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MÓDULO 3

DERECHOS CIVIL IV
REALES

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MÓDULO 3

ADQUISICIÓN DEL DOMINIO : MODOS ORIGINARIOS Y DERIVADOS

ORIGINARIO:

1- CUANDO SE ADQUIERE EL DERECHO CON INDEPENDENCIA DE UN


DERECHO ANTERIOR DE OTRA PERSONA, NO HAY ANTECESOR
CONOCIDO, ES DECIR QUE EL DERECHO NACE PARA EL TITULAR
LIBRE DE TODAS LAS CARGAS O LIMITACIONES QUE PUDIERAN
HABERLA AFECTADO EN ALGUN MOMENTO.
2- CUANDO EL DERECHO DEL ADQUIRENTE NO SE APOYA EN EL DE
SU PREDECESOR.

DERIVADO:

1- CUANDO DESCANSAN EN EL DERECHO DE LA OTRA PERSONA,


REQUISITO PREVIO PARA LA ADQUISICIÓN
2- CUANDO LA COSA LA RECIBE DEL ANTERIOR DUEÑO, Y SE LLAMA
“SUCESION” QUE PUEDE SER: A) A TITULO PARTICULAR O
UNIVERSAL, B) ACTO ENTRE VIVOS O MORTIS CAUSA. C) GRATUITO
U ONEROSO.

MODOS ESPECIALES DE ADQUISION DE DOMINIO

APROPIACION

ARTÍCULO 1947. Apropiación

El dominio de las cosas muebles no registrables sin dueño, se adquiere por


apropiación.

a) Son susceptibles de apropiación:

1) las cosas abandonadas;

2) los animales que son el objeto de la caza y de la pesca;

3) el agua pluvial que caiga en lugares públicos o corra por ellos.

b) No son susceptibles de apropiación:

1) las cosas perdidas. Si la cosa es de algún valor, se presume que es


perdida, excepto prueba en contrario;

2) los animales domésticos, aunque escapen e ingresen en inmueble ajeno;

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3) los animales domesticados, mientras el dueño no desista de


perseguirlos. Si emigran y se habitúan a vivir en otro inmueble, pertenecen
al dueño de éste, si no empleó artificios para atraerlos;

4) los tesoros.

El Código enumera qué objetos muebles no registrables se adquieren por la


aprehensión efectuada por persona capaz con la intención de adquirir el
dominio de ellas en el momento de tomarlas. Se especifica en qué casos se
admite este modo, debiendo anotarse que a la vista, por el nomenclador con
el que son numeradas, halló el legislador un número mayor de cosas
muebles no registrables que no pueden ser objeto de este modo de
apropiarse. Caracterizan al objeto susceptible de apropiación, las cosas que
carecen de dueño —como las cosas abandonadas—, los animales que son
objeto de caza y de pesca o el agua pluvial que caiga en lugares públicos o
corra con ellos.

Es de toda lógica concebir a las cosas abandonadas como aquellas de cuya


posesión se desprende materialmente con la mira de continuar el dominio de
ellas. Hay abandono cuando el dueño se desprende de la cosa con la
deliberada intención de abdicar del dominio. Tal desprendimiento debe ser
voluntario, lo que obviamente excluye los supuestos en que no existe tal
voluntariedad. Por esta razón es que no constituyen cosas abandonadas las
perdidas, tampoco cuando simplemente media despreocupación o desinterés
de parte del dueño, y mucho menos si la desposesión se hace contra su
voluntad.
Por el contrario, al conservar a su dueño las cosas perdidas, los tesoros y los
animales domesticados en las condiciones que alude el artículo, son
insusceptibles de adquisición por la apropiación.

Puede razonarse el art. 1947 CCyC, considerando que, pese a la pérdida de


una cosa mueble, su dueño la conserva solo animus.

Entonces, dos son los factores cuya concurrencia exige la hipótesis: que el
titular del dominio se desprenda materialmente de la cosa (“corpus”), con “la
mira” de no continuar en el ejercicio de su derecho (“animus domini”).

El caso de los animales que son objeto de caza o pesca, encuentran como
particularidad que se tratan de verdaderos supuestos de cosas sin dueño.

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REGIMEN DE LAS COSAS PERDIDAS

Las cosas perdidas son aquellas que se han salido del patrimonio del dueño
contra su voluntad o sin su voluntad. Véase la diferencia en el casa de venta
por ejemplo, el dueño entrega la cosa mueble voluntariamente al comprador ,
cuando hubo una sustracción fraudulenta un robo, la cosa ha salido del
patrimonio del dueño de ella contra su voluntad, cuando la cosa mueble se
ha perdido el titular del derecho real se desprendió de ella sin su voluntad.

ARTÍCULO 1955. Hallazgo

El que encuentra una cosa perdida no está obligado a tomarla, pero si lo


hace asume las obligaciones del depositario a título oneroso. Debe restituirla
inmediatamente a quien tenga derecho a reclamarla, y si no lo individualiza,
debe entregarla a la policía del lugar del hallazgo, quien debe dar
intervención al juez.

ARTÍCULO 1956. Recompensa y subasta

La restitución de la cosa a quien tiene derecho a reclamarla debe hacerse


previo pago de los gastos y de la recompensa. Si se ofrece recompensa, el
hallador puede aceptar la ofrecida o reclamar su fijación por el juez. Sin
perjuicio de la recompensa, el dueño de la cosa puede liberarse de todo otro
reclamo del hallador transmitiéndole su dominio.

Transcurridos seis meses sin que se presente quien tiene derecho a


reclamarla, la cosa debe venderse en subasta pública. La venta puede
anticiparse si la cosa es perecedera o de conservación costosa. Deducidos
los gastos y el importe de la recompensa, el remanente pertenece a la ciudad
o municipio del lugar en que se halló.

Con este artículo se inicia el régimen de las cosas perdidas. Dado que ellas
pertenecen a su dueño, los terceros no tienen la obligación de tomarla, pero
si lo hicieran la ley le asigna la condición de depositario a título oneroso.

La razón del artículo es doble. En efecto, como no había obligación de tomar


la cosa perdida, al hacerlo, el hallador realiza una gestión útil que beneficia al
propietario. Por tal motivo, se le asigna la condición de depositario.

Quien alega que la cosa fue abandonada debe probarlo, pues la cosa
perdida sale de la posesión del dueño sin su voluntad. Mas la condición de
hallador, lo obliga a restituir a quien tenga derecho a reclamarla. Si no lo
conoce, debe entregarla a la autoridad policial, que dará intervención al juez.

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Si existe duda sobre si la cosa ha sido perdida o si fue abandonada por su


dueño, deberá estarse a lo primero. Se trata de una aplicación de la
presunción contenida en el art. 948 CCyC, en cuya virtud, la voluntad de
renunciar no se presume y la interpretación de los actos que permiten
inducirla, es restrictiva.

Del precepto se extraen dos ejes, cuales son la cuestión atinente a los gastos
de conservación, de actuación judicial y la recompensa. Obedecen a dos
causas distintas, aunque el propietario que perdió la cosa mueble puede
exonerarse de reembolsar gastos o de pagar la recompensa —que fija el juez
discrecionalmente, en caso de que el dueño no haya ofrecido una u ofrecida,
no fue aceptada— si hace abandono de ella a favor del hallador.

También el art. 1956 CCyC fija en seis meses, a contar desde la última
publicación de edictos, dando cuenta del hallazgo, para que se presente el
dueño, bajo apercibimiento de rematarla.

El último párrafo del precepto referido indica el destino del eventual saldo
remanente de la subasta.

ACCESION, ALUVION, AVULSION, CONSTRUCCION, SIEMBRA Y


PLANTACION

En la accesión como modo de adquirir el dominio hay una cosa ajena que se
incorpora a una propia. En el CCyC se mantiene esta forma de adquisición
del dominio pero se legisla por separado la accesión de cosas muebles y la
accesión de cosas inmuebles en sus distintas variables.

ACCESION DE COSAS MUEBLES

ARTÍCULO 1958. Accesión de cosas muebles

Si cosas muebles de distintos dueños acceden entre sí sin que medie hecho
del hombre y no es posible separarlas sin deteriorarlas o sin gastos
excesivos, la cosa nueva pertenece al dueño de la que tenía mayor valor
económico al tiempo de la accesión. Si es imposible determinar qué cosa
tenía mayor valor, los propietarios adquieren la nueva por partes iguales.

La accesión es un modo autónomo de adquision del dominio en virtud del


cual cosas muebles que pertenecen a distintos titulares de dominio acceden
entre si sin que medie hecho del hombre y no es posible su separación
material sin deteriorarlas o sin gastos excesivos. En tal

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supuesto el propietario de la nueva especie es el dueño de la que tenia


mayor valor económico al momento de la accesión.

Si las cosas tenían el mismo valor, o no fuese posible determinar cual de


ellas era de mayor valor, la nueva especie pasa a estar en condominio por
partes igual.

ACCESION DE COSAS INMUEBLES

ARTÍCULO 1959. Aluvión

El acrecentamiento paulatino e insensible del inmueble confinante con aguas


durmientes o corrientes que se produce por sedimentación, pertenece al
dueño del inmueble. No hay acrecentamiento del dominio de los particulares
por aluvión si se provoca por obra del hombre, a menos que tenga fines
meramente defensivos.

No existe aluvión si no hay adherencia de la sedimentación al inmueble. No


obsta a la adherencia el curso de agua intermitente.

El acrecentamiento aluvional a lo largo de varios inmuebles se divide entre


los dueños, en proporción al frente de cada uno de ellos sobre la antigua
ribera.

Se aplican las normas sobre aluvión tanto a los acrecentamientos producidos


por el retiro natural de las aguas, como por el abandono de su cauce.

ARTÍCULO 1960. Cauce del río

No constituye aluvión lo depositado por las aguas que se encuentran


comprendidas en los límites del cauce del río determinado por la línea de
ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias

El aluvión es la accesión paulatina, los acrecentamientos de tierra que


reciben los fundos ribereños por efecto del lento arrastre de las corrientes y
que solo con el tiempo son perceptibles. Esos acrecentamientos pueden
verificarse de dos formas: o con la sedimentación de las partículas de tierra
que la corriente transporta (aluvión, en sentido propio) o con la retirada de las
aguas de una orilla a otra (terreno abandonado).

Como lo expresó Velez en la nota al art. 2572 CC: “... el lecho del agua
corriente no tiene un límite invariable. Este límite, por el contrario, es movible;
avanza o se retira. Los terrenos, pues, que lindan con los ríos, pueden una
veces perder, y es justo que otras puedan por las mismas causas, ganar para
conservar su límite señalado...”. De ahí, se atribuye al propietario ribereño el
aumento que se deriva del aluvión, lo cual no deja de ser una solución

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razonable y equitativa por aquello de que, así como algunas veces se verá
perjudicado por el efecto de las corrientes, en otras, es justo que se
beneficie.

Para que se configure el aluvión es preciso que la tierra aluvional no esté


separada por una corriente de agua permanente que sea parte del río. Es
decir, para que exista aluvión, la tierra debe estar adherida al terreno ribereño
y haber dejado de formar parte del río. Por el contrario, si se hubiere
acumulado tierra en un lugar muy cercano al fundo ribereño, pero sin
adherirse a él y estando todavía separada de él por una corriente de agua
permanente —o no intermitente, como dice la norma—, no hay aluvión.

Cuando el acrecentamiento de tierra se vio facilitado por obras realizadas por


un propietario ribereño, debe entenderse que el aluvión no es consecuencia
directa y exclusiva de la naturaleza. El art. 1959 CCyC contempla el caso de
que el acrecentamiento tenga fines meramente defensivos.

El carácter de intermitente de la corriente de agua que separa el terreno de la


tierra aluvional constituye una cuestión de hecho que, en su caso, deberá ser
resuelta por los jueces.

Otra cuestión que trata el art. 1959 CCyC se plantea cuando el terreno de
aluvión se ha formado a lo largo de varias propiedades ribereñas y es
menester proceder a su reparto. Pues bien la división debe hacerse entre los
propietarios que pueden tener derecho a ella, en proporción del ancho que
cada una de las heredades.

La accesión, en este caso, es por vía natural. Como lo indica la parte final del
art. 1959 CCyC, el concepto se extiende a los casos de retiro natural de
aguas, como al supuesto de abandono del curso de agua, de su cauce.

Por remisión al art. 235 CCyC, no se adquiere por aluvión el dominio de los
incrementos producidos en las costas del mar o de los ríos navegables, pues
pertenecen al Estado.

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ARTÍCULO 1961. Avulsión

El acrecentamiento del inmueble por la fuerza súbita de las aguas que


produce una adherencia natural pertenece al dueño del inmueble. También le
pertenece si ese acrecentamiento se origina en otra fuerza natural.

Si se desplaza parte de un inmueble hacia otro, su dueño puede reivindicarlo


mientras no se adhiera naturalmente. El dueño del otro inmueble no tiene
derecho para exigir su remoción, mas pasado el término de seis meses, las
adquiere por prescripción.

Cuando la avulsión es de cosa no susceptible de adherencia natural, se


aplica lo dispuesto sobre las cosas perdidas.

El caso de la avulsión se distingue del aluvión por el hecho de que el


incremento (brusco del agua o por otra obra de la naturaleza) es súbito.

La conclusión, al igual que el caso anterior enmarcado en los supuestos de


accesión en los inmuebles ribereños, es la de extender el dominio a los
desprendimientos recibidos, aunque subsiste la posibilidad de reivindicar lo
perdido por el propietario que lo perdió, si la adherencia no es naturalmente
definitiva. Se establece, en este caso, un supuesto de prescripción
adquisitiva con plazo diferencial, que es de 6 meses.

ARTÍCULO 1962. Construcción, siembra y plantación.

Si el dueño de un inmueble construye, siembra o planta con materiales


ajenos, los adquiere, pero debe su valor. Si es de mala fe también debe los
daños.

Si la construcción, siembra o plantación es realizada por un tercero, los


materiales pertenecen al dueño del inmueble, quien debe indemnizar el
mayor valor adquirido. Si el tercero es de mala fe, el dueño del inmueble
puede exigirle que reponga la cosa al estado anterior a su costa, a menos
que la diferencia de valor sea importante, en cuyo caso debe el valor de los
materiales y el trabajo, si no prefiere abdicar su derecho con indemnización
del valor del inmueble y del daño.

Si la construcción, siembra o plantación es realizada por un tercero con


trabajo o materiales ajenos en inmueble ajeno, quien efectúa el trabajo o
quien provee los materiales no tiene acción directa contra el dueño del
inmueble, pero puede exigirle lo que deba al tercero.

Este modo de acrecentamiento no es obra de la naturaleza, sino de la acción

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del hombre. No debe perderse de vista que, por virtud del principio en el que
lo accesorio sigue la suerte de lo principal, las adherencias que reciba el
inmueble, pertenecen al dueño del fundo.

El contenido del art. 1962 CCyC, exige los siguientes desgloses. La


construcción, siembra o plantación puede hacerse con materiales ajenos por
parte de:

a) el dueño del inmueble donde se lo hace —debería el valor y/o los daños—;
o

b) por un tercero. A su vez, uno y otro puede haber obrado con buena

o mala fe. También puede suceder que los materiales sean propios del

tercero que realiza la obra.

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USUCAPIÓN

Metodología del Código Civil y Comercial. Concepto.

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Curso realizado por la Dra. Viviana Glibota en el mes de febrero 2020
en http://www.grupoprofessional.com.ar a efecto de actualizar contenidos y conocimientos.
Caracteres de la posesión prescriptiva

1. Introducción. Generalidades: Metodología del Código Civil y Comercial

Iniciamos el estudio con la metodología utilizada por el legislador para desplegar,


dentro del orden sistémico del Código Civil y Comercial, las normas que vamos a
ir analizando. De esta manera, vemos que la distribución de las normas se bifurca
en los libros Sexto y Cuarto del Código Civil y Comercial. En el primero se abordan
primordialmente las disposiciones comunes a las prescripciones adquisitiva y
liberatoria, tal como consigna el artículo 2532, que, en su parte pertinente, prevé:
“en ausencia de disposición específica, las normas de este Capítulo son aplicables
a la prescripción adquisitiva y liberatoria”. En el Libro Cuarto (en su Capítulo 2,
referido a la “Adquisición, transmisión, extinción y oponibilidad” de los derechos
reales), se regula específicamente el instituto de la prescripción adquisitiva en
general, a partir del artículo 1897, al cual remite el artículo 2565.

He aquí un cuadro del enfoque metodológico y normativo del instituto de la


prescripción en general en el Código Civil y Comercial, contenido en el señalado
Libro Sexto.

• Libro sexto: Disposiciones comunes a los derechos reales y personales.

• Titulo I. Prescripción y caducidad.

• Capítulo 1. Disposiciones comunes a la prescripción liberatoria y adquisitiva.

• Sección 1ª. Normas generales.

• Artículo 2532. Ámbito de aplicación. En ausencia de disposición específica,


las normas de este Capítulo son aplicables a la prescripción
adquisitiva y liberatoria. Las legislaciones locales podrán regular esta última en cuanto
al plazo de los tributos.

• Artículo 2533. Carácter imperativo. Las normas relativas a la prescripción


no pueden ser modificadas por convención.

• Artículo 2534. Sujetos.

• La prescripción opera a favor y en contra de todas las personas, excepto


disposición legal en contrario.

• Los acreedores y cualquier interesado pueden oponer la prescripción,


aunque el obligado o el propietario no la invoque o la renuncie.

• Artículo 2535. La renuncia a la prescripción hecha por uno de los


coposeedores no surte efectos respecto de los demás.

• Artículo 2536. La prescripción puede ser invocada en todos los casos, con
excepción de los supuestos previstos en la ley.

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• Artículo 2537. Modificación de los plazos por ley posterior.

• Sección 2ª. Suspensión de la prescripción.

• Sección 3ª. Interrupción de la prescripción.

• Sección 4ª. Dispensa de la prescripción.

• Sección 5ª. Disposiciones procesales relativas a la prescripción.

• Vías procesales para esgrimirla.

• Facultades judiciales.

• Oportunidad para oponerla.

• Capítulo 2. Prescripción liberatoria.

• Capítulo 3. Prescripción adquisitiva.

• Artículo 2565. Regla general. Se adquieren por prescripción adquisitiva de los


derechos reales principales, en los términos de los artículos 1897 y siguientes.
• Las disposiciones de las secciones 2ª, 3ª y 4ª del Capítulo 1 serán tratadas en el
módulo referido a las vicisitudes (Módulo II), que son comunes a ambas
prescripciones (liberatoria y adquisitiva).

• El Libro Sexto contiene una sola disposición específicamente referida a la


usucapión. Ella, incorporada en el artículo 2565, sienta una general de
delimitación previa del ámbito de incidencia de la prescripción adquisitiva en la
esfera de los derechos reales, pues deja al margen de sus alcances a los derechos
reales accesorios, mencionados en el artículo 1889. Al mismo tiempo, tras la
evaluación de las disposiciones comunes a ambas figuras, el artículo citado es la
puerta de acceso a las normas del Libro Cuarto, producto de la remisión que
contiene “a los artículos 1897 y siguientes”, conforme consigna su texto.

• El Libro Cuarto contiene, en su Título I, las disposiciones generales sobre los


derechos reales. Sus 2 capítulos aglutinan normas útiles para la cabal
comprensión del instituto, cuya inserción en la médula de los derechos reales
exige, cuanto menos, un repaso de sus principios comunes (Capítulo 1) y de los
preceptos que gobiernan, en general, la adquisición y oponibilidad de ellos
(Capítulo 2).

• El cuadro subsiguiente enuncia y resume, en algunos aspectos, esos pun- tos.

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2. CONCEPTO

Existen dos clases de prescripción: 1º) la adquisitiva o usucapión, y 2º) la


liberatoria o extintiva. Entre ambas, existe un factor relevante en común: el
tiempo. Además, hay otras similitudes que justifican su tratamiento en común,
entre las que podemos mencionar:

- Ambas tienen como fundamento dotar de estabilidad a los derechos. La


liberatoria lo hace poniendo fin al pasado, para liquidarlo, como exigencia
básica de la seguridad jurídica. La adquisitiva, en cambio, transforma situaciones
de hecho en estados de derecho, otorgándole a aquél que se comportó como
dueño (entre otras posibilidades) de una cosa sin serlo, el derecho que se
pretendió arrogar mediante el despliegue de esa conducta.

- Pueden ser invocadas por todas las personas y contra todas las personas
(artículo 2534 primer párrafo, Código Civil y Comercial).

- Deben ser procesalmente alegadas por los interesados por vía de acción
o de excepción (artículo 2551, Código Civil y Comercial).

Sin embargo, entre ambas, existen notables diferencias:

En la usucapión, junto con el tiempo, debe concurrir la posesión con los rasgos
del artículo 1900 del Código Civil y Comercial; en la prescripción liberatoria, en
cambio, la mera inacción del acreedor o del titular de un derecho expuesto a la
acción erosiva del tiempo sobre su subsistencia.

La usucapión conduce a la adquisición de un derecho real (que, al mismo tiempo


aniquila o desmembra, según el caso, el perteneciente al titular anterior
desposeído), mientras que la prescripción liberatoria, a la extinción de un
derecho y, en el caso de los creditorios, a la liberación del deudor.

La primera tiene su campo de acción dentro de los derechos reales. La segunda,


gravita e un ámbito más amplio, pues comprende, en general, todo tipo de
derechos.

El término usucapión proviene de los orígenes del instituto en Roma y deriva de


las palabras latinas “usu capere”, es decir, “adquirir por el uso”. En el Derecho
Romano la institución de la “usucapio” era utilizada para la adquisición del
dominio por la posesión (usus) durante un cierto tiempo.

Se trata de uno de los modos de adquirir un derecho real. Como veremos más
adelante en el curso, la prescripción adquisitiva es un “modo” de adquirir
derechos reales que se ejercen por la posesión, tal como lo prevé el artículo
1897. Por ende, en una primera aproximación, sin mengua del desarrollo que al
respecto se consignará en módulos ulteriores, ella no comprende los que “no se
ejercen por la posesión”, tales como la hipoteca y las servidumbres, sin perjuicio
de las precisiones que deslizaré en torno a la “servidumbre positiva”, a la luz de

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lo pautado en el segundo párrafo del artículo 1891. También están excluidos de
toda posibilidad de adquirirse por este singular modo los derechos reales
accesorios (artículos 2565 y 1889), la anticresis y prenda entre ellos.
Según el artículo 1897 del Código Civil y Comercial, “La prescripción para
adquirir es el modo por el cual el poseedor de una cosa adquiere un derecho
real sobre ella, mediante la posesión durante el tiempo fijado por la ley”.

Se trata de un instituto por el cual el paso del tiempo conduce a la adquisición


de un derecho real, y como contrapartida, implica la pérdida de ese derecho para
el anterior titular o, en su caso, su desmembramiento (artículos 1946 y 1964 del
Código Civil y Comercial).

Beatriz Areán nos brinda la siguiente definición: “Modo de adquisición de los


derechos reales sobre cosa propia y de los de goce o disfrute sobre cosa ajena
por la continuación de la posesión en forma pública, pacífica, continua e
ininterrumpida, durante el tiempo establecido por la ley”. Como vemos, la
usucapión se apoya en dos pilares fundamentales: la posesión de la cosa por
quien no es su dueño y la duración o continuidad de la posesión por un cierto
tiempo.

El fundamento de esta institución reside en el interés social que tiene la


adquisición del dominio por prescripción, con el que se intenta brindar adecuada
tutela a quien, en el transcurso de largos años, se comportó como propietario o
titular de derecho real sobre un fundo u otro objeto, incorporando riqueza a la
comunidad, conducta que se contrapone con el desinterés y la incuria del titular
de dominio (ver nota al art. 3965 del C.C.; Salvat, Raymundo, Tratado de Derecho
Civil Argentino. Derechos Reales, 4°, actualizada, Bs. As. Tea, 1952, t. II, p. 285, n°
978; esta Sala 1°, causa 78.919; CA1aCC La Plata, sala III, causa 211.692, RSD-240-
92 del 27/08/1992; ídem. Sala II, causa 232.602, RSD-149-99 del 23/09/1999; cc.
arts. 2533 y 2535 del CCyC). Con ello se busca asegurar la estabilidad de la
propiedad contribuyendo a la seguridad jurídica. Sin embargo, hay quienes se
oponen a la usucapión, en razón de considerar que el poseedor puede ser un
usurpador que privó al propietario a través de la violencia. Frente a esto, deben
tenerse en cuenta dos cuestiones: por un lado, la conducta de inacción y pasividad
del propietario y, por el otro, la actuación posterior del poseedor, que ha
explotado el inmueble, manteniéndolo productivo.

En cuanto a los rasgos de este singular modo adquisitivo, puede decirse que él
reviste carácter originario. Esto significa que el derecho no proviene de un
transmitente, que el adquirente obtiene el objeto y el derecho sobre él por sí
mismo, sin intervención del sujeto del que inmediatamente proviene. Por esa
misma razón, la obtención del derecho real en cabeza del usucapiente se produce
sólo por modo, no por título. Esto marca una faceta distintiva respecto de la
denominada “adquisición derivada por acto entre vivos”, que requiere la
concurrencia del título y modo suficientes (artículo 1982 primer párrafo, Código
Civil y Comercial).

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Las adquisiciones originarias sólo requieren modo suficiente. El artículo 1830 del
Proyecto de 1998 contiene esa disposición y prevé, además, que son modos
suficientes, la prescripción adquisitiva, la transformación y la accesión. El Código
Civil y Comercial no recoge en sus preceptos una norma similar o análoga, situación
que no implica necesariamente desconocer lo razonado de la conclusión que
emana de esa plataforma jurídica que sirvió de fuente del ordenamiento hoy
vigente.

En la prescripción adquisitiva, el título que otorga la sentencia que acoge esa


pretensión reviste carácter declarativo (artículos 1903 segundo párrafo y 1905
segundo párrafo, Código Civil y Comercial), tanto en sus modulaciones corta y
larga como se verá al tratar el último Módulo referido al proceso de usucapión.

En las adquisiciones derivadas por actos entre vivos, el título califica al modo,
usualmente representado en estos casos por la tradición (artículo 1892 tercer
párrafo primera parte, Código Civil y Comercial). Para que ese acto, definido en el
artículo 1924, conceda derecho real a quien recibe la cosa, es menester que él
[por el derecho real] se haya constituido en el título. La entrega de una cosa por
el locador a su locatario no concede al segundo derecho real alguno, dado que el
título no se lo confiere, por más que las características del acto de entrega y
recepción voluntarios, descripto en el citado artículo 1924, no cambien con
relación a aquél que se requiere frente a una compraventa.
En la prescripción adquisitiva, el título declarativo viene calificado por el modo,
este último suficiente para dar vida al derecho real. La sentencia, en este
sentido, sirve para brindar certeza acerca del origen y existencia de ese derecho,
como así también para obtener el correspondiente documento que compruebe
su titularidad y, con él, cuando la cosa resulte registrable (artículo 1890, Código
Civil y Comercial), el emplazamiento del instrumento portante de ese derecho
en el registro respectivo. En ella se condensará el título que documente tal
adquisición.

El artículo 1897 establece que el derecho real que se adquiere por este singular
modo debe recaer sobre una cosa. La mención tiene importancia dado que el
artículo 1883 del mismo ordenamiento prevé, en general, que el derecho real
recae sobre una cosa, comprende su totalidad o una parte material de ella y se
ejerce por el todo o por parte indivisa. En su segundo párrafo, la disposición
establece que “el objeto también puede consistir en un bien [no cosa]
taxativamente señalado por la ley”. Quedan excluidos los bienes no cosas, objeto
de derechos reales, en los casos “taxativamente” señalados por la ley como
pasibles de adquisición por prescripción adquisitiva. Precisamente, las
relaciones de poder en general (y la posesión, en particular) recaen sobre cosas
determinadas, existentes y actuales (doctrina artículo 1909, 1910 y 1912, Código
Civil y Comercial).

El derecho siempre se adquiere sobre la cosa, aunque su cotitular puede


ejercerlo sólo en la medida de su parte indivisa. Tal el caso de los coposeedores
que, tras mantener esa relación de poder por 20 años, se transforman en
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copropietarios, supuesto en el que el derecho real habrá de recaer sobre la cosa
y corresponderá a cada parte por una porción indivisa (artículo 1893 Código Civil
y Comercial).

Este modo adquisitivo opera de pleno derecho una vez que el ejercicio de la
posesión prescriptiva cumple su plazo legal. Desde ese instante, el poseedor
sustancialmente se transforma en titular del derecho real que se amolda al
“animus” contenido en la posesión desplegada, sin necesidad de
pronunciamiento judicial alguno que lo reconozca. Dado el carácter declarativo
de la sentencia que admite la pretensión, ella siempre se re- monta a una
situación consumada en el pasado, de cuya preexistencia el pronunciamiento se
limita a dar certeza. La adquisición se produce de ple- no derecho desde el
instante en que transcurre tiempo normativamente previsto.
El artículo 1897 del Código Civil y Comercial, que define la prescripción
adquisitiva, mejora sensiblemente el concepto de la figura que brindaba el
artículo 3948 del Código Civil derogado. Este último precepto establece que “La
prescripción para adquirir es un derecho por el cual el poseedor de una cosa
inmueble, adquiere la propiedad de ella por la continuación de la posesión,
durante el tiempo fijado por la ley”. La prescripción no es el derecho real mismo,
sino uno de los múltiples modos para adquirirlo. El derecho real que tiene ese
origen no es la usucapión sino, verbigracia, el dominio, condominio, usufructo,
propiedad horizontal, etc. Las cosas muebles también se pueden adquirir por
prescripción adquisitiva, tal como lo consagra el artículo 4016 bis del Código
derogado y hoy lo hace el artículo 1898 segundo párrafo y 1899 tercer párrafo del
Código Civil y Comercial. Lo que se obtiene es un derecho real ejercitable por la
posesión, no, en forma genérica, un derecho de propiedad, que comprende todo
derecho que contenga un objeto patrimonial, como pueden ser también, por
ejemplo, los creditorios.

1. Posesión y caracteres de la posesión prescriptiva

La posesión, según el artículo 1909 del Código Civil y Comercial, se caracteriza por
la concurrencia de dos elementos: 1º) un poder de hecho sobre una cosa, y 2º) el
que ejercita ese poder debe comportarse como si fuera titular de un derecho
real, lo sea o no.

El artículo 1908 del Código Civil y Comercial también contempla a la tenencia


como la otra relación de poder consagrada en el ordenamiento. En ella, quien
ejerce el poder de hecho sobre el objeto no se comporta del modo recién
señalado, sino como un representante o delegado de la posesión que ejerce otro.

Sólo la posesión contiene como efecto propio la posibilidad de que el sujeto que
la ejercita adquiera el derecho real por prescripción, a la luz de lo establecido en
el artículo 1939 del Código Civil y Comercial (artículo 1940, Código Civil y
Comercial).

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Las relaciones de poder en general y la posesión en particular se clasifican de la
siguiente manera:
• Legítima o ilegítima (artículo 1916).

• Posesión ilegítima.

• De buena fe (artículo 1918 y 1919).

• De mala fe.

• Viciosa (artículo 1921).

• No viciosa.

La adquisición de la posesión exige la concurrencia de los siguientes recaudos:


1º) debe establecerse voluntariamente, es decir, quien la adquiere debe obrar
con discernimiento intención y libertad al asir el “corpus”; 2º) quien la adquiere
debe ser un sujeto capaz, siendo suficiente para ello, tratándose de un menor de
edad, que haya cumplido los 10 años, y 3º) debe mediar disponibilidad práctica
de la cosa (“corpus”), que se obtiene ora por el contacto con la cosa, ora por la
posibilidad física de establecer- lo, ora por el ingreso de la cosa al ámbito de
custodia del poseedor (artículo 1922, Código Civil y Comercial).

La relación de poder bajo consideración puede obtenerse por los siguientes


modos: 1º) tradición, definida en el artículo 1924 del Código Civil y Comercial, y
2º) apoderamiento (artículo 1923 última parte, Código Civil y Comercial). Un
tenedor de una cosa puede transformarse en poseedor mediante la
intervención de su título, para lo cual debe: 1º) manifestar su intención de privar
al poseedor de la disponibilidad de la cosa; 2º) evidenciar esa expresión a través
de actos exteriores, y 3º) esos actos deben producir como efecto la aludida
exclusión o privación (artículo 1926, Código Civil y Comercial).

El ordenamiento consagra actos susceptibles de ser considerados posesorios, es


decir, potencialmente reveladores de la existencia de esa relación de poder.
Ellos, a la luz del artículo 1928 del Código Civil y Comercial, están representados
por: 1º) la cultura o cultivo de la tierra; 2º) la percepción de frutos; 3º) el
amojonamiento; 4º) la impresión de signos materiales, como ocurre con
animales; 5º) la realización de mejoras, sin que la norma plazo, podrá permitir
que se presuma que la relación de poder se inició en el momento del boleto y
que tiene la misma extensión que surge de ese instrumento. También es
relevante en caso de mediar justo título, supuesto en el que el plazo útil se
puede computar desde la data de su perfeccionamiento o desde su registro
(artículos 1898 segundo párrafo y 1903 primer párrafo, Código Civil y Comercial).
Este singular tópico será abordado en el Módulo IV. Finalmente, la presunción
de continuidad tampoco resulta relevante en esta materia, pues, como se verá, a
la luz del artículo 1900 del Código Civil y Comercial, la posesión exigible debe ser
“continua”, por lo que ese rasgo debe ser materia de prueba en el marco del
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respectivo proceso.

A la luz del artículo 1900 recién citado, “la posesión para prescribir debe ser
ostensible y continua”. El Código Civil derogado requería un cúmulo mayor de
caracteres, algunos de los cuales coinciden con los previstos actualmente. Según
ese ordenamiento, tal posesión debe resultar: pública, pacífica, continua,
ininterrumpida, inequívoca y no precaria.

La posesión pública equivale a lo que en el ordenamiento actual se califica como


ostensible. Es necesario que el titular del derecho real desposeído haya podido
conocerla. Se opone a esa cualidad la denominada posesión clandestina, es decir
aquella realizada a través de actos ocultos, en ausencia del poseedor o con
precauciones para sustraer la posesión del conocimiento del despojado de esa
relación de poder (artículos 2479 y su nota, 2369 y concordantes, Código Civil
derogado).

El requisito de continuidad, previsto en el nuevo Código, se conserva del


antecesor. Significa que la posesión no debe haber sido abandonada ni
interferida por otro, por el tiempo legalmente previsto para que se produzcan
los
efectos señalados. La nota del artículo 2481 derogado distingue la
discontinuidad de la interrupción y señala al respecto que la primera “tiene por
causa la omisión del que posee”, mientras la segunda “supone un hecho
positivo, sea del poseedor… [reconocimiento de los derechos del titular del
derecho real que la posesión contradice o excluye], sea el hecho de un tercero”
[en el siguiente módulo abordaremos las vicisitudes de la prescripción, entre las
que se encuentra su interrupción].

El Código derogado requiere también que la posesión sea pacífica para poder
iniciar el decurso de su respectivo plazo. Carece de esa condición la adquirida por
violencia o fuerza. En el régimen antecesor, la prescripción no se comenzaba a
computarse mientras su poseedor no hubiera purgado el vicio con el que hubo la
cosa (artículos 2478 y 3959), hecho éste que se consumaba con la prescripción
liberatoria de la acción posesoria para obtener la restitución de la cosa
desapoderada. El ordenamiento vigente mantiene la clasificación de la posesión
ilegítima de mala fe viciosa, no contemplada en el Proyecto de 1998, más elimina
la necesidad de que se purgue el vicio como condición para que comience el
transcurso del plazo de la usucapión. Ese lapso se inicia, hoy día, ya no desde el
transcurso del año del origen vicioso de la posesión (verbigracia, de la usurpación),
sino a partir del primer acto posesorio realizado por el poseedor vicioso.

Respecto del carácter ininterrumpido de la posesión, me remito a lo expuesto al


tratar el atributo de la continuidad. Sólo debo añadir aquí que su interrupción
puede producirse, además de los casos previstos en los artículos 2545 y 2546
del Código Civil y Comercial que abordaré en el Módulo II, por el
desapoderamiento sufrido por el prescribiente y la duración en la relación de
poder en cabeza del desapoderante por el término de un año, sin que en ese

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ínterin el excluido hubiera promovido la correspondiente acción de despojo
(artículos 2241 y 2564 inciso “b”, Código Civil y Comercial). En tal caso, esa
situación consumaría la prescripción liberatoria del derecho a reclamar la
restitución de la cosa por esa vía.

El Código derogado también requería que la posesión no sea precaria. Según su


artículo 2480, esa cualidad significa que la relación de poder se debe ejercer a
“título de propietario”. Esa caracterización implicaba que sólo el poseedor,
portador del “animus”, estaba habilitado para adquirir por este modo, por lo que
su formulación es totalmente redundante, pues basta sólo con referir a quien
ejerce esa relación de poder, al quedar con ello sin más descartada la tenencia.

Finalmente, el ordenamiento derogado también requiere el carácter in-


equívoco de la posesión. En razón de él, no pueden ser interpretados como
provistos de ese atributo los denominados “actos de mera facultad” y los de
“mera tolerancia”. Los primeros son aquéllos que el titular del derecho real
puede libremente realizar o no. Ejemplo de ello es el supuesto previsto en el
artículo 1988 del Código Civil y Comercial, que establece la posibilidad de que
un comunero detente el uso y goce excluyente de la cosa sujeta al condominio,
sin que por esa simple circunstancias los restantes, que aceptan esa situación,
queden expuestos a una eventual prescripción adquisitiva que el primero pueda
invocar respecto de ellos. Los de mera tolerancia son los actos soportados en
homenaje a la buena vecindad, como su permisividad con el paso que un vecino
realice a lo largo de su fundo.

2. Sujetos

La cuestión atinente a los sujetos activo y pasivo de la prescripción adquisitiva será


abordada al tratar el módulo referido al proceso de usucapión al que nos
remitimos, “brevitatis causae”.

Ámbito de aplicación de la prescripción adquisitiva.

Delimitación preliminar.

Esta demarcación del ámbito de aplicación de la figura en estudio nos remite,


liminarmente, a la disposición del artículo 2565 del Código Civil y Comercial. Según su texto,
“los derechos reales principales se pueden adquirir por prescripción en los términos del
artículo 1897 y siguientes”.
De este modo, en una primera aproximación, se excluyen los derechos reales
accesorios, referidos en la clasificación prevista en el artículo 1889 del Código Civil y
Comercial. La disposición los define como derechos “accesorios de un crédito en función de
garantía” y menciona, entre los supuestos comprendidos en esa clasificación, a la hipoteca,
la anticresis y la prenda. Se trata de derechos accesorios cuya existencia depende a una
obligación principal, según lo establecido en el artículo 856 segunda parte del Código Civil y

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Comercial. La obligación debe provenir de un hecho jurídico idóneo para generarla y, en ese
sentido, el transcurso del tiempo no es apto para darle vida, sino, en todo caso, para
extinguirla.
Los derechos reales principales se adquieren por usucapión según los artículos
1897 y siguientes. Esa disposición es, precisamente, la que define la prescripción como modo
adquisitivo de derecho real. Quien lo aprovecha es el poseedor y la titularidad se obtiene
mediante el despliegue continuo de la posesión prescriptiva. Por consiguiente, sólo están
comprendidos los derechos reales que se ejercen por la posesión, según lo establecido en el
artículo 1891 del Código Civil y Comercial, que excluye de esa clasificación a la hipoteca y a
las servidumbres.

ÁMBITO DE
APLICACIÓN:
DERECHOS REALES EXCLUIDOS:
PRINCIPALES DERECHOS REALES
ACCESORIOS

Exclusión de los bienes de dominio público.


Los bienes de dominio público no pueden ser adquiridos por el modo prescripción
adquisitiva. El artículo 235 del Código Civil y Comercial enuncia el catálogo de bienes que
ostentan ese carácter y, al precisar sus caracteres, el artículo 237 de ese ordenamiento
indica que son inenajenables, inembargables e imprescriptibles. No es posible obtener un
derecho real sobre el por prescripción pues tampoco son pasibles de ser poseídos por los
particulares, en los términos del artículo 1909 del Código Civil y Comercial.
Por consiguiente, sólo la desafectación del bien a ese régimen puede llegar a
habilitar la posibilidad de adquirir por usucapión. Ella implica sustraerlo de su destino al uso
público e ingresarlo al dominio privado, del Estado o de los particulares. La desafectación
puede consistir en un hecho o en una manifestación de voluntad del poder público. Su efecto
consiste en un cambio de la condición jurídica del bien y la consiguiente pérdida de los
caracteres indicados precedentemente, entre ellos, el de imprescriptibilidad.
Tal modificación de este estatus jurídico puede efectuarse por un acto de derecho
público de carácter administrativo o mediante el dictado de una ley. También puede ser
tácita, cuando la sustracción de su carácter público proviene de un hecho exterior de la
naturaleza (verbigracia, río que se seca, artículo 1959 último párrafo, Código Civil y
Comercial) o por una alteración en su estado o por hechos del hombre.
La Corte Nacional, en la causa “Vila” destaco la necesidad de una evidencia absoluta
de la desafectación y de los hechos que la sustentan sean ineludibles y se manifiesten por
constancias inequívocas (Recurso de hecho deducido por el Estado Nacional- Ministerio de
Educación, en la causa “Vila Afredo Luis c. el Estado Nacional-Poder Ejecutivo Nacional”. En la
causa “Brodello”, ese alto tribunal dijo que la desafectación puede ser formal o tacita, que los
actos o hechos que la produzcan deben ser indudables y manifestarse por constancias
inequívocas de las que se desprenda una certeza irrefutable de aquella y que los particulares,
por si solos, no son hábiles para operar de la desafectación de los bienes públicos, pues
requieren inexcusablemente del asentamiento indubitable de la autoridad competente ( Corte

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Suprema de Justicia de la Nación, 14/07/2015, Brodello Luis s/ Usucapión , ordinaria cita online
: AR/JUR/35713/2015)
Un caso especial es el de las islas. El artículo 235 inciso “” del Código Civil y Comercial
consagra como bien de dominio público a “las islas formadas o que se formen en el mar
territorial, la zona económica exclusiva, la plataforma continental o en toda clase de ríos,
estuarios, arroyos, o en los lagos o lagunas navegables, excepto las que pertenecen a
particulares”. Por ende, sólo en este último caso serán susceptibles de adquirirse por
prescripción adquisitiva, en todo o en parte.
Este tema fue tratado en un muy importante pronunciamiento del Superior Tribunal de Justicia
de Entre Ríos (Escalas Félix German, y otros s/ usucapión 20/09/2013- Litoral, noviembre 1094,
cita online: AR/JUR/59954/2013). En este antecedente una persona que adujo ser poseedor de
una fracción de isla, y por lo tanto promovió demanda de usucapión contra la provincia de Entre
Ríos. Tras el rechazo de la pretensión de la segunda instancia, el actor interpuso recurso de
inaplicabilidad de ley, que fue rechazado por el crimero tribunal de esa provincia, En su
pronunciamiento dijo que: 1°) Todas las islas, o las porciones de estas situadas en territorio de
la provincia de Entre Rios , que a , la fecha de entrada en vigencia de la Ley provincial 9603, no
pertenecieran de un modo irrevocable a la propiedad privada de los particulares, resultan
inalienables e imprescriptibles, no obstante se encuentren ocupadas por simples tenedores
precarios o por quienes se pretenden poseedores “animus domini” pues pertenecen al dominio
público del estado provincial. 2°) LA circunstancia de que los bienes de dominio público se
encuentren fuera del comercio no impide que sobre tales dependencias puede otorgarse
derechos especiales de uso que excedan el uso común del goza toda la colectividad, puesto que,
de lo que se encuentran excluidos es del comercio de derecho privado, pero no del derecho
público. 3°) El órgano competente para desafectar bienes de dominio público natural- en caso
de una isla- es el Congreso Nacional, pues es de incumbencia exclusiva de la Nación estatuir
sobre la condición jurídica de las cosas. 4°) las islas constituyen bienes naturales y el legislador
nacional las ha calificado de bienes de dominio público, por ser del resorte de su competencia
el estatuir sobre condición jurídica de las cosas, por ello solo el Congreso de la Nación podría
disponer la desafectación de estos bienes públicos naturales, como son las islas, para que pasen
a revestir como bienes de dominio privado de la Nación o de las Provincias, a partir de lo cual ,
estas últimas recién estarían autorizadas para disponer para la venta a particulares. 5°) Todas
las islas o porciones de estas situadas en territorio de la provincia de Entre Ríos , que a la fecha
de entrada en vigencia de la ley no pertenecieran de manera irrevocable a la propiedad privada
de los particulares (la cual solo puede entenderse perfeccionada cundo concurran -Titulo-
escritura-modo-posesión e inscripción registral- no obstante se encuentran ocupadas por
simples tenedores precarios o por quienes se pretendan poseedores “animu domini” son del
dominio público perteneciente al pueblo de la Provincia de Entre Ríos y no forman parte del
dominio o de la hacienda del estado provincial. Por esos fundamentos se consideró allí que no
produjo desafectación la ley provincial N° 6047 del año 1977 que sometió, a las islas calificadas
como “fiscales” que a esa fecha pertenecían al patrimonio de la provincia de Entre Ríos, a un
régimen de adjudicación ya sea por medio de arrendamiento, o de venta, por entender que una
competencia de tal magnitud quedaba deferida en el Congreso de la Nación y no en la
Legislatura provincial, por
tratarse de un bien público de carácter natural.

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BIENES PRIVADOS: Cuando actúa en su carácter de
BIENES PÚBLICOS: persona jurídica, y con relación a los bienes del
ESTADO IMPRESCRIPTIBLES, SALVO dominio privado (regulados en el art. 236 del Código
EXPRESA DESAFECTACIÓN Civil y Comercial), queda sometido a las reglas del
Derecho común

Derechos reales comprendidos en el ámbito de incidencia de la prescripción adquisitiva.

A continuación, procederé a tratar los derechos reales principales susceptibles de


adquirirse por prescripción adquisitiva.
Para poder ubicarnos en el sistema del Código Civil y Comercial, primero lo
expondré en un gráfico guía para luego pasar a destacar las notas más importantes de cada
uno. El plano general de la ubicación es el siguiente: (los asteriscos marcan que son
desarrollados en su contenido en cuadros que encontrarán más abajo)

LIBRO IV: DERECHOS REALES (ARTS.1882/2276)

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CAPÍTULO 1: Principios comunes (Arts.1882/1891)
CAPÍTULO 2: Adquisición, transmisión, extinción y oponibilidad
TÍTULO I (Arts.1892/1907)
(*)

CAPÍTULO 1: Disposiciones generales (Arts.1908/1921)


CAPÍTULO 2: Adquisición, ejercicio, conservación y extinción
TÍTULO II (Arts.1922/1931)
(*)

TÍTULO III: DOMINIO. ( *)

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TÍTULO V: De la propiedad horizontal (*)

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TÍTULO VI: CONJUNTOS INMOBILIARIOS (*)

TÍTULO VIII: USUFRUCTO (*)

TÍTULO XI: SERVIDUMBRE (*)

Contando con esta guía, pasamos a analizar nuestro tema propuesto para este módulo.

Dominio.

El Código Civil y Comercial distingue el derecho real de dominio perfecto del imperfecto.
Según el artículo 1941, el primero es aquel "que otorga todas las facultades de usar, gozar
y disponer material y jurídicamente de una cosa, dentro de los límites previstos por la ley”
(el subrayado es mío). Entre los caracteres que perfilan sus rasgos cualitativos, el
ordenamiento lo caracteriza por su perpetuidad y exclusividad (artículos 1942 y 1943,
Código Civil y Comercial).
Del carácter exclusivo deriva la facultad de exclusión, en cuya virtud su titular puede: 1º)
excluir a terceros extraños del uso, goce y disposición de la cosa; 2º) remover, por propia
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autoridad, los objetos puestos en ella, y 3º) encerrar sus inmuebles con muros, cercos o
fosos, sujetándose a las normas locales.
El derecho real de dominio imperfecto es, en cambio, aquel: 1º) sometido a condición o
plazo resolutorios, o 2º) gravado con cargas reales (artículo 1946, Código Civil y Comercial).
Los supuestos que comprenden esta singular figura están conformados por el dominio
revocable, el fiduciario y el desmembrado (artículo 1964, Código Civil y Comercial).
El dominio constituye el derecho real que más frecuentemente se adquiere a través del
modo prescripción adquisitiva. La modalidad obtenida, en principio, es necesariamente la
perfecta y no la imperfecta.
El dominio revocable es de carácter modal, pues se halla sujeto a condición o plazo
resolutorios, ante cuyos cumplimientos del dueño debe restituir la cosa a quien se la
transmitió (artículo 1965 primer párrafo, Código Civil y Comercial). La condición o el plazo
pueden ser impuestos por manifestación de la voluntad o por la propia ley (artículo 1965
citado, segundo párrafo). El origen de un derecho real de estas características sólo puede
provenir de adquisiciones derivadas por actos entre vivos, según la definición y caracteres
que precisa el artículo 1892 del Código Civil y Comercial. La usucapión, como modo
originario, descarta toda posibilidad de que el dominio resultante de ese hecho pueda
asumir carácter modal, de suerte tal que pueda retornar a su anterior titular, en su variante
perfecta, tras la expiración del plazo o acaecimiento de la condición resolutorios.
Similar conclusión se impone respecto de dominio fiduciario. Su regulación tiene
por plataforma normativa los artículos 1701 y siguientes del Código civil y Comercial, a los
que remite el artículo 1964 de ese ordenamiento. Precisamente, el artículo 1701 establece
que este derecho real se adquiere "con razón de un fideicomiso constituido por contrato o
por testamento”. Por ende, sus modos adquisitivos se resumen a los previstos en el primer
y último párrafo del artículo 1892 del Código Civil y Comercial (adquisición derivada por acto
entre vivos y por causa de muerte), sin que graviten en esta modalidad de dominio
imperfecto los modos que entrañen adquisiciones originarias.
Sería imposible, por lo demás, erigir bajo esta variante prescriptiva un pacto de
fiducia en virtud del cual se confíe al fiduciario la administración de los bienes fideicomitidos
en provecho del beneficiario y la transmisión de ellos, al cumplirse el plazo o condición
resolutorios, al fideicomisario. Además, estos emplazamientos jurídicos (el del beneficiario
y del fideicomisario) tampoco podrían surgir de una hipotética posesión continua y
ostensible de los bienes fideicomitidos (artículos 1671, 1672 y concordantes, Código Civil y
Comercial).
En cuanto al dominio desmembrado, conviene deslizar ciertas precisiones. Con
relación al dueño, los derechos reales sobre cosa ajena constituyen cargas reales (artículo
1888 segundo párrafo primera parte, Código Civil y Comercial). El dominio desmembrado,
pues, es aquel sometido a una carga real, que es gobernado por el régimen legal del derecho
real que lo grava.
En este sentido, el ordenamiento prevé supuestos de caducidad de ciertos
derechos reales sobre cosa ajena por el no uso de ella. En materia de usufructo y
servidumbre, ese plazo es de 10 años (artículos 2152 inciso "c" y 2182 inciso "b", Código Civil
y Comercial). La caducidad prevista para el derecho real de usufructo se aplica también para
los de uso y habitación, según lo establecido en los artículos 2155 y 2159 del Código Civil y
Comercial, respectivamente. Por ende, la adquisición del dominio por prescripción
adquisitiva extingue también los derechos de disfrute mencionados, adquiriendo el

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usucapiente un dominio despojado de esas cargas reales.
Empero, los derechos reales sobre cosa ajena no ejercitables por la posesión son oponibles
al usucapiente y mantienen eficacia. Tal el caso de la hipoteca, en que la consumación de
este modo adquisitivo no la expurga por sí sola y que subsistirá como gravamen al dominio
obtenido por el poseedor.
Un tema que exige una mirada particular es el concerniente a la adquisición del derecho real
de dominio, por prescripción adquisitiva, de un sujeto que, originariamente, detentó la
posesión contando con un derecho real de otra jerarquía. Tal, por ejemplo, el caso del
condómino o heredero que, ejerciendo una posesión excluyente del bien común o
hereditario, intervirtió la causa de la relación de poder y mantuvo el ejercicio de la posesión
prescriptiva, en forma continua y ostensible, durante el plazo legal. En este caso, se ha de
producir una mejora no ya en la especie (tenencia- posesión), sino en la jerarquía (posesión
a título de condómino-posesión a título de dueño) en la relación de poder, con lo cual, para
definir si se configura o no tal ascenso, es necesario determinar los rasgos de la posesión a
la que tiene derecho el condómino sobre la cosa común.
El artículo 1986 del Código Civil y Comercial establece que cada comunero, conjunta o
individualmente (el subrayado es mío), puede usar y gozar de la cosa común sin alterar su
destino. Los cotitulares pueden acordar el uso y goce alternado de la cosa común o el
ejercicio de él, de manera exclusiva y excluyente, sobre determinadas partes materiales
(artículo 1987, Código Civil y Comercial). Al mismo tiempo, uno de ellos, en el marco de las
facultades que le concede esa figura sobre la cosa, puede ejercer un uso y goce excluyente
sobre todo el objeto (artículo 1988, Código Civil y Comercial). En este caso, esa relación de
poder cuyo goce se proyecta a la totalidad de la cosa, insisto, se enmarca en el derecho
deferido en su condición de comunero y en la tolerancia del resto de los partícipes, de suerte
tal que la jerarquía de esa relación encuentra anclaje en el condominio que ostenta. El
artículo 1988 citado reconoce al cotitular que no ejerce el uso y goce de la cosa el derecho
de reclamar una indemnización por el uso exclusivo, la que se devenga desde el momento
en que comunica su oposición de modo fehaciente y sólo en beneficio del oponente.
El artículo 1988 citado habla de uso y goce excluyente y no de posesión excluyente. Esta
distinción permite precisar que el condómino que no detenta la cosa no pierde la posesión
de ella en manos de quien sí lo hace. En definitiva, en ese caso, se presenta un supuesto de
concurrencia en el que convergen varias relaciones de poder que no se excluyen entre sí
(artículo 1913, Código Civil y Comercial), aunque el uso y goce, enmarcado en el ejercicio de
las facultades del artículo 1986 antes citado, lo ejerza uno solo. A fin de cuentas, habrá para
el condómino no detentador posibilidad física de establecer el contacto, según lo previsto
en el artículo 1922 inciso “” del Código Civil y Comercial, lo que presupone la subsistencia de
su relación de poder.
Obsérvese también que un condómino puede realizar: 1º) las mejoras necesarias (definidas
en el artículo 1934 inciso "d", Código Civil y Comercial) y, dentro de los límites del uso y goce
de la cosa común, y 2º) las útiles (precisadas conceptualmente en el artículo 1943 inciso “”
del Código Civil y Comercial) que sirvan para su mejor aprovechamiento. Tales facultades
emanan de lo establecido en el artículo 1991 el Código Civil y Comercial. Esos actos tienen
por pórtico la posesión del comunero que arraiga su causa en el derecho real de condominio.
Para mutar la jerarquía de la relación de poder no es relevante la mera voluntad del
condómino, ni el transcurso del tiempo, por más extensa que resulte su perpetuación en el
uso y goce excluyente, tolerado por el resto de los comuneros, que no se han siquiera
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molestado en oponerse y reclamar el cobro de un canon locativo ("nemo sibi ipse causam
possessionis mutare”). Es necesario que, mediante actos exteriores, el poseedor manifieste
su intención de privar al resto de la posibilidad de disponer de la cosa y que esos actos
produzcan ese efecto (artículo 1915, Código Civil y Comercial). La intervención, como he
señalado, no sólo es apta para producir el cambio de la especie de la relación de poder, sino
también el de su jerarquía.

En este aspecto, el artículo 1990 del Código Civil y Comercial establece que la disposición
material o jurídica de la cosa, o de alguna parte de ella, sólo puede hacerse con la
conformidad de los otros condóminos. Esto significa que, en principio, el comunero que
realiza un uso y excluyente de la cosa, que debe ajustar su relación de poder al destino al
que la cosa está afectada, carece de facultades para realizar, por sí y sin autorización del
resto, actos de disposición material sobre ella.
Esta misma apreciación es totalmente trasladable al marco de la comunidad hereditaria,
cuando coheredero realiza un uso y goce excluyente de un bien comprendido en el acervo
sucesorio. Esa conclusión se funda en lo establecido en el artículo 1984 primer párrafo del
Código Civil y Comercial, que prevé la aplicación subsidiaria de las normas del condominio a
todos los supuestos de comunión de derechos real y de otros bienes. Este segundo supuesto
abarca, en su latitud a la comunidad hereditaria. Si alguno de los herederos posee un título,
de tal, un bien particular comprendido en el patrimonio del causante, no lo hace como
dueño exclusivo sino como integrante de esta comunidad.
Para que se produzca la intervención del título, el poseedor debe realizar actos posesorios
en forma exclusiva, negando y desconociendo los derechos de los otros propietarios. Según
se ha decidido, el hecho de que uno de los condóminos se domicilie en el inmueble, pague
los impuestos, tasas, servicios municipales y realice sobre él tareas de conservación y
mantenimiento permanente son insuficientes a los efectos de acreditar la posesión exclusiva
del bien que se pretende adquirir por usucapión, con virtualidad suficiente para excluir a los
demás propietarios, pues esos actos resultan también el ejercicio de derechos y obligaciones
que se tiene como comunero (Corte de Justicia de la Provincia de Catamarca, 18/11/2015,
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"Galván, Elsa Beatriz y otros c/Oliva de Galván, Juana s/ prescripción ” La Ley Online,
AR/JUR/75185/2015).

Condominio.
El condominio es el derecho real de propiedad sobre una cosa que pertenece, en común, a
varias personas y que corresponde, a cada una, por una parte, indivisa (artículo 1893 primera
parte, Código Civil y Comercial).
Para que se pueda adquirir este derecho real, es necesario la concurrencia de varios
poseedores sobre la misma cosa, que ejerzan una relación de poder de la misma jerarquía y
que cada una no excluya a los restantes (artículo 1913, Código Civil y Comercial). Si la
relación de poder idónea para adquirir por usucapión hubiera sido ejercida por
coposeedores, entonces, al cabo del plazo legal convertirán en condóminos, en tanto el
comportamiento hubiere coincidido con las facultades que el ordenamiento reconoce a
quienes ostentan ese derecho real. Las partes ideales asignadas a cada devenido cotitular
serán necesariamente equivalentes. El artículo 1983 segundo párrafo del Código Civil y
Comercial prevé, precisamente, que “las partes de los condóminos se presumen iguales,
excepto que la ley o el título dispongan otra proporción” (el subrayado me pertenece). En la
usucapión, la adquisición no se produce por título, ni la ley establece posibilidad de graduar,
en estos casos, en forma desigual la parte alícuota que corresponda asignar a cada
comunero usucapiente. Por ende, no hay posibilidades de obtener partes ideales que
representen porciones diferentes, salvo el supuesto de prescripción corta con justo título,
en el que las partes consolidadas serían las asignadas en ese acto jurídico (artículo 1902,
Código Civil y Comercial).
Un abordaje especial requiere, en el marco de este derecho real, el análisis de la adquisición
del condominio con indivisión forzosa perdurable sobre muros, cercos y fosos, en el marco
del cerramiento urbano. El artículo 2006 del Código Civil y Comercial los denomina
“linderos” cuando demarcan un inmueble y lo delimitan con el inmueble colindante. Según
el lugar de emplazamiento, el lindero puede ser “encaballado” o “contiguo” según: 1º) se
asiente parcialmente en cada uno de los inmuebles colindantes (el primero), o 2º) lo haga
en uno de los inmuebles, de modo que el filo coincida con el límite separativo (artículo 2006
incisos “b” y “c” Código Civil y Comercial). Según su condición jurídica, se lo califica al lindero

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como “medianero” o “privativo”. En el primer caso, revestirá carácter común y pertenecerá
en condominio a ambos colindantes; en el segundo, será de titularidad de uno solo de los
vecinos (el que lo hubiera construido o sufragado los gastos de su edificación). Finalmente,
según su extensión en altura, distinguimos: 1º) el de “cerramiento” al lindero de
cerramiento forzoso, sea encaballado o contiguo; 2º) el “de elevación” al lindero que excede
la altura del muro de cerramiento, y 3º) al “enterrado” al ubicado debajo del nivel del suelo,
sin servir de cimiento a una construcción en la superficie (artículo 2006, el Código Civil y
Comercial).
Sólo se puede adquirir por modo prescripción adquisitiva el muro por elevación o enterrado
(artículo 2009, Código Civil y Comercial). En esos casos, el inicio de plazo legal se computaría
desde la utilización efectiva de cualquiera de ellos para fines específicos (artículo 2020,
Código Civil y Comercial). Hasta la altura del cerramiento forzoso (no menor a los 3 metros
contados desde la intersección del límite con la superficie de los inmuebles, salvo disposición
en contrario en las reglamentaciones locales, según el artículo 2008 del Código Civil y
Comercial), el muro, encaballado o contiguo, es medianero de su mismo origen (artículos
2009, Código Civil y Comercial). Con lo cual, en este caso, el condominio de los colindantes
se adquiere de pleno derecho desde su erección, sin posibilidad alguna de que gravite sobre
él la usucapión como modo adquisitivo.
En el caso de los predios rurales, el cerramiento perimetral lindero posee carácter
medianero desde su origen, sin perjuicio de la obligación del colindante de contribuir a
sufragar su costo, si su predio queda completamente cerrado (artículo 2031 y 2032). Por
ende, tampoco en este caso la usucapión incide como posible modo de adquirir es
modalidad de condominio.
Propiedad horizontal.

El objeto del derecho real de propiedad horizontal se determina en la unidad funcional, que
define y delimita su objeto.
Ella comprende: 1º) pisos, departamentos, locales y otros espacios, susceptibles de
aprovechamiento por su naturaleza o destino, que tengan independencia funcional y
comunicación con la vía pública, directamente o por un pasaje común (artículo 2039, Código
Civil y Comercial); 2º) la parte indivisa sobre el terreno, las cosas y partes de carácter común,
y 3º) en su caso, las unidades complementarias destinadas a servir a la privativa.
La adquisición del derecho real de propiedad horizontal sobre una unidad funcional,
comprende, cuanto menos, la parte o sector privativo y la porción indivisa sobre las
comunes. En general, los cosas y partes comunes, a todas o algunas unidades, comprenden:
1º) las de uso común; 2º) las indispensables para mantener la seguridad del edificio; 3º) las
que se determinan como tales en el reglamento de propiedad horizontal, y 4º) aquéllas
cuyo uso no esté determinado (artículo 2040, Código Civil y Comercial). Ellas pueden llegar
a estar afectadas al uso exclusivo de una o varias unidades (artículo 2040 segundo párrafo
citado)

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El ordenamiento legal distingue las cosas o partes “necesariamente” (artículo 2041,
Código Civil y Comercial) de las “no indispensables” (artículo 2042, Código Civil y
Comercial). En el elenco que comprenden las segundas, se encuentran indicadas, con
carácter enunciativo, la piscina, el “solárium” gimnasio, lavadero y el salón de usos
múltiples.
En principio, el carácter “no indispensables” común de las partes o sectores previstos en el
artículo 2041 del Código Civil y Comercial descartaría toda posibilidad, en una apreciación
general, de perder esa calidad y de pasar a integrar la parte o sector privativo, bajo el modo
prescripción adquisitiva. Un impedimento de esta índole no se presentaría, también en
principio, respecto de aquéllas que revisten carácter “no indispensables” en las que podría
llegar hipotéticamente a verificarse su desafectación al uso o aprovechamiento común e
incorporación al sector privativo del poseedor vía prescripción adquisitiva. Lógicamente,
esta situación requerirá a su vez la adecuación del plano y reglamento de propiedad
horizontal a esta mutación en la calidad jurídica de los sectores y partes que componen el
sistema.
Conjuntos inmobiliarios propiamente dichos.

Están comprendidos en la figura, a la luz del artículo 2073 del Código Civil y Comercial, los
clubes de campo, barrios cerrados o privados, parques industriales, empresariales o
náuticos y cualquier emprendimiento urbanístico (independientemente del destino de
vivienda permanente o temporaria, laboral, comercial o empresarial).
Por su estructura, este derecho crea una situación jurídica comunitaria de índole funcional,
integrada por unidades parcelarias independientes, compuesta de partes privativas y
sectores, cosas y servicios comunes, que forman un todo inescindible (artículos 2074, 2076,
2077 y concordantes, Código Civil y Comercial).
Su régimen se encuentra disciplinado por las normas legales que lo regulan y las de
reglamento de propiedad horizontal del conjunto inmobiliario (artículo 2078, Código Civil y
Comercial). El artículo 2075 segundo párrafo del citado ordenamiento establece que todos

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los conjuntos inmobiliarios deben someterse a la normativa del derecho real de propiedad
horizontal establecida en el ordenamiento, con las modificaciones allí establecidas, “a los
fines de conformar un derecho real de propiedad horizontal especial”.
Existen algunas diferencias estructurales entre esos derechos reales (uno general, otro especial),
que pueden determinar distintas modulaciones o variantes que pueden asumir los actos
materiales en los que se exprese el ejercicio de una posesión prescriptiva. Así, por ejemplo, las
unidades privativas pueden hallarse construidas o en proceso de construcción (artículo 2077) y
pueden también existir unidades privativas sobre el terreno, situaciones descartables del plano
de la propiedad horizontal (artículos 2038, 2041 inciso “a” y
concordantes, Código Civil y Comercial).
En cualquier caso, las conclusiones deslizadas al tratar el punto sobre propiedad horizontal
pueden genéricamente trasladarse al abordar la cuestión en este derecho especial.

Tiempo compartido.

Este derecho real, al igual que el de propiedad horizontal o conjunto inmobiliario


propiamente dicho, requiere de un acto de afectación de uno o más objetos a la finalidad
de aprovechamiento periódico o por turnos (artículo 2089, Código Civil y Comercial). Su
objeto comprende cosas inmuebles (verbigracia, bauleras, oficinas, locales comerciales,
viviendas) o muebles (cosechadoras, sembradoras, helicópteros, yates, equipos de
computación, aparatología médica de alta complejidad, casas rodantes, etc.), en tanto la
naturaleza de ellos comulgue con los fines del tiempo compartido. El destino de los bienes
afectados puede ser variado: alojamiento, hospedaje, comercio, uso profesional, turismo,
etc. La instauración de este derecho real permite al usuario, titular del derecho real, el
goce periódico, exclusivo y alternado del objeto.
En este caso, la posesión prescriptiva tendría por actos posesorios idóneos el goce de los
bienes por el poseedor ilegítimo, mediante el ejercicio de potestades y deberes que el
ordenamiento otorga e impone al usuario del tiempo compartido (artículo 2095, Código Civil
y Comercial), expuesto este último a perder el derecho por el ejercicio de las facultades que
él confiere realizado por sujeto distinto de su titular. En este caso, la posesión continua que
requiere el artículo 1900 del Código Civil y Comercial deberá necesariamente desplegarse
en los turnos asignados al usuario cuyas atribuciones ejercita el poseedor ilegítimo y no
autorizado, pues esa es la medida temporal del aprovechamiento que delimita la relación
de poder para esta figura.

Derecho real de sepultura.

El derecho real de sepultura, previsto en el artículo 2912 del Código Civil y Comercial, se
enmarca en el de cementerio privado. La norma en cuestión establece que recae sobre
la parcela “rectuis” la unidad funcional).
Este derecho real es de carácter principal y se ejerce por la posesión. Por ende, no hay
impedimento para que un poseedor pueda adquirirlo por prescripción adquisitiva (artículos
2565 y 1897, Código Civil y Comercial).
La jurisprudencia registra numerosos pronunciamientos en los que se receptó
favorablemente la posibilidad de adquirir el derecho de sepultura por el modo prescripción
adquisitiva. Al hacerlo, lo admitió respecto de los sepulcros existentes en cementerios

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públicos del Estado. En esos antecedentes se ha reputado como actos posesorios idóneos:
el pago de cánones, la detentación de título de propiedad de bóveda, la exhumación de
cadáveres, la disposición de los destinos de los restos depositados en su interior. La
contratación de cuidador para que se haga cargo de la limpieza y vigilancia, la atención
personal que se preste a la bóveda.

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Superficie.

La superficie constituye un derecho real, de carácter temporario, sobre inmueble ajeno, que
faculta a su titular (el superficiario) a ejercer el uso, goce y disposición material y jurídica
sobre el objeto, constituido por: 1º) el derecho a plantar, forestar o construir, o 2º) lo ya
plantado, forestado o construido (propiedad superficiaria; artículo 2114, Código Civil y
Comercial). Ese objeto puede asentarse en: 1º) el terreno; 2º) el vuelo (verbigracia, dueño
de un edificio que concede a un tercero el poder de elevar sobre él una o varias plantas,
sometidas al derecho real de superficie, según lo establecido en el artículo 2116), o 3º) el
subsuelo (artículo 2114 citado).
Mediante esta singular tipología de derecho real se crea una excepción al principio de
accesión, según el cual la superficie sigue el suelo “superficie solo cedit”). Él implica la
separación temporal de la propiedad superficiaria (la plantada, forestada o construida)
del terreno o suelo en que se asienta. Al extinguirse por el vencimiento del plazo, el
propietario del suelo hace suyo lo construido, plantado o forestado, libre de los derechos
reales o personales impuestos por el superficiario (artículo 2125, Código Civil y
Comercial)
El artículo 2119 del Código Civil y Comercial establece que “el derecho de superficie se
constituye por contrato oneroso o gratuito y puede ser transmitido por acto entre vivos o
por causa de muerte”. Luego, remata diciendo: “no puede adquirirse por una usucapión”. La
solución normativa de excluir el modo adquisitivo bajo examen para la superficie obedece
a que, en principio, quien realiza actos posesorios idóneos sobre la propiedad superficiaria,
aprovecha también el suelo en que ella se encuentra incorporada. En tal caso, un
comportamiento de esa índole le permitirá al poseedor adquirir el dominio de la cosa.
El artículo 2119 dictado admite, empero, una excepción a esta regla. Establece que “la
prescripción breve es admisible a los efectos del saneamiento del justo título”. Con lo cual, la
incidencia de la prescripción adquisitiva en el derecho real de superficie queda acotada a los
casos en que exista justo título (tema del próximo módulo) de adquisición de ese derecho
real, en el que la prescripción impacta como mecanismo de saneamiento de su congénita
deficiencia. Subsana así la anomalía del título de adquisición proveniente de un acto jurídico
nulo o inoponible.
La ley habla concretamente de “la prescripción breve”. Para que ella opere, además del
justo título, se necesita la buena fe del poseedor. Por ende, este modo adquisitivo no sería
aplicable cuando, aun mediando justo título, el poseedor resultare de mala fe (artículo
1898, Código Civil y Comercial). Sobre este tema ahondaremos en el próximo módulo.

Usufructo.
El artículo 2129 del Código Civil y Comercial lo define como “el derecho real de usar, gozar y
disponer jurídicamente de un bien ajeno, sin alterar su sustancia “. La sustancia se altera
cuando se modifica su materia, su forma o destino. Por ende, el uso y goce del usufructuario
debe ajustarse a este último (artículo 2145, Código Civil y Comercial).
El usufructo es un derecho real, sobre cosa ajena, temporario, de disfrute, ejercitable por la
posesión. No hay impedimento, pues, para adquirirlo por el modo prescripción adquisitiva.
Por lo pronto, es improbable que un poseedor reclame el reconocimiento de la calidad de
usufructuario por usucapión, cuando lo más probable es que, con base en los mismos
elementos fácticos y probatorios, pueda llegar a ser reconocido como dueño.
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Uso.

Este derecho real consiste en usar y gozar de una cosa ajena, su parte material o indivisa,
en la extensión y con los límites establecidos en el título, sin alterar su sustancia (artículo
2154, Código Civil y Comercial). El precepto citado aclara que sólo puede constituirse a
favor de persona humana.
El artículo 2155 subsiguiente establece que se aplican supletoriamente las normas previstas
para el derecho real de usufructo.
En mi opinión, existe un impedimento legal para permitir la adquisición de este derecho
real por prescripción adquisitiva, con la única excepción de la prescripción breve en la
que el poseedor se encuentre munido de justo título. El mismo artículo 2154 citado
prevé, en su primer párrafo, que, si el título del derecho real de usufructo no establece
la extensión del uso y goce, se entiende que se constituye un usufructo. De tal suerte,
para que se pueda tipificar este derecho, resulta necesario que el título de adquisición
contemple la extensión de las facultades del usuario, pues tal carencia encuadraría su
derecho ya no en un uso, sino en un usufructo.
La prescripción adquisitiva, se sabe, no se adquiere por título sino sólo por modo. Por ende,
salvo la existencia de justo título, no hay forma de contar con acto jurídico que delimite el
alcance del uso y goce del poseedor, de modo de sustraerlo de la órbita del usufructo para
instalarlo en la del uso. En cambio, de mediar justo título y buena fe, la prescripción corta
produciría el saneamiento de ese instrumento, acotando el derecho real a los alcances que
fluyen de su tenor.
Cabe agregar que son extensivas al uso las apreciaciones sobre la poca probabilidad de que
se presenten casos, a la que hice referencia al abordar el usufructo.

Habitación.
El derecho de habitación tiene por objeto un inmueble ajeno, que debe estar construido y
ser habitable. Puede recaer sobre la totalidad o parte material de él. Es concedido sólo a
favor de persona humana, por lo que se excluye la posibilidad de otorgarlo a persona
jurídica. La facultad otorgada a su beneficiario radica en “morar en un inmueble construido,
o en parte material de él, sin alterar su sustancia” (artículo 2158 primer párrafo, Código
Civil y Comercial).
El artículo 2159 del Código Civil y Comercial contempla la aplicación supletoria de las
normas del derecho real de uso al de habitación. Entre ellas, cabe recordar, la previsión
del artículo 2154 primer párrafo antes citada exige, como recaudo para tipificar el derecho
real de uso “mutan” el de habitación), que el título establezca la extensión del uso y goce.
De lo contrario, si lo considerará usufructo. De esa suerte, las conclusiones sobre la
imposibilidad de adquirir por prescripción adquisitiva ese derecho se trasladan también al
de habitación, salvo, claro está, el supuesto en que exista justo título y buena fe del
poseedor.

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1. Vicisitudes

Las vicisitudes constituyen sucesos que se producen mientras se encuentra en curso el plazo de
prescripción y que tienen aptitud para alterar su cómputo normal. Necesariamente, deben
acaecer esos hechos antes de que el lapso expire. No puede interrumpirse ni suspenderse un
término que ya se encuentra cumplido. Desde una perspectiva sustancial, su mero vencimiento
opera “ipso iure” sus efectos, tanto en la variante adquisitiva como liberatoria de la prescripción.

Empero, desde una óptica procesal, ella deberá ser alegada y probada en juicio por parte
interesada.

2. Suspensión

2.1. Concepto

La suspensión: 1º) detiene o paraliza el cómputo del tiempo en curso; 2º) mantiene inactivo el
plazo mientras perdure la causal que la provocó, y 3º) cesada la causal, se reanuda la estimación
del término, que suma el lapso transcurrido antes de detenerse. Ella produce efectos hacia el
futuro, pues en nada altera el tiempo útil anterior corrido. De esta suerte, ambos períodos, el
anterior y el posterior a la suspensión, se suman para determinar si transcurrió o no el plazo
pertinente.

Puede ocurrir también que la causal suspensiva se encuentre configurada al momento mismo en
que debiera cobrar inicio del plazo de prescripción. En tal caso, la presencia de ese hecho tiene
por efecto impedir que comience el cómputo del término prescriptivo.
Las causales suspensivas no pueden ser objeto de convención. Sólo rigen aquellas que la ley
consagra.

1.1. Fundamento
La suspensión de la prescripción sólo opera en los casos previstos expresamente por la ley. Tal
solución obedece al carácter de orden público de las normas que regulan las ambas variantes de
la prescripción, cuya imperatividad descarta toda posibilidad de modificación por convención
(artículo 2533, Código Civil y Comercial).

La nota del artículo 3980 del Código Civil derogado alude a la máxima “agere non valenti non
currit prescriptio”. Según ella, la prescripción no corre para el que no puede ejercitar la acción.
En esa concepción, la suspensión sólo podría fundarse en la imposibilidad de obrar, aunque
también en la inconveniencia de fomentar pleitos entre personas envueltas en situaciones
determinadas, en la que no resulta aconsejable que ellos se manifiesten.

El primer supuesto está hoy día amparado por la figura de la dispensa de la prescripción
cumplida, consagrada y regulada en el artículo 2550 del Código Civil y Comercial. Existen causales
suspensivas previstas en el ordenamiento que, efectivamente, responden a la necesidad de
evitar la promoción de conflictos judiciales en ciertas situaciones, como en ámbito de las
relaciones familia o en vínculos de potestad o de carácter funcional que define la ley. Mas, como
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se verá, también existen otros motivos que el legislador ha reputado razonables para fundar la
instauración de esta vicisitud.

Por ende, es una cuestión de política legislativa la que determina que el legislador haya
impuesto ciertos casos como idóneos para congelar el decurso de la prescripción (Pizarro R.D. y
Vallespinos C.G. en “Instituciones de Derecho Privado. Obligaciones”, tomo 3, página 702,
Editorial Hammurabi, año 1999).

1.2. Alcance subjetivo

El artículo 2540 del Código Civil y Comercial consagra, como regla general, el carácter personal de
los efectos de la suspensión de la prescripción. El principio en él plasmado informa que ella “no
se extiende a favor ni en contra de los interesados…”. Esta solución determina que la suspensión
sólo puede beneficiar o perjudicar a los sujetos entre quienes la ley delimita la configuración de
esta causal.

El citado artículo 2540 consagra dos excepciones específicas a esa solución genérica, referidos
exclusivamente a obligaciones de sujeto plural en alguno de sus polos y limitado a: 1º) la
solidarias, y 2º) las indivisibles. Excede el ámbito de este seminario en análisis de los rasgos
estructurales de cada una. El Código derogado sólo comprendía las indivisibles (artículo 3982),
por lo que el flamante ordenamiento innova al incluir las solidarias. Empero, no lo están las
obligaciones concurrentes (artículo 851 inciso “e”, Código Civil y Comercial).

La estrechez de la disposición legal excluye la posibilidad extender la causal suspensiva a


cointeresados en el ámbito de la prescripción adquisitiva, pues ella está acotada a ciertos
supuestos específicos y taxativos, que gravitan en la órbita de la prescripción liberatoria y en el
ámbito obligacional.

1.3. Posibilidad de aplicar de oficio la causal suspensiva.

El Código Civil y Comercial no brinda solución específica sobre éste punto concreto, como
tampoco lo hacía el Código Civil derogado. El artículo 2552 sólo establece que “el juez no puede
declarar de oficio la prescripción”, solución que no envuelve, en su extensión, similar
impedimento de decidir la suspensión sin mediar pedido de parte interesada. Esa conclusión se
amolda en sus alcances a la de artículo 3964 del Código Civil derogado, que establece que “el
juez no puede suplir de oficio la prescripción”.

El ordenamiento vigente se aparta así de la solución del artículo 2492 del Proyecto de 1998, que
prevé que “el tribunal no puede declarar de oficio la prescripción, ni hacer valer causales de
interrupción ni suspensión no invocadas por el interesado, ni cambiar los plazos invocados” (el
subrayado es mío).

En este sentido, hay quienes sostienen que, si está debidamente acreditada en la causal de
suspensión, ella puede ser resuelta de oficio, sin necesidad de alegación alguna de parte
interesada. Considero que esa solución es acertada, pues, de constatarse claramente la
operatividad de una causal suspensiva no invocada, el plazo prescriptivo, por la incidencia de
esa vicisitud, no estaría fenecido. Ante tal situación, pese a silencio del sujeto
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legitimado para hacer valer la prescripción, el juez no podría declarar operada cuando los
elementos a su alcance desmienten esa situación.

1.4. Causales de suspensión de la prescripción.


Trataré a continuación las distintas causales suspensivas previstas en el Código Civil y Comercial.
1.4.1. Por interpelación fehaciente contra el poseedor.
La primera parte del texto del artículo 2541 prevé que “el curso de la prescripción se suspende,
por una sola vez, por la interpelación fehaciente hecha por el titular del derecho contra el deudor
o el poseedor”. La causal suspensiva queda configurada, pues, mediante la recepción del acto
interpelativo cursado extrajudicialmente contra el requerido, pues él inviste un claro carácter
recepticio. Basta para ello que la comunicación haya llegado al domicilio del destinatario, por
más que él no hubiere tomado conocimiento personal de su cometido (doctrina artículo 983,
Código Civil y Comercial).
El carácter fehaciente que debe tener exige que el acto interpelativo se instrumente de un modo
que pueda probarse a sí mismo, sin ofrecer dudas acerca la veracidad del reclamo y la
oportunidad de su realización. Debe probar esas circunstancias de modo indudable. De allí que
el requerimiento deba ser practicado mediante instrumento público, sea por acta notarial,
telegrama colacionado, carta documento, etc. Se trata de una formalidad impuesta sin la cual el
requerimiento no ha de resultar apto para producir el efecto suspensivo que la ley le asigna
(artículo 285, Código Civil y Comercial).
Esta disposición reconoce como antecedente la del artículo 3986 segundo párrafo del Código Civil
derogado. Su texto establece que la suspensión se produce “por la constitución en mora del
deudor, efectuada en forma auténtica”. El texto vigente tiene la singularidad de proyectar esa
causal suspensiva al campo de la prescripción adquisitiva, pues establece que su configuración
también sucede cuando se interpela al poseedor. Similar efecto ha de producir cuando el
requerimiento se efectúa frente al tenedor, habida cuenta de su condición de representante del
poseedor y del consiguiente deber a su cargo de individualizar y comunicar al poseedor de quien
es representante si se lo perturba en razón de la cosa (artículo 1940 inciso “b”, Código Civil y
Comercial).

La interpelación fehaciente debe ser cursada por el titular del derecho. Su envío por un poseedor
ilegítimo desapoderado contra el sujeto que lo excluyó del ejercicio de la relación de poder
suspende el decurso del plazo prescriptivo de la acción posesoria del primero contra el segundo
(artículos 2238, 2241 y 2564 inciso “b”, Código Civil y Comercial), mas no es aprovechada por el
titular del derecho real en el marco de la acción real que pretenda articular contra el poseedor
actual. Asimismo, la intimación a restituir, remitida por quien ostenta derecho real sobre ella,
proyecta sus efectos suspensivos al campo de las acciones real y posesoria que le pusieren asistir
para ser repuesto en la posesión de la cosa (artículo 2273 y concordantes del Código Civil y
Comercial).
La suspensión por este medio se produce “por una sola vez”, solución que coincide con la del
artículo 3986 segundo párrafo del Código Civil derogado. Es por demás razonable, pues, no
habilitar la posibilidad indefinida de acceder a esta vicisitud mediante la interpelación. De lo
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contrario, mediante ese recurso, se estaría confiriendo al titular del derecho un dispositivo para
tornarlo virtualmente imprescriptible.

El efecto suspensivo derivado de la interpelación perdura por el plazo de 6 meses o el menor que
corresponda a la prescripción de la acción (artículo 2241 citado). Se comprime en ese lapso el
tiempo de 1 año que consagra el Código Civil derogado (artículo 3986 segundo párrafo). En
materia de prescripción adquisitiva, no están previstos plazos inferiores al de 6 meses indicado
en la norma. Precisamente, ese término es el consagrado para reivindicar la cosa avulsa, según
lo establecido en el artículo 1961 segundo párrafo del Código Civil y Comercial. Por ende, en este
campo de la prescripción, en cualquier caso, la suspensión dura 6 meses.
Transcurrido ese intervalo, de pleno derecho, se dinamiza nuevamente el curso del tiempo útil
de la prescripción.

El acaecimiento de una causal interruptiva durante el interregno en el que cómputo está


suspendido (verbigracia, inicio de la acción reivindicatoria por el titular del derecho) no impide
que la interrupción produzca plenamente sus efectos. En tal caso, terminará prevaleciendo el
efecto interruptivo por sobre el suspensivo y el primero no se verá eclipsado por el segundo.

31
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Proceso de Usucapión
DERECHOS CIVIL IV
REALES

1
Proceso de usucapión
 Carácter contencioso.
 Artículo 1905, Código Civil y Comercial.
 Artículo 24 inciso “a”, ley 14,159.
 Modos de articulación (artículo 2551).
 Demanda.
 Excepción (artículo 2553).
 Reconvención.
 ¿Tercería?
 Competencia.
 Lugar donde esté situada la cosa litigiosa (artículo 5°
inciso 1, CPCCN).
 Prórroga.
 Usucapión automotor.
 ¿Competencia federal?
 Fuero de atracción.
 Sucesión (artículo 2336,CCC).
 Concurso o quiebra (artículos 21 y 132, ley 24.522).
 No corresponde el proceso verificatorio.

2
Proceso de usucapión
 Demanda.
 Tasa de justicia.
 Valuación fiscal.
 Sujetos.
 Legitimación activa.
 Poseedor.
 Herederos del poseedor.
 Cesionario de los derechos de poseedor.
 Legitimación pasiva.
 Titular del asiento registral vigente.
 Adjunción del informe de dominio o copia del asiento registral.
 Inscripción de derechos reales de disfrute.
 Derechos reales sobre cosa ajena.
 Ejercitables por la posesión.
 Litisconsorcio pasivo necesario.
 Objeto.
 Plano de mensura (artículos 24 inciso “b”, ley 14,159; 679 inc. 3, CPCC).
 Representa cartográficamente una parcela generada por posesión, y
 Se confecciona con miras a la adquisición del derecho real por vía prescriptiva.
 Objeto de la mensura: debe indicar “que pretende prescribir”.
 Confección, aprobación y registración.
 No se requiere cuando la prescripción se esgrime por excepción.
 Situación en caso de reconvención.
 ¿El plano debe figurar a nombre del que prescribe?
 Posesión como causa generadora de parcela (artículos 4, ley 10.707 BA; 4, ley 26.209).

3
Proceso de usucapión
Notificación de la demanda.
Artículo 145, CPCC. Notificación por edictos.
Personas inciertas.
Domicilio ignorado
Artículo 341, CPCC.
Demandado incierto o con domicilio o residencia ignorados.
Citación según el artículo 145 CPCC.
Designación de defensor.
 La defensa.
 Falta de contestación de la demanda.
 Allanamiento.
 Anotación de litis oficiosa (artículo 1905).
 No exige los requisitos de la medida cautelar.
 Medida tendiente a resguardar la publicidad posesoria.
 Posibilidad de ordenar la en juicios anteriores al 1/8/ 2015.
 Momento de disponerla.
 Con el traslado de la demanda.
 Con el traslado de la excepción de prescripción.
 Fin de la medida.
 ”Dar a conocer la pretensión”.

4
Proceso de usucapión

 Prueba.
Disposición aplicable.
 Artículo 24 inciso “c”, ley 14,159: “Se admitirá toda clase de
pruebas, pero el fallo no podrá basarse exclusivamente en la
testimonial. Será especialmente considerado el pago por parte
del poseedor de impuestos o tasas que graven al inmueble,
aunque los recibos no figuren a nombre de quien invoca la
posesión” (ccdte. art. 679 CPCB).
Carácter compuesto de la prueba.
Criterios de valoración.
 Estricta, categórica, rotunda, contundente.
 Valoración según jurisprudencia de la Corte Suprema:
 Clara.
 Convincente, e
 Insospechable.
 Modo excepcional de adquisición de derechos reales.
Extremos a acreditar.
 Posesión.
 Actos posesorios idóneos (artículo 1928).
 Carácter ostensible y continuo.
 Tiempo requerido por la ley.

5
Proceso de usucapión
 Medios probatorios (prueba compuesta).
 Prueba documental.
 Título a la posesión.
 Presunción de fecha y extensión (art. 1914, CCC).
 Comprobantes de pago de impuestos y servicios.
 Sucesivos y progresivos.
 Prueba del “animus”.
 Presunción de posesión (art. 1911).
– Poder de hecho sobre la cosa.
 Fotos.
 Comprobantes de compra de materiales.
 Contratación de profesionales.
 Prueba pericial.
 Antigüedad de construcciones y plantaciones.
 Prueba de reconocimiento judicial.
 Inspección ocular.
 Constatación del estado posesorio.
 Prueba de testigos.
 Carácter ostensible de la posesión.
 Prueba anticipada.
 Prueba informativa.
 Prueba confesional.
 Irrelevancia de la confesión del demandado.

6
Proceso de usucapión
 Sentencia.
Carácter declarativo.
Efecto retroactivo.
Prescripción larga.
La sentencia declarativa de prescripción larga no tiene efecto retroactivo
al tiempo en que comienza la posesión (artículo 1905 segundo párrafo).
Prescripción corta.
La sentencia declarativa de prescripción breve tiene efecto retroactivo al
tiempo en que comienza la posesión, sin perjuicio de los derechos de
terceros interesados de buena fe (artículo 1903 segundo párrafo).
Advienen válidos los derechos reales constituidos por el poseedor con
justo título. Principio de convalidación.
Conforma título a la adquisición del derecho real.
Efectos sobre los frutos.
Artículo 1935: los frutos pendientes corresponden a quien tiene derecho a la
restitución de la cosa.
Sólo si se restituye la cosa habrá que restituir los frutos percibidos de mala
fe.
No hay restitución cuando se admite la prescripción adquisitiva.
Efectos del fallo cuando la prescripción se hizo valer por vía de excepción.
Sólo rechaza la acción del reivindicante.
No se introduce pretensión de que declare adquirido el derecho real.
No declara adquirido el derecho real por parte del demandado.
El demandado no necesita agregar el plano.
El excepcionante debe promover con posterioridad acción de prescripción
adquisitiva.
7
Proceso de usucapión
La prescripción y los derechos reales disfrute.
Se pierden:
Usufructo.
Uso.
Habitación.
Servidumbres positivas.
Extinción por el no uso durante 10 años.
Rige también respecto de la superficie.
Carácter ganancial o propio del derecho real.
Artículo 464. Bienes propios. Son bienes propios de cada uno de los cónyuges: a) Los bienes
de los cuales los cónyuges tienen la propiedad, otro derecho real o la posesión al tiempo de
la iniciación de la comunidad.
Artículo 465. Bienes gananciales. Son bienes gananciales: a) los creados, adquiridos por
título oneroso o comenzados a poseer durante la comunidad por uno u otro de los cónyuges,
o por ambos conjuntamente, siempre que no estén incluidos en la enunciación del artículo
464.
Costas.
Criterio general de imposición en el orden causado.
Debe inscribirse en el registro de la propiedad.
Se admite la disposición de bienes adquiridos por usucapión, sin registración de la
sentencia, y al inscripción de ella por tracto abreviado, sin perjuicio de no estar
contemplado este supuesto en los casos del artículo 16 de la ley 17.801 (Kiper C., “Tratado
de Derechos Reales”, 2da edición actualizada, tomo II, página 698, Rubinzal Culzoni, año
2017).
La inscripción implicará la cancelación del dominio anterior y la apertura de un nuevo folio,
con la debida nota de relación prevista en el artículo 13 de la ley 17,801.
Debe fijar la fecha en que venció el plazo de prescripción y se produjo la adquisición del
derecho (artículo 1905 primer párrafo).

8
ADQUISICIÓN
DE UN
TESORO
LA SECCIÓN 2a DEL CAPITULO 2 DEL
TITULO 3 DEL LIBRO 4 REGULA LA
ADQUISICIÓN DE LOS TESOROS.
¿QUE ES UN
TESORO?

ART. 1951

ES TESORO TODA COSA MUEBLE DE


VALOR, SIN DUEÑO CONOCIDO,
OCULTA EN OTRA COSA MUEBLE O
INMUEBLE. NO LO ES LA COSA DE
DOMINIO PÚBLICO, NI LA QUE SE
ENCUENTRE EN UNA SEPULTURA DE
RESTOS HUMANOS MIENTRAS
SUBSISTE ESA AFECTACION.
DEBE TRATARSE DE UNA COSA MUEBLE CON INDIVIDUALIDAD
PROPIA, VALIOSA, OCULTA O ENTERRADA O ESCONDIDA EN UN
INMUEBLE O EN OTRA COSA MUEBLE.
QUEDAN EXCLUIDAS LAS COSAS ACCESORIAS DEL INMUEBLE, LAS
MINAS DE ORO, PLATA Y DEMÁS MINERALES DEL SUELO, LOS
OBJETOS QUE SE ENCUENTRAN EN UNA SEPULTURA DE RESTOS
HUMANOS.
EL TESORO TIENE DUEÑO, AUNQUE NO SEA CONOCIDO.DEBE
HABER SIDO ENTERRADO U OCULTADO CON EL PROPÓSITO DE
NO SER HALLADO Y ASÍ, QUIEN LO OCULTÓ PUEDE
RECUPERARLO.
NO DEBE HABER INDICIOS DE QUIÉN PUDO SER EL DUEÑO PARA
QUE EL HALLADOR ADQUIERA EL DOMINIO POR APROPIACIÓN.
EL DESCUBRIDOR:

ART. 1951:

ES DESCUBRIDOR DEL TESORO EL PRIMERO QUE LO HACE VISIBLE


AUNQUE NO SEPA QUE ES UN TESORO. EL HALLAZGO DEBE SER
CASUAL. SÓLO TIENEN DERECHOA BUSCAR TESORO EN OBJETO
AJENO LOS TITULARESDE DERECHOS REALES QUE SE EJERCEN POR
LA POSESIÓN, CON EXCEPCIÓN DE LA PRENDA.

LA CASUALIDAD DEL HALLZGO EXCLUYE LA BÚSQUEDA,


DELIBERADA, CONSENTIDA O AUTORIZADA POR EL PROPIETARIO DEL
INMUEBLE. SI ELLO OCURRE EL DUEÑO LO SERÁ EL DEL INMUEBLE.
IGUAL CRITERIO RIGE EN CASO QUE LO ENCUENTRE UN OBRERO A
QUIEN EL PROPIETARIO AUTORIZA A HACER LAS EXCAVACIONES CON
EL OBJETO DE BUSCAR EL TESORO.
DERECHOS DEL DESCUBRIDOR:

SI EL TESORO ES DESCUBIERTO EN UNA COSA PROPIA, EL TESORO PERTENECE AL DUEÑO


EN SU TOTALIDAD.
SI ES PARCIALMENTE PROPIA,LE CORRESPONDE AL DESCUBRIDOR LA PROPIEDAD DE LA
MITAD COMO DESCUBRIDOR Y, SOBRE LA OTRA MITAD, LA PROPORCIÓN QUE TIENE EN LA
TITULARIDAD SOBRE LA COSA.
SI EL TESORO ES DESCUBIERTO CASUALMENTE EN UNA COSA AJENA, PERTENECE POR
MITADES AL DESCUBRIDOR Y AL DUEÑO DE LA COSA DONDE SE HALLÓ.
SI LO DESCUBRE EL USUFRUCTUARIO, USUARIO, HABITADOR, ANTICRESISTA, TITULAR DE
SERVIDUMBRE AFIRMATIVA, POSEEDOR LEGITIMO O NO, LA MITAD ES DE ÉSTE Y LA OTRA
DEL PROPIETARIO. SI ES UN TERCERO CORRESPONDE TAMBIÉN POR MITADES CON EL
DUEÑO DEL INMUEBLE.
LOS DERECHO DEL DESCUBRIDOR NO PUEDEN INVOCARSE POR LA PERSONA A LA CUAL
EL DUEÑO DE LA COSA LE ENCARGA BUSCAR UN TESORO DETERMINADO, NI POR QUIEN
BUSCA SIN SU AUTORIZACIÓN. PUEDEN SER INVOCADOS SI AL HALLADOR SIMPLEMENTE
SE LE ADVIERTE SOBRE LAMERA POSIBILIDAD DE ENCONTRAR UN TESORO.
ART. 1953
BUSQUEDA POR EL PROPIETARIO DE UN TESORO

CUANDO ALGUIEN PRETENDE QUE TIENE UN TESORO QUE DICE HABER GUARDADO EN
PREDIO AJENO Y QUIERE BUSCARLO, PUEDE HACERLO SIN CONSENTIMIENTO DEL DUEÑO
DEL PREDIO, DEBE DESIGNAR EL LUGAR EN QUE SE ENCUENTRA, Y GARANTIZAR LA
INDEMNIZACIÓN DE TODO DAÑO AL PROPIETARIO. SI PRUEBA SU PROPIEDAD, LE
PERTENECE.SI NO SE ACREDITA, EL TESORO PERTENECE ÍNTEGRAMENTE AL DUEÑO DEL
INMUEBLE. ART. 1954

PUEDE SUCEDERQUE UNA PERSONA SE PRESENTE AFIRMANDO SER EL PROPIETARIO DEL


TESORO,LO QUE SE TRATARÍA DE LA REIVINDICACIÓN DE UNA COSA QUE SE CONSIDERA
PROPIA. QUIEN ALEGA LA PROPIEDAD PUEDE EMPRENDER LA BÚSQUEDA AUN CUANDO NO
CUENTE CON EL CONSENTIMIENTO DEL DUEÑO DEL INMUEBLE. PARA QUE PROCEDA ASÍ,
DEBERÁ INDICAR CON PRECISIÓN EL LUGAR DONDE SE HALLA EL OBJETO Y GARANTIZAR
AL PROPIETARIO LA INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS QUE PUEDA OCASIONAR.
SI EL DUEÑO DEL INMUEBLE NO LE PERMITE EL INGRESO , QUIEN SE DICE PROPIETARIO
INTERESADO DE UN TESORO, DEBE PEDIR AUTORIZACIÓN JUDICIAL.
REGIMEN DE COSAS PERDIDAS:
" NO SON SUSCEPTIBLES DE APROPIACION". ELLO ASI PORQUE
TIENEN DUEÑO.

PARA QUE EXISTA "COSA PERDIDA" SON NECESARIOS DOS REQUISITOS:

*EL OBJETIVO O MATERIAL: REFLEJADO EN EL HECHO DE QUE LA COSA SE


ENCUENTRE EXPUESTA A LAS MIRADAS DE TODOS Y ACCESIBLE A CUALQUIERA,
PERO QUE NO ES EL LUGAR DESTINADO A CONSERVARLA,
*EL SUBJETIVO, CONSISTENTE EN LA NEGLIGENCIA O DESCUIDO DEL TITULAR ,
PERO QUE EXCLUYE LA IDEA DE RENUNCIAR A LOS DERECHOS SOBRE ELLA. NO
INTERESA LA CAUSA DE LA PÉRDIDA : TANTO DA QUE ELLA SE DEBA A UN CASO
FORTUITO COMO A LA NEGLIGENCIA DEL PROPIETARIO , LO QUE RESULTA
RELEVANTE ES QUE NO HAYA MEDIADO VOLUNTAD.

CUANDO HAY VOLUNTAD: LA COSA ES ABANDONADA POR SU DUEÑO


HALLAZGO DE LA COSA PERDIDA:

ART 1955: EL QUE ENCUENTRA UNA COSA PERDIDA NO ESTÁ OBLIGADO A


TOMARLA , PERO SI LO HACE,ASUME LAS OBLIGACIONES DELDEPOSITARIO A
TÍTULO ONEROSO. DEBE RESTITUIRLA INMEDIATAMENTE A QUIEN TENGA
DERECHO A RECLAMARLA , Y SI NO LO INDIVIDUALIZA , DEBE ENTREGARLA A LA
POLICÍA DEL LUGAR DELHALLAZGO, QUIEN DEBE DAR INTERVENCIÓN AL JUEZ.

CUANDO UNA PERSONA ENCUENTRA UNA COSA PERDIDA PUEDE OPTAR POR
TOMARLLA O NO.
DE HACERLO, DESDE QUE LA APREHENDE RESPONDE COMO UN DEPOSITARIO A
TÍTULO ONEROSO, Y DEBE CUMPLIR CON EL PROCEDIMIENTO INDICADO EN LA
NORMA Y RESTITUIRLA A QUIEN TENGA DERECHO SOBRE ELLA.
SI NO LO HICIERE,PIERDE EL DERECHO DE RECOMPENSA Y ADEMÁS EL
RESARCIMIENTO DE LOS GASTOS DE APREHENSIÓN Y CONSERVACIÓN DE LA
COSA HALLADA.
RECOMPENSA Y SUBASTA:

LA RESTITUCION DE LA COSA A QUIEN TIENE DERECHO A RECLAMARLA DEBE


HACERSE PREVIO PAGO DE LOS GASTOS Y DE LA RECOMPENSA. SI SE OFRECE
RECOMPENSA, EL HALLADOR PUEDE ACEPTAR LA OFRECIDA O RECLAMAR SU
FIJACIÓN POR EL JUEZ. SIN PERJUICIO DE LA RECOMPENSA, EL DUEÑO DE LA
COSA PUEDE LIBERARSE DE TODO OTRO RECLAMO DEL HALLADOR
TRANSMITIÉNDOLE SU DOMINIO. ART. 1956

SI SE DESCONOCE QUIEN ES EL DUEÑO EL JUEZ DEBE ORDENAR LA


PUBLICACIÓN DE EDICTOS.
TRANSCURRIDOS SEIS MESES SIN QUE SE PRESENTE QUIEN TIENE DERECHO A
RECLAMARLA, LA COSA DEBE VENDERSE EN SUBASTA PÚBLICA.
LA VENTA PUEDE ANTICIPARSE SI LA COSA ES PERECEDERA O DE
CONSERVACIÓN COSTOSA.
ACCESION Y
TRANSFORMACION
DE COSAS MUEBLES
TRANSFORMACION:

ART.1957: HAY TRANSFORMACIÓN SI UNA PERSONA DE


BUENA FE CON UNA COSA AJENA HACE UNA NUEVA CON
INTENCIÓN DE ADQUIRIRLA, MEDIANTE SU SOLA
ACTIVIDAD O LA INCORPORACIÓN DE OTRA COSA, SIN
QUE SEA POSIBLE VOLVERLA AL ESTADO ANTERIOR. EN
ESE SUPUESTO EL ESPECIFICADOR SE TRANSFORMA EN
DUEÑO DE LA COSA, PERO DEBE ABONAR EL VALOR DE
LA PRIMERA .

DISTINTA ES LA SITUACIÓNSI ESA TRANSFORMACIÓN ES


DE MALA FE, PORQUE EN ESE CASO EL DUEÑO DE LA
MATERIA TIENE DERECHO A SER IINDEMNIZADO POR
TODO DAÑO, SI NO PREFIERE TENER LA COSA EN SU
NUEVA FORMA.

EL CODIGO PREVEE DOS SUPUESTOS DE


REVERSIBILIDAD DE LA COSA A SU ESTADO ANTERIOR
ANTES DE LA TRANSFORMACIÓN, DEPENDIENDO DE ELLO
LOS EFECTOS CONFORME A LA BUENA O MALA FE DEL
TRANSFORMADOR.
ACCESIÓN:

LA ACCESIÓNDE UNA COSA MUEBLE A OTRA DE


IGUAL NATURALEZA SE PRODUCE EN LOS SUPUESTOS
DE ADJUNCIÓN, MEZCLA Y CONFUSIÓN.
LA ADJUNCION DESAPARECIÓ DEL NUEVO CÓDIGO
PORQUE REQUIERE QUE NO EXISTA EL HECHO DEL
HOMBRE. LA MEZCLA SE PRODUCE CUANDO SE UNEN
SUSTANCIAS SÓLIDAS, Y LA CONFUSIÓN CUANDO
SON LÍQUIDAS.

DISPONE EL CÓDIGO QUE LAS COSS DEBEN


QUEDAR UNIDAS SIN EL HECHO DEL HOMBRE, SIN
QUE SEA POSIBLE SEPARARLAS, O EN SU CASO QUE
ELLO DEMANDARÍA GASTOS EXCESIVOS. EN TAL
SITUACIÓN LA COSA PERTENECE AL DUEÑO DE LA
COSA QUE TENGA MAYOR VALOR ECONÓMICO AL
TIEMPO DE LA ACCESIÓN. DE NO SER POSIBLE
DETERMINARLO, ESTRAEMOS EN PRESENCIA DE UN
CONDOMINIO POR PARTES IGUALES. ART. 1958
ACCESIÓN
DE
INMUEBLES:
ALUVION, AVULSION , CONSTRUCCION,
SIEMBRA Y PLANTACION
LA ACCESIÓN COMO MODO DE ADQUIRIR EL DOMINIO, ACONTECE CUANDO HAY UNA COSA
AJENA QUE SE INCORPORA A UNA PROPIA. SE HA DICHO QUE ES COMO UNA AMPLICIÓN
DEL DOMINIO SOBRE LA COSA. LOS MODOS COMPRENDIDOS EN LA ACCESIÓN SON:

EL ALUVIÓN, AVULSIÓN, MEZCLA Y CONFUSIÓN.

LA ACCESIÓN ES NATURAL CUANDO EXISTE UNA ADHERENCIA DE LA COSA EN


FORMA NATURAL, NO HAY ACCIÓN HUMANA , SINO QUE SE PRODUCE PR UN HECHO DE LA
NATURALEZA ( POR EJ; ALUVIÓN, AVULSIÓN )

LA ACCESIÓN ES ARTIFICIAL EN LOS SUPUESTOS DE EDIFICACIÓN, SIEMBRA Y PLANTACIÓN


QUE JUSTAMENTE REQUIEREN DE LA ACCIÓN DEL HOMBRE
ALUVIÓN: EL ALUVIÓN ES EL ACRECENTAMIENTO PAULATINO E INSENSIBLE DEL
INMUEBLE CONFINANTE CON AGUAS DURMIENTESO CORRIENTES QUE SE PRODUCE
POR SEDIMENTACIÓN, PERTENECE AL DUEÑO DEL INMUEBLE. ART. 1959

ES EVIDENTE QUE DEBE SER NATURAL , Y NO REALIZADO POR EL HECHO DEL


HOMBRE , SALVO QUE SEA CON FINES MERAMENTE DEFENSIVOS.

EL ACRECENTAMIENTO ALUVIONAL A LO LARGO DE VARIOS INMUEBLES SE DIVIDE


ENTRE LOS DUEÑOS, EN PROPORCIÓN AL FRENTE DE CADA UNO DE ELLOS SOBRE
LA ANTIGUA RIBERA. SE APLICAN LAS NORMAS SOBRE ALUVIÓN TANTO A LOS
ACRECENTAMIENTOS PRODUCIDOS POR EL RETIRO NATURAL DE LAS AGUAS COMO
POR EL ABANDONO DE SU CAUSE .

UNA VEZ QUE SE PRODUJO LA UNIÓN DE LOS NUEVOS TERRENOS, NO ES


NECESARIO QUE EL DUEÑO RIBEREÑO REALICE ACTOS POSESORIOS, SINO QUE LA
ADQUISICIÓN SE PRODUCE DE PLENO DERECHO, TRAS LA OBRA DE LA
NATURALEZA.
AVULSIÓN: LA AVULSIÓN ES EL ACRECENTAMIENTO DEL INMUEBLE POR LA FUERZA
SÚBITA DE LAS AGUAS QUE PRODUCE UNA ADHERENCIA NATURAL PERTENECE AL
DUEÑODEL INMUEBLE (ART. 1961) TAMBIEN LE PERTENECE SI ESE ACRECENTAMIENTO
SE ORIGINA EN OTRA FUERZA NATURAL, SIEMPRE BRUSCA.

SI SE DESPLAZA PARTE DE UN INMUEBLE HACIA OTRO, SU DUEÑO PUEDE


REIVINDICARLO MIENTRAS NO SE ADHIERA NATURALMENTE. EL DUEÑO DEL OTRO
INMUEBLE NO TIENE DERECHO PARA EXIGIR SU REMOCIÓN, MAS PASADO EL TÉRMINO
DE SEIS MESES, LAS ADQUIERE POR PRESCRIPCIÓN.

CUANDO LA AVULSIÓN ES DE COSA NO SUSCEPTIBLE DE ADHERENCIA NATURAL, SE


APLICA LO DISPUESTO SOBRE LAS COSAS PERDIDAS.
CONSTRUCCIÓN, SIEMBRA Y PLANTACIÓN:

LA CONSTRUCCIÓN, SIEMBRA Y PLANTACIÓN SON CASOS DE ADHERENCIA


ARTIFICIAL, POR ELHECHO DEL HOMBRE Y ESTÁN REGULADOS EN LOS ARTS.
1962 Y 1963.

CABE SEÑALAR QUE AUN CUANDO LA SIEMBRA O PLANTACIÓN SEA POR EL


HECHO DEL HOMBRE , ELLO NO DESCARTA LO QUE PUEDEA CRECER
NATURALMENTE.

ACÁ TENEMOS QUE TENER EN CUENTA LOS DIFERENTES CASOS DE BUENA Y


MALA FE.

LA VALORACION DE BUENA Y MALA FE SERÁ EFECTUADA POR EL JUEZ


ADQUISICION DEL
DOMINIO
Modos
LOS MODOS DE ADQUISICIÓN DEL DOMINIO SON
LOS HECHOS O ACTOS DE LOS QUE PUEDE
RESULTAR LA ADQUISICIÓN DE ESTE DERECHO
REAL
EL DOMINIO SE ADQUIERE POR
APROPIACIÓN,
TRANSFORMACION Y ACCESIÓN
, POR TRADICIÓN, POR
PERCEPCIÓN DE FRUTOS , POR
LA SUCESIÓN EN LOS DERECHOS
DEL PROPIETARIO Y POR LA
PRESCRIPCION ADQUISITIVA
LA DOCTRINA CLASIFICA
LOS MODOS DE
ADQUISICIÓN
EL MODO DE ADQUISICIÓN
ORIGINARIOS Y ORIGINARIO OCURRE CUANDO EL
DERIVADOS DOMINIO NACE EN LA CABEZA DEL
ADQUIRENTE, SIN ATENCIÓN AL
DERECHO DE ANTECESOR. NO TIENE
LIMITACIONES SALVO LAS QUE
SURJAN DE LA PROPIA LEY.
EL MODO DE ADQUISICIÓN
DERIVADA OCURRE CUANDO ES
RECIBIDA POR UN PROPIETARIO
ANTERIOR EN VIRTUD DE UN
ACTO JURIDICO CAUSAL, QUE
DETERMINA LA TRANSMISION
DEL DOMINIO Y EN
CONSECUENCIA ES
ADQUIRIDO CON LAS
LIMITACIONES QUE AQUÉL
TENIA.
SON MODOS ORIGINARIOS: * LA APROPIACION
* LA ACCESIÓN
* LA PERSEPCIÓN DE FRUTOS
* LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA

SON MODOS DERIVADOS: * LA TRADICIÓN Y * LA


SUCESIÓN
APROPIACIÓN:
EL ART. 1947 DICE: EL DOMINIO DE LAS COSAS MUEBLES NO REGISTRABLES SIN
DUEÑO SE ADQUIERE POR APROPIACIÓN.
a) SON SUCEPTIBLES DE APROPIACIÓN :
i)LAS COSAS ABANDONADAS,
ii)lOS ANIMALES QUE SON OBJETO DE LA CAZA Y LA PESCA,
iii)EL AGUA PLUVIAL QUE CAIGA EN LUGARES PÚBLICOS O CORRA POR ELLOS.
b)NO SON SUCEPTIBLES DE APROPIACIÓN:
i)LAS COSAS PERDIDAS. SI LA COSA ES DE ALGÚN VALOR, SE PRESUME QUE ES
PERDIDA, EXCEPTO PRUEBA EN CONTRARIO,
ii)LOS ANIMALES DOMÉSTICOS , AUNQUE ESCAPEN E INGRESENEN A INMUEBLE
AJENO,
iii) LOS ANIMALES DOMESTICADOS, MIENTRAS EL DUEÑO NO DESISTA DE
PERSEGUIRLOS. SI EMIGRAN Y SE HABITÚAN A VIVIR EN OTRO INMUEBLE,
PERTENECEN AL DUEÑO DE ÉSTE, SI NO EMPLEÓ ARTIFICIOS PARA ATRAERLOS,
iv)LOS TESOROS .
LA APROPIACIÓN EXIGE LA APREHENSIÓN DE UNA COSA SUSCEPTIBLE DE SER
APROPIADA, HECHA POR UNA PERSONA CAPAZ CON INTENCIÓN DE ADQUIRIR.
SON SUSCEPTIBLES DE APROPIACIÓN LAS COSAS SIN DUEÑOS. GENERLAMENTE
SON COSAS DE ESCASO VALOR ECONÓMICO.
LOS INMUEBLES QUEDAN EXCLUÍDOS DE ESTE MODO DE ADQUISICIÓN
RESPECTO A LOS ANIMALES QUE SON OBJETO DE CAZA O PESCA , SON
TRATADOS ESPECÍFICAMENTE EN LAS NORMAS ESPECIALES DEL CCyCN QUE
ANALIZAREMOS.
SE INCLUYE EL AGUA PLUVIAL QUE CAIGA O CORRA POR LUGARES PÚBLICOS, O
SEA EL AGUA QUE PROVIENE DE LA LLUVIA Y QUE CAE EN EL FUNDO
INMEDIATAMENTE O MEDIATAMENTE SIGUIENDO LA INCLINACIÓN DEL TERRENO.
NO SON SUSCEPTIBLES DE APROPIACIÓN LAS COSAS PERDIDAS, LOS ANIMALES
DOMÉSTICOS, AUNQUE ESCAPEN E INGRESEN A INMUEBLES AJENOS, LOS
DOMESTICADOS, MIENTRAS EL DUEÑO NO DESISTA DE PERSEGUIRLOS, Y LOS
TESOROS.
CAZA:

SEGÚN EL ART. 1948:


EL ANIMAL SALVAJE O EL DOMESTICADO QUE RECUPERA SU LIBERTAD NATURAL,
PERTENECE AL CAZADOR CUANDO LO TOMA O CAE EN SU TRAMPA. MIENTRAS EL
CAZADOR NO DESISTA DE PERSEGUIR EL ANIMAL QUE HIRIÓ TIENE DERECHO A LA
PRESA, AUNQUE OTRO LA TOME O CAIGA EN SU TRAMPA.
PERTENECE AL DUEÑO DEL INMUEBLE EL ANIMAL CAZADO EN ÉL SIN SU
AUTORIZACIÓN EXPRESA O TÁCITA.

NO IMPORTA A LOS FINES DE LA ADQUISICIÓN,SI EL ANIMAL HA MUERTO O FUE


HERIDO POR CAZADOR. SI ÉSTE LO PERSIGUE EN CASO DE ESTAR HERIDO NADIE
PUEDE TOMARLO.
SE CONSIDERA QUE LA ADQUISICIÓN SE PRODUCE RECIÉN CUANDO EL ANIMAL ES
TOMADO POR EL CAZADOR O BIEN CUANDO HA CAÍDO EN SUS TRAMPAS.
PESCA:

EL ART. 1949 DICE: QUIEN PESCA EN AGUAS DE USO PÚBLICO, O


ESTÁ AUTORIZADO PARA PESCAR EN OTRAS AGUAS, ADQUIERE EL
DOMINIO DE LA ESPECIE ACUÁTICA QUE CAPTURA O EXTRAE DE
SU MEDIO NATURAL.

LA NORMA SE REFIERE A ESPECIE ACUÁTICA , LO QUE COMPRENDE


A PECES, MOLUSCOS, CRUSTÁCEOS, Y PLANTAS ACUÁTICAS.
LA ADQUISICIÓN OCURRE CUANDO ALGUNA DE ESTAS ESPECIES ES
CAPTURADA O EXTRAÍDA DE SU MEDIO NATURAL.

* TENER PRESENTE LEY 24.922


ENJAMBRES:

EL ART1950 DICE:
EL DUEÑO DE UN ENJAMBRE PUEDE SEGUIRLO A TRAVÉS DE INMUEBLES AJENOS ,
PERO DEBE INDEMNIZAR EL DAÑO QUE CAUSE. SI NO LO PERSIGUE O CESA EN SU
INTENTO, EL ENJAMBRE PERTENECE A QUIEN LO TOME. CUANDO SEI NCORPORA A
OTRO ENJAMBRE, ES DEL DUEÑO DE ÉSTE.

EL DERECHO DEL DUEÑO DEL ENJAMBRE LE PERMITE PERSEGUIR A LAS ABEJAS A


TRAVÉS DE INMUEBLES AJENOS, CON LA OBLIGACIÓN DE INDEMNIZAR SI
OCASIONAN UN DAÑO. SI NO LO PERSIGUE O CESA EN SU INTENTO PIERDE EL
DOMINIO Y PUEDE SER APROPIADO Y SI SE INCORPORAN A OTRO ENJAMBRE ES DEL
DUEÑO DE ÉSTE.

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