Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
ARCHI OS 62
V
DE LA FILMOTECA
0 PRIMERAS 62 27/5/09 16:14 Página 2
Archivos de la filmoteca es una revista cuatrimestral de estudios históricos sobre la imagen fundada en 1989
por Ricardo Muñoz Suay y editada por el Instituto Valenciano de Cinematografía. Como revista editada por una
filmoteca, incide necesariamente en la perspectiva histórica de las imágenes, pero también somete
la tradición cinematográfica a la reflexión de estudiosos contemporáneos para actualizarla y reinterpretarla.
El público al que va dirigida son aquellas personas cuyo trabajo, investigación o intereses están vinculados al
objeto de la revista.
Archivos de la filmoteca está indizada en la base de datos ISOC del CINDOC (Centro de información
y documentación científica) y en la base de datos Periodical Indexing Project de la FIAF
(Federación Internacional de Archivos Fílmicos) y en Latíndex
DIRECTOR EDITOR SECRETARÍA DE REDACCIÓN EXECUTIVE SECRETARY DISEÑO ORIGINAL ORIGINAL DESIGN
VICENTE SÁNCHEZ-BIOSCA ARTURO LOZANO AGUILAR CHUS MARTÍNEZ
(Universitat de València, Valencia) (Instituto Valenciano de Cinematografía) MONTSE MAS
REDACTOR JEFE MANAGING EDITOR ADJUNTAS A LA REDACCIÓN EDITORIAL BOARD ASSISTANTS MAQUETACIÓN LAYOUT
VICENTE J. BENET (Universitat Jaume I, Castellón) GLORIA F. VILCHES ESTUDIO PACO BASCUÑÁN
SONIA GARCÍA LÓPEZ
CONSEJO EDITORIAL EDITORIAL BOARD FOTOGRAFÍAS CEDIDAS POR STILLS FOTOCOMPOSICIÓN E IMPRESIÓN
JACQUES AUMONT (C.N.R.S París) IVAC KOLOR LITÓGRAFOS
RAYMOND BORDE ( ) DANIEL KÜNZLER Pol. Ind. Fuente del Jarro
DAVID BORDWELL (University JAUME PERIS C/ Ciudad Onda, 20
of Wisconsin-Madison) JONATHAN HAYNES 46988 - Valencia
GUILLERMO CABRERA INFANTE ( )
PAOLO CHERCHI USAI (National Film and ISSN 0214-6606
Sound Archive of Australia, Canberra) AGRADECIMIENTOS SPECIAL THANKS Depósito Legal V-954-1989
ANDRÉ GAUDREAULT (Université de Montréal) ALBERTO ELENA
ROMÁN GUBERN (Universitat Autònoma de Barcelona) DANIEL KÜNZLER
TOM GUNNING (University of Chicago) JAUME PERIS ARCHIVOS DE LA FILMOTECA
JEAN-LOUIS LEUTRAT (Université Paris III, JONATHAN HAYNES
Plaza del Ayuntamiento nº 17
Sorbonne nouvelle) SANTIAGO JUAN NAVARRO
46002 Valencia
FRANCISCO LLINÁS LEONARDO QUARESIMA
Tel.: 96 353 93 22
JOSÉ MARÍA PRADO (Filmoteca Española) VICENTE JARQUE SORIANO
E-mail: lozano_art@gva.es
LEONARDO QUARESIMA (Università di Udine)
YURI TSIVIAN (University of Chicago)
ARCHI OS
V
DE LA FILMOTECA
REVISTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE LA IMAGEN · SEGUNDA ÉPOCA
0 PRIMERAS 62 27/5/09 16:14 Página 4
62 sumario
EDITORIAL, 6
NOLLYWOOD. PANORAMA
AUDIOVISUAL EN NIGERIA
(COORD. ALBERTO ELENA)
RELEER KRACAUER
LEONARDO QUARESIMA
Releyendo a Kracauer 100
VICENTE JARQUE
Cinco textos de Kracauer 142
SIEGFRIED KRACAUER
Mundo de calicó. La ciudad de la Ufa en
Neubabelsberg 150
RESEÑAS
SIEGFRIED KRACAUER
ANA MARTÍN
Cine abstracto. Sobre la representación de la
Lecturas y contralecturas sobre algunos cines norte-
Gesellschaft Neuer Film 160
africanos 190
SIEGFRIED KRACAUER
DANIEL PITARCH FERNÁNDEZ
Cine sonoro. Sobre la presentación en la
Sentido y uso de un cine r evelacionista 193
Gloria-Palast de Frankfurt 166
CELESTE ARAÚJO
SIEGFRIED KRACAUER Radiografías de la visión: construcciones históricas
Sobre la estética del cine en color 170 del espectador 196
SIEGFRIED KRACAUER JOSETXO CERDÁN
Libertad frente al terror. Un análisis de las Tradiciones y contextos. Reflexiones al respecto de
tendencias del cine popular 178 dos libros de historia de la televisión 199
00I NTRODUCCIÓN 27/5/09 16:16 Página 6
00I NTRODUCCIÓN 27/5/09 16:16 Página 7
Editorial
junio 2009
7
¿Qué pasará tras la muer te del cine? ¿Qué nuevo sopor te permitirá perdurar la
milenaria tradición de contar historias con imágenes y sonidos? ¿Dónde irá la
gente a ver y escuchar estas historias cuando no quede ni rastro de las salas cine-
matográficas? No han sido pocos quienes se han planteado estas pr eguntas ante
cada escenario apocalíptico con el que se ha encontrado el cine en su siglo lar go
de historia. Sobre todo, en relación con cambios tecnológicos que parecían capa-
ces de redefinir completamente su naturaleza estética, su estructura económica y
su función social: la irrupción masiva de la televisión en los 50, la generalización
de los soportes electrónicos de los sesenta y setenta, las comunicaciones vía saté-
lite en los ochenta, los medios de base digital en los noventa… todos estos
momentos críticos han sido anunciados como estaciones tér mino para el viejo
arte fotomecánico de las luces y las sombras. Y , sin embargo, lo que sur ge des-
pués de todo este pr oceso es, de nuevo y para sorpr esa de todos, algo que el
público toma asume, contempla y disfr uta como cine.
En un momento determinado, debido a las constantes crisis políticas y el endé-
mico estado de postración económica del continente africano, se hizo imposible
seguir haciendo cine convencional en países como Ghana o Nigeria. No había
00I NTRODUCCIÓN 27/5/09 16:16 Página 8
lectuales e incluso amistad con ellos y, del mismo modo, desar rolló una especial
sagacidad para detectar síntomas, derivas o abismos de la cultura del siglo XX a
veces en fenómenos aparentemente fútiles. Ya tuvimos ocasión en Archivos de la
Filmoteca (número 33, 1999) de publicar uno de sus ensayos fundamentales: “El
ornamento de la masa”. Un espacio especialmente r epresentativo para sus refle-
junio 2009
xiones fueron sus escritos sobre cine, que abarcan desde sus crónicas periodísti-
cas durante la República de Weimar hasta sus años maduros de profesor univer-
sitario en Estados Unidos. Su ilustración fundamental se plasmó en dos libros tan
influyentes y ambiciosos como ampliamente debatidos: De Caligari a Hitler y la
9
Teoría del cine. Sin embargo, Kracauer escribió más de 800 textos sobre cine. En
muchos casos, comentarios y críticas de películas; en otr os, pequeños ensayos
sobre fenómenos marginales o poco r elevantes para los estudiosos del cine más
convencionales que, sin embargo, en la pluma de Kracauer adquirían una densi-
dad particular. En general, Kracauer dirigía sus especulaciones hacia la definición
de la naturaleza del cine como modelo estético o como medio de r eproducción
privilegiado donde cuestionar el problema de la mimesis o del realismo en la cul-
tura moderna. La selección de ensayos y el clarificador prólogo de Vicente Jarque
nos ubican por lo tanto ante esta par te de la obra de Kracauer , todavía poco
conocida en nuestro país. El dossier se inicia con la intr oducción documentadí-
sima de Leonardo Quaresima a la edición norteamericana del clásico De Caligari
a Hitler, libro disponible en español desde la edición bonaer ense de 1961 pero
carente desde entonces del mínimo cuidado que requiere un clásico tan relevan-
te y controvertido.
01 A.Elena 27/5/09 16:28 Página 10
1. Nollywood.
Panorama audio-
visual en Nigeria
(COORD. ALBERTO ELENA)
Nollywood Forever1
ALBERTO ELENA
junio 2009
“Semper aliquid novi Africam adferre”
[“Africa siempre nos aporta algo nuevo”]
PLINIO EL VIEJO, Naturalis historia, VIII, 42.
13
(C. Obi Rapu) —todavía en lengua igbo— bate todos los récor ds de difusión y
popularidad. Glamour Girls (K. Nnebue, 1994), su primer vídeo en inglés, no le
va a la zaga y afianza a Nnebue como el hombr e clave de Nollywood y convier-
te a este en un fenómeno de descomunales dimensiones 6.
Al igual que sucediera en Ghana, la eclosión del vídeo nigeriano se pr oduce en
un momento en el que la industria cinematográfica local se encuentra completa-
mente destartalada. También como en Ghana, la producción llega a interrumpir-
se en 1993 y solo conoce después algunos títulos muy aislados. Aunque desde
1970 hasta esa fecha se habían r odado en Nigeria más de un centenar de lar go-
metrajes —con poco respaldo efectivo por parte del gobierno— y un decreto de
1972 había obligado a los propietarios extranjeros de las salas de cine (libaneses,
en su mayoría) a vender estas a empresarios nigerianos como presunta medida de
junio 2009
15
junio 2009
Made”, West Africa Review, nº 5,
2004, accesible en www.westafri- En la visión de los políticos, la incontrolada producción de N ollywood parece
careview.com/issue5/toc5.htm presentar serios peligros para la imagen exterior del país. En una alocución en el
16. Véase, por ejemplo, la muy
citada intervención de Tayo marco del 2º Festival N acional de Cine (noviembre de 2003), el entonces
Aderinokun, importante repre- Ministro de Infor mación y Orientación N acional, Chukwuemeka Chileku, lo 17
sentante de la banca nacional,
en un simposio celebrado en
advertía con claridad: “Vuestra obra es la embajadora de Nigeria ante el mundo,
Lagos en marzo de 2004 a raíz una representación diplomática que no r equiere ninguna otra acr editación. El
de la alusión del Presidente contenido de vuestras obras es la única credencial de Nigeria en los cuartos de
Olusegun Obasanjo en uno de
sus discursos a la industria del estar de millones de personas en todo el mundo y hay que evitar por todos los
vídeo como uno de los nuevos medios que inciten a esa gente a negar a vuestr os compatriotas el r espeto que
motores de la economía del país;
“The Economics of Nigerian Film, merecen (...) No somos una nación de sangre y de violencia, ni de cultos y frau-
Art and Business”, Africa Update, des. N o somos una nación de br ujos y magos, como tampoco de crímenes e
vol. XI, nº 2 (2004), accesible
en www.ccsu/edu/Afstudy/upd11-
intrigas. Somos una nación entr egada al deporte, las artes y las ciencias, dotada
2html#tayo de una rica cultura y una vibrante población, una nación de líder es, un orgullo
17. JOHN C. MCCALL: “Nollywood para África. N igeria tiene una historia que contar y el mundo está dispuesto a
Confidential: The Unlikely Rise of
Nigerian Video Film”, Transition escucharla. Ustedes, queridos productores, son nuestros narradores: hagan, por
Magazine, nº 95, 2004, pág. favor, que nos sintamos orgullosos”15. La extraordinaria repercusión de los vídeos
100. De acuerdo con algunas
fuentes locales, citadas por ANNE- locales, su creciente circulación a escala inter nacional y, sobre todo, las especta-
SOPHIE PERRIAUX: “Se méfier de l’o- culares dimensiones económicas del fenómeno obligar on, no obstante, a las
riginal? Les cas de Bollywood et
autoridades locales a r econsiderar su oposición inicial y —haciendo de la nece-
Kanowood”, L’homme et la socié-
té, nº 154, octubre/diciembre de sidad virtud— tratar de reconducir de algún modo esta pr oducción16.
2004, pág. 117, Nollywood sería
actualmente el tercer sector eco- La industria del vídeo se ha convertido, en efecto, en un sector de la economía
nómico del país por orden de nacional extraordinariamente pujante y que, hoy por hoy , continúa todavía en
importancia, después del petro-
leo y el business religioso.
expansión y crecimiento17. Sus películas han traspasado con mucho las fr onteras
01 A.Elena 27/5/09 16:28 Página 18
locales, e incluso los confines de países limítrofes como Ghana, para circular pro-
fusamente por toda el África anglófona, tanto en sus formatos originales de home
video como a través de su emisión, cada vez más fr ecuente desde la experiencia
pionera del canal Africa Magic en Suráfrica, por diferentes cadenas de televisión.
Pero también en los mercados callejeros del África francófona comienzan a expo-
nerse, con creciente demanda, los VCDs de Nollywood sin que par ezca impor-
tar demasiado la inevitable barrera lingüística. Y, por supuesto, la diáspora nige-
riana en Eur opa y los Estados Unidos constituye otr o de los grandes focos de
consumo de estos vídeos, cada vez más popular es a escala planetaria. Como
orgullosamente lo expr esara el conocido poeta Odia Ofeimun, “la fiebr e del
vídeo nigeriano ha cruzado fronteras más allá de las exigencias del comercio (...)
El mundo pudo no querer prestarle atención, pero tan insistente ha sido la labor
de zapa de la industria nigeriana del vídeo que ha hecho de lo que somos —una
nación de artistas frustrados, obligados a mor der el polvo debido a la aniquila-
ción de la infraestr uctura creativa de nuestra sociedad— una cuestión de gran
envergadura”. Y concluía: “N os guste o no, [los pr oductores de vídeo] han
demostrado ser capaces de adentrarse, y arrastrarnos con ellos, por una ruta que
puede conducir a la regeneración y al progreso económico”18.
18
De forma poco sorprendente, quizás, algunas de las mayores reticencias y los más
fuertes reparos frente a la eclosión de N ollywood han venido del flanco de la
industria tradicional del cine. El hecho de que esta se encontrara, como hemos
visto, prácticamente moribunda a comienzos de los noventa no ha impedido a
algunos de sus más egr egios representantes acometer con vir ulencia contra las
nuevas producciones en vídeo. Tal es el caso, citado aquí solo por su ejemplari-
dad, de Ola Balogun, probablemente el mayor cineasta nigeriano de la historia y
responsable de algunas de las obras más emblemáticas de esta cinematografía en
las décadas de los setenta y los ochenta. El contexto concr eto es el de una polé-
mica a varias bandas suscitada en las páginas del diario The Guardian de Lagos
en marzo de 2005 a pr opósito de los r ecientes éxitos del cine surafricano y su
discutible carácter de modelo a imitar. En su intervención Balogun comienza por
admitir que admira la fortaleza industrial y estética de la producción surafricana,
tanto para cine como para televisión, y confiesa no poder aguantar en cambio
más de cinco minutos de cualquier película de N ollywood, “la mayoría de las
cuales son de una calidad lamentable a todos los niveles de producción, ya sea el
junio 2009
guión, la interpretación, la dirección o el montaje (...) Se mire desde el punto de
vista que se mire, esas chapuceras producciones que en Nigeria pr etenden pasar
por cine son de una calidad ínfima”. Su diagnóstico es, por lo demás, clar o y
explícito: “lo que ha sucedido es que el pr ofesionalismo de antaño ha desapar e-
cido por completo de la escena nigeriana y hoy en día no vemos más que tipos 19
tan preocupados alardeando por doquier de los inexistentes logros de la llamada
industria cinematográfica de Nollywood que no parecen haberse siquiera entera-
do de cómo se hacen r ealmente las películas”19.
La provocativa contribución de Balogun no podía, naturalmente, quedar sin res-
puesta y esta cor rió a cargo del joven pr oductor y realizador Charles Novia, en
nombre de “una nueva generación de cineastas de Nollywood”. El punto de par-
tida de su ar gumentación no deja de ser menos clar o: “Estoy har to de que los
cineastas de la ‘primera generación’ (hombr es con el per fil geriátrico del Dr .
Balogun) nos digan lo que tenemos que hacer y escucharles a todas horas que
nuestras películas son una mierda”. Novia recuerda la creciente proyección inter-
nacional de las películas de N ollywood, incluyendo el circuito de festivales y
otros foros culturales cualificados, para subrayar cómo estas han ter minado por
centrar la atención de todo el mundo, un fenómeno completamente inédito en
la historia de la cinematografía local. “Muchos de nosotr os pensamos sincera-
mente —prosigue— que la generación del Dr. Balogun no nos dejó nada sobr e
19. OLA BALOGUN: “Don’t Envy the
lo que construir” y en ese sentido hay que valorar el difícil r eto asumido por los
South Africans: A Rejoinder by
Ola Balogun”, The Guardian, 13 más jóvenes realizadores: “Las películas que hacemos en Nollywood entretienen,
de marzo de 2005, accesible en informan y educan, y estamos orgullosos de producirlas sin tener a ningún bene-
www.nollywood.net/vbee/showth
read.php?t=169 factor extranjero susurrando a nuestros oídos cómo tenemos que contar nuestras
01 A.Elena 27/5/09 16:28 Página 20
junio 2009
Video Films, pág. 224.
las calles— que habrían de ser tomadas en consideración” 24.
23. ONOOKOME OKOME: “Nollywood:
Spectatorship, Audience and the El fenómeno de la producción en vídeo tiene también otras dimensiones relevan-
Sites of Consumption”, págs. 6-8.
24. FEMI ODUGBEMI: “Film as tes que no siempre son contempladas en las superficiales y apresuradas aproxima-
National Patrimony: What the ciones a Nollywood que tanto pr oliferan. Por decirlo de manera rápida y conci- 21
President Said”, en Africa
Update, vol. 11, nº 2, primavera
sa, este sería un exponente paradigmático de los pr ofundos efectos socio-cultu-
de 2004, accesible en rales producidos en ocasiones por la nuevas tecnologías, por pequeñas o insigni-
www.ccsu/edu/Afstudy/upd11-
ficantes que estas puedan a priori parecer. O, por decirlo con la más pr ecisa y
2html#film
25. DANIEL R. HEADRICK: The adecuada terminología de Daniel R. Headrick, un caso emblemático de transfe-
Tentacles of Progress: Technology rencia tecnológica que, lejos de implicar una simple relocación geográfica, conlle-
Transfer in the Age of
Imperialism, 1850-1940, Nueva va una auténtica difusión cultural25. En ese sentido, en Nigeria “el vídeo ha cam-
York/Oxford, Oxford University biado por completo la faz de la industria, no tanto por su valor intrínseco como
Press, 1988, pág. 9.
26. N. FRANK UKADIKE: op. cit.,
por la manera en que los cineastas gestionan los parámetr os del espacio híbrido
pág. 244. de la imaginación popular, así como por la cuestión de su comercialización y
27. DAVID EDGERTON: Innovación y
recepción. Lo cierto es que, en el particular contexto económico de la post-inde-
tradición. Historia de la tecnolo-
gía moderna (Barcelona, Editorial pendencia, el vídeo ha evolucionado en dir ecciones imprevistas y, como tantas
Crítica, 2007; edición original, otras tecnologías, ha demostrado su capacidad para constr uir y transformar sig-
The Shock of the Old: Technology
and Global History Since 1900, nificados y prácticas hasta el punto de erigirse en altamente rentable en un perio-
Londres, Profile Books, 2006), do de austeridad y severa crisis económica” 26.
pág. 15. Aun sin mencionarlo
explícitamente, Edgerton parece El caso de la importación de la tecnología del vídeo en Nigeria se ajustaría así al
estar haciéndose eco del concep-
perfil de lo que David Edgerton ha llamado recientemente tecnologías criollas, a
to de creolización de Ulf
Hannerz, por lo que la traduc- saber, “tecnologías importadas de su lugar de origen para ser de utilidad a gran
ción castellana del término no escala en cualquier otr o sitio”27. Transplantadas, a veces con notable r etraso e
deja de resultar problemática: la
propia manera de rebautizar el inevitables adaptaciones, desde su contexto original de invención a países más
01 A.Elena 27/5/09 16:28 Página 22
junio 2009
oficina de cambio de divisas);
Socrates Safo trabajaba como conocidas lacras de la piratería audiovisual, esta constituye en el caso de Nigeria
conserje en una sala de cine
—como en el de otr os muchos países “periféricos”— su condición misma de
para ganar el dinero necesario
para poder formarse como mecá- posibilidad. Nollywood se habría así construido sobre una infraestructura tecno-
nico de automóviles; etc. Véase lógica y económica inicialmente diseñada para piratear los vídeos de Hollywood, 23
N. FRANK UKADIKE: op. cit., págs.
249-250. Bollywood y Hong Kong, tan popular es en diferentes zonas del país 35.
33. JOHN POWELL: The Survival of
the Fitter: Lives of Some African
La piratería videográfica no solo ha permitido a los nigerianos contemplar aque-
Engineers, Londres, Intermediate llas películas que ni las salas de cine ni las cadenas de televisión ofrecen, mitigan-
Technology Publications, 1995, do de algún modo la sensación de marginalización que tal circunstancia supone,
págs. XI y XII.
34. Véanse, entre otros, JONATHAN sino que ha confor mado una serie de r edes altamente descentralizadas y ajenas
HAYNES: “Video Boom: Nigeria and por completo al control del Estado que con el tiempo se han erigido en el sopor-
Ghana”, op. cit., págs. 3-4, y
BRIAN LARKIN: “Degraded Images,
te fundamental de la emer gente industria del vídeo local. El ámbito audiovisual
Distorted Sounds: Nigerian Video no constituye, por lo demás, una excepción a la r egla: antes bien, Nigeria es —
and the Infrastructure of Piracy”,
conforme a distintas estimaciones— el mayor mer cado de toda África para la
Public Culture, vol. 16, nº 2,
2004, pág. 301. comercialización de mercancías piratas, en tanto que cerca del 70% del Producto
35. BRIAN LARKIN: “Degraded Interior Bruto derivaría de los sector es informales y paralelos de la economía,
Images, Distorted Sounds:
Nigerian Video and the una realidad cotidiana que ya no cabe contemplar como una mera patología del
Infrastructure of Piracy”, op. sistema: “la piratería forma parte —subraya Larkin— de este pr oceso general de
cit., págs. 289-324 [Reimpreso
como capítulo 7 de BRIAN LARKIN:
reconfiguración del Estado y la economía nigerianos” 36. Para el caso del vídeo,
Signal and Noise: Media, con sus sólidas infraestr ucturas locales y sus r edes internacionales alternativas que
Infraestructure, and Urban
tienen por nodos ciudades como Dubai, Singapur y Beir ut, todos los comer cian-
Culture in Nigeria,
Durham/Londres, Duke University tes implicados en este géner o de operaciones de piratería audiovisual ter minarían
Press, 2008, págs. 217-241. desdoblándose en su momento en paladines de la nueva industria de Nollywood
36. id, pág. 298.
37. id, págs. 292-298 en una suerte de migración hacia la actividad legal.37
01 A.Elena 27/5/09 16:28 Página 24
se por sus efectos socio-culturales. Así lo vio, por ejemplo, de forma muy tem-
prana, Karin Barber cuando señalaba cómo la llegada de las sencillas y baratas
tecnologías de grabación y reproducción en cassettes y vídeo a N igeria habría
contribuido poderosamente a diluir la conflictiva fr ontera entre formas cultura-
les “importadas” y “producidas localmente”: los mismos y rudimentarios medios
servían ahora para contemplar las hazañas de Rambo o r egistrar las actuaciones
de los grupos de teatro yoruba, para producir ficciones a escala local o r egistrar
ceremonias personales como bodas, entierros y demás40.
El gran éxito del vídeo nigeriano, más allá de su fundamental vertiente económi-
ca en el plano doméstico y aun de su cr eciente capacidad de expor tación —que
ha permitido a Jonathan Haynes hablar de “globalización desde abajo” en la
medida en que N ollywood par ece inequívocamente constituirse como una
potencia regional audiovisual41—, residiría sin embargo en cómo ha logrado eri-
junio 2009
25
junio 2009
conocer de algún modo lo que este “pueblo” piensa, sin pr esuponerlo de forma
frívola o interesada48. Las críticas a la pr oducción de Nollywood se han movido
—y se mueven— con mucha frecuencia en esa línea, por más que Jonathan
Haynes haya demostrado contundentemente las implicaciones políticas de
numerosas home movies nigerianas, no necesariamente explícitas en su discurso, y 27
47. JOHANNES FABIAN: “Popular menos aún militantes (sobr e todo bajo los sucesivos r egímenes militares), pero
Culture in Africa: Findings and
Conjectures”, Africa, vol. 48, nº
suficientemente expresivas como para poder salir al paso de aquellas objecio-
4, 1978, págs. 315-334; citado nes49. En realidad,
por su reimpresión en KARIN
BARBER (ed.): Readings in African
Popular Culture, pág. 18.
48. KARIN BARBER: “Popular Arts
la producción en vídeo, como otras for mas de arte popular que le precedieron, no es
in Africa”, op. cit., pág. 9. un campo de batalla ideológico en el que los practicantes traten de definir la situa-
49. JONATHAN HAYNES: “Political
ción postcolonial. Se trata, por el contrario, de una amalgama de las múltiples cul-
Critique in Nigerian Video Films”,
African Affairs, vol. 105, nº 421, turas tradicionales desconectadas de nuestro ‘post-mundo’ que la tecnología postco-
2006, págs. 511-533. lonial del vídeo logra vertebrar. En este sentido, el arte del vídeo se revela radical-
50. ONOOKOME OKOME: “Cultural
Productions and the Postcolonial mente distinto de la conscientemente ar reglada, ordenada y articulada literatura
Situation in Nigeria: the Nigerian nigeriana postcolonial, ofreciendo justamente por ello un ter reno fértil para eva-
Video Film”, 5th Conference of
the European Society for the
luar las respuestas locales a un fenómeno global: la popularidad de las películas en
Study of English, Helsinki, 25-29 vídeo se cifra precisamente en el hecho de resultar accesibles a un gran número de
de agosto de 2000, accesible personas por una gran variedad de razones 50.
en www-
eng.helsinki.fi/main/news/ESSE5
-2000/index.htm Las otras for-
mas de arte popular nigeriano a Otra de las cuestiones que aflora persistentemente en las discusiones sobre
las que hace referencia Okome Nollywood es la relativa al carácter híbrido, y aún vulgarmente derivativo, de sus
son la literatura igbo de Onitsha
y el teatro yoruba. producciones. Ciertamente, los vídeos nigerianos adoptan indiscriminadamente
01 A.Elena 27/5/09 16:28 Página 28
junio 2009
Lovers: Media and the Creation
of Parallel Modernities”, Africa, expensas de ‘tradición’)”, de manera que hasta “cabría sugerir que, en cierto sen-
vol. 67, nº 3, 1997, págs. 406-
440, para quien el espectacular tido, toda cultura popular en África (...) es también una for ma de recepción, en
éxito de las películas indias en la medida en que es por esta vía como las [nuevas] ideas son asimiladas y r econ-
el territorio hausa (musulmán)
sumidas” 56. El público de Nollywood, lejos de entregarse a ciegas a los produc- 29
del norte de Nigeria se explica
en términos de su capacidad tos audiovisuales extranjer os, estaría dialogando continuamente con ellos,
para interpelar al público local y importando algunos elementos y r echazando otros, definiendo así consciente-
ayudarle a negociar simbólica-
mente tales tensiones.
mente una nueva cultura cinematográfica local que rehúsa, en cualquier caso,
56. KARIN BARBER: “Preliminary aceptar estrictas y apriorísticas compar timentaciones57.
Notes on Audiences in Africa”,
op. cit., págs. 355 y 358-359. N ollywood, como tantas otras expr esiones culturales emanadas de la periferia
57. ONOOKOME OKOME: “Nollywood: geopolítica, ha sido víctima del estigma de la ‘falta de autenticidad’, criticado —
Spectatorship, Audience and the
desde una suerte de neotarzanismo similar al denunciado por Wole Soyinka58—
Sites of Consumption”, op. cit.,
pág. 5. por no ser suficientemente fiel a la propia tradición ni apelar, como antaño hicie-
58. WOLE SOYINKA: “Neo- ra el cine africano de la francofonía, a un pr oyecto continental emancipador .
Tarzanism: The Poetics of
Pseudo-Tradition”, Transitions, nº
Pero, para empezar , “el estudio de una cultura no puede par tir de un juicio
48, 1975, págs. 38-44. moral acerca de la autenticidad de los pueblos o de las culturas” 59. Y, por otro
59. KARIN BARBER: “Introduction”, lado, parece ya inevitable a estas alturas asumir que —bajo el empuje de
en KARIN BARBER (ed.): Readings
in African Popular Culture, op. Nollywood— el tradicional discurso sobre el cine africano, panafricanista y auto-
cit., pág. 7 rial, ha de ser r eformulado de manera sustancial, si es que no radical 60. Porque,
60. Véanse, en este sentido, las
como apunta el antropólogo John C. McCall,
atinadas consideraciones de
JONATHAN HAYNES: “Introduction”,
en JONATHAN HAYNES (ed.): Nigerian
Video Films, págs. 9-10; N. FRANK por fin tenemos un cine africano que es genuinamente africano. Puede que no sea
UKADIKE: “Images of the ‘Reel’ el cine africano que los críticos profesionales desearían, pero es cier tamente el cine
Thing: African Video Films and
the Emergence of a New Cultural africano que ha capturado la imaginación del continente (...) Los vídeos nigeria-
01 A.Elena 27/5/09 16:28 Página 30
nos constituyen uno de los aspectos más visibles de una emergente industria cultural Art”, op. cit., pág. 259; y
ONOOKOME OKOME: “Nollywood:
africana que, aun participando claramente de la cultura global, no recibe sus con- Spectatorship, Audience and the
signas ideológicas y creadoras de sectores académicos o financieros extranjeros. Antes Sites of Consumption”, op. cit.,
bien, se emplaza en un locus que complementa, y se opone a la vez, a la industria pág. 3.
61. JOHN C. MCCALL: “Madness,
cultural hegemónica del mundo subdesarrollado. Toscamente producidas, sin duda Money, and Movies: Watching a
rudimentarias, distribuidas en mer cados callejeros y por los mismos vendedor es Nigerian Popular Video with the
ambulantes que antaño se especializaran en las cassettes de música, estas películas Guidance of a Native Doctor”,
pág. 92. Conviene, no obstante,
en vídeo son de algún modo más “del pueblo” que cualquiera de las pr etendidas tener presentes las importantes
obras maestras, de gran reputación crítica, postproducidas en París por los maestros matizaciones de MORADEWUN A.
ADEJUNMOBI: op. cit., págs. 14-15:
del cine africano. Aunque la mer cantilización de la cultura es quizás una carac-
“Indudablemente hay en África
terística inevitable y enormemente problemática de la modernidad, el fenómeno del una necesidad y un espacio para
vídeo nigeriano sugiere que tal vez este sea un proceso mucho más complejo e histó- la producción narrativa no-
comercial, tanto literaria como
ricamente abierto de lo que hubiéramos podido imaginar 61. cinematográfica, que permita al
mayor número posible de sensi-
bilidades y orientaciones políti-
cas estar representadas en la
esfera pública y que el disenso
pueda ser convenientemente
expresado. Ahora bien, en el
momento actual es la producción
narrativa comercial, sostenida
por redes transnacionales de
menor envergadura, la que está
30 permitiendo a los africanos par-
ticipar en una forma de actividad
cultural cuya producción y circu-
lación ellos mismos controlan y
que, a nivel local y regional,
opone una competencia efectiva
a los medios globales”.
01 A.Elena 27/5/09 16:28 Página 31
Nollywood Forever
junio 2009
no hayan sido hasta la fecha par ticularmente satisfactorios desde el punto de vista estético,
la calidad de las producciones de Nollywood va en aumento y, en cualquier caso, su impacto
parece duradero y anuncia una reconfiguración del mapa de las cinematografías africanas.
Nollywood Forever
In the 1990s, traditional filmmaking was collapsing in Nigeria, echoing the general stagnation
of film production all over Subsaharian Africa. Yet it was precisely at this moment when an
extraordinary production of videos would come out of Nigeria, for which the term "Nollywood"
was coined. Initially looked down on by the local elite and virtually ignored outside of Nigeria,
Nollywood has progressively made its way to becoming a major point of reference in heated
discussions on the applicability of this model for other filmmakers. While the films have not
been particularly successful from an aesthetic point of view, they are improving in technical
quality, and it seems certain that they will have a long-lasting effect on the re-configuration of
cinema to come in Africa.
Key words: Africa, Nollywood, audiovisual industry, video production, audiovisual piracy
02 Kuenzler 27/5/09 16:30 Página 32
Sustitución de
importaciones y
piratería mediática.
32
junio 2009
En el curso de mis investigaciones en la r epública francófona de Benin, entr e
2003 y 2005, asistí a proyecciones de películas en un pequeño videocine situado
en el popular bar rio de Cotonou. Sentados en tablones dispuestos en pequeñas
salas con techos de chapa, los par roquianos se divertían con una serie de pelícu- 33
las que se proyectaban en una gran pantalla de televisión. Había cine de acción
hongkonés, películas de diversos géneros de Hollywood, algunos filmes indios y
montones de películas nigerianas, especialmente comedias 1. Resulta interesante
el hecho de que estos vídeos de la anglófona Nigeria fueran contemplados con
deleite por un público cuyo dominio del inglés era escaso o nulo. Efectivamente,
los vídeos nigerianos pueden encontrarse a lo largo de todo el África subsaharia-
1. El autor desea expresar su
agradecimiento a Dan da Silva
na e incluso en la diáspora, fuera del continente. Estos vídeos son incompatibles
por su ayuda, tantas veces pres- con las nociones sobre cine que se manejan en Occidente y por lo tanto raramen-
tada, en cuestiones relativas a
te están presentes en los festivales de cine. En contraste con la pr oducción cine-
Nigeria y a Hakeem Jimo por
compartir su información sobre matográfica africana, estas películas de vídeo son par te de la cultura popular. Se
la industria nigeriana del vídeo. dirigen, de manera dir ecta y efectiva, a una audiencia masiva o, para decirlo en
Algunos aspectos de este artícu-
lo fueron presentados en el XVI
otras palabras, están creando un nuevo tipo de esfera pública.
Congreso Mundial de Sociología
La industria nigeriana del vídeo se desar rolló en un contexto específico dir ecta-
de la Asociación Sociológica
Internacional, Durban, 26 de mente relacionado con el entor no político, económico y cultural en el ámbito
julio de 2006 y en el Instituto nacional e internacional. Se trata de una industria heterogénea que podemos cla-
Sociológico de la Universidad de
Bergen (Noruega), el 30 de sificar toscamente a partir de las categorías de vídeo yor uba, hausa e igbo. Estos
octubre de 2006. El autor agra- términos designan centr os de pr oducción en el nor te, el sudeste y sur oeste de
dece los valiosos comentarios
que se le hicieron durante aque-
Nigeria respectivamente. La literatura científica disponible al r especto se centra
lla intervención. principalmente en un centr o de pr oducción específico, en sus par ticularidades
02 Kuenzler 27/5/09 16:30 Página 34
EL CINE SUBVENCIONADO NIGERIANO, LAS PELÍCULAS EXTRANJERAS Y LA 2. Se trata, desde luego, de una
EMERGENCIA DEL VÍDEO YORUBA instantánea, pues la industria en
su conjunto se halla inmersa en
Al igual que en otr os países africanos, hubo en Nigeria un intento de constr uir un proceso de rápido desarrollo y
cambio.
una industria cinematográfica propia con apoyo estatal, pero el apoyo internacio- 3. Después de un pequeño boom,
nal fue menor que en los países del África francófona3. En las décadas de 1960 y la producción de películas decli-
1970 ir al cine era una actividad popular en los núcleos urbanos al oeste de nó a principios de la década de
1990, pasando de una media de
Nigeria, pero las masas pr eferían las películas indias, el cine asiático de acción o cuatro largometrajes al año a
los westerns a las pocas películas de producción nigeriana, que solían considerar- prácticamente ninguno. Véase A.
ADESANYA: “From Film to Video”,
se demasiado intelectuales 4. Sin embargo, la gente era absolutamente entusiasta en J. HAYNES (ed.): Nigerian Video
de otros productos de la cultura local como el teatro popular itinerante, con sus Films, Jos, Nigerian Film
inveterados espectáculos históricos. El teatr o itinerante se hizo popular en las Corporation, 1997.
4. N. F. UKADIKE: “Image of the
34 regiones de habla yoruba5, e incluso llegó a los núcleos urbanos del África occi- “Reel” Thing: African Video-Films
dental6. En la década de 1970 algunas compañías comenzar on a utilizar br eves and the Emergence of a New
Cultural Art”, Social Identities, 6,
fragmentos de películas para visualizar momentos de fantasía o elementos sobre- 2000.
naturales del universo cultural yor uba. A causa de la crisis económica, las actua- 5. Fuera de Nigeria, el yoruba es
una lengua importante en Benin
ciones filmadas empezaron a reemplazar a las actuaciones en vivo sobr e el esce-
y, en menor medida, en Togo y
nario. Filmar en 35 mm. era cada vez más car o y los artistas se decantaron por el en Ghana.
formato de vídeo. En 1998 los artistas del teatro itinerante comenzaron a produ- 6. W. OGUNDELE: “From Folk Opera
to Soap Opera: Improvisations
cir y vender películas en vídeo para el consumo doméstico. Los vídeos basados en and Transformations in Yoruba
la tradición del teatro itinerante abordaban con frecuencia los conflictos que per- Popular Theatre”, en J. HAYNES
(ed.): Nigerian Video Films, op.
turbaban “la armonía de una comunidad tradicional” y sus historias solían conte-
cit.
ner una crítica política7. En ellas se discute sobre el gobierno tradicional y la salud 7. J. HAYNES: “Political critique in
de la comunidad en un mundo que se halla en pr oceso de modernización. Nigerian video films”, African
Affairs, 105, 2006, pág. 515.
El boom del petróleo permitió a muchos nigerianos adquirir equipos de televisión 8. Véase A. F. K. UKAH:
y vídeo8. Al finalizar este, y a medida que la seguridad se convertía en un proble- “Advertising God: Nigerian
Christian Video-Films and the
ma, las proyecciones en público se volvieron cada vez más escasas. Los pr oduc- Power of Consumer culture”,
tores de películas en vídeo se apresuraron a llenar el vacío de mercado y sus pelí- Journal of Religion in Africa, 33,
203-231 y F. BALOGUN: “Booming
culas comenzaron a venderse o alquilarse en videoclubes. El vídeo se emancipa- Videoeconomy: The Case of
ba cada vez más de sus raíces teatrales. Muchas películas se filmaban ahora en Nigeria”, en F. PFAFF (ed.): Focus
on African Films,
inglés, pues los vídeos yor ubas difícilmente podían expor tarse más allá de esa Bloomington/Indianapolis,
región y su comunidad en la diáspora. Es más, el uso de la lengua había cambia- Indiana University Press, 2004.
02 Kuenzler 27/5/09 16:30 Página 35
do y estaba en boga un yor uba más urbano, mezclado con el inglés y el pidgin,
por el que empezó a mostrarse una preferencia creciente frente al yoruba clásico
usado en la tradición teatral 9.
Mientras que las actuaciones filmadas del teatro itinerante tenían el mismo esce-
nario social que el teatro, los vídeos pronto comenzaron a abandonar el telón de
fondo de las clases más bajas pr opio de aquel para mostrar el mundo de la clase
media-alta. En aquellos primeros vídeos, los grandes hombres obtenían sus rique-
zas mediante la brujería y otros métodos dudosos y no gracias al trabajo y el sen-
tido del ahorro, las virtudes sociales de dicha clase. La riqueza solía ser, además,
objeto de ostentación, considerada como un medio que per mitía alcanzar status
(político) y poder masculino (incluyendo el poder sobr e las mujer es). Como
muestra el análisis de tres películas de vídeo yoruba realizado por Ogundele 10, se
produce en estas un cier to deslizamiento desde las ideas tradicionales sobr e la
condición femenina, con sus aspectos positivos y negativos, a una reducción de la
mujer al paradigma de la br uja/prostituta malvada frente a la santa.
Más tarde, el vídeo fue abandonando la perspectiva de esta clase media para dar
junio 2009
cabida a historias sobr e campesinos y pequeños comer ciantes11. Como era de
9. O. OKOME: “The Character of
Popular Indigenous Cinema in
esperar, comenzaron a aparecer otros géneros como la historia de amor al estilo
Nigeria”, en O. OKOME y J. HAYNES indio, las películas cristianas12, los vídeos de crimen y las comedias13. Algunas de
Cinema and social Change in West ellas satirizan la vida africana contemporánea y, en este sentido, podemos decir
Africa, Jos, Nigerian Film
35
Corporation, 1995, pág. 94. que debaten sobre la política (social) de su tiempo, pero lo cierto es que la mayor
10. W. OGUNDELE: op. cit. parte de los vídeos distan de ser abier tamente políticos14. Algunos de ellos enfa-
11. O. OKOME: op. cit., 1995.
12. O. OHA: “Yoruba Christian
tizan la moral conser vadora y la mayoría vende, más que alter nativas, “ilusiones
Video Narrative and Indigenous de cambio”15. En otras palabras: hablan más de sobrevivir dentro de las circuns-
Imaginations: Dialogue and
tancias existentes que de cambiarlas.
Duelogue”, Cahiers d’études afri-
caines, 165, 2002. La mayor par te de los trabajos científicos abor dan el primer periodo del vídeo
13. En algunas de ellas aparece
la figura del embaucador tal y yoruba y no existen demasiados datos sobre las estructuras de producción actua-
como se representa con frecuen- les. Por lo tanto, la siguiente infor mación se refiere a ese periodo inicial y , cier-
cia en las comedias igbo. Véase
D. KÜNZLER: “Nigerianische
tamente, algunas cosas han cambiado. El vídeo yor uba constituye un negocio
Komödien für kulturelle más bien masculino, incluso si existen algunas escritoras o guionistas, pr oducto-
Transformationen”, en C. ROTH, F. ras y directoras. Lagos es el centro de producción. Los vídeos a menudo constan
SCHUBERT y RAFFAELE POLI (eds.):
Werkschau Afrikastudien 6 – Le de dos partes que se filman al mismo tiempo para abaratar los costes. Las pelícu-
forum suisse des africanistes 6, las con dos par tes suelen durar entr e tres y cuatr o horas y son más lar gas, por
Zurich / Münster, Lit, 2007.
14. J. HAYNES: “Nigerian Cinema:
tanto, que la media de Hollywood. Al igual que cuando se filmaban actuaciones
Structural Adjustments”, en teatrales, la cámara sigue siendo muy estática: pr oliferan las secuencias lar gas y
Research in African Literatures,
hay muchos menos cortes que en las películas de Hollywood. Los vídeos se cen-
26, 1995 y W. OGUNDELE: op. cit.
15. O. B. LAWUYI: “The political tran en los actores y en sus monólogos y diálogos. Este modelo hablado, con sus
economy of video marketing in morosos parlamentos, está a la or den del día en la vida cotidiana. Los juegos de
Ogbomoso, Nigeria”, Africa, 67,
1997. palabras y la destreza verbal son muy importantes y apreciados. A menudo,
02 Kuenzler 27/5/09 16:30 Página 36
durante la filmación, los actor es no saben de qué trata la película, pues los pr o-
ductores temen que les r oben las ideas. Es más, en el origen del pr oyecto no
suele haber tanto un guión como un esqueleto de guión, y esto no solo se debe
a la tradición teatral, sino también a la pr esión que supone la necesidad de man-
tener bajos los costes de pr oducción. Por lo tanto, sigue siendo fr ecuente la
improvisación en los diálogos, aunque no es del mismo tipo que la que se prac-
ticaba antes en el teatro16. La caracterización es a menudo plana y la historia pre-
decible17. Los vídeos, con su énfasis en los monólogos y diálogos, par ecen tele-
novelas o producciones baratas que descuidan la calidad de la imagen y el soni-
do18, aunque cada vez se r ecurre con mayor frecuencia a los efectos especiales y
las tecnologías de producción sofisticadas.
36
Living in Bondage (C. Obi Rapu, 1992)
junio 2009
video film: the rapid rise of cultu-
ral production in times of econo- teatro. Se incluyer on algunos elementos pr ocedentes de películas indias, como
mic decline, Arbeitspapiere Nr.
escenas de baile y canciones, y pr onto fueron incluso más popular es que aque-
27, Mainz, Johannes Gutenberg
Universität, 2003 y “Video and llas, creando una demanda masiva que no existía con anterioridad. T odavía hay
the Hausa Novella in Nigeria”, una demanda de películas indias y, más reñida aún, de películas americanas y del
Social Identities, 11, 89-112,
37
2005; M. KRINGS: “Verführung sur de Nigeria, pero el increíble crecimiento del mercado se debe principalmen-
oder Bekehrung? Zensur und te a la demanda del vídeo hausa. Las películas indias, impor tadas principalmente
Islam in nordnigerianischen
Videodiskursen”, Sociologus.
por empresarios libaneses y, en algunos casos, indios, fueron las más importantes
Zeitschrift für empirische en Nigeria, al menos, desde 1950, por encima de las americanas y las británicas21.
Ethnosoziologie und Ethno-
Las películas indias son mucho más impor tantes en el nor te de Nigeria que en
psychologie, 55, 61-88, 2005 y
“Bollywood/Kallywood. Mediale las regiones del sur. Sus canciones han pasado a formar parte de la cultura popu-
Transfers und populäre Videos in lar, a la que se transfieren cuando sus ritmos originales se tocan con bandir (ins-
Nigeria”, en G. BLASEIO, H. POMPE
y J. RUCHATZ (eds.): trumento de percusión local) y las letras hindi se convier ten en canciones hausa
Popularisierung und Popularität, de alabanza al Profeta22.
Köln, Dumont, 2005; B. LARKIN:
“Indian Films and Nigerian El interesante fenómeno de la popularidad de las películas indias se explica gra-
Lovers. Media and the Creation cias a la per cepción generalizada de que el hinduismo de la cultura india “es
of Parallel Modernities”, Africa,
67, 406-440, 1997; “Hausa como” la cultura musulmana hausa 23. Existen algunas afinidades, por ejemplo,
Dramas and the Rise of Video en la iconografía per o también hay, claro está, muchas difer encias. Este senti-
Culture in Nigeria”, en J. H AYNES
(ed.): Nigerian Video Films, Jos,
miento de similitud se basa en un contexto cultural que enfatiza la “modernidad
op. cit.; “Itineraries of Indian no occidental”. Las películas indias abordan a menudo la tensión existente entre
cinema: African videos,
la vida contemporánea y las “tradiciones”, entr e el matrimonio por amor y el
Bollywood, and global media”,
en E. SHOHAT y R. STAM (eds.): matrimonio concertado, la libertad individual y las r esponsabilidades colectivas,
Multiculturalism, Postcoloniality, así como las relaciones entre los sexos. La for ma en que se abor dan estos temas
and Transnational media, New
Brunswick, Rutgers University facilita a los nigerianos del nor te la identificación con estas películas que per mi-
02 Kuenzler 27/5/09 16:30 Página 38
llas. Esta clase de mercancías llega también al sur de Nigeria e incluye la venta de
bandas sonoras de películas hausa en casetes. Algunos pr oductores y, especial-
mente, actores, son estrellas famosas en el nor te de Nigeria. Mientras que algu-
nos de ellos tienen experiencia profesional por su trabajo en televisión, otros tra-
bajan para grupos de teatro.
Hubo algunos intentos por par te de los minoristas de limitar la pr oducción de
películas, pues no daban abasto a la hora de satisfacer la cr eciente demanda de
suministro. Al principio las películas hausa llegaban lejos en la exploración de los
límites de las convenciones sociales y, particularmente, en la forma de abordar la
transformación de las r elaciones entre los sexos y entr e distintas generaciones.
Tras la promulgación de la Sharia en el estado de Kano en 2000 se debatió la
prohibición de las películas de vídeo y la producción quedó paralizada. Pero,
dada la dependencia de miles de puestos de trabajo r especto a la industria del
vídeo, la prohibición no era viable. De modo que se estableció un comité de cen-
sura en 2001. Al igual que en las películas indias, las historias de amor en los
vídeos hausa no se nar ran mediante la mostración de acciones explícitas, sino a
junio 2009
través de la interpretación de canciones y bailes, elementos poco comunes, estos,
en las películas de vídeo del sur de Nigeria.Durante años, esto socavó tácitamen-
te la ética de la sociedad hausa, en la que no estaba per mitida ninguna muestra
pública de comportamientos que ignorasen la segregación sexual.
39
En el nuevo contexto de pureza religiosa, aquello se consideraba demasiado
ofensivo. Así, la r epresentación del contacto corporal entr e hombres y mujeres
(esto es, darse la mano) y las secuencias de canciones interpr etadas por ar tistas
de ambos sexos fueron prohibidas y desde junio de 2003 también lo fuer on, en
principio, las escenas de danza mixtas. Sin embargo, en la práctica parece haber
tenido lugar una especie de negociación entr e productores y censores, más que
una aplicación estricta de las nor mas, especialmente en las escenas de baile 30.
Mediante alusiones, comienzan a explorarse los límites de lo admisible en el
nuevo contexto. Se produce un reflejo público del carácter de la sociedad hausa
a través de lo que resulta inadecuado en los vídeos, como lo es en la sociedad. La
producción de películas de vídeo ha influido así en el discurso público sobr e los
valores culturales hausa. Mientras que ir al cine o a proyecciones públicas de vídeo
es una actividad masculina, la situación cambia en el contexto del consumo
30. M. KRINGS: “Verführung oder doméstico. El vídeo permite a las mujeres participar en una “esfera pública feme-
Bekehrung? …”, op. cit., pág.
nina privatizada”31 que está cambiando sus expectativas r especto a las relaciones.
72 y H. BEHREND: op. cit., 2003.
31. B. LARKIN: “Hausa Dramas Como consecuencia de la r ehabilitación de la r eligión y la intr oducción de la
and the Rise of Video Culture in
Nigeria”, en J. H AYNES (ed.):
Sharia, se produjo a partir de 2002 el boom de un nuevo género de películas de
Nigerian Video Films, op. cit., vídeo que se ar ticulaba en tor no a la idea de la conversión r eligiosa32.
pág. 115. Ambientadas en el lejano pasado precolonial, estas películas muestran la conver-
32. M. KRINGS: “Verführung oder
Bekehrung? …”, op. cit. sión de paganos en musulmanes. Mediante efectos especiales se visualiza el poder
02 Kuenzler 27/5/09 16:30 Página 40
junio 2009
Living in Bondage (C. Obi Rapu, 1992) 41
de Hollywood para el público de otros países del África anglófona, pero el públi-
co es más amplio y a menudo no habla el inglés de manera fluida. A pesar de su
lengua, estas películas en “engligbo” todavía tienen el innegable sabor de la cul-
tura igbo. Evidentemente, se trata de una simplificación, pues muchos ar tistas
proceden de gr upos minoritarios del sudeste de Nigeria y el bagaje cultural de
un individuo nunca es unidimensional. Por tanto, si usamos aquí el tér mino
igbo, es para designar un origen en el sur este de Nigeria. Un análisis de las 36
comedias igbo demostró claramente que las posiciones centrales de pr oductor
ejecutivo, director, guión e idea original son mayoritariamente ocupadas por per-
sonas del sureste del país37. La mayor parte de los actores proceden de la misma
zona, aunque hay algunos actores yoruba y, en raras ocasiones, actores del norte
de Nigeria. Las fr onteras de las industrias r egionales del vídeo son per meables,
pero el número de individuos que las cr uzan es más bien limitado.
El centro de la pr oducción de vídeo igbo es el númer o 51 de Iweka Road en
Onitsha, un edificio de tres pisos con innumerables tiendas en las que los vídeos
se producen y se compran al por mayor y al detalle. Muchas compañías de pr o-
ducción igbo tienen sede (también) en Lagos, ya sea en Idumota o en Alaba
International Market. Los tr es lugares solían ser mer cados de electrónica.
Aproximadamente dos tercios de las compañías de producción estudiadas tienen 37. D. KÜNZLER: op. cit., 2007.
también oficinas en Aba, pero parece haber menos densidad de concentración en 38. D. KÜNZLER: op. cit., 2007.
42 39. Esto parece ser menos
esta ciudad. La mayor parte de las compañías de producción están probablemen-
común en Ghana, véase T. WENDL:
te regentadas por un solo propietario. Como reveló nuestro análisis38, estas com- “Die Wiederkehr des Bösen.
pañías de producción no suelen trabajar con una plantilla fija. Parece haber una Horrorvideos aus Ghana und
Nigeria”, en C. H IMMELHEBER, M.
creciente especialización de la producción39. JONGBLOED y M. ODENBACH (eds.):
Los vídeos analizados confirman la suposición de Haynes y Okome 40, ya que la Der Hund ist für die Hyäne eine
Kolanuss – Zeitgenössische Kunst
banda sonora se compone principalmente a par tir de música occidental piratea- und Kultur in Afrika, Oktagon
da o música producida en estudios de grabación con bajo pr esupuesto. Su com- Verlag, Köln, 2003, pág. 66.
40. J. HAYNES y O. OKOME: op. cit.,
posición es otra de las funciones especializadas en la pr oducción de vídeos. 1997, pág. 28n.
Frecuentemente hay un tema que se repite a lo largo de la historia y es parte cen- 41. D. KÜNZLER: op. cit.
42. O. OKOME: “Les femmes dans
tral del relato y la caracterización. Como sucede en los vídeos hausa, la pr oduc- le film vidéo nigérian”, en S.
ción está claramente dominada por los hombr es, pero hay algunas guionistas y LELIÈVRE (ed.): Cinémas africains,
productoras ejecutivas41. La asunción no contrastada de Okome 42 sobre la baja une oasis dans le désert?, Condé-
sur-Noireau, Corlet, 2003.
representatividad de las mujer es parece apuntar también en esta dirección. No 43. C. GARRITANO: “Women,
obstante, las mujeres están más r epresentadas en la pr oducción videográfica de Melodrama, and Political
Critique: A Feminist Reading of
lo que lo estaban en la pr oducción en celuloide43, aunque la mayor par te de las ‘Hostages’, ‘Dust to Dust’, and
tramas giran en torno a la vida de los hombr es y están plagadas de ester eotipos. ‘True Confessions’”, en J. HAYNES
(ed.): Nigerian Video Films.
Las profecías condenatorias de los primeros tiempos de las películas igbo, funda- Revised and expanded edition.
das en su supuesta falta de tradición, ausencia de creatividad y avaricia comercial Athens, Ohio University Center
for International Studies, 2000,
demostraron ser erróneas: el boom de vídeo igbo persiste hoy en día. La supues- pág. 165n.
02 Kuenzler 27/5/09 16:30 Página 43
junio 2009
Glamour Girls (K. Nnebue, 1994)
43
El personaje principal se hace muy rico pero es hechizado por el fantasma de ella.
A punto de volverse loco, ter mina por unirse a una iglesia pentecostal. W endl47
denomina a este géner o (que suele identificarse con la etiqueta de vídeos juju)
47. T. WENDL: “Africa Screams.
“película de terror”. A diferencia de las películas de ter ror estadounidenses, en Spurensuche für eine Archäologie
los vídeos juju el derramamiento de sangre no es un fin en sí mismo. Siempr e des Bösen und des Schreckens”
en T. WENDL (ed.): Africa Screams
hay una motivación económica en estos melodramas ocultistas. Incluso si la bús- –Das Böse in Kino, Kunst und
queda de la riqueza, poder y placer sigue siendo importante (aunque no siempre Kult. Wuppertal, Peter Hammer
Verlag, 2004.
vinculada a los recursos mágicos) se está pr oduciendo una creciente especializa-
48. M. KRINGS: “Verführung oder
ción de género en los vídeos igbo. Bekehrung? …”, op. cit., pág.
77.
Desde luego, también hay historias y vídeos sobre la tensión entre el matrimo- 49. A. F. K. UKAH: op. cit., pág.
nio por amor y el matrimonio concer tado. En los vídeos igbo, la multiplicidad 212.
50. O. OHA: “The Rhetoric of
de formas en las que se desarrolla esta discusión es mayor que en los vídeos Nigerian Christian Videos: The
hausa. Muchos abogan visiblemente por la elección individual del esposo o la War Paradigm of ‘The Great
Mistake’”, en J. H AYNES (ed.):
esposa, mientras que en otros, las chicas que insisten en imponer su voluntad son
Nigerian Video Films, op. cit.,
castigadas. Y otro género es la película épica ambientada en el pasado pr ecolo- pág. 94.
nial en el que las r eligiones autóctonas fueron conquistadas por los cristianos 48. 51. A. F. K. UKAH: op. cit.
52. J. CH. SERVANT: “Video-Boom
Los vídeos cristianos también son muy impor tantes. Living in bondage ya mos- in Nigeria. Ein gelungenes
traba elementos pentecostales en su r etórica de la salvación 49. El género del Beispiel von
Importsubstitution”, Le Monde
vídeo cristiano “se desar rolló a partir de la tradición de escenificar la palabra de diplomatique, febrero de
Dios”50. Estas películas, que se dirigen especialmente a los individuos de las cla- 2001(descargado desde
44
ses más pobres, expresan orientaciones y valores consumistas51. Son mercantilis- http://www.monde-diplomati-
que.de/ on July 25, 2003) y J.
tas porque hay intereses económicos ligados a ellas. Reflejando la psicología de C. MACCALL: “Madness, Money, and
esos individuos, los vídeos presentan el tópico popular de la vida familiar amena- Movies: Watching a Nigerian
Popular Video with the Guidance
zada por las fuerzas del mal con las mujeres, que son las que resultan más perju- of a Native Doctor”, Africa Today,
dicadas, luchando contra ellas desde el interior del núcleo familiar . 49, 2002 y “Juju and justice at
the Movies: Vigilantes in
Existe otro género más orientado a la acción y ambientado en las aventuras san- Nigerian Popular Videos”, African
grientas de las milicias de vigilancia en el sur este de Nigeria, con los ver daderos Studies Review, 47, 2004. El
autor ignora si existen también
Bakassy Boys como modelos de r eferencia52. Algunos vídeos igbo que abor dan vídeos sobre el equivalente yoru-
abiertamente temas políticos suelen ser víctimas de la censura 53. Desde luego, ba, la milicia del Congreso de los
Pueblos O’odua. Puede que haya
hay más variedad de la que aquí se discute. El cr uce de diversos géneros, que se también vídeos sobre el
da cada vez con mayor frecuencia, se está convirtiendo en la tónica dominante54. Congreso de los Pueblos Arewa
Los vídeos visualizan historias, leyendas y r umores (urbanos), incorporan ideas (APC) de los hausa-fulani.
53. J. HAYNES: “Political critique
del teatro, la literatura popular y las películas de N igeria y de fuera del país. in Nigerian video films”, op. cit.
Parece haber también alguna pornografía hecha en Nigeria, pero no existe dema- 54. T. WENDL: “Die Wiederkehr
des Bösen. Horrorvideos aus
siada información al respecto. Ghana und Nigeria”, op. cit.,
pág. 66.
Una vez más, la sombría afir mación que solía hacerse de que “los empr esarios
55. H. O. EKWUAZI: “The Igbo
igbo se alejaban instintivamente de la industria del cine” demostró ser bastante Video Film: a Glimpse into the
errónea55. El ar riesgado negocio del cine r equiere la inversión de capital. N o Cult of the Individual”, en J.
HAYNES (ed.): Nigerian Video
suele ser, en sus comienzos, un pr oyecto lucrativo y el dinero ha de buscarse en Films, op. cit., pág. 71.
02 Kuenzler 27/5/09 16:31 Página 45
junio 2009
Living in Bondage (C. Obi Rapu, 1992)
45
* Nota de la T: la expresión sin
connotaciones geopolíticas alguna otra par te. Los vídeos igbo no son financiados por esforzados ar tistas,
“advanced fee-frauders” que uti- como en los comienzos del vídeo yor uba, sino, muy a menudo, por comer cian-
liza el autor se traduce en caste-
llano como “estafa o timo nige- tes. Algunos productores empezaron en el negocio de la distribución de vídeos
riano” en alusión al fraude de y después se pasaron a la producción y/o el alquiler y venta de equipamiento téc-
cargo anticipado del que son víc-
timas algunas personas que reci- nico. Parte del capital se consigue también a par tir de la piratería y el lavado de
ben ofrecimientos, supuestamen- dinero efectuado por traficantes de droga, estafadores nigerianos (timo“419”)* y
te, de nigerianos que prometen
grandes ganancias a cambio de
otros negociantes dedicados a actividades de carácter dudoso56. Estos producto-
ayuda para transferir grandes res proporcionan un gran número de copias de las casetes en cada partida y las
sumas de dinero fuera de su
distribuyen al mismo tiempo a través de numer osos canales para evitar la pirate-
país. Estos estafadores suelen
utilizar un lenguaje infalible- ría57. Al igual que en las producciones de Hollywood, la mayor par te del dinero
mente educado a través del cual se cosecha en la semana posterior a la aparición de la película. Los vídeos tam-
captan a la víctima con historias
conmovedoras y la inequívoca bién se financian, en par te, a través de patr ocinadores y de la inclusión de pr o-
promesa de dinero. La denomina- ductos de marca en el atrezzo. El merchandising del vídeo crece constantemen-
ción alternativa, “timo 419” se
refiere al artículo del código
te. Es más, incluso se encuentran r evistas y reportajes en periódicos.
penal de Nigeria que estos esta-
Ciertos productores y actores se convirtieron en estrellas adineradas y exhibieron
fadores infringen.
56. H. O. EKWUAZI: art. cit., pág. un estilo de vida acorde con su nuevo estatus. Algunos de los actores más desta-
81. cados llegaron a ganar más de un millón de nairas por película (unos 3700 euros
57. J. HAYNES y O. OKOME: op. cit.,
1998, pág. 114. en 2004). Un puñado de actor es famosos, conocidos en el África subsahariana,
02 Kuenzler 27/5/09 16:31 Página 46
de otros países africanos. Suplen car encias que no pueden satisfacer plenamente
las películas occidentales. Sin encuestas en la mano, par ece bastante clar o que
toda África sabe lo que puede esperar de los vídeos igbo: un espejo de historias
familiares en un mundo de tensiones y contradicciones. Esto permite que los
vídeos puedan ser vistos en lugar es en los que el inglés se habla poco o no se
habla, incluso si el público se pier de en el aspecto de la historia.
Incluso los géneros como la comedia o la película de ter ror articulan las contra-
dicciones de la vida contemporánea africana y pueden ser considerados como una
forma de crítica social y cultural62. Desde el final del régimen militar en 1999 hay
más vídeos que abor dan cuestiones políticas de manera dir ecta. La censura en
función de los contenidos políticos es escasa63. Desde luego, Haynes64 está en lo
cierto al afirmar que los vídeos apar tan la vista de cualquier salida a la situación.
Sin embargo, reflejan las luchas de los africanos en la vida diaria y un análisis
podría resultar de utilidad para entender los discursos populares al respecto. Este
enfoque parece mucho más fértil que los lamentos sobre la pobre calidad artísti-
ca de los vídeos nigerianos. “Los nigerianos no son ajenos o acríticos r especto a
junio 2009
estos defectos técnicos y estéticos y (…) los debates (…) suelen hacer mención a
su insatisfacción r especto a la calidad del sonido, la r epresentación errónea de
prácticas culturales y la falta de fiabilidad de las cintas en sí” 65.
47
Parece innegable que la industria nigeriana del vídeo posee rasgos propios y que
ofrece vídeos para distintos tipos de público situados en un mer cado segmenta-
do66. El r endimiento de la industria es objeto de disputa y las estadísticas de
venta son “infladas con fines comer ciales o desinfladas para estafar a los
socios”67. Tomamos como indicador de la pr oducción industrial la tasa de pelí-
culas examinadas por el N ational Film and V ideo Censors Boar d (Comité
Nacional de Censores de Cine y Vídeo, NFVCB). Incluso si esta cifra es pr oble-
mática, dado que el N FVCB no puede examinar las películas pr oducidas en
N igeria de la misma for ma en que se hace con las películas extranjeras. El
NFVCB comprobó en 2005 la producción de 1.568 películas en el ámbito local
y autorizó un 82,4% de ellas para su estreno comercial. De 702 películas extran-
jeras examinadas el 90% fueron aprobadas68. Entre 1994 y junio de 2006 e inclu-
yendo películas extranjeras, la mayor par te de las películas, con difer encia, esta-
ban en inglés (4.445 de 9.136), 2.683 en yor uba, 1.501 en hausa y solo 55 en
lengua igbo. Además hubo 307 películas en hindi y en lenguas mixtas o minori-
tarias. La figura 1 muestra el crecimiento masivo de la industria de 1994 a 2005
a partir de la información disponible.
48
junio 2009
nigerianas en pantalla grande por unos 100 nairas, un precio más bien alto si lo
69. Fuentes: para las películas
comparamos con el de los alquiler es o los video parlors. Estos últimos deberían
censuradas (locales y extranje-
ras): estar registrados en el NFVCB y pagar el canon, per o, con toda probabilidad, la
http://www.nfvcb.gov.ng/statis- mayor parte de ellos no lo hacen. Los tráiler es contra la piratería son fr ecuentes
tics.php; para las películas loca-
les (censuradas o estimadas): J.
y muestran a brigadas especiales deteniendo a los infractores72. En un inglés crio- 49
HAYNES y O. OKOME: op. cit., 1998, llo o en un estándar pr onunciado incorrectamente, los estr uendosos avances
pág. 106, para el año 1996, G.
anuncian también otros vídeos de la misma productora, que no suele limitarse a
FURNISS: “Video and the Hausa
Novella in Nigeria”, Social un género específico. Mientras que algunos vídeos contienen escasos tráiler es o
Identities, 11, 2005, pág. 89, ninguno, en otros llegan a durar 20 minutos en un vídeo de 90.
para 2000,
http://www.nfvcb.gov.ng/statis- El incremento de la producción en la industria nigeriana del vídeo condujo a una
tics.php para 2005; para las pelí-
cierta saturación del mer cado y la subsiguiente mengua de los beneficios.
culas hausa: G. FURNISS: op. cit.,
2005, pág. 89 para el año 2000, Algunos productores intentaron limitar la producción, pero las imitaciones hicie-
B. LARKIN: “Degraded Images...”, ron que esa tentativa fracasara. Después de la escalada de pr esupuestos para pro-
op. cit., pág. 299 para 2001 y
M. KRINGS: “Verführung oder ducción de unos 50.000 nairas a varios millones de nairas en el cambio de siglo,
Bekehrung? ...”, op. cit., pág. estos presupuestos de pr oducción para las películas igbo comenzar on a decr ecer
63.
como consecuencia de la saturación del mer cado. La media en 2006 fue de unos
70. A. F. K. UKAH: op. cit.
71. C. D’ANNA-HUBER: “Afrika hat dos millones de nairas (unos 12.800 euros en ese momento). Los presupuestos de
einen unersättlichen Appetit auf producción más altos son los de las películas igbo, seguidos por las yor uba y las
Afrika”, Tages-Anzeiger, 1 de
junio, 45, 2006. hausa. Las últimas cuestan entr e 300.000 y 600.000 nairas (de 1900 a 3800
72. D. KÜNZLER: op. cit., 2007. euros). En su análisis económico de la pr oducción en vídeo, Adesanya 74 afirma
73. M. Krings: “Verführung oder
Bekehrung? …”, op. cit., pág.
que el 22% de los costes de un vídeo corresponden a la producción, siendo absor-
63. bido el gr ueso por las cintas vír genes que suponen dos ter cios de los costes y
74. “From Film to Video”, en J. dejando un beneficio neto de 70 nairas por cada vídeo vendido. No hay un des-
HAYNES (ed.): Nigerian Video
Films, op. cit., pág. 17. glose más actualizado para la pr oducción de vídeo y vídeo-cd.
02 Kuenzler 27/5/09 16:31 Página 50
50
Hay un amplio abanico de estimaciones sobre las ventas de la industria del vídeo.
Las ventas de vídeos yor uba parecían ser las menor es, superadas por las de los
vídeos hausa, con los vídeos igbo en primer lugar. La media de los índices de ven-
75. A. ADESANYA: op. cit., pág.
tas cayó debido también a la saturación del mer cado. Las primeras medias de 18.
venta se estimaban en 100.000 copias, per o ya en 1997 la cota no llegaba a las 76. J. HAYNES y O. OKOME: op. cit.,
50.00075. Haynes y Okome76 establecieron la media en 30.000 ventas. Servant77 1998, pág. 114.
77. “Video-Boom in Nigeria. Ein
estima las ventas en un mínimo de 30.000 y un máximo de 300.000. D’Anna- gelungenes Beispiel von
Huber78 considera las ventas en su ar tículo de prensa en un máximo de 200.000 Importsubstitution”, Le Monde
diplomatique, febrero de 2001,
y en una optimista media de 50.000 para los mínimos. Para el mer cado hausa la descargado de
media está en 40.000 copias, pasando la cota de 100.000 en sus picos 79. El pre- http://www.monde-diplomati-
que.de/ el 25 de Julio de 2003.
cio medio de un vídeo es bastante constante y está sobr e 250 nairas (1,6 eur os).
78. Op. cit.
Produciendo 1500 vídeos al año, las ventas estimadas, según el artículo de pren- 79. KRINGS: “Verführung oder
sa de Lequeret80, de 200 a 300 millones de dólares parecen exageradas, pues las Bekehrung? …”, op. cit., pág.
63.
ventas medias deben estar entre las 70.000 y las 105.000 copias. Al sugerir ven- 80. E. LEQUERET: “Naissance d’un
tas medias de 32.000 copias por 250 nairas (1,6 eur os), la pr oducción anual de géant des images”, Radio France
Internationale, 20 de agosto de
1500 vídeos generaría una facturación de 12 billones de nairas (unos 77 millones
2006, disponible en
de euros). Esta facturación no incluye el diner o ganado con los video parlors ni http://www.rfi.fr/actufr/arti-
con el alquiler . Sea cual sea la ver dad, resulta innegable la impor tancia de la cles/080/article_45655.asp, con-
sultado por última vez el 13 de
industria del vídeo. octubre de 2006.
02 Kuenzler 27/5/09 16:31 Página 51
junio 2009
resume, por ejemplo, Künzler 83. Es más, no hay ninguna par ticipación de capi-
tal extranjero en la industria, que cada vez está más diferenciada. Tras un comien-
zo financiado por personas involucradas en la piratería mediática, la producción
se financia ahora con los beneficios generados. 51
junio 2009
es mucho más compleja de lo que pr oponen los modelos centr o-periferia o las
53
nociones de dependencia económica e imperialismo cultural. En este sentido, la
industria videográfica nigeriana no es un caso excepcional, como muestran, por
ejemplo, el éxito de las telenovelas latinoamericanas o las egipcias en otras regio-
nes. Hay varias industrias globales no occidentales y por tanto no existe una
forma sencilla de etiquetar las difer encias culturales y su cr ecimiento a partir de
una cultura occidental globalizada y homogénea como consecuencia de la glo-
balización.
Hay otras for mas en que la industria nigeriana del vídeo influye a otr os países
subsaharianos. En varios países, la popularidad de los vídeos nigerianos llevó a la
gente a considerar la idea de producir sus propios vídeos, sin que otras industrias
del vídeo hayan emergido al mismo nivel. Otra influencia concierne a Ghana en
particular, donde ya en 1987, y por tanto antes que en Nigeria, evolucionó la
producción de vídeos domésticos en lo que en alguna ocasión se ha denomina-
do Galliwood. Los vídeos ghaneses pr onto comenzaron a sustituir a las pr oduc-
86 B. MEYER: “Popular Ghanaian
Cinema and ‘African heritage’”, ciones extranjeras, que llegar on a desaparecer86. Parece haber allí más compr o-
Africa Today, 46, 1999. miso por par te de las instituciones guber namentales que en Nigeria. Como en
87. B. MEYER: “Prières, fusils et
meurtre rituel. Le cinéma popu- los casos de los vídeos yoruba y hausa, hay en Ghana una fuente cultural de tea-
laire et ses nouvelles figures du tros itinerantes denominada Concert Parties con cierta participación de los pira-
pouvoir et du succès au Ghana”,
Politique africaine, 82, 2001.
tas mediáticos87. La producción de estas películas, fundamentalmente en inglés,
02 Kuenzler 27/5/09 16:31 Página 54
La industria nigeriana del vídeo se desarrolló en un conte xto específico directamente relacio-
nado con el entorno político, económico y cultural en el ámbito nacional e inter nacional. Se
trata de una industria heterogénea que podemos clasificar toscamente a par tir de las catego-
rías de vídeo yoruba, hausa e igbo. Estos tér minos designan centros de producción en el
norte, el sudeste y suroeste de Nigeria respectivamente. La literatura científica disponible al
respecto se centra principalmente en un centr o de producción específico, en sus par ticulari-
junio 2009
dades culturales y en la recepción de los vídeos en Nigeria. Este ar tículo aborda tres cuestio-
nes escasamente estudiadas: en primer lugar, analiza los tres centros de producción desde
una perspectiva económica sobre la producción videográfica. En segundo lugar, evalúa la
importancia económica de la industria nigeriana del vídeo en su conjunto. Finalmente, se pr o-
pone realizar un enfoque básico para evaluar la r elevancia del vídeo nigeriano fuera de 55
Nigeria, ya que estos vídeos están lejos de constituir un fenómeno aislado en el contexto
nigeriano.
Importsubstitution based on media piracy: The case of the Nigerian video industry
(“Nollywood”)
The Nigerian video industry developed out of a specific context directly related to the domes-
tic and international cultural, economic and political environment. It is a heterogeneous indus-
try that can be roughly divided into Yoruba-, Hausa- and Igbo-videos. These ter ms are used to
designate centres of production in Northern, South-Eastern and South-Western Nigeria
respectively. The available scientific literature is focusing mainly on one specific pr oduction
centre and its cultural specifities and on the r eception of videos within Nigeria. This paper
focuses on three neglected questions: In the first place, it analyses the thr ee production cen-
tres with an economic perspective on the video pr oduction. Secondly, it assesses the overall
economic importance of the Nigerian video industr y. Finally, it attempts a basic approach to
evaluate the relevance of Nigerian videos outside Nigeria, as these videos ar e by far no isolat-
ed Nigerian phenomenon.
Key words: Africa, Nollywood, audiovisual industry, video production, audiovisual piracy
03 Peris Blanes 27/5/09 16:34 Página 56
Sueño y pesadilla de la
modernización urbana.
56
03 Peris Blanes 27/5/09 16:34 Página 57
Relatos y estéticas de la
violencia en los vídeos
nigerianos
JAUME PERIS BLANES
junio 2009
“Un filme realizado con tres millones el lunes puede r eportaros diez millones el viernes.
¿Qué otra actividad podría esperar eso en Nigeria? Ninguna.
Eso es porque las películas se han conver tido en un alimento indispensable”.
Eddie Ugbomah1 57
mas comunes y que, además, consumía los mismos relatos y podía referirse a ellos
para explicar algunas de las claves de su pr opia sociedad.
Ya en 1992, Living in Bondage (Chris Obi Rapu) sintetizó en una sintaxis de
apariencia ruda pero eficaz no pocas de las obsesiones, miedos y fantasías de esa
nueva población urbana. Dos elementos habría que r esaltar de esa cinta que
pronto se convirtió en referente de la oleada videográfica de la segunda mitad de
la década. En primer lugar , una trama que dramatizaba la situación de los nue-
vos sujetos urbanos narrando el problemático y violento ascenso social de su pro-
tagonista, un personaje que vacilaba entre los códigos de conducta amparados
por la tradición y la disolución de las r eferencias morales en una vida urbana
carente de más autoridad que el diner o.
En segundo lugar, un modo de interpelar visual y emocionalmente a los espec-
tadores que inauguraba una for ma de representación que pronto se conver tiría
en un “estándar de realismo”. O, lo que es lo mismo, un registro de actuación y
visualización —heredero de la tradición teatral nigeriana, las telenovelas ameri-
canas y el cine de acción— per cibido como realista por los espectador es y que,
junio 2009
en sus rasgos mayores, todavía sigue siendo percibido como tal. La textura extre-
ma de sus imágenes era atribuible, entonces y ahora, a la pr ecariedad económica
y tecnológica de la industria4, pero suponía también un modo específico de inter-
pelar al espectador con mensajes r otundos que muchas veces daban más impor- 59
tancia al impacto visual de una escena que a su integración en un r elato global.
junio 2009
61
duos para moverse entre ellos, en una estrategia narrativa que implícitamente ale-
goriza las contradicciones de los nuevos sujetos urbanos en la ciudad actual. Sin
embargo, los espectacular es y casi fantásticos cambios de vida que nar ran esas
películas son solo la punta del iceber g de una serie mucho más amplia y matiza-
da de r elatos de los que la posibilidad del ascenso social —y de su r everso, la
caída— constituye el principal carburante nar rativo.
No se trata, por supuesto, de un elemento privativo de las fábulas nigerianas: el
propio cine de Hollywood nos ha acostumbrado a la puesta en escena de ver ti-
ginosos trayectos de movilidad social. Per o el carácter nuclear que esos r epenti-
nos golpes de suer te o de desgracia tienen en buena par te de las películas nige-
03 Peris Blanes 27/5/09 16:34 Página 62
junio 2009
cambios de estatus con sacrificios o rituales de br ujería.
Dentro de la concepción del r ealismo propia de las películas de Nollywood, el
8. Para una interesante reflexión hecho de ligar espectacular es y abruptos enriquecimientos al mundo de lo ir ra-
teórica sobre este tipo de intimi-
dad interclasista en sociedades
cional no implica oscur ecer su sentido. Al contrario, se trata de un mar co de 63
de extrema desigualdad, ver explicación reconocible y asumido por el público como verosímil, que ofrece un
PATRICK CHABAL y JEAN PASCAL DALOZ:
sentido claro y convincente a un funcionamiento económico y social de difícil
Africa camina. El desorden como
instrumento político, Barcelona, inteligibilidad fuera de esos marcos narrativos10.
Ediciones Bellaterra, 2000.
9. A ello hace referencia De ese modo, estas películas absorben una función social que en la sociedad
JONATHAN HAYNES en su artículo en nigeriana habían desempeñado tradicionalmente los “fabus”, una suerte de mitos
este mismo dossier.
10. En ese sentido, la recurren-
populares que se nutr en de los miedos sociales y que, cir culando de boca en
cia de las soluciones deus ex boca, se extienden por toda la sociedad. Se trata de historias al principio incone-
machina (la herencia de un fami-
xas que ar ticulan acontecimientos que nada tienen que ver entr e sí, per o que
liar lejano, el hallazgo fortuito
de dinero o propiedades…) no poco a poco, y beneficiándose del ar te de narrar de quienes las r eproducen una
es atribuible a la impericia de y otra vez, van remodelándose hasta convertirse en tramas coherentes que pasa-
los guionistas, sino a que, al
igual que la explicación mágica rán a ser socialmente aceptadas como verídicas. Como señala Frances Har ding
o irracional, son asumidas como
verosímiles por el público y no
chocan con el estándar de realis-
El “fabu” como género de comunicación capta y transmite una “explicación” popu-
mo nigeriano.
11. FRANCES HARDING: “Mythes lar de los misterios de la vida. El “fabu” trata a menudo de un misterio en par ti-
populaires dans les home videos: cular: la transformación de la existencia de personas propulsadas de la pobreza a la
de l’amour tendre au sexe terri-
fiant”, en PIERRE BARROT (ed.): riqueza a través de medios “invisibles”, es decir, por medios diferentes al comercio o
Nollywood. Le phénomène vidéo la agricultura o simplemente la buena gestión, sino por el contrario, apoyándose en
au Nigeria, París, L’Harmattan,
2005, pág. 143.
intercambios y transacciones que una persona nor mal no puede ver 11.
03 Peris Blanes 27/5/09 16:34 Página 64
Una de las principales razones del éxito de las películas nigerianas consiste, de
hecho, en haber desplazado el espíritu y el funcionamiento de los “fabus” a una
escala de producción industrial. Así, sus historias r ecogen, absorben, elaboran y
dan forma narrativa a algunos de los miedos y angustias sociales sur gidos con la
explosión urbana de las últimas décadas, añadiéndoles un valor comercial del que
los “fabu” carecían. Al igual que estos, las películas de N ollywood construyen
tramas coherentes con elementos que poco tienen que ver entre sí en la realidad,
haciéndose eco de rumores y leyendas populares y dándoles, de ese modo, exten-
sión social y carta de veracidad pública.
Dentro de esa lógica, los enriquecimientos r epentinos y el espectacular ascenso
social se han vinculado repetidamente en los relatos de Nollywood a las otras dos
preocupaciones mayores de las que sus películas se hacen car go, y a las que me
referiré en lo que sigue. Por una par te, las conflictivas relaciones entre los géne-
ros y, en especial, la dificultad de las relaciones amorosas en un escenario en que
conviven no sin fricción la vigencia de la tradicional autoridad patriarcal con nue-
vos modelos de masculinidad y, sobre todo, de feminidad. Por otra, una violen-
cia que ha perdido su carácter sacrificial, religioso o purificador y que, carente de
64
Dangerous Twins (T. Ogidan, 2004)
03 Peris Blanes 27/5/09 16:34 Página 65
junio 2009
13. No es extraño que esa crisis por otro modelo moderno, sino de un conflicto de autoridades, códigos y legi-
haya visto la emergencia de un
importante aunque marginal
timidades que es, en sí, pr opiamente moderno.
movimiento feminista nigeriano.
La consideración anterior no es cierta, seguramente, para la totalidad de la socie-
La escritora y activista IFI
AMADIUME hacía referencia ya en dad urbana en Nigeria, per o marca una tendencia impor tante en ella. En cual-
65
1987 a la flexibilidad y maleabi- quier caso, la extendida percepción social de una crisis de los modelos tradicio-
lidad de las categorías de género
en la sociedad nigeriana, en un nales produjo la aparición no solo de una cier ta esperanza para muchas mujer es
libro ya clásico del feminismo y una mayor atención hacia su discriminación 13 sino también, y sobr e todo, la
africano: Male Daughters, Female
Husbands: Gender and Sex in an
emergencia de nuevos miedos sociales en tor no a la amenaza de una feminidad
African Society. Sobre el surgi- desordenada y deseante.
miento de los feminismos africa-
nos véase SOLEDAD VIEITEZ CERDEÑO Los relatos de N ollywood no tar daron en hacerse eco de esa pr eocupación a
y MERCEDES JABARDO VELASCO: “África veces angustiosa y con el tiempo le han dado una cier ta coherencia narrativa,
subsahariana y diáspora africana:
género, desarrollo, mujeres y construyendo una gran variedad de conflictos dramáticos causados por el carác-
feminismos”, en ENARA ECHART y ter desbordante y voraz de cier tas figuras femeninas. En esos r elatos, la sexuali-
ANTONIO SANTAMARÍA (eds.): África
dad ha sido recurrentemente representada como una herramienta de acceso a la
en el horizonte, Madrid, Catarata,
2006, págs. 165-194. riqueza y al poder o como un medio de negociación entre los géneros. La frase
14. En su análisis de las repre- “debes utilizar lo que tienes para conseguir lo que quieres” aparece repetidamen-
sentaciones de género en
Nollywood, Taiwo Oloruntoba-Oju te enunciada, aunque con diferentes variantes, por muchas de las mujeres de esas
se refiere a ello como “sexo tran- historias14.
saccional”. Taiwo Oloruntoba-Oju:
“Dèdè n d ku ikú n d Dèdèl: Representando la sexualidad como vehículo y estrategia para transfor mar la vida
Fe/male Sexuality and
de los individuos mediante la adquisición de poder, estas películas consiguen un
Dominance in Nigerian Video
Films (Nollywood)”, en doble y contradictorio objetivo. Por una parte, al sancionar negativamente la uti-
Stichproben. Wiener Zeitschrift lización del sexo como medio de progreso social presentan un mensaje crítico
für kritische Afrikastudien, vol.
11, 2006, págs. 5-26. con la mercantilización de la sexualidad, respetuoso con la moral pública y toca-
03 Peris Blanes 27/5/09 16:34 Página 66
do con un aura de sensibilidad social. Por otra, hace de eso mismo que critica un
objeto de entretenimiento y placer visual, cuando no, simplemente, de voyeurismo.
La trama amorosa de Sweet Love (Osita Okoli, 2006) presenta una gama de situa-
ciones y conflictos que dependen todos ellos de esa r epresentación amenazante
de una sexualidad femenina vinculada al interés económico y al ansia de ascenso
social. Basta para comprobarlo una somera descripción de la historia: Dennis es
un hombre joven y rico que en la primera escena del film es atracado por su pro-
pia prometida, recibiendo un disparo en el pecho y la explicación de que, eviden-
temente, ella no puede seguir esperando a que él decida casarse para recibir su
parte del botín. Seis meses después, la película muestra a Dennis en una situación
de extrema precariedad económica, momento en que conoce por casualidad a
Susan, una mujer de clase media. Cuando inician una r elación amorosa, la débil
situación económica de Dennis se hace más evidente y Susan se ofrece sucesivamen-
te a pagar sus deudas, el alquiler, a alimentarlo, a pagar la fianza cuando lo detienen
o a pagar el hospital cuando sufre un accidente. En el último tramo del film, Dennis
revela la verdad: su pobreza ha sido fingida para hallar un amor ver dadero y librar-
se de la sombra de aquellas mujer es a las que únicamente inter esara su riqueza.
Toda la trama se sostiene, pues, sobr e la amenaza de un tipo de mujer capaz de
hacer pasar por amor ver dadero su sed de diner o15. También, y quizás de un
66 modo más impor tante, sobre la angustia masculina ante su incapacidad de dis-
cernir los signos de amor reales de los fingidos. La sucesión de pruebas que
Dennis pone a Susan para asegurarse de su amor constituyen, en ese sentido, un
intento de reestablecer una cierta confianza hermenéutica en un paisaje urbano
saturado de mensajes equívocos y de escasa fiabilidad, en el que se ha vuelto casi
imposible discriminar entre la veracidad o la falsedad de sus signos.
Las subtramas del film ahondan en ese mensaje. En su segunda par te hace apa-
rición el hermano de Dennis, de un talante opuesto al del pr otagonista, que no
duda en complacer la avaricia consumista de la mujer que le sedujo poco tiempo
atrás y sin muchas sutilezas en un night-club. Sucesivas escenas ilustran repetida-
mente su desenfrenada capacidad de consumo y su fascinación ante bolsos, ves-
tidos y zapatos, así como la r elación directa entre el volumen de sus adquisicio-
nes y las muestras de cariño a su pagador. Cuando Dennis, enamorado de Susan,
expone sus virtudes a su hermano, este le responde: “Ninguna mujer es especial
en sí. Lo que las hace especiales es el diner o que tengas. Si tu diner o se va, eso
especial también se esfuma”. Efectivamente, y tras gastarse una for tuna en ella,
pocas secuencias más tarde hallará a su avariciosa novia en brazos de otro hom-
bre más rico.
La película contrapone, así, la búsqueda de autenticidad en las r elaciones amo- 15. Real Love es el título de la
canción que se repite sin cesar
rosas de Dennis a la r esignación de su her mano ante una for ma de sexualidad en la banda sonora.
03 Peris Blanes 27/5/09 16:34 Página 67
degradada por su relación con el dinero. De ese modo, el film no solo hace suya
la frustración y el miedo social ante la emer gencia de nuevas figuras femeninas
sino que trata, además, de darles una for ma narrativa coherente y efectiva.
Sweet Love no es, claro, un caso aislado, sino que se integra en una extensa gama
de películas que tratan de traducir el miedo generado por el conflicto de autori-
dades, modelos y códigos sexuales de la vida urbana en una serie de r epresenta-
ciones codificadas que fijen en una imagen convincente y fácilmente inteligible
un proceso social mucho más complejo y lleno de matices. Siguiendo la estela de
los “fabu” a los que anterior mente me he r eferido, las películas de Nollywood
tratan así de hacer frente, pero también de rentabilizar comercialmente, las frus-
traciones y pr eocupaciones sociales sur gidas con la conflictiva moder nización
urbana.
junio 2009
67
junio 2009
pensar que nos hallamos ante un asesinato sin solución —la imagen ralentizada
de la bala no deja lugar a dudas sobr e su impacto en el pecho—, Dennis vuelve
a aparecer con una salud perfecta sin que se aclare en ningún momento cómo ha
conseguido salvar su vida tras la agr esión. Si ese dispar o carece de impor tancia 69
para el desarrollo del film, ¿por qué entonces convocar tanta ener gía retórica en
un elemento que no tiene coher encia con el resto del relato?
Desde la lógica de Nollywood la respuesta parece clara: la disfuncionalidad narra-
tiva de esa acción car ece de impor tancia ante su r endimiento dramático y su
potencial espectacular. Más importante que la coherencia narrativa es la posibili-
dad de atrapar la atención del espectador y sacudirlo con una imagen violenta,
aunque esta no halle continuidad, ni nar rativa ni estética, en el r esto del filme.
De lo anterior se puede extraer una conclusión, que atraviesa buena par te de los
relatos nigerianos: la violencia no solo es un elemento impor tante de sus tramas
que sirve de carburante o solución nar rativa para los conflictos dramáticos, sino
que funciona, además, como polo de atracción estética y visual de un modo tan
intenso que detiene, en ocasiones, la continuidad y el sentido de las historias en
las que toma parte.
retórica se concentran en las escenas de violencia. Incluso en los casos menos ela-
borados, la mostración de una acción violenta o de un cadáver adquiere una cen-
tralidad desproporcionada con respecto a su valor nar rativo. Sirva el ejemplo de
Last April (Ikenna Ezeugwu, 2006), donde se repite hasta nueve veces en menos
de un minuto el mismo inserto del rostro de un cadáver, con los ojos abiertos y
la lengua fuera, en la escena en que el pr otagonista encuentra un cuerpo que ya
habíamos visto morir en una escena anterior . Cuando se trata de violencia no
importa la información que aporten las imágenes, sino la intensidad con que gol-
peen al ojo del espectador.
Del mismo modo, la lógica acumulativa de algunas nar raciones hace que en
muchas de ellas sea menos impor tante la pr ogresión del r elato que la pautada 18. Interpretada por una de las
mayores estrellas de Nollywood,
sucesión de impactos en la conciencia del espectador . Es el caso del gran éxito Genevieve Nadji, el malvado per-
Blood Sisters (Tchidi Chikere, 2005), que narra las continuas fechorías de una sonaje mantiene durante todo el
filme una actitud constante de
perversa mujer mar cada por la envidia hacia su her mana. Durante casi todo el
hostigamiento hacia su hermana:
metraje, la misma estr uctura secuencial se r epite una y otra vez, sin que se pr o- la acusa públicamente de sus
duzca ningún viraje en la psicología de los personajes: aunque la hermana peque- propias acciones o de agredir a
alguien cuando en realidad la
ña muestre repetidamente una evidente mala fe y un indisimulado sadismo18, la defendía a ella, da datos falsos a
confianza de su hermana mayor siempre se renueva en la próxima secuencia, pre- su novio que precipitan que este
la abandone, levanta sospechas
ludio de una nueva decepción que traerá, clar o, consecuencias fatales que el
sobre relaciones con hombres
espectador ha intuido desde el principio. inexistentes. En el tramo final,
70 llega a robarle marido e hijos
En este y otr os filmes similares, las secuencias son casi equivalentes, car ecen de mientras su hermana agoniza en
continuidad narrativa y cada una repite la información y la estructura de sentido el hospital.
de la anterior 19. Se trata, en sus ejemplos extr emos, de una lógica antinar rativa, 19. Los procesos de seducción
son especialmente propicios a
que para asegurar la atención del espectador debe hallar para cada secuencia una este tipo de secuencialización
forma más agresiva (visual o dramáticamente) que la anterior. acumulativa. En Hanged by Love
(Leo Onwordi, 2004), el protago-
No es esta, por supuesto, la única tendencia estética de Nollywood, pero se halla nista debe recuperar la propie-
dad hurtada a su padre y para
presente con mayor o menor intensidad en sus grandes éxitos comer ciales y no
ello debe seducir a la hija de
es en absoluto divergente con la concepción del r ealismo urbano a la que apun- quien lo asesinó. Cuando lo con-
taba Living in Bondage más de quince años atrás. Se trata de un modo de inter- sigue se suceden durante más de
treinta minutos los diferentes
pelar a los espectadores que conecta con una sensibilidad sobr eestimulada, pro- encuentros entre ambos en
pia de una sociedad cuya abr upta transformación ha saturado el espacio urbano diversos espacios románticos (la
calle, un parque, una lancha a
de mensajes y códigos heterogéneos entre sí que luchan por ganar la atención de
motor) con un acompañamiento
los habitantes de la ciudad. Salir a la calle en Lagos es, de hecho, confr ontarse a musical que se repite y que evita
una gran variedad de r eclamos comerciales, alimenticios o r eligiosos que tratan que podamos escuchar su con-
versación. Ausente de cualquier
de hacerse escuchar entre el ruido del tráfico y la industria urbana. evolución narrativa, el placer
espectatorial se concentra en la
Los relatos de N ollywood se dirigen, pues, a sujetos que difícilmente pueden contemplación del lujo, la ges-
absorber y procesar la multiplicidad de estímulos sensoriales que salen a su paso tualidad galante y una retórica
en la ciudad, y que por ello deben ser interpelados con una cier ta agresividad, si visual entregada a subrayar los
elementos románticos de la
se desea convocar su atención. Sus películas, precarias tecnológicamente y some- escena.
03 Peris Blanes 27/5/09 16:34 Página 71
tidas a un fr enético ritmo de pr oducción, han hecho de sus texturas extr emas,
sus estructuras repetitivas y la búsqueda del impacto visual y emotivo un modo
muy eficaz y culturalmente r elevante de conectar con esa sensibilidad sobr eesti-
mulada que caracteriza a los sujetos urbanos de la contradictoria moder nidad
nigeriana.
junio 2009
Sueño y pesadilla de la modernización urbana. Relatos y estéticas de la violencia en los videos nigerianos
La industria del vídeo nigeriano constituye una singular respuesta cultural a la fenomenal trans-
formación que han experimentado las ciudades africanas en las últimas décadas, debida a la
emigración rural masiva. Sus películas ponen en escena algunos de los sueños de esa conflic-
tiva modernización urbana, pero también tratan de dar for ma narrativa a los miedos, inseguri- 71
dades y tensiones que ésta ha generado. Sus violentas tramas narrativas, la textura extrema de
sus imágenes y su agresiva puesta en escena constituyen, además, una forma efectiva de diri-
girse a sujetos sobreestimulados por la multiplicidad de discursos, mensajes y estímulos sen-
soriales que reclaman su atención en la ciudad actual.
Palabras clave: África, Nollywood, industria audiovisual, producción en vídeo, piratería audiovi-
sual, subdesarrollo, megaurbes
Dreams and Nightmares of Urban Modernization: The aesthetics of violence in Nigerian Videos
The Nigerian video industry is a unique cultural resp onse to the tremendous transformation
that has been taking place in African cities in r ecent decades due to massive rural emigration.
These films bring to the screen the hopes and dreams of those caught in this turbulent mod-
ernization, as well as give for m to the fears, insecurities, and tensions that ar e inevitably gen-
erated therein. Narratives permeated with violence, and images seeped with textur e and
aggression, effectively connect with those spectators who exist in a world of multiple discours-
es, ultra sensory stimulation, and contradictory messages that all vie for their attention in this
modern city.
Key words: Africa, Nollywood, audiovisual industry, video production, audiovisual piracy,
underdevelopment, mega-urbes
04 Lagos 27/5/09 16:36 Página 72
Nollywood en Lagos,
Lagos en las películas de
Nollywood *
JONATHAN HAYNES
junio 2009
Coincidiendo con la emergencia de la industria nigeriana del vídeo se ha produ-
cido una nueva visibilidad, en cier tos horizontes intelectuales, de la metrópolis
de Lagos o la “megaciudad”, como ha sido denominada debido al volumen de
su población, que ronda los 15 millones de habitantes (las Naciones Unidas pre- 73
vén que alcanzará los 23 millones hacia 2015, lo que conver tiría a Lagos en la
tercera ciudad más grande del mundo). La nueva visibilidad de la ciudad se debe
a que ha ser vido como ejemplo y estudio de caso en discusiones sobr e el futuro
urbano del mundo. Por una parte, hay un género de descripciones espeluznan-
tes de Lagos como “Apocalipsis” urbano (un tér mino que los visitantes extran-
jeros parecen considerar inevitable, pues significa para ellos la expr esión última
de la anár quica catástrofe urbana, la destr ucción medioambiental y la miseria
humana; su “criminalidad, contaminación y superpoblación la convier ten en el
cliché por excelencia de la disfunción urbana del Tercer Mundo”1. Por otro lado,
hay un espíritu celebratorio de corte postmoderno en torno a los mecanismos de
supervivencia y las formas creativas de autoorganización de la población, cuya
* El presente artículo fue publi-
cado originalmente en inglés. habilidad para sobr evivir contradice el sentido común or dinario, acompañado
JONATHAN HAYNES: “Nollywood in por una argumentación sobre el fracaso de los modelos de comprensión conven-
Lagos”, en Africa Today,
Volumen 54, nº 2, invierno cionales a la hora de explicar lo que per mite esta supervivencia. La figura princi-
2007, págs. 131-150. pal de dicha tendencia es el ar quitecto holandés Rem Koolhaas, que ha dirigido
Agradecemos al autor su permiso
y ayuda para publicar aquí la un estudio sobre Lagos realizado por estudiantes del “Proyecto sobre la Ciudad”
traducción al español. de la Escuela de Diseño de Harvard. Lagos ha figurado de forma prominente en
1. ROBERT KAPLAN: The Coming
grandes exposiciones artísticas en Londres (Century City, 2001), Barcelona
Anarchy, Nueva York, Random
House, 2000, pág. 15. (Africas: The Artist and the City, 2001) y, de manera más influyente, en Kassel,
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 74
junio 2009
El problema principal de las ciudades africanas, por lo menos las de África occiden-
tal, tiene que ver con la percepción y la representación, con las diferencias que exis-
ten en las imágenes, en los puntos de vista y las aspiraciones de los principales acto- 75
res urbanos. Especialmente entre políticos y dirigentes, por una par te, y de la gente
corriente, por otra.10
Los primeros piensan como europeos, dice Wade, observando problemas de infra-
estructura y otros por el estilo; los últimos traen con ellos (desde los pueblos desde
los que la mayor parte de ellos ha emigrado) percepciones y costumbres que les lle-
van a hacer caso omiso de las pr estaciones que han sido pr ovistas para ellos o a
reconstruirlas para satisfacer otros propósitos. La ciudad en la que habitan o quie-
ren habitar no es la que las autoridades entienden o quieren construir.
El éxito comercial de las películas de Nollywood depende de la for ma en que se
expresa el punto de vista (los valor es, deseos y temor es) de su público popular ,
por lo que nos ayudan a ver lo que el espectador modelo ve o quier e ver cuan-
9. JONATHAN HAYNEs: art. cit., do mira a su ciudad. Estas imágenes difieren con claridad de las que son familia-
2007.
10. PEP SUBIRÓS: “Dakar: Le villa- res de otras formas cinematográficas y tradiciones literarias africanas.
ge dans la ville”, en P EP SUBIRÓS
Lagos es el centro neurálgico de Nollywood y, por razones presupuestarias, sus
(ed.): Africas: The Artist and the
City: A Journey and an películas siempre se ruedan en exteriores, casi siempre ubicadas en la propia ciu-
Exhibition, Barcelona, Centre de dad, que sirve como terreno de las películas, no solo en el sentido inmediato de
Cultura Contemporània de
Barcelona, 2001. que cuando las cámaras se encienden pr oducen imágenes de Lagos (uno casi
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 76
puede afirmar que Lagos les impone estas imágenes), sino también en el sentido
de que las películas son para los nigerianos un medio para la aceptación (visual,
dramática, emocional, moral, social, política y espiritual) de la ciudad y todo lo
que representa. La imaginación de Nollywood constr uye las imágenes de la ciu-
dad convirtiéndolas en emblemas públicos de temor y deseo; por otra parte,
Nollywood es parte de ese paisaje urbano, un elemento de su cultura visual. Este
paisaje urbano es un r ecurso que las películas compar ten y un entor no que las
determina desde un punto de vista material. Este artículo explora esas relaciones
recíprocas, dirigiendo siempre la mirada sobre las circunstancias materiales con el
objeto de describir las especificidades que le dan a Nollywood su carácter .
NOLLYWOOD EN LAGOS
una popularidad increíble a lo largo y ancho del continente africano y más allá de
sus fronteras. El vídeo es el medio principal a través del que Lagos deviene visi-
ble, tanto en sí misma como para los públicos extranjer os.
Dado que constituye el centr o de la mayor par te de la actividad industrial y
comercial de Nigeria, Lagos es también el centro de la producción y distribución
de películas. Sin embar go, hay otr os centros de pr oducción importantes en
Nigeria, especialmente Kano, ciudad situada en el nor te del país que constituye
la cuna de la gran industria del vídeo hausa que cr ece en paralelo pero de mane-
ra casi enteramente separada del resto de la producción. El término Nollywood se
refiere principalmente a las películas del sur de Nigeria en lengua inglesa realiza-
das por personas que engloban todo el espectr o de las etnias nigerianas sur eñas,
aunque la distribución está contr olada, en gran medida, por los comer ciantes
igbo. Nollywood se utiliza de manera general para designar la industria nigeriana
del vídeo, pero cuando se usa en este sentido, el término oscurece los sectores
de la producción de vídeo en lengua hausa y yor uba, este radicado en Lagos, a
pesar de que la producción yoruba se solapa en parte con la de Nollywood. El
junio 2009
término incluye los centros de producción y comercialización en Enugu, Onitsha
y Aba, ciudades al este de Nigeria que están integradas en la r ed comercial cuyo
centro radica en Lagos.
La paradoja fundamental de Nollywood es que, a pesar de que se trata de una 77
enorme industria que emplea a miles de personas y genera cuantiosos (aunque
difícilmente verificables) ingr esos, se constr uye sobre la base de pequeños
desembolsos de capital. La tecnología de vídeo, barata y de fácil uso, le ha per-
mitido, al igual que a otras “artes populares” africanas como la pintura congole-
ña, los diseños y proverbios pintados en los camiones o el teatro itinerante yoru-
ba, erigirse como un sector informal de la economía12. La película que “abrió el
mercado”, Living in Bondage 1 , producida por Kenneth Nnebue en 1992, se
hizo con varios cientos de dólar es. Un sistema de distribución extr emadamente
12. KARIN BARBER: “Popular Arts disfuncional y la piratería rampante hacen que las grandes inversiones en una sola
in Africa”, en African Studies
Review, 30 (3), 1987, págs. 1-78 película resulten arriesgadas, limitando los presupuestos a un promedio de apro-
y The Generation of Plays: Yoruba ximadamente 20.000 dólares americanos. La industria per manece desvinculada
Popular Life in Theater,
Bloomington, Indiana University
de los bancos, de los préstamos estatales y de otras fuentes de capital del sector
Press, 2000; JOHANNES FABIAN: formal de la economía y sigue estando compuesta por una miríada de producto-
“Popular Culture in Africa:
res a muy pequeña escala que hacen cada nueva película gracias a los beneficios
Findings and Conjectures”, en
Africa 48 (4), 1978, págs. 315- de la última o a los anticipos de los distribuidor es.
334 y JONATHAN HAYNES y OKOME
ONOOKOME: “Evolving Popular Por lo tanto, la industria nigeriana del vídeo no ha contado con dinero para cons-
Media: Nigerian Video Films”, en truir espacios de visibilidad pr opios. Nollywood no es un lugar: consiste en una
JONATHAN HAYNES (ed.): Research in
serie de nodos dispersos por todo Lagos y más allá, perdidos en la metrópoli.
African Literatures 29 (3), 1998,
págs. 106-128. Idumota, el centro financiero y comercial, es un mercado situado en la parte más
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 78
antigua de Lagos; sus calles son estrechas y mugrientas y están repletas de gente
y de carretillas que transportan cubos de plástico, artículos electrónicos y tela.
Visitar a los principales comer ciantes supone hacer equilibrios sobr e tablas que
78 cubren alcantarillas abiertas y penetrar en húmedos laberintos de hor migón res-
quebrajado.
Los productores se encuentran dispersos, principalmente en los bar rios de
Surulere e Ikeja (en el ár ea continental de la ciudad), en los que la mayoría de
las aceras están deterioradas y las calles se vuelven casi intransitables cuando llue-
ve, pero donde hay tiendas de moda y r estaurantes de comida rápida de estilo
internacional, además de un bosque de tor res de telefonía móvil y antenas para-
bólicas que sobresalen por encima de los cibercafés con aire acondicionado y los
locutorios de llamadas inter nacionales, siempre alimentados con generador es
independientes de la red de suministro nacional que apuntan al cielo durante los
frecuentes apagones.
Aquí, donde se producen a diario, es sorprendentemente difícil comprar o alqui-
lar películas nigerianas (en las tiendas de vídeo las películas estadounidenses son
dominantes). Las masas que consumen las películas de N ollywood viven en
barrios más pobres. Los productores viven en modestos bungalós o en edificios
de oficinas de las calles laterales. Poseen pequeños estudios de montaje que a
menudo disponen de respetables equipos digitales y guardan sus cámaras digita-
les bajo llave, per o no disponen de estudios de pr oducción ni laboratorios de
sonido.
Durante años, el principal lugar de encuentr o para actores y productores fue la
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 79
junio 2009
79
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 80
junio 2009
17. BRIAN LARKIN: “Hausa Dramas
and the Rise of Video Culture in de los medios de comunicación suelen asumir que sus estructuras funcionan per-
Nigeria”, en JONATHAN HAYNES fectamente, y esto es algo que está lejos de la realidad en Nigeria, donde el públi-
(ed.): Nigerian Video Films,
co vive la experiencia de las películas a través de “r eproductores baratos, televi-
Athens, Ohio, Ohio University
Press, 2000; “The Materiality of siones viejas y vídeos que son copia de copia de copia, hasta el punto de que la
81
Cinema Theaters in Northern imagen está siempre borrosa y el sonido es r esueltamente opaco”16. Esta tecno-
Nigeria”, en FAYE D. GINSBURG, LILA
ABU-LUGHOD y BRIAN LARKIN (eds.): logía se inser ta en salas de estar y convive con bebés que lloran, o en salas de
Media Worlds: Anthropology on vídeo llenas de adolescentes escandalosos, entor nos sociales todos ellos que dan
New Terrain, Berkeley, University
forma y color a la experiencia del visionado17. La totalidad del negocio está suje-
of California Press, 2002; Signal
and Noise: Media, Infrastructure, ta a los caprichos del tendido eléctrico, que sufr e un proceso de deterioro desde
and Urban Culture in Nigeria, hace décadas y es comúnmente descrito como “epiléptico”. Aunque impr edeci-
Durham, Duke University Press,
2008. bles, los apagones son habituales y a menudo duran mucho; cuando no hay elec-
18. ONOOKOME OKOME: “Writing the tricidad, las imágenes desaparecen, exceptuando los hogares en los que los gene-
Anxious City: Images of Lagos in
radores son lo suficientemente potentes como para que funcionen los equipos de
Nigerian Home Video Films”, en
Black Renaissance / Renaissance vídeo, además de las luces y los frigoríficos. Si las películas son evanescentes por
Noire 5 (2), 2003, págs. 65-75. naturaleza, en Nigeria tienen una existencia particularmente frágil e inestable. La
19. Hay otras ciudades y pueblos
que aparecen con frecuencia; cultura material que puede secundar a las películas de Nollywood es escasa, así
muchas películas están ambien- que cuando se apaga la luz no hay mucho más que ver . Estas películas siguen
tadas en aldeas; un género flore-
ciente, la épica cultural, se sitúa
ocupando un lugar privilegiado en la construcción del imaginario nacional y con-
en el pasado colonial o precolo- tinúan construyendo su imperio en la mente de las personas.
nial y sus películas suelen rodar-
se en zonas rurales. Los produc-
tores a menudo consideran con-
veniente alejar a actores y técni-
LAGOS EN LAS PELÍCULAS DE NOLLYWOOD
cos de las distracciones cotidia-
La escena urbana es fundamental en las películas nigerianas 18. No todas las pelí-
nas para filmar en un lugar más
tranquilo y barato. culas de Nollywood están ambientadas en Lagos 19, pero Nollywood es inconce-
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 82
82
que movilice grandes contingentes de capital para ofr ecer un producto estanda-
20. El comité de censura intenta rizado ni por que sean pr ediseñadas de for ma significativa por influencia del
mantener ciertos frentes (len- gobierno20: Lagos en las películas es una r epresentación producida de manera
guaje obsceno, sexualidad exce-
siva, violencia y manifestaciones colectiva porque la industria del cine muestra una fuer te inclinación a la imita-
étnicas o políticas subidas de ción y a las claves de géner o (algo que constituye el punto de par tida del ar te
tono) pero no hace nada, o muy
poco, por imponer un conjunto
popular africano y su base comer cial21). Las condiciones materiales imponen
de temas comunes, ni visuales ni ciertos elementos en casi todas las películas. Los exterior es de r odaje (uno de
de ningún otro tipo, a las pelí- esos elementos) crean un efecto de realismo común a través de una ingente can-
culas.
21. KARIN BARBER: “Popular Arts tidad de planos inter cambiables con encuadr es convencionales de las calles de
in Africa”, en African Studies Lagos y sus complejos habitacionales, sus fastuosos salones y las habitaciones,
Review, 30 (3), 1987, págs. 1-
78; The Generation of Plays:
hospitales y oficinas or dinarios. Los anhelos comunes saturan las películas con
Yoruba Popular Life in Theater, imágenes estandarizadas de automóviles de lujo, mansiones y r opas caras; los
Bloomington, Indiana University miedos comunes toman forma al emplear recursos genéricos populares como el
Press, 2000; JONATHAN HAYNES y
ONOOKOME OKOME: “Evolving melodrama, la trama criminal y los pr ocedimientos convencionales de represen-
Popular Media: Nigerian Video tación de lo sobrenatural.
Films”, Research in African
Litteratures, 29 (3), 1998 págs. Las películas se hacen tan deprisa (el r odaje suele durar unas dos semanas y , a
junio 2009
106-128.
menudo, menos), con presupuestos tan nimios y bajo pr esiones comerciales tan
22. CHIDI NEBO: Reel Blunders:
Between Success and the Nigerian implacables que los ar tistas individuales tienen pocos r ecursos y poco tiempo
Movie Industry, Lagos, Lifted para llevar a cabo pr opuestas originales. Ahora los “dir ectores artísticos” suelen
bG!, 2000, 52-53.
23. La gran excepción a esta
aparecer en los títulos de crédito, pero su control sobre la apariencia de una pelí-
regla es la épica cultural. En cula es muy limitado. T odo el rodaje se efectúa en exterior es porque, como se
83
este caso, es fácil encontrar o, si
dijo anteriormente, Nollywood no dispone de capital para constr uir decorados
fuera necesario, construir un
pueblo de cabañas de paja en propios. Los interiores se filman en casas alquiladas para unos pocos días, por lo
medio del monte, y el vestuario, que el color de las paredes que se encuentran tras los actor es no puede ser cam-
fastuosamente concebido, es una
atracción característica. The
biado. Las películas de N ollywood han adquirido el pr estigio social suficiente
Battle of Love (Simi Opeoluwa, como para que a los ricos les guste que sus casas aparezcan en ellas, pero los equi-
2000), una película sobre la gue-
pos de rodaje las utilizan a r egañadientes porque no pueden hacer lo que quie-
rra de Biafra, recrea la década de
1960 pero es, que yo sepa, la ren. La iluminación es un arte al que se presta poca atención y del que raras veces
única película que se propone se hace un uso creativo; los realizadores consideran que pueden prescindir de ella
algo parecido. El sentido del
anacronismo no es natural (en la
porque sus cámaras de vídeo disponen de buenos dispositivos de captación de la
cultura occidental no surgió luz ambiente. Aunque se r eprocha a los dir ectores su afición a cr ear embotella-
hasta el Renacimiento y se desa-
mientos de tráfico en la ciudad 22, su habilidad para controlar la vida de las calles
rrolló muy lentamente después.
Véase Eugenio Garin: Italian de Lagos es precaria, en el mejor de los casos. El tiempo resulta tan difícil de con-
Humanism: Philosophy and Civic trolar como el espacio: típicamente la narración atraviesa generación tras genera-
Life in the Renaissance, Oxford,
Basil Blackwell, 1965) y hay
ción, sin que se intente nunca r eproducir el ambiente de otr o periodo histórico
pocos indicios de que el público que no sea el presente. Los motivos presupuestarios son sin duda la acuciante
africano se sienta perturbado por
razón de la ausencia de verosimilitud histórica y, una vez más, la incapacidad para
los anacronismos en las películas
nigerianas, aunque las reseñas controlar el espacio es significativa: no hay exteriores de estudio en los que cons-
ocasionales en la prensa nigeria- truir decorados de época, e incluso r esulta difícil conseguir habitaciones en las
na los menciona de vez en
cuando.
que poder almacenar atrezzo correspondiente23.
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 84
películas de vídeo nigerianas se distinguían por una lenta y pesada calidad de ima-
gen. Algunas la siguen manifestando, pero en su conjunto, han evolucionado
hacia un estilo de r odaje y montaje más dinámico, inter nacional y pr ofesional.
Este movimiento tiende a socavar los ar gumentos esencialistas en tor no al len-
guaje cinematográfico africano y nos anima a detectar razones prácticas en algu-
nas de sus supuestas características. Por ejemplo, un plano medio estático es un
mecanismo que permite capturar una conversación de manera más sencilla que
el estándar internacional de plano-contraplano si uno trabaja con una cámara y
actores que improvisan a partir del guión y no r ecitando las líneas del diálogo.
En las películas de Nollywood abundan los primeros planos porque están hechas
para pantallas de televisión. Se trata, fundamentalmente, de un cine de rostros
que deben ser vistos de cerca porque necesitamos ver las lágrimas que los surcan
o acercarnos a las emociones pr ovocadas por tramas casi invariablemente melo-
dramáticas27. El impacto de esta estética es inmediato: en lugar de subor dinar
cada elemento en el filme a un sentido global de diseño nos zambulle en cada
momento y lo exprime todo lo posible28. Hay algo de verdad en la idea frecuen-
junio 2009
temente repetida de que el cine africano favor ece lo colectivo y por ello pr efiere
los planos medios a los primeros planos, pero los igbo, los yoruba y otras cultu-
27. JONATHAN HAYNES:
ras del sur de Nigeria que constituyen la base de las películas de Nollywood enfa-
“Introduction”, en JONATHAN tizan fuertemente el individualismo (el dinamismo individual, el destino indivi-
85
HAYNES (ed.): Nigerian Video Films dual, la autor realización a través de la búsqueda independiente de diner o)29.
Athens, Ohio, Ohio University
Press, 2000, págs. 22-29. Lagos es, sin duda alguna, un lugar en el que las for mas de solidaridad social se
28. KARIN BARBER: “Popular Arts quiebran, abandonando a los individuos en su lucha por la super vivencia y el
in Africa”, en African Studies
Review, 30 (3), págs. 1-78;
medro, cada uno contra todos 30. El primer plano conlleva estos significados.
PIERRE BARROT: Nollywood: le phé-
Los objetos suelen filmarse en primer plano en un fetichismo de la mercancía que
nomène vidéo au Nigeria, París,
L’Harmattan, 2005. a todas luces provoca la mirada detenida, casi lasciva, de la cámara. Cuando esta
29. Para la cultura yoruba véase vuelve repetidamente sobre la etiqueta de una botella de vino ( Glamour Girls 2,
KARIN BARBER: The Generation
Plays: Yoruba Popular Life in Christian Onu, 1996), la publicidad encubier ta del producto se vuelve más que
Theater, Bloomington, Indiana evidente. La mayor parte de los artículos de lujo —ropas, automóviles y casas—
University Press, 2000 y KARIN
BARBER y CHRISTOPHER WATERMAN:
son cedidos por las tiendas, por los concesionarios o por par ticulares. La rique-
“Traversing the Global and the za, en su aspecto más tangible y deseado, es uno de los principales r eclamos de
Local: Fuji Music and Praise Lagos y se encuentra en el corazón de la imaginería y las temáticas desar rolladas
Poetry in the Production of
Contemporary Yoruba Popular por Nollywood. “¡Ahora sé que he llegado a Lagos!”, exclama una mujer mate-
Culture”, en D. M ILLER (ed.): rialista que finalmente ha conseguido que un hombr e le r egale un coche en
Worlds Apart, Routledge, Londres
y Nueva York, 1995.
Living in Bondage 2 (Christian Obi, 1993).
30. OBODODIMMA OHA: “The Visual
Sin embargo, las películas logran ofr ecernos una estampa más amplia de la ciu-
Rethoric of the Ambivalent City
in Nigerian Home Video Films”, dad, y el r ealismo que proporcionan los exteriores de rodaje compensa muchas
en MARK SHIEL y TONY FITZMAURICE de las limitaciones discutidas más ar riba. Todo lo que vemos es Lagos, tanto lo
(eds.): Cinema and the City,
Oxford, Blackwell, 2001. que enfoca la cámara como lo que se encuentra a espaldas de los actor es (que es
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 86
junio 2009
significa que es difícil alcanzar cier tos niveles de coher encia (incluso desde el
punto de vista conceptual), tanto en la conciencia popular como en lo que r es-
pecta a la planificación urbana 31.
Desde luego, casi todas las ciudades africanas son caóticas. Lagos es solo la más 87
grande. El tema de “las dos ciudades del colonialismo” fue ar ticulado en el clá-
sico estudio de Frantz Fanon Les damnés de la ter re (1961)32, y Roy Ar mes ha
mostrado cómo informa el tratamiento del espacio en la película fundacional del
cine africano Borom Sarret (Ousmane Sembene, 1966)33. Françoise Pfaff presen-
ta un estudio sobre “ciudades africanas como textos cinemáticos” en la cinema-
tografía africana francófona diciendo que “en ningún lugar como en las ciudades
31. MATTHEW GANDY: “Planning, africanas contemporáneas se expresa mejor el choque entre tradición y moderni-
Anti-Planning and the
Infrastructure Crisis Facing
dad. Y es precisamente la representación dramática de este tema lo que subyace
Metropolitan Lagos”, en Urban en el núcleo de la mayoría de películas africanas, especialmente aquellas ambien-
Studies, 43 (2), 2006, págs. 371-
tadas en el entorno urbano”34.
396.
32. N. de la T.: Existe traducción Es posible encontrar películas de Nollywood en las que se da la polaridad entr e
al castellano, Los condenados de
la tierra, Navarra, Txalaparta, “tradición” y “modernidad”, pero esta polaridad no estr uctura la imaginería de
1999. las películas de Nollywood en tér minos generales. La ar quitectura y los monu-
33. LIZBETH MALKMUS y ROY ARMES:
Arab & African Film Making, New
mentos asociados con el colonialismo que Pfaf f encuentra tan sobr esalientes
York, Zed, 1991, págs. 186-187. están prácticamente ausentes; la población de Nollywood, así como la de Lagos,
34. FRANÇOISE PFAFF: “African
es joven y no recuerda la época colonial. La zona elegante de Lagos se formó en
Cities as Cinematic Texts”, en
FRANÇOISE PFAFF (ed.): Focus on la era de la heroica aspiración nacional impulsada por el boom del petróleo de las
African Films, Bloomington, décadas de 1960 y 1970, con sus autopistas, los grandiosos edificios públicos…
Indiana University Press, 2004,
pág. 89. y los tiempos de cleptocracia neoliberal que les siguier on. El dinero, más que la
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 88
raza, ha sido durante décadas el principio estr ucturador; las diferencias de clase,
aunque agudas y claramente per ceptibles en Lagos, son per meables35, mucho
35. TEJUMOLA OLANIYAN: Arrest the
más, sin duda, en la imaginación que en la r ealidad, y en N ollywood todo se Music!: Fela and his Rebel Art
reduce a vender el sueño de la mejora individual. Como se ha observado con fre- and Politics, Bloomington,
Indiana University Press, 2004,
cuencia, la esperanza en el medr o ha sido un obstáculo for midable para la for-
págs. 89-90.
mación de la conciencia de clase en Nigeria 36. Ahora los bar rios ricos son obje- 36. KARIN BARBER: “Popular Arts is
Africa”, en African Studies
to de deseo y no se consideran como signo de exclusión, alienación o desorien-
Review, 30 (3), 1987, págs. 1-
tación, como sucedía en Borom Sarret37. Los ricos y los pobr es coexisten, en un 78; BIODUN JEYIFO: The Yoruba
Popular Travelling Theatre of
sentido íntimo, en un estado incompleto de formación de clases. En muchas fami-
Nigeria, Lagos, Nigeria Magazine,
lias la parentela incluye a alguien con dinero o que, al menos, guarda relación con 1984; CHRISTOPHER ALAN WATHERMAN:
Juju: A Social History and
un patrón rico, per o ninguna familia extensa está exent a de parientes pobres. Las
Ethnography of an African
esperanzas de promoción social y el miedo del colapso social son casi universales y Popular Music, Chicago, Chicago
University Press, 1990; GAVIN
constituyen la matriz socioemocional esencial de las imágenes de las películas.
WILLIAMS: “Political Conciousness
La riqueza en Lagos es inmensa. Entre 1971 y 2006, Nigeria ingresó más de cua- among the Ibadan Poor”, en
EMMANUEL DE KODT y GAVIN WILLIAMS
trocientos mil millones de dólares gracias a la venta de petróleo, y de ellos unos (eds.): Sociology and
cincuenta o cien mil millones, según se estima, fueron desviados a través del frau- Development, Londres, Tavistock,
1974.
de y la corrupción; entre 2006 y 2020 se espera que el país facture 750 mil millo- 37. En un estudio de la repre-
sentación de la ciudad en las
películas de vídeo de Ghana, Esi
Dogbe comenta que “la ciudad
88 es visual y metafóricamente el
Terraza del nightclub de O’Jez’s, Lagos (imagen de J. Haynes)
locus de muy diversos patrones
de consumismo cosmopolita, en
el que la propia cámara, los rea-
lizadores, la sincrética mezcla de
creencias representadas, la narra-
ción y los personajes de ficción
son cómplices”. Esta complicidad
recíproca difiere bastante del
“hombre” solitario de Ayi Kwei
Armah (1968) abriéndose camino
imperturbablemente a través de
una sobrecarga sensorial de olo-
res pútridos y la mezcla abigarra-
da de imágenes, sonidos y textu-
ras de los edificios (neo)colonia-
les que cubre las enconadas heri-
das sociales, políticas y econó-
micas de la nueva Ghana en la
novela The Beautyful Ones Are
Not Yet Born (Esi Dogbe: “Elusive
Modernity: Portraits of the City
in Popular Ghanian Video”, en
PAUL TIYAMBE ZELEZA y CASSANDRA
RACHEL VENEY (eds.): Leisure in
Urban Africa, Trenton, Africa
World Press, 2003, págs. 230-
231).
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 89
nes más38. Mucho, o la mayor par te, de este dinero salió rápidamente del país
o fue a parar a algún otr o rincón de Nigeria, per o Lagos ha obtenido grandes
dividendos y es junto con Abuja, la nueva capital política, el principal escapa-
rate de la riqueza. Pero no hay dinero que pueda comprar la segregación com-
pleta del ambiente de pobr eza y peligr o que r eina en Lagos. A difer encia de
otras megaciudades (como Bombay, Dhaka, Manila y São Paulo, que concen-
tran a los pobres en discretas ciudades satélite) la pobreza en Lagos lo impreg-
na todo, salvo unos pocos enclaves 39. Casi todas las calles tienen socavones y
están rodeadas de basura, de cloacas y de tienduchas. Ninguna calle está a salvo
del robo a mano ar mada y el asalto de coches a plena luz del día. Basta con
seguirle la pista con una cámara a un flamante 4x4 a través de Lagos para cons-
tatarlo. Tejumola Olaniyan ofrece un ejemplo de lo difícil que resulta, en estas
circunstancias, producir una imagen exclusiva:
Durante el reinado del infame tirano de gafas oscuras, el General Sani Abacha
junio 2009
(noviembre de 1993-junio de 1998), su maquinaria propagandística produjo el
vídeo N igeria: World Citizen para limpiar la imagen de su país, al que había
cubierto de fango, y la suya propia. Los clips de Lagos que aparecían en él mostra-
ban planos de enormes rascacielos tomados desde arriba. El vértigo que provocan te
informa inmediatamente de que está sucediendo algo mucho antes de que puedas
89
saber qué es exactamente: los planos convencionales a la altura de los ojos que debe-
rían mostrar a la gente a pie de calle están ausentes. Sí, la suciedad de las calles de
Lagos es tan legendaria que subvier te cualquier tentativa de per fumarla con pro-
38. PAUL M. LUBECK, MICHAEL J.
WATTS y RONNIE LIPSCHUTZ: paganda40.
Convergent Interests: U.S. Energy
Security and the “Securing” of
Nigerian Democracy. International
Pero Nollywood ha encontrado formas de romantizar el paisaje de Lagos, prin-
Policy Report, Washington,
Center for International Policy. cipalmente empujando la cámara lejos de los planos de situación de las áreas resi-
Obtenido el 17 de febrero de denciales más verdes y lujosas de la ciudad o del skyline de los altos edificios que
2007 en
www.ciponline.org/NIGERIA_FIN despuntan en la isla de Lagos. Un plano recurrente (¿es, de hecho, el mismo reci-
AL.pdf, págs. 5 y 7. clado de película a película?) es el que corresponde a una toma desde un alto edi-
39. GEORGE PACKER: “The Megacity:
Decoding the Chaos of Lagos”, ficio de Ikoyi, mirando sobre la cala de Five Cowries al exclusivo dominio de
en The New Yorker, 13 de Victoria Island. Otra solución socor rida consiste en filmar de noche, cuando las
noviembre de 2006, pág. 68.
40. TEJUMOLA OLANIYAN: Arrest the
luces centellean y la oscuridad encubre la miseria. El tráfico en las autopistas y las
Music: Fela and his Rebel Art and calles principales pr oporcionan improbables imágenes de glamour urbano y
Politics, Bloomington, Indiana
ascenso social (Tears for Love, Chico Ejiro, 1995); una vez más, filmar de noche
University Press, 2004, pág. 101.
41. JONATHAN HAYNES: “Political ayuda (Dead End, Chico Ejiro, 1996). Los monumentales atascos de Lagos no
Critique in Nigerian Video Films”, aparecen jamás41. Estos planos de situación par ecen emular a las películas de
African Affairs, 105 (421), págs.
511-533. Hollywood y a menudo apar ecen en películas o en momentos r ománticos para
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 90
ofrecer la imagen de la anhelada calidad de vida en una ciudad nor mal (Violated
1, Amaka Igwe, 1996).
Los edificios particularmente emblemáticos aparecen raramente42. Desde un
punto de vista político, esto es algo que indudablemente r efleja el hecho de que
Nigeria estuvo bajo una dictadura militar durante la emer gencia de las películas
de vídeo y que los cineastas fueron comprensiblemente cautos a la hora de plan-
tar las cámaras frente a los dirigentes, incluso si habían sido autorizados para ello.
En cualquier caso, hasta 1991, el poder político se concentraba en Dodan
Barracks, isla de Lagos, lugar que pr esenta un muro cerrado a la ciudad, y des-
pués se trasladó a la nueva capital, donde los vídeos se afianzaron débilmente. Las
instituciones públicas no funcionan, como todo el mundo sabe, por lo que hay
pocas razones para mostrarlas. El poder económico pr oviene de los pozos de
petróleo del Delta del Níger y luego se dispersa a través de una miríada de r edes
a menudo secretas. Los vídeos representan esta clase de riqueza a través de pla-
nos totalizantes del skyline de Lagos surcado por rascacielos, o a través de mues-
tras de planos más o menos tomados al azar que muestran lustr osos edificios de
42. Véase FRANÇOISE PFAFF: op.
oficinas y extravagantes mansiones con fachadas de cemento enlucido al moder- cit., 2004.
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 91
no estilo nigeriano. Los vídeos muestran un interés obsesivo por quienes están
en contacto con la riqueza —sus casas, sus fiestas y sus coches. Resulta evidente
que la cultura cinematográfica de todas partes suele concederle una atención des-
proporcionada a la elite, pero aquí la turbulencia social, el espectáculo moral y el
análisis del cinismo político son par te sustancial de la visión de un estilo de vida
privilegiado. Como agudamente observa Pierre Barrot, a pesar de que
Nollywood aspira francamente a conver tirse en una industria del entr etenimien-
to, no apar ta la vista de las “heridas” de la sociedad como (por ejemplo) sí lo
hacen las mucho más escapistas telenovelas latinoamericanas: al contrario,
Nollywood aborda estas cuestiones constantemente 43.
El caos ambiental tiende a apar ecer en los bordes de la imagen a menos que sea
cuidadosamente excluido; incluso ese plano de situación tomado desde un rasca-
cielos en Ikoyi, si r ealiza una panorámica adentrándose en las calles que hay
debajo, parecerá desarrollar una aptitud exploratoria (Illegal Brothers, Nwabueze
C. Livinus, 2006), aunque Nollywood rehúye los planos tendenciosos que mues-
tran las montañas de basura y los embotellamientos que tan ir resistibles resultan
junio 2009
para los realizadores de documentales extranjer os (Suffering and Smiling, Dan
Ollman, 2006). Estas realidades son demasiado familiares para necesitar comen-
tario; la gente mira las películas para ver algo más.
El malestar social que subyace en la mayor par te de las películas de Nollywood 91
no tiende a expresarse tanto a partir de imágenes directas del caos y el peligro,
en la línea del realismo social, como a través de las tramas, que a menudo se ins-
piran en salvajes campañas para el ascenso social que se ceban en los más inocen-
tes o ilustran la precariedad social a través de historias de familias ar ruinadas por
el desempleo, las facturas del hospital o la muer te del cabeza de familia, tras la
que se vuelve imposible pagar la matrícula de la escuela44. Tales historias se desa-
rrollan casi siempre en casas, oficinas u hospitales estandarizados per o terminan
arrojando melodramáticamente a sus pr otagonistas a la calle, donde buscan,
siempre en vano, trabajo ( Dying for the N ation , Lancelot Odwar ene, 2001;
Shame, Chico Ejiro, 1996), un niño perdido (Onome 2), un patrón (Dry Leaves,
43. PIERRE BARROT: Nollywood: Le Opa Williams, 1997); se venden como pr ostitutas (Domitilla: The Story of a
phénomène vidéo au Nigeria, Prostitute, Zeb Ejiro, 1997); se sientan en medio de los muebles de una casa des-
París, L’Harmattan, 2005, págs.
64-65. pués de haber sido desahuciados (Died Wretched, Buried in N.3.2 Million Casket,
44. JONATHAN HAYNES: “Devaluation Kenneth N nebue, 1998); o comen basura como locos de r emate (Living in
and the Video Boom: Economics
and Thematics”, en JANE I GUYER,
Bondage 2, Christian Obi Rapu, 1993).
LARAY DENZER y ADIGUN AGBAJE
Los peligros de Lagos son representados directamente en las películas policíacas,
(eds.): Money Struggles and City
Life: Devaluation in Ibadan and que a menudo están plagadas de tópicos y generalmente r esponden al malestar
Other Urban Centers in Southern generado por la violencia criminal. Algunas películas de este géner o transmiten
Nigeria, 1986-1996, Portsmouth,
N. H., Heinemann, 2002. el terror de los habitantes de Lagos con un r ealismo descarnado; otras exploran
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 92
junio 2009
Zik Zulu Okafor (actor, director y productor) durante un rodaje (imagen de J. Haynes) 93
en los que se asocia con el mundo primitivo o r ural oponiéndose a la moder ni-
dad de las ciudades (Narrow Scape, Andy Amenechi, 1998), en la mayoría de los
casos forma parte de la representación de la modernidad y la riqueza moderna50.
Los rituales pecuniarios, en los que un ser humano es sacrificado para atraer mila-
grosamente la riqueza, estaban ya establecidos en la cultura popular nigeriana
antes del auge del vídeo como metáfora de la misteriosa e inesperada riqueza
procedente del boom del petróleo 51. Tales rituales han constituido un sello dis-
tintivo del vídeo nigeriano desde sus comienzos (apar ecen, por ejemplo, en la
película fundacional Living in Bondage 1, Chris Obu Rapu, 1992) y se asocian a
los “grandes hombres” y el espectáculo de la riqueza hor tera en Lagos.
Todos los hogares, cualesquiera que sean sus niveles de ingresos, están embruja-
dos por fantasmas, a menudo de viudas virtuosas y madres de las que se han des-
hecho perversamente (Living in Bondage 1 y 2; Blood Sister, Tchidi Chikere,
2003); hogares que albergan sentimientos de celos y atraen el mal de ojo ( Iya
Ibeji Eleran Igbe / Mother of Twins, Seller of Bush Meat , Abbey Lanr e, 1997);
hogares en los que se infiltran fuerzas demoníacas que deben ser conjuradas por
pastores cristianos (The Maid, Kenneth Nnebue, 2004). Meyer presenta una sóli-
da argumentación sobre la influencia de la iglesia pentecostal en la forma en que
las fuerzas ocultas son representadas en las películas de vídeo52, pero el cristianis-
mo no ostenta el monopolio del acceso al reino espiritual. Los adivinos son con-
94
sultados con frecuencia en tiempos difíciles y puede tratarse de babalawos yoru-
bas o de dibias igbo, benévolos (Iya Ibeji Eleran Igbe /Mother of T wins, Seller of
Bush Meat, Abbey Lanre, 1997) o malignos ( South Connection, Andy Chukwu, 50. Actualmente existe abundan-
2004), honestos (419 Connection: Deadly Rose, Ralph Nwadije, 2000) o desho- te literatura sobre lo mágico y la
modernidad en África. Entre los
nestos (419 Connection de nuevo), efectivos (Compromise, Christian Onu, 1996) textos seminales se encuentran
o ineficaces ( Rituals, Andy Amenechi, 1997). Las fuerzas ocultas apar ecen de JEAN y JOHN COMAROFF (eds.):
Modernity and its Malcontents:
muchas guisas, a veces con faldas de rafia y la pintura facial de caolín pr opia de
Ritual and Power in Postcolonial
las tradiciones r eligiosas indígenas, otras imitando las películas de ter ror de Africa, Chicago, Chicago
Hollywood, algunas otras embadur nadas con originales y extravagantes mejun- University Press, 1993 y PETER
GESCHIERE: The Modernity of
jes. Los efectos especiales son esenciales en la representación, desde las aparicio- Witchcraft: Politics and the Occult
nes y desapariciones mágicas, contr oladas simplemente deteniendo la cámara, a in Postcolonial Africa,
Charlottesville, Virginia,
los destellos láser que emanan a través de los ojos o los dedos de las fuerzas espi-
University Press of Virginia,
rituales, pasando por la imaginería ampliamente digitalizada en la que, como 1997.
sucede al principio y al final de Six Demons: The Final End-Time Warning (Teco 51. KARIN BARBER: “Popular
Reactions to the Petro-Naira”,
Benson, 2004), demonios cr eados por ordenador emergen y se hunden en un Journal of Modern African Studies
mar igualmente diseñado. Compañías de pospr oducción (como House of 20 (3), 1982, págs. 431-450 y
DANIEL JORDAN SMITH: “Ritual
Macro, TFP) se especializan en estos trabajos. Sonidos generados electrónica-
Killing, 419 and Fast Wealth”,
mente y totalmente estereotipados acompañan a las manifestaciones de lo ocul- American Ethnologist, 28 (4),
to. También en estas dimensiones, lo oculto se asocia con la vanguar dia de la 2001, págs. 803-826.
52. BIRGIT MEYER: op. cit., 1998,
modernidad, no con lo “primitivo”. 2002a y 2002b.
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 95
junio 2009
urbanas caras y elegantes (State of Emer gency, 2000), y uno de los máximos
representantes, junto con el r everendo Helen Ukpabio, de los vídeos cristianos
95
Living in Bondage (C. Obi Rapu, 1992)
96
(End of the Wicked, 1999; Highway to the Grave, 2003). Desde el típico vagabun-
deo entre la basura de un barrio de chabolas a las maniobras políticas de los mul-
timillonarios, pasando por la alta traición emocional y la batalla espiritual contra
atacantes demoníacos, las películas par ecen piezas de un mismo mosaico, más
que representaciones contradictorias y enfrentadas. La imaginación popular de la
que emanan es sincrética 54 y elástica; los géner os se mezclan e interpenetran de
manera que cada película se refleja en las demás; las limitaciones de pr esupuesto
y el tener que compar tir personal y pr ocedimientos producen imágenes simila-
res. Todo esto tiende a pr oducir un tejido de lo más variopinto. Fuer temente
ancladas en los códigos genéricos, y saturadas por lo sobrenatural, las películas
parecen contradecir nuestras nociones de r ealismo, pero emergen de un terreno
común (Lagos) e imaginan vívidamente su descomunal, hor rible y fascinante
objeto de conocimiento.
54. KARIN BARBER: “Popular Arts in
Africa”, en African Studies
Review, 30 (3), 1987, págs. 1-
[Traducción: Sonia García López] 78.
04 Lagos 27/5/09 16:37 Página 97
Nollywood (la industria del cine nigeriano radicada en Lagos) se ha convertido en la ter cera
industria más grande del mundo y constituye, con creces, el proveedor más importante de imá-
genes de Nigeria para poblaciones locales y extranjeras. Está compuesta por muchos peque-
ños productores que trabajan con capitales muy r educidos; por tanto, no ha sido capaz de
construir sus propios espacios (estudios, cines, complejos de oficinas) y sigue siendo casi invi-
sible en el paisaje de Lagos, aparte de los carteles de cine y de las propias películas, que están
a la venta en cintas VHS o en VCD. Las r estricciones materiales y el pequeño tamaño de las
pantallas para las que las películas han sido concebidas modelan las imágenes de Lagos que
aparecen en ellas. Los vídeos nigerianos difier en visiblemente de los típicos celuloides africa-
nos, tanto en lo que r especta al “lenguaje fílmico” como en lo que se r efiere a su ar ticulación
de la ciudad. Los vídeos pr esentan a Lagos como un paisaje turbulento y peligr oso en el que
las divisiones de clase son extremas pero permeables y las grandes riquezas no pueden com-
prar el aislamiento del caos y la miseria. Muestran fuerzas sobrenaturales que permean a todos
los niveles sociales, particularmente los más opulentos. Un realismo compartido, nacido de las
localizaciones de rodaje y de estrategias comunes para dar forma a los deseos y los temores
de los espectadores, da lugar a una coherencia considerable en la representación de Lagos,
junio 2009
a pesar de las dimensiones y la diversidad de la ciudad y de la industria.
Palabras clave: África, Nollywood, industria audiovisual, producción en vídeo, piratería audio-
visual, subdesarrollo, megaurbes, modernización
97
Nollywood—the Lagos-based Nigerian film industry—has become the third-largest film industry
in the world, and it is by far the most power ful purveyor of an image of Nigeria to domestic
and foreign populations. It consists of many small producers working with tiny amounts of
capital; it therefore has not been able to build its own spaces—studios, theaters, office com-
plexes—and remains nearly invisible in the Lagos cityscape, apart from film posters and the
films themselves, displayed for sale as cassettes or video compact discs. Material constraints
and the small screens for which the films are designed shape the images of Lagos that
appear in them. Nigerian videos differ markedly from typical African celluloid films, both in
their “film language” and in their handling of the city. They present Lagos as a turbulent and
dangerous landscape, where class divisions are extreme but permeable, and enormous
wealth does not buy insulation from chaos and misery. They show supernatural forces perme-
ating all
social levels, particularly the wealthiest. A shared realism, born of location shooting and com-
mon strategies for imaging the desires and fears of the audience, cr eates a considerable
coherence in the representation of Lagos, despite the size and variety of the city and the
industry.
Key words: Africa, Nollywood, audiovisual industry, video production, audiovisual piracy,
underdevelopment, mega-urbes, modernization
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 98
2. Releer Kracauer
SIEGFRIED KRACAUER > Cine abstracto. Sobre la representación de la Gesellschaft Neuer Film
100
Das Cabinet des Dr. Caligari (El gabinete del Doctor Caligari, R. Wiene, 1920)
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 101
Releyendo a Kracauer1
junio 2009
mente en 1947). Existe versión
en castellano: De Caligari a
I
Hitler: una historia psicológica
del cine alemán, Barcelona,
Paidós Ibérica, 2002 (primera
edición de 1995). Agradecemos El centenario del nacimiento de Siegfried Kracauer (1889-1966) propició un fre- 101
a Leonardo Quaresima y a
Princeton University Press el
nesí de actividad erudita. La Deutsches Literaturarchiv de Marbach, que heredó
permiso para publicar la traduc- los escritos de este gran pensador alemán tras la muer te de su esposa en 1971,
ción al español.
organizó en 1989 una gran exposición que r ecorría su itinerario biográfico e
2. THOMAS Y. LEVIN: Siegfried
Kracauer. Eine Bibliographie sei- intelectual y daba a conocer al público una pr olija muestra de materiales, entr e
ner Schriften, Marbach am los que cabe destacar manuscritos originales, car tas y notas. Por aquel entonces
Neckar, Deutsches
Literaturarchiv, 1989; Marbacher aparecía una biografía bien documentada acer ca de su vida y el estudioso esta-
Magazin [número especial: INGRID dounidense Thomas Y. Levin preparó una bibliografía casi insuperable de la pro-
BELKE e IRINA RENZ (ed.):
“Siegfried Kracauer, 1889- ducción de Kracauer 2. Entre 1921 y 1933, salier on del olvido los ensayos que
1966”,], nº 47, 1988. También escribió Kracauer para el Frankfurter Zeitung, incluidas muchas de sus críticas de
se publicó un volumen de la
correspondencia entre Walter
cine que habían apar ecido en la sección de noticias locales del periódico (un
Benjamin y Siegfried Kracauer; suplemento que se había microfilmado solo parcialmente, hecho que dificultaba
véase WALTER BENJAMIN: Briefe an
la consulta en su totalidad), así como otr os escritos que o bien no se habían
Siegfried Kracauer, Theodor W.
Adorno Archiv (ed.), Marbach am publicado o bien estaban agotados3. Dichos ensayos también se publicaron en el
Neckar, Deutsches quinto volumen de Schriften (1990) y en otras dos antologías, si bien aún no
Literaturarchiv, 1987.
3. ¡Kracauer escribió aproxima- existe una edición completa de sus críticas de cine4. En 1989, un ambicioso con-
damente mil novecientos artícu- greso supuso el estímulo para nueva investigación y reflexión sobre este estudio-
los!
4. Los ensayos se recogen en:
so, precursor de la Escuela de Fráncfor t5.
Aufsätze (3 vols.), INKA MÜLDER-
Gracias a esta efeméride, también fuera de Alemania se desató el interés por
BACH (ed.): vol. V de Schriften,
Fráncfort del Meno, Suhrkamp, Kracauer. En los Estados Unidos, la r evista New German Critique le dedicó, en
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 102
1991, un número especial y, en 1994, Dagmar Bar nouw publicó un estudio en 1990; ANDREAS VOLK (ed.): Berliner
torno a su producción6. En Italia, el editor Marietti, que había traducido al ita- nebeneinander: Ausgewählte
Feuilletons, 1930-1933, Zúrich,
liano muchas de sus obras, or ganizó en 1989 un simposio sobr e Kracauer en Edition Epoca, 1996; y ANDREAS
Génova y, más tar de, publicó las ponencias 7. En Francia, salió al mer cado una VOLK (ed.): Frankfurter
Turmhäuser: Ausgewählte
monografía escrita por Enzo Traverso y también un estudio acerca de las relacio-
Feuilletons, 1906-1930, Zúrich,
nes entre Kracauer y el mundo transalpino 8. Posteriormente, se publicar on en Edition Epoca, 1997.
alemán nuevas monografías, colecciones de ensayos y estudios de carácter más 5. Las actas de las ponencias del
congreso, que tuvo lugar en
general9. En los Estados Unidos, se tradujer on la antología The Mass Ornament Weingarten en 1989, se publica-
(con una introducción por Thomas Y. Levin) y Die Angestellten y se publicó una ron en MICHAEL KESSLER y THOMAS Y.
LEVIN, (eds.): Siegfried Kracauer:
nueva edición de Theory of Film , con una intr oducción realizada por Miriam Neue Interpretationen,
Hansen10. Tübingen, Stauffenburg, 1990.
6. New German Critique [número
Este renovado interés por la obra de Kracauer vuelve tanto más curiosa la situa- especial: —Siegfried Kracauer—],
ción de From Caligari to Hitler: A Psychological Histor y of the Ger man Film otoño de 1991, nº 54; DAGMAR
BARNOUW: Critical Realism: History,
(1947). Con o sin razón, es este sin lugar a dudas el trabajo que, a lo lar go de Photography and the Work of
los años, más se asocia al nombr e de Kracauer. Sin embargo, es también el que Siegfried Kracauer, Baltimore,
Maryland, Johns Hopkins
menos atención y r einterpretación crítica ha r ecibido durante esta última fase. University Press, 1994.
Muchas de las ediciones, traducciones y obras críticas citadas más arriba, algunas 7. GERARDO CUNICO (ed.): Kracauer:
Il Riscatto del Materiale, Génova,
de las cuales destacan por su pr ofundidad y enfoque novedoso, no incluyen un
Marietti, 1992.
análisis específico de From Caligari to Hitler11. La justificación a menudo implí- 8. ENZO TRAVERSO: Siegfried
cita de que el libr o goza ya de r econocimiento y, por consiguiente, está en cier- Kracauer: Itinéraire d’un
102 Intellectuel Nomade, París,
to modo “consagrado” delata una sensación de malestar y turbación, como si, en Editions de la Découverte, 1994;
el fondo, dicho argumento resultara poco convincente, por lo que cabría inferir CLAUDIA KREBS: Siegfried Kracauer
et la France, Saint-Denis,
que la verdadera originalidad e importancia de Kracauer debiera buscarse en otro Editions Suger, 1998.
sitio. Algunos estudiosos han manifestado abier tamente sus r eservas hacia esta 9. ANDREAS VOLK (ed.): Siegfried
Kracauer: Zum Werk des
obra. Barnouw, por ejemplo, se r efiere a ella como “la obra más ampliamente
Romanciers, Feuilletonisten,
conocida y, en general, la menos satisfactoria [...] Expone algunas de las falacias Architekten, Filmwissenschaftlers
más importantes que pueden engañar al historiador” 12. und Soziologen, Zúrich, Seismo,
1996; GERTRUD KOCH: Kracauer zur
La desatención de este trabajo en Alemania es notable, puesto que allí no apar e- Einführung, Hamburgo, Junius,
1996; MANUELA GÜNTER: Anatomie
ció hasta 1958, mucho después de que se comercializara su equivalente en inglés, des Anti-Subjekts: Zur Subversion
e incluso entonces solo se publicó una versión resumida y expurgada que preten- autobiographischen Schreibens
bei Siegfried Kracauer, Walter
día mitigar y hasta manipular el enfoque original, sobr e el que existía la opinión
Benjamins und Carl Einstein,
generalizada de que mostraba un sesgo peligrosamente marxista13. Aunque, por Wuzburgo, Königshausen &
aquel entonces, la crítica arremetió contra el libro, más tarde este se convirtió en Neumann, 1996; MARTIN HOFMANN
y THOBIAS KORTA: Siegfried
la piedra de toque de la prestigiosa escuela de estudiosos que gravitaba alrededor Kracauer. Fragmente einer
de la revista Filmkritik. Sin embargo, mediada ya la década de 1960 (con el éxito Archäologie der Moderne,
Sinzheim, Pro Universitate,
absoluto del nuevo cine), su “método” sucumbió oficialmente al abandono. En 1997; HEIDE SCHLÜPMANN: Ein
un famoso comentario, Enno Patalas escribió: “N ingún otr o libro nos influyó Detektiv des Kinos: Studien zu
Siegfried Kracauers Filmtheorie,
tanto en nuestra juventud [...] A día de hoy, los críticos exclusivamente socioló-
Basilea-Fráncfort del Meno,
gicos ya no logran desentrañar el significado de las películas impor tantes [...] Es Stroemfeld, 1998; MOMME
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 103
junio 2009
“America, Paris and the Alps:
Kracauer (and Benjamin) on cita o explícita, en el campo de las r elaciones entre cine e historia, T raverso
Cinema and Modernity”, publica- lamentaba, en su monografía, que la obra de Kracauer hubiera caído en el “olvi-
do originariamente en 1994 por
el John F. Kennedy Institut für
do”. La crítica francesa se per cató de las similitudes entr e los postulados de
Nordamerikastudien, con sede en Kracauer y la idea de Mar c Ferro de que el cine es el lugar para grabar “gestos, 103
Berlín, y reimpreso en ALF LÜDKTE,
objetos y formas de comportamiento social”20. Asimismo, Pierre Sorlin lo con-
INGE MARSSOLEK y ADELHEID VON
SALDERN (eds.): Amerikanisierung: sideraba una obra de referencia fundamental, a pesar de que no siempre concor-
Traum und Alptraum im daba con sus pr emisas21. N o obstante, una colección más reciente de ensayos
Deutschland des 20.
Jahrhunderts, Stuttgart, Franz publicada en el país galo no incluye ni uno solo acer ca del estudio que r ealizó
Steiner, 1996. En 2000, se publi- Kracauer sobre el cine alemán 22. Y sin embargo, no cabe duda de que From
có en los Estados Unidos una
traducción al inglés de la mono-
Caligari to Hitler merece ser releído.
grafía de Gertrude Koch con el
título Siegfried Kracauer: An
Introduction, trad. Jeremy
Gaines, Princeton, N.J.,
Princeton University Press, 2000. II
Die Angestellten ha sido traduci-
do al inglés por Quintin Hoare
como The Salaried Masses: Duty
and Distraction in Weimar El 3 de mayo de 1937, Max Horkheimer le escribió, desde Estados Unidos, una
Germany, con una introducción carta a Kracauer a París, ciudad en la que este llevaba exiliado desde marzo de
por Inka Mülder-Bach, Londres y
Nueva York, Verso, 1998.
1933, donde le contaba que el Museo de Ar te Moderno de Nueva York dispo-
También existe la versión en cas- nía de “una colección prácticamente completa de películas mudas que databan
tellano: Los empleados,
de principios de la industria cinematográfica [...] y una colección casi completa
Barcelona, Gedisa, 2008.
11. Destaca el hecho de que no de películas producidas en Alemania”. Añadía que el museo barajaba la posibili-
se haya hecho referencia alguna dad de, “par tiendo de los materiales disponibles, estudiar la r elación entre el
a From Caligari to Hitler en las
actas del congreso alemán de desarrollo social alemán y su cine”. T ambién explicaba que había r ecomendado
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 104
Die freudlose Gasse (Bajo la máscara del placer, G.W. Pabst, 1925)
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 105
1989 y en el número especial de a Kracauer para el trabajo23. Ese fue el detonante que dio origen a From Caligari
New German Critique que, sin to Hitler.
embargo, sí publicó un ensayo
por Thomas Elsaesser titulado En junio de 1939, John E. Abbot, por aquel entonces dir ector de la New York
“Cinema, the Irresponsable
Signifier” en un número especial
Film Library, aprobó la propuesta de un libro que le había enviado Kracauer (con
anterior sobre “Weimar Film un esquema general titulado “Ideenskizze zu meinen Buch über den Film”),
Theory”, invierno de 1987, nº
quien recibió la oferta de un puesto de “ayudante especial de investigación” en
40, págs. 97-114, ensayo que
también analiza el libro de la filmoteca para que pudiera trabajar en él. Al estallar la guer ra mundial, la vida
Kracauer. Thomas Elsaesser de Kracauer se vio estremecida por una cadena de sucesos trágicos. Acompañante
desempeñó un papel especial a
principios de los años 80 con sus de Walter Benjamin desde agosto de 1940 hasta el suicidio de este a finales de
reflexiones sobre Kracauer en los septiembre, posibilidad que también contempló tras la muer te de su amigo. En
siguientes dos artículos y ensa-
yo: “Social Mobility and the abril de 1941, Kracauer llegó finalmente a Estados Unidos, donde recibió una
Fantastic”, Wide Angle, VI, 1982, beca de la Fundación Rockefeller , además de un puesto como “ayudante espe-
nº 2, págs. 14-25; “Lulu and the
Meter Man”, Screen, XXIV, junio-
cial” de Iris Barry, directora de la sección de cine del Museo de Ar te Moderno,
julio de 1983, nos 4 y 5, págs. que también estaba financiado por la fundación.
4-36; “Film History and Visual
Pleasure: Weimar Cinema”, en En su nuevo puesto, Kracauer se dedicó en cuerpo y alma a un estudio sistemá-
junio 2009
PATRICIA MELENCAMP y PHILIP ROSE tico de las películas y libr os sobre el cine de la República de Weimar (documen-
(eds.): Cinema Histories / Cinema
Practices, Frederick, Maryland, tación que le par eció plagada de er rores e inexactitudes) y “la coyuntura social,
University Publications of política y artística de la Alemania de la posguerra”24. Fue una ingente tarea que
America, 1984. Tampoco existe
análisis específico alguno sobre
puso a prueba al erudito (los testigos presenciales le recuerdan siempre rodeado
From Caligari to Hitler en el libro de libros en la biblioteca o encer rado en la sala de pr oyecciones). Se preocupó
105
de Heide Schlüpmann, en el edi-
asimismo de recabar el testimonio de cineastas alemanes que habían emigrado a
tado por Andreas Volk y ni
siquiera en las actas del congre- los Estados Unidos, tales como Fritz Lang, W illiam Dieterle, Richard Oswald,
so de Génova. Hans Richter, Hans Janowitz, Henrik Galeen y Eugen Schüf ftan.
12. D. BARNOUW: Critical Realism,
op. cit., pág. 94. El trabajo avanzaba lentamente. Pr orrogaron su beca inicial de un año hasta
13. SIEGFRIED KRACAUER: Von
Caligari bis Hitler: Ein Beitrag zur
1943 y después la r eemplazaron por financiación anual a car go de la Fundación
Geschichte des deutschen Films, Guggenheim, que se renovó hasta 1945. El proyecto finalizó en la primavera de
Hamburgo, Rowohlt, 1958. Se
194625. Aunque en un principio planeaba llamarlo “The German Film and the
censuraron las referencias a la
situación histórica y política de German Mind”, finalmente, a principios de ese mismo año, se decantó por el
Weimar y se ocultaron las cate- título definitivo de la obra. En abril de 1947, la Princeton University Pr ess, la
gorías marxistas más explícitas,
tales como “clase”. En la antigua misma editorial que había r ecomendado Erwin Panofsky, publicó el libr o. Un
Alemania Oriental, esta expurga- ejemplar de muestra del capítulo sobr e Caligari apareció en el númer o 2 de la
ción se detectó de inmediato;
véase, por ejemplo, WERNER W. revista Partisan Review, XIV (marzo - abril de 1947). A pesar de considerables
WALLROTH: “Der entschärfte obstáculos, el trabajo llegó finalmente a buen puer to. Aunque tenía acceso a los
Kracauer”, Deutsche Filmkunst,
VI, 1958, nº 7, págs. 206-7,
archivos del Museo de Ar te Moderno, Kracauer no pudo ver por segunda vez
211. algunas de las películas que había visto durante su colaboración como crítico de
14. A menos que se especifique
cine (que comenzó en 1921) para el Frankfurter Zeitung.
lo contrario, todas las traduccio-
nes del alemán las ha realizado Sus notas, que probablemente fueran tomadas en par te a mano durante las pr o-
el traductor del presente ensayo
introductorio. ENNO PATALAS: yecciones, dan una idea bastante exacta de los hábitos de trabajo y visionado del
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 106
pensador. Dichos escritos contienen referencias al decorado, los ángulos de la “Plädoyer für die Ästhetische
cámara, los intertítulos y los colores. En algunos casos (por ejemplo, Caligari y Linke”, Filmkritik, X, 1996, nº 7,
películas de Viking Eggeling, Hans Richter y Walter Ruttmann), también inclu- págs. 404, 406.
15. FRIEDA GRAFE: “Doktor Caligari
yen bosquejos que reconstruyen fotogramas únicos (o que le ayudaban a memo- gegen Doktor Kracauer”,
rizar configuraciones abstractas). Este es un material importante ya que refuta de Filmkritik, 1970, nº 5, pág. 242.
16. SIEGFRIED KRACAUER: Schriften,
manera inequívoca la opinión, tan extendida, de que su trabajo se basaba sobr e vol. II, Fráncfort del Meno,
todo en el análisis de los ar gumentos de las películas. Suhrkamp, 1979.
17. JÜRGEN EBERT: “Kracauers
Cuando Kracauer no podía ver una película por segunda vez, siempre dejaba per- Abbildtheorie”, Filmkritik, 1977,
fectamente claro que sus fuentes eran de segunda mano para no compr ometer nº 244, págs. 196-217.
18. Véase, por ejemplo, BARBARA
así la exactitud de su método y ello también explica que, a veces, su análisis no BONGARTZ: Von Caligari zu Hitler—
fuera más allá de determinado nivel o no incluyera películas relevantes que hubie- von Hitler zu Dr. Mabuse? Eine
“psychologische” Geschichte des
ran enriquecido su argumento.
deutschen Films von 1946 bis
La experiencia de Kracauer como crítico fue decisiva para su faceta de investiga- 1960, Münster, MAkS, 1992; este
libro es la ampliación de una
dor. Y sin embargo, apenas hace mención de los estudios que publicó durante las tesis defendida en la Universidad
décadas de 1920 y 1930 en el “Preliminary Report” donde resumía su trabajo y de Colonia en 1989. Sobre la
acogida crítica de Kracauer en
explicaba las razones por las cuales le sería imposible respetar el plazo inicialmen-
Alemania, véase CLAUDIA LENSSEN:
te estipulado de 1944. Aquí solo se avanzaba que en el libr o “se hará referencia “Die ‘Klassiker’. Die Rezeption
a los ensayos que se publicaron en el Frankfurter Zeitung” y que “las conclusio- von Lotte H. Eisner und Siegfried
Kracauer”, en HANS-MICHAEL BOCK y
nes a las que se llegó en dichos ensayos cor roboran en cierta medida las actuales WOLFGANG JACOBSEN (eds.):
106 [...] Las r eacciones inmediatas de sus coetáneos son una pr ueba fehaciente a Recherche: Film, Múnich, text +
favor de las versiones intermedias del historiador”26. kritik, 1997, págs. 67-82.
19. Una nueva edición crítica del
De hecho, Kracauer se veía ator mentado por sentimientos de separación y alie- libro se publicó finalmente en
Italia (Turín, Lindau, 2001), con
nación y, por tanto, se identificaba con “un médico que r ealiza una autopsia al el nuevo aparato crítico que pre-
tiempo que efectúa el corte transversal en una parte de su propio pasado que, en paré, además de una colección
este momento, está completamente muer to”27. Experimentaba un fuerte recha- con las críticas de cine de
Kracauer del periodo de la
zo hacia el alemán, lo que le llevó a escribir en inglés la totalidad de su pr oduc- República de Weimar.
ción posterior. Esta decisión le supuso un esfuerzo añadido agotador: “Cada cen- 20. FRANCESCO CASETTI: Theories of
Cinema, 1945-1990, Austin,
tímetro de ter reno ganado significa mucho para mí” 28. Fue el autor mismo, University of Texas Press, 1999,
pues, quien recalcó, si bien de manera indir ecta, la distancia que mediaba entr e págs. 128-31; G. KOCH: Siegfried
Kracauer, op. cit., pág. 94.
sus críticas anteriores y el libro que redactaba en esos momentos y quien subra-
21. PIERRE SORLIN: Sociologie du
yó la nueva perspectiva desde la cual enfocaba el tema: “Me sorpr ende conocer Cinéma, París, Aubier Montaigne,
tan bien desde dentro algo que observaba desde fuera [...] y me alegré en aque- 1977.
22. NIA PERIVOLAROPOULOU y PHILIPPE
llos casos en los que casualmente resultó que mi opinión de antaño coincidía con DESPOIX (eds.): Culture de Masse
mi conocimiento actual” 29. et Modernité: Siegfried Kracauer
Sociologue, Critique, Ecrivain,
De modo que Kracauer fue el primer o en sacar a la luz la disparidad de sus opi- París, Editions de la Maison des
niones. Afrontaba su “objeto” de estudio desde un posicionamento totalmente Sciences de l’Homme, 2001.
23. Carta citada en BELKE Y RENZ
nuevo y, por ello, cualquier posible discr epancia entre la manera en que había (eds.): Siegfried Kracauer, op.
visionado una película hasta la fecha y la manera en que lo hacía ahora r esultaba cit., pág. 91.
24. Carta a Herbert y G. Levin,
completamente justificable y en absoluto pr oblemática. Es comprensible enton-
28 de febrero de 1943, citada en
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 107
ces que solo citara dos de sus artículos de la década de 1920: “Der heutige Film
und sein Publikum” (1928) para confir mar sus r eservas acerca de Berlin. Die
Sinfonie der Grosstadt (Berlín, sinfonía de una gran ciudad, 1927) de Walter
Ruttmann (“una idea formal que no supone satisfacción”) y “Kuhle Wampe ver-
boten!” (1932), crítica que desencadenó una amar ga disputa con Ernst Bloch y
que llevó a la ruptura de una amistad que no recuperaron hasta finales de los años
BELKE Y RENZ (eds.): Siegfried 50 (cuando se publicó la edición alemana de From Caligari to Hitler)30.
Kracauer, op. cit., pág. 104;
carta a Eugen Schüfftan, 28 de
febrero de 1943, Siegfried
Kracauer “Nachlass”, Deutsches
Literaturarchiv en Marbach, en lo
sucesivo KN [=Kracauer
Nachlass], DLA [=Deutsches
Literaturarchiv]. La carta a
Schüfftan también se puede
encontrar en HELMUT G. ASPER
(ed.): Nachrichten aus Hollywood,
New York und anderswo. Der
Briefwechsel Eugen und Marlise
junio 2009
Shüfftans mit Siegfried und Lili
Kracauer, Tréveris,
Wissenschaftlicher Verlag Trier,
2003, págs. 50-52.
25. Carta a H. y G. Levin, 28 de
abril de 1946, KN, DLA; carta a
Daniel Halévy, 29 de abril de 107
1946, citada en KESSLER Y LEVIN
(eds.): Siegfried Kracauer, op.
cit., pág. 389.
26. “Preliminary Report on My
Project History of the German
Film [...]”, KN, DLA, pág. 8.
27. Carta a Erwin Panofsky, 2 de
mayo de 1947, en SIEGFRIED
KRACAUER y ERWIN PANOFSKY:
Briefwechsel, 1941-1966, ed. Kuhle Wampe (S. Dudow, 1932)
Volker Breidecker, Berlín,
Akademie Verlag, 1996, pág. 47.
28. Carta a Hermann Hesse, 2 de
febrero de 1947, KN, DLA. Un análisis contrastado entr e los ensayos de Kracauer para el Frankfurter
29. Carta a Panofsky, 2 de mayo Zeitung y From Caligari to Hitler muestra tanto las relaciones como la autono-
de 1947, en Briefwechsel, pág.
47. mía de los dos sistemas31. Este nuevo reconocimiento y redefinición de los pará-
30. Véase la correspondencia metros fundamentales se fraguó en el mar co de una continuidad sustancial. No
entre Bloch y Kracauer en ERNST
BLOCH: Briefe, 1903-1975, vol. I, obstante, en calidad de crítico, Kracauer a menudo señalaba (y criticaba) rasgos
Fráncfort del Meno, Suhrkamp, que debería haber ignorado como historiador. La preferencia por una perspecti-
1985.
31. Llevé a cabo una compara-
va sociopsicológica y la necesidad de designar gr upos y tendencias de acuer do
ción de estas características en con estas dir ectrices condujeron a una simplificación o “sesgo” en sus análisis,
la introducción a la nueva edi-
que a menudo descuidaban aspectos impor tantes de las películas individuales, y
ción italiana de From Caligari to
Hitler. no solo desde el punto de vista estético.
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 108
Son muchos menos los casos en los que su juicio como historiador enriqueció su
crítica original (y probablemente rebajó su tono polémico). No obstante, existen
casos en los que cambió completamente de opinión o incluso se retractó de lo
dicho antes. Uno de los ejemplos más notorios y sorpr endentes de esta discon-
tinuidad atañe a las películas de montaña de Ar nold Fanck. Mientras que
Kracauer, el crítico de cine, desestimó Der heilige Berg (La montaña sagrada ,
1926) con una crítica mordaz —haciendo hincapié en sus relaciones con las ten-
dencias antimodernas y resaltando la parodia involuntaria así como su contenido
excéntrico—, reservó una opinión más cálida y positiva para Der Berg des
Schicksals (1924). En esta interpr etó el vínculo entr e el hombre y la naturaleza
no tanto como una caricatura o exageración de conceptos románticos sino en
términos más neutros, visto desde el mundo de los depor tes y asociado única-
mente con la proeza atlética. En última instancia, Kracauer, como crítico de cine,
elogió los motivos de las nubes de Fanck por su técnica expr esiva y el atractivo
visual: “Cúmulos, enormes nubes blancas que se dispersan, mar es de nubes que
se levantan y r etroceden lentamente, masas y r ebaños de ovejas”. En su crítica
sobre Der heilige Berg, Kracauer destacó “la magistral r epresentación de cómo
flotan las masas de nubes” 32. Kracauer, el historiador, sin embargo, percibió la
relación entre estos mismos temas y los cánones del cine y la cultura nazi, inclu-
so los consideró precursores de estos.
108
III
32. Citado en S. Kracauer:
“Berge, Wolken, Menschen” y
From Caligari to Hitler experimentó un dilatado y complejo periodo de gestación. “Der heilige Berg”, Frankfurter
Los resúmenes que Kracauer r edactó tras versiones sucesivas nos ayudan a enten- Zeitung, 9 de abril de 1925 y 4
de marzo de 1927 respectiva-
der tanto las ideas rectoras del proyecto como su evolución. En general, los estu- mente (este último también en
diosos examinan el capítulo intr oductorio del libr o para identificar y analizar los el apéndice de la edición alema-
criterios metodológicos del autor puesto que, de hecho, es aquí donde se exponen na de From Caligari to Hitler, en
Schriften, vol. II; ambas críticas
explícitamente sus prioridades y pr emisas. Kracauer trabajó en este capítulo hasta se incluyen en el apéndice de la
el final, como demuestran las numerosas correcciones a las pruebas de imprenta33. nueva edición italiana).
33. La introducción no fue el
La introducción representa, en gran parte, una confluencia de puntos programá- único capítulo de las pruebas
que Kracauer reescribió. Como él
ticos procedentes de las etapas previas al trabajo propiamente dicho. Sin embar-
mismo dejó claro en su corres-
go, el camino que sigue no es siempre lineal ni “automático”. Un estudio de las pondencia: “Los costes adiciona-
distintas etapas preliminares nos permite entender los fundamentos de esta obra les de mis correcciones equivalen
casi a los ingresos por derechos
de una forma más precisa. de autor que recibo por la prime-
ra impresión”. Carta a Theodor
Los siguientes son los textos a los que me r eferiré a continuación: (a) Adorno, 24 de abril de 1947, KN,
“Ideenskizze zu meinen Buch über den Film”, escrito en Francia entr e 1938 y DLA.
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 109
1939; (b) “Notes on the Planned History of the German Film” escrito después de
agosto de 1942; (c) “Preliminary Report”, preparado en 1944 para resumir el tra-
bajo que había realizado hasta el momento y el que quedaba por hacer; (d) un pri-
mer texto mecanografiado de lo que más tarde sería la introducción34; y (e) el texto
definitivo de la intr oducción. Evidentemente, la principal r eferencia es el pr opio
libro, que revela de una manera clara e inequívoca el modus operandi del autor.
El “Ideenskizze zu meinen Buch über den Film”, una obra sobr e todo de valor
histórico, proporciona información valiosa sobre el método de Kracauer. Se basa
en el estudio que ya había r ealizado sobre Jacques Of fenbach (1937) donde
prestó a la opereta la atención que más tarde dedicaría al cine35. La relación entre
el cine y la sociedad es aún muy general; Kracauer trata el cine como el “produc-
34. Estos textos se encuentran
to” de una época histórica concr eta, un sistema cuya función social se pr opone
entre los artículos recopilados investigar. En este texto, por tanto, alude a “la interacción entr e la estr uctura
del autor, almacenados en la
única del cine y diversos factores sociales” (pág. 2). También aboga por un enfo-
Deutsches Literaturarchiv de
Marbach. que fenomenológico: “Como en ningún otr o arte, el cine capta los rasgos más
35. El libro se publicó en inglés efímeros y contingentes de la vida social” (pág. 2). Al hacer r eferencia a una
junio 2009
un año después de Orpheus in
Paris: Offenbach and the Paris of etapa específica de la for mación del autor, esta frase anticipa uno de los rasgos
his Time, trad. Gwenda David y más característicos del enfoque que acabaría por adoptar. Este estudio propone
Eric Mosbacher, Nueva York,
Alfred A. Knopf, 1938.
asimismo una perspectiva teórica y no solo historiográfica, además de un campo
36. Los textos incluidos en esta de investigación que no es exclusivamente alemán.
colección, escritos entre la
109
segunda mitad de los años 1920 Las “Notes on the Planned History of the German Film” es el primer texto que
y principios de los años 1930, revela la estructura de From Caligari to Hitler en un estado avanzado, así como la
fueron seleccionados por
Kracauer y publicados con el
complejidad (y diversidad) de sus fuentes. El r etrato de un sujeto que aparece en el
título Das Ornament der Masse escenario de la posguer ra alemana como “un alma en pena y sin hogar [que avan-
(Fráncfort del Meno, Suhrkamp,
za] como un extraño a través del mundo de la r ealidad habitual”, “un alma errante
1963). “The Mass Ornament” es
también el título de uno de los [que se imagina] a locos, sonámbulos, vampiros y asesinos” (pág. 5) todavía revela
ensayos incluidos en esta colec- vestigios del existencialismo kierkegaar diano (o conceptos de Geor g Lukács en
ción. Las citas que aparecen en
el presente libro proceden de la Teoría de la novela que tanto influyó en su for mación y sus obras durante el perio-
traducción de THOMAS Y. LEVIN: do previo a su ensayo sobre la novela policíaca [1922 – 25]).
The Mass Ornament: Weimar
Essays. No obstante, el texto viene mar cado por las lecturas que r ealizó Kracauer sobre
37. Die Angestellten se publicó la sociología de Georg Simmel a principios de los años 20, filtradas a través de
primero como un compendio de
artículos que aparecieron a partir su entendimiento de Mar x, que dio lugar a un r ealismo materialista original
de 1929 en el Frankfurter Zeitung (propio de sus más conocidos ensayos, r ecopilados en The Mass Ornament36, y
y en 1930 como libro, que
actualmente está disponible en de su libro de 1930 sobre oficinistas titulado The Salaried Masses)37. Gracias a los
S. KRACAUER: Schriften, vol. I, lazos entre el cine y el ar te popular, y a los recursos técnicos del primero —ubi-
Fráncfort del Meno, Suhrkamp,
cuidad, detalle, ángulos de la cámara—, Kracauer concibe el medio fílmico como
1971. Como se ha mencionado
antes, la traducción al inglés se el arte del detalle, de la super ficie (un concepto fundamental para él), y lo con-
titula The Salaried Masses, libro sidera el género mejor capacitado para captar los “movimientos infinitesimales y
del que provienen todas las
citas. [las] innumerables acciones transitorias [...] fisonomías, pequeños gestos, com-
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 110
En opinión de Kracauer , Simmel empieza por descar tar el “prisma de una idea
metafísica sublime”39 y, en lugar de eso, constr uye relaciones entre objetos
remotos, asignando un lugar fundamental al momento de la per cepción. N o
podría haber mejor descripción del método que la que el mismo Kracauer hizo
en las obras que se enmarcan en el periodo desde mediados de los años 20 hasta
el auge del nazismo, que también caracterizó todo su trabajo posterior. Benjamin
110 lo resumió con una imagen pr eciada para Kracauer: “Un traper o, al alba, que
recoge, con su palo, andrajos de discurso y r etazos verbales y los lanza, r efunfu-
ñando y gruñendo, un tanto bor racho, a su car rito, no sin dejar que algún que
otro de estos r etales de algodón desvaídos —“humanidad”, “intr ospección” o
“absorción”— revoloteen burlonamente en el viento” 40.
El ensayo “The Mass Or nament” (1927) se abr e con una primera frase, con
razón, célebre: “La posición que ocupa una época en el proceso histórico puede
determinarse con mucha mayor contundencia a par tir del análisis de sus expr e-
siones superficiales inadvertidas que a par tir de las opiniones de la época sobr e
ella misma” (pág. 75). Esta pr emisa es la base para la teoría crítica de Kracauer
40. “The Outsider Makes His acerca de los productos de la cultura industrial desde el cine a la fotografía, desde
Mark” (1930), en Walter los espectáculos de variedades a las Tiller Girls. Una de las aplicaciones más
Benjamin: Selected Writings. Vol.
recientes que hizo Kracauer de esta teoría se plasma en “Die totalitär e
II: 1927-1934, trad. Rodney
Livingston et al., Cambridge, Propaganda” (1936 - 38), un ensayo que, en principio, iba a publicarse en la
Massachusetts, Belknap Press of revista del Institut für Sozialforschung, que ya había trasladado su sede a los
Harvard University Press, 1999,
pág. 310.
Estados Unidos. (Kracauer lo r etiró de la publicación tras r ecibir las correccio-
41. Compárese la opinión de D. nes de Adorno que invertían el enfoque inicial desde lo par ticular y concreto a
Barnouw en Critical Realism,
lo general; Adorno prefería empezar por los principios generales) 41.
junio 2009
págs. 90-92.
42. La expresión “fisonomía” El mundo visible se expr esa en super ficies; la interrogación de estas super ficies
viene prestada de THEODOR W.
ADORNO: “Der wunderliche
conducirá a una “fisonomía” del mundo42. La realidad puede interpretarse como
Realist”, 1964, en Noten zur un jeroglífico (otro concepto fundamental en la línea de pensamiento de
Literatur, vol. III, Fráncfort del
Kracauer). El espacio es un jeroglífico social43 (“Über Arbeitsnachweise”, 1930), 111
Meno, Suhrkamp, 1966, pág. 88.
Habría que incluir también a en el que se inscriben la estructura y las relaciones de una realidad social . Lo que
Béla Balázs entre los precursores se manifiesta de manera simultánea en el espacio es el mundo físico, la materia-
del autor. “El cine es el arte de
la superficie; en él “lo interior es
lidad de las cosas (confor me a una ambivalencia que r ecorre toda la obra del
exterior””, según Der sichtbare estudioso y que solo se descifra en Theory of Film)44 .
Mensch (1924), reimpresión en
Fráncfort del Meno, Suhrkamp, Cuando Kracauer habla de la capacidad del cine de mostrar “movimientos infi-
2001, pág. 27. En la crítica que nitesimales” y “numerosas acciones transitorias” (pág. 2), parece que se refiera a
Kracauer hizo del libro, arremetía
contra la fe de Balázs en una
una cualidad “involuntaria” de la realidad, con lo cual insinúa la existencia de un
“nueva visibilidad del hombre contenido latente que subyace al contenido manifiesto. En consecuencia, tam-
físico”, una fe que se debía al bién adopta un modelo psicoanalítico, pues su texto se r efiere explícitamente al
“falso razonamiento de la menta-
lidad capitalista”; “Bücher vom “valor sintomático” del cine (pág. 4). Las críticas escritas durante los años 20
Film”, Frankfurter Zeitung, 10 de (que reivindica en su próximo trabajo, el “Preliminary Report”) también descri-
julio de 1927 y reimpreso en B.
BALÁZS: Der sichtbare Mensch,
ben “el cine alemán como un síntoma de la situación nacional” (pág. 98).
págs. 171-72. Kracauer se centra en los procesos mentales de los sujetos (“el alma errante”, “el
43. “Über Arbeitsnachweise”, en
Strassen in Berlin und anderswo, hombre en medio de la muchedumbr e”) que habitan en la escena social de la
Fráncfort del Meno, Suhrkamp, Alemania de la posguer ra, de manera que activa un segundo nivel del modelo
1964, una segunda colección de
los artículos de la República de
freudiano y postula dentr o de este mar co una relación directa entre las eleccio-
Weimar que Kracauer reunió des- nes técnicas y estilísticas del cine y la “organización psíquica” (pág. 6). La movi-
pués de la guerra. lidad de la cámara se asocia con la actitud er rante del alma; los contrastes de luz
44. G. KOCH: Siegfried Kracauer,
pág. 82. con las “visiones aterradoras de una mente trastornada” (pág. 6).
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 112
112
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 113
una perspectiva formalista, que asigna un papel impor tante a los mecanismos de
desorientación y alienación 45 . El detalle per mite evidenciar aspectos olvidados,
“como si mirásemos a través de una ventana angosta escenas extrañas que, fuera,
serían totalmente invisibles” (pág. 3). Los dir ectores, en palabras de Kracauer ,
tienden a “retratar [...] objetos apar entemente conocidos y hacer que par ezcan
nuevos” (pág. 5).
En cambio, los aspectos estéticos se ignoran por completo. El estudio pr opues-
to pretende abarcar no solo los clásicos del cine mudo alemán, sino también “las
películas comerciales”, “las películas [...] anónimas y corrientes, más permeables
a determinados rasgos de la vida contemporánea que aquellas obras excelsas”
(págs. 6-7). Kracauer no hace r eferencia alguna a los temas r elacionados con el
cine de autor y ello guarda perfecta sintonía con la orientación de todo su traba-
jo previo. El cine común ha sido el núcleo de uno de sus estudios de más origi-
nalidad y éxito durante la época de la República de Weimar, “The Little
Shopgirls Go to the Movies” (1927) 46 . En la versión final de la intr oducción se
hace notar (entre otras cosas) la impor tancia del “cine popular”.
junio 2009
Por tanto, en las “Notes on the Planned Histor y of the German Film”, pueden
identificarse varias metodologías, entre las que destacan la fenomenológica, psi-
coanalítica, marxista y formalista. Más que relacionadas o integradas, estas meto-
dologías están estratificadas. Así pues, otr os modelos se pr oyectan en ellas. El 113
cine pone al espectador en contacto con un escenario histórico, sujetos indivi-
duales o colectivos y estados interior es, que a su vez son o bien individuales o
colectivos (“la vida y la mentalidad alemana”).
En el “Preliminary Report” posterior, se definió más en detalle el sujeto colecti-
vo, pero con una nueva ambivalencia: como categoría abstracta (el pueblo,
Alemania, la “mentalidad alemana”) o como una categoría definida tanto social
45. Según Gerwin Zohlen: como históricamente (la clase media). Además, se examina el sujeto (el “carácter
“Kracauer acaba con la confianza alemán colectivo”, pág. 8) en un momento en el que o influye o se ve influido
en el objeto derivado del punto
de vista cotidiano en el sentido
por sucesos históricos. Aquí Kracauer estableció la coexistencia y la estratificación
de que, por medio de un texto, de ambos niveles (hecho que r eitera en la versión final de la intr oducción), al
construye una posibilidad nueva tiempo que negaba con fir meza cualquier intención de postular el “carácter
y diferente de percepción e
interpretación”. Citado en DAVID nacional fijo” (pág. 8) como categoría (una crítica común en su obra). El texto
FRISBY: Fragments of Modernity: manuscrito de la intr oducción también habla del “alma alemana” y la “muche-
Theories of Modernity in the Work
of Simmel, Kracauer and
dumbre alemana” (pág. 29), per o su enfoque historicista se halla más acotado
Benjamin, Cambridge y Oxford, (en términos de “estratos de clase media” y “pequeña bur guesía”) y también
Polity Press/Basil Blackwell,
alude directamente a su estudio sobr e oficinistas, “The Salaried Masses” (págs.
1985, págs. 136-37.
46. S. KRACAUER: “The Little 27-28). En el texto final de la intr oducción, Kracauer r eitera su r echazo hacia
Shopgirls Go to the Movies”, en cualquier idea de un “patrón de carácter nacional supuestamente elevado por
The Mass Ornament, págs. 291-
304. encima de la historia”: las características nacionales deberían interpr etarse como
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 114
junio 2009
pero sin definir el modelo psicológico (o “mente”, “humor”, “estado de
ánimo”) de un sujeto colectivo (“pueblo”, “naciones” o más concr etamente,
“gente de clase media”, “alemanes de clase media”). Es evidente que la ter mi-
nología ya cuenta con un alto grado de movilidad y ambigüedad, y el sistema al 115
que alude es del todo indefinido.
Este es un tema crucial. No es casualidad que el subtítulo del libro haga referen-
cia a una “historia psicológica del cine alemán”. La fuente de Kracauer para esta
interpretación es sobre todo la psicología social de Erich Fr omm (cita su libr o
Escape from Freedom [El miedo a la libertad], 1941). Entre 1929 y 1930, casi al
mismo tiempo que la publicación de The Salaried Masses de Kracauer, Fromm
había llevado a cabo un estudio (publicado solo varias décadas más tar de) sobre
la situación social y cultural de los oficinistas y obreros industriales alemanes. Sus
descubrimientos revelaron una discrepancia entre las posturas políticas de los tra-
bajadores y sus personalidades, lo cual coincidía con las conclusiones del pr opio
Kracauer49, quien, a su vez, también cita un pr oyecto de investigación promovi-
do por el Institut für Sozialforschung sobr e “Autorität und Familie” (que con-
cluyó en Nueva York en 1953 y se publicó en París un año más tarde), con apor-
taciones teóricas de Max Horkheimer , Fromm y Herber t Marcuse. Kracauer
hace especial hincapié en el ensayo de Horkheimer 50.
El lector, sin embar go, buscará en vano, tanto en la intr oducción como en el
resto del libr o, cualquier desar rollo o definición del concepto de “psicología
social” o del modelo usado para asignar a un sujeto colectivo los mecanismos de
la psique individual. Por tanto, se siente la necesidad imperante de saber más,
sobre todo teniendo en cuenta el papel decisivo que juega este modelo para sos-
116 tener la tesis del libro. Además no aparece referencia alguna a los textos freudia-
nos que articulan esta perspectiva51 y, en la introducción, tampoco se incluye una
49. ERICH FROMM: Arbeiter und
referencia explícita a los procesos de reflejo (en el sentido marxista habitual) o a Angestellte am Vorabend des
conceptos contrahistóricos (el “presagio” de la historia). Estos son aspectos que Dritten Reiches. Eine sozialpsy-
chologische Studie, Múnich, dtv,
Kracauer retomará más adelante. 1983. Este texto se publicó ori-
ginariamente en 1980.
50. Studien über Autorität und
Familie. Forschungsberichte aus
dem Institut für Sozialforschung.
IV El texto ha sido reimpreso en
Luneburgo, Dietrich zu Klampen,
1987. Tal como sugiere Anton
Kaes, las investigaciones de
¿Es fiel el contenido de From Caligari to Hitler a los supuestos pr ogramáticos Kracauer sobre las características
de los alemanes pueden conside-
estipulados? Una lectura atenta del libro revela unas cuantas sorpresas. Una clase
rarse, en un sentido más amplio,
social específica con características definidas (la clase media alemana) es, de como parte del importante pro-
manera implícita o explícita, el primer punto de r eferencia de Kracauer, quien, yecto del Institut für
Sozialforschung, proyecto que
para referirse a este grupo social concreto, recurre, sin embargo, a una termino- gira alrededor del concepto de
logía vaga derivada de las Geistesgeschichte (“alma de la gente”, la “mente ale- personalidad autoritaria. Véase T.
W. ADORNO et al.: The
mana” y el “alma colectiva”). En este sentido, el estudio se encuentra en la Authoritarian Personality, Nueva
misma línea que “The Salaried Masses”, trabajo del que toma prestados los prin- York, Harper, 1950.
51. El punto de referencia de
cipios de la investigación sociológica de carácter cualitativo (muy extendida por
Kracauer no puede ser Jung,
los Estados Unidos en los años 40 y que constituye el tema de un ensayo meto- como ya se ha observado.
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 117
junio 2009
una “situación social”. La esfera psicológica está sujeta a un contexto específico.
Desde este punto de vista, el texto del libro mismo es más avanzado que la intro-
ducción. Karsten Witte está en lo cier to cuando señala que “los oponentes acé-
52. Véase MARTIN JAY: Permanent rrimos de esta tesis [psicológica] a menudo no leen más que la intr oducción”56.
Exiles: Essays on the Intellectual
117
Migration from Germany to
En el ensayo “Revolt of the Middle Classes”, se describe a una clase media que
America, Nueva York, Columbia se debate entre la violencia y el liberalismo. En “Die totalitär e Propaganda” la
University Press, 1985, pág. 169. misma clase, en su incapacidad de sentirse atraída por el capitalismo, se halla en
El ensayo de Kracauer sobre el
análisis cualitativo se titula “The el centro de un “antagonismo entr e partidos de derecha e izquierda que ya no
Challenge of Qualitative Content puede salvarse por vías democráticas” 57. Este mismo diagnóstico r eaparece en
Analysis”, Public Opinion
Quarterly, XVI, 1952-53, nº 4,
From Caligari to Hitler, en el que la “razón” se considera una alter nativa débil
págs. 631-42. La traducción al y fragmentaria.
alemán se puede encontrar en S.
KRACAUER: Schriften, vol. V, pt. 3. El razonamiento confirma la importancia primordial de analizar los procesos del
53. S. KRACAUER: The Salaried aparato psíquico, sus mecanismos (compensación, pr oyección, etc.), su elabora-
Masses, pág. 81.
54. S. KRACAUER: “Revolt of the ción inconsciente y lo que Kracauer da en llamar acer tadamente el “contenido
Middle Classes”, 1931, en The subterráneo que, al igual que el contrabando, había cr uzado las fronteras de la
Mass Ornament, pág. 122.
conciencia sin que se le interpelara” (pág. 163). Los límites de este enfoque vie-
55. S. KRACAUER: The Salaried
Masses, pág. 92. nen marcados por su aplicación a un sujeto colectivo (la clase media) sin el r es-
56. KARSTEN WITTE: “Nachwort” en paldo investigador pertinente. Las películas “me pr oporcionan indicios precisos
Das Ornament der Masse, pág.
339. sobre el carácter psicológico de los alemanes”, escribió Kracauer a Her mann
57. Citado del resumen de Hesse58. ¿Pero sobre qué cimientos se puede asentar semejante constr ucto?
“Masse und Propaganda” en B ELKE
Y RENZ (eds.): Siegfried Kracauer, Incluso como instrumento para interpretar el cine a modo de síntoma de una
págs. 86-87. situación social y política, este modelo no está definido ni desarrollado. Por muy
58. Carta a Hermann Hesse, 2 de
febrero de 1947. sugestivo que pueda r esultar, por muy eficaz desde el punto de vista operativo,
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 118
nográficos) tienen cabida en el mismo esquema, con lo cual este resulta aún más
firme y verosímil. Las comparaciones son uno de los mejor es recursos del autor:
encuentra conexiones incluso entr e temas distantes y que apar entemente no
guardan ninguna relación entre sí. Después de solo unas cuantas páginas, el lec-
junio 2009
119
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 120
analiza desde el punto de vista de su fracaso a la hora de expresar con todo deta-
lle modelos alter nativos. La crítica que dirige hacia obras que sur gieron de la
Nueva Objetividad revela una hostilidad “irredimible” que tiene su origen en los
años 20 (una hostilidad que compar te con Benjamin y Br echt) y que inver tirá
tácitamente en Theory of Film64.
junio 2009
121
122 Ornament)68 son fruto de mecanismos de alienación, aún conser van su propia invierno de 1987, nº 40 pág. 84.
68. “Travel and Dance”, 1925.
honradez: “[A] pesar de sus for mas cosificadas, expresan una tensión liberadora 69. E. TRAVERSO: Siegfried
y un deseo de redención”69 . De ahí la ambigüedad básica de las figuras de masas: Kracauer, pág. 88.
70. S. KRACAUER: The Mass
son una expr esión de la desmitificación (r uptura con el culto r omántico de la Ornament, pág. 83. Witte subra-
“naturaleza Todopoderosa” y el pensamiento mitológico que lleva asociado) que ya las fuentes de este modelo —
que van desde Hegel hasta
ha ocasionado el capitalismo, aunque solo de manera parcial y distorsionada. En
Weber— en “Nachwort”, pág.
palabras de Kracauer, “el ornamento de masas se pr esenta como un culto mito- 344.
lógico disfrazado con el atuendo de la abstracción” 70. Para Kracauer la razón 71. S. KRACAUER: The Mass
Ornament, pág. 81.
desempeña un papel fundamental en la pér dida del mito, pero la ratio del siste- 72. E. TRAVERSO: Siegfried
ma capitalista es “turbia”, por que “racionaliza no demasiado, sino demasiado Kracauer, págs. 91-92.
73. Este argumento ya ha sido
poco”, de modo que se distancia del pleno r econocimiento de la “base del ser excluido de “Masse und
humano”71. En contra de los pr ocesos racionales del capitalismo, Kracauer pr o- Propaganda”, en el que el orna-
mento de masas se interpretó
pone una racionalidad humanista 72.
como un instrumento para la
Kracauer abandona por completo este tipo de franqueza en From Caligari to clara reintegración de las masas
73 en el sistema fascista de poder:
Hitler . Las “composiciones decorativas”, las “figuras ornamentales” y la geome- “Las masas se ven obligadas a
trización de lo humano (véase el análisis de Kracauer sobre Nibelungen [Los nibe- comparecer por doquier (en las
grandes concentraciones, los des-
lungos, 1924] de Lang) adoptan ahora un valor exclusivamente negativo (ya que files, etc.). De esta manera, las
cosifican, despersonalizan y restauran una dimensión sagrada, mitológica). Lo que masas están siempre a la vista y
a menudo en la forma estética-
las caracteriza ahora es un humanismo vago, ar raigado en una época precapitalis-
mente seductora de un ornamen-
ta, que ha perdido la novedad, la complejidad y las contradicciones legadas por la to o una imagen llena de efec-
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 123
ratio capitalista y las transfor maciones sociales y culturales que ha ocasionado 74.
Elsaesser acierta al decir que Kracauer llegó a adoptar la misma postura que
Benjamin en “La obra de arte en la época de reproductibilidad técnica”, pero sin
las “complicaciones” del concepto de “r eproductibilidad técnica”75.
junio 2009
Kracauer siempre explica la relación entre una película y una situación histórica,
tendencia social o condición psicológica, no solo desde el punto de vista temáti-
co sino también en materia de for mas específicas y figuras visuales. La conexión
entre diversos textos viene garantizada por la continuidad de los motivos icono-
lógicos. Incluso cuando se ve obligado a recurrir a fuentes secundarias, Kracauer 123
hace referencia tanto a los elementos formales e iconográficos como al “conteni-
do”. Estas formas son la base para el análisis de los valor es simbólicos, significa-
dos inconscientes y papeles sintomáticos. Su análisis de Das Cabinet des Dr .
Caligari (El gabinete del doctor Caligari, R. Wiene, 1920) y la identificación de
las líneas de continuidad que compar te con Berlin: Die sinfonie der Grosstadt
(Berlín, sinfonía de una gran ciudad, W. Ruttman, 1927) y M (M, el vampiro de
Düsseldorf, F. Lang, 1931) atribuye un papel fundamental al tema del cír culo o
la espiral como “símbolo del caos”. La distribución de la feria (como r epresen-
tación de anar quía) está pr esente tanto en su análisis de Caligari como de
Wachsfigurenkabinett (El hombre de las figuras de cera L. Birinsky y P . Leni,
1924). En Vanina oder Die Galgenhochzeit (A. Von Gerlach, 1922) los pasillos
interminables del palacio confirman su interpretación. En Der Müde Tod (Las tres
luces, F. Lang, 1921) es la imagen de un desfile de car naval o de una par ed que
ocupa todo el cuadr o y en Die Strasse ( K. Grüne, 1923) la imagen biomór fica
tos” (pág. 88). de una señal o una línea ondulada en la acera. La identificación de Kracauer de
74. Estoy completamente de
determinados temas (pies separados del cuerpo humano, un policía que ayuda a
acuerdo con Elsaesser; véase
Cinema, pág. 85. alguien a cruzar la calle o un hombr e que hunde su cabeza en el r egazo de una
75. Este texto está disponible en mujer) contribuyó a que se convir tieran en iconos del cine de la República de
castellano en WALTER BENJAMIN:
Discursos interrumpidos, I, Weimar.
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 124
& Row, 1972, pág. 7. En la introducción se hace mención dir ecta a Panofsky y se rinde un afectuoso
77. ERWIN PANOFSKY: “Style and homenaje a su texto “Style and Medium in the Moving Pictures”77 , que tam-
Medium in the Moving Pictures”
en Transition, 1937, nº 26, págs.
bién aparece citado en Theory of Film. La amistad duradera entr e los dos er udi-
121-33. Una versión anterior del tos es bien conocida. Sin embar go, la publicación de su cor respondencia (y la
artículo se publicó con el título
contribución del investigador alemán Volker Breidecker)78 ha servido para dibu-
“On Movies”, Bulletin of the
Department of Art and jar un panorama más completo de su r elación e identificar, con garantías, en las
Archaeology of Princeton obras de Panofsky las referencias directas para muchos de los aspectos del traba-
University, junio de 1936, págs.
5-15; una tercera versión se jo de Kracauer. “Mis propias reflexiones sobre el cine que espero desarrollar por
publicó en 1947 como “Style and fin ahora en forma de libro toman casi el mismo r umbo”, le escribió Kracauer a
Medium in the Moving Pictures”,
Critique, I, enero-febrero de Panofsky en octubre de 1941, expresando su admiración por “Style and
1947, nº 3, págs. 5-28. También Medium”79 . Después de leer su libro sobre Durero (1943), Kracauer le escribió
existe la versión al castellano:
“El estilo y el medio en la ima-
a Panofsky una lar ga carta en la cual, mientras destacaba las características del
gen cinematográfica”, Archivos método crítico de este, descubría (sin ser explícito) los fundamentos para su pro-
de la Filmoteca, nº 35, 2000, pio trabajo: “La verdadera interpretación de documentos se alcanza solo a través
págs. 159-177. Thomas Y. Levin
es el autor de un brillante análi- del análisis de sus detalles más nimios […] El ‘todo’ no se conforma justo al prin-
sis sobre las implicaciones teóri- cipio, sino que se r evela al final, como un r esultado […] Siempr e es como si
junio 2009
cas del artículo, análisis que
aparece en “Iconology at the mirásemos a través del agujero de una pared un paisaje inmenso” 80 .
Movies: Panofsky’s Film Theory”,
Yale Journal of Criticism IX,
Panofsky elogió estas obser vaciones por la fiel identificación de su método
1996, nº 1, págs. 27-55. (“Eres el primero que hace que me sienta ‘plenamente comprendido’”), al tiem-
78. Además de la contribución de
po que encomiaba la compr ensión cabal que demostraba Kracauer de “la r ela- 125
Levin en el estudio antes men-
cionado. ción interna entre técnica y contenido”81 . Fue el mismo Panofsky quien explicó
79. Carta a Panofsky, 1 de octu- la intensa afinidad que le unía a Kracauer al destacar los lazos que ligaban a
bre de 1941, en Briefwechsel,
pág. 5. ambos al mundo del cine: “¡Se debe a que los dos hemos apr endido algo de las
80. Carta a Panofsky, 17 de películas!”82. Mientras describía sus esfuerzos por forjar “una psicología de la
diciembre de 1943, en
Briefwechsel, págs. 22-23.
Nueva Objetividad”, Kracauer, a su vez, subrayó el vínculo, “no tan súbito”, con
81. Carta a Kracauer, 23 de una de las diser taciones de Panofsky, sobre la pintura flamenca 83. Muchos años
diciembre de 1943, en
más tarde, mientras le transmitía a su amigo la opinión que le merecía Die Büchse
Briefwechsel, pág. 27. “Los
modos de representación depen- der Pandora (La caja de Pandora, G.W. Pabst, 1929) 84 elogiaría el atractivo de
den de los contenidos que se un tema del que “cada época sustrae nuevos significados” 85.
pretende representar”, afirmó
Kracauer en la carta a Paul Rotha Como puede observarse fácilmente, Kracauer no solo captó los rasgos peculiares
citada anteriormente, con fecha
del 2 de octubre de 1944, KN,
de la iconología de Panofsky sino que descubrió (de for ma implícita o explícita)
DLA. la afinidad o convergencias con su propia obra y método. From Caligari to Hitler
82. Carta a Kracauer, 23 de
es el r esultado más avanzado y documentado de dichas conver gencias. Como
diciembre de 1943, en
Briefwechsel, pág. 27. bien apunta Levin, en “Style and Medium” Panofsky r esalta el vínculo esencial
83. Carta a Panofsky, 9 de abril entre el cine y la realidad física en vez de proponer un análisis del medio fílmico
de 1945, en Briefwechsel, pág.
39. como forma simbólica86 . Según el artículo de Panofsky (en su edición de 1947),
84. ERWIN PANOFSKY: Pandora’s Box: “el medio de las películas es la r ealidad física como tal” 87. Sobre esta base, este
Changing Aspects of a Mythical
Symbol, 1956, 2ª ed. rev.,
autor aplica su propio método iconológico al cine y elabora un análisis de “tipos”
Nueva York, Pantheon Books, y “géneros”. La analogía entre esta postura y la posición que adopta Kracauer en
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:44 Página 126
VI
From Caligari to Hitler es un libro escrito en los Estados Unidos en plena gue-
rra mundial. Fue encar gado dentro de un mar co específico de investigación
sobre las características del nazismo (y de acuer do con un plan de trabajo con-
creto). Estados Unidos deseaba conocer mejor a su enemigo para estar más pre-
parado a la hora de combatirlo. Anton Kaes ha descrito esos años:
junio 2009
gica. En otras ocasiones, la relación entre el pasado y el futuro, entre Weimar y
el cine nazi se pr esenta desde un punto de vista difer ente; el análisis ahonda en
la utilización por parte del régimen nazi de motivos (sobr e todo, iconográficos)
que pertenecían al cine del periodo anterior . El proceso propuesto es la deriva-
127
ción: “Triumph des Willens […] demuestra que, para cr ear los or namentos de
masas, los decoradores nazis se inspiraron en Nibelungen” (pág. 95). Se analizan
elementos de las películas del periodo nazi que se inspiran en filmes anterior es,
de entre otros, el cine soviético (págs. 289-90) y el de vanguar dia (pág. 278),
aunque no se mencionen directamente. El vínculo es de apropiación. Pero siem-
pre hay una gran ambigüedad. La línea que separa las dos par tes es delgada y,
francamente, el debate se inclina a menudo más en la dir ección del historicismo
“retroactivo”.
Los últimos pasajes del libr o resumen esta ambigüedad de manera más abier ta.
Con la llegada de Hitler, “Alemania [...] hizo lo que el cine había anticipado
desde el primer momento”. Esto va seguido inmediatamente de: “En
Núremberg, el patrón or namental de Nibelungen se desplegó a una escala des-
comunal”. Y poco tiempo después, una vez más con un cambio absoluto de pers-
pectiva: “[M]illones de pies desfilaban por las calles de la ciudad [...] T ronaban
las batallas y se sucedían las victorias. Todo ocurrió tal como se había visto en el
cine” (pág. 272). En la misma página, la coexistencia y la oscilación entre los dos
modelos (anticipación y derivación posterior) no podría ser más estr echa ni más
emblemática.
En otra parte he subrayado la falacia de las hipótesis “anticipatorias” y la inade-
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:45 Página 128
Die weisse Hölle vom Piz Palü (Prisioneros de la alta montaña, A. Fanck, 1929)
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:45 Página 129
junio 2009
segunda edición alemana.
94. P. ROTHA: “From Caligari to
Hitler”, The Film To-Day, verano
de 1947; reimpreso en BELKE Y
RENZ (eds.): Siegfried Kracauer,
pág. 107. VII 129
95. HERMAN G. WEINBERG: “The Film
and Humanity”, Sight and Sound,
XVI, verano de 1947, nº 62, pág. Las minuciosas notas sobre las reacciones a su trabajo que Kracauer r ecopiló en
78; IRIS BARRY: “The German
Film”, The New Republic, 19 de
“About Me”, conservadas actualmente entre sus escritos, y la bibliografía prepa-
mayo de 1947, págs. 28-29. Rolf rada por Karsten Witte nos dan una idea sobre la resonancia de From Caligari to
Nürnberg también publicó una Hitler en el momento de su primera publicación93. El libro se analizó en los cír-
crítica muy positiva en Aufbau,
el periódico de la emigración culos de más autoridad, con lo cual obtuvo un éxito que demostró ser decisivo
germano-judía: RALPH NUNBERG para la carrera posterior del autor.
[Rolf Nürnberg]: “Von Caligari
bis Hitler. Eine Analyse des Las críticas que r ecibió en los Estados Unidos y Alemania abar caron un amplio
deutschen Films”, Aufbau XIII, espectro, desde el apoyo incondicional hasta el rechazo más absoluto, pero siem-
nº 24, 13 de junio de 1947, pág.
pre se valoraba a priori la extensa investigación y documentación de Kracauer (un
10. El artículo de Nürnberg se
puede encontrar también en importante reconocimiento del arduo trabajo del autor). Las críticas más positi-
ASPER (ed.): Nachrichten aus vas fueron las de Paul Rotha, Iris Barry y Hermann G. Weinberg. Rotha lo con-
Hollywood, págs. 106-8.
96. FRANKLIN FEARING: “Films as
sideró “un libr o que debe ocupar de inmediato el lugar que le cor responde al
History”, Hollywood Quarterly, II, lado de la media docena de obras más importantes sobre cine; personalmente, lo
julio de 1947, págs. 422-27; ERIC colocaría entre los tres primeros”94. Weinberg lo llamó “el mejor libro sobre cine
BENTLEY: “The Cinema: Its Art and
Techniques”, New York Times
de todos los tiempos […] El capítulo sobre Caligari [ha sido] tan excitante como
Book Review, 18 de mayo de la más emocionante novela policíaca o la película de más suspense de
1947, pág. 7; GODO REMSZHARDT: Hitchcock”95. La crítica más severa se publicó en el Hollywood Quarterly, el New
“Doch Caligari war kein SA-
Mann”, Frankfurter Rundschau,
York Times Book Review y, en Alemania, el Frankfurter Rundschau96.
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:45 Página 130
VIII
junio 2009
Jersey y Londres, Rutgers
University Press, 1990. El análisis de Caligari hace hincapié en el valor supuestamente revolucionario que
111. El guión se publicó en Das
Cabinet des Dr. Caligari. Drehbuch los autores del guión, Carl Mayer y Hans Janowitz, atribuyer on al pr oyecto.
von Carl Mayer und Hans Kracauer sostiene que la película traicionó y nor malizó el concepto original del
Janowitz zu Robert Wienes Film
von 1919-20, Múnich, text + kri-
filme al introducir un marco de referencia narrativo. La principal fuente para esta 133
tik, 1995. He descrito el descu- interpretación son las memorias de Janowitz, escritas durante su exilio en
brimiento del contrato para el
Estados Unidos y que Kracauer pudo consultar 110. No obstante, el r edescubri-
guión (contrato que encontré
durante la investigación de los miento hace más de dos décadas del guión de Caligari, y más r ecientemente, de
materiales pertenecientes a los otros documentos relacionados con las actividades de los dos guionistas (inclui-
archivos de los estudios alema-
nes UFA) así como de otros do el contrato con la productora), así como un análisis directo del propio manus-
documentos en Film-Dienst, XLV, crito de Janowitz, ponen en tela de juicio las suposiciones de Kracauer 111.
3 de marzo de 1992, nº 5, págs.
16-17, y en Cinema & Cinema, Varios estudiosos han sometido la posición de Kracauer a una nueva evaluación.
XVIII, septiembre-diciembre de Desde entonces, sus conclusiones son vox populi 112. Me limitaré a r esumir los
1991, nº 62, págs. 19-24.
112. Véase el capítulo sobre principales aspectos. En primer lugar , el guión original de Mayer y Janowitz ya
Caligari (pág. 164-200) en contaba con un marco de referencia narrativo. La historia empieza en la “grosse
SIEGBERT S. PRAWER: Caligari’s
Children: The Film as Tale of
vornehme Terrasse eines Landhauses”, la amplia y elegante ter raza de una casa
Terror, Oxford, Oxford University de campo, donde Francis y su esposa Jane conversan con unos amigos. Después
Press, 1980; JÜRGEN KASTEN: Der de la súbita y molesta inter rupción ocasionada por el paso de unos car romatos
expressionistische Film, Münster,
MAkS, 1990; ULI JUNG y WALTER de gitanos, la mujer de Francis le insta a que cuente un suceso que tuvo lugar
SCHATZBERG: Robert Wiene, der “más de veinte años antes”, cuando este vivía con su amigo Allan en la ciudad
Caligari Regisseur, Berlín,
Henschel, 1995; ídem: “Ein
de Holstenwall y un personaje misterioso apar eció en una feria para pr esentar a
Drehbuch gegen die Caligari- “Der somnambule Mensch”, el sonámbulo 113. A par tir de este momento se
Legenden”, págs. 113-38, en el desarrolla la conocida historia del filme hasta que se desenmascara al doctor
volumen que incluye el guión.
Véase también BUDD (ed.): The Caligari, quien ha asumido el r espetable disfraz de dir ector de una clínica y en
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:45 Página 134
afirman lo mismo.
117. Sin embargo, hubo algunas
quejas. Hace un tiempo encontré
un artículo “Herr Mayer protes-
tiert”, en Lichtbild-Bühne, 16 de
diciembre de 1922, nº 51, pág.
12, que desde entonces ha sido
publicado de nuevo en MICHAEL
OMASTA, BRIGITTE MAYR y CHRISTIAN
CARGNELLI (eds.): Carl Mayer
Scenar[t]ist, Viena, Synema,
2003, pág. 25. En el artículo de
1922 aún se menciona el inci-
dente original dos años más
junio 2009
tarde (la razón de ser de este Das Cabinet des Dr. Caligari (El gabinete del Doctor Caligari, R. Wiene, 1920)
artículo fueron las protestas del
guionista acerca del modo en
que habían alterado otro de sus
guiones en Erdgeist, una película
dirigida por Leopold Jessner en El contrato entr e los guionistas y la pr oductora Decla niega cualquier posible
1922 para Oswald-Film). Aunque acusación de que la compañía hubiera intr oducido modificaciones “arbitrarias”
135
no he encontrado corroboración
alguna de estas acusaciones que
en la primera y última escena. De hecho, el contrato autoriza claramente a la
coincidiera con el estreno de compañía a r ealizar todo cambio que “tar de o temprano estime necesario”.
Caligari, Mayer (y quizás
Mayer y Janowitz también fir maron un contrato francés en 1922 por la versión
Janowitz) deben de haber mani-
festado su disconformidad sobre novelizada de una película (decididamente no el guión). Al mar gen de los dos
cómo se había llevado su texto mil francos que recibieron por sellar el acuerdo, cuesta imaginar que los dos
al cine. Según el artículo publi-
cado en Lichtbild-Bühne, “Se autores hubieran dado su consentimiento si de verdad hubiera habido un desa-
opuso a la película Caligari como cuerdo en cuanto a las disposiciones finales de los productores sobre la estructu-
autor”. Esto no quiere decir
necesariamente que la razón de ra narrativa. Pero Janowitz (tal como citaba Kracauer) afirma que habían respon-
esta protesta se haya reflejado dido con protestas violentas e indignación 117.
fielmente en la memoria que
Janowitz escribió más tarde, a En efecto, la solución de la película establece una estr echa asociación entr e el
saber, que al introducir un marco
estilo expresionista y los trastornos mentales (aunque el decorado de la “escena
de referencia narrativo la pelícu-
la mitiga las intenciones antiau- del descubrimiento”, en una incongr uencia que ya señaló Kracauer , aún tenía
toritarias y revolucionarias del detalles expresionistas, lo cual pone en duda la ecuación). Un análisis de la críti-
guión. El verdadero origen del
desacuerdo podría haber sido, ca acogida que se pr ofesó a la película confir ma que Kracauer estaba en lo cier-
sin embargo, la diferente inter- to cuando hizo hincapié en que esta asociación atenuaba el carácter subversivo
pretación de la escena y el
hecho de no haber podido atri-
de la película, al menos en lo que r especta al nivel estilístico.
buir claramente toda la historia
Janowitz pidió que se reconociera el mérito (y Kracauer lo hizo) del toque esti-
a un Franzis en su sano juicio.
¡Caligari aún no ha desvelado lizado, para no decir expresionista, del filme. Supuestamente, había propuesto al
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:45 Página 136
136
Das Cabinet des Dr. Caligari (El gabinete del Doctor Caligari, R. Wiene, 1920)
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:45 Página 137
artista Alfred Kubin para el diseño del decorado; en sus notas, la palabra “kubí-
nico” se confundió con la palabra “cubista”, lo que justificó la decisión de dotar
a la película de un air e expresionista118. Por mucho r econocimiento que reivin-
dicara Janowitz e incluso aceptando la definición del guión como “expr esionis-
ta”, este no contiene huellas obser vables de dicho estilo y, de hecho, sus rasgos
formales tampoco siguen este patrón.
El guión confir ma un clar o conocimiento de las especificaciones técnicas, así
como de las necesidades y los recursos del lenguaje cinematográfico. Es descrip-
tivo y funcional. N o cede ante indulgencias literarias, salvo en raras ocasiones.
Incluso en los inter títulos, mantiene el tono de una historia descriptiva y expli-
cativa, siempre resguardado de las tentaciones “poéticas”. N o guarda relación
alguna con la escritura expr esionista, ni en la nar ración de los acontecimientos
(una estrategia con la que posiblemente se pr etendía evocar varios ambientes en
la película) ni en la pr osa de los intertítulos.
El guión constr uye un universo “ir real, simbólico” e inquietante, efecto que
consigue por medio de diversas estrategias 119. Los nombres son una amalgama
junio 2009
extraña entre inglés, escandinavo, italiano y alemán, plasmada, por ejemplo, en
el nombre híbrido “Franzis” (evidentemente, una combinación entr e el inglés
“Francis”, tal como aparece de vez en cuando en el guión, y el alemán “Franz”).
El título “Das Cabinett des Dr. Calligari” (de acuerdo con el guión) ya anuncia, 137
podría pensarse, una contaminación similar, con propósito programático, por la
mezcla de elementos léxicos del alemán, italiano y francés.
El texto recurre a procesos que tienden a transformar la realidad en un mundo
fantasmal a través de diversos medios: estilización (que tiene sus orígenes en las
imágenes románticas); escenificación del tiempo y anacr onismo; e insistencia en
una mirada “no perceptiva”120. La realidad quimérica es, por último, aunque no
en última instancia, fruto del énfasis constante en la calidad narrativa de los acon-
todos sus secretos! tecimientos. La película se basa en una historia que cuenta un personaje, per o
118. JANOWITZ: “Caligari”, págs. después del prólogo y la pr omesa en for ma de nar ración de Franzis, toma la
222-23.
119. Ibíd.: pág. 223.
forma de un r elato objetivo, abandona cualquier asomo de mediación y acalla
120. La mirada “no perceptiva” por completo la voz del pr otagonista. El guión, en cambio, se afer ra con firme-
es el tema central del análisis de za a la perspectiva inicial: los intertítulos señalan constantemente el carácter obli-
Bertetto sobre Das Cabinet des
Dr. Caligari. cuo de los acontecimientos y la pr esencia narrativa del personaje principal.
121. No se puede descartar la
posibilidad de que Janowitz haya
“The Story of a Famous Stor y” de Janowitz, que le brindó a Kracauer el princi-
escrito o reescrito partes de su pal apoyo para su tesis general, debería, pues, considerarse sobre todo (como
memoria tras sus conversaciones
bien apuntaban Jung y Schatzber g) como un documento de emigración, un
con Kracauer. Véase JuNG y
SCHATZBERG: “Ein Drehbuch gegen intento por parte de Janowitz de abrirse camino en el mundo del cine norteame-
die CALIGARI-Legenden” en Das ricano al llevarse el mérito (junto con Mayer) por una película que se convir tió
Cabinet des Dr. Caligari. Drehbuch
von Carl Mayer und Hans
en el paradigma del gran ciclo del cine mudo alemán 121.
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:45 Página 138
138
Das Cabinet des Dr. Caligari (El gabinete del Doctor Caligari, R. Wiene, 1920)
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:45 Página 139
IX
Mientras que el análisis que Kracauer hizo sobre Caligari se vio condicionado por
su énfasis en una sola fuente, ocur rió el caso contrario con Triumph des Willens.
El autor consideró la cinta de Riefenstahl como “sin duda la película de la
Convención del Partido del Reich; no obstante, la Convención se montó pr eci-
samente para producir Triumph des Willens a fin de resucitar, con el filme, el éxta-
sis popular” (pág. 301). Aunque esta opinión ya se había for mulado unas líneas
antes en un tono menos imperioso, donde se r econocía que estos mítines de
masas tenían cier to grado de independencia, tuvo un fuer te eco posterior y
adquirió así gran autoridad.
Sin embargo, tal afirmación carece de fundamento histórico. El meollo de la
cuestión no es si la directora de la película encontró apoyos u obstáculos duran-
te el rodaje122. Además de la consagración que pr opiciaba el cine, estas concen-
traciones de masas ejer cían una indudable función en el complejo sistema de
junio 2009
rituales y celebraciones sobre el que descansaba la “nueva política” del nazismo
(que el propio Kracauer analizó en “Masse und Pr opaganda”): el vínculo direc-
to entre un “líder” y las bases de la sociedad; la impresión de que las bases están
integradas en un sistema de poder; la fusión entre las esferas pública y privada123.
139
La importancia de las Reichspar teitage (sobre todo, de las primeras, celebradas
después de la llegada al poder de los nazis y que filmó Riefenstahl) no puede
cuestionarse o r elativizarse, porque representaron momentos clave en la cons-
trucción del poder nazi.
Janowitz, págs. 114-15. Al hilo del legado preexistente, Triumph des Willens se erigió sobre un nuevo sis-
122. La medida en la que el pro-
ceso de filmación gozó o no de tema de “dramaturgia” y ceremonias que ahora era audiovisual y se basaba en las
autorización oficial es una con- modalidades específicas de la comunicación cinematográfica. Con este nuevo sis-
troversia antigua. En los años de
posguerra, Riefenstahl subrayó
tema se pretendía complementar y extender el alcance de otros en estrecha cola-
naturalmente los escollos que boración con él. U na de las razones que explica la extraordinaria eficacia de los
encontró durante el rodaje (no
trabajos de Riefenstahl (y de otras películas de propaganda nazi) reside en su capa-
fue así, salvo por algunos aspec-
tos técnicos y meramente secun- cidad de explotar materiales “de la vida real”. Kracauer captó esto mejor que nadie
darios), hizo hincapié en su ya que analizó (en el apéndice de su libr o) las películas sobr e las victorias milita-
“independencia” y declaró haber
respetado el principio del cine res alemanas sobr e Polonia y Francia y demostró claramente cómo utilizaban
como “documento” de los acon- material extraído de las noticias sin ni siquiera r ecurrir a escenas reconstruidas.
tecimientos que marcaron aque-
lla época histórica. Por tanto, su A Riefenstahl nunca le supuso un pr oblema defender sus argumentos al respec-
postura era de “testigo” de los
to: con la excepción de unas cuantas secuencias cor tas, Triumph des Willens se
sucesos en vez de protagonista
interno y agente directo de su rodó “en dir ecto”; ni Hitler ni las masas actuaban para ella. La autonomía de
propagación. estos acontecimientos también viene respaldada por documentos históricos y
123. Véase las obras de George
L. Mosse acerca de estos fenó- memorias de testigos pr esenciales de la época, tales como W illiam L. Shir er,
05 QUARESIMA DOSSIER2 27/5/09 16:45 Página 140
menos.
124. WILIAM L. SHIRER: Berlin
Diary, Nueva York, Popular
Library, 1940. Por otra parte,
Triumph des Willens (El triunfo de la voluntad, L. Riefenstahl, 1935) Meyer Schapiro hizo notar la
debilidad del contraste “seudo-
rrealidad y propaganda frente a
información”, promovido por
Kracauer: “Cuando leo el hermo-
140 so relato sobre la película y el
quien asistió a la Reichspar teitag de 1934 124. Su diario se publicó en 1940 y congreso de Núremberg [referen-
Kracauer lo cita en esta par te del libr o (pág. 304). El estudioso conocía estas cia al folleto de Kracauer
Propaganda and the Nazi War
fuentes y r econoció que las concentraciones de masas tenían cier to grado de
Film], me imagino que lo mismo
autonomía, pero permitió que le influyera una opinión que “excluía la r ealidad” podría ocurrir aquí, se podría
de la situación histórica de Alemania, que él consideraba (en su calidad de r efu- organizar y diseñar parcialmente
un gran desfile o celebración
giado político) como una horrible pesadilla: para su posterior reproducción
en un película; la Iglesia
Católica ha hecho lo mismo en
Los aspectos se muestran aquí de manera tan confusa como una sucesión de imáge- una película con su liturgia y
ceremonias; decir que la vida se
nes reflejadas en un laberinto de espejos: a par tir de la vida r eal de las personas se ha convertido en una seudorrea-
construyó una realidad falsa que se pr esentó como si fuera la auténtica; pero esta lidad para el rodaje es no darse
cuenta de que la ocasión en sí
realidad espuria, en vez de ser un final en sí mismo, simplemente sirvió como el esce- misma era un ‘espectáculo’, con
nario disfrazado para una película que después adquiriría el carácter de un ver- una función y un público, en
dadero documental (pág. 301). otras palabras, era un momento
“artístico” de la vida misma”.
Carta a Kracauer, 12 de agosto
de 1942, citada en I NGRID BELKE:
Kracauer contempló Alemania y sus películas desde lejos: la sede de los desfiles “Das “Geheimnis” des Faschismus
liegt in der Weimarer Republik.
de Núremberg no era el escenario de ninguna película.
Der Kunsthistoriker Meyer
Schapiro über Kracauers erstes
Film-Buch”, Film Exil, junio de
[Traducción: Elena Raluca Constantin y María Calzada Pér ez] 1944, nº 4, págs. 40-41.
pag141 3/6/09 18:35 Página 1
junio 2009
Releyendo a Kracauer
141
El presente artículo es la introducción a la edición revisada de 2004 de Princenton University
Press de la obra de Sigfried Kracauer, de Caligari a Hitler: una historia psicológica del cine
alemán. El texto es una reinvidicación del valor de la obra dentro de la revisión contemporánea
de la trayectoria de Kracauer. El análisis de los trabajos previos, publicados en la prensa
alemana, y la gestación del proyecto ya en Estados Unidos sirven para matizar muchas de las
carencias del proyecto resaltadas por los estudiosos. Finalmente, se pone de manifiesto que la
vigencia de la obra se debe al trabajo meticuloso de Kracauer con las películas alemanas de
la época, cuyos logros historiográficos sobre el cine alemán de la época siguen siendo incon-
testados.
Palabras clave: Kracauer, Historia del cine, cine alemán, Caligarismo, Hitlerismo
Re-reading Kracauer
This is the introduction to the re vised edition of Siegfried Kracauer’s From Caligari to Hitler: A
Psychological History of the German Film (2004 Princeton University Press). It substantiates
the revived interest in Kracauer’s work discussing his original publications in Ger many as well
as his later writings in the United States, thus addr essing certain problematic issues that
scholars had identified inthe previous edition. Krakauer’s meticulous and insightful analyses of
the films of his time make this work obligator y reading for historians of german film even today.
Cinco textos
142
06 Intro 2 27/5/09 16:46 Página 143
de Kracauer
VICENTE JARQUE
junio 2009
I
Siegfried Kracauer ha sido uno de los intelectuales más difícilmente clasificables
del siglo pasado. En otr o lugar1 he tratado de subrayar su carácter extrater rito-
143
rial. Escribió ensayos, novelas, infinidad de ar tículos. Pero mucho de lo que
publicó fue sobre cine. Y no es extraño, sino más bien significativo, teniendo en
cuenta su visión de la cultura contemporánea. Dominada por la cultura de masas,
cuyo ámbito de acción par ece ser la super ficie, trataba de salvar en ella conteni-
dos latentes, verdades importantes acerca del ser humano. Y ahí precisamente
estaba el cine, que su viejo amigo Benjamin había considerado no como el sépti-
mo arte, ni mucho menos, sino como la instancia técnica que ponía en cuestión
la vigencia del gran ar te en general. De hecho, la idea de que el cine es un arte
se ha impuesto a veces a costa del pr opio cine. Desde luego, Kracauer fue siem-
pre lo bastante lúcido como para no plantearse demasiado en serio esta clase de
falsos problemas. Pero lo hizo.
En De Caligari a Hitler hablaba, con mayor o menor acier to, de la manera en
que los conflictos de la sociedad alemana de la época se manifestaban en la pan-
talla. Años después, en su Teoría del cine defendería una suer te de realismo
(redentor de la realidad física) que, por mucho que uno se distancie de Bazin,
1. “Siegfried Kracauer en tierra
de nadie”, en SIEGFRIED KRACAUER:
sigue apareciendo no como la única, ciertamente, pero sí como una de las opcio-
Estética sin territorio, Colegio nes fundamentales del cine. Puesto que, aun cuando se le asocie al vídeo o a
Oficial de Aparejadores y
otros nuevos medios, o a la alta cultura (si algo queda de ella) o incluso a la “cul-
Arquitectos Técnicos de la
Región de Murcia, Murcia, 2006. tura visual”, no es evidente que el cine tenga motivos de peso para traicionar sus
06 Intro 2 27/5/09 16:46 Página 144
II
Los textos aquí seleccionados tienen que ver con el cine como técnica (que revo-
lucionó el arte) y con el cine como arte (que introdujo al arte en la técnica). Pero
144 no piense el lector que son del todo coherentes. Más bien, al revés, lo que ponen
de manifiesto es la perplejidad con que alguien como Kracauer, que se había
dedicado a escribir sobre cine desde cuando este era todavía joven, casi una nove-
dad (de hecho, en 1921 solo contaba con veintiséis años de vida pública…),
tenía que enfrentarse a su realidad física, a sus conexiones con la cultura de van- 2. Si vincular el cine con la foto-
grafía es caer en el “esencialis-
guardia y, sobre todo, a sus nuevos avances técnicos. mo”, como sostiene NOËL CARROLL,
(“Ontology of the Moving
El primer texto, Mundo del calicó, de 1926, tiene que ver con actitudes que no Image”, en CYNTHIA A. FREELAND y
pueden dejar de hacernos sonreír en el presente. De hecho, parece que Kracauer THOMAS E. WARTENBERG (eds.):
Philosophy and Film, Routledge,
se asombraba de lo que había de artificio en el cine. Los estudios de la Ufa, como
Nueva York/Londres, 1995, págs.
todos, se hallaban al ser vicio de los filmes que se r odaban. Y esos filmes, como 68-85), también lo sería vincular
todos, se servían de toda clase de decorados y figuras artificiales que solo estaban a la literatura con las palabras.
3. SIEGFRIED KRACAUER: Werke, 6
ahí mientras hacían falta. Kracauer entra en este mundo, en Gr unewald, y lo (tres tomos), Kleine Schriften
identifica, un tanto extrañamente, con el del calicó, el policromo tejido delgado zum Film, Siegfried Kracauer
herausgegeben von Inka Mülder-
de seda o algodón de origen hindú. Una alusión que no hace sino subrayar lo
Bach Unter Mitarbeit von Mirjam
descolocado que debió de sentirse Kracauer , ese que Ador no llamó “r ealista Wenzel und Sabine Biebl,
maravilloso”4, deambulando entre las inconstantes y mágicas bambalinas desde Frankfurt am Main, Suhrkamp,
2004.
las que se pergeñaba la apariencia de realidad que luego se presentaba en las pan- 4. THEODOR W. ADORNO: “Der wun-
tallas como imagen de la “r ealidad física” redimida. Le entran a uno ganas de derliche Realist. Über Siegfried
Kracauer” (1964). En Noten zur
saber qué habría dicho Kracauer acer ca de los más recientes logros en materia de Literatur, Suhrkamp, Frankfurt,
efectos especiales obtenidos con la ayuda de sofisticados programas de ordenador. 1981.
06 Intro 2 27/5/09 16:46 Página 145
junio 2009
“experimental” puede soñar con r ozar, ni de lejos (por más que se per mita que
la obra de algún cineasta alternativo, imposible de programar en salas de cine,
ocupe el espacio de un centr o de arte contemporáneo).
Los dos siguientes, Cine sonoro (1928) y Sobre la estética del cine en color (1937), 145
han sido seleccionados como ilustración de la manera en que su autor confr on-
tó los avances técnicos inher entes a un medio como el cine, él mismo pr oducto
de la técnica. En el primer o, Kracauer destaca que en las películas sonoras “los
hombres hablan mientras mueven los labios”… y se les oye. No obstante, consi-
dera una película de W alter Ruttmann, Tönnende Welle, como una suer te de
5. Véase “Kunst und Film. Zu “experimento” de cine sonoro de valor quizás documental, aunque fallido justa-
Hans Richter Träume für Geld” mente a causa de su mal uso del sonido. Le r eprocha sus excesivas pretensiones,
(1948), en Werke: op. cit., págs.
382-7. La película es una suce-
que ya había lamentado años atrás a pr opósito de Berlin: Die Sinfonie der
sión de episodios, un “mosaico” Grosstadt (Berlín, sinfonía de una gran ciudad , 1927) un filme que calificó de
en donde se juega con obras de
“seria decepción” (sobre todo porque en él no se mostraba el Berlín real, sino
Max Ernst, Fernand Léger, Man
Ray, Marcel Duchamp, Alexander un Berlín irreconocible, confuso, y algo absur damente convertido en una “sin-
Calder… Obviamente se trata de fonía”)7. Finalmente (“Entr e paréntesis”, escribe), r emite a Ber gson y Pr oust
un caso especial.
6. Teoría del cine. La redención como instancias resistentes a la nueva técnica: el tiempo vivido, la memoria recu-
de la realidad física (1960), perada como ejemplos de aquello a lo que tal vez el cine —ya sonoro, más capa-
Paidós, Barcelona, 1989, págs.
245, 369. Cursivas mías.
citado que antes para r epresentar la vida— no pueda acceder . Kracauer aprecia
7. Véase “Wir schaffens”, recen- los progresos técnicos, sin duda, pero no deja de mirarlos con desconfianza.
sión del Berlin de Ruttmann y
Karl Freund, cuyas pretensiones Sobre la estética del cine en color resulta interesante de una manera un tanto más
sinfónicas le parecen fuera de oblicua. De nuevo desconfianza, de nuevo reparos. Y aquí con más razón. Puesto
lugar (Werke: op. cit., 6.1, págs.
411-13). que la irrupción del color en el cine no es comparable a la del sonido del habla.
06 Intro 2 27/5/09 16:46 Página 146
Es cierto que Kracauer toma como punto de referencia una película, El jardín de
Alá, donde el color no podía ocultar la inanidad de lo mostrado en la pantalla.
Y, encima, la compara con el cine de Pudovkin. Desde luego, todos sabemos de
sobra que siempre será preferible un buen filme en blanco y negro (y mudo) que
una estupidez en technicolor. Pero Kracauer —aparte de insistir en la difer encia
entre el cine y el “ar te” (en este caso, la pintura: “la paleta de Courbet”), habla
del color como un elemento adicional que debería ser sometido a la suprema ley
del cine: el montaje. Per o ¿cómo montar el color? Pues dándole un papel en la
película, dotándolo de significado. Y es aquí donde Kracauer nos remite a Disney
(como poco antes lo había hecho Benjamin en La obra de ar te en la era de su
reproductibilidad técnica)8. ¿El cartoon, por tanto, y en par ticular las Sinfonías
tontas, como epítome de r estitución de la “r ealidad física” en color? En todo
caso, lo evidente es que Kracauer pr efería las sinfonías de Disney a las de
8. Benjamin, a quien el color en
Ruttmann… el cine nunca pudo llegar a preo-
cuparle, había remitido a Disney
Acerca del último texto, Libertad frente al terror, de 1946, es importante recor- ya en 1933, en “Experiencia y
dar que lo escribió al mismo tiempo que trabajaba en su De Caligari a Hitler , pobreza”, en donde identificaba
al sujeto del presente con una
publicado en 1947. Su tema son los thrillers que se hacían en Hollywood en
“criatura” pobre en experiencia
aquel tiempo. Parece que tiene sentido preguntarse en qué medida su manera de cuyas inmaduras ensoñaciones
confrontar el caligarismo como síntoma de una enfermedad social y como anun- corresponderían a las del univer-
so del ratón Mickey: “una exis-
146 cio de un igualmente patológico desenlace, con independencia de las objeciones tencia llena de prodigios”
metodológicas que se le puedan hacer y que se le han hecho, con razón, tiene (Discursos interrumpidos I,
Taurus, Madrid, págs. 167 y
relación con su visión de estas películas de intriga o ter ror que Kracauer consi- sigs.). En la primera versión de
dera como expresión de ciertas tendencias sádicas ocultas, morbosamente adic- La obra de arte, el capítulo en
donde parece como si se hablase
tas a la violencia, que pr edominarían en los Estados Unidos en aquellos belico-
implícitamente del cine como
sos años, como síntoma de una suer te de desconcier to y de conciencia general lugar de una redención de la rea-
de inseguridad. lidad física, se titulaba “Micky-
Maus”: “Parecía que nuestros
La verdad es que todo esto —comparable a lo que luego se diría de las películas bares, nuestras oficinas, nuestras
viviendas amuebladas, nuestras
de marcianos en la época de la Guerra Fría— lo ilustra en unos términos conmo- estaciones y fábricas nos aprisio-
vedoramente inocentes, con unos ejemplos que hoy harían r eír a cualquiera que naban sin esperanza. Entonces
vino el cine y con la dinamita de
hubiera visto, digamos, The Texas Chain Saw Massacre (La matanza de Texas, T.
sus décimas de segundo hizo sal-
Hooper, 1974), por no hablar de muestras de pur o gore (o Salò o le 120 giorna- tar ese mundo carcelario. Y
te di Sodoma , de P.P. Pasolini, 1975). Un ejemplo: a Kracauer le impr esiona ahora emprendemos entre sus
dispersos escombros viajes de
enormemente, al parecer, que el realizador nos muestre la sangre (no mucha, al aventuras…” (Gesammelte
fin y al cabo: sólo “un riachuelo”) que mana de un pobre ratón a quien un mur- Schriften, I, Suhrkamp, Frankfurt,
1980, págs. 460-2; véase
ciélago ha dado muer te en The Lost Weekend (Días sin huella , 1945). Desde Discursos interrumpidos, op. cit.,
luego, fijarse en estas pequeñas cosas y considerarlas de manera tan sumaria er sul- págs. 47-8). En Das Passagen-
Werk vinculaba a Disney con el
ta sorprendente, sobre todo tratándose de una película de Billy W ilder. Lo
surrealismo (Gesammelte
mismo cabe decir de sus referencias a importantes trabajos de Welles, Hitchcock, Schriften, V, Suhrkamp, Frankfurt,
Siodmak, Mankiewicz o Cukor . Es dudoso, en efecto, que las películas de tan 1983, pág. 501).
06 Intro 2 27/5/09 16:46 Página 147
junio 2009
147
eminentes autores no merecieran algo más que ser citadas como mer os produc-
tos de un disease social… Pero lo que sí merece ser puesto en valor es lo que dice
sobre Roma città aper ta (Roma, ciudad abier ta, R. Rossellini, 1945) como
modelo de lo que se puede transmitir en el cine sobr e la violencia o la opresión,
y sobre cómo se puede mostrar la manera de hacerles fr ente.
En fin, es posible que Kracauer no vaya a pasar a la historia como un filósofo tan
determinante como Kierkegaar d, ni como un sociólogo mejor que Simmel
(quienes tanto le influyer on). En cuanto historiador y teórico del cine ha sido
discutido, y no sin fundamento. Pero como intelectual en general e intérprete de
la cultura que le era contemporánea, su brillantez y sagacidad siguen valiéndo-
nos. Los textos aquí presentados resultan significativos en la medida en que ilus-
tran su manera de confr ontar el cine, per o también por que nos hablan de su
época. Sabemos que no es la nuestra, pero tal vez sería un error olvidar las mira-
das lúcidas, como las de Kracauer , que no pueden haber per dido del todo su
peculiar actualidad.
148
06 Intro 2 27/5/09 16:46 Página 149
junio 2009
149
Cinco textos de Kracauer
Presentación de la selección de textos de Kracauer que tienen que ver con el cine como técni-
ca (que revolucionó el arte) y con el cine como arte (que introdujo al arte en la técnica). Lo que
ponen de manifiesto los textos es la perplejidad con que alguien como Kracauer, que se había
dedicado a escribir sobr e cine desde cuando este era todavía joven, casi una novedad (de
hecho, en 1921 solo contaba con veintiséis años de vida pública…), tenía que enfrentarse a su
realidad física, a sus conexiones con la cultura de vanguardia y, sobre todo, a sus nuevos avan-
ces técnicos.
This article analyzes five essays in which Kracauer focuses on film as a technical device
(which revolutionized art) and as an ar t form (which incorporated new technology). These
texts contain the origins of what would eventually become central issues for Kracauer , namely,
how this new art form dealt with physical reality, how it related to the avant-garde and, above
all, how it was affected by new technology.
150
SIEGFRIED KRACAUER
junio 2009
En el centro de Grunewald hay un distrito cer rado donde solo se puede entrar
tras numerosos controles. Es un desier to en el oasis. Los elementos naturales
exteriores —árboles de madera, lagos llenos de agua, villas habitables— han per- 151
dido sus derechos en el interior de sus límites. Cier tamente, el mundo retorna a
sí; en efecto, el entero macrocosmos parece haberse recogido en esta nueva Arca
de N oé: per o las cosas que aquí se dan cita no per tenecen a la r ealidad. Son
copias y muecas que se han arrancado al tiempo y se han entremezclado.
Inmóviles, aguardan; por delante plenas de significado, por detrás la pura nada.
Un mal sueño de los objetos al que se ha forzado a entrar en el r eino material.
Uno se encuentra en la ciudad del cine de la Ufa en N eubabelsber g. En una
superficie de 350.000 metr os cuadrados contiene el mundo en papel maché.
1. El artículo fue emitido prime-
ramente el 24-1-1926 por la Todo garantiza lo antinatural, todo exactamente como la naturaleza.
radio en la “Stunde der
Frankfurter Zeitung”, de la
Para poder desfilar en la película, el mundo es pr eviamente despedazado en la
Südwestdeutschen Rundfunk. ciudad del cine. Sus conexiones se dan por superadas, sus dimensiones se trans-
Apareció publicado originalmen-
forman arbitrariamente, sus potencias mitológicas se convier ten en diver timen-
te en el Frankfurter Zeitung,
28/1/1926. SIEGFRIED KRACAUER: to. Se asemeja a un juguete infantil que se mete en una caja de car tón. El des-
“Kaliko-Welt”, en SIEGFRIED montaje de los contenidos del mundo es radical y, si tiene lugar solo en aparien-
KRACAUER: Werke, 6.1, Kleine
Schriften zum Film, Siegfried cia, esa apariencia no es de ninguna manera fútil. Los héroes de la Antigüedad
Kracauer herausgegeben von han entrado en los libros de lectura escolares.
Inka Mülder-Bach Unter
Mitarbeit von Mirjam Wenzel und Las ruinas del universo se almacenan en las casas de accesorios, ejemplares justifi-
Sabine Biebl, Tomo I (1921-
cantes de todos los tiempos, pueblos y estilos. Al lado de cer ezos japoneses que
1927), Frankfurt am Main,
Suhrkamp, 2004, págs. 191-7. brillan a través de oscuros pasillos entre bastidores, se arquea el monstruoso dra-
07 mundo de calico dossier2 27/5/09 16:49 Página 152
gón de los Nibelungos2, desprovisto del terror diluvial que despliega en la panta-
lla. Junto a la maqueta de un inmueble comer cial al que basta con darle a la
manivela para que se imponga a cualquier edificio, se apilan los fér etros, ellos
mismos muertos, porque no encierran ningún cadáver. En medio de todo esto
surgen muebles estilo Imperio, a tamaño natural, sin que se cr ea en su autenti-
cidad. Lo viejo y lo nuevo, copias y originales se amontonan en una mezcla con-
fusa como los huesos en las catacumbas. Solo el encargado, maestro de los acce-
sorios, conoce la regla.
En las praderas y las colinas, el inventario compone figuras. Las ar quitecturas se
elevan en las alturas como si estuvieran ahí para ser habitadas. Pero no represen-
tan sino el exterior de sus modelos, al igual que el lenguaje conserva fachadas de
palabras cuyo sentido originario ha desaparecido. La iglesia de una aldea frisona,
que invita desde la lejanía a una sencilla piedad, es de cerca una caseta en un talud
pintado. Incluso la catedral, a unos centenar es de metros de distancia, carece de
coro, y su techo con las gárgolas se encuentra aparte, separado, para las tomas de
vistas. Junto a las fachadas de un club de millonarios, per tenece a la película
Metrópolis3, que rueda Fritz Lang. Entre las imitaciones espirituales y mundanas,
un elegante grupo de figurantes ha disfrutado de vez en cuando de la vida noc-
turna. La ciudad subter ránea, con sus caver nas y galerías, en los que la fábula
152 cinematográfica aloja miles de trabajador es, ya ha desaparecido: ha estallado, ha
sido engullida. El agua no ha llegado tan alto como apar ece en la cinta, pero los
ascensores incendiados sí han detonado en su tamaño original. De este aconte-
cer de los elementos son testimonio todavía unas grietas cuidadosamente lima-
das en las chimeneas. En la vecindad del hogar de la catástrofe se extiende una
muralla: un castillo con estancias, murallas y fosos. Pr opone adivinanzas a los
arqueólogos de la película Die Chronik von Grieshaus4. En tanto que poco antes,
en la Edad Media, lo ocupaban caballeros mercenarios, el director se había pres-
crito una ranas croadoras, ranas de estanque, para mantener la moral de las tr o-
pas. El alma aprecia la autenticidad cuando quiere ser engañada. Entretanto, el
castillo se dispersa y se dejan ver sus materiales. No puede desmor onarse en la
ruina; las ruinas deben fabricarse específicamente. Aquí todos los objetos no son
sino lo que deben representar; no saben de ningún desar rollo en el tiempo.
Los señores de este mundo testimonian una alegre carencia de sentido histórico;
su falta de piedad no se espanta ante ninguna inter vención. Construyen culturas
y luego las destr uyen según la necesidad. Se erigen en tribunal sobr e ciudades 2. El dragón aparece en la prime-
enteras y, cuando lo exige la película, hacen llover sobr e ellas la pez y el azufr e. ra parte de Die Nibelungen, (Los
Nibelungos, Fritz Lang, 1922-24).
Nada dura ante ellos, la más soberbia cr eación se alza sobre la demolición. 3. Metropolis, Fritz Lang, 1925-
26.
A muchas piezas les sorprende la aniquilación apenas habían salido a relucir. Una 4. Die Chronik von Grieshaus,
tribuna de car reras derribada ante la que se pr oducían sensacionales eventos Arthur von Gerlach, 1923-25.
07 mundo de calico dossier2 27/5/09 16:49 Página 153
junio 2009
to cotidiano, como si estuviesen en la calle. Sin embar go, su aparición va acom-
pañada de circunstancias anormales. Los postes de la luz, cuya existencia de hie-
rro y cemento se cree palpar, son de madera, y están interrumpidos en su mitad:
para el encuadre de la imagen basta con el fragmento. Un respetable rascacielos 153
no se eleva, ni de lejos, tan vertiginosamente como luego se presenta. Solo se ha
erigido su mitad inferior; la superior se obtiene mediante una pequeña maqueta
con la ayuda de un juego de espejos. De este modo son refutados los colosos; ya
pueden sus pies ser de ar cilla: las partes altas son la insustancial apariencia de la
apariencia con que se les ha cubier to como se cala un sombr ero.
Los poderes de conjuración del trucaje se desarrollan sobre todo en el ámbito de
lo sobrenatural. La gran superproducción que se avecina, el Fausto,6 cuyas tomas
dirige W. Murnau, hace uso de ello ampliamente. En un vestíbulo que antes sir-
vió a unos corsarios para llevar su vida de bandidos, se extiende el círculo terres-
tre en miniature. Fausto va a atravesar el éter , de un decorado pintado al otr o.
Una pista deslizante de madera, que desciende trazando cur vas hacia el valle,
describe su camino por los air es. El aparato se desliza por ella hacia abajo como
un trineo y, bajo experta dirección, va haciendo surgir vistas del viaje. Nieblas de
vapor de agua, producidas por un carrito móvil, rodean las cimas de las monta-
ñas gigantes, hábilmente modeladas, de las que Fausto escapa. A la ter rorífica
caída de la espuma de ese flujo se inyecta algo de agua por medio de un bar ran-
5. Ein Walzertraum, Ludwig co lateral. Las pulsiones salvajes se ador mecen cuando, al viento de la hélice,
Berger, 1925. susurran los cer eales que, bajo las escarpadas pendientes de abetos, cubr en los
6. Faust –Ein Deutsche Volksage,
Friedrich Wilhelm Murnau, 1926. campos y las praderas. Las nubes se suceden una tras otra hacia el este, una masa
07 mundo de calico dossier2 27/5/09 16:49 Página 154
de vidrio tramado en apr etado desfile. En el ater rizaje, se supone que r elucirán
las chozas rodeadas de verde, en los rescoldos del atardecer, con incontables bujías.
En la fábrica de la Ufa en Tempelhof, donde Karl Grüne pone en escena Die
Brüder Schellenberg,7 las cosas suceden también en términos fáusticos. Los caba-
lleros del Apocalipsis zurraban allí a media altura en el taller de cristal, con sus
caballos suspendidos por hilos. Por debajo amenaza un gigantesco par de alas
negras con las que Jannings, en plan de gran diablo, arroja sombras sobre las ciu-
dades; de las alas blancas se sir ve el arcángel San Miguel.
La naturaleza viva y r eal queda arrinconada. Sus paisajes son superados por los
libremente diseñados, cuyos pictóricos atractivos se sustraen al azar. Incluso sus
soles dejan que desear; puesto que no funcionan de manera tan fiable como las
lámparas Júpiter, se les cier ra la puerta en los nuevos estudios cinematográficos
americanos. Tal vez podrían ponerse en huelga.
En cualquier caso, los elementos restantes de lo natural son almacenados a modo
de complemento. Una fauna de ultramar, subproducto de algunas expediciones
cinematográficas, prospera con los representantes del mundo animal indígena en
junio 2009
una provincia limítrofe del ter reno. Una parte del botín obtenido en Brasil ha
sido transferido al zoológico, donde puede tener su propia finalidad y enrique-
cer la ciencia. Lo que ha sido conser vado actúa como tr opa especializada que
viaja con su empr esario. Cada especie animal tiene su númer o en el pr ograma. 155
Los faisanes dorados y plateados pueden ilustrar el lujo de millonarios america-
nos en un parque de recreo; la rara garza de gorro negro despierta el estremeci-
miento de lo exótico; los gatos en primer plano se asientan en los salones. Las
palomas de la bella película de Ber ger, la Cenicienta,8 siguen volando. Entre las
celebridades se cuenta el ver raco salvaje que sale en las películas de caza, y una
manada de cocodrilos vivos. En la película Die drei Kuckucksuhrenix9, dirigida
por Lothar Mendes, desempeñan un papel impor tante. El joven cocodrilo es un
objeto de pega que se puede tomar con la mano; per o los auténticos cocodrilos
adultos no son tan peligrosos como sus emulaciones inanimadas, ante las que se
espantan los monos. Los inver naderos completan la colección; su vegetación es
el oportuno trasfondo para las escenas de celos en los trópicos.
Los ocupantes del parque natural protegido son atendidos con amor por el zoó-
logo de la expedición. Los llama por su nombr e, los cuida y los for ma artística-
mente. A pesar de la imper fección que les es pr opia como criaturas naturales,
ellos son los más mimados de toda la empr esa. Que salten o vuelen sin estar
7. Die Brüder Schellenberg, Karl movidos por ningún mecanismo sume en el encanto; que se r eproduzcan sin
Grüne, 1925-26.
necesitar de ningún tr uco visible par ece maravilloso. N o se habría sospechado
8. Der verlorene Schuh, Ludwig
Berger, 1923. esto de esas criaturas primitivas, casi ilusiones cinematográficas.
9. Die drei Kuckucksuhren, Lothar
Mendes, 1925-26. Los elementos del universo son pr oducidos sobre el terreno en amplios labora-
07 mundo de calico dossier2 27/5/09 16:49 Página 156
El artículo muestra el asombro de Kracauer p or lo que había de artificio en el cine. Los estudios
de la Ufa, al servicio de los filmes que se r odaban, llevan al autor a identificarlo con el calicó,
tejido policromo delgado de seda o algodón de origen hindú. Una alusión que no hace sino
subrayar el interés de Kracauer por decorados que disponían la apariencia de
realidad que luego se presentaba en las pantallas como imagen de la “realidad física” redimida.
junio 2009
A Calico World: The UFA Studios in Neubabelsberg
Upon his visit to the UFA Studios in Neubabelsberg, Kracauer was quite taken aback by the
artifice of cinema. He used the ter m “calico” – a color ful silk or cotton fabric of Hindu origin, to
refer to the painted sets that would later look so r eal on the screen. This term clues us in to
159
his notion of “physical reality” that he would go on to develop in his theor y of film.
Cine abstracto
Sobre la representación de
la Gesellschaft Neuer Film1
SIEGFRIED KRACAUER
1. Publicado originalmente en
junio 2009
Frankfurter Zeitung, 13-3-1928.
SIEGFRIED KRACAUER: “Abstrakter
Recensión conjunta de: Diagonal-Symphonie, Viking Eggeling, Alemania, 1921-
Film” en SIEGFRIED KRACAUER:
Werke, 6.2, Kleine Schriften zum 1925; Film-Studie, Hans Richter, Alemania, 1925-26; Emak Bakia, Man Ray,
Film, Siegfried Kracauer heraus- Estados Unidos, 1926; À quoi rêvent les jeunes filles , Étienne de Beaumont,
gegeben von Inka Mülder-Bach
Unter Mitarbeit von Mirjam Francia, 1924; P’tite Lili, Alberto Cavalcanti, Francia, 1927. 161
Wenzel und Sabine Biebl, Tomo
II (1928-1931), Frankfurt am La Berliner Gesellschaft Neuer Film se ha propuesto la meta de mostrar, en lugar
Main, Suhrkamp, 2004, págs. de las piezas argumentales al uso, películas que par ecen haber nacido del espíri-
46-9.
2. La Gesellschaft Neuer Film
tu del cine mismo. No traducciones de temas literarios en el mudo lenguaje de
(Sociedad del Nuevo Cine) fue la óptica, sino procesos originariamente ópticos que no pueden ser traducidos a
fundada en octubre de 1927 por
ningún otro lenguaje. Directores de cine alemanes y franceses han empr endido
Guido Bagier, Karl Freund, Hans
Richter y Franck Warschauer con desde hace años ensayos de esta clase; pero la oportunidad de conocerlos en con-
el fin de “apoyar todos los junto solo se había tenido hasta ahora en el contexto del cine de vanguardia pari-
esfuerzos que apuntan al desa-
rrollo de las formas independien- sino. La fundación de la Berliner Gesellschaft es tanto más digna de encomio
tes de expresión del cine, y dár- cuanto que su programa pretende hacerse accesible también a la pr ovincia2.
selas a conocer al público”
(Film-Kurier, 25-10-1927). En el acto de ayer se pr esentaron algunos estudios que dejaban r econocer tanto
3. El pintor Viking Eggeling tra-
las posibilidades como los límites de los esfuerzos de la nueva cinematografía.
bajaba desde 1917 en el desa-
rrollo de un lenguaje formal abs- Debo anticipar que se trata casi sin excepción de ensayos que, si no temporal-
tracto y realizó varias versiones mente, sí por lo menos según su intención, son testimonio del expresionismo, es
de la Diagonal-Symphonie, una
película de animación de su decir, de aquella voluntad del ar te que creía poder dar el contenido sin objeto.
dibujo del mismo título. La ver-
sión definitiva fue registrada por
La Diagonal-Symphonie, de V iking Eggeling (¡1917!) 3 pone en movimiento
la Berliner Filmprüfstelle el 21- - rayas de luz, espinas iluminadas y otros fragmentos geométricos mezclados
1925, bajo el título de
según un cierto ritmo. Es como si las imágenes del género de determinadas obras
Symphonie Diagonale
(B.10335,G). de Picasso hubieran cobrado vida. El Film-Studie de Hans Richter , al que
08 cine abstracto dossier2 27/5/09 16:50 Página 162
forma de curiosos ejercicios gimnásticos, sino también todas las series de imáge-
nes en las que, ya sea mediante la elección del punto de vista, ya sea mediante el
aislamiento de par tes de objetos, son destacados variados motivos de nuestr o
mundo cósico familiar que dejan así de cor responder a los aspectos conocidos.
La modificación discrecional de figuras abstractas y objetos concretos es un asun-
to reservado al cine, que siempr e podrá seguir desar rollando. Pues, en la medi-
da en que aborda este tema, enriquece el inventario de nuestras representaciones
y formas y signos, todos los cuales son capaces de devenir contenido.
Pero —y esto resulta esencial—: semejantes elementos de descubrimiento no son
un fin en sí mismos. Lo que cosechan es un material que aguarda a su empleo en
las apropiadas conexiones. En tanto que las películas r eseñadas se por tan de
manera preponderante como composiciones, elevan falsamente el material a con-
tenido y devienen con ello huecas y amaneradas, como lo era el expr esionismo
como orientación ar tística fijada. Eggeling cr eía que las maquinaciones de sus
diagonales eran una sinfonía, e incluso los demás ensar tan sus impresiones unas
con otras en un todo del que pr etenden que r epresente algo como un todo.
junio 2009
Entretanto, su giro contra el largometraje en favor del cine no objetivo es, desde
el punto de vista artístico, solo una revolución póstuma, cuya infecundidad en los
dominios de la pintura y del arte literario hace tiempo que se hizo manifiesta. Las
composiciones podrían ser sueños puestos en un lenguaje de imágenes —per o
163
tampoco lo son, a causa de su disposición demasiado sistemática. Por decirlo con
toda nitidez, son una colección estilizada, como siempre, de elementos de expre-
sión que, enlazados a configuraciones independientes, no expr esan la menor
cosa, porque, en su vacía asociación, car ecen precisamente de aquella referencia
a la r ealidad que es la única que les pr estaría significado. Como las pinturas
expresionistas, también las sinfonías cinematográficas quedarán en nada en la
industria artística.
Para el apr ovechamiento de los motivos espaciales r ecientemente hallados se
requeriría la renuncia a la afirmación de su valor propio. Estos motivos y combi-
naciones no se deberían establecer contra el cine r ealista como un género parti-
cular, sino entr everarlo a fin de dotarlo de una plena r ealidad (como, por lo
demás, ya ha sucedido en muchas películas). Significan algo cuando ayudan a
representar intensivamente la vida de los hombr es y las cosas, en lugar de opo-
nerse a ella. Solo mediante la más estricta unión con la r ealidad ajustada en toda
representación artística, pero no a través de la emancipación de ella, obtienen el
sentido del signo lleno de contenido. ¿Qué son, en comparación con una única
mueca de Chaplin, todas las composiciones abstractas? Ya podrían poner sus ele-
mentos al servicio de su humanidad.
P’tite Lili, la única película figurativa del pr ograma, ha sido rodada por Alberto
08 cine abstracto dossier2 27/5/09 16:50 Página 164
164
5. Se trata de La Barrière.
6. De hecho, el filme no quedó
terminado hasta 1927.
Cavalcanti a partir de una chanson. La bonita idea de poner en imágenes un éxito 7. Tipo de canción propia de
musical5 ha sido llevada a cabo con mucho esprit e ingenio fotográfico en esta músicos callejeros, de melodía
6 sencilla, a veces acompañada de
película que, por lo demás, se hizo hace ya algunos años . La encantadora imágenes ilustrativas expuestas
Morität,7 que se podría añadir al hasta ahora apenas cultivado géner o del grotes- sobre una tabla, en la que se
co de cámara, supera ampliamente a los habituales grotescos americanos. narra una historia lúgubre o sen-
timental, con intenciones mora-
La matinal estaba organizada por la Frankfurter Rundfunk, cuyo director, el Dr. les. Es célebre la Morität de
Mackie el Navaja, con música de
Flesch8, pronunció algunas palabras salutatorias. Habló también un señor de la Kurt Weil y letra de Bertolt
Gesellschaft Neuer Film, quien se creía en el deber de fundamentar filosóficamen- Brecht (N.T.).
8. El Dr. Hans Flesch (1896-
te el pr oyecto de la sociedad. El público, que seguía el pr ograma con interés,
1945) fue nombrado en 1924 el
aplaudió, en un bello ar rebato de inhabitual temperamento, la eliminación del primer director artístico de la
pupitre del orador. Frankfurter Rundfunk, y en 1929
intendente de la Berliner
Funkstunde; tras la nacionaliza-
ción de la radio en 1932 fue
[Traducción: Vicente Jarque Soriano] despedido.
08 cine abstracto dossier2 27/5/09 16:50 Página 165
junio 2009
165
Kracauer was skeptical of the idea that f ilm was art. He condescendingly looked down on
Surrealism, stating that experimental, i.e., non-narrative, film “injects ar t into films” and that “ar t
in film is “reactionary.” Kracauer believed that film could only be taken as ar t inasmuch as it
maintained its essence as film and avoided becoming a mer e adjunct to the plastic ar ts.
Cine sonoro
Sobre la presentación en el
Gloria-Palast de Frankfurt1
SIEGFRIED KRACAUER
Berlin, Die Sinfonie der Grosstadt (Berlín, sinfonía de una gran ciudad, W. Ruttmann, 1927)
166
09 cine sonoro dossier2 27/5/09 16:52 Página 167
Recensión de: Tönnende Welle, Walter Ruttmann, Alemania, 1928; Ein Tag
Film, Max Mack, Alemania, 1928.
La presentación de dos películas parlantes, que ayer tuvo lugar por vez primera en
Frankfurt, rememora los tiempos iniciales de la cinematografía. Mientras que por
entonces se veía reproducir afectados movimientos cómicos y fragmentos discon-
tinuos, no se vislumbraba de qué desar rollo iba a ser capaz un día el ar te del cine.
Lo mismo pasa hoy. Nadie podría calibrar ni siquiera aproximadamente, a partir de
las pruebas ofrecidas, lo que el film sonoro puede llegar a significar una vez que el
1. Publicado originalmente en invento haya sido técnicamente per feccionado y estéticamente penetrado.
Frankfurter Zeitung, 12-10-1928.
SIEGFRIED KRACAUER: “Tonbildfilm”,
Sobre el procedimiento tri-ergon2 se han hecho públicas ya muchas infor macio-
en SIEGFRIED KRACAUER: Werke 6.2, nes. Al lego le par ece una enor me hechicería. Debe limitarse a asentir con la
Kleine Schriften zum Film, cabeza cuando se le muestra, corriendo junto a la banda de imágenes, la banda
junio 2009
Siegfried Kracauer herausgege-
ben von Inka Mülder-Bach Unter
sonora que se constituye como un espectr o de singulares rayas audibles. Según
Mitarbeit von Mirjam Wenzel und el juicio de los especialistas, la estrecha banda es una fotografía de las ondas sono-
Sabine Biebl, Tomo II (1928- ras en las que vuelve a transfor marse. Según se dice, para la metamor fosis com-
1931), Frankfurt am Main,
Suhrkamp, 2004, págs. 122-5.
pleta se r equieren once transfor maciones. Los iniciados sabrán de qué se trata
2. El tri-ergon es un procedi- exactamente. En todo caso, el esoterismo de la técnica sobrepuja ya al de los mis- 167
miento audiovisual que fue terios de Eleusis.
desarrollado por los ingenieros
alemanes Joe Engel, Joseph Sería injusto valorar la película sonora de Walter Ruttmann Deutscher Rundfunk,
Masolle y Hans Vogt. En él, el producida con el sistema tri-ergon, como una creación artística3. Es un intere-
sonido es fotografiado mediante
un procedimiento electroacústi-
sante y muy prometedor experimento, y apenas puede ser algo más en el actual
co en la banda sonora que dis- estado del procedimiento. De todas maneras, se le puede reprochar que su tarea
curre paralelamente a la cinta de reproducir la mayor cantidad de r uidos posible la lleva a cabo de un modo
cinematográfica. El desarrollo de
procedimiento tri-ergon fue apo-
bastante carente de sentido. Ruttmann ofrece atisbos de las grandes estaciones
yado primero por la Ufa y más emisoras alemanas, ilustra algunas de sus prestaciones, y a la vez busca incluir las
tarde por la sociedad financiera peculiaridades llamativas de los cor respondientes paisajes regionales. Una colec-
suiza Iklé. En 1925, la
Patentverwaltungsgesellschaft
ción en parte compuesta de tarjetas postales sonoras, que en su variopinta efica-
Triergon Musik, de St. Gallen, cia formativa recuerda a los programas radiofónicos, y, a pesar de la oposición de
vendió la licencia de uso a la los fragmentos individuales a su unificación, montada como una artificial unidad.
americana Fox.
3. Se trata de una película publi-
Mejor, mucho mejor habría hecho Ruttmann dejando a los diferentes elementos
citaria para la Radio alemana en existir yuxtapuestos sin transición, en lugar de, como en la película Berlin4, subor-
la que Ruttmann aplicó su méto- dinarlos a una idea literaria ajena a la imagen, que en el medio óptico no posee
do de montaje al cine sonoro. El
título correcto de la película es
la fuerza unitiva necesaria. Por desgracia, incluso acústicamente ha sido demasia-
el indicado al principio de la do y todavía peor compuesta: por Edmund Meisel, en efecto, cuya música acom-
recensión. paña largo trecho de la película. En cier to aspecto, recuerda la cadena de mon-
4. Berlin, Die Sinfonie der
Grosstadt (Berlín, sinfonía de una
taje, y parece haber sido fabricada en términos kilométricos. Su intrusión disgus-
gran ciudad, 1927). ta sobre todo por que justamente en una película sonora r esulta por completo
09 cine sonoro dossier2 27/5/09 16:52 Página 168
superflua; pues si, por ejemplo, apar ece una cascada en la pantalla, cier tamente
nadie escuchará otra música que la del r uido de la caída del agua.
Descontando estos er rores, quedan br eves fragmentos que llenan de asombr o
como un cuento de hadas. En ellos se realizan también sueños feéricos. Un puer-
to con barcos, y las sirenas se ponen a bramar; se ve y se oye a la vez. En la esta-
ción: un tren parte con estruendo, y una anciana grita “¡Adiós!”. Los hombr es
hablan mientras mueven sus labios, las máquinas cr ujen, los leones marinos
estornudan y rebufan. La vida se r epite en imagen y sonido; lo que era vuelve
una y otra vez.
La segunda película, Ein Tag Film, es un sketch con Paul Graetz como protago-
nista. Contiene unas cuantas escenas de moderado regocijo que se desarrollan en
un taller cinematográfico. Si bien las r eproducciones sonoras son todavía insufi-
cientes en muchos aspectos, la pieza de un solo acto confir ma la viabilidad del
nuevo principio. Desde el punto de vista estético, cier tamente, es más discutible
que el mosaico de la primera película, por que, a difer encia de aquella, esta no
reproduce preferentemente ruidos involuntarios, sino que obliga a hablar a figu-
ras que incluso mudas podrían actuar.
Hay una prestación adicional cuya problemática consiste en que la acción cine-
matográfica se extiende en una necesariamente deficiente copia de una pieza tea-
tral. Quisiera despertar la ilusión de la corporeidad, pero lleva como máximo a la
168 vida aparente de un gabinete de figuras de cera. Busca pr esentar un aconteci-
miento que solo tiene su for ma auténtica en la plenitud tridimensional. Per o,
como demuestra la película de Ruttmann, las posibilidades del cine sonoro yacen
mucho más en la representación y conformación de la realidad aún no percibida
por ningún medio anterior, esa realidad que hasta ahora no ha aparecido en esce-
na. Redimir el estrépito accidental de la calle para hacerlo inter venir en nuestr o
mundo está tan justamente r eservado al nuevo pr ocedimiento técnico como a la
técnica cinematográfica, hasta ahora desarrollada, le estaba reservado hacer accesi-
ble a nuestra conciencia la vida de las luces y las sombras. Sería un pasatiempo ocio-
so repetir sin más la experiencia ya estéticamente dominada; el cine sonor o solo
alcanzará su propio sentido cuando abra la existencia desconocida que tiene ante
sí, los sonidos y los r uidos que nos circundan, que nunca aún se han comunicado
con impresiones en forma de imágenes y que siempre han escapado a los sentidos.
Entre paréntesis:
El cine sonoro se ha convertido entretanto en el último eslabón de la serie de
poderosas invenciones que, con ciega seguridad y como guiadas por una volun-
tad secreta, empujan hacia la imitación completa de la realidad humana. A su tra-
vés sería en principio posible arrancar la vida, en su totalidad, a la transitoriedad
y transmitirla a la eternidad de la imagen. No la vida misma sin más, cier tamen-
te, sino solo la cara de la vida que se pr esenta en el espacio. Esta se encuentra
subordinada al tiempo mensurable, cr onológico, que Ber gson distingue del
09 cine sonoro dossier2 27/5/09 16:52 Página 169
5. Kracauer se refiere aquí a la tiempo no mensurable ni espacialmente representable, en el que, por hablar en
distinción entre los dos concep-
términos banales, caen nuestras vivencias 5. Sus contenidos, y solo estos, son los
tos del tiempo como “temps” y
como “durée”, que el filósofo que Proust quiere conjurar cuando se pone en busca del tiempo per dido.
francés Henri Bergson había
La realidad humana conser vada en el cine sonoro corresponde tan escasamente
introducido en su estudio Essai
sur les donnés inmédiates de la a aquella a la que Pr oust se refiere, como que ambas se excluyen más bien que
conscience (1889) y desarrollado se completan. Ni uno siquiera de los eventos que pertenecen al tiempo vivido se
en su ensayo L’évolution créatrice
deja filmar, y ninguna película sería capaz de incorporar semejante evento en el
(1907) como fundamentos de su
filosofía de la vida. orden del tiempo vivido. Esto casi parece como si los seres humanos fueran a per-
der su vida intensiva, inasequible a las imágenes, en la medida en que son capa-
ces de conjurar su vida extensiva, espacial. Si esto fuera así, entonces la técnica
habría triunfado sobre el ser humano, y el ser humano tridimensional se ajusta-
ría totalmente al ser humano en la pantalla. Señor de la técnica únicamente lo
será el ser humano cuando conserve la vida que aparece no a la lente de la cáma-
ra, sino solo a la memoria.
[Traducción: Vicente Jarque Soriano]
junio 2009
Cine sonoro. Sobre la presentación en el Gloria-Palast de Frankfurt
La presentación de Tönnende Welle (Walter Ruttmann, 1928) y Ein Tag Film (Max Mack, 1928)
sirve para que Kracauer aprecie y, al mismo tiempo, desconfíe del pr ogreso técnico que
supone la llegada del cine sonoro. Mientras la segunda película sirve, pese a su escaso méri- 169
to estético, para mostrar únicamente la viabilidad del sonoro, Tönnende Welle provoca una
reflexión de mayor calado. Como una suer te de “experimento” de cine sonoro de valor quizás
documental, aunque fallido justamente a causa de su mal uso del sonido, le r eprocha sus
excesivas pretensiones. Finalmente, remite a Bergson y Proust como instancias resistentes a
la nueva técnica: el tiempo vivido, la memoria recuperada como ejemplos de aquello a lo que
tal vez el cine —ya sonoro, más capacitado que antes para r epresentar la vida— no pueda
acceder.
The screening of Tönnende Welle (Walter Ruttmann, 1928) and Ein Tag Film (Max Mack,
1928) gave Kracauer the oppor tunity to see sound film for the first time. Y et he was to remain
skeptical of its potential. While Ein Tag Film merely demonstrated the technical viability of
sound in film, Tönnende Welle provided more fertile ground for theoretical reflection. It was a
kind of (albeit unsuccessful) “experiment” in sound film, and Kracauer criticized it for being
overly ambitious. Kracauer cites Bergson and Proust as examples of relating the experience
of time, or recovering memory that film —even with its new capabilities— would never be able
to duplicate.
SIEGFRIED KRACAUER
170
Cuanto más pr ogresa la técnica del cine en color , con tanta mayor claridad se
desvela su pr oblemática. No se trata de que las insuficiencias que todavía se le
adhieren aparezcan como dudosas; al contrario, lo estéticamente cuestionable
está justamente allí donde el aspecto técnico mer ece admiración. Esta obser va-
ción podría fácilmente seducir por el hecho de que se dictaría sobr e él el mismo
junio 2009
veredicto con que muchas cabezas críticas hace apenas diez años, y fundándose
en argumentos no baladíes, trataron la novedad del cine sonoro. Pero esos celo-
sos polemistas hace mucho tiempo que debieron revisar su juicio condenatorio y
aprender entretanto que el alcance de un invento no puede ser calibrado en su
171
plenitud desde lo existente.
Hasta la fecha, en las películas en color —sobre todo en aquellas que se compor-
tan en tér minos realistas, como el El jardín de Alá 2— el color actúa como un
peso muerto. Estoy pensando en imágenes del desierto, floridas praderas o esce-
nas de montaña: así como es cier to que la película ofr ece la variopinta naturale-
za con apenas menor fidelidad que la de la afortunada reproducción de una pin-
tura respecto de la original, también lo es que en estos casos la lleva a la depra-
vación. El azul de la lejana cordillera, que emerge en la superficie de la imagen,
despierta la fatal impr esión de ser una naturaleza pintar rajeada de azul; y el
Sahara bajo el sol rojo es una reproducción al óleo, por mucho que sea por ené-
1. Das Werk, septiembre, 1937.
sima vez el cliché de África. Puros juegos de colores que portan el carácter del
SIEGFRIED KRACAUER: “Zur Ästhetik
des Farbenfilms” en SIEGFRIED ignominioso ingrediente añadido. ¿Por qué? Porque no pueden decir nada de lo
KRACAUER: Werke, 6.3, Kleine que el cine en blanco y negro —esto se sabe por el trato íntimo con él desde hace
Schriften zum Film, Siegfried
Kracauer herausgegeben von largos años— puede decir sin su ayuda. Este ha conjurado ya la azul lejanía con
Inka Mülder-Bach Unter mayor delicadeza de la que se tiene ahora mediante la injerencia del azul; ha con-
Mitarbeit von Mirjam Wenzel und
Sabine Biebl, Tomo III (1932-
jurado en imágenes la luz deslumbrante, el ar dor y los poderosos contrastes del
1961), Frankfurt am Main, paisaje desértico, cuyo cromatismo supera ampliamente el de las coloridas imá-
Suhrkamp, 2004, págs. 192-8.
genes del El jardín de Alá. En los mencionados ejemplos, el color no lleva a la
2. The Garden of Allah, Richard
Boleslawski, EE.UU, 1936. realidad nuevas posibilidades, sino que más bien impide la for mación de lo exis-
010 sobre cineencolor 27/5/09 16:54 Página 172
172
010 sobre cineencolor 27/5/09 16:54 Página 173
los fenómenos, registran en realidad una confusa mezcla azarosa que nada signi-
fica y con la que nada se significa.
En tanto que Pudovkin habla de la palabra montaje, se posiciona a favor de una
forma de concebir el cine que, en interés de la conformación del correspondien-
te contenido de las cosas, rasga la super ficie del contexto en que se encuentran.
Hay que hacer estallar las habituales imágenes cotidianas para que a partir de sus
fragmentos puedan ser montadas las imágenes a las que les es inherente el signi-
ficado. Pero esto implica que el montaje se pr opone lo contrario de las apar en-
tes imitaciones de la naturaleza. No aspira a ninguna semejanza con los llamados
objetos, sino que, al revés, lo que pretende es aniquilar las irrelevantes semejan-
zas y, a partir de los elementos que surgen de esa aniquilación, construir confi-
guraciones que, en todo caso, son del todo difer entes de aquellos objetos, más
que copias en el sentido habitual. Así pues ¿las construcciones del montaje no se
asemejarían a nuestr o mundo r epresentacional? Cuando Pudovkin pr esenta las
columnas de la fachada de un Palacio de Justicia del zar , estas aparecen efectiva-
mente bajo un aspecto tan extraño, que nadie podría identificar la fachada sin
junio 2009
más con una postal de la misma. Pero la fachada de Pudovkin cobra fuerza expre-
siva justamente porque no se deja llevar a un común denominador con el cliché
de tales fachadas. Alejadas de la perspectiva de tarjeta postal, estas suntuosas
columnas se denuncian a sí mismas, de manera perceptible para cualquiera, como 173
símbolos de la arbitraria justicia zarista.
La exclusión del color ha sido una ventaja para el cine en blanco y negr o en la
medida en que le ha asegurado de antemano una cier ta independencia respecto
del objeto. Cuantos menos lazos existen con la super ficie, tanto menor es el
esfuerzo necesario para abstraerse de ella a los fines del montaje. Ahora ir rumpe
el color, y con él una nueva peculiaridad de los objetos que en adelante ya no
puede ser desatendida. Aquí se hace inteligible por qué razones los mencionados
elementos de color gravan tanto al cine. A difer encia de la pintura que hace
honor a su nombre, no cometen ningún acto de sabotaje contra la conexión con-
vencional de los fenómenos, sino que ponen en juego su ambición de reprodu-
cirlos en todo su contorno. El pintor lleva a cabo la tarea de arrancar significa-
ción al material cr omático, y sus imágenes hablan exactamente en la medida en
que no son “copias”. El cine en color, por el contrario, se esfuerza por de pr on-
to, desde una suerte de alegría infantil en lo técnicamente alcanzable, en pos de
la exacta restitución de lo que es confor me al trivial concepto de la naturaleza.
Su orgullo es el cliché. Pero en tanto que suministra filmes que dan la impresión
de imitaciones de un presunto mundo en sí, omite la penetración de su material
y adquiere una difusa diversidad. No conquista los objetos, sino que se esclaviza
a su gastado sello. El paisaje desér tico filmado en el El jardín de Alá se asemeja
010 sobre cineencolor 27/5/09 16:54 Página 174
a una reproducción al óleo porque, de hecho, el ser humano medio hace fr ente
a los paisajes desérticos originales como una reproducción al óleo, y el azul arri-
ba mencionado no dice nada porque fija una impresión que nada dice. ¡El hechi-
zo de las tarjetas postales! No obstante, las tarjetas postales no falsean el mundo:
este es realmente un álbum de postales cuando es visto de manera banal.
Solo ahora se explica por qué no raramente par ece como si el desar rollo fílmico
fuese frenado por la intervención del color. En el film en blanco y negro el mon-
taje se ha conver tido en un uso establecido, por falsa y mecánicamente que se
suela practicar. Sin embargo, con el manejo del color apenas se tiende aún al efec-
to de montaje, sino que uno se da por satisfecho, acaso, con desper tar la ilusión
de unas floridas praderas. Estas ar tes ilusionistas pueden demostrar el alto nivel
de la técnica del color , pero no por eso conducen menos a la defor mación de
hechos indiferentes, vacíos de significado. El resultado es que en el cine en color
conviven dos tendencias: la una, pr ocedente del viejo cine en blanco y negr o,
tiene por objeto la radioscopia de los fenómenos por medio del montaje; la otra,
que descansa en un erróneo manejo del color, se entrega a una mala plenitud de
oscuras impresiones. Ambas tendencias, aunque acopladas en el film en color ,
son mutuamente antagónicas; pues en el mismo grado en que el color se obsti-
na en la “imitación”, se impide la explotación de las relaciones imitables y, con
ello, la ruptura que supone el montaje. Así sucede que en los lugar es aquí men-
174
cionados el color actúa como fr eno, y no solo apar entemente. Su policromía es
variopinta, su adición hace fracasar el despliegue del montaje.
Como bien se puede compr ender, este análisis básico no se dirige contra el uso
del color en absoluto, sino contra una for ma metodológicamente gratuita de
emplearlo. Lo que hay que pr oponer es el logr o del montaje del color. El filme
en color solo puede elevarse al rango de los mejor es filmes en blanco y negr o
bajo la condición de que apr enda a montar el color.
Obviamente, no a la manera de las pinturas. Hasta hace poco, cualquier filme en
color recibiría honores por el hecho de que en él se viera surgir la paleta de
Courbet. Sin duda, es un atrayente comienzo liberar a las pinturas de su inmo-
vilidad, pero el filme en color falta a su determinación cuando se orienta hacia la
pintura, aunque sea a la moder na. Lo que concier ne al cine en blanco y negr o
vale también para este: solo alcanza su meta cuando pr ocede con el montaje
sobre la base de sus pr opios presupuestos.
Adónde le llevan estos no se puede pr ever con antelación. De todos modos, ya
hoy no nos faltan ejemplos que ilustran el cor recto uso del color. Recuerdo una
película de dibujos animados de Disney en donde se hace cr epitar un cohete de 3. Presumiblemente, se trata de
fuegos artificiales3 ¿Cuándo hasta ahora se habían podido r epresentar juegos de Toby Tortoise Returns (Wilfred
Jackson, EE.UU., 1936), de la
colores en movimiento? En Disney se les da forma: una llovizna policroma silba, serie Silly Symphonies.
010 sobre cineencolor 27/5/09 16:54 Página 175
junio 2009
175
La comparación entre la película de The Garden of Allah (El jardín de Alá , R. Boleslawski,
1936) con Mat (La madre, V. Pudovkin, 1926) sirve para que Kracauer muestr e sus reparos a
la irrupción del color en el cine. Per o el autor —aparte de insistir en la diferencia entre el cine
y el “arte”— habla del color como un elemento adicional que debería ser sometido a la supr e-
ma ley del cine: el montaje. Para lo que r esulta fundamental que el color tenga un significado
y sea algo más que un mer o motivo ornamental.
Palabras clave: Kracauer, historia del cine, cine en color, cine y pintura
junio 2009
On the Aesthetics of Color in Film
Kracauer campared two films, The Garden of Allah (R. Boleslawski, 1936) and Matr
(V. Pudovkin, 1926) in order to explain his misgivings with the use of color in film. 177
He considered color to be an additional element in film that should always be made subor di-
nate to the supreme law in film: editing. In this sense, it was absolutely necessar y that color
have symbolic meaning rather than being mer ely decorative.
Key words: Kracauer, film history, color in film, film and painting
011 cineterrorok 27/5/09 16:56 Página 178
178
junio 2009
Terror Films. Do They Reflect an
American State of Mind?” De
Las películas de Hollywood que describen actos de sadismo y la omnipr esencia
hecho, existe otra versión en
alemán aparecida en la Neue del miedo se han conver tido en un alar mante lugar común. Durante la guer ra,
Zürcher Zeitung el 1 de diciem- muchas de estas películas se dedicaron a combatir a Hitler. Su tarea era represen-
bre de 1946. El caso es que la
versión del Commentary fue pro- tar un dominio de ter ror que abarcaba desde torturas de la Gestapo hasta ame- 179
ducto de una considerable reela- nazas siempre inminentes, desde brillantes desfiles hasta agonías silenciosas, todo
boración —hasta casi la desfi-
guración— del original debida al
ello bañado en la opresiva atmósfera de la Europa conquistada por los nazis. Pero
famoso crítico de arte america- sería un error considerar esta tendencia en su conjunto como una mera r eacción
no; Kracauer solo la consintió contra el régimen totalitario. A la vez que los filmes antinazis, apar ecieron otros
para no perjudicar su publica-
ción. En cuanto a la versión ale- que cultivaban la misma clase de hor rores con fines de puro entretenimiento. Y,
mana, apareció reducida merced aunque la guerra ha terminado, este género sigue floreciendo.
a diversos cortes empobrecedo-
res (aunque fue más tarde res- El cine de ter ror es un géner o venerable. Pero la moda actual excede cualquier
taurada en SIEGFRIED KRACAUER:
instancia precedente en el uso de ambientes familiar es para sus puestas en esce-
“Hollywoods Greuelfilme”, en
SIEGFRIED KRACAUER: Werke, 6.3, na. Los criminales de Shadow of a Doubt (La sombra de una duda , Alfred
Kleine Schriften zum Film, Hitchcock, 1942-43) y The Stranger (El extraño, Orson Welles, 1945-46) habi-
Siegfried Kracauer herausgege-
ben von Inka Mülder-Bach Unter tan en sencillos pueblecitos donde nadie imaginaría encontrarse con un asesino
Mitarbeit von Mirjam Wenzel und en persona. Las pesadillas tienen lugar a plena luz del día, las trampas asesinas
Sabine Biebl, Tomo III (1932-
acechan por las esquinas. La vida cotidiana misma par ece engendrar angustia y
1961), Frankfurt am Main,
Suhrkamp, 2004, págs. 369-78). destrucción. Para intensificar esta impr esión, los villanos, atractivos más que
Pero lo más relevante al respec- repulsivos, embelesan a muchachas inocentes y se ganan la confianza de cando-
to es que, según se ha deducido
de la correspondencia del propio rosos empleados de banca. Mientras los ser es demoníacos y los vampir os del
Kracauer, y en contra de lo se pasado escalofriaban a ciudadanos respetuosos de la ley, los monstruos de hoy en
creía, esa traducción no se debió
al propio autor, a quien le pare-
día viven entre nosotros sin ser reconocidos. El mal ya no se manifiesta en la figu-
ció “muy curioso” leerse a sí ra y la cara. En estas películas, la siniestra inseguridad de la vida en los países ocu-
011 cineterrorok 27/5/09 16:56 Página 180
pados por los alemanes es desplazada a la escena americana. Las más oscuras mismo en su lengua materna,
pero en palabras que no eran las
conspiraciones se desarrollan dentro de un mundo que llamamos normal, y cual- suyas. Finalmente, en el
quier vecino en el que uno confía puede tor narse en otr o monstruo de Kracauer-Nachlass, su legado que
se conserva en Marbach, se
Frankenstein.
encuentra el texto original que
Lo que se esconde por debajo explota en forma de crueldades raramente filma- hemos preferido como fuente.
Véase SIEGFRIED KRACAUER: Werke,
das con anterioridad, y esto a pesar de la vieja pr edilección de Hollywood por la op. cit., págs. 337 y 485 (N.T.).
violencia grotesca, primitiva y despiadada. Estas cr ueldades se originan en ir re-
sistibles urgencias sádicas. En The Dark Cor ner (La esquina oscura , Henry
Hathaway, 1946) un detective privado es perseguido por un pistoler o; tras cap-
turar al perseguidor, le rompe la mano con la culata de una pistola para hacerle
confesar la verdad acerca de quién le ha contratado. Luego, el pistolero se intro-
duce en el apartamento del detective y le golpea hasta derribarle. Está a punto
de dejar la habitación cuando, llevado por su sed de venganza, r egresa y, con
todo el peso de su cuerpo, patea la mano de su víctima inconsciente. El mismo
placer por infligir sufrimiento a toda costa se manifiesta en esa escena de The Lost
Weekend (Días sin huella, Billy Wilder, 1945) en donde el bor racho, después de
una noche pasada con delirantes dipsómanos, cae presa de una nauseabunda alu-
cinación: un ratón r oe un agujero en la par ed y trata en vano de intr oducirse a
través de él. Entonces, un mur ciélago que r evolotea por la habitación mata al
180 animal en el agujer o. Cuando se extinguen los chillidos del ratón, un riachuelo
de sangre chorrea lentamente por la pared. Es una visión que por un momento
desvela las profundidades tabuizadas de nuestra existencia corporal.
Títulos como Shadow of a Doubt y Suspicion (Sospecha, 1941) ambos filmes de
Hitchcock, son característicos del énfasis que ponen numer osas producciones
recientes no solo en el sadismo gratuito, sino en su per manente amenaza.
Rebosantes de alusiones inquietantes y de terribles posibilidades, evocan un
mundo en donde todos temen a cualquiera y nadie sabe cuándo y dónde ocurri-
rá lo inevitable. Esto sucede de manera inesperada: cada vez que, de tanto en
tanto, la indecible brutalidad surge de la oscuridad. Este mundo oscilante está
saturado de pánico —el mismo pánico que en las películas antinazis era estigma-
tizado como la atmósfera peculiar de una sociedad sometida al mandato de
Hitler. The Dark Corner, uno de los últimos filmes de terror de Hollywood, lleva
hasta el límite el objetivo de hor rorizar al público. En esta película, el detective
privado no puede imaginar por qué alguien habría de poner a un pistoler o tras
su pista; a tientas, desesperadamente, trata de averiguar la identidad de su ene-
migo. Al final encuentra que es cazado por razones que no tienen ninguna r ela-
ción con él. El hombre que actúa entre bastidores —una especie de inteligencia
sin escrúpulos que intenta asesinar al amante de su esposa— ha perpetrado la
caza para desplazar la sospecha desde él al detective, a quien considera una ade-
011 cineterrorok 27/5/09 16:56 Página 181
junio 2009
181
a la liber tad. Con seguridad, sus hér oes —aviadores americanos o ingleses,
patriotas franceses, rehenes holandeses, obreros noruegos clandestinos— sopor-
tan las torturas de la Gestapo con no menor coraje que los par tisanos de Roma
città aperta; pero la cr eencia que pr ofesan en la democracia nunca les mueve a
luchas contra el evangelio totalitario. Sus triunfos son, lo más a menudo, puras
proezas de capa y espada que dejan intactas las defensas ideológicas del enemigo.
El hitlerismo, socavado en Roma città aper ta, permanece virtualmente incon-
quistado en películas que parecen estar pisando huevos cada vez que abor dan la
causa que r epresentan. En Prelude to War (Frank Capra, 1943) y otr os filmes
militaristas, impresionantes exhibiciones del poder nazi son confr ontadas con
extrañamente evasivas escenas de la vida democrática —escenas que delatan inde-
cisión, más que confianza. Esta falta de fuerza puede también ser inferida de las
alabanzas de boquilla que la mayor parte de los filmes antinazis dedican a la demo-
cracia. En cada uno de ellos apar ece un personaje que en algún momento, apr o-
piado o inapropiado, se las ingenia para deslizar una ar enga en elogio de nuestras
decentes formas de vida y del mundo feliz por venir. Pero un credo que dominase
junio 2009
de verdad a sus seguidores no necesitaría ser proclamado tan superficialmente.
Entre los filmes de ter ror no políticos, The Lost Weekend destaca por su intento
de investir el hor ror de significado; el bor racho, después de haber sufrido deli-
rium tremens, decide evitar la botella. Su conversión, sin embar go, tiene lugar
solo al final de la película y es r epresentada de una manera demasiado esquemá-
tica como para borrar la impresión de su confirmado alcoholismo. Es una con-
versión engañosa. La pesadilla del bor racho no se exhibe para dar cuenta del
cambio en su alma; por el contrario, la ilusión de tal cambio sirve de excusa para
un exhaustivo despliegue alucinatorio. La mayor par te de los filmes de ter ror
actuales ni siquiera pretenden contrarrestar sus excesos sádicos, las olas de terror
o los casos de demencia. Huyendo de estos hor rores psicológicos mediante el
recurso a finales felices car entes de significado, excitan un sentimiento de inco-
modidad engendrado por el desconcertante espectáculo de un mundo que refle-
ja nuestra vida cotidiana y que, a pesar de ello, recuerda al salvajismo nazi. Es un
mundo en donde la enfer medad del ego es dada por supuesta, y donde no se
hace nada para impedirlo.
Todos estos filmes manifiestan un inhabitual interés por el entorno de sus perso-
najes. Se hacen ostensibles las disposiciones casuales de objetos inanimados, som-
bríos trasfondos se afirman con fuerza. En The Spiral Staircase, la escena del pri-
mer asesinato del psicópata se ubica en una habitación de hotel, en algún lugar
184 sobre un antiguo cine; la secuencia inicial, elaborada sobr e la llamativa proximi-
dad de estos dos interior es, muestra la inquietante labilidad de la fr ontera entre
el placer y el crimen. Uno de los hilos conductor es de The Dark Cor ner es la
escalera de una desvencijada casa de huéspedes al pie de la cual se encuentra una
pequeña muchacha soplando constantemente su flauta. Siempr e rondando este
lugar, la muchacha, una aparición más que una persona r eal, parece encarnar su
desaliento. Una escalera similar mar ca un giro decisivo en The Lost Weekend: el
borracho cae a lo largo de los escalones y entra en la última etapa de su calvario.
Ambos filmes, además, coinciden en caracterizar la T ercera Avenida con sus
herrajes, sus trenes elevados, sus bar es y casas de empeños como un mundo de
anarquía y aflicción. Es significativo que los planos de la caótica vida callejera
desempeñaran también un papel principal en las viejas películas alemanas dedica-
das a las tragedias de ser es poseídos por el instinto. Esto no es en modo alguno
accidental: los personajes emocionalmente desviados habitan un r eino determi-
nado por sensaciones corporales y estimulantes materiales —un reino en donde
los objetos mudos amenazan asumiendo la función de piedras con las que trope-
zar o postes de señales, enemigos o socios. El entrometimiento de los objetos en
los recientes filmes de ter ror es un signo infalible de su inher ente interés por la
desintegración mental.
011 cineterrorok 27/5/09 16:56 Página 185
junio 2009
185
En tanto que las películas no solo abastecen demandas populares, sino que refle-
jan inclinaciones de la masa realmente existentes, puede asumirse que los pr oce-
sos de desintegración inter na están efectivamente extendidos. Las persistentes
imágenes de la pantalla sugier en que estos pr ocesos comportan una oleada de
incontrolado sadismo y de espantosa aprehensión. La esperanza de una “libertad
frente al miedo” par ece originarse en un mar cado incremento del miedo. Las
condiciones sociales de las que deriva esta enfermedad colectiva pueden deducir-
se de la característica común de todos los filmes antinazis y las actuales películas
de terror: que muestran, como antes hemos indicado, la inestabilidad mental sin
proponer efectivas contramedidas; que nunca incorporan sus hor rores a un
patrón significativo que pudiera neutralizarlos. Es evidente que la deficiencia
básica resulta de la falta de tales patr ones en la vida r eal. Perdemos el equilibrio
a causa del reducido impacto de unos principios que refuercen la integridad indi-
vidual. Si la sociedad es un vacuum espiritual o un campo de batalla entre creen-
cias irreconciliables, deja de ofr ecer refugio. En The Three Caballeros (Los tres
caballeros, N orman Ferguson, 1944), W alt Disney, un ar tista particularmente
sensible a las cor rientes subterráneas de la época, r epresenta un universo hecho
pedazos, como golpeado por una bomba atómica 3. La laberíntica perplejidad
que representa es sintomática de nuestr o mundo. Entr e los escombr os, los
impulsos oscuros tienen que crecer de manera desenfrenada.
186 Si tal es nuestra difícil situación, apar ecería como natural un deseo generalizado
de una reconstrucción interna. Dos grupos de filmes que pr osperan de manera
simultánea a las películas de terror confirman la existencia de este deseo inten-
tando satisfacerlo. Uno de ellos dramatiza tratamientos psicoanalíticos a fin de
demostrar el restablecimiento del equilibrio mental desde dentr o. Medio mago,
medio mecánico, un psicoanalista o psiquiatra levanta el séptimo velo del alma
de su cliente, pondera los fragmentos dispersos en los que consiste, y al punto
resuelve el r ompecabezas; después de lo cual el cliente vuelve a funcionar con
tanta normalidad como un reloj reparado. Los filmes del otro grupo caracterizan
la vida católica dando a entender que la r eintegración desde fuera puede lograr-
se bajo los auspicios de la Iglesia. En estas películas, la caótica civilización es con-
frontada con la articulada comunidad de los creyentes, y los comprensivos sacer-
dotes cuidan de los mentalmente desamparados. E n The Green Years (Victor
Saville, 1945-46), Canon Roche co mpara su profesión con la de un doctor . “La
mente es madre de muchos males”, le dice a Robert, del que pretende que se haga 3. Véase BARBARA DEMING: “The
clérigo. “Como campeón de la ver dad, cura tu cuerpo tanto como tu alma”. Artlessness of Walt Disney”,
Partisan Review, Primavera 1945,
Exponentes de un pensamiento ilusorio, tanto el psiqu iatra como el sacerdote de
XII, nº 2, págs. 226-31. (Nota
la pantalla se salen de una realidad en donde las cosas se han desmoronado. de Kracauer).
011 cineterrorok 27/5/09 16:56 Página 187
Estas interferencias entre las tendencias del cine popular llevan al núcleo de unos
problemas que apenas pueden ser tratados aquí. He indicado que la mayor parte
de las películas de ter ror que se desarrollan en escenarios americanos cultivan la
clase de horrores que en los filmes anti-Hitler se atribuían a los nazis. Esto, junto
al hecho de la genuina afinidad entr e sadismo y fascismo, hace que par ezca pro-
bable que, en general, las energías sádicas favorezcan en nuestra sociedad al clan
de las mentes fascistas —todos esos agitador es expertos en despertar las tenden-
cias racistas. Por tanto, desde el punto de vista jurídico, el peligro no yace más
en sus actividades que en la predisposición emocional hacia ellas. Los acosadores
de las minorías se alimentan del miedo que barre a la mayoría. Y, a menos que
este miedo amaine, amenazan con perpetuarse como cabezas de Hidra.
Es un miedo que, en último análisis, mana de un dilema cr ucial: presos en las
marañas del sistema de libre empresa, aprehendemos con recelo las potencialida-
des totalitarias inherentes a cualquier sistema de economía planificada. La demo-
cracia, basada en la liber tad individual, parece económicamente desconcer tada;
tanto más cuanto que r ecurre a improvisaciones y engendra sueños de pesadilla
de pseudo-soluciones fascistas. Per o ¿seremos capaces de pr eservar la liber tad
individual bajo un régimen colectivista? Las luchas sociales y políticas de nuestra
época envuelven el núcleo de nuestra existencia; en cada alma se libra una gue-
rra civil. Las películas reflejan sus incertidumbres como una desintegración gene-
188 ral y una perturbación psicológica.
El miedo puede ser exorcizado solo mediante un incesante esfuerzo de penetrar-
lo, de explicar con detalle sus causas. Este esfuerzo es el r equisito previo de la
redención, aun cuando el r esultado sea impr edecible. Marcaría un gir o de la
marea el hecho de que aparecieran filmes en los que, como en Roma città aper-
ta, la integridad humana luchase a brazo par tido contra un mundo desquiciado.
Este texto, escrito al mismo tiempo que trabajaba en su De Caligari a Hitler , también
comparte con él la perspectiva analítica. Su tema son los thrillers que se hacían en
Hollywood en aquel tiempo. Kracauer considera como expr esión de ciertas tendencias
sádicas ocultas, morbosamente adictas a la violencia, que pr edominarían en los
Estados Unidos en aquellos belicosos años, como síntoma de una suer te de
desconcierto y de conciencia general de inseguridad.
junio 2009
Palabras clave: Kracaeur, cine y violencia, cine negro, Hollywood años cuarenta
This is an article which Kracauer wrote while he was also w orking on From Caligari to
Hitler.
In both, Kracauer analyzes Hollywood thrillers in the United States, characterizing them
as an expression of repressed sadistic tendencies and morbid addiction to violence that
would
predominate in the US during the war years and which wer e symptomatic of a general
feeling of apprehension and insecurity.
Key words:Kracauer, film and violence, thrillers, Hollywood in the for ties
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 190
reseñas
Lecturas y contralecturas Las mil y una imágenes del cine marroquí, volumen
editado por Alberto Elena, estaba concebido como
sobre algunos cines acompañamiento al ciclo del mismo título que pudo
norteafricanos verse en el Festival Internacional de Cine de Las
2
Palmas de 2007. No obstante su sobria apariencia,
ANA MARTÍN debemos puntualizar que Las mil y una imágenes del
cine marroquí supera la contingencia que muchas
> Las mil y una imágenes del cine marroquí veces compromete al “libro de festival” y afronta la
3
ALBERTO ELENA (ED.) tarea, inédita al menos en nuestra lengua, de com-
Madrid, T & B Editores, 2007 poner un panorama de la historia del cine mar roquí
> Hudud! Un viaggio nel cinema maghrebino y de agrupar, además, diversas perspectivas que apli-
can a este campo de estudio sus autor es, algunos de
LEONARDO DE FRANCESCHI
Roma, Bulzoni, 2005 los mayores especialistas en la materia a nivel mun-
dial, varios de ellos marroquíes.
> Popular Egyptian Cinema: Gender, Class, and A una primera aproximación de Elena al cine colo-
Nation
nial desplegado en Marruecos, que tiene como uno
VIOLA SHAFIK
Cairo/New York, The American University in Cairo Press, 2007 de sus aspectos más atractivos el estudio comparado
de las políticas cinematográficas que las instituciones
coloniales francesa y española llevaron a cabo en el
La aparición en los últimos años de algunos estu- país con alcances muy distintos, le siguen dos textos
dios sobre el cine proveniente del norte del conti- más descriptivos de Roy Ar mes y Giuseppe
190 nente africano parece desvelar la “recalificación” de Gariazzo. El primero compone un recorrido por las
un espacio de investigación escasamente tratado por cuatro décadas de d esarrollo del cine mar roquí a
la comunidad científica y crítica occidental. La
partir de la recuperación de los autores y tendencias
mayor circulación de títulos que se acer can, aunque
más destacados, y se solapa en su última parte con el
sea muy tímidamente, a nuestras car teleras, el papel
texto de Gariazzo. En “La ‘nouvelle vague’ mar ro-
que los cineastas en la diáspora vienen desarrollando
quí”, este traza su trayectoria en los últimos diez
desde hace años, y el de algunos festivales atentos a
años sobre la idea de renovación que respiran, por
ese otro cine, así como los inter eses transnacionales
otra parte, la mayoría de las apr oximaciones de este
que implican las coproducciones (fórmula predomi-
nante para la super vivencia de muchos cines del volumen, y que se materializa en los trabajos de,
Sur), han servido de espita para la mayor visibilidad entre otros, Faouzi Bensaidi, Y asmine Kassari o
de estos cines. Aunque, en el caso de las cinemato- Ismael Ferroukhi, descritos por el autor como
1
grafías árabes , debido, entre otros motivos, al esca- “impregnados por la necesidad y urgencia de cons-
so intercambio académico, al desconocimiento de la truir un discurso complejo y multifor me sobre (…)
lengua, las premisas históricas y culturales, o las con- la vida en contacto con las pr opias raíces y la propia
diciones de producción y difusión de los films, nos cultura, al tiempo que la inevitable coexistencia con
encontramos ante un panorama editorial exiguo y, las dinámicas y las estratificaciones de la globaliza-
en bastantes ocasiones, poco actual izado. En este ción” (pág. 58). En “Cine y público(s) en
sentido, debemos, en primer lugar, celebrar la apari- Marruecos”, Mulay Driss Jaïdi constata a par tir del
ción de los tres volúmenes aquí reseñados. análisis cuantitativo de las cifras disponibles las defi-
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 191
RESEÑAS >
ciencias en las políticas cinematográficas y la debili- Marruecos, Argelia y Túnez. Su principal moti va-
dad de la producción, la distribución y la exhibición, ción nace de la impresión de que el espacio urbano
lo que se ha concretado históricamente en un com- representado en el cine magrebí está atravesado por
pleto divorcio entre el cine marroquí y su público. una red invisible de bar reras —de ahí el título,
Sin embargo, señales esperanzadoras han comenza- hudud— entre interior y exterior, privado y público,
do a aflorar en el último decenio, en el que algunas femenino y masculino. Si para los dir ectores magre-
películas marroquíes han resultado éxitos de taquilla. bíes “el espacio público de la ci udad se p resenta
Para Kevin Dwyer, esta reconciliación supone que como un teatro ideal sobre el cual valorar las moda-
“[E]l cine mar roquí constituye uno de l os pocos lidades de inter relación entre los sujetos s ociales,
puntos de luz en un paisaje cinematográfico que en registrando con gran sensibilidad cada disminución
el Tercer Mundo es, en casi todas par tes, sombrío” o refuerzo de las barreras entre los sexos, es porque
(pág. 100). Dwyer traba el debate acerca de la diver- los mismos cineastas utilizan soluciones lingüísticas
sidad cultural en tiempos de globalización con las bastante originales y funcionales para un cine que
experiencias recientes de este cine —su dinamismo y encuentra en la escritura con significantes espaciales
diversidad, o la r enovada relación con su público, una de sus más profundas razones de ser” (pág.14).
son aspectos en los q ue abunda el epílogo de El primer capítulo se detiene en algunas de las claves
Mohhamed Bakri—, apuntando además a las claves que van a sustantivar funcional y simbólicamente el
junio 2009
que más allá del cine per mitirían afianzar su situa- espacio —entre ellas, la or ganización social de la
ción. En este sentido, el artículo de Bernabé López medina y el microcosmos doméstico, la educación
García, “Marruecos: un cine para un país en trance”, de niños y niñas, la experiencia colonial o la relación
propone un contexto indispensable para una gran entre el Islam, la imagen y el cine—, para entr elazar
191
parte de los artículos y presenta un conciso diagnós- después las etapas fundamentales de la historia del
tico de las principales encrucijadas que doblegan al cine de los tres países. El núcleo del libro se concen-
país, así como los retos —avances en las libertades y tra en las categorías esenciales del espacio y sus
apertura democrática, definición de una identidad modos de representación, así como en las fór mulas
propia, el papel de la mujer y de l os jóvenes en la en las que los personajes participan, negocian o son
evolución social, la emer gencia de nuevos actor es excluidos de los mismos. Todo ello a partir de con-
políticos…— que, en un complejo presente, se ceptos que el autor rescata de lecturas y metodolo-
deben afrontar para que las esperanzas que alberga gías no solamente cinematográficas, como las de
una gran par te de la sociedad , y en p articular los André Gardies o Jun Sato, sino de la sociología de
cineastas, puedan concretarse. Edward T. Hall o la antr opología de Er ving
Leonardo De Franceschi, profesor de la Universidad Goffmann. A la categorización a par tir de múltiples
Roma III y codirector del Festival Panafricana, con- ejemplos fílmicos de los modelos fundamentales en
tribuye a este volumen con un artículo acerca de la los que se concreta el espacio doméstico y el públi-
ciudad en el cine marroquí, y es el autor de Hudud! co, le acompaña el análisis de las prohibiciones y
Un viaggio nel cinema maghrebino, editado a partir transgresiones, y de las relaciones de poder dentro
de su tesis doctoral. Este estudio tiene entre sus vir- de la tradición patriarcal —valorando los grados en
tudes la amplitud del corpus fílmico valorado y la los que este modelo es más o menos per meable a la
firme elección de una perspectiva cent ral desde la modernidad—, así como un repertorio final de las
que analiza de for ma conjunta la pr oducción de soluciones formales que elaboran de modo significa-
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 192
tivo las componentes topográficas del lenguaje cine- espacio que el cine concede a las alegorías que sobre
matográfico. Hudud! se cierra con un último capítu- la nación se formulan a lo largo de las décadas —el
lo que analiza en profundidad nueve largometrajes estudio comprende la pr oducción desde lo s años
agrupados en torno a las principales cuestiones dis- veinte hasta la actualidad— y sus encarnaciones mas-
cutidas con anterioridad. culinas y femeninas a través de la iconografía colo-
5
Uno de los problemas que suscita el libro es la abs- nial y nacional/ista . En la segunda parte, dedicada
tracción de las circunstancias específicas de cada pro- al estudio de la r epresentación de género, afloran
ducción a través de su reducción a los parámetr os cuestiones como la definición fundamentada en la
funcionales que las confinan en las t axonomías de tradición musulmana de lo femenino y la discusión
análisis fijadas. Así, la relación del cine magrebí con de la perspectiva feminista aplicada al cine desde una
los poderes públicos, las tensiones y contradicciones apropiada revisión del feminismo en el contexto cul-
sociales que lo circundan, o las tradiciones culturales tural, social y político egipcio. Las tutelas del discur-
que puede estar movilizando, quedan en un velado so modernizador, sobre todo a par tir de los años
segundo plano. Por lo demás, la cuestión del públi- cincuenta, se verán r eflejadas en la disposición de
co se r esuelve en enunciados como: “un público una serie de motivos y nar rativas recurrentes, como
cada vez más escaso, narcotizado por los culebrones la dicotomía de la virgen y la prostituta, y la madre y
egipcios e intoxicado por el cine de género america- la hija, el matrimonio por amor, la familia burguesa
no y asiático” (pág. 83). o el trabajo femenino. Por otro lado, distintos géne-
El fantasma de las exportaciones audiovisuales egip- ros cinematográficos como el melodrama, el cine de
cias se hace notar sin que se pr oponga ningún razo- acción o el thriller, sus vocabularios específicos y las
namiento para evaluar el favor de los públicos figuras femeninas que los protagonizan, darán lugar
192
magrebíes. Lo que nos lleva al último título r eseña- a sucesivas negociaciones d el espacio y el r ol que
do, Popular Egyptian Cinema: Gender, Class, and ocupan las mujeres. Shafik analiza las repercusiones
Nation, una obra indispensable para el estudio de de la “nueva moralidad” impuesta por el avance del
una cinematografía que, por su capacidad de seducir islamismo (que en el caso del cine egipcio tendrá
a públicos de todo el mundo arabo-musulmán, tiene consecuencias particulares debido a la importancia
un enorme interés. Su autora, Viola Shafik, profeso- del mercado de los estados del Golfo en sus exporta-
4
ra freelance y directora de var ios documentales , ciones) y la centralidad que ha adquirido la represen-
apoya precisamente su elección en el r econocimien- tación de las mujeres y la sexualidad como espacio
to de una evidente discrepancia entre el público y la para la confrontación de las corrientes ideológicas
crítica nacional e internacional en la apreciación del enfrentadas. El libr o se cier ra con la r evisión del
cine popular egipcio. La cuidada edición de la impacto del concepto de clase en el cine egipcio. En
Universidad Americana de El Cairo se divide en tres particular, a nivel estructural, en la organización de
partes. La primera se centra en l a idea de nación tal sus audiencias, los modos de recepción y las trans-
y como es reelaborada por el cine popular, sobre formaciones en la relación de los distintos públicos
todo en el modo en que las nar raciones negocian la con el consumo cinematográfico. Per o también a
presencia de las minorías étnicas y religiosas que for- través del análisis de las cambi antes encarnaciones
man parte del tejido social del país (en concr eto, que de las clases sociales ha ido incorporando el cine
judíos, nubios y coptos) y cómo v ehiculan o recha- en relación con la ideología dominante que han
zan la diferencia. Al mismo tiempo, Shafik razona el amparado los distintos proyectos nacionales a partir
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 193
RESEÑAS >
junio 2009
2. Se trata de una edición bilingüe en español y francés que
incluye en sus anexos un diccionario que reseña la filmografía
Escritos o auspiciados por Malcolm T urvey, los tex-
de más de setenta cineastas, una filmografía que agrupa crono-
tos aquí reseñados nos permiten aproximarnos con
lógicamente títulos pr oducidos entre 1956 y 2006, y una renovado interés a teóricos y cineastas como Balázs,
breve bibliografía, pero a la que no acompaña, pese a su títu- Kracauer, Epstein y Vertov. Enfrentarse a ellos y des- 193
lo, una sola imagen. pejar todo aire de déjà vu es la primera de las victo-
3. Un valioso esfuerzo a este r especto es el capítulo rias de estos escritos per o no la única, ya que las
“Elementos para una historia del cine en el mund o árabe”, intenciones de Turvey son, como veremos, de más
incluido en Alberto Elena: Los cines periféricos. África, Oriente largo alcance.
Medio, India, Barcelona, Paidós, 1999. Doubting Vision. Film and the Revela tionist
4. Viola Shafik es también autora de Arab Cinema: History Tradition es el primer libro publicado por Turvey,
and Cultural Identity , Cairo, The American U niversity in después de una ya amplia bibliografía como autor de
Cairo Press, 1998. artículos y editor espar cida en r evistas y libr os. El
5. El estudio de la transposición de la figura de Gamal ‘Abdel estudio parte de las teorías de Balázs, Kracauer ,
Nasser en la pantalla como ejemplar alegoría nacional es una Epstein y Vertov para constr uir —y este es uno de
reelaboración de un artículo aparecido en esta misma revista: sus puntos fuer tes— no un libr o de historia de la
Viola Shafik: “El momento de crisis. Estudio del carisma cine- teoría del cine sino uno de teoría del cine. En otras
matográfico de N asser”, Archivos de la Filmoteca , nº 46, palabras, su intención es discutir y dilucidar qué
febrero de 2004, págs. 152-171. dicen esos teóricos y la validez de sus pr opuestas. Y
contra la expectativa que se cr earía cualquiera, el
argumento de T urvey critica y desmonta par te de
esas teorías, con una capacidad destr uctiva que es
otro de los factores que hacen a este trabajo especial-
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 194
mente interesante. Vayamos por partes. conforma con identificar una veta sino que propone
En primer lugar, Turvey plantea un nuevo punto de pensarla como teoría. Y aquí viene la parte destruc-
vista sobre esos teóricos que consiste en agr uparlos tiva, que a veces se echa en falta en los escritos aca-
y comprenderlos como una tendencia común. Ante démicos.
la disyuntiva identificada en la teoría clásica del cine La pregunta de Turvey es por el sentido de estas teo-
entre una corriente realista y una moder nista, estos rías y la mecánica de la r espuesta parte de los escri-
teóricos constituyen una ter cera rama que T urvey tos de W ittgenstein y R yle. Aplica su método de
etiqueta como “r evelacionista”. El factor que los pregunta por el sentido y significado de lo que se
une es la propuesta de comprender el cine como una dice, y concluye que hay en los teóricos revelacionis-
manera de revelar verdades sobre el mundo, inacce- tas y en sus her ederos parciales un mal uso de con-
sibles a la per cepción común. Cr ear esta unión de ceptos perceptivos y una confusión de categorías. Es
teóricos es, a mi par ecer, un gesto impor tante de decir, que su idea de r evelación se sustenta, por
este libro, que consigue dotar de más entidad a unos ejemplo, en acusar a la visión común de no ser capaz
nombres que con demasiada fr ecuencia se quedan de percibir cosas que o bien es imposible que vea (en
en los márgenes, sin saber muy bien nadie qué hacer el caso de Epstein “ver el tiempo” o en el de Vertov
con ellos o sabiéndolo únicamente si se los trata “ver las r elaciones sociales”) o bien cier tamente
como personalidades únicas y aisladas. Doubting puede ver sin necesidad de ayuda (en el caso de
Vision reconstruye sus caminos engarzándolos entre Balázs “ver las emociones” de alguien). Escrito en
ellos. No siendo un estudio de historia sino de teo- tres líneas como está aquí, esta manera de leer puede
ría, bien puede ser que los especialistas en cada uno parecer simple o incluso peregrina. Puntualicemos
de estos teóricos consider en que faltan aspectos de que evidentemente el sustrato teórico y filosófico
194
sus teorías, per o seguro que convendrán que nada está firmemente anclado en la obra de los filósofos
de lo dicho sobra y que su unión es más pr oductiva ya citados y dilucidar su validez desborda, y mucho,
que lo que queda en el tinter o. a esta reseña. Pero retengamos también la idea de la
El argumento de Turvey identifica esta nueva rama pregunta literal por el sentido de lo que se dice y por
de la teoría clásica del cine y pr opone que sus ideas el uso correcto del vocabulario y las ter minologías.
se repiten en otras teorías más contemporáneas. Este es, como él mismo plantea, el otro objetivo del
Turvey remueve la teoría semiótica y psicoanalítica libro: la preocupación estricta por el sentido, por la
de los 60 y 70 (Metz, la r evista Screen, etc.), los validez y pr opiedad de los enunciados —una pr e-
libros de Stanley Cavell, los de Gilles Deleuze o la gunta que según T urvey se obvia demasiadas veces
“modernity thesis” (Gunning, Hansen, etc.) para en las humanidades. Coincidamos o no con el uso
encontrar en ellos un sustrato similar . En ellos hay de la filosofía analítica de W ittgenstein y R yle, con
rastro de la capacidad r evelatoria del cine, así como esa intención se puede estar de acuer do.
del reverso que también comparten Balázs, Epstein, Doubting Vision sigue todavía otros derroteros, que
Vertov y Kracauer: un pr ofundo escepticismo sobre le llevan a plantear el porqué de ese mal uso de con-
las capacidades de la percepción común. ceptos y el por qué de la fascinación por la idea de
Solo por este camino que nos lleva de los años 20 revelación y escepticismo que conllevan esas teorías.
hasta los 90 el estudio de T urvey ya valdría la pena. Así como a plantear de qué modo tiene sentido decir
Huyendo de caminos trillados, su ar gumento reen- que el cine es revelacionista.
1
caja piezas de manera novedosa. Per o el libro no se Dejando estos y otros elementos de lado , concluiré
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 195
con una de las críticas que se le pueden hacer al libro (editado por Thomas T ode y Barbara W urm). Los
de Turvey. Al margen de compartir o no las ideas de textos del pr opio Malcolm T urvey, Oksana
Wittgenstein y Ryle que sustentan su crítica, el gran Sarkisova, John MacKay, Simon Cook y Yuri Tsivian
flanco de discusión que contiene es plantear hasta que constituyen el dossier plantean una relectura de
qué punto es per tinente una lectura literal de esas Vertov situándolo en nuevos contextos más allá de
teorías o si no es más correcta una lectura metafóri- los ya conocidos. Así el texto de T urvey plantea la
ca. Turvey anticipa y discute esta crítica dentr o del existencia de un modelo or ganicista en Vertov y no
propio libro, aunque quizás no todo lo in extenso únicamente mecanicista. John MacKay —uno de los
que se podría. Seguramente volvemos a caer en esta expertos en Vertov más interesantes, con una mono-
crítica en la diferencia entre un libro de teoría y uno grafía en prensa— utiliza ciertas doctrinas científicas
de historia, para responder a la pregunta de “qué es (relativas a la ener gía como un “materialismo tras-
el cine” y “cómo funciona” hay que leerlos literal- cendental”) como modelo del pensamiento de
mente, para responder a la pregunta de “qué ha sus- Vertov. Y esta incidencia en los modelos científicos
citado el cine”, “qué se ha dicho de él” o “qué con- se encuentra también en el texto de Simon Cook,
nota de un contexto cultural determinado” se pue- que utiliza la intersección entr e cine y fisiología
den leer metafóricamente. Y Doubting Vision es un como un modelo para Vertov, habiendo sustituido el
magnífico estudio sobre la validez de estos autores y cuerpo biológico por el social. Este planteamiento es
junio 2009
sus herederos como teóricos del cine, per o la rique- especialmente interesante para situarlo en relación al
za de la lectura de T urvey también puede ser útil a libro de T urvey, puesto que es pr ecisamente el
quien tenga otras intenciones. modelo científico —la comparación con el micr os-
Los otros textos aquí r eseñados son dos conjuntos copio y el telescopio, r edundante en los teóricos
de artículos publicados en la r evista October, tam- revelacionistas— y su pr estigio, una de las causas a 195
bién relacionados con T urvey y con el estudio de las que apunta Turvey para la persistencia de la ten-
esos teóricos revelacionistas. El dossier sobre Balázs dencia revelacionista y sus perennes errores de senti-
contiene alguno de sus textos cor tos, un estudio de do. De esta manera volvemos a la idea de que lo que
Hanno Loewy que sitúa sus escritos sobre cine en el no sirve como teoría, sí sir ve para compr ender el
conjunto de su obra y trayectoria intelectual y un pensamiento del teórico, es decir, de nuevo la distin-
texto donde T urvey ya plantea la existencia de la ción que venimos haciendo entre la intención teóri-
rama de la teoría r evelacionista. El dossier sobr e ca y la intención histórica. Y escapamos también a
Vertov es de mucha mayor envergadura. Editado una posible lectura r educcionista de los plantea-
por Turvey y por Annette Michelson —una de las mientos del libro de Turvey, que los teóricos revela-
mentoras intelectuales de Turvey— ocupa el núme- cionistas incurran en esos errores de sentido —en el
ro entero de October y se viene a sumar a la r ecupe- marco que se ha explicado— no quier e decir ni
ración y relectura atenta de Vertov que empezó con mucho menos que no se puedan leer , ni que en sus
el libro Lines of r esistance. Dziga V ertov and the teorías y películas no quede nada para ver , explicar,
Twenties editado por Yuri Tsivian —en el mar co de comprender o disfrutar.
la retrospectiva completa del Vertov mudo de Le
Giornate del Cinema Muto del 2004— y con la 1. El libro contiene algunas pequeñas lecturas de películas a mi
publicación en 2006 de Dziga Vertov: The Vertov parecer muy interesantes. Pienso principalmente en la lectura
Collection At The Aus trian Film Museum/die de La chute de la maison Usher (1928) de Epstein en clave de
Vertov-sammlung Im Oster reichischen Filmmuseum bergsonismo (págs. 26-30).
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 196
lancia en el panóptico de Foucault, el ataque de recurrente en los varios discursos sobr e el cine y la
Debord contra “la sociedad del espectáculo” y de fotografía, y además intenta r evisar un cierto realis-
Irigaray contra el privilegio de lo visual en el orden mo atribuido a estos medios.
patriarcal o la pr opuesta de r ecuperación de otr os Tanto para Crar y como para Jay (citando a Crar y),
sentidos como el tacto o el oído por par te de auto- el cine y la fotografía desafían la óptica geometriza-
res como J. L. Nancy o Derrida ponen en evidencia da de la tradición perspectivista y escapan al or den
que hay en el pensamiento francés del siglo XX una atemporal e incorpór ea de la cámara oscura, para
cierta hostilidad hacia la visión. Estos argumentos alojarse en la fisiología y temporalidad inestables del
cuestionan el antiguo régimen óptico, denominado cuerpo humano. Pr ecisamente porque para los dos
por Jay de “perspectivismo cartesiano”, y desacredi- autores toda la per cepción es el r esultado de cam-
tan la visión —que fue considerada antaño como “el bios históricos en la representación, el cine y la foto-
más noble de los sentidos”— en tanto que her ra- grafía surgen vinculados a un nuevo obser vador, a
mienta de conocimiento del mundo. una transformación de la percepción que se produjo
A lo largo de su radiografía de la “denigración de la a principios del siglo XIX. Los nuevos espacios urba-
visión”, Jay hace r eferencia al cine y a la fotografía nos, las nuevas tecnologías industriales, los medios
como detonadores del régimen escópico anterior. El de transporte, las nuevas for mas de poder político,
cine representa para el autor tanto el triunfo como la las arquitecturas de cristal y acer o indujeron hacia
junio 2009
tumba del ojo, pues conduce la mirada hacia un pro- una abstracción y reconstrucción radical de la expe-
fundo descentramiento; de ahí que se detenga espe- riencia óptica y localizar on esa experiencia en la
4
cialmente en un cine que discr epa con la visión, inmediatez empírica del cuerpo del obser vador .
como el de los surrealistas, los letristas y los situacio- Continuando el método genealógico de Michel
197
nistas. La famosa escena del ojo rasgado de Un perro Foucault, pero aplicándolo al campo de la visuali-
andaluz de Dalí y Buñuel (1928) o algunas pelícu- dad, Crary apunta algunas de las condiciones y fuer-
las de Maurice Lemaître, como Le film est déjà com- zas que definieron el cambio de la per cepción en el
mencé? (1951), son para Jay ver daderos asaltos a la siglo XIX: los dispositivos ópticos como el tauma-
transparencia de la imagen, prácticas destinadas a tropo, el fenaquistitiscopio o el ester eoscopio, así
quebrar la ilusión de la r epresentación, yendo en como los estudios de Goethe sobr e los efectos de la
contra de su hegemonía. persistencia retiniana y una serie de estudios en el
Jay dedica también un capítulo al análisis de la teo- campo de la óptica fisiológica que anunciar on una
ría cinematográfica desarrollada por Christian Metz, creciente racionalización, abstracción y homogeni-
André Bazin, Ser ge Daney o J. L. Comolli, entr e zación de la visión. El autor localiza este cambio
otros críticos, en Cahiers du Cinema y en otras perceptivo entre 1820 y 1840, justo antes del naci-
publicaciones. Aunque considere que la crítica cine- miento del cine y de la fotografía, en el momento en
matográfica ha explorado con pr ofundidad inédita que el modelo r enacentista de la cámara oscura
este campo, el autor apunta algunas cuestiones que colapsa y es desplazado por nuevas nociones acer ca
esta ha obviado, como el sonido y los estudios de de la visión y del espectador.
género, o conexiones desacertadas, como el vínculo De tal forma que el autor no solo desvincula el cine
directo entre la perspectiva renacentista y el cine. El del modelo de la cámara oscura y de la perspectiva
ensayo de Jonathan Crar y, Las técnicas del obser va- renacentista, sino que, al mismo tiempo, lo vincula a
dor, surge exactamente en r espuesta a este tópico un profundo proceso de abstracción visual, que
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 198
niega todo el “realismo” de la imagen, presente Para Kafka, por ejemplo, la perspectiva de aquel que
también en los cuadr os de T urner, Cézanne o va sentado en un taxi, perspectiva de sótano , no es
Monet. El cine, “el estereoscopio y Cézanne tienen diferente de la perspectiva del espectador de cine,
mucho más en común de lo que podría suponerse”, pues el continuo movimiento del coche no per mite
“están ligados por igual a una transformación al pasajero ver el mundo como pr esencia, sino ape-
mucho más amplia del obser vador” (pág. 167). En nas sus “monumentos invisibles”.
la genealogía de la mirada llevada a cabo por Crary, Tal como los primeros espectadores de cine quedan
el cine, la fotografía, el arte y los dispositivos ópticos petrificados cuando pasa un tr en en la pantalla,
no funcionan como modelos de representación sino Kafka sentía en su cuerpo ese mismo estupor y
como dispositivos históricos de poder y de saber que asombro. “El cinematógrafo pr oporciona a los que
operan directamente sobre el cuerpo del obser va- contemplamos el desasosiego del movimiento”,
dor, en su pr oceso de “nor malización y sujeción”. escribía en uno de sus diarios de viaje (pág. 49). Las
Así el nuevo espectador es pr oducido por este con- imágenes móviles son para el escritor perturbadoras,
junto de dispositivos ópticos junto con otros episte- pertenecen a un espacio difuso, sin geometría, y no
mológicos, morales o políticos, y no es solo su pr o- generan para el ojo del espectador una reproducción
ducto histórico, sino el lugar concr eto donde esas de la realidad sino una figuración automatizada.
prácticas, técnicas, instituciones y pr ocedimientos De alguna for ma, este texto de Zischeler r epasa a
ocurren. través de Kafka los elementos fundamentales que Jay
Hanns Zischeler, por su parte, al intentar reconstruir y Crary apuntaban dentro del marco teórico de los
la experiencia de ir al cine de Franz Kafka a partir sus estudios visuales. Al tratar el cine dentro del contex-
diarios y correspondencia, nos presenta un nuevo to más amplio de la visualidad y al insertarlo en una
198
tipo de espectador, cuya visión está localizada en la historia más vasta de acontecimientos, los tres ensayos
inmediatez de su pr opio cuerpo. Kafka va al cine podrán ‘agitar’ los enfoques habituales de los estudios
nos muestra un observador atado a unas circunstan- cinematográficos y aportar nuevos elementos.
cias históricas, que además de ir al cine (y a los bur-
deles) acudía a otr os espectáculos mecánicos que
incluían a los espectador es, como las competiciones 1. Gustav Janouch: “Conversaciones con Kafka”, Destino,
aéreas o los panoramas. 2006.
En las anotaciones de Kafka, el cine aparece siempre 2. Los estudios visuales tienen en cuenta no solo la constr uc-
vinculado a los espacios urbanos como Praga, París, ción social de lo visual, sino también la construcción visual de
Berlín, Milán o Munich —espacios escindidos y des- lo social, tal como lo apuntó W. T. J. Mitchell.
familiarizados—, a la desorientación perceptiva y 3. Para Martin Jay, el pensamiento francés se ha centrado fun-
temporal de los viajes, a los escaparates de los loca- damentalmente en la visualidad, a difer encia de, por ejemplo,
les comerciales, al aumento de la infor mación tipo- el pensamiento alemán, que ha privilegiado el oído frente al
gráfica y visual, a la iluminación nocturna de las ciu- ojo.
dades e incluso al r uido mecánico del automóvil, 4. Crary opta por el término ‘observador’ y no ‘espectador’
que el escritor compara con el sonido del pr oyector para referirse al sujeto que observa. Mientras que ‘observar’
cinematográfico. Es decir , afilia el cine a toda una implica siempre la intervención de un sujeto activo, ‘spectare’
serie de observaciones instantáneas en que la técnica denota una acción más pasiva.
y la velocidad conducían a un cambio de percepción.
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 199
> Television and Consumer Culture. Britain and dramáticos y audiovisuales. Después apuntaba que
se habían realizado trabajos con el fin de situar a la
the Transformation of Modernity
ROB TURNOCK ficción televisiva en su contexto cultural e histórico.
Londres, Nueva York, I. B. Tauris, 2007 Habían sido también impor tantes en aquellos años
los estudios de géner o sobre las audiencias de los
> La historia contada en Televisión. El documen- primeros dramas televisados. En general r econocía
tal televisivo de divulgación histórica en
España una importante influencia de la perspectiva feminis-
SIRA HERNÁNDEZ CORCHETE ta en los estudios sobr e la ficción popular y sus
públicos. Así como una posterior fragmentación de
junio 2009
Barcelona, Gedisa, 2008
estudios específicos sobr e los difer entes géneros de
En el primer número de la revista Critical Studies la ficción televisiva y su r elación con los telespecta-
in Televisión. Scholary Studies in Small Scr een dores. También en esos seis años se desar rollaron
Fictions, publicada por Manchester University Pr ess estudios específicos sobre las prácticas pr ofesionales
199
en la primavera de 2006, se convocaba a una serie de y las figuras del géner o, así como sobr e las funda-
académicos para que diesen su opinión sobre el esta- mentales diferencias, no solo industriales, entr e la
do de la cuestión, en Gran Bretaña y, por extensión, televisión pública (BBC) y la privada (ITV). En este
en el mundo anglosajón, que en términos académi- apartado ya se destacaba un trabajo de Rob Turnock
cos es, cada vez más, el mundo. Abría el fuego un anterior al que abor damos aquí. Significativamente
texto de Stephen Lacey, “Some Thoughts on después de un punto y par te, Lacey concluía su
Television History and Historiography: A British repaso a esos seis años de pr oducción afirmando
Perspective” que comenzaba, a su vez, con una cita que, después de todo eso, y ante una demanda for-
del respetadísimo John Cor ner de 1999. Según mativa, llegaron los libros de texto sobre la materia.
Corner, en aquel momento, la ficción televisiva bri- Sirva esta prolongada introducción para poner sobre
tánica sufría una evidente falta de estudios históri- la mesa el principal problema que se genera a la hora
cos. El autor inglés afir maba, además, que la situa- de aunar en un solo texto, un libro sobre historia de
ción se hacía más evidente si se r ecurría a una com- la televisión británica y otr o sobre la española. A
paración con dos objetos de estudio contiguos de pesar de que en ambos casos nos encontramos ante
diferente manera con ese de la ficción televisiva bri- un objeto de estudio (la televisión nacional) y una
tánica. A saber: los estudios sobr e cine británico o disciplina (la historiografía) iguales, ahí se acaban
los estudios sobre la ficción televisiva estadouniden- todos los puntos de conexión. Los contextos y las
se. Pero para Lacey, la situación había mejorado de tradiciones escolásticas en la que se inscriben ambos
forma sustancial en poco más de seis años. Sin entre- se encuentran tan distantes que cualquier intento de
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 200
comparativa de hipótesis, método o conclusiones aca- una Historia de la televisión en España (Gedisa) que
baría desembocando en un trato injusto para el traba- marcaba un definitivo punto y aparte con respecto a
jo realizado en nuestro más inmediato contexto. todo lo que se había escrito al r especto de la histo-
De entrada, no podemos pasar de lar go (y con ello ria de la televisión en España hasta ese momento y
nos sumamos desde aquí a un cor o de voces que ya podía parecer que marcaría el camino para otros tra-
hace demasiado tiempo que resuena sin que parezca bajos que llegasen después. Pasados siete años, y a
que ello lleve a ninguna par te) un problema funda- pesar del indudable valor de algunos otr os textos
mental: las lamentables condiciones en que los aparecidos desde entonces, podemos decir que la
investigadores tienen acceso, cuando lo tienen, a los anunciada primavera no llegó a producirse. Y de ahí
archivos de nuestra más antigua televisión: TVE. que, el volumen que presenta Sira Hernández
Pasamos rápidamente, para no hur gar en la herida Corchete en 2008, y que es el resultado de una tesis
más de lo necesario, sobr e la tar danza con que se doctoral, no solo tiene que elaborar todo el trabajo
han tomado algunas decisiones r elativas a dicho casi notarial de documentación sobre el documental
archivo, como una clasificación más o menos cientí- de divulgación histórica en nuestras televisiones,
fica o su digitalización, que ha llevado inevitable- sino que se ve también obligada a delimitar el con-
mente apareada la desaparición de grandes cantida- cepto y situarlo en un contexto inter nacional más
des de material. Sumado ello a la cantidad de horas amplio. Y a pesar de la evidente falta de lugar es
de emisiones de los inicios que jamás quedaron desde los que constr uir una historia de la televisión
registradas (o sencillamente se bor raron grabando española que todo ello subraya, todavía es hoy habi-
material nuevo encima) puede imaginar el lector que tual que nuestr os colegas se extrañen (por utilizar
apenas quede material de pr ogramas consultable de un término suave) cuando algunos afir mamos que
200
los primeros diez años de la televisión pr oducida en estamos trabajando sobre dicho objeto de estudio. Y
España. Los investigador es anglosajones también me refiero a aquellos más cer canos que, siguiendo
tienen problemas para consultar materiales de su pri- con el ejemplo puesto por Cor ner, trabajan sobr e
mer decenio de emisión, la difer encia es que la tele- dos terrenos tan próximos como el cine español o la
visión comercial se inauguró en España cuando televisión estadounidense. N inguno de los pasos
aquellos ya llevaban casi diez años de emisiones y , señalados por Lacey en su texto se ha pr oducido en
digo yo, que los r esponsables de nuestra televisión, el contexto español: ¿una aproximación en términos
aquellos que suspiraban por que el medio les acerca- de género a las audiencias de, por ejemplo, Reina
se a una anhelada Europa, bien podrían haber apren- por un día? ¿A quién puede interesar eso?
dido de la experiencia de los primer os. Como su pr opio subtítulo indica, Britain and the
En segundo lugar hay que adver tir que, tampoco Transformation of Modernity, Turnock aborda las
todo, ni fundamentalmente, es un pr oblema de relaciones que se establecen entr e la sociedad britá-
fuentes, ni de la inexistente gestión de la televisión nica y su expansion televisiva para que la primera
pública estatal en tér minos de patrimonio cultural desemboque en la moder nidad. La hipótesis princi-
común. Desde la academia también debemos ento- pal de Turnock es que ello no es debido tanto a la
nar el mea culpa. Si en seis años los británicos fue- labor de la tan reputada BBC, sino a la aparición de
ron capaces de darle la vuelta a la situación, aquí la televisión privada (ITV) en 1955. T urnock se
estamos muy lejos siquiera de soñar en r ealizar un plantea para ello contestar a tr es diferentes pregun-
trabajo similar. En 2001 Manuel Palacio publicaba tas que expone ya en la intr oducción del libr o. A
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 201
saber: ¿cuál fue el impacto de la expansión de la tele- ción de hace ya una docena de años que abordaba el
visión sobre la propia televisión?; ¿qué impacto tuvo mismo objeto en un periodo similar y los hacía con
el contexto social y cultural en el cr ecimiento de la parecidas herramientas metodológicas: Radio,
televisión?; y viceversa, ¿qué impacto tuvo el desa- Television And Moder n Life, de Paddy Scannell
rrollo de la televisión en el contexto social y cultu- (Oxford, Blackwell, 1996). El libro de Scannell fue
ral? Para responder a ello, el libro se estructura en lo en su momento una r evelación en el campo de los
que podemos considerar dos grandes bloques. El estudios sobre historia de los medios audiovisuales
primero (los tres primeros capítulos) responden a un ya desde su misma estructura. Los capítulos se orga-
acercamiento más descriptivo a los años que se estu- nizaban según conceptos de las teorías sociales
dian a través de ver los pr ocesos de expansión, cen- (como por ejemplo intencionalidad, sociabilidad,
tralización y especialización que vive el medio. El autenticidad, identidad, cotidianidad…) que servían
segundo (capítulos del cuatr o al seis) desar rolla un para analizar como se estructuraban esas ideas en los
acercamiento más teórico a par tir de análisis princi- programas de la BBC (radio y televisión) a lo lar go
palmente de casos de la ITV , acudiendo para dicho de los años. Con todo el bagaje historiográfico que
análisis a la teoría social de los medios. Pero quizá lo lo avala y un andamiaje teórico bien asentado, el
más destacable de la obra, y lo que hace más r eco- enfrentamiento con algunas de las hipótesis de aquel
mendable su lectura desde nuestra periferia, es poder texto de Scannell que r ealiza Turnock, principal-
junio 2009
ver como esta se desar rolla en un contexto que le mente en tor no al concepto de sociabilidad que
ayuda a formarse como tal, que le ofrece un espacio manejan ciertos programas televisivos, se puede ver,
desde el cual elevar su pr opuesta. Television and con nuestra mirada de observadores distantes, como
Consumer Culture es un libro que se apoya en una una más que envidiable muestra de vigor académico
201
tradición y, es más, dialoga, discute y se enfrenta a la e intelectual.
misma. Es admirable cómo el libr o de T urnock se Por su parte, y como ya hemos avanzado, Sira
encabalga sobre toda esa literatura de la historia de la Hernández Corchete se tiene que enfrentar al titáni-
televisión (ejemplar el ter cer capítulo, dedicado a la co trabajo de constr uir su propuesta (de investiga-
tecnología) y la cr uza con toda una serie d e teorías ción en la tesis que pr ecede a esta publicación y de
sociales, entre las que destacan las aportaciones de divulgación en el libro en sí mismo) desde el subsue-
Pierre Bourdieu. En este sentido, esenciales por su lo. Obligada a definir el objeto, el documental tele-
rotundidad teórica son los dos últimos capítulos del visivo de divulgación histórica en España, y a situar-
libro, en los que aboca todo el trabajo anterior sobre lo en un amplio marco internacional. Aún así, quizá
unos programas en principio tan poco glamourosos la autora podría haber r educido más esa primera
para el investigador como son los concursos, pero en parte del volumen, la de la contextualización en el
cuyo análisis Turnock demuestra que lo atractivo no marco internacional de pr oducción, que práctica-
debe ser el objeto de estudio, sino la capacidad mente ocupa la mitad del libro, con la idea de poder
metodológica del investigador. El punto crítico del desarrollar con más detalle algunas de las cuestiones
libro, donde su autor muestra no solo su valía como más interesantes que se plantean en la segunda parte
investigador, sino también el grado de madurez que del libro. El problema de esa primera par te es que,
han alcanzado los estudios sobr e historia de la tele- sin aportar grandes novedades sobr e algunos de los
visión en el contexto británico, aparece en el terrenos que transita (y estamos pensando concreta-
momento en que r ecoge el testigo de otra publica- mente en la historia y teoría del documental, sobre
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 202
la que sí que se ha publicado bastante r ecientemen- documental de divulgación histórica que en el texto
te en nuestro país), acaba restando demasiado espa- de Hernández Corchete solo pueden asomar tími-
cio a lo que es el objeto pr opio de la publicación, el damente. Sin ir más lejos, la difer ente construcción
caso español. Y es aquí donde nos encontramos con de los r elatos de la historia más inmediata (la del
una de las dudas que genera en nuestr o entorno la siglo XX) existente entr e las televisiones de todo el
relación entre el trabajo de investigación y el de ámbito estatal (principalmente TVE) y las televisio-
divulgación. Ya hemos visto como Lacey compren- nes autonómicas (con TV3 y ETB a la cabeza).
de la aparición de manuales o libr os de texto como Estudiar cómo unas y otras dirimen sus cuentas con
un ejercicio posterior al de haber desar rollado un la guerra civil, con la dictadura franquista y con la
campo de investigación, como es el caso del drama transición en tér minos de series documentales de
televisivo en Gran Bretaña, y aquí nos encontramos divulgación histórica nos pueden ayudar mucho a
con la paradoja de que la primera investigación entender nuestro presente.
sobre el documental televisivo de divulgación histó-
rica en España se tiene que conver tir también en un
manual al r especto. Esa naturaleza híbrida le hace
poco favor al libr o y así el libr o no acaba de ser un
manual (demasiado especifico en su objeto), ni un
libro propiamente de investigación (debido a lo pro-
longado de su primera par te más generalista). El
recorrido que efectúa Her nández Corchete en la
segunda parte del libro por las series documentales
202
de divulgación histórica españoles r esponde perfec-
tamente a eso que Lacey define, en el artículo que
citábamos al principio de este texto, como un traba-
jo para documentar el objeto y situarlo en una línea
cronológica. Es un primer paso dado de for ma
modélica. Aunque se echa un poco de menos la voz
de la autora a la hora de situar las difer entes series,
ya que eso queda siempre delegado a la hemerogra-
fía consultada (excelente por otro lado). Y otro pro-
blema que se deriva de ese tratamiento tan distante
con las series en sí mismas es que al lector le cuesta
saber cuáles de ellas ha visto la autora y cuáles solo
cita de referencia. Información que, dada la situa-
ción de los ar chivos televisivos que se comentaba
con anterioridad, podría r esultar muy r eveladora.
Esperemos ahora que la autora, u otros investigado-
res, continúen la senda marcada y se puedan desa-
rrollar aproximaciones más complejas a las cuestio-
nes de fundamental r elevancia relacionadas con el
012-Reseñas 62 27/5/09 17:08 Página 203
013-Currículas 27/5/09 16:59 Página 204
currículos autores
> ALBERTO ELENA culos sobre la representación de la violen-
cia y la construcción de la memoria en
> VICENTE JARQUE
es Catedrático de Comunicación (València, 1956) es Doctor en Filosofía y
América Latina, España y África, así como
Audiovisual y Profesor en la Universidad Profesor Titular de Estética en la Facultad
los libros La imposible voz: memoria y
Carlos III de Madrid. Director de de Bellas Artes de Cuenca (Universidad de
representación de los campos de concentra-
Programación del Festival de Granada Castilla-La Mancha). En la actualidad ejer-
ción en Chile (Santiago de Chile, Cuarto
Cines del Sur, es también miembro de los ce como crítico de arte en Babelia (El
Propio) e Historia del testimonio chileno:
Consejos Editoriales de New Cinemas, País). Autor y editor de diversos libros y
de las estrategias de denuncia a las políti-
Secuencias y Archivos de la Filmoteca , ha ensayos de teoría estética, entre los que
cas de memoria, (Valencia, Quaderns de
organizado diversas muestras de cine y se cuentan Imagen y metáfora. La estética
Filologia).
participado como Jurado en diferentes de Walter Benjamin (1992) y la antología
festivales internacionales. Entre sus publi- Siegfried Kracauer. Estética sin territorio.
caciones destacan El cine del Tercer
Mundo. Diccionario de realizadores > JONATHAN HAYNES Contribuciones a la crítica de la cultura,
1920-1933 (2005).
(Madrid, 1993), Satyajit Ray (Madrid, es Doctor por Yale University y ha sido
profesor de la American University en El
> SIEGFRIED KRACAUER
1998), Los cines periféricos (África, Oriente
Medio, India) (Barcelona, 1999), The Cairo, Bennington College, Columbia y en
Cinema of Latin America (Londres / Nueva la New York University. Ha sido becario (1899-1966)
York, 2003; con Marina Díaz López), The Fulbrigth dos veces en las universidades
fue un intelectual alemán que reflexionó
Cinema of Abbas Kiarostami (Londres, nigerianas Nigeria-Nsukka, Ahmadu Bello
sobre fenómenos culturales típicos del
2005) y La invención del subdesarrollo: University y en University of Ibadan.
mundo moderno mediante una mirada sin-
cine, tecnología y modernidad (Valencia, Actualmente es profesor de Humanidades
gular, ensayista e integradora de enfoques
2007), así como numerosas contribuciones en Long Island University. Es autor de
filosóficos y sociológicos. El cine fue uno
a revistas especializadas. Cinema and Social Change in West Africa
de sus principales intereses. Entre su
(junto a Onoo Okome) y de Nigerian Video
extensa obra destaca “El ornamento de la
Film y de numerosos artículos y conferen-
> DANIEL KÜNZLER
masa”, Teoría del cine. La redención de la
cias sobre literatura y películas africanas.
204 Actualmente esta preparando otro libro
realidad física” y, su obra más celebrada e
es Profesor Ayudante Doctor en el depar- influyente, De Caligari a Hitler: una histo-
sobre el fenómeno del vídeo nigeriano.
tamento de Sociología de la Universidad ria psicológica del cine alemán.
de Zúrich, Suiza. Desde 2003 hasta 2005,
investigó sobre la intensificación agrícola,
la educación y la movilidad social en > LEONARDO QUARESIMA
Benin (África occidental) y fue profesor es Director del Departamento de Estudios
en la Universidad de Abomey-Calavi. Sus de Cine en la Università degli Studi di
investigaciones actuales se centran en la Udine y del Udine-Gorizia FilmForum.
educación y desarrollo en el África subsa- Codirector de la revista internacional
hariana, la cultura popular (películas en CINEMA & Cie y director científico de
vídeo, música) y las nuevas figuras de Bianco e Nero, la revista del Centro
éxito social. Sperimentale di Cinematografia (Roma).
Entre sus publicaciones más recientes se
encuentra la edición crítica de From
> JAUME PERIS BLANES Caligari to Hitler de Siegfried Kracauer
(Princeton, 2004), la dirección de la pri-
(València, 1977) es Doctor en Filología.
mera edición italiana de Der sichtbare
Su investigación doctoral le llevó a dife-
Mensch de Bela Balázs (Torino, 2008) y la
rentes universidades de América Latina,
edición del volumen Cinema e
Estados Unidos y Europa y trabajó durante
fumetto/Cinema and Comics (Udine 2009).
dos años como lector en la Universidad de
Antananarivo (Madagascar). Actualmente
es docente de literatura en la Universitat
de València. Ha publicado numerosos artí-
013-Currículas 27/5/09 16:59 Página 205
junio 2009
205
ARCHI OS
V
DE LA FILMOTECA
014 ULTIMAS 57.qxp 27/5/09 17:01 Página 206
Archivos de la Filmoteca
15. NO-DO: 50 años después | Land 18. LAS ESTRELLAS:VEJEZ 21. DESTINOS DEL RELATO AL
206 O’Lizards: Restauración de la DE UN MITO EN LA ERA FILO DEL MILENIO
Generalitat Valenciana | Drácula | TÉCNICA (MONOGRÁFICO) (MONOGRÁFICO) Bilingüe
Bedlam | El fin de SanPetersburgo Bilingüe
| Juan Guerra en TV | 22. Historia del cine: un modelo de
19. Cine Iraní: 1983-1993 | crisis | Cine alemán: años 30 | La
16. El melodrama mexicano | Il Montaje en Lumière | Dobles primera película sonora española |
Processo Clémenceau restaurado | versiones en el cine mudo español | La huella del tiempo en el primer
Jurassic Park | M de Fritz Lang | Melodrama y cine de mujer | cine | Hitchcock: De Bazin a
El sexo frío | Un texto inédito de Comedias de situación en TV Bordwel |
José Luis Guarner
20. Cine Italiano años diez: 23-24. TELEVISIÓN EN
17. Metrópolis de Th. von Harbou Pastrone restaurado | Las músicas ESPAÑA 1956-1996
a F. Lang | Las versiones de Faust del cine mudo | El código de (MONOGRÁFICO de dos
de Murnau | Painlevé y el censura de Sevilla | Collage y volumenes: uno de textos y otro de
documental | La trama policíaca | montaje en Hollywood | El spot material gráfico)
Vídeo-Arte publicitario | Socrate de Rossellini
014 ULTIMAS 57.qxp 27/5/09 17:01 Página 207
Archivos de la Filmoteca
35. La imagen del Alcázar en la 41. Cine y música popular en 44. ORIENTE MEDIO: CINE,
208 mitología franquista | Fragmentos Latinoamérica | Malevich y el cine | MEMORIA, ESPERANZA
de Luis Buñuel (II) | Erwin En torno al Bergfilm de la (MONOGRÁFICO) | La comedia
Panofsky y el cine República de Weimar romántica estadounidense en la
década de los noventa
36. BRASIL, ENTRE 42. MATERIALES PARA UNA
MODERNISMO Y ICONOGRAFÍA DE FRANCISCO 45. La primera vanguardia
MODERNIDAD FRANCO (MONOGRÁFICO) | norteamericana y el cine | Apuntes
(MONOGRÁFICO) VOLUMEN I: Un caudillo en busca sobre cine español | Acciaio, el
de una imagen: del mito a la filme italiano de Walter Ruttmann
37. Fragmentos de Luis Buñuel autoimagen | Inhumano, demasiado
(III) | El último Passolini | Lukács 46. Cine y carisma: la deificación
humano: la oscura historia de la cara
y el cine | Ópera y cine del poder político
amable de Franco
38. Infancia y juventud en el cine 47. Paradojas de la «apertura»:
43. MATERIALES PARA UNA el retorno de Buñuel a España |
franquista | Ragghianti y el cine ICONOGRAFÍA DE FRANCISCO El pensamiento cinemátográfico de
FRANCO (MONOGRÁFICO) | André Antoine
39. Cine español de los noventa |
VOLUMEN II: Calidoscopio
Robertson y la Fantasmagoría
cotidiano. Franco en los espacios
40. Jardiel Poncela y el cine | Dos públicos y privados de los españoles
miradas sobre México | Marlene | La deconstrucción de una imagen
Dietrich: una star transnacional
014 ULTIMAS 57.qxp 27/5/09 17:01 Página 209
Ediciones de la Filmoteca
210
014 ULTIMAS 57.qxp 27/5/09 17:01 Página 211
211
VENTA Y DISTRIBUCIÓN EN:
IBERCULTURA USA
675 Third Avenue - New York, NY
Tel. +1212 922 9000 Fax +1212 922 9012
e-mail: claret@enciclo.com
www.enciclo.com
Próximamente
Próximamente
en ARCHI OS
V
monográficos
en
DE LA FILMOTECA
> EIPSTEIN
[Coordinación: Àngel Quintana y Daniel Pitarch ]
números / dossiers
212 ARTÍCULOS DE
Martine Heredia
014 ULTIMAS 57.qxp 27/5/09 17:01 Página 213
014 ULTIMAS 57.qxp 27/5/09 17:01 Página 214
·La extensión del texto no deberá sobrepasar ·The text should have no more than 33,000
los 33.000 caracteres con espacio, 28.000 spaced characters, or no more than 28,000
caracteres sin espacio unspaced characters.
·El texto deberá ser enviado como fichero ·Send the text as an attached document by
adjunto por e-mail a: lozano_art@gva.es email to: lozano_art@gva.es
·Las notas irán a pie de página. ·Notes are to be included at the bottom of
the page.
·Las películas se citarán en su título original
—cursiva— seguidas, entre paréntesis, pos su ·Film titles will be written in th e original lan-
títulos de estreno en español —cursiva—. Las guage in cursive. Any following reference to
sucesivas referencias a películas ya citadas se the film will also be in th e original language.
realizarán en el título original.
·Books will be cited in the following manner:
·Los libros se citarán del modo siguiente: author (name and last name(s), colon, title in
autor —nombre y apellidos—, dos puntos, cursive, city, publisher, and year.
título en cursiva, ciudad, editorial y año. Ex. John Smith: The history of film, London,
Vision Publishers, 2007.
·Los títulos de artículos se colocarán entreco-
millados, seguidos del volumen, libro o revista ·Article titles will be placed between qu ota-
en el que se encuentren incluidos en cursiva. tion marks, followed by volume, book or jour-
nal title in cursive.
·Los artículos irán acompañados de un breve
resumen de 7 líneas y 5 ó 6 palabras clave. ·Articles will include a brief abstract of
approximately 7 lines along with 5 or 6 key
·Los textos enviados serán evaluados por el words.
equipo de redacción (Director, Redactor jefe y
Secretario de redacción) y/o el consejo de ·Articles will be evaluated by the editorial
redacción, quienes decidirán sobre la idonei- staff (Director, Managing Editor, Executive
dad de su publicación. Secretary) and/or the editorial board, who
will decide whether or not the article will be
published.
014 ULTIMAS 57.qxp 27/5/09 17:01 Página 215
014 ULTIMAS 57.qxp 27/5/09 17:01 Página 216