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1890-1910
I3
Antecedentes
El simbolismo
La mayoría de los historiadores' coinciden en que, durante las dos últimas
décadas del siglo XIX, en el clima intelectual de Europa occidental se pro-
dujeron algunos cambios importantes. El siglo había estado dominado
por la confianza en ese progreso que hacían posible la ciencia y la tecno-
logía, una confianza que encontró su formulación filosófica en el movi-
miento conocido como «positivismo», fundado por Auguste Comte
(1798-r857). En la literatura y el arte, lo que mejor se correspondía con
la mentalidad positivista imperante era el naturalismo. Pero en torno a la
década de r880, la confianza en el positivismo había empezado a debili-
EL ART NOUVEAU,1890-19IO 15
tarse, junto con la fe en la política liberal que lo había respaldado. Varios
acontecimientos políticos contribuyeron sin duda a este fenómeno, entre
ellos la terrible depresión económica europea que comenzó en rS73.
En Francia, patria del positivismo, el cambio en el clima intelectual
resultó especialmente evidente, y vino acompañado de un significativo
aumento de la influencia de la filosofía alemana. En la literatura, fue el
movimiento simbolista el que dirigió el ataque. Los simbolistas sostenían
que el arte no debía imitar las apariencias, sino revelar una realidad esen-
cial subyacente. Esta concepción había sido adelantada por Charles Bau-
delaire, cuyo poema Correspondencias -que incluía la teoría de la sineste-
sia, formulada por Emanuel Swedenborg, aunque probablemente sin
~ saberlo- expresaba la idea de que las artes están íntimamente relaciona-
das entre sí a un nivel profundo: «Igual que largos ecos que a 10 lejos se
confunden / [...] l.. los perfumes, los colores y los sonidos se responden».
Al describir el movimiento; el poeta simbolista belga Emile Verhaeren
comparaba el pensamiento alemán y el francés, en detrimento de este
último: «En el naturalismo [se encuentra] la filosofía francesa de los
Comte y los Littré; en [el simbolismo], la filosofía alemana de Kant y
Fichte [...]. En este último, la realidad y el mundo se convierten en meros
pretextos para la idea; se tratan como una apariencia, condenada a una
incesante variabilidad, que aparece finalmente como los sueños en nues-
tra mente»." Los simbolistas no rechazaban las ciencias naturales, pero
entendían la ciencia como la verificación de los estados de ánimo subjeti-
vos. Como decía un colaborador (probablemente Verhaeren) de la publi-
cación simbolista L'Art Moderne: «Desde que los métodos que antes eran
instintivos se-han vuelto científicos [...], se ha producido un cambio en la
personalidad de los artistas».'
Bruselas
El art nouueau surgió originalmente en Bélgica, en la atmósfera de un
movimiento simbolista politizado y anarquista que estaba en íntimo con-o
tacto con el Partido Obrero Belga (POB, fundado en r885). Los dirigen-
tes del POB (por ejemplo, los abogados Émile Vandervelde y Jules Des-
trée) tenían estrechos vínculos con la vanguardia literaria y artística. La
sección de arte de la Maison du Peuple (la Casa del Pueblo) del POB,
organizó un pr~grama educativo de actos culturales (por ejemplo, la obra
dramática de Ernile Verhaeren Les Aubes [Los amaneceres] se representó
por primera vez allí en r897)' Influida por William Morris, la publicación
simbolista belga L'Art Moderne, fundada en r885 por Octave Maus y
Edmund Picard, defendía cada vez más la aplicación del arte a la vida
cotidiana.
En r892, Wiliy Finch (r854-r936) y Van de Velde, miembros del grupo
de pintores Les XX inauguraron un movimiento artístico decorativo
basado en la Arts & Crafts Society inglesa. Un año después, el salón de
Les XX dedicó dos salas a las artes decorativas, que de este modo queda-
ron asociadas a las bellas artes más que a las artes industriales. Les XX
~
~~
... ,
París y Nancy
El movimiento art nouveau en Francia estuvo estrechamente relacionado
con el de Bélgica, aunque carecía de sus connotaciones socialistas. La
expresión art nouveau había estado circulando en Bélgica desde la década
de r870, pero recibió un renovado impulso cuando, en r895, el entendido y
marchante alemán Siegfried (Samuel) Bing abrió una galería en París lla-
mada L'Art Nouveau, para la que Van de Velde diseñó tres salas.
En Francia fue Héctor Guimard (r867-r942) -como en Bélgica había
sido Horta- quien integró los nuevos principios decorativos en un estilo
arquitectónico coherente. Guimard no tenía estrechas relaciones ni con
Bing ni con las instituciones parisienses de las artes decorativas, pero su
afinidad con Viollet-le-Duc era incluso más fuerte que la de Harta. Dos
obras tempranas, la escuela del Sacré Coeur en París (r895) y la casa Coi-
lliot en Lille (r897), se basaban en ilustraciones de los Entretiens y el Die-
tionnaire de Viollet [figura 6]. Después de ver las casas de Harta en Bru-
selas, Guimard quedó tan impresionado que revisó los dibujos de su
6 Héctor Guimard
Casa Coilliot, 1897, Lille,
Francia
Esta casa parece ser una
paráfrasis de una de las
ilustraciones incluidas en el
Dictionnaire raisonné de
viollet-le-Duc.
El modernisme en Barcelona
26 EL ART NOUVEAU,1890-19IO
tica entre la metrópoli, con su programa liberal y racionalista, y las mino-
rías étnicas que trataban de afirmar su propia identidad. Para las provin-
cias de habla es1ava y ugrofinesa integradas en el imperio, el estilo libre y
sin compromisos del art nouveau se convirtió en un emblema de la liber-
tad cultural," al igual que én Cataluña, Finlandia y los estados bálticos.
En Austria, el espíritu liberal y racionalista quedó encarnado en la
obra de Otto Wagner (r84r-r9r8), el arquitecto más célebre de su tiempo.
Con respecto a la divisoria ideológica, Wagner estaba situado en e11ado
opuesto al de Camilla Sitte (r843-r903), cuyo libro Construcción de ciuda-
des según principios artísticos (r889) -que llegaría a ejercer una influencia
internacional~, había fomentado un modelo urbano de espacios irregu-
lares y cerrados, basado en la ciudad medieval. Para \iVagner, por el con-
trario, la ciudad moderna debía consistir en una retícula regular de calles
de longitud indefinida que contendría nuevos tipos de edificios como blo-
ques de viviendas y grandes almacenes." Entre sus edificios, el raciona-
lismo de Wagner alcanza su punto culminante en la Caja Postal de Aho-
10 Otto Wagner
Caja Postal de Ahorros,
1904-1906, Viena, Austria
Detalle de la sala principal
de operaciones, donde se
aprecia el uso de los motivos
industriales como metáforas
de la abstracción del dinero
en el capitalismo moderno.
En la fachada pública de este
mismo edificio, Wagner usó
unas figuras alegóricas
convencionales que se
ajustaban a los códigos
idealistas.
< •
Múnich y Berlín
El centro del movimiento Jugendstil alemán estuvo en Múnich, donde fue
lanzado por la revistaJugend en r896. El grupo de diseñadores yarquitec-
tos asociados originalmente a este movimiento incluía a Hermann Obrist
(r863-1927), August Endell (r871-1925), Peter Behrens (r868-1940),
Richard Riemerschmid (1868-r957) y Bruno Pau1 (1874-1968). En 1897, al
igual que los secesionistas vieneses, el grupo de Múnich abandonó rápi- .
,
I
"
,
. 16 Josef Hoffmann
Palacio Stoclet, 1905-1911,
" Bruselas, Bélgica
Este salón de doble altura es
característico del free style,
del art nouveau y de las casas
neoclásicas de la época. La
pantalla de pilares delgados y
poco separados divide y une
al mismo tiempo los espacios.
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'.
18 Richard Riemerschmid
Aparador, 1905
Este aparador es típico del
mobiliario parcialmente
producido en serie y diseñado
por Riemerschmid en la
primera década del siglo xx
que se exponía en sus
conjuntos de salas; se
aproxima a algunos de los
diseños de Adolf Loos y tiene
esa misma elegancia sin
pretensiones que refleja la
influencia tanto británica
como japonesa.
35
vismo frente al individualismo; la identidad (nación) frente a la diferencia
(región); lo normativo frente a lo singular; la representación frente a la
expresión; o lo reconocible frente a lo inesperado.
Estas contraposiciones reaparecieron constantemente en los debates
arquitectónicos de principios del siglo xx. Pero en Estados Unidos, de un
modo más transparente que en Europa, tendieron a relacionarse con los
problemas de la alta política nacional. Fue en Chicago donde esta ten-
dencia se manifestó de un modo más espectacular.
La Escuela de Chicago
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25 Daniel Burnham y El Jackson Park se concibió según los principios beaux arts. Este sis-
Frederick Law Olmsted tema ya se había introducido en la Costa Este norteamericana a mediados
Exposición Universal
de la década de 1880. Al asegurarse de que al menos la mitad de los arqui-
Colombina, 1893, Chicago,
EE UU, planta con el Jackson
tectos seleccionados para proyectar los pabellones viniesen del este, los
Park y Midway Plaisance promotores indicaban su apoyo al clasicismo como el estilo de la arqui-
Nótese el contraste entre la tectura de esta exposición.' Esta elección invertía la costumbre de la
regularidad clásica del Patio
Escuela de Chicago en dos sentidos: proponía, primero, que los grupos de
de Honor situado al sur y la
irregularidad pintoresca del
edificios debían quedar sometidos a un control visual total; y segundo, que
trazado del lago al norte. la arquitectura era un lenguaje ya formado en lugar de ser fruto de la crea-
ción individual en un mundo regido por la contingencia y el cambio.
Burnham no tuvo dificultades para adaptarse a estas ideas. A diferen-
cia de Sullivan, Burnham era capaz de entender el «funcionalismos como
algo válido para una arquitectura comercial controlada por los costes, y
el clasicismo como algo válido para una arquitectura que representaba el
tI
ORGANICISMO FRENTE A CLASICISMO: CHICAGO, 1890-1910 47
--------~~~~----------------~------------------~~~~.-----
•
•
Uoyd Wright
== ==3·E. 1908-1910,
- oodlawn, Chicago,
57
movimiento alemán de artes Y oficios (Kunstgewerbe). Desde la aparición
de dicho movimiento a finales de la década de r890, habían surgido
muchos grupos reformistas Iocales. entre ellos el Movimiento de Educa-
ción Artística (r897) de Alfred Lichtwark, la Dürerbund (Asociación
Durero, r902) de Ferdinand Avenarius y la Bund Heimatschutz (Asocia-
ción para la protección de la patria, r904).2 Además de éstos, también se
habían fundado una serie de talleres inspirados en los gremios ingleses, de
los cualeslos más famosos eran los Vereinigten Werkstatte (Talleres uni-
dos) radicados en Múnich (véase la página 62) y los Dresdner Werkstatte
(Talleres de Dresde), que -a diferencia de sus equivalentes ing1eses-
desde el principio se pusieron a hacer muebles parcialmente fabricados en
sene.
El Deutsche Werkbund se fundó en Múnich en r907 para consoli-
dar esas diversas iniciativas y acelerar la integración del arte y la indus-
tria a escala nacional. Las principales figuras que impulsaron su funda-
ción fueron el político socialcristiano Friedrich Naumann (r860-1919),
el director de los Dresdner Werkstatte Karl Schmidt, y el arquitecto y
burócrata Hermann Muthesius (r86r-1927). Inicialmente se invitó a
participar a doce arquitectos y doce compañías. Entre los arquitectos se
encontraban Peter Behrens (r868-1940), Theodor Fischer (r862-r938),
Josef Hoffmann, Joseph Maria 01brich, Pau1 Schu1tze-Naumburg
(1869-1949), y Fritz Schumacher (1869-1947). La mayor parte de las
compañías eran fabricantes de mobiliario y equipamiento doméstico,
pero también se incluyeron dos impresores, una fundición tipográfica y
una editorial. Todas estas firmas abandonaron la ya existente Alianza
para las Artes Aplicadas Alemanas y se unieron a la nueva organiza-
ción; y al hacerlo así se comprometieron a trabajar con arquitectos de
renombre.
La orientación del Werkbund en favor de los artículos de alta calidad
para el consumo masivo quedó clara en un discurso pronunciado por
Naumann en 1906: «Mucha gente no tiene dinero para contratar artistas
y, en consecuencia, muchos productos acabarán fabricándose en serie;
para este grave problema, la única solución es dotar de significado y espí-
ritu, por medios artísticos, a esa producción en serie».' Hablando en la
reunión inaugural del Werkbund en Múnich, Fritz Schumacher, catedrá-
tico de arquitectura en la Technische Hochschule de Dresde y director de
una exposición de artes y oficios celebrada en la misma ciudad con
enorme éxito en 1906, resaltaba así la necesidad de acortar las distancias
que se habían establecido entre los artistas y los fabricantes con la pro-
ducción mecanizada:
«Ha llegado la hora de que Alemania deje de considerar al artista una
persona que [...] sigue sus inclinaciones, y lo vea más bien como una de
las fuerzas capaces de ennoblecer el trabajo y, por tanto, de ennoblecer
toda la vida de la nación, y lograr así que salga victoriosa en la compe-
tencia entre los pueblos [...] hay en esa fuerza estética un elevado valor
económico»."
A pesar de este programa tan bien definido, los miembros del Werk-
bund representaban un amplio abanico de opiniones. Las principales
áreas de actividad de la organización eran: la propaganda general (publi-
caciones, exposiciones y congresos); la educación de los consumidores
Forma o Gestalt
Esti lo e ideología
Heinrich Tessenow
36 Heinrich Tessenow
Instituto Dalcroze, 1911-
1912, Hellerau, Alemania
Esta fotografia de un
espectáculo de danza
representado en el escenario
del instituto Dalcroze muestra
un decorado abstracto y más
bien neogriego, obra de
Adolphe Appia. Nótese la
estrecha relación entre la
arquitectura del decorado y
las composiciones formales
creadas por los bailarines.
Peter Behrens
37 Peter Behrens
Pabellón de la AEG,
Exposición de la Construcción
Naval, 1908, Berlín,
Alemania
Este pabellón octogonal era
una fusión de elementos
neogriegos y
protorrenacentistas toscanos.
Su planta centralizada, a
modo de baptisterio, se
encuentra con frecuencia en
las exposiciones alemanas
anteriores a la I Guerra
Mundial.
39 Peter Behrens sociólogo Georg Simmel (1858-1918), se caracterizaba por «la intensifica-
Fábrica de turbinas de la ción de los estímulos nerviosos como fruto de una rápida e ininterrum-
AEG, 1908-1909, Berlín,
pida sucesión de impresiones»."
Alemania
Este edificio es sorprendente Efectivamente, en la fábrica de turbinas hay presente otro simbolismo
por sus efectos visuales, distinto a lo fugaz y lo efímero. En este caso, Behrens pretendía espiritua-
incluido el uso de muros en lizar el poder de la industria moderna desde la óptica de un clasicismo
talud y soportes macizos de
eterno. La metáfora básica es la de la fábrica como templo griego. El solar
acero que se van estrechando
hacia la base. Los soportes de de esquina hace posible una aproximación en diagonal que permite al
acero presentan el máximo observador ver al mismo tiempo los alzados frontal y lateral, como ocurre
relieve cuando se ven desde con el Partenón. La metáfora está elaborada con una gran destreza plástica.
una perspectiva diagonal.
Behrens establece dos sistemas simultáneos: uno exterior, de columnas; y
otro interior, de superficies. Un «orden. de soportes de acero, apoyados en
articulaciones gigantes [figura 40], ocupa el lugar de la columnata de un
templo, en una directa trasposición metonímica. El acristalamiento conti-
nuo lateral, que resulta opaco debido a la apretada retícula de los perfiles
[figura 33], está inclinado con la misma pendiente que la cara interior de
los soportes, produciendo así un efecto más bien egipcio que continúa en los
contrafuertes de esquina, cuya masa queda aún más enfatizada gracias a
unas profundas estrías [figura 41]. Estos contrafuertes crean un efecto de
masa y estabilidad clásicas, pero en realidad son sólo unas membranas finas
y no desempeñan papel estructural alguno. Es más, incluso su aparente
papel estructural queda debilitado por el ventanal saliente central, que
parece estar sosteniendo el frontón. Debido a ésta y otras discrepancias
entre la apariencia y la realidad, los dos sistemas que Behrens trata de sin-
tetizar (el positivismo técnico y el humanismo clásico) siguen quedando
obstinadamente separados. Pero, paradójicamente, el edificio posee una
majestuosa calma y es una representación muy eficaz del poder industrial.
.; Peter Behrens
-ibrica de turbinas AEG,
::'g()8-1909, Berlín, Alemania
-.::s contrafuertes de esquina,
:::"' sus bordes redondeados y
3:.5 estrías horizontales, dan
_-2 sensación de masa, pero
=- realidad son unas finas
- branas apoyadas en un
~.azón.
«El trabajo debe acomodarse en palacios que den al obrero, ahora esclavo
de la actividad industrial, no sólo luz, aire e higiene, sino también alguna
. indicación de esa gran idea común que lo impulsa todo. Sólo entonces
podrá lo individual quedar sometido a lo impersonal sin perder la alegría
de trabajar conjuntamente en favor de ese bien común hasta ahora inal-
canzable por un solo individuo».
43 Walter Gropius
Fábrica Fagus, 1911-1912,
Alfeld an der Leine, Alemania
Vestíbulo de entrada. Nótense
los vestigios de la decoración
Jugendstil.
73
determinaba que un objeto fuese útil no era su modo de fabricación, sino
su propósito. La perfección en la ejecución debía ser el objetivo tanto del
trabajo a mano y como del trabajo a máquina. En ambos casos, el crea-
dor no debía expresar su individualidad, sino que había de ser el transmi-
sor de unos valores culturales impersonales. El entusiasmo de Loos por
el movimiento inglés arts & crafts se basaba no sólo en la calidad de su
ejecución, sino también en el hecho de que se esforzaba por alcanzar no
algo deliberadamente nuevo, sino las tradiciones y las costumbres ya res-
petadas.
Fue como autor de artículos polémicas cómo Loos llegó a ser cono-
cido inicialmente. Sus piezas aforísticas, ingeniosas y sarcásticas ~que le
granjearon tantos amigos como enemigos- se parecían a los escritos de
su íntimo amigo, el escritor Karl Kraus (1874-1936), director y único escri-
tor de la revista satírica Die Fackel, publicada desde 1899 hasta 1936. En
esta revista, Kraus hacía' una incesante campaña contra los grupos diri-
gentes de la cultura y la política austriacas, así como contra sus periodis-
tas, cuyo abuso del lenguaje entendía que delataba unas insondables pro-
fundidades de hipocresía y degradación moral.' El propio Loos inició una
publicación +-Das rlndere+ de la que, sin embargo, aparecieron sólo dos
números en 1903, como suplementos de la revista Die Kunst de Peter
Altenberg. Das Andere, subtitulada Ein Blat zur Eiriführung abendlandis-
cher Kultur in Osterreich (Una revista para la introducción de la civilización
occidental en Austria), era el equivalente a la crítica cultural de Die Fackel,
pero en la esfera de las artes útiles, y comparaba desfavorablemente la cul-
tura austriaca con la inglesa y estadounidense. Los artículos de Loos ata-
caban no sólo la cultura de la clase media austriaca, sino también la pro-
pia cultura «vanguardista» que pretendía desbancarla.'
Los escritos de Loos hicieron cambiar de registro el debate sobre la
reforma de las artes aplicadas, lo que finalmente le convertiría en el invo-
luntario padre del movimiento moderno en la década de 1920. En su
ensayo «Ornamento y delito» (1908), sostenía que la eliminación del orna-
mento de los objetos utilitarios era el resultado de una evolución cultural
que conducía a la abolición del derroche y la sobreabundancia en el tra-
bajo del ser humano. Este proceso no era dañino, sino beneficioso para la
cultura, pues reducía el tiempo empleado en el trabajo manual y liberaba
energía para la vida de la mente.
Este ensayo no era simplemente un ataque a la Secession vienesa y al
Jugendstil,' era también un ataque al Werkbund, fundado un año antes.
Como ya hemos visto, para Muthesius el objetivo del Werkbund era otor-
gar al artista, dentro de la industria, la misión de «dar forma» y establecer
así la Gestalt de la era de la máquina. Para Loos esto resultaba inaceptable,
pero no, como para Van de Velde y Gropius, porque fuese a destrozar la
libertad del artista, sino precisamente porque concebía a éste como el fac-
tor primordial en la creación de los objetos cotidianos. Loos creía que el
«estilo de la época» era siempre el resultado de múltiples fuerzas econó-
micas y culturales; no era algo que el productor, ayudado por el artista,
debiese tratar de imponer al consumidor: «El mundo debe adaptarse al
estilo alemán; debe, pero no quiere; lo que quiere es crear por sí mismo sus
formas de vida, y no quiere verse obligado por ninguna asociación de pro-
ductores».'
El decoro
Loos identificaba con la antigüedad 10 que aún quedaba del ámbito del
monumento: «El arquitecto -decía- es un albañil que ha aprendido
latín»," evocando así la afirmación hecha por Vitruvio de que el conoci-
miento de la construcción procede tanto de la fabrica (el oficio) como de
la ratio (el razonamiento)." Su actitud hacia la tradición clásica difería
de la de Otto Wagner o Peter Behrens, para quienes aún era posible
alcanzar la síntesis entre el arte (el espíritu, el alma) y la racionalidad, y
que querían adaptar el clasicismo a las condiciones modernas. Para Loos,
ción, con lo que esas partes disyuntiva s reflejan las propias disyuncio-
nes del capitalismo moderno. Mientras que en la fábrica de turbinas
de la AEG Behrens había disimulado cuidadosamente las disyunciones de
la sintaxis clásica con el fin de crear una fusión aparentemente perfecta de lo
clásico y lo moderno, Loos centraba su atención en ellas, presentándolas
como una yuxtaposición «imposible».
El interior
46 Adolf Loos
Aparador de cajones, hacia
1900
La eliminación por parte de
Loos de la ornamentación
apl icada en los objetos de uso
cotidiano era tanto un ataque
al Jugendstil y la Secession
vienesa como al «ornamento"
en el sentido general que
tenía en el siglo xix. Era una
vuelta a lo que Loos entendía
como una tradición clásica
olvidada.
I
L
dol! Loos de Loos para Go1dman & Salatsch (1898): «La firma vienesa de confec-
:=Scheu, 1912, Viena, ción para caballero muestra inequívocamente que su creador buscaba la
'a
elegancia inglesa, sin referencias a ningún modelo en particular. Superfi-
= interior donde se
cies lisas y reflectantes, figuras esbeltas, metal resplandeciente: éstos son
ia el rincón de la
-'-;renea, con el techo más los principales elementos de los que se compone este interior impecable-
-:J Y el hogar de ladrillo, mente exquisito».'? La decoración incluía armarios empotrados forrados
actertstico de la obra de
de vidrio o espejo, con una tupida red de líneas verticales que recordaban
~ ie Scot!. Los amplios
-~ entre las salas
la obra de Otto Wagner, así como una ornamentación refinada y geomé-
:r-=eblemente estaban más trica que evocaba los Wiener Werkstatte. Además de tiendas, Loos pro-
_ ceuda con las casas yectó varios cafés. Para el café Museum en Viena (1899) -que, para
-cr22mericanas de la misma deleite del arquitecto, recibió el sobrenombre de café Nihilismus por su
=== que con las inglesas,
carácter iconoclasta- Loos usó sillas Thonet y mesas de mármol espe-
=e las habitaciones solían
aisladas entre sí. cialmente diseñadas. Por el contrario, en el bar Karntner de Viena (1907),
Loos aprovechó la intimidad de una pequeña sala al tiempo que ampliaba
el espacio hasta el infinito gracias al uso de.un espejo corrido en la parte
superior de la pared [figura 44].
La casa
.L
fue haciendo cada vez más popular a finales del siglo XIX, dando respuesta
así al espíritu dominante del individualismo burgués. Lo que Viollet-le-
Duc no mencionaba era que, por influencia de las ideas neomedievales
sobre la armonía social, este individualismo quedó modificado por la apa-
rición de un gran salón central, basado en la tradicional casa solariega
inglesa. Introducido por Norman Shaw en la década de 1860, este espacio
de doble altura llegó a ser un rasgo destacado de las casas de Baillie Scott
(Blackwell, Bowness, 1898), Van de Velde (Bloemenwerf, 189S), H. P Ber-
lage (villa Henny, 1898), Hoffmann (palacio Stoclet, 1905-19II) y otras
innumerables casas de la época.
Esta evolución culminó en la serie de grandes villas suburbanas que
Loos construyó entre 19IO y 1930. En ellas, Loos convirtió el salón central
en una escalera abierta y comprimió una serie de habitaciones sumamente
individualizadas dentro de un cubo, sintetizando así los dos modelos de
Viollet-le-Duc, La mayor diferenciación entre las habitaciones tenía
lugar en el piano nobile, donde varias salas de recepción, a distintos niveles
y con distintas alturas de techo, se conectaban entre sí mediante pequeños
tramos de escaleras, de modo que estos incrementos formaban una espe-
cie de helicoide irregular que ascendía por toda la casa [figura 48]. Loos
describía esta organización espacial en unos términos algo apocalípticos:
cios tenían una cualidad teatral. Beatriz Colo mina ha señalado con agu-
deza que en un interior de Loos siempre parece que alguien está a punto
de hacer su entrada.'! Los muros exteriores desempeñaban un papel dis-
tinto aunque igualmente importante; estaban perforados por huecos rela-
tivamente pequeños que no permitían un contacto visual sostenido con el
mundo externo. Las casas de Loos eran cubos herméticos, difíciles de
penetrar.
Cuando Loos decía «los muros corresponden a los arquitectos», no se
refería a los arquitectos coetáneos, que habían «dejado reducida la cons-
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trucción a un arte gráfico»," sino al Baumeister (maestro constructor) que
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crea el objeto que está haciendo directamente en tres dimensiones. Este
retorno a un concepto prerrenacentista vincula a Loos con el movimiento
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romántico. A pesar de las diferencias entre Loos y el arquitecto expresio-
nista Bruno Taut (véanse las páginas 90-92), ambos compartían esa idea
romántica de que la arquitectura debía ser un lenguaje natural y espontá-
neo. '3 Su Baumeister tenía cierto parentesco con el héroe epónimo del
cuento de E. T. A. Hoffmann El consejero Krespel. En este cuento, el con-
sejero, en lugar de usar planos, trazaba los contornos de su casa en el
terreno, y cuando los muros alcanzaban determinada altura, ordenaba al
constructor por dónde cortar los huecos." La analogía con Loos parece
especialmente pertinente en el caso de la casa Rufer (I922), con su planta
cuadrada y sus ventanas colocadas aparentemente al azar, pero que obede-
cían a las reglas secretas del interior [figura 50].
Por fuera, las villas de Loos eran cubos sin ornamentación [figura 51].
Al reducir el exterior a la más cruda expresión de la técnica, Loos estaba
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haciendo una analogía consciente con el hombre urbano moderno, cuyo
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atuendo estandarizado oculta su personalidad y le protege de la tensión de
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: la metrópolis moderna." Pero en las casas de Loos, una vez que ha atra-
vesado el muro exterior, este «hombre cargado de estímulos nerviosos» se
[::::_~~~J::~:_~ ve enredado en una complejidad «femenina» y sensual, repleta de esos
, residuos culturales de la memoria y la asociación de ideas que han sido
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desterrados del exterior del edificio. La disyunción entre el interior y el
L
51 Adolf Loos
Casa Scheu, 1912, Viena,
Austria
El perfil escalonado
proporciona terrazas de
cubierta en cada planta.