con-


sideren que se puede lograr este acuerdo por medio del diálogo y que crean
que el esfuerzo puesto en marcha en el diálogo se verá retribuido por la mejor
calidad de la solución conseguida mediante el acuerdo.

En el proceso de mediación se ha analizado la función que cumple el mediador,


y se ha concluido lo siguiente (Rubin, 1980, en Serrano, 2002):

1) La mediación resulta aceptable para que las partes puedan ceder sin ver
comprometido su prestigio, ya que se ha comprobado que hacer concesiones
genera temor a parecer débil ante los demás, y en general, la presencia del
mediador relativiza tal percepción.

2) La mediación es más efectiva si la intensidad del conflicto es baja, pero


puede ser ineficaz y hasta contraproducente si la intensidad es alta.

3) La mediación se percibe como inaceptable cuando las partes avanzan hacia


la solución sin necesidad de terceros.

También se han analizado las estrategias empleadas por el mediador, entre las
que se encuentran, según Carnevale (1985, en Serrano, 2002):

a) Persuadir a las partes para que cedan en sus primeras posiciones, normal-
mente duras e inflexibles.

b) Presionar (a través de estrategias reforzantes o aversivas) sobre cada una de


las partes con el fin de que cedan en sus posiciones.

c) Buscar la coordinación entre las partes, formulando y recomendando pro-


puestas de común interés.

Por otra parte, Leoz (2002) aborda la estrategia de la mediación, desde la pos-
tura de Sara Cobb y el "modelo circular", que enfatiza lo actitudinal y la com-
prensión psicológica de la mediación. Para Cobb, mediar no es arbitrar u or-
denar entre las partes en conflicto, sino ingresar en un sistema de búsqueda de
acuerdos mínimos, en el cual se transparente un metasistema: la aprehensión
de los mecanismos que permiten la salida o el logro de esos acuerdos. En este
modelo importan el logro de los acuerdos, pero también importa el protago-
nismo de las partes, y el logro de un aprendizaje más profundo, que es el que
las partes obtengan recursos para aprender a resolver conflictos en el futuro
(deútero-aprendizaje). El mediador aquí no soluciona "en lugar de", sino que
se posiciona en la intervención para que las partes que configuran la tensión
de los conflictos dialecticen, dialoguen y construyan una nueva narrativa.

Ahora bien, hay distintos tipos de conflictos que exigen procesos de mediación
o de negociación diferentes. Adler (2003) plantea que pueden distinguirse al
menos tres tipos amplios de conflictos o problemas, cada uno de los cuales
© FUOC • PID_00161330 102 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

requiere una intervención particular. Si bien esta tipología puede simplificarse


en la tabla adjunta, las diferencias entre ellos generalmente son más sutiles y
tienen implicaciones profundas en el tipo de trabajo que los mediadores deben
llevar a cabo en complejos problemas ambientales o de políticas públicas, por
ejemplo.

Tipología

  Tipo�I Tipo�II Tipo�III

¿Hay acuerdo en la Sí Sí No
definición del pro-
blema?

¿Hay acuerdo en el Sí No No
rango de posibles
soluciones?

Ejemplos ¿Cómo podemos me- Cuando hayamos ¿Quién debería tener


jorar nuestros an- agotado el agua sub- el principal acceso a
tiguos sistemas de terránea que tenemos las mejores y más ba-
conservación del disponible, ¿cómo ratas fuentes de agua
agua? ampliaremos nues- disponibles hoy y en
tro abastecimiento de el futuro?
agua?

Como veis, los problemas de tipo I son temas de naturaleza convergente, pues
no requieren mayor consideración acerca de los valores y creencias de las par-
tes, y usualmente no necesitan gran análisis o involucración por parte de quie-
nes tienen el conflicto. Se trata de encontrar el camino para ir de un pueblo
a otro, elegir un método para erradicar termitas, tratar médicamente una frac-
tura de tibia, arreglar un sistema de conservación de agua que está viejo. En
la literatura acerca de resolución de problemas, se les considera rutinarios, ya
que tienen una solución y en general hay fácil acuerdo en la definición del
problema y el rango de soluciones posibles.

Los problemas de tipo II son de naturaleza divergente y más compleja, pues


exigen realizar elecciones valóricas. Por ejemplo, decidir por qué queremos ir
a ese pueblo y qué haremos una vez que estemos allá, determinar cómo edu-
caremos a nuestros hijos más eficazmente, cómo expandir el abastecimiento
de agua si los recursos existentes han sido agotados. En otros contextos, los
problemas de este tipo son más complejos emocionalmente, menos claros in-
telectualmente y están peor delimitados que los de tipo I. El acuerdo en la de-
finición del problema es más aproximado, menos preciso; por lo tanto, nin-
guna solución es absolutamente correcta. Requieren, por lo tanto, considerar
más opiniones, creencias y convicciones. Tener solamente los recursos y la ex-
periencia no es suficiente, pues se necesita un alto nivel de acuerdo entre las
partes en conflicto.

Los problemas de tipo III son mucho más complejos en cuanto a las emociones
involucradas, las políticas que se deben seguir, su intensidad, etc. Nos preo-
cupan más y lleva mucho tiempo disiparlos o solucionarlos, si es que esto se
© FUOC • PID_00161330 103 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

logra. Por ejemplo, debates en torno al aborto y el derecho a la vida, decidir


quién debe tener el derecho sobre ciertos recursos naturales, resolver los con-
flictos palestino-israelíes o entre Estados Unidos e Iraq. En estos conflictos se
difiere ampliamente en la definición del problema y en las soluciones compe-
tentes. Como los problemas de tipo II, éstos también implican conflictos de
valores, creencias y convicciones, pero la diferencia es que además cargan con
una larga y difícil historia de conflictos entre las partes. En este contexto, no
hay garantía de que una solución logre alcanzar un resultado satisfactorio, ni
de que las soluciones propuestas sean justas para todas las partes implicadas.

De acuerdo con Adler (2003), en el momento de intervenir debe tenerse en


cuenta que estos tres tipos de problemas requerirán estrategias de mediación
distintas; incluso puede pensarse que los problemas de tipo I no requerirían de
un facilitador o mediador, porque los temas podrían ser resueltos por expertos
en los temas en cuestión, siguiendo los pasos del modelo de resolución de
problemas, al que nos referiremos en un siguiente apartado.

Tácticas de ataque al proceso de negociación

La negociación basada en principios y en el mutuo cumplimiento de sus pasos


y acuerdos no siempre es la tónica de los procesos que efectivamente suceden
entre las partes en conflicto, ya que en muchas ocasiones las partes utilizan
"tácticas y trucos" para aprovecharse o sacar ventaja de su contraparte.

Probablemente, todos conocéis algunos, ya que van desde las mentiras y la


violencia psicológica hasta varias formas de tácticas de presión. Pueden ser
ilegales, poco éticos o simplemente desagradables. Su propósito es ayudar a la
parte que las usa a ganar", y han sido llamadas también "negociaciones sucias"
(Fischer, Ury y Patton, 1996, p.149).

Frente a ellas, las dos reacciones más comunes de la contraparte son tolerar la
situación o responder de manera similar. La primera corresponde a la reacción
más habitual, ya que se tiende a suponer que si se cede en dicha ocasión, la
otra parte se calmará y no exigirá más, por ejemplo. O bien, se trata de evitar
la confrontación porque se teme que podría generar un conflicto mayor.

Ejemplo de evitación de confrontación

Ésa fue la manera en que Chamberlain, el primer ministro británico, respondió a las
tácticas de Hitler en 1938. Cada vez que el primero creía haber llegado a un acuerdo,
el segundo aumentaba sus exigencias. Chamberlain cedió a sus demandas en Munich,
con la esperanza de evitar una guerra, y un año más tarde empezó la Segunda Guerra
Mundial. Y sin ir más lejos, actualmente el presidente de Estados Unidos, George Bush,
hizo exigencias cada vez mayores a la ONU con respecto a su injerencia en Iraq, y en
cada ocasión, sus inspectores accedieron y buscaron armas de destrucción masiva, sin
encontrarlas. Bush presionaba para que se hicieran nuevas inspecciones y en plazos más
breves, hasta que rompió el acuerdo alcanzado con los diversos países de la organización
y declaró la guerra a Iraq.

Mientras que la segunda manera más común de responder es con las mismas
armas, es decir, si una parte exige demasiado, la otra ofrece muy poco; si una
parte engaña, la otra trata de hacer lo mismo; si una de ellas amenaza, la otra
© FUOC • PID_00161330 104 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

responde con las mismas amenazas o mayores. Generalmente, al final una


de las partes se rinde frente a la otra o, con mucha frecuencia, se rompe la
negociación.

Fischer y su grupo (1996) proponen que las tácticas engañosas pueden divi-
dirse en tres categorías, que quedan descritas a continuación.

1)�Engaño�deliberado

a)� Información� falsa. Una de las formas más antiguas de jugar sucio en la
negociación es hacer afirmaciones falsas.

Ejemplo de información falsa

Por ejemplo, el vendedor de automóviles que asegura que el modelo de tu agrado sólo
tiene 5.000 millas de uso y ha sido conducido por una viejecita que nunca excedió las
35 millas por hora, con el fin de inducirte a comprarlo sin dudar. O en otro plano, un
gobierno le asegura a otro que las tropas que enviará a su país van en misión de paz y
para supervisar la situación en la que se encuentra el pueblo, y que no llevarán armas
ni elementos bélicos, con el fin de que dicho gobierno le abra sus puertas sin mayor
resistencia.

En una negociación, es recomendable verificar y dudar de las afirmaciones de


la otra parte, ya que esta rutina reduce la tentación de usar el engaño y el
peligro de ser engañado.

b)�Autoridad�ambigua. Se manifiesta cuando una parte hace que la otra crea


que tiene tanta autoridad como ella, cuando en realidad no la tiene. Esto con-
lleva que la parte engañada suponga que ha logrado un acuerdo firme después
de un proceso de presiones y negociaciones, pero esto no sucede, sino que la
contraparte anuncia que debe someter el acuerdo a la aprobación de otra per-
sona o grupo. Puede ocurrir que lo que la parte engañada consideró un acuer-
do para la otra parte sea sólo un punto de partida para una continuación de
la negociación. De este modo, es lícito que antes de comenzar un intercam-
bio, se confirme el grado de autoridad de la otra parte, y en caso de obtener
una respuesta ambigua, se exija negociar con quien efectivamente ostente la
mayor autoridad.

Ejemplo de autoridad ambigua

Por ejemplo, en una negociación entre dos partidos políticos, si una parte es representada
por el líder del partido y la otra por el secretario general, obviamente las decisiones acor-
dadas no serán definitivas, pues este último no ostenta el mismo poder de decisión que
el primero, por lo cual el acuerdo alcanzado sería un punto de partida que el secretario
consultará con el presidente de su partido antes de que la negociación continúe.

c)�Intenciones�dudosas. Es decir, cuando se cree o sospecha que las intencio-


nes de la contraparte de cumplir con el acuerdo alcanzado son dudosas. En
estos casos, es posible incluir normas para su cumplimiento dentro del mismo
acuerdo.
© FUOC • PID_00161330 105 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Ejemplo de intenciones dudosas

Por ejemplo, si en una negociación de divorcio la esposa piensa que el esposo no va a


pagar el mantenimiento de los niños, aunque diga que lo va a hacer, el abogado de ella
podría explicitar el problema y generar garantías que aseguren el pago (en el acuerdo
que se vaya a firmar, se podría, entre otras estrategias, incluir una cláusula que indique
que si él deja dos pagos pendientes, ella obtendrá un porcentaje de participación en la
empresa de su esposo).

2)�Guerra�psicológica

Estas tácticas están destinadas a hacer sentir incómoda a la otra parte, de ma-
nera que tenga "un deseo inconsciente" (Fischer y otros, 1996, p.156) de ter-
minar la negociación lo más pronto posible.

a)�Situaciones�tensas. Se refiere a las circunstancias físicas en las que transcu-


rre la negociación; por ejemplo, si se lleva a cabo en territorio propio, de la
contraparte, o en uno neutral. También alude a las condiciones físicas del am-
biente (ruido, calor, humedad, comodidad del mobiliario, distribución en el
lugar, etc.). Si una parte evalúa que el ambiente la perjudica, debería identifi-
car el problema, discutirlo con la otra parte y negociar mejores circunstancias
de ambiente físico.

b)�Ataques�personales. Además de manipular el ambiente físico, una parte


puede utilizar más medios para incomodar a la otra.

Ejemplo de ataques personales

Por ejemplo, a través de la comunicación verbal o no verbal hacer comentarios acerca


de la ropa o apariencia del otro, de manera descalificatoria; atacar su estatus haciéndole
esperar y/o interrumpiendo la negociación para tratar otros asuntos; sugerir que la otra
parte es incompetente; negarse a escucharla; no mirarla ni prestarle atención cuando
expone sus argumentos; hacer que repita información que ya ha dicho, etc.

En cada caso, reconocer la táctica contribuirá a anular su efecto, y discutirla


con la otra parte de forma explícita puede evitar que se repita.

c)�El�juego�del�bueno�y�el�malo. Este "juego" es una forma de presión psico-


lógica que implica un engaño.

Ejemplo del juego del bueno y el malo

Un clásico ejemplo aparece en algunas viejas películas de policías, en que uno amenaza
al sospechoso, le obliga a sentarse bajo una luz brillante, lo vapulea y casi lo agrede,
para luego salir de la habitación, momento en que el bueno entra, apaga la luz, le ofrece
un cigarrillo y se disculpa, afirmando que le gustaría controlar al otro tipo, pero que es
imposible si el sospechoso no colabora. Así, éste termina diciendo todo lo que sabe.

De manera similar, a lo largo de una negociación, en el seno de una de las par-


tes puede generarse una discusión interna o pelea, en la cual algunos adoptan
una posición dura o extrema y otros una postura más flexible, avergonzada
por la conducta de sus pares. Estos últimos ofrecen una proposición que pare-
ce conciliadora y aparentemente beneficiosa, en relación a los ofrecimientos
de los más duros de esa parte. De este modo, logran que la contraparte ceda
© FUOC • PID_00161330 106 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

ante esta aparente concesión. Si la parte engañada reconoce esta táctica, no


se dejará manipular, y cuando los buenos intervengan, podrá negociar desde
una postura más clara y asertiva.

d)�Amenazas. Son una de las tácticas más comunes en las negociaciones. Pa-
rece más fácil amenazar que hacer una propuesta: requiere pocas palabras, y
si surte efecto, nunca tendrá que cumplirse. Pero las amenazas provocan otras
amenazas como respuesta, en un espiral creciente que puede destruir una ne-
gociación e incluso la relación entre las partes. Las amenazas son presiones,
pero generalmente logran un efecto contrario al deseado, puesto que produ-
cen presiones en la otra parte, y en lugar de hacer que una decisión sea más
fácil para ésta, con frecuencia la hace más difícil.

Ejemplo de amenazas

Por ejemplo, como respuesta a una presión externa, un sindicato, una empresa o un
gobierno pueden cerrar filas. La pregunta que la parte se hacía deja de referirse a si se
debe o no tomar la decisión, y se convierte en si se va a ceder ante la presión.

Ahora bien, existen otras maneras de dar la misma información si parece ne-
cesario indicar las consecuencias de la acción de la otra parte: se pueden suge-
rir como advertencias, que son más legítimas y menos vulnerables a las ame-
nazas de la otra parte.

3)�Presión�desde�las�posiciones

Estas tácticas apuntan a estructurar la situación de tal manera que solamente


una de las partes pueda hacer concesiones.

a)� Negativa� que� hay� que� negociar. Cuando una de las partes plantea sus
exigencias y se niega a negociar, deja a la otra sin ninguna alternativa.

Ejemplo de negativa que hay que negociar

Por ejemplo, en la guerra actual contra Iraq, Estados Unidos planteó su postura de acudir
al enfrentamiento bélico sin posibilidad de aceptar las alternativas que otros países y la
ONU proponían, en términos de plazos y requerimientos, ni la negativa de la mayoría
de ellos a apoyarlo en su acción.

En algunas ocasiones, esta táctica puede ser un truco para negociar, un intento
para obtener concesiones sustanciales en el proceso.

b)�Exigencias�exageradas. Muchas veces los negociadores creen que una po- Ejemplo de exigencias
sición inicial extrema les dará un mejor resultado final, pues su objetivo es exageradas

reducir las expectativas de la contraparte. Por ejemplo, una empresa que


pretende comprar una indus-
tria ofrece 75.000 euros por
Esta táctica tiene desventajas, puesto que una exigencia tan exagerada, que ella, sabiendo que debe valer
por lo menos unos 200.000.
tanto la parte que ofrece como la contraparte saben que se abandonará, pue-
de disminuir su credibilidad, y también podría destruir la posibilidad de un
© FUOC • PID_00161330 107 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

acuerdo, ya que si se ofrece demasiado poco, como en el caso de la empresa,


la otra parte puede creer que no vale la pena negociar con ella y aceptar la
propuesta de otra compañía.

c)�Exigencias�crecientes. También puede suceder que una parte vaya aumen-


tando sus exigencias por cada concesión que le hace a la otra parte; o que rea-
bra problemas que ya estaban resueltos. Esta táctica tiene como fin disminuir
las concesiones, ya que su efecto psicológico puede ser que la otra parte quiera
llegar a un acuerdo definitivo antes de que sigan aumentando las exigencias.
Aunque también puede suceder que si una de las partes reconoce esta táctica
en la otra, su postura sea considerar si realmente es conveniente para ella con-
tinuar con la negociación y sobre qué bases, y eventualmente, terminar el pro-
ceso, debido a que percibe una importante falta de seriedad en la contraparte.

d)�Tácticas�de�atrincheramiento. Corresponde a una táctica de compromiso


extremo, de acuerdo a la cual una parte intenta que parezca que una situación
ya no está bajo su control, por lo que le es imposible ceder, ante lo cual a la
contraparte no le queda otra opción que ceder ella ante los requerimientos de
la situación.

Ejemplo de tácticas de atrincheramiento

Por ejemplo, cuando el presidente de un país A, en litigio con el país B, sostiene en un


medio de comunicación internacional que declarará indefectiblemente la guerra a esta
nación, a menos que el presidente de B renuncie a su cargo, podría parecer que el líder
de A ya no tiene el control sobre el estallido de la guerra, sino que éste queda en manos
del presidente de B, a quien no le quedaría otra opción que renunciar si desea evitar una
guerra inminente.

e)�Uso�del�"socio�inconmovible". Ésta es una de las tácticas más comunes en


la negociación. Una parte justifica su la negativa a ceder alegando la existencia
de un socio inconmovible que no acepta las disposiciones de la negociación.
Una vez reconocida esta táctica, en lugar de discutirla con la otra parte, podría
solicitarse una comunicación directa con este socio, que parece ostentar una
mayor autoridad.

f)�Demoras�premeditadas. Es frecuente que una de las partes trate de pospo-


ner la decisión hasta el momento que considere favorable.

Ejemplo de demora premeditada

Por ejemplo, los negociadores sindicales comúnmente demoran su decisión hasta pocos
momentos antes de la hora cero del comienzo de la huelga, suponiendo que la presión
psicológica hará más maleable a la administración. El problema es que pueden calcular
mal y llegar a la hora cero, y una vez comenzada la huelga, la administración puede
decidir a su vez esperar un momento más favorable, por ejemplo, cuando se agote el
fondo de huelgas del sindicato. Por ello, espera el momento oportuno es una táctica que
conlleva riesgos.
© FUOC • PID_00161330 108 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

g)�Técnica�del�"tómelo�o�déjelo". Esta táctica no implica una toma de deci-


siones interactivas, y puede hacer más rígida la postura de la contraparte o
destruir la posibilidad de llegar a un acuerdo. Ahora bien, después de una larga
–y a veces infructuosa– negociación, no sería incorrecto concluir planteando
esta opción, cuando parezca la única posible.

5.1.4. Reconciliación y conciliación como procesos de la


resolución de conflictos

La reconciliación es un proceso mediante el cual las partes en conflic-


to, en lugar de simplemente firmar un acuerdo poniendo fin a un con-
flicto, toman medidas reales conducentes a perdonar las antiguas trans-
gresiones, superar el pasado y admitir los errores personales, y así seña-
lar una nueva relación y un nuevo comienzo. Mientras que un acuerdo
con frecuencia tiene motivaciones políticas y militares, y puede inten-
tar acabar con un conflicto trazando una línea en la arena y separando
a las partes en conflicto, la reconciliación tiene por motivación el deseo
de transformar las relaciones entre los adversarios de modo que la línea
divisoria se vuelva innecesaria.

Es un proceso curativo emocional y espiritual. La reconciliación es la norma- Reconciliación


lización de las relaciones entre las personas y los grupos, y de acuerdo con
Un ejemplo actual de reconci-
Lederach (en Barrueco, Régnier y Vejarano, 2001), implica cuatro procesos si- liación es el trabajo de la Co-
multáneos: la búsqueda de la verdad, de la justicia, de la paz y de la misericor- misión de la Verdad y la Re-
conciliación de Sudáfrica, que
dia, ya que sólo cuando éstos aparecen, se logra la reconciliación. intenta poner fin a las trage-
dias y odios del pasado lleván-
dolos a la superficie y animan-
De este modo, la reconciliación se produce cuando las partes involucradas en do a los individuos a asumir la
responsabilidad moral de sus
un conflicto inician un proceso de comprensión mutua de lo sucedido, supe- actos.

rando los sentimientos de odio y rencor desarrollados durante el conflicto y


estableciendo el mutuo reconocimiento y un pacto tácito, espontáneo y vo-
luntario de amistad. Puede afirmarse incluso que los conflictos finalizan me-
diante actos de reconciliación, pues los acuerdos únicamente podrían consi-
derarse objetivos tácticos, pero no llegan a solventarlos por sí mismos (Vinya-
mata, 2003).

El proceso de conciliación puede entenderse como una


(re)construcción de las relaciones entre dos o más partes en conflicto,
hasta un punto en el cual se hace posible que las partes trabajen con-
juntamente hacia una solución.

La conciliación implica esfuerzos de una tercera parte para mejorar la relación


entre dos o más partes en disputa, y puede llevarse a cabo como parte de una
mediación, o de modo independiente. Generalmente, la tercera parte trabajará
con los disputadores para corregir los malos entendidos, reducir los temores y
© FUOC • PID_00161330 109 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

la falta de confianza, e intentará mejorar la comunicación entre las partes en


conflicto. Algunas veces esto sólo concluirá en un acuerdo; otras, prepara el
camino para un proceso posterior de mediación (Barrueco, Régnier y Vejarano,
2001).

La conciliación se vislumbra entonces como un acto o proceso ecléctico me-


diante el cual se establece, con acuerdos o sin ellos, un cambio de actitud que
permite pasar desde la confrontación a la colaboración, la cual permite resta-
blecer una relación positiva que se ha visto afectada por la existencia de un
conflicto. Tiene mucha relación con la "reconciliación", que implica que el
proceso ha necesitado de un esfuerzo todavía superior en el orden ético y psi-
cológico. Mediante la conciliación y la reconciliación puede decirse que los
conflictos específicos pueden darse por solucionados, por concluidos, a dife-
rencia de los simples acuerdos, que poseen un carácter eventual y transitorio
(Vinyamata, 2003).

5.1.5. Modelo de resolución dramática de los conflictos

Palacios (2001) describe otra manera de abordar la resolución de los conflictos,


desde la teoría del drama, que investiga e interpreta situaciones por medio del
análisis de las interacciones. De acuerdo a sus postulados, existiría un proceso
natural a través del cual todos los seres humanos resolvemos los conflictos,
formulado como el modelo de resolución dramática, que consta de seis etapas:

• Etapa�1. Establecimiento del escenario: se establece el escenario donde se-


rán colocados los problemas que haya que resolver, por las partes involu-
cradas o por una autoridad superior, como resultado de una circunstancia
actual o la continuación de una situación precedente.

• Etapa�2. Definición del marco de referencia: dentro del escenario plantea-


do, las partes generan su comprensión particular del problema y estable-
cen en qué, cómo y por qué difieren. Es decir, se define el marco de refe-
rencia del problema, que contiene elementos compartidos y percepciones
diferenciadoras.

• Etapa�3. Construcción de un acuerdo: si las partes encuentran que su di-


ferencia no es sustancial o existe una real intención de solucionarla de
manera cordial, es posible construir un acuerdo.

• Etapa�4. Clímax: si, por el contrario, las partes encuentran que su diferen-
cia es profunda, comienza la etapa de clímax, en la cual las partes definen
sus posiciones con base en:
– los requisitos mínimos sobre los que se debería formular el acuerdo
final, según los planteamientos de cada uno de los involucrados (lími-
tes positivos).
© FUOC • PID_00161330 110 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

– las acciones unilaterales que cada parte adoptará si estos requisitos no


se incluyen (límites de abandono).

El clímax es la etapa en la cual, una vez fracasada la tentativa de acuerdo,


las partes se encuentran bajo presión para cambiar aquello que suponían
su posición final o la forma en que percibían su marco de referencia (per-
cibiendo, además, lo que cada uno de los otros percibe). Bajo esta presión,
las partes generan argumentos racionales y emocionales para sí mismos
y para los otros, buscando acomodar el cambio posible dentro de cada
sistema de creencias y valores. La emoción es necesaria para generar los
cambios, ya que las partes asumen como reales sus marcos de referencia,
las oportunidades que se les presentan y sus propias preferencias. Con
base en todos estos elementos, generan sus decisiones "finales" y adoptan
sus posiciones. La calma y las consideraciones frías no son suficientes pa-
ra producir los cambios; es necesario que intervengan el amor, la ira, el
miedo u otras emociones de intensidad similar. Los cambios son motiva-
dos por la emoción, y ésta es la que genera la revisión de las evidencias
y las razones.

Dentro de todo este esquema se genera una paradoja. Sólo cuando el mar-
co de referencia y las posiciones son adoptadas como "finales" se puede
generar un cambio real, porque es entonces cuando se genera una emo-
ción que posibilite la movilización de las partes.

Una vez que éstas han tenido la posibilidad de analizar y comprender su-
ficientemente su diferencia y sus posibilidades, entonces pueden comu-
nicarse y proporcionarse la información que cada una requiere. Esto ge-
neralmente sucede en la etapa de solución. Cuando los cambios se pro-
ducen, los caracteres lógicamente generan un nuevo marco de referencia
y asumen nuevas posiciones que llevan a un acuerdo. Para resolver final-
mente sus diferencias, las partes deben completar los ciclos de clímax y
marco de referencia hasta ingresar en la etapa de solución (existiendo en
cada uno de ellos el riesgo de ingresar en la etapa de conflicto).

• Etapa�5. Conflicto: si los cambios no han podido producirse, la presión


puede no ser lo suficientemente alta debido a que las partes no se ven ca-
paces de aceptar las evidencias, a que no es posible atentar contra la esca-
la de valores, o a que no puede existir discusión alguna sobre el tema en
cuestión. Si el cambio es imposible, los caracteres ingresan en la etapa del
conflicto y asumen automáticamente sus límites de abandono. Mientras
que la solución es un producto conjunto de las partes, el conflicto es pre-
parado por cada una de las partes de manera unilateral y por separado.

• Etapa� 6. Desenlace. Hay dos tipos: solución acordada y generación del


conflicto, dependiendo de si la solución se ha logrado o no, o si al pasar
por la etapa de clímax las partes han sido incapaces de evitar el conflicto.
Lo que realmente sucede en el desenlace (acuerdo o conflicto) probable-
© FUOC • PID_00161330 111 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

mente será muy diferente de lo que los caracteres esperaban. El desenlace


vuelve a generar un nuevo episodio dramático para las partes, aunque ge-
neralmente se incorporan otras variantes adicionales. Cada episodio tiene
el potencial de llegar a una solución; esto es: un acuerdo o un conflicto, o
por el contrario puede ser interrumpido por otros temas.

5.1.6. Perspectiva de la resolución de problemas aplicada a la


resolución de conflictos

Desde la teoría de resolución de problemas, la manera resolver los conflictos


es afrontarlos, pues esto representa en sí mismo un principio de resolución.
Esto requiere de ciertos pasos a seguir (Bechi y otros, 2000):

a) Definir cuál es el conflicto.


b) Reconocer a los implicados.
c) Comprender las causas del conflicto.
d) Definir estrategias de solución.
e) Definir la acción que se ha de seguir, la cual básicamente consiste en asumir
y afrontar o evitar, postergando o delegando.

Con otras palabras, también Dafonte (2002) se refiere a las fases de la resolu-
ción de problemas:

1) Tomar conciencia del problema.


2) Pedir información.
3) Definir el problema.
4) Formular los objetivos.
5) Generar las soluciones.
6) Seleccionar una solución.

Estos pasos conformarían un círculo que se retroalimenta, iniciándose desde


el primer punto, y al concluir la evaluación vuelve a inducir el recorrido de la
secuencia nuevamente, hasta lograr una solución satisfactoria.

Desde esta perspectiva, el surgimiento de un conflicto también tiene fases o


etapas (Dafonte, 2002):

El conflicto está latente. Hay situaciones de incomodidad.

El conflicto se manifiesta. Las partes toman conciencia de ello y están


comprometidas emocionalmente.

Aparecen síntomas de tensión. Cambio en los contenidos y en las formas de


comunicación.

Las partes en conflicto toman posiciones. Hay hostilidades mutuas.


© FUOC • PID_00161330 112 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Comienzan conductas estereotipadas. Se refuerza la situación de conflicto:


• Sobreentendidos.
• Los mensajes ocultos.
• Sentimientos de superioridad/inferioridad.
• Explotar los puntos débiles del otro.

Surgen nuevos roles. Se desencadenan actitudes típicas:


• El perseguidor asume situaciones de acoso.
• La víctima tiene sentimientos de resenti-
miento.

Deterioro de la comunicación.  

Comprensión inadecuada de los hechos. Se distorsionan situaciones.

Se subestiman coincidencias.  

Actitudes que dificultan los vínculos y la solu- • Autoritarismo.


ción de los conflictos. • Descalificación.
• Discriminación.

Desde esta visión acerca de la gestión de los conflictos, los métodos para la
resolución de conflictos expuestos en apartados anteriores podrían agruparse
en:

a)�Exógenos (la justicia, que representa la intervención del poder del


estado mediante la cual las partes encuentran la solución a través del
litigio en los tribunales, la mediación, en la que un tercero imparcial
asiste o facilita el proceso y el arbitraje, cuando el tercero que facilita el
proceso representa a alguna institución que tiene autoridad para exigir
el cumplimiento del acuerdo alcanzado).

b)�Endógenos (la confrontación, que es la forma primaria de la resolu-


ción de conflictos, se resuelve por la ley del mas fuerte y siempre genera
un ganador y un perdedor y la negociación, proceso por el cual dos o
más partes se disponen a dialogar, influenciándose en forma recíproca,
que conduciría a un acuerdo mutuamente aceptado).

Burton (2003) plantea que la resolución de conflictos significa la terminación


del conflicto a través de métodos analíticos y que se dirigen a la raíz del pro-
blema y que se orienta a un resultado que, de acuerdo a las partes implicadas,
pueda ser una solución permanente del problema. La resolución de conflictos
desde el modelo de resolución de problemas se centra en el proceso (ya sea de
negociación, disuasión, mediación, arbitraje, etc.), que se deriva de un análisis
de la naturaleza del conflicto, por lo cual su principal componente es la com-
prensión previa de dicha naturaleza y de las fuentes del conflicto. Desde esta
perspectiva, conflicto y resolución de conflicto serían fenómenos universales
(Burton, 2003), es decir, que habría explicaciones genéricas sobre el compor-
tamiento humano que proponen, a su vez, medios para resolver problemas
que tienen una aplicabilidad en todos los niveles sociales, en todas las socie-
dades y en todas las culturas. Por lo tanto, desarrollando tales explicaciones se
© FUOC • PID_00161330 113 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

podría eliminar la arbitrariedad pragmática y generar estándares aceptados de


manera generalizada. La resolución de conflictos implicaría la capacidad para
tratar con todas las formas de conflicto, en todos los niveles sociales, desde el
interpersonal hasta el internacional. Esta capacidad se extendería a conflictos
complejos, densos y violentos, lo que pone de manifiesto su gran utilidad en
este campo.

El autor afirma que la práctica de la resolución de conflicto como solución de


problema se deduce de la teoría del conflicto como una respuesta universal
a necesidades frustradas. La práctica implica aportar oportunidades para las
partes:

1) Analizar las relaciones para generar una definición exacta de los problemas
en términos de motivaciones y necesidades humanas.

2) Valorar los costos de políticas y metas una vez que se cuenta con informa-
ción completa de todos los aspectos de la disputa, incluidas las motivaciones
y valores de los lados opuestos.

3) Descubrir las posibles opciones disponibles una vez que se ha analizado el


conflicto y todos sus elementos.

En resumen, esta concepción de resolución de conflicto es útil para hacer una


distinción entre 'resolución' y 'compromiso'. El primer término denota un re-
sultado que se autoafirma y es estable porque soluciona el problema de la sa-
tisfacción de todas las partes a largo plazo. El segundo describe un resultado
que no cubre necesariamente las necesidades en juego, pero que se acepta pro-
visionalmente gracias a la jurisdicción de los tribunales, gracias al poder de
negociación de la parte opuesta, o por algún tipo de fuerza ejercida por los
oponentes o bien por una tercera parte.

Resolución de conflicto

Esta concepción abierta de conflicto y de resolución de conflicto como solución del pro-
blema implica que un amplio espectro de problemas es potencialmente resoluble. Por
ejemplo, las adicciones a drogas y los problemas asociados a ellas, la violencia callejera,
el control del armamento y los planes de reconstrucción para lograr el control de arma-
mento son problemas que entrarían en el campo de la resolución de conflicto.

Bush y Folger (en Adler, 2003) son algunos de los autores que han criticado
las intervenciones de mediación en los procesos de resolución de problemas,
por su énfasis en la optimización y en la solución de los problemas. Ellos pro-
ponen desenfatizar o abandonar el modelo de resolución de problemas, para
adoptar una mediación más transformadora, que ayude a construir relaciones
duraderas. Critican la ideología de la resolución de problemas porque tiende a
reducir los conflictos a "problemas" y "soluciones", sin que necesariamente se
satisfagan otras necesidades. Además, estos autores refieren que centrarse en
la resolución de problemas conlleva hacer intervenciones muy cargadas hacia
lo evaluativo, mientras que sostienen que lo que se debe generar son media-
dores cuyo rol y meta sea transformar una mala relación interpersonal en otra
© FUOC • PID_00161330 114 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

mejor, dar poder a los individuos y ayudar a las partes a alcanzar los más altos
niveles de reconocimiento. Y también critican que muchas veces la resolución
de problemas se intenta desarrollar como un proceso lineal y secuencial de
fases, carente de elementos afectivos o no-racionales.

Resolución de problemas y conflictos en un marco intercultural

Contrarios a la perspectiva de la "institucionalización de la resolución del con-


flicto", que la plantea como un fenómeno "universal" y "genérico" (Burton,
2003), Avruch y Black (2003) plantean que deben hacerse consideraciones es-
peciales cuando tratamos de aplicar las técnicas de resolución de problemas a
conflictos en distintos ambientes o marcos culturales, requiriéndose, de este
modo, una teoría cultural de resolución de conflictos.

La relación entre cultura y resolución de conflictos destaca como un tema re-


levante en el trabajo de teóricos y practicantes en las nuevas áreas de conflicto
y estudios de paz, que aspiran a establecer métodos de resolución de conflic-
tos de aplicación universal, corriendo el riesgo de encontrarse con dificultades
metodológicas y conceptuales. Estas dificultades radican en tratar de relegar la
cultura a una posición secundaria, convirtiéndola en un mero obstáculo que
recubre una naturaleza humana supuestamente genérica (Burton y Sandole,
1986, en Avruch y Black, 2003).

Buena parte de la razón por la cual se le ha asignado a la cultura una posición


de trasfondo es el hecho de que centrarse en la cultura pondría más énfasis
en lo que son las diferencias entre las personas, y dificultaría aún en mayor
medida el desarrollo de prácticas de resolución de conflictos universalmente
aplicables. Pero el riesgo mayor de desestimar la cultura como un elemento
primordial es que quien está diseñando un proceso de resolución de conflictos
puede, al tratar de hacer que las partes se conformen a su estructura, ignorar
o suprimir lo que es de más importancia para una u otra parte. Esto ocurre
cuando se sostiene que el proceso de resolución de conflictos basado en la
técnica de "resolución de problemas" transciende todas las culturas.

Cuando se examina el concepto de cultura utilizado por los teóricos y practi-


cantes en el área de resolución de conflictos, se logra entender por qué tienden
a relegar la cultura a una posición secundaria. En muchos casos, las descrip-
ciones de cultura se limitan a los estereotipos o características de uno u otro
grupo en cuestiones de etiqueta y tolerancia. Se habla de cultura como si fuera
sinónimo de costumbre o tradición, algo estático, que no cambia con el tiem-
po. Pero no podemos reducir el concepto de cultura a comportamientos, ni se
pueden predecir las reacciones de cada miembro de un determinado grupo, ya
que al tratar de hacerlo, la cultura no sería más que una manera de diferenciar
o aludir a distintos grupos de personas. Esto sucede con regularidad en situa-
© FUOC • PID_00161330 115 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

ciones interculturales donde se utiliza la cultura y la etnicidad como sinóni-


mos. Lo que complica aún más el tema es la tendencia de las partes en con-
flicto, analistas y mediadores de estos conflictos, a mezclar dichos conceptos.

La perspectiva de Avruch y Black (2003) sobre el papel de la cultura en el con-


flicto radica en un concepto de la vida social en el que la cultura es una fuerza
fundamental de la conciencia humana. Para utilizar una metáfora, plantean
que la cultura es como un lente o una gramática que produce y estructura to-
da acción de importancia. De modo que para comprender las acciones de las
partes en conflicto y plantear soluciones hay que entender la gramática que
se utiliza y que confiere sentido a estas acciones.

Cuando las partes en conflicto son de distintas culturas, o sea, cuando el con-
flicto es intercultural, uno nunca puede estar seguro de que las partes com-
parten un mismo entendimiento. Sus respectivas nociones sobre las causas
del conflicto y las técnicas aceptables para resolverlo pueden diferir entre sí
de manera significativa. La primera tarea de un mediador en conflictos inter-
culturales es analizar las distintas dimensiones culturales, es decir, hacer un
análisis cultural de la situación. Este análisis debe realizarse previamente a los
otros aspectos de intervención, y es posible que dure todo el proceso de la
intervención. ¿En qué consiste tal análisis y cuáles son sus repercusiones?

Como plantean Avruch y Black (2003), nuestra cultura nos proporciona una
manera de ver y comprender el mundo, definiendo lo que es normal o el modo
de ser de las cosas.

Intercambios interculturales

En los intercambios interculturales ponemos en riesgo lo que damos por sentado como
normal, pues tenemos la tendencia de comparar al otro basándonos en lo que nosotros
entendemos como normal. Por ejemplo, decimos que los franceses son arrogantes, que
los ingleses son fríos, que los marroquíes no son de confianza. En la mayoría de los en-
cuentros interculturales, cuando se presentan instancias de incomprensión utilizamos
términos cargados de juicios que hacemos según nuestros valores. No sólo decimos que
los franceses piensan de manera distinta a la nuestra, sino además que están equivocados.
En los encuentros interculturales pueden presentarse situaciones que nuestra lógica cla-
sifica de extrañas y que nuestro sentido moral clasifica de buenas o malas. Para nosotros,
nuestra propia cultura es transparente. Cuando miramos al mundo a través de una lente
de otra perspectiva cultural, lo vemos distorsionado y nublado. Un análisis cultural re-
quiere, en primer lugar, suspender todo tipo de juicio en momentos de no-comprensión.
El analista debe mantenerse vigilante a lo que resulte desconcertante.

El análisis cultural, según Raymonde Carroll (1988, p. 2, en Avruch y Black,


2003), es una manera de comprender como normal algo que al principio nos
pareció extraño. Debido a que nuestra cultura nos provee de sistemas de sím-
bolos en los que se negocia el significado de las cosas, un análisis cultural es
la búsqueda del significado de estos símbolos. Cuando se dirige a una cultura
que no es la nuestra, tal análisis nos orienta hacia otros significados, lentes,
lógicas o gramáticas. Para llevarlo a cabo, Geertz (1973, en Avruch y Black,
2003) y Carroll (1988, en Avruch y Black, 2003) plantean que se debe realizar
una descripción profunda, una presentación etnográfica de un evento (con-
versación, persona(s), práctica, disputa, creencia, etc.) que lo sitúa dentro de
© FUOC • PID_00161330 116 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

un contexto. Es decir, si se está tratando de analizar una cultura ajena, se de-


be estar atento a lo extraño, y también controlar y evitar la tendencia de los
científicos sociales de explicar los fenómenos como teorías (psicodinámicas,
materialistas, ecológicas o biológicas, por ejemplo), ya que un análisis cultural
no es un análisis causal.

Además, es importante evitar juzgar un fenómeno que parezca extraño, ya que


esto responde a una explicación causal en forma de una evaluación moral,
o sea, la ciencia del sentido común de nuestra cultura. Además, al encarar al-
go extraño evitando los juicios, podemos analizar el hecho con profundidad,
poniéndolo en contexto, es decir, en marcos de referencia más profundos, di-
ferentes y complejos. Al establecerse esos marcos de referencia, lo extraño se
hace menos extraño, se comienza a hacer una traducción. En ese proceso, las
razones verdaderas o interpretadas comienzan a surgir. Por último, debido a
que siempre hacemos un análisis cultural basándonos en nuestra cultura de
origen, el proceso es interactivo. Es como una traducción, en la que lo repre-
sentado tiene que tener sentido en el idioma en que está siendo interpretado
y además mantener su integridad en el idioma de origen. En este sentido, un
análisis cultural es una especie de encuentro intercultural informado, en el
que se está preparado para resolver problemas y conflictos.

5.2. Uso de fuerza, violencia y coerción

Como señalamos, los conflictos no siempre son abordados de manera dialoga-


da y racional entre las partes, y las estrategias de solución que se aplican tam-
poco corresponden exclusivamente a las ya mencionadas, sino que en muchas
ocasiones se recurre al uso de fuerza, violencia y coerción para zanjar un con-
flicto. Además, es muy frecuente que nos encontremos con situaciones mix-
tas, es decir, procesos en los cuales se intercalen momentos o etapas de diálo-
go, negociación, mediaciones y otros procesos constructivos, con períodos de
mayor tensión, desacuerdo, violencia, coerción, etc.

En relación con el apartado anterior, específicamente las diferencias entre con-


flicto y violencia, y las precisiones en torno a distintos tipos de violencia, ve-
mos aquí que la palabra fuerza suele ser usada en la literatura tanto para la
presencia de violencia física en su uso actual como potencial. En ese sentido,
la palabra violencia queda reservada para el daño físico y psicológico sobre
las personas y/o su propiedad Por su parte, la palabra coerción alude al uso de
otros tipos de fuerza, a la vez que pone su atención en otra parte del proceso:
mientras que la fuerza enfatiza al agente de influencia y las maneras de hacer
efectiva esa influencia, la coerción subraya los efectos, el proceso de ser forzado
a un acuerdo. Por lo tanto, la coerción puede darse sin la presencia de fuerza
o violencia, así como puede haber fuerza sin coerción (Schellenberg, 1982).

Lo anterior nos permite identificar tres combinaciones básicas entre estos ele-
mentos, en el momento de enfrentar un conflicto:
© FUOC • PID_00161330 117 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

1) Uso de coerción con fuerza y violencia física.


2) Presencia de fuerza y violencia, sin coerción.
3) Coerción sin fuerza física ni violencia.

La primera situación es quizás la más fácil de recrear. La fuerza física, apoyada


en la violencia, tiene efectos coercitivos. Es lo que sucede por ejemplo, en una
guerra, cuando una de las partes impone, a través de su poderío militar, los
términos de la paz a la otra.

La segunda tiene también una amplia historia. Se pueden distinguir en ella, a


su vez, tres subtipos de violencia sin coerción:

• El caso en que la violencia, por ejemplo, se transforma más en un fin en


sí mismo, que en un medio para lograr una meta.

• Cuando el uso deliberado de la fuerza para lograr coerción no logra los


efectos requeridos. Es el caso, por ejemplo, de la violencia que genera már-
tires que reavivan los ímpetus emancipatorios.

• Finalmente, a veces el uso de la violencia trae consigo la destrucción total


de la otra parte, eventual sujeto de coerción.

En la tercera situación, la coerción se produce sin el uso de fuerza física o vio-


lencia. Es cuando ambas no son usadas de manera actual, sino que pueden ser
empleadas de manera encubierta como una posibilidad, sombra, amenaza o
potencialidad, por ejemplo, en la autoridad que se utiliza para hacer una pro-
puesta coercitiva. En esta situación también es posible distinguir tres subtipos:

• Con fuerza, pero manteniendo la violencia como una reserva.

• Con la sombra de la fuerza dando un apoyo indirecto, sin que sea directa-
mente sugerida o explicitada.

• Con coerción, pero sin uso de fuerza o violencia.

Ejemplo de coerción

Por ejemplo, un policía no requiere siempre de fuerza física para hacer un arresto o para
aplicar una sanción, pero la posibilidad del uso de la fuerza siempre es comunicada a
través de diversas formas.

Menos nítido es cuando ésta apoya el convencimiento de que los ciudadanos paguen los
impuestos. No es necesario un cuerpo policial de recaudadores, porque los ciudadanos
reconocen que el Estado tiene la autoridad para hacerlo.

Finalmente, es conocido el experimento de Millgram (en Schellenberg, 1982), en que el


experimentador consiguió hacer coerción sobre la conducta de los sujetos experimenta-
dos sin la mera sugestión de una posible sanción o castigo. Aquí la obediencia se consi-
guió basándose en la figura de autoridad o de estar contribuyendo a la ciencia, trasmiti-
das por el contexto del experimento.
© FUOC • PID_00161330 118 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Como mostró Weber (en Schellenberg, 1982), el poder que irrumpe sin legiti-
mación es un fenómeno atípico en las sociedades. Más común es el ejercido
a través de la autoridad legítima: legal, tradicional o carismática, cuyas bases
teóricas son racionales, tradicionales o emocionales, respectivamente.

5.2.1. Condiciones en las que el uso de la fuerza física podría ser


o no efectiva en la resolución de un conflicto

Schellenberg (1982) plantea algunas condiciones que determinan la efectivi-


dad del uso de fuerza física:

a)�Capacidad. Para que el uso de la fuerza sea efectivo, debe ser suficiente para
superar la fuerza del adversario.

b)�Credibilidad. La efectividad de la fuerza no sólo radica en su uso efectivo,


sino también (y especialmente) en la posibilidad de su uso. En otras palabras,
la instalación de la creencia de que la fuerza será usada bajo ciertas condicio-
nes puede ser muy persuasiva o tener un gran efecto coercitivo. Aquí surge la
paradoja de que para ser creíble que la fuerza podría ser usada, es mejor una
pequeña evidencia de ello que si efectivamente está siendo usada.

c)�Relevancia. La fuerza puede ser relevante en dos sentidos. El más obvio es


que puede afectar drásticamente de manera negativa a personas con un poder
real. Pero también es relevante porque puede contribuir a que esas personas
se asocien y hagan las inferencias necesarias para concluir la dirección de la
coerción. La fuerza se convierte en un instrumento de persuasión sobre quie-
nes tienen el poder para tomar las decisiones importantes en el proceso de
resolución del conflicto.

d)�Legitimidad. La legitimidad tiene tres posibles fuentes:

• A ojos de los que utilizan o estarán utilizando la fuerza física,


• Sobre quienes la fuerza es o tratará de ser usada,
• A ojos de quienes observarán los acontecimientos.

Un uso exitoso del recurso de la fuerza en la resolución de conflictos requiere


de cierta aceptación de la legitimidad del uso de ésta. Primero, se requiere un
mínimo sentido de la legitimidad del uso de la fuerza para que quienes vayan
a realizarla se sobrepongan a la aversión social a su uso. Sólo cuando lo logren
estarán listos para usarla efectivamente. Para ello se usan desde entrenamien-
tos como los militares, en los que se repiten sentencias que legitiman y hacen
necesario el uso de la fuerza, hasta estrategias mediáticas en las que el uso de
la fuerza se legitima con altos valores como el patriotismo, la defensa de la
familia o la libertad, por mencionar algunos. Asimismo, en algunos casos hace
falta cierta aceptación por parte de quienes la reciben o podrían recibirla. Si un
impuesto o una multa son considerados ilegítimos, es muy probable que más
personas eviten su pago. La opinión de otros observadores puede ser decisiva,
© FUOC • PID_00161330 119 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

como lo es la opinión o acuerdo de otros estados, en el caso de conflictos in-


ternacionales, o la opinión pública o los medios de comunicación de masas,
en conflictos inter o intranacionales, en el uso de la violencia por parte de la
policía, entre otros. Debido a ello, los recursos de legitimación de la violencia
son valores altamente deseados. La descalificación sistemática de la minoría
que recibe la violencia y el control de la opinión pública a través del control
de los medios de comunicación de masas suelen ser la fórmula básica de legi-
timación del uso de la fuerza.

Así podemos concluir de este breve análisis que:

• Cuando hay formas reconocidas como legítimas, éstas son más persuasivas
en la resolución de conflictos, y la fuerza es innecesaria.

• La efectividad en el uso de la fuerza no sólo depende de la superioridad


de una de las partes en su poder de violencia, sino de la credibilidad y
relevancia de la misma y, sobre todo, de su legitimidad.

• Es decir, la lucha por la legitimidad de los argumentos y las acciones es


siempre una pieza clave en la resolución y estallido de los conflictos socia-
les. Y ella misma puede ser más argumental o más derivada de las distintas
formas de coerción y uso de la fuerza.

5.3. Alternativas ante el conflicto psicosocial

La perspectiva tradicional de resolución de conflictos propone finalizar la dis-


puta por dos vías generales: proactiva y no proactivamente (Salas, 1988, en
Molina, 2001). Las vías proactivas para la resolución de los conflictos son bá-
sicamente tres: negociación, mediación y arbitraje. La vía no proactiva supone
el uso de la fuerza y la coacción, la violencia, para la superación de las condi-
ciones conflictivas. Se trata de un mecanismo de presión cuyos objetivos pue-
den ser uno o más de los siguientes: la apropiación del espacio del adversario,
su eliminación o la apropiación de sus recursos.

Pero si el conflicto es una condición actualizada permanentemente en una Abandonar un conflicto


comunidad, cabe preguntarse si es posible hablar de una superación, que su-
Abandonar un conflicto es des-
pondría su finalización. Debido a ello, Molina (2001) propone llamarla "mo- plazarse de la posición relativa
vilización", lo cual le permite introducir una tercera alternativa: el abandono. en disputa a otra en la que no
existe el valor común de la po-
Abandonar un conflicto es desplazarse desde la posición relativa en disputa sición.
hacia otra en la cual no exista el valor común de la posición. En este caso no se
violenta, no se negocia, no se media ni se busca arbitraje. La relatividad de la
posición hace que el conflicto se desvanezca porque una de las partes, o varias,
se movilizan hacia otros espacios de la red sin desear el logro de la posición
común o algo de ella. En conclusión, no todo conflicto ha de ser resuelto.
Los conflictos se ven transformados en tanto que las entidades que los atan se
movilizan hacia otras posiciones de la red debido a acciones de diversa índole:
© FUOC • PID_00161330 120 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

proactivas, no proactivas o abandono. Sin embargo es posible que después de


la movilización de un conflicto, las entidades recurran a posiciones en común
semejantes a las iniciales, reactualizando el conflicto, o que mantengan dis-
tancias relativas, en cuyo caso el abandono o la resolución se convierten en
nuevas oportunidades conflictivas, no necesariamente efectivas.

En un artículo reciente, Molina (manuscrito no publicado) incluye otra estra-


tegia proactiva en la transformación de los conflictos: la resistencia. Ésta se
sostiene en dos fundamentos: el reconocimiento del propio poder que hacen
los colectivos que toman parte del proceso o las acciones, y la no-violencia,
pues la resistencia no pretende generar efectos en la misma dirección de las si-
tuaciones que denuncia, evidencia y pretende transformar. El autor distingue
cinco elementos centrales de la resistencia:

a) Tiene un carácter grupal, social.

b) Adquiere su legitimación en la defensa de los derechos humanos, en una


llamada al principio de justicia.

c) Integra la visualización del conflicto y la gestación de acciones para modi-


ficarlo.

d) Tiene un carácter creativo, se resiste a la homogeneización procedimental.


Cada caso de resistencia evidencia estrategias nuevas.

e) Es colectiva, lo que contribuye a ampliar el concepto, ya que en la actualidad


no se orienta exclusivamente hacia el Estado y sus instituciones, sino que a
todas las instituciones sociales que promuevan, instauren o propendan por
relaciones de poder desiguales, tendentes a la dominación y explotación.

En síntesis, disponemos de una serie de estrategias que nos permiten


abordar los conflictos: la negociación, la mediación, el arbitraje, la re-
sistencia. También el abandono se puede considerar una manera de res-
ponder frente a un conflicto.
© FUOC • PID_00161330 121 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Resumen

Con el presente módulo hemos pretendido proporcionar algunos fundamen-


tos que orienten una comprensión psicosocial del conflicto. Con este objeti-
vo, comenzamos refiriéndonos a las diversas conceptualizaciones, nociones e
ideas acerca del conflicto que encontramos en distintas formas de pensamien-
to social y ciencias, en la psicología social y en otras perspectivas afines, así
como en expresiones del sentido común.

Asimismo, hemos querido invitaros a conocer alguas aportaciones de otras


disciplinas a la comprensión psicosocial de los conflictos; a saber: la psicolo-
gía, a través de los elementos del conductismo y del psicoanálisis que se orien-
tan a comprender los aspectos intrapsíquicos y/o interindividuales de las con-
flictivas humanas y la sociología, de la que destacamos las aproximaciones
del parsonismo, el marxismo, el interaccionismo simbólico y Foucault, todas
ellas centradas en las entidades, procesos o estructuras sociales para entender
los conflictos. Y finalmente, hemos querido incluir otras aportaciones al pen-
samiento psicosocial del conflicto, constituido por las perspectivas de Adam
Smith, el modelo estratégico y la teoría de juegos, los planteamientos de Serres
y un análisis desde la racionalidad instrumental, comunicativa y postmoderna
acerca del conflicto social. Si bien dichas perspectivas no se han relacionado
directamente con la psicología social, esta disciplina ha incorporado algunos
de sus postulados y modos de enfrentar el conflicto. De esta manera, hemos
pretendido ofreceros una visión algo más amplia de la comprensión psicoso-
cial de los conflictos, incluyendo algunos de sus antecedentes desde discipli-
nas afines, que os permitieran entender mejor las raíces u orígenes de las ex-
plicaciones teóricas que abordan el análisis psicosocial de los conflictos.

Posteriormente, hemos presentado algunas aproximaciones teóricas de la psi-


cología social al conflicto, que os permitirán conocer, analizar y distinguir dis-
tintas aportaciones y formas de comprender el conflicto. Habéis aprendido
acerca de las perspectivas teóricas de la psicología social conductual-cogniti-
va, la psicología sistémica, los aportes de Erich Fromm a la psicología social
del conflicto y violencia, el poder, la resistencia y la ideología en la psicología
social de Martín-Baró, y la perspectiva de producción y reproducción de los
conflictos en el socioconstruccionismo y la psicología social discursiva.

A continuación, hemos introducido una serie de distinciones conceptuales y


ejes psicosociales para el análisis del conflicto, ofertando distintas posturas
frente a éste, maneras de entenderlo y definirlo, y por ende, enfrentarlo, dis-
tintas escalas o niveles de análisis de los conflictos, algunas de sus posibles
© FUOC • PID_00161330 122 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

causas u orígenes, ciertos procesos y fenómenos que se producen en el desa-


rrollo de los conflictos y su diferencia con la violencia y relación con ésta,
entre otros puntos que incluimos en el apartado.

Finalmente, hemos querido dar cuenta de una psicología social del conflic-
to aplicada, es decir, una psicología que logra generar estrategias de enfrenta-
miento y/o solución de los conflictos, a partir de los planteamientos y con-
cepciones teóricas que ha desarrollado con el fin de entender el surgimiento
y mantenimiento de los conflictos. De este modo, en esta última sección des-
cribimos someramente algunas aportaciones desde la perspectiva de la gestión
del conflicto, en la que incluimos respuestas frente al conflicto desde el en-
frentamiento o la evasión y desde la perspectiva de los resultados; los procesos
de negociación y mediación como estrategias de solución de los conflictos,
donde además os mostramos cómo pueden surgir los "ataques" a dichos pro-
cesos. Hemos expuesto la reconciliación y la conciliación como fenómenos
relevantes en la resolución de las tensiones, conflictos y dificultades entre las
partes. Hemos ofrecido un modelo de resolución dramática de los conflictos y
la perspectiva de la resolución de problemas aplicada a la resolución de con-
flictos, punto en cual también os presentamos un marco de análisis cultural
para el abordaje de los conflictos desde este enfoque.

Adicionalmente nos ha parecido relevante mostraros que las posibilidades de


abordaje de los conflictos no siempre apuntan a vías racionales y dialogadas,
basadas en un análisis y comprensión de las causas de los conflictos, el con-
texto en que se producen, o las necesidades de las partes implicadas, sino que
también es frecuente el uso de la fuerza, la violencia y la coacción como me-
dios de zanjar las situaciones conflictivas, como intentos de una de las partes
por tomar (o recuperar) el control. Además, es común encontrar situaciones
mixtas, es decir, en las cuales se intercalan (y a veces superponen) momentos
de diálogo y negociación ente las partes con otros de violencia y uso de fuerza.
Y como último punto, también hemos pretendido dar cuenta, aunque fuera
brevemente, de algunas alternativas frente al conflicto psicosocial, entre las
cuales destacamos el abandono y la resistencia como fenómenos psicosociales
relevantes.
© FUOC • PID_00161330 123 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Actividades
1. Recordad algún conflicto especifico al que os hayáis enfrentado, en el cual vuestra manera
de enfrentarlo o solucionarlo os haga sentir particularmente orgulloso/a o satisfecho/a.

• ¿En qué consistía dicho conflicto y por qué vuestra solución os hace sentir así?
• ¿Qué papel jugasteis en ese conflicto? ¿Erais parte o tercero?
• ¿Cuál era el problema?
• ¿Qué alternativas de solución contemplasteis?
• ¿Cuál era la mayor dificultad para llegar al acuerdo?
• ¿Cuál fue la clave (actitud, conducta, estrategia, etc.) que permitió alcanzar el acuerdo?
• ¿Cuál fue el resultado en el ámbito personal entre quienes participaron en la solución?
• Si este conflicto no se hubiese resuelto, o al menos no de esta manera, ¿qué hubiese
ocurrido?
• ¿Qué elementos tendríais en cuenta si se os presentara un conflicto similar? ¿Qué apren-
disteis acerca de cómo solucionar conflictos en este tipo de situaciones?

2. Imaginad la siguiente situación: dos agrupaciones deportivas amateurs se encuentran en


disputa por un terreno, con el fin de apropiárselo para construir un recinto polideportivo,
con canchas, gimnasio, pistas y otras dependencias para sus dirigentes y socios. Dicho terreno
es de propiedad del ayuntamiento, cuyo representante ha decidido, en vista de su dificultad
para zanjar el asunto y su falta de tiempo para examinar las propuestas y méritos de cada
agrupación, que los clubes discutan entre sí y luego le presenten algún planteamiento más
elaborado. Hay algunos datos de estos clubes deportivos, a los que llamaremos A y B, que
denotan la existencia de tensión y competitividad: entre ambos se ha disputado el primer
lugar de la "copa amateur" de la zona (en fútbol, baloncesto y atletismo) durante los últimos
siete años. Además, el club A cuenta con el auspicio y el modesto apoyo económico de una
empresa local, que B trató de conseguir y no pudo. Por otro lado, el presidente del club B es
pariente de un personaje renombrado del ayuntamiento. Ninguno de ellos está cualificado
para poder postular a un nivel deportivo semi-profesional o profesional y se les ha rechaza-
do continuamente, debido a diversas razones; entre ellas, la falta de un recinto estable que
permita asegurar un lugar de práctica y desarrollo de la actividad deportiva.

A la luz de estos datos:

a) Analizad el conflicto entre los clubes a la luz de alguna de las aproximaciones teóricas
vistas en el módulo: cómo se podría comprender desde el prisma de esa teoría, sus causas u
orígenes, factores que influyen, etc.

b) Plantead tres estrategias diferentes de resolución a este conflicto que los clubes podrían
haber intentado, analizando sus distintos aspectos, sus pros y contras, y sus consecuencias
o resultados.

c) Elegid la que os parezca más adecuada para presentarle al encargado del ayuntamiento,
justificando el porqué de vuestra elección.

3. A luz de los planteamientos de Fromm acerca de las causas de la violencia social, analizad
y reflexionad:

¿Qué razones psicosociales podrían existir para que la sociedad norteamericana haya liderado
tres guerras en los últimos diez años?

Ejercicios de autoevaluación
1. De acuerdo a las características que se describen a continuación, referid cuál es la perspec-
tiva, modelo o concepto que se ajusta a los datos en cuestión:
a) Plantea que las personas evalúan sus logros en relación con sus grupos de referencia, que
marcan el patrón que determina lo que creen que, en justicia, deberían tener o lograr. Si el
resultado de dicha evaluación es negativo, lo considerarán injusto y cundirá el descontento.
b) Sostiene que los conflictos entre comunidades, grupos y naciones son, al menos en parte,
producto de las relaciones entre emociones y cogniciones y de los procesos atribucionales
que hacemos de los grupos antagónicos.
c) Describe que los conflictos y problemas son conductas repetitivas retenidas en circuitos
o patrones de relación interpersonal más amplios. Estos patrones interpersonales autoperpe-
tuantes actúan restringiendo la variabilidad y la capacidad de adaptación a nuevas situacio-
nes.
d) Propone la existencia de necesidades psicosociales comunes a toda la humanidad, y que
el ser humano depende de la naturaleza en la que ha surgido, pero requiere superarla para
realizar su humanidad. Por tanto, la satisfacción o frustración de estas necesidades dependerá
de la manera en que socialmente nos organicemos para realizar tal tarea.
© FUOC • PID_00161330 124 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

e) Refiere que una vez manifestado el conflicto, éste puede extenderse fácilmente, aparecien-
do nuevas cuestiones y desacuerdos, agravando sus manifestaciones incluso hacia intentos
de coacción, amenazas y ataques físicos, disolviéndose las propuestas de pacificación y am-
pliándose el terreno del conflicto.
f) Proceso de toma de decisiones mediante el cual los individuos intensifican su compromi-
so con una determinada manera de proceder previamente escogida y fallida, con el fin de
justificar o "amortizar" la inversión ya realizada.
g) Proceso mediante el cual las partes en conflicto, en lugar de simplemente firmar un acuer-
do poniendo fin a un conflicto, toman medidas reales conducentes a perdonar las antiguas
transgresiones, superar el pasado y admitir los errores personales, y así señalar el comienzo
de una nueva forma de relación.

2. Mencionad cuáles son las vías tradicionales de resolución de conflictos, y describid breve-
mente las vías alternativas frente a ellos.

3. ¿Qué consecuencias puede traer el enfrentar los conflictos bajo el supuesto de que un
conflicto es la alteración de una situación preexistente de equilibrio o armonía?

4. ¿Cuáles son las tres corrientes o desarrollos que se derivan de los planteamientos del mar-
xismo, agrupadas bajo el nombre de sociologías del conflicto? Describid brevemente cuáles
son sus tres características en común.

5. ¿Cómo ha influido la lectura económica de lo social desarrollada primero por Adam Smith,
y posteriormente por otros autores, en la psicología social del conflicto en la actualidad y en
el enfrentamiento y resolución de los conflictos?
© FUOC • PID_00161330 125 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Solucionario
1.
a) Teoría de la privación relativa.
b) Modelo de atribución-emoción sobre conflicto y violencia intergrupal y social.
c) Modelo sistémico que enfatiza el proceso o enfoque estratégico.
d) Psicología social de Erich Fromm.
e) Modelo del ascenso o escalada del conflicto.
f) Proceso o fenómeno de entrampamiento del conflicto.
g) Reconciliación.

2. La perspectiva tradicional propone las vías proactiva y no proactiva. Las primeras son bá-
sicamente tres: negociación, mediación y arbitraje. Las segundas suponen el uso de la fuerza,
coacción y/o violencia para la superación de las condiciones conflictivas. Como vías alter-
nativas a las propuestas tradicionales se introducen el abandono y la resistencia. El primero
corresponde a un desplazamiento desde la posición relativa en disputa hacia otra en la cual
no exista el valor común de la posición; en este caso no se violenta, no se negocia, no se
media ni se busca arbitraje. La resistencia es una estrategia proactiva en la transformación de
los conflictos, que se sostiene en dos fundamentos: 1) el reconocimiento del propio poder
que hacen los colectivos que toman parte del proceso o las acciones y 2) la no-violencia,
pues la resistencia no pretende generar efectos en la misma dirección de las situaciones que
denuncia, evidencia y pretende transformar.

3. Las consecuencias apuntan a que este presupuesto puede acarrear otros, como que los
conflictos serían una anomalía respecto de una situación normal que es el equilibrio. Esto,
a su vez, tiende a estar asociado a una negativización del conflicto, a dar por sentado que el
conflicto es algo que necesariamente ha de ser resuelto y, aún más, que su resolución es el
restablecimiento de la situación identificada como previa, inicial y normal.
Este tipo de pensamiento tiene efectos sociales conservadores y encubre el hecho de que
toda normalización, como en este caso la de una situación identificada como previa a un
conflicto, reposa finalmente en cuestiones de autoridad, desde la que se realiza esa defini-
ción y puntuación de los fenómenos. Como se ejemplificó anteriormente, si pensamos en el
conflicto racial y el movimiento de resistencia negros en Estados Unidos de los años sesenta,
es muy cuestionable pensar que ese conflicto fue la alteración de un equilibrio o armonía
preexistente, o que su resolución pasaba por una recuperación del supuesto equilibrio o ar-
monía inicial.
De este modo, vemos cómo la mera ruptura de una situación social determinada (como la
esclavitud o cualquier otra forma de discriminación y desigualdad), sea por la vía que sea,
no es indicadora de que originalmente haya sido equilibrada o armónica, ni lo es que la
resolución del conflicto sea un restablecimiento o la producción de un nuevo o mejor estado
de equilibrio o armonía.

4. Aunque son variadas las perspectivas que derivan de la obra de Marx (agrupadas bajo
el nombre de sociologías del conflicto) es posible distinguir tres corrientes principales: el
análisis de la lucha de clases, el análisis de los sistemas mundiales y la teoría crítica. Las
características en común que éstas reúnen son las siguientes: 1) consideran al conflicto como
el motor de la historia social; 2) despliegan un cuerpo teórico y un programa de investigación
destinado al análisis del conflicto y 3) entienden el quehacer académico e intelectual del
análisis de los conflictos como una actividad emancipadora y de crítica social, es decir, como
una contribución a la posibilidad de la revolución.

5. Esta lectura económica de lo social ha influido ampliamente en buena parte de lo que


hoy se hace en psicología social y resolución de conflictos, ya que ha conducido a ver en
el conflicto de intereses una condición natural de las relaciones sociales, a la vez que una
oportunidad para la negociación y el intercambio. Además, ha contribuido a comprender
como fuentes de los conflictos sociales la tensión entre el impulso individual hacia la satis-
facción egoísta de los propios intereses y las vías que determina la ley y la normativa social,
por una parte, y/o la violación de la justicia social, por la otra. También ha influido en la
reflexión acerca de que la clave para la prevención de los conflictos radicaría en fomentar
una cultura de la paz y difundir unas competencias en negociación interpersonal, es decir,
en la socialización. Además, ha influido en la tendencia a comprender las unidades socia-
les en términos de interacciones de unidades individuales. Sin embargo, esta lectura acerca
de lo social también nos ha legado una dicotomía en la comprensión del orden social: por
una parte, plantea un sistema natural, condicionado por la escasez y el homo oeconomicus,
destinado a la producción de riqueza, que impone una racionalidad instrumental y por la
otra, la demanda de un sistema social, preocupado por la convivencia y el desarrollo de la
humanidad, guiado por una racionalidad humanizada o solidaria.
© FUOC • PID_00161330 126 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

Glosario
abandono de un conflicto  m  El abandono de un conflicto aparece como una alternativa
viable frente a éste, al cuestionarse si siempre es posible alcanzar su superación o resolución,
lo que supone su finalización. Abandonar un conflicto es desplazarse desde la posición rela-
tiva en disputa hacia otra en la cual no exista el valor común de la posición. No se violenta,
no se negocia, no se media ni se busca arbitraje. La relatividad de la posición hace que el
conflicto se desvanezca porque una o varias de las partes se movilizan hacia otra posición,
sin desear ya el logro de la posición común en disputa, sin querer obtener algo de ella. De
este modo, el conflicto no se resuelve, no se llega a una solución, sino que se abandona. Por
supuesto, es posible que tras la movilización de un conflicto, las entidades recurran a posi-
ciones en común semejantes a las iniciales, reactualizando el conflicto, o que mantengan
distancias relativas, en cuyo caso el abandono de un conflicto (o su resolución) se convierte
en nuevas oportunidades conflictivas.

agresión  f  Desde la postura del psicoanálisis (Freud, Klein), el comportamiento agresivo


proviene de una pulsión interna constante, cuya acumulación hace necesaria una descarga
que se orienta a la destrucción. La psicofisiología plantea que la agresión es un comporta-
miento de raíz fisiológica, de nivel hipotalámico. También ha sido conceptualizado, desde
una perspectiva conductista, como una reacción o respuesta frente a una amenaza o a una
experiencia de frustración externa, y como una respuesta instrumental en función de la grati-
ficación o refuerzo obtenido. Fromm, por su parte, distingue entre agresión benigna y no
benigna. Dentro de la agresión benigna se encuentran la pseudoagresión y la agresión
defensiva. La pseudoagresión puede producirse accidentalmente y sin intención, por juego
(cuando se ejercita para demostrar destrezas) o de manera autoafirmadora (cuando facilita el
logro de un objetivo, como la conducta sexual del macho en muchas especies). La agresión
defensiva pretende lograr el resguardo de la vida, la libertad, la dignidad, la propiedad. Tiene
sus raíces en el miedo y/o en la frustración. Su finalidad es evitar el daño que amenaza y así
sirve a la supervivencia. Esta agresión benigna, biológicamente habilitada, puede derivar en
una no benigna, una violencia reactiva exacerbada, por el condicionamiento carac-
terológico y social. Puede tomar distintas formas: vengativa (tiene la función irracional de
anular mágicamente el daño que ya ha sido sufrido), por quebrantamiento de la fe (producto
del desengaño sufrido y el consiguiente dolor), de manera compensadora (sustituye la acti-
vidad creadora en una persona impotente por la destrucción, de manera que se pueda esca-
par al insoportable sentimiento de pasividad total), sed de sangre arcaica (pasión por matar
como modo de trascender la vida, autoafirmación a través del derramamiento de sangre),
destructividad de éxtasis y culto a la destructividad (sobreponerse al sufrimiento a través de
un éxtasis o trance destructivo que le devuelva a la unidad consigo y el entorno).

atar-desatar conflictos  v tr  Atar o contratar un conflicto o implica reconocer a un alter


frente al cual se define una acción; atarlo supone la presencia de por lo menos dos entidades
que se disputan un lugar relativamente deseado, con lo cual el contrato ha entrado en vigor.
Éste implica la movilización de medios y recursos a través de los cuales el conflicto se podrá
desatar. La resolución del conflicto es deshacer el contrato, desatarlo. Por ello, la dinámica de
las comunidades se desplaza en un permanente atar y desatar contratos de conflictos entre
los miembros que las componen: se atan cuando se inician y mantienen, y se desatan cuando
se transforman, al cambiar las condiciones que lo hacen posible o lo perpetúan, permitiendo
la circulación de los elementos o partes implicadas.

atribución  f  El pensamiento atribucional busca explicaciones y hace inferencias de las


relaciones causa-efecto de las conductas. La actividad atribucional es ilimitada, porque el ser
humano tiene la tendencia a preguntarse la causa de las cosas, como una necesidad de con-
trolar su medio. La respuesta a estos cuestionamientos es una atribución de causalidad, ya
sea "inventada" o "real". Las atribuciones pueden realizarse infiriendo desde los actos a las
tendencias, es decir, asumiendo que la conducta de los demás sería indicativa de sus tenden-
cias estables. Cuando se infieren rasgos a partir de una conducta, en la base se encuentran
tres procesos: categorización (ver glosario), caracterización (a través de la conducta observa-
ble se caracteriza al otro, sus rasgos estables) y corrección (se corrige la inferencia a la luz
de nueva información; sucede cuando la conducta observada es clara, pero si es encubierta,
no hay corrección de la atribución, lo que conlleva errores). Para realizar una atribución,
nos centramos en tres características de la conducta que observamos: el consenso (si otros
reaccionan ante estos estímulos o hechos de la misma manera que esta persona o grupo), la
consistencia (si esta persona o grupo reacciona de la misma manera ante los estímulos en
otras ocasiones, a través del tiempo) y la diferenciación (si esta persona o grupo reacciona de
manera similar o distinta que otros ante estímulos diferentes). Las atribuciones se caracteri-
zan por los siguientes aspectos: locus de control externo o interno (si la conducta o hecho se
atribuye a una causa situacional o disposicional), estabilidad o inestabilidad (si se considera
permanente o no, lo que arroja luces acerca de su probabilidad de cambio), controlabilidad
o incontrolabilidad (si se atribuye que depende de la persona o grupo, o que no está bajo su
control), globalidad o especificidad (si la conducta representa la manera global de actuar o
reaccionar de la persona o grupo, o si da cuenta de un área o manifestación específica de su
© FUOC • PID_00161330 127 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

repertorio de conductas) e intencionalidad o no intencionalidad (si se atribuye que la con-


ducta fue deliberada o involuntaria).

categorización social  f  Proceso mediante el cual, a partir de la atribución y/u observa-


ción de ciertos rasgos en ciertas personas, se las incluye dentro de una categoría social. Las
personas no se encuentran "naturalmente" agrupadas, sino que es el observador quien las
estructura y diferencia en grupos. Es decir, se trata de una construcción social de la realidad
observada. Con la finalidad de establecer alguna clase de orden entre la multiplicidad, el ob-
servador agrupa los estímulos, los categoriza o clasifica a través de atributos como la nacio-
nalidad, la religión o la ideología política, es decir, rasgos con valor social. Se basa en dos me-
canismos: la acentuación de las semejanzas intragrupales (se exageran las semejanzas entre
los miembros incluidos dentro de una categoría social, ignorando sus posibles diferencias)
y la acentuación de las diferencias intergrupales (se exageran las diferencias entre miembros
ubicados en diferentes categorías, ignorando sus posibles semejanzas). Estos dos mecanismos
aseguran la utilidad y funcionalidad de la división categorial. Se le puede considerar como un
sistema de orientación que ayuda a crear y definir el puesto del individuo en la sociedad, que
ha sido conceptualizado también como un proceso de "etiquetamiento", puesto que implica
la utilización de conceptos que establecen diferencias (en forma rígida, peyorativa, positiva,
etc.), de manera transitoria o permanente. Esto supone que el observador no valora a los
individuos incluidos en las categorías a partir de sus características personales, sino por su
pertenencia a dicha categoría social.

coerción  f  Está considerada un tipo de violencia. Se refiere a una amenaza de uso de la


fuerza para conseguir la sumisión y la obediencia. Dicho uso de fuerza y violencia no se refiere
únicamente a la fuerza física: la acción administrativa, las amenazas verbales y psicológicas,
por ejemplo, pueden ser utilizadas para cometer actos que obligaran y llevarán a la sumisión.
El uso de cualquier capacidad de poder para someter puede considerarse, de hecho, como un
acto de coerción, de violencia. La coerción se centra en los efectos, en el proceso de ser forzado
a un acuerdo; por lo tanto, la coerción puede darse sin la presencia de fuerza o violencia, así
como puede haber fuerza sin coerción.

comparación social  f  Proceso cuya función es informarnos acerca de si pertenecer a un


determinado grupo o categoría social es positivo o negativo. Las valoraciones de los grupos
no se realizan en el vacío social, sino en el contexto de comparaciones con otros grupos. No
se es "mejor" o "peor" de modo absoluto, sino en comparación con algo. Así, la comparación
social es el proceso que permite que las categorías sociales se acompañen de valor social.

conflicto social  m  Una definición general lo explica como parte del proceso social en el
cual dos o más personas o grupos contienden unos contra otros en razón de tener intereses,
objetivos, valores o modalidades diferentes o exactamente iguales, donde cada uno quiere la
posesión, el control o el poder total, con lo que se procura excluir al contrincante considerado
como adversario. También se ha insistido en que el conflicto se centra en las creencias de
las personas, pues surge cuando una parte (persona, grupo, etc.) piensa que su sistema de
creencias, y los valores que de él se desprenden deben ser aplicados en todas partes, y adopta
como misión hacer que esto suceda. Entonces, el conflicto no se produce solamente por
diferencias de intereses, sino porque estas diferencias son consideradas significativas, y para
que esto suceda, se requiere de un consenso que es construido por instituciones y grupos
y, por lo tanto, es el resultado de procesos sociales. También se ha destacado el elemento
subjetivo del conflicto, pues si surge como producto de la frustración de una de las partes
ante la obstrucción o irritación causada por la otra, esto implica que el conflicto es una
experiencia subjetiva y que es tanto intrapersonal como social. Por lo tanto, el conflicto surge
cundo las partes 'perciben' que las actividades que intentan desarrollar para conseguir sus
objetivos se obstruyen entre sí. La psicología social propone algunas causas, tales como que
las partes persigan los mismos intereses, compitan por los recursos (lo que hace surgir no
sólo conflictos, sino también conductas beligerantes o agresivas), perciban injusticia en el
trato que reciben (entendiendo justicia como la distribución de recompensas en proporción
a las contribuciones de las personas) o tengan una percepción errónea (las partes perciben
que los defectos son del otro y que ellas poseen todas las virtudes).

desescalada  f  Movimiento contrario a la escalada de un conflicto, que implica la dismi-


nución de su intensidad, del involucramiento de las partes en el conflicto. Ocurre cuando
las partes se agotan o comienzan a darse cuenta de que el conflicto les trae más perjuicios
que beneficios; pueden comenzar a hacer concesiones al otro o a reducir la intensidad de sus
ataques, progresando lentamente hacia una posible solución negociada. Puede ser el resulta-
do de una decisión mutua por parte de los adversarios de reducir las tensiones del conflicto y
buscar un arreglo, o puede ocurrir porque una parte en el conflicto aplasta a la otra, cede ante
ésta, o evita la confrontación. No señala el final del conflicto, pero sí apunta a una nueva
fase del mismo, en la que los adversarios intentan llegar a un acuerdo utilizando tácticas no
conflictivas. Tampoco es irreversible y las partes pueden decidir que no favorece sus intereses,
volviendo a una nueva fase de intensificación y escalada del conflicto.
© FUOC • PID_00161330 128 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

discriminación  f  Acción que acompaña al prejuicio, que se entiende como un fenómeno


intergrupal, que implica mantener una actitud negativa hacia miembros de grupos sociales
específicos, que puede conllevar agresión, evitación u otras conductas negativas o discrimi-
natorias. Se le considera sesgado e injusto, ya que incurre en generalizaciones excesivas. Se
dirige siempre contra un grupo, y aunque la víctima pueda ser, en ocasiones, una persona
aislada, la razón última por la que se le discrimine o se la evalúe negativamente es que perte-
nece a un grupo determinado. Además, siempre se produce en un contexto social concreto,
lo que significa que su expresión varía en función de la situación.

entrampamiento  m  Proceso de toma de decisiones mediante el cual los individuos in-


tensifican su compromiso con una determinada manera de proceder previamente escogida,
y fallida, con el fin de justificar o "amortizar" la inversión ya realizada. Es una etapa del con-
flicto en que todas las partes se sienten profundamente comprometidas con él, y aunque los
avances o la victoria parezcan aún muy lejanos y hasta imposibles, el deseo de abandonar el
conflicto no se realiza en razón del tiempo y los recursos ya invertidos en el esfuerzo. Al no
divisarse en el horizonte un fin del conflicto y agotándose los recursos, no parece deseable
seguir involucrándose; pero, por otra parte, ya se ha invertido tanto tiempo y tantos recursos
en el conflicto que parece indeseable abandonarlo sin haber logrado el objetivo deseado. El
entrampamiento puede ocurrir tanto en los conflictos internacionales o políticos como en
los sociales o interpersonales.

escalada  f  Ocurre cuando los adversarios intensifican sus esfuerzos, uno tras otro, como
respuesta a la intensificación, real o percibida, del esfuerzo del lado contrario. Se convierte en
un peligroso pas de deux entre adversarios, que responden con fuego al fuego, y que pueden
interpretar la falta de respuesta del lado opuesto a la agresión como un indicio de falta de
voluntad o de debilidad.
sin.: espiral.

espiral  f  véase escalada.

identidad social  f  Corresponde a aquella parte del autoconcepto de un individuo que de-
riva del conocimiento de su pertenencia a un grupo (o grupos) social junto con el significado
valorativo y emocional asociado a dicha pertenencia. Permite sustentar las divisiones sociales
que construye entre "nosotros" y "ellos", es decir, entre el propio grupo y los exogrupos con
los que se compara. La identidad social debe así entenderse como una de las consecuencias
de la pertenencia a un grupo. Las identidades no se imponen, se construyen. Son producto
de procesos de construcción social. Esa tarea no tiene lugar en el vacío, sino dentro de con-
textos culturales, históricos, políticos y económicos específicos, por lo tanto, es el proceso de
socialización el que permite que las concepciones que las personas se forman de los grupos
a los que pertenecen, así como de los demás grupos presentes en la escena social, echen sus
raíces en la cultura y se transmitan ciertas imágenes y concepciones de determinados grupos
sociales. Las personas tienen la necesidad psicológica de construir un autoconcepto acepta-
blemente positivo, el cual se basa en la identidad personal y en la identidad social. Un im-
portante aspecto que contribuye a la autodefinición de un individuo es que su pertenencia a
grupos sociales repercute positiva o negativamente en la imagen que construye de sí mismo.
Para que el autoconcepto arroje un saldo positivo, es necesario que la identidad social sea
positiva. Es decir, que los grupos sociales a los que se pertenece y de los que se deriva una
identidad social puedan tener una valencia positiva.

mediación  f  Negociación en la que interviene un tercero, cuya función es lograr acuerdos


entre las partes, a los que no han podido llegar ellas solas. Se ha distinguido entre la media-
ción de proceso (el tercero puede intervenir sin tomar decisiones) y la mediación de conte-
nido (la decisión la toma el mediador). La mediación resulta aceptable para que las partes
puedan ceder sin ver comprometido su prestigio, ya que se ha comprobado que hacer con-
cesiones genera temor a parecer débil ante los demás, y en general, la presencia del mediador
relativiza tal percepción. Es más efectiva si la intensidad del conflicto es baja, pero puede ser
ineficaz y hasta contraproducente si la intensidad es alta, y también se percibe como inacep-
table cuando las partes avanzan hacia la solución sin necesidad de terceros.

negociación  f  Estrategia de resolución de conflictos en la cual las partes que representan


intereses discrepantes se comunican e interactúan influenciándose unas con otras, con el fin
de llegar a un acuerdo mutuamente aceptado. Se han descrito algunas formas de negociar,
tales como: la estrategia de resolución de problemas (se busca una solución aceptable para
las partes, porque hay un alto interés por los intereses propios y por los de la contraparte),
la estrategia de rivalidad (cada parte se impone sobre la contraparte empleando tácticas de
presión con el fin de persuadirla para que acepten las alternativas propuestas en favor de los
objetivos propios, pues hay un alto interés por los intereses propios pero un bajo interés por
los ajenos), la estrategia de flexibilidad (una de las partes reduce de manera importante sus
aspiraciones básicas, ya que hay un bajo interés por los intereses propios y un alto interés
por los ajenos) y la estrategia de inacción (la que la actividad negociadora es mínima, porque
hay un bajo interés tanto por los intereses propios como por los ajenos). Claro que para que
pueda darse un proceso de negociación, deben darse algunas condiciones entre las partes:
© FUOC • PID_00161330 129 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

debe existir una situación mixta, en la que cada una de las partes involucradas tiene respecto
de la otra potenciales intereses en común, tanto como conflicto de intereses; ambas partes
deben considerar que es posible alcanzar una mejor solución si se consigue un acuerdo, que
si no se lo consigue; deben generar un proceso de discusión, que incluye la consideración
de propuestas y contrapropuestas, en la búsqueda de un acuerdo común sobre la solución.
Ambas partes deben considerar que es posible alcanzar ese acuerdo a través del diálogo, y
creer que el esfuerzo puesto en el diálogo será retribuido por la mejor calidad de la solución
lograda a través del acuerdo.

prejuicio  m  Actitud negativa hacia miembros de grupos sociales específicos, a quienes se


rechaza simplemente por pertenecer a dicho grupo. Las actitudes negativas funcionan aquí
como esquemas (marcos cognitivos para organizar, interpretar y recordar la información). De
este modo, las personas con prejuicios hacia otras tienden a procesar la información referen-
te a ellas de modo distinto a como procesan la información en relación a otros grupos. Ade-
más de evaluaciones negativas, el prejuicio incluye sentimientos negativos por parte de las
personas prejuiciadas cuando están en presencia de personas del grupo que rechazan, o sólo
piensan en ellas. También puede incluir creencias y expectativas sobre los miembros de estos
grupos, basadas en los estereotipos que sugieren que todos los miembros de este grupo po-
seen características y actitudes determinadas. Se han propuesto diversas teorías para explicar
los orígenes del prejuicio y la discriminación. Entre ellas, está la teoría del conflicto realista,
que propone que el prejuicio deriva de la competencia directa entre diversos grupos sociales
por obtener recursos escasos y valiosos. La perspectiva del aprendizaje social explica que el
prejuicio se adquiere a través de la experiencia directa y vicaria, igual que otras actividades,
del niño con sus padres, profesores, pares, medios de comunicación de masas, entre otros.

resistencia  f  Se plantea como una alternativa frente al conflicto psicosocial y es una estra-
tegia proactiva para su enfrentamiento. Se sostiene en dos fundamentos: el reconocimien-
to del propio poder que hacen los colectivos que toman parte del proceso o las acciones,
y la no-violencia, pues la resistencia no pretende generar efectos en la misma dirección de
las situaciones que denuncia, evidencia y pretende transformar. Algunos de sus elementos
centrales son: tiene un carácter grupal o social, adquiere su legitimación en la defensa de
los derechos humanos, en un llamado al principio de justicia, integra la visualización del
conflicto y la gestación de acciones para modificarlo, tiene un carácter creativo y se resiste a
la homogeneización procedimental, por lo que cada caso de resistencia evidencia estrategias
novedosas, es colectiva, lo que contribuye a ampliar el concepto, ya que en la actualidad no
se orienta exclusivamente hacia el Estado y sus instituciones, sino a todas las instituciones
sociales que promuevan, instauren o propendan por relaciones de poder desiguales, tenden-
tes a la dominación y explotación.

violencia  f  El concepto de violencia con frecuencia es asociado al conflicto. Éste corres-


ponde a una categoría más general, que abarca la violencia, puesto que ésta es una situación
que puede darse o no en un conflicto, que sí es inherente a las relaciones humanas. La vio-
lencia esencialmente es una destrucción de los demás y de sí mismo. Mientras que el con-
flicto es inevitable en la vida social, la violencia es evitable porque es un medio que coexiste
con otros para manejar el conflicto. La violencia no es innata o inherente al ser humano ni
a una cultura o grupo, no es una condición natural; puede o no suceder, y sus expresiones
y su énfasis varía en las culturas y subculturas. Podemos explicarla pero no justificarla, en
tanto existen otros medios de relación entre los seres humanos. Se presenta cuando los seres
humanos son influenciados de tal manera que sus realizaciones somáticas y mentales actua-
les están por debajo de sus realizaciones potenciales, pues la violencia refuerza y aumenta
dicha distancia entre lo potencial y lo presente. La violencia vulnera las necesidades básicas
humanas, reduciendo el nivel real de satisfacción de las necesidades por debajo de lo que
sería potencialmente posible, hace daño a las personas, en el sentido de las palabras, hechos
y situaciones que perjudican la capacidad de los seres humanos de desarrollar totalmente su
potencial para sentir, crear y lograr una madurez feliz. Todo aquello que pueda perjudicar
de una manera u otra a uno mismo, a otras personas, al entorno social o a la naturaleza, es
una forma de violencia. La violencia se puede ejercer de manera física, inflingiendo heridas
o la misma muerte; también se inflinge limitando la libertad, atentando contra la dignidad,
impidiendo el desarrollo integral de las personas o la satisfacción de sus necesidades. De esta
manera, se ejerce psicológicamente, estructural y económicamente, a través de la acción po-
lítica y judicial o mediante cualquiera otra forma posible. Las amenazas de violencia serían
también una forma de violencia. La violencia estructural es un tipo de violencia indirecta que
surge de la misma estructura social y entre conjuntos de sociedades, y se integra haciéndose
menos visible que la violencia física o psicológica. La violencia aquí se construye en el seno
de la estructura y se manifiesta como un desequilibrio de poder y, consecuentemente, como
oportunidades vitales desiguales. Sus dos principales formas son la represión y la explotación.
Denominamos al tipo de violencia cometida por un actor violencia personal o directa, y a la
violencia donde no existe tal actor, estructural o indirecta. La violencia armada tiene como
objetivos disuadir, constreñir, herir, e incluso matar a las personas. La coerción o coacción,
también considerada un tipo de violencia, se refiere a una amenaza de uso de la fuerza, para
conseguir la sumisión y la obediencia. La violencia psicológica intenta reducir la capacidad
emocional de las personas, y a menudo tiene como fin causar sufrimiento mental o propagar
© FUOC • PID_00161330 130 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

el miedo y el odio. La violencia cultural se produce de manera permanente y se refiere a


los aspectos de la cultura que dan legitimidad al abuso por medio de los otros instrumentos
de violencia, es decir, elementos culturales que pueden usarse para justificar y legitimar una
violencia directa o una violencia estructural.
© FUOC • PID_00161330 131 Fundamentos para una comprensión psicosocial del conflicto

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Ámbitos
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del conflicto
de interés
contemporáneo
Svenka Aresnsburg Castelli
Cecilia Avendaño Brau
Jenny Cubells Serra
Soledad Larraín Heiremans
Elisabeth Lira
Margarita Morandé Dättwyler
© FUOC • PID_00161333 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

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Índice

Introducción............................................................................................... 7

Objetivos....................................................................................................... 9

1. La familia y la violencia.................................................................. 11
1.1. El conflicto y la violencia en la familia. Modelos explicativos ... 11
1.1.1. Modelo explicativo. De los modelos
psicopatológicos a los modelos multicausales ............... 12
1.2. Familia y violencia ...................................................................... 18
1.2.1. Familia. Una institución que se democratiza ................ 18
1.2.2. Aspectos de la institución familiar que facilitan la
generación de conflictos ................................................ 22
1.2.3. Características que se han descrito en familias que
presentan violencia ........................................................ 24
1.3. Violencia en la familia ................................................................ 24
1.3.1. Concepto de la violencia familiar ................................. 24
1.3.2. Violencia de género ....................................................... 25
1.3.3. Manifestaciones de la violencia familiar ....................... 26

2. El mobbing o acoso psicológico: violencia y sufrimiento


en el trabajo........................................................................................ 34
2.1. Sufrimiento en el trabajo y el descubrimiento de la violencia
invisible ....................................................................................... 34
2.1.1. El acoso psicológico en el trabajo en cifras ................... 36
2.1.2. Origen del concepto de acoso moral en el trabajo ........ 37
2.1.3. Definición de acoso moral............................................... 38
2.1.4. El acoso moral como conflicto: condiciones y causas
de su emergencia ........................................................... 42
2.1.5. ¿Qué condiciones son necesarias para que aparezca
el acoso moral? .............................................................. 43
2.2. Sus protagonistas ......................................................................... 44
2.3. Tipos de acoso moral en el trabajo ............................................. 45
2.4. Signos de presencia de acoso psicológico en el trabajo .............. 46
2.5. Fases del acoso psicológico ......................................................... 51
2.6. Efectos del acoso psicológico en el trabajo ................................. 54
2.6.1. Efectos sobre la víctima ................................................. 54
2.6.2. Efectos en las organizaciones ........................................ 55
2.6.3. Efectos en la sociedad .................................................... 56
2.7. La invisibilidad y complicidad que aporta el silencio ................ 57

3. Género, prejuicio y discriminación............................................... 58


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3.1. Investigación y políticas sobre los géneros ................................. 58


3.2. Enfoque de género ...................................................................... 61
3.2.1. El género, sexualidad y sus definiciones ....................... 63
3.2.2. Relaciones de género; masculino y femenino ............... 66
3.3. Psicología social y realidad de género ........................................ 69
3.3.1. El conflicto de género y poder ...................................... 70
3.3.2. La categorización del género ......................................... 74
3.3.3. Conflictos de género y su movilización ........................ 76
3.3.4. Movilización social y transformación identitaria .......... 78

4. Pobreza y conflicto psicosocial...................................................... 80


4.1. Definición de pobreza ................................................................. 80
4.2. La pobreza como una situación de vulnerabilidad múltiple ....... 82
4.2.1. Ocupación e ingreso ...................................................... 84
4.2.2. Educación ....................................................................... 87
4.2.3. Capital social ................................................................. 88
4.2.4. Vivienda y espacios urbanos ......................................... 91
4.2.5. Familia ............................................................................ 92
4.3. Relación entre conflicto psicosocial y pobreza ........................... 94
4.4. Características de la pobreza en la actualidad y su relación
con el conflicto ........................................................................... 98
4.5. Aproximaciones de intervención y su relación con el
conflicto ....................................................................................... 101
4.5.1. Aproximaciones actuales ............................................... 101
4.5.2. Relación con el conflicto ............................................... 104

5. Conflicto político en Chile: Mesa de Diálogo de Derechos


Humanos............................................................................................... 106
5.1. La iniciativa del diálogo ............................................................. 108
5.1.1. La formación de la Mesa ............................................... 108
5.1.2. Los y las dialogantes ...................................................... 109
5.1.3. Los temas del diálogo .................................................... 110
5.1.4. Las dificultades y los obstáculos .................................... 110
5.1.5. El acuerdo final de la Mesa de Diálogo ......................... 111
5.2. Diálogos políticos en la búsqueda de la paz social ..................... 112
5.3. El modelo: resolución interactiva de conflictos ......................... 113
5.4. Análisis del caso de la Mesa de Diálogo en Chile ....................... 114
5.5. Los efectos políticos del acuerdo ................................................ 116

6. Dimensión jurídica del conflicto psicosocial............................. 118


6.1. El legado de la modernidad en el ámbito jurídico ..................... 119
6.1.1. Desmitificando los mitos de la ideología
representacionista constructores de la retórica de la
verdad en el ámbito jurídico ......................................... 120
6.2. Una aproximación al conflicto en el ámbito jurídico desde la
perspectiva construccionista ....................................................... 122
6.2.1. Conflicto y discurso ...................................................... 123
© FUOC • PID_00161333 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

6.2.2. Versiones en conflicto ................................................... 125


6.2.3. Metanarraciones de los magistrados y magistradas ....... 131
6.2.4. El papel del psicólogo o psicóloga en el tratamiento
del conflicto en el ámbito jurídico ................................ 132

Resumen....................................................................................................... 135

Actividades.................................................................................................. 139

Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 141

Solucionario................................................................................................ 145

Glosario........................................................................................................ 148

Bibliografía................................................................................................. 151
© FUOC • PID_00161333 7 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Introducción

Como su nombre indica, este segundo módulo tiene como finalidad introdu-
ciros en algunos de los ámbitos psicosociales del conflicto de más interés en
nuestros días, así como en algunos de los enfoques psicosociales en uso.

Así, mediante casos concretos y actuales y aplicaciones teóricas vigentes se


pretende dar cuenta de parte de la pluralidad de enfoques existentes sobre
conflicto psicosocial, y de cómo éstos varían en presencia y desarrollo según
el ámbito de que se trate.

De ese modo, el módulo se organiza en seis apartados que representan ámbitos


como la familia, el trabajo, lo político, lo judicial, la pobreza y el género, donde
el conflicto social se manifiesta y estudia psicosocialmente en la actualidad,
cada uno desarrollado por un especialista en el tema. Como apreciaréis, se
hace desde un enfoque también particular de lo que es psicosocial y de los
conflictos.

El primer apartado, "La familia y la violencia intrafamiliar", asume la tarea


de un abordaje psicosocial de la violencia intrafamiliar y su relación con el
conflicto social.

El segundo apartado, "El mobbing o acoso moral", concentra su análisis en este


particular modelo de conflicto "invisible" o "silencioso" en el ámbito del tra-
bajo y contribuye a la visibilidad y debate de sus causas y efectos psicosociales.

En el tercer apartado, "Género, prejuicio y discriminación", se hace el doble


ejercicio de abordar esta problemática tanto desde las perspectivas de género
como desde el construccionismo social.

El cuarto apartado, "Pobreza y conflicto psicosocial", acomete el desafío de en-


tender la pobreza tanto como efecto de conflictos sociales como de un con-
flicto "mudo", además de abordar el carácter conflictivo de la intervención
psicosocial en este dominio.

El quinto apartado, "Conflicto político en Chile: la mesa de diálogo de dere-


chos humanos", propone un análisis psicosocial de la experiencia concreta
chilena entre los años 1999 y 2000, de intentar resolver el conflicto político
respecto al abordaje nacional sobre las violaciones de derechos humanos he-
chas bajo la responsabilidad de la dictadura militar del general Augusto Pino-
chet.
© FUOC • PID_00161333 8 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Finalmente, el sexto apartado, "Dimensión jurídica del conflicto psicosocial",


analiza este importante ámbito socialmente instaurado para la resolución de
cierto tipo de conflictos sociales teniendo en cuenta la psicología social cons-
truccionista.
© FUOC • PID_00161333 9 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Objetivos

El objetivo general de este módulo es introduciros en algunos de los ámbitos


psicosociales del conflicto de interés contemporáneo, así como en algunos
de los enfoques psicosociales que se utilizan actualmente para analizarlos y
enfrentarse a ellos.

Así, al acabar el módulo seréis capaces de hacer lo siguiente:

1. Comprender la violencia intrafamiliar como un conflicto psicosocial me-


diante diferentes modelos explicativos vigentes de uso internacional.

2. Reconocer el acoso moral en el trabajo como uno de los conflictos psico-


sociales emergentes más importantes en el contexto laboral actual, y tam-
bién sus efectos psicosociales en el ámbito individual, organizacional y
social.

3. Entender las implicaciones psicosociales de los conflictos de género desde


las perspectivas feministas y construccionistas.

4. Comprender la pobreza en sus dimensiones de efecto y causa de diferentes


conflictos psicosociales.

5. Identificar las complejidades psicosociales involucradas en la resolución


de conflictos políticos a partir del caso de la mesa de diálogo implementada
en Chile en los años 1999 y 2000.

6. Reconocer el carácter constructivo de los conflictos sociales mediante los


diferentes recursos discursivos con los que el sistema judicial construye el
conflicto y la legalidad de su solución.
© FUOC • PID_00161333 11 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

1. La familia y la violencia

La violencia en el espacio familiar es un hecho significativo en el mundo en- Fuente


tero. Entre el diez y el sesenta y nueve por ciento de las mujeres afirman haber
Según el Informe mundial sobre
sido agredidas físicamente por una pareja masculina en algún momento de la violencia y la salud. Organi-
sus vidas. Durante el año 2000 se produjeron aproximadamente 57.000 ho- zación Panamericana de la Sa-
lud. 2002
micidios de niños y aproximadamente el veinte por ciento de las mujeres y
entre el cinco y el diez por ciento de los hombres han sufrido abusos sexuales
durante la infancia. Por otra parte, entre un cuatro y un seis por ciento de los
ancianos sufren algún tipo de maltrato en el hogar.

El problema de la violencia en el espacio familiar comienza a ser preocupación


pública a finales de la década de los sesenta. En un principio, las denuncias y
estudios se centraron en el problema de los niños maltratados. Posteriormente,
en la década de los setenta se aborda el tema de la mujer golpeada por su pareja.
En los últimos años ha comenzado a ser objeto de preocupación el maltrato
a los ancianos en el espacio familiar.

En los últimos treinta años se han realizado importantes estudios. Además, se


han dictado leyes en casi todos los países del mundo, se han diseñado políticas
y se han implementado centros de atención a víctimas. Esto ha permitido ir
profundizando en el concepto de violencia familiar y en los factores de riesgo
asociados a su aparición. También ha sido esencial el desarrollo de los estudios
de género, que han aportado elementos relevantes para la definición y com-
prensión de la violencia en la pareja.

El módulo abordará la relación entre familia, conflicto y violencia, partiendo


por un análisis de los diferentes modelos explicativos que se han desarrolla-
do a fin de explicar la violencia en el ámbito familiar, para posteriormente
profundizar en los cambios de la familia y su impacto en las situaciones de
violencia y terminar describiendo las manifestaciones más frecuentes de vio-
lencia en el seno de la pareja.

1.1. El conflicto y la violencia en la familia. Modelos explicativos

El conflicto es propio de la vida social; es una forma de crecer y de desarrollarse.


En otras palabras, el conflicto en sí no es ni positivo ni negativo. Puede ser un
factor de crecimiento y una forma de enfrentarse a las diferencias para llegar a
la unidad o al consenso como puede ser una forma destructiva y aniquiladora
del otro.
© FUOC • PID_00161333 12 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

El conflicto no es equivalente a la violencia. El conflicto es propio de la vida en


relación; la violencia, no. La violencia es una forma de enfrentarse al conflicto
de manera destructiva que surge cuando el conflicto no se aborda por otros
medios, como pueden ser el diálogo, el autocontrol, la mediación, la negocia-
ción o la omisión.

La institución familiar presenta ciertas características que favorecen la existen-


cia de conductas violenta. Sin embargo, no todas las familias son violentas. La
violencia implica un abuso en el ejercicio del poder, generalmente como un
intento de mantener inamovible una estructura jerárquica, sustentada en el
poder de unos y la sumisión de los otros.

1.1.1. Modelo explicativo. De los modelos psicopatológicos a los


modelos multicausales

Ha sido difícil que la comunidad acepte los altos niveles de violencia que exis-
ten en la familia. Las representaciones sociales sobre la familia en nuestra cul-
tura apuntaron durante décadas a señalar a ésta como el lugar de remanso y
paz, "el reposo del guerrero", el lugar de afecto y protección, el espacio donde
toda la violencia del mundo externo era acallada y se tendía un manto de pro-
tección. Sólo en las últimas décadas y gracias a la fuerza del movimiento femi-
nista se logró derribar el muro de silencio que se levantaba en torno "a la casa"
y se plantearon medidas de protección y seguridad (Larrain, 1999; Rico, 1996).

Violencia en la familia

Cuando somos capaces de asumir que una niña tiene un mayor riesgo de padecer abusos
sexuales por parte de algún miembro de su familia o de un conocido dentro de las paredes
de su propio hogar que de un extraño en un lugar público, cuando sabemos que una
mujer tiene mayor riesgo de morir por un homicidio a manos de su pareja que a manos
de un extraño, cuando vemos los niveles de maltrato a ancianos, es indispensable que
tratemos de buscar los factores que están influyendo en que los conflictos se den con tal
nivel de intensidad justamente en el espacio que fue definido como espacio de amor y
protección (García Moreno, 2000).

Los intentos de explicación han sido muy variados. Algunos suponen que el
problema no existe o es minoritario. En el polo opuesto, otros lo vinculan
a patologías o contextos de pobreza. Sin embargo, las cifras son elocuentes:
estamos frente a un problema social, que abarca todos los sectores sociales
y que se ha mantenido en el tiempo, a pesar de las importantes campañas,
legislaciones y programas implementadas en distintos países del mundo para
su erradicación.

Los modelos explicativos han ido evolucionando desde modelos que preten-
dían aislar factores que estaban asociados con situaciones de violencia en la
familia, principalmente de violencia hacia la mujer, a modelos más comple-
jos que comenzaron a originarse a partir de los análisis multivariados de los
estudios de prevalencia. Por ejemplo, en la gran mayoría de los estudios apa-
rece como un factor de riesgo el nivel socioeconómico (Larrain, 1994; Ellberg,
1998; Guezmes, 2002). Pero es necesario conocer qué factores del nivel socioe-
conómico están relacionados con la violencia: ¿son los ingresos, el nivel edu-
© FUOC • PID_00161333 13 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

cativo, la legislación del país? Los diversos estudios realizados hasta la fecha
han permitido ir desarrollando "un marco ecológico integrado" para el estudio
y el conocimiento de la violencia contra la mujer (Heise, 1998). Los autores
que trabajan con este marco plantean que en la violencia interactúan factores
que están en cuatro ámbitos distintos: individual, familiar, comunitario y so-
ciocultural.

Los estudios realizados hasta la fecha pueden ser divididos en tres grupos, se-
gún la perspectiva que se adopte (Grossman, 1989).

a)�Modelo�psicopatológico

El primer modelo que surge como un intento explicativo es el modelo psico-


patológico, basado en el modelo médico. La base de este modelo es que en la
situación de violencia existe un factor psicopatológico de la víctima, del agre-
sor o de ambos. Estos modelos han sido criticados porque pretenden ocultar
la magnitud de la violencia y desconocer la responsabilidad social y cultural
en sus manifestaciones. Dentro de estas investigaciones están las que se han
centrado en establecer un vínculo entre alcoholismo y violencia, entre psico-
patía y violencia y entre rasgos masoquistas en las víctimas. Los autores que
critican esta relación causal (Lau, citado por Grossman, 1989) señalan que los
efectos del alcoholismo y su relación con la conducta violenta se vinculan más
bien con los roles sexuales y las conductas aprendidas durante el proceso de
socialización, en donde se asume que el hombre ebrio no tiene control sobre
su comportamiento violento. La mayoría de las investigaciones son conclu-
yentes en señalar que si bien algunas de las personas que ejercen violencia en
su familia presentan alteraciones emocionales, o algún tipo de patología, ésta
no es mayor que la que presenta la población en su conjunto.

Los avances en el conocimiento de la violencia familiar, los estudios de inves-


tigación y el aumento de las denuncias, entre otros factores, permitieron pro-
fundizar en los modelos explicativos, concluyendo que el modelo psicopato-
lógico tenía serias limitaciones, especialmente al intentar reducir un complejo
problema social a un modelo lineal causa-efecto.

b)�Modelos�interaccionales

Después del modelo psicopatológico, los estudios adoptan enfoques más am-
plios y se orientan a la comprensión de la interacción familiar, por un lado, y al
intento de evaluar los factores sociales presentes en los orígenes de la violencia
familiar, por el otro, desarrollándose los modelos interaccionales y sociales.
© FUOC • PID_00161333 14 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

El enfoque interaccional plantea que entre los miembros de la familia existe Ved también
en ocasiones una interacción distorsionada que no deja otra salida que la vio-
Consultad el apartado "Familia
lencia. Desde este enfoque se han planteado las características de la estructu- y violencia" de este módulo di-
ra familiar que la convierten en una institución de "alto riesgo" para el surgi- dáctico.

miento de la violencia.

En el ámbito interaccional existen diversas investigaciones (Larrain, 1994; Ells-


berg, 1998; Guazmes, 2002) que establecen una estrecha relación entre la vio-
lencia que los protagonistas de la relación vivieron en la infancia y la violencia
que posteriormente desarrollan en la relación de pareja. Si una persona apren-
de a lo largo de su desarrollo que la violencia es una conducta adecuada para
enfrentar situaciones de conflicto o frustración, la agresión será un modo de
responder a situaciones estresantes cuando sea adulta.

El modelo agresivo empleado como estrategia de dominación y sumisión no


sólo se aprende en el espacio familiar: también se aprende en los medios de
comunicación, en el entorno social inmediato y en los comportamientos en
las instituciones con las que se tiene contacto.

c)�Modelo�sociocultural

El modelo sociocultural subraya las características de la estructura de la socie-


dad global y los valores culturales que ocultan y mantienen las situaciones de
violencia como un modo de comportamiento "normal o natural".

Existe abundante literatura respecto al tema de la violencia hacia la mujer en la


relación conyugal, que establece los vínculos entre la violencia, las estructuras
patriarcales y la falta de equidad entre los géneros. "Las normas y valores aso-
ciados a los géneros que sitúan a la mujer en una posición de subordinación
con respecto al hombre, mantienen y refuerzan la violencia hacia ella" (García
Moreno, 2000, p. 19). Esto se da con diferencias en todas las clases sociales y
niveles educativos. Los estudios realizados en América Latina han demostrado
que cuanto mayor es la concentración de poder del hombre y la adscripción
a una "cultura tradicional" de la mujer, mayores son los niveles de violencia.

Según una revisión del Consejo Nacional de Investigaciones de Estados Uni-


dos, varios estudios confirman el hecho de que "los hombres criados en es-
tructuras patriarcales en las que se estimulan los papeles tradicionales de los
géneros tienen mayores probabilidades de convertirse en adultos violentos, de
violar a mujeres que conocen y de golpear a sus compañeras íntimas, en com-
paración con los hombres criados en hogares igualitarios" (citado por García
Moreno, 2000, p. 20). Esto no significa una relación causal entre los contextos
familiares y sus pautas interaccionales y la conducta violenta en la pareja. Los
procesos y agentes socializadores no se limitan al entorno familiar, cobran-
do gran importancia el sistema educacional, los medios de comunicación, los
© FUOC • PID_00161333 15 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

grupos de pares y figuras adultas significativas, por mencionar los factores so-
bre los que hay más estudios. La familia es uno de los agentes socializadores y
su impacto sobre la violencia va a ser diferente en los distintos individuos.

Los distintos modelos (individuales o psicopatológicos, interaccionales y so-


ciales) han subrayado diferentes aspectos del contexto, que afectan a la pre-
sencia de la violencia en la familia. En los últimos años se han desarrollado
modelos multicausales que permiten dar cuenta de la complejidad del proble-
ma de la violencia, específicamente en el espacio familiar. Entre ellos destaca
el modelo ecológico.

d)�Modelos�multicausales

Los modelos multicausales plantean que no existe un "perfil típico" de vícti-


mas ni de agentes de la violencia; al igual que no existe un factor de riesgo
determinante, sino más bien una combinación de éstos, lo que hace necesario
que toda propuesta de políticas para abordar la problemática de la violencia
en la familia considere la persona en su contexto social inmediato y en su
contexto cultural.

En el ámbito individual, existe una amplia evidencia empírica que tiende a


demostrar que quienes sufren abuso o son testigos de abuso en la niñez tienen
más posibilidades de convertirse en adultos violentos, debido a que la violen-
cia, en gran parte, se aprende.

En el ámbito del hogar, las investigaciones revelan evidencias de que los in- Violencia contra la mujer
gresos familiares son un factor de riesgo: la violencia aumenta a medida que
Un estudio transcultural reali-
éstos disminuyen. Otros factores de riesgo son: una organización familiar je- zado en noventa sociedades
rárquica fija e inamovible, basada en la creencia de desigualdades naturales, en 1989 por Levinson (1988)
muestra que en las sociedades
el aislamiento social unido a la falta de redes sociales de apoyo, el número de con altos índices de violencia
contra la mujer existen altos
hijos, aumentado la violencia cuando son más de cuatro hijos con poca dife- patrones de autoritarismo y se
rencia de edad, el grado de dependencia de la pareja, tanto económica como dan condiciones como: hom-
bre dominante, no hay equi-
social (Servicio Nacional de la Mujer, 2000; Larrain, 1994; Ellsberg, 1998). dad de sexos, existe un patrón
de uso de violencia física para
resolver conflictos y la mujer
no tiene posibilidades de di-
En el ámbito de la comunidad, diversas investigaciones realizadas en el mundo vorciarse.
muestran cómo la pobreza es un factor de riesgo para la violencia familiar y
para la violencia social (Morrison, 1999).

De este modo, los factores de riesgo o de protección pueden encontrarse en


el ámbito del individuo, de la relación de pareja o estructura familiar o a ni-
vel de la comunidad. Por otra parte, las probabilidades de que se den los com-
portamientos violentos va a depender de la interacción entre los tres niveles
descritos.

Dentro de los modelos multicausales destaca el modelo ecológico, basado en el


modelo desarrollado por Bronferbrenner (1987), quien postula que la realidad
familiar, la realidad social y la cultura pueden entenderse organizadas como
© FUOC • PID_00161333 16 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

un todo articulado, como un sistema compuesto por diferentes subsistemas


que se articulan entre sí de manera dinámica. Corsi (1994) aplicó el modelo
ecológico a la violencia familiar, señalando que la comprensión del compor-
tamiento violento en el espacio familiar requiere considerar los distintos con-
textos en los que se desarrollan las personas que viven la situación de violen-
cia, estableciendo un esquema que considera el macrosistema, el exosistema
y el microsistema.

Esquema

Macrosistema, exosistema y microsistema

Fuente: J. Corsi (1994)


© FUOC • PID_00161333 17 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

El macrosistema considera las creencias culturales asociadas al problema de la Sistema de creencias


violencia familiar, que han sido desarrolladas en el subapartado "Modelo so- patriarcales

ciocultural" y hacen referencia principalmente al sistema de creencias patriar- Este sistema de creencias va
cales que sostiene un modelo de familia vertical, unido a concepciones acerca estableciendo roles familiares
determinados, derechos y res-
de la obediencia y el poder en la estructura familiar, que legitiman e invisibi- ponsabilidades de los miem-
bros de la familia. El estereoti-
lizan la violencia conyugal. po masculino asocia al hombre
con la fuerza y el control, y a la
mujer con la pasividad y la su-
Según el modelo ecológico, las definiciones culturales acerca de lo que significa misión.
ser mujer u hombre, el concepto de familia, constituye el marco general en el
cual se dan las situaciones de violencia familiar. Es indispensable considerar
este nivel tanto en el análisis de la violencia, como en las políticas que se
implementen para su erradicación.

El exosistema se refiere a los valores culturales que se encuentran en los espa-


cios que constituyen el entorno social más visible en el que se desarrollan las
personas: las instituciones educativas, recreativas, laborales, judiciales, religio-
sas, etc. El funcionamiento de estas instituciones juega un papel significativo
en el mantenimiento o la erradicación del problema de la violencia familiar.
En la medida en que hay un discurso autoritario, que fomenta y legitima las
estructuras verticales y el uso de métodos violentos para la resolución de con-
flictos, se están legitimando las conductas violentas a nivel individual.

Dentro de los componentes relevantes del exosistema, es necesario considerar


los medios de comunicación de masas, principalmente la televisión, así como
el contexto económico y laboral de las familias, mencionado en el modelo
multicausal.

El microsistema se refiere a los elementos estructurales de la familia y


los patrones de interacción familiar, así como a las historias personales
de quienes constituyen la familia y la pareja.

Los estudios realizados con familias que presentan violencia muestran priori- Ved también
tariamente familias con estructuras rígidas y verticales, en donde la distribu-
Sobre la asignación de los ro-
ción del poder obedece principalmente a estereotipos culturales en la asigna- les, podéis ver el apartado "Fa-
ción de roles. milia y violencia".

En resumen, plantear el problema de la violencia psicológica desde el


modelo ecológico y de una perspectiva multicausal implica considerar la
violencia familiar como un problema complejo en donde se dan factores
individuales, familiares, sociales y culturales en sus orígenes, que deben
ser considerados en los intentos de erradicación.
© FUOC • PID_00161333 18 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

La adopción de un modelo multicausal significa que las acciones de los gobier-


nos no deben limitarse a dar servicios a las víctimas de la violencia, sino que
han de desarrollar estrategias de prevención en todos los niveles que mantie-
nen la situación de violencia. Esto significa acciones a nivel jurídico, econó-
mico, educacional y de participación política.

1.2. Familia y violencia

Para comprender la violencia que se da entre los miembros de una familia, es


necesario reflexionar sobre el concepto de familia que existe en la actualidad y
cómo esos cambios tienen un impacto en las relaciones entre los miembros de
la familia, para posteriormente analizar la función de protección y los ciclos
por los que atraviesa una familia, analizando los conflictos que aparecen en
sus distintas etapas.

1.2.1. Familia. Una institución que se democratiza

No es el objetivo de este texto analizar los profundos cambios a los que se ha


enfrentado la institución familiar en las últimas décadas en todo el mundo. Sin
embargo, dado que nuestro tema es la violencia entre los miembros que tienen
vínculos familiares, se hace indispensable acordar qué vamos a entender por
el concepto de familia.

El concepto clásico de familia parte de un sustrato biológico ligado a la


sexualidad y la procreación, de tal modo que la familia era concebida
como el espacio donde la sexualidad era legítima y ligada a la procrea-
ción. Eso incluía la convivencia bajo un mismo techo y la socialización
o educación de los hijos.

A lo largo de la historia de la humanidad las sociedades han ido formando or-


ganizaciones familiares y de parentesco muy diversas, en donde se establecen
distintas formas de organizar la convivencia, la sexualidad y la procreación. Es
así como se habla de matrilinealidad y patrilinealidad, exogamia y endogamia,
monogamias y poligamias, etc.

Sin embargo, en Occidente hasta no hace mucho tiempo, aparentemente vi-


víamos en un mundo supuestamente homogéneo, en el que existía un modelo
"ideal" o idealizado de familia: la familia nuclear, caracterizada por la convi-
vencia de un matrimonio monogámico con hijos, que constituían su propio
hogar en el momento del matrimonio y donde el ejercicio de la sexualidad,
la procreación y la convivencia de daban en el espacio "doméstico" o privado.
En la cultura occidental, este modelo de familia se identificó con "la familia"
y se la consideró anclada en la "naturaleza humana", como algo natural y, por
lo tanto, no modificable, bajo una influencia evidente de la moral cristiana.
© FUOC • PID_00161333 19 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

La existencia de esta naturalización de la familia nuclear y la sanción explícita


o indirecta a otras formas de organización tuvieron un importante impacto en
las políticas públicas y en la vida de millones de familias que no respondían
a este modelo. El predominio de una sola imagen de familia significó que se
ocultaron o desconocieron otras formas de familia, otras convivencias, otras
sexualidades y otras formas de vivir la sexualidad y de procrear.

Ejemplo de sanción a otras formas de organización familiar

Durante siglos los niños nacidos fuera del matrimonio no tenían los mismos derechos
que los que nacían dentro del vínculo matrimonial, y aún en la mayoría de los países
del mundo, las convivencias no tienen el mismo efecto legal que los matrimonios, no
existe la posibilidad de vínculos legales entre parejas de un mismo sexo y las normas de
adopción son restrictivas con relaciones familiares que se apartan de la "familia nuclear".

Pero la existencia de esta familia "naturalizada" impidió durante muchas déca-


das practicar una mirada crítica sobre la familia nuclear y su forma de organi-
zación. Mayoritariamente la familia nuclear se implementó como una familia
patriarcal, donde el "cabeza de familia", el hombre, concentraba la autoridad
y el poder, y tanto los hijos como la esposa estaban en una situación de sumi-
sión y subordinados al "cabeza de familia". Sin embargo, diversos hechos han
permitido el desarrollo de un cuestionamiento sobre el concepto de familia
nuclear como única alternativa de constitución familiar. Entre estos factores
cabe mencionar:

• la relevancia que hoy tiene en el mundo la cultura de los derechos huma-


nos,

• la ampliación del concepto de democracia, la emergencia de los estudios


de género, y

• el análisis crítico sobre la distinción contundente entre mundo público y


privado.

Vivimos en un mundo donde las tres dimensiones que han constituido la de-
finición tradicional de familia (la sexualidad, la procreación y la convivencia)
han sufrido enormes cambios y se han desarrollado por caminos divergentes.
Hoy la sexualidad se ejerce como un derecho a la libertad sobre el propio cuer-
po y no se subordina a la estructura matrimonial. La procreación se da inde-
pendiente del vínculo matrimonial. En todos los países existe un número im-
portante de niños que nacen de diferentes formas de relación. Sobre este tema,
las nuevas tecnologías reproductivas abren infinitas posibilidades que aún no
se han logrado vislumbrar. La sexualidad, la procreación y el cuidado de los
hijos no siempre se dan "bajo el mismo techo" en una relación legal. Surge
entonces la pregunta de qué se entiende por familia.
© FUOC • PID_00161333 20 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Lo que existe hoy es una multiplicidad de formas de familia y de convivencia Ejemplo de multiplicidad
que se van modificando a través del ciclo de vida. En la historia de una persona de formas de familia

pueden existir diferentes familias, con ciclos superpuestos. Es frecuente ver en la actuali-
dad un hombre que es abuelo
producto de un hijo o hija de
La definición de familia es relevante desde el punto de vista legal. Existen le- su primera relación y que tiene
nuevos hijos de su segunda o
gislaciones sobre violencia familiar que sólo consideran que existe una rela- tercera unión que pueden ser
ción familiar cuando hay un contrato legal, o bien cuando se da la relación incluso menores que sus pro-
pios nietos.
de convivencia. Para los efectos del presente texto, consideraremos las diver-
sas estructuras familiares con independencia de su vínculo legal o situación
de convivencia y que se diferencian de otras instituciones por la existencia de
una relación de parentesco o de convivencia. Una pareja que convive y que
tiene una relación de intimidad, sin estar unida por un vínculo legal, se con-
sidera una familia, al igual que una pareja que no convive pero que tiene hijos
en común o que ha tenido un lazo legal. Como se puede observar, el tema es
complejo y establecer los límites exactos de lo que es familia no es un asunto
fácil, pero debe definirse tanto desde el punto de vista legal como desde una
perspectiva psicosocial.

Funciones de la familia

Como hemos visto, las funciones de la familia tradicional se han ido modificando. La
reproducción ha dejado de ser una función social de la familia, la tarea de la socializa-
ción se comparte cada vez más con otras instituciones y la sexualidad se ejerce indepen-
diente del vínculo legal que se tiene con la pareja. Por otro lado, el rol de la familia en
la transmisión de valores va perdiendo importancia. Sin embargo, la convención de los
Derechos del Niño reconoce su derecho a vivir en familia y el rol de los padres a velar
por el ejercicio de sus derechos. La pregunta que surge es ¿cómo compatibilizamos la
libertad personal de constituir el vínculo que se desee y que sea más apropiado para cada
individuo, y los derechos de los niños y niñas?

En la familia existen los vínculos que se realizan "por amor" o en el ejercicio


de la libertad personal. Sin embargo, los demás vínculos que se generan en
la familia son "adscritos", padre y madres, hermanos, abuelos y nietos están
definidos independiente de la voluntad de cada uno. Se puede elegir cuándo
tener un hijo o hija, pero no se puede renunciar a ese vínculo (salvo en situa-
ciones de adopción, que es una situación particular) y los vínculos familiares
implican una responsabilidad social de protección y cuidado.

Por lo tanto, existe una tensión entre los vínculos presentes en la elección de
pareja (sentimientos de amor, pasión u otros) y la responsabilidad social de
los vínculos de parentesco, que se extienden a lo largo de toda la vida. Por lo
tanto, independiente de la estructura y organización familiar, existen ciertas
funciones o responsabilidades familiares establecidas en los acuerdos interna-
cionales y que tienen por finalidad resguardar los derechos de los miembros
del grupo familiar que requieren protección, ya sea por su edad, condición o
situación personal. Las instituciones sociales controlan y sancionan cuándo
afectan a los derechos de los miembros de la familia. Una de las funciones de
la familia que genera conflictos entre generaciones y los géneros es la función
de protección.
© FUOC • PID_00161333 21 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

a)�Diferenciación/coerción

En la estructura familiar, ya sea nuclear o con otra modalidad de organización,


se puede dar un conflicto entre el proceso de crecimiento y diferenciación de
cada uno de sus miembros y la percepción de cohesión e identidad del grupo
familiar.

En la relación familiar se dan distintos grados de autonomía. Estos grados de Funciones de los
autonomía van desde poder desarrollarse libremente, pasando por poder de- miembros de la familia

sarrollarse sólo con permiso del otro, hasta no poder desarrollarse, salvo bajo Las funciones que cumplen los
el signo de la imposición ajena. distintos miembros de la fami-
lia pueden facilitar la autono-
mía personal o coercionarla.
En este último caso, hay rigi-
Existen familias en las que la posibilidad de autonomía es considerada como dez y la persona sólo puede
una traición y amenaza a la coexistencia familiar, y donde el requisito para hacer lo que el sistema le im-
pone.
una coexistencia "sin violencia" es la negación del espacio personal y de la
propia identidad. En este tipo de estructura familiar, los intentos de autonomía
movilizan los mecanismos de control orientados a impedir que uno de sus
miembros se diferencie.

Las pautas interaccionales violentas son aquellas cercenadoras de la autono-


mía de sus miembros. La norma es la injerencia en el otro y la imposibilidad
de la autonomía.

b)�Función�socializadora�de�la�familia Funciones de la familia

Una de las funciones más sig-


Una de las funciones más significativas de la familia es la socialización de sus nificativas de la familia es la so-
miembros. La transmisión de roles en la familia se realiza a través de una com- cialización de sus miembros.

pleja red de mensajes no verbales, actitudes, valoraciones implícitas y diálo-


gos. Los mensajes refuerzan una determinada concepción sobre el hombre, la
mujer, la relación de pareja, los roles sociales que cada sexo debe asumir, etc.
Esta función está estrechamente relacionada con las conductas de violencia
en la familia. La violencia se aprende tempranamente en el espacio familiar y
los menores van incorporando como normales conductas de violencia física o
psicológica que ejercen los miembros de la familia que están en una situación
de poder en relación con los otros. La gran mayoría de los programas de pre-
vención de violencia conceden gran importancia a esta etapa.

c)�Ciclo�vital�de�la�familia

La familia recorre un proceso de desarrollo que se transforma a lo largo del


tiempo atravesando distintas etapas. Cada etapa plantea desafíos diversos a la
pareja y la familia, generando fuentes posibles de conflicto y violencia.
© FUOC • PID_00161333 22 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

La organización familiar es un proceso permanente de estabilidad y


cambio.

En la actualidad existe un cuestionamiento importante a una descripción del


ciclo familiar lineal, que parte del supuesto de que la familia está unida "has-
ta que la muerte los separe". Hemos señalado cómo esta imagen de familia
nuclear con vínculos que permanecen en el tiempo obedeció más bien a una
construcción ideológica que a un análisis de la realidad. Hoy se asume que el
ciclo no es lineal, que una persona puede volver a construir una relación y,
por lo tanto, comenzar otro ciclo familiar, participando así de ciclos paralelos.

A lo largo de la vida en conjunto, la pareja debe tener la capacidad de ser fle-


xible, de ir modificando la relación con los hijos y su propia relación, de ser
capaces de enfrentarse a las crisis y muchas veces a las rupturas y el comien-
zo de nuevas relaciones. En cada una de estas etapas pueden existir compor-
tamientos violentos, si bien según los estudios de prevalencia, éstos son más
frecuentes en los tres primeros años de vida en pareja, momento en que se
están estableciendo las pautas de interacción entre la pareja, los mecanismos
de resolución de conflictos y las estrategias de negociación.

1.2.2. Aspectos de la institución familiar que facilitan la


generación de conflictos

El modelo de familia ideal al que hemos hecho referencia, al pretender desde


una postura ideológica "naturalizar" la estructura familiar, descalificaba cual-
quier posibilidad de crítica o cuestionamiento a ésta. Por eso las posiciones
feministas fueron percibidas por sectores de la sociedad como "destructoras de
la familia". Sin embargo, cuando se ha comprobado la dimensión de la violen-
cia que existe en su interior, se ha podido reflexionar sobre las características
de la vida en familia, que hacen de ella un sistema de "alto riesgo" para la pre-
sencia del conflicto y la violencia. A continuación enumeraremos las que nos
parecen más significativas.

a)�Duración�del�matrimonio

En la actualidad, en prácticamente todos los países del mundo existe una ley
de divorcio, lo que redefine el concepto de una relación para toda la vida.
Sin embargo, aún en muchos países y culturas el matrimonio continúa siendo
concebido para toda la vida y su ruptura es considerada por la sociedad como
"un fracaso". La dificultad de visualizar la separación o el divorcio como una
alternativa a una situación de conflicto facilita la emergencia de una conducta
violenta.

b)�Tiempo�y�características�de�la�interacción
© FUOC • PID_00161333 23 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

La familia es uno de los espacios de interacción más importante de nuestras


vidas, tanto por el tiempo que se convive como por la gran cantidad de inte-
racciones que se dan. En la familia se satisfacen las necesidades afectivas, nu-
tritivas, recreacionales, de descanso y de salud, lo que aumenta las posibilida-
des de situaciones de conflicto.

c)�Convivencia�entre�diferentes�géneros�y�diferentes�generaciones

Frecuentemente en los espacios sociales o instituciones suele haber una inte-


racción con las mismas generaciones. En el colegio y en la universidad la con-
vivencia es mayoritariamente con generaciones semejantes. En los lugares de
trabajo hay diferencias generacionales, pero la convivencia se realiza en tor-
no a una actividad. En la familia, en cambio, conviven e interactúan perma-
nentemente diferentes generaciones, con motivaciones y prácticas distintas,
y diferentes géneros. Esta situación, unida a la amplia gama de interacciones,
hace que las posibilidades de conflictos sean muchas y muy diversas: desde la
música que se escucha, el programa de televisión que se ve, la comida que se
prepara o los lugares elegidos para las vacaciones.

d)�La�intimidad

La intimidad es un valor relevante de la convivencia familiar y especialmente


de la relación de pareja. Sin embargo cuanta mayor intimidad haya en situa-
ciones de violencia, más información se posee para dañar o agredir al otro. Ésa
es una de las características específicas y singulares del conflicto y la violencia
intrafamiliar que los diferencia de otro tipo de violencias.

En la violencia familiar existe una relación entre el agresor y la víctima que es


anterior a la agresión y que frecuentemente se mantiene después del episodio
de violencia. Esa relación está marcada por sentimientos contradictorios, de
amor y temor, de rechazo y dependencia. Por eso frecuentemente se descalifica
a las víctimas, especialmente si son adultas, por permanecer en una relación de
violencia, sin asumir que con cierta frecuencia la víctima tiene o ha tenido una
relación de afecto con quien la golpea y su demanda es el fin de la violencia
y no necesariamente de la relación.

e)�Adjudicación�de�actividades�de�acuerdo�con�el�género

La familia es una organización donde se ha producido una adjudicación de


actividades según el género de la persona, no según sus intereses o sus necesi-
dades. En otras palabras, por la pertenencia a un sexo determinado se ha asu-
mido que esa persona tendrá que realizar determinadas funciones en la orga-
nización familiar.

El rol de la mujer

Se señalaba que la mujer debía cuidar de los hijos y de las actividades domésticas y el
hombre fundamentalmente ser un proveedor. Esto ha ido cambiando lentamente en la
© FUOC • PID_00161333 24 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

medida en que la mujer se ha ido incorporando al mercado laboral. Sin embargo, la


adscripción a determinados roles sigue presente.

En la medida en que los roles no se ejercen libremente y son adscritos social-


mente, se generan frustraciones, presiones y conflictos.

1.2.3. Características que se han descrito en familias que


presentan violencia

Se han descrito ciertas características que se observan con mayor frecuencia


en las familias que tienen relaciones de violencia. Entre ellas cabe mencionar
las siguientes (Ravazzola 1997):

a) Una organización jerárquica fija e inamovible, basada en el convencimiento


sobre la existencia de ciertas desigualdades naturales.

b) Un sistema de autoridad en el que la distribución del poder se organiza de


acuerdo a las jerarquías, conformando relaciones de dominación/subordina-
ción.

c) Una modalidad relacional cercenadora de la autonomía. Los miembros de


la familia interactúan rígidamente en función de la relación con los otros, sin
posibilidades de destacar su propia identidad.

d) Una comunicación de los significados que hace invisible el abuso, legiti-


mándolo en el seno de la familia.

Hemos revisado en este módulo algunas de las características de la institución


familiar y los cambios más relevantes en su estructura y organización en los
últimos años. Posteriormente, se han descrito algunas de las características de
la familia que hacen de ella una institución donde existe una gran cantidad
de conflictos potenciales. Por último, se han descrito las características más
frecuentes que presentan las familias donde existen conductas violentas, que
hemos diferenciado de los conflictos.

1.3. Violencia en la familia

1.3.1. Concepto de la violencia familiar

En las distintas sociedades no existe acuerdo respecto a lo que se considera


"violencia". Las divergencias son aún mayores cuando intentamos definir la
violencia familiar, también llamada violencia doméstica o intrafamiliar.
© FUOC • PID_00161333 25 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Los grados de tolerancia y aceptación de la violencia varían de un indi-


viduo a otro, de un país a otro, de un contexto cultural y social a otro.
Eso hace muy difícil establecer un concepto común de violencia fami-
liar que tenga carácter universal.

Las opiniones y criterios difieren en relación a factores como los siguientes:

• ¿Qué conductas o manifestaciones se consideran violencia?

• ¿Qué intensidad y frecuencia deben de tener dichas conductas para ha-


blarse de una relación de violencia?

• ¿Qué valor se le da a la intencionalidad en los actos de violencia en el


espacio familiar?

Así, algunas definiciones incluyen sólo las formas de violencia física, mientras
que otras incorporan la agresión psicológica y el descuido grave como una
forma de violencia. Otras consideran que hay violencia cuando existe un sólo
episodio y otras plantean que la violencia debe darse de manera reiterada.
Existen también definiciones que enfatizan distintos aspectos de la violencia
familiar. Algunas destacan el efecto de la violencia y otras enfatizan los valores
culturales involucrados en la conducta violenta.

La violencia familiar también se puede definir a partir de la relación entre


la víctima y el agresor. Hablamos de maltrato infantil cuando la víctima son
los niños, de violencia conyugal cuando la violencia es entre la pareja y de
maltrato al anciano cuando la víctima es un mayor de 65 años.

La violencia familiar se puede definir como:

"Todas las formas de abuso que tienen lugar en las relaciones entre quienes sostienen o
han sostenido un vínculo afectivo relativamente estable. Relación de abusos es aquella
forma de interacción que, enmarcada en un contexto de desequilibrio de poder, inclu-
ye conductas que por acción u omisión, ocasionan daño físico y/o psicológico al otro
miembro de la relación."

J. Corsi (1995). Violencia masculina en la pareja. Una aproximación al diagnóstico y a los


modelos de intervención. Buenos Aires: Paidós.

1.3.2. Violencia de género

En la actualidad, es frecuente la utilización del concepto de violencia de género


como una alternativa a la utilización del concepto de violencia familiar. Sin
embargo, los términos no son sinónimos. El concepto de violencia de género
se ha desarrollado en la medida en que se ha avanzado en los estudios de
género y la problemática de la violencia hacia la mujer se ha incorporado como
tema en la agenda de los organismos internacionales.
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La Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Elimi-


nación de la Violencia en contra de la Mujer, adoptada el 20 de diciembre de
1993, reconoce la urgente necesidad de hacer extensivos a las mujeres los de-
rechos y principios relativos a la igualdad, seguridad, libertad y dignidad de
los seres humanos.

En el artículo 1.º se define violencia contra la mujer:

"como todo acto de violencia basado en la diferencia de género que tenga o pueda tener
como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive
la amenaza de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se
producen en la vida pública como privada".

En el artículo 2.º se enumeran los actos que pueden considerarse como tales.

a) La violencia física, sexual y psicológica que se produzca en la familia, incluidos los


malos tratos, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la dote,
la violación por el esposo, la mutilación genital femenina y otras prácticas tradicionales
nocivas para la mujer, los actos de violencia perpetrados por otros miembros del hogar
que no sean el marido y la violencia relacionada con la explotación.

b) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada dentro de la comunidad en general,


inclusive la violación, el abuso sexual en el trabajo, en instituciones educacionales y en
otros lugares, la trata de mujeres y la prostitución forzada.

c) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado, donde-


quiera que ocurra.

Las definiciones mencionadas reconocen tanto el daño físico, psicológico y


sexual como la amenaza de actos que puedan producir daño y la privación de
libertad, se produzcan en el espacio privado o en el público.

Al aludir a la violencia hacia la mujer con el término violencia de género, se


asume que las relaciones asimétricas de poder que existen en nuestra sociedad
entre hombres y mujeres son un factor relevante en la dimensión y gravedad
de la violencia hacia la mujer en el mundo. La diferencia de este tipo de vio-
lencia respecto a otras formas de agresión y coerción es que el factor de riesgo o
de vulnerabilidad es el hecho de ser mujer. Por lo tanto, la violencia de género
se puede dar en la familia, en las instituciones y por parte del Estado.

1.3.3. Manifestaciones de la violencia familiar

Existen diversas manifestaciones de la violencia familiar, según sea la relación


entre el agresor y la víctima y de acuerdo con el tipo de agresión. A continua-
ción se describen las que se dan con mayor frecuencia.

Maltrato�infantil

La Unicef define como víctimas de maltrato a aquellos niños, niñas y adoles-


centes que sufren ocasional o habitualmente actos de violencia física, sexual
o emocional, sea en el grupo familiar o en las instituciones sociales.
© FUOC • PID_00161333 27 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Dentro del grupo familiar se distinguen los siguientes tipos de maltrato (Arrua-
barrena y de Paúl, 1997):

Tipos�de�maltrato Activo Pasivo

Físico Abuso físico Abandono físico y negligencia

Emocional Maltrato emocional Abandono emocional

Sexual Abuso sexual  

• Maltrato�físico: toda agresión que puede, o no, tener como resultado una
lesión física, producto de un castigo único o repetido y de magnitud y
características variables.

• Maltrato�emocional: hostigamiento verbal habitual de un niño a través


de insultos, críticas, descréditos y ridiculización, así como la indiferencia
o rechazo explícito o implícito.

• Negligencia: falta de protección y cuidados físicos mínimos de quienes


tienen el deber de hacerlo, así como el abandono de sus necesidades evo-
lutivas por falta de estimulación cognitiva que no se debe a carencia ex-
trema de recursos socioeconómicos.

• Abandono: grado extremo de negligencia, con impacto físico.

• Abuso�sexual: cualquier clase de práctica sexual con un niño, una niña


o un adolescente, por parte de un familiar o cuidador adulto desde una
posición de autoridad o poder sobre el niño. Puede abarcar distintas con-
ductas, desde la exhibición de genitales hasta la violación.

Otros tipos de maltrato infantil son los siguientes:

• Maltrato�prenatal: se incluyen aquellas condiciones de vida de la madre


gestante, que pudiéndose evitar, son mantenidas y tienen consecuencias
negativas en el feto. Por ejemplo, una alimentación deficitaria, un trabajo
corporal excesivo o el consumo de alcohol, cigarros y drogas.

• Síndrome�de�Munchausen: este síndrome consiste en la simulación de


síntomas físicos patológicos en terceras personas. Puede ser mediante la
administración o inoculación de sustancias, la manipulación de excrecio-
nes o simplemente la sugerencia de sintomatología difícil de demostrar.
Estos hechos conllevan numerosos ingresos hospitalarios o la práctica de
un sinfín de exploraciones complementarias.

• Explotación� laboral: cuando los padres o tutores hacen que el niño/a


desempeñe trabajos en forma obligatoria, alterando su desarrollo integral.
© FUOC • PID_00161333 28 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

• Explotación�sexual: es la obligación de realizar actividades de tipo sexual


(prostitución o pornografía) impuestas al menor con el fin de obtener be-
neficios económicos o equivalentes.

• Corrupción: la conducta de los padres provoca y facilita conductas antiso-


ciales (consumo de substancias psico-activas, alcohol, robos, agresiones).
También es el caso de los padres que utilizan al menor para realizar actos
delictivos.

Consecuencias�del�maltrato�infantil

Todo maltrato infantil tiene impactos psicológicos o emocionales en las vícti-


mas, independiente del daño físico o de las carencias sanitarias. Desde el pun-
to de vista emocional, afecta a la autoestima y la seguridad que tienen los ni-
ños respecto a los adultos que los rodean. Las relaciones sociales también se
ven afectadas. El menor que ha sufrido maltrato puede evitar relacionarse con
otros niños, o bien manifestar conductas agresivas. Es frecuente que los niños
que sufren maltrato tengan dificultades en el rendimiento escolar, producién-
dose un círculo de violencia ya que frecuentemente los niños son castigados
por su mal rendimiento y al recibir maltrato, mayor es su dificultad de rendi-
miento (de Torres, en Espada, 1996).

Consecuencias�del�abuso�sexual

El impacto del abuso sexual intrafamiliar va a depender de diferentes factores,


entre ellos, la edad a la que se produce el abuso, la relación con el abusador,
la frecuencia de los episodios, si éstos incluyen penetración y si existe violen-
cia física para lograr el abuso o amedrentamiento. Un factor que influye de
manera importante en el impacto y en las posibilidades de reparación es la
respuesta del grupo familiar frente a la situación de revelación del abuso.

Los niños que han sido víctimas de abuso sexual en su familia suelen tener
problemas de sueño, trastornos alimenticios, problemas urinarios y, en algu-
nos casos, enfermedades de trasmisión sexual. En relación a los efectos emo-
cionales hay temor, sentimientos de culpa y síntomas depresivos. En el área
sexual el abuso produce frecuentemente una curiosidad precoz sobre el sexo,
la erotización de relaciones sexuales y posteriormente disfunciones sexuales
(Barudy, 1998).

Violencia�en�la�pareja:�la�mujer�golpeada

La violencia conyugal constituye una de las modalidades más frecuentes y


relevantes de las categorías de violencia familiar. Puede ser definida como:
© FUOC • PID_00161333 29 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"Un fenómeno social que ocurre en un grupo familiar, sea éste el resultado de una unión
consensual o legal, y que consiste en el uso de medios instrumentales por parte del cón-
yuge o pareja para intimidar psicológicamente o anular física, intelectual y moralmente
a su pareja, con el objeto de disciplinar según su arbitrio y necesidad la vida familiar."

I. Duque, T. Rodríguez y S. Weinstein (1990). Violence against woman: Definitions and stra-
tegies. Preparado para el Congreso Mundial de Derechos Humanos. Nueva Delhi.

Se distinguen distintas formas de maltrato hacia la mujer por parte de su es-


poso o conviviente (Sernam, 2002):

• Violencia�física: comprende una escala que incluye cachetadas, continuar


con empujones, puñetes, patadas, golpes con objetos, pudiendo llegar has-
ta el homicidio.

• Violencia� emocional: comprende una serie de conductas verbales tales


como insultos, gritos, críticas permanentes, desvalorización, amenazas,
etc.

• Violencia�sexual: consiste en la imposición de actos de orden sexual con-


tra la voluntad de la mujer.

Las conductas comprendidas en la definición de violencia conyugal incluyen


manifestaciones de violencia física, emocional y sexual. En una relación de
violencia la víctima puede ser sujeto de todas ellas, de algunas o sólo de un
tipo de agresión.

El�ciclo�de�la�violencia�en�la�pareja

Una de las aportaciones más relevantes para la comprensión e intervención


de la violencia conyugal es la realizada por Leonore Walker en el año 1979,
quien, utilizando el modelo de la teoría del aprendizaje social, investigó por
qué las mujeres golpeadas no pueden visualizar alternativas. Propone que es-
tas mujeres han sido aisladas y golpeadas en etapas iniciales de su relación,
cuando trataban de cambiar la situación. En estas etapas tenían éxito relativo
minimizando o posponiendo la violencia, pero pasado un tiempo este control
empezaba a disminuir. Esta situación, vista desde la perspectiva de la teoría
de Seligman (citado en Dutton, 1994) de la indefensión�aprendida, lleva a
la autora a describir el desarrollo de la violencia doméstica basándose en tres
puntos:

1) La motivación de la mujer para cambiar su conducta disminuye como con-


secuencia de episodios reiterados de golpes.

2) La mujer cree que su posible respuesta fracasará.

3) Al generalizar su indefensión, cree que no será capaz de alterar el final de


la situación.
© FUOC • PID_00161333 30 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

En este proceso la mujer renuncia a tratar de efectuar modificaciones, aprende


a vivir asustada y a creer que es imposible producir un cambio en la situación
conyugal. Con este enfoque y su experiencia en trabajos con mujeres golpea-
das, L. Walker (Walker, 1979) desarrolló su teoría del ciclo de la violencia con-
yugal, el cual proporciona elementos de gran valor para la comprensión de la
interacción violenta entre un hombre golpeador y una mujer golpeada.

Los primeros índices de violencia se pueden presentar ya durante el noviazgo,


la luna de miel o vinculados al nacimiento del primer hijo. Estos primeros
incidentes no son correctamente evaluados. Las conductas de celos o posesión
son justificadas o mal interpretadas como halagos o signos de preocupación
y afecto.

Generalmente, antes de la violencia física se produce una agresión psicológi-


ca en la que hay una desvalorización de la mujer. Ésta suele responder a eso
siendo amorosa, sin enojo, sintiéndose culpable. Se prepara así el terreno para
la violencia física.

El ciclo de la violencia se puede describir en tres fases que varían tanto en


duración como en intensidad para una misma pareja y entre distintas parejas.
Esas fases son: acumulación de tensión, explosión o fase aguda de golpes y la
"amante". Describimos a continuación las características de cada una de estas
fases.

a)�Estadio�de�acumulación�de�tensión

La mujer está en actitud de impedir que la golpeen, lo que la lleva a no eno-


jarse con el agresor, minimizando los incidentes, así como los golpes menores.
Atribuye a factores externos el enojo de él (trabajo, problemas económicos,
estrés), con lo cual concluye que ella no puede hacer nada para cambiar la
situación. Con el tiempo, la tensión aumenta, así como los incidentes violen-
tos, físicos y psíquicos. En la mujer aumenta la rabia y disminuye el control
sobre sí misma y la situación. El hombre golpeador, apoyándose en la aparente
aceptación pasiva de su conducta abusiva, no trata de controlarse.

Muchas parejas permanecen en esta primera etapa durante largos períodos


de tiempo. Ambos desean evitar la fase aguda, pero una situación externa o
cualquier evento puede romper ese delicado equilibrio.

b)�El�episodio�agudo�de�golpes

Llegado ese punto, finaliza la acumulación de tensiones y el proceso ya no


responde a ningún control. El hombre acepta que su rabia no tiene control y
la mujer también. La mujer puede incluso provocar los golpes para apurar el
paso a la tercera fase: "amante".
© FUOC • PID_00161333 31 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

La información que se tiene de esta segunda fase es la proporcionada por las


mujeres, ya que generalmente no se cuenta con los testimonios de los hombres
golpeadores. La mujer informa que en este período ella está consciente de todo
lo que está ocurriendo, advierte que no podrá detener una conducta fuera de
control y opta por no ofrecer resistencia.

Finalizada la fase aguda sigue un shock: negación e incredulidad de que el epi-


sodio haya sucedido realmente.

c)�Conducta�arrepentida,�amante

Se caracteriza por el arrepentimiento y demostración de afecto del golpeador.


El fin de la fase 2 y la entrada en la fase 3 es algo muy deseado por ambos
cónyuges.

El hombre se disculpa por su proceder y expresa su arrepentimiento. Se com-


porta cariñosamente convenciéndola de que la necesita y de que no volverá a
ocurrir. La mujer necesita creer y decide que la conducta que observa durante
este período corresponde a su verdadero marido.

La duración de esta fase varía y no se sabe exactamente cómo termina. La


mayoría de las mujeres afirman que antes de que se den cuenta, comienza
nuevamente la tensión.

Maltrato�al�anciano

El maltrato a los ancianos es un tema que comienza a ser relevante en el mun-


do entero, especialmente por los cambios demográficos que ha significado el
importante aumento de la población de 65 años y más.

Los cambios sensoriales, físicos y psicológicos que se producen en los ancianos


muchas veces provocan situaciones de dependencia con sus familiares, cuida-
dores o instituciones. Este hecho hace que sea un grupo social con un mayor
riesgo de sufrir situaciones de violencia. Los ancianos, por tener que confiar
en los familiares o cuidadores para satisfacer sus necesidades básicas, están en
una situación de debilidad que hace difícil denunciar situaciones de maltrato
por temor al abandono. En este grupo la necesidad de ocultar las situaciones
de maltrato puede ser incluso mayor que en el caso de niños o mujeres. Hay
temor, pero también hay vergüenza de acusar a sus propios hijos.

Se considera maltrato al anciano cualquier comportamiento desarrollado de


forma intencional, no accidental, que a través de la acción, omisión o actitud
negligente, atente contra la salud física y emocional y vulnere los derechos del
anciano sobre sus bienes financieros.
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Se describen las siguientes categorías de maltrato a los ancianos: (de Torres


1996):

• Abuso� físico: todo acto de violencia o de trato duro que cause daño o
malestar físico en el adulto mayor.

• Abuso�psicológico�o�emocional: cualquier acto, incluido confinamien-


to, aislamiento, agresión psicológica, humillación, infantilización, o cual-
quier otra forma de relacionarse que afecta su sentido de identidad, digni-
dad o autovaloración.

• Abuso�financiero�o�explotación: tener bienes o posesiones a través del


engaño o hurto, la apropiación por engaño de bienes, obligar a vender
propiedades o a alterar el testamento y obligar a delegar a la fuerza el ma-
nejo de sus bienes.

• Abuso�sexual: cualquier comportamiento sexual que se realice sin el co-


nocimiento o consentimiento del adulto mayor. Se incluyen actos de agre-
sión sexual, hostigamiento y uso de pornografía.

• Abuso�de�medicamentos: abuso en la medicamentalización y prescrip-


ción en los adultos mayores, incluido la retención de medicamentos o la
sobremedicamentalización.

• Abandono:
– Abandono activo: negar intencionalmente el cuidado o las necesida-
des básicas.
– Abandono pasivo: no proveer del cuidado o la satisfacción de las ne-
cesidades básicas, por falta de experiencia, información o habilidad.

Violencia�en�la�familia

Las distintas manifestaciones de la violencia familiar han sido descritas y ana-


lizadas por diferentes grupos sociales y profesionales, y su abordaje y propues-
tas de políticas se han realizado de forma independiente.

Sin embargo, las investigaciones nos demuestran la estrecha relación que exis-
te entre las distintas manifestaciones de la violencia en el grupo familiar.

Un hombre que ejerce violencia hacia su pareja, ejerce con mucho mayor fre-
cuencia violencia hacia sus hijos; la mujer que es golpeada, golpea con mayor
frecuencia a sus hijos que la que no lo es. El hombre que ha sido golpeado
cuando niño, tiene mayor probabilidad de ejercer violencia hacia su pareja
cuando sea adulto. Una mujer que ha presenciado violencia por parte de sus
padres, o ha sido maltratada cuando niña, tiene una mayor probabilidad de
© FUOC • PID_00161333 33 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

ser golpeada por su pareja que la que no lo ha sido. Cuando existe violencia
por cualquier miembro de la familia, debemos suponer que existe un grado
importante de violencia entre todos sus miembros.
© FUOC • PID_00161333 34 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

2. El mobbing o acoso psicológico: violencia y


sufrimiento en el trabajo

Hasta hace poco, el acoso moral en el trabajo captaba únicamente el interés de


unos pocos psicólogos en el mundo. En la actualidad, es un ámbito de preocu-
pación de decenas de investigadores y profesionales, así como del ciudadano
de a pie y de diversas organizaciones de la sociedad civil.

Día tras día, los casos de hostigamiento psicológico en el contexto laboral si-
guen acumulándose en un gran número de países del mundo occidental, in-
dustrializados y en desarrollo y, cada vez más, son los propios afectados quie-
nes los dan a conocer a través de los medios de comunicación. Es un tipo de
conflicto social que presenta ribetes alarmantes y frente al cual la psicología
social del conflicto podría ofrecer una aportación mucho más relevante para
su comprensión que la que se ha realizado hasta ahora.

En este apartado encontraréis información actualizada sobre acoso moral en


el trabajo. Os resultará útil para acercaros a la realidad de los conflictos por
violencia en los lugares de trabajo.

El apartado está organizado de forma tal que podáis obtener un conocimien-


to general del problema. En primer lugar, os damos referencias acerca de su
magnitud, causas e importancia. Luego, abordamos el tema desde un punto de
vista conceptual a fin de asegurar una comprensión sobre el mismo. Finaliza-
mos el apartado tratando los efectos que produce el acoso tanto en el ámbito
individual y organizacional como en el de la sociedad en su conjunto.

En cada subapartado encontraréis, además, datos de interés, ejemplos y algu-


nas preguntas que constituyen una invitación a reflexionar juntos sobre el te-
ma.

2.1. Sufrimiento en el trabajo y el descubrimiento de la violencia


invisible

Entre las distintas y variadas caras de la violencia social, algunas permanecen


más tiempo ocultas que otras. Ello se debe, en gran parte, a la dificultad que
existe para identificarlas y demostrarlas y, por otra, al imperio de la ley del
silencio que pesa sobre ellas. Éste es el caso de algunas de las formas más insi-
diosas que asume la violencia en el lugar de trabajo y, en particular, del acoso
moral en este contexto.
© FUOC • PID_00161333 35 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Actividad

¿Conocéis alguna otra forma de violencia social que comparta estas características de
ocultamiento? Seguro que sí. ¿Podéis señalar cuáles?

Algunas personas consideran el acoso moral como la nueva epidemia del siglo
XXI, como una plaga que va minando silenciosamente la salud e integridad de
una gran cantidad de individuos.

Sin embargo, el acoso moral no es un fenómeno nuevo. Posiblemente ha esta-


do siempre presente en los lugares de trabajo, pero carga con una larga historia
de silencio y negaciones. Hasta hace poco no tenía nombre preciso, no era un
tema del cual se hablara en voz alta, no ocupaba mucho tiempo en nuestros
pensamientos ni aparecía en los titulares de los medios de comunicación.

Acabada la década de los ochenta, este fenómeno fue bautizado por el psicó-
logo alemán Hans Leymann (1990) como psicoterror�laboral, término que
aludía a los sentimientos experimentados por sus víctimas. Más adelante exa-
minaremos algunas definiciones.

En la actualidad, el acoso moral es reconocido como uno de los problemas so- Ved también
ciales emergentes que mayor preocupación provoca por su creciente magnitud
En la tabla 1 del subapartado
(o tal vez reconocimiento), y ha sido incorporado como un riesgo psicosocial "Definición de acoso moral"
del mundo del trabajo en las legislaciones de unos pocos países europeos. En encontraréis las definiciones le-
gales respectivas.
Suecia se legisló en el año 1993, y en Francia en el año 2000.

Actividad

¿Sabéis si en España se ha legislado al respecto? ¿Por qué razones creéis vosotros que ha
sido difícil hablar de este fenómeno en España?

Sus costes individuales, familiares, para las organizaciones y para la sociedad


entera son, en la actualidad, objeto de alarma pública. Además, están aumen-
tando las demandas que exigen más investigación, más protección a los tra-
bajadores y compensaciones para los daños que provocan. En el ámbito na-
cional e internacional, los gobiernos y las instituciones relacionados con la
salud y el trabajo reciben presiones para que se hagan cargo del problema, con
legislación, estableciendo estándares de medición y realizando intervenciones
efectivas.

Por otra parte, sus graves consecuencias para la salud e integridad de las perso-
nas llaman la atención sobre la necesidad de volver la vista hacia el interior de
las organizaciones. Es necesario estudiar y analizar las condiciones y ambiente
de trabajo, y las formas de organización del trabajo que entorpecen o refuer-
zan su aparición. Asimismo, su presencia más visible amplía y profundiza la
inquietud sobre la vulneración de los derechos civiles en el contexto laboral.

Sobre los costes y consecuencias hablaremos más adelante.


© FUOC • PID_00161333 36 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

2.1.1. El acoso psicológico en el trabajo en cifras

Como veréis a continuación, los datos proporcionados por organismos inter-


nacionales ampliamente reconocidos parecieran confirmar las ideas expuestas
antes.

En un estudio sobre violencia en el trabajo realizado para la Organización In-


ternacional del Trabajo (OIT) y publicado primera vez en el año 1998, un 8%
de los empleados de la Unión Europea se declaró víctima de acoso en el traba-
jo en los últimos doce meses (Chappell y Di Martino, 2000). Entre ellos, ha-
bía más mujeres que hombres afectados, más trabajadores temporales (10%)
que fijos (9%) y más trabajadores en la administración pública (14%), aunque
también eran altos los porcentajes entre los empleados del sector servicios y
ventas (11%).

A su vez, la Tercera Encuesta Europea sobre Condiciones de Trabajo en la


Unión Europea 2000 (Paoli y Merllié, 2001), estimó que 13 millones de traba-
jadores europeos (9%) habían sufrido acoso moral en sus trabajos. Por países,
podemos observar que, de mayor a menor, el listado es el siguiente: 15% en
Finlandia, 14% en Reino Unido, 14% en Países Bajos, 11% en Bélgica, 11%
en Suecia, 5% en España, 4% en Italia y 4% en Portugal. Esta cifra representa
un millón más de pesquisados respecto de los datos que la misma encuesta
entregó el año 1995.

A simple vista, pareciera que en los países latinos el problema fuera de menor
magnitud que en el resto. No obstante, los datos son, al parecer, indicativos
de la escasa visibilidad y reconocimiento de los problemas de violencia en los
lugares de trabajo, más que de su ausencia.

Seguridad y salud ocupacional

Los antecedentes respecto de la protección de la salud de los trabajadores y de la mejora


de sus condiciones de trabajo señalan que los países escandinavos han sido pioneros en
seguridad y salud ocupacional. En Suecia, por ejemplo, esta situación se explica por la
existencia de condiciones sociales y políticas generadas en el contexto de amplios movi-
mientos sociales democratizadores de los puestos de trabajo durante la década de los se-
senta y setenta. Tal situación permitió establecer acuerdos tripartitos entre organizaciones
de los trabajadores, empresarios y gobierno, con vistas a desarrollar esfuerzos conjuntos
destinados a garantizar ambientes de trabajo saludables. La presencia de profesionales e
investigadores fue y es fundamental, tanto en la producción de conocimientos como en
la formulación de estrategias efectivas para la protección de la salud e integridad de los
trabajadores, incluida la protección contra la violencia en los lugares de trabajo. Las re-
gulaciones establecidas inicialmente en Suecia han servido de modelo para otros países.

Además, esta encuesta informa que, entre los años 1997 y 2000, el acoso mo-
ral en el trabajo aumentó en Austria, Bélgica, Países Bajos, Irlanda, España y
Suecia, y solamente disminuyó en Grecia.
© FUOC • PID_00161333 37 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

En España, el investigador Iñaki Piñuel (2001) estimó en un 15% la población Lectura recomendada
española que sufre de hostigamiento en el lugar de trabajo y, a la luz de sus
Podéis encontrar muchas re-
hallazgos, expresó su temor a que esa cantidad aumente. Los grupos más afec- ferencias sobre eso en la re-
tados serían los jóvenes, seguidos por las mujeres de entre 40 y 49 años. Los visión realizada por Hoel,
Sparks y Cooper (2002) para
lugares de trabajo donde se produce el acoso irían desde la administración pú- la Organización Internacio-
blica, la sanidad, la educación y los medios de comunicación, hasta partidos nal del Trabajo (OIT):
H. Hoel, K. Sparks, y C. Coo-
políticos y sindicatos. per (2002). The cost of violen-
ce/estres drec work and the be-
nefits of violence/estres freewor-
Actividad king environment. University
of Manchester Institute of
¿Habíais oído antes estas cifras? ¿Conocéis a alguien que haya sufrido acoso psicológico Science and Technology, Re-
en el trabajo? port commissioned by the
International Labour Organi-
zation (ILO). Ginebra.
Todas las investigaciones comparativas en la Unión Europea, así como las rea-
lizadas en el interior de los países, concluyen que el acoso es un comporta-
miento habitual en el lugar de trabajo.

Algunos investigadores han formulado la hipótesis de que las diferencias en-


contradas entre países no son sino un reflejo de la sensibilidad pública y de la
existencia o ausencia de debate público sobre el tema (Comisión de Empleo y
Asuntos Sociales del Parlamento Europeo, 2001). Pero en todas estas investi-
gaciones se plantea que es altamente probable que la realidad del acoso moral
en el trabajo haya sido subestimada, y que muchos casos queden en la sombra.

Por último, en el mundo todavía muchos países ni siquiera consideran los


casos de acoso moral en el lugar de trabajo como un asunto de importancia,
y por ello no manejan estadísticas al respecto.

En resumen, todas las cifras existentes se refieren a la situación del acoso


moral en países industrializados. No obstante, la evidencia señala que
también sería un problema de gran importancia en los países subdesa-
rrollados. Las diferencias entre países se deberían, en parte, a la forma
en que el concepto se utiliza. Con un margen de seguridad alto, se es-
tima que en promedio un 10% de los trabajadores han sido objeto de
acoso moral en el lugar de trabajo (Hoel, Sparks y Cooper, 2002).

2.1.2. Origen del concepto de acoso moral en el trabajo

Sin duda habíais oído hablar de acoso moral en el trabajo. Es el término más Mobbing
ampliamente utilizado en España para referirse al fenómeno del mobbing, bull-
De todos los anteriores, el tér-
ying o harassment en los países anglosajones, o ijime en Japón. En lengua in- mino mobbing laboral, introdu-
glesa, mobbing proviene del verbo to mob, que significa acosar o atacar en masa cido por el psicólogo del tra-
bajo alemán Heins Leymann
a alguien. También han sido empleados los términos hostigamiento laboral y (1990), es el más difundido y
popular del mundo.
psicoterror laboral.
© FUOC • PID_00161333 38 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Leymann retomó la palabra mobbing de trabajos anteriores, realizados por in- Acoso moral
vestigadores suecos y noruegos que estudiaban el comportamiento de acoso a
Heins Leymann dedicó veinte
un niño por parte de una pandilla infantil. La razón que indujo a este inves- años de su vida a la investiga-
tigador a adoptar ese término fue la observación en el mundo laboral de un ción sobre el acoso moral en
los países del norte de Europa.
comportamiento similar al de las pandillas infantiles. A su vez, esos investi- Murió en 1999, dejando un
gran legado a la psicología del
gadores habrían tomado el término del etólogo Konrad Lorenz, quien lo em- trabajo.
pleaba para denominar el comportamiento de acoso de pequeños animales
gregarios a un solitario animal mayor.

Por su parte, acoso moral proviene de la traducción del término francés


harcèlement moral, acuñado por la psiquiatra psicoanalista francesa Marie-Fran-
ce Hirigoyen. Ella lo emplea en su exitoso libro Le harcèlement moral, la violence
perverse au quotidien, publicado en Francia en el año 1998, donde da cuenta
de una amplia investigación sobre diversas formas de la violencia en la vida
cotidiana de los franceses, incluida la experiencia de violencia en el trabajo.
Las otras formas de violencia a las que se refiere en su libro son la violencia
intrafamiliar y la violencia en la pareja.

2.1.3. Definición de acoso moral

Entre quienes investigan sobre acoso moral en el trabajo, existe consenso en


torno al reconocimiento de su larga existencia histórica, esto es, el hecho de
que el hostigamiento o acoso en el trabajo no es un fenómeno nuevo. Sin
embargo, su descripción sistemática es relativamente reciente y su conceptua-
lización definitiva todavía no ha sido lograda. La discusión acerca de qué es
acoso moral en el trabajo, y qué no lo es, está todavía en proceso y no existe
una definición universal del término.

Este fenómeno comienza a ser reconocido como una realidad contemporánea


a partir de una investigación conducida por Leymann, iniciada en 1982 y pu-
blicada a principios de 1984 en The National Board of Occupational Safety and
Health en Estocolmo, Suecia. Luego, en el año 1990, en el marco de un Con-
greso sobre Higiene y Seguridad en el Trabajo, Heins Leymann propuso una
definición de acoso laboral que pone en primer lugar el aspecto comunicativo
del mobbing. Así, éste aparece como una forma de comunicación hostil y sin
ética, sistemática, y que arrastra y mantiene a la víctima en la indefensión y
la desvalidez.

Más reciente es su propuesta de dos definiciones�del�mobbing: a la primera


la llama operativa, y a la segunda, científica (Leymann, 1996). Sin duda, con
ello desea destacar la necesidad de definir el término de manera que sea útil
para investigar (la operativa), porque es muy precisa respecto de qué se debe
observar y medir, mientras que la segunda (la científica) es más teórica y sirve
para explicar e interpretar el fenómeno (ésta aparece en la tabla 1).
© FUOC • PID_00161333 39 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Para Leymann, el propósito del acoso es la destrucción de las redes de


comunicación de la víctima y de su reputación, la alteración del ejerci-
cio de sus actividades laborales. Su finalidad última es que la víctima
abandone el puesto de trabajo (Leymann, 1996).

Desde un punto de vista operativo, Leymann enfatiza la operacionalización


de aspectos relacionados con la duración del mobbing: considera que son ac-
ciones de hostigamiento frecuentes (ocurren al menos una vez por semana) y
persistentes, puesto que se dan a lo largo de un período prolongado (al menos
durante seis meses). Así, distingue esta forma de violencia de aquella que se
produce en forma ocasional o esporádica en el mundo del trabajo. La persis-
tencia muestra, además, el carácter sistemático del ataque. Asimismo, su defi-
nición marca que es un ataque con una meta: la exclusión del mundo laboral
de su víctima, lo cual acusa su carácter intencionado. Y como su finalidad es
la destrucción de la reputación o de las redes de comunicación (aislando a la
víctima del grupo), es una forma psicológicamente muy peligrosa y extrema
de violencia laboral.

Ejemplo de mobbing en los conflictos bélicos

Resulta muy interesante observar que estas estrategias y tácticas son también empleadas
en otros tipos de conflicto, tales como los conflictos bélicos. Recientemente hemos sido
testigos de la guerra contra Iraq. Allí las tácticas y estrategias comunicacionales y militares
utilizadas por Estados Unidos perseguían objetivos similares a los del mobbing: destruir
sus redes de comunicación internas y externas, dañar su reputación mundial, producir
aislamiento político, económico y militar, y atacar sistemáticamente para que el ejército
iraquí abandonara su posición.

No obstante, las definiciones anteriores del fenómeno no son las únicas exis-
tentes. En Francia, la definición de Marie-France Hirigoyen es la más difun-
dida. Su planteamiento produjo un fuerte impacto en la legislación francesa
sobre acoso moral en el trabajo (ver la tabla 1).

En España, el Ministerio del Trabajo y Asuntos Sociales en su Nota Técnica de Lectura recomendada
Prevención 476-1998, llamada El hostigamiento psicológico en el trabajo: mob-
H. Leymann (1990). Pre-
bing, define el mobbing operativamente, siguiendo la tradición de Leymann. sentation av LIPT-formü-
Incluso menciona en forma explícita que el acoso se debe ejercer en una o más laret: konstruktion, vali-
dering, utfall. Violen inom
de las 45 formas de comportamiento descritas por Leymann en el Inventory of Praktikertjänst, Stockholm.
Psychological Terrorization, LIPT.

En nuestro país, destaca también la definición del psicólogo Iñaki Piñuel, pro-
fesor de la Universidad de Henares, que aparece en su libro Mobbing. Cómo
sobrevivir al acoso psicológico en el trabajo, publicado en el año 2001.
© FUOC • PID_00161333 40 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Tabla 1. Definiciones de acoso psicológico

Autor Definición

Heins Leymann (1996) Un proceso de interacción social por el cual un individuo


es atacado por uno o más individuos, con una frecuencia
al menos semanal y con una duración de varios meses,
llevando al hostigado a una posición de indefensión con
un alto potencial de exclusión.

Marie-France Hirigoyen (1999) Toda conducta abusiva (gesto, palabra, comportamien-


to, escritos) que atente, por su repetición o sistematiza-
ción, a la dignidad, a la integridad física o psíquica de
una persona, poniendo en peligro el empleo de ésta, o
degradando el clima de trabajo.

Iñaki Piñuel, 2001 El deliberado y continuo maltrato moral y verbal que re-
cibe un trabajador, hasta entonces válido, adecuado, o
incluso excelente en su desempeño, por parte de uno o
varios compañeros de trabajo (incluido muy frecuente-
mente el propio jefe), que buscan con ello desestabilizar-
lo y minarlo socialmente con vistas a deteriorar y hacer
disminuir su capacidad laboral o empleabilidad y poder
eliminarlo así más fácilmente del lugar de trabajo que
ocupa en la organización.

Ley sueca (1993) Acciones recurrentes censurables o acciones claramen-


te negativas que van dirigidas contra los trabajadores
de manera ofensiva y que pueden resultar en que ellos
sean marginados de la comunidad laboral que opera en
el mismo lugar de trabajo.

Ley francesa (2001) Ningún trabajador debe sufrir conductas repetidas de


acoso moral que tengan por objeto una degradación de
sus condiciones de trabajo susceptible de poner en peli-
gro sus derechos o su dignidad, de alterar su salud física
o mental o de comprometer su futuro profesional (tipifi-
ca el delito de acoso moral y lo penaliza con un año de
cárcel).

Por su parte, el Parlamento Europeo encargó a la Comisión de Empleo y Asun-


tos Sociales un informe sobre el acoso moral en el lugar de trabajo. Esta comi-
sión presentó dicho informe y una resolución sobre el tema en el año 2001,
pero sin llegar a comprometerse con una definición del fenómeno. Más aún,
Jan Andersson, ponente del mismo, señaló explícitamente que no pareciera
haberse adoptado una definición internacional de acoso moral en el lugar de
trabajo y, más adelante, plantea que la comisión sobre violencia en el trabajo
"tratará, entre otras, la cuestión de la definición". Reconoce, además, que los
estados miembros utilizan diversas definiciones del fenómeno (Comisión de
Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo, 2001).

Sin embargo, aunque este informe no haya adoptado ninguna definición de


tipo general, plantea que:
© FUOC • PID_00161333 41 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"... se puede afirmar que las distintas definiciones o descripciones existentes arrojan luz
sobre algo que constituye una realidad para muchas personas en su vida laboral, a saber:
la idea de que la vida laboral es inhumana, la experiencia personal de ser víctima de
acoso en el lugar de trabajo, una sensación de verse excluido de la comunidad social de
este entorno y de enfrentarse con exigencias insolidarias en el trabajo y carecer de la
posibilidad de oponerse a ellas."

Jan Andersson (pp. 10 y 11)

A estas alturas del texto, seguro os estaréis preguntando acerca de las conse-
cuencias de no contar con una definición acabada y única. Os aseguro que las
dificultades que existen para conceptualizar y, en último término, definir el
fenómeno constituyen un problema que tiene implicancias prácticas y teóri-
cas. Las diferencias no son triviales, porque de su conceptualización derivarán
regulaciones jurídicas y organizacionales, abordajes del fenómeno en el cam-
po de la investigación, estándares para su medición y evaluación, prácticas
de intervención, y posibilidades de comparar la situación entre países. Por lo
demás, es una dificultad compartida con otros fenómenos sociales cuando se
transforman en campo de batalla de los intereses de distintos actores sociales.

A modo de síntesis, del examen de las definiciones anteriores de acoso moral


podemos rescatar las siguientes características que presenta el fenómeno.

Acoso moral se refiere a una forma de violencia, maltrato o agresión


extrema que:

• se da en el ámbito laboral, específicamente, en el lugar de trabajo;

• se expresa la mayoría de las veces en formas psicológicas sutiles y


solapadas;

• en ocasiones es acompañada de agresión física (generalmente indi-


recta como inducir a un accidente, u otras directas como en algunos
comportamientos de acoso sexual);

• es intencionada y planificada;

• ocurre de forma prolongada, sistemática y recurrente;

• pretende destruir a su víctima;

• tiene efectos devastadores sobre ésta.

Actividad

Ahora intentad dar vuestra definición, en pocas palabras, del acoso psicológico en el
trabajo.
© FUOC • PID_00161333 42 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

El caso del ejemplo adjunto os permitirá observar varias de las características


mencionadas.

El caso de Antonio

Don Antonio era un antigüo empleado en una oficina del sector público. Había trabajado
prácticamente toda su vida en el mismo lugar y pensaba jubilarse dentro de cinco años.

Durante los últimos ocho años su jefe directo había sido don Tomás, quien falleció re-
pentinamente de un ataque cardíaco. La muerte de don Tomás coincidió con cambios
en la dirección general, que decidió innovar en asuntos de gestión. La nueva dirección
contrató a varios profesionales jóvenes que reemplazaron jefaturas en varias áreas de la
organización. El nuevo jefe de don Antonio era un profesional de 30 años.

Al principio, no hubo problemas de relación entre ambos. Su nuevo jefe se mostraba


amable e incluso afectuoso, pero, pasado un tiempo, comenzó a criticar cada vez con más
frecuencia la calidad de su trabajo. Don Antonio no entendía qué pasaba, puesto que sus
calificaciones eran apropiadas para el cargo y se había mantenido siempre actualizado en
las innovaciones de su actividad. Su desempeño siempre había sido muy bien calificado,
y sabía que era bien considerado por sus superiores.

A las críticas siguieron ironías acerca de su edad, comentarios de pasada sobre un posible
deterioro por vejez, y otros referidos a la obsolescencia de sus conocimientos. Todo esto
ocurría siempre en privado. Luego, su jefe comenzó a ignorarlo. No le avisaba de las reu-
niones del área en foma oportuna ni le comunicaba las decisiones que se tomaban, pero
señalaba sus ausencias y le llamaba la atención por actuar sin considerar los acuerdos
tomados en esas reuniones. Asimismo, comenzó a insinuar delante de terceros que don
Antonio "tenía problemas" y que ello estaba influyendo en su trabajo. Posteriormente,
en tres ocasiones le envió cartas señalándole "errores" que a él le constaba no haber co-
metido.

Don Antonio intentó en varias oportunidades hablar con su jefe, para aclarar los hechos.
Esos encuentros fueron inútiles y desafortunados, sobre todo porque frente a las acusa-
ciones infundadas y dado el sentimiento de impotencia que le invadía, la irritación lo
llevó en una ocasión a levantar la voz a su jefe delante de otras personas. Además, se dio
cuenta de que sus viejos compañeros comenzaron a hacerle el vacío.

Empezó a sentirse cada vez peor: dormía mal, se sentía desanimado y triste, y sus viejos
problemas de colon se hicieron cada vez más frecuentes. A raíz de estos problemas de
salud, el médico le dio una baja por depresión. Pero los problemas con su jefe se prolon-
garon más de lo que pudo soportar. Las bajas se sucedieron una tras otra, a medida que
el hostigamiento de su jefe continuaba y se exacerbaba. Cada día estaba más aislado en
la organización, y ya ni siquiera era saludado por algunos de sus superiores, que antes
habían sido siempre muy cordiales con él. Año y medio después de que comenzaran sus
problemas, don Antonio decidió retirarse.

2.1.4. El acoso moral como conflicto: condiciones y causas de su


emergencia

El acoso moral es una forma de conflicto social extremo que se desarrolla en


los lugares de trabajo. Su carácter de ataque o agresión extremo, repetitivo y
destructor, lo diferencian de la conflictividad social cotidiana que surge en
cualquier ambiente laboral por las tensiones o roces en estos espacios de con-
vivencia forzada de personas y grupos humanos muy distintos entre sí. Es una
forma de conflicto relacional asimétrico que crece oculto entre las sombras,
amplificándose progresivamente si no se produce una intervención externa
directa. Hirigoyen plantea que en el acoso moral en el trabajo, el conflicto no
se menciona, pero actúa cotidianamente.
© FUOC • PID_00161333 43 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Por todo lo anterior, es fácil que comprendáis por qué también ha sido llamado
psicoterror en el trabajo.

En los países occidentales altamente industrializados es el último reduc-


to de los "campos de batalla" donde la gente puede "aniquilarse" mutua-
mente sin correr riesgo de penalización [H. Leymann (1996). The Con-
tent and Development of Mobbing at Work, European Journal of Work
and Organizational Psychology, 5, 2, 165-184, p. 6. Traducido por el pro-
fesor Dr. Francisco Fuertes Martínez].

El acoso moral en el trabajo es un tipo de conflicto social tan grave que lle-
vó a Leymann a afirmar que debiera ser considerado básicamente como una
privación de los derechos civiles de la persona. Sin embargo, su estudio ha
pasado inadvertido para la psicología social del conflicto. Esta invisibilidad tal
vez pueda explicarse por la aparición relativamente reciente del acoso moral
como foco de estudio, y el contexto en que se desarrolla.

2.1.5. ¿Qué condiciones son necesarias para que aparezca el


acoso moral?

Al respecto, Christophe Dejours, psicopatólogo del trabajo francés, en su libro


Souffrance en France. La banalisation de l'injustice sociale (1998), señala que entre
sus causas está la pasividad y ausencia de solidaridad de los compañeros y
la profunda transformación del sentido de la justicia que se ha vivido en el
mundo del trabajo.

Junto con lo anterior, se ha señalado también que el empleo precario, los con-
tratos temporales, la competición creciente y las exigencias demasiado altas,
combinados con la escasa autonomía en el trabajo (factores generadores de
una elevada tensión), los fallos en la organización del trabajo y en las políti-
cas de personal, los erroreos en el manejo de conflictos en las organizaciones,
los fallos en los sistemas de comunicación interna o entre la dirección y los
trabajadores y las actitudes de los empleadores son condiciones que se han
encontrado muy a menudo en los estudios de acoso moral en el trabajo.

Actividad

¿A cuáles de las condiciones anteriores consideráis que se debe el hecho de que los jóvenes
y las mujeres sean los más afectados por el acoso psicológico en el trabajo?
© FUOC • PID_00161333 44 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

2.2. Sus protagonistas

En este subapartado nos referiremos a los dos protagonistas principales de la


relación de acoso moral: la víctima o acosado/a y el acosador/a. Más adelante,
nos ocuparemos también de la presencia de terceros que están en el ambiente
laboral o fuera de éste y que tienen una presencia más o menos pasiva o activa
en el conflicto.

Para Marie-France Hirigoyen (1999) hay una personalidad que predisponga


a convertirse en una víctima del acoso moral en el trabajo. Plantea que las
víctimas no son personas afectadas por alguna patología particular ni son es-
pecialmente débiles. Tampoco son personas flojas, sino que, por el contrario,
suelen cumplir escrupulosamente con su trabajo; incluso les gusta la actividad
laboral.

Del mismo parecer es Leymann (1996) quien, además, basándose en los ha-
llazgos de sus investigaciones, argumenta en contra de la búsqueda de una
personalidad tipo, puesto que lo que surge es un proceso no resuelto de con-
flicto cuya principal responsabilidad debiera recaer en la incapacidad de la di-
rección de la empresa, y no en el acosado. Agrega que la experiencia de acoso
bien puede traer consigo cambios en la personalidad de la víctima, pero que
estos cambios serían resultados del proceso de acoso.

En una proporción importante de los casos, el desencadenante del proceso


estaría en los rasgos y motivaciones del agresor. Para Hirigoyen, el ansia de
poder o su contrario, el temor a perder poder o privilegios, y la perversidad
serían elementos clave para comprender el comportamiento del agresor. De
alguna manera, la víctima se transforma en una amenaza potencial del poder
que desea mantener su victimario, ya sea porque es más exitosa en el trabajo
o porque posee características que pudieran ser mejor apreciadas por el grupo
que las suyas.

La autora propone un conjunto de características del agresor que lo califican


como una personalidad narcisista perversa. Entre otras, una idea distorsiona-
da y sobrevalorada de su propia importancia, una necesidad excesiva de ser
admirado, fantasías de éxito y poder y falta de empatía, así como actitudes y
comportamientos arrogantes.

Según el profesor Iñaki Piñuel (2001), el perfil del acosador responde al de un


"psicópata organizacional", que utiliza técnicas de ataque sutiles y manipula
el entorno para conseguir aliados entre los compañeros de trabajo o su silen-
cio ante la situación. Su objetivo sería "trepar" rápidamente para, desde esa
posición, ejercitar mejor su acoso. Además, en muchos casos, los acosadores
poseerían antecedentes como hostigadores desde la etapa escolar.
© FUOC • PID_00161333 45 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

En suma, lo que transforma a una persona en víctima es la posibilidad


de llegar a constituirse en una amenaza potencial para el agresor y la
oportunidad que el agresor encuentra en el contexto laboral.

Sin duda, la situación laboral actual favorece la emergencia de las actitudes


y comportamientos del acosador, y el tipo de relación abusiva que se da en
el acoso moral. Dejours (1998) llamó la atención sobre las circunstancias en
que estas formas de sufrimiento y violencia surgen desde las actuales formas
de organización del trabajo. En empresas cuya cultura organizacional se orien-
ta principalmente a mantener altos niveles de competitividad, a menudo el
clima social se enrarece. En este contexto, no es raro que las organizaciones
sean altamente permisivas respecto al comportamiento de sus integrantes. El
tipo de desempeño laboral recompensado puede favorecer el desarrollo de ha-
bilidades para seducir y manipular. Cuando por encima de las relaciones de
colaboración lo premiado es el éxito individual, no resulta extraño pasar por
encima del otro. Ello puede llegar a pasar inadvertido o a ser "normal".

Por su parte, el contexto social más amplio, con problemas derivados de los
procesos globalizadores (tales como la precarización del empleo, el desempleo
masivo, las empresas que tercerizan las relaciones laborales con legislaciones
que no protegen adecuadamente a los trabajadores, los trabajadores inmigran-
tes que ejercen muchas veces en forma ilegal su actividad laboral o que se em-
plean en los trabajos con menor prestigio social), va creando categorías de tra-
bajadores en el interior de las organizaciones que acceden en forma diferencial
a los derechos laborales y a los beneficios con que se retribuye el trabajo. De
allí a considerar que un trabajador es inferior o, al menos, no es sujeto de los
mismos derechos, y que puede ser discriminado salarial o socialmente, hay
sólo un pequeño paso hacia el acoso moral en el trabajo.

2.3. Tipos de acoso moral en el trabajo

Los investigadores reconocen tres tipos de manifestaciones del acoso moral:


horizontales, descendentes o ascendentes (Leymann, 1996).

a)�Horizontal: donde un compañero agrede a otro, generalmente del mismo


nivel jerárquico. Frente a este tipo de acoso, la autoridad no suele intervenir o
lo hace de forma tardía e ineficaz porque asume que "ellos deben ser capaces
de arreglar solos sus problemas". El acoso de este tipo puede tener su origen en
problemas personales entre los involucrados, o en el acosado que no acepta o
transgrede con su comportamiento o actitudes las pautas y normas culturales
del grupo. En otras ocasiones, se presenta en relación con un compañero de
trabajo que es diferente o tiene alguna discapacidad física o mental.
© FUOC • PID_00161333 46 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

b)�Descendente: de un superior jerárquico a un subordinado. Sería el tipo más


frecuente de acoso. Constituye un modo de mantener la posición de poder o,
a veces, una estrategia empresarial para forzar el abandono de la organización
de un trabajador, sin asumir los costes económicos que ello implica.

c)�Ascendente: desde un subordinado o un grupo de subordinados hacia un


superior en la jerarquía organizacional. Por lo general, aparecería en casos de
ascenso en la jerarquía organizacional de un compañero que sale del grupo, y
al cual la persona o el grupo subordinado no legitima, no reconoce autoridad.
También se presentaría cuando el superior ha sido impuesto contra la voluntad
del o los subordinados. Asimismo, emergería en situaciones en que el superior
es nuevo en la organización, ya sea porque su estilo de ejercer el poder va
contra la cultura organizacional o porque se ha generado un conflicto de poder
entre varios aspirantes al puesto dentro de la organización. En medida menor,
surge contra jefes con estilos autoritarios que exhiben conductas prepotentes o
son arrogantes. Este tipo de acoso moral en el trabajo sería el menos frecuente.

En breve, de los tres tipos de acoso moral en el trabajo, el más frecuente


es el descendente y el menos frecuente es el ascendente. Es decir, en la
mayoría de los casos el acoso moral surge en la relación de superior a
subordinado, más que entre compañeros de un mismo nivel o que desde
los subordinados hacia sus superiores. En este sentido, puede ser consi-
derado una forma habitual de abuso del poder en las organizaciones.

Actividad

¿Podríais ejemplificar tipos de acoso psicológico horizontal, ascendente y descendente?

2.4. Signos de presencia de acoso psicológico en el trabajo

Las situaciones de hostigamiento psicológico hacia un individuo en el lugar


de trabajo se manifiestan de muy diversas maneras, a través de distintas ac-
titudes y comportamientos. Leyman (1990a) distingue cinco grupos de com-
portamientos acosadores que pueden ser de distinta naturaleza, y que podrían
considerarse estrategias de acoso. Cada grupo incluye, a su vez, una gama de
comportamientos o técnicas que podrían ser usados en forma única o múltiple
por el acosador, o que podrían combinarse en estrategias mixtas con compor-
tamientos de acoso de los distintos grupos diferenciados.

Los cinco grupos y sus respectivos comportamientos son los que Leymann in-
cluyó en un cuestionario que diseñó para investigar acoso moral en el trabajo:
Leymann Inventory of Psychological Terrorization (LIPT).

Revisemos estos cinco grupos:


© FUOC • PID_00161333 47 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Grupo�1: estrategias que limitan la posibilidad de comunicación.

Grupo�2: estrategias que atentan contra las relaciones sociales, tales como ais-
lar a la persona o limitar sus contactos sociales.

Grupo�3: estrategias que atentan contra la reputación de las personas.

Grupo�4: estrategias que atentan contra su desempeño y calidad de vida en


el trabajo.

Grupo�5: estrategias que atentan contra la salud e integridad física de la per-


sona.

Tabla 2. Lista de categorías de acoso psicológico según Leymann (1993)

A) Actividades de acoso para reducir las posibilidades de la víctima de comunicar-


se adecuadamente con otros, incluido el propio acosador:

1. El jefe o acosador no permite a la víctima la posibilidad de comunicarse.

2. La víctima es interrumpida continuamente cuando habla.

3. Los compañeros le impiden expresarse.

4. Los compañeros le gritan y le insultan en voz alta.

5. Hay ataques verbales criticando los trabajos realizados.

6. Se dan críticas constantes hacia su vida privada.

7. Se aterroriza a la víctima con llamadas telefónicas.

8. Se la amenaza verbalmente.

9. Se la amenaza por escrito.

10. Se rechaza el contacto con la víctima (evitando el contacto visual mediante


gestos de rechazo, desdén o menosprecio).

11. Se ignora su presencia, por ejemplo, dirigiéndose exclusivamente a terceros.

B) Actividades�de�acoso�para�evitar�que�la�víctima�tenga�la�posibilidad�de
mantener�contactos�sociales:

12. No se habla nunca con la víctima.

13. No se le permite dirigirse a nadie.

14. Se le asigna un puesto de trabajo que la aísla de sus compañeros.

15. Se prohíbe a sus compañeros hablar con ella.

16. Se niega la presencia física de la víctima como si fuese invisible.

C) Actividades�de�acoso�dirigidas�a�desacreditar�o�impedir�a�la�víctima�man-
tener�su�reputación�personal�o�laboral:

17. Se maldice o calumnia a la víctima.


© FUOC • PID_00161333 48 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

18. Se difunden cotilleos y rumores sobre ella.

19. Se la ridiculiza.

20. Se le atribuye una enfermedad mental.

21. Se la intenta obligar a un examen o diagnóstico psiquiátrico.

22. Se fabula o inventa una supuesta enfermedad de la víctima.

23. Se imitan sus gestos, su postura, su voz y su carácer para ridiculizarlos.

24. Se atacan sus creencias políticas o religiosas.

25. Se hace burla de su vida privada.

26. Se hace burla de sus orígenes o nacionalidad.

27. Se le obliga a realizar un trabajo humillante.

28. Se controla, anota, registra y consigna injustamente el trabajo de la víctima en


términos malintencionados.

29. Se cuestionan las decisiones tomadas por ella.

30. Se le insulta con términos obscenos o degradantes.

31. Se acosa sexualmente a la víctima con gestos o proposiciones.

D) Actividades�de�acoso�dirigidas�a�reducir�la�ocupación�de�la�víctima�y�su
ocupabilidad�mediante�la�desacreditación�profesional:

32. No se asigna a la víctima ningún trabajo.

33. Se la priva de cualquier ocupación, y se vela para que no pueda encontrar nin-
guna tarea por sí misma.

34. Se le asignan tareas totalmente inútiles o absurdas.

35. Se le asignan tareas muy inferiores a su capacidad o competencias profesiona-


les.

36. Se le asignan continuamente tareas nuevas.

37. Se le hace ejecutar trabajos humillantes.

38. Se le asignan tareas que exigen una experiencia superior a sus competencias
profesionales.

E) Actividades�de�acoso�que�afectan�a�la�salud�física�o�psíquica�de�la�víctima:

39. Se le obliga a realizar trabajos peligrosos o especialmente nocivos para la sa-


lud.

40. Se la amenaza físicamente.

41. Se agrede físicamente a la víctima, pero sin gravedad, a título de advertencia.

42. Se la agrede físicamente, pero sin contenerse.

43. Se le ocasionan voluntariamente gastos con intención de perjudicarla.

44. Se daña su puesto de trabajo o su casa.

45. Se acosa sexualmente a la víctima.


© FUOC • PID_00161333 49 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Otros investigadores, Carmen Knorz y Dieter Zept (1996), recopilaron 39 ac-


ciones utilizadas para provocar terror psicológico en el puesto de trabajo. Ob-
tuvieron la información de entrevistas cualitativas realizadas en el sur de Ale-
mania.

Tabla 3. Algunas acciones frecuentes para provocar terror en el trabajo,


según Knorz y Zept (1996)

1. Se prohíbe a la víctima hablar con los compañeros.

2. No se responde a sus preguntas verbales o escritas.

3. Se instiga a sus compañeros en su contra.

4. Se la excluye de las fiestas organizadas por la empresa y de otras actividades


sociales.

5. Los compañeros evitan trabajar a su lado.

6. Se le habla de manera hostil y grosera.

7. Se la provoca a fin de inducirla a reaccionar de manera descontrolada.

8. Se hacen continuos comentarios maliciosos sobre ella.

9. Los subordinados no obedecen sus órdenes.

10. Es denigrada ante los jefes.

11. Sus propuestas son rechazadas por principio.

12. Se la ridiculiza por su aspecto físico.

13. Se le niega toda posibilidad de actividad de influencia.

14. Se le hace trabajar paralelamente a una persona que será su sucesora en la em-
presa.

15. Se la considera responsable de los errores cometidos por otros.

16. Se le dan informaciones erróneas.

17. Se le niega la posibilidad de hacer cursos de reciclaje y formación.

18. Se le asignan tareas para las que siempre tiene que depender de alguien.

19. Es controlada y vigilada de manera casi militar.

20. Se cambia su mesa de sitio sin previo aviso.

21. Su trabajo es manipulado para dañarlo (por ejemplo, borrando un archivo de


su ordenador).

22. Se abre su correspondencia.

23. Si pide días por enfermedad, encuentra mil dificultades o recibe amenazas.
© FUOC • PID_00161333 50 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

No obstante, estos completos listados de comportamientos acosadores podrían


ser ampliados, disminuidos o modificados de acuerdo con la idiosincrasia y
cultura locales y con el momento histórico en que se esté realizando la obser-
vación.

Así, González de Rivera y Rodríguez-Abuin (2003), durante la fase inicial de


construcción de la versión española del LIPT, donde indagaron cómo se pre-
sentaba el acoso moral en el contexto laboral español, añadieron al listado ori-
ginal 15 conductas más que serían usadas frecuentemente por los acosadores
morales españoles. Algunos ejemplos de los comportamientos añadidos son:
minimizar sus esfuerzos, logros y aciertos; informar mal de su permanencia y
dedicación; provocar reacciones emocionales, entre otras.

Cabe agregar que estos investigadores encontraron que las estrategias para aco-
sar en el trabajo utilizadas con mayor frecuencia en España son diecisiete. Del
total, las cinco últimas estrategias habían sido incorporadas por ellos (obser-
vad la tabla 4).

Tabla 4. Las diecisete estrategias de acoso psicológico más empleadas en


España, según González de Rivera y Rodríguez-Abuin (2003)

De�mayor�a�menor�frecuencia:

1. Sus superiores no dejan que se exprese.

2. Le interrumpen cuando habla.

3. Le gritan o le riñen en voz alta.

4. Critican su trabajo.

5. Se le amenaza verbalmente.

6. No la miran, o lo hacen con menosprecio.

7. Ignoran su presencia, no le responden.

8. La calumnian y murmuran a su espalda.

9. Hacen circular rumores falsos sobre usted.

10. Evalúan parcial, injusta y malintencionadamente su trabajo.

11. Sus decisiones son cuestionadas, contrariadas.

12. Le cortan la iniciativa, no le permiten sus ideas.

13. Minimizan sus esfuerzos, éxitos y aciertos.

14. Ocultan sus habilidades y competencias.

15. Exageran sus errores y fallos.

16. Informan mal de su permanencia y dedicación.

17. Provocan en usted reacciones emocionales.


© FUOC • PID_00161333 51 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

En síntesis, los comportamientos y estrategias de acoso son variados.


El acosador puede emplear una o varias técnicas o estrategias. Las es-
trategias y comportamientos acosadores pueden presentar especificidad
contextual y cultural y, por tanto, variar a lo largo del tiempo y de país
en país.

Actividad

¿Qué os parecen las cinco estrategias españolas de acoso psicológico en el trabajo? Que
no son más correctas ni más inteligentes que las anteriores. ¿A qué atribuís que éstas sean
las más frecuentes en España?

A estas alturas, podéis daros cuenta fácilmente de que varias de las técnicas y
estrategias utilizadas por los acosadores ocurren sigilosa y soterradamente. El
acosador se encarga de no dejar huellas, y sólo la víctima percibe la agresión.
Algunas son formas pasivas de agresión, tales como aquéllas en que se emplea
lenguaje no verbal, o como cuando se invisibiliza la presencia de la víctima a
través de recursos como ignorar su presencia, no saludarla o no permitir que
participe en instancias colectivas de intercambio en el lugar de trabajo.

Hay otras formas más activas, como aquellas que implican la destrucción de los
bienes de la víctima, o las que se dirigen directamente a desconfirmar su valía
o destruir su autoconcepto. También son más activas las formas de procurar
su aislamiento social o denigrarla mediante rumores a los que la víctima no
puede enfrentarse o que ni siquiera advierte. Existen, además, otras técnicas
que buscan la participación y complicidad de terceros, como las que recurren
a los chismes o las que impiden a sus compañeros comunicarse con ella.

2.5. Fases del acoso psicológico

Una parte considerable de la investigación en acoso moral está centrada en


la identificación de patrones evolutivos temporales en las organizaciones, es
decir, en averiguar si existe o no un patrón de evolución típico en todos los
casos de acoso.

La propuesta más reiterada en la literatura proviene del trabajo de Leymann


(1996), quien identificó cuatro fases altamente estereotipadas entre trabajado-
res del norte de Europa.

Examinemos estas fases:

1)�Incidentes�críticos�o�fase�de�conflicto. Es una fase de corta duración que


habitualmente comienza con un conflicto que no se resuelve y que da comien-
zo a la escalada del conflicto.
© FUOC • PID_00161333 52 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

2)�Fase�de�acoso�y�estigmatización. El acosador comienza a desplegar sus es-


trategias de acoso en forma persistente y busca el apoyo del grupo, ya sea para
que se coluda en la agresión o para evitar que actúe en defensa de la víctima.
Por su parte, la víctima posiblemente no percibe desde un comienzo lo que
sucede, o no comprende lo que está pasando, negando incluso su experiencia.
El resultado de esta fase es que la víctima es estigmatizada.

3)�Fase�de�intervención�de�las�autoridades�de�la�empresa. El problema es
ahora oficial, y sale así de la invisibilidad. No obstante, como la víctima ha sido
estigmatizada, es muy posible que las autoridades de la empresa prejuzguen
la situación y resuelvan en su contra. Rara vez la empresa resuelve en forma
positiva el conflicto, protegiendo a la víctima de su acosador, investigando con
objetividad y profundidad los hechos, sancionando al acosador y tomando
medidas para que eso no vuelva a ocurrir.

4)�Fase�de�exclusión�o�marginación�de�la�vida�laboral. Lo más frecuente es


que la víctima se autoexcluya del trabajo, o que se le dé la baja por ausencias
reiteradas o por incapacidad laboral con un diagnóstico equivocado (paranoia,
depresión o alteraciones del carácter). El resultado es que la víctima pierde el
trabajo en condiciones que disminuyen su empleabilidad futura, o se margina
completamente de la vida laboral con graves secuelas y daños psicológicos y
para su salud física.

En resumen, desde el punto de vista del acoso moral, como proceso en


la organización se observan cuatro fases: instauración del conflicto, es-
tigmatización de la víctima, intervención de la empresa y exclusión del
trabajador. Las fases pueden sucederse con ritmos y velocidades distin-
tos, según el contexto y las circunstancias particulares con los que el
conflicto se manifiesta. Esta evolución podría detenerse en alguna de
sus fases si se tomaran las medidas necesarias.

En España, el psiquiatra José Luis González de Rivera (2002) formula una pro-
puesta de fases desde el punto de vista de la vivencia de la persona sometida a
una situación acoso moral. Él ocupa una perspectiva clínica, en el sentido de
recurrir a la psiquiatría para explicar lo que ocurre a una persona que experi-
menta acoso moral en el trabajo.

Estas fases ocurrirían en paralelo con las anteriores, es decir, con aquellas pro-
puestas desde la perspectiva del acoso moral como proceso que se desarrolla
en el interior de una organización.

El proceso individual constaría de cinco fases o estadios:


© FUOC • PID_00161333 53 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

1)�Estadio�de�autoafirmación. Muestra inquietud, ansiedad y agresividad mo-


deradas y, a veces, alteraciones del sueño. Corresponde a la fase de inicio del
conflicto.

2)�Estadio�de�desconcierto. La víctima duda acerca de su propia versión y de


su situación. Disminuye su autoconfianza y autoestima. Los síntomas empeo-
ran. Corresponde a la fase del conflicto.

3)�Estadio�depresivo. La víctima pierde eficacia, autoestima y motivación la-


boral. Se autoanaliza y recrimina, o bien se autoculpabiliza. Las alteraciones
previas se intensifican. Desarrolla nuevas estrategias de afrontamiento en un
intento desesperado de mostrar su valía a sí misma y los demás. Estos intentos
fracasan. Corresponde a la fase de estigmatización.

4)�Estadio�traumático�o�de�estrés/ansiedad. Se observan síntomas semejan-


tes al estrés postraumático, con intrusiones obsesivas y sueños repetitivos rela-
cionados con el acoso. Aparece sintomatología psicosomática cardiovascular y
digestiva. Muestra irritabilidad. Desarrolla conductas de evitación o reacciones
de "huida hacia adelante" consistentes en trabajar más y con más dedicación.
Surgen conflictos familiares acompañado de sentimientos de incomprensión.
Coincide con la fase de intervención.

5)�Estadio�crónico�de�deterioro. Incluye síntomas de depresivos, psicosomá-


ticos y del estrés postraumático, tales como recuerdos obsesivos, presión foca-
lizada del pensamiento (monotemático), temor al lugar de trabajo, dificulta-
des de concentración, pérdida subjetiva de memoria, distracción y sensación
de estar ido. La sintomatología se cronifica, el absentismo aumenta hasta el
punto de ausencias por períodos prolongados. La incapacidad laboral puede
llegar a ser absoluta y los problemas conyugales y familiares, graves. Coincide
con la fase de exclusión.

Actividad

Señalad algunas acciones realizadas por el acosador y los posibles efectos sobre su víctima.

En resumen, desde un punto de vista clínico las personas sometidas a


acoso moral en el trabajo van desarrollando una sintomatología cada
vez más grave, que precede cuadros de estrés postraumático y de ansie-
dad generalizada. En algunos casos, las personas que son víctimas de
acoso moral en el trabajo pueden llegar a presentar ideación suicida.

A través de las diversas fases organizacionales o individuales del proceso de


acoso, podemos inferir que la víctima se va haciendo cada vez más y más vul-
nerable a las maniobras del acosador. Sus recursos pierden efectividad y cual-
quier cosa que haga puede volverse en su contra. La situación es desesperada
porque, así las cosas, el lugar de trabajo y las interacciones que ocurren en
© FUOC • PID_00161333 54 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

éste se transforman en un callejón que tiene cada vez menos alternativas de


salida. A medida que el círculo se va estrechando en torno a la víctima, sólo
van quedando dos alternativas posibles para ella: marginarse o ser excluido de
la comunidad laboral a la que pertenecía.

2.6. Efectos del acoso psicológico en el trabajo

Los efectos del acoso psicológico en el trabajo son múltiples pero todos igual-
mente devastadores de la integridad de la víctima. Pueden clasificarse de dife-
rentes maneras. Aquí asumiremos el criterio de quienes se ven afectados por el
acoso moral en el trabajo: efectos sobre la víctima, efectos en la organización,
efectos en la sociedad.

2.6.1. Efectos sobre la víctima

Los efectos sobre la víctima pueden ser de distintos tipos: sobre su salud, sobre
su vida profesional y sobre su vida familiar y de pareja. Todos estos efectos,
como ya se ha afirmado reiteradamente, son devastadores.

La salud física y psicológica se resiente gravemente, disminuyendo la capaci-


dad de trabajar o conduciendo a la incapacidad laboral. La vida profesional
se trunca y la empleabilidad futura de la persona disminuye. La familia y la
pareja entran en conflicto porque no entienden lo que pasa y deben asumir
las alteraciones del comportamiento de la víctima. A veces, la persona acosada
se alcoholiza o ingiere drogas.

Tabla 5. Síntomas del síndrome de acoso psicológico (José Luis González de


Rivera, 2002. El maltrato psicológico. Cómo defenderse del mobbing y otras
formas de acoso. Espasa-Calpe)

• Apatía, desinterés y falta de iniciativa

• Tristeza y abatimiento del ánimo

• Irritabilidad y labilidad emocional

• Cansancio y fatiga fácil

• Agresividad e hipersensibilidad

• Sentimientos de inseguridad

• Recuerdos obsesivos que intranquilizan

• Presión focalizada de pensamiento

• Temor al lugar de trabajo y evitación de cuanto recuerde los conflictos

• Arrebatos de rabia

• Accesos de llanto

• Pesadillas
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• Dificultad de concentración

• Pérdida subjetiva de memoria

• Distractibilidad

• Dolor abdominal. Colon irritable

• Náuseas y vómitos

• Malestar generalizado

• Sensación de tener un nudo en la garganta

• Pérdida de apetito

• Desinterés por la vida social

• Dolor en el pecho

• Sudoración

• Sequedad en la boca

• Palpitaciones

• Ahogos y disnea

• Escalofríos, ponerse colorado de repente

• Dolores musculares

• Dolor de cuello y de espalda

• Temblores

• Sensación de mareo y desvanecimiento

• Dificultad para conciliar el sueño

• Sueño inquieto y perturbado

• Despertarse muy pronto y no poder volver a dormirse

• Dificultad al levantarse por las mañanas

• Sensación de debilidad y falta de fuerzas

2.6.2. Efectos en las organizaciones

En las organizaciones los efectos también son múltiples (algunos directos y


otros indirectos). Entre otros, efectos directos tales como que las empresas se
ven obligadas a afrontar los costes de relaciones laborales deterioradas y ruptu-
ras de relaciones interpersonales en el seno de los grupos de trabajo, la pérdida
de trabajo por detenciones dedicadas al desarrollo del conflicto, por absentis-
mo y por cambios de personal. Y efectos indirectos tales como los referidos
a la reducción de la eficacia y de la productividad, a la pérdida de calidad, al
© FUOC • PID_00161333 56 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

deterioro del clima organizacional y a la pérdida de confianza en la dirección.


A eso hay que añadir en algunos casos, cuando el conflicto se hace público,
los costes derivados de la mala imagen de la empresa.

2.6.3. Efectos en la sociedad

Los efectos sobre el conjunto de la sociedad son también graves. Sólo desde
el punto de vista económico, sus costes se calculan en billones de euros por
concepto de pago de compensaciones, por bajas temporales del trabajo, o ju-
bilaciones anticipadas, o costes por los daños en la salud del afectado y su
rehabilitación.

Todos esos costes sin duda son importantes, pero no mayores que los efectos
que la vulneración de los derechos de las personas tiene para la sociedad en
su conjunto, o el daño social que causa la impunidad en cualquier nivel.

A continuación, podéis ver la tabla adjunta que sintetiza los posibles efectos
que el acoso moral en el trabajo causa en los individuos, en las organizacio-
nes y en la sociedad, a partir de datos empíricos revisados por Hoel, Sparks y
Cooper (2002).

Tabla 6. Posibles efectos de la exposición al acoso psicológico en el trabajo


(tomado de Hoel, Sparks y Cooper, 2002)

Afectado Clases�de�efectos

Individuo • Efectos del estrés: fisiológicos, psicológicos y conductuales


• Estrés postraumático
• Concentración pobre
• Aislamiento social/deterioro en las relaciones sociales
• Irritabilidad
• Inseguridad
• Obsesión
• Consumo de tabaco y alcohol
• Motivación
• Compromiso
• Insatisfacción laboral
• Miedo (ser objetivo o blanco)
• Miedo (ser testimonio)
• Término involuntario del contrato
• Suicidio

Organización • Absentismo
• Rotación
• Cumplimiento
• Presentismo
• Mal uso del tiempo
• Errores/accidentes
• Primas de seguro
• Litigios
• Transferencia de costes
• Capacitación
• Quejas
• Pérdida de habilidades
• Efectos sobre testigos
© FUOC • PID_00161333 57 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Afectado Clases�de�efectos

Sociedad • Jubilación
• Atención médica
• Pérdida de producción
• Amigos y familia

2.7. La invisibilidad y complicidad que aporta el silencio

El silencio transforma a menudo a los testigos del acoso y a los agresores en


cómplices. En el silencio prudente, cobarde o temeroso, los hechos permane-
cen invisibles y de la negación surge la colusión. Mientras tanto, las víctimas
sufren, también en silencio, y son aisladas o excluidas de sus empleos, y su
integridad es amenazada, llevándolas a veces hasta el colapso.

Cuando la ley del silencio en torno a la violencia se rompe por parte de la


víctima o por los miembros de su entorno, la violencia puede ser reconocida,
descrita y registrada. Es posible enfrentarse a ella. La violencia se torna visible y
comienza entonces a retroceder. Así, la ruptura de la ley del silencio en relación
con la violencia en los ambientes laborales se torna en esperanza. Ello puede
marcar el principio de su fin. Al menos, puede evitar a algunas personas vivir
esta tortura psicológica y acabar con la impunidad de la violencia en el trabajo.
© FUOC • PID_00161333 58 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

3. Género, prejuicio y discriminación

Este apartado describe las relaciones de género y su conflictividad desde los


aportes de la literatura psicosocial, de los feminismos y de las investigaciones
en género.

La trayectoria conceptual que abarcamos se refiere a la relación entre psicolo-


gía y movimiento social, desde donde cobran sentido tanto las tesis psicoso-
ciales del conflicto intergrupal, las relaciones de poder y los procesos de iden-
tidad social como los conflictos de la diferencia sexual.

Se ponen en conversación dos ámbitos de reflexión que hasta ahora se man-


tienen en un dialogo cauteloso. Por un lado, problematizar la situación de re-
laciones de género vistas desde las claves conceptuales y la investigación de
la psicología social. Por otro lado, señalar qué pueden aportar las acciones y
reflexiones desde los feminismos a la problematización de la investigación de
la psicología social, especialmente en el estudio de los efectos del conflicto de
género en las relaciones sociales.

3.1. Investigación y políticas sobre los géneros

En la actualidad estamos frente a un conjunto de evaluaciones y medidas que Publicaciones


expresan un diagnóstico sobre la población, así como también de un diagnós-
Publicaciones de organismos
tico sobre la construcción de políticas sociales. Según el conjunto de publica- internacionales y específicos
ciones de organismos internacionales y específicos de las regiones, tanto la de las regiones.
• Estadísticas de género, una
realidad social (ver glosario) como la metodología usada en la investigación herramienta para el cam-
social se encuentran en una situación de impasse sobre el género. La realidad bio, estadística sueca, 1996,
Suecia;
social estaría precisada por la patente desigualdad entre mujeres y hombres, • Anuario Hojas de Warmi,
Investigación para el feminis-
que tiene por efecto los conflictos sociales y familiares entendidos desde el mo, 10, 1999, Universidad
de Barcelona;
género. Esta realidad no ha sido lo suficientemente atendida hasta ahora, por-
• Serie políticas sociales, 21 y
que en el nivel de las investigaciones y diseños no se diferenció a la población 22, CEPAL, 1998;
• Serie Mujer y Desarrollo El
de acuerdo a indicadores y criterios de género, de modo que hoy no se dispo- desafío de la equidad de gé-
nero y los DDHH en el siglo
nen de datos suficientes que permitan tomar medidas sobre los conflictos de XXI, 7, CEPAL ECLAC 2000.
género en el ámbito de las políticas públicas. • y otros.

La urgencia actual, por tanto, estriba en averiguar la información sobre la si-


tuación de la población diferenciada entre mujeres y hombres evaluando este
diferencial como estándar de conflictividad dada y/o potencial entre los gé-
neros, entendiéndolos como datos necesarios para mejorar y/o crear formas
institucionales que regulen políticas sobre equidad de género.
© FUOC • PID_00161333 59 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"La equidad de género, elemento constitutivo de la equidad social, exige un enfoque in-
tegrado de las políticas públicas. Hasta ahora, ha prevalecido en la región una asociación
de las políticas de género con las sociales; recién a partir de la cuarta conferencia mundial
sobre la mujer se comenzaron a desplegar más esfuerzos por relacionarla con las políticas
macroeconómicas y de gobernabilidad."

CEPAL (núm. 27, p. 9)

En cuanto a una política pública, al hacer un análisis de la documentación


existente, en los cuadros de información resaltan los datos de las últimas dé-
cadas en Latinoamérica:

"En la región se señala que de 38 países analizados por Naciones Unidas, 30 países crearon
alguna instancia gubernamental dedicada a la mujer en los años setenta. De ellos, 28 han
desarrollado alguna modificación o reforma legal en los últimos 10 años, y 26 de ellos
se sabe que mantienen actualmente programas ministeriales relativos a la especificidad
sectorial."

CEPAL (núm. 27, p. 9)

De modo que no se trata tanto de no disponer de datos duros sobre la situación


de las mujeres con relación a los hombres, sino de contar con criterios de
análisis que hablen de las especificidades percibidas, de las valoraciones y de
las medidas ya tomadas, que detallen la magnitud de disparidad de género,
que expliciten las inequidades de género en todo el espectro de la realidad,
que sean índices sociales, económicos, políticos y culturales y que creen un
diagrama para las decisiones y medidas públicas sobre los géneros.

De acuerdo a algunas perspectivas sociales, las mujeres se encuentran actual-


mente en situación de desigualdad global; es decir, la cuestión abarca las di-
mensiones social, económica, cultural y política frente a los hombres y es eso
lo que debe ser levantado como información para una política de desarrollo.

"La posición sistemáticamente inferior de las mujeres dentro y fuera de la familia en mu-
chas sociedades apunta a la necesidad de tratar el género como una fuerza específica en
el análisis del desarrollo. Las políticas y análisis sobre el desarrollo no pueden divorciarse
de las categorías de género y de las observaciones sobre las diferencias sexuales."

Sen (1999, p. 60)

En particular, se destaca la necesidad de impulsar análisis y procesos de inves-


tigación donde el criterio de género sea una matriz inicial tanto para recoger
los datos de manera diferencial como para asumir en la planificación de las
políticas sociales indicadores que expresen esas dificultades derivadas de las
desigualdades de género.

"Allí observar las divisiones intrafamiliares como formas de desigualdad de género, es


un primer paso para asumir en los análisis del desarrollo las formas que puede tomar la
supervivencia y bienestar de las mujeres en una sociedad."

Sen (1999, p. 65)


© FUOC • PID_00161333 60 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Si nos situamos en los estudios actuales en Latinoamérica, en ellos se eviden-


cian resultados de investigaciones que hablan, por un lado, de la necesidad de
demostrar la magnitud de la inserción de la mujer en los espacios públicos y, a
su vez, de cómo esta inserción va acompañada de una falta de reconocimiento
social, cultural y económico hacia las mujeres.

En algunos estudios de Naciones Unidas la cuestión indispensable ha sido re-


levar la información que diferencie entre varias formas familiares como un ca-
mino de análisis de las cuestiones de género. Y es que se afirma, por ejemplo,
que de una de cada cinco familias son uniparentales con jefatura de mujeres.

"Estas familias de jefatura femenina suelen estar constituidas por mujeres solteras o se-
paradas, por lo general jóvenes, y constituyen los hogares más vulnerables, en términos
de la maternidad, crianza y pobreza."

I. Arriagada (1997, p. 29)

Los estudios a estos niveles de precisión son los que han hecho posible distin-
guir entre formas de desigualdad social entre familias y la desigualdad genérica
en el seno de la familia. La primera distingue según niveles de pobreza o por
razones geográficas y étnicas, mientras que la segunda, es decir, las desigual-
dades en el seno de las familias, alude más bien a las diferencias relativas a la
composición de la familia, de acuerdo con las diferenciales de género en ellas.

En los estudios sobre situación de las mujeres en Chile (SERNAM, 2001) se or- Chile
ganiza un conjunto de datos que nos permiten acceder al contexto cotidiano,
Por ejemplo en este país, entre
conjunto que nos permite hablar de desigualdades de género. los resultados se destaca que
teniendo los mismos cargos
y responsabilidades laborales
Si bien se destaca que se ha producido un aumento significativo, en las últimas en instituciones públicas como
privadas, las mujeres ganan el
décadas la mayoría de las mujeres trabajan fuera del hogar en el ámbito público 70% del sueldo de un hombre
o privado, pero su porcentaje total de participación en la fuerza de trabajo es que cumple la misma función.

cercano al 40%, por lo que se puede decir que las mujeres se ubican en el sector
informal del mundo laboral (SERNAM, 2001).

Además, según este estudio las mujeres mantendrían las mismas responsabi- Estudios SERNAM
lidades en la crianza de los hijos y en la administración del hogar que hace
Uno de los datos más aberran-
treinta años, situándose dentro de la realidad de la doble jornada de la mujer. tes de los estudios realizados
A esta doble jornada de las mujeres en la cultura chilena se sumaría la falta de por SERNAM en conjunto con
el INE (Instituto Nacional de
reconocimiento de su poder en instancias de decisión como son los liderazgos Estadística) sostiene dentro de
los datos estadísticos que el
en espacios de autoridad, donde las mujeres ocupan apenas entre un 14% y 50,1% de las mujeres entre los
un 24% de los cargos que implican toma de decisión, como jefes, directores, 15 y 65 años de edad ha expe-
rimentado alguna vez en su vi-
senadores, etc. (Sernam/INE, 2001). da algún tipo de violencia físi-
ca, psicológica y/o sexual por
parte de un hombre.
De esta información nacional surge el diagnóstico hecho por la instituciona-
lidad pública dedicada a materias de género, que viene a demostrar la nece-
sidad de impulsar una política de género que resuelva transversalmente una
realidad social que conflictúa las relaciones entre hombres y mujeres. Es de-
© FUOC • PID_00161333 61 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

cir, estaríamos frente a una situación de desigualdad de oportunidades hacia


la población de mujeres que cruza diversos sectores, necesidades y prácticas
sociales en donde éstas se encuentran.

En términos generales, se puede aseverar que el diagnóstico público res-


pecto de las desventajas por género está relacionado con una igualdad
funcional de hombres y mujeres en los espacios laborales, una desigual-
dad estructural en términos cotidianos y de remuneraciones y un abuso
de poder por parte de los varones dentro de los espacios privados y fa-
miliares, expresados en la doble jornada de las mujeres y en las formas
de violencia física, psicológica e íntima entre los sexos.

La situación actual a la que se enfrentan las políticas públicas específicas a


la disparidad de género, definidas por ciertos atributos que diferencian entre
hombres y mujeres, se cifra en ampliar la mirada del género a un espectro más
amplio de las disparidades globales que todos los agentes y actores sociales
enfrentan cuando actúan con mirada de género. La desigualdad de género se-
ría una dimensión de la realidad social que excede las cuestiones relativas al
ámbito doméstico o del ámbito de la natalidad como cuestiones tradicional-
mente indiscutibles y pertinentes al mundo de las mujeres, en la medida en
que las disparidades de género son transversales y cruzan la realidad social,
desde cuestiones macroeconómicas hasta acciones políticas, relativas al acceso
en la toma de decisiones públicas e institucionales, etc.

"Las estadísticas sobre mujeres y hombres son necesarias para: elevar la conciencia, per-
suadir a los diseñadores de políticas y promover cambios con bases no sesgadas."

B. Hedman y F. Perucci (1996). Estadísticas de género una herramienta para el cambio (p.
41). Suecia.

Esta cuestión poblacional se hace indispensable en materia de políticas públi-


cas. Ahora bien, respecto a esta división estadística descrita como sexo hombre
y sexo mujer, ¿cuáles serían las especificidades de género que abren esta divi-
sión matemática hacia nuevas líneas de acción e investigación social? ¿Qué
nuevas lecturas podemos hacer de la diferencia sexual dada como población
global, cuando se comienza a hablar desde las particularidades culturales del
género?

3.2. Enfoque de género

En principio el verbo, en segundo lugar, el hombre, en tercero, la costilla de


Adán: al parecer ahí empezó un problema, que ha sido dicho, pensado organi-
zado desde distintos planos conceptuales y políticos. El movimiento feminis-
ta, en tanto historia de un movimiento social que ha ganado bastante, ha per-
dido también y se ha enfrentado interiormente, ha permitido hacer político
un problema de la intimidad de las mujeres, ha permitido que como mujeres
© FUOC • PID_00161333 62 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

accedamos a la palabra, a la circulación del espacio público, a la autonomía de


decisiones sobre cómo ser, a ser sujeto, sujeto de reconocimiento, de derecho,
autoridad potencial para hablar y hacer en lo social.

El género desde la literatura feminista, se entendía como una categoría ma-


crosocial, equivalente a la clase o la etnia, cuya especificidad radicaba en la
distinción mujer y hombre, actores sociales que adquirían:

"... un status construido por medios psicológicos, culturales y sociales."

West y Zimmerman (1990). Doing Gender in Gender and Society (núm. 2, p. 4).

Hablar de género para algunos intelectuales ha implicado absorber la lucha a


la que ha debido enfrentarse el movimiento feminista especialmente, después
de su posicionamiento en la década de los cincuenta, respecto a los conflictos
y ganancias ligados al reconocimiento público de las mujeres, en el sentido
de que ya hablar de género es quitarle fuerza al valor reivindicativo de lo lla-
mado feminista. Sin embargo, para quienes vieron un avance y oportunidad
en el término género, éste marcaba un vuelco político en el tratamiento de las
diferencias.

"Las feministas deseaban insistir en las cualidades fundamentalmente sociales de las dis-
tinciones basadas en el sexo."

J. Scott (1999). En: M. Navarro y C. Stimpson. Sexualidad, género y roles sexuales (p. 38).
Argentina: Fondo de Cultura Económica.

A partir de este panorama en el que se describió la realidad de género, la li-


teratura entendió en primera instancia como una desigualdad de hombres y
mujeres. De ahí se fue haciendo necesario comprender y delimitar una con-
cepción de género que permitiera abrir el diálogo sobre los fenómenos sociales
involucrados en formas de convivencia y de intimidad entre hombres y mu-
jeres en la cultura occidental moderna.

La literatura sobre género ha suscitado gran número de preguntas entre las Lectura recomendada
disciplinas. Desde las ciencias sociales, el foco de mirada sobre los conflictos
C. Amorós (1994). Feminis-
entre hombres y mujeres se ha centrado en concretizar los contextos de apli- mo: Igualdad y Diferencia. Mé-
cación de las lógicas de la igualdad y la diferencia dilucidadas en el feminismo xico: UNAM.
M. Burin y E. Dio Bleichmar
filosófico. Especial atención se brindó a las cuestiones políticas de derecho,
(1996). Género, psicoanálisis
como fueron (y aun son para países como Chile) los desafíos políticos para y subjectividad. Buenos Aires:
Paidós.
alcanzar la ratificación de los derechos económicos, sociales y culturales para
las mujeres y la implementación de principios políticos para el diseño de es-
trategias de reparación sobre situaciones de discriminación y exclusión social
por razones de género (Corporación La Morada, 2001).

Por lo tanto, la investigación social sobre género no pudo ser ajena a la historia
del recorrido de los feminismos (C. Amorós, 1994, p. 25). Estos trabajos, prin-
cipalmente procedentes de los movimientos feministas, de mujeres e intelec-
© FUOC • PID_00161333 63 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

tuales críticos, describen el proceso de construcción social e histórica de las


sociedades del "patriarcado", específicamente concentrándose en la dualidad
entre lo público y lo privado (Fernández, 1992).

Estos análisis se hicieron relevantes para las sociedades actuales como expre-
sión de las dicotomías del ser hombre y ser mujer (M. Román, 1991, p. 170).
Algunos feminismos pusieron de manifiesto desde un comienzo que la divi-
sión social entre hombres y mujeres implicaba una segregación y una minus-
valía por parte de ellas en el contrato colectivo, es decir, significaba que como
mujer se clasificaba con rango menor entre los roles sociales disponibles.

Es cierto que hoy se está hablando de géneros como una categoría más flexi-
ble y abierta con oportunidades para construir nuevos significados sobre lo
humano. Es la posibilidad política y existencial del género humano cuando
asuma su diversidad, se multiplique entre los "géneros humanos", donde nue-
vas alternativas de ser y de presentarse al otro se posicionarán como proyec-
tos identitarios menos universales y más múltiples (Braidoti, 2000). Por cierto,
esta literatura requiere una discusión más amplia, que excede el contexto de
este trabajo.

3.2.1. El género, sexualidad y sus definiciones

Joan Scott (1985), una de las autoras del estudio conceptual e histórico sobre
género, señala en El género una categoría útil para el análisis histórico, que el
hecho de haber comenzado a hablar de género tiene relación con:

"ofrecer un modo de diferenciar la práctica sexual de los roles sociales asignados a hom-
bres y mujeres."

J. Scott (1999, p. 43).

Por encima de una distinción corporal y cromosómica que justificara la natu-


ralidad de las cuestiones sexuales como si fuera un asunto de lo que vemos
en una superficie, surge la determinación de las personas como ciudadanos
interesados en producir un mundo que les distinga sexualmente desde apa-
riencias, maneras o estilos llamados de género, el género como reemplazo del
cuerpo, el género señalando algo externo de los deseos e intereses colectivos,
que no podemos elegir, sino asumir e incorporar. Sin embargo, las visiones
más reflexivas sugieren que la primera cuestión del género es develar que:

"Nada se encuentra ya dado naturalmente en las funciones y valores asignados a las iden-
tidades de hombre y mujer."

Galende (2001, p. 15).

De esta manera, la diferencia sexual comienza a ser una pregunta por la trans-
formación de los modos de relación, de vinculación y transformación de la
convivencia, de los espacios de producción, reproducción y deseos basados en
los criterios de distinción sexual, pero donde éste excede la mera distinción
corporal y pasa a ser una fuente de producción política, social y cultural. Así,
© FUOC • PID_00161333 64 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

la sexualidad, más que ser el comienzo de la discusión sobre género, se utilizó


como argumento dentro de la literatura sobre género. Por eso C. MacKinnon
(1982) señala:

"La sexualidad es al femenino como el trabajo al marxismo; lo que nos es más propio
pero se nos quita más [...] la objetivación sexual es el proceso primario de sujeción de
las mujeres."

Navarro y Stimpson (1999, p. 53).

La pregunta por las relaciones entre hombres y mujeres entraña tanto formas
de distinción corporal/sexual como formas de definir y practicar un contrato
social. Se encuentran allí para poner en acción vínculos previamente plasma-
dos por imaginarios, significados y valoraciones sobre cómo expresarse entre
los géneros humanos en una cultura y época particular, donde se establece que
nos presentamos como las dos alternativas de ser mujeres y ser hombres.

En ese punto, las discusiones sobre el género vuelven a la cuestión de la dife-


rencia sexual, porque en la sexualidad se dificulta la autonomía como capa-
cidad de elegir y darle forma singular a la biografía personal de hombres o
mujeres por separado. La sexualidad es, en primera instancia, la posibilidad de
que disponemos para dar vida. La reproducción obliga a reducir la distancia
entre hombres y mujeres y nos impone la pregunta por la descendencia, es
decir, donde la interdependencia irrevocable entre hombres y mujeres pasa
por la reproducción.

El problema político es que ésta fue la fuente primera de sujeción de la mujer,


su cuerpo ligado a la descendencia. Ello acarreó costes colectivos y subjetivos
toda vez que se quiso salir de esa determinación, porque el sentido de vida del
ser mujer se articuló desde esos parámetros sociales.

"La mayoría de las mujeres han sido educadas en familias tradicionales, donde las coor-
denadas de la identidad se han fijado en lo esencial de los significados y valores de lo
femenino. Estos significados organizan su subjetividad y sus prácticas."

Galende (2001). Sexo y amor; anhelos e incertidumbres de la intimidad actual (p. 15). Paidós
contextos.

Por todo esto podemos decir que en este escenario de los valores de género, la
diferencia sexual emergió como un universo natural, para abrir los referentes
simbólicos y diacrónicos de tal distinción categorial. El género como concep-
to explicativo de una realidad social visibilizada por la diferencia y comple-
mentariedad de mujeres y hombres implicó un conjunto de significaciones,
materialidades y operaciones que nos involucraron como seres humanos, y
en lo humano que reconocemos de nuestras vidas, atendiendo tanto al orden
de la experiencia como de la planificación política o el compromiso con la
intimidad.

Así, hablar de género es entrar a mirar los procesos históricos, viendo cómo en
la actualidad (moderna y/o postmoderna) articulamos discursos, decisiones,
identificaciones que van haciéndonos realidad en la medida que nos movemos
© FUOC • PID_00161333 65 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

y nos producimos como sujetos de género. El género viene a denotar que tanto
los hombres como las mujeres son definidos uno con relación al otro y no se
puede entender a ninguno por separado (Informe PNUD, 2002).

El género como estilo de vida, como división del trabajo, como estatus
social señala una fuente de realidad social determinante, distinguiendo
entre varones y damas en la circulación del espacio público. Ese inter-
cambio tiñe inevitablemente con la tensión del ejercicio de poder de
una sociedad patriarcal, connotando lo masculino como plusvalor res-
pecto de lo femenino; lo universal, la ciencia y la verdad sobre la singu-
laridad, la creencia y la emoción (Fox, Kéller, 1994).

En este contexto, el problema de la desigualdad de género tiene relación con


la lucha por el reconocimiento del derecho de igualdad y de diferencia simul-
táneamente, desde el voto eleccionario hasta el derecho a estudiar, trabajar,
adquirir bienes o elegir sobre el cuerpo.

Ahora bien, las feministas nos dirán que el movimiento emancipatorio de


nuestras madres logró superar este impasse de la autonomía/independencia de
las mujeres respecto de los hombres con la píldora y el control de la natalidad,
liberando el placer sexual de hombres y mujeres respecto de la consolidación
de la familia, la crianza y la reproducción de la especie. Efectivamente, los
avances en materia de natalidad son derechos ganados, como todo el trabajo
mundial disponible sobre derechos sexuales y reproductivos, sobre las movi-
lizaciones por el derecho a elegir, etc., como fuentes sociales que alivianan la
interdependencia entre los géneros, donde se dan más posibilidades de elec-
ción hacia las personas concretas de una sociedad como la actual.

Si éste es el escenario ganado ¿por qué hoy día seguimos enfrentados al ma-
lestar, a la incomodidad en las relaciones heterosexuales, en las diferencias
llamadas de género en nuestras vida cotidianas?

"Si bien las mujeres han sido el sujeto social de la transformación de las relaciones de
género, esto no implica que no acarreen costes subjetivos."

E. Galende (2001). Sexo y amor; Anhelos e incertidumbres de la intimidad actual (p. 15).
Paidós contextos.

Puesto que la diferencia de ser hombre y ser mujer es transversal a los diferentes
problemas sociales y cruza diferentes contextos culturales, ser hombre y ser
mujer es volver a la pregunta por un primer otro, el primer otro del otro, el
hombre otro de la mujer, la mujer otro del hombre; es la diferencia sexual
como nacimiento de la otredad, como posibilidad de dar vida o no darla. Es,
por tanto, una pregunta volcada hacia la subjetividad (Agacinski, 1998).
© FUOC • PID_00161333 66 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Sentados frente a la discusión que entraña el complejo entre el género y la


sexualidad, sólo podemos acceder al problema del conflicto entre los géneros,
cuando abrimos la discusión sobre las condiciones sociales, culturales e his-
tóricas de la distinción entre lo masculino y lo femenino como contenidos
culturales de la identidad sexual, cuestiones que salen del problema de la de-
sigualdad estadística, para sugerir nuevas preguntas sobre las diferencias vivi-
das, sobre las distintas formas de apropiación y experimentación del género,
es decir, sobre las formas de la subjetividad del género y los modos singulares
que toman los sentidos construidos como la otredad de género y otredad de
sexo en esta cultura.

3.2.2. Relaciones de género; masculino y femenino

¿Qué puede significar hoy día este conjunto de creencias, valores y pautas de
relación de género? El despliegue de la literatura sobre género sienta las bases
del problema en el ámbito de la cultura patriarcal. Por patriarcal se entiende
una serie de clasificaciones de las formas de ser del género, donde las moda-
lidades serán lo femenino y lo masculino, y las figuras para entender a cada
uno puede leerse como sigue:

"Lo femenino son los valores de la maternidad, de la pasividad en el deseo sexual y la


seducción, el matrimonio como fuente de seguridad y protección por parte del hombre
que quiere contraerlo con ella."

E. Galende (2001). Sexo y amor; Anhelos e incertidumbres de la intimidad actual (p. 17).
Paidós contextos.

A su vez, pueden entenderse lo masculino en relación a lo femenino como:

"Todo lo que tiene que ver con la competencia, la dicotomía, el dominio, el sometimien-
to, las cantidades, la rivalidad, la envidia, es masculino (del hombre o de la mujer), lo
femenino es lo que no tiene rating, el sector no prestigiado de una sociedad donde el
éxito, la fama, la riqueza, la guerra son los valores. Así la sangre, el dolor, la seducción,
la convicción de que en la competencia la humanidad pierde siempre, el hacer sitio en
vez de empujar, no gozan del favor de nuestra sociedad y de nuestro tiempo."

Millonschik (2000, p. 27)

Sin embargo, ¿qué pueden ser estas categorías, si no son referentes naturales
de mujeres y hombres respectivamente? Este conjunto de imágenes, referentes
y sentidos de la diversidad de los femenino y lo masculino nos habla sobre
un sistema de organización del género de nuestra sociedad contemporánea,
donde la dicotomía de esta significación se asienta sobre una situación preca-
ria, es decir, una dicotomía que sólo tiene sentido si la ponemos en escena
constante, en cada gesto, en cada encuentro con el "otro", porque:

"La virilidad del hombre y la feminidad de la mujer son construcciones subjetivas inesta-
bles, conflictivas, no existen puras, su característica es la tensión y la necesidad de autoa-
firmación constantes. Uno de los apoyos para atenuar la tensión es apelar al cuerpo visi-
ble, sin embargo sabemos que las formas de los cuerpos no nos garantizan la identidad."

E. Galende (2001). Sexo y amor; Anhelos e incertidumbres de la intimidad actual (p. 39).
Paidós contextos.
© FUOC • PID_00161333 67 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Para que los valores de género se mantengan como realidad en las relaciones
de hombres y mujeres, la organización del mundo debe ser constantemente
calificada como tal por sus interacciones cotidianas. Frente a cada acción se
presenta un sujeto que estimará si este significa como femenino o masculino.

"Lo masculino y lo femenino, sus significados y valores se transforman por la acción de


las personas concretas, cuando éstos sitúan los espacios sociales e institucionales."

E. Galende (2001). Sexo y amor; Anhelos e incertidumbres de la intimidad actual (p. 42).
Paidós contextos.

Sin embargo, ¿qué puede ocurrir cuando esos referentes ya no aportan nada
para dar solución a los interrogantes y problemáticas dados en el ámbito de
las prácticas cotidianas en la pareja, la familia, el espacio urbano o el trabajo?
¿Qué hacer si, siendo mujer y queriendo ser femenina, para ser profesional y
recibir el reconocimiento público, hay que presentarse como capaz de ganar
una competencia y mantener los afectos bajo control aunque se encuentre
en una situación de abuso en las relaciones laborales? En otras palabras, de
acuerdo al código de género, ¿habría que masculinizarse?

Para I. Meler y M. Burin (1999), las posiciones de género son tomadas como
fuentes ideológicas (concepciones de mundo y sistemas de representación)
que imponen una dicotomía en vez de entregar alternativas facilitadoras, don-
de el género como ideología rigidiza las oportunidades de moverse como hom-
bres y mujeres en la vida social, sea ésta familiar, profesional o cotidiana y se
impone la contradicción y conflicto entre los géneros, entendido éste como
un conflicto entre mujeres y hombres donde:

"[...] las mujeres de hoy no aceptamos mostrarnos temerosas para que ellos parezcan
valientes, ni funcionar como seguidoras para delegar en los hombres el liderazgo."

E. Galende (2001, p. 48)

La cuestión problemática entonces aparecerá cuando las representaciones y


valoraciones del género se encuentren escindidas de las preguntas que nos
hacemos hombres y mujeres sobre la diferencia sexual. Cuando eso ocurre,
el género comienza a verse como un referente ideal (lejano y absoluto) que
nunca coincide con las prácticas y expresiones identitarias por los que optan
los sujetos en cada momento en sus vidas como sujetos sexuados. La identidad
allí no es algo dado a priori, no hay una correspondencia obvia entre disponer
de un cuerpo de mujer con todas sus implicaciones sobre la vida (por ejemplo
la reproducción, los ciclos etc.) y asumir posiciones, creencias, prácticas que
en nuestra cultura se entienden como femeninas. Lo femenino es un ideal
de ser al cual podemos acercarnos, como debatir, interrogar, problematizar o
dudar de él.

"Lo femenino no es patrimonio de las mujeres, es un modelo de pensamiento, un tercer


ojo, no está inscrito en el sistema de valores vigentes."

Millonschik (2000, p. 27)


© FUOC • PID_00161333 68 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

En este sentido, ser competitivo como valor masculino puede comenzar a ser
una representación cultural de la cual los hombres ya no quieren disfrutar.
Podemos ocupar lugares de soberbia siendo mujeres o rechazar la fama sien-
do hombres. Así, el hecho de que las decisiones sobre una empresa estén en
manos de un hombre y que el cuidado de los niños sea una práctica de las
mujeres nada tienen de naturales; por el contrario, responde a operaciones de
construcción históricamente justificadas. Sin embargo, en las relaciones socia-
les mantenemos prácticas que muestran que esas representaciones son válidas,
pertinentes y fiables. Efectivamente, frente al género, los hombres y mujeres
concretos nos debemos conformar y/o podemos resistir, y para resistir las for-
mas sociales del género se han forjado movilizaciones, esfuerzos colectivos y
costes personales que se abren hacia nuevas fronteras de ser.

"[...] las mujeres están exigidas por ellas mismas a desprenderse de las trampas de la ma-
ternidad, el riesgo de la sensibilidad, de la prisión en que el matrimonio encierra su se-
xualidad."

E. Galende (2001, p. 16)

Así, hoy día el conflicto entre los géneros se sitúa particularmente en el espa-
cio entendido como intimidad. Lo íntimo más acá de lo privado como fuente
de localización de identidades descontextualizadas para los cuerpos de muje-
res y hombres. Seres, oportunidades sociales y praxis colectivas que hoy están
expresando incomodidad con los llamados roles, discursos y posiciones pre-
viamente sostenidas del ser femeninos y masculinos. Lo íntimo comienza a
volverse prioritario frente a la falta de resolución política y pública de estos
cambios sociales. Las estrategias públicas, sean jurídicas, culturales o sanita-
rias, ya no dan abasto ni para materializar mejores formas de vida, ni para
darle sentido a la subjetividad actual, que pide insistentemente nuevas formas
de darle sentido a una convivencia y un contrato social que, reconociendo las
diferencias de género, logre alcanzar encuentros, proyectos y deseos de cómo
ser hombres y mujeres.

"La cuestión de la intimidad sexual y amorosa adquirió connotaciones políticas, no por-


que el feminismo haya politizado la vida íntima, sino porque reveló que la vida íntima
estaba sujeta a las mismas dinámicas del poder y la dominación que rigen la vida social."

E. Galende (2001, p. 29)

El conflicto de género opera como realidad social. Como un asunto objetivado


y exterior a las decisiones de los sujetos donde aparece el cruce de dos claves
comprensivas. Por un lado, el conflicto dado entre sujetos sexuados y las for-
mas sociales que toman las identidades de género (representaciones sociales
e identidad) y, por otro lado, cómo las distinciones y significados sobre el gé-
nero se incorporan a la batalla de hombres y mujeres por el acceso a espacios
de poder. Es decir, el conflicto de los movimientos, actores y sujetos sociales
en las relaciones de poder. Éstas son las claves que la perspectiva psicosocial
aportará al análisis.
© FUOC • PID_00161333 69 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

3.3. Psicología social y realidad de género

¿Dónde situamos el conflicto de género? ¿Desde dónde problematizar la vio-


lencia entre parejas de hombres y mujeres, la insatisfacción sexual en la pareja
heterosexual, la discriminación denunciada por agrupaciones feministas, las
reivindicaciones escritas por intelectuales mujeres, los debates legislativos so-
bre paridad de género, la creación por parte de la ONU de un índice de poten-
ciación de género, etc.?

Divorcio

Si observamos las respuestas a esta pregunta de una encuesta aplicada en Santiago de


Chile como la siguiente, frente a la frase "no se debe permitir el divorcio, pues se pone
en peligro la solidez del matrimonio y la familia", un 43% responde estar de acuerdo y
un 57% responde no estar de acuerdo. Las opiniones están bastante divididas en la po-
blación encuestada, aunque se tiende a favorecer la aceptación del divorcio (Fundación
IDEAS, 2000). ¿Qué está ocurriendo en las relaciones entre los géneros, que la libertad
para elegir separarse o no del matrimonio es una cuestión tan polémica en el ámbito de
las opiniones? ¿Cómo medir la disponibilidad para la transformación social de género
con este resultado? ¿Cómo hacer justicia, instituir derechos, consolidar una realidad so-
cial de la práctica del divorcio y su reconocimiento legal (en Chile el divorcio no existe)
donde los géneros estén democráticamente legitimados, socialmente reconocidos y co-
tidianamente considerados?

La psicología social crítica sostiene que si analizamos la realidad social como


un conjunto cerrado de categorías, caemos en el peligro de la reificación de las
categorías, por ejemplo, de mujeres víctimas y hombres victimarios, de enfer-
mos versus productivos, de madres versus guerreros, evitando problematizar el
conflicto que entraña la diferencia de unos y otros, en este caso, la diferencia
sexual. Esto tiene como efecto rigidizar las prácticas cotidianas e instituciona-
les que sostienen las relaciones de poder entre los géneros, restringiendo las
oportunidades para la constitución de sujetos autónomos y de identidades en
relación. Por ello, la primera cuestión que tenemos que analizar será la cate-
gorización de género y su efecto conflictivo.

La psicología social ofrece diversas posiciones para comenzar a analizar la rea-


lidad social de las identidades genéricas. Aquí asumiremos una perspectiva
reflexiva sobre la realidad social, donde entre en diálogo la psicología social
con la literatura sobre género y diferencia sexual. Una aproximación reflexiva
implica atender a la composición y veracidad de la realidad social de los con-
flictos de género, donde el género como objeto no es transparente ni queda
exento de construcciones previas, puesto que éstas son incorporadas al modo
de ser y hacer de hombres y mujeres concretos, campo en el que entran en
juego las fibras y estrategias de dominación social.

Los conflictos de género se experimentan como una realidad. Por tanto, de-
beríamos preguntarnos por la composición de la realidad social del conflicto
de género. Esta realidad social ¿dónde comienza, cuál es su lugar, para quién
tiene sentido, cuáles son los intereses para hacerla público, resolverla, dinami-
zarla, etc.? La realidad social como fuente de comprensión de los procesos de
configuración de las identidades ha sido materia de análisis de la disciplina
psicológica desde sus orígenes. La discusión comienza en Freud y su análisis
© FUOC • PID_00161333 70 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

de la realidad psíquica como fuente de interpretación de la estructura anímica


del sujeto y en H. Mead y su dialéctica entre yo y mí como un diálogo interna-
lizado. Como un modo de sintetizar estos debates, Glasenfeld (1975) define la
relación entre sujeto y realidad señalando que el ser humano se construye a sí
mismo en un proceso de interacción dialéctica constante con un mundo pro-
ducido por él. Por eso, analizaremos los elementos constructivos de la identi-
dad, del poder y de la movilización que entraña la realidad social del género.

3.3.1. El conflicto de género y poder

Desde la psicología social la investigación sobre el conflicto ha tenido lugar


como fuente de indagación sobre la transformación de la realidad social. El
cambio de las condiciones de vida difíciles ha sido un desafío de la psicología
social desde los años sesenta (Moscovici, Martín-Baró, Gergen), buscando es-
trategias de acción psicosocial que promuevan las relaciones sociales más que
la división.

A su vez, como veíamos, la problemática de género se viene definiendo como


un asunto de enfrentamiento entre el ser mujeres y hombres, porque las cate-
gorías que representan a los géneros están siendo experimentadas como dico-
tómicas, de lo cual se desprende que en las relaciones de género se enfrentan
el malestar de ser uno u otro. Inclusive más allá de la formalidad institucional
esto ha comenzado a surgir a nivel de los encuentros informales, cercanos y
amorosos de la heterosexualidad, de las relaciones interpersonales entre un
hombre y una mujer. Así, en la visión heterosexual de las prácticas concretas
de los géneros nos vemos enfrentados entre mujeres y hombres. Ahí es donde
se está viviendo la contradicción más dolorosa entre la identidad y los valores
asignados a cada categoría del género.

"La guerra de los sexos afecta al interior de la vida, las relaciones cotidianas del amor, la
pareja, la relación con el otro en el trabajo, en los vínculos de amistad, la relación con la
reproducción y el trato con los hijos, el lugar de cada uno en la esfera social y la produc-
ción cultural, no tiene fronteras y no cuenta con regiones neutrales [...] esta guerra nos
obliga a la convivencia, bajo el reordenamiento de las relaciones de poder y dominación,
instalada violenta sus identidades conocidas, redefine sus papeles en las relaciones de
amor y de sexo, condiciona el desempeño de los valores masculinos y femeninos en la
esfera social y en la vida de las instituciones."

E. Galende (2001, p. 11)

Desde Martín-Baró (1984), los conflictos, al menos en Latinoamérica, no pue-


den verse independientemente de los modos de control sobre ellos. De allí que
para el autor los conflictos sociales son siempre conflictos de poder. El con-
flicto de poder es lo que se opone a la transformación, porque la dominación
restringe las posibilidades de los sujetos, determinando los caminos a través
de los cuales se hacen posibles unas identidades y se dificultan otras. Ése sería
el caso de desempeñar un rol laboral ligado a cargos de decisión y autoridad
con una visión identitaria de género femenina o iniciar un proceso de crianza
de los menores en la familia desde los roles masculinos. Allí las relaciones de
© FUOC • PID_00161333 71 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

poder entre hombres y mujeres se disputan los sitios sociales en pos de su re-
conocimiento identitario como jefes y padres desde lo que se concibe como la
realidad de ser hombres y mujeres en la cultura.

Para Martín-Baró (1984), el estudio de los conflictos sociales analiza las diná-
micas de dominación y resistencia, es decir, relaciones de poder. Y a la vez, es
adentrarse en las formas estratégicas que puede tomar el control social para
forzar y/o seducir a fin de lograr objetivos comunes. Siguiendo a Moscovici
y Faucheux, entiende que el poder se ejerce porque un dominador dispone
de los recursos para obligar a otro a someterse. En este sentido, el conflicto
expresa los niveles de desacuerdo y desapropiación por parte de los sujetos en
cuanto a lo que se espera de ellos socialmente. A la vez, es una forma de medir
y controlar el conflicto social.

En la realidad del género, esto puede leerse como conflicto de poder, porque
detrás de la naturalidad que entraña la corporalidad de hombres y mujeres,
nos encontramos con formas de socialización que nos someten, donde el cruce
entre la sexualidad y los géneros está sujeto a la movilidad prestada en las
relaciones de poder. Es el uso de estrategias de control y dominación de unos
sobre las otras.

"[...] No es la masculinidad la que construye el sistema de poder al que las mujeres se han
encontrado sometidas y del que tratan de liberarse, es el poder material de los hombres
en la jerarquización social. [...] Las relaciones de poder que caracterizan los vínculos entre
hombres y mujeres, se juega materialmente en la relación económica, en las formas de
acceso al empleo, en la convivencia cotidiana en las instituciones, en la valoración de la
producción de hombres y mujeres."

E. Galende (2001, p. 26)

Las formas institucionales, políticas y discursivas han venido sedimentando


formaciones dominantes sobre cómo ser mujer y hombre, organizando un
mundo diferenciable entre lo femenino y lo masculino. Este mundo no sólo
diferencia, sino que en esa distinción ha ido comparando los pares categoriales
y suscribiendo mayor prestigio a unas versiones que a otras. En resumidas
cuentas, es mejor ser hombre a mujer, pues ser hombre adquiere el mayor
reconocimiento en la cultura de legitimidad por género. Por eso para J. Scott
el género: "Es una forma primaria de relaciones significantes de poder".

Según su modelo de interpretación, las relaciones de género comprenderían


cuatro elementos fundamentales (Scott, 1999, p. 62):

1) Símbolos culturalmente disponibles,

2) Sistemas normativos/discursivos,

3) Formas políticas e institucionales de organización, y

4) La identidad/subjectividad.
© FUOC • PID_00161333 72 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Eso significa que cuando hablamos de:

a)�Símbolos, éstos serán las formas que toman la feminidad y la masculinidad.

b)� Sistemas� normativos, que tienen que ver con fuentes de prohibición y
prescripción que distinguen a hombres y mujeres, por ejemplo, frente al acoso
sexual, a las posibilidades de tomar decisiones cuando se ocupan puestos de
trabajo directivos, a la censura social frente a una pareja que se divorcia o a la
segregación de una mujer separada de la comunidad, entre otras.

c)�Formas�políticas pueden ser los derechos de las mujeres, la paridad electoral


por género, los cobros altos del sistema de salud sólo a mujeres por el gasto
que implica el embarazo, o también las formas institucionales que toma un
plan de igualdad de oportunidades en una empresa o los efectos legislativos
de la movilización de organizaciones feministas por el aborto, el divorcio, etc.

d) La maternidad y la crianza, la profesión y la doble jornada, la sexualidad


abierta y la violencia en la pareja pueden ser formas que toma la pregunta
sobre cómo se puede ser mujer y hombre en la sociedad particular donde se
desenvuelven las personas cotidianamente, especialmente si pensamos que:

"El nuevo reparto de los roles económicos en las familias trastoca núcleos importantes
de la identidad de las mujeres y de los hombres y es causa frecuente de nuevas formas
de violencia en la pareja."

E. Galende (2001, p. 15)

Este sistema de interpretación de las relaciones de género organiza una visión


de cómo las relaciones de poder entre los géneros es analizado a lo largo de
todos los cruces de la realidad social donde la distinción por género se ha ido
haciendo relevante en la cultura. Por ejemplo, ¿qué puede significar para un
investigador de género, al obtener los siguientes resultados empíricos?

"Frente a la frase 'Un colegio adecuado para las niñas es aquel donde pueden aprender
correctamente sus roles de madre y esposa' un 57% está en desacuerdo y un 43% está
de acuerdo.

Frente a la frase 'En algunos casos el aborto es aconsejable', el 52% está de acuerdo y el
48% está en desacuerdo."

Fundación IDEAS, Chile, 2000

El poder no sólo domina a regañadientes de los procesos grupales y de las


posibilidades de los sujetos, sino que al ejercerse, entra en el dominio de la
producción y oferta de oportunidades respecto a quién ser y cómo hacer las
cosas. Lo más delicado del poder de género está en que las personas nos apro-
piamos de la cultura, la creemos cierta y nos es útil para validar nuestras deci-
siones. Además, la consideramos una guía correcta respecto a cómo ser muje-
res y hombres. El poder, por tanto, no sólo prohíbe a los sujetos hacer deter-
minadas acciones, sino que además nos convence de la verdad y nos produce
como sujetos sociales, en la medida en que al interiorizar lo que se espera de
© FUOC • PID_00161333 73 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

nosotros, ocurren dos procesos entrecruzados: por un lado nos conformamos


a la norma y, a su vez, nos conformamos como sujetos sociales, de una espe-
cífica conformación social. De ahí que sea posible hacerse las preguntas del
autor cuando señala:

"¿Por qué son tan poderosos los roles y sus correspondientes estereotipos e imágenes?
Porque son parte de un sistema social donde se producen coherencias, contextos y san-
ciones. Porque quien asume un rol lo hace como un todo significativo y porque cada uno
termina siendo lo que hace, es decir la praxis construye identidad."

I. Martín-Baró (1984). Sistemas, Grupos y Poder (p. 148). El Salvador.

De esta manera, a propósito de los resultados de la encuesta podemos señalar Identidades de género
que según la opinión de una muestra de personas chilenas, al menos para casi
La cuestión de las identidades
la casi mitad de los entrevistados, las mujeres debieran educarse en una ins- de género tiene, por tanto, un
titucionalidad diferente a la de los hombres, y lejos de primar la autonomía territorio de puesta en acto,
un contexto de sentido, que
sobre los cuerpos, para la mitad de los encuestados el aborto no debiera ser son las prácticas y relaciones
cotidianas entre los sexos. Así,
una alternativa aconsejable para una mujer embarazada. Estas opiniones son las dinámicas del poder se jue-
relevantes cuando las decisiones personales y legislativas están cruzadas por gan al final en una pista, la de
los encuentros y desacuerdos
estas creencias, teniendo como consecuencia que mujeres concretas no pidan prácticos, inmanentes a la coti-
dianidad de la guerra entre los
ayuda en situación de conflicto con el embarazo, que en Chile no exista le- sexos.
gislación al respecto y que cualquier acto ligado a prácticas abortivas tengan
como consecuencia la pena de cárcel.

En la puesta en práctica de esos sitios sociales para los sujetos, el género pasó
a ser político cuando comenzó a asignar esas categorizaciones a unos cuerpos,
a unos movimientos; femeninos las mujeres, masculinos los hombres. Así, la
deslegitimación de la estrategia política en pro de la valoración positiva hacia
la masculinidad ha dado en llamarse patriarcado. Es decir, hablar de relaciones
de género ya era hablar de ciertas relaciones de poder, en particular ciertas es-
trategias políticas, cierta economía de los cuerpos, de estrategias para indivi-
dualizar esos discursos y representaciones, incorporándolos a formas cotidia-
nas de ser mujeres y hombres en el fluir de esas relaciones.

Por eso lo patriarcal se refiere a la dominación como fuente de desconocimien-


to radical de las mujeres como otros en la diferencia de las relaciones sociales
y al sometimiento a las estructuras y categorizaciones que inician las dinámi-
cas de comparación, diferenciación y sedimentación de identidades opuestas
y dicotómicas entre hombres y mujeres, donde las mujeres aparecen como la
categoría infravalorada, la minoría del otro.
© FUOC • PID_00161333 74 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

3.3.2. La categorización del género

La categorización sobre el género, es decir, el proceso histórico de cons-


trucción social de los atributos y significados que diferencian los géne-
ros, es la matriz de la masculinidad y la feminidad y tiene sentido como
formas de representación, imaginarios y estereotipos compartidos y en
disputa entre hombres y mujeres.

La categorización viene dada como una sedimentación e institucionalización


de esos debates y significaciones de género. Ser femenino, al igual que ser mas-
culino, se fueron instituyendo, normativizando, significando, objetivando y
fijando como propiedades de un sujeto, para ser ocupado uno por las mujeres
y el otro por hombres. Para quienes se hicieran la pregunta de qué es ser mujer,
el camino estaba determinado desde antes. Ahora bien, cuando hablamos de
categorías en psicología social, como por ejemplo H. Tajfel (1972), la categori-
zación social de grupos (ver glosario) sería un sistema de orientación que crea
y define el sitio propio del individuo en sociedad, un sitio dado normativa,
cultural y socialmente.

Las formas de categorización social que conducen a la construcción de formas


de identidad social tienen relación para H. Tajfel y la Escuela de Bristol con
formas de relación intergrupal, donde la pregunta por el cambio, ascenso y
resignificación de las valoraciones sociales sobre un grupo son verosímiles y
susceptibles de transformación. La relación intergrupal, donde se sitúa la na-
turaleza de la división ser hombres versus ser mujeres en una cultura de género,
establece roles y significados del ser femenino como una entidad radicalmente
otra al ser masculino. Entonces, la relación entre categorías sociales se refiere a:

"La creencia de que las fronteras sociales relevantes entre los grupos están netamente
trazadas y son inmutables, es decir, es imposible pasar de un grupo a otro."

H. Tajfel (1972). Grupos humanos y categorías sociales (p. 280). España.

En este contexto, la identidad de género es social, pues es la apuesta por pre-


sentarse en una matriz de sentido y de convivencia bajo el reconocimiento
de que otro es otro, radicalmente otro como ser sensible a ser racional, ser
madre a ser trabajador. Interrogarnos por las formas de categorización social
para comprender los modos como se ha construido una división radical entre
una categoría y otra implica tanto preguntarse por la posibilidad de alterar la
dicotomía en lo instituido (es decir, promover un plan de igualdad de oportu-
nidades entre mujeres y hombres), como defender los aspectos positivos de la
feminidad como aportaciones a la convivencia social. Es decir, implica obli-
garse a interrogar e inventar nuevas formas de ser e instituir sin excluir.

A su vez, es social porque se refiere a la definición y ratificación de cierta le-


gitimidad de lo otro, en su cercanía más que su distinción. Ser mujer es ser
en relación a ser hombre. Lo masculino tiene sentido sólo en relación con
© FUOC • PID_00161333 75 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

lo femenino. Son dimensiones diferenciables pero al oponerlas, se prohíbe la


movilidad de las identidades respecto de las representaciones de género. Así
las garantías de legitimidad sólo son percibidas por los grupos cuando:

"[...] un grupo social puede cumplir su función de proteger la identidad social de sus
miembros y consigue preservar su diferenciación positivamente valorada respecto de
otros grupos."

H. Tajfel (1972). Grupos humanos y categorías sociales (p. 296).

Es decir, los complejos procesos de distinción, categorización, comparación y


reconocimiento de los grupos sociales tiene como objetivo psicosocial definir
la identidad�social�de�las�personas. La identidad social es relativa al contexto
sociohistórico en el que se produce, es un constructo teórico conceptual que
implica debates e indica formas de producción de la realidad social. La iden-
tidad social es relevante para los intercambios y relaciones entre lo uno y lo
otro. Según la literatura, en los encuentros sociales se produce, por un lado,
identificación con los otros y, por otro, diferenciación respecto de los demás.
Por eso identidad social puede definirse como:

"La identidad social es un juego paradójico, jugado entre los dilemas de similitud/distin-
tividad, igualdad/diferenciación, continuidad/discontinuidad, uno/múltiple."

L. Íñiguez (2001).

Entonces, ¿qué es una identidad en las relaciones de género? Las identidades


de género permiten ordenar nuestra biografía y proyectarnos en un camino,
haciendo lógicas y naturales decisiones que son de orden social, es decir, deci-
siones que no hemos tomado personalmente y, sin embargo, son vividas co-
mo personales, pues vienen de tan antiguo que hemos olvidado su autoría.
Por eso la subjetividad en la diferencia sexual es la oportunidad del sujeto pa-
ra preguntarse por cómo está constituido como sujeto sexuado, por los ries-
gos y determinaciones que significa ubicarse en una identidad de género y los
conflictos que entraña recorrer un camino junto con el sentido personal que
implica asumir una identidad masculina o femenina. La subjetividad juega el
papel de alarma sobre la incomodidad/desencuentro entre las prácticas sexua-
les desarrolladas en los espacios de intimidad que se asientan en el desafío de
consolidar identidades de género.

"Los caminos naturales del matrimonio y la familia, de los hijos, de las relaciones de
parentesco conformaban el ámbito de una intimidad confiable en que nos regulábamos
de la intemperie de la vida social, los caminos se han transformado para ser ahora motivos
de decisión permanente, de elecciones constantes, de decisiones éticas y morales que
debemos asumir por nosotros mismos. En cierto modo somos más libres, pero estamos
más solos."

E. Galende (2001, p. 25)

Hoy día, las relaciones sociales pueden entenderse como una matriz de inte-
racciones simbólico y materiales desde donde la sociedad se expresa y se funda
a la vez y donde el sentido fundacional se entiende como un modo especial de
vínculo intersubjetivo, cuya expresión más interesante reside en productivizar
© FUOC • PID_00161333 76 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

la experiencia de colectividad, así como la consolidación de una instituciona-


lidad que regula y forma los géneros; es decir, una matriz de movilización y
normativización que crea y significa la realidad social (I. Martín-Baró, 1984).

De ahí que las relaciones de género que tienen como labor central consolidar
identidades de género se sitúen en la tribuna de debate de la diferencia sexual y
se hagan visibles como conflicto/batalla en la definición de los espacios iden-
titarios del ser mujeres y hombres bajo una cultura que valora la masculinidad
por encima de la feminidad.

3.3.3. Conflictos de género y su movilización

En este contexto del género, ya podemos visualizar las razones públicas y so-
ciales por las cuales hoy día la conflictividad de género se ha convertido en
una prioridad de nivel mundial. Esta realidad social se hace una prioridad es-
pecialmente cuando establecemos parámetros de injusticia, de falta de reco-
nocimiento y de negligencias sobre los derechos humanos, civiles y políticos
de un sector amplio de la ciudadanía, sector que podría llamarse la mitad de
la población mundial, las mujeres.

Diferencias de género

Para los investigadores sensibles a la descripción de las diferencias de género dentro de la


consolidación de políticas globales sobre la población, los análisis y los datos obtenidos
en ellas no pueden estar ajenos a la cultura de la desigualdad establecida entre los géneros.
Por eso en los resultados de este tipo de estudio se propone incluir modos de gestionar
los conflictos derivados de los géneros, diseñando estrategias que diferencien sentidos y
estilos de vida entre los géneros (hombres y mujeres) como fuente primera de tramitación
y resolución de los conflictos de lo que se supone idealmente ser femenino o masculino.

Según los análisis sobre los desafíos mundiales en materias de género, se hace
necesario incluir las discusiones sobre las estrategias de "negociación y media-
ción" en materias de desigualdad poblacional de mujeres y hombres concre-
tos. Por negociación:

"Se ha entendido como una solución normativa al conflicto. La negociación surge como
alternativa, como un conjunto de arreglos posibles de ser elegidos antes de optar por la
ruptura."

A. Sen (1999, p. 78)

Estos argumentos suponen que el conflicto entre los géneros sólo puede ana-
lizarse desde los complejos procesos del poder y en las relaciones de género
donde priman relaciones patriarcales, se debe analizar la potencialidad de las
mujeres de generar ruptura con lo establecido de su desigualdad.

Según esta visión, en la historia de los conflictos sociales diferenciados según el


género, y suponiendo que la relación entre hombres y mujeres es una relación
de interdependencia y, por tanto, de cooperación, se ha ido acumulando his-
© FUOC • PID_00161333 77 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

tóricamente una desventaja negociadora por parte de las mujeres que las hace
estar en peores condiciones de negociar frente a las distintas situaciones que
se les plantean en la intimidad, la economía doméstica o el espacio público.

"Para el caso de las relaciones de género, el tener mejor educación, contar con mayor
libertad para trabajar fuera de casa, encontrar un empleo más productivo, no sólo con-
tribuye al bienestar inmediato, sino también influye en las habilidades adquiridas y en
una mejor posición de ruptura frente al futuro."

A. Sen (1999, p. 86)

La psicología social debiera incorporarse al debate y la acción sobre las proble-


máticas que hoy se entienden como de género, porque sus conceptualizacio-
nes y trabajos sobre prejuicios, estereotipos y categorías psicosociales permiten
dilucidar trabas sociales sobre estos conflictos. Lo que se denomina la discri-
minación laboral de las mujeres, por ser percibidas como potenciales ausentes
laborales por la maternidad, por ser potenciales victimas de acoso sexual por
su delicadeza y atractivo sexual o, como señalan las empresas administradoras
de los fondos de salud chilena, por ser más costosas para las Isapres (sistemas
de salud privada en Chile), construyen una realidad de género que dinamita
las oportunidades de negociación y reconsideración de la matriz de sentido
patriarcal.

Mujeres

Decir que las mujeres están en peores condiciones de negociar no porque sean natural-
mente inferiores, sino por que han estado sometidas a regímenes de género que identi-
fican a las mujeres con determinados valores femeninos, valores y lugares de ser persona
infravalidados en estas sociedades, condiciona unas reglas del juego difíciles de eliminar,
ya que han impregnado la idea misma de lo que se cree ser como persona sexuada, mu-
jeres y hombres en relación o en oposición. Los posibles efectos de esas construcciones
tienen que ver con conflictos entre ciudadanos concretos que en su vida cotidiana se
enfrentan con estereotipos de género inapropiados ya para darle sentido a una vidas que
han cambiado respecto de los ideales de ser como identidades y puestas en escena de
cómo ser mujeres y hombres.

Desde las ciencias sociales, o desde la psicología social en particular, ahora


podemos agregar a la estadística de género la observación de que ya no es
simplemente un problema de escasez de información y precisión de esos datos
sobre mujeres y hombres lo que acarrea dificultades en las políticas públicas
para resolver la desigualdad, sino que más bien los principios que nos hacían
definir la realidad social de los géneros como desigualdad han cambiado. Los
modos de concebir la investigación misma sobre género deben revisarse a la
luz de las transformaciones ya efectuadas sobre la convivencia social. No es
que falte información, sino que ahora no sabemos bien qué ser y cómo recorrer
un camino sexuado. Nos hallamos en la pregunta de cómo ser respecto de
nuestras diferencias de género, donde las identidades ahora se experimentan
como algo diferente y algo más inestable que hace treinta años. No podemos
hacer más que conversar sobre este camino identitario.
© FUOC • PID_00161333 78 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

3.3.4. Movilización social y transformación identitaria

En este sentido, el problema del cambio social (ver glosario) supone asumir un
debate sobre las diferencias en el seno de la comunidad, la división al menos
entre mayorías y minorías, donde una minoría se define como una categoría
social que no está en posición de ejercer poder sobre categorías sociales más
valoradas culturalmente. Dejamos aquí todo un debate y un trabajo signifi-
cativo sobre la noción de minoría desarrollada por S. Moscovici y su investi-
gación sobre minorías activas y sus conceptos de actividad nómica y acción
consistente en el tiempo.

La movilización social es una apuesta en ese sentido. Siguiendo a Heberle


(1969), por movimiento social se entienden los intentos colectivos de realizar
un cambio en ciertas instituciones sociales o de crear un orden nuevo. Es decir,
sólo es posible cuestionar la normatividad cuando surgen sujetos que, apro-
piándose de ella, reflexionan sobre su propia condición y sobre los efectos que
recaen sobre ellos en tanto posiciones identitarias de una sociedad que chocan
en el curso de las interacciones, especialmente cuando esa normatividad ha
fijado las valoraciones y sentidos de cada una de las posiciones disponibles en
la convivencia social, infravalorando a quienes se sienten parte de una de esas
categorías sociales. Siguiendo un análisis psicosocial, la experiencia de movi-
lización surge porque:

"Las únicas vías para modificar la valoración social del grupo al que se pertenece es ac-
tuando conjuntamente como grupo."

H. Tajfel (1972, p. 282)

Por tanto, el escenario de los conflictos de género, una vez abiertos a la dis-
cusión más amplia de las dinámicas y estrategias de poder, nos presenta justa-
mente una pregunta que tiene relación con la transformación social. Pues si las
construcciones patriarcales fueran del todo dominantes, no se explicarían las
formas de transformación social y cultural de nuevas prácticas experimenta-
das por mujeres y hombres actuales. Especial relevancia cobra la movilización
histórica iniciada por las mujeres, en pro de la emancipación y reconocimien-
to de su identidad relevante en la sociedad, donde los movimientos feministas
permitieron hacer público lo que se experimentaba por ellas en sus vidas pri-
vadas y esa movilización no es sólo un asunto político, sino que reconstruye
los modos de significación de identidades y relaciones de género. Por eso:

"es la voluntad y la conciencia de mujeres concretas lo que está produciendo un cambio


global en las relaciones de poder, a pesar de que el mundo simbólico masculino siga
ejerciendo su dominación y expandiéndose en las valoraciones sociales. El reconocer los
derechos de las mujeres y el sancionar la discriminación hacia ellas se está haciendo a
pesar del orden simbólico masculino de dominación, que persiste en la lengua, en los
significados, en los discursos, etc."

E. Galende (2001, p. 43)


© FUOC • PID_00161333 79 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

En la reconstrucción de las categorías identitarias, la condición de minorías


sociales, como el movimiento feminista o las reivindicaciones sociales que
se siguen de sus esfuerzos políticos, adquieren formas especiales a la hora de
pensar en la transformación de las categorías de género. La lógica del conflicto
intergrupal toma la forma de una revalorización positiva del grupo minoritario
como condición de paridad en la comparación y diferenciación intergrupal.
Es decir, como primer paso para una relación de paridad entre los géneros,
inicialmente debe reconocerse la equivalencia social de ser mujeres y hombres.
Ese reconocimiento es un esfuerzo constante.

"Es un trabajo por lograr afianzar la valoración social de esa identidad."

H. Tajfel (1972, p. 362)

Hoy día, el conflicto de género no puede desprenderse de las movilizaciones


previas ligadas al reconocimiento de las mujeres en los espacios públicos, ni
de las condiciones desde donde las identidades de género se cultivaron cultu-
ralmente.

Ahora bien, si podemos concluir sobre la relación de género y sus conflictos,


debemos asumir que han surgido diferentes niveles de problematización.

a) Por un lado, existiría la necesidad de reorganizar las acciones públicas en


materias de género, para diseñar políticas de desarrollo, iniciativas legales y de
derechos y abolir la desigualdad estructural de hombres y mujeres o al menos
promover una igualdad laboral y familiar entre ellos.

b) Por otro lado, los movimientos sociales ligados al género marcarían la nece-
sidad de reconocimiento de las mujeres como actores sociales, políticos, cul-
turales y económicos de la sociedad actual, sujetos legítimos, otros legales del
contrato social.

c) A su vez, veíamos cómo las relaciones de género cruzan los procesos de


construcción de identidad de los sujetos. De ahí que se imponga la necesidad
de reconstruir las categorías de género más flexibles a las condiciones de vida
de las personas, donde, reconociendo las diferencias entre mujeres y hombres,
éstas no se hagan coercitivas al imponer criterios y significados idealistas sobre
cómo ser sujetos femeninos o masculinos.

d) Por último, vemos cómo la reconstrucción de las relaciones de género a lo


ancho de la realidad social debe aportar sentidos y conversaciones que logren
disolver la batalla por el poder social entre hombres y mujeres concretos, para
interrogar las formas que ha venido tomando el patriarcado como verdad de
género, y desde ahí generar oportunidades de transformación de una sociedad
que sobrevalora la masculinidad por encima de la feminidad, en tanto ambas
son formas posibles de convivencia social.
© FUOC • PID_00161333 80 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

4. Pobreza y conflicto psicosocial

El siguiente apartado trata de proporcionar a los estudiantes una visión amplia


y compleja de la pobreza, reconociendo la relación que existe entre ésta y el
conflicto a partir de las dinámicas psicosociales que pueden estar presentes en
sus orígenes, manifestaciones y efectos.

Para eso se ofrecerá al alumno un material que le permita acercarse a las dis-
tintas maneras en que ha sido definida, así como a algunas de las variables
sociales y psicológicas que se encuentran presentes. Estas últimas permitirán
a los estudiantes comprender la vulnerabilidad asociada a la pobreza, lo cual
explica algunos de sus efectos, así como las posibilidades de acceso (o falta de
ellas) a las oportunidades presentes en el contexto social.

Finalmente, se intentará entregar a los alumnos una mirada de abordaje re-


lacionada con el contexto actual, reconociendo en una primera instancia la
dinámica del conflicto asociado a la pobreza, así como las características par-
ticulares que se presentan.

4.1. Definición de pobreza

Aproximarse al tema de la pobreza desde una perspectiva psicosocial resulta


complejo si se considera que ya su definición presenta distintas perspectivas.
Es decir, "la pobreza" entendida como un fenómeno psicosocial ha sido defini-
da desde ámbitos políticos, sociales y económicos, que responden a las distin-
tas maneras en que ha sido medida. Así, desde su definición podréis reconocer
que en ella se encuentran presentes múltiples variables relacionadas entre sí,
lo cual enriquece la mirada que tengáis respecto a ella, pero también dificulta
su abordaje.

El Diccionario de la Lengua Española (2001) define pobreza como:

"Cualidad de pobre; falta, escasez; escaso haber de la gente pobre y falta de magnimidad,
de gallardía, entre otros."

Lo común a las características de la definición anteriormente mencionada es


que todas ellas connotan una cualidad de carencia, situándola en un atributo.

Este atributo que, en términos generales, podréis encontrar en todas las defini-
ciones que se han elaborado sobre pobreza, toma matices diferentes de acuer-
do a su formulación. Así, podréis encontrar algunas definiciones sustentadas
© FUOC • PID_00161333 81 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

desde un parámetro económico, estableciendo un nivel mínimo de acceso a


bienes y servicios, lo cual permite formular políticas que favorezcan o acojan
las necesidades de un sector determinado.

Por ejemplo, una manera de definir pobreza e indigencia se basa en el ingreso


mínimo (ver glosario) que una persona requiere para cubrir el coste de sus ne-
cesidades básicas. De esta manera, se construyen indicadores que son compa-
rables a lo largo del tiempo y que se van reajustando de acuerdo con el mayor
o menor acceso a bienes que ha podido desarrollar el promedio de la sociedad,
como modo de ir evaluando la situación de pobreza en determinados sectores.
En el caso del Banco Mundial (2000), por ejemplo, las estimaciones de pobreza
se basan en datos sobre el ingreso y consumo de los países de cada región, de
los que existe al menos un estudio entre 1985 y 1998.

Sin embargo, existen otras definiciones que se sitúan más bien en el ámbito Concepto de pobreza
social, como las que consideran el capital social como un recurso que permite
Un ejemplo de definición des-
a las personas acceder a nuevas oportunidades y, por lo tanto, salir de la situa- de el ámbito social es el con-
ción en la que se encuentran. cepto de pobreza que ha uti-
lizado la Comunidad Econó-
mica Europea: "Pobre es toda
aquella persona o grupo cuyos
Veréis que, a partir de la definición anterior, se comienzan a reconocer múlti- recursos –materiales, culturales
ples dimensiones que llevan a un grupo determinado a encontrarse en situa- y sociales– son tan limitados
que los excluyen del mínimo
ción de pobreza, excluyéndolo de las prácticas, intercambios y derechos socia- nivel de vida aceptable de los
países en los que viven" (De-
les que favorecen la integración. Por lo tanto, aquí se alude tanto a las causas cisión del Consejo, 85/8 CEE
de diciembre de 1984, en CES,
como a los efectos de la pobreza. De esta manera, 1997, en V. Grau, 2000, pp.
55-56).
"la definición de pobreza no se puede separar del concepto de exclusión. Desde un punto
de vista dinámico, la pobreza consiste en un debilitamiento de los lazos que unen al indi-
viduo con la sociedad; estas redes sociales son las que le hacen pertenecer al sistema social
y mantener una identidad con éste. De esta forma, muchos pobres no pueden aprovechar
las oportunidades que las sociedad ofrece teóricamente a todos los individuos"

Fundación Nacional para La Superación de la Pobreza en Chile (1999, p. 31).

Finalmente, me gustaría mencionaros una tercera clasificación de la pobreza


que atiende a su temporalidad y toma como unidad de análisis la familia,
estableciendo para cada caso realidades distintas.

Así, M. Álvarez (1992), distingue al menos dos tipos de familias que comparten
esta situación: las familias pobres�agudas y aquellas que son pobres�cróni-
cas. Las primeras se caracterizan porque a raíz de determinado acontecimiento
vieron fuertemente disminuidos sus ingresos. En cambio, las familias pobres
crónicas se distinguen por mantener una situación de pobreza generación tras
generación, lo que posiblemente no les ayude a ver la forma de salir de ese
estado.
© FUOC • PID_00161333 82 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

En la base de esta distinción reconoceréis que, si bien para el primer caso el


factor económico puede ser determinante, en el segundo caso operaría una
cultura o manera de funcionamiento particular, el cual se vincula con mode-
los, prácticas, valores y expectativas que encuentran su espacio de desarrollo
generación tras generación.

Pardo (1997) previene sobre dos reduccionismos posibles en el momento de


intentar comprender la pobreza:

"que reduce las instituciones, al buscar en las conductas y valores de los propios pobres las
razones de su condición, sin considerar el peso que ejercen sobre ellos estructuras sociales
autónomas. El segundo es el que reduce la consciencia, cuando entiende a los pobres
absolutamente manejados por fuerzas sociales ocultas, asignando mínima importancia
al control que los individuos mantienen sobre su actividad.

De este modo se propone que, si bien los grupos pobres pueden tener costumbres e ideas
características, éstas se encuentran en relación dialéctica con las condiciones materiales
en que viven, lo que quiere decir que una y otra ejercen influencia mutua para configurar
el modo en que los propios pobres aprehenden y enfrentan su condición."

Pardo (1997). Hacia una caracterización cultural de la pobreza. Principios estructurantes de la


socialización primaria en sectores pobres (pp. 2-3). Ceanim, Santiago: MAK Consultora.

Existen dos maneras reduccionistas de entender la pobreza: la primera


no reconoce el peso que ejercen las estructuras sociales en las causas
que dan cuenta de las condiciones de pobreza, mientras que la segunda
reduce la consciencia de los propios pobres en el control que ejercen
frente a su situación.

De esta manera se plantea como alternativa una relación dialéctica en-


tre condiciones materiales, sociales y características de las personas que
viven en situación de pobreza.

4.2. La pobreza como una situación de vulnerabilidad múltiple

La pobreza, como fenómeno psicosocial, da cuenta de una situación de vul- Lectura complementaria
nerabilidad múltiple por cuanto en ella se interrelacionan distintas variables
Para la redacción temática de
respecto a sus causas y efectos. este apartado se ha seguido
de cerca la siguiente obra:
R. Kaztman y G. Worlmald
(Coords.) (2002). "Trabajo y
La pobreza se asocia a condiciones de vulnerabilidad múltiple que lle- Ciudadanía. Los cambiantes
van a los hogares a una situación de carencia o a unas condiciones de rostros de la integración y ex-
clusión social en cuatro áreas
precariedad social. metropolitanas de América La-
tina". Montevideo: s/e.

Por su complejidad, en este apartado sólo consideraremos determinadas va-


riables y algunas de las situaciones de vulnerabilidad asociada. Las variables
que analizaremos en este apartado son: empleo e ingreso, educación, vivienda
y espacios urbanos, familia y capital social. Sin embargo, antes conviene que
conozcáis qué se entiende por vulnerabilidad.
© FUOC • PID_00161333 83 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Concepto�de�vulnerabilidad

C. Moser (1996) define vulnerabilidad como el riesgo al que se enfrentan las


personas o los hogares, sobre todo los más pobres, de no ser capaces de man-
tener sus niveles de bienestar como resultado de determinadas situaciones de
crisis y/o cambio en las condiciones socio-económicas. Así, la vulnerabilidad
será el riesgo que corre un individuo o un hogar de perder el bienestar, de em-
peorar sus condiciones de vida o de verse enfrentado a nuevos riesgos por no
contar con los recursos necesarios para hacer frente a un evento que amenaza
su condición de bienestar (Chambers, 1989, en Kaztman y Wormald, 2002,
p. 135).

Como veis, la definición anterior da cuenta de la vulnerabilidad como una


situación que puede ser cambiante, pudiéndose dar a partir de la calidad y/o
cantidad de recursos que controla el hogar, la transformación en la estructura
de oportunidades o una combinación de ambas. Esto llevaría a los hogares a
una situación de carencia o a una condición de precariedad social.

La vulnerabilidad en la pobreza se relaciona con distintas variables que


dan cuenta de sus causas y efectos. Entre ellas están la ocupación y los
ingresos, la educación, la vivienda y los espacios urbanos, la familia y
el capital social.
© FUOC • PID_00161333 84 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

4.2.1. Ocupación e ingreso

La vulnerabilidad asociada a la ocupación se relaciona, entre otros fac-


tores, con:

1. Cambios en la legislación laboral en los que adquiere más importan-


cia la negociación individual.

2. Menor estabilidad en el mercado laboral y una mayor importancia


en la formación y capacitación de los empleados.

3. Disociación entre la fuente laboral y la protección social a causa de


las características que presenta el trabajo independiente.

4. Vulnerabilidad de las ocupaciones y salarios a los cambios en la eco-


nomía, sobre todo en aquellos de más precariedad.

5. Bajo acceso a capacitación a causa de las condiciones de trabajo.

6. Bajo acceso de la mujer al mundo laboral por factores diversos (barrio,


factores culturales y educacionales, multiplicidad de roles, etc.).

7. Bajas posibilidades de ahorro.

8. Redes sociales más restringidas a causa de las condiciones laborales


a las que pueden acceder.

a)�Acceso�a�la�ocupación�y�protección�social

Debido a la expansión creciente que ha generado la modernidad en relación


a nuevos servicios y comercio en los últimos tiempos, se ha desarrollado una
mayor diversificación productiva que se ha visto acompañada por cambios en
la legislación laboral, como la flexibilización o desregulación de las condicio-
nes de contratación, negociación colectiva y despido. Esto trae como conse-
cuencia que cobre mayor importancia la negociación individual por encima
de la colectiva.

La situación anteriormente descrita y la menor estabilidad en el mercado la-


boral asociada con la anterior se relacionan con la vulnerabilidad que presen-
tan los sectores pobres acerca de las posibilidades de acceder a oportunidades
de trabajo y a una mayor estabilidad en éste:

"... la nueva 'carrera laboral' se hace mediante cambios sucesivos entre diferentes empre-
sas. Y en el caso de los trabajadores menos cualificados, esa movilidad ocurre con fre-
cuencia entre empleos temporales que encierran algún grado de precariedad."

R. Kaztman y G. Worlmald (Coords.). (2002). Trabajo y Ciudadanía. Los cambiantes rostros


de la integración y exclusión social en cuatro áreas metropolitanas de América Latina (p. 148).
Montevideo: s/e.
© FUOC • PID_00161333 85 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

A su vez, existen muchos trabajadores que no poseen un contrato escrito de


trabajo o que lo hacen "a honorarios", lo que induce a una mayor desprotec-
ción social o bien a sacrificar la protección futura ante la necesidad de respon-
der a condiciones presentes.

Kaztman y Worlmald (2002) señalan que si bien es cierto que "las nuevas con-
diciones de desarrollo se han traducido en un fenómeno de reducción de los
niveles de pobreza, ello ha ocurrido en un marco de reproducción de impor-
tantes niveles de desigualdad" (p. 149), ya que la desprotección social se ha
disociado del acceso a la fuente laboral.

b)�Producto�per�capita,�salario�y�capacitación

El proceso creciente de modernización ha ido demandando cada vez más tra-


bajadores cualificados que posean un conocimiento tecnológico y/o específi-
co. De esta manera, cobran cada día mayor importancia las posibilidades de
acceder a estudios y mejorar los niveles de enseñanza.

En el caso de las personas que se encuentran en situaciones de pobreza, esta


realidad puede ser lejana por las bajas posibilidades de acceso a la educación. A
su vez, los esfuerzos del Estado por mejorar las condiciones de acceso y calidad
de la educación para estos sectores requieren de un tiempo para hacerse sentir
debido a la dinámica propia del proceso educativo.

Respecto a la capacitación, ocurre que los trabajadores de sectores desfavore-


cidos presentan menos posibilidades porque se mueven en empresas con un
bajo componente tecnológico o bien porque muchas de éstas sólo capacitan
en tareas específicas dentro del propio trabajo.

De esta manera, una disminución en el crecimiento económico que puede


tener como efecto una disminución de empleos y salarios afectará primaria-
mente a los sectores más vulnerables debido a las características de empleo a
las que pueden acceder (mano de obra y/o trabajos que requieren menores ni-
veles de educación y especialización). Así, muchos de estos hogares ven afec-
tada su capacidad de cubrir sus necesidades básicas, así como su capacidad de
planificación y ahorro.

c)�Familia�y�movilización�en�el�mercado

Según Ruben Kaztman (1999), el "recurso trabajo" de los hogares estará com-
puesto por el conjunto de los miembros susceptibles de ser movilizados en
el mercado de trabajo. De esta manera el trabajo que pueda tener el cónyuge
cobra importancia respecto a la aportación económica familiar.

En los hogares con menos recursos, el acceso de la mujer al mundo laboral es


mucho menor. Las razones para esto son muy variadas. Entre ellas están las
bajas posibilidades de acceder a empleo por factores educacionales, la impo-
© FUOC • PID_00161333 86 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

sibilidad de contratar a una persona que cuide de los hijos y la casa cuando
ella no está, y la rigidez de roles presentes en la pareja. Por ejemplo, el Banco
Mundial (2000) señala que en América Meridional el número de mujeres que
asiste a un establecimiento educacional es la mitad que el número de hombres.

Ejemplo

Una variable que hay que considerar es el barrio en el que viven estas familias. Para
muchas mujeres, la atención de la vivienda y los problemas vinculados a la atención de
los hijos se relacionan con factores contextuales de inseguridad o segregación urbana.
De igual modo, la necesidad de compatibilizar los roles de esposa, madre y sustentadora
económica.

Finalmente, para evaluar el grado de vulnerabilidad que presentan estos hoga-


res, es necesario considerar el número de integrantes que poseen y las edades
de sus miembros, ya que la vulnerabilidad está asociada con la cantidad de
personas que trabajan y el número de personas dependientes.

d)�Ocupaciones�precarias�y�cesantía

Como recordaréis, en razón a los bajos niveles de educación, oportunidades


de acceso al mundo laboral y capacitación, muchos hogares presentan mayor
precariedad de empleo del jefe o jefa de hogar. En el caso de estos empleos,
muchos dependen de las fluctuaciones de la economía, como es el caso de los
obreros de la construcción. Sin embargo, conviene considerar que la vulnera-
bilidad asociada al acceso laboral no sólo requiere el aumento en la fuerza de
trabajo, sino la relación entre ésta y la disponibilidades reales de empleo.

Por ejemplo, las condiciones de trabajo (jornada laboral, tipo de contrato, se-
guridad social) en México sugieren para su caso que:

"[...] van consolidándose dos extremos o categorías de trabajadores: aquéllos a los que el
mercado les permite apenas la sobrevivencia, que no tienen condiciones estables y por lo
tanto el largo plazo resulta poco promisorio. En el otro extremo están los trabajadores que
se han involucrado en las actividades más dinámicas, que cuentan con la capacitación
demandada para puestos altos, con buenos ingresos y condiciones estables de trabajo."

Kaztman y Worlmald (2002, p. 312)


© FUOC • PID_00161333 87 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

4.2.2. Educación

La vulnerabilidad asociada a la educación se relaciona, entre otros, con:

1) Menor acceso a la educación.

2) Menor acceso a información y contactos para percibir las oportuni-


dades del mercado de trabajo.

3) Menores posibilidades de acceder a ocupaciones cualificadas y/o ca-


pacitación, lo cual repercute en el salario y en la estabilidad laboral.

4) Menores posibilidades de permanecer en el sistema educacional a


causa de distintos factores (inserción prematura en el mercado, desva-
lorización del proceso educativo, espacio físico y tiempo que pueden
dedicar a las actividades escolares respecto a tareas domésticas).

a)�Acceso�a�la�educación

"El acceso a la educación es uno de los factores más significativos para reducir la vulne-
rabilidad de los trabajadores a los malos empleos... El mayor impacto de la educación se
produce cuando ambos cónyuges tienen una educación media completa o algún nivel
superior de enseñanza. Esto proporciona al jefe o jefa de hogar y a su cónyuge, un mayor
nivel de calificación formal al tiempo que redes de información y contactos para percibir
mejor las oportunidades que ofrece el mercado de trabajo para ellos y, eventualmente,
para otros miembros del hogar. El mayor nivel educativo de los cónyuges es también un
factor fundamental para potenciar logros educacionales en los hijos, lo que redunda en
una reducción de la transmisión de la vulnerabilidad a la pobreza intergeneracional. [...]

Tan importante como la existencia de las oportunidades de capacitación es la conciencia


de la importancia que ella tiene para la generación de nuevas oportunidades, así como
también el interés por aprender cosas nuevas."

Kaztman y Worlmald (2002, p. 205).

Para esto, es necesario percibir la capacitación como un recurso de inversión


que podrá abrir nuevas posibilidades a futuro, así como ligarla con oportuni-
dades laborales.

b)�Nivel�educativo

El nivel educativo del jefe o jefa de hogar incide en las posibilidades que éste
tiene de percibir y acceder a nuevas oportunidades en momentos de crisis, re-
lacionándose con las posibilidades de acceder a mayores fuentes de informa-
ción y establecer vínculos con otros. Esto abre posibilidades de buscar nuevas
fuentes laborales o actividades complementarias (Kaztman y Worlmald, 2002).
Así, reconoceréis que los niveles de educación podrían transformarse en un
círculo que perpetúe la situación de pobreza en aquellos hogares donde éste
es bajo.

Para el caso de Buenos Aires, entre 1999-2000:


© FUOC • PID_00161333 88 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"el 50% de los hogares con nivel educativo bajo y el 40% con nivel educativo medio-ba-
jo atravesaron por situaciones de pobreza en el transcurso de un año. [...] Los hogares
con nivel educativo más alto, en particular aquéllos en los que ambos cónyuges poseen
nivel universitario completo, permanecen prácticamente al margen de los riesgos de la
pobreza."

Kaztman y Worlmald (2002, p. 102)

"En general los hogares más pobres tienen un menor capital educativo en términos del
nivel educacional de los padres, así como también de los materiales, las facilidades y la
dinámica educativa existente en el hogar. A ello, se agrega una menor posibilidad relativa
de mantener a los niños en el sistema educacional, sea por la necesidad económica de
insertarlos prematuramente en el mercado de trabajo, o bien por la desvalorización del
proceso educativo que aprende el joven en su medio escolar y que lo desalienta a seguir
esforzándose en una empresa que parece tener un bajo rendimiento."

Kaztman y Worlmald (2002, p. 164)

Un aspecto importante que hay que considerar es el espacio físico que tienen
estos niños en sus casas para realizar las tareas que les exige el sistema educa-
cional, así como el tiempo que pueden destinar a ello, ya que muchos deben
colaborar con tareas domésticas o el cuidado de sus hermanos más pequeños.

4.2.3. Capital social

La vulnerabilidad asociada al capital social se relaciona, entre otros, con:

1) Formas de trabajo, protección e integración social vinculadas a nue-


vas formas de individuación y construcción de identidades más flexi-
bles y efímeras, lo cual repercute en la construcción del tejido social.

2) Aislamiento social y mayor segregación por diseño y tamaño de las


ciudades.

3) Una crisis del estado de bienestar asociada a variables demográficas


y administrativas.

4) Disminución de los niveles de confianza.

5) Más presencia de redes sociales homogéneas que no permiten el as-


censo social y/o modelos diferentes.

6) Precarias condiciones económicas compartidas por los vecinos.

7) Ruptura de los vínculos de reciprocidad generada por el aislamiento


como mecanismo de diferenciación o de migración a otros sectores.

a)�Globalización�y�tejido�social

Sabréis que las nuevas formas de trabajo, protección e integración social han
generado, en términos generales, una mayor sensación de inseguridad en las
personas, pese a que los resultados de crecimiento sean positivos. Por ejemplo,
en el caso de Chile, el informe PNUD para el año 2000:
© FUOC • PID_00161333 89 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"[...] pone de relieve que la globalización acelera la diferenciación de las oportunidades


en el mercado y contribuye a reforzar nuevas formas de individuación y construcción de
identidades sociales más efímeras y flexibles, lo cual debilita y dificulta la composición
del tejido social."

PNUD (2000). En Kaztman y Worlmald (2002, pp. 169-170)

En las grandes ciudades es posible reconocer espacios más anónimos y seg-


mentados y, como señala Kaztman (2000) para el caso de Montevideo, estas
nuevas formas de estructuración de la vida urbana tienden a favorecer diver-
sas formas de aislamiento social entre los distintos grupos que afectan a las
posibilidades de que los más pobres puedan lograr una mejor integración en
el cuerpo social.

Kaztman y Worlmald (2002) señalan que:

"a partir de los años ochenta, junto con la globalización de los mercados, se ha producido
una crisis del así llamado Estado de Bienestar. Las razones de esta crisis –especialmente
en los casos de los países como Francia, Alemania e Inglaterra– se relacionan, por una
parte, con el envejecimiento relativo de la población y la correspondiente sobrecarga de
los sistemas universales de protección social y, por la otra, con las crecientes dificultades
de financiamiento, la disfunción de los aparatos burocráticos y con las redefiniciones de
los fundamentos económicos y sociales que servían de soporte para el desempaño de la
función aseguradora."

Rosanvallon (1995, 1999; Offe, 1984, p. 158)

Así, veréis que el mayor aislamiento del cual son parte los grupos menos favo-
recidos dificulta la presencia de un sólido capital social para ellos.

En un contexto en donde la negociación se ha ido individualizando y en el


que se han redefinido los soportes sociales, se genera una disminución en los
niveles de confianza. Por ejemplo:

"[...] el hecho de no compartir una misma situación de trabajo debilita la capacidad de


solidarizar y desarrollar proyectos en común con el Otro. Asimismo, la fragmentación de
los espacios urbanos condujeron a la conformación del síndrome segregacionista de "no
toparse" con el otro diferente."

Kaztman y Worlmald (2002, pp. 171-172)

Eso comporta que:

"los grupos más afectados por las menores oportunidades que generan estas estructuras
segmentadas dejan de confiar en ellas."

Kaztman y Worlmald (2002, pp. 171-172)

b)�Redes�sociales�y�capital�social

Coleman (1994) señala que las redes�sociales (ver glosario) son un tipo parti-
cular de estructura de relaciones sociales que operan a través de interacciones
y de relaciones informales asentadas en mecanismos como la reciprocidad y la
confianza. Todas ellas inciden en las oportunidades que puedan encontrar los
© FUOC • PID_00161333 90 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

individuos, porque entregan información, sirven de referencia para beneficiar


a otros y generan un soporte en los momentos de crisis, entre otros. Ello se
debe a que:

"Los sectores bajos apelan a relaciones fuertes y homogéneas, resulta probable que tales
vínculos operen como mecanismos de sobrevivencia, dirigidos al sostenimiento de los
niveles de consumo mediante intercambio de ayudas, pero que no oficien como promo-
tores de movilidad ascendente".

Kaztman y Worlmald (2002, p. 215)

Asimismo, la precariedad de los empleos muchas veces imposibilita que esta


red se extienda al ámbito laboral.

Respecto a los lazos comunitarios, Kaztman y Worlmald (2002) revelan dos


instancias distintas:

"un tipo de crisis de gran notoriedad –tales como accidentes, incendios, muertes– se ca-
racteriza por la activación de instancias comunitarias en que el vecindario emprende ac-
ciones de solidaridad en socorro de las familias afectadas. Distinta es la reacción de la
comunidad frente a cuadros de deterioro progresivo, en que el problema tiene menor vi-
sibilidad. En este segundo escenario de menor visibilidad, prima la tendencia a que cada
familia realice los arreglos pertinentes por sí misma, independientemente de que entre
vecinos se ayuden con pequeños préstamos en dinero o alimentos, cuya devolución se
espera a corto plazo."

Kaztman y Worlmald (2002, pp. 215-216)

De esta manera, las posibilidades de ayuda entre vecinos vienen dadas por las
precarias condiciones económicas que comparten.

"Otro fenómeno de interés es que, al parecer, las familias que logran mejorar sus con-
diciones de bienestar social, cuando no emigran del barrio, tienden a aislarse o por lo
menos a mantener una cierta distancia con los vecinos. Al parecer, el aislamiento opera
como mecanismo de diferenciación que naturalmente implica una ruptura de los víncu-
los de reciprocidad."

Kaztman y Worlmald (2002, p. 217)

Esto se potencia en la medida en que en el barrio se incrementen los niveles


de inseguridad. Sin embargo, la migración de estas familias a otros barrios
también trae algunas consecuencias desfavorables para ellas, ya que habría una
pérdida del capital social existente y la invisibilización frente a los beneficios
del Estado.
© FUOC • PID_00161333 91 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

4.2.4. Vivienda y espacios urbanos

La vulnerabilidad asociada a la vivienda y a los espacios urbanos se re-


laciona, entre otros factores, con:

1) El desplazamiento de los sectores de menos recursos a la periferia de


las ciudades a causa de algunos proyectos inmobiliarios y la migración
rural-urbana, entre otros. Eso dificulta la integración social, el desplaza-
miento a la ciudad y su respectivo acceso a fuentes laborales.

2) La estigmatización sectorial potenciada, a su vez, por los medios de


comunicación de masas.

3) Una mayor inseguridad.

4) El abandono del barrio por parte de las familias que han mejorado
su calidad de vida.

a)�Espacios�urbanos�y�segregación�espacial

Las nuevas tecnologías y proyectos mobiliarios han permitido cambiar la fiso-


nomía de las grandes ciudades, generando un desplazamiento de los sectores
de menores recursos hacia la periferia. Asimismo, la migración que implicó el
proceso de industrialización, atrayendo las familias rurales a zonas urbanas,
facilitó que un número importante de la población se instalase en los cordones
marginales de la ciudad, fenómeno que se potenció, en algunos países, con
determinadas políticas de erradicación. Esto trajo una situación fuertemente
desventajosa de barrios y comunas de "pobres rodeados de pobres". Alguna
de las consecuencias, como señala Sabatini (1998) para el caso de la Región
Metropolitana de Santiago de Chile, es que tiende a limitar las posibilidades
de obtención de empleo de sus habitantes, al tiempo que encarece y dificulta
los desplazamientos a la ciudad.

Adicionalmente, R. Kaztman (2000) también señala que estas situaciones tien-


den a favorecer actitudes de "desesperanza�aprendida" (ver glosario) entre los
pobres, ya que en ellas no abundan los modelos de rol exitosos capaces de
reforzar las aspiraciones de logro a través de los canales institucionales de in-
tegración social. Esto puede contribuir a potenciar estigmatizaciones sociales
adversas hacia los residentes de estas localidades por el simple hecho de ser
muy pobres, estigmatizaciones que en algunos casos se ven reforzadas por los
medios de comunicación social.

También los hogares se ven vulnerables frente a las condiciones de inseguri-


dad que presentan estos sectores, en forma particular para la crianza de los
hijos, así como en relación al tiempo de traslado que requieren para llegar a
sus lugares de trabajo. El estudio realizado por F. Sabatini (1999) señala que
los barrios pobres en áreas más heterogéneas y menos aisladas brindan mayo-
© FUOC • PID_00161333 92 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

res oportunidades de contactos e integración social a las familias de escasos


recursos. Sin embargo, y pese a la evaluación negativa que muchas de estas
personas puedan realizar respecto a su barrio, algunos habitantes lo conside-
ran un lugar importante de arraigo. Si bien reconoceréis que restringe las posi-
bilidades de movilidad social por sus características, en muchos casos las redes
locales, así como los bajos costes de vida, son valorados como positivos por
sus habitantes. A su vez, numerosos programas sociales, tanto del gobierno
como particulares, se concentran en él.

b)�Vivienda

Para muchos hogares pobres, la posibilidad de contar con vivienda propia im-
plica poder aumentar los ingresos y enfrentarse a situaciones de crisis, como
es no tener que pagar un arriendo y acoger a parientes, especialmente a los
hijos que se encuentran formando sus propias familias. También proporciona
seguridad y sentimientos de pertenencia. Así, el acceso a vivienda propia se
constituye en una prioridad.

La posibilidad de establecer en ella un pequeño negocio o, eventualmente,


arrendar una habitación cuando los hijos se han ido, constituye una fuente de
ingreso importante. Asimismo, la posibilidad de acceder a una vivienda propia
propicia, para muchos, las posibilidades de "reunión". Si bien esta situación
no es una solución definitiva y puede generar conflictos de relaciones entre
sus habitantes, también permite compartir los gastos de los servicios básicos y
la posibilidad de salir a trabajar por parte de la mujer, pudiendo compartir la
tarea de cuidar los hijos con otros adultos significativos.

4.2.5. Familia

La vulnerabilidad asociada a la familia se relaciona, entre otros factores,


con:

1) La reproducción intergeneracional de la pobreza relacionada con pa-


trones de comportamiento rígidos y agotamiento de recursos-activos.

2) El mayor número de personas dependientes en el hogar en relación


con los que trabajan.

3) Vida matrimonial temprana como opción segundaria a un proyecto


familiar.

4) Mal clima familiar, relacionado, entre otros factores, con aconteci-


mientos como situaciones de inestabilidad laboral, problemas de acceso
a la vivienda, enfermedad de algún miembro del grupo familiar, falta
de recursos para financiar la educación de los hijos o abandono en el
seno del hogar.
© FUOC • PID_00161333 93 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Algunos autores, como Álvarez (1992) y Martínez (1996), señalan que una de
las razones que favorecerían la situación de pobreza para muchos hogares es la
reproducción intergeneracional de condiciones de vulnerabilidad, generando
agotamiento en los recursos (activos) y rigidizando, en muchos casos, patrones
de comportamiento frente a esta situación.

A esto hay que sumar las edades de los hijos, siendo más vulnerables aquellas
familias que se encuentran en una fase de crianza.

Kaztman y Wormald (2002) reconocen que la estabilidad y el buen clima fa-


miliar se constituyen en importantes recursos para salir de la condición de po-
breza. En las familias en las que existe una buena relación entre los cónyuges y
una comunicación satisfactoria entre sus miembros, se redujo la vulnerabili-
dad social debido a la posibilidad de proyectarse en metas comunes. También
veréis que el afán de logro y superación lleva a la posibilidad de generar nue-
vos activos.

"En la práctica, las familias en cuestión asignaban importancia central a la buena admi-
nistración de los recursos, al ahorro y a la inversión, lo cual facilitaba un mejor manejo
del presupuesto familiar y una cierta racionalización de sus gastos."

Kaztman y Wormald (2002, p. 213)

En contraposición, las familias afectadas por la inestabilidad laboral y un mal


clima familiar tienden a presentar mayores casos de violencia intrafamiliar y
alcoholismo, entre otros. No obstante, algunos casos que señalaron el deseo
de otorgar una buena educación a los hijos o progresar materialmente, tenían
modelos parentales o familiares en donde perseveró el clima familiar pese a
las condiciones adversas.

También imaginaréis que aquellos casos que presentan violencia, entre otros
factores, podrían relacionarse con la iniciativa de los hijos de iniciar una vida
matrimonial temprana. Como señala Bernales (1993), la elección del cónyuge
es en los sectores populares una opción secundaria a la decisión de casarse, lo
que trae como consecuencia una menor comprensión del matrimonio y del
proyecto familiar, y a veces, un bajo nivel de educación en los jefes de hogar
por la temprana deserción escolar.

Acontecimientos�de�riesgo�para�el�clima�familiar

Entre los eventos que afectan al clima familiar, los que se mencionan con más
frecuencia son "el desempleo del jefe de hogar, las enfermedades o problemas
de salud de algún miembro, las crisis familiares ya sea por separación, muer-
te o abandono del cónyuge y los problemas vinculados al acceso y/o calidad
de la vivienda. Finalmente, aunque en menor grado, las familias no pobres
mencionaron la falta de recursos para financiar la educación de los niños co-
mo un elemento de tensión e incertidumbre en el hogar" (Kaztman y Wolr-
© FUOC • PID_00161333 94 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

mald, 2002, p. 218). En los casos de crisis, se ve como prioridad movilizar a


los miembros de la familia al mundo laboral, así como acudir al apoyo que
puede brindar la familia extensa.

4.3. Relación entre conflicto psicosocial y pobreza

De acuerdo con lo visto en los puntos anteriores, la pobreza se relaciona con


ciertas condiciones de vulnerabilidad que llevan a los hogares a situaciones de
carencia o de precariedad social. Dichas situaciones se hallan presentes tanto
en sus causas como en sus efectos, lo cual, en muchos casos, hace perpetuarse
el círculo de la pobreza.

La pobreza podría llegar a entenderse como conflicto psicosocial desde


la perspectiva de la injusticia social. Sin embargo, para esto se requiere
comprender las dinámicas que las han generado o bien la mantienen.
Así es como un conflicto da cuenta de relaciones dinámicas, entre suje-
tos sociales, en un contexto determinado.

Una de las definiciones que explica esta relación es el término de exclusión so-
cial, que da cuenta de la imposibilidad de acceder a las prácticas, intercambios
y derechos sociales que favorecen la integración. Estos últimos se relacionan
con distintas variables, como pueden ser los niveles de ingreso, acceso al mun-
do laboral, acceso a la educación, acceso al capital social e integración urbana,
entre otros. Sin embargo, la vulnerabilidad que presentan estos hogares puede
ser cambiante según la cantidad y calidad de los recursos que pueda controlar,
la transformación en la estructura de oportunidades o una combinación de
ambas.

Actividad

Frente a esta realidad, os invito a plantearos las siguientes preguntas: ¿es posible hablar
de la pobreza como un conflicto psicosocial, en relación a sus causas, mantenimiento
y efectos? ¿Cuáles son las características propias del conflicto psicosocial que se presen-
tan en relación con la pobreza? Conviene que respondáis desde lo que se entiende por
conflicto psicosocial.

Ya habéis visto en los módulos anteriores algunas definiciones de lo que se en-


tiende por conflicto psicosocial y los fundamentos teóricos que lo sustentan.

Si reconocierais la injusticia social como una manera de resolver conflictos


de intereses entre distintos grupos sociales (naciones, pueblos, personas), de
tal forma que una de las partes sale perjudicada en la satisfacción de éstos y
especialmente respecto a sus necesidades psicosociales, es posible que la po-
breza se encuentre dentro de esta categoría, ya que las estadísticas mundiales
nos señalan que "el ingreso promedio en los 20 países más ricos es 37 veces
mayor que el de las 20 naciones más pobres" (Banco Mundial, 2000, pp. 3-4)
Asimismo, "de un total de 6.000 millones de habitantes, 2.800 millones (ca-
si la mitad) viven con menos de dos dólares americanos diarios, y 1.200 mi-
© FUOC • PID_00161333 95 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

llones (una quinta parte) con menos de un dólar americano al día" (2000, p.
3). Sin embargo, las estadísticas que nos muestra la distribución de bienes a
nivel mundial podrían llegar a plantearse únicamente como una descripción
de la situación actual si es que no reconocéis las dinámicas que generan esta
situación, que la mantienen, o bien que la han generado. Por esta razón, al
parecer, un conflicto requeriría una relación dinámica, de sujetos sociales, en
un contexto determinado.

Para comprender un poco más estás dinámicas conviene que reconozcáis que,
si bien la pobreza puede tener ciertas características universales como las que
hemos visto desde su definición y desde el concepto de vulnerabilidad, en el
contexto de las relaciones sociales siempre se dará en un espacio y tiempo de-
terminado, lo cual puede generar dinámicas particulares en sus causas, man-
tenimiento y efectos.

Ejemplos de situaciones de pobreza

Os pongo algunos ejemplos para que podáis entender mejor:

En el caso de América Latina, uno de los aspectos que da cuenta de la situación de po-
breza en que viven muchas personas se relaciona con el crecimiento brusco de las gran-
des ciudades, principalmente durante el siglo XX. A modo de ejemplo, la ciudad de Sao
Paulo en Brasil aumentó en el último siglo en aproximadamente diecinueve millones de
habitantes.

El brusco desarrollo de la ciudad llevó necesariamente a alimentar a un gran número de


personas en el contexto urbano. Ello, a su vez, implicó un abaratamiento de los costes de
alimentos para no encarecer el precio de la ciudad. En razón de lo anterior, en algunos
casos, el Estado tuvo que tomar algunas acciones específicas para mantener los precios.
Sin embargo, el bajo coste de las especies para la elaboración de los alimentos originó,
entre otros, un mayor empobrecimiento del sector campesino, lo que lo llevó a desarrollar
una economía de subsistencia para poder vivir.

Muchas de las familias de estos campesinos optaron por emigrar a los centros urbanos
donde esperaban encontrar mejores accesos de calidad de vida y prestación de servicios,
ya que el sector servicios (ver glosario) fue desarrollándose en mayor medida en las gran-
des ciudades. Sin embargo, la migración masiva y la ubicación en los cordones periféricos
de la ciudad, entre otras cosas, dificultó el desarrollo de estas familias, facilitando una
situación de pobreza urbana.

Distinto es el caso de Europa, donde el desarrollo de la ciudad comenzó en el siglo XI


y se produjo de manera más paulatina, lo que incluso da cuenta de las diferencias que
pueden tener ambos continentes en el tamaño de sus ciudades.

Ahora bien, dentro de la historia social y política de Europa no se puede olvidar la exis-
tencia de grandes guerras. Esto significó en muchos casos un empobrecimiento del país,
con la consecuente reconstrucción de sus ciudades, economía y tejido social. En este sen-
tido, fue muy importante el esfuerzo y la organización de la sociedad civil, así como el
beneficio que pudiera otorgar el Estado; había un sentido compartido de reconstrucción.
Por ejemplo, en el caso de Alemania, durante el gobierno de Konrad Adenauer, cuyo Mi-
nistro de Hacienda era Ludwig Erhard, se otorgó una cantidad determinada de francos
a cada persona para que todos tuvieran algún capital de inversión. Estos marcos serían
recuperados posteriormente a través de los impuestos; por esta razón la evasión de im-
puestos en Alemania es especialmente sancionada.

Sin embargo, si bien a partir de la historia de Europa se puede reconocer un contexto


distinto donde se aprecia el fuerte desarrollo de la sociedad civil y del Estado como or-
ganismo benefactor, el aumento de la pobreza en los países europeos se proyecta en re-
lación a su pirámide demográfica. La rápida transición demográfica, en relación con el
aumento de la calidad de vida y los bajos índices de natalidad, producirá un aumento
de la seguridad social que otorga el Estado a las personas jubiladas y/o inactivas y una
disminución de su capacidad productiva. De esta manera, los países europeos tendrán
que buscar alguna alternativa para desarrollar su productividad y así sostener al Estado.
© FUOC • PID_00161333 96 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

A partir de los ejemplos anteriores, se puede apreciar que las variables vincu-
ladas a las situaciones de pobreza toman características distintas de acuerdo al
contexto social en que se presentan. A su vez, aunque aquí sólo se han mos-
trado e intensificado algunas de las variables involucradas, para cada caso es
posible reconocer la participación de distintos sujetos sociales (el Estado, la
sociedad civil, el sector campesino, etc), así como alguna alternativa de solu-
ción (beneficio del Estado y recuperación a través de los impuestos, bajar el
precio de los productos agrícolas, etc.).

Veréis que en las soluciones expuestas en los ejemplos anteriores, en un caso,


los campesinos se vieron afectados al tener que bajar el precio de sus produc-
tos, ya que se empobrecieron en relación a sus ingresos. En términos generales,
podréis reconocer que se dio un conflicto de intereses, ya que ellos necesita-
ban vender sus productos a un precio alto, mientras que los habitantes de la
ciudad necesitaban alimentarse, pero sin encarecer la vida en la ciudad.

El caso de Alemania

Distinto es el caso de la solución presentada frente al empobrecimiento que acarreó la


guerra en el caso de Alemania. Aunque cada uno de los sectores de la sociedad tuvo que
hacer un gran esfuerzo para posibilitar la reconstrucción social, el interés era el mismo:
la reconstrucción social del país o la localidad tras los problemas sociales generados por
la guerra. De esta manera, se dio una suerte de negociación entre el Estado y la sociedad
civil, donde el Estado otorgó cierto capital que debía ser recuperado.

Desde esta perspectiva podéis reconocer que un conflicto psicosocial también Lecturas
puede entenderse como la contraposición de dos intereses que obliga a una complementarias

resolución. Sobre el conflicto psicosocial


entendido como la contrapo-
sición de dos intereses que
Esta resolución lleva a las partes a buscar una posible negociación (que podría obliga a una resolución, po-
incluir una mediación), o bien, la dominación o eliminación de una de ellas. déis leer las siguientes obras:
R. Merton (1965). Teoría y es-
Así, el conflicto implica necesariamente movilidad, es decir, exige que se re- tructura sociales. México-Bue-
suelva una tensión, a no ser que se desconozca esta tensión, es decir, que se nos Aires: Fondo de Cultura
Económica.
niegue la existencia del conflicto. R. Dahrendorf (1962). Las
clases sociales y su conflicto en
la sociedad industrial. Madrid:
Finalmente cabe señalar que para que un conflicto sea psicosocial, debe dar Rialp.D.
cuenta de dinámicas sociales y/o psicológicas, ya sea en sus orígenes, mante- Rodríguez (2001). Conflic-
to. En Gestión organizacional.
nimiento, efectos o resolución. A su vez, puede darse en relación a otros (en Elementos para su estudio (pp.
el espacio de las interacciones), o bien, en el ámbito personal (en el espacio 187-213). Santiago: Ediciones
Universidad Católica de Chi-
intrapsíquico). le.

Volvamos al tema de la pobreza. Si retomamos el conflicto como la contrapo-


sición de dos intereses que obligan a una resolución, podréis acercaros a los
conflictos psicosociales relacionados con la pobreza de acuerdo a las resolu-
ciones intentadas.

Así por ejemplo, una de las maneras en que se ha intentado llevar a cabo la
negociación ha sido por medio de la organización de las personas o de un gru-
po determinado, lo cual otorga mayor representatividad a la parte negociante.
© FUOC • PID_00161333 97 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Tal ha sido el rol que han otorgado en muchos casos los movimientos popu- Asociaciones obreras
lares y sindicales.
Por ejemplo, ante la vulnerabi-
lidad asociada a los niveles de
También es posible encontrar a lo largo de la historia resoluciones menos afor- ingreso o estabilidad del traba-
jo en las industrias, han existi-
tunadas, como son la eliminación o dominación de una de las partes. Así por do las organizaciones de em-
pleados o sindicatos, que les
ejemplo, algunas organizaciones han estado sujetas a represión política, resol- han permitido negociar pers-
viéndose el conflicto por medio de la eliminación y/o dominación de ellas. pectivas de solución en torno a
sus derechos. Entre las prime-
Este fue el caso del enfrentamiento entre fuerzas policiales y trabajadoras en ras asociaciones obreras que
se formaron están las Trade
las oficinas mineras de San Gregorio (1921) y La Coruña (1925) en el norte de Unions en Inglaterra.
Chile, donde murieron más de 100 trabajadores (Moreno, 1986).

Otra manera de acercarse es reconociendo las tensiones sociales a partir de sus


causas. Si recordáis los ejemplos anteriores, en el caso de Europa la tensión
entre los países que llevaron a un conflicto bélico tuvo como consecuencia la
destrucción de algunas localidades y el consiguiente empobrecimiento de la
sociedad. Asimismo, en el caso de América Latina, la dominación de la vida
urbana por encima de la rural a partir del desarrollo de las ciudades llevó al
empobrecimiento de muchas familias campesinas como consecuencia de la
disminución de sus niveles de ingreso.

Una tercera manera de aproximarse al conflicto psicosocial desde la pobreza


es reconocer algunos conflictos ligados a sus efectos.

De acuerdo con lo que podréis encontrar en la literatura, "las personas que


viven en situación de pobreza constante tienden a estar sometidas a mayores
niveles de dolor y estrés" (Cáceres y Cortés, 1997, p. 3), lo que podría conllevar
mayores episodios de apatía, violencia, falta de rendimiento escolar y depre-
sión, entre otros.

Violencia familiar y situaciones de pobreza

Por ejemplo, podréis encontrar algunos casos en que existiría relación entre violencia
familiar y situaciones de pobreza en el hogar. Una de las razones que explica esta relación
es que el proceso de urbanización condujo en muchos casos a la división de roles según el
sexo como una estrategia de supervivencia, asignándole al hombre la función proveedora
de la familia y relacionándolo de esta manera con la autoridad del hogar. Sin embargo,
en un contexto con mayor presencia de cesantía e inestabilidad laboral, como ocurre en
los sectores de mayor pobreza, se hace muy difícil cumplir con el rol asignado frente a
su familia, lo que puede llevar a una pérdida de su autoridad. Como señala Vives (1983),
esto puede acentuarse si el sujeto se ve marginado de su contexto social, lo cual a veces
puede llevar a una escalada de violencia y alcoholismo como maneras de enfrentar la
desvalorización que vive y así garantizar su autoridad.

Asimismo, podréis reconocer conflictos a nivel personal. En algunos casos de


deserción escolar, se ha visto que ésta no sólo responde a los gastos económi-
cos que implica la educación, sino a que muchos niños prefieren no ir por
sentirse culpables de ser una carga excesiva para sus padres, prefiriendo utili-
zar ese tiempo en buscar algunos medios. De esta manera, al niño se le genera
un conflicto entre ir al colegio, aprender, estar con sus compañeros, etc., y
contribuir a mejorar la situación económica de su familia.
© FUOC • PID_00161333 98 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Finalmente, una cuarta manera de aproximación al conflicto psicosocial desde


la pobreza es reconocer algunos conflictos ligados a su mantenimiento.

Cómo habéis visto anteriormente, una de las variables que ayudarían a me-
jorar los niveles de bienestar económico para los hogares en situación de po-
breza es la inserción del o la cónyuge en el mundo laboral. En el caso de las
mujeres, muchas veces esta decisión se ve impedida por la carencia de alguien
que cuide de la casa y los niños. Así puede darse un conflicto a nivel personal,
generándose una tensión entre ayudar con los ingresos del hogar, tener un es-
pacio de desarrollo laboral, etc. y el deber de cuidar a los hijos, permaneciendo
en la casa, situación que se conoce como conflicto de roles.

A modo de conclusión, podréis reconocer que existe una relación entre


conflicto y pobreza, ya que el conflicto puede estar asociado a sus causas,
efectos, mantenimiento y resolución.

4.4. Características de la pobreza en la actualidad y su relación


con el conflicto

Si observáis lo que ocurre en la actualidad respecto a la pobreza y a los con-


flictos psicosociales ligados a ella, veréis que se pueden reconocer algunas ca-
racterísticas propias del contexto actual, pese a las diferencias que se pueden
presentar en cada país.

Lo primero es que se ha ido optando por una definición que incorpora tanto
las causas como los efectos que conlleva la pobreza, subrayando de esta manera
la participación en el mundo social y el acceso a las oportunidades que se
ofrecen a todos los sujetos sociales. Desde este ámbito, la injusticia�social (ver
glosario) no sólo está ligada a ciertas carencias, sino también a los mecanismos
que operan en su mantenimiento y, por lo tanto, a la falta de acceso a las
oportunidades que permitan cambiar esa condición.

Así pues, desde su abordaje, algunos organismos han planteado alternativas


en la línea del desarrollo�sustentable (ver glosario), que en teoría permitirían
a las personas que se encuentran en situación de pobreza no sólo resolver su
situación a corto plazo, sino que también a medio y largo plazo.

A partir de lo anterior, cabría preguntarse por qué una solución a corto plazo y
focalizada no resolvería los problemas en torno a la pobreza. Tal vez la respues-
ta a esta pregunta se dé en la mayor interrelación de las variables involucradas.

Mismas condiciones para todos

Así, por ejemplo, se podría pensar en la posibilidad de que se le dé a todos los habitantes
de un país igual condición de acceso al empleo. Sin embargo, de acuerdo a lo que hemos
visto en relación con la vulnerabilidad asociada al empleo, sería necesario que se otorgara
© FUOC • PID_00161333 99 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

una educación de calidad y capacitación constante, especialmente en lo que respecta a


los nuevos desarrollos tecnológicos.

Ahora bien, puede ser que esta relación haya estado siempre presente respecto
a las situaciones de pobreza. Es decir, las personas con mayor educación ac-
cedían a mayores y mejores posibilidades de trabajo y, por lo tanto, de ingre-
sos. Si bien eso puede ser cierto, no hay que olvidar que la participación en el
mundo social se ha hecho más compleja.

Uno de los ámbitos donde podréis reconocer la complejidad en la participa-


ción en el mundo social es en el ámbito de las redes sociales. En un contexto
de mayor globalidad, las redes sociales que pueda tener una persona no sólo
se relacionan con personas cotidianas y/o cercanas, sino que hoy en día, por
medio de Internet y del correo electrónico, esa persona o institución puede
estar a muchos kilómetros de distancia. Esta realidad establece diferencias no
sólo en los ámbitos de la comunicación e información, sino también en el
acceso al empleo, ya que actualmente muchos empleos se enmarcan en lo que
son las relaciones laborales a distancia.

Igualmente sucede en lo que respecta al acceso de la información y su relación


con la educación. En el ámbito educativo, sabréis que si deseáis informaros
acerca de un tema determinado para realizar un trabajo en la Universidad, po-
déis tener ciertos conocimientos de él por medio de los buscadores de Internet.

Otro de los ámbitos donde reconoceréis cambios que afectan al contexto so-
cial es en la economía. Hoy en día, las fluctuaciones de la economía de un país
están cada vez más sujetas a la estabilidad de los mercados internacionales.
Así, por ejemplo, un conflicto bélico entre dos países puede repercutir en el
precio del petróleo de un tercer país. Esta subida en el precio no sólo afectará
a la economía global del país, que puede generar, entre otros, una baja en los
salarios, sino también a algo tan cotidiano como el valor de pasaje de la loco-
moción colectiva, lo cual afectan principalmente a quienes poseen menores
ingresos y necesitan trasladarse a sus lugares de trabajo, y más si los lugares de
trabajo se encuentran a grandes distancias de las zonas residenciales.

Como veréis, en un contexto de mayor globalidad y desarrollo tecnológico,


el acceso a ciertas oportunidades se ha hecho cada vez más más complejo.
Esto hace que también adquieran complejidad las situaciones que favorecen
el mantenimiento de situaciones de carencia en un sector determinado.

Otro aspecto que llama la atención es que, a diferencia de lo que ocurrió en


otros momentos históricos, no se ven mayores movimientos sociales como
alternativas de resolución frente a una situación de injusticia social.

Movimientos sociales

Si observáis lo que ocurre respecto a los movimientos sociales, podréis apreciar que ellos
no han desaparecido, sino más bien se han redefinido las motivaciones de su aparición
y consecuente manifestación. Así, por ejemplo, podréis reconocer algunos movimientos
sociales relacionados con la ecología, como los que desarrolla Greenpeace, o en contra
© FUOC • PID_00161333 100 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

de la guerra, como ha ocurrido en el último tiempo en algunos países, pero ¿qué pasa
con la pobreza? ¿A qué se debe que no se vean mayores movimientos en relación a las
millones de personas que viven en situación de pobreza en el mundo?

Incluso si consideráis la información que entregan los medios de comunica- América Latina
ción de masas, reconoceréis que la información relacionada a la pobreza se
En el caso de América Latina,
encuentra vinculada a noticias que encierran otras temáticas como eje central. el crecimiento del sector infor-
mal y del trabajo independien-
te se presenta sobre todo en
Asimismo, las organizaciones sindicales, que funcionaban como instancia me- el desarrollo de las medianas y
pequeñas empresas. Si consi-
diadora entre empleadores y empleados, han ido sufriendo un proceso de de- deramos, por ejemplo, el caso
bilitamiento en el seno del sector laboral. de Perú, se calcula que el sec-
tor informal está en torno al
60%.

Esto se debe a diversas características del contexto actual en este ámbito. Una
de ellas es la flexibilización en la legislación laboral, otorgándose una mayor
El caso de Estados Unidos
importancia a la negociación individual por encima de la colectiva. A su vez,
el desarrollo del sector servicios llevó a un crecimiento del sector informal y Por ejemplo, en el caso de Es-
tados Unidos se calcula que la
del trabajo independiente. media de permanencia en un
puesto determinado es de cua-
tro años. Esta situación necesa-
Finalmente, conviene que miréis lo que pasa en el ámbito de los conflictos riamente repercute en las posi-
bilidades de organización sin-
psicosociales que surgen como efectos de las condiciones de pobreza. dical, ya que cualquier organi-
zación requiere cierta estabili-
dad para otorgar continuidad
Si consideráis la legislación de los países como instancias de resolución y/o al trabajo y a los objetivos es-
tablecidos.
mediación para estos conflictos, podréis reconocer que muchas de ellas con-
templan en sus códigos y en sus instancias legislativas aspectos relacionados
con la deserción escolar, la violencia familiar, la delincuencia, la drogadicción,
etc. Sin embargo, la legislación se presenta en ámbitos específicos de interven-
ción y de conflictos particulares que se dan en cada una de estas áreas, donde
la pobreza puede ser más bien una de tantas variables que dan cuenta de su
presencia.

Por tanto, la situación antes descrita y los conflictos asociados a la pobreza


revelan cambios importantes en las interacciones sociales que se vinculan con:

• cambios en el tejido social,

• la presencia de cambios tecnológicos que redefinen el acceso al mundo


laboral, la educación y la concepción del tiempo, entre otros, y

• más interacciones en un contexto social de carácter global.

Todo lo anterior hace aún más compleja la participación en el mundo social


y el acceso a las oportunidades que éste ofrece.

A su vez, en las condiciones actuales no se ven mayores movimientos sociales


u organizacionales en torno a la pobreza.
© FUOC • PID_00161333 101 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Finalmente, los conflictos que podéis ver cercanos a quienes se encuentran en


situación de pobreza o bien se dan en el ámbito personal, o bien asociados
a variables específicas que darían cuenta de algunas causas, mantenimiento
o efectos de la pobreza. Estas condiciones hacen posible una mayor invisibili-
zación del sujeto social en cuanto pobre que vive una situación compleja en
relación a la interrelación de estas variables. Es decir, aunque se resuelvan o
conflictúen estas variables en forma aislada, no dan cuenta de la situación de
pobreza en su globalidad, desdibujándose en el marco social la persona del
pobre como una persona que vive una determinada condición. Un aspecto
que cabe destacar es que esta invisibilización del sujeto social como pobre no
se refiere sólo respecto a la globalidad de su condición, sino también a las al-
ternativas que ellos mismos han generado a partir de su condición, ya que
éstas no encuentran su espacio dentro de la alternativas macrosociales.

4.5. Aproximaciones de intervención y su relación con el


conflicto

A partir de lo que habéis visto en los puntos anteriores, es posible pensar que
junto con la pobreza existiría un conflicto psicosocial latente, y que en algún
momento éste podría llegar a manifestarse más allá de los conflictos que po-
dáis reconocer en forma separada respecto a sus causas, mantenimiento y/o
efectos. Sin embargo, ligado a sus estrategias de abordaje, hoy en día se pre-
senta otra alternativa que si bien considera la alternativa del conflicto como
vía de resolución, no se restringe a ella.

En el siguiente apartado veréis en qué consiste esta alternativa, su relación con


el contexto actual y su vinculación con el conflicto.

4.5.1. Aproximaciones actuales

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) realizó un gran


esfuerzo para evaluar una variedad de programas nacionales contra la pobre-
za, a fin de establecer los mecanismos que funcionan y/o no funcionan en
su abordaje. Dentro de los resultados expresados en el Informe del PNUD so-
bre la Pobreza 2000, se señalan como importantes los siguientes: la existen-
cia de programas multisectoriales y amplios, ya que "después de todo, la po-
breza es un problema multidimensional" (p. 5), una mayor coordinación de
ministerios gubernamentales, que no se limite a proyectos a pequeña escala
y una participación activa del sector privado y la sociedad civil. Igualmente,
una mayor eficiencia en los asuntos públicos, considerando la adopción de
decisiones próximas a las comunidades pobres en relación a sus necesidades,
el apoyo a organizaciones en el plano de la comunidad y la responsabilidad
en el uso de fondos, entre otros.
© FUOC • PID_00161333 102 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Ante esta realidad se señala como importante la posibilidad de formular pla-


nes nacionales contra la pobreza, ya que ayudan a coordinar y concentrar las
actividades nacionales, así como acumular apoyo.

"Un plan es prueba de un compromiso nacional y de una asignación expresa de recursos


a la tarea. También constituye un medio de aumentar los partidarios del cambio. Sin
acción pública organizada de ese tipo, las economías impulsadas por el mercado rara vez
promueven la justicia social."

PNUD (2000). Informe del PNUD sobre la Pobreza 2000. Superar la Pobreza Humana (p. 9).
New York: Autores.

Dentro de las áreas específicas de abordaje se menciona la posibilidad de vin-


cular programas relativos a la pobreza a las políticas económicas y financie-
ras internacionales, aumentando las capacidades de negociación de los países
en desarrollo respecto a acuerdos comerciales regionales y mundiales. Esto de
manera que los países industrializados flexibilicen sus políticas de protección
y permitan a los países en desarrollo ingresar en los mercados de exportación.
Se reconoce también que la mayor parte del éxito de los programas descansa
en la descentralización de los gobiernos, otorgando mayor responsabilidad y
poder de decisión a los gobiernos locales y la potenciación de las comunida-
des, que se pueden propiciar a través de métodos participativos que faciliten la
autodeterminación. La evaluación participativa, a su vez, ayuda a conocer la
forma en que las personas se encuentran en situación de pobreza, acogiendo
la propia evaluación de su situación y de lo que ellos creen que se debe hacer.
Finalmente se menciona como importante la intersectorialidad, reconocien-
do, entre otros, la relación de ésta con el género y el medio ambiente.

Dentro de las funciones que cumplen los distintos actores sociales se encuen-
tran:

a) Los gobiernos, que deben entregar bienes y prestar servicios, así como ajus-
tar las políticas macroeconómicas de manera que el crecimiento sea más favo-
rable a los pobres.

b) Las organizaciones civiles, que pueden defender los intereses de los más
pobres e influir en la formulación normativa del plano nacional.

c) Las organizaciones de base, que pueden influir en las decisiones de gestión


local, generando espacios de participación y de defensa de los propios dere-
chos, así como autodeterminándose respecto a su situación.

Capital social

Asimismo, la Conferencia Regional sobre Capital Social y Pobreza, organizada por la Co-
misión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Universidad de Michigan
(2001), señala que uno de los aspectos importantes para el abordaje en materias de po-
breza es el desarrollo del capital social, debido a que la mayor participación se logra por
medio de la movilización y capacidad asociativa de las bases sociales. A su vez, el capital
social ayuda a entender la presencia de desigualdades, ya que da cuenta de la conforma-
ción de grupos sociales excluyentes en cuanto permite vinculaciones determinadas.
© FUOC • PID_00161333 103 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Los mismos autores señalan como importantes la descentralización de los gobiernos y el


empoderamiento de las comunidades, así como la consideración de las condiciones de
género asociadas a las situaciones de pobreza, ya que muchos de estos hogares están a
cargo de mujeres.

A partir de los ejemplos anteriores podréis ver que, a nivel macrosocial, las
tendencias generales en lo que respecta a posibles líneas de abordaje en pobre-
za se vinculan con mayores procesos de democratización. Y específicamente
dentro de estos procesos, con procesos de mayor eficiencia en los asuntos pú-
blicos, descentralización, empoderamiento y participación de los sectores que
se encuentran en situación de pobreza, vinculándolos al desarrollo local. En
este sentido, también podréis reconocer desde las líneas anteriores, una valo-
ración de las particularidades de los contextos sociales, ya sea en su evaluación
o en su implementación.

Desde esta perspectiva, un fenómeno interesante que se debe considerar en


los últimos tiempos en el ámbito mundial es el fuerte crecimiento del tercer
sector, compuesto por organizaciones privadas sin ánimo de lucro, el cual ha
estado trabajando en sectores de pobreza. De acuerdo con Salamon (2002) se
pueden reconocer cinco funciones asociadas a estas organizaciones; a saber: la
identificación de nuevos problemas y la búsqueda de respuestas innovadoras,
la difusión de algunos temas entre el público, su carácter de agentes comuni-
tarios, la construcción de lazos de confianza y reciprocidad y, por último, la
canalización de ciertas preocupaciones en el seno de la sociedad.

Estas funciones han encontrado su espacio de desarrollo en la cercanía y el Grameen Bank


trabajo directo que han tenido estas organizaciones con las personas que se
Un ejemplo de organización
encuentran en situación de pobreza, por lo que se reconoce su función com- de desarrollo en la proximidad
plementaria en posibles líneas de intervención respecto a las funciones que y el trabajo directo es el Gra-
meen Bank creado por Muha-
cumplen los gobiernos y otros sectores de la sociedad civil. mad Yunnus, doctor en Econo-
mía de la Universidad de Van-
derbilt. Ese banco opera en
Desde lo que habéis visto en el apartado anterior, podréis reconocer que las más de 60 países y tiene por
objetivo prestar dinero a per-
estrategias planteadas responden a las características en que se presenta la po- sonas pobres que no poseen
garantes que les avalen.
breza hoy día.

Al igual que el concepto de exclusión�social (ver glosario) que daba cuenta


de las causas y efectos de la pobreza, podéis ver que la participación y demo-
cratización planteadas en su abordaje no sólo dan cuenta del mayor acceso a
oportunidades, sino que en sí mismas son caminos de integración. Es decir,
no sólo informan de sus posibles efectos, sino que además plantean una me-
todología de integración e inclusión.

Asimismo, esta metodología se plantea como una instancia de cooperación


entre distintos sectores sociales, entre los que incluye las funciones del gobier-
no, la aportación que puede hacer el tercer sector u otros sectores de la socie-
dad civil y la propia comunidad.
© FUOC • PID_00161333 104 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Una de las características asociadas a la participación es la mayor visibilidad


de las personas que se encuentran en situación de pobreza, como de las alter-
nativas que puedan generar desde su contexto social.

Sin embargo, estas alternativas no excluyen la necesidad de hacer consciente


las situaciones de injusticia social relacionadas con la distribución de ingresos
para cambiar las situaciones que, vinculadas al mercado y a la desigualdad,
favorecerían situaciones de carencia.

4.5.2. Relación con el conflicto

Como veréis, desde las líneas de intervención podréis reconocer que si bien el
conflicto psicosocial puede presentarse en la necesidad de abrir nuevos espa-
cios que permitan la redistribución económica y, por lo tanto, ofrezcan solu-
ciones a las situaciones de carencia, esto se complementa con una metodolo-
gía de integración, donde más que la tensión entre intereses se busca la cola-
boración, es decir, el reconocimiento de estos intereses y el trabajo conjunto
en su desarrollo.

Esto último es explicado por la psicología social desde los juegos "no-suma-ce-
ro", que, junto a la interdependencia competitiva y cooperativa, se presentan
como una de las maneras en que se puede manifestar la interacción social. Si
bien la interdependencia cooperativa se refiere a la necesidad mutua entre los
individuos para obtener recompensas que en caso contrario no podrían alcan-
zar, y la competitiva, a la posibilidad de que la meta esté al alcance de una sola
persona, los juegos "no-suma-cero" dan cuenta de situaciones competitivas en
las que ambas partes pueden beneficiarse mediante acciones interdependien-
tes (Hollander, 2000).

Desde una teoría del conflicto podría decirse que este último tipo de interac-
ción no niega la presencia del conflicto que puede generarse a partir de inte-
reses distintos, pero plantea un camino de solución que beneficia a ambos.
Esto último estaría relacionado con las posibilidades que ofrece la democracia
y propiciaría una mayor acogida para la multidimensionalidad.

En lo que respecta a las aportaciones que puede hacer la psicología en este


campo, se encuentran distintos niveles de intervención. Entre estos niveles
podéis reconocer la promoción de condiciones de vida que dan cuenta de un
mayor bienestar biopsicosocial, la prevención primaria y secundaria respecto
a ciertos trastornos asociados a condiciones de pobreza y las posibilidades de
rehabilitación. A su vez, con el desarrollo de la psicología social y comunitaria,
la psicología ha logrado dar cuenta de ciertas interacciones en el espacio social,
así como intervenir en los sistemas sociales y/o comunidades, para prevenir
los problemas y facilitar el desarrollo humano integral.
© FUOC • PID_00161333 105 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Finalmente, podréis encontrar algunas áreas de abordaje en el ámbito de la


mediación de los conflictos psicosociales.

• Las estrategias que hoy se plantean para abordar la pobreza se rela-


cionan, entre otros factores, con sistemas de participación y demo-
cratización, vinculados a los contextos particulares. A su vez, se se-
ñala la necesidad de reconocer y cambiar situaciones de injusticia
social relacionadas con la distribución de los ingresos que favorece-
rían situaciones de carencia.

• En relación con los distintos actores sociales, se plantea la necesidad


del trabajo complementario y la interdependencia. Esta última, si
bien no niega la presencia de un conflicto, plantea un camino de
solución que permite el beneficio y la colaboración de todos los
actores involucrados, lo cual se relacionaría con las posibilidades
que ofrece la democracia.

• De manera semejante a la exclusión social, que daba cuenta de las


causas y efectos de la pobreza, la participación y democratización no
sólo informan de posibles efectos (mayor acceso a oportunidades),
sino que además plantean una metodología de integración e inclu-
sión, la cual permite, a su vez, una mayor visibilidad de las perso-
nas que se encuentran en situación de pobreza, ya sea respecto a su
condición o a las alternativas que pueden presentar respecto a ellas.

• Así, desde las líneas de abordaje hoy en día se presentan alternati-


vas que si bien consideran la posibilidad del conflicto como vía de
resolución, no se restringen a él.

• Las aportaciones que puede hacer la psicología en este campo se vin-


culan, entre otros, a los niveles de promoción, prevención y reha-
bilitación de personas que se encuentran en situación de pobreza.
También se reconocen las contribuciones de la psicología social y
comunitaria en las posibilidades de intervenir en los sistemas socia-
les y/o comunidades, facilitando a través de ello el desarrollo huma-
no integral, así como en la mediación de los conflictos psicosociales.
© FUOC • PID_00161333 106 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

5. Conflicto político en Chile: Mesa de Diálogo de


Derechos Humanos

La detención del general Augusto Pinochet en Londres, en octubre de 1998,


agudizó el mayor conflicto de la sociedad chilena durante la transición polí-
tica: las consecuencias de las violaciones de derechos humanos cometidas en
nombre de la "salvación de la patria" durante el gobierno militar. La detención
fue resultado de una petición de extradición de un tribunal español, debido
al proceso abierto en Valencia, España, en 1996, para investigar las acusacio-
nes de genocidio y terrorismo presentadas contra el régimen de Pinochet. Los
abogados de la causa señalaron que habían iniciado el juicio porque existía
impunidad en Chile y "porque hay españoles entre las víctimas a los que se les
ha denegado justicia", entre otras razones (Rojas, Espinoza y Urquieta, 1998,
p. 35).

Las violaciones de derechos humanos fueron denunciadas desde los primeros


días del gobierno militar (1973-1990) ante los tribunales de justicia, pero aun-
que se presentaron miles de recursos de amparo, éstos no fueron acogidos y el
gobierno negó toda responsabilidad en los hechos denunciados. Muchos de
los detenidos desaparecieron; es decir, no volvió a saberse de ellos. El Gobierno
de Pinochet negó tener algún conocimiento sobre la detención y el paradero
de las personas que sus familiares denunciaban como desaparecidas, conside-
rando que las denuncias eran falsas y constituían un ataque moral y político
a su gestión.

A pesar de esas negaciones, entre 1978 y 1979 fueron encontrados algunos


de los desaparecidos enterrados en tumbas clandestinas en Lonquén, un lugar
cercano a Santiago, en Laja y Yumbel, localidades ubicadas cerca de Concep-
ción y en otros lugares del país. En 1990 fue encontrada una tumba clandestina
en Pisagua, en el norte de Chile, con cuerpos en estado de momificación. En el
2003 se desconocía el paradero de casi mil casos de detenidos desaparecidos.

Esta acción puso en el centro de la discusión política en Chile dos temas con-
flictivos:

a) La política de violaciones de derechos humanos del régimen militar y la


existencia de más de mil doscientos detenidos desaparecidos, entre los que se
encontraban varios españoles cuyo paradero era desconocido.

b) El cuestionamiento a la jurisdicción y competencia de un tribunal español


para enjuiciar a Pinochet. Algunos sectores alegaban que su detención vulne-
raba la soberanía nacional y se rechazaba la universalización de la justicia en
materia de derechos humanos. Otros señalaban que los delitos de tortura y se-
cuestro eran imprescriptibles, inamnistiables y de jurisdicción universal. Hu-
© FUOC • PID_00161333 107 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

bo celebraciones y sonrisas no disimuladas por la detención del ex dictador


en muchas ciudades de Chile y del mundo, expresando emociones contenidas
durante largos años, reavivadas por la esperanza de justicia. En contraste, los
partidarios del general reaccionaron con inusitada violencia e irritación en los
medios de comunicación y en las calles, presionando al Gobierno de Chile
para lograr su liberación mediante gestiones diplomáticas.

Actividad

¿Sabéis cómo se resolvieron en España tras la muerte del general Francisco Franco las
deudas contraídas por las violaciones de derechos humanos acontecidas durante su go-
bierno?

¿Hubo leyes de amnistía?

¿Hubo juicios a los responsables de violaciones de derechos humanos?

Quizá no lo sepáis. Podríais revisar el libro de Santos Juliá et al., Víctimas de la Lectura complementaria
guerra civil (Madrid: Temas de hoy, 1999) y Memoria y Olvido de la guerra civil
Este estudio comparativo en-
española de Paloma Aguilar (Madrid: Alianza, 1996), que ilustran el problema tre la transición política en
del proceso de transición en España y de algunas de las "deudas pendientes". España y Chile escrito por
el profesor Felipe Agüero os
permitirá reconocer la con-
Sin embargo, la batalla judicial en Londres se fue complicando. Ante la impo- flictividad y los dilemas de
las transiciones: Soldiers, Ci-
sibilidad de refutar los cargos, se buscó una salida "humanitaria", argumentan- vilians and Democracy: Post-
Franco Spain 'in' Comparative
do que debido a su estado de salud, el general no podría ser enviado a España Perspective.
para un proceso judicial de duración impredecible. Volvió a Chile después de
503 días de arresto en Londres.

La detención de Pinochet catalizó los conflictos y antagonismos existentes en


el país de manera virulenta, ampliando el conflicto político y obligando a en-
frentarse al problema más crítico de la transición política: las responsabilida-
des del gobierno militar y de las instituciones armadas en las violaciones de
derechos humanos ocurridas entre 1973 y 1990, especialmente las responsa-
bilidades relativas a la situación de detenidos desaparecidos.

No solamente la detención de Pinochet había reabierto el conflicto. A su vez, Fuerzas Armadas en Chile
desde 1997 se había manifestado un cambio en los criterios de los jueces res-
Las Fuerzas Armadas en Chi-
pecto a la aplicación del Decreto Ley de Amnistía de 1978, que había sido dic- le están formadas por el Ejérci-
tado por el gobierno militar para asegurar la impunidad de los crímenes co- to, la Fuerza Aérea, la Marina
y las Fuerzas de Orden y Segu-
metidos entre 1973 y 1978. Entre los jueces empezó a prevalecer el criterio de ridad, que son los Carabineros
de Chile.
investigar el paradero de las víctimas antes de amnistiar, debilitando la impu-
nidad establecida y generando inquietud, malestar y fuertes reacciones críticas
en las Fuerzas Armadas. No solamente algunos militares debían enfrentarse
a juicios y querellas por violaciones de derechos humanos; además, toda "la
obra" del gobierno militar quedaba erosionada al darse publicidad a las inves-
tigaciones de los crímenes cometidos contra los opositores. En ese contexto de
tensiones y conflictos exacerbados, en agosto de 1999, el ministro de Defensa,
Edmundo Pérez Yoma, convocó una Mesa de Diálogo sobre Derechos Huma-
nos que funcionó entre agosto de 1999 y junio del 2000.
© FUOC • PID_00161333 108 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Este apartado analiza el caso de la mesa de diálogo de Derechos Humanos en


Chile como una estrategia de resolución de conflictos basada en la teoría y en
la práctica desarrollada por Herbert Kelman y sus colaboradores, en la Univer-
sidad de Harvard, en Estados Unidos. Los creadores del modelo participaron,
desde 1970, en calidad de psicólogos sociales, en diálogos y negociaciones de
procesos de paz a nivel internacional, especialmente en el Medio Oriente.

Como todas las experiencias de resolución de conflictos, el caso de la mesa


de diálogo en Chile fue un proceso adhoc, es decir, se adaptó a las necesida-
des y características específicas del problema y de las circunstancias políticas,
apartándose del modelo de Kelman en varios aspectos. Este apartado concluye
con la evaluación de los resultados de la mesa de diálogo hasta ahora (2003)
y algunas proyecciones de esos resultados.

Debo deciros, finalmente, que fui miembro de la Mesa de Diálogo de Dere-


chos Humanos. Por tanto, poseo una visión desde "dentro" como participante
y parcialmente como observador cualificado. A la vez, en este apartado com-
parto con vosotros el análisis desarrollado en la investigación en la que he
trabajado en los últimos siete años con Brian Loveman, historiador norteame-
ricano: "Estudio de la reconciliación chilena y resistencias de la memoria", que
implicó una revisión de los procesos de reconciliación política en el país desde
la independencia de la nación (1814) hasta el momento presente.

5.1. La iniciativa del diálogo

5.1.1. La formación de la Mesa

El ministro de Defensa del gobierno de Eduardo Frei desarrolló a mediados de Carta al presidente Frei
1999 una ronda de conversaciones con abogados de derechos humanos, en un
Si deseáis leer esta carta abier-
intento de integrar a los principales actores del conflicto en un diálogo para ta enviada al presidente Frei,
abordar los asuntos pendientes de derechos humanos, es decir, para conocer podéis consultar la página web
siguiente:
el paradero y el destino final de los detenidos desaparecidos. http://hem.passagen.se/
afdd98/cartaabierta.html

Pero la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos rechazó incor-


porarse al diálogo y envió una carta abierta al presidente de la República, co- Agrupación de Familiares
municando su decisión de mantenerse al margen y señalando que la iniciativa de Detenidos

no era una respuesta a las demandas de la Agrupación, sino a las exigencias


La Agrupación de Familiares
del mundo militar. Manifestaron que los delitos no se resolvían con acuerdos de Detenidos Desaparecidos es
una organización formada du-
entre víctimas y victimarios y que las Fuerzas Armadas no habían dado signos rante 1974 por los familiares
de personas detenidas que de-
de reconocimiento, arrepentimiento y disposición a colaborar con la justicia, saparecieron y cuya detención
sino únicamente de sus deseos de conseguir la impunidad. Por estas razones no fue reconocida por el go-
bierno militar. La mayoría de
no estaban dispuestas a dialogar, estimando que la Mesa era una iniciativa que ellos siguen siendo desapareci-
dos. La Agrupación es el prin-
debilitaba las funciones propias del Poder Judicial, alentaba la sedición y dis- cipal interlocutor en esta mate-
traía los esfuerzos del Gobierno en una operación sin destino. ria, especialmente desde el ini-
cio de la transición política, en
1990.
© FUOC • PID_00161333 109 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

5.1.2. Los y las dialogantes

A pesar de la controversia suscitada, la Mesa se inició el 20 de agosto de 1999,


con la participación de:

• Tres abogados de derechos humanos de larga trayectoria, entre ellos, la


abogada Pamela Pereira, quien tenía a su padre desaparecido desde 1973.

• Fueron invitados otros tres abogados que habían sido miembros de la Co- Comisión de Verdad y
misión de Verdad y Reconciliación. Reconciliación

La Comisión de Verdad y Re-


• Los comandantes en jefe de cada una de las instituciones armadas desig- conciliación fue creada por el
presidente Patricio Aylwin, en
naron a oficiales del Alto Mando como sus representantes. 1990, para investigar los ca-
sos de muertos y desapareci-
dos durante la dictadura mili-
• El obispo católico que había dirigido la Vicaría de la Solidaridad hasta su tar. El informe de esta misión
también es conocido como In-
cierre fue un factor clave en la mesa. forme Rettig.

• Participó también el obispo metodista que presidía la Fundación de Ayuda


Vicaría de la Solidaridad
Social de las Iglesias Cristianas, (FASIC), un organismo de derechos huma-
nos fundado en 1975. La Vicaría de la Solidaridad
(1976-1992) formó parte de
la pastoral del Arzobispado de
Santiago y prestó servicios le-
• Un representante de la comunidad judía. gales, sociales, médicos y psi-
coterapéuticos a los persegui-
dos por el régimen militar. Es-
• El gran Maestro de la Masonería. te organismo fue sucedido
por uno ecuménico, el Comi-
té de Cooperación para la Paz
• A ellos se sumaron algunos académicos reconocidos en sus disciplinas y en (1973-1975), creado por di-
versas iglesias cristianas, la co-
el país: una historiadora, una psicóloga, un físico y un escritor y periodista. munidad judía y la Iglesia cató-
lica y cerrado por presiones del
régimen militar en diciembre
de 1975.
• Presidió las sesiones el ministro de Defensa, participando los subsecretarios
de la cartera, un asesor del ministerio y dos coordinadores a cargo de la
conducción del proceso.

Para muchos en el país, el mero hecho de dialogar cara a cara entre abogados
de derechos humanos y representantes de las instituciones armadas era un
signo de esperanza, que abría posibilidades para superar las desconfianzas, los
rencores y la confrontación recientemente reactivada. Las raíces del conflicto
provenían de un pasado sobre el cual subsistían visiones inevitablemente an-
tagónicas que se cruzaban con el resultado de la política represiva: los miles
de víctimas de las violaciones de derechos humanos, generando memorias y
posiciones difíciles de modificar.
© FUOC • PID_00161333 110 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

5.1.3. Los temas del diálogo

Las sesiones se desarrollaron en el Ministerio de Defensa, con una periodicidad


establecida de común acuerdo. Los participantes propusieron por escrito su
visión del problema y los temas críticos que deberían abordarse. Al cabo de
un mes, todos los participantes habían expresado sus puntos de vista y los
documentos se habían difundido ampliamente en los medios y en Internet.

a) De acuerdo con lo expuesto, las Fuerzas Armadas consideraban indispensa-


ble revisar el "contexto histórico" de polarización política y violencia crecien-
te, que, a su juicio, justificaba la intervención militar y la necesidad de man-
tener y aplicar la amnistía en función de la paz social.

b) Los abogados de derechos humanos y otros consideraban que aunque se


justificara la intervención militar, no había razón alguna para atribuir a las
condiciones de polarización política y violencia de ese "contexto histórico" la
justificación de la tortura de los detenidos, como práctica vigente desde el ini-
cio hasta el final del gobierno militar. Menos aún se podía justificar la desapa-
rición de personas dando como explicación de esos procedimientos los "exce-
sos" de funcionarios. No era plausible que en instituciones jerarquizadas los
"excesos" no fueran sancionados, sino que por el contrario, los responsables
fueran ascendidos. El análisis de la información disponible sobre los casos de
detenidos desaparecidos del Informe Rettig, así como la documentación judicial
del Archivo de la Vicaría de la Solidaridad fueron evidencias sustantivas de la
política represiva implementada por el régimen y de la imposibilidad de inten-
tar redefinirla como "excesos" incontrolables dentro de las Fuerzas Armadas.

5.1.4. Las dificultades y los obstáculos

El general Pinochet regresó al país por "razones humanitarias" a inicios de mar-


zo del 2000. Desde enero de 1998 se habían presentado numerosas querellas
en contra de Pinochet por casos de violaciones de derechos humanos, espe-
cialmente muertes, desapariciones y torturas. Era senador vitalicio y tenía que
ser privado de su fuero parlamentario para poder ser procesado.

La petición de desafuero fue aprobada, en relación con el caso "Caravana de la


Muerte" (ver glosario), en la Corte de Apelaciones correspondiente y en agosto
del 2000 le sería confirmado el desafuero por la Corte Suprema. El desarrollo
de estos acontecimientos afectó al proceso de diálogo, endureciendo las posi-
ciones y ampliando las diferencias. Las distintas visiones y lealtades se cruza-
ron una y otra vez entre los "dialogantes", evidenciando una dificultad casi
insuperable: ¿cómo discutir sobre las violaciones de derechos humanos y las
responsabilidades de las Fuerzas Armadas sin referirse a Pinochet, ya que men-
cionarlo paralizaba el diálogo e imposibilitaba avanzar hacia algún acuerdo
posible? ¿Cómo coincidir, al menos parcialmente, en una visión sobre el pa-
© FUOC • PID_00161333 111 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

sado que fuera reconocible sin profundizar aun más en las diferencias? ¿Cómo
creer que las Fuerzas Armadas carecían de documentación e información que
pudiera arrojar luz sobre el paradero de los detenidos desaparecidos?

Las confianzas tejidas con dificultad durante varios meses sucumbían ante la
irrupción de Pinochet en la escena política, su desafuero como senador vita-
licio y su eventual enjuiciamiento. En la mesa y fuera de ella se agudizaba
la tentación de volver inflexiblemente a la confrontación de visiones éticas y
políticas irreductibles.

En ese contexto fue posible encontrar acuerdos en puntos críticos y contro-


versiales con mucha dificultad, lo cual implicó, indudablemente, concesiones
mutuas que se reflejan en la declaración final del Acuerdo. El proceso de cons-
trucción de dicho Acuerdo fue logrando desarmar la historia de negaciones
e impunidad sostenida por las instituciones armadas, hasta llegar a un reco-
nocimiento de responsabilidades en la desaparición de personas por parte de
"agentes del Estado", expresión general, pero finalmente precisa.

5.1.5. El acuerdo final de la Mesa de Diálogo

El trabajo de la mesa de diálogo terminó en junio del 2000 con el menciona-


do Acuerdo final, en relación con el tema de la convocatoria. En el intervalo
fue elegido un nuevo presidente de la República, Ricardo Lagos, y un nuevo
ministro de Defensa presidió las sesiones posteriores al 11 de marzo del 2000.
El acuerdo expresaba los puntos centrales del proceso y señalaba la necesidad
de asumir:

"[...] la tragedia, aún no resuelta, de los detenidos desaparecidos [...] Con el fin de superar
los problemas del pasado y avanzar hacia el reencuentro de todos los chilenos, llamamos Acuerdo final
a realizar un gran esfuerzo nacional que comprometa muy activamente a las más altas
autoridades del país, a las instituciones civiles, militares, religiosas y éticas, así como a la Para poder leer el acuerdo final
comunidad nacional en su conjunto, en la tarea de encontrar los restos de los detenidos completo de la mesa de diálo-
desaparecidos o, cuando ello no sea posible, obtener al menos la información que permita go, podéis consultar la siguien-
te web:
clarificar su destino [...].
http://www.derechos.org/niz-
Las instituciones de las Fuerzas Armadas y Carabineros se comprometen solemnemente kor/chile/doc/nizkor.html
a desarrollar, en un plazo de seis meses, desde que entre en vigencia la legislación que
proponemos, los máximos esfuerzos posibles para obtener información útil para encon-
trar los restos de los detenidos desaparecidos o establecer su destino."

Esta declaración expresaba las vicisitudes del proceso de diálogo y a la


vez anticipaba un resultado importante: el compromiso por parte de
las Fuerzas Armadas en la búsqueda de soluciones. Eso implicaba un
cambio sustantivo en la actitud observada con anterioridad de parte de
las instituciones castrenses.
© FUOC • PID_00161333 112 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

No se volvería a hablar de presuntos desaparecidos, expresión común en el len- Acuerdo de la mesa de


guaje oficial durante la dictadura, que denotaba la duda acerca de la veraci- diálogo

dad de estos casos. Se había asumido que el problema de los desaparecidos Sobre la segunda declaración
era una responsabilidad política de toda la sociedad, incluyendo a las Fuerzas pública de los abogados de
derechos humanos sobre el
Armadas, que debería asumir, no sin contradicciones, que la unidad nacional acuerdo de la mesa de diálo-
go, podéis consultar la siguien-
y la paz social requerían de su concurrencia para encontrar los restos de los te web:
desaparecidos y conocer su destino final. http://www.derechos.org/niz-
kor/chile/doc/abo2.html

El Acuerdo fue recibido con reacciones encontradas en los organismos de De-


rechos Humanos y los familiares de las víctimas, aunque contó con el respal-
do de la mayoría del país. Fue rechazado por la Agrupación de Familiares de
Detenidos Desaparecidos. También un grupo de abogados de derechos huma-
nos hizo declaraciones públicas descalificando el acuerdo y a los miembros de
la Mesa, acusando a sus participantes de buscar instalar un punto final y un
perdonazo por la vía política.

A las pocas horas de haberse firmado el acuerdo, el presidente Ricardo Lagos lo


dio a conocer a la opinión pública, subrayando que este acuerdo era un intento
de resolver el factor de división y antagonismo más importante existente en
el país.

5.2. Diálogos políticos en la búsqueda de la paz social

Los diálogos políticos para construir acuerdos de paz y poner fin a conflictos
han tenido distintos resultados y logros en el siglo XX. Excede las posibilida-
des de este apartado recorrer esos intentos y evaluar sus resultados. Esas ini-
ciativas se suman a otras estrategias de paz, entre las que se encuentran ges-
tiones diplomáticas, visitas a los lugares de conflicto por parte de comisiones
de organismos de Naciones Unidas, efectuando informes posteriores sobre lo
observado y buscando influir en los gobiernos; intervenciones de grupos reli-
giosos e iglesias, teniendo presencia en las zonas riesgosas y tratando de dete-
ner la agresión; mediaciones de personalidades de nivel mundial, tales como
religiosos, científicos, actores, novelistas y otros, con el fin de buscar y lograr
el término de la violencia, de la represión política o poner fin a guerras civiles
y a conflictos que erosionan la paz y gobernabilidad de un país.

Ejemplos: Guatemala y El Salvador

Ejemplos de diálogos recientes en la búsqueda de la paz en América Latina son los casos
de Guatemala y El Salvador. Los diálogos para poner fin a la guerra civil de doce años en
El Salvador comenzaron a mediados de la década de los ochenta y culminaron el 16 de
enero de 1992, en México, en los acuerdos de Chapultepec. En el caso de Guatemala, los
acuerdos de Oslo, en Noruega, en 1996, finalmente pusieron fin a un conflicto armado
que había durado treinta y seis años.

Dichos acuerdos pusieron término efectivo a las guerras civiles en esos países.
No obstante, es discutible si "el conflicto" fue efectivamente resuelto y, por
tanto, no se puede garantizar que en otro momento no pudiera recrudecerse
© FUOC • PID_00161333 113 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

un enfrentamiento interno en esos países. Es decir, con frecuencia los diálogos


se restringen a algunos de los aspectos del conflicto o a problemas específicos,
pero no siempre implican una resolución definitiva.

Progresivamente, en la medida en que estas iniciativas de resolución de con-


flictos se han difundido y transformado en un ámbito de especialidad, se ha
dado mayor importancia a la evaluación de los resultados de estos diálogos
y negociaciones, enfatizando no sólo la dimensión política en juego, sino la
necesidad de utilizar metodologías apropiadas, puesto que muchas veces el
entrenamiento de los profesionales y los recursos analíticos utilizados pueden
ser decisivos en los resultados del proceso.

5.3. El modelo: resolución interactiva de conflictos

La Mesa de Diálogo de Derechos Humanos en Chile se inspiró en una teoría


y en una práctica específica: el modelo de resolución interactiva de conflictos
propuesto por Herbert Kelman en la Universidad de Harvard en la década de
los setenta y aplicado a conflictos internacionales.

Talleres de trabajo

Herbert Kelman había observado que la conflictividad se sustentaba en las actitudes,


ideas, percepciones y sentimientos mutuos entre las personas de ambos lados del conflic-
to. Por tanto, una manera de buscar soluciones para dicho conflicto consiste en incidir
en el cambio de las relaciones entre ambos grupos. Con este fin propuso la realización de
talleres de trabajo orientados a generar un ambiente analítico en el que los participantes,
que han sido escogidos para ello por ser miembros influyentes en sus respectivos grupos
sociales, puedan establecer un tipo de comunicación que facilite la comprensión de la
posición del adversario y el surgimiento de nuevas ideas sobre la mejor manera de resol-
ver el conflicto.

En dicho modelo, el logro de este objetivo depende en gran parte del papel
desempeñado por quienes constituyen la tercera parte en estas sesiones. En
los talleres de trabajo organizados desde la Universidad de Harvard, esa tercera
parte está formada por científicos sociales, especialmente psicólogos sociales,
que actúan en el grupo, intentado garantizar la posibilidad de una comunica-
ción productiva entre las partes en conflicto, mediante distintos diseños que
intentan incidir en los estilos de interacción, en la percepción de los otros y
en la identificación de los obstáculos por parte del propio grupo, entre otros
aspectos. La propuesta de Kelman reconoce que para este tipo de conflictos las
estrategias basadas en incentivos negativos lleva a que las partes no se sientan
comprometidas con las soluciones logradas. Por ello, más que el logro de un
acuerdo político para la resolución del conflicto, hace falta generar un proceso
que conduzca al cambio estructural y actitudinal, transformando la relación
entre las partes.

Se trata de poner en marcha una dinámica inversa a la polarización de posi-


ciones y al escalamiento, complejizando los niveles de la interacción, distin-
guiendo los acuerdos y los desacuerdos en la percepción del problema e iden-
© FUOC • PID_00161333 114 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

tificando los elementos presentes que han contribuido a perpetuarlo. De este


modo, las partes pueden escucharse e influirse, conociendo y explorando las
bases de los planteamientos de los otros.

La percepción y explicitación de los acuerdos existentes, así como de las dis-


crepancias, permite afinar el diálogo sobre los temas de mayor dificultad e in-
transigencia en los que se atrincheran las lealtades grupales y personales, lle-
vando necesariamente a una negociación sobre la reciprocidad necesaria para
llegar a acuerdos.

La propuesta metodológica de Kelman no pretende favorecer el conocimiento


personal, sino establecer un tipo de interacción caracterizada por un análisis
del conflicto y de las distintas visiones que existen, la generación de nuevas
ideas y la proposición de algún tipo de solución viable que pueda llegar a ser
compartida por las partes.

5.4. Análisis del caso de la Mesa de Diálogo en Chile

La Mesa no fue convocada con el fin de negociar entre fuerzas en pugna o


bandos políticos. Los participantes no tenían capacidad efectiva de negocia-
ción por el tipo de representación que se había configurado en la instancia. La
convocatoria se hizo para identificar los temas pendientes de derechos huma-
nos que mantenían una gran conflictividad en el país, entre los cuales desta-
caba la existencia de detenidos desaparecidos. La otra finalidad de la iniciativa
era conversar acerca de las implicaciones y posibles soluciones al problema.
Por ello, todos los participantes fueron invitados a definir cómo entendían los
objetivos del diálogo, los problemas existentes y a proponer maneras de resol-
verlos, considerando que los problemas de derechos humanos no solamente
afectaban a las víctimas, sino a toda la sociedad.

La Mesa de Diálogo de Derechos Humanos en Chile no se parecía, ni en sus


características políticas ni en el contenido del problema, a las experiencias de
los diálogos realizados en contextos de conflictos internacionales o al térmi-
no de guerras civiles, en los que Kelman y su equipo habían participado des-
de los años setenta hasta ese momento. Por tanto, la metodología empleada,
aunque inspirada en la propuesta de Kelman, experimentó modificaciones y
adaptaciones en el curso de su desarrollo, en función de la evaluación que se
realizaba. Esta evaluación era desarrollada por quienes habían sido designados
como "tercera parte", es decir, los coordinadores. Además, varios de sus miem-
bros evaluaban espontáneamente el proceso, aunque basándose en premisas
distintas, y comentaban sus observaciones con los coordinadores.

Los aspectos considerados en esa evaluación no surgían de una pauta rigurosa,


sino de los puntos básicos señalados en el modelo de Kelman y apuntaban
regularmente a:
© FUOC • PID_00161333 115 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

a) los contenidos discutidos y las coincidencias y discrepancias en las distintas


cuestiones,

b) la calidad de la discusión (conceptos, análisis, elaboración de argumentos,


etc.),

c) los cambios en las actitudes y percepciones en comparación con los eviden-


ciados al principio, y

d) la calidad de la relación que se establecía entre las personas, apuntando a


la identificación de los cambios en las confianzas interpersonales y a la posi-
bilidad de llegar a suscribir acuerdos.

Según lo observado, se sugerían formas de trabajo que permitieran a los miem-


bros contar con más información y una mejor definición de los problemas,
intentando anticipar los puntos críticos. Con este fin, en un momento dado
se hizo un análisis de las estadísticas de los casos de detenidos desaparecidos,
escuchando la exposición de analistas sobre temas vinculados directamente a
la discusión.

Fue posible disponer también de un estudio analítico de las coincidencias y


discrepancias conceptuales observadas en las exposiciones de todos los miem-
bros de la Mesa. Este estudio fue realizado por los coordinadores. Los resulta-
dos sorprendieron a los participantes: las coincidencias eran importantes y las
discrepancias parecían subsanables. Las mayores coincidencias se observaban
en la definición de conceptos de reconciliación política y unidad nacional,
así como en la insistencia en un planteamiento ético referente a que nunca
más se resolvieran en el país los conflictos por la vía de las violaciones de de-
rechos humanos y por el exterminio de los opositores. En términos generales,
las diferencias eran escasas, aunque sustantivas y en algunos aspectos no hubo
acuerdo, pero el punto crucial era el reconocimiento de las responsabilidades
por parte de las Fuerzas Armadas. Ése fue el punto más difícil de construir co-
lectivamente.

La visibilidad de los elementos compartidos y de los puntos discrepantes


en los planteamientos favoreció la identificación de los miembros de la
Mesa con la tarea y con el grupo, generando una forma de cohesión que
fue diferenciando a los miembros de los no miembros, especialmente
nítida entre los funcionarios del Ministerio y de los miembros de las
Fuerzas Armadas.

Las distintas visiones sobre el problema y las propuestas se encuentran en las


presentaciones realizadas por escrito por los participantes y en las versiones
de la prensa de la época. No es posible, dada la limitada extensión de este
documento, ejemplificar el proceso del diálogo desarrollado siguiendo dichas
© FUOC • PID_00161333 116 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

presentaciones, y aunque existe además un registro de todas las sesiones con


las intervenciones de los miembros (las grabaciones fueron transcritas), no se
puede acceder a él, ya que se trata de un documento reservado. Sin embargo,
sin un análisis del proceso interactivo, no queda claro cuáles son los factores
que definen los resultados de este tipo de grupos.

Mesa de Diálogo

El caso de la Mesa de Diálogo fue el más difícil de grabar, identificar y analizar, ya que
además de la grabación de las intervenciones en el espacio formal de las sesiones, las
interacciones se daban en muchos niveles simultáneos. Por razones del tipo de inserción
institucional, por la fuerte visibilidad pública de la Mesa y por el contexto de su funcio-
namiento, las grabaciones y los análisis sobre el proceso interactivo no fueron sistemáti-
cos. Es importante señalar que los cambios en este tipo de grupos se producen en ámbitos
intangibles, como las percepciones, las actitudes, las confianzas, los tipos de cooperación
posibles y la evolución de las relaciones entre las personas.

En el caso de la mesa, la relación entre las personas se producía en espacios formales (las
sesiones) y también no formales (fuera de ellas, en las interrupciones para café, por ejem-
plo), que producían conversaciones múltiples, gran parte de las cuales era inaccesible a
toda observación. Es evidente que la combinación de conversaciones fue sosteniendo, a
pesar de las discrepancias, la noción de una tarea de responsabilidad común y comparti-
da que permitió el acuerdo final, pero los factores interactivos han de ser reconstruidos
mediante las escasas grabaciones y la memoria de los participantes.

5.5. Los efectos políticos del acuerdo

(1)
Al cabo de seis meses, las Fuerzas Armadas entregaron un informe sobre dos- La mayor parte de los casos ci-
1 tados sucedieron entre los años
cientos casos de detenidos desaparecidos , reconociendo que cerca de ciento 1973-74.
ochenta de ellos habían sido lanzados al mar y que unos veinte cuerpos po-
drían encontrarse en los lugares que se indicaban. El informe hacía expresa-
mente un reconocimiento de la responsabilidad en la desaparición de personas
por parte de las Fuerzas Armadas, quienes calificaron escuetamente lo ocurrido
como actos repudiables, lo cual causó un gran impacto en la opinión pública.

Al analizar el informe, se detectó que tenía errores en más de cincuenta ca-


sos. Su credibilidad se vio más afectada aún cuando en algunos de los lugares
mencionados no se encontraron los cuerpos y se pudo constatar que habían
sido sustraídos de esos puntos con anterioridad.

Con todo, a partir del Acuerdo de junio del 2000 y el informe de enero del
2001, se inició un cambio en la actitud de las Fuerzas Armadas y del Poder
Judicial.

Por primera vez las autoridades castrenses permitieron que se investigara en


el interior de recintos militares y en varios casos ofrecieron una cooperación
efectiva en la búsqueda de restos de detenidos desaparecidos.

Por su parte, la Corte Suprema designó jueces de dedicación exclusiva para


estos casos. Uno de dichos jueces, la ministra Amanda Valdovinos de la Corte
de Apelaciones de Santiago, fue designada para verificar los antecedentes de
algunos detenidos desaparecidos aportados por las Fuerzas Armadas, concre-
tamente los que se encontrarían enterrados en el interior del Fuerte Arteaga,
© FUOC • PID_00161333 117 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

recinto perteneciente al Ejército. Casi al iniciar su trabajo, se encontraron en


ese lugar los restos de Luis Rivera Matus, detenido desaparecido desde 1976,
que aparecía mencionado como arrojado al mar en el informe de enero del
2001. Los restos fueron entregados a la familia para su sepultación en mayo
del 2001. Poco tiempo después, el diario electrónico Primera Línea publicó tres
facsímiles de documentos institucionales de la Fuerza Aérea de Chile (FACH),
en relación con la detención de Luis Rivera Matus. Uno era la ficha política
que el servicio de inteligencia de FACH tenía sobre él; otro era un registro par-
cial del interrogatorio que se le hiciera durante su detención y el tercero era
un facsímil de la respuesta del general Enrique Ruiz Bunger a la Corte de Ape-
laciones de Santiago, quien, en su condición de jefe del servicio de inteligen-
cia de la FACH, negaba su detención. La credibilidad de las Fuerzas Armadas
quedó aún más erosionada.
© FUOC • PID_00161333 118 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

6. Dimensión jurídica del conflicto psicosocial

La justicia se basa en los conceptos de objetividad y verdad al sostener, por


ejemplo, que las sentencias dictadas por los tribunales de justicia describen los
hechos delictivos adecuándose a la realidad. Pero ¿cómo es posible establecer lo
que es verdadero y lo que es falso? Como expone Ibáñez (2001), la modernidad
ha conferido a la razón científica la capacidad de discernir entre lo que es
verdadero y lo que no lo es. Es decir, se asume que el conocimiento científico
refleja la realidad, o bien que se adecua o se corresponde con ella.

Este punto es especialmente relevante en el Derecho si aceptamos como una de


sus principales funciones la resolución de conflictos (Clemente, 1995). ¿Có-
mo podría establecer un tribunal una sentencia, a favor o en contra de una
de las partes del conflicto, si no fuera capaz de establecer con certeza lo que
"realmente" ocurrió en el pasado?

En este apartado abordaremos el tratamiento que recibe el conflicto en el ám-


bito penal, enmarcando nuestro análisis en la perspectiva socioconstruccio-
nista. Este planteamiento parte del cuestionamiento de los valores que sus-
tentan la práctica jurídica: la objetividad, la imparcialidad y la posibilidad de
aprehender la verdad sobre los hechos ocurridos en el pasado. En este sentido,
la justicia se presenta como una práctica social constructora de realidades. Asu-
mir que la realidad es una construcción social y que los agentes jurídicos, más
que alcanzar la verdad sobre los hechos, presentan versiones sobre los mismos,
nos lleva a conceptualizar el conflicto en el ámbito jurídico como un juego
continuo de versiones donde cada una compite por parecer más verosímil que
las demás (Cubells, 2002).

Para la construcción de la verosimilitud de las versiones, los agentes jurídicos La verdad


recurren, entre otras estrategias, a la aplicación del método científico. Efecti-
"Lo que parece verdad cuenta
vamente, se pretende que la aplicación del método científico permite aportar más que lo que es verdad; de
"pruebas objetivas" sobre lo que "realmente" ocurrió en el pasado. En la prác- ahí la búsqueda sistemática de
pruebas y técnicas adecuadas
tica jurídica, los hechos adquieren materialidad a través de una serie de opera- para demostrar la verosimilitud
de las tesis."
ciones legales y científicas que documentarán el hecho investigado aportan-
(Montara, 1988)
do "pruebas" que actúan como representaciones de la realidad. En las páginas si-
guientes analizaremos las principales estrategias que utilizan los agentes jurí-
dicos para construir versiones verosímiles, así como el papel de los psicólogos
jurídicos en este proceso de construcción.
© FUOC • PID_00161333 119 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

6.1. El legado de la modernidad en el ámbito jurídico

Los planteamientos desarrollados por la perspectiva construccionista se opo-


nen fuertemente a la ideología de la representación estandarte de la modernidad
que, como expone Ibáñez (2001), alimenta cuatro potentes mitos:

1) El mito de la representación.
2) El mito del objeto.
3) El mito de la realidad como entidad independiente de la actividad humana.
4) El mito de la verdad.

T. Ibáñez (2001) apunta que esta ideología alimenta las concepciones repre- Lectura recomendada
sentacionistas del conocimiento científico y contribuye a que la racionalidad
T. Ibáñez (2001). Psicología
científica tome la fuerza de una retórica de la verdad con todos los efectos de social construccionista. Méxi-
poder social que de ella se derivan. Pero ¿cómo se instauró esta retórica de co: Universidad de Guadala-
jara.
la verdad? El autor explica lo sencillo que fue este proceso: simplemente se
nos hizo creer que el criterio que discrimina el conocimiento válido del que
no lo es no dependía de la práctica humana, sino que era la propia realidad
la que, en última instancia, se pronunciaba al respecto. En definitiva, hemos
creído que el conocimiento científico es correcto, que se corresponde con la
realidad y que la representa porque el tribunal de los hechos de la realidad no
lo ha desmentido.

Al igual que la ciencia, el Derecho se basa en la ideología representacionista y


en sus mitos, tomando la forma de una potente retórica de la verdad. La justicia
establece el acierto de las decisiones jurídicas amparándose en el uso del mé-
todo científico y la racionalidad científica para la resolución de los casos. De
esta manera, ante las versiones en conflicto sobre unos hechos determinados,
la justicia pretende alcanzar el conocimiento de lo que realmente ocurrió apli-
cando la racionalidad y método científicos. Sin embargo, una lectura no re-
presentacionista de la práctica jurídica nos lleva a considerar que en el ámbito
jurídico el conflicto se resuelve con la presentación de una nueva y definitiva
versión de lo ocurrido, la cual es considerada verdadera por la credibilidad que
la retórica de la verdad otorga a la institución, y no porque la versión se corres-
ponda con la realidad.

Como veremos en el apartado siguiente, un análisis detallado de los mitos


señalados por Ibáñez (2001) nos lleva a cuestionar la posibilidad de que los
seres humanos podamos aprehender la realidad como la ciencia y el derecho
pretenden.
© FUOC • PID_00161333 120 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

6.1.1. Desmitificando los mitos de la ideología


representacionista constructores de la retórica de la
verdad en el ámbito jurídico

El mito de la representación

El mito de la representación hace referencia a la creencia de que el conoci-


miento científico es válido en la medida en que refleja o se corresponde con
la realidad. El derecho asume el mito de la representación al aceptar la posibi-
lidad de aprehender la realidad sobre lo ocurrido en el pasado. En este sentido,
la versión final (sentencia del tribunal) acerca de los hechos juzgados se con-
sidera una representación que refleja y se corresponde con lo que "realmente"
ocurrió.

Sin embargo, este supuesto es una falacia. En efecto, como expone Ibáñez
(2001), para saber si dos cosas diferentes se corresponden ha de ser posible
compararlas, y esta operación implica necesariamente poder acceder a cada
una de ellas con independencia de la otra. Sin embargo, nunca podremos com-
parar el conocimiento sobre la realidad con la realidad en sí misma, porque
nuestra única posibilidad de acercamiento a la realidad es a través del cono-
cimiento que generamos sobre ella. Siguiendo este razonamiento, podemos
afirmar que en el ámbito jurídico, el acercamiento a los "hechos" se da a través
de las versiones elaboradas por las partes implicadas en el conflicto.

El mito del objeto y de la realidad independiente

La clave de la concepción representacionista se encuentra en la utilización del


método científico. Los defensores del representacionismo pretenden acercarse
a la realidad de forma objetivaen tanto que el método científico neutraliza
cualquier forma de influencia del sujeto productor de conocimiento sobre la
representación de la realidad. De esta forma, se construye la dicotomía sujeto-
objeto, que asegura la objetividad del conocimiento producido al mantener,
en primer lugar, que el sujeto puede acercarse al objeto de forma neutral e
imparcial y, en segundo lugar, al afirmar que este acercamiento no modifica
en absoluto el objeto ni su representación.

En el ámbito jurídico encontramos el mismo proceso de construcción de la


exterioridad, puesto que la decisión judicial debe ser justificada a la luz de las
normas y de los hechos demostrados según el método probatorio admitido por
la comunidad jurídica. De esta forma, el tribunal cuenta con un objeto parti-
cular (el delito y/o el conflicto), proposiciones consideradas verdaderas (leyes
y normas) y, además, con técnicas e instrumentos que establecen un método
capaz de descubrir la verdad. En definitiva, la institución jurídica construye las
versiones de los "hechos" como si éstas fueran independientes de los agentes
que las producen.
© FUOC • PID_00161333 121 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Ibáñez (2001) apunta que el construccionismo social rompe la dicotomía su-


jeto-objeto, cuestionando la objetividad, al afirmar que ninguna de las dos
entidades existe con independencia de la otra. En definitiva, esta perspectiva
otorga a los conceptos sujeto, objeto y conocimiento un carácter construido
que los expulsa de la supuesta categoría de los "objetos naturales", con exis-
tencia y esencia per se.

Este cuestionamiento socava el concepto tradicional de objetividad, en tanto


que niega la posibilidad de generar conocimiento objetivo sobre una realidad
que pre-exista a su conocimiento. En definitiva, el construccionismo social
niega la existencia de una realidad con independencia de las prácticas huma-
nas que la generan.

El mito de la verdad

Decíamos más arriba que la modernidad ha conferido a la racionalidad cien-


tífica la potestad de discriminar entre lo que es verdadero y lo que no lo es.
Si hay algo que caracterice el concepto de verdad es su carácter absoluto e in-
mutable. La verdad no puede ser relativa a consideraciones particulares, pues-
to que entonces dejaría de ser verdad. Aceptar este punto de partida implica
asumir que la verdad no depende de la actividad humana.

Este punto reviste especial importancia en el ámbito jurídico en tanto que las Cita
decisiones jurídicas tienen importantes consecuencias en la vida de las per-
"La idea de justicia, que proce-
sonas juzgadas y las que configuran su entorno relacional (penas privativas de del derecho romano y que
de libertad, custodias, desahucios, etc.). La idea de justicia, que proviene del actualmente prevalece, es 'dar
a cada cual lo que es suyo'."
Derecho romano y que actualmente prevalece, es "dar a cada uno lo suyo" y Diccionario Jurídico Espasa,
para ello es necesario poder establecer con seguridad qué es lo que cada cual 1992.

se "merece". ¿Cómo, si no, podría resolverse el conflicto entre las partes en


un proceso legal? En la posibilidad de acceder a la verdad en un proceso legal
se sustenta la idea de que las sentencias dictadas por los tribunales de justicia
son justas en tanto que resuelven el conflicto "dándole a cada uno lo que es
de cada uno".

Sin embargo, para el construccionismo social la verdad es un valor relativo en


la medida en que los criterios sobre lo que es verdadero y lo que no lo es son
fruto de las convenciones humanas. En este sentido, Ibáñez (2001) subraya que
los criterios de validez del conocimiento son relativos a las prácticas sociales
que los construyen y a las características de sus agentes.

Entonces, ¿qué criterio podemos utilizar para evaluar el conocimiento si aban-


donamos el criterio de verdad? La perspectiva construccionista propone aban-
donar el valor de verdad y adoptar el valor de uso (Ibáñez, 1994, 2001). Es
decir, si asumimos la imposibilidad de aprehender la verdad en el sentido es-
© FUOC • PID_00161333 122 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

tricto de la palabra, el criterio que hay que utilizar para evaluar la validez del
conocimiento ha de ser la pertinencia de las líneas de acción que se deriven
de construir el objeto de conocimiento de una determinada manera.

Delincuencia

Por ejemplo, la atribución de las causas de la delincuencia a una anomalía cerebral o a


una desviación de la norma establecida supone el diseño de líneas de intervención dife-
rentes. Así, en el pasado, al considerar que la delincuencia se debía a una malformación
o anomalía cerebral, se procedía a extirpar la zona afectada del "delincuente" realizando
una lobotomía. En la actualidad, a la explicación de la delincuencia en términos de des-
viación de la norma le sigue el diseño y aplicación de programas de reinserción social.

6.2. Una aproximación al conflicto en el ámbito jurídico desde la


perspectiva construccionista

En este apartado presentamos una aproximación al conflicto en el ámbito ju-


rídico desde el socioconstruccionismo a través del análisis de un caso real. Sin
embargo, es pertinente destacar dos aspectos fundamentales que caracterizan
el tratamiento del conflicto en el ámbito jurídico que no se encuentran, nece-
sariamente, en otros ámbitos en los que el conflicto está presente:

1)�El�valor�que�subyace�a�la�resolución�del�conflicto�en�el�ámbito�jurídico
es�la�justicia. En teoría, en el ámbito jurídico la resolución del conflicto no se
plantea como un proceso de negociación en el que la parte más hábil pueda
obtener un beneficio en detrimento de la parte contraria. Por el contrario,
como decíamos en el apartado anterior, la resolución del conflicto pasa por
darle a cada uno lo que es de cada uno.

"La tendencia a juzgar de acuerdo con el derecho se combina con la de juzgar con equi-
dad."

Ch. Perelman y L. Olbrechts-Tyteca (1989)

2) La justicia como valor subyacente requiere para la resolución del conflicto la


práctica de una serie de operaciones encaminadas a asegurar la imparcialidad
y la objetividad en tanto valores en los que se sustenta la idea de justicia. La
principal estrategia utilizada con este fin puede resumirse en la construcción
de una retórica�de�la�verdad que incluye operaciones como las que siguen:

a) La utilización de estrategias�retóricas con la finalidad de conseguir la ad-


hesión del auditorio a la versión que se presenta.

b) Proponer las pruebas que apoyen y demuestren la versión que se sostiene.

c) Aplicar las normas�jurídicas en calidad de marco a partir del cual se inter-


pretan los hechos y recursos que tratan de asegurar la imparcialidad y objeti-
vidad del proceso.
© FUOC • PID_00161333 123 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

6.2.1. Conflicto y discurso

El construccionismo nos dice que la verdad, en el sentido estricto de la pala- Argumentación jurídica
bra, no existe y que lo que en determinado momento consideramos verdad
La argumentación jurídica se
depende de factores culturales e históricos. Es decir, la verdad es construida desarrolla en un sistema con-
como existente e invisibilizada como construcción. Esta posición relativista, creto donde la principal tarea
es la interpretación de los tex-
como expone Burr (1995), nos lleva a considerar que nada existe fuera del dis- tos (Perelman y Olbrechts-Ty-
teca, 1989). De ahí la idea de
curso, es decir, que la única realidad de los objetos es la que se les otorga en que nada existe fuera del dis-
el ámbito simbólico del lenguaje. Algún lector puede estar pensando que hay curso.

cosas que existen con independencia del discurso y, es más, que incluso puede
tocarlas, verlas, olerlas, etc. Esta objeción en absoluto entra en contradicción
con lo que el construccionismo propone. En efecto, esta perspectiva no niega
la existencia de objetos materiales, sino que considera que el significado de
estos objetos es construido mediante el lenguaje y es relativo a determinados
factores culturales e históricos.

Austin (1962) aportaba la idea de que el lenguaje es un medio de acción que


produce ciertos efectos y no un mero sistema de transmisión de información.
Para este autor, los efectos del lenguaje son precisamente la construcción de
las realidades. En este sentido, podemos considerar el conflicto en el ámbito
jurídico como un juego de versiones. Es decir, el conflicto entendido como la
rivalidad entre versiones que narran los mismos acontecimientos o como la
rivalidad entre versiones que construyen realidades diferentes sobre el mismo
caso.

"El conflicto en el ámbito jurídico entendido como un juego continuo de versiones que
compiten para parecer unas más verosímiles que otras."

J. Cubells (2002). Construcción social del delito: un estudio etnográfico en la práctica del derecho
penal. Tesis doctoral. Barcelona: Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

Lo expuesto en el párrafo anterior no tendría ningún sentido si fuera posible


aprehender la realidad. En efecto, si el acceso a la verdad es posible ¿cómo se
explica la diferencia entre las versiones que las partes (Ministerio Fiscal y De-
fensa) presentan a lo largo del proceso penal, teniendo en cuenta que ambas
partes tienen acceso a la misma información y a la utilización del mismo pro-
cedimiento? O bien ¿cómo se explica la diferencia entre las decisiones jurídi-
cas dictadas por tribunales de diferentes instancias cuando las normas que se
van a aplicar, los procedimientos que hay que seguir y los hechos juzgados
son los mismos?

En Derecho, el conjunto de normas y leyes y la existencia de un procedimiento


jurídico claramente pautado tratan de asegurar que la decisión final tomada
por el tribunal es la única posible a la luz de la ley. Esta idea implica asumir que
cualquier agente jurídico está en posición de prever la decisión del tribunal
en tanto que es la única posible. Sin embargo, la práctica jurídica desmiente
esta presuposición.
© FUOC • PID_00161333 124 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"El estudio etnográfico sobre la comunidad jurídica que realicé para la tesis doctoral re-
vela la incertidumbre y zonas de penumbra en la interpretación de las leyes y los casos
por parte de los agentes jurídicos. No siempre existe acuerdo entre diferentes instancias
decisorias ni es común que las expectativas de los agentes jurídicos implicados en un
caso coincidan con la sentencia dictada por el Tribunal."

J. Cubells (2002). Construcción social del delito: un estudio etnográfico en la práctica del derecho
penal. Tesis doctoral. Barcelona: Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

Pero ¿cómo responde la institución jurídica ante este hecho? Atribuyendo la


causa a un error humano. En efecto, la institución jurídica protege los puntales
que sustentan su "retórica de la verdad". Así, cuando se descubre un error o
aparece la duda, la causa se ubica en la actividad humana y no en un fallo
del sistema. En este sentido se pronuncia el magistrado entrevistado para el
estudio etnográfico:

"¡Hombre! Por supuesto negarlo sería una bobada, o sea, la actuación humana siempre
está sujeta a error [...]. Eh... pienso... pienso que sea... bien poco el error que haya, pero Ministerio Fiscal
negarlo es imp... por supuesto, puede haber".
En los casos en que ha sido
Entrevista al magistrado de instrucción (Barcelona, 1996). contratada por la víctima, se
cuenta con la presencia de la
acusación particular, posición
cercana a la del Ministerio Fis-
La explicación de la institución no es la única posible. En efecto, podemos
cal en tanto ambas ejercen la
tomar el ritual del juicio como práctica jurídica que supone una clara escenifi- acusación.

cación a favor del argumento defendido más arriba: nada existe fuera del dis-
curso. En efecto, en el juicio encontramos diferentes posiciones: dos versiones
contrapuestas sobre lo ocurrido (Ministerio Fiscal y Defensa) y una parte neu-
tral (Tribunal) que resuelve el conflicto construyendo una nueva versión de
lo ocurrido. De hecho, si no existieran al menos dos versiones diferentes no
habría razón alguna para que el tribunal, ejerciendo su autoridad, presentara
al final del proceso la "verdadera" versión sobre lo que "sucedió realmente".

Con la finalidad de resolver el conflicto, el Tribunal se centra en los "hechos",


puesto que se pretende que la comprensión de éstos facilitará su posterior ca-
lificación, valoración y aplicación de la norma jurídica. Lo importante de la
decisión de centrarse en los "hechos" es que el acceso a éstos se produce a tra-
vés del lenguaje, es decir, se generan versiones que dan cuenta de lo aconteci-
do, de tal forma que los hechos obtienen sentido, significado y construyen su
propia coherencia en el discurso.

De esta manera, podemos afirmar que las versiones sobre los hechos respon-
den a una reconstrucción, realizada en el momento presente, para la que son
necesarias operaciones como la selección de información y la descripción. Ad-
mitir este proceso de reconstrucción implica aceptar su carácter�simbólico,
es decir, aceptar el papel constructivo del lenguaje. En definitiva, podemos
afirmar que en derecho importa más el discurso de los hechos que la "verdad"
sobre ellos, en tanto que ésta no puede ser aprehendida.
© FUOC • PID_00161333 125 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"En derecho importa más el discurso de los hechos que los hechos en sí mismos."

J. Calvo (1993)

"Toda argumentación es selectiva y por tanto parcial y tendenciosa."

Ch. Perelman y L. Olbrechts-Tyteca (1989). Tratado de la argumentación. La nueva retórica.


Madrid: Gredos.

6.2.2. Versiones en conflicto

En el ámbito jurídico podemos encontrar diversos ejemplos en los que las ver-
siones entran en conflicto. Por ejemplo: sentencias dictadas por un tribunal
que son recurridas y revisadas por un tribunal de instancia superior que refuer-
za, invalida y/o modifica la primera sentencia, conflicto entre versiones apor-
tadas por legisladores que trabajan en proyectos de ley, versiones contrapues-
tas sobre presuntos hechos delictivos en un juicio o en una vista, y un largo
etcétera. Por otro lado, también podemos distinguir áreas del ámbito jurídico
en las que se circunscribe el conflicto, como el Derecho penal y el Derecho
civil, entre otras.

Sin embargo, para desarrollar el tema que nos ocupa centraremos nuestra aten-
ción en el Derecho penal analizando un caso real de "robo con intimidación
y violencia" ocurrido en el año 1994 en la ciudad de Barcelona. Utilizaremos
para el análisis documentos jurídicos extraídos del expediente del caso, que
fue juzgado por la Audiencia Provincial de Barcelona. Concretamente, traba-
jaremos con los escritos de "Conclusiones provisionales" del Ministerio Fiscal
y la Defensa, y el informe de la "Rueda de reconocimiento de identidad".

El documento Rueda de reconocimiento de identidad recoge el resultado de la Fase de instrucción


identificación del/la presunto/a delincuente por parte de la víctima y/o testi-
Fase en la que el juez de ins-
go. Para la identificación, el/la testigo se sitúa en una sala que cuenta con un trucción dirige la investigación
cristal –espejo que le permite ver a los ocupantes de la sala contigua (la perso- sobre los hechos denuncia-
dos ordenando la búsqueda de
na acusada y cuatro personas más) sin ser visto por ellos. En esta situación, pruebas (exámenes forenses,
ruedas de reconocimiento, re-
el/la testigo, respondiendo al juez de instrucción, expone si reconoce a alguna gistros y un largo etcétera) pa-
de las cinco personas como autora de los hechos denunciados. La "Rueda de ra esclarecer los hechos delicti-
vos.
reconocimiento de identidad" se practica en la fase de instrucción. El docu-
mento generado recoge este procedimiento y su resultado para ser presentado
posteriormente como "prueba" en el acto del juicio oral.

El documento Conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal se presenta, una


vez finalizada la fase de instrucción, cuando el Ministerio Fiscal, a la luz de
la investigación realizada por el Juzgado de Instrucción, considera que existe
delito y solicita, por tanto, la realización del juicio oral. Posteriormente, la
defensa responde a la acusación emitiendo sus conclusiones provisionales.
© FUOC • PID_00161333 126 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Hemos argumentado que en derecho se pretende dar un tratamiento al con-


flicto basado en la idea de justicia, asegurando, para ello, la imparcialidad y la
objetividad. En la práctica, con el objetivo de persuadir y convencer al tribu-
nal, los agentes jurídicos recurren a estrategias retóricas para la construcción
de las versiones.

En los escritos de Conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal y la Defensa


podemos ver claramente esta construcción de versiones rivales que sostienen
un diálogo a lo largo del proceso penal, el cual ha sido pautado escrupulosa-
mente por el procedimiento jurídico, que establece el orden de intervención
de las partes. El Ministerio Fiscal, que ejerce la acusación, se pronuncia en pri-
mer lugar, seguido por la defensa, que responderá a las acusaciones de la parte
contraria.

En el documento Conclusiones Provisionales, el Ministerio Fiscal realiza varias


acciones:

1) Aporta su versión de lo sucedido.

"El FISCAL, despachando el trámite previsto en el artículo 790 de la Ley de Enjuiciamien- (2)
Con el objetivo de mantener el
to Criminal, solicita la apertura del Juicio Oral ante el JUZGADO DE LO PENAL, formu- anonimato de las personas impli-
lando Escrito de Acusación respecto a FMS2, en base a las siguientes CONCLUSIONES cadas en el caso, sustituimos sus
PROVISIONALES: nombres por iniciales.

1.ª El acusado, FMS, mayor de edad y sin antecedentes penales, movido por el afán de
procurarse un beneficio patrimonial y valiéndose de una jeringuilla hipodérmica, realizó
los hechos siguientes:

a) Sobre las 19:08 horas del día 4 de febrero de 1994, se dirigió al cajero automático
instalado en la sucursal de "la Caixa" sito en la confluencia de la calle Rocafort con la Gran
Vía de esta ciudad, y concominando con la jeringuilla a CMC, la obligó a que extrajera
50.000 pts. [...]" (Documento 161. Conclusiones Provisionales Ministerio Fiscal).

2) Convierte su versión sobre lo ocurrido en "hechos jurídicos", al relacionar


la versión con las normas jurídicas:

"2.ª Los hechos relatados constituyen:

Los descritos con letras A9, B), C), D), y F) sendos delitos de ROBO CON INTIMIDACIÓN
con el empleo de instrumento peligroso de los artículos 500 y 501.5.º y último párrafo
del Código penal. [...]

3.ª Es autor el acusado

4.ª No concurren circunstancias modificativas".

Documento 161 (Conclusiones Provisionales Ministerio Fiscal).

3) Solicita las consecuencias que, según su criterio de justicia, deben seguirse


de la comisión de un hecho delictivo, es decir, solicita la pena:
© FUOC • PID_00161333 127 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"5ª. Procede imponer al acusado las penas de CINCO AÑOS DE PRISIÓN MENOR por
cada delito consumado, con la limitación del artículo 70.2.ª del Código penal, en cuanto
al cumplimiento de tiempo real de privación de libertad en centro penitenciario, y UN
AÑO DE PRISIÓN MENOR por el delito intentado. Accesorias y costas

RESPONSABILIDAD CIVIL.- El acusado deberá ser condenado a restituir las siguientes


cantidades a las personas que se relacionan a continuación: [...]."

Documento 161 (Conclusiones Provisionales Ministerio Fiscal).

4) Propone las pruebas de evidencia que han de ser practicadas en el juicio


para "demostrar" su versión:

"OTROSI I) para el acto del Juicio Oral este Ministerio propone la siguiente PRUEBA:

1) Examen por el Tribunal y las partes de la ropa ocupada en la entrada y registro del
domicilio del acusado

2) Interrogatorio del acusado

3) TESTIFICAL de los siguientes testigos [...]

4) PERICIAL: Dr. FJGO a fin de que, tras el examen del acusado, dictamine e informe al
Tribunal del grado de imputabilidad del acusado derivado de la drogodependencia que
el mismo refiere.

5) Documental de los folios [...]

6) Más documental con el visionado de las grabaciones de los hechos realizados en vídeo
por la entidad Caixa d'Estalvis i Pensions de Barcelona [...]

7) OTROSI II) Se interesa mantener la actual situación personal del acusado."

Documento 161 (Conclusiones Provisionales Ministerio Fiscal).

Estrategias retóricas

El Ministerio Fiscal, para construir la objetividad de su versión, ha recurrido


a varias estrategias retóricas. De entre ellas cabe destacar, en primer lugar, el
uso de un repertorio�interpretativo, término propuesto por Potter y Wethe-
rell (1987) para referirse a los recursos que utilizamos con la finalidad de cons-
truir determinadas versiones de los acontecimientos. El repertorio interpreta-
tivo más utilizado por la comunidad jurídica presente en el documento que
estamos analizando es el repertorio�empirista.

Dicho repertorio se caracteriza por:

a) la utilización de formas gramaticales que minimizan las acciones de los


autores, es decir, el uso de estrategias que pretenden la desaparición de los
sujetos:

[Con el objetivo de ofrecer un discurso objetivo e imparcial el autor se esconde bajo la


forma�impersonal:

"Procede� imponer al acusado las penas de [...] "Este� Ministerio propone la siguiente
prueba [...]"]
© FUOC • PID_00161333 128 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

b) se presentan los hechos como si fueran datos�primarios, es decir, otorgán-


doles existencia "real" con independencia de la intervención humana:

"Los hechos relatados constituyen: [...]"

c) y, por último, se exponen las normas y rutinas que conforman el procedi-


miento jurídico presentándolo como un método�objetivo capaz de dar cuenta
de la realidad:

"El FISCAL, despachando el trámite previsto en el artículo 790 de la Ley de Enjuiciamiento


Criminal, solicita la apertura del Juicio Oral [...]."

"Procede imponer al acusado las penas de CINCO AÑOS DE PRISIÓN MENOR por cada
delito consumado, con la limitación del artículo 70.2ª del Código penal, [...]."

Otra de las estrategias retóricas utilizadas para la construcción de la credibili-


dad y el prestigio es el argumento�de�autoridad. Este argumento utiliza actos
o juicios de una persona o grupo como medio de prueba a favor de una tesis.
Se considera un argumento de autoridad aquel que viene de una persona ex-
perta o competente en el tema que se discute. Un ejemplo de argumento de
autoridad lo encontramos en las pruebas forenses:

"Don FJGO, Médico-Forense de Barcelona, en méritos de lo dispuesto por la sección arriba


referenciada ha procedido a reconocer a [...]."

De esta forma, la construcción de la versión del fiscal pretende la presentación


de los hechos "tal y como ocurrieron", es decir, pretende presentar una des-
cripción avalorativabasándose en las denuncias presentadas por las víctimas
en comisaría. Sin embargo, el fiscal realiza una inferencia sobre las intenciones
del acusado cargada de valor. Para ello, recurre a la figura retórica denominada
por Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989) estructura�de�lo�real, consistente en
establecer una relación de solidaridad entre los juicios admitidos (los hechos
descritos) y el que se intenta promover (en este caso, la intención del acusado).

"El acusado, FMS mayor de edad y sin antecedentes penales, movido por el afán de procu-
rarse un beneficio patrimonial y valiéndose de una jeringuilla hipodérmica realizó los he-
chos siguientes: [...]"

Destaca en el escrito del fiscal la ausencia de referencias a la drogadicción y po-


sible insanía mental del acusado, que veremos en el documento Conclusiones
provisionales de la defensa. Estas ausencias no son casuales, sino que responden
a la estrategia del fiscal, que consiste en no valorar posibles las circunstancias
atenuantes de la pena que podrían derivarse si se considerase que las faculta-
des mentales del acusado estaban disminuidas en el momento de los hechos.

En definitiva, el análisis de las estrategias utilizadas en el texto revela asimismo


el posicionamiento del Ministerio Fiscal ante el conflicto:

a) El Ministerio Fiscal mantiene una postura firme en su convencimiento so-


bre la culpabilidad del acusado. Esta firmeza se observa, por un lado, en el uso
del estilo�monológico del escrito, que se concreta en presentar únicamente
© FUOC • PID_00161333 129 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

las argumentaciones coherentes con las conclusiones emitidas, dejando de la-


do las informaciones contrarias. Es decir, expulsando de su discurso el conflic-
to. Y por otro lado, en la intención de hacer presentes sus argumentos en la
mente del auditorio, utilizando para ello la figura�de�presencia (Perelman y
Olbrechts-Tyteca, 1989).

b) El Ministerio Fiscal parece considerar que la posible insanía mental del acu-
sado obedece antes a una estrategia de la Defensa para conseguir una sentencia
favorable que a la correspondencia con la realidad.

Narración participada

Con el escrito Conclusiones provisionales, la Defensa responde a las acusaciones


del Ministerio Fiscal y aporta su versión sobre el conflicto que les ocupa. Con el
objetivo de persuadir y/o convencer al tribunal de que su versión es la correcta,
elaborará un discurso que resulte coherente y capaz de otorgar credibilidad a
su versión.

El texto emitido por la Defensa muestra claramente una de las principales ca-
racterísticas de la narración jurídica: la narración�participada, es decir, los ar-
gumentos defendidos se apoyan en escritos anteriores, al tiempo que aportan
nuevas informaciones que, a su vez, serán retomadas en escritos posteriores.
En este sentido, el escrito de la Defensa toma como punto de partida la versión
del fiscal para mostrar su disconformidad:

"Que me ha sido conferido el trámite de calificación y, formulo en consecuencia, con


el carácter de provisionales, las siguientes conclusiones correlativas a las del Ministerio
Fiscal:

PRIMERA. Muestro mi más absoluta disconformidad con la correlativa del Ministerio


Fiscal".

Documento 204 (Calificación de la Defensa).

En la versión de la Defensa mostrando su disconformidad con la versión del


Ministerio Fiscal nos encontramos ante un conflicto que deberá ser resuelto
por el tribunal competente, en este caso, la Audiencia Provincial de Barcelona.

Detrás de las versiones presentadas por las partes y la petición de unas deter-
minadas pruebas de evidencia subyace, como en todo conflicto, una estrate-
gia claramente marcada de cada una de las partes implicadas. Hemos visto
en el apartado anterior que la estrategia del Ministerio Fiscal se concreta en
inculpar al acusado centrando su discurso sobre los "hechos" para conseguir
una sentencia que no contemple atenuantes en la condena. La estrategia de
la Defensa se basa en no conferir carácter de delito a los hechos descritos por
la parte acusadora:
© FUOC • PID_00161333 130 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"SEGUNDA. No procede calificar como delictivos los actos de mi representado.

TERCERA. Sin delito, no puede existir forma alguna de participación.

CUARTA.-Por consiguiente, tampoco cabe apreciar circunstancias modificativas de la res-


ponsabilidad criminal.

QUINTA. Procede, en consecuencia, decretar la libre absolución del acusado."

Documento 204 (Calificación de la Defensa)

y en la presentación de su cliente como toxicómano con la intención de con-


seguir una sentencia ventajosa gracias a la aplicación de los eximentes por
drogadicción y transtornos psicopatológicos:

"IV. PERICIAL MÉDICO-FORENSE: Con citación judicial al acto del Juicio Oral del Dr.
DBO, psiquiatra a fin de que se ratifique en el informe obrante en la causa y conteste a
las preguntas que le sean formuladas al respecto.

V. MÁS PERICIAL MÉDICA: Con citación judicial al acto del Juicio Oral del Dr. FJGO,
médico-forense de Barcelona, a fin de que se ratifique en el informe obrante en la causa
y conteste a las preguntas que le sean formuladas al respecto.

VI. OTRA PERICIAL MÉDICO-FORENSE: A fin de que mi representado sea examinado por
médico-forense a designar por el juzgado, pronunciándose sobre los siguientes extremos:

a) Si padece algún tipo de toxicomanía, con indicación de las clases de droga consumida,
antigüedad de la adicción y evolución de la misma.

b) Influencia de la adicción en sus capacidades intelectivas y volitivas, precisando a ser


posible la evolución en la disminución de tales capacidades.

c) Existencia de cualquier transtorno psicopatológico.

d) Valoración de la influencia del entorno penitenciario en la evolución clínica del Sr.


FMS, con indicación de la conveniencia de su ingreso en un centro especializado.

e) Cualquier otro extremo que resulte relevante."

(Documento 204. Calificación de la Defensa)

En lugar, de buscar la verdad, las versiones de los agentes jurídicos son "inte-
resadas" y tratan de parecer creíbles, para lo que deben construir la coherencia
de sus versiones. Una forma de conseguir esta coherencia en el discurso viene
dada por la utilización de un hilo conductor que vincula al protagonista de la
versión, el acusado, con los hechos que se le imputan.

Pruebas de evidencia

La actividad probatoria juega un papel crucial en la construcción de la credi-


bilidad y la objetividad de las versiones. El procedimiento jurídico, cuidado-
samente pautado por la institución y basándose en la aplicación del método
científico, supone el recurso más preciado para persuadir y convencer al tri-
bunal sobre la pertinencia de las versiones. En el siguiente ejemplo, la versión
de la víctima de un atraco en el cajero automático de una entidad bancaria
adquiere estatuto de "prueba objetiva" tras proceder a la realización de la rue-
da�de�reconocimiento�de�identidad.
© FUOC • PID_00161333 131 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"CONOCIMIENTO DE IDENTIDAD REALIZADO POR: C.M.C. [...]

En Barcelona, siendo las .... horas del día 2 de marzo de 1994, por los funcionarios ins-
tructores y ante el Letrado Don J.A.P.E. titular del carnet profesional número XXXX, le
son mostradas un grupo de personas de circunstancias exteriores semejantes, cumpliendo
las formalidades que exige la Ley de Enjuiciamiento Criminal artículo 368 y siguientes,
compuesto de izquierda a derecha del observador por los siguientes:

FMS
EV
DS
SAM"

Documento 11 (Conocimiento de identidad)

Este documento muestra la supuesta rigurosidad con la que debe realizarse la


"rueda de reconocimiento de identidad" con la finalidad de asegurar la impar-
cialidad y objetividad del procedimiento. La institución jurídica transmite la
idea de que el procedimiento es riguroso y objetivo a través del lenguaje recu-
rriendo a un lenguaje técnico y aséptico. De esta manera, una vez establecida
la objetividad de la prueba y, por tanto, su validez, se introducen las conclu-
siones inferidas de la actividad probatoria:

"Una vez que hubo observado dicho grupo, MANIFIESTA: Que reconoce SIN NINGÚN
GÉNERO DE DUDAS a la persona numerada con el número UNO, FMS, como el autor
del Robo con Violencia con Intimidación, del que fue objeto en su persona el pasado
día 04-02-94, cuando se encontraba en el interior del Cajero Automático de "la Caixa",
situado en la calle XXX, el cual, tras intimidarla con una "JERINGUILLA" hipodérmica
le sustrajo la cantidad de CINCUENTA MIL PESETAS.- Que no teniendo nada más que
manifestar, firma la presente en prueba de conformidad con lo en ella escrito en unión
del señor instructor de lo que como SECRETARIO CERTIFICO".

Documento 11 (Conocimiento de identidad)

El proceso de materialización de las versiones descansa en el reconocimiento


legal de la validez de la actividad probatoria. Se considerará que los resultados
obtenidos en la rueda de reconocimiento se "ajustan a la realidad".

6.2.3. Metanarraciones de los magistrados y magistradas

Tras escuchar a las partes en el acto del juicio oral, el tribunal emite sentencia.
Esta sentencia supone una nueva versión de los acontecimientos, la cual se
considera "verdadera" en tanto que a los magistrados se les ha otorgado la
autoridad para aportar el verdadero relatode lo acontecido. Esta autoridad no
procede de la posibilidad real de aportar una versión que se ajuste a la realidad,
sino que la autoridad proviene del poder que confiere estar en posesión de
una retórica de la verdad.

"Un orden judicial que se preocupe por evitar las denegaciones de justicia deberá decidir
cuáles son, en caso de conflicto, los magistrados competentes que tendrán autoridad para
juzgar y zanjar el debate."

Ch. Perelman y L. Olbrechts-Tyteca (1989). Tratado de la argumentación. La nueva retórica.


Madrid: Gredos.
© FUOC • PID_00161333 132 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

En la versión del tribunal aparecen las mismas estrategias retóricas que hemos
visto en los documentos anteriores. Sin embargo, en este texto destaca el or-
den�del�discurso como recurso para asegurar la existencia de premisas sólidas
encaminadas a conseguir la persuasión y convencimiento del auditorio. En
primer lugar, se presentan los hechos en el apartado "Antecedentes de hecho":

"PRIMERO. Se declara probado que: [...]".

Documento 213 (Sentencia emitida por el Tribunal de la Audiencia Provincial de Barce-


lona).

En este caso, el estatuto de los hechos ha variado: los "hechos denunciados"


han pasado a ser "hechos probados" a través de las pruebas de evidencia que
han sido practicadas en el acto del juicio oral. Exponer los hechos probados
en primer lugar responde a la estrategia de ofrecer como punto de partida el
consenso sobre los hechos que se van a juzgar. Tras la exposición de los hechos,
se argumentan las razones en las que se apoya la interpretación de éstos, para
pasar finalmente a exponer el fallo:

"FALLAMOS: Que debemos CONDENAR y CONDENAMOS al acusado FMS como autor


responsable de: [...]."

Documento 213 (Sentencia emitida por el Tribunal de la Audiencia Provincial de Barce-


lona)

Con la sentencia, el tribunal pone punto y final al conflicto entre las partes
aportando una solución que debe cumplir los criterios de justicia, imparciali-
dad y objetividad. Sin embargo, si persiste el conflicto y/o el desacuerdo con la
sentencia, la institución jurídica contempla la posibilidad de que un tribunal
de instancia superior revise la resolución.

Hemos visto que la comunidad jurídica utiliza el estilo narrativo en la redac-


ción de sus documentos. La preferencia por este estilo muestra la importancia
conferida al discurso en el ámbito jurídico, en tanto es a través del discurso
como se construye la coherencia de las versiones sobre los acontecimientos.

6.2.4. El papel del psicólogo o psicóloga en el tratamiento del


conflicto en el ámbito jurídico

El derecho establece relaciones con otras disciplinas como la medicina, la físi-


ca, la química, la psiquiatría y la psicología, entre otras. Estas disciplinas apor-
tan al derecho instrumentos y/o conocimientos que facilitan el esclarecimien-
to de los hechos y la resolución de los conflictos. En definitiva, estas discipli-
nas, entre las que se encuentra la psicología, juegan un importante papel en
la construcción de la retórica de la verdad de la institución jurídica.
© FUOC • PID_00161333 133 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

"[...] pienso además en cómo un conjunto tan prescriptivo como el sistema penal ha
buscado sus cimientos o justificación, primero naturalmente, en una teoría del derecho,
después, a partir del siglo XIX, en un saber sociológico, psicológico, médico, psiquiátrico:
como si la palabra misma de la ley no pudiese estar autorizada en nuestra sociedad más
que por el discurso de la verdad."

Foucault (1973)

Varios autores aportan clasificaciones sobre las funciones de los profesionales


de la psicología en el ámbito jurídico. En esta línea, Clemente (1995) establece
los ámbitos de intervención de la psicología jurídica diferenciando entre:

1)�Psicología�del�derecho, que hace referencia a la necesidad de conocer los


componentes psicológicos presentes en la práctica del Derecho.

2)�Psicología�en�el�derecho, que estudia las normas jurídicas y su influencia


sobre el comportamiento de las personas.

3)�Psicología�para�el�derecho que colabora con esta disciplina en el estable-


cimiento de la verdad de los hechos.

Este autor aporta asimismo otra clasificación en función de la organización


jurídica en la que los/as profesionales de la psicología pueden intervenir: Psi-
cología policial, psicología judicial, psicología penitenciaria, psicología jurídi-
ca del menor, psicología preventiva del delito y victimología.

Más recientemente, Tapias (2003) aporta una clasificación centrada en dos


aspectos fundamentales en el tratamiento del conflicto:

a) los personajes implicados en el conflicto y su resolución (agresores/as, víc-


timas y profesionales).

b) los procesos entendidos como las funciones y procedimientos propios de


la práctica jurídica.

En el primer caso, Tapias (2003) se refiere al estudio, tratamiento y prevención


de la conducta desviada de los agresores; al estudio, tratamiento y prevención
de las víctimas y, finalmente, a la selección, formación, consultoría y trata-
miento psicológico a los profesionales que colaboran con la Administración
de justicia. En el segundo caso, la autora presenta como ámbitos de interven-
ción de los profesionales de la psicología:

• Elaboración�de�peritajes�psicológicos sobre los implicados en el conflicto


en cualquiera de los ámbitos civil, penal, administrativo, laboral, etc.

• La�psicología�del�testimonio que se concreta en la formación sobre los


procesos de declaración y confesión atendiendo a procesos cognitivos co-
mo la memoria, la percepción, etc.
© FUOC • PID_00161333 134 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

• La�formación a los agentes jurídicos en materias de comunicación�y�per-


suasión.

• La�mediación y la formación en técnicas de mediación y negociación a


los agentes jurídicos.

En cualquier caso, el ámbito jurídico representa un espacio interesante para


profesionales de nuestra disciplina. No vamos a desarrollar aquí con mayor
detenimiento las funciones propias de los puestos de trabajo susceptibles de
ser ocupados por los psicólogos en el ámbito jurídico, sino que presentaremos
algunos elementos para la reflexión sobre la labor desempeñada por estos pro-
fesionales en el ámbito jurídico y sus implicaciones.

En este apartado hemos presentado la práctica jurídica como un proceso diná-


mico y activo donde las prácticas sociales configuran distintos dispositivos de
saber. Uno de los casos paradigmáticos es la psiquiatrización de las conductas
de los sujetos, que pasan a ser categorizados como enfermos mentales, aque-
jados de psicopatías, perversiones, etc., a partir del examen "médico-científi-
co" al que son sometidos. En este contexto, los profesionales de la psicología
y la psiquiatría aparecen como instrumentos de poder capaces de construir
individuos transformándolos a través del dictamen pericial. Esta lectura sobre
el papel de los profesionales de nuestra disciplina en el ámbito jurídico puede
resultar desalentadora y dura. Sin embargo, nada más lejos de mi intención.
Muy al contrario, el objetivo es aportar algunos elementos para la reflexión
sobre cuál podría ser el papel y la posición deseables de los profesionales que
desarrollan su actividad en este contexto particular.

a) El primer elemento ya ha sido tratado en este apartado. Me refiero a la pro-


puesta de cambiar el criterio de verdad por el criterio de uso. Si no podemos
apoyarnos en el criterio de verdad, debemos buscar otro criterio que pueda
orientar nuestra intervención. Este nuevo criterio debería tener en cuenta la
ética y deseabilidad de los modelos de intervención, atendiendo particular-
mente a intervenciones institucionales más adecuadas a las necesidades socia-
les que se planteen en nuestra sociedad. En definitiva, se trataría de humanizar
la práctica jurídica, que se ha visto deshumanizada con el objeto de asegurar
la imparcialidad y la objetividad del sistema.

b) El segundo elemento para la reflexión hace referencia a reconocer (y obrar


en consecuencia) el carácter reflexivode nuestra disciplina, es decir, somos par-
te del mundo social en el que intervenimos y no es posible eludir los efectos
producidos sobre este mundo social.
© FUOC • PID_00161333 135 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Resumen

En referencia al primer apartado, sobre la familia y la violencia intrafamiliar,


podemos concluir que la familia es una institución que, dada su estructura y
funciones, así como su relación permanente con un espacio externo que cam-
bia de manera vertiginosa, está expuesta permanentemente a situaciones de
conflicto. Para poder enfrentarse a ellas, hace falta una estructura flexible, un
buen nivel de comunicación, una red de apoyo adecuada, tanto social como
institucional, y políticas públicas que refuerzan la familia y sus roles socializa-
dores y de protección.

Cuando los conflictos no se abordan por medios como el diálogo, el autocon-


trol o la negociación, surge la respuesta violenta.

La violencia en el seno de la familia se diferencia de otras violencias por la


existencia de un vínculo entre quien ejecuta la violencia y su víctima. Este
vínculo puede ser de afecto, amor, odio, dependencia, etc. Esta relación entre
agresor y víctima implica que el impacto de la violencia va más allá del daño
físico. La violencia afecta emocionalmente a todo el grupo familiar.

Los niños, las niñas, las mujeres, los ancianos y los que tienen alguna limita-
ción física o psicológica suelen ser los más afectados por situaciones de violen-
cia, que se manifiestan de diferentes maneras, en función de la relación entre
el agresor y la víctima y según cuáles sean las conductas de violencia.

Hay diferentes módulos teóricos para explicar la violencia en el seno de la fa-


milia. En la actualidad, el modelo ecológico permite dar cuenta de la multi-
causalidad de este fenómeno, lo cual implica asumir políticas integrales para
reducir sus manifestaciones e impacto en la sociedad.

En el segundo apartado, sobre el mobbing o acoso moral, hemos revisado y


analizado lo que es el acoso moral en el trabajo, así como su magnitud, sus
causas, los diferentes tipos de acoso, su desarrollo como proceso y sus efectos.
Asimismo, hemos examinado quiénes son sus protagonistas y cómo actúan
en este conflicto.

Esperamos que haya quedado bien expuesto, ya que el acoso moral constituye
una de las formas de violencia más extremas que una persona puede vivir en
el contexto laboral, porque lo que persigue el acosador es la destrucción de la
víctima y su alejamiento del puesto de trabajo mediante estrategias aplicadas
de manera planificada, sistemática y continua. Por eso este fenómeno también
se denomina psicoterror en el trabajo, y al acosador se le ha aplicado el califica-
tivo de narcisista perverso.
© FUOC • PID_00161333 136 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

El análisis de las características del acosador y su víctima nos señalan que no


hay unas personas que sean más susceptibles que otras de sufrir esta tortura.
Además, las clases de acoso moral muestran que los acosadores pueden ser
nuestros padres, nuestros superiores jerárquicos o nuestros subordinados.

Por otra parte, la revisión de las fases del proceso de acoso moral en el trabajo
nos permitieron observar cómo se produce la escalada de un conflicto de este
tipo en las organizaciones y las graves consecuencias que tiene para la víctima.

El examen de las estrategias utilizadas por el acosador nos interpela sobre cómo
en el lugar de trabajo se puede llevar a cabo, en presencia de muchos testigos
silenciosos, impávidos o cómplices, la destrucción de una persona. Asimismo,
este examen da cuenta de la falta de recursos o de la ineficacia de las organi-
zaciones para resolver este conflicto y, a la vez, nos habla de la gravedad que
puede implicar la ausencia de valores que garanticen culturas organizaciona-
les orientadas a favorecer la integridad y seguridad de sus trabajadores, o de
la permisividad ética de otros que comporta impunidad ante el daño que se
puede hacer a una persona. Sin olvidar, por descontado, que antes o después,
sus efectos y costes también se dejarán sentir en la propia organización y en
la sociedad.

Ante una amenaza tan grave y tan extendida sobre la integridad y la salud,
hace falta una actitud proactiva para cambiar las condiciones que, tanto en
las organizaciones como en la sociedad, facilitan el acoso moral en el trabajo.
Un primer paso es acabar con el silencio y la invisibilidad del acoso moral en
el trabajo.

En el tercer apartado, sobre género, prejuicio y discriminación, hemos visto


que en la investigación social y de políticas ligadas a la democratización social
y cultural hacia las mujeres, se destacaron los estudios de género como fuente
de comprensión de las desigualdades de las mujeres en el contrato social. Hoy
día las implicaciones más sensibles indican que no se puede analizar la trans-
formación de los géneros sin tener en cuenta los problemas y conflictos con-
tenidos en las tensiones experimentadas cotidianamente, sobre todo lo que se
comprende como perteneciente al orden de la intimidad de las prácticas entre
los sexos.

En la historia del pensamiento sobre el género también se encuentra la promo-


ción de debates y acciones referentes a la sexualidad considerada como con-
dición natural frente a como fijación de las relaciones de poder en el género.
Especialmente se hizo relevante la problemática pendiente que rodea las dis-
tinciones entre ser hombre y ser mujer, en el sentido de que la relación entre
los sexos no es transparente respecto a las relaciones culturales y políticas de
género masculinas y femeninas.
© FUOC • PID_00161333 137 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

A partir del nudo entre el poder y la cultura de género, la cultura social ofrece
sus aportaciones respecto al hecho de que los conflictos de género sólo pueden
entenderse como procesos complejos de construcción de identidades sociales,
donde la valoración y reconocimiento de la minoría social son clave para la
transformación de la dominación de género.

Como habéis visto en el cuarto apartado, la pobreza presenta, ya desde su de-


finición, diferentes maneras de entenderla, puesto que resulta de la interrela-
ción de múltiples variables. No obstante, todas ellas connotan un atributo de
carencia.

Recordad que es importante que tengáis en cuenta el lugar en el que os situáis


cuando os corresponda definir o evaluar políticas y estrategias de intervención
para las personas que se encuentran en esta situación, ya que podéis caer por
lo menos en dos maneras reduccionistas de comprenderla. La primera es re-
ducirla a fuerzas sociales y culturales que desconocen la participación de las
personas en sus posibilidades de cambio, y la segunda, asignar valor solamente
a las conductas y valores de los mismos pobres en las razones de su condición.

Una de las maneras de aproximaros a los conflictos psicosociales de la pobreza


es a partir de sus causas, efectos, mantenimiento y/o resolución. Pero debéis
considerar los diferentes sujetos sociales, así como los contextos sociocultura-
les en los que se manifiesta.

Respecto a este último, es importante que consideréis las características pro-


pias de la realidad actual, ya que eso os permitirá reconocer de qué manera
se presenta la pobreza hoy día, y también sus posibilidades de abordaje y la
aportación que puede hacer la psicología a éstas.

En el apartado sobre el conflicto político en Chile hemos visto cómo la Mesa


de Diálogo de Derechos Humanos se convocó en un momento político crítico
para enfrentarse a la responsabilidad de las Fuerzas Armadas y de Orden en la
desaparición de personas durante el régimen militar. Trataba, además, de con-
seguir la colaboración de este organismo en la recopilación de información
sobre la destinación final y en la búsqueda de los restos de detenidos desapa-
recidos. El diálogo se desarrolló durante diez meses en Santiago y concluyó
con una declaración final en la que se reconocía la responsabilidad de "agen-
tes del Estado" en la desaparición de personas. En esa misma declaración, las
Fuerzas Armadas se comprometían a buscar información sobre los detenidos
desaparecidos en un plazo de seis meses.

En cumplimiento de este acuerdo, en enero del 2001 las instituciones castren-


ses entregaron al presidente de la República un informe sobre doscientos casos
que fueron transladados a la Corte Suprema. Dicho informe pretendía inves-
tigar cada uno de esos casos. Se designaron jueces con dedicación exclusiva,
la mayoría de los cuales aún trabajan (2003) en la fase de investigación.
© FUOC • PID_00161333 138 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

El proceso desencadenado a partir de este informe desplazó el conflicto prin-


cipal de la transición a los tribunales de justicia y desactivó las presiones para
resolverlo "políticamente"; es decir, cerrar el asunto y cancelar el pasado me-
diante una nueva amnistía. La asociación entre impunidad, olvido del pasado
y paz social, que había caracterizado a todas las reconciliaciones políticas del
pasado, no ha sido aplicada en esta ocasión.

Finalmente, en el apartado de dimensión política del conflicto psicosocial,


veíamos que para la perspectiva construccionista el derecho es una práctica
social desarrollada en el ámbito jurídico que construye realidades. En este ám-
bito se pretende narrar historias de la verdadmediante un juego que se con-
creta en la emergencia de discursos sobre lo que es verdadero y lo que no lo
es. Es decir, el conflicto aparece como un juego de lenguaje en donde éste es
construido y deconstruido mediante las versiones que los agentes jurídicos
aportan y defienden a lo largo del proceso penal.

El conflicto en este marco se conceptualiza como el conflicto entre versiones


rivales que compiten para persuadir y convencer al auditorio de que su versión
es verdadera. A partir de escuchar y valorar –acción que en ningún caso es
neutral– las versiones de las partes, el tribunal, investido del poder que otorga
estar en posesión de la retórica de verdad, presenta una nueva versión sobre lo
que realmente sucedió. Esa nueva versión no es considerada verdadera porque
haya sido posible contrastarla con la "realidad". Se considera verdadera por
el poder que la institución jurídica otorga a las voces de los magistrados y
magistradas.

No obstante, en derecho no sólo el criterio de verdad es importante para ase-


gurar una buena decisión jurídica; también hay que tener en cuenta el valor
de justicia. Las decisiones deben ajustarse a la realidad y al valor de justicia.

Para que la versión final del tribunal se considere justa y verdadera, hay que
desarrollar ciertas operaciones que aseguran la imparcialidad y objetividad de
la decisión jurídica: la utilización de un procedimiento escrupulosamente pau-
tado que consiste en la construcción de pruebasde evidencia, extraídas, en su
mayoría, de la aplicación del método científico.
© FUOC • PID_00161333 139 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Actividades
Actividad 1

Haced una revisión del periódico en el último mes y seleccionar noticias sobre situaciones
de violencia en el espacio familiar. Definid el tipo de violencia en relación a las víctimas
y qué manifestaciones estaban presentes. Analizad la forma como se informa el hecho, las
características de la víctima y la respuesta social y jurídica.

Actividad 2

Realizad una encuesta breve que os sirva para explorar en vuestro entorno qué se sabe sobre
acoso moral en el trabajo y qué opina la gente de a pie sobre este fenómeno. Escribid una nota
breve sobre el acoso moral en el trabajo en España, apta para ser publicada en un periódico
local.

Actividad 3

Buscad información precisa de datos secundarios sobre la situación de las mujeres en España,
por ejemplo, respecto a las siguientes líneas:

a) discriminación en instituciones de salud,

b) nivel de disparidad respecto de la remuneración laboral, y

c) magnitud de mujeres que ocupan cargos de autoridad en instituciones públicas y privadas.

Tras leer y considerar estos informes, haced lo siguiente:

a) Discutid sobre la incidencia de valoraciones de género en los resultados.

b) Reflexionad sobre si os encontráis ante relaciones de dominación por género y de cons-


trucción de identidad social/sexual en éstas.

c) Evaluad el lugar que ocupa la psicología como disciplina en la gestión y tratamiento de


estas disparidades (por ejemplo, ¿se le denomina autoridad o saber relevante en la materia?).

Actividad 4

Señalad algún conflicto psicosocial que pudiera estar relacionado con la pobreza, ya sea en
su causa, efecto o mantenimiento. Para esto, podéis utilizar alguna de las variables analizadas
en el subapartado "La pobreza como una situación de vulnerabilidad múltiple".

Actividad 5

Os propongo realizar una experiencia de diálogo a distancia con otros alumnos que sigan
este programa sobre la situación de los desaparecidos durante la Guerra Civil española a más
de sesenta años del fin de la guerra. Formad un grupo que pueda representar a todas las partes
y que cuente con observadores y coordinadores. Imaginaos los puntos controversiales entre
los dos bandos de la guerra, la iglesia católica, los familiares y un grupo de españoles que
representen a una tercera parte en la discusión. Se trata de una discusión actual, con actores
actuales, cuya tarea es: a)constituir el problema, es decir, caracterizar cómo la situación de
personas desaparecidas se ha mantenido hasta la fecha; b) identificar los acontecimientos
desencadenantes que han vuelto sobre un problema que se daba por terminado; c) identifi-
car cuál es la problemática que esto le trae a los familiares, a los distintos sectores que estu-
vieron involucrados en esa situación y d) dirimir si asumir este problema es un asunto que
contribuye a la paz social o más bien tendría influencia únicamente sobre los familiares de
las víctimas.

Se trata de que analicéis y describáis si este asunto, que en su origen es político, se ha trami-
tado como una cuestión privada o como un asunto público, según determinados actores o
durante algunos gobiernos o regímenes políticos. ¿En qué facilitan o dificultan estos trata-
mientos la solución psicosocial de este problema y los conflictos que representa?

Actividad 6

A continuación os presentamos el documento de un peritaje médico-forense extraído del


expediente jurídico por "Robo con intimidación y violencia" ocurrido en Barcelona en el año
1994. El peritaje psicológico ha sido solicitado por los agentes jurídicos con la intención de
resolver el conflicto que se produce entre dos versiones contrapuestas: la del Ministerio Fiscal,
© FUOC • PID_00161333 140 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

que pone en duda la presencia de patología mental en el acusado, y la defensa, que basa su
estrategia en la construcción de la patología mental y la toxicomanía de su defendido.

Responded a las siguientes preguntas analizando este documento:

a) Identificad las figuras retóricas que emplea el autor y argumentad cuáles son los efectos
que se derivan de su uso.

b) ¿Qué papel desempeña este documento en el proceso de resolución del conflicto sobre las
capacidades mentales del detenido en el momento de los hechos?

c) ¿Qué relación se establece entre el Derecho y la ciencia en este caso? Responded a esta
pregunta desde la perspectiva construccionista y desde la perspectiva de la propia institución
jurídica.

"DICTAMEN MÉDICO-FORENSE.

DON FJGO, Médico Forense de Barcelona, en mérito de lo dispuesto por la Sección arriba
referenciada, ha procedido a reconocer al procesado FMS y tras lo cual y en relación con
los extremos solicitados, emite el siguiente:

DICTAMEN:

[...]

Psicopatológicamente se muestra en el momento de la entrevista lúcido, abordable y


aceptablemente colaborador con psicomotricidad correcta. Se halla orientado en el tiem-
po, espacio y persona. No se perciben alteraciones del lenguaje. Su estado de ánimo fun-
damental es eutímico y conserva su capacidad de sintonización afectiva. El curso y el
contenido del pensamiento parecen normales y adecuados a la situación en la que se en-
cuentra por lo que no se evidencian signos ni síntomas que puedan sugerir la existencia
de un proceso psicótico-enajenante en fase clínicamente activa ni fenomenología senso-
perceptiva. Explorada la memoria tanto en su vertiente de evocación como de fijación,
no se detectan alteraciones remarcables. [...]

3.- [...] cabe deducir una notable coherencia intradelictiva en los mismos con elevada
dosis de estrategia y planificación en su desarrollo con un fin último perfectamente de-
terminado. [...]

CONSIDERACIONES MÉDICO-LEGALES

1.- Si bien en el momento de la entrevista no se reconocen elementos objetivos u objeti-


vables que sustenten su presunta condición de consumidor habitual de sustancias estu-
pefacientes y psicoactivas, del contenido del Informe Psiquiátrico aportado se desprende
la existencia de politoxicomanía severa correlacionable con las manifestaciones y amne-
sis global del informado por lo que a priori puede aceptarse tal condición en el mismo.

2.- Asimismo y del meritado informe se deduce la existencia en el entrevistado de psico-


patología tipo del Transtorno Mixto de la Personalidad (Esquizoide y límite) con severas
alteraciones conductuales y desadaptativas deduciblemente agravadas bajo los efectos del
alcohol y/o sustancias psicoactivas estupefacientes.

3.- No obstante lo anterior y atendiendo a la dinámica de los delitos de los que se le


acusa contenida y reflejada en los sucesivos Atestados obrantes en Autos, cabe deducir
una notable coherencia intradelictiva en los mismos con elevada dosis de estrategia y
planificación en su desarrollo con un fin último perfectamente determinado.

4.- Es pericialmente imposible y especulativamente arriesgado retrotraerse al momento


del hecho/hechos que se le imputan en cuanto a la valoración del estado de sus facultades
psíquicas por cuanto se fundamentaría en las propias manifestaciones del acusado, lo
que mermaría el mínimo rigor científico y pericial exigible.

CONCLUSIONES MÉDICO-LEGALES.

[...]

SEGUNDA: En el momento de proceder a la entrevista se estiman como conservadas sus


capacidades cognoscitivas y volitivas, siendo adecuado su juicio crítico y de raciocinio,
así como su conocimiento de la normatividad o antinormatividad de sus actos y del
alcance no mediato de los mismos.
© FUOC • PID_00161333 141 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

TERCERA: [...] sería estrictamente necesario analizar escrupulosamente el hecho juzgado


parta establecer su relación directa con el supuesto consumo de opiáceos en estados de
carencia, o bien, sus peculiares características de incordinación, subitaneidad, absurdidad
y falta total de premeditación y estrategia en los casos de abuso o borrachera tóxica.
No obstante lo anterior, la contextualización de los datos obtenidos y los antecedentes
clínico-psiquiátricos del informado permitirían suponer razonablemente que en caso de
concurrir demostradamente la ingesta de alcohol y/o sustancias psicoactivas en el terreno
caracteriológico como el del acusado la capacidad de gobierno de sus impulsos se podría
ver alterada.

Es todo cuanto puede informar en cumplimiento de lo ordenado"

Documento 181. Informe médico-forense.

Ejercicios de autoevaluación
Ejercicio�1

A continuación se describe un caso de violencia conyugal. De acuerdo a los conceptos trata-


dos en este módulo, responded a la siguiente pregunta:

1. Señalad los factores culturales, sociales, familiares y personales que pueden haber influido
en la conducta violenta por parte de el agresor, y las dificultades para detener la violencia
por parte de la mujer agredida, María Paz.

Nombre: María Paz Valenzuela C.


Edad: cuarenta y cinco años
Estado civil: casada
Ocupación: ama de casa

María Paz asiste por primera vez a solicitar ayuda por los problemas que ha estado viviendo
con su marido Moisés Gómez V., de profesión contador, con el cual tienen cuatro hijos:
María, de 17 años; Andrés, de 15; Sebastián, de 5 y Esperanza, de 2 años.

María pertenece a una familia de escasos recursos. Se vio obligada a comenzar a trabajar
en una casa particular a la edad de 15 años. Eso significó que tuvo que transladarse de la
provincia del sur de Chile en la que vivía, una zona campesina, a la capital, Santigo de Chile.
Su familia, a la que ve con poca frecuencia, se quedó en el sur. Su familia vive en el campo
y es muy tradicional: su padre es el jefe absoluto del hogar y la madre es muy sumisa. A
María le gustó venirse a Santiago porque pensó que tendría un poco de más libertad. No
pudo terminar sus estudios y tiene mucho temor de enfrentarse sola al mundo.

Moisés es hijo único de una madre que lo crió prácticamente sola. Su padre era alcohólico y se
separaron cuando él tenía muy pocos años. Lo vio por última vez a la edad de 15 años. Moisés
está muy apegado a su madre, que lo ha educado con mucho esfuerzo. Ella es muy religiosa.

En un comienzo la relación fue muy buena. María estaba feliz por el matrimonio, ya que
consideraba que era un honor que él se fijara en ella. Sin embargo, su suegra siempre la
menospreció. La causa de esos desprecios era que la joven trabajaba en una casa particular y
no tenía educación y la madre de Moisés solía decir que "quería algo más para su hijo". María
en un comienzo se dedicó enteramente a Moisés: lo "atendía" y trataba de darle el gusto en
todo. Él, por su parte, no quiso que ella siguiera trabajando.

María ha estado sufriendo descalificaciones, insultos y malos modos desde que nace su se-
gundo hijo (Andrés). Durante 3 ó 4 años no hubo agresiones. Moisés le dice que para lo único
que sirve es para tener chiquillos, que de él se despreocupa todo el tiempo y que lo único
que le interesa es el dinero que él le entrega.

Cuando la insulta le dice que estar con ella es como estar con una roca, que es fría, que no
tiene iniciativa, que "todo te lo tengo que estar diciendo dos veces para que entiendas", etc.

Moisés la ha agredido físicamente en dos etapas de su relación de pareja: durante los dos
años siguientes al nacimiento de Andrés y después, durante los últimos diez meses, desde
el cumpleaños de Moisés, que fue en agosto del 95. La mayoría de las agresiones físicas (no
todas) han sido cometidas bajo los efectos del alcohol, acompañándose de insultos que no
son fáciles de repetir. Durante los últimos diez meses las agresiones han sido más frecuentes
y la última vez ella tuvo que salir rápidamente, porque sintió que él podía hacerle un daño
mayor, tanto a ella como a los niños varones. A las niñas nunca las ha agredido físicamente,
pero a los varones les ha pegado con correa (en tres ocasiones a Andrés y una vez a Sebastián).
© FUOC • PID_00161333 142 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Durante las peleas los manda a todos a sus cuartos. Hace dos días ocurrió la última agresión,
que fue lo que la indujo a acudir a pedir ayuda, porque sintió miedo por los niños. Él llegó
a la casa bebido y los niños estaban jugando en la calle. Se enfureció y comenzó a tirarle del
cabello. La llevó de una habitación a otra gritándole que todo estaba desordenado, que sus
hijos eran unos callejeros y cuando la soltó, le ordenó que los trajera a todos para adentro,
porque les iba a quitar de una vez por todas esa mala costumbre.

Ella los llamó a todos, los subió a un taxi y se fue a la casa de sus padres.

Cuando María Paz está siendo agredida físicamente, se tapa la cara y se calla. No hace nada
que pueda molestarlo por miedo a ser objeto de más agresiones.

El sentimiento más profundo que ella tiene es el miedo. Teme que él se entere de que vino a
la policía, teme contarle a otras personas lo que vive, teme ser ella el problema y la causante
de la violencia.

A María Paz le desagrada profundamente mantener relaciones sexuales con Moisés, pero si se
niega, él comienza a molestarla diciendo que tiene a otro hombre, que tiene tiempo para todo
menos para él, qué ya no lo quiere, etc., y terminan teniendo relaciones que resultan violentas
y desagradables para ella. Este punto María Paz nunca lo ha contado a nadie. Tampoco lo va
a hacer durante la presente entrevista.

Hace siete años ella abandonó el domicilio conyugal para ir a casa de sus padres, en el sur. Se
sentía humillada y cansada de ser descalificada. La pareja permaneción mes y medio separada.
Él la llamaba todos los días por teléfono pidiéndole que volviera a la casa. Sus padres le
aconsejaron que volviera junto a su marido, que le diera otra oportunidad, que él había
cambiado y estaba sufriendo mucho. Ella sentía mucho amor por él a pesar de todo lo que
vivía. Siempre ha estado enamorada de ese hombre, al que conoció en su juventud. Volvió
y pasaron seis meses con una relación buena, con cariño, atención. Durante ese período,
ella quedó embarazada de Sebastián. A lo largo del embarazo comenzaron nuevamente los
conflictos, e incluso la agredió físicamente.

Moisés jamás ha dejado de aportar dinero para la casa. La familia puede permitirse todas la
comodidades materiales que necesita. Moisés es una persona respetada en su trabajo y muy
querida por sus amigos. Los hijos van a un buen colegio, en donde nadie conoce la situación
de violencia. Ella piensa que si se hiciera público, podría afectar a sus hijos, ya que podrían
ser objeto de burlas o malos tratos.

Después de agredirla, especialmente cuando está bajo el efecto del alcohol, Moisés le pide que
lo comprenda, que su trabajo es muy tenso: "paso todo el día mirando números y necesito
distraerme un poco. Es un derecho que me he ganado." Le pide que cuando él llegue con
alcohol, no le haga caso, que lo deje ser, que solito se le va a ir pasando. Ella lo reprende, no
puede soportar notarle el olor a vino. Se enfurece, es superior a su voluntad. Se llena de rabia
y se desquita con Esperanza, que es la menor.

La reta, la castiga y le ha pegado palmetazos en varias oportunidades.

María Paz, preocupada por no hacerle más daño a la niña, consultó a un médico. Éste le dijo
que eran los nervios y le recetó tranquilizantes. Todos los días, antes de que Moisés llegue
del trabajo, María Paz se toma dos tranquilizantes para esperarlo más calmada.

Ejercicio�2

Prestad atención. El siguiente caso fue descrito por el propio Heins Leynmann. Leed el si-
guiente extracto y responded a las preguntas que os hacemos.

El�caso�de�Eva

Leymann, H. (1996). The content and development of mobbing at work. European Journal
of Work and Organizational Psychology, (5) 2, 165-184. Traducción del profesor Dr. Francisco
Fuertes Martínez.

Cuando el cocinero jefe de la cantina de una prisión grande se retiró, fue necesario sustituir-
lo. Tanto el dueño del servicio como el departamento de personal eran de la misma opinión:
que debía aprovecharse la oportunidad para introducir algunos cambios. La cantina necesi-
taba economizar, a la vez que ofrecer una dieta más sana. Se encontró la candidata con la
formación apropiada. Fue contratada y asignada a la cocina donde trabajaban seis cocineras,
capaces de preparar pringosas salsas de toma pan y moja, pero que no tenían la menor idea
de los pretendidos cambios.

El inevitable conflicto pronto estalló... Los nuevos métodos de cocinar les eran totalmente
ajenos. Las cocineras pensaron que todas estas nuevas ideas eran de Eva, su nueva supervi-
© FUOC • PID_00161333 143 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

sora. Esto provocó que se volvieran contra ella. Comenzaron a chismorrear y neutralizar sus
instrucciones. Incluso el hecho que Eva tuviera un hijo discapacitado se usó en su contra, co-
mo si su propio carácter fuera la causa. Había continuas discusiones acaloradas. Las cocineras
no atendían a las instrucciones de Eva y hacían caso omiso a cualquier asignación de tareas
haciendo habitualmente las cosas más provocadoras de diferencias de opinión. Mantenían
que Eva se sobrepasaba en sus cometidos, lo que no era totalmente cierto.

En varias ocasiones, Eva trató de obtener de los responsables de la cárcel, la descripción de sus
responsabilidades. Sus solicitudes fueron rechazadas. Las continuas peticiones de Eva eran
interpretadas como insubordinación... Lo único que ocurrió fue que la alta dirección se sin-
tió atacada, y se autoprotegieron. Ello legitimó el acoso de las cocineras sobre Eva al inter-
pretar ellas la situación como si la alta dirección estuviera "de su parte". El acoso prosiguió,
degenerando en un proceso de psicoterror, por el cual Eva finalmente perdió totalmente su
autoridad. Las discusiones hirientes se instalaron en la cotidianeidad. Uno de los directivos
que accidentalmente las escuchó, reclamó disciplinariamente a Eva para que se presentase
a dar explicaciones. Ella remarcó, nada más entrar en la sala de reunión, que se sentía fren-
te a una especie de tribunal. No se le dio ninguna oportunidad de explicar la situación; al
contrario, fue duramente criticada. La dirección le ordenó tomar una baja por enfermedad,
que el propio médico de la prisión refrendó. Después de permanecer de baja por más de dos
años, Eva finalmente perdió su trabajo. Nunca volvió a encontrar otro trabajo.

1. Eva vivió una experiencia de acoso moral en el trabajo. Dad tres razones que justifiquen
esta afirmación.
2. Señalad a qué tipo de acoso moral se enfrentó Eva y dad una razón que justifique vuestra
respuesta.
3. Identificad con datos del caso las fases organizacionales del conflicto en el caso de Eva.
4. Identificad los comportamientos de acoso utilizados contra Eva y mencionad a qué cate-
gorías de estrategias corresponden.
5. ¿Qué estrategias empleó Eva para enfrentarse al acoso?

Ejercicio�3

1. Describid el proceso de constitución de la identidad de género en las mujeres.


2. Discutid por qué es un consenso de los autores que los conflictos de género son un pro-
blema vinculado al poder.

Ejercicio�4

Seleccionad la alternativa correcta:

1. De acuerdo al PNUD, las funciones que cumplen los distintos actores sociales en relación
a la pobreza son:
a) Ajustar las distintas políticas macroeconómicas a favor de los más pobres.
b) Generar espacios de participación más grandes.
c) Entregar bienes y prestar servicios.
d) Todas las anteriores.

2. Señalad cuál de las siguientes afirmaciones es falsa:


a) Existe una definición única de pobreza.
b) La interrelación entre variables sociales dificulta el mantenimiento de situaciones de ca-
rencia.
c) La democratización y participación es una metodología de integración.
d) Las organizaciones sindicales sirven como instancias de mediación y negociación en el
ámbito laboral.

3. Señalad cuál de las afirmaciones siguientes es verdadera:


a) La segregación urbana es una de las variables que da cuenta de situaciones de pobreza.
b) La exclusión social da cuenta de las causas y efectos de la pobreza.
c) La media de permanencia en la ocupación influye en el debilitamiento de las organizacio-
nes sindicales.
d) Todas las anteriores.

Cuestiones�breves

1. Señalad las aportaciones que puede hacer la psicología en relación con la pobreza.
2. Señalad cinco funciones que ha cumplido el tercer sector en relación con la pobreza.

Desarrollo�de�un�tema

De acuerdo con las líneas de intervención planteadas por el PNUD y la Cepal, reconoced
cuáles son los conflictos psicosociales ligados a la pobreza y cómo se abordan.
© FUOC • PID_00161333 144 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Ejercicio�5

1. ¿Qué efectos creéis que tuvo el proceso de diálogo sobre la posición de las Fuerzas Armadas?
2. ¿Cuáles serían a vuestro juicio los elementos principales del enfoque "resolución interac-
tiva de conflictos políticos" utilizado como modelo para la Mesa de Diálogo?
3. ¿Cuáles creéis que son los efectos políticos de la Mesa de Diálogo a corto plazo?

Ejercicio�6

1. El concepto de repertorio interpretativo desarrollado por Potter y Wetherell en 1987 hace


referencia a...
a) el conjunto de estrategias retóricas utilizadas en un texto con la intención de minimizar
la acción de los autores, presentar los datos como si éstos fueran primarios y exponer la
utilización de un procedimiento objetivo.
b) el conjunto de estrategias lingüísticas desarrolladas por los miembros de una determinada
cultura para construir sus representaciones de la realidad.
c) los valores propios de una determinada cultura que orientan la interpretación de la realidad
d) la coexistencia de diferentes interpretaciones sobre un mismo objeto.

2. El conflicto en el ámbito jurídico se caracteriza por...


a) la pluralidad de conflictos que aparecen en diferentes áreas del Derecho.
b) el tratamiento objetivo e imparcial del conflicto a través del procedimiento jurídico.
c) los valores de justicia, objetividad e imparcialidad que subyacen en el tratamiento del
conflicto en este ámbito.
d) todas las respuestas son correctas.

3. El concepto de reflexividad aplicado a la intervención de los psicólogos en el ámbito ju-


rídico implica considerar...
a) la necesidad de reflexionar sobre el papel de los psicólogos en este ámbito.
b) la influencia recíproca entre el profesional y el ámbito en el que actúa.
c) la necesidad de mantener la distancia y la neutralidad en su intervención para la resolución
del conflicto.
d) las respuestas a y b son correctas.

4. El concepto "retórica de la verdad" hace referencia a...


a) la creencia en la posibilidad de alcanzar la verdad mediante la utilización de un método
objetivo.
b) las argumentaciones de los expertos sobre un determinado tema.
c) la utilización de determinadas estrategias encaminadas a transmitir la idea de que el co-
nocimiento generado se corresponde con la realidad.
d) las respuestas a y b son correctas.
© FUOC • PID_00161333 145 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Solucionario
Solucionario�1

Factores�culturales
En el caso de la mujer, el hecho de pertenecer a una familia rural, con una cultura tradicional,
basada en una familia jerárquica, en donde se espera que la mujer presente una actitud de
sumisión frente a su pareja.
En el del marido, la concepción de familia, basada en el ejercicio de la autoridad por parte
del hombre y en una obediencia por parte de su pareja y los hijos.
Factores�sociales
Ausencia de una red social de apoyo familiar para la mujer.
Factores�familiares
Conflictos de María Paz con la familia de su esposo: hay una permanente descalificación
hacia ella y una alianza entre la madre de Moisés y su hijo.
Una relación sexual insatisfactoria para M. Paz.
Estructura familiar basada en desigualdades jerárquicas.
Dependencia económica y emocional de la mujer a su marido.
Factores�personales
Ingestión de alcohol por parte del marido.
Rigidez y poca tolerancia a la frustración.
Sentimientos profundos de temor de la esposa, que dificultan que pida ayuda.

Solucionario�2

1. La persistencia de las acciones de acoso, la prolongación de las acciones y los efectos de-
vastadores de las acciones de hostigamiento sobre Eva, quien pierde su trabajo.
2. Acoso ascendente. Es el grupo de empleadas a las que Eva debe supervisar el que lleva a
cabo el acoso. Eva entra en la institución a asumir un cargo de supervisión.
3. La primera fase es la de inicio del conflicto. Comienza con el ingreso de Eva en la insti-
tución para hacerse cargo de supervisar el grupo de cocineras y cambiar sus métodos de tra-
bajo. Al grupo no se le proporciona la capacitación apropiada para enfrentarse a los nuevos
procedimientos, ni se le informa de que los cambios de procedimiento tienen su origen en
decisiones tomadas por la dirección.
La segunda fase es de inicio del acoso por parte del grupo de cocineras hacia Eva. Con acciones
hostiles, directas e indirectas, el grupo se resiste a los cambios que Eva pretende introducir.
La tercera fase corresponde a la intervención de la dirección frente a Eva, quien ya ha sido
estigmatizada. Sus peticiones son interpretadas como insubordinación e indisciplina. El con-
flicto no es resuelto por la dirección.
Por último, después de un prolongado período de baja, incitado por la dirección, ella pierde
su trabajo. Eva no vuelve a trabajar.
4. Hay varias técnicas empleadas por el grupo de cocineras: chismorrear, neutralizar sus ins-
trucciones, usar en su contra que tenga un hijo discapacitado, no atender a sus instruccio-
nes, hacer caso omiso a cualquier asignación de tareas, discusiones hirientes y acusarla de
excederse en su cometido. De acuerdo con las categorías de Leymann, corresponden espe-
cialmente a estrategias dirigidas a atentar contra su reputación y contra su desempeño y ca-
lidad de vida.
5. Eva pisó en falso muchas veces. Realizó confrontaciones con las autoridades, poniendo
sin querer en tela de juicio su capacidad de gestión. En el contexto de un estilo de gestión
autoritario, sus actitudes fueron interpretadas como insubordinación y, posiblemente, ella
fue etiquetada como una mujer conflictiva y con pocas habilidades para manejar al grupo.

Solucionario�3

1. La identidad como pregunta sobre cómo ser sujeto en relación a otro sujeto es la pregunta
por la relación social entre dos sujetos diferenciados en valor, caracterización y posiciona-
miento, que sólo pueden responder a la pregunta identitaria en relación a la respuesta del
otro, en la medida en que las relaciones de género son paradójicas; para hablar de ellas se
fijan como opuestos ideales.
2. Como el conflicto de género se da en la conformación de identidades sociales, sus conte-
nidos en disputa entrañan la determinación de los espacios para ser y hacer como sujetos del
contrato social. Los espacios identitarios son espacios de poder, porque implican prohibir y
producir oportunidades para desenvolverse colectivamente, convenciéndose de la verdad de
un sentido común, entendida y vivida como la realidad social de los géneros.

Solucionario�4

1. a
2. d
3. a
© FUOC • PID_00161333 146 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Cuestiones�breves

1. En lo que respecta a las aportaciones que puede hacer la psicología en este campo, se en-
cuentran distintos niveles de intervención. Entre estos niveles podéis reconocer la promo-
ción de condiciones de vida que den cuenta de un mayor bienestar biopsicosocial, la preven-
ción primaria y secundaria respecto a ciertos trastornos asociados a condiciones de pobreza
y las posibilidades de rehabilitación. A su vez, con el desarrollo de la psicología social y co-
munitaria, la psicología ha logrado dar cuenta de ciertas interacciones en el espacio social,
así como intervenir en los sistemas sociales y/o comunidades, para prevenir los problemas
y facilitar el desarrollo humano integral.
Finalmente, podréis encontrar algunas áreas de abordaje en el ámbito de la mediación de los
conflictos psicosociales.
2. De acuerdo con Salamon (2002), algunas funciones que ha cumplido el tercer sector en
relación a la pobreza son: identificación de nuevos problemas y la búsqueda de respuestas
innovadoras, poner algunos temas en conocimiento del público, ser agentes comunitarios,
construir lazos de confianza y reciprocidad, y canalizar preocupaciones en el interior de la
sociedad.

Solucionario�5

1. El reconocimiento efectuado por las Fuerzas Armadas de sus responsabilidades en las vio-
laciones de derechos humanos es un efecto principal del trabajo de la mesa. Se reconoció
en el proceso de diálogo la comisión de delitos de tortura, ejecuciones y secuestro califica-
do contra los opositores, que fueron calificados como acciones injustificables. La expresión
"actos repudiables" fue utilizada en la comunicación oficial de las Fuerzas Armadas al infor-
mar de que gran número de detenidos desaparecidos habían sido arrojados al mar. Este re-
conocimiento ha modificado el discurso oficial de las Fuerzas Armadas en relación con las
violaciones de derechos humanos de ahí en adelante. También ha definido la cooperación
con el poder judicial en los procesos que se siguen por casos de detenidos desaparecidos,
permitiendo la investigación de los jueces en recintos militares. Este reconocimiento impli-
có también un distanciamiento político del general Pinochet respecto a las violaciones de
derechos humanos.
2. La mesa de diálogo se inspiró en el modelo de resolución interactiva de conflictos propues-
to por Herbert Kelman. Los objetivos de ese modelo son: a) incidir en el cambio de las rela-
ciones entre los grupos en conflicto mediante b) una elaboración analítica de los problemas
en controversia, c) creando condiciones que permitan establecer un tipo de comunicación
que d) permita la comprensión de la posición del otro y e) facilite el surgimiento de nuevas
ideas sobre cómo resolver el conflicto.
El logro de este objetivo, en dicho modelo, depende en gran parte, del papel desempeñado
por quienes constituyen la tercera parte en estas sesiones, habitualmente los que proponen
y coordinan la metodología del trabajo (psicólogos sociales).
El diseño implica: a) facilitar la comunicación, b) identificar los obstáculos por parte del pro-
pio grupo, entre otros aspectos, c) generando un proceso que conduzca al cambio estructural
y actitudinal transformando la relación entre las partes.
Se trata de poner en marcha una dinámica inversa a la polarización de posiciones y al esca-
lamiento, a) complejizando los niveles de la interacción, b) distinguiendo los acuerdos y los
desacuerdos en la percepción del problema c) identificando los elementos presentes que han
contribuido a perpetuarlo.
La percepción y explicitación de los acuerdos existentes, así como de las discrepancias, per-
mite afinar el diálogo sobre los temas de mayor dificultad e intransigencia, en los que se
atrincheran las lealtades grupales y personales y lleva necesariamente a una negociación so-
bre la reciprocidad necesaria para llegar a acuerdos.
3. Los efectos políticos de la mesa se concretaron en la "judicialización" de los problemas
pendientes por violaciones de derechos humanos, especialmente por los casos de detenidos
desaparecidos. Es decir, desplazaron el tema a los tribunales de justicia. Eso ha implicado
que corresponde únicamente a los jueces resolver los asuntos involucrados en cada uno de
los procesos judiciales. El acuerdo y el informe de las Fuerzas Armadas no dio lugar a la
intervención de las autoridades políticas, que pudieran haber acordado cerrar políticamente
el problema y haber establecido la impunidad definitiva. Corresponde a los jueces identificar
y procesar a los culpables y aplicar la ley de amnistía si fuera el caso (porque es una ley
vigente), pero aún está por ver cuál será el desenlace, puesto que la mayoría de los procesos se
encuentran aun en la fase de investigación (2003). Estos efectos neutralizaron las demandas
de impunidad de algunos sectores que se habían reactivado con la detención de Pinochet.

Solucionario�6

De la actividad

He aquí algunas de las figuras retóricas presentes en el texto:

1.
© FUOC • PID_00161333 147 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

a) Utilización de un lenguaje�técnico y específico ("coherencia intradelictiva", "pericialmen-


te imposible y especulativamente arriesgado retrotraerse", "politoxicomanía severa", etc.),
que pretende la transmisión de información objetiva.
b)� Argumento� de� autoridad: "DON FJGO, médico forense de Barcelona, en mérito de lo
dispuesto por la Sección arriba referenciada, ha procedido a reconocer al procesado FMS y
tras lo cual y en relación con los extremos solicitados, emite el siguiente: (...)."
Otorga credibilidad al diagnóstico que es considerado objetivo, puesto que es emitido por
una persona experta e "imparcial" que ha utilizado el método y conocimientos científicos
para pronunciarse sobre la salud mental del acusado.
c)�Efecto�de�presencia: "se desprende la existencia de una politoxicomanía severa", "se de-
duce la existencia de psicopatología del tipo transtorno mixto de la personalidad (esquizoide
y límite)".
Repetición de la constancia de enfermedad mental produciendo el efecto de centrar la aten-
ción del auditorio sobre esta idea.
d)�Estructura�de�lo�real: "Es pericialmente imposible y especulativamente arriesgado retro-
traerse al momento del hecho/hechos que se le imputan en cuanto a la valoración del estado
de sus facultades psíquicas por cuanto se fundamentaría en las propias manifestaciones del
acusado, lo que mermaría el mínimo rigor científico y pericial exigible".
Se establece una relación entre un juicio admitido, en este caso aceptar que la información
extraída de las manifestaciones del inculpado es parcial e interesada, para introducir una
nueva idea que se concreta en considerar que en estas condiciones se perdería el rigor cien-
tífico y pericial exigible. El efecto de esta estrategia se concreta en construir la objetividad
de la prueba pericial.
e)�Uso�de�la�forma�impersonal: "En el momento de proceder a la entrevista se estiman como
conservadas".
Con esta fórmula el autor se desvincula de su intervención en la "creación" de la prueba
y presenta los datos obtenidos sobre el sujeto como "datos brutos", independientes de la
actividad humana.
2. Este documento supone la construcción de una prueba objetiva o prueba de evidencia
con la capacidad que se le otorga de "decir verdad" y, por tanto, de convertir una versión
sobre las capacidades mentales del acusado en realidad, es decir, convierte una versión en una
descripción objetiva que aporta una información que se corresponde con la realidad.
3. Desde la perspectiva construccionista, en este caso la ciencia médica colabora con el dere-
cho en la tarea de construir una "retórica de la verdad". En este sentido, la objetividad atri-
buida a la ciencia y a la aplicación del método científico confieren estatus de verdad y, por
tanto, prueba de evidencia a los resultados contenidos en el informe.
Para la institución jurídica, esta colaboración se concretaría en la participación de la ciencia
en el "esclarecimiento" de los hechos delictivos con la aportación de una prueba objetiva.

Del ejercicio de autoevaluación

1. b

2. c

3. b

4. c
© FUOC • PID_00161333 148 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

Glosario
acosado  m  Persona que sufre la situación de acoso moral en el trabajo. También denomi-
nada víctima.

acosador  m  Persona que ejecuta las acciones de acoso moral en el trabajo. Puede ser una
persona o grupo. También denominado u.

acoso moral ascendente  m  Tipo de acoso que proviene de los subordinados jerárquicos
en el lugar de trabajo. Es el menos frecuente de los tipos de acoso.

acoso moral descendente  m  Tipo de acoso que proviene de un superior jerárquico en el


lugar de trabajo. Es el más frecuente de los tipos de acoso.

acoso moral en el trabajo  m  Forma de violencia extrema en el trabajo que consiste en


acciones persistentes, prolongadas y sistemáticas de una persona o grupo contra otra perso-
na, con el claro propósito de excluirla de la comunidad de trabajo en un lugar de trabajo de-
terminado. Es un proceso que tiene efectos devastadores sobre la víctima y que atenta contra
su integridad y su salud.

acoso moral horizontal  m  Tipo de acoso que proviene de los pares en el lugar de trabajo.

argumento de autoridad o cita de autoridad  m  Figura retórica en la que el argumento


toma su fuerza por el prestigio atribuido a la persona o personas que lo emiten.

cambio social  m  "Pertenece a ciertas creencias psicosociales que se están encerrado dentro
de los muros del grupo social y es imposible abandonar esta forma de categorización / iden-
tidad social para mejorar la calidad de vida personal" (Tajfel, 1972, p. 282).

Caso Caravana de la Muerte  m  Se refiere a un conjunto de procesos acumulados para la


investigación judicial que tienen como elemento común la participación de un general, que
en octubre de 1973, en calidad de delegado del comandante en jefe, recorrió varias ciudades
del norte y sur del país en helicóptero ejecutando a numerosos prisioneros. Se trata de setenta
y dos personas, diecinueve de las cuales se encuentran desparecidas. Por este caso se solicitó
el desafuero de Pinochet.

categorización social  f  Proceso de unificación de objetos y acontecimientos sociales en


grupos de creencias, acciones e intenciones comunes a un colectivo de personas de un sis-
tema social (Tajfel, 1972, p. 295). Donde los procesos de categorización responden primero
a formas de construcción social, cultural, políticas e históricas con anterioridad a procesos
psicológicos derivados de esas categorizaciones.

Concertación de Partidos por la Democracia  f  Nombre de la coalición de partidos


que ha gobernado Chile desde 1990.

desafuero  m  Privación de la inmunidad o fuero que impide procesar a las personas que
tienen este privilegio por el cargo que desempeñan o han desempeñado. El fuero está esta-
blecido por ley. El desafuero es realizado por las Cortes.

desarrollo sostenible  m  Desarrollo que se basa en la integración efectiva y dinámica


de los componentes ambientales, sociales, económicos y ciudadanos. Éste permite satisfacer
las necesidades presentes sin poner en peligro la capacidad de las futuras generaciones de
satisfacer sus propias necesidades.

desesperanza aprendida  f  Resignación de la conducta originada por el fracaso de nume-


rosos intentos que llevan a las personas a someterse a un problema determinado.

discurso  m  Prácticas sociales constructoras de los objetos. El discurso aporta el marco de


referencia para la interpretación que construye la realidad.

estilo monológico  m  Presentación únicamente de las argumentaciones coherentes y que


refuerzan la versión que se quiere promover.

estrategias de acoso  f pl  Grupos de comportamiento de acoso de distinta naturaleza.


Leymann distingue cinco grupos de estrategias, según su objetivo: limitar las posibilidades
de comunicación del acosado; atentar contra sus relaciones sociales; atentar contra su repu-
tación; atentar contra su desempeño y calidad de vida; y atentar contra su salud e integridad.

estructura de lo que es real  f  Estrategia retórica consistente en establecer una relación de


solidaridad entre los juicios admitidos y el que se intenta promover (Perelman y Olbrechts-
Tyteca, 1989).
© FUOC • PID_00161333 149 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

exclusión social  f  Mecanismos por los que las personas y grupos se ven excluidos de la
participación en los intercambios, prácticas y derechos sociales, que constituyen la integra-
ción social. Este concepto engloba las causas y los efectos de la pobreza.

exteriorización  f  Construcción de una descripción como si ésta fuera independiente del


agente que la produce (Potter, 1998).

fases clínicas del acoso moral  f pl  Según González de Rivera, la persona acosada viviría
cinco etapas o estadios: autoafirmación, desconcierto, síndrome postraumático o de ansiedad
generalizada, estadio crónico de deterioro.

fases organizacionales del acoso moral  f pl  Leymann propone que en las organizacio-
nes los procesos de acoso pasan por cuatro fases prototípicas: inicio del conflicto, estigmati-
zación, intervención de la empresa y exclusión del trabajo.

figura de presencia  f  Figura retórica utilizada con la intención de centrar la mirada del
auditorio en aquellos datos que se pretende destacar.

género  m  Conjunto de características psicológicas o de personalidad que diferencian lo


masculino de lo femenino, entendiendo que estas características son una construcción cul-
tural

identidad social  f  "Aquella parte del autoconcepto del individuo que deriva del conoci-
miento de su pertenencia a un grupo social junto con el significado valorativo y emocional
asociado a esa pertenencia y depende de procesos de comparación y diferenciación intergru-
pales presentes en la realidad social" (Tajfel, 1972, p. 292).

información sobre presidentes de Chile  f  Augusto Pinochet Ugarte dio un golpe de


estado el 11 de septiembre de 1973, derrocando al presidente constitucional, Salvador Allen-
de. Entregó el poder el 11 de marzo de 1990, y la Presidencia de la República fue asumida ese
mismo día por Patricio Aylwin Azócar. Eduardo Frei Ruiz Tagle la asumió el 11 de marzo de
1994, y Ricardo Lagos Escobar se hizo cargo de ella el 11 de marzo del 2000.

ingreso mínimo  m  Ingreso suficiente para satisfacer necesidades básicas, gastos básicos
en alimentación y servicios mínimos. El valor de esta canasta de bienes y servicios se estima
a partir de una canasta que sólo incluye artículos alimentarios, línea de indigencia, y a la
cual se le agrega el valor de otros bienes y servicios para obtener la línea de pobreza.

injusticia social  f  Efecto que resulta de la resolución de determinado conflicto de intere-


ses, de manera que una de las partes, sale perjudicada en la satisfacción de sus intereses.

jueces especiales  m pl  Son los jueces designados por la Corte Suprema para dedicarse con
exclusividad a la investigación de los casos de derechos humanos por un período determi-
nado.

movimiento social  m  Los esfuerzos de personas que se definen a sí mismas y están defi-
nidos por otros como grupo, por resolver un problema que sienten les es común y se percibe
que surge de las relaciones con otros grupos" (Tajfel, 1972, p. 280).

psicología social  f  Conjunto de minidisciplinas que concentran el trabajo con perspectiva


psicosocial, que estudia la acción en cuanto ideológica.

realidad social  f  El mundo es real como efecto de la actividad humana, producto de una
matriz de experiencias de conocimiento y de una historia humana compartida. La realidad es
una organización en sí misma, opera como un orden del conocer y se construye con acciones
de índole simbólica (signos y significaciones), organizaciones referidas a la realidad social
como un sentido común construido históricamente.

redes sociales  f pl  Sistema de vínculos entre distintos puntos de un grupo social (institu-
ciones, grupos y actores sociales) que permite la interacción entre ellos y el intercambio de
información. Estas redes pueden ser de distintos tipos: sociales personales o focales, sociales
abiertas o temáticas y comunitarias. Así, por ejemplo, las sociales personales están constitui-
das por todas aquellas relaciones significativas que una persona establece cotidianamente y
a lo largo de la vida.

repertorio interpretativo  m  Concepto desarrollado por Potter y Wetherell (1987) que


hace referencia al conjunto de estrategias lingüísticas desarrolladas por los miembros de una
determinada cultura para construir sus representaciones de la realidad.

sector servicios  m  Pertenece al sector terciario dentro de las categorías socioeconómicas


y se caracteriza por el ofrecimiento de servicios personales que requieren capacidades deter-
© FUOC • PID_00161333 150 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

minadas en un campo específico. Es así que se vuelven principalmente relevantes las habi-
lidades personales.

secuestro calificado  m  Secuestro de personas realizado por agentes del Estado.

tercera parte  (en la teoría de resolución interactiva de conflictos) f


Función de quienes no son parte involucrada en el conflicto y que, siendo neutrales frente
al conflicto mismo, no lo son respecto al proceso de resolverlo; por eso se califican como.

violencia de género  f  Todo acto de violencia basado en la diferencia de género que tenga
o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la
mujer, inclusive la amenaza de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad,
tanto si se producen en la vida pública como privada.

violencia intrafamiliar  f  "Todas las formas de abuso que tienen lugar en las relaciones
entre quienes sostienen o han sostenido un vínculo afectivo relativamente estable. Relación
de abusos es aquella forma de interacción que enmarcada en un contexto de desequilibrio de
poder, incluye conductas que por acción u omisión, ocasionan daño físico y/o psicológico
al otro miembro de la relación" (Corsi, 1995).
© FUOC • PID_00161333 151 Ámbitos psicosociales del conflicto de interés contemporáneo

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Investigación
del conflicto y
estrategias de
resolución
José Antonio Román Brugnoli
Alemka Jovana Tomicic Suñer
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Índice

Introducción............................................................................................... 5

Objetivos....................................................................................................... 6

1. Metodología de recogida y análisis de la información............ 7


1.1. El problema y sus preguntas ....................................................... 7
1.2. Hacia un diseño de investigación ............................................... 9
1.2.1. ¿Qué se investiga? ......................................................... 10
1.2.2. ¿Con qué propósito? ..................................................... 11
1.2.3. ¿Cómo se investiga? ...................................................... 13
1.3. La recogida de la información .................................................... 16
1.3.1. ¿Para qué y qué información requeriremos? ................. 17
1.3.2. ¿Dónde o con quién obtendremos información? .......... 18
1.3.3. ¿Qué herramientas de recogida podemos usar? ............ 21

2. Evaluación del conflicto y toma de decisiones.......................... 36


2.1. ¿Estamos ante un conflicto? ....................................................... 36
2.2. ¿Merece el esfuerzo entrar en un proceso de resolución
dialogada del conflicto? .............................................................. 36
2.3. ¿Desde qué posición es conveniente entrar en el proceso de
resolución de conflictos? ............................................................ 37
2.4. Elección de la disposición según el contexto ............................. 39
2.5. La decisión de resolver el conflicto y el diseño de las
conversaciones ............................................................................. 40

3. Dos estrategias de negociación....................................................... 44


3.1. Las estrategias distributiva e integrativa para la negociación ..... 44

4. Un modelo de estrategia integrativa: el método Harward


de negociación.................................................................................... 48
4.1. Cuatro principios en tres momentos .......................................... 49
4.2. Separe las personas del problema: asegure una relación de
trabajo .......................................................................................... 50
4.2.1. La percepción: "poneos en los zapatos del otro" ........... 50
4.2.2. Las emociones: cree un clima propicio ......................... 53
4.2.3. Comunicación: asegurad el entendimiento recíproco ... 54
4.3. Concentraos en los intereses, no en las posiciones .................... 55
4.3.1. Ahora bien, en una negociación, ¿cómo se
reconocen los intereses? ................................................ 56
4.4. Generad una variedad de opciones: ampliad el horizonte de
las soluciones .............................................................................. 57
© FUOC • PID_00161331 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

4.4.1. Pero entonces, ¿qué lo impide? ..................................... 57


4.4.2. ¿Cómo se puede evitar caer en estas actitudes o
creencias limitantes? ...................................................... 57
4.5. Insistid en que el resultado se base en criterios y
procedimientos equitativos ......................................................... 60

Resumen....................................................................................................... 63

Actividades.................................................................................................. 65

Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 66

Solucionario................................................................................................ 68

Glosario........................................................................................................ 72

Bibliografía................................................................................................. 74
© FUOC • PID_00161331 5 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Introducción

En el presente módulo pretendemos mostraros algunas alternativas para la


investigación e intervención del conflicto.

La elección de dichas alternativas responde a nuestros compromisos ontoló-


gicos, epistemológicos y metodológicos. En este sentido, creemos que la rea-
lidad, en este caso particular una situación de conflicto, no es independiente
del observador que la define. Por lo tanto, el conocimiento siempre será rela-
tivo a nuestras formas de conocer y, desde esta perspectiva, optamos por el
estudio de la "realidad" tal cual la construimos en la relación de conocimiento,
intentando conocer desde nuestra posición como investigadores y, haciendo
un esfuerzo por empatizar con la perspectiva del otro.

Por otro lado, creemos que nuestro quehacer investigador e interventivo tiene
consecuencias sobre la manera de hacer la vida social. Por eso nos pregunta-
mos por ella, asumiendo nuestra responsabiliad al respecto. En relación con el
tema que nos congrega, pensamos que las diferentes metodologías para inda-
gar el conflicto y las estrategias para intervenirlo contribuyen con sus formas
de manifestación en los diferentes ámbitos psicosociales.

En este contexto, optamos por metodologías cualitativas de investigación y


estrategias integrativas para la intervención del conflicto, puesto que, tal co-
mo podréis apreciar, nos permiten la comprensión del conflicto tal cual es
construido por las personas que participan en él, posibilitando una interven-
ción sobre el mismo sin dejar de respetar los intereses y haciendo uso de los
recursos de todas las partes involucradas, lo cual amplía el horizonte de posi-
bilidades para ellas.

Estas opciones proponen y contribuyen con manifestaciones del conflicto al-


ternativas a las que hacen uso de la fuerza y la violencia, puesto que estos re-
cursos contradicen los postulados epistemológicos recién señalados. Sin em-
bargo, reconocemos, y nos gustaría señalaros desde el principio que éstas sólo
son una alternativa cuando los actores involucrados en el conflicto las valoran
como más convenientes que el uso de la fuerza en cualquiera de sus manifes-
taciones. En este punto convergerán vuestras responsabilidades profesionales,
éticas y sociales. Y, en virtud de ellas, hemos plasmado en este módulo nues-
tras apuestas teóricas y éticas.
© FUOC • PID_00161331 6 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Objetivos

La finalidad de este módulo es que comprendáis la importancia de abordar


los conflictos como problemas psicosociales que requieren ser investigados,
así como de usar la información resultante para elegir la vía y estrategia de
intervenir en ellos.

Al finalizar el módulo seréis capaces de:

1. Formular un conflicto como un problema de investigación.

2. Reconocer las dimensiones relevantes en la investigación de un conflicto.

3. Distinguir las fuentes de información relevantes del aspecto que se está


investigando.

4. Elegir entre diversas herramientas para la recogida de información.

5. Elegir el diseño de investigación según vuestros propósitos.

6. Reconocer las diferentes opciones de resolución de conflictos.

7. Distinguir entre estrategias de negociación distributivas e integrativas.

8. Comprender los aspectos psicosociales involucrados en todo proceso de


negociación.

9. Reconocer las ventajas de la negociación integrativa.


© FUOC • PID_00161331 7 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

1. Metodología de recogida y análisis de la


información

Todo conflicto se desarrolla en un contexto particular y para comprenderlo


debemos hacerlo desde la perspectiva de sus participantes, indagando en las
atribuciones de significado y sentido y, en las prácticas comunicacionales que
lo generan y mantienen.

Desde esta perspectiva, su investigación exige el uso de una metodología�cua-


litativa (ver glosario), es decir, una serie de procedimientos de recogida y aná-
lisis de la información caracterizadas por:

• Un acento en la simultaneidad de los procesos de planificación, recogida


y análisis.

• El reconocimiento del carácter complejo y total de la realidad.

• La búsqueda de la particularidad y contextualización de los resultados.

• La cualificación por encima de la medición.

• La intersubjetividad por encima de la objetividad.

1.1. El problema y sus preguntas

La identificación de un problema es el primer paso para cualquier investiga-


ción. Pero, ¿a qué llamaremos problema?

En primer lugar, deberemos distinguir entre una condición y un problema.


Una condición es un fenómeno presente en una comunidad u organización,
que puede o no ser problemática. Un problema (ver glosario) es una condi-
ción que ha sido nombrada o reconocida públicamente como una cuestión
que requiere de acciones y esfuerzos para su resolución o cambio. Por su par-
te, el�conflicto, junto con otros fenómenos, como la cooperación, es por de-
finición una condición de todo proceso social. Por esta razón no definiremos
todos los conflictos necesariamente como problemas, puesto que pueden ser,
simplemente, componentes de las relaciones sociales (Pavez, 1990).
© FUOC • PID_00161331 8 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Para que una condición, como un conflicto psicosocial, se constituya en


un problema, las personas, comunidad o grupo social deben reconocerla
como problema e incorporarla en su agenda de acciones.

Esto es válido también para la comunidad científica: cada vez que se decide
investigar o evaluar un tópico de la vida social, se está participando en la cons-
trucción de un problema a través del reconocimiento formal y público de una
condición como problemática.

El hecho de que vosotros identifiquéis una condición como un problema os


aportará la primera definición respecto de qué es lo que deseáis investigar. Para
acotar y a la vez recoger la variedad de aspectos que deseáis indagar sobre el
fenómeno elegido, es necesario avanzar en la construcción de preguntas de
investigación. Éstas serán de utilidad por tres razones:

Actividad

Haced la actividad 1.

1) Nos permiten reformular y acotar el problema identificando los interrogan-


tes que admiten la búsqueda de respuestas a través de una agenda de acciones
que hay que seguir o un diseño�de�investigación (ver glosario) (Whetherell,
Taylor y Yates, 2001).

2) Determinan el método de investigación que será utilizado, ya sea a partir


del tipo de información requerida, ya sea a partir del tratamiento que se le dé
a esa información durante su análisis (Strauss y Corbin, 1990). En tal sentido,
y como se verá en el apartado sobre diseños de investigación, las preguntas
que formuléis prefiguran el cómo o metodología de investigación.

3) Las preguntas contienen la naturaleza de los resultados que éstas proporcio-


narán. Por ejemplo, podemos preguntarnos por las características de las inte-
racciones de los actores de un conflicto, por los contenidos que se encuentran
en conflicto o por los discursos que subyacen al conflicto y, para cada una
de estas preguntas, podremos aventurar que los resultados hablarán sobre las
conductas, los significados y los sistemas simbólicos, respectivamente.

Os hemos presentado la formulación de las preguntas de investigación como


un aspecto trascendental y definitivo, puesto que definen las posibilidades y
alcances de nuestra indagación. Sin embargo, debemos recordar que en los
estudios cualitativos, el diseño siempre es preliminar y flexible frente a la ex-
ploración del fenómeno. Es decir, las preguntas que hemos formulado inicial-
mente pueden ir cambiando a lo largo de nuestra investigación en razón de
los primeros análisis y hallazgos. Algunas podrán adquirir más importancia
que otras o bien nos encontraremos con nuevas interrogantes.
© FUOC • PID_00161331 9 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

El diseño es lo suficientemente flexible como para explorar el conflicto,


dado que las preguntas se delimitan y reformulan durante todo el pro-
ceso de investigación y, en concordancia, la recogida de la información,
el análisis del material y la producción de resultados son procesos que
se producen en simultáneo a dichas delimitaciones y reformulaciones
(Krausse, 1995).

Figura 1

1.2. Hacia un diseño de investigación

Toda investigación tiene que enfrentarse por lo menos a tres preguntas:

• ¿Qué se investiga?
• ¿Cómo se investiga?
• ¿Con qué propósito?

Las respuestas a estos interrogantes permitirán decidir el diseño en el que se


enmarcará nuestra indagación.
© FUOC • PID_00161331 10 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

1.2.1. ¿Qué se investiga?

Si nos interesa indagar acerca de un conflicto, podemos preguntarnos por una ¿Qué se investiga?
variedad de aspectos como por:
Esta pregunta nos permite de-
limitar el objeto de la investi-
• aquello que lo produce, gación y prefigurar sus objeti-
vos.
• aquello que lo mantiene,
• sus consecuencias,
• su función, o
• las diversas condiciones que posibilitan su emergencia y reproducción.

Observad que cada una de estas preguntas posibles en la investigación del


conflicto responde a diferentes marcos teóricos para la comprensión de fenó-
menos psicosociales.

Así, por ejemplo, cuando nos preguntamos por las causas y consecuencias del
conflicto, utilizamos una comprensión lineal de la realidad:

Ejemplo de comprensión lineal

La violencia en los estadios es consecuencia de la inexistencia de canales de expresión


válidos para las demandas de los jóvenes.

En cambio, cuando nos preguntamos por los elementos que mantienen el con-
flicto y las funciones que éste puede cumplir, estamos más cerca de una com-
prensión circular de la realidad:

Ejemplo de comprensión circular

Uno de los elementos que mantiene la violencia en los estadios es la inexistencia de


canales de expresión válidos para los jóvenes, de manera que una de sus funciones es la
de manifestar sus demandas, a la vez que forzar en las autoridades la creación de canales
de expresión alternativos a la violencia.

Cuando nos preguntamos por las condiciones que posibilitan la emergencia


y reproducción del conflicto, podemos estar utilizando una comprensión dis-
cursiva de la realidad psicosocial:

Ejemplo de comprensión discursiva

El contexto discursivo que ofrece una noción negativa sobre la etapa de la juventud pro-
picia en los jóvenes actitudes de rebeldía y desenfado. Éstas se manifestarían a través
de comportamientos violentos en los estadios, contribuyendo al mantenimiento de este
discurso dominante.

El objeto de interés en esta aproximación son las características de un


conflicto, tales como su contexto y los procesos que lo posibilitan y lo
mantienen, puesto que, potencialmente, contienen los recursos para su
intervención.
© FUOC • PID_00161331 11 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

1.2.2. ¿Con qué propósito?

La finalidad se refiere a la relevancia y el aporte que vosotros pretendéis para ¿Con qué propósito?
vuestra investigación. Los objetivos, por otro lado, contribuyen a especificar
Esta pregunta nos invita a pen-
los resultados concretos que os permitirán alcanzar la finalidad de vuestro es- sar en la finalidad y objetivos
tudio. de nuestra investigación.

A efectos de la siguiente presentación, distinguiremos dos extensos ámbitos


de finalidades, no necesariamente excluyentes entre sí:

a) La investigación como instrumento para la gestión del conflicto.

b) La investigación como herramienta para la comprensión del conflicto en


tanto que objeto de estudio.

Si vuestro propósito es la gestión del conflicto, las indagaciones que realicéis


estarán destinadas a arrojar información directamente útil para la resolución
de un conflicto en particular o tipos de conflictos, según el contexto o ámbito.

En el marco de una investigación cualitativa, es importante comprender que


el mismo proceso de investigación puede ser una herramienta en la resolución
del conflicto o una ocasión de eclosión del mismo, porque la investigación
cualitativa suele abrir espacios de reflexión y diálogo.

A la vez, vosotros podéis estar interesados en estudiar el conflicto como un


fenómeno psicosocial, independientemente de que vuestros hallazgos colabo-
ren para la resolución de alguno en particular.

Además, según sea vuestra finalidad, será posible definir algunos objetivos más
concretos de la investigación.

A través de la formulación de objetivos generales señalaréis los aspectos del


conflicto que os interesa investigar, es decir, el objeto de estudio. A la vez
identificaréis los aspectos contextuales del objeto de estudio, es decir, el campo
de estudio.

El siguiente objetivo general ilustra la distinción entre el objeto y campo de


estudio en la formulación de objetivos generales:

Ejemplo de distinción entre objeto y el campo de estudio

Describid las interacciones y relaciones durante el proceso de polarización de las posturas


entre los países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respecto de la
resolución de iniciar una acción bélica por parte de Estados Unidos en contra de Iraq.

En este caso, el objeto de estudio es el conjunto de aspectos relacionales e interaccionales


que participan en el proceso de polarización de posturas en un conflicto. A la vez, el
campo de estudio es el Organismo de Naciones Unidas, específicamente las reuniones
mantenidas por su Consejo de Seguridad en el marco de la toma de decisiones referente
a aprobar o rechazar una acción bélica en contra de Iraq por parte de Estados Unidos.
© FUOC • PID_00161331 12 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Observad que el objeto de estudio, tal como se muestra en el ejemplo:

• señala una unidad de análisis que podéis aplicar a diversas situaciones de


conflicto, y

• entrega pistas para la elección del método de recogida de información que


utilizaréis (para el ejemplo, podríais considerar el método de observación,
puesto que los aspectos relacionales e interaccionales se manifiestan en el
ámbito de la conducta).

A su vez, el campo de estudio:

• contextualiza y particulariza vuestra unidad de análisis y

• os permite tomar decisiones respecto del método de recogida de informa-


ción y la estrategia de muestreo en vuestra investigación (para el mismo
ejemplo, además de la observación podríais considerar la recogida de do-
cumentos en atención al carácter institucional e internacional del contex-
to en el que se inserta la unidad de análisis).

Una vez formulados los objetivos generales que concretan vuestra indagación
sobre un conflicto, debéis enunciar los objetivos específicos. En su construc-
ción señalaréis los elementos que componen vuestra unidad de análisis y las
acciones que realizaréis al respecto para alcanzar vuestro objetivo general.

Para el objetivo general,

Objetivo general

Describid las interacciones y relaciones durante el proceso de polarización de las posturas


entre los países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respecto de la
resolución de iniciar una acción bélica de parte de Estados Unidos en contra de Iraq.

Podríamos formular los siguientes objetivos específicos:


© FUOC • PID_00161331 13 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Objetivos específicos

• Comparar las posturas iniciales y finales de los distintos países miembros.

• Describir las atribuciones de cada uno de los países miembros respecto de la postura
adoptada por ellos y los países con la postura opuesta.

• Establecer las relaciones e intereses comprometidos entre los países miembros que
comparten posturas y su relación con las posturas adoptadas.

• Establecer las relaciones e intereses comprometidos entre los países miembros que no
comparten posturas y su relación con las posturas adoptadas.

• Identificar posturas alternativas propuestas por los países miembros.

• Describir y analizar las aprobaciones u objeciones de los países miembros a las pro-
puestas alternativas.

• Identificar y analizar los argumentos para adoptar una postura y rechazar la otra
utilizados por los países miembros.

• Describir los usos del voto, el veto y la abstención de los paises miembros y su relación
con la polarización de las posturas.

Propósitos de la investigación

Propósitos�de�la�investigación

Finalidad Relevancia y aportación de la investigación.

Objetivo general Objeto y campo de la investigación.

Objetivos específicos Descomposición de los elementos del objeto de estudio y esta-


blecimiento de las acciones para cumplir el objetivo general.

1.2.3. ¿Cómo se investiga?

La respuesta a esta pregunta se desprende claramente de las anteriores, y nos


orienta hacia la toma de decisiones respecto del diseño metodológico que uti-
lizaremos como guía para desarrollar nuestra investigación.

Un diseño metodológico es una estrategia para responder a las preguntas de


investigación, y satisfacer así la finalidad y los objetivos de la misma.

En razón de los dos grandes ámbitos de finalidad planteados para la investi-


gación de conflictos y de la diversa posición que exigen del equipo de inves-
tigación, creemos que existen tres tipos de diseños básicos: el estudio de caso,
la investigación participativa y la investigación acción participativa.

a)�Estudio�de�caso: diseño cuyo objetivo es indagar con detalle en un fenó-


meno en su contexto, utilizando múltiples fuentes de evidencia, es decir, los
diferentes actores del conflicto (Borges, 1995). Corresponde a un enfoque etic
o externalista, en tanto el equipo de investigación registra, utilizando técnicas
© FUOC • PID_00161331 14 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

cualitativas, y realiza un diagnóstico frente al fenómeno en cuestión (Dávila,


1995). El producto de la indagación, ya sea la comprensión y/o gestión del
conflicto es, por lo tanto, propiedad de los especialistas.

b)�Investigación�participativa: diseño cuyo objetivo es indagar con detalle


en un fenómeno en su contexto, incorporando la participación parcial de los
actores, ya sea en la recogida de la información, en la contrastación de los
resultados de la investigación, o en la implementación de las estrategias que
hay que seguir (Contreras, 2002). En este tipo de diseño, el equipo de investi-
gación es también quien sistematiza e interpreta los resultados. Sin embargo,
plantea un esfuerzo por situarse en una posición emic o internalista, al facili-
tar la construcción y contrastación de los resultados desde la perspectiva de la
comunidad estudiada (Dávila, 1995).

c)�Investigación�acción�participativa: diseño cuyo objetivo es la transforma-


ción social por un proceso dialéctico de reflexión-acción, donde la comunidad
o grupo afectado adquiere un carácter protagonista en la delimitación, aten-
ción y análisis del problema investigado, siendo el equipo de investigación
un agente dinamizador y orientador del proceso (Contreras, 2002). En este
caso, los procesos de indagación, producción de conocimiento y gestión del
conflicto son simultáneos y pertenecen a los actores en cuestión (incluido el
equipo de evaluación). Este diseño responde a un enfoque emic, en tanto se
orienta a la comprensión e interpretación del conflicto, desde la perspectiva
de los actores que participan de él (Dávila, 1995).

Figura 2

Las preguntas de investigación son, pues, una importante guía para la elección
de un diseño. Así:

Actividad

Haced el ejercicio de autoevaluación. 1.


© FUOC • PID_00161331 15 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

• Las preguntas que subrayan en su formulación una unidad de análisis,


por ejemplo, un individuo, un país, una organización, un grupo de rela-
ciones o interacciones entre actores, e identifican el contexto particular o
campo donde será investigado el objeto de estudio definido, guían nues-
tra elección hacia un Estudio de caso (Borges, 1995). En su formulación
incorporaréis las distintas perspectivas como información relevante para
la reconstrucción del caso.

• Por otro lado, las preguntas que subrayan como objeto de estudio alguna
temática o problema definido desde una comunidad o grupo social en par-
ticular y, por tanto, de interés para éste, atienden a la búsqueda de alguna
acción que hay que realizar, por la misma comunidad o grupo social, en
función de un cambio de esa condición que ha sido definida como pro-
blemática por ellos mismos, guiando nuestra elección hacia una investi-
gación participativa o investigación acción participativa.

Luego, en su formulación no sólo apuntaréis a la descripción y comprensión


de una situación de conflicto en sus distintas dimensiones, sino que además
incorporaréis en su propósito la evaluación de las potencialidades con las que
cuenta la comunidad o grupo social en cuestión para desarrollar cursos de
acción destinados a resolverlo (Contreras, 2000).

Objeto, campo y propósito en función del tipo de diseño

Tipo�de�diseño Objeto Campo Propósito

Estudio de caso Define una unidad de análisis. Señala un contexto. Incorpora diferentes perspectivas
La pregunta: • Las interacciones entre los • La Penitenciaría de Santia- para describir y comprender el
• ¿Qué características parti- actores del conflicto. go de Chile. caso:
culares presentan las inte- • ¿Qué tipo de relaciones esta-
racciones entre presidiarios blecen los presidiarios en huel-
en huelga de hambre con ga de hambre con gendarme-
gendarmería, en la peniten- ría?
ciaría de Santiago de Chile? • ¿Cuáles son las reglas formales
que guían la interacción en-
tre los presidiarios y gendar-
mería?
• ¿Cuáles son las reglas implí-
citas que gobiernan la inte-
racción entre los presidiarios y
gendarmería?
• ¿Qué nuevas reglas de rela-
ción han surgido producto del
conflicto?
• ¿Qué nuevos roles han surgi-
do entre presidarios y gendar-
mería en el contexto del con-
flicto?

  Identifica el caso  
© FUOC • PID_00161331 16 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Tipo�de�diseño Objeto Campo Propósito

Investigación participativa Señala una temática de interés Señala un contexto de acción Incorpora a todos los actores para
Investigación acción participa- defina por una comunidad o o cambio: evaluar potencialidades y recursos
tiva grupo social: • Fronteras entre los ámbi- para desarrollar cursos de acción.
La pregunta: • Organización y negociación tos laboral y familiar. Subyace a esta pregunta una se-
Planteada desde un sindicato de turnos de trabajo com- rie de cuestiones para indagar
dentro de una empresa mine- patibles con la vida familiar. que permiten la comprensión de
ra, relacionada con la negocia- la situación y, además, la evalua-
ción de turnos de trabajo: ción de las potencialidades de es-
• ¿Cómo organizar y nego- te grupo para abordar la proble-
ciar los turnos de traba- mática definida por ellos:
jo de manera que encuen- • ¿Qué necesidades familiares
tren una mayor coordina- dejan de ser satisfechas con la
ción con la vida familiar de organización actual de los tur-
los trabajadores? nos de trabajo?
• ¿Cuáles son los conocimien-
tos con que cuenta este gru-
po que les permiten organizar
turnos de trabajo más acordes
a sus necesidades familiares?
• ¿Cuáles son los recursos con
que cuentan los trabajadores
para entrar en un proceso de
negociación?
• ¿Qué miembros del grupo
de trabajadores pueden lide-
rar este proceso?, etc.

1.3. La recogida de la información

Una vez que hemos identificado una situación de conflicto particular y for-
mulado las preguntas que nos permiten definir los objetivos y la metodología
para explorarlo, debemos realizar una búsqueda de información para respon-
der a las preguntas y objetivos planteados y/o para evaluar y decidir la estra-
tegia de intervención.

Pero ¿cómo podemos hacer esa búsqueda?

Es necesario pensar una estrategia de indagación que considere, al menos, tres


elementos íntimamente relacionados:

1) Para qué y qué información requeriremos.


2) Dónde o con quiénes la obtendremos.
3) Con qué herramientas de indagación.

Cada una de estas preguntas tendrá una complejidad y un sentido diferentes


según nuestra posición como equipo de investigación respecto de la resolución
del conflicto en estudio; en función de si pretendemos sólo una investigación
o si pretendemos intervenir en el conflicto durante el proceso de indagación.
© FUOC • PID_00161331 17 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

En el primer caso, podemos idear el proceso de recogida como una táctica


destinada a la exploración del conflicto; en el segundo, debemos concebirla
adicionalmente como una herramienta estratégica para posibilitar la interven-
ción del mismo.

Por eso, en lo que sigue, recrearemos ambos contextos para el enfrentamiento


de cada pregunta.

1.3.1. ¿Para qué y qué información requeriremos?

Cuando planificamos el proceso de recogida como una táctica dentro de nues-


tra investigación, la búsqueda de información la orientaremos a la compren-
sión de las bases que fundamentan el conflicto. Por lo tanto, nos aportará da-
tos específicos respecto de las partes en conflicto, de qué es lo que lo produce y
lo mantiene, cuáles son sus consecuencias y qué contexto posibilita su emer-
gencia y existencia. Sobre la base de esta información, podremos planificar
nuestra intervención (Vinyamata, 1999).

Por otra parte, cuando planificamos el proceso de recogida como una herra-
mienta para la resolución del conflicto, además de orientarlo a la búsqueda de
información, intencionaremos las formas de recogida como formas específicas
de inducir y promover reflexiones alternativas al conflicto, que a la vez nos
aportará nueva información que, nuevamente, facilitará la construcción de
alternativas originales. De esta manera. el proceso de recogida será simultaneo
al proceso de intervención (Vinyamata, 1999).

Esta distinción, si bien es útil para comprender las implicaciones que tiene el Presencia de los
proceso de recogida de información en los resultados de nuestra indagación, observadores

es artificiosa. De hecho, aún cuando vosotros quisiereis únicamente recoger Esta condición de la investiga-
información, vuestra presencia como observadores o entrevistadores genera ción pide una reflexión sobre
cómo realizarla que afecta a la
un cambio en la situación de conflicto que estáis estudiando. responsabilidad del equipo in-
vestigador.

Algunas preguntas para iniciar esta reflexión son: ¿qué posición tomaremos
respecto del conflicto? ¿Qué acciones de las que haremos podremos asumir
responsablemente? ¿Hasta dónde podemos o estamos dispuestos a implicar-
nos y responder por nuestra participación en el conflicto?

Con respecto a qué información recolectar, ya señalábamos en la formulación


de las preguntas que guían nuestra investigación que ellas nos orientan en este
aspecto. Por lo tanto, la información que decidáis recoger dependerá de las
preguntas que os hayáis formulado.

En adición a las preguntas que os podáis plantear, existen ciertos acuerdos


sobre la información que es relevante reunir en el momento de explorar un
conflicto:
© FUOC • PID_00161331 18 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

• Sobre�la�naturaleza�del�conflicto: ¿quiénes están involucrados en el con-


flicto? ¿Se trata de un conflicto entre personas o entre colectividades? ¿De
qué manera participan en él? (Rex, 1981).

• Sobre�las�partes�en�conflicto: ¿cómo define cada parte el conflicto? ¿Cuá-


les son las metas de ambas partes? ¿Qué espera cada parte de la otra? ¿Cuál
es el grado de comprensión que tiene cada parte sobre las expectativas de
la otra? (Rex, 1981).

Actividad

Haced la actividad 2.

• Sobre�las�posibilidades�de�resolución�del�conflicto: ¿qué y hasta dónde


está dispuesta a conceder cada parte a la otra? ¿Qué aspectos no son nego-
ciables para cada una de las partes? ¿Qué alternativas de solución puede
proponer cada parte? (Rex, 1981; Pavez, 1990).

1.3.2. ¿Dónde o con quién obtendremos información?

En este caso, cuando hablamos de campo nos estamos refiriendo al contexto ¿Dónde o con
en el cual se desarrolla un conflicto, definiéndolo en su escala (por ejemplo, quién obtendremos
información?
como un conflicto individual, interpersonal, colectivo, institucional, etc.) y
ámbito (por ejemplo, pareja, familia, trabajo, educación, etc.). Esta pregunta se relaciona con
el campo de estudio.

En rigor, el campo de estudio es un aspecto que, como el objeto de estudio,


queda definido en la formulación del problema y sus preguntas y, por lo tanto,
es parte del diseño de la investigación.

Sin embargo, adquiere especial relevancia al momento de planificar dónde,


con quiénes y con qué instrumentos realizaremos la recogida de información.

Recogida de información

En una investigación sobre los comportamientos violentos en manifestaciones colectivas


en lugares públicos, el campo es el espacio público donde se producen dichas manifes-
taciones. Desde esta distinción podréis decidir algunos aspectos respecto de la recogida
de información:

– deberéis realizarla en espacios públicos,


– elegiréis como muestra situaciones de manifestaciones colectivas y
– utilizaréis como instrumento de recogida la observación participante o no participante.

El campo de estudio también delimitará la forma de acceder a las personas que


harán de informantes en nuestra investigación. A menudo nos encontraremos
con la imposibilidad de acceder a todas las situaciones o personas que nos
puedan informar sobre el conflicto, por lo cual deberemos seleccionar una
muestra.
© FUOC • PID_00161331 19 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Dada la naturaleza preliminar de los diseños en las metodologías cualitativas


conviene la utilización de un muestreo estratégico al iniciar el proceso de ob-
servación. Así, seleccionaremos aquellos sujetos o situaciones que:

• Faciliten más el acceso al foco de interés definido.

• Muestren disponibilidad actitudinal o comunicativa.

• Prometan riqueza de contenido por la intensidad en la cual se presenta el


objeto que se va a observar.

• Aporten diferentes perspectivas en relación con el objeto de estudio.

• Dispongan de más información.

Además, podemos hacer uso de manera auxiliar de otros tipos de muestreos


como, por ejemplo, el muestreo embudo y el muestreo teórico.

El muestreo embudo establece un mapa general de las personas que intervie-


nen en el conflicto y las situaciones en las que se produce, seleccionando a tra-
vés de observaciones sucesivas las situaciones y personas que proveen más in-
formación y con mayor riqueza de significados (Ruiz, 1996). Es decir, el mues-
treo sigue la dirección desde la amplitud a la especificidad.

Muestreo tipo embudo

En el ejemplo de una investigación sobre los comportamientos violentos en manifesta-


ciones colectivas, si optárais por el muestreo tipo embudo, operaríais de la siguiente ma-
nera:

1) Asistiríais a manifestaciones colectivas que se desarrollan en el espacio público y las


observaríais.

2) Podríais descubrir que los comportamientos violentos suelen darse en manifestaciones


colectivas que incorporan el desplazamiento de un punto a otro.

3) Asistiríais a manifestaciones colectivas que incorporan el desplazamiento y las obser-


varíais.

4) Podríais observar además que las manifestaciones colectivas que incorporan el despla-
zamiento suelen estar resguardadas por la fuerza policial.

5) Podríais entonces focalizar vuestra observación en las manifestaciones que incorporan


desplazamiento y resguardo policial.

6) Podríais entonces asistir y observar manifestaciones colectivas que no incorporan el


desplazamiento, pero sí el resguardo policial.

El muestreo teórico, en un proceso inverso, escoge una persona o situación


particular del conflicto, seleccionando a través de observaciones sucesivas las
situaciones y personas que proveen diversas categorías de análisis y contribu-
yen a su saturación (es decir, la aparición de datos de contenidos similares una
y otra vez para dichas categorías de análisis). La diversificación y saturación
de las categorías las buscaréis escogiendo personas o situaciones que maximi-
cen las diferencias entre categorías y, por otro lado, personas o situaciones que
© FUOC • PID_00161331 20 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

minimicen las diferencias dentro de las categorías, respectivamente (Strauss,


Corbin, 1990). El muestreo, entonces, sigue la dirección desde la especificidad
a la maximización variedad.

En el contexto de las estrategias de muestreo, el informante clave es una figura


dentro de las metodologías cualitativas de especial utilidad en la indagación
de un conflicto. Los informantes clave son definidos por Goetz y Lecompte
como:

"... individuos en posesión de conocimientos, estatus o destrezas comunicativas especia-


les y que están dispuestos a cooperar con el investigador."

J. Goetz y M. Lecompte (1986). Etnografía y diseño cualitativo en investigación educativa (p.


134). Madrid: Morata.

Por lo tanto, escogeremos como informantes clave a aquellos actores del con-
flicto que tengan acceso a información privilegiada en relación con éste.

Por ejemplo, en una situación de conflicto laboral en una empresa, y según


nuestros intereses de investigación, podrían ser informantes claves:

• Los altos mandos de la empresa, porque nos pueden dar información sobre
las posibilidades de negociación en esa organización.

• Personas que lleven muchos años trabajando en ella, porque pueden te-
ner una visión del desarrollo de la organización y la experiencia de otros
conflictos laborales.

• Aquellos que trabajen en áreas de contacto entre distintos departamentos Noción informadora clave
de la organización, porque pueden darnos información sobre la forma de
La noción informadora cla-
relación que establecen entre ellos. ve también puede aplicarse a
conflictos interpersonales. En
el caso de un conflicto intrafa-
En distintos momentos de la indagación del conflicto y en función de la infor- miliar, por dar otro ejemplo,
podemos elegir como informa-
mación que nos interese recabar, distintas personas servirán como informan- dor clave al hijo menor. Así,
tes clave. Lo importante es que puedan enriquecer nuestra exploración con podemos saber cuánto sabe
éste del conflicto y, por tanto,
aspectos particulares del conflicto no considerados por el equipo investigador qué aspectos de éste son ma-
nejados por toda la familia.
y/o sensibilizarnos a cuestiones valorativas del grupo o comunidad y sus im-
plicaciones concretas con relación al conflicto (Goetz y Lecompte, 1986).

Pero también, como rescatan Taylor y Bodgan (1986), el informante clave suele
ser una importante puerta de entrada al objeto de estudio:

"[...] apadrinan al investigador en el escenario y son sus fuentes primarias. En especial


durante el primer día en el campo, los observadores tratan de encontrar personas que los
'cobijen bajo el ala': los muestran, los presentan a otros, responden por ellos, les dicen
cómo deben actuar y le hacen saber cómo son vistos por otros."

S. J. Taylor y R. Bodgan (1986). Introducción a los métodos cualitativos de Investigación (p.


61). Buenos Aires: Paidós.
© FUOC • PID_00161331 21 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Este papel del informante clave adquiere especial relevancia en vuestra apro-
ximación como equipo de investigación a un escenario de conflicto, en el cual
vuestras actuaciones e interacciones con los actores incidirán en la posibilidad
de acceder o no a información significativa y, por lo tanto, en la calidad de las
conclusiones que orienten vuestra intervención sobre el problema en cuestión.

1.3.3. ¿Qué herramientas de recogida podemos usar?

La observación

Una primera herramienta de recogida de información es la observación, que


puede ser no participante o participante.

La observación no�participante es definida por Ruiz como

"el proceso de contemplar sistemática y detenidamente cómo se desarrolla la vida social,


sin manipularla ni modificarla, tal cual como ella discurre por sí misma".

Ruiz (1996, p. 125)

Esta técnica nos permite obtener información sobre el conflicto que estamos
evaluando de manera "directa" (aunque siempre mediada por nuestros marcos
de referencia), sin tener que recurrir a los reportes de las partes en cuestión.
Puede ser útil, pues nos permite:

• Una primera aproximación al escenario del conflicto.

• Acceder a información que no ha sido distinguida como relevante o que


a los actores les resulta difícil transmitir verbalmente.

Puesto que la observación, en tanto herramienta de recogida de información,


tiene un carácter selectivo y sistemático, será necesario que respondamos cier-
tas preguntas que nos permiten orientar su uso.

¿Cuál será el objeto de nuestra observación?


¿Cómo es el contexto en el que ocurrirá nuestra observación?

¿Cuál�será�el�objeto�de�nuestra�observación? Debemos forjarnos alguna idea


de los aspectos en los que se centrará nuestra observación. En este sentido,
la observación puede plantearse con la finalidad más general de explorar y
comprender el conflicto en particular, o bien de seleccionar algunos aspectos
más específicos, definidos consensualmente como propios de todo conflicto
o de ese tipo de conflicto, para evaluar y comprender cómo se manifiestan en
el caso particular que observamos (Rodriguez, Gil y García, 1999).

Por ejemplo, podríais decidir:


© FUOC • PID_00161331 22 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

• observar las interacciones entre los trabajadores de un servicio de salud, en


el contexto de la evaluación de una disputa por condiciones desfavorables
de trabajo, para comprender los elementos que originan y mantienen este
conflicto en particular o,

• os podríais interesar en la observación de los comportamientos y prácticas


que favorecen la polarización de las partes en conflicto en este contexto
específico, para comprender cómo se manifiesta este mecanismo, estudia-
do en diferentes situaciones de conflicto, en esta disputa particular.

¿Cómo�es�el�contexto�en�el�que�ocurrirá�nuestra�observación? Una vez de-


finido el objeto de vuestra observación, tenéis que preocuparos por la descrip-
ción del conjunto de condiciones físicas, sociales, culturales e históricas en las
cuales ésta se sitúa (Rodriguez, Gil y García, 1999). Estas condiciones contex-
tuales nos permiten comprender el sentido de los comportamientos y prácti-
cas, objetos de vuestra observación.

Siguiendo con el ejemplo del conflicto por las condiciones laborales en un


servicio de salud, para definir el contexto deberemos describir:

• las características físicas del servicio: amplitud de los espacios, luminosi-


dad, distribución del mobiliario, etc.

• las características sociales: quiénes trabajan en ese servicio, la estructura


organizacional, los roles de cada grupo, etc.

• las características culturales: los valores, rituales cotidianos y lenguaje pro-


pios de la institución, y

• los componentes históricos del lugar: los inicios del servicio, la evolución
de las condiciones de trabajo, el desarrollo actual de este aspecto en la
institución, etc.

En este punto, es importante recordar que en las metodologías cualitati-


vas, el diseño tiene un carácter de flexibilidad que permite simultánea-
mente delimitar y reformular la pregunta de investigación durante todo
el proceso y, en concordancia, la recogida de la información, el análisis
del material y la producción de resultados.

Así, del mismo modo, durante el proceso de observación y también de manera


simultánea, podremos ir delimitando y reformulando las preguntas sobre qué
observar, cuándo y dónde, junto con una comprensión cada vez mayor del
contexto donde se produce nuestra observación.
© FUOC • PID_00161331 23 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Por su parte, la observación participante, como su nombre indica, es definida


como:

"[...] un método interactivo de recogida de información que requiere


una implicación del observador en los acontecimientos o fenómenos
que está observando" (Rodríguez, Gil, y García, 1999, p. 165).

Observador participante

El observador participante puede enfrentarse a una serie de dificultades, más aún cuando
el objeto de estudio es un conflicto.

Algunas de estas dificultades son:

– Normalmente se utiliza a una persona como introductor para poder participar en una
situación social determinada. Una dificultad en relación con el hecho de no quedar hi-
potecados al control, intereses, limitaciones e interpretaciones de ésta.
– La dificultad del recelo y la sospecha que podemos suscitar como personas que estamos
fuera de la rutina cotidiana de un grupo dado.
– La dificultad de convertirnos en un actor más, olvidando el rol de investigadores.
– La dificultad de decidir el destino que el observador dará a la información que ha ob-
tenido, pudiendo actuar como espía, traidor o falsificador.

(Ruiz, 1996)

Como proceso, exige plantearse y responderse las mismas preguntas expuestas


en la observación no participante (foco de interés, muestra y definición del
contexto). Pero se distingue, al menos, en tres aspectos:

• Asume que toda observación es participante (es imposible observar sin in-
teractuar con lo observado, es decir, finalmente el resultado de la observa-
ción es fruto de esa interacción).

• Considera que participar del contexto y la vida social en los que ocurre
un fenómeno es una condición privilegiada para decidir los aspectos rele-
vantes que se van a observar, para tener criterios contextuales que hagan
pertinente la interpretación y selección de las observaciones y para poder
acceder a una información que, de otro modo, pasaría desapercibida.

Actividad

Haced la actividad 3.

• Finalmente, posibilita comprender una situación desde la posición de otro.

Estas características hacen de la observación una herramienta útil en investi-


gaciones orientadas a la resolución de conflictos, como pueden ser de tipo co-
munitario, laboral u organizacional.

En el contexto de la investigación de un conflicto, el equipo o parte de sus


miembros pueden decidir participar de la vida social y actividades de una de
las partes y/o de aquellas que se dan entre las partes en conflicto. Así, en la
observación participante, podemos acceder a la comprensión de la acciones
© FUOC • PID_00161331 24 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

de uno de los actores, o las interacciones entre los actores en conflicto, desde
su propia lógica, a la vez que nuestra participación puede contribuir con una
lógica alternativa en la comprensión de las mismas, preparando espacios para
la intervención del conflicto.

Ejemplo de observación participante

Por ejemplo, imaginaos que os han solicitado que investiguéis sobre un conflicto relacio-
nal entre el personal profesional (médicos, enfermeras) y el personal técnico (paramédi-
cos y auxiliares de enfermería), que dificulta la implementación de trabajos en equipos
en un servicio público de salud infantil. Para ello, planificáis realizar una observación
participante en el servicio, asistiendo diariamente a él durante un par de meses.

Durante el periodo de observación participante, notáis que ambas partes explican el con-
flicto de manera similar: el personal profesional dice que el personal técnico constituye
un grupo hermético y poco receptivo a su intentos de integración para desarrollar equi-
pos de trabajo; el personal técnico plantea que los profesionales no están dispuestos a
trabajar en equipos e integrarse con ellos porque no son profesionales.

También como observadores participáis en diversas actividades formales e informales que


reúnen a todos los funcionarios del servicio. En vuestro afán por comprender el problema
y obtener el máximo de información, aprovecháis estos momentos para mantener con-
versaciones informales tanto con el personal profesional como con el personal técnico.

Puesto que vosotros sois "extranjeros" en el servicio de salud infantil, es decir, estáis libres
de las atribuciones de una y otra parte, llamáis la atención y congregáis espontáneamen-
te grupos de conversación heterogéneos que reúnen a profesionales y técnicos. Desde
vuestra perspectiva, ambas partes en aparente conflicto pueden integrarse en un mismo
diálogo. ¿No es éste un primer paso que han podido dar en conjunto para la resolución
del conflicto?

Por eso esta metodología exige de vosotros como observadores el dominio de


una serie de habilidades sociales, junto con la capacidad de poder desempeñar
simultáneamente los roles de observador y de participante (Rodríguez, Gil y
García, 1999).

Otra alternativa que usa la observación y la participación, junto con la posi-


bilidad de la autoobservación de los actores del conflicto, son las dramatiza-
ciones y el rol�playing. Estas técnicas incorporan las ideas del juego y de la
representación, que resultan atractivas y poco amenazantes, con la finalidad
de inducir a que las personas que participan de ellas puedan ponerse en el
lugar de la parte contraria y empatizar con la perspectiva que ésta asume en
la situación de conflicto. Además, nos permite recoger información sobre la
manera en que ambas partes se ven la una a la otra y explorar alternativas de
solución y posibilidades de diálogo entre las partes (Vinyamata, 1999).

La dramatización es útil, adicionalmente, para ver en el conflicto desde la pers-


pectiva de un tercero ante el cual las partes "enfrentadas" se aúnan en un es-
fuerzo por comprender y solucionar. Así, por ejemplo, en un conflicto entre
equipos de trabajo en una institución, se puede proponer a cada cual que re-
presente la situación. La observación y comentario del conjunto de las repre-
sentaciones es muy útil para ayudar a los diversos implicados a definir la si-
tuación y sus posibles soluciones.
© FUOC • PID_00161331 25 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

El rol playing, por su parte, favorece la empatía y la comprensión de la pers-


pectiva del otro. Por ejemplo, en un conflicto entre madre e hija, se les puede
proponer que intercambien su papel: se elige una situación motivo de conflic-
to, y la madre interpreta el rol de hija y la hija, el de madre. Se les puede pedir,
entre otras cosas, que:

• cada una trate de sentir lo que siente la otra,


• que establezcan un diálogo entre ellas interpretando las identidades asig-
nadas,
• que intercambien elogios y manifestaciones afectivas,
• que interpreten en su rol cómo le gustaría que fuese la otra.

Finalmente, es necesario destacar que la observación, más o menos sistemati- Recursos del juego y la
zada, siempre forma parte de cualquier diseño de investigación. En otras pa- ficción

labras, habitualmente fundamos nuestros diseños en observaciones prelimi- Los recursos del juego y la fic-
nares del fenómeno. Éstas u otras observaciones recogidas durante el proceso ción que son usados en las
dramatizaciones y los juegos
de investigación (aunque "la forma" de recogida declarada sea otra, como la de rol añaden la ventaja de re-
lajar los ambientes, habitual-
entrevista, por ejemplo) suelen usarse como orientadoras o contextualizado- mente muy tensos por los con-
ras en la interpretación de los datos recogidos. Por eso os recomendamos, en flictos, y sacan a la luz aspec-
tos del conflicto que en una si-
general, recoger vuestras observaciones en un cuaderno de investigación, y si tuación "normal" serían oculta-
dos y, por tanto, no abordados
es pertinente, volver a ellas en el momento de discutir o justificar vuestros en una solución.
resultados.

Los documentos y registros

Más que un instrumento de recogida, otra fuente de información son los do-
cumentos y registros de una comunidad, institución o grupo social en con-
flicto. Éstos pueden ofrecernos una primera aproximación a la comprensión
de los sistemas de creencias, valores y reglas que guían su actuar y su manera
particular de significar la realidad (Goetz y Lecompte, 1986; Taylor y Bodgan,
1986). En este sentido, nos aportan información respecto al contexto en el
cual se manifiesta el conflicto.

En la evaluación de un conflicto laboral, nos podría interesar conocer cuáles


son las creencias, valores y modos de relación propios de ese contexto de tra-
bajo, para lo cual podremos localizar los reglamentos de la empresa, los con-
tratos de trabajo, organigramas y todos aquellos documentos que puedan dar
cuenta de la historia del conflicto: memorandos, informes, actas de reunión
etc.

Otros tipos de documentos y registro relevantes en la investigación de conflic-


tos psicosociales son las producciones escritas y audiovisuales de los medios
de comunicación de masas, puesto que en el análisis crítico de éstos, pode-
mos descubrir contextos discursivos y simbólicos que facilitan su emergencia
o mantenimiento.
© FUOC • PID_00161331 26 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Cartografía del conflicto

Un ejemplo de producción de documentos que se ajusta al modelo del proceso de reco-


gida como herramienta para la gestión o resolución del conflicto es la técnica propuesta
por Vinyamata (1999), llamada cartografía del conflicto.

En ocasiones, la agresividad o la violencia se apoyan en la angustia que nos genera en-


frentarnos a algo desconocido o frente a lo cual nos encontramos desorientados. Una
manera de reflexionar sobre una situación frente a la cual un grupo o comunidad se en-
cuentra desorientada es proponerles trazar la descripción geográfica simbólica del con-
flicto. Los ríos o montañas en la diagramación de un paisaje pueden simbolizar los obstá-
culos y las planicies, las zonas libres de conflicto. Esta manera alternativa de representar
el conflicto puede facilitar su comprensión y la búsqueda de soluciones: por ejemplo, un
río se puede atravesar mediante un puente o rodeándolo.

Este sistema puede ser útil para un conflicto interpersonal o social, con una sola persona,
con varias a la vez o, entre las partes en conflicto.

Vinyamata (1999).

También en nuestra investigación podemos solicitar a los actores del conflicto Documentos y registros ex
que produzcan documentos y registros ex profeso. Por ejemplo, podemos soli- profeso

citar informes respecto a la evolución del conflicto, diagramas de la organiza- Por ejemplo podemos solicitar
ción, listados de demandas o condiciones para la negociación, etc. Estos do- informes respecto a la evolu-
ción del conflicto, diagramas
cumentos nos aportarán información relevante para su comprensión y sobre de la organización, listas de
demandas o condiciones para
las diferentes perspectivas que asumen sus actores, además de posibilitar en la negociación, etc.
ellos procesos de reflexión frente a esta situación (Goetz y Lecompte, 1986;
Vinyamata, 1999).

Con respecto a lo anterior, Taylor y Bodgan (1986) rescatan el uso de docu-


mentos personales en el contexto de la investigación en ciencias sociales. És-
tos son relatos de un individuo, escritos en primera persona, sobre su vida,
un acontecimiento o tema en particular, tales como diarios de vida, agendas,
álbumes de fotos o de recortes, cartas etc. También como estrategia de obten-
ción de información e intervención en conflictos personales o interpersona-
les, podemos utilizar los relatos solicitados, como por ejemplo un ensayo cuyo
tema sea la situación de conflicto que vive la persona o una carta dirigida a
la otra parte en conflicto.

La entrevista

Las técnicas conversacionales son otro grupo de herramientas que podemos


utilizar como métodos de recogida de información para la investigación de un
conflicto y como instrumentos estratégicos para su gestión o resolución.

La entrevista es una técnica que nos permite obtener información me-


diante una conversación, con una o varias personas, en torno a temáti-
cas que son objeto de estudio.
© FUOC • PID_00161331 27 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

En ciencias sociales, la entrevista no es un intercambio social espontáneo, sino


que comprende un proceso en el cual vosotros, en calidad de equipo investi-
gador, generáis una situación concreta en la que intervendréis como entrevis-
tadores. También intervendrán vuestros informantes, dando lugar a significa-
dos que son expresados y comprendidos en ese contexto.

En este sentido, la entrevista siempre será, en mayor o menor medida, un


espacio de reflexión y reconstrucción de la experiencia de los entrevistados, en
tanto en ella relatan sucesos que han experimentado, desde sus perspectivas
particulares y, en un contexto creado para que este proceso pueda desarrollarse
(Ruiz, 1996).

En la exploración de un conflicto podéis decidir realizar entrevistas explora-


torias, estructuradas o semiestructuradas, o entrevistas en profundidad.

Las entrevistas�exploratorias nos permiten acercarnos a la comprensión rápi-


da y general del conflicto, promoviendo en sus actores explicaciones verbales
con un mínimo grado de emotividad. Además permiten centrar la atención
en algunos aspectos definidos como relevantes y prioritarios.

El aspecto�de�profundidad en las entrevistas queda constatado en el esfuerzo


por profundizar, valga la redundancia, en los conocimientos, creencias, valo-
res y comprensión del fenómeno estudiado desde la perspectiva de los entre-
vistados.

Lo relevante no será para vosotros la explicación del conflicto en sí, sino


la explicación que los actores le dan y los significados que le atribuyen
(Rodríguez, Gil y García, 1999).

Subrayando lo anterior, Taylor y Bodgan la definen como:

"[...] reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes, encuen-
tros éstos dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes
respecto a sus vidas, experiencias o situaciones, tal como las expresan con sus propias
palabras."

S. J. Taylor y R. Bodgan (1986). Introducción a los métodos cualitativos de investigación (p.


101). Buenos Aires: Paidós.

Por otro lado, que la entrevista en profundidad no sea una conversación libre,
implica en su operacionalización que:

a) Comenzamos la entrevista con un propósito explícito. Vosotros como in-


vestigadores podéis comenzar la entrevista comentando temas variados e "in-
trascendentes" para vuestra indagación, para privilegiar el desarrollo de una
relación de confianza. Sin embargo, no debéis olvidar la razón que os ha reuni-
do allí con esa persona. Tenéis la responsabilidad de orientar progresivamen-
te la conversación hacia los temas que os ayudarán a descubrir lo que piensa
© FUOC • PID_00161331 28 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

vuestro entrevistado, en este caso, sobre una situación de conflicto en parti-


cular (Rodríguez, Gil y García, 1999). De esta manera, en la investigación del
conflicto, será importante que le otorguemos cierta estructura a la entrevista,
construyendo un guión temático que nos permita orientar la conversación ha-
cia aquellos aspectos que nos brinden información útil para la comprensión,
evaluación y diseño de la intervención del conflicto.

b) Brindamos explicaciones al entrevistado sobre la orientación y finalidad ge-


neral de la investigación. La entrevista en profundidad implica un proceso de
aprendizaje mutuo: mientras vosotros comprendéis la perspectiva del infor-
mante, es posible que éste también aprenda algo sobre sí mismo y la situación
que está viviendo o relatando. En este contexto, es importante que le expli-
quemos al informante el objetivo de nuestra indagación, pudiendo mencionar
en un primer momento nuestro interés por conocer, desde su perspectiva, el
conflicto que estamos estudiando, para luego ser más específicos, invitándo-
lo a reflexionar sobre éste de manera positiva, constructiva y tranquilizadora,
tanto consigo mismo como hacia la parte en conflicto (Rodríguez, Gil y Gar-
cía, 1999; Vinyamata, 1999).

c) Expresamos genuino interés e ignorancia hacia lo que nos relata el entrevis-


tado. Vosotros como entrevistadores estimularéis con vuestras preguntas que
el entrevistado entre en detalles, facilitando la expresión de sus ideas y valo-
raciones (Rodríguez, Gil y García,1999; Taylor y Bodgan, 1986).

d) Facilitamos que los entrevistados expresen las ideas utilizando sus propios
términos. Toda investigación de carácter cualitativo busca comprender los sig-
nificados que las personas atribuyen a las situaciones o contextos en los cuales
participan. Facilitaremos el que los informantes se expresen con sus propias
palabras (Rodríguez, Gil y García,1999). En nuestro rol de entrevistadores, nos
esforzaremos especialmente por no dar por sabidos los significados expresados
por el entrevistado. Para ello, utilizaremos preguntas como: ¿qué significa para
usted? ¿Me lo podría mostrar con un ejemplo concreto? ¿En qué aspectos lo
nota usted?, etc.

Señalábamos que la entrevista en profundidad es una técnica que nos permite


obtener información mediante una conversación con una o varias personas.
En este sentido, Ruiz (1996) subraya que podemos aplicarla no sólo al estudio
de individuos aislados, sino también a la evaluación de grupos.

Actividad

Haced la actividad 4.

Construcción de un guión temático para la entrevista

1) Leed vuestro diseño de investigación: preguntas, objetivos generales y específicos.

2) Formulad todos los términos específicos que puedan ofrecer información relativa a los
contenidos de las preguntas y objetivos formulados en vuestro diseño de investigación.
© FUOC • PID_00161331 29 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

3) Seguid el paso anterior evitando la autocensura.

4) Ordenad los diferentes temas en categorías temáticas más generales.

5) Revisad los temas generales: eliminad superposiciones y todos aquellos temas que con-
sideréis que se alejan de vuestro objeto de estudio.

6) Traducid los temas a preguntas, casos, situaciones, etc., que estimulen a los entrevis-
tados a hablar sobre ellos.

7) Recordad que al hacer las entrevistas no importa el orden en el que se toquen los temas,
ni el hecho de que uséis todas las preguntas, sino sólo que en la conversación abordéis
todos los temas definidos en el guión temático.

8) Construid una consigna para iniciar la entrevista que comunique a vuestro entrevis-
tado el propósito de la misma y solicitad su permiso para grabar y utilizar la información
que se obtenga de la entrevista, además de asegurar confidencialidad.

9) Tened en cuenta que el guión temático se irá perfeccionando en la medida en que la


investigación avanza.

Las entrevistas grupales

Desarrollaremos brevemente dos formas de entrevistas en modalidad grupal:


el grupo focal y la entrevista del grupo.

El grupo�focal es una técnica que permite la indagación de opiniones


y actitudes hacia algún tema con varias personas a la vez, haciendo uso
explícito de la interacción grupal para producir datos. La conversación
es dirigida por un moderador que estimula a los participantes a comen-
tar los tópicos en cuestión.

Escogeréis esta modalidad de recogida de información cuando las opiniones


e ideas de las personas categorizadas en un grupo social determinado sean
relevantes para vuestra comprensión del conflicto.

Los grupos focales pueden ser de utilidad para:

• Orientaros en la construcción de hipótesis sobre un aspecto nuevo de la


psicología del conflicto basándose en las vivencias de los participantes.

• Apoyaros en el desarrollo de instrumentos o cuestionarios para evaluación


de diferentes aspectos del conflicto.

• Reafirmar la plausibilidad de las interpretaciones de resultados de estudios


previos sobre el conflicto a partir de las opiniones de los participantes.
© FUOC • PID_00161331 30 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

La entrevista�del�grupo, por otra parte, es aquélla: "... en la cual un nú-


mero de personas son reunidas en un emplazamiento o lugar para que
expresen sus opiniones, revelen sus actitudes o manifiesten sus conduc-
tas. Las personas participan en la investigación bajo la presión, la in-
fluencia y el condicionamiento del grupo." Ruiz (1996, pp. 248-249)

La entrevista del grupo se diferencia del grupo focal en que cuando utilizamos
esta técnica, la información que surge de la dinámica grupal es significativa
y podemos utilizarla en la indagación de los grupos naturales que participan
del conflicto.

En este contexto, Ruiz (1996) destaca tres ventajas de esta modalidad de en-
trevista:

a) La situación grupal facilita y estimula que los entrevistados descubran, cla-


rifiquen y analicen sus propias ideas, actitudes y experiencias a través del in-
tercambio de cada uno de sus puntos de vista. En este sentido, refuerza la idea
de la recogida de información como un facilitador de la resolución del con-
flicto, puesto que en el diálogo podemos posibilitar, desde nuestra posición de
moderadores, la emergencia de nuevas ideas, planteamientos y perspectivas
orientadas a la solución del problema.

b) En el contexto de la entrevista como una instancia para obtener informa-


ción, valoramos la situación grupal porque crea un contexto social donde las
afirmaciones de los distintos sujetos entrevistados pueden ser más inteligi-
bles que en el contexto individual. Con respecto a esta ventaja debéis evaluar
la pertinencia de una entrevista individual o grupal tomando en cuenta, por
ejemplo, si os interesa comprender los aspectos individuales involucrados en
un conflicto interpersonal o social o bien, tomar decisiones generales a través
del estudio de conflictos no individualizables.

c) Por último, el grupo permite entrevistar a más sujetos en menos tiempo,


ahorrando coste y tiempo. Este aspecto de las entrevistas grupales es de rele-
vancia si consideramos que investigamos un conflicto frente al cual sus actores
no han encontrado mecanismos de solución, lo cual por definición conlleva
efectos negativos caracterizados por rupturas en el equilibrio de las relaciones
entre las personas y actores del mismo (Pavez, 1990).

La técnica Delphi

Se trata de una entrevista que realizamos a los miembros de un grupo pero sin
reunirlos físicamente y, por lo tanto, impedimos o no facilitamos la interac-
ción directa entre sus componentes (Ruiz, 1996).

Esta modalidad es de mucha utilidad en situaciones en las que:


© FUOC • PID_00161331 31 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

• Es necesario tomar decisiones.

• Se requiere información para sopesar alternativas, y la calidad y variedad


de la información es relevante para la fortuna de la decisión que se tome.

• Es más pertinente reunir esa variedad en consultas individuales sucesivas.

• Los efectos de la decisión que se tome son relevantes para el grupo.

• La falta de esta información transmite una incertidumbre o inseguridad


que dificulta el proceso de toma de decisiones.

Por eso se usa tradicionalmente en la encuesta de expertos sobre los temas


pertinentes para la toma de decisión.

En el escenario de un conflicto, es perfectamente aplicable toda vez que pre-


suma que estas condiciones se reúnen. Muchas veces, la mera reunión, siste-
matización y transmisión de información relevante resulta clave para la reso-
lución de un conflicto.

Adicionalmente, es posible entender que, además de los expertos, entendidos


en sentido tradicional, puede ser pertinente consultar en calidad de tales a las
partes involucradas en un conflicto. En tal variación, os puede ser de gran uti-
lidad si indagáis en un conflicto que corre el riesgo de acentuarse al reunir a las
personas que participan en él, ya que durante el intercambio de perspectivas
se pueden exacerbar los ánimos y se polarizan las posturas.

Partes involucradas en un conflicto

Un ejemplo de lo que acabamos de señalar puede ser una disputa entre un grupo de
habitantes de una comuna con el servicio ambiental de la ciudad en la que viven por
la posible creación de un vertedero de basura en terrenos cercanos a su lugar de residen-
cia. Esta situación puede verse agravada, como en el ejemplo planteado, si junto con la
inexistencia o carencia de datos suficientes para decidir los cursos de acción, las conse-
cuencias de la decisión dependen de otros acontecimientos que todavía no existen y que
pueden manifestarse en el futuro, como el crecimiento de la ciudad, el impacto del flujo
de camiones en la infraestructura vial del sector, etc.

Así, la técnica Delphi es particularmente útil en investigaciones de conflictos


orientadas a contribuir a su resolución y muy especialmente cuando:

• Es más fiable o necesaria la opinión de un grupo de expertos y/o grupo de


personas que participan del conflicto por encima de la opinión individual.

• Para prever las consecuencias de una decisión sobre el conflicto, es mejor


conocer la opinión de las personas expertas en el tema (por ejemplo, de
los mismos actores).

• Las partes en conflicto están muy polarizadas, lo que hace contraprodu-


cente reunirlas para que dialoguen.
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Las fases de Delphi

1) Formulación del problema central: es el momento crucial.

2) Selección del panel de expertos.

3) Desarrollo del cuestionario: redacción (cuestionario no estructurado).

4) Análisis del primer cuestionario: categorización de respuestas.

5) Desarrollo del segundo cuestionario: estructurado y sistematizado.

6) Desarrollo del tercer cuestionario: jerarquizado sobre la base del consenso.

7) Desarrollo del cuarto cuestionario: justificación (de la disensión) y reargumentación


de los puntos de vista.

8) Desarrollo del cuestionario final: postura definitiva con argumentos y contraargumen-


tos.

9) Análisis de los resultados:

– Temas mayoritarios sobre los cuales hay consenso mayoritario o total entre los expertos.
– Temas importantes sobre los cuales no es posible llegar a acuerdo mínimo.
– Temas secundarios sobre los cuales es posible encontrar puntos de consenso mayoritario
o total.
– Temas secundarios sobre los cuales no se puede encontrar ningún tipo de consenso.

Reportaje final:

– Puntos de consenso.
– Jerarquización de temas.
– Argumentos de apoyo y argumentos en contra.

Ruiz (1996, p. 268)

En términos de proceso, en esta técnica se realizan entrevistas progresivas a


los expertos y/o implicados, las cuales serán cada vez más estructuradas en la
medida en que tengáis más información sistematizada sobre el conflicto en
estudio. Por eso, simultáneamente a la realización de las entrevistas, haréis
una categorización de la información reunida.

En dicha categorización es importante:

• Distinguir los temas de consenso de los de disensión.

• Jerarquizar los temas mencionados según si reúnen: un consenso mayo-


ritario y son de importancia, un consenso minoritario y son de impor-
tancia, un consenso mayoritario y no son de importancia y, finalmente,
un consenso minoritario y no son de importancia. Los primeros reúnen
muchos de los elementos que sería conveniente utilizar al inicio de una
intervención, mientras que los segundos han de ser analizados con más
detenimiento, ya que, además de la fuente probable del conflicto, son el
objeto de resolución.

• En los temas de bajo consenso e importantes, distinguir los argumentos


de apoyo y contraargumentos.
© FUOC • PID_00161331 33 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Así, esta técnica permite que, aun en situaciones de discrepancia frontal, po-
dáis encontrar algunos puntos de consenso con respecto al conflicto, como
por ejemplo en torno a una jerarquía de los aspectos o problemas que lo con-
forman.

En razón de la naturaleza del consenso detectado en torno a un diagnóstico


de la situación conflicto (características generales, actores implicados, causas
y efectos), lo que puede ser mayoritario o minoritario, y de la importancia del
tema en cuestión para los implicados, el uso de la técnica Delphi nos permitiría
distinguir cuatro escenarios básicos (Ruiz, 1996):

a) Hay un consenso mayoritario y el tema es de mucha importancia.


b) Hay un consenso mayoritario y el tema es de poca importancia.
c) Hay un consenso minoritario y el tema es de mucha importancia.
d) Hay un consenso minoritario y el tema es de poca importancia.

El grupo de discusión

El grupo de discusión, más que un instrumento de recogidarecogida de infor-


mación, corresponde a un dispositivo de investigación donde los sujetos de la
entrevista devienen en coinvestigadores.

Más que una entrevista grupal que puede ser el 'objeto de una investi-
gación', el grupo de discusión se transforma en el 'sujeto investigador'
(Ruiz, 1996).

Por eso en la investigación de un conflicto, el uso de esta modalidad de entre-


vista en grupo es extremadamente útil cuando:

• El investigador ha decidido hacer del proceso de investigación y de reso-


lución del conflicto sin ayuda.

• Están implicados en el conflicto grupos

• La calidad y la perdurabilidad de la resolución del conflicto está relacio-


nada con la agencia que tomen los grupos implicados en diagnosticarlo
y solucionarlo.

Los grupos de discusión, en tanto dispositivo de investigación, se apoyan en


dos principios:

a)�Con�respecto�al�conocimiento. Si bien la práctica social nunca es total-


mente discursiva, no es menos cierto que toda práctica social requiere del dis-
curso como otorgador de sentido. Por lo tanto, en toda habla se articula el or-
den social y la subjetividad (Canales y Peinado, 1995). Si aplicamos este prin-
© FUOC • PID_00161331 34 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

cipio al contexto de la investigación del conflicto, el grupo de discusión nos


permite acceder a las estructuras de significado que dan sentido o mantienen
esta práctica social.

b)�Con�respecto�al�grupo. Los relatos individuales tienen como condición la


posibilidad y finalidad de acogerse al sentido (social). En el contexto del grupo
de discusión, las aportaciones individuales buscan y producen ese consenso a
través de su propia interacción. Así, en la dinámica (grupal) el grupo produce
discursos que finalmente se hacen uno, el del mismo grupo (Russi, 1998). De
esta forma, vosotros, en tanto moderadores, adoptaréis una posición estraté-
gica como facilitador del encuentro de los mismos.

En consideración a estos dos principios, para la constitución del grupo debe-


remos cuidar, especialmente en una situación de conflicto, la selección de los
participantes, de manera tal que no sea tan homogéneos que las relaciones
de inclusión entre ellos resulten en la repetición de un discurso común, ni
tan heterogéneos que las relaciones de exclusión entre ellos signifiquen una
imposibilidad de llegar a consensos discursivos. De esta forma debéis evaluar
si entre las partes en conflicto existen relaciones de intersección: existen ele-
mentos en común y otros no comunes (Russi, 1998).

Como moderadores cumpliremos las funciones de dirigir la sesión, puesto que


propondremos los temas que discutirá el grupo, asignaremos el espacio y li-
mitaremos el tiempo de la sesión, junto con las de participar en su diseño y el
análisis de los discursos que éste ha producido (Russi, 1998).

Finalmente, todos los métodos de recogida que hacen uso de la conversación,


al igual que la observación y la recogida de registros y documentos, pueden
ser aplicados a los diferentes campos en los cuales se puede desarrollar un con-
flicto. En este sentido, las entrevistas como una modalidad de conversación
orientadas a un objetivo preestablecido por un entrevistador, ya sean éstas:

• grupales o individuales,

• orientadas a la comprensión del conflicto como tal o a los significados que


se le asignan.

Son una herramienta transversal del trabajo investigativo e interventivo desde


las instancias de mediación de conflictos interpersonales hasta la gestión de
conflictos sociales.

Actividad

Haced la actividad 5.
© FUOC • PID_00161331 35 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

La orientación hacia la resolución parte del supuesto de empoderizar y pro- Instrumentos de recogida
mover la concienciación de los actores del conflicto para que sean activos par- y tipos de diseño

tícipes de su exploración e intervención, con lo cual logramos los objetivos Como os habréis dado cuenta
de carácter emic, al indagar en una situación de conflicto incorporando a sus a lo largo de esta presentación
de instrumentos de recogida
actores de manera parcial o total en la obtención de información y, en su re- e información, la orientación
que los imprimáis, hacia el ob-
solución. jetivo o hacia la facilitación de
la resolución del conflicto, co-
rresponden, respectivamente,
Por otro lado, en la orientación hacia la obtención de información, respon- a los diseños de investigación
de estudio de caso, investiga-
deréis a objetivos etic en tanto la responsabilidad de la comprensión e inter- ción participativa o investiga-
ción acción participativa.
vención del conflicto corresponderá exclusivamente a vosotros como equipo
evaluador.

Por último, no debéis caer en una rigidez metodológica que a la larga dificulte
vuestra comprensión y restrinja vuestras posibilidades de facilitar la gestión o
resolución del conflicto.

Vosotros como investigadores sois el principal instrumento de recogida


y análisis de la información y, como tal, debéis ser flexibles, creativos
y sensibles frente a vuestro objeto y campo de estudio en el momen-
to de diseñar y reformular las estrategias de obtención de información
(Krausse, 1995).
© FUOC • PID_00161331 36 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

2. Evaluación del conflicto y toma de decisiones

Realizada una primera indagación acerca de la naturaleza del conflicto en cues-


tión, una primera pregunta que se plantea es si tenemos la información sufi-
ciente para tomar una decisión sobre cómo intervenir o actuar en él, o si es
necesario recabar información nueva o ahondar en algún aspecto de la que
ya poseemos.

Si asumimos que tenemos la información requerida para conducirnos de ma-


nera eficaz y eficiente, es necesario responder a preguntas de otro orden.

2.1. ¿Estamos ante un conflicto?

Tomaremos como una definición operacional la que señala que estamos frente
a un conflicto cuando una parte o actor social percibe que otra parte o actor
lo ha afectado o está por afectarlo de forma negativa en algo que estima o le
interesa de forma importante (Robbins, 1996). Por tanto, el reconocimiento
del conflicto está afectado por la percepción de que el cumplimiento de los
intereses de otro afecta al cumplimiento de los propios.

Diríamos, pues, que la condición mínima para reconocer una situación


como conflictiva es que al menos una de las partes en cuestión la reco-
nozca así.

Es decir, habría conflicto aunque una de las partes no reconociera la situación Situaciones conflictivas
como tal y/o tuviese otra definición de ésta. También puede darse el caso,
En términos prácticos se tra-
obviamente, de que las dos partes reconozcan el conflicto aunque puedan no ta de situaciones diversas, y
estar de acuerdo en su definición, atribuciones causales, consecuencias y vías que demandan un tratamiento
también especial.
de resolución.

2.2. ¿Merece el esfuerzo entrar en un proceso de resolución


dialogada del conflicto?

Como hemos visto, estamos frente a un conflicto cuando entre dos o más
partes al menos una de ellas ve comprometido el cumplimiento de intereses
importantes por las acciones o intereses de las otras.

En términos generales, se plantea que es conveniente afrontar un proceso de


resolución de conflictos cuando:
© FUOC • PID_00161331 37 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

• a resolución oferta la posibilidad de una alternativa mejor a la que se ob-


tendría por defecto,

• se piensa que dichos esfuerzos pueden efectivamente conducir a esa meta,


y

• el esfuerzo que se calcula destinar quedará retribuido por el resultado pre-


visto del proceso.

En términos específicos, la decisión de asumir un proceso de resolución dia-


logadadel conflicto tiene una complejidad mayor. Y es que aunque también
pasa muchas veces por una evaluación del esfuerzo que ello pueda significar,
de las probabilidades de éxito de ese esfuerzo y de la valoración de lo que se
puede ganar a través de él, aquí lo que se valora no es sólo que sea más conve-
niente que las alternativas de no entrar en el proceso, sino también de las que
implican hacer uso de otros recursos, como el uso de la fuerza en cualquiera
de sus formas.

Por eso, esta valoración de lo que se desea lograr a través de un proceso dialo-
gado de resolución no es un mero y frío proceso de cálculo egoísta. Es parte
de ella el entendimiento de que en la mayoría de las situaciones de conflicto,
en su resolución, las partes se juegan no sólo su satisfacción o felicidad, sino
también la calidad y cuidado de la relación entre ellas, en el presente y en el
futuro.

Por eso en dicha valoración de la ventaja de lo que se pueda conseguir me-


diante un proceso de este tipo, y no de otro, forma parte integral la considera-
ción de nuestra responsabilidad por la convivencia social. Tanto en el sentido
contingente de la importancia que le demos al cuidado de la relación con la
otra parte, como en el más fundamental de comprender que en la capacidad
que tengamos de resolver los conflictos por vías dialogadas, que permitan al
otro poner sobre la mesa su punto de vista y apreciación, y llegar a criterios de
resolución recíprocos y consensuados, se juega buena parte de la posibilidad
de vivir en una sociedad justa y diversa.

2.3. ¿Desde qué posición es conveniente entrar en el proceso de


resolución de conflictos?

Si fuerais una de las partes involucradas en el conflicto, una primera pregun-


ta que os deberíais plantear es si es conveniente llevar el proceso de manera
personal o si conviene la participación de algún tercero.

Algunas preguntas que pueden llevar a clarificar esta cuestión son:

• ¿Estoy en un estado emocional que me permita tener serenidad, amplitud


y claridad para considerar la situación y sus alternativas de solución?
© FUOC • PID_00161331 38 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

• ¿La resolución del conflicto es de mi competencia o responsabilidad?

• ¿Tengo las competencias (conocimientos y destrezas) necesarios para la


buena realización del proceso?

• ¿Tengo el poder o las garantías de que, una vez acordada una solución,
ésta será cumplida por la otra parte?

Una respuesta negativa a cualquiera de estos interrogantes puede constituir


una razón suficiente para pensar en la necesidad de la intervención de un
tercero.

Si del balance a las respuestas a estas interrogantes obtuviéramos que es con-


veniente la participación de un tercero, o si lisa y llanamente ése fuera el papel
con que llegamos a compenetrarnos con un conflicto (como investigadores,
asesores, interventores sociales, terapeutas, etc.), es necesario evaluar qué tipo
de tercería es requerida para la resolución del conflicto.

De las diversas prácticas en negociación la literatura recoge al menos cuatro


figuras:

a)�El�mediador. Tercero neutral que facilita una solución negociada mediante


el razonamiento, la persuasión y la sugerencia de alternativas.

b)�El�árbitro. Tercero con autoridad para dictar un acuerdo. Puede ser volun-
tario, es decir, solicitado por las partes u obligatorio, esto es, prescrito sobre
las partes por un contrato o ley.

c)�El�conciliador. Tercero confiable que proporciona un vínculo informal de


comunicación entre las partes.

d)�El�consultor. Tercero imparcial, capacitado en manejo de conflictos, cuyo


papel es el de mejorar las relaciones entre las partes y facilitar que lleguen
mediante una solución creativa del problema a un arreglo.

Pero aún es importante añadir la figura del representante, quien suele ser un
profesional capacitado en alguna de las áreas del manejo de conflictos y/o de
la materia en cuestión, más corrientemente abogado, psicólogo, sociólogo o
ingeniero comercial, quien representa a una de las partes en la mesa de ne-
gociación, habitualmente frente a otro representante. Ésta es una figura muy
usada en casos de divorcio o en negociaciones entre sindicatos y empleadores.
© FUOC • PID_00161331 39 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

2.4. Elección de la disposición según el contexto

Ya sea porque os toque encarar un proceso de negociación que os implique


directamente o que estéis en representación de una de las partes, según cier-
tos autores (en Robbins, 1996) existen al menos cinco tipos de disposiciones
básicas de participar de un conflicto según el grado de cooperación y de aser-
tividad:

1)�Competitiva: busca satisfacer los intereses propios prescindiendo del im-


pacto sobre los otros.

2)�Colaboradora: aclara diferencias y busca satisfacer totalmente los intereses


de todas las partes en conflicto.

3)�Evasiva: deseo de retirarse o evadirse del conflicto y/o de la otra parte in-
volucrada.

4)�Complaciente: consiste en poner los intereses de la otra parte por encima


de los propios.

5)�Concesiones: busca ceder algo a cambio de una solución parcialmente sa-


tisfactoria.

Según estos autores, no existe una disposición que sea en sí misma mejor que la
otra, sino que eso dependerá de la situación. Aunque este enfoque situacional
de las disposiciones proviene desde los estudios organizacionales, pensamos
que sus consideraciones pueden ser de utilidad también para otros ámbitos
psicosociales del conflicto.

Así recomendamos disponerse en:

1)�Competencia�cuando...

• Hay emergencia y la acción rápida es decisiva.


• En asuntos importantes en que se necesita implantar medidas impopula-
res.
• Hay en juego intereses vitales.
• La otra parte saca provecho de un comportamiento no competitivo.

2)�Colaboración�cuando...

• Ambos conjuntos de intereses son demasiado importantes como para que


ocurra una transacción.
• Su objetivo es aprender.
• Para obtener compromiso en las soluciones.
• Para integrar intereses y sumar esfuerzos.
© FUOC • PID_00161331 40 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

3)�Evasión�cuando...

• Un asunto es trivial o esconde asuntos más importantes.


• No percibe oportunidad actual para sus aspiraciones.
• Los efectos negativos de afrontar serán mayores que los beneficios.
• Para permitir que las partes recobren la tranquilidad.

4)�Complacencia�cuando...

• Sospechéis que estáis equivocado y creéis que es importante escuchar otra


opinión.
• Para aprender y mostrar que se está dispuesto a ceder ante buenas razones.
• Cuando los asuntos en juego sean más importantes para el otro que para
vosotros y deseéis mantener la cooperación.
• Va a ser superado y es necesario disminuir la pérdida.

5)�Acordar�concesiones�cuando...

• Las partes sean de un poder similar y estén en conflicto a propósito de


metas mutuamente excluyentes.
• Es necesario alcanzar acuerdos parciales o temporales en asuntos comple-
jos.
• Hay presión de tiempo y una salida por concesiones parece razonable.
• Las metas en cuestión son importantes pero no valen el esfuerzo de una
negociación más larga o profunda.

2.5. La decisión de resolver el conflicto y el diseño de las


conversaciones

Un conflicto entre partes se asemeja en su manifestación al quiebre comuni-


cacional, es decir, una situación en que parece que tocamos el límite de las po-
sibilidades de entendernos con otra persona, donde todos nuestros esfuerzos
para que la otra parte considere nuestros planteamientos y/o para considerar
los de ella parecen improductivos.

La forma típica que toma esta situación es la conversación de juicios persona-


les: todo lo que se intercambia en ellas son aseveraciones, las más de las veces
apresuradas o prejuiciadas, que intentan definir la situación, sus causas, efec-
tos y responsables. Obviamente cada parte se esfuerza por imponer su defini-
ción, que suele atribuir la responsabilidad a la otra parte, a lo que sigue una
serie de juicios sobre ella y sus motivaciones.

Aunque prolongar o permanecer en este tipo de conversación puede agravar


la situación de conflicto, manteniéndonos en la pasividad de la mera consta-
tación de los hechos o precipitando una ruptura, su acontecimiento es una
buena señal de que intereses importantes han sido vulnerados.
© FUOC • PID_00161331 41 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Si lo que nos interesa es iniciar un proceso de resolución dialogada de conflic-


tos, es importante estar atentos al tipo de conversación en que estamos parti-
cipando y procurar desplazarnos hacia una en que el tema sea coordinar las
acciones que nos permitan efectivamente darle solución.

Así, proponemos tres tipos de diseños básicos de conversaciones según su apor-


tación y proximidad a una situación de resolución dialogada del conflicto (ba-
sado en Echeverría, 1997).

Cuando presentimos que las posibilidades de la conversación que estamos sos-


teniendo acerca de una situación problema tocan a su fin, un buen recurso es
procurar abrir una puerta para una futura conversación (en que os sintáis más
tranquilos, con las cosas más claras, con la información que necesitáis para
seguir negociando, en un lugar que os parezca más apropiado, o con toda la
gente que pensáis que debe estar en la negociación, etc.). En tal caso hemos
pasado del impasse comunicacional a una conversación�para�sostener�futu-
ras� conversaciones. La conversación para acordar una futura conversación
puede basarse incluso en una observación acerca de la dificultad que tenemos
para poder conversar, es decir, en una conversación acerca de la conversación:

"Quizás usted esté de acuerdo conmigo en que nos está siendo difícil tratar este asunto
en este momento. Llevamos cerca de dos horas en ello y ambos podemos estar cansados.
¿Le parece que mañana por la mañana nos reunamos al comenzar la jornada?"

También son atendibles los motivos ya sugeridos, como la necesidad de tomar


distancia para mirar las cosas con más serenidad o claridad, de conseguir in-
formación importante para la toma de la decisión, de sopesar la cuestión con
un asesor, socio o jefe, de procurar un lugar neutral para la próxima sesión, de
darle un tiempo a la otra parte para que evalúe las cosas con calma o de reunir
en la mesa de negociación a quienes tienen efectivamente el poder de tomar
las decisiones que se requieren, entre otros factores.

La conversación para futuras conversaciones, como su nombre indica, nos abre Responded a la pregunta:
el camino para otro tipo de conversación que, si bien no es propiamente un
¿Qué pasaría si...? Es un ejerci-
diálogo sobre qué cosas hacer directamente sobre el conflicto o problema, se cio que se puede hacer solo o
encuentra más próxima a ella: la�conversación�sobre�posibles�acciones. Es un con la contraparte:
"Supongamos que acepto su
tipo de conversación que no se ubica aún en el tiempo de lo presente y factual, propuesta y le cedo mi propie-
sino de un futuro posible, condicional. Esto hace de este tipo de conversacio- dad en el llano a cambio de la
que me ofrece en la montaña.
nes una invaluable oportunidad para explorar alternativas, imaginar y calcular Es cierto que es mayor, pero
¿cómo podría continuar yo allí
escenarios posibles; esto es, para ampliar nuestro horizonte de posibilidades. con mis cultivos de trigo?"

Este tipo de planteamientos incluso pueden cumplir la función de facilitar que


el otro evalúe por sí mismo la viabilidad o inviabilidad de la alternativa de so-
lución que propone. También se pueden sugerir en ella acciones previas, como
recabar cierta información que parece crucial para hacer un buen diagnóstico
del problema en cuestión.
© FUOC • PID_00161331 42 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Lo importante de este tipo de conversaciones es que efectivamente esté


dirigida a ampliar el horizonte de alternativas posibles para todas las
partes involucradas.

Adicionalmente, por tratarse de una conversación sobre posibilidades (y no


de acciones o de compromisos que se deban adquirir en el momento mismo)
contribuye a:

a) relajar los ambientes de negociación y las relaciones entre las partes y

b) a generar una situación en que "trabajamos juntos" para encontrar la mejor


solución a este problema (asunto que nos reúne).

Es decir, permite reemplazar la muchas veces inhabilitante situación de en-


frentamiento, por una de re-unión en torno a un asunto en común.

Finalmente, está la conversación�para�la�coordinación�de�acciones, que ac-


túa directamente sobre el problema, generando acciones futuras para hacerse
cargo de los problemas involucrados en el conflicto.

Su objetivo es lograr intervenir en el estado actual de las cosas, generan-


do acciones que tiendan a la resolución del conflicto.

Los actos lingüísticos que nos mueven en esa dirección son las peticiones,
ofertas, promesas y declaraciones:

"¿Qué tal si usted me ayuda a averiguar una manera de resolver la cuestión de la siembra
en ladera de la montaña? Si ésta fuera conveniente, yo no tendría ningún problema en
reconsiderar su oferta."

Si bien estos cuatro diseños de conversaciones no agotan las múltiples posi-


bles, sí que señalan un camino para moverse hacia la resolución dialogada de
conflictos.

Es importante subrayar que, para que el tránsito de una conversación de jui-


cios personales hacia otra de coordinación de acciones sea posible, es impres-
cindible que éste, además de seguir las acciones lingüísticas sugeridas, se vea
acompañado de un cambio genuino del estado emocional de confrontación a
uno de apertura y respeto mutuo. Sin él, lo más probable es que los cambios
de conversaciones sean dificultosos y poco dignos de confianza.
© FUOC • PID_00161331 43 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Figura 3. Ruptura y diseños de la conversación


© FUOC • PID_00161331 44 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

3. Dos estrategias de negociación

3.1. Las estrategias distributiva e integrativa para la negociación

La literatura plantea la existencia de dos estrategias básicas en el momento de


afrontar un proceso de negociación.

La más común es la distributiva. Su mejor imagen es la del gráfico circular: se


busca repartir una suma finita de recursos. En teoría de juegos ésta responde a
un modelo de juego suma-nula o de ganar-perder, en que las ganancias de una
parte son las pérdidas de la otra. Las damas, el ajedrez o un partido de fútbol
son ejemplos de este tipo de juegos. También la concepción tradicional de que
la economía es la ciencia que se enfrenta a cómo resolver mejor la relación
entre unos recursos finitos para la producción de bienes y servicios, por un
lado, y unas necesidades crecientes e ilimitadas de la población, por el otro, lo
que llamamos la metáfora de la escasez, condiciona un juego de este tipo.

Por otro lado, se ha planteado que es posible abordar las negociaciones con
una estrategia integrativa, en la que los intereses y recursos de las partes invo-
lucradas conforman una especie de monto de recursos que permite ampliar el
horizonte de posibilidades para ellas. En teoría de juegos, ella correspondería
a una lógica de juego de suma no-nula, o juego ganar-ganar. En este tipo de
juegos las ganancias de uno son las ganancias del otro, y viceversa.

Cuando el premio Nobel de economía alternativa, Manfred Max Neef (1986),


plantea que las necesidades son finitas y clasificables, y que los satisfactores
posibles de estas necesidades son casi infinitos y culturalmente definidos, pro-
pone un modelo de economía que se asemeja a una estrategia integrativa de
negociación de intereses y bienes.

En la tabla adjunta podemos apreciar una comparación entre ambas estrategias


según el modo en que consideran los recursos en juego, las motivaciones, los
intereses involucrados y la importancia que le dan a la relación entre las partes.

Cuadro comparativo de las estrategias distributiva e integrativa

Comparación

Características Distributiva Integrativa

Recursos Fijos y limitados Variables y ampliables

Motivaciones Ganar uno, perder el otro Ganar uno y que gane el otro

Basado en Fisher, Ury y Patton (1996).


© FUOC • PID_00161331 45 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Comparación

Intereses Opuestos el uno al otro Convergentes o congruentes

Relación De corto plazo De largo plazo

Basado en Fisher, Ury y Patton (1996).

Otra manera de representar las diferencias entre ambas estrategias de negocia-


ción sería la siguiente. Imaginemos para la estrategia distributiva dos partes
en negociación (A y B), donde el ámbito de intereses de cada parte puede ex-
presarse gráficamente como un conjunto delimitado que tiene un polo que
señala su máxima aspiración o meta (+) y otro que señala su mínimo aceptable
(-). A su vez, el máximo de A está en la dirección del mínimo de B, y viceversa,
lo que genera una tensión que reduce el ámbito de acuerdos posibles entre los
mínimos aceptables para cada parte. Para ello podemos recrear una situación
cotidiana, como la compra de un coche, pero el diagrama puede ser aplicado
a cualquier otra situación de conflicto. Si A es el comprador, su meta estará en
el precio más bajo posible, lo que seguramente rebasará el mínimo aceptable
por el vendedor B. A la inversa, B se sentirá probablemente satisfecho si saca el
máximo precio posible al coche en cuestión, cifra que seguramente está más
allá del mínimo logrado con que se sentiría satisfecho A. El resultado: acoda-
rán un precio entre el mínimo que está dispuesto a aceptar B y el último precio
que A considerará razonable pagar por el coche.

Figura 4

Basado en Fisher, Ury y Patton (1996).


© FUOC • PID_00161331 46 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Sobre esta misma figura, podemos imaginar cómo podría ser representada una
estrategia de negociación integrativa. En la estrategia distributiva, las partes
suelen reducir el éxito o fracaso en el proceso de negociación a un solo crite-
rio o interés (en este ejemplo, precio), frente al que se plantean ya de entrada
con mínimos y máximos prefijados. En una estrategia integrativa, esta misma
transacción se daría en términos más amplios. Si bien podríamos seguir ima-
ginando los ámbitos de intereses de A y B como dos conjuntos que pueden
tener zonas de intersección, éstos serían conjuntos de intereses múltiples, qui-
zás jerarquizados de alguna forma, pero en ningún caso sólo por un criterio
con dos polos. Por eso los conjuntos pueden intersectarse también de diversas
maneras.

Ejemplo de alternativas de negociación


Más ejemplos de
Siguiendo nuestro ejemplo, es fácil considerar que probablemente A no sólo quiere un alternativas de
negociación
buen precio, sino también un buen servicio de venta, es decir, algún tipo de garantía sobre
la calidad de lo que está comprando, y seguramente preferiría adicionalmente pasarse
un buen rato en la negociación que uno desagradable. Por su parte, B probablemente no Así, por ejemplo, junto a la
sólo estará interesado en una buena ganancia sobre el precio del coche, sino también en cuestión del precio, podría
solicitarse u ofrecerse alguna
otros aspectos relevantes para un negocio, como un cliente satisfecho que puede volver
garantía de calidad, servicios
o recomendar el lugar a otros. Hasta aquí ya tenemos suficiente como para apreciar que complementarios, como por
las alternativas de negociación pueden ampliarse a otros intereses en común, además del ejemplo, algún seguro de co-
precio de compra-venta. ches o manutención gratuita
durante determinado periodo
de tiempo, o bien productos
¿Se�os�ocurren�algunos? adicionales, como un juego de
recambio de neumáticos gra-
tuito, como de hecho hacen
Como puede desprenderse de este breve ejemplo, la negociación sobre la base actualmente varias casas de
ventas de coches.
de una estrategia distributiva, al contemplar un sólo tipo de interés y una sola
medida de éste, tiene una serie de debilidades en la resolución de conflictos.

Puede derivar en resultados�pobres para ambas partes:

Ejemplo de resultados pobres

Por ejemplo, para A obtener un precio relativamente bajo de compra, pero que desapro-
vecha una opción más conveniente, como llevar algunos de los servicios complementa-
rios mencionados; y para B, lograr un precio razonable de venta, pero que desaprovecha
una ganancia adicional derivada de agregar un producto más a la venta.

También, como suele concentrarse en una adscripción a las posiciones toma-


das, y sobre todo a las asumidas inicialmente (como por ejemplo el primer o
segundo precio de oferta), descuida los intereses simultáneos y subyacentes,
pudiendo producir resultados�insensatos. Siguiendo la situación de la com-
pra-venta del coche, por una mera cuestión de lealtad a la primera cifra oferta-
da o al precio de pizarra, ambas partes podrían sentirse tentadas a abandonar
la negociación en algún punto, sin considerar, por ejemplo, que atendiendo
a los precios de referencia de mercado, estaban consiguiendo un buen precio.
Es decir, que abandonaban una buena oportunidad por tener mínimos y má-
ximos irreales o mal informados.
© FUOC • PID_00161331 47 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

También resulta ineficiente, ya que su táctica asociada de iniciar la negocia-


ción con posturas extremas (en este caso, por ejemplo, con el mínimo precio
posible de pagar o el máximo posible de cobrar) y proceder luego por aproxi-
maciones paso a paso, es bastante lenta y engorrosa.

Finalmente, es peligrosa�para�las�relaciones, ya que no sólo no se ocupa de los


sentimientos de la otra persona, sino que, al operar sobre una identificación
de las partes con las posiciones asumidas en público, hace que negociar sea
un enfrentamiento de voluntades, donde finalmente sus resultados, basados
la mayoría de las veces en ceder algo por otra cosa, redundan en una derrota
relativa para cada cual o total para alguna de las partes.
© FUOC • PID_00161331 48 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

4. Un modelo de estrategia integrativa: el método


Harward de negociación

(1)
Por contraparte a la estrategia distributiva, para los autores del método Har- A excepción de los casos en los
que se indique expresamente, la
ward de negociación, un buen�método�de�negociación debe (Fisher, Ury y
totalidad de la presentación de es-
Patton, 19961): te método está basada en la obra
de estos autores.

a) Conducir a un acuerdo sensato, si éste es posible.


b) Ser eficiente.
c) Mejorar o al menos no deteriorar la relación entre las partes.

A su vez, un acuerdo�sensato se caracterizaría por:

• Satisfacer los intereses legítimos de ambas partes dentro de lo posible.


• Resolver los conflictos de intereses con equidad.
• Ser duradero.
• Tener en cuenta los intereses de la comunidad.

Habitualmente, dentro de la mirada unidimensional de la estrategia distribu-


tiva de negociación, suele plantearse la disyuntiva sobre si es mejor mostrar-
se duro o flexible en el proceso de negociación. Una buena metodología inte-
grativa tiene en cuenta que toda negociación se da simultáneamente en dos
niveles:

a) El contenido (qué) o materia de la negociación, y


b) La forma (cómo) o la relación de negociación.

Dentro de la materia de negociación encontramos cuestiones como plazos,


condiciones de compra-venta o contratación, precios, cifras, fechas, obligacio-
nes, entre otras.

Dentro de la forma de negociación encontramos cualidades menos tangibles,


pero fundamentales en el éxito de un proceso de negociación, como por ejem-
plo el equilibrio que se da entre lo racional y lo emocional, el grado de con-
fianza que se genera entre las partes, la facilidad o dificultad con que se de-
sarrolla el proceso comunicativo, la actitud de aceptación o rechazo hacia la
otra parte y sus planteamientos, el grado de comprensión mutua y el énfasis
puesto en la persuasión o la coacción, por citar algunas.
© FUOC • PID_00161331 49 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Es decir, mientras negociamos una materia, simultáneamente negocia-


mos la manera en que es negociada: es decir, metanegociamos la nego-
ciación.

Así, por ejemplo, como se apreciará más adelante, en el método Harward, tam-
bién llamado negociación basada en principios, la cuestión no es si ser duro o
blando, sino cómo ser duro con el problema y blando con las personas.

No se trata de un cambio de táctica, sino de estrategia o juego, de pasar


de una negociación distributiva basada en posiciones, a una integrativa
basada en intereses, en principios y en los méritos de la cuestión. En
ésta, los participantes están solucionando un problema que los reúne: su
imagen es la del trabajo "hombro con hombro". Su objetivo es conseguir
un resultado sensato, de manera eficiente y amistosa.

4.1. Cuatro principios en tres momentos

La negociación basada en principios plantea que todo proceso de negociación


posee básicamente tres momentos:

I. El análisis, cuyo objetivo es poder realizar un diagnóstico de la situación.

II. La planificación, destinada a la generación de ideas y de un plan de lo que


hay que hacer para solucionar el conflicto.

III. La discusión, sobre la manera más eficiente y eficaz de realizar el plan de


solución.

En cada uno de estos tres momentos, y dirigido en cada caso al objetivo per-
seguido, es necesario aplicar los cuatro principios de este método de negocia-
ción:

1) Las personas, separe las personas del problema.


2) Los intereses, concéntrese en los intereses, no en las posiciones.
3) Las opciones, genere una variedad de opciones antes de actuar.
4) Los criterios, insista en que el resultado se fundamente en un criterio ob-
jetivo.
© FUOC • PID_00161331 50 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Figura 5. Diagrama del método Harward

Basado en Fisher, Ury y Patton (1996).

4.2. Separe las personas del problema: asegure una relación de


trabajo

Ante todo, es importante mantener siempre a la vista que por muy fríos que
puedan parecer, los�negociadores�son�personas.

Recordad que todo negociador tiene dos tipos de intereses: la sustancia y la


relación. En un proceso de resolución de conflicto es muy importante poder
separar la sustancia de la relación, para poder encarar directamente el asunto
en cuestión.

Para facilitar este proceso, puede ser útil encarar tres dimensiones involucradas
en todo conflicto y en toda negociación:

a) la percepción del problema,


b) la emoción ligada a esta percepción, y
c) la comunicación de las percepciones, emociones y opiniones.

4.2.1. La percepción: "poneos en los zapatos del otro"

En buena medida, todo conflicto contiene una diferencia de percepciones, de


perspectiva. En ese sentido, una importante fuente de los conflictos radica en
este tipo de diferencias.
© FUOC • PID_00161331 51 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Por eso en un proceso de negociación resulta de gran ayuda tratar de saber en


qué consiste exactamente esa diferencia, evaluar hasta qué punto constituye
realmente una diferencia, y qué efectos produce en la situación de conflicto.

En no pocos casos sucede que después de este ejercicio el conflicto se revela co-
mo aparente y las diferencias, como prácticamente inexistentes o irrelevantes.

Para conocer la percepción que la otra parte tiene sobre la situación problema, Hacer preguntas
no existe mejor receta que el intentar ponerse� "en� los� zapatos� del� otro" y
Una herramienta sencilla pe-
observar la situación desde ellos. Es lo que se llama alcanzar la segunda posición. ro extremadamente útil es ha-
cer preguntas tan sencillas a la
otra parte como por ejemplo:
Hasta la respuesta más breve mencionará ámbitos o niveles lógicos donde, "¿Qué apreciación tiene usted
según la otra persona, radica el conflicto (basados en McDermontt y O'Connor, de la situación?"

1999):

• Identidad ("yo no soy de las personas que..." o "es que tú eres un sinver-
güenza").

• Valores ("es inmoral que los trabajadores..." o "me parece una falta� de
respeto que").

• Creencias ("no me�parece que sea un buen negocio para el país cambiar
un bosque nativo por cien puestos de trabajo temporales").

• Capacidades ("me siento incapaz de reaccionar de otra manera cuando


ella me pregunta dónde he estado").

• Comportamiento ("paga la pensión fuera de la fecha acordada y de ma-


nera irregular") y entorno ("con este ruido ambiental nos es casi imposi-
ble concentrarnos").
© FUOC • PID_00161331 52 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Figura 6. Diagrama de los niveles lógicos

Basado en McDermontt y o'Connor (1999)

Aunque una respuesta completa puede abarcar varios ámbitos o niveles,


es importante estar atento a cuál�es�el�definitorio para el otro, porque
allí radica el horizonte de las soluciones que considerará como satisfac-
torias.

La imaginación es otro recurso fundamental para intentar observar o sentir Ámbito o nivel definitorio
la situación desde los pies de la otra parte. Basta con que dispongáis de un
En un conflicto de pareja, por
espacio y un tiempo para haceros las siguientes preguntas: ¿cómo se verá la ejemplo, ¿cómo sería tener
situación desde la situación de él o ella? ¿Qué pensará? ¿Cómo se sentirá? ¿En que llegar a casa y atender a
los niños solo y que ella llega-
qué cosas centrará su atención? se cada noche cansada a ver la
televisión? O en un conflicto
laboral, ¿cómo sería costearse
Finalmente, en la conversación es posible también seguir�la�argumentación el mes con este salario? ¿Tra-
bajar en este ambiente?
del�otro como quien sigue un camino más para llegar a un lugar por el mero
hecho de que le interesa conocer esa nueva ruta.

Por último, dos consejos más pueden ser de utilidad: a través de esas preguntas
explorad sinceramente cómo percibe el otro el conflicto y su solución. Buscad
también soluciones alternativas que se desprendan de las definiciones que la
otra parte da de la situación, y sed siempre consistentes con vuestros principios
© FUOC • PID_00161331 53 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

en la conversación (no contradigáis vuestros principios básicos) respecto a la Os pueden ayudar


manera de cultivar el clima de confianza necesario para que el proceso de preguntas como:

negociación llegue a buen puerto. "Entonces, ¿la cuestión es que


el pago irregular de la pensión
no le permite planificar cómo
4.2.2. Las emociones: cree un clima propicio puede cubrir los gastos de ali-
mentación del mes? Por tanto,
quedaría solucionado el pro-
blema si cada año su ex espo-
so le depositase un fondo de
En un proceso de negociación, como en cualquier interacción comuni- reserva para cubrir estos perio-
cativa, la expresión de las emociones suele ser mucho más significativa dos que quedan en blanco?".

que lo meramente dicho. Es decir, el cómo se dicen las cosas, el tono


emocional que las acompaña, determina el significado que tendrá lo
que se dice.

Por eso es importante ser capaz de reconocer las emociones propias y las del
otro.

Conciencia de uno mismo

Tomad conciencia de vosotros mismos. ¿Cómo es el tono y el volumen de mi voz? ¿Estoy


hablando de manera dulce o brusca? ¿Puedo ser más cálido? También es importante que
toméis conciencia de vuestra posición corporal. ¿Sugiero receptividad, cerrazón o ataque?
¿Tengo alguna zona de mi cuerpo tensa? ¿Qué tal relajarla? Y la otra parte, ¿qué me dice
con su voz, con su postura corporal? ¿Está tranquila, nerviosa, receptiva, a la defensiva,
lista para el ataque?

Una vez que os hayáis percatado del estado emocional o las emociones que
expresa cada cual, y sobre todo si éstos no favorecen un buen clima, puede
ser importante hacerlos� explícitos� y� darles� una� legitimidad� dentro� de� la
conversación.

Puede incluso ser conveniente partir con las propias emociones, a través de
una expresión del tipo: "La verdad, me siento algo intimidado por el volumen
que está tomando esta conversación ¿le importaría si hablamos algo más ba-
jo?", o bien dando pie al otro para que exprese lo que siente y aliviar así la
tensión: "Tengo la impresión de que lo último que he dicho le ha molestado.
¿Es correcto? Si así fuera, le ruego me disculpe, y me gustaría saber qué lo ha
incomodado".

Dad así un espacio para la expresión de las emociones, en donde éstas sean
reconocidas como legítimas. Permitíd que la otra parte se desahogue. Nada
más nocivo para una negociación que el efecto "olla de presión", producido por
© FUOC • PID_00161331 54 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

un ambiente en donde las emociones no pueden ser expresadas o habladas.


En ese caso, la olla estalla de manera incontrolable en el momento menos
oportuno.

Es importante que ningún estallido emocional, ni propio ni de la otra


parte, os saque del camino, del propósito de resolver la cuestión sustan-
cial del conflicto.

Cuando se produce una explosión emocional, a veces es fácil dejarse llevar por
ese cauce. Es lo que en psicología suele llamarse escalada simétrica.

Para mantener el propósito es importante que consideréis los estallidos emo-


cionales como lo que son: expresión de las emociones del otro. No los perso-
nalicéis, no hagáis atribuciones. También es bueno mantener en mente cuál
es la meta o el motivo por el que habéis decidido iniciar la negociación.

Para procurar estados emocionales serenos en el otro, usad�gestos�simbólicos:


ofreced un vaso de agua, preguntad si está cómodo, procurad estar sentados
a la misma altura y preferiblemente en una posición que recuerde un trabajo
"hombro con hombro".

4.2.3. Comunicación: asegurad el entendimiento recíproco

En rigor se da la comunicación sólo si hay un entendimiento recíproco, co-


mún.

Habitualmente estamos muy acostumbrados a que comunicarnos es manifes-


tar nuestro parecer, pero descuidamos lo que la comunicación tiene de saber
escuchar el parecer del otro. Por eso os damos los siguientes consejos:

• Escuchad�activamente. Recapitulad. De cuando en cuando expresad bre-


vemente a la otra parte lo que habéis entendido de lo que ha dicho hasta
ese momento, a fin de aseguraros de haberlo entendido correctamente.
También debéis tratar de encontrarle el lado razonable al parecer delotro y
hacérselo saber. Por muy en desacuerdo que uno esté con las apreciaciones
de la otra parte, éstas siempre contienen algo razonable, aunque sólo sea
respecto de la lógica propia del otro.

• Hablad�con�el�fin�de�que�se�os�entienda. Recordad que así como para


vosotros es en extremo valioso comprender la apreciación del otro para
poder tener una mejor idea del conflicto y sus vías de solución, también
para aquél vuestro entender es muy importante para poder aportar con
ideas pertinentes. Resistid la tentación de hablar para sentiros importantes
o poderosos o para atacar u ordenar.
© FUOC • PID_00161331 55 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

• Hablad�sobre�vosotros�mismos. Hablad sobre vuestro parecer o vuestros


sentimientos. Destinar la conversación a opinar sobre la conducta, opi-
niones o intenciones del otro sólo os hará volver a la conversación sobre
juicios personales.

• Hablad�siempre�con�un�propósito. Aunque parezca obvio, evitar hablar


de más es evitar la mayoría de los malos entendidos. Procurad que cada
vez que habléis sea para contribuir a la resolución del conflicto: sugiriendo
una idea, manifestando un parecer o sentir, indagando sobre una opinión,
para asegurar el entendimiento, entre otras cuestiones.

4.3. Concentraos en los intereses, no en las posiciones

El foco de la negociación integrativa es desplazarse�desde�las�posiciones�a�los


intereses�en�juego. Lo importante es conciliar los intereses, no las posiciones,
ya que éstos se encuentran en la base del problema.

Su tesis es que tras las posiciones opuestas, siempre existen intereses


compartidos y compatibles, además de los que se encuentran en con-
flicto.

Desde esos intereses compartidos y compatibles se abren las vías de solución


a los conflictos.

Intereses compartidos

Si, por ejemplo, afrontamos una negociación salarial entre sindicatos y empleadores,
aparecen contrapuestos los intereses de aumento de salario de los sindicatos con los de
aumento de las utilidades del empleador. Pareciera que todo aumento en uno redundara
en una baja en el otro, y viceversa.

Pero para que ese conflicto fuese posible, debió existir antes y durante la negociación
un interés de trabajar en conjunto, es decir, del empleado de emplearse y del empleador
de emplear. En otras palabras, el interés común de formalizar una relación de empleo a
través de un contrato de trabajo, ya que ambas partes se necesitan para conseguir intereses
complementarios. Y son esos intereses complementarios los que mueven a ambas partes
a invertir esfuerzos en una negociación.

En la resolución de un conflicto, resulta útil destacar los intereses comunes y


señalar cómo intereses contrapuestos pueden volverse compatibles o comple-
mentarios. Así, por ejemplo, en una negociación salarial, destacar el interés
común por la calidad de la relación de trabajo, y subrayar lo que un aumento
salarial podría significar en términos de aumento o mejoría de la productivi-
dad, y cómo ésta podría relacionarse con un aumento de las utilidades de la
empresa.
© FUOC • PID_00161331 56 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

4.3.1. Ahora bien, en una negociación, ¿cómo se reconocen los


intereses?

Para reconocer los intereses propios y ajenos os recomendamos que, una vez
expresados de manera espontánea, os interroguéis a vosotros mismos o bien,
de manera amable, a vuestro interlocutor, auxiliados por los siguientes conse-
jos (basados en McDermontt y O'Connor, 1999):

• Ampliad. Reconoced la multiplicidad de intereses en juego. Preguntad,


por ejemplo, una vez enunciados todos los intereses: ¿hay algo más que
desee lograr? ¿Es eso todo o existe algo más? ¿Cree que ya ha señalado todo
lo que es importante para usted? Sed�exhaustivos, concluid sólo cuando
tengáis la impresión de que todo está sobre la mesa.

• Segmentad�hacia�arriba�(los�valores). Esta técnica es útil para poder re-


conocer los valores o metas últimas que mueven a cada parte en la nego-
ciación. Preguntad: ¿para qué desea lograr eso? Y, una vez lo haya logrado,
a qué aspira entonces?

• Segmentad�hacia�abajo�(lo�concreto). Para reconocer en qué cosas con-


cretas se traducen los intereses en juego, es importante identificar cuál es
el significado de esos intereses en el mundo real concreto, de lo fáctico.
Preguntad: "Específicamente, ¿qué conseguirá cuando logre aquello?".

• Contrastad. Una manera de contrastar que efectivamente los intereses que


se expresan son efectivamente los que están en juego, se puede preguntar:
"¿Qué pasaría si hiciésemos aquello que propone? ¿Estaría ya satisfecho?
¿Qué le impide conseguir lo que plantea?".

• Jerarquizad. Es necesario comprender cuál es la jerarquía de los intereses


en juego y cómo se realiza esa jerarquía (por una escala de valores o prin-
cipios, por una de necesidades, por una temporal, etc.). Preguntad: "En-
tonces, por ahora, ¿lograr esto es más importante que aquello? ¿Cómo es
que es más importante?".

Este ejercicio de preguntarse y preguntar al otro acerca de los intereses en cues-


tión permitirá una discusión de los mismos más directa y oportuna.

Aquí también pueden ser de utilidad algunos consejos básicos sobre cómo
llevar dicha discusión:

1) Reconoced los intereses de la otra parte, recapitulad con cierta frecuencia.

2) Haced que vuestros intereses sean vivos: hablad en presente, en primera


persona, sed específicos, comprometeros emocionalmente, usad un lenguaje
directo y vuestro cuerpo para expresaros.
© FUOC • PID_00161331 57 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

3) Expresad los problemas, antes que las soluciones. Dejad que las soluciones
se busquen en conjunto.

4) Mirad hacia delante, hacia el futuro de vuestros intereses, no al pasado.

5) Sed implacables con los problemas, pero cordiales con las personas.

4.4. Generad una variedad de opciones: ampliad el horizonte de


las soluciones

Generar una variedad de opciones, ampliar el horizonte de las soluciones po-


sibles, son lógicamente pasos que beneficiarán a todas las partes involucradas
en la resolución de un conflicto.

4.4.1. Pero entonces, ¿qué lo impide?

Es posible nombrar al menos cuatro fenómenos típicos en que incurren los


negociadores y que dificultan este paso.

a) Una es la tendencia a desear explicarse la situación de manera veloz y au-


torreferente, lo que conduce a una alta producción de juicios prematuros. Es
sabido que la crítica, ya sea dirigida a uno mismo o a la otra parte, inhibe el
libre curso de la imaginación.

b) Otro tipo de clausura es pensar que el problema es sólo uno, y que posee
una única solución.

c) También está el ya mencionado supuesto de que resolver un conflicto es


repartirse un pastel finito.

d) Finalmente, la creencia arraigada de que los problemas son de o lisa y lla-


namente son los otros.

4.4.2. ¿Cómo se puede evitar caer en estas actitudes o creencias


limitantes?

Aquí tenéis unos cuantos consejos:

a)�Separad�el�acto�de�inventar�opciones�del�acto�de�juzgarlas.

Procurad facilitar un primer momento de imaginar todas las alternativas po-


sibles y un segundo de evaluarlas. Una metodología útil para este fin es la co-
nocida "lluvia de ideas".
© FUOC • PID_00161331 58 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

La lluvia de ideas

La lluvia de ideas

Antes Después

Seleccione participantes (5 a 12) Señale las ideas más prometedoras

Diseñe un ambiente informal y cómodo Invente cómo se pueden mejorar las ideas y
decidir

Seleccione a un facilitador Reserve un tiempo para evaluar las ideas y


decidir

Durante Si es necesario, tenga en cuenta la delega-


ción y un equipo ejecutor

Acomode a los participantes frente o alrede-  


dor del problema

Aclare las reglas (no se critica)  

Registre las ideas de manera que se vean  

Basado en Fisher, Ury y Patton (1996).

b)�Ampliad�las�opciones�en�discusión

Relacionado con la anterior, es importante mantener sobre la mesa de nego-


ciación al menos una terna de soluciones posibles para su consideración. Evi-
tad situaciones de "todo o nada" o "ésta o la otra", que suelen esconder una
ilusión de alternativas.

Puede ser muy útil para la ampliación de las opciones usar los cuatro tipos de
pensamiento del diagrama circular.

• Real�concreto: ocupado del problema actual.


• Teórico�analítico: ocupado de realizar un diagnóstico de la solución.
• Teórico�imaginativo: dirigido a producir soluciones potenciales, que en
teoría podrían funcionar.
• Real�ejecutivo: concentrado en evaluar la viabilidad de cada una de las
alternativas propuestas, su eficiencia y eficacia.

El diagrama circular

¿Cuál es el problema? ¿Qué se puede hacer?

En teoría  

Paso�II:�análisis�diagnóstico Paso�III:�enfoques�posibles

Clasifique y organice los síntomas ¿Cuáles son las posibles estrategias o soluciones?

Piense en el sistema de problemas ¿Cuáles son algunos de los remedios teóricos?

Basado en Fisher, Ury y Patton (1996)


© FUOC • PID_00161331 59 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

En el mundo real Genere ideas amplias de lo que podría hacerse

Paso�I:�el�problema Paso�IV:�ideas�para�la�acción

¿Qué pasa? ¿Qué se puede hacer?

¿Cuáles son los síntomas? ¿Quién, qué, cuándo, dónde, a quién?

¿Cuál es la situación preferida? ¿Qué pasos específicos han de darse para la solución?

Basado en Fisher, Ury y Patton (1996)

Alternativas complementarias son, por ejemplo, pensar en acuerdos�de�dife-


rente�intensidad�o�de�diferente�alcance.

Ejemplos de acuerdos�de�diferente�intensidad son los que se resumen en la


tabla adjunta (Fisher, Ury y Patton, 1996, p. 82).

Ejemplos de acuerdos

Más�fuerte Más�débil

Sobre lo que es sustancial Sobre el procedimiento

Permanente Provisional

Comprensivo Parcial

Definitivo En principio

Incondicional Contingente

Obligatorio No obligatorio

De primer orden De segundo orden

Por su parte, formular alternativas�de�distinto�alcance implica que dividamos


el problema en unidades más pequeñas y más manejables, siguiendo para ello
algún criterio relevante.

A veces puede ser conveniente, por ejemplo, dividir el problema, distinguien- Reflexión
do lo que es urgente de lo que tiene menor premura, y procurar acuerdos sobre
¿Qué otras divisiones se os
lo primero. O diferenciar entre los puntos en que existe acuerdo y aquellos en ocurren para generar alternati-
que hay mayores discrepancias. O diferenciar según territorios; por ejemplo: vas de diferente alcance?

acordar que la solución se aplicará primero en un territorio de manera piloto,


y luego se evaluará su aplicación en los restantes.

c)�Buscad�el�beneficio�mutuo

Proponed alternativas que recojan los intereses de la otra parte y los vuestros.
Después de la identificación de los intereses involucrados por las partes en
negociación, y siguiendo para ello el método recomendado en el apartado so-
bre identificación de intereses, puede ser importante distinguir entre los in-
© FUOC • PID_00161331 60 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

tereses comunes y los discrepantes, definiendo las preferencias, procediendo


a reconocer los intereses comunes y, finalmente, intentando conciliar o com-
plementar los intereses divergentes.

Recordad que los intereses comunes están latentes en toda negociación (de
hecho, son el motivo de que la negociación tenga lugar) y que la insistencia
en ellos favorece la generación de un clima de trabajo conjunto.

Recordad también que, aunque parezca paradójico, los acuerdos satisfactorios


son posibles porque además de los intereses comunes, las partes en negocia-
ción tienen intereses diferentes: la posibilidad de conciliarlos o complemen-
tarlos es la posibilidad de un acuerdo.

d)�Haced�fácil�la�decisión

Procurad que las alternativas generadas se correspondan efectivamente a los


intereses en juego, que sean todas deseables, a la vez que fáciles de distinguir
y de comparar en sus ventajas y desventajas.

Ofreced alternativas:

• Nítidas y atractivas.
• Cómodas para quien tenga que tomar la decisión.
• Razonables, según los intereses y perspectiva de la otra parte.
• Viables, que puedan ser implementados por las partes ejecutivamente.

4.5. Insistid en que el resultado se base en criterios y


procedimientos equitativos

Como ya hemos visto, la negociación basada en la oposición de voluntades es


costosa, y puede desembocar en resultados absurdos. En cambio, la negocia-
ción basada en principios o criterios objetivos abre la posibilidad de obtener
acuerdos razonables de manera eficiente y amistosa.

Como también sabemos, en todo proceso de negociación no sólo se


negocia una materia o sustancia, sino también y simultáneamente, un
procedimiento acerca de cómo ha de ser zanjada esa materia.

Por tanto, es importante llegar a principios o criterios objetivos para ambos


aspectos, ya que necesitamos mínimamente dos tipos de acuerdos: sobre�la
materia y sobre�el�proceso que se usará para resolver la materia.

Pero ¿cómo hacer para distinguir los principios o criterios objetivos que po-
drían guiar la negociación?
© FUOC • PID_00161331 61 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Un criterio objetivo, como mínimo, ha de ser independiente de la voluntad


de las partes. También debe ser legítimo y aplicable para todas las partes en
negociación. Finalmente, la reunión de estas dos condiciones nos permite sa-
ber que estamos frente a un criterio equitativo útil para guiar el proceso de
negociación.

Llamaremos criterio�equitativo a aquel que usamos para juzgar el asun-


to de fondo o sustancia de la negociación, y procedimiento�equitati-
vo a los que utilizamos para decidir la forma en que la sustancia será
resuelta.

Un criterio�equitativo está directamente relacionado con la naturaleza de la


materia en cuestión. Según ésta, podríamos proponeros que os guiárais por:

• el valor�del�mercado (para una compraventa),

• el menor�coste (para decidir entre dos alternativas de reparar un daño a


una propiedad),

• la decisión�de�un�tribunal (para determinar una pensión alimentaria),

• la tradición (para decidir sobre la violación de una norma de un grupo


religioso), o

• la reciprocidad (para decidir un acuerdo sobre poder armamentista entre


dos naciones).

Decidir sobre un procedimiento�equitativo también es una importante con-


tribución a la eficiencia y calidad del acuerdo que se logre. Procedimientos
posibles son, por dar algunos ejemplos, establecer un sistema�de�turnos (muy
usado para zanjar asuntos de custodia infantil); dividir�los�ámbitos, en cuyo
caso una parte elige sobre una materia y la otra parte sobre otra; derecho�a�ve-
to, esto es, no aceptar una alternativa que contenga algún aspecto inaceptable
para una de las partes; mayoría�absoluta; mayoría�de�votos; uso�de�algún
tercero (mediador, árbitro, consultor), por citar algunas.

Finalmente, para facilitar el proceso de negociar según criterios equitativos,


es conveniente tener en cuenta algunos de los consejos ya expresados para la
comunicación:

• Formulad cada aspecto como una búsqueda común de criterios equitati-


vos.

• En primer lugar, aseguraos de poneros de acuerdo en los criterios.


© FUOC • PID_00161331 62 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

• Escuchad las razones para cada criterio y sus formas de aplicación.

• No cedáis ante presión. Hacedlo solamente ante razones y criterios.


© FUOC • PID_00161331 63 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Resumen

Todo conflicto se desarrolla en un contexto particular y para comprenderlo


debemos buscar la perspectiva de sus participantes. Desde esta comprensión,
su investigación exige el uso de una metodología�cualitativa.

Las metodologías cualitativas subrayan la simultaneidad de los aspectos invo-


lucrados en el proceso de investigar un fenómeno social: diseño o toma de
decisión respecto del proceder, recogida de la información y evaluación de la
información y toma de decisiones para la intervención.

En el contexto del diseño de una investigación sobre el conflicto, la definición


de un�problema, su reformulación en preguntas�de�investigación y la cons-
trucción consiguiente de objetivos generales y específicos son los primeros pa-
sos para dar inicio a la indagación y orientarla. Específicamente, en este punto
podéis decidir entre una planificación orientada a la comprensión del conflic-
to (más afín a un estudio�de�caso), o bien orientada a su resolución (más afín
a la investigación�participayiva e investigación�acción�participativa).

Así, en las instancias de recogida, valoraréis los instrumentos disponibles (ob-


servación, documentos�y�registros, entrevistas�individuales y grupales, téc-
nica�Delphi y grupos�de�discusión) en tanto os faciliten la búsqueda de in-
formación y la promoción de reflexiones alternativas al conflicto, enfatizando
la simultaneidad del proceso de indagación e intervención.

Con respecto a la evaluación de la información y toma de decisiones para


la intervención, os preocupareis por responder a las siguientes preguntas a
fin de decidir si os involucrareis en un proceso�de�resolución�dialogado del
conflicto: ¿es necesario que recabemos nueva información? ¿Estamos frente a
un conflicto? ¿Merece el esfuerzo entrar en un proceso de resolución dialogada
del conflicto? ¿Desde qué posición es conveniente, en este caso, entrar en el
proceso de resolución del conflicto? ¿Desde qué disposición es conveniente, en
este caso, enfrentar el conflicto? Y, por último, ¿cómo serán nuestros esfuerzos
comunicacionales para resolver el conflicto?

Específicamente, respecto a las tomas de decisiones para la intervención del


conflicto, hemos sugerido la conveniencia de adoptar estrategias�integrativas
en virtud de sus ventajas por encima de las estrategias�distributivas que, al
contemplar un sólo tipo de interés y una única medida de éste, derivan en
resultados pobres, insensatos, ineficientes y peligrosos para las relaciones. Por
otro lado, en las estrategias integrativas los intereses y recursos de las partes
involucradas conforman una especie de monto de recursos que permite am-
pliar el horizonte de posibilidades para ellas.
© FUOC • PID_00161331 64 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

En este contexto, el método�Harward�de�negociación propone para el desa-


rrollo de una buena metodología integrativa tener en cuenta que toda nego-
ciación se da simultáneamente en dos niveles: materia�de�la�negociación y
relación�de�negociación. Así, en el método Harward, también llamado nego-
ciación basada en principios, la pregunta es ¿cómo ser duro con el problema y
suave con las personas? En otras palabras, se trata de pasar de una negociación
distributiva basada en posiciones, a una integrativa, basada en intereses, en
principios y en los méritos de la cuestión.
© FUOC • PID_00161331 65 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Actividades
1. Salario de profesores
En un ayuntamiento caracterizado por un alto porcentaje de personas en situación de po-
breza, ochenta profesores se agolparon en sus dependencias para exigir el pago total de sus
sueldos, de los que se les adeuda un dieciocho por ciento. Los manifestantes fueron desa-
lojados por la fuerza policial y sus dirigentes iniciaron conversaciones con el "alcalde". Las
movilizaciones se reanudaron al cabo de un par de semanas de cierta normalidad, después
de que el año escolar tuviera que clausurarse antes de tiempo por los problemas económicos
a los que se enfrenta el ayuntamiento.
En este caso, una condición, a saber, el conflicto salarial entre profesores y el ayuntamiento,
ha sido identificada públicamente como un problema, que podemos definir de la siguiente
manera: conflicto entre los profesores y el ayuntamiento respecto a determinadas deudas
salariales al gremio.
Algunas de las preguntas que nos podemos plantear son las siguientes:

• ¿Quiénes son los actores del conflicto? ¿Cómo participan en éste?


• ¿Cuáles son las posiciones relativas de los diferentes actores?
• ¿Cómo es definido el conflicto por cada uno de los actores?
• ¿Cuáles son los intereses en juego para cada uno de los actores?
• ¿Cómo es mantenido el conflicto?
• ¿Qué aspectos del conflicto son negociables y cuáles no para cada uno de los actores?
• ¿Cuáles son las consecuencias del conflicto para cada uno de los actores?
• ¿Hay puntos de cooperación entre los actores del conflicto? ¿Cómo se definen los puntos
de cooperación?

Cada una de estas preguntas reformula y acota el problema en términos de algún aspecto
que demanda ser indagado para comprenderlo desde distintas perspectivas y dimensiones.
¿Qué lectura hace cada pregunta del problema, qué respuestas se pueden enunciar desde los
datos aportados y cuáles requieren mayor información?

2. Identificación de los elementos centrales de un conflicto


Un profesor impartiendo cátedra en una universidad recibe un nuevo reglamento que le exige
hacer exámenes reprobatorios a todos los estudiantes, y que no le permite eximir de dicha
evaluación a los estudiantes que han presentado un buen rendimiento durante el curso. Los
estudiantes informan al profesor de su desacuerdo con la medida. El profesor les comunica
que son las nuevas reglas de la universidad y que lo único que puede hacer es acatarlas.
Ante la respuesta del catedrático, los estudiantes deciden no presentarse al examen, con la
consiguiente reprobación de todos ellos. Esto genera un problema para la universidad con
relación a la organización de los cursos, puesto que aumenta drásticamente la cantidad de
personas postulando a ellos, excediendo los cupos disponibles.
Interrogad el caso describiendo:
a) La naturaleza del conflicto.
b) Las partes en conflicto.
c) Posibilidades de resolución del conflicto.

3. Dificultades en la observación participante de un conflicto


Reflexionad sobre el desarrollo de cada una de las dificultades presentadas y sus posibles
soluciones en la investigación de un conflicto, e imaginad otras dificultades relacionadas con
la observación participante en este contexto.

4. Guión temático de entrevista


Imaginad que debéis entrevistar a algunos de los profesores manifestantes del caso de la
actividad 1, y construid un guión temático de entrevista para cada uno de los actores del
conflicto, usando para ello las preguntas guías enunciadas.

5. Comparación de las modalidades grupales de recogida de información


Comparad las modalidades grupales (grupo focal, entrevista del grupo, técnica Delphi, grupo
de discusión) de recogida de información en función de los siguientes aspectos:
Conceptualización del grupo.

• Incumbencia (con los diseños de investigación –estudio de caso, investigación participa-


tiva, investigación acción participativa).
• Utilidad en la indagación del conflicto.
• Caracterización de la participación de los entrevistados y del investigador.

6. Posiciones y disposiciones en un proceso de negociación


Siguiendo las preguntas orientadoras, ¿en qué situaciones son convenientes cada una las
formas de tercería en un proceso de negociación?
Para cada disposición a la negociación, generad un ejemplo de una situación en que sea
conveniente usarla.
© FUOC • PID_00161331 66 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

7. Conversación de juicios personales


¿Qué valor social puede tener la conversación de juicios personales en la resolución de con-
flictos? ¿Podéis dar un ejemplo?

8. Juegos suma cero y ganar-ganar


¿Qué juegos o situaciones de la vida diaria conocéis que se asemejen a uno ganar-ganar?
Tomad una situación de la vida diaria que habitualmente consideréis como un juego de suma
cero. Pensad en ella desde una manera integrativa, como un juego ganar-ganar.

9. Representación de la negociación integrativa


¿Podéis representaros cómo sería una gráfica de una negociación integrativa?

10. Niveles lógicos en la definición de conflicto


Seleccionad una noticia en la prensa acerca de un conflicto. Identificad los niveles lógicos
en que el conflicto es definido y analizad cuál es el de más peso en el argumento. Luego in-
tentad definir el mismo conflicto usando preferentemente otro nivel. ¿Qué cambia? ¿Parece
un conflicto más o menos grave ahora? ¿Parece más o menos difícil solucionarlo? Anotad
vuestras conclusiones. Notaréis que cuanto más hacia la periferia del círculo esté situado el
conflicto, más fácil parece manejarlo. Eso porque se desesencializa, y se pone en niveles en
que es más evidente que puede ser solucionado a través de determinadas acciones.

11. Principios del método Harward de negociación


¿Cuáles son los cuatro principios del método Harward, y cómo se aplican en cada uno de sus
tres momentos? Tomad un conflicto definido en un artículo de prensa, y aplicad los cuatro
principios del método en sus tres momentos, usando como base la información aportada en
el artículo y recreando a partir de ahí cómo podría desarrollarse la negociación.

12. Alternativas de resolución de un conflicto


Seleccionad un conflicto de la prensa, imaginad que habéis sido contratados para mediar en
el conflicto y facilitad una salida negociada al mismo. Luego, con los antecedentes recogidos,
ofreced un listado de acuerdos de diferente intensidad y diferente alcance que se podrían
plantear como alternativas de solución para las partes.

Ejercicios de autoevaluación
1. Preguntas, objetivos y diseños
a) ¿Para qué se sugiere el uso de metodologías cualitativas en la investigación del conflicto?
b) ¿Cuáles son los aspectos del diseño de investigación que permiten identificar los conteni-
dos y propósitos de la investigación? ¿Cuál es la importancia de cada uno de ellos?
c) Señalad las diferencias entre planificar la indagación de un conflicto como un instrumento
para su gestión o como una herramienta para su comprensión en tanto que objeto de estudio.
d) ¿Cuál es la posición del equipo de investigación que sugieren las preguntas de cada uno
de estos diseños?

• Estudio de caso
• Investigación participativa e investigación acción participativa.

2. Recogida de la información
a) Señalad las estrategias de muestreo presentadas en el módulo y reflexionad en qué situa-
ciones o con qué propósitos elegiríais cada una de ellas.
b) Señalad dos aspectos de importancia en relación con el informador clave en el contexto
de la investigación del conflicto.
c) ¿Qué preguntas tenemos que responder para orientar la observación como herramienta
de recogida? ¿En qué sentido la orientan?
d) En la realización de entrevistas en profundidad, ¿qué nos interesa saber sobre el conflicto?
¿Para qué puede ser de utilidad esta información en cuanto a la resolución del conflicto?
e) Señalad las diferencias entre la técnica de grupo focal y la entrevista de grupo. ¿Qué puede
aportar cada una de estas técnicas en la investigación de un conflicto?
f) ¿En qué situaciones de conflicto es de utilidad la técnica Delphi?
g) ¿En qué situaciones de conflicto son de utilidad los grupos de discusión?

3. Evaluación y toma de decisiones


a) ¿Qué factores inciden en la decisión de asumir un proceso de resolución del conflicto?
b) ¿Qué consideración adicional implica la opción por un proceso de resolución dialogada
del conflicto?
c) ¿Cuánto y por qué pensáis que sería conveniente suspender una conversación en un pro-
ceso de negociación para concertar otra?
d) ¿Cuál es la función y las contribuciones de la conversación sobre posibles acciones para
un proceso de negociación?
© FUOC • PID_00161331 67 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

4. Estrategias de negociación
a) ¿Cuáles son las debilidades de la estrategia distributiva de negociación para la resolución
de conflictos?
b) Según los autores del método Harward de negociación, ¿qué debe ofrecer un buen método
de negociación?
© FUOC • PID_00161331 68 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Solucionario
1. Preguntas, objetivos y diseños
a) Todo conflicto se desarrolla en un contexto particular. Para comprenderlo debemos hacer-
lo desde la perspectiva de sus participantes, indagando en las atribuciones de significado y
sentido y en las prácticas comunicacionales que lo generan y mantienen.
Desde esta perspectiva, se sugiere el uso de una metodología cualitativa, es decir, una serie
de procedimientos de recogida y análisis de la información caracterizadas por un acento en
la simultaneidad de los procesos de planificación, recogida y análisis, el reconocimiento del
carácter complejo y total de la realidad, la búsqueda de la particularidad y contextualización
de los resultados, la cualificación por encima de la medición y la intersubjetividad por encima
de la objetividad.
b) Los aspectos del diseño que os permiten identificar los contenidos y propósitos de la in-
vestigación son: la pregunta de investigación, los objetivos generales y objetivos específicos.
La pregunta de investigación permiten acotar y a la vez recoger la variedad de aspectos que
deseáis indagar sobre el fenómeno elegido. Os serán de utilidad por tres razones: permiten
reformular y acotar el problema, determinan el método de investigación que será utilizado
y contienen la naturaleza de los resultados que éstas proporcionarán.
Los objetivos generales señalan los aspectos del conflicto que os interesa investigar, es decir, el
objeto de estudio. A la vez identifican los aspectos contextuales del objeto de estudio, es decir,
el campo de estudio. El objeto de estudio subraya una unidad de análisis que podéis aplicar
a diversas situaciones de conflicto y entrega pistas para la elección del método de recogida
de información que utilizaréis. A la vez, el campo de estudio contextualiza y particulariza
vuestra unidad de análisis y os permite tomar decisiones respecto al método de recogida de
información y la estrategia de muestreo en vuestra investigación.
Por último, los objetivos específicos señalan los elementos que componen vuestra unidad de
análisis y las acciones que debéis realizar en relación a ellos para alcanzar vuestro objetivo
general.
c) La planificación de la indagación de un conflicto como un instrumento para su gestión o
como una herramienta para su comprensión en tanto objeto de estudio señala una distinción
entre dos ámbitos amplios de finalidades, no necesariamente excluyentes entre sí.
La primera subraya el propósito de gestionar el conflicto. Por lo tanto, las indagaciones que
realicéis en este marco estarán destinadas a arrojar información directamente útil para la
resolución de un conflicto en particular o tipos de conflictos según contexto o ámbito. Este
tipo de planificación revela que, en el contexto de una investigación cualitativa, el mismo
proceso de investigación puede ser una herramienta en la resolución del conflicto o una
ocasión de eclosión del mismo. Esto debido a que la investigación cualitativa suele abrir
espacios de reflexión y diálogo.
La segunda planificación da cuenta del interés de estudiar el conflicto como un fenómeno
psicosocial, independientemente de si los hallazgos colaboran para la resolución de alguno
en particular.
d)

• Las preguntas pertinentes a un estudio de caso sugieren una posición etic por parte del
equipo de investigación. Dado que la pregunta apunta a la reconstrucción de una unidad
de análisis desde las diferentes perspectivas que se pueden asumir en el contexto parti-
cular donde ocurre, el equipo de investigación asumirá la responsabilidad de registrarlas
y realizar un diagnóstico frente al fenómeno en cuestión. El producto y destino de la
indagación será entonces propiedad del equipo de investigación en tanto "especialistas".
• Las preguntas pertinentes a una investigación participativa o investigación acción parti-
cipativa sugieren, en distintos grados, una posición emic por parte del equipo de investi-
gación. Dado que la pregunta apunta a la incorporación de los actores en la evaluación
de potencialidades y recursos con relación a un tema definido por ellos, en un contexto
de acción y cambio, el equipo de investigación asumirá la responsabilidad de dinamizar
y orientar los procesos (variando el grado de liderazgo según se trate de un investigación
participativa o una investigación acción participativa). El producto y destino de la inves-
tigación será de propiedad compartida entre el equipo de investigación y la comunidad
o grupo "estudiado".

2. Recogida de la información
a)

• Muestro estratégico: procedimiento para seleccionar a los participantes de una investiga-


ción orientado por la posibilidad de acceder al foco de interés a través de personas que
muestren disponibilidad actitudinal o comunicativa, prometan riqueza de contenido,
aporten con diferentes perspectivas y dispongan de más información.
Este tipo de muestreo es útil cuando requiráis investigar un conflicto con la intención de
que vuestra indagación sea también una herramienta para la resolución o eclosión del
mismo. Además os facilita la comprensión del conflicto en un tiempo reducido.
• Muestreo embudo: establece un mapa general de las personas que intervienen y las si-
tuaciones en que ocurre el objeto de estudio, seleccionando a través de observaciones
© FUOC • PID_00161331 69 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

sucesivas las situaciones y personas que proveen más información y con mayor riqueza
de significados.
Esta estrategia de muestreo puede ser útil en una primera aproximación a la situación
de conflicto que deseáis investigar y os puede servir para focalizar vuestra indagación en
algún aspecto o situación específica del fenómeno en cuestión.
• Muestreo teórico: en un proceso inverso al muestreo embudo, escoge una persona o si-
tuación particular en que ocurre el objeto de estudio, seleccionando a través de observa-
ciones sucesivas las situaciones y personas que proveen diversas categorías de análisis y
contribuyen a su saturación (es decir, la aparición de datos de contenidos similares una
y otra vez para dichas categorías de análisis). Sigue la dirección desde la especificidad a
la maximización de la variedad.
El muestreo teórico también es útil en una primera aproximación a la situación de con-
flicto que deseáis investigar y os puede servir para maximizar la variedad de aspectos
involucrados en el conflicto y establecer las relaciones de dichas categorías de análisis
con el fenómeno en cuestión.

b)

• El informante clave es un individuo o actor del conflicto que tiene acceso a información
privilegiada en relación a éste. Luego, en distintos momentos de la indagación del con-
flicto y en función de la información que os interese recabar, distintas personas servirán
como informantes clave.
• El informante clave puede contribuir a vuestra exploración con aspectos particulares del
conflicto no considerados por el equipo investigador y/o sensibilizaros respecto a cues-
tiones valorativas del grupo o comunidad y sus implicaciones concretas con relación al
conflicto.
• El informante clave suele ser una importante puerta de entrada al objeto de estudio. Este
papel del informante clave adquiere especial relevancia en la aproximación de un equipo
de investigación a un escenario de conflicto, en el cual las actuaciones e interacciones
con los actores incidirán en la posibilidad de acceder o no a información significativa
y, por lo tanto, en la calidad de las conclusiones que orientarán la intervención sobre el
problema en cuestión.

c) Puesto que la observación, en tanto herramienta de recogidarecogida de información,


tiene un carácter selectivo y sistemático, será necesario que respondamos ciertas preguntas
que nos permiten orientar su uso:

• ¿Cuál será el objeto de nuestra observación? Permite forjaros una idea de los aspectos ha-
cia los cuales se focalizará vuestro observar. En este sentido, la observación puede plan-
tearse con la finalidad más general de explorar y comprender el conflicto en particular, o
bien de seleccionar algunos aspectos más específicos, definidos consensualmente como
propios de todo conflicto o de ese tipo de conflicto, para evaluar y comprender cómo se
manifiestan en el caso particular que observáis.
• ¿Cómo es el contexto en el cual ocurrirá nuestra observación? Os orienta a la descripción
del conjunto de condiciones físicas, sociales, culturales e históricas en las cuales se sitúa el
objeto de vuestra observación. Estas condiciones contextuales os permiten comprender
el sentido de los comportamientos y prácticas que observáis.

d) La entrevista en profundidad busca ahondar en los conocimientos, creencias, valores y


comprensión del fenómeno estudiado desde la perspectiva de los entrevistados. En este con-
texto, no interesa la explicación del conflicto en sí, sino la explicación que los actores le dan y
los significados que le atribuyen. En este sentido, la entrevista siempre será, en mayor o me-
nor medida, un espacio de reflexión y reconstrucción de la experiencia de los entrevistados,
en tanto en ella relatan sucesos que han experimentado, desde sus perspectivas particulares
y en un contexto creado para que este proceso pueda desarrollarse. De esta manera, podéis
intencionar la recogida de información como una forma específica de inducir y promover
reflexiones alternativas al conflicto, que a la vez os aportará nueva información que, nueva-
mente facilitará la construcción de nuevas alternativas.
e)

• El grupo focal es una técnica de recogida de información que permite la indagación de


opiniones y actitudes hacia algún tema con varias personas a la vez, haciendo uso explí-
cito de la interacción grupal para producir datos.
Esta modalidad de recogida de información es de utilidad cuando las opiniones e ideas
de las personas categorizadas en un grupo social determinado (edad, género, nivel socio-
económico, etc.) son relevantes para vuestra comprensión de un conflicto, para orienta-
ros en la construcción de hipótesis, apoyaros en el desarrollo de instrumentos o cuestio-
narios para evaluación y reafirmaros en la plausibilidad de las interpretaciones de resul-
tados de estudios previos sobre el conflicto.
• La entrevista del grupo, por otro lado, también permite la recogida de opiniones o acti-
tudes hacia algún tema con varias personas a la vez. Sin embargo, considera la dinámica
grupal no sólo como una técnica, sino como un elemento de análisis. En este sentido,
© FUOC • PID_00161331 70 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

además de facilitar y estimular que los entrevistados descubran, clarifiquen y analicen


sus propias ideas, actitudes y experiencias a través del intercambio de cada uno de sus
puntos de vista, supone que la situación grupal genera un contexto social donde sus afir-
maciones pueden ser más inteligibles que en el contexto individual.
Además, la entrevista del grupo se diferencia del grupo focal en que podéis utilizarla en
la indagación de los grupos naturales que participan del conflicto. Por esta razón puede
ser de especial utilidad en investigaciones de conflictos, cuyas partes estén compuestas
por grupos y que tengan como finalidad la comprensión del mismo para su resolución
o eclosión.

f) Esta modalidad es de utilidad en situaciones que es necesario tomar decisiones; se requiere


de información para sopesar alternativas, y la calidad y variedad de la información es rele-
vante para la fortuna de la decisión que se tome; es más pertinente reunir esa variedad en
consultas individuales sucesivas; los efectos de la decisión que se tomará son relevantes para
el grupo y, la falta de esta información transmite una incertidumbre o inseguridad que difi-
culta el proceso de toma de decisiones.
En el escenario de un conflicto, es perfectamente aplicable toda vez que presumáis que es-
tas condiciones se reúnen: muchas veces la sola reunión, sistematización y transmisión de
información relevante resulta clave para la resolución de un conflicto.
Adicionalmente, es posible entender que, además de los expertos, entendidos en sentido
tradicional, puede ser pertinente consultar en calidad de tales a las partes involucradas en un
conflicto. En tal variación, os puede ser de gran utilidad si indagáis en un conflicto en el cual
arriesgáis una acentuación de éste al reunir a las personas que participan en él, por ejemplo,
si en el intercambio de perspectivas se exacerbaran los ánimos y se polarizaran las posturas.
g) El grupo de discusión, más que un instrumento de recogida de información, corresponde
a un dispositivo de investigación donde los sujetos de la entrevista devienen en coinvesti-
gadores.
h) Por eso en la investigación de un conflicto, el uso de esta modalidad de entrevista en
grupo, es extremadamente útil cuando:

• Se ha decidido hacer del proceso de investigación y de resolución del conflicto uno solo.
• Están implicados en el conflicto grupos.
• La calidad y la perdurabilidad de la resolución del conflicto está relacionada con la agen-
cia que tomen los grupos implicados en diagnosticarlo y solucionarlo.

3. Evaluación y toma de decisiones


a) En términos generales, se plantea que es conveniente afrontar un proceso de resolución
de conflictos cuando la resolución oferta la posibilidad de una alternativa mejor a la que
se obtendría por defecto, se piensa que dichos esfuerzos pueden efectivamente conducir a
esa meta y el esfuerzo que se calcula se deberá destinar quedará retribuido por el resultado
previsto del proceso.
b) En términos específicos, la decisión de asumir un proceso de resolución dialogada del
conflicto, además de la valoración del esfuerzo que ello pueda significar, de las probabilidades
de éxito de ese esfuerzo y de la evaluación de lo que se puede ganar a través de él, debe
considerar adicionalmente que sea más conveniente que las alternativas que implican hacer
uso de otros recursos, como el uso de la fuerza en cualquiera de sus formas. Es parte de esta
valoración el entendimiento de que en la resolución de la mayoría de las situaciones de
conflicto, se juega no sólo la satisfacción o felicidad de las partes, sino también la calidad y
cuidado de la relación entre éstas, en el presente y en el futuro.
Por eso en dicha valoración de la ventaja de lo que se pueda conseguir mediante un proceso
de este tipo, y no de otro, forma parte integral la consideración de nuestra responsabilidad
por la convivencia social.
c) Es conveniente suspender una conversación para concertar otra cuando presentimos que
las posibilidades de la conversación que estamos sosteniendo acerca de una situación pro-
blema tocan a su fin. En tal caso podemos superar el impasse comunicacional iniciando una
conversación para sostener futuras conversaciones. La conversación para acordar una futura
conversación puede basarse incluso en una observación acerca de la dificultad que se está
teniendo en poder conversar, es decir, en una conversación acerca de la conversación.
También son atendibles motivos tales como la necesidad de tomar distancia para mirar las
cosas con más serenidad o claridad, conseguir información importante para la toma de la
decisión, sopesar la cuestión con un asesor, socio o jefe, procurar un lugar neutral para la
próxima sesión, darle un tiempo a la otra parte para que evalúe las cosas con calma, reunir
en la mesa de negociación a quienes tienen efectivamente el poder de tomar las decisiones
que se requieren, entre otras.
d) La conversación sobre posibles acciones es un tipo de diseño conversacional que no se
ubica aún en el tiempo de lo presente y factual, sino de un futuro posible, condicional. Esto
hace de este tipo de conversaciones una oportunidad de valor incalculable para explorar
alternativas, imaginar y calcular escenarios posibles, esto es, para ampliar nuestro horizonte
de posibilidades.
Responde a la pregunta "¿qué pasaría si?", y es un ejercicio que se puede hacer solo o con la
contraparte. Este tipo de planteamientos puede incluso cumplir la función de facilitar que el
otro evalúe por sí mismo la viabilidad o inviabilidad de la alternativa de solución que pro-
© FUOC • PID_00161331 71 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

pone. También se pueden sugerir en ella acciones previas, como recabar cierta información
que parece crucial para hacer un buen diagnóstico del problema en cuestión.
Adicionalmente, por tratarse de una conversación sobre posibilidades (y no acciones o com-
promisos que se deban adquirir en el momento) contribuye a relajar los ambientes de ne-
gociación y las relaciones entre las partes y a generar una situación en la que "trabajamos
juntos" para encontrar la mejor solución al problema que nos reúne.
Es decir, permite reemplazar la muchas veces inhabilitante situación de enfrentamiento, por
una de reunión en torno a un asunto en común.

4. Estrategias de negociación
a) La negociación sobre la base de una estrategia distributiva, al contemplar un sólo tipo de
interés y una sola medida de éste, tiene una serie de debilidades en la resolución de conflictos:

• Puede derivar en resultados pobres para ambas partes.


• También, como suele concentrarse en una adscripción a las posiciones tomadas, y sobre
todo a las asumidas inicialmente, descuida los intereses simultáneos y subyacentes, pu-
diendo producir resultados insensatos.
• Asimismo resulta ineficiente, ya que la táctica asociada a ella (iniciar la negociación con
posturas extremas y proceder luego por aproximaciones paso a paso) es bastante lenta
y engorrosa.
• Finalmente, es peligrosa para las relaciones, ya que no sólo no se ocupa de los sentimien-
tos de la otra persona, sino que al operar sobre una identificación de las partes con las
posiciones asumidas en público, hace que negociar sea un enfrentamiento de voluntades,
donde finalmente sus resultados, basados las más de las veces en ceder algo por otra cosa,
redundan en una derrota relativa para cada cual o total para alguna de las partes.

b) Para los autores del método Harward de negociación, un buen método de negociación
debe conducir a un acuerdo sensato, si este acuerdo es posible, ser eficiente y mejorar o por
lo menos no deteriorar la relación entre las partes.
A su vez, plantea que un acuerdo sensato se caracterizaría por:

• Satisfacer los intereses legítimos de ambas partes dentro de lo posible.


• Resolver los conflictos de intereses con equidad.
• Ser duradero.
• Tener en cuenta los intereses de la comunidad.

Agregan que una buena metodología integrativa tiene en cuenta que toda negociación se da
simultáneamente en dos niveles: del contenido (qué) o materia de la negociación y, de la for-
ma (cómo) o la relación de negociación. Mientras negociamos una materia, simultáneamente
negociamos la manera en que es negociada: es decir, metanegociamos la negociación.
Así, en el método Harward, también llamado negociación basada en principios, la cuestión es
cómo ser duro con el problema y suave con las personas.
Se trata de pasar de una negociación distributiva basada en posiciones, a una integrativa,
basada en intereses, en principios y en los méritos de la cuestión. En ella los participantes
están solucionando un problema que los reúne, su imagen es el del trabajo "hombro con
hombro". Su objetivo es lograr un resultado sensato, en forma eficiente y amistosa.
© FUOC • PID_00161331 72 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

Glosario
campo de estudio  m  Espacio que contiene la unidad de análisis en una investigación.

diseño de investigación  m  Estrategia orientada al logro de los propósitos de una inves-


tigación.

dramatización  f  Técnica que incorpora las ideas del juego y de la representación con la
finalidad de inducir a las personas que participan de ellas a empatizar con diferentes pers-
pectivas frente a una situación.

entrevista  f  Método de recogida de información mediante conversaciones, con una o va-


rias personas, en torno a temáticas que son objeto de estudio.

entrevista de grupo  f  Modalidad de entrevista cuyo objetivo es la indagación de opinio-


nes y actitudes frente a un fenómenos con un grupo, focalizando la atención en la informa-
ción que otorga la dinámica grupal.

entrevista en profundidad  f  Entrevista orientada a la comprensión exhaustiva de los


conocimientos, creencias, valores y explicación que tienen del fenómeno estudiado los en-
trevistados.

entrevista exploradora  f  Entrevista orientada a la comprensión rápida y general de un


fenómeno, o de algunos de sus aspectos definidos como más relevantes y prioritarios, a través
de la promoción de explicaciones verbales con un mínimo grado de emotividad.

estudio de caso  m  Diseño cuyo objetivo es indagar en profundidad en un fenómeno


en su contexto utilizando múltiples fuentes de evidencia, es decir, los diferentes actores del
conflicto.

grupo de discusión  m  Técnica de investigación social que toma la conversación que se


genera en un grupo como un espacio donde se reproducen y cambian las prácticas y discursos
sociales.

grupo focal  m  Modalidad de entrevista cuyo objetivo es la indagación de opiniones y ac-


titudes frente a algún tema con varias personas a la vez, haciendo uso explícito de la interac-
ción grupal para producir datos. La conversación es dirigida por un moderador que estimula
a los participantes a comentar los tópicos en cuestión.

informador -a clave  m y f  Individuo en posición de aportar información relevante en una


investigación debido a la relación que tiene con el problema investigado y a su disposición
a cooperar con el equipo de investigación.

investigación acción participativa  f  Diseño cuyo objetivo es la transformación social


a través de un proceso dialéctico de reflexión-acción, donde la comunidad o grupo afectado
adquiere un carácter protagónico en la delimitación, atención y análisis del problema inves-
tigado, siendo el equipo de investigación un agente dinamizador y orientador del proceso.

investigación participativa  f  Diseño cuyo objetivo es indagar en profundidad en un


fenómeno en su contexto, incorporando la participación parcial de los actores, ya sea en la
recogida de la información, en la contrastación de los resultados de la investigación o en la
implementación de las estrategias que se van a seguir.

metodología cualitativa  f  Conjunto de procedimientos de recogida y análisis de la in-


formación caracterizados por un acento en la simultaneidad de los procesos de planificación,
recogida y análisis; el reconocimiento del carácter complejo y total de la realidad; la búsque-
da de la particularidad y contextualización de los resultados; la cualificación por encima de
la medición, y la intersubjetividad por encima de la objetividad.

muestreo  m  Procedimiento para seleccionar dentro de una población, llamada universo,


los sujetos que la representarán y que participarán en una investigación.

objetivo específico  m  Objetivo que operacionaliza el objetivo general en los temas y


acciones que se van a abordar y desarrollar, respectivamente.

objetivo general  m  Objetivo que hace referencia al producto que se espera alcanzar al
final de una investigación y contiene el objeto y campo de estudio.

objeto de estudio  m  Unidad de análisis en una investigación.


© FUOC • PID_00161331 73 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

observación no participante  f  Método de recogida de información que consiste en con-


templar de manera sistemática el desarrollo de una situación tal como se desarrolla, evitando
cualquier interferencia de parte del observador.

observación participante  f  Método de recogida de información en el cual el observador


interactúa con aquello que observa.

preguntas de investigación  f pl  Preguntas que reformulan y acotan el problema iden-


tificando interrogantes que admiten respuestas, determinando los cursos de acción de la in-
vestigación y señalando el tipo de resultados que ésta arrojará.

problema  m  Condición que ha sido reconocida como una dificultad por una persona,
comunidad o grupo social y ha sido incorporada en su agenda de acciones.

técnica de Delphi  f  Método de recogida de información que busca, por medio de entre-
vistas sucesivas, encontrar los puntos de consenso y disensión entre un grupo de expertos
o partes en conflicto.
© FUOC • PID_00161331 74 Investigación del conflicto y estrategias de resolución

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Taylor, S. J. y Bodgan, R. (1986). Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Buenos


Aires: Paidós.
La aportación de
las TIC
a la comprensión, análisis y
transformación de los conflictos
sociales

Aleix Caussa Bofill


© FUOC • PID_00161332 La aportación de las TIC

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Índice

Introducción............................................................................................... 5

Objetivos....................................................................................................... 7

1. Las nuevas tecnologías de la información y la


comunicación...................................................................................... 9
1.1. ¿Qué es Internet? ........................................................................ 10
1.1.1. Las formas de comunicación ......................................... 10
1.1.2. Elementos de Internet ................................................... 11
1.1.3. El ciberespacio ............................................................... 13
1.2. ¿Qué efectos sociales tiene Internet? .......................................... 14
1.2.1. La sociedad red .............................................................. 15
1.2.2. La comunicación y la información como moneda de
cambio ............................................................................ 15
1.2.3. Lo que es local y lo que es global ................................. 16

2. La intervención de las TIC en los conflictos............................... 19


2.1. La gestión y la intervención mediante los usos de las TIC ......... 19
2.1.1. La intervención en red .................................................. 21
2.2. La creación de nuevos actores .................................................... 22
2.2.1. Otro mundo es posible .................................................. 23
2.2.2. El ensamblaje con las TIC ............................................. 24

3. La transformación de los conflictos sociales.............................. 27


3.1. Poder, información y codificación .............................................. 28
3.2. La centralidad de la identidad .................................................... 29
3.2.1. Los nuevos movimientos sociales ................................. 30

Resumen....................................................................................................... 34

Actividades.................................................................................................. 35

Glosario........................................................................................................ 36

Bibliografía................................................................................................. 37
© FUOC • PID_00161332 5 La aportación de las TIC

Introducción

En enero de 1994 tuvo lugar la rebelión zapatista en Chiapas, México. Los in-
dígenas y los campesinos de la selva Lacandona se levantan en armas y con-
trolan varios pueblos de la provincia de Chiapas. Desde la selva, el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZNL) se opone a las políticas represivas del
Gobierno mejicano en la provincia. Su grito: ¡Ya basta!

Este levantamiento pretende frenar y remediar la situación en que viven los


indígenas de la zona: la explotación y la represión de sus vidas y su entorno.
Para ello se avalan en la constitución mejicana, en el artículo 39:

"La soberanía nacional reside esencialmente y originariamente en el pueblo. Todo poder


público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo Información del EZLN
tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno."
Para acceder a la informa-
ción que el EZLN ha pro-
Sin embargo, la respuesta del gobierno fue el envío masivo de tropas para re- ducido sobre los aconteci-
mientos, podéis visitar las
primir el levantamiento indígena. Aislado del mundo en la selva Lacandona, seguientes webs: http://
enlacezapatista.ezln.org.mx,
el EZLN se enfrenta al control de la provincia y al control mediático que rea- http://
liza el gobierno. A pesar de ello, los zapatistas cuentan con un nuevo aliado: zeztainternazional.ezln.org.mx

las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC). A través de


Internet, los zapatistas explican al mundo cuál es su situación, sus razones y
argumentos, sus necesidades, el genocidio del ejército, la posición del gobier-
no... Los árboles de la selva protegen la rebelión del ejército y las TIC conectan
la selva con el mundo.

Por primera vez, las TIC son utilizadas como un arma mediática en un con-
flicto. Gracias a ellas, el EZLN entra en la lucha por la definición del conflicto,
presentando al mundo su versión de los hechos más allá de la represión esta-
tal. El aislamiento geográfico se transforma en conexión global por el efecto
de las TIC. El gobierno mejicano ya no solo se enfrenta a los zapatistas: ahora
la opinión pública e internacional también toman partido. Los zapatistas ya
no están solos ante el ejército. A través de Internet consiguen apoyo popular,
movilizar recursos (libros, documentos, imágenes, fotos, etc.), fuentes de in-
gresos o afiliaciones a su causa.

¿Qué sucede cuando las TIC forman parte de un conflicto? ¿Cómo se trans-
forma este conflicto? ¿Qué usos se hace de la tecnología? ¿Qué implicaciones
sociales tienen las nuevas tecnologías?

En este módulo resolveremos muchas de estas cuestiones. Trabajaremos el im-


pacto que las nuevas tecnologías han tenido en los conflictos sociales: en su
naturaleza, en su gestión y en su intervención. Para ello haremos un breve
© FUOC • PID_00161332 6 La aportación de las TIC

recorrido, en el que explicaremos las características de las nuevas tecnologías


y sus efectos sociales, para posteriormente contextualizar estos efectos dentro
del marco de los conflictos sociales.
© FUOC • PID_00161332 7 La aportación de las TIC

Objetivos

Este módulo tiene como objetivo principal reflexionar sobre los cambios que
han supuesto las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
(TIC) en la naturaleza de los conflictos sociales. Así, también queremos refle-
xionar sobre cómo estas tecnologías han afectado a las formas de gestión e
intervención en los conflictos.

Al final del módulo, seremos capaces de:

1. Saber caracterizar las nuevas tecnologías de la información y la comuni-


cación.

2. Analizar las transformaciones de la sociedad y de la acción social que in-


troducen las TIC.

3. Situar la gestión de los conflictos en este contexto tecnológico.

4. Conocer la naturaleza de los nuevos conflictos sociales vinculados a estas


transformaciones tecnológicas y sociales que viven nuestras sociedades.

5. Presentar y analizar el importante papel de los nuevos movimientos socia-


les como actores importantes en la definición, análisis e intervención en
los conflictos actuales.
© FUOC • PID_00161332 9 La aportación de las TIC

1. Las nuevas tecnologías de la información y la


comunicación

Nuestras sociedades viven épocas de cambio provocadas por una transforma-


ción tecnológica importante. Si queremos entender cuáles son los cambios
que estas tecnologías introducen en nuestras sociedades y en nuestra capaci-
dad de acción, nos vemos obligados a realizar un primer paso, explicativo y
descriptivo, sobre ellas. Así, en este apartado nos centraremos en explicar las
características que definen las nuevas tecnologías de la información y la co-
municación (TIC). Básicamente, centraremos nuestro análisis en Internet, la
más popular de todas ellas.

Lo primero que nos sorprende cuando nos acercamos a las nuevas tecnolo-
gías es su increíble velocidad de transformación. En pocos meses, estas tec-
nologías agregan nuevas potencialidades a su estructura que les permiten la
ampliación de sus usos. Esta velocidad no es de extrañar si atendemos al alto
número de individuos y corporaciones que trabajan cotidianamente con estas
tecnologías. Un número creciente de investigadores, empresarios, ciudadanos
y demás se apropia de estas tecnologías, confiriéndoles nuevos ámbitos y usos.
Para no desviarnos de nuestra ruta, dejaremos este punto para más adelante.

La velocidad de desarrollo tiene una fuerte relación con una de las caracterís-
ticas más importantes de estas tecnologías: su convergencia, la cual viene da-
da por la digitalización; es decir: la capacidad que permite traducir cualquier
tipo de información en un formato común, en un lenguaje binario. Largas se-
cuencias binarias de "0" y "1" generan un sistema de codificación que permite
la traducción de imágenes, textos, sonidos, programas, códigos, etc., en un
mismo lenguaje.

Esta convergencia viene acompañada de un fuerte progreso de los componen-


tes electrónicos. Microchips, transistores, microprocesadores, circuitos inte-
grados, entre otros componentes, aportan los requisitos materiales para que
estas tecnologías se conecten entre sí en un mismo lenguaje. Este progreso
nos remite al gran potencial de energías que se destinan a la investigación y
desarrollo de estas tecnologías.

Este lenguaje común ha sido la piedra angular que ha permitido la creación


de protocolos que permiten que la información sea compartida por diferentes
ordenadores y transmitida a través de un mismo canal. A diferencia de los sis-
temas analógicos, estas tecnologías no requieren canales diferenciados, ni em-
plear en cada uno de ellos una tecnología diferente. La digitalización permite
el tratamiento y la transmisión de imágenes y de texto por el mismo canal:
redes telefónicas, satélites (GPS), cable o ondas radioeléctricas.
© FUOC • PID_00161332 10 La aportación de las TIC

La convergencia tecnológica es una característica fundamental de las


TIC. La polivalencia de estructuras y de canales a través de un lenguaje
común les confiere una flexibilidad antes impensable.

La flexibilidad y polivalencia no sólo afecta a la transmisión de cualquier tipo


información por un mismo canal. El tratamiento de la información también
se ve afectado por esta convergencia. El exponente más claro es el multimedia,
que permite el trato de imágenes, audio, vídeo, datos, etc., de forma simultá-
nea.

Tecnología multimedia

Hoy en día, con los componentes necesarios, podemos conectar nuestras cámaras foto-
gráficas con el ordenador. La digitalización de la imagen permite su conexión con los
ordenadores y su posterior tratamiento. Ante nosotros, tenemos la posibilidad de mezclar
medios generando composiciones híbridas: por ejemplo, mezclar sonidos y texto con
las fotografías digitales. Además, estas composiciones híbridas también convergen con
Internet, posibilitando su transmisión por un único canal.

1.1. ¿Qué es Internet?

Hoy en día, Internet es la más visible y la más popular de las nuevas tecnolo- TCP-IP
gías. Al lado de los medios de comunicación "clásicos", como la radio, el tele-
El TCP-IP es un protocolo de
visor o el teléfono, Internet se nos presenta como una hibridación de todos red que organiza la forma de
ellos. Más que un medio, es muchos medios en uno. Internet se estructura comunicación entre ordenado-
res en el ámbito del software.
como una red, interconecta ordenadores entre sí o, mejor dicho, redes de or- El IP és el código identificador
denadores entre sí. Teje una red de redes mundial a través de un protocolo del ordenador en la red. Este
código también se sitúa en el
(TCP-IP) que permite la conexión entre ordenadores articulada por servidores software.

autónomos entre sí.

Siguiendo a Michel Serres (1994), Internet es flujo y stock al mismo tiempo.


Es flujo por la constante transmisión de información que recorre sus redes. Es
stock por el registro de esa información, que no se pierde, sino que se almacena
en los servidores que conectan las redes, permitiendo su recuperación desde
cualquier lugar. Así, otra vez volvemos al flujo, introducción, transformación
y transmisión que los servidores albergan.

1.1.1. Las formas de comunicación

Según cuenta la leyenda, en el año 490 a.C., el soldado griego Fidípides reco-
rría la distancia que separaba Maratón de Atenas (unos 43 kilómetros) para
transmitir el mensaje de que el ejercito ateniense había derrotado a las tro-
pas persas. Posteriormente murió exhausto, juntamente con la Primera Guerra
Médica. La unión entre el transporte del mensaje y la comunicación parecía
un hecho inseparable. A lo largo de la historia, sobre todo en los últimos siglos,
hemos asistido a la progresiva separación entre transportar la información y
comunicarla (véase desde las señales de humo hasta el telégrafo). Sin embar-
go, Internet trae una comunicación donde la instantaneidad es la norma. La
© FUOC • PID_00161332 11 La aportación de las TIC

información circula por la red a la velocidad de la luz. Los mensajes tardan


un segundo en recorrer el mundo. Esto ha abierto la posibilidad de comuni-
cación a tiempo real con independencia de las distancias que separan a los
interlocutores.

Otro elemento que queda transformado en este recorrido histórico hasta In-
ternet es el peso o la cantidad de información. El peso de la información va
más allá de la capacidad de aguante humana, más allá de la cantidad de ma-
dera y de la densidad del humo. La digitalización permite la compresión de
grandes cantidades de información. A través de Internet se movilizan grandes
cantidades de información sin que ello suponga un tiempo y un coste extra
para su transmisión.

Las características de Internet han posibilitado una nueva forma de comuni- Servidores
cación que con los medios "clásicos" no existía. La transformación consiste en
Los servidores son la maqui-
el paso de una comunicación few to many 'de pocos a muchos' a una comuni- naria y el software destinados
cación many to many 'de muchos a muchos'. En este medio desaparecen los a ofrecer servicios. Cada servi-
dor tiene la capacidad de dar
centros y las periferias: se diluye la distancia entre un emisor claro y unidirec- lugar a un conjunto de aplica-
ciones que definen la oferta de
cional de mensaje y una masa de espectadores, de lectores o de audiencias. La sus posibilidades. Buscar, ba-
descentralización que supone Internet, a través de la interconexión de múlti- jar, conectar, etc.

ples nódulos (servidores) en red, lleva las posibilidades de los internautas más
allá del mero consumo de información. Ahora, producimos tanto como lee-
mos y recibimos. Gracias a esta socialización de los medios de producción de
mensajes, gracias al acceso a la información y a la flexibilidad de los medios
de comunicación conectados en red, se diluyen las distinciones claras entre
emisor y receptor. Uno y otro se dan de manera simultánea o paralela.

Internet abre la posibilidad a una comunicación de muchos con mu-


chos.

Por oposición a Internet tenemos el televisor, que:

Es un instrumento monovalente que recibe imágenes con un espectador pasivo que lo


mira, [...] el mundo multimedia es un mundo interactivo y polivalente cuya máquina es
un ordenador que recibe y transmite mensajes digitalizados.

G. Sartori (1998). Homo videns: la sociedad teledirigida (p. 53). Madrid: Santillana, SA Tau-
rus.

1.1.2. Elementos de Internet

Para poder comprender adecuadamente las transformaciones que suponen es-


tas tecnologías, presentaremos, en el caso de Internet, los elementos con los
que opera normalmente. Así, trataremos los elementos que nos sirven para
gestionar la información, los elementos que nos sirven para la transmisión de
información y los elementos que nos permiten generar vínculos en Internet.
© FUOC • PID_00161332 12 La aportación de las TIC

La comunicación que posibilita Internet se da mediante un conjunto de ins-


trumentos que se han desarrollado conjuntamente con esta tecnología. En es-
te apartado no analizaremos todos los instrumentos de que dispone Internet,
sino que nos centraremos en los más representativos.

Empezaremos nuestro análisis con el instrumento más utilizado en Internet:


el correo electrónico. Éste, a través de los ordenadores conectados a la red,
permite la comunicación entre personas u organizaciones de forma bilateral
(mensajes a una persona) o multilateralmente (mensajes a grupos de personas
o listas de correos). Los usos del correo se centran básicamente en la corres-
pondencia y en las listas de intercambio. La interacción se da casi siempre en-
tre seres humanos con relaciones preestablecidas o intereses mutuos.

Las listas de correos permiten difundir información a múltiples receptores de


forma simultánea sin que ello suponga un coste adicional. Estas listas tienen el
inconveniente de que pueden saturar o sobrecargar los correos electrónicos de
sus miembros. No es de extrañar, pues, que entre las listas se hayan generado
protocolos que proponen una tipología concreta de mensajes cuyo tamaño
y temática vienen delimitados. De esta forma, los adscritos a la lista podrán
administrar las cantidades de información y leer o borrar los mensajes sin ne-
cesidad de abrirlos, aunque no podrán ignorar su existencia, como puede su-
ceder con las webs.

Las webs (World Wide Web) son la telaraña global que en Internet enlaza tex- Red de ordenadores
tos. O mejor dicho, hipertextos basados en un código universal que permite
Para localizar una web, tene-
generar un sistema de enlaces que facilita la conexión entre datos, documen- mos muchos caminos. Para lle-
tos, objetos multimedia o proyectos. Cada web posee una dirección única que gar a un ordenador tenemos
que pasar por otros. La red
puede ser localizada por el localizador universal de recursos (URL). Ahora bien, de ordenadores conectados
permite a los direccionadores
encontrar una web implica la búsqueda activa de la información que contie- (routers) encaminar los datos
ne. Por el contrario, navegar por las webs no implicará una interacción entre de la manera más eficaz para
conectarse a una web.
personas. Más bien, la relación se establece entre una persona, a través de su
ordenador, y otro ordenador o servidor.

La característica más genuina de las webs es su disposición no lineal. Es decir,


los ítems (véase el glosario) de información no se disponen como en un texto
de papel, sino que se extienden a través de enlaces que conectan dichos ítems
(hipertextualidad). El hipertexto tiene dos características básicas vinculadas
mutuamente: la extensión y la interactividad. El hipertexto carece de una ex-
tensión determinada a priori. Sus enlaces constituyen una telaraña global de
conexiones que se materializará de una forma u otra dentro de unos límites
según nuestras acciones. La interacción que nos permiten las webs, activar
un enlace u otro, marcará la extensión del hipertexto y la cantidad de infor-
mación. El usuario a través de la interacción pone límites del hipertexto: los
elementos y vínculos seleccionados. Así, según las conexiones que realicemos
estableceremos rutas y referencias, dando una forma y extensión concreta a
la web. De ahí la idea de navegar: no hay caminos fijos, sino corrientes o co-
© FUOC • PID_00161332 13 La aportación de las TIC

nexiones que nos llevarán a nuevas conexiones. Por lo tanto, cada conexión
que realicemos nos dará acceso a una serie de redes y a una serie de ítems que
activarán más información y enlaces.

Una consecuencia de la navegación es la posibilidad de que los internautas


vayan elaborando sus propios textos (e hipertextos) a través de sus recorridos.
Este entramado de enlaces propicia la co-construcción de conocimiento. Las
diferencias entre autores y receptores se diluyen. Esta nueva forma de acceder
a la información ha transformado las formas de producción y presentación de
conocimiento y, por lo tanto, las formas de entender la autoría.

Materiales virtuales de la UOC

Un claro ejemplo de ello son los materiales virtuales que la UOC pone a disposición
de sus estudiantes. No se tratan de materiales cerrados. Más bien y a través de los links
presentes, son materiales que el mismo estudiante también construye. Los links permiten
que los estudiantes vayan más allá de los materiales preestablecidos, agregando nuevas
informaciones que complementan los conocimientos fijados. La interacción que ofrecen
los materiales virtuales mezcla la autoría de los materiales y las prolongaciones que de
ellos hacen los estudiantes.

El último elemento que explicaremos es la interfaz, que es lo que se encuentra Interfaz


entre el software y el usuario. Es decir, es el conjunto de herramientas dispo-
La interfaz es un elemento que
nibles de un programa, de una web o de un sistema operativo que permite va evolucionando con el tiem-
su propio funcionamiento. En definitiva, son las operaciones que permiten y po. Por ejemplo, hemos pasa-
do del teclado como única su-
aseguran la relación entre máquina (o red de máquinas) y el ineludible com- perficie (bajo el sistema ope-
rativo MS-DOS) al ratón y las
ponente humano. Es, por lo tanto, lo que permite el funcionamiento de estos ventanas como tipologías de
entramados sociotécnicos de los que hablamos. interfaz (bajo el sistema opera-
tivo Windows).

Si entramos, por ejemplo, en Google para buscar alguna información, la inter-


faz nos prepara las herramientas necesarias para realizar nuestra búsqueda. El
lugar para introducir la información que buscamos y los botones que iniciarán
la búsqueda, así como los que marcarán el tipo de búsqueda, constituyen parte
de la interfaz de la web de Google.

Podemos decir que las transformaciones que han ido sufriendo las interfaces
hasta las actuales han sido el factor que ha motivado la popularidad de Inter-
net. La interfaz ha permitido que la apropiación de estas tecnologías sea cada
día más fácil, aumentando, de esta forma, el número de sus usuarios. Al mismo
tiempo, también ha sido un elemento decisivo para la explotación comercial
de Internet.

1.1.3. El ciberespacio

Hasta el momento hemos utilizado el concepto de Internet para referirnos


indistintamente a:

• La red mundial de ordenadores y servidores conectados entre sí por redes


terrestres y/o satélites.
© FUOC • PID_00161332 14 La aportación de las TIC

• Las dinámicas humanas que aparecen en este nuevo espacio y los flujos
de información que circulan por la red.

Sin embargo, cuando nos referimos al ciberespacio debemos conceptualizarlo


como el conjunto de redes y subredes que albergan y constituyen la realidad
virtual. Internet es la red más grande que constituye el ciberespacio, pero no
es la única. Subredes como las intranets (las redes que conectan diferentes
estratos de una organización a través de sus propios ordenadores), cuyo acceso
no está abierto para todo el mundo, también forman el ciberespacio.

El espacio virtual o el ciberespacio hace referencia a la nueva dimensión es-


pacial y a las nuevas dinámicas sociales que tienen lugar mediante y gracias
a estas tecnologías. Sus principales características son la ausencia de barreras
geográficas en lo que se refiere al espacio. Y, también, transforma la relación
con el tiempo que tenemos en el espacio del mundo. En el espacio virtual la
simultaneidad de las acciones deja de ser irremediable.

"Tú hablas, yo puedo no escucharte, ya que te grabo, para poder tener más adelante una
audición tranquila y más atenta, mientras que esta noche convocaré al mismo tiempo, en
un salón virtual y por una simultaneidad que he elegido yo y que no me viene impuesta
por lo que se llamaba antes el fluir o la Naturaleza misma del tiempo..."

M. Serres (1994). Atlas (p. 178). Madrid: Cátedra.

1.2. ¿Qué efectos sociales tiene Internet?

Hasta el momento hemos visto cuáles son las principales características que
definen las TIC, centrándonos en Internet. Ahora, pasaremos a comentar al-
gunas de las transformaciones que las TIC han supuesto para la concepción
de nuestras sociedades contemporáneas y para la acción social.

Así como la época industrial fue presentada como una revolución debido a los
cambios sociotécnicos que introducía en la morfología social, así como en la
época industrial la fábrica era concebida como la forma organizativa de nues-
tras sociedades, hoy día nos encontramos ante una nueva exclamación que
pretende explicar la gran cantidad de cambios que vivimos en esta época: "la
revolución tecnológica". Esta exclamación destaca el rol que las nuevas tecno-
logías de la información y la comunicación han adquirido en nuestras socie-
dades. Actualmente encontramos propuestas que nos plantean Internet como
el nuevo paradigma sociotécnico que sustenta y constituye la base material de
nuestras vidas, trabajos, relaciones sociales y comunicaciones.
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1.2.1. La sociedad red

Internet

"Internet es la sociedad, expresa los procesos sociales, los intereses sociales, los valores
sociales, las instituciones sociales. ¿Cuál es, pues, la especificidad de Internet, si es la so-
ciedad? La especificidad es que se constituye la base material y tecnológica de la sociedad
red, es la infraestructura tecnológica y el medio organizativo que permite el desarrollo de
una serie de nuevas formas de relación social que no tienen su origen en Internet, que son
fruto de una serie de cambios históricos, pero que no podrían desarrollarse sin Internet."

M. Castells (2001). Internet y la sociedad red. Conferencia inaugural del programa de


doctorado de la UOC.

Este autor, Manuel Castells, nos propone la metáfora de la Red como la más
adecuada para explicar y entender la nueva morfología social. A través de las
nuevas tecnologías puede materializarse, tanto en los procesos como en las
organizaciones, esta interconexión y flexibilidad que caracteriza a la Red como
sistema topológico.

Por lo tanto, Internet no es solo una red mundial de ordenadores interconec-


tados: también es un medio de comunicación, de interacción y de organiza-
ción social. Como el lenguaje, la tecnología es una extensión natural e inse-
parable de nuestro mundo y de nuestra visión sobre el mundo.

La novedad no reside en la aparición de la red como forma de organización


social. La novedad radica en la extensión a la totalidad de la morfología social
de esta forma de organización. Los poderes políticos, culturales y económicos
se integran progresivamente en Internet, potenciándolo como el medio de
comunicación y de relación social.

"... el poder de los flujos tiene prioridad sobre los flujos de poder. La presencia o ausencia
en la Red y la dinámica de cada una frente al resto son fuentes cruciales de dominio y
cambio en nuestra sociedad: una sociedad que, por lo tanto, puede llamarse con propie-
dad la sociedad red, caracterizada por la preeminencia de la morfología social sobre la
acción social."

M. Castells (1999). La era de la información: economía, sociedad y cultura (vol. I, p. 505).


México: Siglo XXI Editores.

1.2.2. La comunicación y la información como moneda de


cambio

Como comentábamos, Internet permite la transmisión de grandes cantidades


de información sin que ello suponga un gran coste. En la sociedad red, los
flujos de información son la sangre que alimenta los diferentes órganos socia-
les. De ahí la transformación que nos comentan algunos autores respecto a
la economía. Un tránsito de una economía industrial a una economía digital.
Las nuevas autopistas de la información, basadas en el silicio, los ordenadores
y las redes, sustituyen al acero, los automóviles y las carreteras.
© FUOC • PID_00161332 16 La aportación de las TIC

Frente al pasado, nuestro mundo es, en gran medida, un espacio electrónico. Por él tran-
sitan órdenes, mensajes o capitales, y ya no sólo cuerpos.

J. Gómez (2002). Tecnologías de la información y la comunicación: la sociedad del es-


pacio electrónico. En J. M. de Cózar (2002). Tecnología, civilización y barbarie (p. 274).
Barcelona: Anthropos.

Frente a una organización socioeconómica basada en las relaciones de materia


y energía, la sociedad red se sustenta en la información y el conocimiento.
La información se convierte en la moneda de cambio en las relaciones que
constituyen la sociedad.

La accesibilidad a dichas autopistas de la información marcará la capacidad de


acción social, así como la construcción de la identidad. A través de los flujos
de información se abre la posibilidad de generar más información. La infor-
mación sirve de herramienta para producir más información. Y lo que es más
importante, para la creación de conocimiento. La accesibilidad se convierte en
un punto fundamental para la producción y el procesamiento de la informa-
ción; estos últimos, imprescindibles para la construcción de las dimensiones
cruciales para la vida diaria y para las necesidades individuales.

1.2.3. Lo que es local y lo que es global

Las posibilidades de comunicación a tiempo real que ofrecen las TIC han trans-
formado nuestras relaciones con el espacio y el tiempo. Las TIC abren la posi-
bilidad, en palabras de Giddens (1999), a la condición bajo la cual tiempo y
espacio están organizados de tal manera que conectan presencia y ausencia.
Nuestras relaciones sociales ya no precisan de la presencia simultánea en un
lugar determinado.

La instantaneidad en las comunicaciones, como el aumento de la densidad


de contactos a través del dialogo local-global permiten las relaciones entre
personas independientemente de su longitud y latitud en el planeta.

Las TIC permiten que las acciones y relaciones que se establecen tengan
una extensión y un alcance en el conjunto del planeta. Este alcance y
su velocidad incrementan exponencialmente los niveles de interacción
e interdependencia de las relaciones sociales.
© FUOC • PID_00161332 17 La aportación de las TIC

La comunicación entre localidades, separadas por miles de kilómetros y co-


nectadas por la transmisión de información, ha tejido una red de relaciones
globales que han permitido la expansión de una conciencia de globalidad. El
mundo como un único lugar (a single place).

La red global de ordenadores interconectados sirve de base sociotécnica que


constituye dicha globalidad social. Las redes que tejen las interacciones socia- Desde que los primeros satélites nos ponen
al alcance las primeras fotos del planeta,
les mediante la transmisión de información y la comunicación (a través de las la conceptualización del mundo ha venido
marcada por su interconectividad. Las
tecnologías de la información contribuyen a
TIC) son tanto locales como globales. Son locales en todos sus puntos, puesto reafirmar, gracias al constante intercambio
de información y comunicación, esta imagen
global del planeta.
que en todos ellos encontraremos ordenadores, antenas, satélites, cables ópti-
cos o líneas de teléfono diseminadas a lo largo del recorrido. Son globales por-
que nos prolongan de Barcelona a Santiago de Chile o de Tokio a Marrakech. Es
decir, porque gracias a la conexión constante entre localidades, anteriormente
dispersas y desconectadas, construimos globalidades sin precedentes.

Estas conexiones entre lo local y lo global tienen un fuerte impacto sobre cómo
debemos conceptualizar la acción social. Nuestras acciones se vuelven locales
y globales al mismo tiempo. Nuestras acciones aquí pueden tener efectos a
miles de kilómetros y en diferentes temporalidades. Y viceversa.

Mercados financieros

Esta interdependencia es evidente en los mercados financieros. Por ejemplo, la crisis eco-
nómica asiática de 1997 llevó a Rusia a la devaluación del rublo y a la secesión del pago
de la deuda externa, afectando así a la economía de la Unión Europea y especialmente
a Alemania, principal acreedor de Rusia.

En resumen, los cambios que las TIC introducen en nuestras sociedades, abar-
cando así las relaciones sociales y la capacidad de acción, nos muestran el pa-
pel que las tecnologías tienen en nuestra forma de vivir y estar en el mundo.

Nuestras relaciones pasan por este nuevo entramado que configuran las
TIC. Las TIC son un nuevo dispositivo sociotécnico a través del cual
tienen lugar nuestras relaciones sociales.

A modo de resumen, las consecuencias sociales y organizativas que tienen las


transformaciones tecnológicas podrían resumirse en:

a) La virtualidad. Las transformaciones tecnológicas que viven nuestras so-


ciedades permiten la creación de espacios de relación virtuales, que añaden
complejidad y posibilidades a nuestras relaciones sociales. Lo virtual se ha con-
vertido en un adjetivo que empieza a acompañar a muchas de nuestras reali-
dades y relaciones. Muchos equiparan lo virtual con algo irreal, insustancial
o ficticio. Sin embargo, lo virtual indica sobre todo una transformación en
nuestras formas de organización. Lo virtual (del latín virtus, es decir, 'potencia')
nos remite a realidades y relaciones que tienen la cualidad de ser potenciales.
Es decir, que en ellas encontramos la posibilidad de superar ciertos límites,
de realizar acciones siguiendo múltiples combinatorias y posibilidades, más
© FUOC • PID_00161332 18 La aportación de las TIC

allá de los límites estrictos que a menudos ofrece lo presencial y lo actual. Por
ejemplo, una comunidad virtual es aquella que se da sin necesidad de com-
partir un mismo espacio/tiempo, es decir que permite una participación de
sus miembros desde múltiples localidades y temporalidades. Lo virtual, pues,
pasa a definir formas de organización y de relación que no siguen patrones
estrictos ni fácilmente delimitables.

b) La temporalidad. Las TIC abren la puerta a nuevas formas de gestionar el


tiempo. Ahora, la simultaneidad temporal ya no es necesaria para establecer
comunicación con otros. Las TIC permiten conectar diferentes temporalidades
sin que ello suponga una perdida de información.

c) Lo local y lo global. Las constantes conexiones entre diferentes localidades


que permiten las TIC posibilitan la desaparición de las barreras geográficas y
permiten redefinir las coordenadas espaciales como esta madeja que constan-
temente conecta localidades y globalidades. Por ejemplo, a través de las TIC
se puede establecer una comunicación independientemente de las distancias
que separan a los interlocutores.

d) La interactividad. Las TIC abren un tipo de comunicación bidireccional


o multidireccional, donde la diferencia que separaba al receptor del emisor
se diluye. Las TIC permiten las relaciones en línea, y posibilitan asimismo la
comunicación con multitud de personas al mismo tiempo, por ejemplo, en
los chats o en los foros virtuales.
© FUOC • PID_00161332 19 La aportación de las TIC

2. La intervención de las TIC en los conflictos

En este apartado explicaremos el papel que han desempeñado las nuevas tec-
nologías de la información y la comunicación en los conflictos. Es decir, cómo
determinados conflictos o actores en conflicto se han apropiado de estas tec-
nologías. Cómo a través de sus usos, los actores implicados en algunos con-
flictos han conseguido transformar el escenario conflictivo.

Analizaremos lo que las TIC han agregado a la gestión y mediación de los


conflictos. Para ello, nos centraremos en actores que desempeñan un papel
fundamental en la mediación de los conflictos sociales, como pueden ser las
ONG o los movimientos sociales. Veremos cómo a través de las TIC se ha
modificado la gestión de los conflictos, permitiendo coordinar la acción en
espacios virtuales y en espacios presenciales, posibilitando la construcción de
redes solidarias o de apoyo que evitan las fronteras geográficas o fomentando
nuevas formas de organización y producción de conocimiento. Todos esos
elementos son esenciales para la creación de grupos, colectivos y proyectos
encaminados a mediar y solventar situaciones de exclusión, discriminación o
abuso.

Centraremos este apartado en dos aspectos. En el primero explicaremos cómo


han sido utilizadas las TIC como herramienta para la gestión y intervención
en algún conflicto. En el segundo nos centraremos en las formas organizativas
que han propiciado las TIC y que han permitido la aparición de nuevos actores
en el marco de un conflicto.

2.1. La gestión y la intervención mediante los usos de las TIC

A lo largo de esta última década, numerosas organizaciones no gubernamen- ONG españolas


tales (ONG) se han establecido también en Internet. Los adelantos experimen-
El 85% de las ONG españolas
tados por las nuevas tecnologías han brindado una oportunidad para el desa- disponen de una web y el 98%
rrollo humano y la acción de las organizaciones no gubernamentales. cuentan como mínimo con un
ordenador.
Fundación Un Sol Món
La Cruz Roja o Media Luna Roja, según dónde se esté, lleva varios años (desde
1995) ofreciendo y coordinando sus actividades y servicios entre lo presencial
y lo no presencial, entre el mundo físico e Internet. Como nos comenta el
presidente de Cruz Roja de España:

"Desde nuestra perspectiva, la tecnología es una herramienta para el progreso de las so-
ciedades. Como en la práctica totalidad de los sectores, las tecnologías basadas en las
telecomunicaciones son hoy un elemento fundamental en la dinámica de una organiza-
ción humanitaria."

J. M. Suárez (2002). Las nuevas tecnologías, una oportunidad para la acción humanitaria.
http://www.uoc.edu/inaugural02/default_esp.htm
© FUOC • PID_00161332 20 La aportación de las TIC

Esta organización aprovecha las oportunidades que ofrecen estas tecnologías,


tanto para el apoyo y desarrollo de comunidades y de colectivos más vulne-
rables en nuestras sociedades como en la ayuda humanitaria y cooperación,
para el propio desarrollo interno o para la organización.

Las características de las TIC aportan grandes ventajas que pueden ser aprove-
chadas por estas organizaciones:

• La instantaneidad de la comunicación permite que la información esté


accesible en la Red en pocos minutos.

• Los documentos colgados en Internet pueden ser actualizados y cambiados


rápidamente de acuerdo con los acontecimientos.

• Internet facilita a los usuarios, sean de la misma organización o externos


a ella, de forma rápida, fácil y eficaz, la consulta de bases de datos, la toma
de pedidos o las donaciones para las campañas en transcurso.

• El tipo de información disponible en Internet permite combinar imágenes,


gráficos, colores, vídeos, documentos descargables, etc., proporcionando
una interactividad y una experienciación a los usuarios, hecho que poten-
cia la atracción y los efectos que dicha información pretende.

• En comparación con las formas tradicionales de publicación, Internet ofre-


ce un bajo coste en la creación y impresión de documentos. Permite, en
el proceso de creación de documentos, que se puedan producir en menor
tiempo y sin necesidad de recurrir a imprentas para su publicación.

• Al no tener fronteras, Internet permite la distribución de dichos documen-


tos por todo el mundo, ahorrando los costes del transporte que supondría
el envío.

• Permite la fácil generación de plataformas de acción entre organizaciones,


sin que ello suponga un coste elevado en movilización de recursos y en
coordinación.

Las TIC a las ONG

Un claro ejemplo que nos muestra las ventajas que las TIC aportan a las ONG es el caso
del huracán Mitch que pasó por Centroamérica (afectando principalmente a Nicaragua).
En primer lugar, posibilitó el seguimiento y la evolución del huracán desde la semana
anterior a su llegada, permitiendo de esta forma que estas organizaciones ganaran tiempo
para alertar y para preparar un diseño de respuesta ante sus posibles efectos. En segun-
do lugar, Internet fue la fuente más eficaz para saber cuál era la situación que se vivía
sobre el terreno. La información sobre lo que estaba ocurriendo llegaba a las sedes de las
organizaciones vía Internet e inmediatamente éstas colgaban la información en la Red
a través de sus webs.

Además, Internet demostró ser una herramienta muy eficaz para la organización y cap-
tación de fondos destinados a reparar los daños causados por el huracán. Las personas
interesadas podían acceder a la información colgada en las web, que servirían para reali-
© FUOC • PID_00161332 21 La aportación de las TIC

zar donativos para las campañas de ayuda. Al mismo tiempo, la Red ofrecía un feedback
informativo sobre cómo y dónde se invertía el dinero aportado.

Este ejemplo nos muestra la política de mediación en conflictos desplegada


por muchas de las ONG que participaron en la campaña unitaria del Mitch.
Sin embargo, también encontramos otras intervenciones donde se intentan
frenar y eliminar las consecuencias que emergen de los conflictos.

Las nuevas tecnologías han sido utilizadas para reestablecer los lazos de co-
municación entre personas afectadas por conflictos bélicos. El comité inter-
nacional de Cruz Roja puso en marcha por primera vez una página web para
posibilitar y facilitar el contacto entre personas separadas como consecuencia
de la guerra de los Balcanes. Familias, amigos o compañeros de trabajo podían
recuperar los lazos y vínculos que la guerra había roto. Soluciones de estas
características permiten que los lazos se restablezcan a una velocidad mayor,
disminuyendo de esta forma el sufrimiento y la soledad de los afectados. Pero
estas iniciativas no sólo parten de las ONG.

Personas afectadas por conflictos bélicos

Siguiendo en la ex Yugoslavia, encontramos un grupo de mujeres que utilizó Internet para


poder compartir sus experiencias y estrategias de supervivencia en la época de postguerra.
Utilizaron las conexiones de Internet existentes en las universidades para poder salvar las
fronteras geográficas y étnicas que habían dividido el territorio. Internet se transformaba
en un medio para la supervivencia, más allá del fundamentalismo étnico que acechaba
la zona.

Campaña a favor de
Las nuevas tecnologías sirven como herramienta de apoyo a las inter- Safiya
venciones que la organización realiza en diferentes ámbitos.
El movimiento electrónico a
favor de Safiya, la joven nige-
riana condenada en el 2002
a la lapidación, es un buen
Internet se muestra como una herramienta útil para que las organizaciones se ejemplo de ciberactivismo.
den a conocer en su totalidad (información sobre quiénes son, sobre las carac- Las ONG hicieron una inten-
sa campaña, encabezada por
terísticas de la organización, sobre sus campañas, etc.). De esta forma, Internet Amnistía Internacional, que
en España recogió 600.000 fir-
sirve de puente entre las actividades de estas organizaciones y los ciudadanos. mas. Finalmente, Safiya Hus-
Aumenta la eficacia de las campañas de sensibilización, como la promoción a saini salvó la vida.

la participación activa de los ciudadanos en alguna causa, la recaudación de


fondos (donaciones y ventas) o la formación de voluntarios.

2.1.1. La intervención en red

Una de las ventajas más importantes que ofrece Internet es la posibilidad de


trabajar en red, ya sea dentro de una misma organización o entre varias orga-
nizaciones. Como nos muestra la experiencia de Cruz Roja, Internet permite
conectarse y, por lo tanto, establecer comunicación entre diferentes partes de
su organización, entre bases y centros móviles, con recursos humanos, etc.
También les permite conectar las actividades que llevan a cabo sobre el terre-
no, a través de las unidades móviles con las actividades en centros primarios
© FUOC • PID_00161332 22 La aportación de las TIC

de auxilio o centros sanitarios. Sin embargo, esta conexión no sólo se da en


el seno de la organización. Los usuarios de los servicios de Cruz Roja también
quedan conectados a esta red.

Ahora bien, lo más fascinante de la intervención en red aparece cuando dife-


rentes organizaciones generan un plan de acción común ante un conflicto.
Las diferentes organizaciones ponen a disposición recursos en línea, ofertas
de trabajo para voluntarios, documentación, foros, chats, etc. Un claro ejem-
plo ha sido la red que han establecido Greenpeace, Amnistía Internacional,
Médicos sin Fronteras e Intermón/Oxfam con una consigna común: "¡Ante la
guerra, actúa!". Esta red no sólo ha colaborado en la movilización contra la
guerra en Iraq (2003) de millones de personas en todo el mundo, movilización
que ha ejercido un papel de presión política; además, también ha organizado
los trabajos para la recuperación de la sociedad iraquí en la postguerra. Se han
preparado caravanas de camiones cargados de materiales necesarios en esa fase
del conflicto (depuradoras de agua, filtros, alimentos, medicinas, etc.).

Otro ejemplo muy interesante nos lo ofrece la Fundación Ayudando A Ayudar


(www.helpingtohelp.org), cuyo objetivo es poner en línea a posibles donantes
y a posibles receptores. Una vez se recibe una donación, el receptor también se
transforma en donante por el compromiso que esta red crea entre sus miem-
bros, al establecer que el 10% de las ayudas recibidas debe ser donado a otro
colectivo, organización o proyecto que considere que puede necesitarlo.

Así pues, observamos cómo estas organizaciones, ciudadanos y colectivos so-


ciales se apoderan de Internet creando redes de solidaridad que les permiten
hacer frente a los conflictos sociales.

Internet sirve como espacio de intercambio de experiencias, recursos y


materiales, a un bajo coste, entre los diferentes actores conectados entre
sí.

2.2. La creación de nuevos actores

Como acabamos de ver, las TIC han sido utilizadas como un instrumento en la
intervención y gestión de los conflictos. Sin embargo, también han propicia-
do nuevas formas de organización que han permitido la aparición de nuevos
actores. El proceso más espectacular de estas características lo encontramos en
Brasil. Se trata del Foro Social Mundial, celebrado por primera vez en Porto
Alegre (2001).
© FUOC • PID_00161332 23 La aportación de las TIC

2.2.1. Otro mundo es posible

El proceso de globalización económica (conexión de los mercados económi-


cos, tratados mundiales sobre el libre comercio, fusiones empresariales, acuer-
dos multilaterales de inversiones, deuda externa, etc.) lleva varios años siendo
atacado por las redes de movimientos sociales, colectivos civiles, ONG, sin-
dicatos, etc. El mundo guiado por los intereses del mercado económico está
llevando a la humanidad a grandes desigualdades y desequilibrios sociales y
ecológicos, con la consecuencia de una mayor concentración de la riqueza y
el exponencial crecimiento de la pobreza.

El Foro Social Mundial nace en el año 2001 como un encuentro para aunar
esfuerzos por parte de las voces en contra de la globalización económica y
como contrapunto a los encuentros del Foro Económico Mundial. Este último
es visto como representante de la globalización económica y, por lo tanto,
como una de las fuerzas responsables del actual sentido de la globalización.

Sin embargo, en su segunda edición, en el año 2002, el FSM decide generar


un cambio en sus dinámicas políticas, con la intención de dejar de ser única-
mente una voz contra la globalización económica para pasar a ser una voz
propositiva. Una voz que genera alternativas y propuestas concretas respecto
a cómo debe realizarse la globalización sin que ello suponga una perdida de
derechos sociales y un desastre ecológico para el planeta.

De esta forma, el Foro Social de Porto Alegre deja de ser el único punto de co-
nexión local para empezar a tejer una red de contactos, conocimientos y rela-
ciones desde diferentes localidades que permiten la expansión global de estos
encuentros, expansión que se traduce en una mayor participación de personas
de todo el mundo y en una mayor inclusión de propuestas y problemáticas lo-
cales. El Foro Social, al descentralizarse, permite su crecimiento, estableciendo
nuevos vínculos con los actores que se incorporan en su participación.

Así, en su edición del 2003, el Foro Social Mundial reunió a cien mil partici-
pantes de ciento cincuenta y seis países y a más de cuatro mil periodistas. De
esta forma, el FSM ha pasado a ser el proceso de debate y creación de alterna-
tivas referente en todo el mundo. En tres años, Davos ha visto cómo perdía
protagonismo mediático y cómo el conocimiento producido desde las redes
del FSM deslegitimaba sus argumentos y propuestas. El Foro Social Mundial
se ha convertido en un nodo global, vinculando a miles de redes en todo el
mundo. Produce gran cantidad de información y conocimiento, ofreciendo
un sentido alternativo a la actual globalización.
© FUOC • PID_00161332 24 La aportación de las TIC

2.2.2. El ensamblaje con las TIC

A través de estos años, el Foro Social Mundial se ha erigido en la principal voz Foro Social Mundial
que problematiza la actual globalización económica y sus efectos sociales y
En la página web oficial del Fo-
ecológicos. Critica una globalización encaminada por los intereses económi- ro Social Mundial hallaréis to-
cos, pasando por encima de las personas y del medio ambiente. Muestra que dos los datos comentados en
este punto:
la globalización se orienta según los intereses de grupos y corporaciones em- www.forumsocialmundial.org.br
presariales que van más allá de el poder de los estados. La imposibilidad, en la
actualidad, de poder regular estos grupos empresariales, por la sociedad civil
o por sus representantes políticos, plantea un conflicto a escala planetaria.

El FSM pretende ofrecer una alternativa a través de cambios en los actuales


sistemas democráticos, con inclusión de nuevos actores en la participación y
gestión política (mediante la democracia participativa). Pretende cambiar las
normativas comerciales, a través de nuevos valores y regulaciones económi-
cos (mediante tasas que regulen las especulaciones económicas y mediante la
eliminación de los paraísos fiscales). Pretenden transformar el actual sistema
energético, dominado por las poderosas corporaciones petroleras, y apostar
por otros recursos y energías ecológicas (mediante el hidrógeno, la energía so-
lar o la energía eólica).

Gracias a Internet, todas estas propuestas a favor de otra globalización pue-


den conectarse. Ante un conflicto que se plantea a escala global, Internet ha
permitido vincular diferentes propuestas locales, generando una red global
que actúa en todo el mundo. De esta forma, se han articulado propuestas de
cambio global a través de un intercambio de conocimientos, experiencias y
proyectos. El FSM ha otorgado un nuevo significado a la actual globalización,
construyendo una nueva alternativa a través de Internet.

Así, las TIC son el entramado sociotécnico (ved el glosario) que permite la
materialización de este encuentro, el Foro Social Mundial. Como veremos, los
usos de Internet juegan un papel fundamental en la creación de este nuevo
actor global, así como en la tipología de sus propuestas y acciones:

a)�Usando�Internet�como�lugar�de�organización,�coordinación�y�difusión
de�acontecimientos:

• La comunicación: Internet ha sido el medio que ha posibilitado dar a co-


nocer el mismo evento. A través de miles de mensajes y de las páginas web
que dan cobertura al evento se han podido difundir por todo el mundo
los propósitos y los valores que sustentan dicho evento (ver Carta de Prin-
cipios en www.forumsocialmundial.org.br).
Además, Internet ha sido el lugar donde se han podido coordinar los dife-
rentes requisitos para la operatividad del evento: inscripciones, alojamien-
tos, fechas, programas, seminarios, conferencias, talleres, etc. Se han usado
las nuevas tecnologías como elemento de coordinación y de encuentro, lo
© FUOC • PID_00161332 25 La aportación de las TIC

cual ha permitido agilizar, organizar y dar cuerpo al Foro Social Mundial


sin que ello suponga un elevado coste económico.

b)�Usando�Internet�como�espacio�para�la�producción�de�conocimiento

• El conocimiento: la producción de conocimiento ha sido constante desde Armas ligeras


el nacimiento del FSM. Libros, documentos, vídeo forum, artículos, pós-
Os proponemos conocer la red
ters, fotomontajes, páginas web, exposiciones, manifiestos, vídeos, repor- de acción internacional sobre
tajes, documentales, estadísticas, etc., que abarcan como mínimo cuatro las armas ligeras y también la
gran cantidad de información
lenguas (inglés, francés, español y la lengua del lugar del encuentro) y que que aportan:
provienen de todos los continentes. Si además agregamos tanto los partici- www.iansa.org

pantes directos como los indirectos (aquellos que están en contacto con las
redes que conforman el FSM) observaremos que la cantidad, la extensión
y el alcance del conocimiento que se produce para y en estos encuentros
es enorme. Internet, gracias a la flexibilidad que ofrece la digitalización,
ha sido una de las vías más importantes para poder producir, distribuir y
acceder a todo este conocimiento.

c)�Usando�Internet�como�medio�alternativo�de�información

• La actualización: la producción de información sobre el FSM, sobre lo que Difusión de noticias


en él ocurría o sobre los acontecimientos que se suceden en el mundo es
En la Red podemos encontrar
constante. Antes, en y después del FSM sus participantes, los periodistas, múltiples webs que se dedican
o simplemente los interesados no paran de movilizar información a través a la difusión de noticias:
www.barcelona.indymedia.org
de Internet. Esta constante movilización y producción han permitido que
Internet se abra como un espacio de información alternativo a los medios
tradicionales, muchos de los cuales se encuentran vinculados a corpora-
ciones empresariales o proyectos políticos concretos. La posibilidad de ac-
ceder a la información a tiempo real y con independencia de la situación
geográfica se concreta de forma rápida y eficaz.

d)�Usando�Internet�como�espacio�público�para�la�libre�circulación�de�in-
formación

• La circulación�de�información: la transparencia es un elemento impor- Linux


tante del proceso participativo. En el FSM se han reunido numerosas pro-
Linux es un sistema operativo
puestas que se oponen a la regulación de Internet por parte de gobiernos libre que lleva varios años en la
y empresas, a la mercantilización de la información y a la asociación de red:
www.linux.com
usuario con consumidor. Sus propuestas aportan sistemas operativos, co-
Los colectivos hacker ponen al
nocimientos informáticos y datos que ponen al descubierto algunas de las descubierto formas de control
electrónico:
actuales políticas de control electrónico: vigilancia, censura, intromisión
www.hacktivismo.com
en las bases de datos para fines comerciales, etc. Esta mirada reflexiva sobre
las nuevas tecnologías da a conocer otros propósitos y usos que convierten
a las nuevas tecnologías en agentes de control social.
© FUOC • PID_00161332 26 La aportación de las TIC

e)� Usando� Internet� como� altavoz� que� permite� globalizar� las� propuestas
locales

• La globalización: las nuevas tecnologías han permitido globalizar el Foro ''Sin Tierra''
Social Mundial. Sus efectos se han extendido por todo el mundo, tanto por
El Movimiento de trabajadores
los recorridos de sus participantes como por los miles de bits de informa- rurales "Sin Tierra" de Brasil es
ción que circulan por Internet. El conjunto de propuestas locales que los uno de los colectivos sociales
que colabora con el FSM. Por
participantes planteaban en el FSM se ha extendido y amplificado gracias a medio de su página web, da
a conocer sus propuestas, su
las características de Internet. Así, propuestas que podían verse reducidas a historia y sus acciones:
un espacio local han podido prolongarse por el mundo. La concentración www.mst.org.br

e intercambio de medios, energías y personas ha propiciado que muchos


proyectos se den a conocer al mundo.

e)�Usando�Internet�como�espacio�de�acción�política

• La acción: el FSM se ha presentado como un proceso participativo para la


construcción de otro mundo (estilos de vida, fuentes energéticas, derechos
sociales, inmigración, solidaridad, sostenibilidad ambiental, acuerdos co-
merciales, democracia participativa, etc.). Este proceso se ha apoderado de
Internet como un medio de reivindicación política, como un espacio de
denuncia y como un espacio para construir nuevas formas de gestión po-
lítica. Sin embargo, sus propuestas no sólo se han centrado en el ámbito de
lo social; la relación con el planeta, los ecosistemas locales y la conjunción
entre las peculiaridades locales y los flujos globales han sido algunos de
los temas incorporados a la reivindicación política.
© FUOC • PID_00161332 27 La aportación de las TIC

3. La transformación de los conflictos sociales

Acabamos de ver cómo las TIC se han utilizado en la gestión e intervención de


los conflictos. Hemos presentado las TIC como una herramienta que permite
ampliar y extender la capacidad de acción de los actores implicados. Ahora,
nuestra apuesta pretende argumentar que las TIC han modificado el escenario
y la lógica que caracteriza a muchos de los conflictos en nuestras sociedades.
Creemos que las TIC presentan un nuevo campo de análisis y descripción de
los conflictos sociales de especial interés para la psicología social.

Si las TIC son el entramado sociotécnico que sustenta nuestras relaciones so-
ciales, entonces, ¿cambiará algo en los conflictos actuales?

En la sociedad red, la circulación de la información y las posibilidades de co-


municación son el elemento constituyente de las relaciones sociales. Incluso
los bienes materiales son producidos a través de la mediación de sistemas in-
formativos y de universos simbólicos. Los bienes incorporan información y
códigos y, de esta forma, se convierten en signos que circulan por los mercados
mundiales. Pocos elementos escapan a la "necesidad" de virtualizarse en los
espacios online. Pocos son los bienes que no incorporan un mundo simbólico
de significados:

"Los directores de marcas se consideran productores de cultura y hombres sensibles, y los


productores de cultura adoptan las despiadadas tácticas comerciales de los directores de
marca, lo que ha producido un gran cambio de mentalidad."

N. Klein (2001, p. 73)

De esta manera y en palabras de Melucci (1994), los conflictos se desplazan del


sistema económico-industrial hacia el ámbito cultural: se centran en la iden-
tidad personal, el tiempo y el espacio de vida, la motivación y los códigos de la
actuación cotidiana. Por lo tanto, la lucha por la producción de significados y
reapoderación del significado empieza a constituir el centro de los conflictos
actuales.

La construcción de los significados se constituye a través de la interacción so-


cial en nuestras relaciones cotidianas entre los miles de flujos de información
que atraviesan nuestras prácticas y entre las comunicaciones que establecemos
en nuestro día a día bajo la red sociotécnica de las TIC. Tanto la gestión y con-
trol de la información como la construcción de identidades pasan a ser puntos
fundamentales en la naturaleza de los conflictos actuales.

En la actualidad, encontramos muchos conflictos como expresión de catego-


rías y grupos sociales excluidos que intentan obtener una representación po-
lítica, manifiestando la exigencia de una nueva distribución de los recursos o
de la creación de nuevas reglas. Sin embargo, el detalle que introducimos en
© FUOC • PID_00161332 28 La aportación de las TIC

la definición de los conflictos actuales va más allá de la lucha por participar de


un sistema. Planteamos que muchos de los conflictos actuales deben enten-
derse psicosocialmente como conflictos generados por una pugna o lucha por
la apropiación y reapropiación, por parte de distintos grupos o colectivos, de
los recursos necesarios para una sociedad basada en la información.

Con ello, en los conflictos actuales hay en juego algo más que la participación
de un sistema y en el sistema. El mismo sistema, su universo simbólico, sus
estilos de vida, su organización social o sus valores y su legitimación son so-
metidos a debate, interrogados y puestos en duda en los conflictos actuales.

En definitiva:

"Los conflictos no se expresan principalmente a través de una acción dirigida a obtener


resultados en el sistema político, sino que representan un desafío a los lenguajes y códigos
culturales que permiten organizar la información."

A. Melucci (1994, p. 120)

En estos aspectos culturales de cotidianeidad, aparecen las expresiones de au-


tonomía que llevan a la acción a individuos y grupos. Estos últimos desplie-
gan sus códigos en la búsqueda de identidad, reapropiándose de los espacios
en los cuales se constituyen los significados de lo que son y de lo que hacen.
Así, surgen actores que operan como reveladores de otros códigos, otras for-
mas de interpretar los espacios cotidianos, generando dilemas cruciales para
la sociedad.

3.1. Poder, información y codificación

Ante una sociedad que cada día basa más sus relaciones sociales en la informa-
ción y la comunicación, debemos prestar especial atención a estos aspectos. La
información no es un recurso fácil de controlar, ya sea porque se difunde por
muchos canales (el lenguaje, los objetos que procesan información, la comu-
nicación interpersonal), ya sea porque dicho recurso, a diferencia de los recur-
sos físicos o sólidos, puede ser dividido y multiplicado por diversos actores sin
que por ello pierda su contenido específico y su calidad, ya sea por la constante
circulación que desborda las fronteras físicas y las temporalidades locales.

Los ejercicios de poder en una sociedad red no se basan directamente en el


control y dominación de la información. Este ejercicio perdería su finalidad
de control si se centrara en el control de la información, pues el fácil acceso a
la información deja a todos los actores en un mismo plano. Los ejercicios de
poder se centran en el control de los códigos que permiten interpretar dicha
información.

"No hay más posibilidad de discurso que aquel controlado por ciertos grupos a través de
definir los conceptos y del monopolio que intentan imponer sobre el lenguaje."

A. Melucci (1994, p. 132)


© FUOC • PID_00161332 29 La aportación de las TIC

Así, quien controla los códigos controlará la producción de significado y sen-


tido. La información pasará a ser un recurso vacío en manos de los actores que
no pueden acceder a los códigos, un recurso de consumo y no de intercambio
y producción de conocimiento. Pero esto no debe hacernos olvidar la impor-
tancia de la información y de los códigos en la constitución de identidades
sociales. Más bien debemos recordar el papel fundamental de los códigos en
la construcción de significados a través de la interacción. Quienes no parece
haberlo olvidado son las corporaciones empresariales.

Las grandes corporaciones ya no venden productos, sino estilos de vida e iden-


tidades cuyo referente y significado viene codificado a través del consumo de
dichos productos. Se tiene una identidad después de ser codificado:

"[...] si los investigadores de mercado y los cazadores de lo cool decían al unísono que la
diversidad era el rasgo distintivo de personalidad de este sector lucrativo, sólo había que
hacer una cosa: toda empresa con visión de futuro debería adoptar variaciones del tema
de la diversidad como identidad de marca."

N. Klein (2001, p. 146)

Las formas de poder en la sociedad red se fundamentan en la capacidad


de informar (de dar forma).

Informar implica dar códigos para interpretar la realidad. Las formas de poder
ponen a disposición de la sociedad los códigos que siguen y mantienen la ló-
gica dominante. Esos códigos permiten la constitución de unas determinadas
identidad y no de otras.

3.2. La centralidad de la identidad

Así, siguiendo la tesis expuesta hasta ahora, la lucha por los significados, por
los códigos, por la significación se convierte en algo central. Los grupos, las
sensibilidades y las distintas realidades buscan apropiarse de este sentido. La
lucha por la definición es algo fundamental.

Esto se refleja especialmente cuando observamos algunas de las luchas socia-


les que tienen lugar en nuestro presente. Muchas de estas luchas se centran
en la capacidad para definir y apropiarse del sentido de uno mismo, por la
denominada lucha por la identidad.

Ahora los conflictos pasan por la creación y el mantenimiento de códigos para


interpretar los flujos de información y, por lo tanto, para la creación de iden-
tidades.

Sin embargo, las redes sociotécnicas que sustentan la sociedad red han ampli-
ficado exponencialmente la velocidad y la circulación de información. Este
hecho conlleva un efecto social muy importante: la incapacidad de organizar
la información a la que constantemente accedemos. El acceso de forma simul-
© FUOC • PID_00161332 30 La aportación de las TIC

tánea a una pluralidad de sistemas y la proliferación de los marcos de referen-


cia que trae consigo la conectividad que ofrecen las TIC (o la globalización)
pone de manifiesto una paradoja social:

"[...] por familiaridad o más bien por esa costumbre del habitar, el exceso de cercanía
equivale a un alejamiento."

M. Serres (1994). Atlas (p. 66). Madrid: Cátedra.

Establecemos tal constancia de contactos a través de los flujos globales que


producen un elevado grado de incertidumbre en la búsqueda de identidad.
Así, se generan dificultades en la producción de sentido que los individuos
y colectivos le atribuyen a los hechos. Esta paradoja toma más fuerza si nos
encontramos ante una codificación codificada. Es decir, que los ejercicios de
poder ponen en juego determinados códigos y no otros para la interpretación
de la información.

Por lo tanto, no es de extrañar que se produzca una reactivación de las formas


de acción colectiva basadas en la etnia o la nación, alzándose como un intento
de recuperar y mantener una base estable y reconocida de identidad.

"Cuanto más abstracto se hace el poder de los flujos globales de capital, tecnología e
información, más concretamente se afirma la experiencia compartida en el territorio, en
la historia, en la lengua, en la religión y también, en la etnia."

M. Castells (2003, 18 de febrero). El poder de la identidad. El País.

Al mismo tiempo, la conectividad que ofrecen las TIC (o la globalización) pro-


duce la progresiva mundialización de los terrenos y problemas de donde nacen
los conflictos. La localización territorial de un problema se convierte en un
aspecto secundario respecto a su impacto simbólico sobre el sistema planeta-
rio (Melucci 1994). En las sociedades red, los individuos y colectivos sociales
deben establecer y estabilizar constantemente los contratos que los mantienen
unidos y orientan su acción social, con lo cual el peso de los conflictos vuelve
a recaer en la identidad, a la que la gente se aferra como fuente de sentido de
sus vidas, a la que los flujos globales interrogan constantemente.

"[...] eso revelan los conflictos sociales y políticos, pacíficos o violentos, que configuran
el mapa dramático de la humanidad convulsionada y que se remiten casi siempre a la
defensa de identidades agredidas."

M. Castells (2003, 18 de febrero). El poder de la identidad. El País.

3.2.1. Los nuevos movimientos sociales

La Tierra no está muerta; la están matando. Y los que la matan tienen nombre y dirección.

Utah Phillips
© FUOC • PID_00161332 31 La aportación de las TIC

En este último apartado nos focalizaremos específicamente en los nuevos mo-


vimientos sociales, porque a través de sus acciones, reivindicaciones y protes-
tas han llegado a ser un actor central en la definición de los conflictos sociales
que hasta el momento no hemos tenido en cuenta.

Las acciones de los nuevos movimientos sociales, como las empresas o las mar-
cas, conciernen a la vida cotidiana y a la identidad individual. Sin embargo,
sus acciones introducen códigos que enlazan las necesidades individuales y
la voluntad de cambio político. Al transmitir nuevas formas simbólicas y pau-
tas de relación, se afirman como una alternativa a las formas de organización
cultural establecidas. Sus acciones redistribuyen las relaciones sociales, gene-
rando nuevas elites, nuevas formas de organización o nuevos lenguajes. Es el
cuestionamiento del orden y los códigos establecido lo que, a través de sus ac-
ciones en lo cotidiano, a través de plantear una nueva identidad colectiva, de-
be llevar a la psicología social a interesarse por estos actores. Sus luchas deben
entenderse como luchas por la identidad, por la autoapropiación del sentido
de sí mismos y de la vida. Así, encontramos que en estas luchas hay caracte-
rísticas psicosociales muy importantes en juego.

Como nos comenta Deleuze (1988), las preguntas, como cualquier otra cosa,
se fabrican. Y si no os dejan fabricar vuestras preguntas con elementos toma-
dos de aquí y de allí, poco tenéis que decir. El arte de construir un problema
es muy importante: antes de encontrar una solución, se inventa un problema,
una posición de problema. De ahí la importancia de estos actores, los nuevos
movimientos sociales, en el estudio de los conflictos sociales. Sus códigos per-
miten interrogar y problematizar, desde lo cotidiano y desde lo particular, a
los códigos imperantes en la sociedad, poniendo en duda la lógica general del
sistema e iluminando los conflictos y los ejercicios de poder. Los movimientos
sociales se abren como un médium que saca a la luz lo que bajo los códigos
dominantes queda silenciado y escondido.

Los nuevos movimientos sociales ofrecen a la sociedad otros códigos


simbólicos que subvierten la lógica de los códigos dominantes.

Veamos un ejemplo. La Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) agrupa dife-


rentes movimientos sociales en todo el mundo, formados por mujeres, que
luchan por el reconocimiento y por la defensa de los derechos de las mujeres.

"Una condición social particular refuerza la posibilidad de conflicto al brindar acceso a


recursos centrales del sistema a ciertos grupos de personas y al mismo tiempo les expone
a presiones sociales que inciden en la formación de identidad y el significado."

A. Melucci (1994, p. 136)

Son estas condiciones particulares que viven las mujeres las que provocan el
conflicto. La subordinación histórica y actual y su exclusión de los círculos
dominantes de poder convierte a sus reivindicaciones para lograr la emanci-
© FUOC • PID_00161332 32 La aportación de las TIC

pación en la parte más importante de sus acciones. No se trata de una lucha


dirigida a conseguir solamente la igualdad de derechos. Se trata de luchar por
conseguir la igualdad de derechos reivindicando su diferencia particular. Co-
mo comentábamos anteriormente, la lucha por la identidad es fundamental
en este conflicto.

"Ser reconocidas como mujeres significa afirmar una mirada distinta sobre la realidad,
una experiencia vivida en un cuerpo diferente, un modo específico de ponerse en relación
con el otro y con el mundo."

A. Melucci (1994, p. 138)

En primer lugar, este movimiento se dirige, a través de la acción colectiva, a las Marcha Mundial de las
mujeres del mundo para que construyan el significado y el sentido de sí mis- Mujeres

mas. Sus acciones abren el espacio para autodefinirse, para crear una identidad La Marcha Mundial de las Mu-
que permita la incorporación de la experiencia femenina en la construcción jeres utiliza Internet para orga-
nizar y coordinar sus acciones
de sentido. en las diferentes localidades
donde se llevan a cabo sus ac-
ciones.
En segundo lugar, este movimiento también se dirige a la sociedad entera. http://
www.marchemondiale.org
Apelan a una sociedad que sea flexible y que incluya la diferencia que las cons-
tituye como mujeres sin que ello suponga una desigualdad de derechos.

"Ser reconocidos como distintos es quizás uno de los derechos fundamentales que van
emergiendo en los sistemas postindustriales."

A. Melucci (1994, p. 138)

Los conflictos sociales en la actualidad pasarán por la lucha por conseguir es-
tos derechos. De ahí la importancia de los nuevos movimientos sociales, en
este caso de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM), que a través de sus
acciones ilumina y problematiza su condición social de la mujer en las actua-
les sociedades.

"Suponen un desafío a la estandarización de la experiencia y a la nivelación del tiempo,


que exige la sociedad de la información para aplicar sus procedimientos de forma gene-
ralizada."

A. Melucci (1994, p. 139)

Como comentábamos, el carácter de las acciones de los movimientos sociales


es eminentemente comunicativo. Las mujeres, a través de este movimiento,
interrogan a la sociedad. Desde la cotidianidad se dirigen a la sociedad. Este
movimiento teje una red solidaria que promueve unos códigos que subvierten
y ponen en tela de juicio los actuales ejercicios de poder y las contradicciones
que viven como mujeres. Las mujeres que se movilizan:

"[...] son aquellas que viven la contradicción existente entre las promesas de ser incluidas
en el orden social y los costes sociales de existir como mujer y hallarse destinadas a los
roles inmutables de madre, esposa y amante."

A. Melucci (1994, p. 139)


© FUOC • PID_00161332 33 La aportación de las TIC

De ahí la necesidad de tomar las riendas en la construcción del sentido de


la experiencia particular y colectiva. La MMM se convierte en el medio que
pone de manifiesto este conflicto social y que nos permite ver las tensiones
psicosociales que lo atraviesan.

A través de los movimientos sociales y de las nuevas formas de acción colectiva


acabamos de dibujar los nuevos conflictos emergentes en las sociedades actua-
les. Gracias a las acciones de estos actores podemos hacer visibles los conflictos
actuales. Es más, sus prácticas y estrategias de acción y de articulación política
resultan imprescindibles para buscar nuevas formas de gestión y mediación
en los conflictos actuales.
© FUOC • PID_00161332 34 La aportación de las TIC

Resumen

En este módulo hemos presentado las aportaciones de las TIC, para el análi-
sis y la descripción, a la conflictología. Para ello, hemos dedicado el primer
apartado a la descripción de las características principales de estas tecnologías,
que nos permitían ver sus implicaciones en lo social: la emergencia de la so-
ciedad red, las nuevas formas de comunicación o las relaciones entre lo local
y lo global.

Posteriormente, hemos analizado el uso que algunos actores implicados en


la gestión y resolución de conflictos hacían de las TIC. También hemos visto
cómo las TIC permiten nuevas formas de organización y comunicación que
han posibilitado la emergencia de nuevos actores en el marco de los conflictos
sociales.

Finalmente, hemos presentado la hipótesis que sostienen autores como Ma-


nuel Castells y Alberto Melucci en la conceptualización de los conflictos so-
ciales actuales. Su propuesta introduce las luchas por la identidad como el epi-
centro de los conflictos. Unos conflictos que se orientan hacia la apropiación
de los recursos que permiten la producción de significados en la sociedad red.
Estos autores muestran la naturaleza de los conflictos sociales a través de los
nuevos movimientos sociales, ya que éstos son los principales actores, en la
actualidad, de la explicitación y definición de los conflictos.
© FUOC • PID_00161332 35 La aportación de las TIC

Actividades
1. Para ver las potencialidades de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación,
os proponemos la actividad siguiente.
Centraremos la actividad en el teléfono móvil o Internet. Para ver la funcionalidad y las ac-
ciones que nos permiten estas tecnologías, debemos desactivarlas. Proponemos la experien-
cia siguiente: desconectad la tecnología que hayáis escogido durante un día.
a) ¿Qué actividades cotidianas habéis tenido que cambiar para suplantar la falta, por ejemplo,
del teléfono móvil?
b) ¿Qué sensación habéis experimentado con este cambio?
c) Escribid los usos que normalmente hacéis de esta tecnología. ¿Qué os permiten hacer?
¿Cuáles creéis que son los efectos de estas tecnologías en vuestras relaciones diarias?

2. En este módulo hemos explicado el efecto de las nuevas tecnologías en los conflictos so-
ciales. Sin embargo, las nuevas tecnologías también abren otros conflictos asociados a ellas.
El más conocido es la digital divide ('brecha digital'). Las nuevas tecnologías pueden ser un
elemento de discriminación entre los que tienen acceso a ellas y los que no. Además, este
acceso puede incrementar las diferencias sociales ya existentes, agravando así ciertas condi-
ciones de vida.
Buscad, como mínimo, una noticia que explique algunos inconvenientes y algunas ventajas
sobre las TIC. Comentad brevemente el papel que tienen los usos de las tecnologías en su
definición como problemáticas y en su definición como elementos de solución de problemas.
© FUOC • PID_00161332 36 La aportación de las TIC

Glosario
en línea  loc  Dicho de las acciones, la información o las relaciones que se establecen en
el ciberespacio.
in on line

ítem  m  Unidad o elemento mínimo de información presente en las páginas web. Cuando
seleccionamos un ítem, se activa un accesorio correspondiente que nos aporta una parte
concreta, la seleccionada, del conjunto de información en el que se estructura la página web.

redes sociotécnicas  f pl  Entramado complejo de relaciones y asociaciones formado por


muchas y muy diversas entidades: artefactos tecnológicos, usuarios, flujos de información,
energías, documentos, materiales, ordenadores, comunicaciones, etc. Estos entramados ac-
túan como dispositivos, es decir, que su acción genera unos efectos que pueden ser previsibles
si observamos las relaciones, en su totalidad, que los configura. En definitiva, nos referimos
a una realidad de relaciones.

on-line  loc ved  en línea.


© FUOC • PID_00161332 37 La aportación de las TIC

Bibliografía
Bibliografía básica

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