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UNIDAD DIDACTICA CULTURA FÍSICA Y DEPORTIVA

ACTIVIDAD: ¿Cómo realizar el Test de Ruffier-Dickson

DOCENTE: Lic. Dalila RUEDA HARRIS

Realizar el Test de Ruffier es muy sencillo y simplemente basta con estar de pie y tener cerca
una mesa u algún otro objeto para poder apoyarnos ligeramente con una mano y mantener de
esta forma el equilibrio. Para medir la frecuencia cardíaca, se deben contar los latidos de
nuestro corazón durante 15 segundos y después multiplicar por 4 el resultado. Los pasos a
seguir son los siguientes:

 1. La persona se sitúa de pie para medir su frecuencia cardíaca previa (P0) a la


realización del esfuerzo.

 2. La persona comienza de pie y debe llevar a cabo un total de 30 flexiones profundas


de piernas. Esto quiere decir que estando erguida completamente, la persona debe
quedarse de cuclillas y volver a subir. Hay que realizar 30 flexiones completas en 45
segundos, no siendo válido el esfuerzo si no se completan las 30 flexiones.
Inmediatamente después de terminar la última flexión de piernas, hay que volver a
medir la frecuencia cardíaca (P1).

 3. Transcurrido un minuto después del final del ejercicio de flexiones de piernas, hay
que realizar la tercera y última medición de la frecuencia cardíaca (P2), dando por
finalizado el ejercicio.

Para evaluar los resultados obtenidos y conocer el estado de salud de nuestro corazón, se
utiliza la siguiente fórmula propuesta por Ruffier:

 Indice de Ruffier (I) = ( P0 + P1 + P2 ) - 200 / 10

Dónde P0, P1 y P2 son las mediciones anteriores de nuestra frecuencia cardíaca, que nos
servirán para conocer el estado de salud de nuestro corazón basándonos en una tabla
establecida con 5 niveles posibles de estado de salud:

 I de 0 a 4: Forma física óptima.

 I de 4 a 8: Forma física aceptable.

 I de 8 a 12: Apto para comenzar un plan progresivo de acondicionamiento físico.

 I de 12 a 16: Realizar revisión médica previa a un programa de ejercicio.

 I de más de 16: No apto para esfuerzos intensos.

De esta manera, podemos averiguar fácilmente sin salir de casa cual es nuestro estado de
salud. Un ejemplo práctico: imaginemos que hemos calculado nuestras pulsaciones cardíacas
en 75 antes de realizar el test. Inmediatamente después de las 30 flexiones de piernas,
nuestras pulsaciones se han disparado hasta las 140. Y tras un minuto de recuperación,
nuestras pulsaciones se han situado en 95. Con estos valores, la fórmula de Ruffier nos queda
así:

 Indice de Ruffier (I) = ( 75 + 140 + 95 ) - 200 / 10


Sumando las tres frecuencias cardíacas obtenemos el valor 310. Restando 200 nos queda un
valor de 110, que dividido entre 10 nos daría un índice de 11. De esta forma, mirando la tabla
de resultados de Ruffier, sabríamos que somos aptos para comenzar un plan progresivo de
acondicionamiento físico o, dicho de otra manera, que podemos comenzar a practicar ejercicio
con regularidad para mejorar nuestro estado de salud.

¿Qué estado de forma física tengo?


Antes de iniciarse en cualquier tipo de deporte, o después de haber permanecido una larga
temporada sin realizar ninguna actividad física, es muy importante conocer el estado de forma
actual para valorar qué nivel de actividad es el idóneo para empezar. El Test de Ruffier es una
sencilla prueba que sirve para medir la resistencia aeróbica al esfuerzo de corta duración y la
capacidad de recuperación cardíaca o, lo que es lo mismo, cuantificar el estado de forma de una
persona. La prueba es muy sencilla: completar 30 o más flexiones profundas de piernas (20 o
más en el caso de las mujeres) durante 45 segundos. Midiendo la frecuencia cardíaca antes del
esfuerzo, inmediatamente después del mismo y un minuto después del final del ejercicio, se
obtienen los datos necesarios que ayudan a conocer el estado de forma de una persona gracias a
la fórmula de Ruffier.

Realizar el Test de Ruffier es muy sencillo y simplemente basta con estar de pie y tener cerca
una mesa u algún otro objeto para poder apoyar ligeramente una mano en caso de perder el
equilibrio. Respecto a la medición de la frecuencia cardíaca, hay que contar los latidos del
corazón durante 15 segundos y después multiplicar por 4 el resultado para eliminar el factor de
recuperación. Los pasos a seguir son los siguientes:

1. La persona se sitúa de pie, sentada o tumbada para medir su frecuencia cardíaca previa
(P0) a la realización del esfuerzo.
2. La persona comienza de pie y debe llevar a cabo un total de 30 flexiones profundas de
piernas. Hay que realizar 30 flexiones completas (20 en el caso de las mujeres) en 45
segundos, no siendo válido el esfuerzo si no se completan las 30 flexiones.
Inmediatamente después de terminar la última flexión de piernas, hay que volver a medir
la frecuencia cardíaca (P1).
3. Transcurrido un minuto después del final del ejercicio de flexiones de piernas, hay que
realizar la tercera y última medición de la frecuencia cardíaca (P2), dando por finalizada
la prueba física.
Para cuantificar el resultados obtenidos y poder conocer el estado de forma, se utiliza la
siguiente
fórmula propuesta por Ruffier: Índice de Ruffier (I) = ( P0 + P1 + P2 ) - 200 / 10, donde
P0, P1 y P2 son las mediciones de la frecuencia cardíaca tomadas durante la ejecución de
la prueba. A modo de ejemplo práctico, si una persona tiene 75 pulsaciones previas a la
prueba, 140 pulsaciones inmediatamente después del ejercicio y 95 pulsaciones tras un
minuto de recuperación, la fórmula de Ruffier queda así: Índice de Ruffier (I) = ( 75 +
140 + 95 ) - 200 / 10, arrojando un resultado de 11 una vez resueltos los cálculos.

¿Qué significa el número que devuelve la fórmula de Ruffier? Se trata de una valoración del
estado de forma de la persona según una tabla dividida en cinco niveles posibles de rendimiento
cardiovascular:

De 0 a 5: Forma física de atleta.


De 5.1 a 10: Forma física buena.
De 10.1 a 15: Forma física aceptable para comenzar un plan progresivo de entrenamiento.
De 15.1 a 20: Forma física muy baja (es recomendable evaluación médica).
Test de Ruffier-Dickson: averigua cuál es tu estado de forma sin salir de casa

La prueba de esfuerzo: qué es, para qué sirve y cuándo hacerla


Qué es una prueba de esfuerzo
Básicamente, se trata de un test estandarizado que, mediante un riguroso control médico, sirve
para valorar el estado físico de una persona. Este tipo de pruebas se suele realizar sobre una
cinta o bicicleta estática y tiene una duración aproximada de 15 minutos, realizándose en ese
lapso de tiempo un esfuerzo físico que va de menor a mayor intensidad hasta que la persona ya
no puede continuar.

Obviamente, el esfuerzo sin control no sirve de nada, por lo que durante toda la prueba el
deportista tiene monitorizados tanto su ritmo cardíaco como su respiración. Gracias a los datos
aportados por estos dos monitores, los especialistas pueden analizar los cambios de ritmo en el
corazón y el consumo de oxígeno y dióxido de carbono, entre otros datos.

Para qué sirve una prueba de esfuerzo


Además de para evaluar el estado físico de una persona, una prueba de esfuerzo desvela datos
muy interesantes que ayudan a desarrollar un plan de entrenamiento específico que pueda
potenciar los aspectos más flojos de un deportista. Entre estos datos destacan la frecuencia
cardíaca máxima real de la persona, muy útil para calcular el porcentaje de pulsaciones a la hora
de realizar entrenamientos basados en intensidad de la FCM; y el VO2Max, que es el consumo
máximo de oxígeno que el cuerpo puede procesar y sirve para evaluar el nivel de resistencia.
Otros dos datos muy interesantes de cara a la preparación de los entrenamientos son el umbral
aeróbico (VT1) y umbral anaeróbico (VT2). Con el primero, el deportista conoce cuántas
pulsaciones y a qué velocidad está utilizando su metabolismo aeróbico de forma mayoritaria,
mientras que con el segundo, se averigua cuál es el punto exacto donde comienza a aparecer la
fatiga y la acumulación de ácido láctico.

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