Sunteți pe pagina 1din 18

L

EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 127

EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE. I. LAS SUPLENCIAS DEL NOMBRE-DEL-PADRE


UN SINTHOME - UNA CREACIÓN
Algunos años después de que Lacan postulara, en "De una cuestión
MARÍA TERESA ORVAÑANOS preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis",:1 el Nombre-
del-Padre como significante de la ley de prohibición del incesto y
A jorge encargado de metaforizar el Deseo de la Madre, propuso, a partir
de la teorización del nudo borromeo, que el Nombre-del~Padre
fungiera como cuarto elemento responsable de producir el anuda-
miento de la cadena borromea entre lo real, lo simbólico y lo
imaginario. La función del cuarto elemento posibilitaría la consis-
tencia entre lo real del cuerpo, el cuerpo imaginario y el cuerpo
Sólo en un ámbito, e l del arte, se ha conservado del lenguaje.
la "omnipotencia de los pensamientos" también Más adelante afirmó que podía haber una suplencia de la función
en nuestra cultura. Únicamente en él sucede toda- significante del Nombre-del-Padre y por ello pasó del Nombre-del-
vía que un hombre devorado por sus deseos pro- Padre a los nombres del padre, o a las suplencias del Nombre-del-
ceda a crear algo semejante a la satisfacción de Padre, y al mismo tiempo señaló los tres elementos que posibilita-
esos deseos, y que ese jugar provoque -merced a
rían esta suplencia: el sinthome, el hacerse un nombre y el ego. Para
la ilusión artística- unos afectos como si fuera algo
real y objetivo. Con derecho se habla del ensalmo demostrar con mayor claridad lo anterior, Lacan tomó como pa-
del arte y se compara al artista con un ensalmador. 1 radigma la escritura de James Joyce, la cual -aseguraba- ocupa el
lugar de un sinthome para el autor de Ulises; es decir, la escritura
Todo es una muerte viviente. 2 es para él un artificio que se encarga de corregir el error de anu-
damiento entre lo real y lo simbólico, debido a una falla en la
función paterna, por lo que también, a su vez, el tercer redondel,
INTRODUCCIÓN el imaginario, en caso de fallar esta función, queda suelto. Por
medio de la escritura y de hacerse un nombre es como Joyce
En este escrito nos proponemos hacer una reflexión sobre las remienda el error en el nudo. De ahí que Lacan hablará de una
dificultades y los cuestionamientos que los conceptos "suplencias pere-version, es decir, de otra versión del padre.
del Nombre-del-Padre" y "sinthome" presentan en la clínica psicoa- Para Lacan, desde 1957, la psicosis se desencadena cuando se
nalítica, para lo cual realizaremos en la primera parte un breve hace un llamado al Nombre-del-Padre y no hay un significante que
recorrido teórico de estos conceptos en la obra de Lacan y en la responda, ya que "si este nombre tiene alguna eficacia es justa-
segunda abordaremos algunas nociones generales en torno al au- mente porque alguien se levanta para contestar". 4
torretrato; concluiremos a modo de ejemplo refiriéndonos a Egon El Nombre-del-Padre, en tanto significante fundamental, es so-
Schiele. porte de la función simbólica, y en el seminario de Las psicosis
Lacan comenta que según todas las apariencias el presidente Schre-
ber carece de este significante fundamental que se llama ser padre. 5

1
.
Sigmund Freud, Tótem y tabú (1913), en Obras completas, t. 13, Buenos Aires,
~ Jacques Lacan, "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la
psicosis", Escritos 2, México, Siglo XXI, 1984, p. 513.
Amorrortu, 1976, pp. 93-94 . 4 Citado por Néstor Braunstein, Goce, México, Siglo XXI, 1990, p. 93 .
2 5 J. Lacan, El seminario. Las psicosis, Barcelona, Paidós, 1984, p. 418.
. Máxima de Egon Schiele.

[126)
128 MARÍA TERESA ORVAÑANOS EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 129

Las suplencias del Nombre-del-Padre no pertenecen al registro II. EL AUTORRETRATO


de lo simbólico sino que funcionan como SI; son el fundamento
de lo nombrable y hacen posible el anudamiento entre los registros ... es muy lamentable que no tengáis espejos que
y el acceso a la realidad. Por ello, estas suplencias no son metafó- reflejen vuestro oculto valer ante vuestras miradas,
ricas ni metonímicas. Tampoco producen una significación. a fin de que pudierais contemplar vuestra imagen. 7
Son varias las preguntas que surgen a partir de este sucinto
recor~ido sobre la función del Nombre-del-Padre: ¿pueden estas ¿Qué es un autorretrato? 8
suplencias, valga la redundancia, suplir al Nombre-del-Padre, este Tanto en el género de la autobiografía como en el del autorre-
último en tanto que fundamento y estructura? ¿cuáles son las trato asistimos a una creación que toma com~ punto de partida
diferencias entre una psicosis y una neurosis? ¿Acaso falta el Nom- los hechos históricos, la memoria y la imagen frente al espejo; es
bre-del-Padre en la psicosis, mientras que falla el Nombre-del-Padre decir, en cierto sentido el autor intenta transformar al sí mismo
en la neurosis? Según Lacan, estas suplencias, que notamos en la en un texto novelado o en una pintura, mismos que terminarán
escritura de Joyce, son precisamente las que lo salvan ,d e ser clíni- siendo ficciones o semblantes de la imagen de sí con la que el
camente un psicótico. sujeto se identifica. Ahora bien, mu~hos críticos afirman que no
Otra serie de interrogantes que se abren con este planteamiento hay pintura o novela que no contenga al menos un fragmento
serían: si el sinthome, si el hacerse un nombre y si el ego son su- autobiográfico, sin importar cuán deformado o ficticio resulte,
plencias del Nombre-del-Padre, o, como dice Diana Rabinovich,li puesto que en la obra de arte se presentan con frecuencia los
se trata de compensaciones de la falla del nudo, del nudo malo- mismos procesos y transformaciones que se dan en el trabajo del
grado, propio de la psicosis. Y, ¿puede un psicótico en cualquier sueño. Toda obra puede ser vista como un autorretrato implícito
momento realizar esta suplencia y por lo tanto corregir la falla o y a su vez el autorretrato hace explícita la relación de la obra con
la falta de la función significante del Nombre-del-Padre? Si así su hacedor.!'
fuera, ¿dejaría de ser estructuralmente psicótico, o sólo dejaría de Por medio de la obra de arte, el artista le pide al otro que lo
serlo clínicamente? A partir de esta propuesta lacaniana en relación vea y que lo lea, esto es, demanda una respuesta del espectador o
con las suplencias del Nombre-del-Padre es necesario interrogar del lector y por lo tanto establece un lazo social con ellos. Entre
qué sucede con las estructuras clínicas. ambos géneros artísticos existen diferencias; la más importante de
Cualquiera que sea la respuesta, nos lleva a preguntar: ¿cuáles ellas es el lugar capital que ocupa el espejo en el autorretrato.
son las consecuencias teóricas de esta interrogación y cómo debería Anteriormente señalamos que en cierto sentido todo cuadro es
orientarse la dirección de la cura en un psicótico? ¿Podríamos un autorretrato, pero ¿existe éste? ¿o más bien el autorretrato es
pensar que en cualquier sujeto, estructuralmente neurótico, ante una tarea irrealizable, un deseo imposible, resultado de la transi-
alguna situación traumática insoportable, por ejemplo frente a un ción entre el objeto (que es el sujeto mismo) que se mira en el
duelo o una enfermedad incurable, el cuarto nudo fallaría y por espejo y el sajeto (el pintor) que se vuelve para pintar al objeto
lo tanto habría de producir un sinthome para no enloquecer? reflejaC:lo (es decir, al propio sujeto).
¿Es el sinthome una prótesis o una muleta para no enloquecer? "'Sujeto', 'objeto', 'predicado': estas separaciones se hacen, y
Ésta es la tesis que voy a desarrollar valiéndome de un ejemplo
destacado, tomado de la historia del arte: el autorretrato en Egon 7 William Shakespeare, Julio César, en Obras completas, Madrid, Aguilar, 1978,
Schiel~. t.ll,p.174.
8 Es preciso reflexionar sobre las redes significantes del autorretrato y ponerlo

en relación con semblante, ficción, imagen, etc. Remitimos al lector al anexo ,


donde se desarrollan estas consideraciones semánticas y filológicas que hemos
¡; Diana Rabinovich, La angustia y el deseo del Otro, Buenos Aires, Manantial, agrupado y que resultan esenciales para la comprensión de este escrito.
199~. p. 16~. !I Apuntes del seminario de Néstor Braunstein, UNAM, 1995-1996.
130 MARÍA TERESA ORVAÑANOS EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 131

pasan luego a ser esquemas sobre todos los hechos aparentes. La y ser al mismo tiempo el objeto (mirado, su propio modelo); va
falsa observación fundamental es que yo creo que soy el que hace de la imagen a la representación y en esta acrobacia salta de un
algo, el que sufre algo, el que tiene algo, el que tiene una cuali- lugar a otro, del sujeto a:l objeto, y por lo tanto presentifica su
dad." 10 propia escisión subjetiva.
El autorretrato es un proceso creador, puesto que hay que pasar El pintor, al dibujar su propia imagen especular, debe ex-sistir
de lo que se ve a lo que se recuerda haber visto. Entre la imagen para exponerse a sí mismo a la mirada del Otro: "ahí donde (me)
que se cree ver y lo que aparece representado hay una difer encia, pinto no soy". La esencia de un retrato es el punto ciego y el ojo
un vacío abismal. Por una parte existe no sólo la ilusión óptica y del otro es el punto ciego de nuestra mirada, por lo que nuestra
el engaño del ojo, sino que técnicamente el arte del autorretrato mirada se delimita, en el sentido de que por regla general, según
es imposible, puesto que el pintor debe re-presentar en ausencia Derrida, somos tanto más ciegos a la mirada del otro cuanto más
su propia imagen, y para ello deberá desfigurar la imagen (su tenemos que ocultar. 12 Encontramos un ejemplo de este punto
propia imagen) y entonces figurar de memoria a un otro. Baude- cie go en la novela de Luigi Pirandello Uno, ninguno y cien mil:
laire decía que en el origen del dibujo tenemos la memori a y no
la percepción. El piontor, en este recorrido, al mirarse ante el Mientras tengo los ojos cerrados, somos dos: yo aquí, y él en el espejo.
Debo impedir que, al abrir los ojos, él se convierta en mí y yo en él. Yo
espejo y al volverse para trazar lo que ha visto, pasando d el pare-
debo verlo y no ser visto. ms imposible? En seguida que lo vea, él me
cer(se) al ideal del querer ser, recibe desde ambos reflejos las verá y nos reconoceremos. Yo no quiero reconocerme; yo quiero cono-
preguntas ¿quién soy?, ¿cómo soy?, ¿cómo me veo?, ¿cómo m e cerle a él fuera de m_í. ¿Es posible? Mi esfuerzo supremo debe consistir
verán?, ¿soy quien creo ser? En una palabra, qué me quiere el en esto: no verme en mí, sino ser visto por mí, con mis ojos, pero como
Otro? (che vuoi?) Se trata, pues, del movimiento que va del deseo si fuera otro, ese otro que todos ven y yo no ...
al reflejo y del reflejo al deseo. 11 Me mantuve firme con la mirada, intenté impedir que aquellos ojos
El pintor por medio del autorretrato se convierte en autor de que estaban enfrente de mí me sostuvieran, es decir, que aquellos ojos
su propia imagen: pinta, traza, dibuja, representa en un lienzo entraran en los míos. No lo conseguí. Yo me sentía aquellos ojos. Los
vacío su imagen ante el espejo tal como él recuerda haberse visto, veía enfrente de mí; pero también los sentía aquí, en mí; los sentía míos;
no ya fijos en mí, sino en sí mismos. Y si conseguía no sentirlos, ya no
o tal como desea que lo miren, por eso es preciso que nos pregun-
los veía. iAy de mí!, era realmente así: yo podía vérmelos, no verlos. 13
temos: ¿es él quien se mira o es el otro quien lo mira? ¿Es el ojo
del Otro quien maneja la mano del pintor, y entonces, quién pinta? ¿Qué es, pues, lo que se pinta ante el espejo? La mirada engaña,
¿Busca que pintor, a través del autorretrato, atrapar la mirada del se pinta a ciegas, y el trazo del artista no pertenece a la objetividad
Otro y ser visto conforme a su deseo? ¿Cómo desea el pintor especular, puesto "que los ojos no pueden verse a sí mismos sino
representarse ante el Otro? ¿A quién pertenece el espacio que hay por refracción, o sea, mediante otros objetos". 14
del otro lado del espejo, al pintor, al Otro o al fantasma? ¿Quién La mirada tiene un punto de vista y al sustituir éste por otro
escribe el trazo en el lienzo? ¿A quién se re-trata, ante qué se diferente, es decir, al cambiar un ángulo de visión por otro distinto,
retracta o ante qué se refracta? ¿Responde el autorretrato al che los objetos sufren deformaciones. Estamos entonces ante el juego
vuoi -¿qué quieres?- o al ¿quién soy yo? Por último, ¿de quién es?, de la anamorfosis, 15 que Baltrusaitis califica de jeroglífico, mons-
o fa quién pertenece el autorretrato?
Par.a la realización del autorretrato, el artista es semejante a un 12
Jacques Derrida, Memoirs of the blind, Chicago, The Chicago University Press,
malabarista que juega entre ser el sujeto (el que mira, el que pinta) 1991, p. 106.
13
Luigi Pirandello, Uno, . ninguno y cien mil, en Obras escogidas, Madrid, Aguilar,
1956, p. 522.
14
JO Friedrich Nietzsche, La voluntad de poder, aforismo 542, Madrid, EDAF, 1981, W. Shakespeare, op. cit., p. 174.
15
p. '.-104 . Cf. J. Lacan, "El amor cortés en anamorfosis", en El seminario VII. La ética
11
Sahine Melchior-Bonnet, Historia del espejo , Barcelona, Herder, 1996, p. 172. del psicoanálisis, cap. XI, Buenos Aires, Paidós, 1988.
132 MARÍA TERESA ORVAÑANOS EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 133

truo y prodigio, fenómeno en el que hay una subversión y una ficciones y de representaciones marcadas por el objeto del fantas-
distorsión de las imágenes. Dichas imágenes sirven para descifrar, ma, por imágenes de a [i(a)]. ·
y este juego equivale al juego del significante. El autorretrato está hecho de trazos, de rasgos, de líneas y .de
El pintor ante el espejo ve la imagen de un ojo que mira y esta colores; todos ellos atraviesan la imagen del pintor, marcan su
imagen se transforma en objeto causa de su deseo: la pinta, la cuerpo, lo penetran, lo mutilan y lo desfiguran; lo embellecen, lo
enmascara, la viste, la encuadra, la encierra, la inmortaliza, pero envejecen e infantilizan, lo deforman. Para autorretratarse hay que
también la modifica y la deforma, la vacía. Ojos ciegos, ojos que des-trazarse, y en cada trazo de un autorretrato el pintor debe
no miran. El carácter invisible de la mirada se hace visible y lo destrozar la imagen que tiene de sí rnisrno ante el espejo. El auto-
visible se convierte en fantasma, y de esa manera las sombras y los rretrato es, pues, un trabajo de desconstrucción de la imagen es-
espectros se proyectan en un lienzo vacío. pecular.
El espejo es pura superficie que separa al pintor de su propia Para autorretratarse hay que des-figurarse y violentar la imagen
imagen especular y, al tiempo que intenta re-tratarla, la transforma de sí rnisrno; sólo entonces será posible construir a través de la
en otra imagen, en una cosa diferente. Entre el momento en que interpretación la causa de esta imagen.
el sujeto se reconoce delante del espejo y el momento en que el Para autorretratarse hay que despedazarse. Por exacta y perfec-
pintor se vuelve para escribir el trazo en el cuadro, entre el instante tamente que pueda ser reproducida, esta imagen se tadaveriza, se
que corre desde la especulación hasta el acto de dibujarse, irrerne- a-rruina, ya que termina despojando al pintor de sí inisrno y en su
diablernente hay una pérdida, hay una diferencia, un resto no lugar aparece otra cosa, una obra de arte; es decir, un objeto que
especularizable, y esto es precisamente lo que constituye el verda- puede ser exhibido, vendido, coleccionado, subastado, robado y
dero objeto del cuadro. No es lo que se pinta, sino lo que falta. El aun quemado. En una palabra, en nuestras sociedades la obra de
punto de partida de la reflexión lacaniana es la relación imaginaria arte termina siendo una rnercanda (un plus de goce, un rninus de
que se da entre el yo y su objeto de deseo, que es precisamente lo goce). De esta manera en cada cuadro se juega la castración del
que no se encuentra. El deseo sieºrnpre aparece en el campo del Otro. pintor rnisrno. Es decir, el pintor ya no es rnás uno con su cuadro.
El objeto pintado es el objeto de la pérdida ya que en el auto- Hay una separación entre la obra (corno objeto a) y el artista -(SOa).
rretrato hay una imposibilidad de pintarse a sí mismo: no se trata Derrida dice que el autorretrato es el retrato de la ruina.
de fabricar un doble. El autorretrato está marcado por la escisión, Hay un autorretrato de James Ensor firmado y fechado en 1888
la esquizia entre el objeto que se mira en el e.spejo, el sujeto que que se titula Mi retrato en 1960 (lámina 1). Él representa la figura
lo pinta y el objeto representado. . de un esqueleto recostado, que es la manera en que Ensor se
En esta operación de autorretratarse no sólo se juega el deseo representa setenta y ocho años después de que pintara "su retrato".
del pintor, sino que la superficie del espejo separa al pintor de su Hizo otro autorretrato el mismo pintor que tituló Autorretrato ca-
propia imagen especular y por lo tanto también lo separa de la daverizado. Resultan de especial interés los dos, puesto que en ellos,
locura, ya que la imagen ante el espejo realiza las veces de una especialmente en el primero, Ensor se dibuja en un punto de no
escisión subjetiva. En este punto no hay posibilidad de aprehender retorno en el que reflexiona anticipadamente sobre su muerte y
el objeto ante el espejo, puesto que el vidrio separa al sujeto de se apropia de ella; de esta forma se eterniza en vida, borrando en
su imagen especular. El espejo opera al mismo tiempo los procesos él los límites del tiempo y del espacio; marca al mismo tiempo lo
de enajenación y de separación. inalcanzable de la cámara fotográfica y de la imagen especular.
En -el autorretrato, el pintor sabe que nunca podrá conciliar lo Maurice Blanchot escribe que "a primera vista la imagen no se
que pinta con aquello que está del otro lado del espejo, puesto asemeja a un cadáver, sin embargo, la extrañeza del cadáver es la
que entre el sujeto (el pintor) y su objeto (el modelo, la imagen extrañeza de la imagen". u;
de a) existe una división ineludible: lo que se dibuja es lo que falta
y el lienzo vacío se convierte entonces en un espacio lleno de lli Maurice Blanchot, "Two versions of the imaginary"', publicado en L 'Espace
134 MARÍA TERESA ORVAÑANOS EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 135

Al momento de firmar su autorretrato, el pintor se inscribe en Anteriormente, los pintores se representaban a sí mismos entre
el Otro, se escribe y al misnio tiempo se a-firma como un otro, se alguno de los personajes de sus cuadros, o aparecía al pie de la
separa del Otro. pintura un pequeño autorretrato, en ocasiones en el lugar de la
El autorretrato se apodera de la imagen y el pintor lo afirma, y firma (ejemplo de ello es el inolvidable medallón de Lorenzo Ghi-
esta firma, único rasgo que lo identifica, autentifica el autorretrato berti que aparece en las Puertas del Paraíso del Bautisterio de
y al mismo tiempo lo eterniza. Cientos de años más tarde podremos Flor encia), pero jamás como figura central.
leer, por ejemplo en el más famoso de los autorretratos de Dure ro, Pero volvamos a Durero. A través del autorretrato, el pintor
que se encuentra en la Antigua Pinacoteca de Múnich, además de propone un nuevo modelo de la imagen: su valor, su función y su
su monograma y la fecha, "1500", impreso en letras romanas en relación con el espectador.
latín: "Albertis Durerus Noricus/ipsum me propijs sic ejfin/gebam colo- El pasaje que hay entre sus tres autorretratos más conocidos
ribus aetatis/anno XXVIII. " 17 Con esta inscripción, no sólo asistimos resulta muy interesante. En el que se encuentra en el Museo del
al anudamiento entre lo real, lo simbólico y lo imaginario, sino Louvre (1493), el pintor se representa a sí mismo como un burgués,
que en ella se encuentran también presentes el sujeto y el objeto, mientras que en el del Museo del Prado aparece como un personaje
el Yo (el Je) y el mí (el moi). Tal parece que la inscripción, que nos perteneciente a una clase social más alta que la propia, en donde
ocupa es casi un epitafio. Durero quería asegurarse de que su refleja el orgullo que el artista siente de sí mismo, cómo se ve,
autorretrato nunca se borraría y con ello se eternizara. Siguiendo quién es y lo mucho que vale, mientras que en el autorretrato de
la cita de Freud que hemos utilizado como epígrafe, el artista no Múnich (1500), Durero se pinta ataviado de la imagen de Cristo y
solamente es un ensalmador, 18 sino que en el autorretrato el pintor, salvador del mundo, se representa a manera de una imagen divina.
en este caso Durero, es también un embalsamador que llena de Aquí dramatiza su füerza y acentúa el pasaje del artesano al artista
sustancias balsámicas (de colores indelebles) las cavidades de los que se produce durante el Renacimiento, 21 idealizando y elevando
cadáveres (su espectro, su imagen especular) para preservarlos de a este último al rango de filósofo e intelectual. El artista ya no es
la corrupció'n o de la putrefacción. más un trabajador manual, sino que por el contrario (se) consagra
Sin que este trabajo aspire a convertirse en una crítica de arte, al pintor, lo inmortaliza y lo deifica. El culto del autorretrato es
resulta importante detenernos en algunos de los más famosos au- un culto al yo.
torretratos de Durero, no sólo por la importancia que tienen dentro U no de los más famosos autorretratos contemporáneos de los
de la historia de la pintura, sino también porque se dice que a de Durero es el Autorretrato en espejo convexo del Parmigianino (lá-
partir de él se inicia formalmente este género como tal. mina 2) que se encuentra en el Museo de Historia del Arte de
Erwin Panofsky llama al autorretrato de Durero en el Padro Viena. Vasari comenta que lo pintó justo antes de su salida para
( 1498) "el primer autorretrato independiente'', 19 que no solamente Roma en 1524, a la edad de veintiún años, para mostrar su destreza
firmo y fechó, sino que agregó una inscripción que reza: "Este "en las sutilezas del arte".
autorretrato lo pinté siguiendo mi propia imagen. Tenía 26 años." 2º
Francesco decidió un día hacer su propio retrato, mirándose a sí mismo
Littéraire (1955), citado por Joseph Leo Koerner, Tite moment of selfportraiture in con ese propósito en un espejo convexo, como Jos que utilizaban los
German Renaissance art, Chicago, The University of Chicago Press, 1993, p. 309. barberos [ ... ] Para ello mandó hacer a un tornero una esfera de madera
. "De este modo yo, Alberto Durero de Nuremburgo, me pinté con ~olores
17
y Ja división en dos, dándole el tamaño de un espejo, se puso a pintar
indelebles
18
a la edad de veintiocho año.s" (citado en J.L. Koerner, op. cit., p. 37). con gran arte también lo que vio en el espejo. 22
'"Ensalmador (de ensalmar): Persona que tenía por oficio componer los huesos
dislocado·s o rotos; persona de quien se creía que curaba con ensalmos. 'Ensalmo'
(de ensalmar): Modo supersticioso de curar con oraciones y aplicación empírica
de varias medicinas" (Diccionario de la lengua española) . 21
[bid., p. 37.
1
l! J.L. Koerner, op. cit., p. 37. 22Citado en Frederick Hartt, History of ltalian Renaissance art, Nueva York,
20
/bid. Han-y N. Abrams, 1994, p. 563.
136 MARÍA TERESA ORVAÑANOS EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 137

Sobre esta superficie el Parmigianino se pintó con un aire de cual desarrolla éste de una manera humorística y excepcionalmente
absoluta indiferencia, "tan bello -dice Vasari- que parecía más precisa la esencia de lo que años más tarde serán los conceptos
bien un ángel que un hombre". Su cara está lo suficientemente desarrollados por Lacan en el "Estadio del espejo''.
retirada de la superficie para no sufrir distorsiones, pero su mano
y la manga del saco están acentuadamente agrandadas y el tragaluz
del estudio y la pared de enfrente aparaecen redondeados. 23 · III. EGON SCHIELE
El Parmigianino pinta su imagen en una superficie curva que
da al espectador el efecto de un movimiento oscilante, como si la El único medio de comunicación que poseemos,
cara y la mano avanzaran y retrocedieran alternativamente, con lo el lenguaje, es inservible, no logra pintar el alma,
que logra un efecto óptico aparentemente imposible: introduce en y lo que nos entrega son sólo fragmentos desga-
el autorretrato un cierto movimiento temporal, pero a su vez con- rrados. 25
gela el instante en el cuadro.
Por medio de esta paradoja óptica del espejo convexo, el Par- Por último, para dar cuenta del género pictórico del autorretrato
migianino sustituye lo que era una exacerbada fidelidad a la re- como sinthome hemos elegido como ejemplo una serie de autorre-
presentación de la realidad por lo inaudito y fantástico que resul- tratos de Egon Schiele, contemporáueo de Sigmund Freud. Debido
ta de este experimento. El pintor, comenta Vasari, deseaba sor- al material, tanto pictórico como escrito, que poseemos de Schiele,
prender al espectador a través del arte con la novedad y el vemos que por medio de sus autorretratos se presentifica de ma-
asombro; juega con el espejo para crear una sensación de defor- nera clara la función suplementaria del Nombre-del-Padre, re- pre-
midad y extrañeza por medio de la cual la imagen se forma y se sentando a través de su propio cuerpo, dibujado en movimiento,
deforma. lo indecible de la sexualidad y la muerte, temas centrales en su
Leonardo, por su parte, consideraba el espejo como el maestro arte, cuestiones que fueron también para Freud capitales a partir
de los pintores y comparaba el espejo curvo con los reflejos de las del descubrimiento del inconsciente.
imágenes distorsionadas que se ven cuando el agua está en movi- La otra razón por la que hemos elegido a Egon Schiele es porque
miento en el curso de un riachuelo. se trata del pintor (hasta donde sabemos) que mayores distorsiones
El autorretrato termina por despojar al artista de sí mismo. En ejecuta en el autorretrato de su imagen frente al espejo); no es así
su calidad de espejo sustituye su reflejo por el de un otro y por el caso de Francis Bacon (lámina 3 ), por recordar a otro, cuyos
tanto es una representación de lo que ya no es. autorretratos surgen a partir de la creación, de la imaginación, de
El autorretrato es un objeto de especulación, speculare, speculum, la memoria y de otras técnicas.
ver, mirar; se especula sobre la imagen y la imagen nos refleja una Antes de seguir adelante es necesario aclarar que de ninguna
ilusión que desde la mirada de otro puede resultar extraña. Reco- manera estamos afirmando que el género pictórico del autorretrato
miendo al lector que lea la novela de Luigi Pirandello, Uno, ninguno cumpla siempre con la función de sinthome, tal como afirmamos
y cien mil, 24 a la que ya hicimos referencia unas líneas antes, en la que sucede con Egon Schiele. Sabemos, desde el psicoanálisis, que
no solamente no podemos hacer generalizaciones, sino que habrá
23 veces, en el caso de otros pintores, en el que el autorretrato cumpla
!bid.' p. 563. •
24
"La idea de que los demás veían en mí a uno que no era yo tal como yo me otra función: la de una sustitución metafórica, la de un síntoma o
conocía; a uno que solamente ellos podían conocer mirándome desde fuera con la de una sublimación.
ojos que ho eran Jos míos y que me proporcionaban un aspecto destinado a ser
siempre extraño a mí, aun estando en mí, aun siendo el mío para ellos (un mío,
¿cómo quedar para siempre condenado a llevarlo conmigo, en mí, a la vista de
pues, que no era para mí); una vida en la que, aun siendo la mía para ellos, yo no Jos demás y, en cambio, fuera de Ja mía?" (Luigi Pirandello, 0/1. cit., p. 521).
podía penetrar, esta idea no me dejó en paz. ¿Cómo soportar en mí a este extraño? 25
Fragmento de una carta de Heinrich von Kleist a su hermana Ulrike, citado
¿Este extraño que era yo mismo para mí? ¿Cómo verlo? ¿cómo no conocerlo?
en Sobre el teatro de la.s marionetas, Madrid, Hiperión, 1988, p . 10.
138 MARÍA TERESA ORVAÑANOS EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 139

La pintura de Schiele se halla en ocasiones más cercana a la de esconderla ante la sociedad y padecerla al lado de su padre.
actuación que a las palabras. 21 ; Los autorretratos de Egon recuerdan Durante estos años, Adolf era ya un fantasma agonizante, deshecho
las fotografías de las histéricas en la Salpetriere en sus contorsiones y consumido por la enfermedad. Entonces Egon presenció el fallido
corporales y el interés que éste siempre tuvo por el lenguaje del intendo de suicidio la noche de Navidad y permaneció la noche
cuerpo de los enfermos mentales, además de su fascinación por de Año Nuevo inmóvil velando el cadáver de su padre. A partir
los dibujos que su amigo Erwin Osen realizaba de los enfermos de entonces, convirtió las visitas a la tumbra de su padre en su
internados en el hospital de Steinhof (láminas 4, 5, 6 y 7) . Muchos lugar preferido para dibujar y pensar.
de los desnudos de Osen son similares a sus autorretratos, en "Busco únicamente los lugares en donde mi padre estaba, para
donde "ambos comparten una estremecedora e inquietante exage- deliberadamente experimentar mi dolor en horas de melancolía.
ración en la representación del cuerpo"Y ~e preguntó por qué pintaba tumbas y otros cuadros similares.
Si eligiéramos el camino fácil y engañoso de analizar la biografía porque la memoria de mi padre continúa viviendo intensamente
de Schiele, construiríamos sin dificultad alguna un caso clínico en mí." 28
fascinante, pero pasaríamos al terreno de la especulación en el que Si bien la muerte es nuestra sombra desde que nacemos, y Freud
nos veríamos obligados a discutir si el significante del N,ombre-del- afirma que no hay representación de ella en el inconsciente, a
Padre falló, y por lo tanto hubo un error de anudamiento entre Schiele la muerte lo amenazaba por. todos lados; todo a su alrededor
lo real y lo simbólico, debido a la muerte prematura del padre de la representaba. Su madre, también contagiada y mutilada por la
Schiele cuando éste apenas contaba catorce años y de la que, según sífilis, paría hijos muertos cada año; únicamente le sobrevivieron
se sabe, el pintor nunca se repuso. dos hermanas.
¿se emparentan las leyendas de las novelas familiares, de las Al nacer Schiele, leemos en el diario de su madre: "El 12 de
vidas y muertes de padres o hermanos y de la búsqueda de suplen- junio de 1890, nuestro querido Dios finalmente me dio un hijo,
cias de nom?res del padre de Egon Schiele, de James Joyce y de Egon, ése es su nombre, es un niño sano y fuerte. Que Dios nos
otros genios contemporáneos como pueden ser las de Wittgenstein lo conserve eternamente. Que pueda crecer y prosperar." 29
o Nietzsche? La historia del pintor nos remite a dos citas; la primera es de
La respuesta puede ser el tema para un trabajo posterior, por Freud: "Como estructuras agrietadas y rotos en pedazos son los
ahora remito al lector al trabajo de Néstor Braunstein, "La clínica enfermos del espíritu'',3° y la segunda de Lacan: "El ser del hombre
en el nombre propio", en el volumen de los Coloquios de la Fun- no sólo puede comprenderse sin la locura, sino que no sería el ser
dación: El laberinto de las estructuras. del hombre si no llevara en sí la locura como el límite de su li-
A pesar del riesgo de deslizarnos en el terreno del psicoanálisis bertad. "31
aplicado y ante la falta de material clínico que nos permitiera Según algunos críticos, después de Rembrandt, Egon Schiele es
ilustrar este trabajo, hemos seleccionado algunos datos biográficos el pintor que más autorretratos ha realizado. Esto sin tomar en
de la vida de Schiele para dar cuenta de la problemática clírlica cuenta que Schiele murió a los veintiocho años y sin incluir los
que plantea el sinthome y las suplencias del Nombre-del-Padre. cuadros en que él es su propio modelo, aun cuando no los llama
El padre de Schiele, Adolf, murió paralítico a causa de la sífilis, autorretratos. Escribió varios poemas a los que también titula "Au-
en la locura, y sufrió durante sus últimos años constantes delirios.
Egon no sólo tuvo que ser testigo de esta locura, sino que h\.tbo
28
21
' Alessandra Comini, Egon Schiele's portraits, Berkeley, University of California,
Mic.hael Hunter, "Body as metaphor", en Egon Schiele, art, sexuality, and Vien-
; 1974, citado en Jane Kallir, Egon Schiele. The complete works, Nueva York, Harry N.
nese modernism, Palo Alto, The Society for the Promotion of Science and Scholars- Adams, 1990, p. 37.
hip, 1994, p. 119. 29
A. Comini, op. cit.
27
Patrick Werkner, "The child-woman and hysteria", en J.L. Koerner, ojJ. cit., 30
S. Freud, Obras completas, op. cit., t. 22, pp. 54-55.
p. 51. 31
J. Lacan, "De una cuestión preliminar. .. ", op. cit ., p. 556.
140 MARÍA TERESA ORVAÑANOS
EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 141
torretratos" o "Niño eterno", en un intento por verbalizar lo que
sus pinturas retrataban: "Yo eterno niño,/me he sacrificado por ver en su imagen y entre las imágenes que lo atormentan y lo que
otros .. ./ que me miraron y no me vieron." 32 pinta, Schiele crea su propia imagen, distorsionada y mutilada,
"No muy lejos, algunos reconocieron en el autorretrato el len- fragmentada, entumecida y engarrorada. El mejor ejemplo de ello
guaje silencioso de quien mira hacia adentro y ya no pregunta lo encontramos en el autorretrato Hombre hincado y desnudo de
más." 33 1910. Es decir, que ante la disimetría que le produce su propia
"La pintura que forma las imágenes es el retrato del discurso." 34 imagen especular y lo que proyecta en el lienzo vacío, el autorre-
Schiele compulsiva y repetidamente se pintó temeroso, atormen- trato opera en él c'o mo un elemento estructural que le da consis-
tado, desagarrado, enojado y victimizado (lámina 8). Sus cuadros tencia a lo imaginario, ahí donde hay riesgo de abolición subjetiva
retratan el permanente tormento en el que vivía. Ante la pregunta -riesgo de la locura. La carne toma cuerpo en el autorretrato -y
de por qué había dibujado tan desagradables representaciones de la imagen se encarna en el cuadro, para aparecer contaminada por
sí mismo, respondió: "Ciertamente he realizado pinturas que son la enfermedad y la muerte, tal como la representa a través de las
'horribles'; no lo niego. Se piensa que me gusta hacerlas para deformaciones en el Autorretrato con el hombro desnudo (1912) (lá-
'horrorizar a la burguesía'. iNo! Jamás fue el caso. Sin embargo, mina 9).
el añorar y el desear también tienen sus fantasmas. De ningún Entre los autorretratos favoritos de Schiele se encuentran: La
modo he pÍntado tales fantasmas por placer. Era mi obligación." 35 madre muerta I ( 191 O) y La madre muerta //o El nacimie~to del genio
¿cuál podría haber sido esta obligación de Schiele? (1910).
¿El autorretrato como Ersatz, un sustituto de qué? ¿Del padre? Para Schiele, y por lo que sabemos de su familia, el nacimiento
En el autorretrato se realiza un anudamiento entre el pintor, su estaba relacionado ton la muerte, la enfermedad, el castigo y even-
imagen ante el espejo, el espejo, lo que pinta y su firma; anuda- tualmente la locura, temática presente en su arte.
miento entre lo real, lo simbólico y lo imaginario, quedando como La madre muerta I (lámina 10) representa a una mujer embara-
objeto caus.a (a) aquello que no vemos en el cuadro, es decir, el zada, a su propia madre, cuyo cuerpo transparente alberga a su
objeto del fantasma, el cual no es un objeto especular, pero puede todavía no nacido feto. Aunque el título implica muerte, la madre
estar en función de las imágenes del objeto (i(a)]; a menudo, ·el y el niño parecen estar compartiendo un estado simbiótico. En el
pintor intenta trazar en el autorretrato un estrechamiento del es- segundo, la madre semeja estar muerta, sus manos están tiesas y
pacio entre el sujeto y el objeto (perdido) causa del deseo. el niño, por la mirada y las manos abiertas, simula haber despertado
En sus autorretratos Schiele remplaza por una ficción el saber a la vida, aunque permanece prisionero en esta madre muerta.
sobre lo real de la sexualidad y lo real de la muerte. A través de Schiele no solamente sobrevivió a través de sus autorretratos
sus pinturas mediatiza el vacío de la imagen que no puede soportar, sino que se creó a sí mismo: "De la nada hice todo, nadie me
ya que el espacio imaginario constituido por el Otro no le devuelve ayudó. Debo agradecerme mi existencia." 31;
más que tumbas y enfermedades. En lo real, la sexualidad mata y Lo que caracteriza al sinthome es la sustitución de una realidad
enloquece, es necesario que ésta sea limitada y conformada por el perdida, es decir que a travé~ del sinthome se produce otra realidad
yo narcisista especular y por el fantasma. Entre lo que no puede como alternativa; Schiele intenta por medio del autorretrato crear-
se a sí mismo como un otro. Su pintura produce un artificio que
32 F. Whitford, Egon Schiele, Nueva York, Oxford University Press, 1981, citado
le da otra identidad, le da un nombre y por lo tanto se crea a sí
mismo.
en Danielle Knafo, Egon Scltiele. A self in creation, Nueva York, Associated University
Presses, 1993, p. 101. Su biógrafa, Alessandra Comini, señala que Schiele siempre tuv.o
33 Egon Schiele, "Eternal child", en Paintings and poems, Nueva York, Grove en su estudio un espejo de tamaño natural que perteneció a su
Press, 1985, p. 6. madre, ante el cual pintaba sus autorretratos (lámina 11), y además
34 J. Derrida, La diseminación, Madrid, Esperial Ensayos, 1975, p. 248.
3
" A. Comini, Egon Schiele's portraits, op. cit., p . 92.
% Carta de Egon Schiele a su madre citada en J. Kallir, op. cit.
142 MARÍA TERESA ORVAÑANOS EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 143

invariablemente se detenía a mirarse ante cualquier espejo o vidrio característico, casi como una firma o una identificación, la V38 que
que encontrara a su paso. ¿Qué buscaba? ¿Qué no encontraba? ¿El dibuja con ambas manos, que generalmente aparecen sin pulgares.
vacío de la estructura? ¿El lugar en donde la vida y la muerte se Esta seña en que los dedos aparecen separados puede haber t~ido
conjugan? ¿La Cosa? múltiples significados en él.
Melancolía y Delirium insinúan respectivamente su relación con
Mi mente me obligaba a ver todas las cosas de que se hablaba en una una madre permanentemente depresiva y la locura del padre. Los
especie de inquietante cercanía: así como bajo la lente de aumento vi en dos aparecen reunidos por La ciudad muerta.
una ocasión un pedazo de piel de mi meñique que parecía una tierra en
Schiele siempre estuvo muy influido tanto por Nietzsche como
barbecho, llena de surcos y cavidades, así veía a los hombres y sus actos.
Ya no lograba abarcarlos con la mirada simplificadora de la costumbre. por Rimbaud, y se dice que Delirium fue titulado en honor al pasaje
Todo se me disgregaba en fragmentos, que a su vez se disgregaban en del poema "Una noche en el infierno", de Rimbaud: "Delirios 1 -
otros más pequeños, y nada se dejaba encasillar con un criterio definido. La virgen loca - El esposo infernal", temas todos que aluden a su
Palabras sueltas flotaban a mi alrededor, se volvían ojos que me miraban, tormentosa existencia.
obligándome a mirarlos: remolinos que me atraían hasta causar mareo, Schiele oscilaba entre la melancolía y el delirio, entre "llevar las
que giraban sin cesar y más allá de los cuales no había más que el vacío. 37 semillas de la descomposición dentro de él":19 o invertir sus senti-
mientos con exagerado egotismo:
Los autorretratos dobles con la madre muerta se cuentan entre
los cuadros más importantes y frecuentes en la obra de Schiele; Sin duda alguna seré el más grande, el más maravilloso, el más valorado,
obsesionado con el tema de la maternidad y su relación con el el más puro, y el fruto más precioso.
nacimiento y la vida, con la enfermedad y la muerte, el pintor Los efectos más bellos, los más nobles están unidos en mí. Seré el fruto
pidió permiso en una clínica para dibujar a pacientes embarazadas que aun después de su descomposición dejará vida eterna; por Jo tanto,
iqué tan grande será tu gozo en haberme parido! 4 º
y en mesas · ginecológicas o en posiciones de parto (lámina 12).
Asimismo realizó dibujos de niños recién nacidos y de niños muer-
Los únicos autorretratos que el pintor realizó sin la ayuda del
tos (lámina · 13).
espejo fueron los que pintó durante el breve periodo en que per-
Mientras al padre muerto había que darle vida, a la madre viva
maneció en la cárcel ( 1912), sobre el cual haré algunas otras con-
había que darle muerte.
sideraciones más adelante. En ellos lo vemos ataviado con una
Krumau, una ciudad medieval al sur de Praga, donde nació su
suerte de camisa de fuerza o túnica y distorsionado, prueba de la
madre y murió su padre, se convirtió .en su lugar favorito para
desesperación de sentirse preso y atrapado (lámina 15 ). Los vein-
vacacionar. La pintó innumerables veces, y sus cuadros llevan por
ticuatro días que pasó en la cárcel tuvieron efectos devastadores
título La ciudad muerta (1915-1916). La obsesión por la muerte en
en él y representan un punto nocla! en su vida, entre otras razones
el pintor se hace patente en el conjunto de su obra plástica.
porque era la segunda vez que su arte era censurado y quemado.
Además de los ya mencionados: La madre muerta y El naci-
La primera sucedió cuando niño: su madre rompió y quemó sus
miento del genio, Schiele realizó en Krumau dos de sus más im-
dibujos. Años más tarde serían condenados y confiscados por su-
portantes autorretratos: Melancolía y Delirium; según Rudolf Leo-
pold, el pintor dibujó escenas de esta ciudad encima del autorre-
trato (lámina 14). 38 Alessandra Comini dice que esta sefi.a puede haber tenido múltiples signifi-
En Melancolía vemos a un Schiele consumido en medio de las cados para Schiele, y especula sobre la posible representación de una vulva. Danielle
construcciones de Krumau al tiempo que hace lo que será su gesto Knafo comenta que esta sefi.a, V, se realizaba entre los sacerdotes judíos durante
el medievo (llamados cohenim) para bendecir; y también que era una representación
del "ojo de Dios" (op. cit., p. 174, n. 22).
:n Hugo von Hofmannstahl, "Carta de Lord Chandos" (fragmento}, en Cuader- 3 !' Nebehay, Egon Schiele, p. B4, citado en D. Knafo, op. cit., p . 88.
nos del Fondo de Cultura Económica, México, 1990, p. 15. 40 A. Comini, citado en D. Knafo, op. cit., p. 101.
144 MARÍA TERESA ORVAÑANOS

cios y perversos, principalmente los dibujos de niños y niñas des-


nudos.
Err su diario de la prisión repetidamente leemos el miedo que
tenía a la castración (lámina 16): "Ciertamente que no me van a
castrar y tampoco lo harán con mi arte [ ... ] Castración [ ... ] iHipo-
cresía! [ ... ]Aquel que niega el sexo es un puerco que embarra de
la manera más baja a sus padres que lo han engendrado." 41
1. JAM ES ENSOR, Mi
Escribió también sobre el tormento que experimentaba en el autorretralo en 1960,
vacío de su celda y la angustia ante el color blanco de las paredes 1888.
en donde nada se reflejaba. "Alrededor de mí todos los colores se Aguafuerte,
han extinguido. Es espantoso. Un infierno enrojecido sería mara- 64 x 144 mm.
villoso [ ... ] un infierno encendido no sería castigo [ ... ] únicamente
el gris, gris, gris que forma parte de la monotonía sin fin es el
verdadero y terrible castigo satánico. "42
Y llegó a afirmar durante su encarcelamiento: "No me siento
castigado, sino que estoy purgando mis pecados." Podemos pre-
guntarnos: ¿cuál sería su pecado? ¿No aceptar la demanda del otro? 2. PARM IGIANINO, Autorrelralo en esp ejo 3. FRA NC'S BACON, Autorrelrato. 1969.
dmpugnar otra ley? Schiele fue acusado de corrupción, violación u mvexo, 1524. Óleo, 35. 5 x 30.5 cm .
y secuestro de menores, a lo que respondió en su diario: "¿Qué Viena, Museo de Historia del Arte. Colección privada.
significa que un niño haya sido corrompido? Los adultos nos hemos
olvidado de ·cuando éramos niños y lo terrorífico de la sexualidad
que tanto n·os torturaba pero que a la vez nos apasionaba. Todavía OPT!C..\ L C O~CE l' TS

no he olvidado los sufrimientos de aquellos tiempos."


El juicio terminó cuando el juez quemó uno de los dibujos de
Schiele por considerarlo "pornográfico".
Es necesario que haya una imagen, un reflejo, para poder trazar
el autorretrato: la falta de imágenes lo angustian, aunque sea de
memoria habrá de trazarse para verse representado y no 'desapa-
recer. El autorretrato es una ficción de la imagen ante el espejo,
"donde nuestra ignorancia empieza, donde ya no llegamos con la
vista, ponemos una palabra: por ejemplo, la palabra 'yo', la palabra
'acción', la palabra 'pasión"'.4 ~
Los autorretratos de la cárcel llevan una inscripción que mues-
tran su terrible desesperación: "Por el arte y por mis seres qut'lridos,
con agrado soportaré hasta el finaL"
El autorretrato en Schiele es el artificio que sostiene al padre

41
!bid., p. 110.
42
!bid., p. 11 L
4
~ F. Nietzsche, aforismo 477, op. cit., p. 276.
6. Actitudes pasionales.
Fotografía de Augustine
por P. Régnard.
En lnvention ... , op. cit.
p. 139.

~~
~~~-

~
~- ~....
· '~~-""l:/
4. La ''Jase de inmovilidad tónica o !enanismo"
(placa grabada conforme a la fotografía precedente).
Es tudios clínicos sob re la histeria de P. Richer, 1881 . '~ ........
· •'

C itado en lnvention de l'hystérie (Charco! et l 'iconog raphie


photographique de la Sa lpetrii:re ), de Georges Didi - Hube rman,
Francia, Éditions Macula, 1982, p. 121.
-. l
' '( '.

7. EGON SCH IELE,


Autorretrato con mano
en la mejilla, 191 O.
5. EGON SCH IELE, Autorretrato Gouache, acuarela y
haciendo muecas de dolor o asco carbón , 44.3 x. 30.5 cm.
desnudo, 19 1O. Colección gráfica de la
Go uac he , 55 .8 x 35.5 cm. Albertina, Viena.
Co lección gráfica de la
A lbertina, Viena.
10. EGON SCH IELE,
Madre muerta 1, 1910.
Óleo y láp iz en madera,
32.4 x 25.8 cm.
Colección Rudolf Leopold.

8. EGON SCHIELE ,
Autorretrato desnudo, 191 O.
Gouache, acuarela y crayón
negro, 43.2 x 30.5 cm.
Colección Rudolf Leopold.

9. EGO N SCHIELE, Autorretrato


con hombro desnudo.
Madera, 42 x 34 cm.
Colección Rudo lf Leopold.

11. Egon Schiele frente


al espej o, 1916 .
Fotografía tomada por
Johannes Fischer.
Cortesía de
Alessanclra Comi ni.
12. EGON SCHIELE, Mujer 15. E\.ON SCHIELE, Por td arte
embarazada. y fiOr aquellos a quienes mno,
Acuarela y carbón, 45.1 x 3 1.1 cm. j1erduraré hasta el final.
Colección privada. Acuarela y lápiz, 48.2 x 31.8 cm.
Colección gráfica d e la
13. EGON SCH JELE, Niíio recién Albertina, Viena.
nacido.
Gouache, acuarela y crayón, 1(). El ;ON SCHIELE, Autorretrato
42.2 x 38.3 cm. wn brazos en nlto.
Colección privada. Go uache y lápiz, 48.4 x 32.1 cm.
Co lección Viktor Fogarassy.
14. EGON SC HIELE, Melancolía ,
autorretrato. 17 . EGON SCH IEL E. Seen· (profe las).
150x IOOcm. Go uac hc , acu;u-e la y h1piz,
Colección Rudolf Leopold. 47.9 x 31.7 cm.
Gale ría Wunhle, Viena.
EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 145

muer to, le da una palabra y al mismo tiempo lo separa de la


impo tencia y castración de éste; realiza su fantasma de creación y
se apo dera, en el plano fantasmático, de su sexualidad; el goce se
faliciza, se metaforiza, se hace ficción, y así vemos los diversos
cuadros en donde se representa a sí mismo con la mirada perdida
en el vacío, masturbándose, mutilado y castrado; son autorretratos
de cuerpos destrozados mediante los cuales desenmascara lo ima-
ginario de la completitud y nos muestra el terror de su mundo
interno; las imágenes son desbordadas y dañadas. Plasma sobre el
lienzo la huella de una sexualidad mortífera, cede la palabra a los
objetos muertos.
Al nombrar el cuadro, al titularlo, al registrarlo ante el otro
como un autorretrato y firmarlo, Egon Schiele no sólo se identifica
con su nombre propio, sino que formaliza, en aquello que era un
lienzo vacío, un retrato, que dice ahora ser él, y ello le confiere
un carácter de inmortalidad. " ... que Dios nos lo conserve eterna-
mente" -imploró la madre al nacer Schiele.
Y al mismo tiempo, al momento de la firma del autorretrato,
Schiele se auto-retira, firma su propia muerte. Firma su ex-sistencia.
18. EGON SCH IELE, Los ermitaños,
Schiele conoció a Gustav Klimt, con el que estableció una trans-
firmado y fechado tres veces . ferencia inmediata y tan intensa que nos hace pensar en una cierta
181 x 181 cm . similitud con la transferencia que el presidente Schreber estableció
Colección Rudolf Leopo lcl. con el doctor Flechsig.
Toda la obra de Schiele está marcada por su relación con Klimt,
19. EGON S C HIELE , Autorretrato a quien considera su padre artístico y "espiritual" y de quien ne-
con paleta, ante rior a 1905. cesitaba la constante autorización, aprobación y sobre todo la bendi-
Go uache, lápiz y cra yón ción como artista.
so bre cartulin a.
Klimt no sólo lo invitó en repetidas ocasiones a participar junto
Colecció n Rudolf Leopolcl.
con él en varios trabajos, por los que Schiele se sentía reconocido
por el maestro, sino que también se encargó de recomendarlo para
20. EGON SC HIELE, Autorretrafo
con ropa de calle, gesticulando, 191 O. trabaj~s y con mecenas.
Acuarela y láp iz sobre papel. Egon no tardo en coleccionar los mismos objetos que Klimt y
40.6 x 25 .4 cm. copiarlo en todo lo que podía. Parafraseó varios de los cuadros
Galería Sl. Etie nne, Nu eva York. del maestro, tales como: El beso, Las serpientes de agua y Dánae. Se
identificó a tal punto con él que algunos de sus primeros autorre-
tratos son no sólo "malas imitaciones" de éste, en los que adopta
su estilo y utiliza túnicas semejantes a las que Klimt solía usar, sino
que llega al extremo de modificar su firma y adoptar los mismos
trazos del maestro; está además el autorretrato que lleva por título:
Autorretrato como Klimt (lámina 17) y el hecho de que se apodó El
146 MARÍA TERESA ORVAÑANOS EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 147

Klimt de plata . La firma no le basta a Schiele para a-firmarse, sino Cerca el mundo corre hacia arriba y hacia abajo, enloquecido.
que en la búsqueda de una identidad ha debido adoptar los rasgos Extiéndeme, ahora, tus huesos nobles
de su maestro como una suplencia del Nombre-del-Padre. La firma dame una escucha dulce,
será para Schiele otra manera de inscribirse en el cuadro, puesto bellos ojos azules pálidos.
iEso, padre, estaba ahí -
que no solamente hay cuadros que firmó dos o tres veces sino que
delante tuyo (ante ti), Yo soy! 4!i
a lo largo de su obra cambió de estilo en múltiples ocasiones. Por
ejemplo en el autorretrato doble Los ermitaños (lámina 18), firmado Ahora bien, en este punto del escrito nos encontramos ante una
tres veces, no solamente se dibuja fusionado con una figura pater- disyuntiva: por una parte si estamos considerando el autorretrato
na, sino que esta última es un hombre con barba similar a la que en Schiele como una suplencia del Nombre-del-Padre, mal haría-
solían llevar Adolf Schiele y Gustav Klimt. A través de este tema mos en describirlo o interpretarlo, puesto que éste perdería su
de carácter religioso, que por otra parte se vuelve muy común en función como tal y pasaríamos al campo del sentido y de la crítica
Schiele, se congrega en una sola figura lo que simbolizaría a Dios de arte; la tesis misma se desmoronaría. Por otro lado, ¿de qué
padre, el padre de Schiele y Klimt, es decir, su padre artístico. manera sostenerla sin hablar de los propios autorretratos y, al
!IJ Schiele enfatiza la importancia de su padre en esta pintura: "Ésta mismo tiempo, sin hacer ciertas reflexiones y ordenamientos que
e~ una pintura que no podría haber hecho en una noche. Refleja
por "muy agudas o exactas" que pudieran resultar no dejarían de
las experiencias de muchos años, empezando por la muerte de mi ser sino meras especulaciones, en dirección opuesta a la conside-
padre; he pintado una visión." 44 ración formulada?
Más adelante agrega con relación a este mismo autorretrato: Tratando de seguir cierta analogía con los desarrollos realizados
Éste no es un cielo gris, sino un mundo en duelo en el que las dos figuras por Lacan principalmente a partir del caso Joyce, pensemos el
están en moyimiento. Han nacido por sí solas. Este mundo, junto con las sinthome como un acto creador en sí mismo y no como el efecto
dos figuras , se supone que representa la transitoriedad de todo lo esencial sino como la causa; es decir, el autorretrato (en Schiele) no es la
[... ] Veo a las dos figuras como si fueran una nube de polvo, que como copia de su imagen especular, sino la causa para poder hacer me-
el mundo que se eleva existen únicamente para desplomarse en el agota- táfora, para poder pintat" ("era mi obligación"). Los autorrretratos
miento, en la impotencia. 4 " en Schiele son producciones inimaginables e impredecibles, des-
montajes críticos jugados por la lógica del inconsciente.
En Schiele hay un fantasma de redención del padre: por medio Si observamos el primer autorretrato en Schiele realizado en
de sus autorretratos no sólo se crea a sí mismo, se hace padre, 1906, hasta el último que conocemos, podremos entonces distin-
sino que va más allá del padre, pero a la vez es también una manera guir diferentes periodos.
de completarlo y de sostenerlo. Los primeros (1906-1909) son aquellos que realizó durante sus
El pintor trabajó su primer autorretrato (lámina 19) pocas se- años de estudiante en la Academia. Si bien éstos realzan el orgullo
manas después de la muerte de su padre; desde ese día hasta el y la e\egancia dandinesca que mostraban los estudiantes de arte
final el autorretrato fue ininterrumpidamente su tema central, co- en Viena, también son testigos del estado de duelo melancólico
mo si su vida dependiera de ello. por el que el pintor atravesaba y del que quizá nunca pudo escapar.
En 1911 escribía: "quiero despedazarme para poder crear de nuevo
Sol
iPaqre, tú que estás ahí a pesar de todo, mírame, otra cosa, que a pesar de mí he percibido". Derrida plantea que
arrópame el pintor en el autorretrato se despedaza tratando de reconocer
dame! entre los restos y las ruinas la imagen que se le escapa.
44
A. Comini, citado en D. Knafo, op. cit., p. 107.
45
J.Kallir, op. cit., p. 122. 4 !i En Die Aktion, 4, núm. 15, 11 de abril de 1914, p. 24.
148 MARÍA TERESA ORVAÑANOS EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE
149

Los autorretratos de los años 1910-1911 son en su mayoría los Según Roessler, su amigo y marchand, cada vez que Schiele ha-
que dibujó masturbándose o en estado de deterioro, con la mirada blaba de visiones o fantasmas las identificaba con su padre, figura
vacía y perdida en la nada, bocas huecas, penes gigantes y erectos a la que jamás dejó de alabar e idealizar. En una ocasión, tal como
o penes escondidos e inadvertidos; su cuerpo mutilado y fragmen- le sucediera a Hamlet, aseguró haber visto el fantasma de su padre
tado, a menudo castrado y en posiciones dislocadas, con expresio- en Krumau, y escribió a su hermana Gerti: "Hoy experimenté un
nes de angustia y terror, manos grotescas, torsos descarnados y caso maravilloso de espiritualismo. Estaba ya despierto pero toda-
extremidades amputadas. Contorsiones corporales, muecas y cuer- vía bajo el encantamiento de un espíritu que se me había anunciado
pos quebradizos: estamos frente a un Schiele despedazado. durante mi sueño. Mientras me hablaba, quedé rígido y sin habla.
Mediante sus diarios y por sus biógrafos sabemos que durante Egon." 49
estos años Schiele experimentó las mayores crisis. Su mundo estaba El último de esta serie de autorretratos dobles es Encuentros -
roto y destruido. Los autorretratos de esta etapa son como los Autorretrato con santo del que solamente se conserva una fotografía,
intermediarios entre su imagen y los demonios internos que en ya que el original fue quemado por los nazis en 1930, año en que
todo momento lo acosaban: la soledad, la muerte y la angustia se Schiele fue declarado "culturalmente degenerado". En el cuadro
lt! reflejaban en su cuerpo. 1
Egon "se encuentra" con su padre, que aparece a modo de un
:i Sin embargo, a pesar de las alteraciones corporales que plasma santo; en la fotografía se repite el encuentro; es decir, es el en-
en sus autorretratos, son precisamente éstos la prueba cie su ex- cuentro del encuentro. La figura que está detrás aparece con un
sistencia, por lo que lo salvan de la locura, lo pacifican. Los auto- halo. Schiele se coloca frente a él, mientras que ambos personajes
rretratos lo mantienen a distancia de su imagen de a [i(a )], al se fusionan a tal punto que no se distingue a quién pertenecen las
mismo tiempo que le dan consistencia. piernas.
En el Autorretrato vestido de calle (lámina 20) Schiele parece adop- Se trata de lo que Freud en "Lo ominoso" describe como la
tar una postura claramente femenina en la que orgullosamente presencia de dobles y su relación con "la identificación con otra
exhibe sus . pechos imaginarios. "El pintor, como es sabido, no persona hasta el punto de equivocarse sobre el propio yo o situar
produce el ser verdadero, sino la apariencia, el fantasma." 47 al yo ajeno en el lugar del propio -o sea, duplicación, división,
De este periodo quizá los cuadros más interesantes resulten ser permutación del yo-, y por último, el permanente retorno de lo
los autorretratos dobles, en los que Schiele no se conformaba con igual..."."º
una representación sino que debía repetirse, estar con un doble. 48 En los autorretratos dobles encontramos una proyección de
En Espectador de sí mismo I, por ejemplo, la figura del frente está Egon mismo en el Otro (el padre-Klimt-la muerte) y del otro en
castrada, mientras que su doble aparece arrodillado detrás de él. él mismo. Se trata de la imagen de sí que a la vez se torna en el
En el segundo autorretrato doble, El profeta o Doble Autorretrato, doble como familiar y diferente.
las figuras aparecen esfumadas, como fantasmas, una al lado de la · Por medio de los Espectadores de sí mismo y de los demás auto-
otfa, y en el terc~ro, Espectador de sí mismo - Muerte y hombre, hay rretratos dobles o triples que realiza Schiele durante este periodo,
una multiplicación de las imágenes fantasmales y la figura cadavé- y que repetirá meses antes de su muerte, logra representar la
rica del fondo parece poseer o envolver a la imagen principal. inquietante extrañeza (das Unheimlich) de la sexualidad y la muerte
que su propia imagen ante el espejo y ante el autorretrato mismo
47 J. Derrida, op. cit., p. 210. Paráfrisis de Platón en La república, Madrid, Gredos, le produce. Se ve a sí mismo como visto por otro.
1992, p. '462; y añade Platón: "En tal caso el arte mimético está sin duda lejos de Al final de su obra, Schiele experimentó con otras técnicas ar-
la verdad, según parece; y por eso produce todas las cosas pero toca apenas un
poco de cada una, y este poco es una imagen."
48
J. Derrida, op. cit. p. 256: "Aparece, en su esencia, como la posibilidad de su
propia duplicación. Es decir, en términos platónicos, de su no-verdad más propia, 49 D. Knafo, op. cit., p. 88.
de su seudo verdad reflejada en el icono, el fantasma o el simulacro." "º S. Freud, Obras completas, op. cit., t. 17, p. 234.
150
MARÍA TERESA ORVAÑANOS EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE 151

tísticas. En colaboración con su amigo el fotógrafo Anton Josef sostener que el autorretrato en Schiele cumple la función de un
Trcha, realizó una serie de fotografías de él mismo que pueden sinthome, y en ese sentido seguimos arriesgando la tesis del inicio
ser consideradas también como autorretratos, ya que posaba ha- en que la pintura fue para él un artificio que hizo las veces de una
ciendo las mismas gesticulaciones que en sus pinturas. De igual prótesis o de una muleta para no enloquecer y por lo tanto Egon
manera, utilizaba estas fotografías como modelos para pintar en- n o es un psicótico, hay relatos y episodios importantes en la vida
cima de ellos y firmaba los negativos para no dejar duda alguna del pintor dignos de ser mencionados con la finalidad de destacar
de la identidad del autor.
las variables clínicas con las que a menudo nos confrontamos, por
ejemplo cuando afirma haber visto el fantasma de su padre en
CONCLUSIÓN
Krumau; tampoco sabemos en qué consistían las visiones reiteradas
que menciona, así también como el asumirse su propio creador
desconociendo el lugar de la madre. Además, sabiendo el interés
Ante tantas incógnitas acerca de Schiele es difícil concluir, pero qu e guardaba Schiele por los temas del embarazo y del nacimiento
más difícil aún es responder a las preguntas que nos ~icimos en y d e las numerosas veces que pintó mujeres embarazadas, nos llama
!1 la primera parte del trabajo. Tal como advertíamos al principio, la atención que no se conozca ningún dibujo de Edith Schiele, su
no se trata de un caso en análisis, sino únicamente de pensar una esposa, embarazada, como tampoco conocemos nada acerca de la
problemática teórica y clínica sobre las suplencias del Nombre-del- reacción de Egon respecto a ese embarazo. Únicamente existe una
Padre y sobre el sinthome, que Lacan sugiere casi al final de su carta a su madre, un día antes de que Edith muriera, en donde
obra, probablemente forzado por las dificultades y contradicciones por primera vez le habla del embarazo: "Hace ocho días que Edith
con las que se iba confrontando al tratar a sus pacientes, mismas padece neumonía y también cumple seis meses de embarazo. Me
con las que nos encontramos como psicoanalistas. preparo para lo peor. Egon."
Este trabajo indica que los autorretratos en Schiele muestran ¿podría haber accedido Schiele al lugar del padre? Pero, como
claramente la función de anudamiento en lo real, a través del cual decía Freud en una oportunidad, ya nos es bastante difícil entender
Schiele incorpora el cadáver del padre, al tiempo que enmarca al clínicamente por qué algo sucedió como sucedió para preguntarnos
fantasma de ese padre muerto. En lo imaginario se identifica con además como hubiera sido si ...
su propia imagen, al mismo tiempo que se convierte en el semblante Otro dato importante es que durante los meses previos a su
del otro especular; se trata de la relación con un otro que ya no . encarcelamiento, y a partir del rechazo que padeció de los habi-
es. Es lo simbólico se afirma y se autofirma ante el Otro. tantes de Krumau, sus biógrafos coinciden en afirmar que lo en-
El autorretrato es en Schiele, pues, como un montaje, un collage contraban no sólo deprimido sino aislado y agresivo. Escribe Schie-
donde se anudan la cosa, la imagen y la palabra: su padre, su le: "Todos conspiran en mi· contra. Hasta mis colegas me miran
imagen y su creador.
con ojos malévolos. Si supieran de qué manera veo ahora el mundo
El autorretrato en Schiele es un ego (Egon) de suplencia, un y como me han tratado mis amigos. iCuántas traiciones! Debo
ego de artificio que soporta la imagen de sí, limita, encuadra y retirarme a mi mundo y pintar esos cuadros que únicamente tienen
anuda lo real y a la vez lo nombra. Como dice Belinsky, "nunca valor para mí."
tuvo lo real más consistencia que la que lo simbólico le otorga al ¿Apunta su arte a realizar un intercambio con el otro, o por el
realizarlo, precisamente como campo de la realidad cuyo recubri- contrario se trata de una realización para él mismo?
miento efectuará el fantasma". 51
Por último, los autorretratos en Schiele, particularmente aque-
A pesar de que nuestra conclusión apunta a todo momento a Ilos en que aparece masturbándose, ¿son una forma de exhibición
de su sexualidad porque la castración le parece intolerable? ¿se
51 trata de una desmentida de la castración?, o ¿se trata de una manera
J. Belinsky, El retorno del padre, Barcelona, Lumen, 1991, p. 165. de afirmar su sexualidad frente al otro, ostentando su dominio?
152 MARÍA TERESA ORVAÑANOS 153
EL AUTORRETRATO EN EGON SCHIELE

¿son sus autorretratos una demanda de participación-partición del Retrato - (del it. ritratto, de ritrarre, del latín trahere - retrahere - volver a
espectador?" 2 traer, reproducir con una imagen o una cosa o un retrato)
Podríamos también preguntarnos si son los autorretratos en retracto - retractus
Schiele la construcción especular de un yo que se presenta a sí representación - pintura o efigie o figura que representa alguna persona
mismo como sujeto supuesto sabergozar,"3 puesto que se le acusó o cosa. Representación de la imagen
de perversión y corrupción de menores: ¿cuál fue su posición ante re-trato
estos cargos? Sabemos que tuvo relaciones con otros adolescentes re-tratar - trato-ac¡:ción y efecto de tratar o tratarse. Trazar. Fraude o
simulación con que obra uno para tratar a otro
y que tuvo una relación cercana con su hermana Gerti, con la que
re-trahere - volver a traer; reproducir una cosa en imagen o en retrato;
viajaba frecuentemente y a la que varias veces pintó desnuda. apartar o disuadir de un intento; echar en cara - reprochar; ejercitar
Por otra parte, Schiele no sólo escandalizaba, sino que tan).bién el derecho de retracto; acogerse, refugiarse, guarecerse; retirarse -
impugnó con su arte los modos convencionales de la Viena de retroceder, retraído
1900. Mostró con su arte la vigencia de otra ley y a través de este
arte provocó en el espectador una división subjetiva, que muestre Trazar - (del lat. tracturs) hacer trazos. Describir, delinear, dibujar, diseñar,
if¡ su goce: "no lo hago para escandalizar, era mi obligación". designio
]!I ¿Encontramos en Schiele un deseo, o por el contrario hay en él atraer
;¡ una angustia ante lo insondable del Otro? abstraer
Estas reflexiones muestran las dificultades ante las que nos en- contraer
retraer
contramos frente a la clínica y la problemática que el tema de las
retrete
l estructuras clínicas nos plantea.
Pata terminar, se trata de un caso paradigmático. Siguiendo la EsjJejo - (del lat. speculum) de mirar - (miroir, admirar, modelo) (voir - ver
manera en que Lacan ilustra el caso de Joyce, podemos afirmar - vestir - desvestir - investir) - (del lat. arcaico specere, mirar); spectrum -
que el autorretrato es un sinthome que cumple la función del Nom- imagen, fantasma, por lo común horrible, que se presenta a los ojos
bre-del-Padre. de la fantasía, aparición, visión, aparecido difunto que se ap¡irece a los
Dice Nietzsche en Así habló Zaratustra: "Lo más recóndito del vivos; espectro - simulacro - témino creado para traducir del grigo eidolon
secreto de un hombre se manifiesta en el hijo." (ídolo), eidos - forma, aparición
espéculo
especulación
ANEXO especulador
especular
Autorretrato - el acto de retratarse (dibujar~e) la imagen de sí mismo (ante espejismo
el espejo) espectáculo (spectaculum) de spectare - contemplar, reflexionar, ofrecer,
auto - raíz del griego autós, mismo (tautología), que significa a sí mismo representar
o por sí mismo espectador
autobiografía espécimen - especioso - aparente - engañoso - semblante falso
autor - (del lat. auctor, autor, creador, derivado de augere, aumentar, hacer
más numeroso) Figura - (del lat. figura) (La misma raíz que fingere: amasar, dar forma,
autoridad modelar; fictor, efigie: figurar, fingido, fingimiento; ficción: ficticio -
autorizaéión aparentar - inventar
autoritario
Semblante - (del lat. similans, -antis) Parecido, semejante, semblar, repre-
" 2 N . Braunstem,
. op. czt.,
. p. 4".,.
~. sentación, cara o rostro. Semejar, semejante, similar, asimilar, disimu-
.>.I /dem.
lar, parecer

S-ar putea să vă placă și