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INVESTIGACIÓN EN SEGURIDAD
PRESENTADO A:
Harold González Fragozo
PRESENTADO POR:
Andrea Romero Moreno
SEGURIDAD INDUSTRIAL
INFOTEP
2017
SENSIBILIZACION A JARDINEROS INDEPENDIENTES SOBRE
MEDIDAS DE SEGURIDAD Y PELIGROS A LOS QUE SE
ENCUENTRAN EXPUESTOS EN SAN JUAN DEL CESAR.
TABLA DE CONTENIDO
1. Titulo
2. Planteamiento del problema
2.1 Formulación del problema
3. Justificación
4. Objetivos
4.1 Objetivos general
4.2 Objetivos específicos
5. Marco teórico
5.1. Antecedentes
5.2. Marco referencial
5.3. Marco histórico
5.4 Marco legal
6. Metodología
6.1. Tipo de investigación
6.2. Delimitación de la investigación
6.3. Universo y población
6.4. Muestra
6.5. Procedimiento
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
5.1 ANTECEDENTES
El técnico de mantenimiento, destinado a la conservación y ejecución de
jardines, está expuesto a innumerables riesgos de varios tipos (mecánicos,
físicos y ergonómicos). Entre ellos cabe destacar los derivados de trabajos en
altura, exposición a condiciones ambientales adversas, exposición a
contaminantes químicos y biológicos, manipulación manual de cargas, etc.
Se tiende a comparar los riesgos de los trabajadores de jardinería con los de la
agricultura en general, pero hay que tener en cuenta que el trabajo del
jardinero es más intensivo, teniendo un contacto más directo con la tierra, los
productos, las plantas, etc.
Los sectores de jardinería y silvicultura, aunque realizan distinta actividad,
comparten un sistema de trabajo muy similar, con riesgos para su seguridad y
salud comunes en ambos sectores. Mientras que la silvicultura se dedica al
cuidado y cultivo de montes y bosques, la jardinería lo hace de los jardines. En
ambos casos deben realizar tareas muy variadas (podar, plantar, desbrozar,
cavar, limpiar, uso de plaguicidas, herbicidas, etc.), en entornos de trabajo muy
diversos y debiendo utilizar diferentes maquinarias y herramientas.
Los principales factores de riesgo a los que están expuestos estos trabajadores
derivan del trabajo a la intemperie y las condiciones climáticas, la utilización de
determinadas maquinarias y herramientas (desbrozadoras, motosierras,
azadas, rastrillos, podadoras, sopladoras, etc.) el contacto con la tierra, plantas
y vegetales, en ocasiones trabajos aislados, realización de sobreesfuerzos,
entre otros. Estas condiciones de trabajo, junto con la cada vez mayor
temporalidad en las contrataciones de los trabajadores, la realización de
trabajos rutinarios, la falta de promoción en el puesto de trabajo, etc., provoca
que sean sectores susceptibles de sufrir daños muy importantes en su salud.
5.2 MARCO REFERENCIAL
La reducción del riesgo de desastres es un proceso permanente de análisis,
planificación, toma de decisiones e implementación de acciones destinadas a
corregir las vulnerabilidades acumuladas a lo largo de los procesos de
desarrollo y a mitigar, prevenir y, en el mejor de los casos, evitar que los
efectos de un fenómeno potencialmente destructor ocasionen daños o
trastornos severos en la vida de las personas, los medios de subsistencia y los
ecosistemas de los territorios (Cardona et al, 2005).
El riesgo de desastres surge de la función que relaciona directamente las
amenazas y las vulnerabilidades de un lugar específico o grupo social
determinado. Está muy relacionado con la realidad de cada comunidad, dado
que el nivel de riesgo y los medios para enfrentarlo dependen de las
condiciones, capacidades y recursos que ésta posea. Los diferentes actores en
nuestros municipios (grupos sociales, personas, instituciones, autoridades,
entre otros), pueden entender de forma muy distinta el riesgo de desastres y
por ende el modo que dispondrán de sus habilidades, conocimientos y
capacidades para hacerle frente. La toma de conciencia de la percepción sobre
el riesgo de desastres por parte de las comunidades, es la base para impulsar
políticas y acciones para su reducción (Rodríguez, 2012).
Las agendas de desarrollo del país se encuentran urgidas de trabajos
conscientes en el tema de riesgos de desastre (DNP, 2010), desde iniciativas
públicas, privadas y mixtas, cuyos principales objetivos sean fortalecer la
capacidad de decisión, planificación y ejecución de medidas para prevenir,
mitigar o reducir los riesgos de desastre y así mismo elevar la calidad de vida
de la población bajo las premisas del desarrollo humano sostenible (Rodríguez,
2012).
Uno de esos trabajos conscientes, debe ser enfocado al tema de inclusión de
la educación sobre el riesgo de desastres y la seguridad de los edificios
escolares, habilitando a los niños y jóvenes para que contribuyan a la
divulgación de una mayor concientización en torno a este tema en sus propias
comunidades académicas y territoriales, para que protejan sus vidas y las de
sus familiares en caso de que se presente una amenaza; habilitando a los
profesores y autoridades para que trabajen en torno al mejoramiento de las
condiciones de las instalaciones.
5.3 MARCO HISTORICO
Aunque el cultivo de plantas para la alimentación se remonta milenios atrás en
la historia, las primeras evidencias de jardines ornamentales se encuentran en
las pinturas de las tumbas egípcias del año 1500 a. C., en las que se
representan estanques con flores de loto rodeados por hileras de acacias y
palmeras. Persia también posee su propia y antigua tradición en jardinería: se
dice que Darío el Grande poseyó un “jardín paradisíaco” y los jardines
colgantes de Babilonia, que Nabucodonosor II ordenó construir fueron
conocidos como una de las siete maravillas del mundo.
La influencia se extendió a la Grecia post-alejandrina, donde alrededor del año
350 d. C. existían jardines en la Academia de Atenas, aunque el concepto de
jardín griego era más religioso que de esparcimiento, por lo que preferían las
largas avenidas plantadas de árboles, donde se intercalaban estatuas, a
jardines proyectados. Se cree que Teofrasto, que realizó escritos sobre
botánica, recibió en herencia un jardín de Aristóteles. También Epicuro poseía
un jardín, por donde paseaba e impartía sus enseñanzas y el cual legó a
Hermarcus de Mitileno. Alcifrón menciona también jardines privados.
Los jardines antiguos más sobresalientes en el mundo occidental fueron los de
Ptolomeo, en Alejandría, y la afición por esta práctica fue llevada a Roma por
Lúculo. Los frescos de Pompeya atestiguan su posterior y elaborado desarrollo
y los romanos más acaudalados construyeron en sus villas inmensos jardines
con fuentes, setos y rocallas, muchas de cuyas ruinas se pueden ver todavía,
como la Villa de Adriano.
Después del siglo IV, Bizancio y los árabes en España mantuvieron viva la
práctica de la jardinería. El concepto islámico del jardín es la representación
terrenal del paraíso que el Corán promete a sus fieles: el eje central son
fuentes o largas acequias por donde fluye el agua a través de surtidores,
flanqueadas por árboles frutales. Los jardines de la Alhambra y el Generalife
en Granada y el Patio de los Naranjos en la Mezquita de Córdoba son dos
ejemplos de este tipo de jardines.
Por esta misma época también había surgido en China el arte de la jardinería,
pero con una concepción muy diferente: la visión de un jardín como lugar de
aislamiento y contemplación de los elementos naturales, la tierra y el agua.
Principios fundamentales en el taoísmo. En Japón se desarrollaron con un
estilo propio, creándose como aristocráticos paisajes minimalistas
denominados taukiyama y, paralelamente, como austeros jardines Zen en los
templos, los hiraniwa; aunque ambos tipos incorporaron elementos de los
jardines chinos.
En el siglo XIII, la jardinería revivió en Europa en Languedoc y la Isla de
Francia y a comienzos del Renacimiento surgieron los jardines de estilo italiano
donde, en detrimento de las flores se utilizaba especies de arbustos como el
boj y el mirto que se esculpían en variadas formas. En el siglo XVI la Corona
española construyó los primeros espacios públicos, jardines o parques
arbolados destinados al paseo a pie y en coches de caballos, en forma de
alamedas con fuentes, bancos y monumentos, entre los primeros y el más
antiguo conservado es la Alameda de Hércules de Sevilla (1574).1 En la
Francia de finales del siglo XVII se desarrollaron los parterres franceses
alcanzando su punto álgido con André Le Nôtre. Este arquitecto, partiendo del
estilo italiano impuso una concepción del jardín en el que crea espacios
abiertos con parterres estilizados de pronunciadas formas geométricas. Las
residencias reales francesas de Saint Cloud, Marly y Versalles son claros
ejemplos de este estilo y los jardines de Aranjuez y La Granja de San Ildefonso
serían el exponente español de no haber sido alterados por la tradición
mediterránea que mantuvieron los árabes en España, manifiesta en una mayor
sobriedad que los reyes españoles impusieron, con espacios más íntimos, con
celosías, patios y setos, lo que supone una adaptación más adecuada al clima
seco y cálido de la meseta castellana.
Los jardines paisajistas ingleses surgieron con una nueva perspectiva en el
siglo XVIII, la anticipación del Romanticismo se plasmó en ellos volviendo a las
formas naturales, donde se mezclaban en aparente anarquía pequeños
conjuntos boscosos con parterres llenos de flores y cuevas bajo colinas
artificiales, creando juegos de luz y sombra que los envolvían de un carácter
fantástico y melancólico.
El convulso siglo XIX trajo una plétora de revivificaciones históricas junto con la
romántica jardinería de estilo campestre, la mosaicultura, que consistía en
crear dibujos de variados diseños con flores y plantas y el modernismo
español, que surge únicamente en Cataluña representado por el arquitecto
Antoni Gaudí.
El siglo XX introdujo la jardinería en la planificación urbanística de las
ciudades.
5.4 MARCO LEGAL
El marco institucional para la reducción del riesgo de desastres en Colombia se
construye a partir de la Constitución Política y la legislación colombiana en
materia de medio ambiente, y, atención y prevención de desastres. Existen
unos elementos normativos que definen funciones y competencias desde los
ámbitos del desarrollo, el medio ambiente, la gestión territorial, la planificación
y la atención de desastres. (Rodríguez, 2007). Podemos utilizar también los
lineamientos de la Política Nacional de Educación Ambiental para trabajar con
sus estrategias y programados articulados al tema de gestión del riesgo de
desastres y aumentar la capacidad de conocimiento y de cultura de la
prevención. (Ministerios de Ambiente y Educación Nacional, 2002).
En Colombia tenemos un Sistema Nacional para la Prevención y Atención de
Desastres-SNPAD creado desde el año de 1988 (Ley 46 de noviembre 2 de
1988 y Decreto Extraordinario 919 de mayo 1 de 1989), siendo pioneros en
América Latina en promover un acercamiento a este tipo de problemas, pero a
través de su historia se ha visto afectado por las decisiones políticas e
institucionales de turno, sigue dominado por el tratamiento de la emergencia
más no por el uso de mecanismos de prevención y mitigación, situación ésta
que se permea hasta el nivel local sin permitir el entendimiento de que gestión
del riesgo es contribuir al desarrollo sostenible. Otros problemas van desde la
falta de interlocución y cohesión en los ámbitos nacional, regional y local, la
pérdida en la dinámica de los comités nombrados anteriormente, el centralismo
en la toma de decisiones y la superposición de autoridades. Para fortalecerlo,
se ha emitido la nueva Ley 1523 del 24 de abril del 2012, por la cual se adopta
la Política Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y se establece el
Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y se dictan otras
disposiciones.
El Sistema tiene como uno de sus objetivos desarrollar, mantener y garantizar
el proceso de conocimiento del riesgo mediante diferentes acciones, campo
que nos compete con este ejercicio académico. Además incluye dentro de sus
niveles de4 a todos los gobernantes desde los niveles nacional, regionales y
locales, y unos comités entre los que se destaca el Comité Nacional para el
Conocimiento del Riesgo con una funciones especiales de orientar la
formulación, implementación, seguimiento y evaluación del plan nacional para
la gestión del riesgo, con énfasis en los aspectos del conocimiento del riesgo.
Además insta a la elaboración de los planes de gestión del riesgo en todos los
niveles, destacándose Planes de Gestión del Riesgo a nivel local, integrando la
gestión del riesgo en la planificación territorial y del desarrollo y la revisión y
ajustes de los planes de ordenamiento territorial y de desarrollo municipal que
no hayan incluido en su proceso de formulación de la gestión del riesgo en un
plazo no mayor a un año. Como herramientas metodológicas de soporte para
que los Comités Locales de Atención y Prevención de Desastres-CLOPAD
(Artículo 60 del Decreto 919 de 1989 y mediante acto administrativo emitido
por la Alcaldía Municipal) puedan para bajar dichos planes de gestión del
riesgo a nivel local, se tienen los Planes Locales de Emergencias y
Contingencias-PLEC (Dirección de Gestión del Riesgo, 2010) y los Planes
Escolares para la Gestión del Riesgo (Dirección de Gestión del Riesgo, 2010).
Igualmente, es necesario tener en cuenta la Directiva Ministerial 12 del mes de
julio del año 2009 del Ministerio de Educación Nacional, en donde se imparten
lineamientos a las secretarías de educación de las entidades territoriales
certificadas, con el fin de garantizar el derecho a la educación en situaciones
de emergencia y a las exigencias en torno a Su participación en los comités
locales para la prevención y atención de desastres CLOPAD, para desarrollar
planes locales de emergencia y contingencias.
- Su participación en los comités locales para la atención integral a la
población desplazada y en la formulación, implementación y seguimiento de los
planes integrales únicos-PIU, para atender a la población en situación de
desplazamiento.
Adicional, se les imparten instrucciones sobre aspectos básicos que deben
incluir en sus planes de acción en:
- Prevención y gestión de riesgo
- Situación de crisis
- Etapa de post emergencia
6. METODOLOGIA
Para realizar la siguiente investigación en los riesgos laborales de los
jardineros se hizo un análisis con el fin de implementar y dar a conocer los
principios que debemos tener en cuenta frente a los peligros que actualmente
viven los jardineros en san juan del cesar
A. Evitar los riesgos. Siempre que sea posible se deberán evitar los riesgos
del puesto de trabajo, siendo más sencillo cuando se realiza en la fase de
diseño de los puestos de trabajo.
B. Evaluar los riesgos que no se puedan evitar. De manera que se puedan
detectar los riesgos presentes en el medioambiente laboral, así como las
causas que los originan y poder establecer las medidas adecuadas para
controlar estos riesgos.
C. Combatir los riesgos en su origen. De manera que se pueda aislar el
riesgo así como la probabilidad de que se materialice el daño.
D. Adaptar el trabajo a la persona, en particular en lo que respecta a la
concepción de los puestos de trabajo, así como a la elección de los equipos y
los métodos de trabajo y de producción, con miras, en particular, a atenuar el
trabajo monótono y repetitivo y a reducir los efectos del mismo en la salud.
E. Tener en cuenta la evolución de la técnica. De manera que cuando se
elija la tecnología a utilizar en la empresa se tenga en cuenta la eliminación de
riesgos o la minimización de daños a la salud de los trabajadores.
F. Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro. A igual
eficacia en la utilización de equipos de trabajo, sustancias, etc. elegir aquéllas
que entrañen menor riesgo para los trabajadores, sin que prevalezcan criterios
económicos sobre criterios preventivos.
G. Planificar la prevención, buscando un conjunto coherente que integre en
ella la técnica, la organización del trabajo, las condiciones de trabajo, las
relaciones sociales y la influencia de los factores ambientales en el trabajo.
H. Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la
individual. A través de las protecciones colectivas se protege
simultáneamente a un conjunto de trabajadores expuestos a un mismo riesgo
con el objetivo de disminuir la probabilidad de que se materialice un daño.
Mientras que la individual, además de suponer mayor incomodidad para el
trabajador, actúa de manera individual y solamente sobre las consecuencias
que entrañe la materialización de un riesgo.
I. Dar las debidas instrucciones a los trabajadores. A través de la
información y formación precisas en función a los riesgos inherentes al puesto
de trabajo
6.4 MUESTRA
Para obtener una muestra representativa se hace necesario trabajar con el
método estadístico de muestreo aleatorio simple o muestreo no probabilístico
Los parámetros establecidos para hallar las muestras de la población uno y dos
fueron:
Datos Parámetros
requeridos utilizados
Desviación 0,1
Margen de 95%(1,96)
confiabilidad
error 0,05
POBLACION 1
Datos Mototaxistas
Población(N) 10
POBLACION 2
Datos Mototaxistas
Población(N) 40