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Cómo llevar la literatura al aula de ELE: de la teoría a la práctica

El presente artículo presenta una visión actual de la situación de la literatura como instrumento
didáctico en el aula de ELE y la necesidad de revalorizar su potencial para la creación de
actividades comunicativas a la vez que integradoras de las cuatro destrezas lingüísticas y de
elementos culturales.

 Presencia de la literatura en la enseñanza de lenguas extranjeras.

La ausencia de la literatura en los manuales de enseñanza de español como lengua extranjera ha


provocado que abunde la reflexión teórica y la reacción de numerosos autores que reivindican la
necesidad de incorporar los textos literarios en la enseñanza de idiomas. Este fenómeno apunta
que la presencia del material literario en ELE viene definido por una serie de etapas o fases que
vienen marcadas por el enfoque metodológico del momento.

A partir del siglo XX se observa la evolución notable del tratamiento de los textos literarios por
los diferentes enfoques metodológicos. Es así que:

 En los años 50 surge el modelo gramatical basado en la traducción y en la memorización


de las reglas gramaticales y la imitación de modelos elevados de la lengua. En este
sentido, la literatura se convertía así, en el vehículo idóneo para la enseñanza de una
segunda lengua. El objetivo era que el aprendiz hablase con el modelo propuesto.

 En los años 60 y principios de los 70, el foco de atención de los métodos de enseñanza
varió y se propuso el modelo estructural que pretendía romper con el método tradicional
y la lengua literaria quedó suprimida de los programas de lengua poniendo su foco de
atención en la enseñanza de estructuras lingüísticas y el vocabulario. No obstante, los
textos literarios presentaban el problema de que las programaciones seguían una
estructura graduada y por tanto, las obras literaturas no podían adecuarse a dicha
gradación.

 En los años 70, se propuso el modelo nocional-funcional concediendo importancia a


aspectos relacionados con el uso social de la lengua, aunque la práctica de los contenidos
seguían girando alrededor de los aspectos lingüísticos de la lengua. como bien indica
Melero Abadía, “el modelo nocional-funcional no constituye ni un método ni un enfoque
de enseñanza”. De nuevo, la literatura no tenía cabida en los nuevos planteamientos
didácticos y continuó siendo excluida de los programas de aprendizaje.

 Los años 80 supone una ruptura con los planteamientos establecidos y surgió el modelo
comunicativo, en la que se le concede gran relevancia a la lengua hablada y en la
adquisición de la competencia comunicativa por parte del alumno. Sin embargo, tal y
como señalan Collie y Slater, el enfoque hacia los aspectos comunicativos del lenguaje
provoca un marcado rechazo hacia la literatura siendo vista como una forma de lengua
esencialmente escrita y estática, muy alejada de las expresiones utilizadas en la
comunicación diaria. Es más, la necesidad por parte del alumno de enfrentarse al
conocimiento de un metalenguaje de los estudios literarios y la enorme carga de
connotaciones culturales no deseadas, incidieron de forma negativa en la utilización de
la material literario por parte de los profesores de lenguas extranjeras en el aula de ELE
por considerar las obras literarias difíciles de estudiar satisfactoriamente en la lengua
extranjera.

 En los años 90 se asiste al enfoque ecléctico en el que concluyen diversas corrientes y


planteamientos metodológicos, donde tienen cabida numerosas disciplinas como la
Psicología, la Filosofía, la Sociología, la literatura o la Informática, entre otras. Sin
embargo, lingüistas como Widdowson y autores como Maley y Duff matizan la
revalorización de la literatura en la enseñanza de la lengua extranjera. Así pues, la
revalorización de los textos literarios son restablecidos como un instrumento idóneo en
el aula de ELE. Por tanto, hemos de aprovechar la riqueza que los textos literarios ofrecen
como input de lengua para desarrollar las cuatros destrezas lingüísticas fundamentales en
la adquisición de una lengua dentro de un contexto cultural significativo.

Como apunte personal y siguiendo las aportaciones del presente artículo, como profesores de
ELE no podemos presentar desacertadamente la literatura a los extranjeros del mismo modo que
lo aprendemos los nativos de la lengua, de manera que hemos de presentarlo de forma
significativa apostando por el desarrollo de la competencia comunicativa y la dimensión
sociocultural donde los aprendientes reconozcan las similitudes y las diferencias entre sus propias
ideas, valores y conceptos entre su cultura y la cultura meta, con el fin de que la comunicación
se vea facilitada por un adecuado entendimiento intercultural.

 ¿Por qué introducir la literatura en la clase de ELE? o ¿Qué nos ofrecen los textos
literarios como instrumento didáctico?

A lo largo de este apartado, se tratan de dar respuesta a la pregunta que fundamenta dicho artículo,
siguiendo en cierta medida los razonamientos ofrecidos por Collie y Slater. En este sentido, las
consideraciones más relevantes que justifican la incorporación de la literatura en la clase de ELE
son:

 En primer lugar, la literatura es de carácter universal, es decir, la universalidad de


temas como el amor o la muerte en las obras literarias no han sido concebidas para la
enseñanza de una lengua en concreto, sino comunes a todas las culturas. Sin embargo,
hemos de tener cuidado a la hora de tratar dichos temas y rebasar la barrera cultural.

 En segundo lugar, la literatura es material auténtico, lo que significa que las obras
literarias no están diseñadas con el propósito específico de enseñar una lengua, y que por
tanto el alumno tiene que enfrentarse a muestras de lengua dirigidas a hablantes nativos.
Este hecho conlleva varias implicaciones y es que ello puede suponer una mayor
dificultad lingüística inicial que puede superarse mediante la labor del docente al
seleccionar apropiadamente los textos literarios y el empleo de estrategias y actividades
que faciliten la introducción y el entendimiento de los diferentes usos y formas
lingüísticas, así como las convenciones del texto escrito.
La segunda implicación supone entender que los textos literarios tienen como objetivo
principal el disfrute de la lectura. Alan Bird dice al respecto que, con el uso de textos
literarios auténticos en clase, los alumnos no sólo adquieren una mayor motivación, sino
que puede observarse un aumento de su confianza y destreza lingüística cuando sienten
que están manejando los materiales y la literatura de la vida real.

 En tercer lugar, hemos de destacar el valor cultural de la literatura ya que a través de


los textos literarios, tal y como dice Collie y Slater, los estudiantes pueden obtener un
mejor entendimiento de la forma de vida del país. De esta forma el lector descubre los
pensamientos, sentimientos, costumbres, pasiones, creencias e incluso los temores y
preocupaciones que estructuran la sociedad del país donde se habla la lengua que están
aprendiendo.

 El cuarto motivo a favor del uso de la literatura en el aula de ELE, es la riqueza


lingüística que aportan los textos literarios. Por medio de ellos, el alumno incrementa
el vocabulario que le proporciona un rico bagaje léxico y en este caso, el docente ha de
aplicar criterios de selección para llevar al aula un texto con el vocabulario más idóneo
adaptado al nivel de aprendizaje en que se encuentre.
Las obras escritas proporcionan al estudiante un mayor conocimiento de las estructuras
sintácticas, variaciones estilísticas y formas de conectar ideas. Todo ello, permitirá al
alumno ampliar y enriquecer su habilidad escrita. A nivel de comprensión auditiva y
expresión oral, Irma Ghosm afirma, en otras palabras, que a través de textos literarios que
motiven y entusiasme al alumno hacen que se genere más conversación entre ellos. Así
pues, la práctica de la destreza auditiva a través de estas conversaciones y debates
surgidos del texto, audición de grabaciones, películas, adaptaciones teatrales o
dramatizaciones favorece el desarrollo de comprensión auditiva y expresión oral.

 Por último, otra razón convincente para usar la literatura en el aula de ELE es el poder
que tiene ésta para involucrar personalmente al lector, para crear un compromiso personal
del estudiante con la obra que lee.

Bajo mi punto de vista, considero que la literatura como hemos visto a lo largo de este apartado,
ofrece un gran potencial para fomentar la competencia comunicativa y el desarrollo de las cuatro
destrezas básicas. Aquí entra en juego nuestra labor como docentes de ELE para seleccionar
aquellas obras literarias que incrementen tanto el bagaje léxico como gramatical de los
estudiantes de español. Por un lado, los textos literarios permiten que el estudiante conozcan más
la cultura meta. Y por otro lado, hemos de tener muy presente, conocer de antemano los intereses
y las motivaciones de nuestro grupo para así llevar al aula el material literario más adecuado y
apropiado con el fin de lograr la formación integral de nuestro alumnado.

 ¿Qué tipo de textos son apropiados para la clase de ELE?

De forma resumida y siguiendo las aportaciones y opiniones de autores como Nuttall, Naranjo
Pita, Collie y Slater, Ghosn, entre otros, los textos han de ser accesibles y por tanto, el docente
debe considerar a la hora de seleccionar los mismos la dificultad lingüística del texto
seleccionado. En cualquier caso, los textos literarios no han de ser superiores al nivel de los
estudiantes sino que hemos de buscar un equilibrio entre el nivel de lengua del alumno y el texto
seleccionado para que el alumno progrese en la adquisición de la lengua. Esto es lo que denomina
Krashen bajo su hipótesis input + 1, que significa que el texto propuesto tiene que suponer un
reto para el estudiante pero no inalcanzable ya que éste puede sentirse frustrado y llevar a una
motivación negativa hacia la lengua meta e impedir en definitiva el proceso de E/A de la L2.

Por otro lado, los textos deben ser significativos y motivadores teniendo en cuenta las
motivaciones e intereses de nuestros aprendientes. Evidentemente, eso surge mediante la
selección de textos divertidos, interesantes y placenteros para ellos ya que podrán verse reflejados
en la historia y el tratamiento de estos temas desde una perspectiva diferente a la propia para
suponer un aliciente añadido. Existen diversas técnicas para conocer los gustos y preferencias de
nuestro alumnado y llevar textos motivadores y significativos. Algunas de estas técnicas pueden
ser cuestionarios para preguntarles por los temas o libros favoritos o mismamente, ofrecer
presentaciones de libros a modo de resumen para que el estudiante pueda mostrar la opción que
le parezca más atractiva.

Otro criterio importante y que no podemos olvidar en la elección de un texto para la enseñanza
de español es que los textos seleccionados deben ser integradores de varias destrezas. De manera
análoga, dichos textos han de ofrecer la posibilidad de ser explotados de múltiples formas, es
decir diferentes ejercicios en el aula que permitan la interacción entre los estudiantes tales como
los debates, las dramatizaciones, la escritura creativa individual o compartida, actividades
lúdicas, canciones, etc., con la finalidad de utilizar el texto de forma comunicativa, divertida y
que fomente el aprendizaje de la lengua dejando a un lado la lengua estática y aburrida para pasar
a ser viva y placentera.

Naturalmente, el material literario ha de contemplar el desarrollo de la competencia cultural


como ya hemos mencionado en el apartado anterior. Las obras literarias no sólo reflejan las ideas,
pensamientos y las emociones del autor, sino las del contexto histórico en que surgen y la
sociedad que ocupa esas circunstancias. Todo ello, supone una fuente de riqueza cultural que
permitirá al estudiante conocer los aspectos sociales y culturales del mundo hispano para lograr
un mayor entendimiento y acercamiento a la sociedad de la lengua meta.

El hecho de determinar qué tipo de texto es el más apropiado ha generado numerosas reflexiones
y debates entre los críticos, y aunque hay posturas variadas, la opción más fortificada es el uso
de textos literarios auténticos, es decir mayor recurrencia a textos originales frente a textos
simplificados o lecturas graduadas. Con respecto a los textos simplificados son considerados
como obras literarias que han sufrido una “amputación” por así decirlo de ciertos aspectos
considerados complejos y que por ello han perdido la autenticidad del original. En cuanto a las
lecturas graduadas, definidas como obras específicamente creadas para ser leídas por un
estudiante de un determinado nivel de lengua, se dice que por una parte, carecen de valor estético
y lingüístico de las obras originales y por otra, al ser textos atemporales están privados del valor
cultural, social e ideológico que poseen las obras literarias. Por tanto, esta no responde a la
hipótesis de Krashen del input + 1.

De acuerdo con todo lo expuesto, la respuesta más adecuada a la pregunta planteada es la elección
de textos originales para nuestra clase de ELE. La dificultad lingüística puede paliarse mediante
una cuidadosa elección por parte del docente, ateniéndose a factores de accesibilidad,
motivación, relevancia y sobre todo el diseño de actividades que faciliten el aprendizaje.

Como resultado de las lecturas de Felipe Pedraza, Begoña Sáez y Albadalejo, desde mi
perspectiva estimo que como profesores de ELE hemos de seleccionar textos literarios que sean
atractivos, motivadores y significativos para los estudiantes, teniendo en cuenta la fórmula del
input + 1 que propuso Krashen en su teoría y por supuesto, que estos resulten accesibles desde el
punto de vista de los conocimientos que posee el lector sin que supongan una dificultad en su
proceso de aprendizaje. La literatura, como ya hemos visto, presenta una gran riqueza lingüística
que incrementa y acrecienta tanto los componentes gramaticales como léxicos así como la cultura
de nuestros aprendientes que les permitirá tener un mayor conocimiento de las formas de vida y
costumbres del país.

 Tipología de actividades didácticas


Las posibilidades de explotación didáctica de un texto literario pueden ser múltiples, ya que tal
y como afirma Albadajo García en el presente artículo, un factor determinante al seleccionar una
obra literaria para nuestra de ELE es la selección de textos que ofrezcan múltiples formas de ser
explotados. Siguiendo este criterio, el docente debe buscar textos que aporten un importante
potencial para la creación de diversas actividades para trabajar en clase que faciliten la
adquisición de una L2. Los textos elegidos para su explotación en clase de español deben
ajustarse al mayor número de actividades acordes con los contenidos y objetivos que estamos
tratando en las distintas unidades del curso.

De las actividades que se proponen en el ensayo, generalmente, todas son adecuadas y efectivas
para llevar al aula de ELE con nuestro grupo de aprendientes. A continuación, selecciono varias
actividades por cada tipología:

De actividades de pre-lectura considero que las predicciones usando el título y la portada del
libro es muy apropiada para trabajar en el aula con nuestros estudiantes ya que la anticipación es
una capacidad básica de comprensión que supondrá mantener activo el interés y la curiosidad del
aprendiente. Si trabajamos por ejemplo con el poema “inventario de lugares propicios para el
amor” del tratado de urbanismo (1967) de Ángel González, podríamos plantearles preguntas del
tipo: ¿Qué tipo de estación prefieres?; ¿Qué actividades puedes hacer durante esa estación?
¿Cuáles son los atributos más positivos de esa estación?; ¿Qué tiempo suele hacer en las
estaciones?

Dentro de esta tipología, también considero adecuada la actividad de diagrama de estrella.


Tomando como referencia el poema anterior de Ángel González, podemos trabajar el bagaje
léxico y gramatical de nuestro alumnado con palabras, adjetivos, sustantivos o expresiones que
le sugieren la palabra estación con el fin de conocer los conocimientos previos de nuestro
alumnado, y evidentemente, la lectura posterior del poema se hará más significativa al tener como
objetivo comprobar esas predicciones marcadas.

De igual manera, la actividad de palabras y frases clave, podría ser una actividad muy
motivadora para el aprendiente ya que el hecho de dar al alumnado un número de palabras o
frases clave del poema para crear una posible historia en función a estas fomentamos una
escritura creativa, crítica y útil. Por ejemplo: crear una historia a partir de las palabras invierno,
vientos húmedos, nieve, bajas temperaturas, eliminar y dificultad.

Inventario de lugares propicios para el amor

Son pocos.
La primavera está muy prestigiada, pero
es mejor el verano.
Y también esas grietas que el otoño
forma al interceder con los domingos
en algunas ciudades
ya de por sí amarillas como plátanos.
El invierno elimina muchos sitios:
quicios de puertas orientadas al Norte,
orillas de los ríos, bancos públicos.
Los contrafuertes exteriores
de las viejas iglesias
dejan a veces huecos
utilizables aunque caiga nieve.
Pero desengañémonos: las bajas
temperaturas y los vientos húmedos
lo dificultan todo [...]
¿A dónde huir, entonces?

Ángel González: Tratado de urbanismo, 1967.

De actividades para mantener el interés de la lectura, me ha llamado mucho la atención la


actividad del tablero de ajedrez, ya que anteriormente la desconocía y podría ser de gran utilidad
en el aula para trabajar los aspectos positivos y negativos de una situación o un personaje. Así
por ejemplo, la obra narrativa del “El jugador” (capítulo IV), escrita por Fiódor Dostoyeski
podría servir para analizar los aspectos negativos y positivos de la situación y del personaje
envuelto en la pasión por el juego, la obsesión por el dinero y los vicios de la época.
El jugador
Hoy ha sido un día chusco, feo, absurdo. Son ahora las once de la noche. Estoy sentado en mi
cuchitril y hago inventario de lo acaecido. Empezó con que por la mañana tuve que jugar a la
ruleta por cuenta de Polina Aleksandrovna. Tomé sus ciento sesenta federicos de oro, pero bajo
dos condiciones: primera, que no jugaría a medias con ella, es decir, que si ganaba no aceptaría
nada; y segunda, que esa noche Polina me explicaría por qué le era tan urgente ganar y
exactamente cuánto dinero. Yo, en todo caso, no puedo suponer que sea sólo por dinero. Es
evidente que lo necesita, y lo más pronto posible, para algún fin especial. Prometió explicármelo
y me dirigí al Casino. En las salas de juego la muchedumbre era terrible. ¡Qué insolentes y
codiciosos eran todos! Me abrí camino hasta el centro y me coloqué junto al crupier; luego
empecé cautelosamente a «probar el juego» en posturas de dos o tres monedas. Mientras tanto
observaba y tomaba nota mental de lo que veía; me pareció que la «combinación» no significa
gran cosa y no tiene, ni con mucho, la importancia que le dan algunos jugadores. Se sientan con
papeles llenos de garabatos, apuntan los aciertos, hacen cuentas, deducen las probabilidades,
calculan, por fin realizan sus puestas y… pierden igual que nosotros, simples mortales, que
jugamos sin «combinación». Sin embargo, saqué una conclusión que me parece exacta: aunque
no hay, en efecto, sistema, existe no obstante, una especie de pauta en las probabilidades, lo que,
por supuesto, es muy extraño. Ocurre, por ejemplo, que después de los doce números medios
salen los doce últimos; dos veces -digamos- la bola cae en estos doce últimos y vuelve a los doce
primeros. Una vez que ha caído en los doce primeros, vuelve otra vez a los doce medios, cae en
ellos tres o cuatro veces seguidas y pasa de nuevo a los doce últimos; y de ahí, después de salir
un par de veces, pasa de nuevo a los doce primeros, cae en ellos una vez y vuelve a desplazarse
para caer tres veces en los números medios; y así sucesivamente durante la hora y media o dos
horas.

Capítulo IV (pg 20), El jugador (Fiódor Dostoyeski

De igual manera, la actividad de elegir una moraleja por parte de los estudiantes para elegir la
que mejor se aplique al texto, podría resultar una actividad muy eficaz para trabajar la inventiva,
la imaginación y la creatividad así como el trabajo en equipo y las habilidades comunicativas.
Pongamos por caso, la versión en español de la fábula de “la cigarra y la hormiga” escrita por
poeta español Félix María de Samaniego. En ella aparece una cigarra que al venir el invierno se
encuentra desprovista de alimento y acude a pedirlo prestado a su vecina la hormiga. Ésta,
temiendo no tener suficiente para ambas le niega el préstamo y le recrimina el haber pasado el
verano holgando en vez de haber hecho acopio de alimento para la estación fría. Con ella, el
estudiante a través de esta actividad considerará por un lado, el trabajo incesante de la hormiga
recompensando con la supervivencia y por otro, la despreocupación de la cigarra.
La cigarra y la hormiga

Libro I fábula II Félix María Samaniego

De actividades de escritura, la escritura de conversación creativa me resulta muy interesante


ya que aumenta la motivación de los aprendientes de manera que, este tipo de actividades surge
de una adaptación de técnicas utilizadas en talleres de escritura creativa para nativos que suelen
utilizarse en la etapa de Educación Primaria (técnicas de Gianni Rodari del libro “gramática de
la fantasía” y de entre ellas, sobresalen el binomio fantástico; qué ocurriría si…; viejos juegos;
los cuentos al revés y la ensalada de cuentos).
Finalmente, en cuanto a las actividades finales, las adaptaciones teatrales suelen ser muy
atractivos y atrayentes para los aprendientes de forma que la representación de fragmentos
teatrales (role-play) fomenta la participación activa de los estudiantes y la disminución de
sentimientos tales como la timidez o el retraimiento y por consiguiente, producen una mejora de
las habilidades comunicativas. Para desarrollar esta actividad, podemos basarnos en la obra
teatral de “Bodas de sangre” (habitación pintada de amarillo, acto primero) de Federico García
Lorca.

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