Edad Antigua: Aristóteles.

Teoría del conocimiento

Aristóteles nació en Macedonia en el siglo IV a.C, y completó su formación en
Atenas. A los 18 años ingresó en la Academia, y permaneció durante 20 años,
hasta la muerte de Platón. Inicialmente, fue fervoroso partidario de su doctrina,
asimilando su doctrina de las Ideas separadas, la reminiscencia o la
preexistencia del alma. Al salir de Atenas, empieza a discrepar y a reflexionar
sobre algunas alternativas del saber platónico, perfilando una doctrina diferente
a la de las Ideas separadas. Entre sus acciones destacó la fundación de su
propia escuela, la escuela de Liceo, siendo Alejandro Magno uno de sus
alumnos. Su actitud dominante fue la de observador empírico. Entre sus obras
destacan los diálogos de juventud, y los apuntes de Liceo, donde ya había
desarrollado su propio saber. Aristóteles pasó a la historia, por enfrentarse
críticamente con la filosofía de sus predecesores, pues su filosofía se presenta
como la solución a la antítesis de Parménides-Heráclito y la superación del
dualismo de su maestro. Todo su pensamiento se orienta hacia una valoración
del mundo sensible, donde las únicas realidades verdaderamente existentes
son los sujetos individuales, múltiples y sujetos al devenir, pero estables en
referencia a su esencia, que compone el universal.
Para Aristóteles, todos los seres vivos tienen algún tipo de conocimiento,
distingue así varios niveles que van desde el conocimiento sensorial hasta el
conocimiento intelectual. Sin embargo, lo que realmente le interesa es
responder a la cuestión de cuál es el modelo de conocimiento que permite la
investigación científica. Aristóteles recoge la herencia intelectualista de
Sócrates y Platón, que destacan la superioridad del conocimiento intelectual
sobre el sensible. Pero a diferencia de Platón, Aristóteles parte de los datos
que le proporcionan los sentidos. Para el, la experiencia es el punto de partida
de todo conocimiento, descarta la preexistencia del alma y por lo tanto la
posibilidad de que esta haya contemplado lo que es. Así pues, el conocimiento,
comienza por la sensación y continua con la intelección a través de la razón.
Por lo tanto, Aristóteles distingue dos niveles de conocimiento: el sensible y el
intelectual.
El conocimiento sensible es el primer nivel de conocimiento, es el nivel más
elemental del conocimiento y su fundamento es la sensación. La sensación es
el ejercicio de la facultad sensible que permite captar las cualidades de los
objetos. Este ejercicio se lleva a cabo a través de los sentidos y Aristóteles
distingue entre sentidos propios, especializados en un tipo de sensación y un
sentido común, que subyace a todos los sentidos y que realiza una función
unificadora que coordina a los demás sentidos y recibe los sensibles comunes.
La imaginación posibilita la reproducción mental de objetos percibidos
anteriormente en ausencia de los mismos y permite, según Aristóteles, el
trabajo del entendimiento, esta actividad se ve reforzada por la memoria. Por lo
tanto, se trata de un conocimiento contingente, que se caracteriza por ser
particular y no universal.
El grado superior del conocimiento es el conocimiento intelectual, es llevado a
cabo por el entendimiento, facultad que permite desarrollar razonamientos y
establecer hipótesis y hace posible la ciencia. Para ello, se apoya en las
imágenes almacenadas que provienen de sensaciones previas. De esta forma,
la imaginación se convierte en intermediaria entre la sensación y el
pensamiento. La ciencia tiene por objeto conocer el universal que se obtiene
por abstracción. El proceso de conocimiento aristotélico parte de las
sensaciones procedentes de los sentidos que sufren una primera depuración y
unificación al ser recibidas en el sentido común, de aquí pasan a la
imaginación, donde todavía conservan su particularidad, sobre las imágenes
actúa el entendimiento agente, despojándolas totalmente de su particularidad y
liberando la forma de las condiciones de la materia por medio de la abstracción
captando de ellas lo universal y necesario, su esencia. Aristóteles distingue dos
clases de entendimiento, uno activo, el entendimiento agente, que, por medio
de la abstracción, separa en un objeto la forma de la materia, convirtiendo
dicho objeto en inteligible o conceptos universales y otro pasivo, el
entendimiento paciente, que capta la forma, es decir, los conceptos universales
sobre los que versa la ciencia. Asi pues el objeto del entendimiento agente es
un conocimiento fijo, estable y necesario y se realiza a través de la ciencia o
“episteme” (modo de saber por demostración), de la inteligencia o “nous” (es
una ciencia limitada y se trata de un saber por evidencia) y de la sabiduría o
“sophia”( es el modo de saber superior y más perfecto)
Partiendo de la necesidad de clasificar los objetos, aparecen diversas ramas de
la ciencia, Aristóteles las divide en ciencias teoréticas, ciencias prácticas y
ciencias productivas. Las ciencias teoréticas, tienen por objeto alcanzar el
conocimiento teórico de la realidad. Es el grado más perfecto del conocimiento
Las ciencias prácticas, se ocupan de la acción humana individual o social en
cuanto se dirige a conseguir algún fin y por último, las ciencias productivas se
ocupan del saber hacer o producir cosas.
Aristóteles, rechaza la dialéctica platónica como método de acceso al saber y
funda la lógica, que la considera el instrumento para el saber científico, previo a
las ciencias mismas. Distingue dos clases de lógica: La lógica formal, es la
técnica que se ocupa de las leyes y reglas del razonamiento, en particular del
silogismo; y la lógica material, medio de acceso a la realidad misma. En ella se
ocupa de los problemas de la definición y la demostración
En definitiva, Aristóteles se opuso a Platón tanto en su forma de concebir el
mundo como en la de interpretar el conocimiento, negó la existencia del mundo
de las ideas. Las ideas no se encuentran en un mundo separado y aparte sino
en las propias cosas singulares y concretas, de donde las obtenemos por
medio de la abstracción. También negó la preexistencia de las almas y de
conocimientos innatos. Según el, el entendimiento humano es como un papel
en blanco carente de todo contenido cognoscivo y el conocimiento se obtiene a
través de los sentidos. Por este motivo se puede considerar a Aristóteles como
un precursor del empirismo posterior.