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En Gestionar Fácil definimos a un indicador, como una relación entre dos o más
métricas, que permite calcular una medida cuantitativa u obtener un valor
cualitativo. Y su análisis se basa en un modelo que facilita la toma de decisiones.
Más allá del resultado puntual, el valor de los indicadores lo apreciamos cuando se
compara en períodos consecutivos. Es decir, cuando analizamos su evolución y lo
interpretamos a partir de un modelo de análisis.
Como sabemos, las métricas son la base del cálculo de los indicadores. Es decir,
un indicador utiliza los valores de dos o más métricas para obtener su valor. Este
se interpreta a partir de un “modelo” creado para tal fin.
Para este indicador, como es lógico, la meta es 0 (cero) accidentes en todos los
períodos.
Los indicadores aportan información que muestra cómo evoluciona la variable que
se mide.
En este ejemplo, la información mensual de los accidentes podría pasar a un
comité de seguridad que estudia los casos. Y por su autonomía, el comité tomaría
acciones según las causas que los estén provocando.
Captación y selección.
Remuneración e incentivos.
Formación y capacitación.
Compromiso y satisfacción.
Evaluación del desempeño.
Seguridad laboral.
¿Cuántas métricas se deben tener? ¿Cuáles son más importantes?
La respuesta a estas preguntas siempre dependerá de la empresa y de su
contexto.
Si la meta que se había propuesto el empresario para el 2019 era aumentar el valor
de FmE en un 7,0 %, ¿qué conclusiones puede deducir? La inmediata es que solo
alcanzó el 50 % de la meta.
Esto lo llevará a evaluar, por ejemplo, las acciones ejecutadas durante el año, que
no dieron el resultado esperado.
Es común que las empresas prevean una meta para este indicador, como parte de
su plan operativo anual.
Por otro lado, hay una pregunta recurrente en los gestores y empresarios: